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Capítulo 16 Los Ángeles durante la Pasión y Muerte de Cristo

Jesús y sus discípulos en Getsemaní

En compañía de sus discípulos, el Salvador se encaminó lentamente hacia el huerto de Getsemaní. La luna de Pascua, ancha y llena, resplandecía desde un cielo sin nubes... Al acercarse al huerto, los discípulos notaron el cambio de ánimo en su Maestro. Nunca antes le habían visto tan completamente triste ycallado. Mientras avanzaba, esta extraña tristeza se iba ahondando... {VAAn 197.1}

Cerca de la entrada del huerto, Jesús dejó a todos sus discípulos, menos tres, rogándoles que orasen por sí mismos y por él. Acompañado de Pedro, Santiago y Juan, entró en los lugares más retirados... {VAAn 197.2}

“Quedaos aquí dijo , y velad conmigo”. {VAAn 197.3}

Fue a corta distancia de ellos no tan lejos que no pudiesen verle y oírle y cayó postrado al suelo. Sentía que el pecado le estaba separando de su Padre. La sima era tan ancha, negra y profunda que su espíritu se estremecía ante ella... {VAAn 197.4}

Sintiendo quebrantada su unidad con el Padre, temía que su naturaleza humana no pudiese soportar el venidero conflicto con las potestades de las tinieblas. En el desierto de la tentación, había estado en juego el destino de la raza humana. Cristo había vencido entonces. Ahora el tentador había acudido a la última y terrible lucha, para la cual se había estado preparando durante los tres años del ministerio de Cristo. Para él, todo estaba en juego. Si fracasaba aquí, perdía su esperanza de dominio; los reinos del mundo llegarían a ser finalmente de Cristo; él mismo sería derribado y desechado. Pero si podía vencer a Cristo, la tierra llegaría a ser el reino de Satanás, y la familia humana estaría para siempre ensupoder. Frentea las consecuenciasposibles delconflicto,embargabaelalmade Cristo el temor de quedar separada de Dios. Satanás le decía que si se hacía garante de un mundo pecaminoso, la separación sería eterna... {VAAn 197.5}

Satanás presentaba al Redentor la situación en sus rasgos más duros: el pueblo que pretende estar por encima de todos los demás en ventajas temporales y espirituales te ha rechazado... Uno de tus propios discípulos... te traicionará. Uno de tus más celosos seguidores te negará. Todos te abandonarán... {VAAn 198.1}

En su agonía, se aferra al suelo frío, como para evitar ser alejado más de Dios... De sus labios pálidos, brota el amargo clamor: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa”. Pero aun entonces añade: “Pero no sea como yo quiero, sino como tú”. El Deseado de Todas las Gentes, 636-638. {VAAn 198.2}

Los ángeles en Getsemaní

El universo celestial había mirado con intenso interés la entera vida de Cristo; cada paso desde el pesebre hasta esta terrible escena. ¡Y qué escena para ser presenciada por miles de miles de ángeles, y por querubines y serafines! The Signs of the Times, 9 de diciembre de 1897. {VAAn 198.3}

Los ángeles se cernían sobre el lugar [Getsemaní] para presenciar la escena. Spiritual Gifts 1:47. {VAAn 199.1}

Vieron al Hijo de Dios, su amado Comandante, en su agonía sobrehumana, aparentemente muriendo en el campo de batalla por salvar a un mundo perdido. Todo el cielo escuchó la oración de Cristo. {VAAn 199.2}

En la agonía de su alma, tres veces sus labios pálidos y trémulos exclamaron: “Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú”. Todo el cielo estaba convulsionado. Veían a su Señor rodeado por legiones de fuerzas satánicas, y su naturaleza humana estremecida por un pavor misterioso. The Signs of the Times, 9 de diciembre de 1897. {VAAn 199.3}

