07 de Noviembre 2018
1917
El 4 de octubre de nace en San Carlos, Violeta del Carmen Parra Sandoval, hija de Clarisa Sandoval, campesina, y de Nicanor Parra, profesor de música.
1953
Compone sus primeras canciones basadas en las formas folclóricas tradicionales. Graba dos singles para el sello Emi-Odeón, las que se ubican en el primer plano de la popularidad.
1954
Viaja por primera vez a Europa invitada al V Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, en Varsovia. Desde allí se traslada a París, donde residirá durante dos años, realizando incontables presentaciones y contactos para la difusión de su trabajo. Graba en la Fonoteca Nacional del Musée de l’Homme de La Sorbonne. Allí deja un guitarrón y cintas de sus recopilaciones de folclore chileno.
“ Amiga soy de la lluvia porque es un arpa cantora de alambres y de bordonas que tuntunean con furia... ” Violeta Parra
1958
Funda el Museo Nacional del Arte Folclórico Chileno, de la Universidad de Concepción. Aparecen los LP “La cueca…” y “La tonada presentada por Violeta Parra”, con carátulas de los pintores chilenos Julio Escámez y Nemesio Antúnez, respectivamente. Regresa a Santiago. Incursiona en la cerámica, comienza a pintar y a bordar arpilleras. Construye su “Casa de palos” en La Reina y ofrece recitales en los centros culturales más importantes de la capital. Viaja al norte a investigar y grabar la fiesta pagano-religiosa de La Tirana
1965
Se publica en Francia su libro “Poésie populaire des Andes”. En Ginebra, la televisión suiza filma el documental “Violeta Parra, bordadora chilena”. Violeta retorna definitivamente a Chi le e n junio. Canta con sus hijos en la Peña de Los parra, Santiago y publica por Odeón el LP “Recordando a Chile (Una chilena en París)”
1966
Emi-Odeón edita el LP “Carpa de La Reina”, colaboración de Violeta y otros artistas, y el EP “El tocador afuerino”, trabajo instrumental para cuatro y quena trabajado junto a Gilbert Favre. Viaja a Bolivia y se presenta con Gilbert Favre. Vuelve a Chile con grupos del altiplano que presenta en su carpa, en televisión y en la peña de Los Parra.
2
“Las arpilleras son como canciones que se pintan” Violeta Parra constituye un referente de la música popular chilena para el mundo. Su veta artística se plasmó en numerosos matices: artista de radio, compositora y recopiladora folclórica, artista plástica y poeta. Su obra pudo llegar al público masivo gracias a la efectiva relación que tuvo la artista con la industria musical, convirtiéndose así en un ejemplo de cómo la industria y el arte pueden tener una relación armoniosa.
A partir de 1954, la más emblemática folclorista y cantora popular de nuestra historia, despliega su extraordinaria faceta de artesana y artista visual, realizando pinturas y óleos, más tarde cerámicas, esculturas en alambre, máscaras hechas de mosaicos de granos y arpilleras bordadas, que son la más notable expresión de su rico universo plástico, desbordantes de formas y colores asociados a significados y sentimientos precisos. Una obra expuesta en varios países del mundo, tardíamente reconocida en Chile, parte de la cual hoy se encuentra en manos de la Fundación Cardoen, que proyecta en el Parque Forestal la creación del Museo Violeta Parra.
A partir del año 1952 e impulsada por su hermano, el poeta Nicanor Parra, empieza a recorrer zonas rurales para rescatar y recopilar la verdadera música folklórica chilena. Se transforma en recuperadora y creadora de la auténtica cultura popular. Graba numerosos discos y participa en programas de radio y televisión, donde muestra diferentes formas de hacer arte, pintando, bordando y haciendo arpilleras, obras con las que logró que en 1964 por primera vez una artista latinoamericana expusiera en forma individual en el Museo del Louvre, en París. De vuelta a Chile, en 1966 crea un centro de folklore y arte popular en una carpa, donde compone sus últimas canciones como “Gracias a la vida”.
En diciembre, se estrena en el teatro Antonio Varas de Santiago “Canto para una semilla”, obra de Luis Advis a partir de las décimas autobiográficas de Violeta y con la interpretación de Isabel Parra e Inti Illimani y el relato de Carmen Bunster. Muere el 5 de febrero de 1967. Sus obras han sido recuperadas gracias a un amigo fotógrafo Daniel Vittet, quien se ocupó de conservarlas para luego entregárselas a sus hijos. En 1992 fueron trasladadas a Chile con el apoyo de la Dirección de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores, con motivo de la creación de la Fundación Violeta Parra.
3
Prisionero inocente | 31,7 x 45,5 | 1964 | Ă“leo sobre madera prensada | Violeta Parra