04 Invocacion

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Liisa Jane Smiith

Este lib bro fue traducido por el equipo o de M.AR POWERFORO.COM Gracias a todo os los que ayudaron!

LA LISTA DEE CAPITULOS CON SU US TRADUCTORES

CAPÍTTULO 1 ‐ SIPINZA CAPÍTTULO 2 ‐ SIPINZA CAPÍTTULO 3 ‐ B BIGSTREGA A CAPÍTTULO 4 ‐ B BIGSTREGA A CAPÍTTULO 5 ‐ M MISSDAWN N CAPÍTTULO 6 ‐ G GEN CAPÍTTULO 7 – SSIPINZA CAPÍTTULO 8 ‐ SIPINZA CAPÍTTULO 9 ‐ M MAIA! CAPÍTTULO 10 ‐ SIPINZA CAPÍTTULO 11 ‐ SIPINZA CAPÍTTULO 12 ‐ MINADA CAPÍTTULO 13 ‐ CHRISTELLL SUMMER R CAPÍTTULO 14 ‐ NICKY! CAPÍTTULO 15 ‐ SIPINZA CAPÍTTULO 16 ‐ CHRISTELLL SUMMER R

PAR RA MÁS LIBR ROS TRADUC CIDOS… REG GÍSTRENSE EEN EL FORO! Dudas, co omentarios, correccione es, al foro o a admin@p powerforo.co om.ar

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Liisa Jane Smiith

INV VOCACION N LISA JJANE SMITTH

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Liisa Jane Smiith

LA AUTO ORA: LISA JA ANE SMITH

Lisa Jane Smith, cuyyas obras son una combinaación de gén nero de horror, ciencia ficción, ffantasía y ro omance, obtuvo el reconocimiento del público con la serie Crónicass vampíricas, cuyo primeer título es Despertar.

Publicad do en los año os 90 y convvertido en referentte de la literaatura juvenil de terror, retoma el clásico tem ma de la lucha entre luzz y R. sombra,, de sus adorrados C. S. Leewis y J. R. R Tolkien. Y es que, seegún palabraas de la autora, ""quería escrribir libros co omo los de ellos, do onde el Bien se enfrenta al Mal y gana. Qu uería ser Fro odo, muerto de miedo en Mordor,, consciente de que el M Mal al que se enfrentaa es mucho m más fuerte yy poderoso que él, yy aun así es ccapaz de reu unir el valor necesariio para inten ntarlo y llegaar a ser un héroe. Quería tran nsmitir a los jóvenes quee no deben rrenunciar a la esperanzaa".

Parra John y Ma arianne Vrab bec, con amo or. agradeciendo o a Julie nueevamente po or su ayuda een la escriturra.

Y a

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Capítu ulo Uno

“Las cosas pueden n ser como eran antes”, dijo Carolin ne agradablemente, esttirándose paara alcanzzar la mano d de Bonnie.

Pero no n era verdaad. Nada nunca podríaa ser de la forma que f e antes dee la muerte de era Elena. Nada. Y B Bonnie tenía serias dudaas sobre esta fiesta quee Carolina esstaba tratando de darr. Un vago gruñido en la boca del estómago le dijo que por alguna razón era una muy, m muy mala idea.

‐“El cu umpleaños d de Meredith ya se pasó”, apuntó. “FFue el sábado pasado”.

o ella no tuvvo una fiestaa, no una fieesta real com mo esta. Tenemos toda la noche, m mis ‐“Pero padress no volveráán hasta el d domingo en la mañana. Vamos, Bo onnie, sólo p piensa en cuán sorpreendida estará ella”.

de todas man neras, pensó ó Bonnie. Taan sorprendida que quizzás Oh, ella estará sorrprendida, d o diera una gran fiesta es me mate despuéss. “Mira Carrolina, la razzón de que Meredith no ún no se sien nte con ganaas de celebraar. Además,, parece algo o irrespetuo oso”. que aú

‐ “Pero o eso está m mal. Elena hubiera querrido que lo p pasáramos bien, sabes q que es así. EElla amabaa las fiestas. Y hubiera o odiado vernos sentadoss y llorando luego de 6 m meses que eella se fuee”. Caroline e se inclinó hacia h delantte, sus ojos verdes felin nos normalm mente serioss y deman ndantes. No N había arttificio en elllos ahora, nada n de la repugnante r manipulación usual d de Caroline. Bonnie pod día ecir que ahora decía la verdad.

‐ “Quiero que seamos amigas nuevam mente, com mo lo éramo os antes”, dijo Carolin ne. bamos juntaas nuestros cumpleañoss, sólo para nosotras 4,, recuerdas?? Y “Siempre celebráb recuerrdas cómo lo os chicos sieempre tratab ban de entraar a nuestras fiestas? M Me pregunto o si lo inteentarán este año”.

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Bonniee sentía que e el control d de la situació ón se le iba de las mano os. Esta es u una mala ideea, esta es e una MUYY mala idea,, pensaba. Pero Caroliine seguía, luciendo so oñadora y caasi román ntica mientras hablaba sobre los bu uenos viejoss días. Bonn nie no tuvo el corazón de decirlee que los buenos viejos d días estaban n tan muerto os como la m música disco.

‐ “Pero o no somos 4 nunca más. Tres no h hacen una fieesta”, protesstó débilmen nte cuando no tenía m más palabras.

‐ “Voyy a invitar a SSue Carson ttambién. Meeredith se ju unta con ellaa, no?”. Bon nnie tuvo quee admitiir que Mered dith lo hacíaa, todas se ju untaban con Sue. Pero aaún así, Caro oline debía entend der que las ccosas no pod dían ser de la forma quee eran antes. No podías substituir a Elena con Sue Carson y decir, Bien, ahora todo está arreglado nueevamente.

o como le exxplico eso a Caroline?” p pensó Bonnie. De pronto lo supo. ““Invitemos a ‐ “Pero Vickie Bennet”, dijjo.

Carolin ne la miró fijjamente. “""Vickie Benn nett? Debes eestar bromeeando. Invitaar a esa extrañ ña sosa/tonta que se dessvistió en freente de la m mitad de la esscuela? Después de todo lo quee pasó?”.

Por un n momento C Caroline se vvio desesperradamente ffrustrada. Bonnie irguió ó su barbilla, puso ssus manos en sus caderaas y esperó. Finalmentee Caroline suspiró.

‐ “Estáá bien, tú ganas. La invittaré. Pero tú ú debes encargarte de traer a Meredith a mi casa el sábaado en la no oche. Y Bonn nie, asegúrate que ella n no tenga ni idea de lo qu ue pasa.

Quiero o que esto sea una sorpresa”.

‐ “Oh, lo será”, dijo Bonnie lúggubrementee. No estabaa preparada para la repeentina luz en la o el impulsivo o y caluroso abrazo. cara de Caroline o

oy tan feliz d de que veas llas cosas dessde mi punto de vista”, dijo Carolinee. “Y será ‐ “Esto muy b bueno para n nosotras estaar juntas de nuevo”.

Ella no o entendía n nada, se dio ccuenta Bonn nie, aturdidaa, mientras ccaroline salíaa. ¿Qué tenggo que haacer para exxplicarle? Chuparle sangre? Y luego:: Oh Dios, ah hora tengo q que contarlee a Mered dith.

Pero h hacia el final del día deciidió que quizzás Meredith h no tenía que saberlo. Caroline queríaa a Meredith h sorprendida, bien, quizzás Bonnie d debía entregar a Mereditth sorpreendida. De e esa manera aal menos Meeredith no d debía preocu uparse antess de tiempo.

Sí, con ncluyó Bonnie, era probaablemente m más amable no decirle n nada a Mered dith.

Y quieen sabe, escrribió en su diario la noch he del viernees, quizás esttoy siendo m muy dura con n Carolin ne. Quizás e ella realmente lamenta llas cosas que nos hizo, ccomo tratar de humillar a Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Elena frente a todo el pueblo y tratar de eempujar a Sttefan al asessinato. Quizás Caroline haya m madurado de esde entoncces y aprendido a pensarr en alguien más ademáás de ella mismaa. Quizás haasta lo pasem mos bien en su fiesta. Y quizás los alienígenos m me secuestreen antes de la noche de mañana,, pensó mien ntras cerraba el diario.

Ella só ólo podía ten ner esperanzzas.

El diarrio era un lib bro barato dee hojas en blanco comprado en la faarmacia, con n un patrón d de pequeeñas flores en la cubiertaa. Ella lo hab bía comenzaado cuando Elena murió ó, pero se estabaa convirtiend do en levemente adicta a él. Era el único lugar d donde podíaa decir lo que quisiera sin que laa gente la miirara escandalizada y dijera "Bonniee McCullough!" o "Oh, Bonniee."

ún estaba pe ensando sobre Elena cuaando apagó las luces y see encogió baajo las Ella aú mantaas.

Ella esstaba sentad da en un exuberante y cu uidado céspeed que se exxtendía tan llejos como ella po odía mirar en n todas direcciones. El cielo era de un azul imp pecable, el aire estaba cálido y perfumad do. Los pájarros cantaban n.

‐ “Esto oy muy feliz que hayas vvenido”, dijo Elena.

‐ “Oh, sí”, dijo Bon nnie. “Bien, naturalmen nte, soy yo. Por supuesto”. Miró alrrededor nuevamente, lueggo precipitad damente haccia Elena.

‐ “Máss té”?

Había una taza en la mano de Bonnie, delgada y frágil como cáscaara de huevo o. “Oh, por supuesto. Graciass”.

poroso vestid do del siglo d dieciocho dee gasa blancaa, que se adhería a ella, Elena lucía un vap delgada estaba. Ella verttía el té con precisión, siin derramar ni una gota. mostrando cuán d

‐ “Te ggustaría un rratón?”.

‐ “Un q qué?

‐ “Preggunté si te ggustaría un eemparedado con tu té”.