Los ángeles, que habían estado a las órdenes de Cristo en el cielo, estaban ansiosos de confortarlo; pero esta angustia sobrepasaba su comprensión; ellos nunca habían sentido el peso de los pecados del mundo. Sólo podían mirar con asombro al Ser a quien adoraban, sujeto a una tristeza inexpresable. Aunque los discípulos fracasaron en brindar apoyo a su Señor en la hora más terrible de su conflicto, todo el cielo simpatizó con él, y esperó los resultados con intenso interés. The Present Truth, 3 de diciembre de 1885. {VAAn 199.4}

Tres veces el ruego por liberación había brotado de sus labios. El cielo, no pudiendo soportar más la escena, había enviado un mensajero de consolación al postrado Hijo de Dios que desmayaba y moría por causa de la culpa acumulada del mundo. The Present Truth, 18 de febrero de 1886. {VAAn 199.5}

En la suprema crisis, cuando el corazón yel alma se quebraban bajo el peso del pecado, Gabriel fue enviado a fortalecer al divino Sufriente, y animarlo a avanzar por el sendero manchado de sangre. The Signs of the Times, 9 de diciembre de 1897. {VAAn 200.1}

En esta terrible crisis, cuando todo estaba en juego, cuando la copa misteriosa temblaba en la mano del Doliente, los cielos se abrieron, una luz resplandeció de en medio de la tempestuosa oscuridad de esa hora crítica, y el poderoso ángel que está en la presencia de Dios ocupando el lugar del cual cayó Satanás, vino al lado de Cristo. No vino para quitar de su mano la copa, sino para fortalecerle a fin de que pudiese beberla, asegurado del amor de su Padre... {VAAn 200.2}

Losdiscípulosdormidoshabíansidodespertadosrepentinamenteporlaluzquerodeaba al Salvador. Vieron al ángel que se inclinaba sobre su Maestro postrado. Le vieron alzar la cabeza del Salvador contra su pecho yseñalarle el cielo. Oyeron su voz, como la música más dulce, que pronunciaba palabras de consuelo y esperanza... Nuevamente los discípulos cedieron, en su cansancio, al extraño estupor que los dominaba. Nuevamente Jesús los encontró durmiendo. {VAAn 200.3}

Mirándolos tristemente, dijo: “Dormid ya, y descansad. He aquí ha llegado la hora, y el Hijo del Hombre es entregado en manos de pecadores”. {VAAn 200.4}

Aun mientras decía estas palabras, oía los pasos de la turba que le buscaba, y añadió: “Levantaos, vamos; ved, se acerca el que me entrega”. Mateo 26:36-46. {VAAn 200.5}

No se veían en Jesús las huellas de su reciente agonía cuando se dirigió al encuentro del traidor. Adelantándose a sus discípulos, dijo: “¿A quién buscáis?” Contestaron: “A Jesús nazareno”. Jesús respondió: “Yo soy”. Juan 18:4-5. El Deseado de Todas las Gentes, 643-644. {VAAn 201.1}

Cristo se podría haber librado. Cuando pronunció las palabras “Yo soy”, inmediatamente le rodearon los ángeles, y esa multitud tuvo plena evidencia de que Cristo contaba con el poder de Dios. Cada Día con Dios, 267. {VAAn 201.2}

Fue difícil para los ángeles soportar la escena. Hubieran querido libertar a Jesús... pero los ángeles en comando no se lo permitían... Jesús sabía que los ángeles estaban presenciando su humillación... Sabía que el más débil de los ángeles podía dejar sin fuerzas a la turba, y liberarlo. Spiritual Gifts 1:50-51. {VAAn 201.3}

El ángel que acababa de servir a Jesús, se puso entre él y la turba. Una luz divina iluminó el rostro del Salvador, y le hizo sombra una figura como de paloma. En presencia de esta gloria divina, la turba homicida no pudo resistir un momento. Retrocedió tambaleándose. Sacerdotes, ancianos, soldados, y aun Judas, cayeron como muertos al suelo... Pero la escena cambió rápidamente. El Deseado de Todas las Gentes, 644. {VAAn 201.4}

El ángel se retiró, dejando a Jesús en pie, calmo ycon dominio de sí; los brillantes rayos de la luna iluminaban su pálido rostro, mientras sus perseguidores yacían a su alrededor, postrados y sin fuerzas, y los discípulos estaban demasiado asombrados para emitir una palabra. Cuando el ángel se retiró, los endurecidos soldados romanos se pusieron sobre suspies, yjunto alossacerdotes yJudas,rodearona Cristo. Los embargabaun sentimiento de vergüenza por su debilidad, y temían que él escapase de sus manos. The Signs of the Times, 21 de agosto de 1879. {VAAn 201.5}

Los discípulos habían pensado que su Maestro no se dejaría prender... Se quedaron chasqueados e indignados al ver sacar las cuerdas para atar las manos de Aquel a quien amaban. En su ira, Pedro sacó impulsivamente su espada y trató de defender a su Maestro, pero no logró sino cortar una oreja del siervo del sumo sacerdote. Cuando Jesús vio lo que había hecho, libró sus manos... y diciendo: “Basta ya; dejad”, tocó la oreja herida, y ésta quedó inmediatamente sana. Dijo luego a Pedro: “Vuelve tu espada a su lugar”... ¿Acaso piensas que no puedo ahora orar a mi Padre, y que él no me daría más de doce legiones de ángeles?” Mateo 26:52-53. El Deseado de Todas las Gentes, 645. {VAAn 202.1}

Cuando estas palabras fueron dichas, el rostro de los ángeles se animó. Deseaban en ese preciso momento rodear a su Comandante y dispersar la turba enfurecida. Pero otra vez la tristeza los embargó cuando Jesús agregó: “¿Pero cómo entonces se cumplirían las Escrituras, de que es necesario que así se haga?” Mateo 26:54. Los corazones de los discípulos también se sumieron en desesperación y amargo desengaño cuando vieron a Jesús llevado cautivo por la turba. Spiritual Gifts 1:48. {VAAn 202.2}

Ante la corte de Anás y Caifás

Cristo iba a ser juzgado formalmente ante el Sanedrín; pero se le sometió a un juicio preliminar delante de Anás... {VAAn 202.3}

Cuando el concilio se hubo congregado en la sala del tribunal, Caifás tomó asiento como presidente... Al mirar Caifás al preso, le embargó la admiración por su porte noble y digno. Sintió la convicción de que este hombre era de filiación divina. Al instante siguiente desterró despectivamente este pensamiento. El Deseado de Todas las Gentes, 647-

651. {VAAn 203.1}

Todo el cielo presenció el tratamiento cruel dado a Cristo. En las terribles escenas de su juicio, Dios mostró al universo celestial el espíritu que se manifiesta en aquellos que no están dispuestos a obedecer su ley. Manuscript Releases 12:412. {VAAn 203.2}

Fue difícil para los ángeles soportar la escena. Hubieran querido libertar a Jesús,... pero los ángeles en comando no se lo permitían... Jesús sabía que los ángeles estaban presenciando su humillación. {VAAn 203.3}

Allí estaba Jesús, manso y humilde, delante de la multitud enfurecida que abusaba de él. Le escupían el rostro; ese rostro del que un día intentarán en vano esconderse; rostro que da luz a la ciudad de Dios y brilla más que el sol. El mansamente levantaba su mano y se limpiaba, sin siquiera echar una mirada furiosa sobre sus ofensores. Le cubrían con un viejo manto y, mientras cegaban sus ojos, le abofeteaban el rostro, diciendo: “Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó”. Mateo 26:68. Entre los ángeles había conmoción; hubieran ido a su rescate inmediatamente, pero el ángel en comando no se los permitió. Spiritual Gifts 1:50-51. {VAAn 203.4}

Ante Pilato

Los hombres estaban poseídos de un espíritu satánico cuando decidieron que preferían a Barrabás, un ladrón y asesino, en lugar del Hijo de Dios. El poder demoníaco triunfó sobre la humanidad. Legiones de ángeles malignos tomaron completo control de los hombres, y en respuesta a la pregunta de Pilato acerca de quién deseaban ellos que les soltase, bramaron: “Fuera con éste, suéltanos a Barrabás”. Cuando Pilato nuevamente expresó su preocupación de qué hacer con Jesús, el griterío aumentó, diciendo: “¡Crucifícale! ¡Crucifícale!” Al ceder el control a las agencias demoníacas, los hombres tomaron su posición del lado del gran apóstata. {VAAn 203.5}

Los mundos no caídos miraban la escena con asombro, incapaces de comprender la degradación que el pecado había traído. Legiones de malos ángeles controlaban a los príncipes y sacerdotes, y mediante ellos, daban voz a las sugerencias de Satanás para que, ofreciendo soborno y falsedad, tentaran al pueblo y lo persuadieran a rechazar al Hijo de Dios y a elegir un ladrón y asesino en su lugar. ¡Qué escena para que Dios y los ángeles presenciaran! El unigénito Hijo de Dios, la Majestad del cielo, el Rey de gloria, burlado, insultado, rechazado y crucificado por aquellos a quienes había venido a salvar, quienes se habían entregado al control de Satanás. The Review and Herald, 14 de abril de 1896. {VAAn 204.1}

Los ángeles que estaban presenciando la escena, notaron las convicciones de Pilato, y registraron su simpatía por Jesús... {VAAn 204.2}

Satanás y sus ángeles tentaban a Pilato y trataban de llevarlo a su propia ruina. Le sugirieron que si él no tomaba la decisión de condenar a Jesús, otros lo harían. Spiritual Gifts 1:54, 56. {VAAn 204.3}

Aun entonces no se le dejó actuar [a Pilato] ciegamente. Un mensaje de Dios le amonestó acerca del acto que estaba por cometer. En respuesta a la oración de Cristo, la esposa de Pilato había sido visitada por un ángel del cielo, y en un sueño había visto al Salvador yconversado conél...Leviojuzgado eneltribunal.Violas manosestrechamente ligadas como las manos de un criminal. Vio a Herodes y sus soldados realizando su impía obra. Oyó a los sacerdotes y príncipes, llenos de envidia y malicia, acusándole furiosamente. Oyó las palabras: “Nosotros tenemos una ley, y según nuestra ley debe morir”. {VAAn 205.1}

Vio a Pilato entregar a Jesús para ser azotado, después de haber declarado: “Yo no hallo en él ningún crimen”. Oyó la condenación pronunciada por Pilato, y le vio entregar a Cristo a sus homicidas. Vio la cruz levantada en el Calvario. Vio la tierra envuelta en tinieblas y oyó el misterioso clamor: “Consumado es”. Pero otra escena aún se ofreció a su mirada. Vio a Cristo sentado sobre la gran nube blanca, mientras toda la tierra oscilaba en el espacio y sus homicidas huían de la presencia de su gloria. Con un grito de horror se despertó, y en seguida escribió a Pilato unas palabras de advertencia. {VAAn 205.2}

Mientras Pilato vacilaba en cuanto a lo que debía hacer, un mensajero se abrió paso a través de la muchedumbre y le entregó la carta de su esposa que decía: {VAAn 205.3}

“No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él”. Mateo 27:19. {VAAn 205.4}

El rostro de Pilato palideció. Le confundían sus propias emociones en conflicto. Pero mientras postergaba la acción, los sacerdotes y príncipes inflamaban aun más los ánimos del pueblo... {VAAn 205.5}

Pilato anhelaba librar a Jesús. Pero vio que no podría hacerlo y conservar su puesto y sus honores. Antes que perder su poder mundanal, prefirió sacrificar una vida inocente... {VAAn 206.1}

Pilato cedió a las exigencias de la turba. Antes que arriesgarse a perder su puesto entregó a Jesús para que fuese crucificado. El Deseado de Todas las Gentes, 680-681, 687. {VAAn 206.2}

La crucifixión de Cristo

El Hijo de Dios fue entregado al pueblo para ser crucificado... Cargaron sobre él la pesada cruz... pero Jesús se desvaneció por la carga. Entonces encontraron... un hombre que, aunque no había profesado abiertamente su fe en Cristo, no obstante creía en él. Cargaronsobreélla cruz, yéllallevóhasta sudestinofatal.Compañías deángelesestaban formadas en el aire sobre el lugar. Spiritual Gifts 1:57. {VAAn 206.3}

