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NICOLE TELLEZ ROSSANA VERGEL
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CONTENIDO Portada
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Contenido
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Concepto y percepciones del autismo
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Motivación
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Percepción - Sensibilidad sensitiva en el autismo - El niño con autismo y los ruidos - Sensibilidad visual - A muchos niños con autismo no les gustan los abrazos
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Sensación
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Atención 8 - Funcionamiento de los sistemas de memoria en los niños con trastorno autista y trastorno de asperger Inteligencia - Temas de comunicación: teoría y clínica del autismo
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Comunicación y lenguaje
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Teoría de la mente - Agnosia auditiva verbal - Síndrome fonológico – sintáctico - Síndrome léxico – sintáctico - Mutismo selectivo - Trastorno de la prosodia - Trastorno semántico – pragmático del lenguaje
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Causa y tratamiento - Medicinas - Educación especial
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Referencias
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EL AUTISMO Es un trastorno físico ligado a una biología y una química anormales en el cerebro. Las causas exactas de estas anomalías se desconocen. Probablemente, haya una combinación de factores que llevan a que se presente el TEA (Trastorno del Espectro Autista). Esta afección puede ser hereditaria en algunas familias y las investigaciones muestran que muchos genes pueden ser involucrados. Se han sospechado muchas otras causas posibles, pero no se han probado. Algunos investigadores creen que el daño a una parte especifica del cerebro, llamada la amígdala, podría estar implicado. Otros investigadores están estudiando si un virus puede desencadenar los síntomas. También se podría decir que el Autismo es como un conjunto de trastornos complejos del desarrollo neurológico, caracterizado por dificultades en las relaciones sociales, alteraciones de la capacidad de comunicación, y patrones de conducta estereotipados, restringidos y repetitivos. A seis niños de cada 1.000, existiendo cuatro veces más probabilidades de aparición en los varones que en las mujeres, sin distinción entre razas, nivel socioeconómico o área geográfica.
PERCEPCIONES DEL AUTISMO Las personas con autismo muestran frecuentemente reacciones y comportamientos que resultan incomprensibles para los demás. Sus dificultades en la comunicación les impiden expresar el porqué de su conducta, que a menudo tiene que ver con alteraciones en el procesamiento sensorial, lo que se conoce como sensibilidad sensitiva en el autismo. Muchos niños con TEA, perciben diferente los estímulos externos: sonidos, imágenes, olores… algunos perciben con intensidad intolerable sensaciones que son normales para los demás, hasta el punto que les molestan y les impide seguir con su actividad. Otros en cambio, quedan ensimismados en estímulos concretos que les resultan fascinantes. Pueden tolerar muy bien el dolor, frio, o la sensación de hambre lo que les hace parecer insensibles a estos estímulos. En palabras sencillas, es una falta de sincronización y/o regulación de los diferentes sentidos, ya sea de forma
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individual o de forma conjunta. De manera que la información sensorial no procesa de forma adecuada y las interacciones entre los diferentes sentidos están alteradas. Esto provoca que ya sea por exceso o por defecto, la información no se procesa de forma adecuada y la respuesta es por tanto incorrecta. Según algunos estudios se estima que entre el 60 y 95% de las personas con autismo presentan un TPS. Durante mucho tiempo se asoció el autismo al aislamiento, a la carencia de respuesta ante un estímulo. Hoy sabemos que Autismo no significa aislamiento, sino todo lo contrario. Podemos dividir los problemas sensoriales en el autismo en los siguientes grupos: *Auditivos: Hipersensibilidad a sonidos por ejemplo.
LA MOTIVACION
*Visuales: el 80% de los estímulos que recibimos tienen un origen visual. Hoy sabemos que la de sincronía existe entre la visión y la audición (por ejemplo) en el autismo son habituales. También los aspectos relacionados con la ubicación espacial o con los aspectos relativos a la visión focal.
La gente que es Autista tiene dañadas las habilidades para comunicarse y dificultad para relacionarse con los demás. Encontrar la forma de motivarlos es esencial para ayudarlos a desarrollar habilidades sociales, de conducta y del lenguaje. La clave es la intervención temprana, cuando son chicos, ya que es más fácil educarlos con métodos motivacionales.
*Táctiles: no se dejan tocar o abrazar o presentan reacciones exageradas ante determinadas texturas. *Olfativos: Determinados olores cotidianos les causan un fuerte rechazo. *Vestibulares: Por ejemplo, realizando un balanceo para poder mejorar el equilibrio. *Propioceptivos: Problemas con la ubicación espacial, de motricidad o incluso sinestesia.
1- Motívalos con terapia de juegos, que les enseña habilidades, los alienta a la autoexpresión y les da un sentido de trabajo hecho. 2- Motívalos permitiéndoles elegir el estímulo o actividad, como saltar o bailar. Únete a su actividad hasta que el niño haga contacto visual contigo o se comunique espontáneamente.
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3- Alienta las actividades como las “historias sociales” y los “libretos” que les puedan ayudar tanto a los niños autistas verbales como a los no verbales, a aprender una conducta apropiada. La intervención temprana puede hacer que la aislación social disminuya y mejore la comunicación. 4- Durante las sesiones de aprendizaje y la terapia, usa refuerzos positivos para mantener las líneas de comunicación abiertas. Alentándolos a estos chicos a dar una segunda respuesta a una pregunta que contestaron de una forma incorrecta o alabándolos si contestaron bien, los motiva para que participen más frecuente. 5- Incorpora las actividades sensoriales de integración que aumentan o disminuye el nivel de la estimulación sensorial que estos niños reciben. Puede ser que se sientan abrumados por el aporte sensorial y los terapistas ocupacionales los pueden hacer participar en actividades que los puedan ayudar a filtrar lo que sienten. Debemos ponernos en el lugar del otro y personalizar la interacción con el niño. ¿Por qué tenemos que comunicarnos con el niño
Como se lleva esto a ña practica ante un niño autista: 1 ¿Le gusta dibujar? Comunícate dibujando y cuando consigas su atención, verbaliza lo que dibujas. 2 ¿Le gusta hacer construcciones? Hazlas junto a él pero sin invadir su espacio. De esta manera estarás capturando su atención, estimulando. 3 potencia la interacción en aquello que le gusta hacer haciéndolo con multitud. 4 respeta su orden y su ritual, es decir, si prefiere guardar lo juguetes de determinada manera, hazlo igual. Así se conseguirá empatizar y poder hacer tareas juntas.
PERCEPCION
Las personas con Autismo muestran frecuentemente reacciones y comportamientos que resultan incomprensibles para los demás. Sus dificultades de comunicación les impiden expresar el porqué de su conducta, que a menudo tiene que ver con alteraciones en el procesamiento sensorial, lo que se conoce como: Sensibilidad sensitiva en el Autismo
solo de forma oral? Ahí entra la estimulación multisensorial, utilizando todos los canales sensoriales para llegar a él.
Muchos niños con Autismo, perciben diferente los estímulos externos: sonidos, imágenes, olores… algunos perciben con intensidad intolerable sensaciones que son normales para los demás, hasta el punto que les molestan y les impiden seguir con su
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actividad. Otros en cambio, quedan ensimismados en estímulos concretos que les resultan fascinantes. Pueden tolerar muy bien el dolor, el frio o la sensación de hambre lo que les hace parecer insensibles a estos estímulos.
auditiva del niño nos permite reconocer el origen sensorial de estas conductas y ayudarlos.
Las alteraciones sensoriales en los niños con Autismo pueden ser por déficit o por exceso de sensibilidad. Es muy importante valorar la visión y la audición siempre que se detecte un TEA, para corregir los déficits cuanto antes. En muchas personas esta alteración persiste a lo largo de toda su vida, pero en la mayoría disminuye o desaparece al alcanzar la edad adulta, quizá porque se acostumbran a ella o porque realmente mejora.
El niño con Autismo y los ruidos Para los demás son insignificantes, pero para los niños con TEA ciertos ruidos son insoportables: -
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Ruidos inesperados como el teléfono, timbre del colegio, los fuegos artificiales… Ruidos de tono alto como los de los electrodomésticos, el secador de pelo, la batidora, la segadora del jardín… Ruidos simultáneos, lugares ruidosos como una fiesta infantil, un centro comercial…
Frente a estos ruidos molestos, el niño con Autismo reacciona con irritabilidad, con miedo excesivo, aislándose, balanceándose… conocer la sensibilidad
Sensibilidad visual
Los objetos pueden percibirse distorsionados, fragmentados. Las luces brillantes parecen bailar a su alrededor… Quizá rechacen entrar en un lugar, avanzar ante un cambio en el pavimento… Puede que debido a estas distorsiones visuales les resulte menos desagradable centrarse solo en un detalle en vez de en todo el objeto a la vez.
A muchos niños con Autismo no les gustan los abrazos
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Muchos no tienen ningún tipo de alteración sensorial táctil, pero cuando está disminuida necesitan un estímulo más intenso para percibirlo. Por ello a veces no son sensibles al dolor y se hacen daño a sí mismos, o abrazan a los demás con excesiva fuerza para notar el abrazo.
Otros niños tendrán la costumbre de oler todo lo que tocan, incluso chuparlo, probablemente por tener una percepción olfatoria disminuida.
Por el contrario, si la sensibilidad es excesiva, rechazan el contacto de otras personas, de la ropa, de cepillarse los dientes o el pelo… por resultarles desagradable y doloroso, lo que sin duda afecta a sus relaciones interpersonales.
Dificultades en la alimentación, gusto y olfato SENSACION Es más frecuente que haya una hipersensibilidad al gusto, entonces algunos sabores les resultan excesivamente fuertes o las texturas de los alimentos desagradables. Esto causa dificultades en la alimentación con dietas muy restringidas que cuesta mucho modificar y originan malnutrición. Si las sensaciones del gusto están disminuidas, preferirá comidas espaciadas e incluso probar todo tipo de objetos, plastilina, tierra… Los olores percibidos como muy fuertes provocarán su rechazo a entrar en lugares que a los demás nos parecen desodorizados, como el cuarto de baño. Los demás no perciben el problema y no comprenden por qué aparecen rabietas o rechazo a entrar en lugares concretos.
Los niños con trastorno autista presentan gran sensibilidad ante estímulos externos, esto se puede detectar a partir de los 18 meses de vida, ya que es la edad en que el niño empieza a desarrollarse en un ámbito externo al dado en su hogar, el ámbito donde tiene que relacionarse con otros niños o ir al jardín infantil. Uno de los síntomas que definen la enfermedad es que en ellos se detecta una hipersensibilidad al sonido, y se manifiesta por la reacción del niño ante un sonido inesperado. Los ruidos continuos los llevan a la desesperación. En lugares expuestos a gran cantidad de sonidos, como centros comerciales o parques de diversión, sienten gran aversión y confusión. La hipersensibilidad táctil puede ser otro factor que exprese el síndrome, los niños autistas se muestra a la defensiva cuando es
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tocado en algunas partes de forma inesperada, su primer reflejo es evitarlas. Pueden ser caricias o cualquier tipo de contacto físico, lo cual termina alejándolo de la sociedad. Tareas básicas como que lo peinen o usar determinadas prendas de ropa con texturas extrañas son poco toleradas por ellos, de igual forma ocurre con la comida, algunas texturas que sus papilas gustativas sienten pueden ser intolerables y puede pasar por una conducta caprichosa y mimada, llevando a que en ocasiones sean forzados a acceder. Sin embargo, hay puntos que estimulan y relajan al niño, es función de los padres conocer sobre ellos y practicar masajes diarios que logren que el niño se sienta en un ambiente armonioso y contrarresten el daño. Ciertos estímulos visuales resultan engorrosos e insoportables como lo son la luz intensa, los destellos o los cambios luminosos bruscos. Una solución para ello es usar lentes de sol constantemente cuando el niño esté expuesto a estas situaciones.
PROCESOS DE ATENCION EN AUTISMO
Los niños con trastorno autista presentan 3 tipos de problema en su atención Atención selectiva(Es la capacidad de discriminar estímulos dentro de conjuntos y reconocerlos y procesarlos con el mínimo error.) es muy buena, la diferencia es que se concentran tanto en la tarea a realizar que es muy difícil salir de ella. A esto se le llama Atención híper focalizada, por la que las personas con este trastorno pueden permanecer centradas en algunos estímulos durante más tiempo que el que se observa en personas con desarrollo normal. Pero este problema se termina convirtiendo en una habilidad, ya que al detallar excesivamente los fenómenos que se presentan, tienen una capacidad de memoria muy detallada. 1. Su atención dividida (prestar atención a dos cosas simultáneamente) está un poco afectada ya que presentan déficit al detectar los cambios que ocurren en escenas cuando se produce algún tipo de interrupción. 2. Su atención conjunta (Se refiere a la capacidad que tienen las personas de coordinar su atención con otra persona en relación con un objeto o una situación) es la que más afectada se ve y de hecho es uno de los síntomas centrales a la hora de detectar el autismo.