‐ “Ah, un empared dado, sip, geenial”. Era de pepino cortado en rod dajas con maayonesa en u un uadrado de p pan blanco. Sin corteza. fino cu

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La escena completta era tan brrillante y Hermosa como o una pintura de Seurat.. Cálido Verano, que era donde estábaamos. El vieejo lugar de p picnic, pensó ó Bonnie. Peero seguraamente tene emos cosas m más importaantes que discutir que el te.

uién te arreggla el cabello o estos días?”, preguntó.. Elena nuncca había sido o capaz de ‐ “¿Qu hacerlo ella mismaa.

‐ “Te ggusta?”, Elen na puso una mano bajo la sedosa maasa de oro p pálido en la p parte traseraa de su ccuello.

perfecto”, dijjo Bonnie, so onando paraa todo el mu undo como ssu propia maadre en una ‐ “Es p de suss fiestas de H Hijas de la Reevolución Am mericana.

bes”, dijo Eleena. Sus ojoss brillaban de un azul máás ‐ “Bueeno, el cabello es importtante, tu sab profun ndo que el cielo, azul lap pislázuli. Bonnie tocó su us rizos rojizo os inconcien ntemente.

‐ “Por supuesto, laa sangre tam mbién es imp portante”, diijo Elena.

por supuesto o”, dijo Bonn nie nerviosamente. No tenía idea de lo que ‐ “Sangre?, oh sí, p ba Elena, y se sentía com mo si caminaara en una cu uerda floja ssobre caiman nes. “Sí, la hablab sangree es muy imp portante, toda la razón””, acordó déb bilmente.

‐ “Otro o emparedado?”

e queso y to omate. Elenaa escogió un no para ella yy lo mordió ‐ “Gracias”. Era de delicadamente. B Bonnie la mirraba, sintien ndo un malesstar creciend do dentro dee ella, y … luego…

o rezumar fu uera de los bordes del em mparedado.

Y luego vio el lodo

ué, qué es esso?!” el terro or hacía quee su voz sonaara chillona. Por primera vez, el ‐ “¿Qu sueño se vio como o un sueño, y se dio cuenta que no sse podía mover, sólo podía jadear y mirar. Un globo ggrueso de la cosa café caayó del empaaredado de Elena sobre el mantel.

Era baarro, todo esstaba bien. ““Elena…Elen na qué…”

El airee ya no era cáálido y perfu umado, era ccaliente y du ulce como ell olor de la p podredumbre de bassura. Había pozos negro os en el césp ped verde, que no estabaa podado deespués de todo ssino que se vveía salvaje yy sobrecrecido. Esto no era Verano Cálido. Ella estaba en eel viejo ccementerio, cómo no se había dado cuenta de eeso? Sólo esaas tumbas estaban frescas.

‐ “Otro o ratón?”, preguntó Een na, y rió obsccenamente.

Bonniee miró haciaa el empared dado a medio comer quee sostenía en n la mano y gritó.

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Colgan ndo de un exxtremo se veeía una cola color café. Lo tiró lejos tan fuerte ccomo podía contraa una lápida,, donde golp peó con un sonido húmeedo. Se levantó, su estomago latiend do, restregó sus dedos ffrenéticamen nte contra sus pantalones.

‐ “No tte puedes ir. La compañ ñía está por llegar”. La ccara de Elena cambiana;; ya había perdid do su cabello o, y su piel see volvía gris y dura como o el cuero. C Cosas se mo ovían en el plato d de los emparedados y en las fosas reecién excavaadas. Bonnie no quería ver nada dee eso; pensó que se e volvería locca si lo hacía.

‐ “Tú n no eres Elena!”, gritó, y corrió.

El vien nto soplaba e en su cabello o y no podíaa ver. Su perrseguidora eestaba detrás de ella, podía sentirla justto detrás. Vee al puente, pensó, y corrió hacia alggo.

‐ “He eestado esperando por ti”, dijo la cossa en el vestido de Elenaa, la esquelética cosa gris con largos y retorccidos dientees. “Escuchaame Bonnie””. La sujetó ccon fuerza terrible.

no eres Elena!, no eres EElena!”. ‐ “Tú n

‐ “Escu uchame Bon nnie”.

Era la voz de Elenaa, su voz reaal, no la obsccenamente d divertida ni ggruesa y fea,, pero urgentte. Llegaba de alguna parte atrás dee Bonnie y surcaba a traavés del sueñ ño com un viento o fresco y frío o. “Bonnie, escucha ateentamente”.

Las cosas se derre etían. Las m manos huesudas en los brazos de Bon nnie, el cementerio, el rancio o aire calientte. Por un m momento la vvoz de Elenaa fue clara, p pero se queb bró como una mala cconexión de larga distan ncia.

‐ “…él está torcien ndo las cosass, cambiando olas. No soyy tan fuerte como él…” Bonnie perdíaa algunas palabras. “…pero esto es iimportante. Debes enco ontrar …. Ah hora mismo””.

Su vozz se perdía.

‐ “Elen na, no puedo o escuchartee! Elena!”.

‐ “…un n hechizo fáccil, solo dos ingredients,, los que te d dije ya…”

‐ “Elen na!”.

Bonniee aún gritaba cuando see levantó de su cama.

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Capítu ulo Dos

‐ “Y esso es todo lo o que recuerdo”, concluyyó Bonnie m mientras ella y Meredith paseaban por Su unflower Stre eet entre lass hileras de aaltas casas vvictorianas.

‐ ¿Pero o era definittivamente Ellena?”.

‐ “Sí, yy ella tratabaa de decirmee algo al finaal. Pero esa es la parte q que no está cclara, exceptto que ess importante e, terriblemeente importaante. ¿Qué piensas?”.

‐ “Emp paredados d de ratón y tumbas abierttas?”, Mered dith levantó una elegantte ceja. “Creeo que m mezclaste a Stephen Kingg con Lewis C Carrol”.

Bonniee pensó que e probablemente tendríaa razón. Perro el sueño aaún le molesstaba, le hab bía molestado todo el día, lo suficciente para p poner sus vieejas preocup paciones fueera de su mentee. Ahora, miientras ella yy Meredith sse aproximaban a la casaa de Carolinee, las viejas preocu upaciones vo olvieron con n una vengan nza.

Deberría haberle avisado a Meeredith sobree lo que venía, pensó, ecchandole un na ojeada a la alta ch hica que iba a su lado. N No debería d dejar a Mereedith meterse en esto sin n estar preparada….

dith miró hacia las ventaanas iluminadas de la casa de Queen n Anne con u un suspiro.

Mered “Realm mente necessitas esos aro os pendientes/aros estaa noche?”.

‐ “Sí, aabsolutamen nte”. Demassiado tarde aahora. Sacaría lo mejor de ello. “Lo os amarás cuando los veas”, añadi´, escu uchando la n nota de espeeranzada dessesperación en su propiaa voz.

Mered dith se detuvvo y sus oscu uros y profundos ojos see fijaron curiiosamente een la cara de Bonniee. Luego golpeó en la puerta. “Espeero que Caro oline no estéé en casa estta noche.

Podríaamos termin nar pegadas a ella”.

oline quedán ndose en casa un sábado en la noch he? No seas ridícula”. Bo onnie habia ‐ “Caro estado o conteniend do su aliento o demasiado o tiempo, se estaba sintiiendo mareaada. Su risa tintineeante salió frrágil y falsa. “Qué conceepto”, continuó algo hisstericamentee mientras Mered dith decía “N No creo que haya alguien n en casa”, yy trató con laa perilla.

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Poseíd da por un locco impulso, Bonnie añad dió "Fiddle‐d dee‐dee."

Con laa mano en la perilla de laa puerta, Meeredith se deetuvo y volteeó a mirarla..

‐ “Bon nnie”, dijo traanquilamentte, “has pasaado complettamente a trravés del ozo ono?”.

‐ “No””, desalentad da, Bonnie agarró el brazo de Mered dith y buscó sus ojos urggentemente.

La pueerta se abrió ó por si sola. “Oh Dios, M Meredith, po or favor no m me mates…”.

‐ “Sopresa!!”, gritaaron tres voces.

nnie entre dientes, empu ujando el de pronto resistente cuerp po de su ‐ “Sonríe”dijo Bon nada sala llena de ruidoss y ducha dee confetti. amiga a través de la puerta haacia la ilumin ó forzadamente y habló a través de ssus apretado os dientes, ““mátame máás tarde, lo Sonrió merezzco, pero por ahora sólo sonríe”.

Había globos, del tipo Mylar m más caro, y u un montón d de regalos en n la mesa dee café. Hastaa había un arreglo d de flores, aun nque Bonniee notó que laas orquídeass combinabaan pálido de Caroline. Era u una seda Heermes con un n exactaamente con el pañuelo ccolor verde p diseño o de vides y hojas. Apueesto que va aa acabar usaando una de esas orquíd deas en el pelo, sse dijo Bonnie.

‐ “Nad da que no pu ueda arreglar con una paalanca de hieerro”, replicó Meredith. Pero sonrió ó caluro osamente y B Bonnie se relajó. Sue haabía sido unaa Princesa en n la corte dee Elena, junto o a Bonn nie, Mereditth y Carolinee. Era la únicca chica en la escuela, ju unto a Bonniie y Mereditth, que see había qued dado de partte de Elena ccuando todo os los demáss le habían dado la espald da. En el fun neral de Elen na había dich ho que Elenaa siempre seería la verdad dera reina de Robert E. Lee, y haabía renunciiado a su pro opia candidaatura de Rein na de las Nieeves en oria de Elenaa. Nadie pod día odiar a Sue. Lo peor había pasad do, pensó Bo onnie. memo

‐ “Quieero una foto o de nosotras en el sofá””, dijo Caroline, posicion nándolas dettrás del arreglo o de flores. “Vickie, la tomarías?”.

Vickie Bennett hab bía estado silenciosa, inadvertida. A Ahora dijo, ““Oh, claro”, yy nervio osamente rettiró su largo o cabello casttaño de sus ojos mientraas tomaba laa cámara.

