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Rodrigo Krell, Sin productividad no hay reac tivación: una nota para la industria
Rodrigo Krell, Secretario Ejecutivo de la Comisión Nacional de Productividad (CNP)
LA PRODUCTIVIDAD ES UNA DE las partes fundamentales del PLAN DE REACTIVACIÓN
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La principal misión de la Comisión Nacional de Productividad (CNAP) es aumentar la productividad para mejorar la vida y bienestar de las personas. Y para cumplir con lo anterior es que la CNP realiza estudios solicitados por el Gobierno o por interés y análisis de la misma comisión, en pos de generar políticas públicas que mejoren los índices de productividad. Y para tener una mirada global de la reactivación que se está desarrollando en nuestro país, es que conversamos con Rodrigo Krell, Secretario Ejecutivo de la CNAP.
Mucho se ha hablado de la reactivación, pero ¿estamos preparados para esta? Y agrego ¿habrá reactivación?
Hay dimensiones en las que Chile está relativamente bien preparado y otras en las que hay más dudas. Si bien no ha sido fácil y hay diferencias geográfi cas importantes, al parecer la reapertura gradual de la economía no ha traído un aumento de casos o fallecimientos por COVID-19. Eso habla de un relativamente buen manejo desde el punto de vista sanitario, que es esencial para una reactivación sostenida. Por otra parte, la incertidumbre sociopolítica puede inhibir la recuperación de la inversión privada, sin la cual la reactivación es inviable.
En defi nitiva, la reactivación de la economía dependerá de una multiplicidad de factores, que deben evolucionar favorablemente de manera copulativa. Por una parte, Chile debe contar con el impulso proveniente de la política fi scal, materializado en el apoyo a los hogares cuyos ingresos cayeron y la aceleración de las obras de infraestructura. En segundo lugar, será clave el control de la pandemia, tanto a nivel nacional como en nuestros principales socios comerciales, puesto que las empresas serán reticentes a contratar trabajadores si es altamente probable que las condiciones sanitarias obliguen a volver a imponer restricciones a la movilidad. En tercer lugar, y esto es algo que puede atenuar cualquier noticia positiva en los dos facto-
res anteriores, está la posibilidad de un recrudecimiento de la violencia en el marco de un proceso constituyente altamente incierto, con todos los efectos sobre las expectativas que terminan por deprimir la inversión.
Lamentablemente, los datos disponibles a la fecha no permiten sostener que se haya iniciado una reactivación de la economía.
¿Cuál es el aporte o qué esperan aportar desde la Comisión a mejorar la productividad del sector construcción de Chile?
La investigación que realizamos durante los últimos 12 meses a propósito de la solicitud del presidente Piñera arroja una serie de hallazgos y recomendaciones que señalan una hoja de ruta para mejorar decididamente la productividad en el sector.
Por una parte, hemos propuesto cambios reglamentarios y legales que permitirían disminuir los costos y plazos de los proyectos de infraestructura pública. Esto permitiría un mejor uso de los recursos públicos, al mismo tiempo que mayores benefi cios para los usuarios, al contar con las obras terminadas con menos demoras, además de menores externalidades y molestias para los terceros afectados por las faenas.
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Un segundo aspecto del estudio, trabajado en coordinación con la Cámara Chilena de la Construcción a través de la consultora Matrix, se enfoca en las brechas de productividad de las obras de edifi cación privada. La gran conclusión es que el sector privado tiene que ponerse al día en una serie de dimensiones que permitirían mejoras importantes de productividad: la adopción de nuevas tecnologías y prácticas de gestión, el ahorro de costos vía estandarización, y el desarrollo de las competencias laborales de su fuerza de trabajo.
En el avance del estudio denominado “Productividad en el sector de la Construcción”, ¿A qué se debe la poca inversión en la capacitación de los trabajadores del sector?
Las difi cultades relativas a las competencias laborales del sector tienen mucho que ver con los defectos transversales de las políticas públicas en esa materia. Los trabajadores tienen relaciones de corto plazo con las empresas, e incluso se cambian frecuentemente a otros sectores productivos, por lo que la inversión en capital humano no es rentable para los privados. Esta “falla de mercado” hace fundamental una mejora radical en el sistema de formación de competencias chileno, que fue objeto de un estudio anterior de la CNP.
Donde sí vemos espacios para que las empresas tomen la iniciativa, es en la adopción de tecnologías y mejores prácticas de gestión. Detectamos problemas importantes de planifi cación y diseño de las obras, que llevan a extensiones de plazos y aumentos de costos innecesarios. La
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adopción de BIM, por ejemplo, es todavía muy incipiente en Chile.
¿Cuánto se necesita para acortar la brecha respecto a países más industrializados?
Chile tiene un problema grave de productividad en todos los sectores económicos. Nuestra capacidad de generar valor a partir de los recursos productivos está básicamente estancada, y el sector de la construcción no es la excepción. Me parece que esto no se debe a una falta de inversión: invertir es añadir más recursos productivos, y no implica necesariamente una utilización más efi ciente de éstos. En los últimos 15 años, Chile ha pasado por períodos de aceleramiento de la inversión que no se han traducido en mayor productividad.
A la hora de explicar las brechas de productividad, cobran mucha mayor importancia factores estructurales, como la calidad de nuestro sistema educativo, la presión competitiva hacia la innovación, y el capital social y cultural del país.
¿Cuál es el mensaje de la comisión para la REACTIVACIÓN y lograr llegar o mejorar los niveles previos al estallido social y la pandemia?
La reactivación requiere de un manejo extremadamente prolijo de la situación sanitaria, de un impulso fi scal robusto y de lograr una armonía social que es requisito para el buen desempeño de cualquier economía. La construcción tiene un rol muy importante en esta etapa, pues es intensiva en mano de obra y muy sensible a las expectativas de crecimiento futuro. Por ello, estamos ante una oportunidad de realizar reformas signifi cativas de mejora al aparato estatal. El sentido de urgencia debiera encauzarse hacia el perfeccionamiento de nuestro sistema de infraestructura pública, que posibilitaría la ejecución ágil y la aceleración de proyectos de infraestructura actualmente estancados.
Lo importante es que estas reformas no solo son urgentes desde el punto de vista de la reactivación, sino que además constituirían un avance hacia el mejor uso de los recursos en el largo plazo.N&C