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Experto Sebastián Gallardo: ¿Es la construcción un buen vecino? Compensación por emisiones
Construcción Sustentable
¿ES LA CONSTRUCCIÓN UN BUEN VECINO? Compensación por emisiones
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Cuando hablamos de construcción, existe un consenso absoluto de lo relevante que es este rubro para el país y su desarrollo. Bajo esta premisa, ¿por qué nadie quiere tener una construcción al lado de la casa? La respuesta es sencilla: tiene aspectos muy molestos, como el rui-
Sebastián Gallardo
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Cientista Político de la Universidad Gabriela Mistral, asesor ambiental y estratégico independiente, ex Seremi de Medio Ambiente de la Región Metropolitana. do, los gases, y el polvo, entre otros. A lo anterior le llamamos emisiones.
Las constructoras buscan evitar dichos efectos, pero en la gran mayoría de los casos, no se pueden eliminar; por lo que se deben compensar, tanto al medio ambiente, como a los habitantes que rodean la obra, buscando ser los mejores vecinos posibles.
Por otra parte, la ciudadanía busca evitar que se instalen construcciones cercanas a su domicilio, o bien, presionan constantemente para mejorar la compensación; y al mismo tiempo, buscan mejores instancias de participación que las que contempla la normativa ambiental, respecto al tema de los permisos de edifi cación. Lo anterior nos muestra una falla notoriamente compleja de nuestra institucionalidad.
El marco regulatorio actual es sumamente débil en materia de emisiones. Por ejemplo, cuando hablamos de ruido, existe regulación de ciertas emisiones en el ámbito de la construcción, pero no existen planes, ni programas para compensar. Lo anterior es complejo, porque pese a los límites, se permiten ruidos, lo que es muy molesto; más cuando son obras que pueden durar años. Existen ejemplos de compensaciones voluntarias que podrían ser un aporte a ser mejores vecinos y que podrían llegar a normarse, como es el caso de instalación de ventanas de termo panel en los receptores de ruidos más cercanos.
Sin embargo, la regulación sí funciona, cuando hablamos de emisiones por combustión y por polvo en suspensión, MP2.5 y MP10 respectivamente. La Región Metropolitana tiene hoy una normativa local, que obliga en el marco de evaluación ambiental a compensar dichas emisiones. Pudiendo ser esto último, a través del recambio de calefactores a leña por equipos de aire acondicionados, en el caso de MP2.5, y de recuperación de áreas verdes urbanas o de sitios de protección ecológica, mejorando las condiciones de mantenimiento del bosque nativo, que es un gran captador de polvo en suspensión, en el caso de las emisiones MP10. Aprovecho de precisar que se compensa generalmente sobre el 120% de lo emitido.
Lo anterior es un ejemplo de una norma que ha generado efectos muy positivos en una región, pero no deja de ser una iniciativa local, enmarcada en un plan para la descontaminación, y no una política nacional que permita bajar las emisiones en el país. Esto llama profundamente la atención, porque sería un aporte al combate contra el calentamiento global y no solo a una región.
Se debe ser consciente de la necesidad de ir más allá, y ser buenos vecinos donde estemos. No esperar una norma que nos obligue a disminuir y compensar, porque esto último debe ser eje del desarrollo de cualquier industria en un país que busca la sustentabilidad. N&C