Como si fuera unaa especie de sirvienta, peensó Bonniee, y entoncess el flash la ccegó.

Mientras la Polaro oid develabaa la foto y Su ue y Carolinee reían y hab blaban cerca de la seca cortessía de Mered dith, Bonnie se dio cuentta de algo m más. Era una buena foto; Caroline see veía im mpresionantte como siem mpre, con su u cabello casstaño rojizo b brillante y laas orquideas verde pálido frentte a ella. Y eestaba Meredith, luciend do resignadaa, irónica y o oscuramentee hermo osa sin siquie era tratarlo, y estaba ella misma, un na cabeza máás baja que las otras, co on cabello o rojo rizado o despeinado y una exprresión de vergüenza en su cara. Perro la cosa Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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extrañ ña era la figu ura al lado dee ella en el ssofá. Era Suee, por supueesto era Sue,, pero por un n momeento el cabelllo rubio y lo os ojos azulees parecieron n pertenecerr a alguien m más. Alguien n que la buscaba urggentementee, a punto dee decir algo iimportante.

pidamente. La imagen n nadaba frentte Bonniee frunció el cceño hacia la foto, parpaadeando rap a ella yy un escalofrío molesto corrió por su columna vvertebral.

No, erra sólo Sue e en la foto. See debía habeer vuelto locca por un minuto, o se dejó llevar po or el deseeo de Caroline de “estarr todas juntaas de nuevo””.

maré la próxiima”, dijo, leevantándosee. “Sientate Vicky, y possa. No, más llejos, más ‐ “Tom lejos”.. Todos los m movimientos de Vicky fu ueron rápido os, ligeros y nerviosos.

do el flash disparó, se veía como un animal asusttado listo paara saltar.

Cuand

Carolin ne apenas dio un vistazo o a esa foto, levantando ose y dirigien ndose a la co ocina.

“Adivinen qué ten nemos en vez de torta?, preguntó. ““Estoy haciendo mi prop pia versión d del Muertte de Chocollate. Vamoss, tienen quee ayudarme a derretir la mezcla”.

Sue la siguió, y lue ego de una p pausa inciertta, lo hizo Vickie.

_

Los últtimos rastro os de la expreesión agradaable de Meredith se evaaporaron y see volvió haciia Bonniee. “Debiste haberme dicho”. “Y se supone quee esto vale laa pena?”.

‐ “Bueeno, ayuda”, dijo Bonnie, con un airee de ser razo onable. “Y reealmente, no va a ser taan malo. Caroline está tratando de ser agrad dable, y es b bueno para V Vickie salir de la casa porr una veez…”.

‐ “No p parece que lle haga ninggún bien”, dijjo Meredith sin rodeos. “Parece que fuera a tener un ataque al corazón”.

‐ “Bueeno, probablemente estéé nerviosa”. En opinion de Bonnie, V Vickie tenía buenos motivo os para estar nerviosa. Había pasad do la mayor parte del oto oño pasado en trance, siendo o lentamente e conducidaa fuera de su u mente por un poder qu ue ella no po odía entendeer.

Nadie había esperrado que vollviera tan bieen como lo h había hecho o.

Mered dith aún miraba sombríaamente. “Al menos”, dijjo Bonnie, “n no es tu cum mpleaños verdad dero”.

Mered dith recogió la cámara y la giró una yy otra vez. A Aún mirando o a sus mano os, dijo: “perro lo es”..

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‐ “¿Qu ué?”, Bonnie e se la quedó ó mirando y dijo más fueerte, “¿qué d dijiste?”.

‐ “Dijee que era mi verdadero ccumpleaños. La madre d de Caroline se lo debe h haber dicho, ella y m mi madre so olían ser amiigas hace bastante tiemp po”.

‐ "Merredith, de qu ué estás hab blando?, tu ccumpleaños fue la semana pasada, m mayo 30”.

‐ “No, no lo fue. EEs hoy, junio o 06. Es verd dad, está en mi licencia d de conducir y todo. Miss padress comenzaro on a celebrarme una sem mana antes porque junio o 06 era unaa fecha que llos alteraba demasiad do. Fue el díía que mi ab buelo fue ataacado y se vo olvió loco”. Como Bonn nie jadeó,, incapaz de hablar, añad dió calmadamente, “Él ttrató de mattar a mi abueela, tú sabess.

Trató de matarme e a mi también”. Mered dith puso la ccamara con ccuidado en eel exacto centro o de la mesa. “Deberíam mos ir a la co ocina”, dijo ccalmadamen nte. “Huelo chocolate”.

Bonniee aún estabaa paralizada,, pero su meente comenzzaba a trabajar nuevameente.

Vagam mente record dó a Meredith hablando o de esto anttes, pero no le había con ntado toda laa verdad d entonces. Y no había mencionado o cuándo succedió.

‐ “Ataccado, te refieres, como V Vickie fue attacada”, dijo o Bonnie. Ella no podía d decir la palabrra vampiro, p pero sabía q que Meredith h entenderíaa.

‐ “Com mo Vickie fue e atacada”, cconfirmó Meeredith. “Vaamos, añadió ó aun más silenciiosamente. Nos esperan n, no quise aalterarte”.

dith no quierre que me altere, así que no me alteeraré, pensó ó Bonnie.

Mered _ (acá faalta algo)

Colocaaron la mezccla caliente ssobre la torta de chocolaate y el helado. “Aunque hemos sido amigas desde e primer año o y ella nunca me dijo su u secreto anttes.” Luego Bonnie sacudiió la cabeza con determinación. No o podía pensar sobre eso o ahora; teníía una fiesta en la q que pensar. Y me aseguraré es una buena fiestaa y todas lo p pasemos bieen, pensó.

Extrañ ñamente ni ssiquiera fue difícil. Mereedith y Vickie no hablabaan mucho all principio, pero B Bonnie se preocupó de sser amable ccon Vickie, y aún Merediith no pudo resistir la pila de reggalos brillanttemente envvueltos encim ma de la meesita de café.. A la hora q que abrió el último o estaban todas habland do y riendo. El ambientee de tregua yy tolerancia continuó mientras se trasladaban a la h habitación dee Caroline para examinaar su ropa, CD y albumess de fotos. Cerca de e la mediano oche se metieron en suss sacos de do ormir, aún hablando.

ué pasa con A Alarico estoss días?”, preeguntó Sue aa Meredith. ‐ “¿Qu

Alaric Saltzman erra algo así co omo el novio o de Mereditth. Era un estudiante grraduado de lla Univerrsidad de Du uke, especializado en parapsicologíaa y había sido o llamado a la Iglesia dee Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Fell el último año cuando los vvampiros comenzaron a atacar. Aun nque se hab bía ganado un enemiigo, también n había ganaado un aliado o y amigo.

‐ “Estáá en Russia”,, dijo Mered dith. “Peresttroika, te sueena? Está alllá tratando de averiguar qué hiicieron con los psíquicoss durante la Guerra Fría””.

ué le vas a de ecir cuando regrese?”, p preguntó Carroline. ‐ “¿Qu

Era un na pregunta que a Bonniie le hubieraa gustado haacer a Mered dith ella mism ma. Ya quee Alarico o era casi 4 aaños mayor,, Meredith lee había pedido esperar h hasta que ella se graduaara antes de hablar so obre su futurro juntos. Pero ahora M Meredith hab bía cumplido o 18, se record dó a sí misma Bonnie, y la graduació ón era en doss semanas. ¿Qué iba a p pasar luego de eso o?.

‐ “No llo he decidid do”, dijo Meeredith. “Alaarico quiere que vaya a D Duke, y he sido aceptada ahí, peero no estoyy segura. Deebo pensarlo o”.

Bonniee se allegro. Quería quee Meredith ffuera a Boon ne Junior Colllege con ellaa, no que see fuera lejos y se casara, o siquiera se comp prometiera. Era estúpido quedarse con sólo un chico ssiendo tan jo oven. Bonniie misma eraa conocedorra de ese terrreno, yendo o de chico en n chico. Terminaba fácilmente, y empezabaa con otro iggual de fácil.

‐ “No h he conocido o al chico quee merezca que permaneezca fiel a él””, dijo.

os cuando Todas la miraron rrápidamentee. La barbilla de Sue desscansaba sobre sus puño preguntó: “¿ni siquiera Stefan n?”.

o. Con la ún nica y tenue luz de la lám mpara de noche y el Bonniee debería haaberlo sabido sonido o susurrante e de las hojass nueva del ssauce llorón n fuera de la ventana, era inevitable que la conversació ón se volvierra a Stefan yy Elena. _ Stefan n Salvatore yy Elena Gilbeert eran una especie de lleyenda en la ciudad, co omo Romeo y Julietaa. Cuando Sttefan había llegado a la Iglesia de Feell, cada chicca lo había deseado. Y Elena, la más herm mosa, la máss popular, y la más inacccesible chica de la escuela, lo había querid do también. Fue sólo deespués de haaber intimad do con él quee ella se dio cuenta del peligro o. Stefan no o era lo que parecía, tenía un secreto más oscurro que cualquiera que pudierras adivinar. Y tenía un hermano, D Damon, aún m más misterio oso y peligro oso que él mismo o. Elena que edó atrapadaa entre los d dos hermano os, amando aa Stefan perro encontrando irressistible el salvajismo de D Damon. Al ffinal Elena había muerto o para salvarlos a ambos,, y redimir su amor.

‐ “Aún n no puedo ccreer que se haya ido” dijo Sue silenciosamente, agitando su u cabeza y cerran ndo los ojos. “Ella estaba mucho máás viva que o otras personas”.

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‐ “Su llama se que emó más brillante”, dijo Meredith, m mirando los p patrones rossa y dorado d de la lámpara del techo. Su voz eera suave peero intensa, y le pareció a Bonnie qu ue esas palabrras describíaan a Elena mejor que cuaalquier otra que hubieraa escuchado.

bo momento os en que la odié, pero n nunca pude iignorarla”, aadmitió Caro oline, sus ojo os ‐ “Hub verdess se estrechaaron con la m memoria. “EElla no era u una persona que podías ignorar”.

