Tango: percepción del contacto

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IR - Laboratorio de Tango

http://www.irtangolab.blogspot.com.ar Percepción del contacto

Bailar implica sentir. Pero, ¿qué es sentir? Sentir: ¿es lo mismo que percibir?

Bailar tango es un estallido de química en si mismo. Puede empezar por el contacto. Lo que no vemos, lo que no sabemos en detalle como y por qué, se nos presenta igual sin ser conscientes. Nuestro cuerpo entero dialoga con los otros cuerpos, pero el lenguaje que utiliza no es de las palabras sino el de la química y el movimiento. Los invitamos a explorar y explotar de emociones. Los invitamos a bailar.

N

os proponemos ampliar nuestra relación con estos dos fenómenos, que mal o bien, intentan estar contenidos (desde el lenguaje) dentro de la definición de “sentir” y “percibir”. La ciencia y el arte se necesitan mutuamente para poder arrimarse a comprender y transformar la totalidad de lo real, al fenómeno general; y para ello, contamos con herramientas fragmentadas, como puede ser separar – por un momento – los sentidos de la percepción. Solo a modo de introducción, empecemos por ver su historia biológica. Los sentidos evolucionaron mucho antes de la percepción. Ambos (por definición) involucran al sistema nervioso (tanto central como periférico). Los sentidos registran la información, tanto externa a nuestro cuerpo como interna 1, y la percepción es la interpretación de esa enorme magnitud de “datos”, en base a criterios dados biológicamente (genéticos) o aprendidos (memoria). Ambos operan automáticamente sin el consentimiento de nuestra conciencia (es decir, no es necesario ser consciente para sentir o percibir), aunque ambos pueden ser modulados desde la conciencia. Por ejemplo, podemos dejar de es-

cuchar literalmente un sonido (el ruido de la heladera) y no porque tomemos la decisión de hacerlo, sino más bien porque tanto nuestro cerebro (la parte que regula la audición) como el órgano de Corti (en el oído) tienen mecanismos para filtrar los “ruidos” de fondo que no dan ninguna información relevante (al menos, desde la experiencia previa) independientemente de nuestra atención y decisión. El ejemplo más notable para poner en evidencia que sentir y percibir son procesos diferentes (aunque son parte de un proceso mayor) lo prestó el arte con las ilusiones ópticas. Su estudio nos ha permitido darnos cuenta que no todo es como lo vemos (lo que se puede hacer extensivo a todos los sentidos): la película que vivimos internamente no es una copia fiel de lo real. Es la interpretación (la percepción) de lo real (la psicología se refiere a veces a esto como la “realidad”). ¿Vivimos un sueño de lo real? ¿Nuestro cuerpo se autoengaña? Estas preguntan son realmente muy profundas y complejas, y amerita distintas intervenciones para alcanzar, muy aproximadamente, una comprensión de lo que


realmente debe estar ocurriendo.

lucran el contacto cutáneo y como esta “lectura” de lo “externo” se puede traducir como ¿Y por qué nos atañe este dilema, en el con- placentero o desagradable. Nos concentratexto de un laboratorio de Tango? Como remos en los receptores que están presentes grupo nos preguntamos honestamente si es en la piel y que normalmente todos tienen inrealmente necesario hacer consciente todos corporados como “el sentido del tacto”. estos procesos biológicos para bailar. De alguna manera, bailar implica movimiento, En primer lugar, queremos señalar un hesensación y precepción, tanto como todo lo cho físico: la materia (“o sea nuestro cuerpo”) demás de nuestra vida cotideana; y no an- nunca se toca realmente con otra cosa. Lo damos por la vida “haciéndonos conscien- que oficia de “pegamento” o de mediador ente” de todo lo que nos pasa (en un sentido tre la materia es la energía que esta asociada detallado). No le enseñamos a un bebe que a dicha materia. Es decir, que nosotros podeocurre cuando gatea o cuando se lanza ver- mos sentir que estamos tocando a alguien o tiginosamente a caminar: solo lo acompaña- algo, pero si hiciéramos zoom al nivel atómimos en el proceso y lo cuidamos. Es decir, co o molecular, veríamos que los átomos de que aprender no necesariamente involucra un extremo esta increíblemente lejos de los la conciencia (de hecho, en gran medida no átomos del otro. Nuestros sentidos (en este lo hace). Sin embargo, apostamos que si jun- caso el tacto) es un fenómeno tanto material tamos el conocimiento y las preguntas que como energético: material porque involucra tiene la ciencia (en este caso la neurocien- a los receptores celulares (y un montón de cia) con el conocimiento y las preguntas que moléculas específicas); y energético porque trae el arte (en este caso, la danza del Tango) lo que sentimos (tanto como temperatura quizás podamos “reaprender” en un plano como presión, etc) es la energía asociada a social modos diferentes de hacer lo mismo las moléculas. que sean más efectivos a nuestros objetivos; por ejemplo, sentir placer al bailar. Aumentemos nuevamente el zoom y volvamos a una escala celular. No existe una úniHoy empezaremos por los sentidos que invo- ca cosa que sea el tacto (o en todo caso, lo Figura 1. Receptores somatosensoriales de la piel


