Barcos y submarinos de la Segunda Guerra Mundial

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BARCOS & SUBMARINOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL - BISMARCK -

El orgullo de la armada alemana


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BARCOS & SUBMARINOS DE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL

CONTENIDOS 04

FABRICACIÓN

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PRIMERAS PRUEBAS

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LÁMINA CENTRAL

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PODER DE FUEGO

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PRINCIPALES MISIONES

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MISCELÁNEAS

Los titanes de la Kriegsmarine

Fueron los acorazados más grandes de la Marina de Guerra alemana. Tenían 251 m de eslora y 36 de manga. Sus tres juegos de turbinas alcanzaban 150 mil caballos de fuerza.

6 hechos que explican su historia

En sus pruebas de navegación y artillería en Polonia probó ser veloz y estable como plataforma de tiro. Pero también se le descubrió una falla para maniobrar sin sus timones.

La fortaleza flotante

Ficha técnica del acorazado Bismarck, un prodigio tecnológico de la industria naval alemana.

Un corsario superpoderoso

Sus ocho cañones de 380 mm ya infundían temor. Pero el Bismarck contaba además con 12 cañones de 150 mm, 16 de 105 mm y otros 36 más para repeler ataques aéreos.

¡Hundan al Bismarck!

En la única misión que cumplió, hundió la nave insignia de la Royal Navy, el HMS Hood. Gran Bretaña respondió con la mayor persecución naval de la historia. Y fue el final de un titán.

BISMARCK EL ORGULLO DE LA ARMADA ALEMANA

Datos y curiosidades del acorazado

¿Cuántos tripulantes tenía? ¿Cuántos sobrevivieron a su hundimiento? La razón oculta de una operación que resultó fatal. Y el hallazgo que comprobó quién causó su naufragio.

Barcos & submarinos de la Segunda Guerra Mundial © 2018 Luppa Solutions S.L. Todos los derechos reservados. www.luppasolutions.com Desarrollo editorial para Luppa Solutions: almaceneditorial.com Impreso en China. - Importador: S.A. LA NACION, Zepita 3251, CABA. Título: Bismarck · El orgullo de la armada alemana - Foto de portada: Dominio público – Kriegsmarine Archivo - ISBN: XXX-XX-XXXXX-XX-X Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida o memorizada en sistemas de archivo o transmitida de cualquier forma o medio electrónico, mecánico, a través de grabaciones u otros sistemas en uso y futuros sin explícita autorización escrita por parte del editor. Este fascículo va acompañado de una réplica a escala en material die cast. MODELO PARA COLECCIONISTAS. NO ES ACONSEJABLE PARA MENORES DE 14 AÑOS.

Al comienzo de la Segunda Guerra, los acorazados eran considerados vitales para el predominio en la guerra naval. El Bismarck tuvo ocho grandes meses de actividad.


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Créditos: Dominio público – Kriegsmarine Archiv- Dominio público

EN MANIOBRAS Un marinero del Prinz Eugen hace señales al Bismarck, pintado con camuflaje contra observadores aéreos, durante ejercicios navales en el Mar Báltico, en mayo de 1941.

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ue uno de los acorazados más grandes de la historia naval y el de más corta vida. Apenas ocho meses transcurrieron entre su entrada en actividad, en agosto de 1940, y su hundimiento, el 27 de mayo de 1941. Sin embargo, quedará como una trágica curiosidad histórica que la única misión que cumplió el acorazado alemán Bismarck esté considerada entre las más dramáticas hazañas navales de la historia de la Segunda Guerra Mundial: el hundimiento del HMS Hood, el crucero de batalla que era el orgullo de la Marina Real Británica. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, los acorazados eran considerados vitales para el dominio de los mares. Todavía no habían entrado en acción los portaaviones y no había nave más letal en la superficie que estos monstruos blindados repletos de cañones de gran poder de fuego. En 1936, la Marina de Guerra alemana les asignó a los astilleros

hamburgueses Blohm & Voss la construcción de dos acorazados de gran porte para fortalecer su flota de superficie. Alemania ya contaba con acorazados clase Scharnhorst, pero precisaba de más para hacer frente a la mayor armada del planeta, la británica. La construcción de los acorazados de nombre clave F y G supuso la creación de una nueva clase, ya que se trataba de naves de más de 45.000 toneladas. Casi tres años después del inicio de su construcción, el primero de los acorazados en lograr la botadura fue bautizado Bismarck. Llegó a cumplir una sola misión ofensiva en mayo de 1941, la “Operación Rheinübung”, cuyo objetivo era atacar las naves británicas y estadounidenses en el vasto Atlántico Norte. Pero una detección temprana de su presencia en el Mar Báltico por parte de los británicos, más una serie de errores tácticos de la Kriegsmarine, le pusieron fin al Bismarck.

