Experto Humberto Eliash: Los encofrados para el

Arquitectura, Espacio Público y Patrimonio LOS ENCOFRADOS PARA EL HORMIGÓN: presentes en las GRANDES OBRAS de la historia

Ala cultura grecorromana le debemos gran parte de lo que sabemos sobre métodos de construcción y de planificación de ciudades. Específicamente, a los romanos les debemos la creación de grandes estructuras, que superan

Humberto Eliash

Arquitecto de la Universidad de Chile, profesor titular de la misma casa de estudios, fundador de Eliash Arquitectos, autor de numerosos libros, y actualmente es past president del Colegio de Arquitectos de Chile. luces y alturas desconocidas en la antigüedad. A Roma se le reconoce la invención del arco, la bóveda y los encofrados, para lo que hoy llamamos hormigón.

El Panteón de Roma, el acueducto de Segovia, el coliseo de Roma, el coliseo de Pula y el puente de Alcántara, son algunas muestras que aún persisten en Europa, desde hace más de dos mil años, maravillándonos con sus proezas constructivas.

Durante la Edad Media no se produjeron grandes avances tecnológicos, por lo que algunos la han llamado una época oscura y retrógada de la cultura.

Con el Renacimiento, en Europa renacen antiguas prácticas constructivas, basadas en una revalorización del pasado clásico, que, junto a los avances de la época, permitieron un gran desarrollo de la construcción, la arquitectura y la ingeniería.

La época moderna trajo consigo un sustantivo avance de la construcción. Especialmente en acero (en el siglo XIX) y en hormigón armado (en el siglo XX). El desarrollo del hormigón armado, necesariamente, trajo aparejado el progreso de la tecnología de los andamios y los encofrados o moldajes.

En los primeros años, se utilizó la madera de una forma muy artesanal para realizar los encofrados. Esto tenía dos grandes problemas: el alto consumo de este material para un sólo uso y la lentitud del proceso constructivo. Con el tiempo, se desarrollaron moldajes de placas terciadas y placas metálicas para varios usos. Con lo anterior, el hormigón armado tuvo una amplia y masiva utilización en todo tipo de obras como: puentes, represas, plantas industriales, casas, estadios e incluso rascacielos.

Esta evolución sincronizada del hormigón y de los encofrados, hizo posible que aparecieran las magníficas obras de Pier Luigi Nervi, las espectaculares estructuras de cáscaras de Félix Candela, las increíbles bóvedas de ladrillo de Eladio Dieste y los edificios escultóricos de Oscar Niemeyer, y de Santiago Calatrava.

Hoy, los avances tecnológicos ponen a nuestra disposición una batería de nuevas posibilidades de encofrados para el hormigón. Desde la impresión 3D, hasta el uso de moldajes de materiales desechables, entre otras. La prefabricación del hormigón en sus distintas versiones, va de la mano de nuevas formas y materiales de encofrados, además de innovaciones en los métodos constructivos y en la combinación con otros materiales.

Pero no debemos olvidar que todo avance técnico o científico, siempre se apoya en la experiencia previa. Sin ese conocimiento profundo, el emperador Julio César jamás habría podido afirmar: “encontré Roma como una ciudad de ladrillos y la dejé convertida en una ciudad de mármol”. N&C

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