que nosotros percibimos como tal, involucra señales muy diferentes entre si). A través del contacto físico, por medio de la piel, nosotros podemos discriminar textura, presión, vibración, temperatura y dolor. Cada una de estas informaciones está captada y cedida al Sistema Nervioso por diferentes receptores. Y este registro no es homogéneo e inalterable, sino que puede variar según su localización corporal o incluso por tipo o duración del estímulo.

5) Además, existen terminaciones nerviosas libres capaces de registrar directamente el dolor físico (nocicepción), químico o temperatura (calor o frio).

Por último, los pelos de la piel tienen terminaciones nerviosas brindando información fundamental sobre el contacto con el ambiente. Incluso en otros mamíferos como los roedores y los gatos, los bigotes juegan un rol clave para el animal para calcular la dimensión espacial y deducir si entra o no en determinado Hay – al menos – tres aspectos relevantes espacio. para comprender la diversidad de los receptores somatosensoriales (“sentir” del “cuer- El campo receptivo de una neurona po”), de la propiocepción (percepción mecá- somatosensitiva (y/o del receptor) es la renica interna) y de la nocicepción (percepción gión de la piel dentro de la cual un estímulo del dolor): a) el tipo de energía que registra; táctil desencadena una respuesta sensitiva. b) el campo receptivo; y c) el umbral de ac- Esto depende de la cantidad de receptores tivación y su adaptación (o sea: el aspecto somatosensoriales relacionados a una miseléctrico). ma neurona somatosensitiva y de la presencia de otras neuronas inhibitorias (neuronas En el órgano de la piel existen al menos que inhiben a las neuronas vecinas). Cuanto 5 tipos de receptores que registran diferentes mas grande es el campo receptivo, mayor tipo de energía (mecánica, electromagnéti- es la superficie de contacto que activa a una ca, química, térmica) (ver figura 1): misma neurona. Por el contrario, cuanto mas pequeño es el campo receptivo, mayor es la 1) El Corpúsculo de Meissner se acti- capacidad de discriminar dos puntos de conva y da señal con la presión y las vibraciones tactos como diferentes. Es decir, la capacide baja frecuencia que se originan cuando dad de discriminar dos puntos esta asociada se deslizan objetos texturados sobre la piel, y a campos receptivos pequeños. este es responsable del 40% de las sensaciones de la mano (clave para sensación fina) En la Figura 2A, pueden observar una manera para experimentar sobre su propio cuerpo 2) El Corpúsculo de Pacini también la variación que existe en campos receptivos registra la presión y las vibraciones, pero en según la zona del cuerpo. En otras palabras, este caso, por su estructura y localización la sensibilidad es diferente en distintas regiomás profunda, se activa con presión profun- nes del cuerpo; de esta manera, los dedos, la da y vibraciones de alta frecuencia; básica- palma de la mano, el rostro son tan sensibles mente son los responsables de la sensación que pueden percibir dos puntos de contactos de vibración y cosquilleo. separados por 0,5 cm, mientras que otras regiones como espalda, antebrazo, muslo, etc 3) El órgano de Ruffini se activa por no pueden discriminar dos puntos diferentes estiramiento de la piel, tendones y ligamen- si están separados a menos de 3-4 cm. tos. A pesar de su variedad, todos los re 4) Los discos de Merkel envían seña- ceptores somatosensoriales funcionan báles nerviosas ante cambios en la presión, de sicamente de la misma manera: la energía manera de discriminar formas, bordes y tex- de un estímulo aplicado a la piel modifica la turas ásperas: son fundamentales en la pal- energía de los receptores, los que a su vez ma de la mano, en los labios y genitales ex- “traducen” esa energía en energía eléctrica ternos. creando un impulso nervioso (o potencial de acción). Ese impulso nervioso viaja a diferen-


tes partes del cerebro, a través de una serie de autopistas nerviosas, incluyendo algunos trasbordos (ver Figura 3). En algunos casos puede haber “conversaciones” nerviosas en la periferia misma, o sea, independiente del sistema nervioso central (x ej, el cerebro). Sea cual sea el camino a recorrer de dicha señal, es importante distinguir que los receptores pueden variar también en estos aspectos. Algunos receptores requieren de un estímulo fuerte para activarse, mientras que otros se activan y mandan una señal con un estimulo mucho mas suave. Esto se conoce como el umbral de activación de un recepFigura 2. Campo Receptivo

