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Arquitectura, Espacio Público y Patrimonio
CHILE: UNA LARGA Y ANGOSTA faja costera expuesta a un TSUNAMI SILENCIOSO
“N
os estamos hundiendo”, señaló Simon Kofe ministro de relaciones exteriores de Tuvalu (país de Asia cerca de
Samoa) que ha saltado a la opinión pública gracias a la mediática imagen dando un discurso para la COP26 en Glasgow desde su isla y con el agua hasta las rodillas. Literalmente con los pies en el agua, con traje y corbata y hablando ante el atril, se dirigió a los líderes mundiales para pedir que actúen urgentemente. Tuvalu es el primer país que está condenado a hundirse producto de los efectos del calentamiento global. Un informe internacional señala que los países más expuestos son China, India y Vietnam. Mientras que entre las ciudades más vulnerables aparecen Calcuta, Shanghai, Bangkok, Ámsterdam, Nueva Orleans, Venecia y Miami.
Humberto Eliash Arquitecto de la Universidad de Chile, profesor titular de la misma casa de estudios, fundador de Eliash Arquitectos, autor de numerosos libros, y actualmente es past president del Colegio de Arquitectos de Chile.
83 | NEGOCIO & CONSTRUCCIÓN | Enero 2022
Chile está lejos del riesgo que tiene Tuvalu, pero al tener 4.300 kilómetros de costa hacia el océano pacífico y sólo por ese hecho nos convierte en uno de los paises más expuestos a las variaciones del nivel del mar frente a sus costas. En otro estudio se señala que Arica, Coquimbo y Valdivia serán las ciudades costeras de Chile más afectadas. Si a ello sumamos la cantidad de incendios forestales (170 en lo que va corrido de la temporada) que crece anualmente y la sequía que avanza inexorablemente de norte a sur, el panorama de las consecuencias del calentamiento global sobre Chile es
bastante preocupante. Sin embargo, nuestras autoridades y la población no parecen tener conciencia de la gravedad del problema y de la urgencia de hacer acciones al respecto. Si somos optimistas podemos estar tranquilos, pues Chile tiene una larga capacidad de reacción frente a los fenómenos naturales como los terremotos y los tsunamis que nos pone en ventaja ante países que no tienen esa experiencia. Ahora, si nos ponemos pesimistas, debemos alarmarnos pues no vemos suficientes iniciativas y acciones para evitar un desastre que podría afectar a unas 970 mil personas, y entonces uno se pregunta: ¿Qué pasará con los palafitos de Chiloé?, ¿qué pasará con los territorios insulares de Chile como Rapa Nui, Juan Fernandez y otros?, ¿están preparados nuestros puertos para la subida del nivel del mar? La resiliencia de Chile será puesta a prueba una vez más pero no será solamente por los terremotos y maremotos. En esta oportunidad el cambio climático nos enfrenta a nuevos desafios: esta vez se trata de un tsunami silencioso para el cual no estamos preparados. N&C
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