1 minute read

En Japon

siglo IV a.C., es la única obra completa sobre prácticas militares en el Imperio Romano que ha llegado completa hasta nuestros días. Vegetio relata que los “reclutas debían marcados con la aguja con el emblema oficial de la legión tan pronto como fuesen admitidos en ella, pero no antes de haber superado unas duras pruebas físicas que asegurase que estaban preparados para servir en ella”. No sabemos qué aspecto tenía esta “marca de pertenencia” al ejército romano, aunque lo más probable es que fuese el propio símbolo identificativo de una legión en concreto, un número identificativo de la misma (muchas de ellas tenían como símbolo identificativo animales imaginarios o reales, personajes mitológicos, etc.), o quizá algún otro motivo más general. En Japon

Aproximadamente en el siglo X a.c el tatuaje llegó a Japón. El tatuaje se popularizó en sectores cada vez más poderosos, hasta llegar a ser utilizado por un Emperador en el siglo V como ornamento corporal. Se señala aquí su utilización estética porque en Japón existía la costumbre de destinar el tatuaje para marcar a los delincuentes en sus brazos con líneas gruesas en par u otro tipo de formas, tatuando en ambos brazos entre el codo y la muñeca en todo su alrededor. Esta marca tenía el objetivo de hacer de las personas que desobedecían la ley individuos repudiables para toda su vida y en todos lados, a raíz de llevar la marca de la vergüenza consigo, debido a

Advertisement

This article is from: