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LaReforma

Los males que afligían entonces la cristiandad: a saber, la superstición, la incredulidad, la ignorancia, las vanas especulaciones y la corrupción de costumbres, frutos naturales del corazón humano, no eran nuevos en la tierra. Muchas veces habían figurado en la historia de los pueblos: habían atacado, sobre todo en el oriente, diversas religiones que habían tenido sus días de gloria. Estas religiones enervadas habían sucumbido bajo el peso de estos males, y ninguna volvió a levantarse jamás. ¿Debe ahora el cristianismo experimentar la misma suerte? ¿Se perderá como aquellas antiguas religiones de los pueblos? ¿ El golpe que les causó la muerte, será bastante fuerte para quitarle la vida ? ¿ No habrá nada que lo salve ? Estas fuerzas enemigas que lo agobían y que han destruído tantos cultos diversos podrán afirmarse sin oposición ? ¿De qué manera se realiza esta vivificación de la Iglesia y del mundo ? Puedense considerar en este caso dos leyes, por las cuales Dios gobierna en todo tiempo el mundo. En primer lugar, prepara lentamente y de lejos lo que quiere cumplir; suyos son los siglos para ejecutarlo. Enseguida, cuando el tiempo ha llegado, efectúa las cosas más grandes por los medios más pequeños.

Chapter 4

History of the Reformation, Volume 1

Jean-Henri Merle D’Aubigne

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