Claves para comprar e invertir en obligaciones del Estado
Comprar e invertir en obligaciones del Estado es una opción. En esta edición, Néstor Chayelle recomienda una lectura sobre las características de este producto financiero, los plazos que pueden establecerse y las modalidades de compra.
Claves para comprar e invertir en obligaciones del Estado
Recomendado por Néstor Chayelle La inversión en deuda pública es, a día de hoy, una de las opiniones más comunes entre los ahorradores que deciden dedicar parte de su dinero a la inversión de capital.
El Tesoro Público se encarga de emitir deuda pública en forma de 3 productos: las letras, bonos y obligaciones. Éste último se trata de deuda pública emitida a muy largo plazo (se trata de vencimientos de 10, 15 ó 30 años). ¿Que debes saber las obligaciones del Estado? Antes que nada es necesario que conozcas en qué consiste este producto financiero y sus características:
En primer lugar, al tratarse un producto financiero igual a las letras o bonos, las obligaciones ayudarán a obtener
financiación al Estado. Esto quiere decir que obtendrán liquidez y que irá destinado el dinero recaudado a invertirse en acciones o políticas.
Las obligaciones son los productos que más tardío tiene su vencimiento. En concreto, dichos vencimientos pueden ser de 10, 15 ó 30 años, dependiendo de aquel que elijamos. Es por ello que son catalogados como productos a muy largo plazo. El importe mínimo es de 1000 euros, siendo para cantidades superiores necesario que sea múltiplo del número 1000.
Al igual que sucede con las letras y bonos, las obligaciones se someten a subasta para poder ser adquiridas (al menos en el mercado primario). Por otro lado, deberemos de fijarnos en el calendario de subastas para estar pendientes de cuándo saldrán nuevas emisiones. El riesgo es más elevado con respecto a las letras y a los bonos. El tiempo que pasa desde la compra del título hasta su vencimiento es menor, por eso la incertidumbre del qué pasara aumenta y a consecuencia de ello también lo hace el riesgo.
La rentabilidad es mayor. Claro, si nos arriesgamos a invertir una cantidad durante mucho más tiempo, es normal que nos ofrezcan más intereses por ello. Es por ello que los intereses suelen ser muy superior a los de las letras del Tesoro (ronda el 4 ó 5%, aunque es algo muy relativo).
Los intereses que se cobran serán anuales y son fijos. Es decir, el inversor o particular que tenga en posición la obligación conocerá cuándo y cuánto dinero recibirá. ¿Cómo comprar obligaciones del Estado?
Para comprar este producto del Tesoro Público podemos hacerlo desde diferentes maneras. En concreto 3: hacerlo por cuenta propia, es decir, adquirir las obligaciones tú mismo desde la página web
del Tesoro; a través de un intermediario financiero o a través de una entidad bancaria. Estas dos últimas opciones son las más costosas, pues se suelen llevar cierta comisión por la operación realizada.
Una vez decidido el producto a comprar deberemos seleccionar el vencimiento que queramos que tenga. Normalmente, cuando nos fijamos en el calendario de subastas, las obligaciones (y el resto de productos) vienen
con fechas pre-fijadas. Esto quiere decir que deberemos seleccionar el producto con fecha de vencimiento ya establecida (que será de 10, 15 ó 30 años).
Una vez seleccionado el producto, deberemos de identificarnos en el sistema de la web Tesoro. Para ello, deberemos hacerlo mediante e-DNI o certificado digital. Una vez dentro y seleccionado el producto que hemos encontrado, deberemos de
realizar los siguientes pasos que se nos indica. En definitiva, deberemos de hacer una transacción a un número de cuenta que se nos indica junto al nº de boletín que se nos proporciona. Tras el día de la subasta, se nos asignará el producto y recibiremos un correo confirmando el importe que hemos ingresado.
Los intereses que nos aporte el producto lo iremos recibiendo en la cuenta que hemos asociado. De esta manera, recibiremos anualmente (en
caso de haber comprado obligaciones) la cantidad de dinero correspondiente.
Este proceso de compra también es válido para letras y bonos, que se sirven del mismo sistema para comprar dichos títulos. Fuente: Economía Simple