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Los sistemas de memoria procedural y de representación perceptual funcionan de manera similar en las poblaciones estudiadas que en niños con desarrollo normal. En cuanto al sistema de memoria semántica, los hallazgos dan cuenta de un funcionamiento normal; sin embargo, algunos trabajos sugieren que existiría una relación anómala de este sistema con el de memoria episódica, por la cual los sujetos autistas no obtendrían el beneficio de la consulta al sistema de memoria semántica para lograr un funcionamiento más eficaz de la memoria episódica. En cuestión de la memoria a corto plazo y memoria de trabajo, se desenvuelven muy bien en las habilidades visuales y verbales y su procesamiento. Pero muestran un déficit a la hora de que se les exija de más en el procesamiento de estas habilidades. Funcionamiento de los sistemas de memoria en niños con Trastorno Autista y Trastorno de Asperger. En la década de los 70, los científicos Boucher y Warrington, definían a los niños autistas bajo una teoría amnésica, los clasificaban dentro de la misma sección que las personas con síndrome amnésico puro. Pero esta teoría no se le dio percusión ya que según otros autores los niños a los que se les realizó esta prueba eran autistas de bajo rendimiento y con retardo mental. El autismo como tal, evaluado individualmente no arroja resultados tan críticos como el anterior. Sin embargo esta creencia se extendió dos siglos, y solo en la década de los 90 se definió que los autistas no presentaban amnesia, pero si presentaban dificultades para organizar la información
Los niños autistas tienen buena memoria episódica, pero su conocimiento general del mundo es deficiente. Algunos presentan gran capacidad para el dibujo, el niño autista dibuja lo que puede ver, recuerdan conversaciones, pueden recitar canciones pero almacenan sin codificar, no emplean métodos para recordar las cosas. Lo que recuerda no se modifica por lo nuevo, las habilidades de recuerdo son muy limitadas.
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INTELIGENCIA
La inteligencia del niño con autismo es normal. En ocasiones, los niños con autismo pueden tener determinadas habilidades cognitivas excepcionalmente desarrolladas. Pero lo más común es que posean un cociente intelectual (CI) total normal-medio o normal-bajo. Otro dato muy significativo, que conecta con uno de los aspectos más típicos del autismo, es la superioridad del CI verbal con respecto al manipulativo. Puesto que se admite que en el autismo no existe trastorno del lenguaje clínicamente significativo, es lógico que el CI verbal sea relativamente alto. Según Rourke, las dificultades en habilidades no verbales sugieren disfunción en el hemisferio derecho Sin embargo, cuando en las pruebas de inteligencia verbal interviene la comprensión social, como sucede en los subtes de
comprensión, entonces los resultados son bajos. La distractibilidad que suelen tener los niños con autismo repercute negativamente en ‘aritmética’ y ‘claves’, presentan problemas a la hora de realizar un rompecabezas. Aquellos aspectos que tienen que ver con el montón de información pueden estar incluso exageradamente favorecidos. El niño con autismo puede ser un experto en determinado tópico que motive su interés. Su cerebro puede almacenar una gran cantidad de datos relacionados con dinosaurios, geografía, astronomía, información deportiva, etc. Para alimentar estos conocimientos, las enciclopedias pueden ser el tipo de lectura favorito. La internalización del sentido del tiempo puede estar muy distorsionada. Pueden haber transcurrido varias horas y tener la sensación de que sólo han pasado unos pocos minutos. El desajuste en la percepción de la duración del tiempo puede ser un factor coadyuvante a crear dificultades en la relación social. En ocasiones puede resultar exasperante el largo tiempo transcurrido entre pregunta y respuesta en el diálogo con el paciente. Éste, al no percibir los intervalos como prolongados, puede superar la capacidad de paciencia de su interlocutor. Uno de los argumentos empleados para criticar la relevancia de la teoría del déficit ejecutivo es el de la no especificidad de esta alteración en el autismo. Desde la teoría de la mente (Baron Cohen, Leslie y Frith, 1985) se ha defendido la participación de los lóbulos frontales en el déficit cognitivo subyacente al autismo. Algunos trabajos han aportado datos sobre el activo papel de estas regiones en la realización de tareas
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mentalistas (Baron-Cohen y col. 1994; Flechter y col. 1995 Stone y cols, 1998) por lo que la investigación futura deberá determinar las consecuencias de estos hallazgos en términos de relaciones inter e intrateorías.