UN HOMENAJE AL “CANCILLER DE HIERRO” El acorazado Bismarck fue bautizado en honor a Otto Fürst von Bismarck, el arquitecto de la unificación alemana de fines del siglo XIX, quien, como canciller, fue un sagaz árbitro de la política europea en tiempos de los últimos grandes imperios: el alemán, el otomano y el ruso. Bismarck, conocido como el “Canciller de Hierro”, fue el primer canciller del imperio Alemán y desde ese lugar consiguió mantener la paz en Europa durante una generación, bajo el reinado de Guillermo I. Gobernó entre 1871 y 1890, cuando sus serias diferencias con el nuevo rey, Guillermo II, lo llevaron a presentar la renuncia.

EL MARISCAL

Otto von Bismarck, canciller alemán entre 1871 y 1890, con cuyo nombre fue bautizado el primer gran acorazado de la Marina de Guerra alemana.


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ACORAZADOS CLASE BISMARCK Fueron los acorazados más grandes de la Marina de Guerra alemana. Tenían 251 m de eslora y 36 de manga. Eran impulsados por tres juegos de turbinas que generaban más de 150 mil caballos de fuerza. Podían desplazar hasta 50.900 toneladas de carga.

LOS TITANES DE LA KRIEGSMARINE

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ras la Primera Guerra Mundial, Alemania debió aceptar las restricciones impuestas por el Tratado de Versalles de los años 30 para reacondicionar sus fuerzas armadas. Entre otras limitaciones, el tratado imponía al imperio Alemán que su fuerza naval no podía exceder seis acorazados, seis cruceros ligeros, doce destructores y doce torpederos, al tiempo que limitaba a 10.000 toneladas la capacidad máxima de desplazamiento de sus buques de línea. Recién con la firma de un tratado naval entre Alemania e Inglaterra en 1935 se habilitó a la armada imperial germana a contar con una flota de superficie de hasta un 35% de la flota británica. Esto la habilitó a construir cinco acorazados de 35.000 toneladas de desplazamiento, límite que luego se elevó a 45.000 toneladas tras el fracaso de un acuerdo entre las

cinco potencias navales de entonces. En 1936, los astilleros Blohm & Voss, con base en Hamburgo, recibieron la orden imperial de construir los dos primeros acorazados de gran porte, basados en los clase Scharnhorst (el Scharnhorst y el Gneisenau), pero de mayores dimensiones y autonomía. Esta nueva clase de acorazado, que sería bautizada con el nombre de su primera nave, el Bismarck, fue diseñada para absorber una gran cantidad de daño del fuego de torpedos y obuses enemigos. Esto se logró con un fuerte blindaje de 320 mm que cubría más de dos tercios de sus 251 m de extensión (eslora) y otro de entre 50 y 120 mm para proteger buena parte de su cubierta de 36 m de ancho (manga).

Poderoso y veloz

Más del 90% del casco de estos acorazados estaba unido por soldadura eléctrica, con un total de 22

subdivisiones estancas, lo que les daba una enorme estabilidad y resistencia al impacto del fuego enemigo. El Bismarck fue botado recién en febrero de 1939, apenas meses antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial, pero su construcción se completó recién en agosto de 1940, luego de una serie de trabajos de acondicionamiento, entre los cuales estuvo el cambio de su roda de proa (la “punta” de la quilla) por una más redondeada, similar a la de los clase Scharnhorst. La potencia que le otorgaban sus 12 calderas y tres juegos de turbinas de vapor (un total de 150.170 CV) le permitía alcanzar una velocidad máxima de 30 nudos (55,6 km/h), impulsado por tres hélices tripala. Con carga máxima (50.900 toneladas), su calado era de 9,9 metros de profundidad.


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Créditos: Dominio público - U.S. Naval Historical Center photograph NH 71390 - Dominio público – Bundesarchiv - Dominio público

EL HERMANO MELLIZO Imagen del Tirpitz, el otro acorazado clase Bismarck, de escasa actividad durante la Segunda Guerra Mundial, que fue hundido en las costas de Noruega por los aliados en 1944.

ARMADO HASTA LOS DIENTES Los dos acorazados clase Bismarck podían desplazar hasta 50.900 toneladas con carga completa, aunque su estándar era de casi 42 mil toneladas, para quedar dentro de lo permitido oficialmente por el tratado anglo-alemán y extraoficialmente por las demás potencias navales. Contaban con ocho cañones SK C34 de 380 mm en cuatro torres dobles; 12 cañones de 150 mm en ocho plataformas dobles; 16 de 105 mm, otros 16 de 37 mm y, por último, 20 cañones antiaéreos de 20 mm.

UN COLOSO EN CIERNES

El Bismarck fue puesto en grada en los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo en julio de 1936 y su botadura oficial ocurrió en febrero de 1939.

GORRA DE MARINERO

Identificaba a los tripulantes de la Marina de Guerra alemana. En EE. UU. la llamaban “la gorra del Pato Donald” por su semejanza con la del personaje animado.


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LAS PRIMERAS PRUEBAS DEL BISMARCK

LOS 6 HECHOS QUE EXPLICAN SU HISTORIA El Bismarck comenzó sus pruebas de navegación y artillería en la costa de Polonia. Probó ser veloz y estable como plataforma de tiro, pero también se le descubrió una falla para maniobrar sin sus timones.

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Aunque su botadura oficial ocurrió en febrero de 1939, el acorazado Bismarck recién estuvo en condiciones de combate en agosto de 1940. Esos diecisiete meses que pasó en el puerto de Kiel, en Hamburgo, base de los astilleros Blohm & Voss, sirvieron para hacerle ajustes estructurales en su proa y para instalarle todo su sistema de armamento, un total de 72 cañones de entre 20 y 380 mm.

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El 28 de agosto, la tripulación del Bismarck tomó oficialmente el mando de la nave y un mes después zarpó hacia Gotenhafen, en la Polonia ocupada por los nazis, para iniciar sus pruebas de navegación y artillería. Su capitán, Otto Ernst Lindemann, venía de ser el jefe de la Escuela de Artillería Naval y era considerado un experto en el manejo de armas y municiones.

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El acorazado demostró su velocidad durante las pruebas (alcanzaba los 30 nudos) y su estabilidad como plataforma de tiro, pero también sus dificultades para maniobrar sin timones. La prueba consistía en virar la nave sólo con la potencia de las tres hélices, invirtiendo el sentido de giro en una de ellas. Pero la nave no lograba un viraje apropiado y veloz. Este defecto probaría ser fatal en su corta historia.

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Tras un breve receso navideño, los 103 oficiales y los 1962 suboficiales y marineros del Bismarck volvieron a la actividad el 1 de enero de 1941. Para el 28 de abril, el buque estaba listo y aprovisionado para una misión de tres meses, según notificó Lindemann al alto mando de la Kriegsmarine: su arma más temible estaba lista para entrar en combate.


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Créditos:Dominio Público – Bundesarchiv -

EN BUSCA DEL DESTINO El acorazado Bismarck parte por última vez de los astilleros Blohm & Voss en el puerto de Hamburgo para iniciar la “Operación Rheinübung” en el Atlántico Norte.

LINDEMANN, SU ÚNICO CAPITÁN

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Adolf Hitler y la cúpula de las fuerzas armadas alemanas visitaron el Bismarck el 5 de mayo y comieron con sus oficiales. En el encuentro repasaron la misión asignada al Bismarck: acechar junto con el crucero pesado Prinz Eugen los buques mercantes aliados que surcaran el Atlántico Norte, entre Gran Bretaña y Estados Unidos.

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Desde el norte del Atlántico, el Bismarck se encargaría del asedio a distancia, gracias al largo alcance de su artillería, y el Prinz Eugen entraría en el combate más cercano, de ser necesario. Desde Brest, en la costa de Francia, partirían los acorazados Scharnhorst y Gneisenau para cerrar la maniobra de pinzas. El destino iba a querer algo diferente.

Cuando fue convocado para ser el capitán del Bismarck, el capitán de navío Otto Ernst Lindemann era el mayor experto en artillería naval que tenía la Kriegsmarine. El gran almirante Erich Raeder, su antiguo capitán en el crucero pesado Admiral Scheer durante la Guerra Civil Española, era ahora el jefe de la Marina de Guerra y lo quería al mando del acorazado más grande de la historia naval germana. Considerado un líder inteligente, culto y optimista, Lindemann ignoraba que el alto honor recibido en agosto de 1940 le costaría la vida apenas ocho meses después, cuando se hundió con su nave.


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LOS NÚMEROS DEL BISMARCK TRIPULACIÓN: Oficiales: 103 Suboficiales y marineros 1962

DIMENSIONES: Eslora:

251,5 m

Manga:

36 m

Calado: Carga estándar Carga máxima

9,3 m 9,9 m

BLINDAJE: Cinturón superior: 145 mm Cinturón principal: 320 mm Torres principales: 130-360 mm Cubierta superior: 50-80 mm Cubierta acorazada: 80-120 mm Puente de mando: 220-350 mm Mamparo antitorpedos: 45 mm Eslora protegida (en %): 70% (170 metros)

ERICH RAEDER Jefe de la Kriegsmarine y responsable de la fallida Operación Rheinübung. “Las guerras se definirán por el poderío naval”, sostenía.

PUENTE DE MANDO En la cubierta superior del Bismarck se ubicaban las dos salas de control de puntería, la de comunicaciones y la de detección y evasión.

Una fortaleza flotante. Aunque los expertos cuestionaban la falta de artillería dual, que sirviera tanto para el combate naval como para la defensa antiaérea, los 72 cañones del Bismarck cubrían sus necesidades ofensivas y defensivas. DISPARO INDEPENDIENTE Aunque emplazados de a pares, cada cañón podía apuntar a un objetivo diferente a hasta 36,5 km de distancia.


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Créditos: Dominio público - Bundesarchiv - Dominio público - By United Kingdom Government - © Gaspar Pina D Model

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DETECCIÓN Y EVASIÓN: Radares: FuMO 23 de 25 km de alcance x 3

ARMAMENTO:

Hidrófonos: Dos Gruppenhorchgerät (GHG) a estribor y babor Generador de humo: Dos Nebelkannen, en la proa

Principal: 8 cañones de 380 mm SK-C/34 en cuatro torres dobles Secundario: 12 cañones de 150 mm SK-C/28 en seis torres dobles 16 cañones de 105 mm SK-C/33/37 en ocho montajes dobles Antiaéreo: 16 cañones de 37 mm SK-C/30 en ocho montajes dobles 20 cañones de 20 mm MG-C/30, 8 en dos montajes cuádruples y 12 en montajes simples

VERDUGOS DEL ACORAZADO Los viejos torpederos biplanos Fairey Swordfish evitaron el fuego antiaéreo del Bismarck porque estaba regulado para aviones más veloces. Uno de ellos impactó los timones y selló la suerte del buque.

Aviones: 4 hidroaviones Arado Ar 196 lanzados por catapulta

PLANTA PROPULSORA: Calderas: 12 calderas Wagner

ARTILLERÍA PRINCIPAL El acorazado contaba con cuatro torres dobles de cañones de 380 mm, dos en la proa y dos en la popa.

UNA FORTALEZA El blindaje de la línea de flotación de 320 mm y un casco con 22 subdivisiones estancas lo hacían casi inexpugnable al impacto directo de obuses y torpedos.

Turbinas: Tres juegos de turbinas de vapor Blohm & Voss Potencia:

150.170 CV

Impulso: Tres hélices tripala de 4,7 m (278 rpm)

DESPLAZAMIENTO: Oficial:

35.560 Tm

Estándar:

41.700 Tm

Carga máx.:

50.900 Tm


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LOS 72 CAÑONES DEL ACORAZADO Sólo con sus ocho cañones de 380 mm ya era una nave a temer. Pero el Bismarck contaba además con 12 cañones de 150 mm, 16 de 105 mm y otros 36 más para repeler el ataque aéreo.

UN CORSARIO SUPERPODEROSO

EL FÜHRER A BORDO Adolf Hitler visitó el Bismarck el 5 de mayo de 1941 junto con la plana mayor naval, almorzó, permaneció apenas cuatro horas y partió.


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Créditos: Dominio público – Bundesarchiv

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os acorazados eran grandes por una sola razón: debían portar un poderoso armamento, de gran calibre y largo alcance. Su misión era diezmar la flota enemiga o las tropas en tierra antes de la llegada de naves más livianas para terminar la tarea. Y asediar a los acorazados y cruceros que brindaban protección a las rutas de provisión del enemigo. Además, debían defenderse de los ataques aéreos, en particular de los aviones torpederos, por lo que debían contar con un eficaz y resistente blindaje. El Bismarck y su mellizo, el Tirpitz, debían ser capaces de internarse en mar abierto, acompañados de cruceros pesados, destructores y ocasionalmente submarinos con la misión de sembrar inquietud en las flotas que abastecían de armas y equipos desde Estados Unidos al imperio Británico. El poder ofensivo del Bismarck se centraba en sus ocho cañones de 380 mm, no tan poderosos como los de 406 mm que usaban los aliados pero sí con mayor velocidad inicial, lo que les daba a sus obuses de 800 kg una potencia extra para atravesar los blindajes de las naves enemigas. Dispuestos de a pares en cuatro torres (llamadas Anton, Bruno, Cesar y Dora), dos mirando a proa y dos, a popa, estos cañones podían alcanzar un blanco a 36,5 km de distancia y atravesar hasta 40 centímetros de blindaje. Con buena puntería, un solo impacto podía partir al medio una nave enemiga y hundirla en minutos. Estos cañones alcanzaban una elevación máxima de 30 grados y cada uno podía moverse de modo independiente, lo que aumentaba la

posibilidad de dar en el blanco graduando un cañón apenas unos grados menos o más que el otro.

Cañones y aviones

Además, el acorazado contaba con cañones de menor calibre para atacar naves más frágiles (12 de 150 mm y 16 de 105 mm) y otros más para repeler el ataque aéreo (16 cañones de 37 mm y 20 de 20 mm). También contaba con cuatro hidroaviones Arado AR 196 que se lanzaban desde catapultas hidráulicas y servían para tareas de reconocimiento y de ajuste de tiro. Esto ampliaba el radio de amenaza del Bismarck, aunque nunca llegó a utilizarlos.

TÁCTICA DISTRACTIVA El incontestable poderío marítimo británico (aún era la mayor armada del planeta) también tenía sus limitaciones. Si destinaba cruceros, destructores y acorazados a perseguir estos acosadores germanos, los distraía de otras misiones igual de vitales. Por ejemplo, algunos historiadores sostienen que la batalla por la Isla de Creta fue ganada por los alemanes debido a que Gran Bretaña distrajo su Fuerza H, una flota de despliegue rápido con base en Gibraltar, para perseguir al Bismarck en el Atlántico en lugar de dar apoyo a sus tropas ante la avanzada nazi en el Mediterráneo.

LISTO PARA COMBATE

Formación en la cubierta del Bismarck para la ceremonia de puesta en servicio, en el puerto polaco de Gotenhafen, agosto de 1940.


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SU PRIMERA MISIÓN La única misión que cumplió el acorazado alemán mostró su poderío: en apenas ocho minutos hundió la nave insignia de la Royal Navy, el HMS Hood. Gran Bretaña respondió con la mayor persecución naval de la historia. Y fue el final de un titán.

¡HUNDAN AL BISMARCK!

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a “Operación Rheinübung” consistía en desplazar en secreto el Bismarck, el crucero pesado Prinz Eugen y tres destructores de escolta a través de los estrechos canales de Dinamarca, tocar puerto en Noruega y rodear Islandia por el norte para acercarse a las rutas de los mercantes británicos y asediarlos para interrumpir el flujo de apoyo bélico que recibía Gran Bretaña desde Estados Unidos. La flota, comandada por el almirante Günther Lütjens desde el Bismarck, partió el 19 de mayo de 1941 desde el puerto polaco de Gotenhafen rumbo a los estrechos daneses. Allí comenzaron los contratiempos: el crucero neutral sueco Gotland avistó la formación en el estrecho de Kattegat y el dato llegaría en apenas horas al agregado naval británico en Estocolmo.

Al día siguiente, la flota llegó al puerto de Bergen, en Noruega, donde fue detectada y fotografiada por un Spitfire inglés. Quebrado el secreto de la operación, los dos acorazados, sin los destructores, partieron rumbo a Islandia para continuar la misión. La madrugada del 23 de mayo, el Bismarck y el Prinz Eugen llegaron al Estrecho de Dinamarca, entre Islandia y Groenlandia. Allí, se toparon con dos cruceros ingleses, el HMS Suffolk y el HMS Norfolk, a una distancia de 12,5 kilómetros. Tras un intercambio de cañonazos, los buques ingleses se alejaron del rango de fuego.

Hundido en ocho minutos

En la mañana del 24 de mayo, el flamante acorazado HMS Prince of Wales y el HMS Hood, el crucero pesado que era la nave insignia y el orgullo de la Royal Navy, alcanzaron

las naves alemanas. El Hood abrió fuego a las 5.52 contra el Prinz Eugen y el Prince of Wales hizo lo mismo contra el Bismarck. Insólitamente, el almirante Lütjens demoró la orden de responder el fuego hasta que el capitán del acorazado, Otto Ernst Lindemann, tomó la decisión y ordenó disparar al Hood con los cañones de 380 mm y atacar con los cañones de 150 mm al Prince of Wales. El Hood recibió de pleno un obús del Bismarck que atravesó su ligero blindaje y detonó en su depósito de explosivos. Una masiva detonación reventó la parte trasera del crucero, que se partió en dos y se hundió junto con su tripulación de 1419 hombres. Habían transcurrido apenas ocho minutos de combate y el acorazado alemán se anotaba su primera victoria. Lütjens ordenó escapar hacia aguas abiertas del Atlántico, en


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Créditos: Dominio público – Bundesarchiv

BAUTISMO DE FUEGO

Imagen tomada desde el crucero Prinz Eugen que muestra el acorazado Bismarck disparando contra el HMS Hood, al que hundiría durante la Batalla del Estrecho de Dinamarca.

previsión de nuevos ataques ingleses. Y no se equivocaba: enterado del hundimiento del Hood, el alto mando británico ordenó a todas sus unidades navales en el área que persiguieran a los alemanes. “¡Hundan al Bismarck!”, fue la orden. Seis acorazados y cruceros, dos portaaviones, trece cruceros livianos y veintiún destructores ingleses iniciaron la cacería. Lütjens dio la orden al Prinz Eugen de separarse y poner rumbo al puerto francés de Brest. En la tarde del 24 de mayo, con daños en la proa y perdiendo combustible, el acorazado atacó de nuevo al Prince of Wales para distraer a los británicos mientras el Prinz Eugen escapaba con rumbo sur. El 25 de mayo, el Bismarck fue atacado por un escuadrón de cazas Fairey Fulmar y otro de torpederos Fairey Swordfish que partieron del portaaviones HMS Victorious. El acorazado alemán evitó ocho de

los nueve torpedos lanzados, pero el último dio de lleno en el centro del buque.

Una falla letal

El impacto provocó la inundación de dos calderas, lo que hizo reducir la marcha del Bismarck a 16 nudos (30 km/h), lo que lo ponía al alcance de los acorazados y cruceros ingleses. Tras reparar parte del daño, el buque pudo aumentar de nuevo su velocidad hasta los 28 nudos, con la esperanza de que el combustible le alcanzara para llegar al puerto de Saint Nazaire. Pero un nuevo ataque de los torpederos ingleses en la noche del 26 de mayo dio en los timones de popa y los dejó trabados 12 grados a babor. Sin control de los timones, el Bismarck se volvió inmaniobrable y quedó girando en círculos, a merced de sus enemigos. La falla del acorazado para virar sólo con las hélices

probó ser fatal. Mientras el capitán Lindemann comenzaba a ordenar la evacuación de la nave, un nuevo obús impactó en el centro de comando del buque y mató a casi todos los altos oficiales del Bismarck. Los buques ingleses comenzaron a cañonear a mansalva el acorazado, que comenzó a escorar hacia babor. Unos 400 tripulantes se lanzaron al mar, justo antes de que una detonación en las calderas del Bismarck terminara por hundirlo. Apenas 114 lograron ser rescatados: 110 por los ingleses ese día (uno murió luego) y otros cinco por un submarino alemán al día siguiente. El resto se hundió con la nave, que hoy reposa a 4700 metros de profundidad en el Océano Atlántico.