‐ “Unaa cosa aprendí con su mu uerte”, dijo Sue, “le pueede pasar a ccualquiera de nosotras.

No puedes desperrdiciar nada de la vida po orque nuncaa sabes cuan nto va a duraar”.

‐ “Pueeden ser 60 aaños o 60 miinutos”, agreegó Vickie en voz baja. “Cualquiera de nosotrass puedee morir esta noche”.

nerviosa, perturbada. Peero antes qu ue pudiera d decir nada, SSue repitió Bonniee se movio n “No pu uedo creer q que se haya ido realentee. Algunas vveces siento que ella estáá cerca en algunaa parte”.

‐ “Oh, yo también”, dijo Bonnie, distraída. Una imageen de Warm Springs desstelló a travéés or un momen nto se vio máás vívido que tenue hab bitación de C Caroline. de su mente, y po

‐ “Ano oche soñé co on ella, y tuvve la sensació ón de que erra realmentee ella y que estaba tratando de decirm me algo. Aú ún tengo esa sensación”,, dijo a Mereedith.

Las otras la mirabaan silenciosaamente. Antes, se hubieeran reído de cualquier alusión de Bonniee a las cosass supernaturrales, pero no ahora. Sus poderes psíquicos era indudables,, impresionantes y un poco terrroríficos.

‐ “Realmente lo sientes?”, solttó Vickie.

ué crees que e estaba trataando de deccir?”, pregun ntó Sue. ‐ “¿Qu

‐ “No llo sé. Al final estaba trattando fuerteemente de p permanecer en contacto conmigo, pero n no pudo”.

Hubo otro silencio o. Al final Su ue dijo vacilaante, con una deje vacilaante en su vo oz, “¿Creees…crees que puedas co ontactarla?”..

_ Era lo que todas se estaban prreguntando.. Bonnie miró hacia Meredith. Máss temprano, Mered dith había de esestimado el sueño, peero ahora miró seriamen nte a los ojoss de Bonnie.

‐ “¿Es la única manera de com municarse co on la gente m muerta? ¿qu ué hay con laa tabla Ouijaa o algo así?”, pregun ntó Sue.

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Liisa Jane Smiith

‐ “Mis padres tienen una tablaa Ouija”, dijo o Caroline un n poco demaasiado fuertte. De prontto, la atm mósfera silenciosa e íntim ma se rompió ó y una indefinible tensión llenó el aaire. Todas sse enderezaron y se miraron unaas a otras especulativam mente. Inclusso Vickie le vveía intrigad da encima de su temor.

‐ “¿Resultará?”, preguntó Meredith a Bon nnie.

‐ “Deb beríamos haccerlo?”, se p preguntó Suee en voz altaa.

‐ “Noss atreveremo os? Esa es la real pregun nta”, dijo Meeredith. Una vez más Bonnie se encontró con todo os los ojos m mirandola a eella. Dudó u un instante, yy luego se eencogió de hombros. La excittación chirriaaba en su esstómago.

dijo. “¿Qué ttenemos quee perder?”. ‐ ¿Por qué no?”, d

Carolin ne se volvió a Vickie. “V Vickie, hay un ropero en lo alto de laas escaleras. La tabla Ouija d debe estar d dentro, en laa parte de arrriba junto a un montón de otros jueegos”. Ni siquiera dijo “Por favor, podríías ir por él?””. Bonnie frrunció el ceñ ño y abrió la boca, pero Vickie ya estaba en la puerta.

‐ “Pod drías ser máss amable”, dijo Bonnie a Caroline. “¿Qué es esto o, tu actuaciión como la madraastra malvad da de la Ceniicienta?”.

‐ “Oh, vamos Bonn nie”, dijo Caroline impaccientementee. “Tiene suerte esa chicca de que la haya invitado. Ellaa lo sabe”.

o aquí pensando que ellaa había venid do por nuestro esplendo or colectivo””, dijo ‐ “Y yo Mered dith secamente.

‐ “Adeemás…”, com menzó Bonniie antes de sser interrum mpida. El ruid do era fino yy estridente y se deb bilitó al final,, pero no había error po osible. Fue u un grito. Fuee seguido po or un silencio o sepulccral y de pronto comenzó una andan nada de grito os y gritos.

Por un n instante lass chicas en la habitación n se quedaro on sin aliento o. Luego esttaban todas corriendo fuera po or el pasillo y por las esccaleras.

‐ “Vickkie!”, Mered dith llegó prim mero gracias a sus largaas piernas. V Vickie estabaa frente al ropero o, con sus brrazos extend didos como ssi protegieraa su rostro. Se abrazó a Meredith, aún grritando.

ó?”, demand dó Caroline, sonando máás enfadada que asustad da. Había ‐ "Vickkie, qué pasó cajas d de juegos essparcidas por todo el piso, piezas del Monopoly y cartas porr doquier. “¿De q qué estás griitando?”. _ Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Liisa Jane Smiith

‐ “Me agarró! Estaaba llegando o a la platafo orma superio or y algo me agarró por la cintura!”

(acá faalta algo)

‐ “No, desde dentro del closett”

o del ropero abierto. Ab brigos de invierno colgab ban en Asustaada, Bonnie miró dentro impen netrables cap pas, algunoss colgaban haasta el suelo o. Separándose suavemente de Vickie,, Meredith rrecogió un paraguas y co on él comenzó a pegar een los abrigo os.

enzó Bonnie involuntariaamente, perro el paraguaas sólo enco ontró la ‐ “Oh, no…”, come opa. Mered dith lo usó paara descorreer la ropa a lo os lados y reeveló la resisteencia de la ro maderra de cedro d desnuda de la pared dell armario.

‐ “¿Lo ves? No hayy nadie ahí”,, dijo a la ligeera. “Lo quee hay son estas mangas de los abrigo os. Si te incliinas lo suficiente apuestto que se pueden sentir como los brrazos de alguien a tu alrede edor”.

o adelante, tocó una manga colgantee, luego miró ó al estante.. Puso su caara Vickie dio un paso hacia delantee como una pantalla. Po or entre sus manos, ssu largo y seedoso cabello cayendo h un horrrible mome ento Bonnie pensó que eestaba lloran ndo, luego escuchó las risitas.

‐ “Oh Dios!, realm mente pensé… …soy tan esttúpida! Limp piaré todo essto”, dijo Vicckie.

o Meredith ffirmemente.. “Vamos al salón”. ‐ “Máss tarde”, dijo

Bonniee lanzó una última mirad da al ropero o mientras see alejaba.

do se reunierron todas alrededor de lla mesa de ccafé, con varrias luces apagadas paraa Cuand hacer el efecto, Bo onnie puso ssus dedos su uavemente een la pequeñ ña tablilla dee plástico.

Nuncaa había usado una tabla Ouija antes,, pero sabía como se haccía. La tabllilla se movíaa apuntaando a las le etras y deletreaba un meensaje, si es que los espííritus estabaan dispuesto os a hablar, eso era.

‐ “”Tod das debemo os tocarla”, d dijo, y miró m mientras las otras obedeecían. Los dedos de Mered dith eran largos y delgad dos, los de Sue delgadoss con uñas ovvaladas. Lass uñas de Carolin ne estaban p pintadas de un color cob bre. Las de V Vickie estaban mordidass.

‐ “Aho ora cerramoss nuestros ojjos y nos con ncentramos”, dijo Bonnie suavemen nte. Hubo alguno os silbidos de anticipació ón mientras las chicas obedecían; laa atmósfera las estaba alcanzzando a todaas.

‐ “Pien nsen en Elen na. Imagínen nla. Si ella eestá allá afueera, queremo os traerla aq quí”.

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Liisa Jane Smiith

El gran n salón estab ba silencioso o. En la oscu uridad tras sus párpadoss cerrados Bonnie vio cabello o dorado páálido y ojos ccomo lapislázuli.

‐ “Ven n Elena”, murmuró. “Háblame”.

La tablilla comenzzó a moversee.

Ninguna de ella po odría estar gguiándola, esstaban todass aplicando presión de d diferentes puntos. Sin embargo, el pequ ueño triángu ulo de plásticco se deslizaba suave y confiadamente. B Bonnie mantuvo sus ojo os cerrados h hasta que see detuvo y luego miró. LLa tablillaa estaba apu untando a la palabra SI.

Vickie hizo un son nido como de sollozo.

_ Bonniee miró a las otras. Caroline respirab ba rápido, su us ojos verdees entrecerrados. Sue, la única que manten nía sus ojos ffirmemente cerrados. M Meredith se vveía pálida.

ntengan la concentració ón”, les dijo B Bonnie. Se ssentía desprevenida y un n poco ‐ “Man estúpiida dirigiend dose al aire vvacío. Pero eella era la exxperta, debíaa hacerlo.

‐ “Eress tú Elena?”,, dijo.

La tablilla hizo un pequeño círrculo y volvió ó al SI.

onto el corazzón de Bonn nie latía tan ffuerte que tuvo miedo d de que agitara sus dedoss.

De pro El plásstico bajo sus dedos se ssentía diferente, casi electrificado, como si algun na energía supern natural estuviera fluyendo a través d de él. No see sintió más eestúpida. Láágrimas fluyero on a sus ojos, y pudo ver que los ojo os de Mered dith brillaban n también. M Meredith asintió ó hacia ella.

‐ “¿Cómo podemo os estar segu uras?”, estab ba diciendo C Caroline, en voz alta, reccelosamentee.

Carolin ne no lo sentía, Bonnie sse dio cuentta, ella no sieente nada dee lo que yo ssiento.

Psíquicamente hablando, era una inútil.