Temas de comunicación: teoría y clínica del autismo. Los síntomas más distintivos para diagnosticar a una persona con autismo son los déficits para establecer contacto intersubjetivo o interpersonal, que impiden una interacción social adecuada y una comunicación apta con otros Alteraciones básicas en las capacidad mentalistas (teoría de la mente): la interacción social completa supone la capacidad de asumirnos recíprocamente como agentes que tienen estados mentales perceptivos, atencionales, emocionales, albergan deseos e intenciones y tienen
creencia acerca del mundo y de los otros. Al interactuar con los demás, permanente le atribuimos conocimientos, intenciones, actitudes, información que tenemos activamente en cuenta para interpretar el sentido de sus acciones y poder entablar vínculos de cooperación o competición con ellos. Premack y woodruff (1978) la teoría de la mente es un sistema y un conjunto de mecanismos inferenciales que nos permiten explicar y predecir el comportamiento de los demás. Los humanos normalmente somos capaces de construir y manipular señales y palabras para darle luego el significado correspondiente, nuestra capacidad de inferencia se ve muy marcado en el día a día y de esta forma relacionarnos como el otro. Generalmente las personas no explicitan sus estados mentales, incluso cuando se estén comunicando mediante lenguaje, por ejemplo, lo que se declara explícitamente en una conversación es íntimo comparado con lo que se comunica. En la interacción social es primordial detectar el engaño, las diversas, sutiles y variadas formas en que los demás pueden intentar inducirnos al error. La hipótesis de que el autismo es una alteración del desarrollo de las habilidades para la interacción social originadas en un fracaso en las capacidades mentalistas, se basa en un amplio conjunto de pruebas clínica y experimentales que demuestran la incompetencia de los niños y adultos con autismo para atribuir flexible y consistentemente estados mentales de los demás. Los autistas de buen nivel tienen un déficit específico para ordenar historietas cuyas claves requieren la atribución de estados
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mentales a personajes por ejemplo: comprender que alguien se sorprenderá por no encontrar algo que hace un instante dejó en un lugar. Mientras que, sin embargo, ordenan perfectamente las historietas en las que la secuencia comporta comprender un patrón de relaciones causales entre los elementos. Por ejemplo: un globo que es arrastrado por el viento y explota al chocar contra las ramas de un árbol. E incluso cuando se trataba de secuencias de interacción entre personas pero reguladas por un marco convencionalizado o un guion preestablecido. ej.: comprar algo en un quiosco; viajar en autobús) Los autistas pueden aprender convenciones y guiones sociales complejos dependiendo de su nivel lingüístico e intelectual, pero manifiestan una marcada incapacidad para involucrarse en formas de relación o vinculación que se salga de las causas preestablecidas Sin embargo, se dice que el déficit mentalista no es el déficit primario del autismo. Este déficit mentalista sólo viene como una consecuencia de la afectación real: La incapacidad de establecer contacto afectivo y emocional con el otro, el pensar en el otro como una persona con estados mentales. Los niños autistas tienen dificultades para comprender emociones y para comprender emociones a partir del patrón expresivo que manifiesta el otro durante la interacción y que esa no compresión de emociones evidentemente va a limitar la posibilidad de tener una vinculación intersubjetiva normal y desarrollar las estructuras cognitiva para la comprensión social.
