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Obring Arquitectura
from AEV Revista N° 32
Diseño de nuevos espacios para ser vividos
“Hasta ahora había una continuidad en los cambios arquitectónicos de los últimos años, pero ahora la transformación fue abrupta”, define Pablo Gagliardo de Obring Arquitectura acerca del impacto de la cuarentena en el desarrollo de viviendas. “La pandemia aceleró nuestra tendencia de abrir y buscar una continuidad interior-exterior en muchas relaciones que fueron históricamente rígidas”, afirma ante AEV Revista.
- Había una continuidad de cambios en los últimos años que daban cierta linealidad, pero hoy fue abrupta la transformación y hay que acomodarse a eso. La curva de cambios tuvo un escalón, eso hay que estudiarlo, ver qué pasa y cómo nos paramos después de eso que atraviesa todos los sectores. Por otro lado, creo que hubo un cambio más grande en la sociedad en sí que en el pensamiento de los arquitectos, y ahora están ambos mucho más cerca. Antes el arquitecto tenía que mostrar a la gente algo que por ahí al consumidor le costaba imaginar, pero hoy eso se volvió realidad. Nosotros de a poco íbamos flexibilizando más, abriendo más nuestra arquitectura, esperando la respuesta de la sociedad, pero de repente la sociedad evolucionó un montón.
- La pandemia de alguna forma acelera y confirma lo que veníamos planteando acerca de cómo evolucionará la arquitectura general y particular que veníamos haciendo. Nuestra arquitectura se basa en abrir, buscar continuidad interior-exterior en muchas relaciones que históricamente fueron rígidas. La idea es sentirse adentro lo más afuera posible, y eso se da no solo con la piel que envuelve al edificio, sino con lo que hay del otro lado. No es solo vivir con balcones al aire libre, porque con la llegada del invierno todo es diferente. Lo que planteamos es tener un interior abierto al exterior. - En lo social y humano buscamos integrar y socializar. En lo urbano hacer que la ciudad se meta adentro de los proyectos, que el edificio privado se meta con lo público, que el límite que no sea tan fijo entre la calle y lo privado, y que aparezcan espacios intermedios, por ejemplo un jardín abajo, una plaza. Antes eran un extra y hoy son indispensables. La gente empezó a valorar esos espacios y los busca, lo mismo que la flexibilidad. Hace mucho que planteamos espacios lo más fluidos y flexibles posible, para que muchos departamentos se puedan transformar en oficinas, y las oficinas en departamentos. La idea es desdibujar ciertos límites para abrirse al futuro. Nuestra arquitectura deja puertas abiertas con incógnitas para que la gente las vaya resolviendo a través del tiempo. El cambio es más conceptual, pero lo notamos en línea con lo que veníamos haciendo. Después está la domótica, que no haya que tocar para que sea todo más higiénico, se puede sumar como un plus. Ya en la obra existente se puede digitalizar mucho, pero no es lo que condiciona al proyecto en sí.
- En los espacios comunes a lo mejor se puede acondicionar un área para que sea home office, pensando que en un futuro tal vez se puede transformar en otra cosa como un Sum. Lo básico es tratar de que espacios no queden obsoletos, que puedan ser de usos mixtos. Para cierto target hay amenities que el mercado exige igual, porque en algún momento saldremos de la cuarentena.
Tal vez algunos pueden tomarlo por el lado de hacer casas con oficinas, pero para mí nos estaríamos encerrando en otro punto porque ¿qué pasa si el día de mañana la gente no trabaja más en la casa? Hay que tener en cuenta que los edificios pueden durar 100 años. Por eso creo que el tema pasa por abrirse a la posibilidad de que tenga una oficina pero que no sea obligatorio, y eso puede ser difícil en el proyecto, porque hacer un espacio flexible es bastante complejo. El espacio abierto siempre se puede cerrar, pero el cerrado no siempre se puede abrir, por eso la flexibilidad es imprescindible. Ya que se puede compartimentar, no hacer espacios estancos que te condicionen. Otra clave es la conectividad: debemos ver cómo trabajar con servidores, por ejemplo.
- Creo que todos, pero un proyecto que estamos terminando como es el de Río Arriba, pienso que será el más adecuado, porque consta de casas en altura, todas con patio tres por diez metros, vidriados, lleno de plantas y con terraza verde. Se trata de un edificio verde de 20 pisos en Arroyito, departamentos de tres dormitorios, vistas panorámicas al río, a metros del parque Alem y del paseo ribereño. Estamos teniendo muchas consultas al respecto.
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