La tablilla se movíía de nuevo, tocando lettras ahora, taan rápido qu ue Meredith apenas tenía tiempo o de deletre ear el mensaje. Aun sin puntuación era claro: C CAROLINENO OSEASIDIOTA A, decía. TIENESSUER RTEQUETEESSTEHABLANDO.

e todas maneeras”, dijo M Meredith seccamente. ‐ “Esa es Elena, de

‐ “Suena como ellaa, pero…”

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Liisa Jane Smiith

‐ “Oh, cállate Caro oline”, dijo B Bonnie. “Elena, estoy tan feliz…” Su garganta see cerró y trattó de nueevo.

‐ BONNIE NO HAY TIEMPO, PA ARA EL LLOR RIQUEO Y VO OLVAMOS A LOS NEGOCIOS.

Y esa eera Elena tam mbién. Bonnie se sobó la nariz y sigguió. “Tuve un sueño so obre ti anoche”.

‐ EL TÉÉ

‐ “Sí”. El corazón de Bonnie laatía más rápido que nunca. “Queríaa hablar conttigo, pero lass dimos contaccto”. cosas se pusieron raras y perd

RINDAS NO TTE RINDAS NO TE RINDAS ‐ BONNIE NO TE R

n”. Eso conttestaba su pregunta, y see sintió aliviaada de escucharlo. ‐ “Bien

‐ INFLU UENCIAS CO ORRUPTAS DISTORSIONA AN NUESTRA A COMUNICA ACIÓN. HAYY COSAS MALAS, MUY MALLAS, AQUÍ.

‐ “¿Como qué?, Bo onnie se incllinó más haccia la tabla. “¿Cómo quéé?”.

‐ NO H HAY TIEMPO.

nte de letra en La tablilla parecía expresar el signo de excclamación. Se sacudía violentamen letra ccomo si Elena apenas pu udiera contro olar su impaciencia.

‐ “Peligro?”, repitiió Vickie, mirando como o si fuera a saaltar de su silla y echar aa correr.

HEN PRIMER RO EL PUEBLLO ENTERO EESTÁ EN PELLIGRO. ‐ ESPEREN ESCUCH

ué hacemos??”, dijo Mereedith de inm mediato. ‐ “¿Qu

‐ NECEESITAN AYUD DA ÉL ESTA FFUERA DE SU U LIGA INCREIBLEMENTEE FUERTE AH HORA ESCUC CHEN Y SIGA AN INSTRUCC CIONES DEBEEN HACER U UN EMBRUJO O CONVOCAD DOR Y EL PRIMEER INGREDIEENTE ES H….

Sin advertencia la tablilla se alejó de las leetras y voló aalrededor dee la tabla sallvajemente.

Apunttaba a los esttilizados dibujos de la lu una, luego al sol, luego a las palabrass Parker Brotheers Inc.

‐ "Elen na!"

La tablilla volvió a las letras.

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Liisa Jane Smiith

‐ OTRO O RATÓN OTTRO RATÓN OTRO RATÓ ÓN

‐ “¿Qu ué está pasando?”, Sue lloraba, sus o ojos totalmeente abiertos ahora.

Bonniee estaba asu ustada. La taablilla pulsab ba con energgía, una energía oscura yy fea como alquitrrán en ebullición que piccaba los ded dos. Pero ellla también p podía sentir el temblorosso hilo dee plata que rrepresentaba la presenccia de Elena luchando. ““No la dejen ir!” lloraba desesp peradamentte. “No quiten sus mano os!”.

ÓNDEFANGO OTEMATARÁ Á, el tablero se tambaleaaba. SANGRESANGRESA ANGRE. Y ‐ RATÓ luego … BONNIE SSAL DE AHÍ ÉÉL ESTA AHÍ C CORRE CORR RE COR…. Laa tablilla se aagitaba furiosaamente, azo otándose bajjo los dedos de Bonnie yy más allá dee su alcance,, volando lejos del tab blero de Ouiija y surcand do el aire com mo si alguien n lo hubiera arrojado. V Vickie gritó.

Mered dith se levan ntó.

Y luego todas las luces se apaggaron, sumieendo la casaa en la total o oscuridad.

ulo Tres Capítu

Los gritos de Vickie estuvieron n fuera de co ontrol. Bonn nie podía sen ntir el panico o asomando en su pecho. “Vickkie, páralo! V Vamos; teneemos que salir de aquí!” Meredith gritaba para ser oíd da. “Es tu casa, Caroline. Que todos se cojan de las manos yy tú dirígenos hasta la puertaa principal”

parecía tan aaterrada com mo todos los demás. Esa era la ventaaja “Vale,” dijo Carolina. Ella no p de no tener imaginación, penssó Bonnie. N No podías im maginar las co osas terriblees que te ibaan a pasaar. Ella se sin ntió mejor co on la estrech ha, fría mano o de Meredith agarrand do la suya.

Urgó aal otro lado yy cogió la dee Caroline, siintiendo la d dureza de lass largas uñass.

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Liisa Jane Smiith

No podía ver nadaa. Sus ojos see debían esttarse ajustan ndo a la oscu uridad por ah hora, pero n no podía distinguir nii un resquicio de luz o so ombras cuan ndo Carolinee los comenzzó a guiar.

No entraba luz de la calle a traavés de las vventanas, la corriente paarecía estar apagada en todas partes.

Carolin ne maldijo, cchocando co on algunas p piezas de deccoración, y B Bonnie tropeezó contra ella. V Vickie estaba lloriqueand do suavemen nte desde el final de la líínea. “Espera” susurró Sue. “Espera, vickie, lo consegguiremos”

on un lento y arrastrado o progreso en la oscuridaad. Entonces Bonnie sintió baldosa Hiciero bajo sus pies. “Esttamos en la eentrada delaantera” Dijo Caroline. “Q Quedaos aqu uí un minuto o entro la puerta”. mientras yo encue

Sus deedos resbalaron fuera dee los de Bonnie.

“Carolline! No te vvayas ‐ dond de estás? Carroline, damee tu mano! LLloró Bonniee, andano a tientas frenéticam mente como un ciego.

Fuera de la oscuridad algo larggo y húmedo o se cerró en torno a sus dedos.

Era un na mano. No o era la de Caaroline.

Bonniee gritó.

Vickie inmediatam mente la levantó, gritand do salvajemente. La caliente y hum meda mano estabaa llevándose e a rastras a Bonnie haciaa delante.

Ella lu uchó, oponié éndose, pero o no hubo niingún cambiio.

Entonces ella sintiió los brazoss de Mereditth alrededorr de su cintura, los dos b brazos, arranccándola hacia atrás. Su m mano se libeeró de la gran n mano.

Y ento onces ella se estaba dand do la vuelta y corriendo, simplemen nte corriendo o, solo débilm mente consciente de quee Meredith eestaba a su lado. Ella no estaba del ttodo consciiente de que e todavía esttaba gritando hasta que golpeó en u un largo sofáá que detuvo o su pro ogreso, y se e escuchó a si misma.

“Cálmate! Bonnie,, Calmate, para!” Mered dith la estaba sacudiendo. Habían deeslizado la parte ttrasera de laa silla la suello.

“Algo me tenía! A Algo me agarrró, Mereditth!”

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Liisa Jane Smiith

"Lo sé. Cállate! Esttá todavía alrededor ," dijo Mereditth. Bonnie aatestó su carra en el hombro de Mered dith para evitar gritar otra vez. Y quee si estaba een la habitación con elloss?

Los segundos avan nzaron lentaamente, y el silencio se rreunía a su aalrededor. No importa como Bonnie forzó ó sus oídos, no podía oír ningún son nido excepto o sus propias respiraaciones y el sordo latido o de su corazzón.

Bonniee comenzó aa asentir con n la cabeza m miserablemeente, entoncces abruptam mente bajó ssu cabezaa. “Dónde esstá Vickie?” Susurró roncamente.

“No lo o sé. Tuve qu ue soltar su m mano para aapartarte de esa cosa. M Movámonos.””

Bonniee la contuvo o. “Pero por qué no está gritando?”

Una saacudida pasó ó a través dee Meredith. “No lo sé”

“Oh, D Dios, Oh Dioss. No podem mos dejarla, Meredith.”

“Debeemos hacerlo o”

“No po odemos. Me eredith, hicee que Carolin ne la invitaraa. Ella no estaría aquí de no ser por mí. Teenemos que sacarla fuera.”

Hubo una pausa, yy entonces M Meredith bufó, “Está bieen! Pero esco oges los mo omentos mas raros p para volverte noble, Bon nnie.”

ó de un portaazo, haciend do que las do os saltasen. Entonces hu ubo un La pueerta se cerró estrep pito, como pies las escaleeras, pensó Bonnie. Y brrevemente, una voz se aalzó.

“Vickiee, donde esttás? No – Vicckie, no! No!”

“Esa eera Sue”, jadeó Bonnie, ssaltando. “deesde arriba!”

“Por q qué no tenem mos una linterna?” Mereedith estabaa furiosa.

Bonniee sabía a lo q que se refería. Estaba deemasiado osscuro como para correr a ciegas alredeedor de esta casa. Era deemasiado ateerrador. Hab bía un pánico primitivo m martilleando o en su mente. Nece esitaba luz, aalguna luz.

No podía ir buscan ndo a tientas en la oscurridad otra veez, expuestaa por todos lados. No podía hacerlo.

No obstante, tomó ó un paso in nseguro lejoss de la silla.

“Vamo os,” jadeó, YY Meredith vvino con ella,, paso a paso o, hacia la osscuridad.

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Liisa Jane Smiith

Bonniee se manten nía esperand do aquella hú úmeda y caliiente mano para alargarr la mano y arrastrarla de nue evo. Cada tro ozo de su pieel hormigueaaba en anticcipación a su toque, y especiialmente su propia mano, la cual había extendid do para senttir su camino o.

de recordar eel sueño.

