Ciudades filipinas no dan abasto con entierro de cadáveres; cifra de muertos sube a 927 El total de muertos causados por la tormenta tropical Washi, que arrasó el sur de Filipinas, es de 927 muertos, declaró el lunes el jefe del consejo nacional de prevención de catástrofes. La mayoría de las muertes se produjeron en las devastadas ciudades portuarias de Cagayán de Oro y de Iligand en la isla de Mindanao. El nuevo balance fue comunicado después de que socorristas del gobierno hallaran más cuerpos en Mindanao, donde la tormenta Washi ocasionó fuertes lluvias y provocó los desbordamientos de ríos que arrasaron poblaciones enteras durante el fin de semana. “Hay 927 muertos. Hemos perdido la cuenta de los desaparecidos”, dijo Benito Ramos, jefe del organismo nacional de prevención de catástrofes. El balance anterior era de 662 muertos y 82 desaparecidos.
La Cruz Roja filipina informó por su parte de 713 muertos y 563 desaparecidos. Este número supera los 464 fallecidos en 2009 cuando una tormenta tropical generó fuertes lluvias en la isla de Luzon, inundando casi toda la capital, Manila. Debido a la confusa situación, es difícil saber si algunos de los desaparecidos no se encuentran entre las víctimas mortales ya localizadas o si incluso podrían haber sido rescatados. Según la Cruz Roja de Filipinas, las funerarias no tienen más capacidad para seguir recibiendo cadáveres en las ciudades de Cagayan de Oro e Iligan. Además, las ciudades se estaban quedando sin espacio en los centros de evacuación y sin ataúdes. Por ese motivo, los socorristas comenzaron a cavar fosas colectivas para numerosos cuerpos no identificados, según indicó el alcalde de Iligan,
Lawrence Cruz. "Las funerarias ya no pueden recibir más cuerpos. Hay unos 50 cadáveres que ya se están descomponiendo", alertó. El jefe de la agencia nacional de desastres, Benito Ramos, había sugerido cavar tumbas masivas para evitar un brote de enfermedades, pero las dos grandes ciudades que se vieron más afectadas por el fenómeno climático tomaron distintas decisiones. Funcionarios en Iligan dijeron que podrían enterrar el lunes unos 80 cuerpos en un cementerio público, pero en parcelas y tumbas individuales. Los trabajadores se apuraban para construir las tumbas. "Definitivamente, no los estamos enterrando en un tumbas masivas. Esto ya no se permite", dijo a Reuters Levi
Villarin, funcionario de salud de la ciudad. En Cagayan de Oro, funcionarios movieron cientos de cuerpos que no han sido reclamados a un vertedero sanitario para un entierro masivo después que los residentes se quejaran del hedor. "Ellos (los funcionarios locales) tienen que enterrar estos cuerpos en descomposición porque ya no pueden ser reconocidos y están evitando un posible brote de enfermedades", dijo Ramos. Vicente Emano, alcalde de Cagayan de Oro, dijo que las autoridades estaban planeando poner algunos cuerpos en camiones refrigerantes hasta que las agencias gubernamentales identificaran a los muertos con análisis de ADN y huellas dactilares.