tor. Además, hay receptores que se activan con el estimulo e inmediatamente después se apagan: son receptores fásicos o de adaptación fásica (de fase) y revelan cambios de contacto; por ejemplo los corpúsculos de Meissner y Pacini tienen una adaptación fásica, lo que les permite reconocer presión, texturas, bordes, etc en un sentido dinámico (es decir, necesitamos rosar el objeto para registrar su textura). Por otra parte, hay receptores que permanecen encendidos todo el tiempo que dure el estímulo (los receptores de adaptación tónica), que nos dan información del estimulo y su duración. Este es el caso de los Discos de Merkel, los cuales nos dan información estática sobre los bordes, texturas, etc. Una vez disparada la señal, ésta viaja hasta el tálamo, y de ahí a la corteza somatosensorial. En estas regiones, esa información se cruza con los datos guardados en la memoria (emociones pasadas), con la información arribada de otros sentidos, con las emociones mo-

Experimento: El sentido del tacto nos permite conocer el mundo según sus formas, texturas y temperaturas. Pero, ¿lo que percibimos a través del tacto es realmente así? Para analizar esto, tomaremos como modelo nuestro propio cuerpo y evaluaremos el umbral de discriminación entre dos puntos táctiles en distintas zonas del cuerpo. Para ello, podemos realizar el siguiente experimento: se necesita 2 sujetos y un calibre o compás. Uno de los integrantes del grupo permanecerá con los ojos tapados mientras otro le apoya en distintas regiones corporales una o dos puntas del calibre o compás con diferentes distancias definidas (de 0,5 a 5 cm) y le preguntará a su compañero/a si lo percibe como uno o dos puntos de contacto. Sugerencia: evita ser predecible y obvio. Las respuestas les van a sorprender!


mentáneas, y de esta Figura 3. Ruta manera construimos la percepción de lo que sentimos. Sin embargo, no todo lo que sentimos tiene la misma relevancia para nuestra vida; y lo que evolutivamente fue más relevante, se fue desarrollando más. De esta manera, nuestras manos, las que vienen del simio que usaba una piedra como herramienta, la misma que aprendió a hacer trabajos finos y acariciar, no solo tienen mas sensibilidad porque tienen numéricamente muchos mas receptores y neuronas sensitivas, o porque sus campos receptivos son pequeños (y por ende pueden discriminar puntos muy cercanos); sino también porque tenemos destinados una mayor proporción de la corteza somatosensorial a ellas. El humúnculo de Penfield es una representación de las neuronas sensoriales a las que llega información de determinadas partes del cuerpo (ver Figura 4); proporcionalmente, las manos y los labios (extensibles también al rostro) son “mas grandes” en el humúnculo porque a nivel de la corteza somatosensorial hay mayor proporción de neuronas sensoriales asociadas a estas regiones del cuerpo. ¿Esto significa que estamos condenados a la biología del humúnculo y no podremos aumentar la sensibilidad de otras regiones de nuestro cuerpo? Si y no! Las manos y el rostro son regiones de cuerpo que cumplieron (y cumplen) funciones de supervivencia muy relevantes en la evolución de los primates (incluidos nosotros). Las manos se han especializado en el trabajo fino, y esto con el tiempo nos permitió desarrollar

somatosensorial

el arte, o incluso hacer cosas impensables como romper átomos o salir del Planeta Tierra. Por otra parte, sólo el rostro concentra 43 músculos del cuerpo, esta relacionado con funciones como la vista, la respiración, la nutrición, la comunicación verbal, y la comunicación emocional 2 (ambas fundamentales para la sociabilización) . Es lógico que estas regiones hayan ocupado una mayor parte de la corteza somatosensorial (y de hecho también en la motora). Sin embargo, esto no es fijo ni estático; de hecho a lo largo de la vida la corteza se va reorganizando justamente según vayamos usando una parte del cuerpo en mayor o menor medida. Nuestro cuerpo tiene una enorme capacidad de cambiar en función de nuestras actividades vitales; en es-


ciones. Estas evolucionaron para “orientar” nuestros comportamientos 4. De esta manera (y de un modo muy rudimentario) nuestras emociones catalogan las situaciones, los comportamientos, las acciones, los acontecimientos, los recuerdos, los sujetos, etc como “negativos” o “positivos”, organizándolos según activen circuitos de advección (miedo, asco, etc) o de recompensa (placer). En gran medida, esta capacidad emocional es aprendida (o sea que se aprende que tal o cual cosa da placer o resulta desagradable); pero también existen ejemplos de emociones genéticamente determinadas. El contacto es un mecanismo muy importante para la supervi Por último, nuestra relación con el am- vencia y el desarrollo de los mamíferos, sienbiente, con los otros, y con nosotros mismos do uno de los primeros contactos esenciales esta mediada en gran medida por las emo- el que media la lactancia. Cuando un bebe pecial, nuestro sistema nervioso (que hasta hace varios años se lo consideraba cerrado e inmutable) es increíblemente plástico, lo que nos permite aprender a lo largo de toda la vida. Y “aprender” implica crear nuevos circuitos nerviosos, reforzar algunos que ya existen (en detrimento de otros) y disponer de mayor “maquinaria corporal” (muscular, nerviosa, etc) para realizar “mas fluidamente” lo aprendido. O sea, nuestro cuerpo no es estático, ni en el aspecto muscular como en el aspecto nervioso: esta continuamente cambiando. Y la dirección de dicho cambio esta asociado con nuestras actividades 3.