Existe un cierto confusionismo con respecto a la existencia o no de alteraciones lingüísticas en el autismo. Algunas definiciones incluyen criterios positivos con respecto a las capacidades lingüísticas. Gillberg y Gillberg establecen como condición para diagnosticar el autismo que el lenguaje debe cumplir al menos tres de las siguientes características: retraso en su desarrollo, lenguaje expresivo superficialmente perfecto, lenguaje pedante, prosodia extravagante o alteración en la comprensión, incluyendo interpretaciones literales de significados implícitos. Según estos autores, el autismo debe cumplir dos de las siguientes condiciones referidas al lenguaje: anomalías en la inflexión, hablar en exceso, hablar poco, falta de cohesión en
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la conversación, uso idiosincrásico de palabras y patrones de lenguaje repetitivos. En un reciente estudio, se pone de manifiesto que en una cuarta parte de niños diagnosticados de autismo el primer signo de alarma que preocupó a los padres fue una alteración relacionada con el desarrollo del lenguaje. El lenguaje está conservado en sus aspectos formales, pero está alterado en su vertiente pragmática, es decir, en la utilización contextual. Por este motivo, los test de lenguaje posiblemente no detecten ninguna alteración, a no ser que estén específicamente orientados a la identificación de trastornos pragmáticos. Los niños autistas presentan una dificultad a la hora de entablar una conversación con el otro, y de esta forma se puede decir que tienen una afección en el lenguaje, ya que no presentan el orden normal que se tiene un una charla de dos personas, ellos no hacen pausas. Las pausas caracterizan el papel del que escucha y del que habla, al momento de que esto esté ausente, hablar con ellos se puede percibir como un monólogo. A continuación, algunos de los patrones en el dialogo de un niño autista. – Inicios de conversación. Normalmente en una conversación se va pasando de un tema a otro. Estos cambios están más o menos regulados por unas normas implícitas, que facilitan la transmisión de ideas. También aquí intervienen marcadores no verbales, que deben ser interpretados constantemente, para poder introducir los nuevos temas en el momento adecuado de acuerdo con la oportunidad en el diálogo y la receptividad del interlocutor. Una vez más, el niño con autismo tiene dificultad en leer los signos no explícitos y por tanto tiende a cambiar de tema de forma anárquica.
– Lenguaje figurado. Constantemente se emplean en las conversaciones metáforas, dobles sentidos, significados implícitos y formas de cortesía. El niño con autismo tiende a la interpretación literal, lo cual le hace perder o malinterpretar fragmentos importantes del diálogo. – Clarificaciones. Cuando alguien está explicando algo, debe estar constantemente pendiente de si su interlocutor entiende lo que se le dice. Existen distintos recursos conversacionales para asegurar que el relato consigue su objetivo. Para ello, hace falta repetir frases con distintos giros, repetir ideas de forma distinta y reiterar conceptos complicados.
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incorrecto, se concluyen con resultados que reflejan como el protocolo de entrenamiento logra el máximo nivel de correctos en la prueba y el niño generaliza la habilidad de tomar perspectiva en su contexto habitual. Muchos estudios de esta teoría expresan la dura tarea que es para un niño con autismo el tomar perspectiva. Aquellas pruebas para evaluar la toma de perspectiva son llamadas pruebas de falsas creencias, las cuales son fracasadas en el momento de su resolución o puede ser resueltas pero reflejando una falta de generalización a otras situaciones. Sin embargo, se ha comprobado que los niños con autismo pueden realizar algunas pruebas de creencia falsa. Algunos autores de la teoría de la mente describen una serie de habilidades necesarias para realizar estas pruebas:
TEORÍA DE LA MENTE EN UN CASO DE AUTISMO La teoría de la mente se refiere a la capacidad de atribuir pensamientos e intenciones a otras personas, es una habilidad que en muchos casos es deficiente su aplicación a un niño diagnosticado con autismo. La teoría de la mente se mide con una serie de protocolos de entrenamiento de pruebas de falsas creencias, estos protocolos están compuestos por un número de ayudas verbales y el uso de objetos o juegos cercanos a la vida del niño. Finalmente con la aplicación de consecuencias diferenciales que permitan diferenciar lo correcto de lo
1. Capacidad del niño de recordar y recuperar de forma adecuada sus pensamientos y acciones pasadas. 2. La función ejecutiva y simbólica 3. Capacidad de juego simbólico 4. Habilidades verbales A pesar de que algunos niños no presenten ciertas habilidades necesarias para la ejecución de la prueba, estos pueden ser entrenados para que puedan resolverlas de manera exitosa y que puedan generalizar dicha habilidad a otros contextos.
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para las personas que tienen poco conocimiento o relación con la forma de hablar de la persona afectada. Es un déficit expresivo. Síndrome léxico-sintáctico En estos casos la afectación reside principalmente en la capacidad para evocar la palabra adecuada al concepto o a la idea.
