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Lewis & Gibbons
Viviendas unifamiliares y unidades de PH pensadas para la pospandemia
Fusionar un diseño innovador y funcional, y ejecutarlo con un alto nivel de calidad que dé como resultado una pieza material consistente, moderna y energéticamente eficiente es la premisa con la que Lewis & Gibbons piensa cada obra. En las viviendas unifamiliares es en donde mejor se presenta la oportunidad de alcanzar estos altos estándares, cada vez más reclamados por clientes interiorizados en el tema y por ende exigentes. Pero esta filosofía que prioriza lo artesanal por sobre lo industrial también es aplicable, con ajustes, a sus edificios, donde la mayor espacialidad, el diseño vanguardista y los materiales de última generación prevalecen por sobre el aspecto económico y la necesidad de exprimir al máximo cada metro cuadrado. Y en un mercado de sofisticación creciente, la joven empresa rosarina se plantea dejar en claro esa diferencia.
Luego de una dilatada trayectoria en empresas particulares, Bartolomé Lewis y Marcela Gibbons decidieron en 2006 formalizar la sociedad y comenzar a trabajar bajo el nombre de Lewis & Gibbons en la construcción de viviendas unifamiliares primero, y en PH después. Siempre cercanos a clientes exigentes y modernos, el hormigón visto fue uno de sus sellos distintivos, aunque también supieron adaptarse al ladrillo visto cuando el presupuesto así lo disponía, y responder con sistemas constructivos innovadores ante demandas de calidad, eficiencia, pero sobre todo rapidez constructiva.
Sistemas constructivos modernos
“Trabajamos mucho lo que es construcción en seco, con paneles Sip, una especie de steel framing pero con algunas variantes. También hicimos casas con hormigón proyectado y paneles con malla de acero de ambos lados. Es un sistema mucho más rápido, que se usa mucho en Chile pero acá todavía no tanto”, describió Lewis en diálogo con Ahora Vivienda Revista (AV Revista). Y los resultados fueron óptimos. En su caso, les permitió levantar en cuatro meses una casa de 100 m2 y garantizar una gran eficiencia energética, ya que estos sistemas se utilizan -por ejemplo- en zonas con grandes inclemencias climáticas como el extremo sur.
Gibbons destacó que esta metodología les está permitiendo conectar más con las actuales demandas, ya que el cliente de hoy no quiere esperar dos años para tener su vivienda, pero a la vez exige calidad y confort. “En el último tiempo cambió la forma de vivir, y más allá de que el hormigón es nuestro fuerte, debimos adaptarnos a eso incorporando nueva tecnología como estos paneles que pese a la cultura tradicionalista de la construcción que rige en Argentina, cada vez se está viendo más”, dijo, sin dejar de remarcar que “las innovaciones deben adaptarse a la línea de alto nivel con la que se forjó la empresa”.
Calidad antes que cantidad
“Cómo constructora no nos sentimos cómodos con muchas obras a la vez; nos ubicamos en otro espacio, en un trabajo de arquitectura más artesanal, muy cerca de la obra y el usuario final de la vivienda. Garantizar habitabilidad, por eso nuestros objetivos siempre fueron los de tener una arquitectura en la que prevalezca el diseño y la alta calidad constructiva”, expresó respecto al segmento de mercado con el que trabajan. Esto se ve reflejado en departamentos que cuentan -por ejemplo- con una altura de 2,6 metros en vez de 2,5 como habitualmente se estila, y unidades de un dormitorio que superan los 52 metros cuadros en lugar de 40. “Esas diferencias generan una sensación de mayor espacialidad, los usuarios finales tienen otra calidad de uso de su vivienda que repercute en su vida. Claro que en esto sabemos que competimos con un mercado que mayoritariamente busca achicar espacios y vender unidades más pequeñas, pero creemos en este modelo que además es muy bien recibido por los compradores porque son lugares muy cómodos y se vive muy bien”, graficó Lewis.
No es el único detalle. En uno de sus últimos desarrollos en PH, como es el Boheme, un edificio de alto nivel, siete pisos, 28 unidades y ubicado en Ricardone 1270, colocaron dos aire luz muy amplios, de seis metros de ancho para que todos tengan ventilación cruzada, algo que complementaron con muchas ventanas que también colaboran dotando al espacio de mayor luminosidad y ventilación. Ese edificio también cuenta tecnología de punta, como fibra óptica para todos los departamentos, sistema de portero eléctrico y cerradura con cámaras, que permite atender y abrir desde el teléfono, puerta con Wi-Fi de cada piso, con la que se puede brindar una clave de acceso a un visitante para que entre cuando el dueño de casa no se encuentra. En cuanto al diseño, se impone el ladrillo y se destaca un formato curvo en el interior de la estructura.
“En los edificios seguimos usando una tecnología constructiva tradicional, aunque de alta calidad con grandes espacios, materiales de primera, aberturas de DVH (Doble Vidrio hermético) y adaptados a las nuevas exigencias de balcones más espaciosos y con muchas entradas de aire”, enumeró. “Con la pandemia se dio más uso a las amenidades hacia el interior de cada unidad, y la idea es ofrecer todo en un mismo espacio, que sirva para vivir y trabajar, por eso se revalorizan nuestras construcciones con más metros cuadrados”, completó su socia.
Nuevos estilos de vida
Estos cambios de diseño responden a modificaciones en el estilo de vida que llegaron para quedarse, y que el desarrollador no debe pasarlas por alto. Mucho menos si cuenta con más espacio para implementar soluciones apropiadas, como en el caso de las viviendas unifamiliares. “Quedó en evidencia que muchos trabajos se hacen mejor desde la casa. Pero hay que tener en cuenta que allí se convive con otras personas, como los chicos que tienen clases por Zoom, o la pareja que también requiere su lugar con computadora. Cambió la forma de socializar y hay que tener presente eso al momento de proyectar. Hoy muchas casas se están haciendo con quinchos como oficinas para dar respuesta a esa situación. Es importante pensar en espacios y circulaciones para resolver lo que implica la convivencia entre familia y trabajo”, manifestó Lewis.
Claro que las soluciones son diferentes si la vivienda es de 100 m2 en el Gran Rosario o si en cambio es de 500 m2 en un barrio cerrado. “Son públicos distintos, con otros requerimientos, tecnologías constructivas, proyectos arquitectónicos y complejidades. Pero siempre ponemos énfasis en la funcionalidad, las circulaciones, los momentos del día en las diferentes etapas del año”, puntualizó Gibbons. En base a eso, al entorno, y a los gustos del cliente definen qué hacer, de qué manera lo distribuyen, con qué recursos materiales y cómo lo ejecutan. “No nos interesa la escala ni la cantidad, sino el diseño y la calidad”, cerraron.
Edificio Boheme
Ubicación: Ricardone 1270 Descripción: Propiedad Horizontal de 28 unidades Premium Flexibles de 52 m2, de un dormitorio distribuidas en 7 pisos altos, unidades divisibles y con la posibilidad de uso comercial. Todos los departamentos cuentan con balcón. Amenities: azotea accesible y solárium. En planta baja; hall de ingreso al edificio de viviendas, un local comercial, 12 cocheras distribuidas en dos plantas, un medio nivel a -1.30mts. y otro medio nivel superior a +1.30mts. Proyecto: Arq. Carlos Zampettini // Arq. Marcela Gibbons y Bartolomé Lewis. Construye: www.lewisgibbons.com.ar
www.lewisgibbons.com.ar