CRUCERO HUNDIDO

Con apenas una salva de sus cañones de 380 mm, el Bismarck partió al medio el HMS Hood, la nave insignia de la Royal Navy. Y se volvió el principal enemigo de la mayor flota naval del planeta.


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DATOS Y CURIOSIDADES DEL BISMARCK Créditos: Alamy Latinstock

LÜTJENS

Las palabras del final “Atacado por aviones embarcados. Buque incapaz de gobernar. Lucharemos hasta la última granada. Larga vida al Führer”. (Mensaje final al alto mando alemán del almirante Günther Lütjens, jefe de la flota que comandó el Bismarck y el Prinz Eugen en la “Operación Rheinübung”).


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¿QUIÉN HUNDIÓ EL BISMARCK? En junio de 1989, el oceanógrafo Robert Ballard, el mismo que encontró los restos del Titanic y del Lusitania, descubrió los restos

36.500 METROS ALCANZABAN LOS OBUSES DE 800 KG

del Bismarck a 4700 m de profundidad, asentado sobre el cráter de

QUE DISPARABAN LOS

un volcán submarino inactivo en medio del Océano Atlántico. Ballard

DEL ACORAZADO. PODÍAN

demostró que el casco del acorazado no tenía daños que justificaran

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OCHO CAÑONES DE 380 MM ATRAVESAR UN BLINDAJE DE 40 CM.

su hundimiento. Eso terminó probando que fueron los propios tripulantes alemanes los que hicieron detonar el buque para evitar que cayera en manos del enemigo.

8 MINUTOS Y TRECE DISPAROS LE BASTARON AL BISMARCK PARA HUNDIR LA NAVE INSIGNIA DE LA ARMADA REAL BRITÁNICA, EL CRUCERO

114 HOMBRES

Se salvaron del naufragio del Bismarck. 110 fueron rescatados por buques ingleses (uno murió más tarde) y apenas cinco por alemanes.

HMS HOOD, EN SU PRIMER COMBATE.

17.768 KILÓMETROS (8525 MILLAS NÁUTICAS) PODÍA NAVEGAR EL ACORAZADO ALEMÁN SIN NECESIDAD DE REPOSTAR COMBUSTIBLE.

UN APURO QUE RESULTÓ LETAL Algunos historiadores consideran que fue un error grave del jefe de la Kreigsmarine, Erich Raeder, enviar el Bismarck a su fatal misión en el Atlántico Norte en la primavera boreal. Aducen que el apuro de Raeder se

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debió a que Adolf Hitler estaba perdiendo interés en las operaciones navales

HORAS DURÓ LA PRIMERA

en el Atlántico luego del fracaso de la invasión de las islas británicas y que fue un intento del alto oficial por llamar la atención del Führer. De haber esperado cuatro meses, el acorazado Tirpitz podría haberse sumado a la operación y eso hubiera cambiado su resultado.

Y ÚNICA MISIÓN DEL BUQUE, DESDE QUE PARTIÓ DE POLONIA EL 19 DE MAYO DE 1941 HASTA SU HUNDIMIENTO EL 27 DE MAYO.


- BISMARCK El orgullo de la armada alemana Fue uno de los acorazados más grandes de la historia naval. Y el de más corta vida: apenas ocho meses. La única misión que cumplió el Bismarck está considerada entre las más dramáticas hazañas navales de la historia de la Segunda Guerra Mundial.

© 2018 Luppa Solutions S.L. Todos los derechos reservados. Todas las entregas son parte de la colección Barcos & submarinos de la Segunda Guerra Mundial. Prohibida la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier medio. Desarrollo editorial: almaceneditorial.com


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