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VOCES

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PROFUNDICE

PROFUNDICE

El encuentro de Jesús con la mujer samaritana en el pozo (Juan 4) nos muestra el camino para desarrollar relaciones más profundas con el pobre… Cuando Jesús conoce a la mujer samaritana en el pozo, se da cuenta que su necesidad inmediata (sentida) es el agua del pozo, y no ignora esta necesidad para satisfacer su necesidad más profunda de vida eterna. Sus primeras palabras no fueron “Eres una pecadora, me necesitas en tu vida; Dios te ama y tiene un maravilloso plan para tu vida”; o quizás “Si tienes la fe suficiente puedes beber toda el agua que quieras”. Sino que en lugar de eso, Jesús le dice,

“Dame de beber”. No inició diciendo, “Puedo ayudarte”. Él quería que ella se diera cuenta que

Jesús la necesitaba… cuando le habla y le pide su ayuda–Él le muestra que ella tiene algo valioso para compartir con él–con esto Jesús reafirma su dignidad y derrumba la barrera de la desconfianza.

Jesús va directo a las personas, las ama y las afirma… El método de ministración de Jesús (ministrando desde las necesidades de las personas) nos ofrece un poderoso ejemplo. Jesús se relaciona con la samaritana partiendo desde su necesidad más sentida (permitiéndole afirmar su dignidad), la amó en torno a esa necesidad (iniciando un diálogo inaudito), encarnó su necesidad (al pedirle de beber), y luego compartió con ella el “plan maravilloso” ayudándola a descubrir por sí misma su necesidad más profunda.

Un fragmento de Beyond Charity: The Call to Christian Community Development por John M Perkins.

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