¿Quiénes presenciaron esta escena? El universo celestial, Dios el Padre, Satanás y sus ángeles. Bible Echo and Signs of the Times, 29 de mayo de 1899. {VAAn 206.4}

Angeles celestiales... escuchaban las mofas y burlas, y veían sacudirse las cabezas. Gozosamente hubieran roto filas para acercarse al Hijo de Dios en su humillación y angustia corporal, pero no se les permitió. Manuscript Releases 18:71. {VAAn 206.5}

“A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar”, era la burla lanzada sobre Cristo durante la agonía de su muerte en la cruz. En cualquier momento podría haberse salvado a sí mismo y descendido de la cruz. Pero si lo hubiera hecho, el mundo hubiese quedado bajo el control del gran apóstata. Los ángeles se admiraban de que Jesús no sellase con la muerte los labios de sus escarnecedores. The Youth’s Instructor, 14 de junio de 1900.

{VAAn 206.6}

Entre aquellos que se burlaban de Cristo mientras pendía de la cruz, se encontraban Satanás y sus ángeles personificados. Satanás era el que llenaba sus bocas de maldiciones viles; él inspiraba sus burlas. Manuscript Releases 18:72. {VAAn 207.1}

Los principados y las potestades de las tinieblas estaban reunidos alrededor de la cruz. El gran apóstata, sin manifestarse abiertamente, dirigía a su hueste que, a su vez, se ligaba con seres humanos en su lucha contra Dios. The Signs of the Times, 14 de abril de 1898.

{VAAn 207.2}

[Cristo] luchó con el poder de Satanás, quien declaraba que tenía a Cristo en su poder, que era superior en fuerza al Hijo de Dios, que el Padre había negado a su Hijo y que ya no gozaba del favor de Dios más que él mismo... {VAAn 207.3}

Cristo no cedió en el menor grado al enemigo que lo torturaba, ni aun en su más acerba angustia. Rodeaban al Hijo de Dios legiones de ángeles malos, mientras que a los santos ángelesselesordenaba quenorompiesenfilasniseempeñasenenluchacontraelenemigo que le tentaba y vilipendiaba. A los ángeles celestiales no se les permitió ayudar al angustiado espíritu del Hijo de Dios. Fue en aquella terrible hora de tinieblas, en que el rostro de su Padre se ocultó mientras le rodeaban legiones de malos ángeles y los pecados del mundo estaban sobre él, cuando sus labios profirieron estas palabras: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” Mateo 27:46. Joyas de los Testimonios 1:231232. {VAAn 207.4}

Las tinieblas que cubrían la tierra a la hora de la crucifixión, escondían compañías enteras de agentes celestiales, y la tierra se sacudía ante la marcha de los ejércitos del cielo. Las rocas se partían, y por tres horas la tierra se cubrió de una oscuridad impenetrable. La naturaleza, con su oscuro manto, quería esconder los sufrimientos del Hijo de Dios.

Manuscript Releases 5:353. {VAAn 208.1}

El Padre, junto con sus ángeles, se escondía en la espesa oscuridad. Dios estaba junto a su Hijo, sin manifestarse a él ni a ningún ser humano. Si un rayo de su gloria y su poder hubiera penetrado la oscura nube, todos los espectadores hubiesen sido destruidos.