Comettió el error d

e, el enfermiizo olor dulcce de basura la aplastó. SSe imaginaba cosas Instantáneamente arrastrándose fuera del suelo y entonces recordó la ccara de Elenaa, Gris y sin p pelo, con loss labios arrugados yy marchitos ttras dientes sonrientes. Si esa cosa la arrastrabaa y la cogía… …

No puedo ir más lejos. No pueedo. No puedo, pensó. LLo siento porr Vickie, pero o no puedo seguirr. Por favor, ssólo déjamee parar aquí.

erie de sonid dos, en realid dad, pero todos venían ttan juntos qu ue se Había toda una se combiinaban en un na terrible o oleada de ruiido. Primero o hubo un grito, la voz dee Sue gritando, “Vivkie! Vickie! No!””. Después u un resonantee estrépito, eel sonido de cristal hacién ndose añicoss, como si un n centenar d de ventanas se rompieraan a la vez. YY por encimaa de eso o un grito en n suspenso, een una nota de puro y exxquisito terrror.

Entonces todo ello o paró.

“Qué ffue eso? Qué ha pasado o, Meredith??”

“Algo malo” La voz de Merediith era tensaa y ahogada. “Algo muy malo. Bonniie, dejame irr.

Voy a ver.”

ola, sola no vvas” dijo Bon nnie con ferocidad.

“No so

un Encontraron las esscaleras y asscendieron. Cuando alcaanzaron el reellano, Bonnie pudo oir u nido enfermizo, el tintineear de fragm mentos de crristal cayend do. raro y extraño son

onces volvió la luz.

Y ento Fue m muy de repen nte. Bonnie ggritó involun ntariamente.. Se giró haccia Meredith y casi volvió ó a gritaar. El pelo ne egro de Mereedith estabaa despeinado o y sus mejillas parecían n demasiado afiladaas; su cara estaba pálidaa y vacía por el miedo.

Tintineeo, tintineo..

Era peeor con las lu uces encendidas. Mered dith estaba caminando hacia la últim ma perta al fondo del hall, de donde provenía el ruido o. Bonnie la seguía, pero o de repentee supo, con que ella no q quería mirar dentro de eesa habitació ón. todo ssu corazón, q

Mered dith tiró de la puerta abiierta. Se heló ó por un min nuto en el qu uicio de la puerta y entonces arremettió rápidameente hacia deentro. Bonniie comenzó por la puertta.

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Liisa Jane Smiith

“Oh , D Dios mío, no o vengas máss lejos!”

Bonniee ni siquieraa se paró. Se hundió en eel quicio de lla puerta y eentonces se levantó bruscaamente.

mera vista paarecía como si toda la esstancia de la casa hubiesse desapareccido. Las A prim ventan nas francesaas que conecctaban la hab bitación prin ncipal con el balcón pareecían haber explottado hacia fu uera, la madera astilladaa, el cristal h hecho trizas. Pequeños trozos de cristal colgaban prrecariamentte de aquí y aallá desde lo os restos del marco de m madera. omo caían.

Tintineeaban así co

Las cortinas blancas y diáfanas salían y en ntraban del eenorme agujjero en la casa. En frentee odía ver a Vicckie. Ella esttaba de pie ccon las mano os a sus lado os, de ellaas, en siluetaa, Bonnie po tan inm móvil como un bloque d de piedra.

“Vickiee, estás bien n?” Bonnie eestaba tan aliviada de veerla viva que era dolorosso.

“Vickiee?”

Vickie no se giró, n no respondió ó. Bonnie maniobró alreededor de ellla con precaaución, mirado o su cara. Viickie estaba mirando fijaamente direcctamente haacia delante, sus pupilass con exxactitud. Estaba aspirand do el aliento o en pequeños silbidos, ccon empujones de pecho.

meciéndose, Bonnie se ttambaleó lejjos. Mereditth estaba en el balcón. SSe giró Estrem mientras Bonnie aalcanzaba lass cortinas e intentó bloq quear el paso o.

“No m mires. No mirres ahí abajo o”, dijo.

Abajo donde? De repente Bon nnie lo comp prendió. Emp pujó pasand do a Mereditth, quien agarró ó su brazo paara pararla een el borde d de una vertigginosa caídaa. La reja del balcón habíía sido arrancada como los ventaanales francceses y Bonn nie podía mirrar directam mente abajo aal ilumin nado patio. EEn el suelo había una figura retorcida, como unaa muñeca rota, con los miemb bros torcido os, el cuello ttorcido en un n ángulo gro otesco, el peelo rubio com mo un abanicco sobre la tierra neggra del jardín n. Era Sue Caarson.

Y a lo largo de tod da la confusió ón que odiaba después, dos pensam mientos se m mantuvieron luchan ndo por dom minar en la m mente de Bon nnie. Uno erra que Caroline nunca teendría su grupo de cuatro p personas aho ora. Y el otro o era que no era justo qu ue esto suceediese en el cumpleaños de Meredith. No era justo.

“Lo sieento, Mered dith. No creo o que ella pueda pasar por esto ahorra mismo”: Bonniee esuchó la vvoz de su paadre en la pu uerta delanteera mientrass ella removvía sin ganass edulco orante dentrro de una taza de te de ccamomila. P Posó la cuchaara de una vvez. No estab ba dispueesta a estar ssentada en eesta cocina n ni un minuto o más. Necessitaba salir.

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Liisa Jane Smiith

“Estarré justo alli, p papá”.

Mered dith se vía caasi tan mal ccomo lo habíía estado la noche anterrior, la cara p picuda, los ojos ensombrecidos. Su boca estaba coloccada en una tensa línea..

“Noso otras simplem mente saldreemos a cond ducir un rato o” Dijo Bonnie a su padree. “Quizá veamo os a algunos de los chico os. Después de todo, tu eres el que d dijo que no es peligroso o, cierto??”

Qué podía decir él? El señor M McCullough m miró a su hijja pequeña, quien resalttó el testarudo mentón n que había h heredado dee él y enconttró su mirad da directameente. El bajó sus maanos.

de que anochezca” dijo.

“Son ccasi las cuatrro en punto ahora. Regresad antes d

“Ellos lo quieren d de todos modos” Bonniee dijo a Mereedith de cam mino al cochee de Mered dith.

Una veez dentro, laas dos chicass cerraron su us puertas.

Mientras Meredith ponía el co oche en marrcha le dio a Bonnie una mirada de ssevero entend dimiento.

“Tus p padres no te creyeron, ninguno”

“Oh, ccreen todo lo o que les dijee – excepto algo importaante. Como pueden ser tan estupiidos?”

Mered dith se rió co ortamente. ““Tienes que verlo desde su punto dee vista. Enco ontraron un cadáveer sin marcaas en él excepto las causadas por la ccaída. Encon ntraron que la luz se hab bía ido en n el vecindario por culpa de una malfunción en V Virginia Electtric. Nos enccontraron, histériicas, dando repuestas a sus pregunttas que debían parecer b bastante raras. Quien lo hizo?

Algún monstruo ccon manos ssudorosas. Cómo lo sabeemos? Nuesttra amiga muerta Elena nos lo dijo a través de un tablero de Ouijaa. Es de extraañar que ten ngan sus dud das?”

“Ya lo están olvidaando” repicó ó Meredith ssuavemente. “Lo has preedecido tú m misma. La vid da ha vueelto a la norm malidad, y to odo el mund do en Fell´s C Church se sieente más segguro de ese modo. Todos se siienten como o si se levanttaran de un mal sueño, yy lo último q que quieren es ser sorbidos otra vvez.” dió su cabezaa.

Bonniee sólo sacud

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Liisa Jane Smiith

“Y así es más fácil creer que un grupo de aadolescentees se irritaron n jugando a las Ouija, y entonces cuando las luces se aapagaron sim mplemente se asustaron n y corrieron n. Y una de ellas se asusto y co onfundió tan nto que corrrió a través d de una ventaana”

Hubo un silencio yy entonces M Meredith añaadió “Ojalá Alaric estuvviese aquí” Normaalmente, Bonnie le habrría dado un ccodazo en laas costillas y habría contestado “Lo mismo o digo” con vvoz lujuriosaa. Alaric era el tipo más aapuesto quee jamás habíía visto, incluso o si era un doddering dee veintidós aaños. Ahora, simplementte dio un desconsolado abrazo o al brazo de e Meredith.

de algún mo odo?”

“Puedes llamarlo d

usia? Ni siqu uiera sé en que sitio de R Rusia esta ah hora.”

“En Ru

Bonniee se mordió el labio.

Entonces se incorp poró. Mered dith estaba cconduciendo o bajando Leee Street, y een el parkingg eron ver unaa multitud. del insstituto pudie

Ella y M Meredith inttercambiaro on miradas, yy Meredith aafirmó con laa cabeza. “taambién podríaamos” dijo, ““veamos si son algo mass listos que ssus padres.”

Bonniee podía ver ccaras asustaadas girando o mientras el coche iba leentamente aa velocidad constaante dentro del aparcam miento.

do ella y Merredith saliero on, la gente se echó atráás, haciendo o un camino desde ellas Cuand hasta el centro de e la multitud.

Carolin ne estaba allí, agarrándo ose firmemeente los codo os con sus m manos y sacu udiendo haciia atrás ssu pelo castaaño rojizo diistraídamentte.

“No vaamos a dorm mir en esa caasa otra vez hasta que esste reparadaa.” Estaba diiciendo, estrem meciéndose bajo su blan nco sueter. ““Papá dice que cogeremos un apartaamento en Heron n hasta que e este acabado o.”

“Y quee diferencia hay? Puede seguirte hassta Heron. EEstoy segura.” Dijo Mereedith.

Carolin ne se giró pe ero sus ojos verdes de gato complettamente se eencontraron n con los de Mered dith. “Quién?” dijo vagam mente.

¡Oh, C Caroline, tu ttambién no!”” Explotó Bo onnie.

o puedo Levanttó la mirada y por un insstante Ovni pudo ver cuan aterrada estaba. “No aguantarlo más”. Como si tuviese que pro obar sus palaabras en esee minuto, la eempujó lejos entre la multitud.

