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Las imágenes que verás a continuación están lejos de formar parte del llamado “Sueño Americano”. Este trabajo fotográfico plantea, de manera cruda y directa, algunas de las razones que motivan a los migrantes latinos a cruzar el territorio mexicano para llegar a Estados Unidos, en busca de un futuro digno para ellos y sus familias. Los protagonistas de las imágenes transmiten en puño y letra los mensajes que llevan tatuados en la mente al emprender un viaje en el que están dispuestos a dejar todo, incluso su propia vida.
Fotografías de Nicola Okin Frioli
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Alberto Torres, Nombre completo, 33 años, edad,México País D.F.
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Palabras de un migrante
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Un simple pedazo de cartón muestra el más profundo y sincero mensaje que un ser humano pueda escribir. Se tratan de las razones que motivan a los protagonistas de este portafolio a emprender uno de los viajes más violentos del mundo. Durante un mes, el fotógrafo Nicola Okin Frioli realizó este trabajo que muestra un panorama siempre olvidado de la migración hacia Estados Unidos. Éstas son las razones e ideas detrás de este proyecto conmovedor.
México ofrece un importante panorama de la migración hacia Estados Unidos. El proyecto Al “otro lado” del sueño nació por la necesidad de presentar mi visión y sensibilidad estética como fotógrafo en relación a tema.
Al “otro lado” del sueño empezó en 2008 y sigue evolucionando. No quiero terminarlo. Creo que me he involucrado mucho emocionalmente con su realidad y, aunque no me pertenece, no me puedo permitir olvidarla. La quiero documentar.
Durante esta investigación, me encontré en repetidas ocasiones, imágenes de personas que viajaban ilegalmente en el techo de los trenes, pero éstas sólo retrataban la migración, no a los migrantes ni su realidad ni sus motivaciones. Me interesaba contar el gran sacrificio que cada uno de ellos hace para ofrecer a sus familias un futuro digno.
Es imposible no involucrarte, como ser humano y como profesional. Un fotógrafo tiene que emocionarse y eso tiene que reflejarse en tu trabajo. No puedo ser un cirujano de mano firme y mente fría.
Este trabajo consta de dos partes. En la primera fotografié a personas que habían sido víctimas de violencia y accidentes durante su trayecto y se detenían en uno de los albergues para migrantes en Tapachula, Chiapas. La segunda parte la realicé en el albergue del Padre Alejandro Solalinde, en Ixtepec, Oaxaca, donde también atiende a migrantes que van de paso. La necesidad de acercarme de una forma más humana a los migrantes me llevó al recurso de los cartones, donde ellos escribieron mensajes de su puño y letra. Con sorpresa, me di cuenta de que abrí un foro para que externaran libremente sus denuncias, deseos, miedos y promesas familiares.
Al momento de fotografiarlos, intenté no mostrarles mi agobio, tristeza o compasión, pero no lo logré con la foto de Gonzalo (en la página opuesta). Cuando me mostró su cartón, no pude contenerme y exploté en llanto. Su frase es tan poderosa, tan simple y tan personal. La firme voluntad de regresar con su familia, expresada en el cartón y en su mirada, la convierten en mi foto favorita. Fue un proyecto complicado en la parte emocional, es decir, vivir a través de ellos el dolor y el sacrificio. Ese sentimiento aún sigue presente en mi vida cotidiana. En la parte práctica, incluso enfrenté a pandilleros armados que quisieron intimidarme al sentirse amenazados. Soy una persona sumamente sensible. Siento que tengo una deuda con todos ellos por haberme dejado realizar este trabajo.
Este trabajo me abrió puertas. Con la primera parte del proyecto, incluso he ganado premios (Picture of the Year latam, 2011) y he expuesto internacionalmente (Photo España, Instituto Cervantes, 2009). Más allá de las personas interesadas en un buen proyecto fotgráfico. espero que mi trabajo llegue a los causantes de que este viaje sea una pesadilla para los migrantes. Quiero que lo vean quienes tienen miedo de acercarse a ellos para ofrecer su ayuda bajo la idea de que son diferentes a nosotros, de que no aman, de que no sufren y de que no tienen derecho a vivir dignamente. Busco sensibilizar a la gente y crear conciencia en aquellos que opinan sobre el tema sin conocer las condiciones en las que viajan los migrantes y la situación de desesperación en la que se encuentran. Para mí, inmigrante significa “humanidad en el camino”. Todos somos inmigrantes: lo fueron nuestros padres y lo serán nuestros hijos. Lamentablemente, en nuestra época, es difícil separar este término de la injusticia y necesidad. Hermanos somos todos y los hermanos nunca se separan. Los problemas de los demás, son nuestros. El problema a resolver es, como dice Gael García Bernal en el prólogo del Libro 72 Migrantes [Ed. Almadía, México, 2011], “Que no se tenga que hacer el viaje para sobrevivir”. ESQ
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