Figura 4. Humunculo somatosensorial


(desde de una rata, a un mono, o nosotros) se prende del pezón, se secreta una enorme cantidad de oxitocina que baña al cuerpo del bebe y de la madre, generando a su vez dopamina, la sustancia relacionada con la sensación de placer. Tanto la oxitocina como la dopamina son producidas en grandes cantidades con cada contacto físico (y en ocasiones, también visuales u olfativos) que van desde el abrazo, las relaciones sexuales y por su puesto, el baile del tango. Es justamente por ello que abrazar a alguien puede modificar el estado de animo de esa persona. Pero, entonces, si todo contacto produce dopamina y por ende placer: ¿por qué nos sentimos intimidados cuando empezamos a abrazar o a bailar tango? El placer que sentimos por la dopamina corresponde (socialmente) a un nivel de intimidad y confianza tal que nos lleva a sentirnos expuestos e inseguros cuando estamos con personas que a penas conocemos. Por otra parte, esta demostrado científicamente que el contacto prolongado aumenta la sensación de confianza con el otro; de manera que inconcientemente buscamos sólo desarrollar los contactos y la confianza con aquellas personas que conozcamos más integralmente (desde un aspecto tanto emocional como racional). Por eso, uno de los primeros pasos fundamentales para bailar tango es la confianza: tanto la confianza en uno mismo, que puede transmitir al otro, como la confianza que uno puede percibir desde el otro. Para bailar, hay que aprender a confiar.

Nicolás Fernández Larrosa

Notas 1. En lo personal, tengo ciertas discrepancias en considerar como dos entidades independientes lo “externo” y lo ”interno” en una especia con el grado de socialización que tiene el homo sapiens. Este dualismo puede devenir históricamente como un proyección metodológica de la corriente científico-filosófica occidental, profundizada para la revolución burguesa, que ha superado al dualismo cuerpo-alma con otros dualismos (cuerpo-mente; razón-emoción, etc). Si bien es cierto que el cuerpo es una unidad finita,

también es cierto que el cuerpo no puede vivir sin otros cuerpos, y por ende la relación entre los cuerpos puede ser tan relevante como la relación entre nuestras propias células. La diferencias radicaría en que la segunda es una relación evidente (por nuestro estado histórico de conocimiento) y la primera no. El cuerpo ya no es un cuerpo individual y aislado: es un cuerpo social (es decir que su propio desarrollo y reproducción implica el nivel de organización de lo social). 2. Todo el cuerpo comunica de manera transparente su estado emocional (comunicación corporal – body language); pero la mayor diversidad comunicacional (digamos el equivalente a la mayor cantidad de palabras para nombrar distintas emociones) probablemente este dado donde más abundancia muscular hay: el rostro. Pero discernir el cuerpo del rostro es absurdo, porque lo segundo es parte de lo primero. Sin embargo, la adoctrinación social del cuerpo (x ejemplo: el trabajo) puede atrofiar la comunicación corporal. 3. Es válido aclarar que la capacidad de cambios corporales esta en ultima instancia limitada por la biología (es decir, por mas que lo necesitemos, no vamos a desarrollar grandes cambios como una pierna mas). Sin embargo, esto no invalida el hecho de que seamos tan plásticos (capacidad de cambio) y que esto pueda estar sujeto a dirección conciente (o no). Sin embargo, los cambios biológicos de este tipo requieren su tiempo. Conocer la biología detrás de la vida nos permite decidir que la biología no sea nuestro destino final, de manera que al comprenderla, y comprender sus tiempos, uno pueda decidir por sobre lo que le pasa inconcientemente. 4. Por ejemplo, la sed (una emoción primaria) se activa cuando padecemos deshidratación: por si sola, no resuelve el problema de la deshidratación, sino que nos induce a beber agua a fin de saciar dicha emoción.

Bibliografía 1. Neurociencia. Purves et al. 3° Edición. 2. El despertar de la Consciencia. Derek Denton 3. El cerebro femenino. Louann Brizendine. 4. El cerebro masculino. Louann Brizendine.


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