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Liisa Jane Smiith

“Déjala ir, Bonnie”” dijo Mered dith. “Esto no o merece la pena.”

“Ella n no merece laa pena” Dijo Bonnie furio osamente. SSi Caroline, q que lo sabía, estaba actuan ndo de este modo, que h hay de los ottros chicos?

Vio la respuesta en las caras d de su alreded dor. Todos m miraban aterrrados, tan aaterrados como si ella y Merredith hubieesen traído aalguna enfermedad repu ugnante con ellas. Como o si ella y M Meredith fuesen el prob blema.

“No m me lo puedo ccreer”. Mascculló Bonniee.

“Yo tampoco me lo puedo creeer” dijo Deaanna Kenned dy, una amigga de Sue. Ella estaba al frentee de la multittud, y ella no o parecía tan n inquieta co omo los dem más. “Hablé ccon Sue ayer por la tarde y ella estaba tan b bien, tan feliiz. No puedee estar muerrta” Deanna comenzó a sollozaar. Su novio puso un braazo alrededo or de ella, y o otras chicas empezaron a llorar.

Los ch hicos de la m multitud se m movieron, con caras rígidas.

Bonniee sintió una pequeña oleeada de esperanza. “Y eella no va a ser la única m muerta”, añadió ó. “Elena noss dijo que to odo el pueblo está en peeligro. Elena dijo…” A pesar de si mismaa Bonnie esccucho que su u voz le fallaba. Podía veerlo en el mo odo en que los ojos de lo os demáss se entrecerraban cuan ndo ella men ncionó el nom mbre de Elen na. Meredith h estaba en lo cierto. Ellos habían dejado atrrás todo lo q que había pasado el pasaado invierno o. Ya no lo creían.

pasa con tod dos vosotross?” Dijo inútilmente, esp perando golp pear algo.

“Qué p

“Vosotros en realiidad no penssáis que Suee se tiró por ese balcón!””

ó de hombro os “La geente esta diciendo‐“ el novio de Deanna comenzzó y entoncees se encogió a la deefensiva. “Bu ueno – dijisteis a la policcia que Vickie Bennet estaba en la habitación, verdad d? Y ahora se ha vuelto loca de nuevvo.

Y justo o un poco an ntes habíais escuchado aa Sue gritand do ‘No, Vickiie, No!’?”

Bonniee sintió com mo si le hubieesen sacado el viento. “C Creeis que V Vickie, oh Dio os, estáis locos! Escuchadme. Algo arrasstró mi man no en esa casa y no fue V Vickie. Y Vickkie no tuvo nada q que ver con tirar a Sue p por ese balcó ón.”

“Apen nas es lo suficientementee fuerte, porr una cosa” D Dijo Mereditth delibeeradamente. “Apenas peesa sobre 95 libras!”

Alguieen de la parte trasera de la multitud masculló so obre gente enferma que tenía una fuerzaa sobrehumaana. “Vickie ttenía anteceedente psiqu uiátricos‐ .”

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“Elenaa nos dijo qu ue era un chiico!” Bonniee casi gritabaa, perdiendo o la batalla co ontra su autoco ontrol. Las ccaras inclinadas hacia ella estaban in nmovilizadass, implacablees. Entoncess ella vio o una que hizo que su pecho se perd diese. “Mattt! Diles que nos crees”

Honeycutt estaba de piee en el bordee con sus maanos en los b bolsillos y su u rubia cabezz Matt H inclinaada. Ahora le evantó la vissta, y lo que Bonnie vió een sus ojos aazules le hizo o retraerse een su alieento. No eran duros e inmóviles com mo los demas, pero estab ban llenos de una rotunda desesp peración que e igual de m malo. Él se en ncogió de ho ombros sin saacar las man nos de sus bolsillo os.

bras. Matt h había estado o Bonniee, por una de las primerras veces en su vida, estaaba sin palab disgusstado desde que Elena había muerto o, pero esto… …

ndo Meredith rapidmentte, capitalizaando el “El lo ccree, a pesar de todo” eestaba dicien momeento. “Ahoraa que tenemos que haceer para conveenceros al reesto de voso otros?”

“El can nal de Elvis p para nosotro os, quizá”(caanal de TV) d dijo una vos que inmediaatamente puso aa hervir la saangre de Bon nnie. Tyler. TTyler Smallw wood. Sonriendo como u un simio en ssu superccaro sueter d de Perry Ellis, enseñando una boca llena de fuertes dientes.

“No ess tan bueno como un e‐mail psíquico de regreso o de una reiina muerta, pero es un comienzo,” añadió ó Tyler.

Matt ssiempre dijo o que esa son nrisa estaba pidiendo un n puñetazo een la nariz. P Pero Matt, el único chico en la m multitud cerrcano al físico o de Tyler, eestaba miran ndo fijamentte de manera aburrida al suelo.

Cállataa Tyler! Tu n no sabes lo q que sucedió een esa casa””. Dijo Bonniie.

“Buen no, vosotras tampoco, ap parentemente. Quizá si no os hubiesseis estado eescondiendo o en la ssala de estarr habríais vissto lo que paasó. Entoncees alguien po odría creeross.”

La rép plica de Bonn nie murió en n su lengua. Miró fijamen nte a Tyler, aabrió su bocca, y entonces la cerrró. Tyler esperó. Cuando o ella no hab bló, el mostró sus dientees de nuevo.

“Por m mi dinero, qu ue Vickie lo h hizo.” Dijo, gguiñándole u un ojo a Dickk Carter, el eex novio de Vickie. “Es una pequeña y fuerte nena, veerdad, Dick? Pudo haberrlo hecho.” SSe giró y añadió ó deliberadaamente por eencima de su u hombro. ““Si no ese tip po Salvatore está de vueltaa en el pueblo”.

“Asqueroso!” gritó ó Bonnie. Incluso Mered dith gritaba de frustración. Por culp pa claro está boroto, como o Tyler debíaa haber sabido que de la ggran mención de Stefan siguió el alb ocurrirá. Todo el m mundo se esstaba girando hacia la peersona que ttenía al lado y gritando een señal d de alarma, h horror y excitación. Eran n las chicas laas que primeeramente esstaban excitadas.

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Efectivvamente, eso puso fin a la concurrencia. La gentte antes hab bía estado bo ordeando alejados furtivame ente, y ahora se dispersaaron en grup pos de dos yy de tres, arggumentando o y apurán ndose a irse.

Bonniee los mirabaa con ira.

“Suponiendo que no te creyerron, qué queerías que hiccieran ellos, de todas forrmas?” Dijo Matt. Ella no se haabía percataado de que éél estaba a su u lado.

“No lo o sé. Algo aparte de qued darse simpleemente alrededor esperrando a que los cojan.”

Ella inttentó mirarllo a la cara. ““Matt, estáss bien?”

“No lo o sé. Lo estáss tú?”

o. Quiero deccir, por un laado estoy so orprendida d de que lo esté llevando tan Bonniee pensó “No bien, p porque cuan ndo Elena murió, no pud de afrontarlo o. Para nada. Pero enton nces no era tan ceercana a Sue,, y por otro llado… No lo sé!”

Queríaa golpear alggo otra vez. “Todo esto ees simplemeente demasiado!”.

“Sí, estoy loca” De e repente Bo onnie comprrendió los seentimientos q que ella hab bía estado ndo durante todo el día. “Asesinar a Sue no sólo o estuvo mal, Fue malvad do. tenien Realm mente malvad do. Y quienq quiera que lo o hiciera no sse va a ir de rositas (no sse va a salir con la suya).

Eso seería – si el mundo es asi, un lugar donde eso pueede ocurrir yy salir inpunee… y si eso ees verdad d…” encontrró que no tenía forma dee acabar.

“Enton nces qué? No quieres seeguir viviend do aquí más?? Qué si el m mundo es así?” Sus ojos estabaan tan perdidos, tan amaargos. Bonnie estaba im mpresionada.. Pero dijo incond dicionalmente “No dejarré que sea así. Y vosotro os tampoco.””

El simplemente la miró como si ella fuesee una niña insistiendo qu ue Santa Claaus existía.

Mered dith habló m más alto. “Si p pretendemo os que los deemás nos tom men en serio o, debemos tomarrnos en serio o a nosotros mismos. Eleena sí se com municó con n nosotros. Qu uería que hiciéraamos algo. A Ahora si noso otros realmeente lo creem mos, debem mos descubrir qué es lo que ess.”

La caraa de Matt se e había enco ogido con la simple mencción de Elen na. Pobre chiico, todavía estas ttan enamora ado de ella ccomo siemprre, pensó Bo onnie. Me pregunto si alggo podría hacer que la olvidases. Ella dijjo “Nos vas aa ayudar, Maatt?”

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“Ayudaré” dijo Maatt en voz baaja. “Pero to odavía no se que es lo qu ue estáis hacciendo”

“Vamo os a detenerr a ese asesin no asquerosso antes de q que mate a aalguien más,,” dijo Bonniie.

Era la primera vezz que ella se había dado cuenta plen namente de q que esto eraa lo que preten ndía hacer.

“Sola?? Porque estas sola, lo saabes”

“Estam mos solas” co orrigió Mereedith “Pero eeso es lo quee Elena trataaba de decirrnos. Dijo qu ue teníam mos que hacer un conjurro invocadorr para pedir ayuda.”

“Un fáácil conjuro ccon solo doss ingredientees,” recordó Bonnie de ssu sueño. Se estaba entusiiasmando. “YY dijo que yaa me había d dicho los inggredientes ‐ pero no lo h había hecho.”

“Esta n noche dijo q que había inffluencias corrruptas disto orsionando ssu comunicaación.” Dijo Mered dith. “ahora,, a mi me suena que eso o estaba pasaando en el sueño. Creess que era realmeente Elena ccon la que esstabas tomando té?”

