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Alfonso Millabur: Un Estado único e indivisible puede estar compuesto de múltiples naciones
UN ESTADO ÚNICO E INDIVISIBLE PUEDE ESTAR COMPUESTO DE MÚLTIPLES NACIONES
Ha comenzado la campaña para el plebiscito que el 4 de septiembre defi nirá si Chile aprueba o no la propuesta constitucional trabajada por la Convención. Para los pueblos indígenas será más bien una campaña informativa, donde nos tocará aclarar dudas, acusaciones, mentiras y confusiones que abundan en medios y redes sociales sobre política y derecho indígena.
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Lo hacemos sin alarma ni ofensa. Entendemos que Chile es un país muy atrasado en materia indígena, empezando por ser uno de los dos países en el continente que ni siquiera reconocen nuestra existencia (junto a Uruguay).
En este sentido, la plurinacionalidad no es más que una puesta al día respecto de una deuda histórica. Se trata del reconocimiento de una realidad fáctica: somos una sociedad diversa, constituida por múltiples naciones, que existían antes de la creación del Estado independiente de Chile.
Para esto es importante no quedarnos en el pasado, y superar un concepto de Estado ya obsoleto internacionalmente. Estado y Nación no son sinónimos. El primero es un concepto político y jurídico, que se construye en base a grupos humanos diversos. Una nación constituye al grupo humano unido por vínculos históricos, costumbres, tradiciones, lengua, y religiosidad. Por eso, un Estado único e indivisible (como se asegura en los artículos 3 y 187 de la nueva Constitución) puede estar compuesto de múltiples naciones.
Según las Naciones Unidas, en el mundo hay unos 200 Estados y unas 2.000 naciones; por lo tanto, la mayoría de los Estados están construidos sobre varias naciones. Se trata de un reconocimiento que, por lo demás, existe bajo otras denominaciones (multiculturalidad, plurietnicidad, etc.) en muchos países desarrollados, tales como Estados Unidos, Canadá, España, Dinamarca, etc. No es tan solo un reconocimiento ecuatoriano o boliviano.
No existe evidencia empírica que permita demostrar que la plurinacionalidad haya aportado a la inestabilidad política de los países que la incorporan. Muy al contrario, constituye un paso importante en aras de una convivencia armónica, civilizada y, por sobre todo, en paz.
Esto no quiere decir que los pueblos originarios tengan privilegios o un trato preferencial por sobre el resto. Tan solo se les permite a estos seguir coexistiendo en un plano de igualdad respecto del ejercicio de sus tradiciones culturales, sociales y económicas.
Con la Convención Constitucional desenterramos un espejo que estaba escondido hace mucho tiempo. Es hora de mirarnos en él y reconocer nuestros orígenes y los de los demás pueblos que componen a la sociedad.
Adolfo Millabur, ex convencional constituyente mapuche. Dirigente social y político independiente, ex alcalde de Tirúa, co-creador de la Ley N°20.249, más conocida como Ley Lafkenche, y de la inclusión de la enseñanza de lenguas indígena en la LOCE.