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Instituto de la Construcción, El desafío es
INSTITUTO DE LA CONSTRUCCIÓN
EL DESAFÍO ES RECONSTRUIR la confi anza del inversionista PARA QUE VUELVA A EMPRENDER nuevos proyectos
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En comparación con países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la construcción en Chile tiene el segundo nivel más bajo de productividad laboral. Sin embargo, genera cerca del 7% del PIB y emplea a 1 de cada 10 trabajadores en el país, por lo tanto, es una industria relevante para la reactivación económica de Chile.
Según cifras de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), previo al estallido social se registraban alrededor de 804 mil empleos en la construcción. Tras la crisis sanitaria, se registró una baja cercana a los 305 mil puestos de trabajo, justifi cado en el menor nivel de actividad.
Tras 7 meses de pandemia, la industria de la construcción ha demostrado un gran liderazgo en defi nir, aplicar y controlar las medidas de seguridad que tanto la propia experiencia, la experiencia mundial y las directrices de la autoridad pública han establecido como estándar de buenas prácticas sanitarias.
Sergio Cavagnaro, director del Instituto de la Construcción, señala que “la Cámara Chilena de la Construcción ha sido un referente nacional en este tema. Prácticamente la totalidad de sus empresas socias han suscrito el Protocolo Sanitario y se han comprometido con una forma de hacer construcción que reduce enormemente los riesgos. Su aplicación ha demostrado ser muy efectiva, prueba de ello es que la tasa de contagios y la positividad en la construcción es mucho más baja que la tasa a nivel nacional”.
Por lo tanto, el principal desafío es el tema sanitario. “La construcción debe ser una actividad segura, donde se tomen todas las medidas que eviten una mayor propagación del contagio. El segundo desafío es volver a reconstruir la confi anza del inversionis-
ta para que vuelva a emprender nuevos proyectos. Esto pasa por una normalización de la demanda y a su vez por una normalización del crédito. El tercer desafío es tener un país que resuelva pacífi camente sus controversias y en el que impere el estado de derecho y las instituciones funcionen”, agrega Sergio Cavagnaro.
La construcción es una de las actividades económicas que tiene una mayor capacidad de absorción de mano de obra. Una proporción de ésta proviene de estratos de mayor vulnerabilidad social, por lo tanto restringir su desarrollo implica automáticamente incrementos del desempleo.
“La suspensión prolongada de esta actividad se compara a una persona que ha estado postrada por mucho tiempo y que le va a costar mucho volver a ponerse de pie. Nuestro país no puede dejarse estar, ya que la construcción en Chile es una actividad segura y no hay razón para seguir retrasando su partida”, indica el director el Instituto de la Construcción.
Lo que viene
Los meses que vienen siguen siendo inciertos para la industria. En el supuesto de que en los próximos 6 meses se dispusiera de una vacuna contra el COVID-19, que Chile tuviera rápido acceso a ella y que la población pudiera rápidamente vacunarse, subsistirían problemas derivados del contexto político que afecten la confi anza del inversionista y con ello el nivel de actividad de la construcción en su conjunto.
“El estado no puede hacer el peso por si solo de esta industria y requiere de inversión privada para llegar a los niveles que veníamos creciendo hasta el año Sergio Cavagnaro, Director.
pasado. Por otro lado, los efectos económicos de la pandemia no se resolverán de la noche a la mañana, sino que paulatinamente. Hay numerosas empresas que han desaparecido y otras que han quedado debilitadas, y para volver a ponerse de pie requieren de un tiempo de rodaje para que la cadena de pago se normalice. El desafío es grande, pero se puede. Es cosa de ver como Europa se recuperó tras dos guerras mundiales devastadoras”, concluye Sergio Cavagnaro. N&C