Agnosia auditiva verbal En estos casos, los niños con autismo sufren una incapacidad al momento de decodificar el lenguaje por vía auditiva. En algunos de los niños autistas, cabe recalcar que no todos tienen el mismo nivel de afectación y por ende algunos no sufren los mismo síntomas, no se detecta un empeño por comunicarse mediante medios como dibujos o gestos. Por lo contrario, el niño utiliza al adulto como un medio para llegar a su objetivo. Por ejemplo: toma a la mamá del brazo para llevarla al lugar o el objeto que necesita a su disposición, sin mediar ninguna mirada ni cualquier otro tipo de relación comunicativa. Los autistas con esta discapacidad suelen ser los más afectados en sus modos de vida. Se añade habitualmente un retraso mental, que acentúa el trastorno.
Síndrome fonológico-sintáctico Este trastorno se expresa por una pobreza semántica y gramática, acompañada de un déficit en la vocalización lo que significa un lenguaje poco accesible o claro, sobre todo
Mutismo selectivo Los niños con autismo padecen de un trastorno llamado mutismo selectivo, en el cual tienen una capacidad para hablar normalmente pero en alguna situaciones no utilizan prácticamente ningún tipo de lenguaje, este fenómeno se da más que todo en el colegio o con gente desconocida, no perteneciente a su círculo social. Este trastorno sólo se presenta en autistas con un funcionamiento elevado y Síndrome Asperger.
Trastornos de la prosodia La prosodia incluye los aspectos del habla no relacionados directamente con la descodificación de grafema a fonema. Por tanto, se refiere a la entonación y al ritmo que se aplica al lenguaje. En niños autistas de funcionamiento alto y en el SA no es raro observar trastornos de este tipo, que pueden añadirse a otros problemas lingüísticos. En ocasiones, el tono de voz que utiliza el niño puede producir una sensación de pedantería; en otros casos, se expresa con una entonación excesivamente aguda, o con formas de voz muy peculiares, que acentúan la extravagancia del lenguaje. Entre los criterios diagnósticos de Gillberg figura, como una de las posibles disfunciones del
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lenguaje y del habla, la alteración prosódica [10]
mayor trastorno del lenguaje estarían ubicados en el trastorno semánticopragmático y, por último, los niños con alteración de los dos sentidos, social y lingüístico, constituirían los autistas clásicos
CAUSA Y TRATAMIENTO
No hay cura para el autismo. Pero existen formas de sobrellevarlo. Tratamientos conductistas
Trastorno semántico-pragmático del lenguaje Los aspectos pragmáticos del lenguaje se sustentan en las habilidades lingüísticas, pero también dependen de las habilidades cognitivo-sociales del individuo. De aquí que este trastorno sea especialmente interesante en los autistas, puesto que en el autismo se conjuga la alteración lingüística con la alteración en la relación social, sustentada en una dificultad para interpretar el pensamiento del interlocutor. Teniendo en cuenta estas variables, Bishop [27] empezó a difundir la idea de que los trastornos específicos del lenguaje y trastornos autísticos no son términos excluyentes, sino que por el contrario se ubican en un continuo. Los niños con recursos comunicativos relativamente buenos, pero con falta de habilidades sociales se aproximarían al SA; los niños con relativamente buena relación social, pero con
Existen tratamientos basados en recompensar el aprendizaje de nuevas capacidades que contribuyen a solventar problemas de conducta. Otros tratamientos se centran en los intereses, aptitudes y necesidades del niño en particular. Está científicamente demostrado que la probabilidad de éxito con este tipo de tratamientos es mayor cuando se estructuran en torno a una rutina continua de actividades en la que las tareas se acometen de manera gradual y se enseñen en forma de una serie de pasos sencillos. También es útil contar con los padres, pues con una orientación adecuada, éstos pueden continuar el tratamiento en casa.
Medicinas
No hay medicina que cure los problemas cerebrales que al parecer son causa del
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autismo. Sin embargo, los médicos pueden prescribir medicamentos que reducen síntomas como movimientos de la cabeza o cualquier tipo de arrebato. También hay medicamentos que disminuyen el riesgo de convulsiones y minimizan los problemas relacionados con la falta de atención. La mayoría de tales fármacos modifican las cantidades de neurotransmisores, como la serotonina cerebral. Educación especial Las clases de educación especial ayudan a que el niño autista aprenda lo máximo posible. En algunos casos, ese máximo supone aptitudes tan sencillas como vestirse o utilizar dinero. En otros, se trata de leer, escribir o aprender matemática. Hay bastantes niños con autismo que concluyen el bachillerato e, incluso, que llegan a obtener títulos universitarios. Cuanto antes comience a recibir ayuda el niño autista, mayor será la posibilidad de que aprenda.
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