Manuscript Releases 12:385. {VAAn 208.2}

¿Cómo podría el cielo guardar silencio? En la horrible oscuridad que rodeaba la cruz, en las rocas que se partían, en el bramido del trueno y el fulgor del relámpago, en la tierra que se sacudía al paso de los ejércitos celestiales, el cielo reaccionaba al ver a su Comandante sufrir tal indignidad. The Review and Herald, 1 de septiembre de 1891. {VAAn 208.3}

Cuando Cristo exclamó: “Consumado es”, los mundos no caídos quedaron asegurados. Para ellos la batalla había sido peleada y la victoria conseguida. Satanás no tendría lugar en los afectos del universo. The Review and Herald, 12 de marzo de 1901. {VAAn 208.4}

Los santos ángeles se horrorizaban de que alguien que había estado con ellos pudiera haber caído tan bajo que fuera capaz de producir tal crueldad como la que sufrió el Hijo de Dios en el Calvario. Cualquier sentimiento de pena o simpatía que pudieran haber tenido por Satanás se extinguió en sus corazones. The Signs of the Times, 23 de septiembre de 1889. {VAAn 208.5}

La mano del sacerdote no fue la que rasgó de arriba abajo el hermoso velo que dividía el lugar santo del santísimo. Fue la mano de Dios. Cuando Cristo exclamó: “Consumado es”, el Vigilante Santo que había sido el huésped invisible en el festín de Belsasar dictaminó que la nación judía era una nación excomulgada. La misma mano que trazó sobre la pared los caracteres que registraron la condenación de Belsasar y el fin del reino de Babilonia, fue la que rasgó el velo del templo de arriba abajo. Comentario Bíblico Adventista 5:1084. {VAAn 209.1}

[Los dirigentes judíos] bajaron su cuerpo y lo colocaron en la tumba nueva de José. Rodaron la gran piedra a la puerta del sepulcro razonando que los discípulos podían venir en la noche y hurtar su cuerpo. Los malos ángeles celebraban alrededor del sepulcro pensando que Cristo había sido vencido. Una guardia de soldados romanos cuidaba la tumba. Los judíos habían tomado las mayores precauciones para que su triunfo fuera completo. No tomaron en cuenta, sin embargo, que ángeles celestiales guardaban el lugar donde su amado Comandante descansaba. The Review and Herald, 9 de octubre de 1888. {VAAn 209.2}

No fue sino hasta la muerte de Cristo que el verdadero carácter de Satanás fue claramente revelado a los ángeles y a los mundos no caídos. Fue entonces que la prevaricación y las acusaciones de aquel que había sido un ángel exaltado, fueron vistas en su verdadera luz. The Signs of the Times, 27 de agosto de 1902. {VAAn 209.3}

La muerte de Cristo sobre la cruz, aseguró la destrucción de aquel que tiene el poder de la muerte y fue el originador del pecado. Cuando Satanás sea destruido, no habrá quién tiente a hacer el mal; la expiación no será repetida, y no habrá peligro de otra rebelión en el universo de Dios. Lo único que pudo efectivamente vencer el pecado en este mundo, también evitará un nuevo brote de pecado en el cielo. {VAAn 209.4}

El significado de la muerte de Cristo será entendido por ángeles y santos. Los hombres caídos no hubieran podido tener un hogar en el paraíso de Dios, si no fuera por el Cordero que fue inmolado antes de la creación del mundo... La seguridad de los ángeles también depende de los sufrimientos del Hijo de Dios; por eso le ofrecen honor y gloria. Es mediante la eficacia de la cruz, que los ángeles son guardados contra la apostasía. Sin la cruz, no estarían más seguros que lo que estaban los ángeles antes de la caída de Satanás. La perfección angélica falló en el cielo; la perfección humana falló en el Edén... El plan de salvación, que muestra el amor y la justicia de Dios, provee la eterna salvaguardia contra la rebelión en los mundos no caídos... La muerte de Cristo en la cruz del Calvario es nuestra única esperanza en este mundo, y será nuestro tema en el mundo venidero. The Signs of the Times, 30 de diciembre de 1889. {VAAn 210.1}

Cristo, mediante su vida y su muerte, ha contestado para siempre la pregunta acerca del carácter de Dios, de su esencia de amor y luz. Esta fue la pregunta que agitó el cielo, y fue el comienzo de la rebelión de Satanás contra Dios. El cambio o abolición de las leyes de su gobierno en las cortes celestiales, era la demanda que se requería como evidencia de su amor. The Review and Herald, 21 de octubre de 1902. {VAAn 210.2}

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