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Experta Cristina Pardo: Dinamizar la productivi dad y el empleo, o no hacer nada, y olvidarnos de la recuperación

Inversión e infraestructura critica

DINAMIZAR LA PRODUCTIVIDAD y el empleo, O NO HACER NADA, y olvidarnos de la recuperación

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Tras la Gran Depresión, el economista británico John Maynard Keynes (1883–1946), encabezó una revolución del pensamiento económico que descalificó la idea, entonces vigente, de que el libre mercado automáticamente generaría pleno

Cristina Pardo

Cristina Pardo es economista de la Universidad de Santiago de Compostela, España. Master Degree in Infrastructure Utility Management de la Universidad Politécnica de Madrid, y ha desarrollado toda su carrera profesional en la relación público-privada en distintos países de los cinco continentes. empleo. Postuló que la demanda agregada es el motor de la economía. Los economistas keynesianos creemos que el libre mercado carece de mecanismos de auto-equilibrio, y la necesidad de políticas públicas anticíclicas para reducir el impacto de la crisis, sin erosionar irremediablemente las cuentas públicas: reducción de impuestos o aumento del gasto público. Evidentemente, lo primero no es el objeto de la reforma tributaria, aunque sí lo es la redistribución de la riqueza, entiendo.

El gasto público y la formación bruta de capital fijo (inversión), son los dos elementos -junto al consumo y las exportaciones netas- de la demanda agregada en los que trabajar, para superar esta crisis y recuperar la senda de crecimiento a partir de 2023.

Chile es responsable en materia fiscal desde hace ya un tiempo. Hace unos días participé de la presentación a inversores del Ministro Marcel. Recuperé la confianza en el rigor de una trayectoria como la del conductor de Hacienda, y su exposición clara de la economía, junto al desafío de introducir mayor equidad y mejoras sociales. Me pregunto si el Ejecutivo se apoyará fuertemente en su mirada templada y serena ante el desafío económico, y hará menos caso al clamor populista -mas no popular-.

Siendo conscientes de la necesidad de enderezar la aguja del gasto público, para relajar los niveles de déficit post COVID -que cerrará este año a 0- y de deuda pública, no es menos cierto que la contribución estatal a los grandes proyectos de capital, como son: los de infraestructura social y estratégica, en forma de subsidio, combinada con el refuerzo de instituciones tan relevantes como, la Dirección General de Concesiones y sus socios del sector privado, serán el motor defi nitivo para Chile.

Decía Ginés de Rus cuando trataba La Inversión en Infraestructura como Política Anticíclica que “hay que gastar dinero público para estimular la economía en el corto plazo. Mejor hacerlo en construcción de obras de ingeniería civil que, junto al efecto multiplicador, hacen que el país sea más productivo a largo plazo”.

Ahora, yendo al caso particular de infraestructura crítica que me preocupa, observamos, los que tenemos la mirada fija en la agenda de proyectos de cada gobierno, que el MOP hereda una serie de proyectos por licitar. A la espera en esa tensa, y muchas veces larga y desgastante línea de salida, se mantiene expectantes a inversores y promotores de la alianza público privada. Han pasado varios meses desde que se comprometió la actualización de una agenda que diera -idealmente- continuidad a la anterior, y la enriqueciese con nuevos proyectos. No hay tiempo para divagar: la economía chilena depende de ese tipo de decisiones e intervención institucional. El Estado puede dinamizar la productividad y el empleo; o no hacer nada y olvidarnos de la recuperación. N&Cv

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