“Sí” diijo Bonnie po ositivamentee. “Quiero d decir, se que no estabam mos realmente haciendo una fieesta loca del té en Warm m Springgs, p pero creo qu ue Elena estaaba mandad do esa imageen a mi m mente. Y entonces en parte entre alggo más term minó y la emp pujó fuera. P Pero ella peleó,, y por un miinuto al fin eella tomó el control de vvuelta” “Vale, eso significaa que tenem mos que conccentrarnos een el principio del sueño o, cuando omunicaba co ontigo. Pero o si lo que esstaba diciend do ya estabaa todavíía era Elena la que se co siendo o distorsionaado por otras influenciass, entonces q quizás salió raro. Quizá no era algo que reealmente decía, Quizás eera algo que ella hizo…”

“Qué??”

“Pelo! Le pregunté é quien se lo o había arregglado, y hablamos de esso, y ella dijo o “el pelo es muy im mportante” y Meredith, cuando ellaa estaba inteentado decirnos los ingreedientes anoche, la primeraa letra de un no de ellos eera una P!”

“Eso ees!” Los negrros ojos de M Meredith se iluminaron. “Ahora solo o tenemos que pensar en el otro o”

“Pero ya lo sé tam mbien!” La rissa de Bonniee rebullió exxuberante. “M Me lo dijo ju usto despuéss de hab blar del pelo o, y pensé qu ue simplemeente estaba ssiendo rara. Dijo “la sangre también n es imp portante””

Mered dith cerró su us ojos dándo ose cuenta. “Y anoche, lla Ouija decíía ‘sangresan ngre‐sangre’’ pensé que era la o otra cosa intentado asusstarnos, pero o no era así”” dijo. Abrió sus ojos Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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“Bonn nie, crees que es eso realmente? Son n esos los inggredientes, o tenemos q que empezar a preocu uparnos de b barro y sánd dwiches y rattones y te?””

“Esos son los ingre edientes,” dijo Bonnie fiirmemente. “Son el tipo o de ingredieentes que n sentido en un conjuro de invocació ón. Estoy seggura de que puedo enco ontrar un tienen ritual q que hacer co on ellos en u uno de mis liibros de maggia Celta. So olo tenemos que averigu uar a que persona se ssupone que tenemos qu ue invocar…””

Algo laa golpeó, y ssu voz se apaagó con conssternación.

preguntaba ccuando os daaríais cuentaa” dijo Matt,, hablando p por primera vvez en un “Me p largo rrato. “No sabéis quien ees, o si?”

ulo Cuatro Capítu

Mered dith volcó un na mirada iró ónica hacia M Matt.

‐ Hmm m‐ dijo. – Aho ora, ¿Cómo piensas quee podría habeer llamado EElena en mo omentos de probleemas?

La son nrisa de Bonn nie dio paso a una punzaada de culpaabilidad en la expresión de Matt. No o era jussto burlarse de el sobre esto. ‐ Elenaa dijo que el asesino era demasiado fuerte para nosotros y es por eso p por lo que necesiitamos ayud da.‐ Le dijo a Matt. – Y so olo puedo peensar en unaa persona qu ue Elena conoces que podrría combatir con un asessino psíquico o‐.

Lentam mente, Mattt asintió con la cabeza. B Bonnie no po odía decir lo o que él estaba sintiendo o.

El y Stefan habían sido los mejores amigos una vez, in ncluso despu ués de que EElena hubiese Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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escogiido a Stephaan por encim ma de Matt. P Pero eso hab bía sido antees de que M Matt averigguara lo que era Stephan n, y ese tipo de violenciaa del que el eera capaz. En n su ira y profun nda pena sobre la muertte de Elena SStephan casi había mataado a Tyler SSmallwood yy a otros ccinco tipos. Podría Mattt olvidar eso realmente?? Podría el in ncluso tener relación con n Stephaan de vueltaa en Fell´s Ch hurch?

El men ntón cuadrado de Matt no dava señal alguna ah hora, y Mereedith estaba ablando de nuevo o. ‐ Asi que lo que te enemos que hacer es dejjar alguna saangre y cortaar algun pelo o. Tu no perderas un rizo o o dos, o sí, Bo onnie?‐ n abstraída q que casi le haabía perdido o el hilo. Entonces ella saacudió su Bonniee estaba tan cabezaa. ‐ No, n no, no. No ess nuestra sangre ni pelo o el que neceesitamos. Neecesitamos eel de la person na a la que q queremos co onvocar. ‐ ‐¿Qué? Pero eso e es ridículo. Si tuviésemos la sangre yy el pelo de SStephan no necesiitaríamos co onvocarlo, ¿vverdad?‐ ‐No haabía pensado o en eso‐ ad dmitió Bonnie. – Normalmente con u un conjuro d de convocación tiene es las cosas d de antemano o y las usas ccuando quieeres volver a llamar a una na. ¿Qué vam mos a hacerr, Meredith? Es imposible. person Las cejjas de Meredith se habían juntado. ‐ ¿Por qué EElena lo habrría pedido sii fuera imposible?‐ ‐ Elenaa pedía un m montón de co osas imposib bles‐ Bonniee dijo oscuramente. – No o mires así, Matt, sabes que lo o hacía. No eera una santta.‐ ‐ Quizáás, pero esto o no es impo osible – Dijo Matt. – Se m me ocurre un sitio donde puede haber sangre de SStephan, y si somos aforttunados algo o de pelo tam mbién. En laa cripta.‐ Bonniee se estreme eció, pero M Meredith simplemente affirmó con la cabeza. ‐ Por ssupuesto‐ dijjo. – Mientraas Stefan estaba atado aallí, el debe haber sangrado por todas partess. Y en ese tipo de pelea debe haberr perdido alggún cabello. Únicamentee si todo alláá abajo se hubiera d dejado sin to ocar…‐ ‐ No crreo que nadie haya estaado allí abajo o desde la m muerte de Eleena‐ dijo Maatt – La policía lo inveestigó y lueggo lo abando onó. Pero sollo hay un mo odo de averiguarlo.‐ Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Estaba a equivocada a, pensó Bon nnie. Me esttaba preocup pando sobree como Mattt podría trattar con el regreso de SStephan, y a aquí esta hacciendo todo lo posible pa ara audarno os a convocarlo. ‐ Mattt, podría bessarte!‐ dijo eella. ‐ Mattt, podría bessarte!‐ dijo eella. ‐ Todaas las chicas lo dicen – Dijo tranquilaamente al fin n, encogiend do los hombrros a modo d de resignación. Yo esstaba tan cerrca como él había podido llegar a un n gozo espiriitual en todo o el día.

Mered dith, sin emb bargo, estaba seria. –Vamos, tenemos mucho que hacer, y llo último que quiereemos es quedarnos estacados en la cripta despu ués del anochecer.‐ La crip pta estaba baajo la iglesiaa en ruinas que permaneecía en una ccolina en el ccementerio.

Solo ess media tard de, llena de lluz todavía, Bonnie siguió diciéndose a si mismaa mientras subían n la colina, pero se le ponía el pelo d de gallina en los brazos d de todas form mas.

El mod derno cementerio por un lado estab ba bastante mal, pero el viejo panteón por el otro lado era completaamente espeeluznante inccluso a la luzz del día. Había tantas láápidas despedazadas incllinándose lo ocamente en n el demasiad do grande céésped, repreesentando a otros ttantos jóven nes asesinad dos en la gueerra civil. No era necesarrio que fuesees psíquico para sentir su pressencia. ‐ Espírritus inquieto os – dijo ellaa entre dienttes. ‐ Hmm mm?‐ dijo Me eredith mien ntras caminaaba sobre la pila de esco ombros que era un muro o de la iglesia en ruiinas. – Mirad d, la tapa dee la tumba to odavía esta q quitada. Esass son buenas que hubiéramos sido capaces de levvantarla.‐ noticiaas. No creo q Los ojo os de Bonnie e se quedaro on por un raato melancóllicamente so obre las estaatuas blancas de máármol esculpidas en la lápida desplazzada. Hon‐oria yacía allí con su mariido, con las manoss puestas sobre su pecho, mirando ttan gentil y ttriste como siempre. Pero Bonnie sabía q que no habrría mas ayud da por parte de aquella ccuarta parte. Honoria haabía dado po or termin nadas sus ob bligaciones ccomo protecctora del pueeblo.

Dejand do a Elena sujetar el bollso, pensó Bo onnie severaamente, mirrando hacia el agujero rectan ngular que lle evaba hacia la cripta. Peeldaños de acero desapaarecían en laa oscuridad.

Incluso o con la ayuda de la linterna de Merredith era du uro descend der hacia aqu uella habitaación bajo tie erra. Dentro o, estaba frío o y húmedo y silencioso, las paredess de piedra pulidaa estaban enfrente. Bonn nie intentaba no temblaar.

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‐ Mira – dijo Mere edith en boz baja.

Matt ttenía la linte erna enfocad da sobre la p puerta de aceero que sepaaraba la anteesala de la cripta de la recám mara principaal. La piedra debajo estaba teñida dee negro con sagre en varios sitios. Mirar a los charcos y arroyueelos de sangre seca hizo que Bonniee se sintiese mareaada. ‐Sabem mos que Dam mon fue el p peor herido‐ Dijo Meredith, siguiend do adelante. Sonaba calmada, pero Bon nnie pudo oíír el tenso co ontrol en su voz. – Así que el debe h haber estado o en estte lado dond de la mayor p parte de san ngre. Stefan dijo que Elena estaba en n el centro. LLo que siggnifica que e el Propio Steefan debe haaber estado… …. Aquí. – See inclinó. ‐ Yo lo o haré – dijo Matt bruscaamente. – Tú ú sostén la lu uz.‐ Con un ccuchillo de p picnic de plásticco del coche de Mereditth escarbó en la piedra in ncrustada. B Bonnie tragó ó, contenta d de haber tomado sólo un té paraa comer. La ssangre estab ba bien desde el punto d de vista uando estabaas en realidaad enfrentán ndote con taanta de ella – abstraacto, pero cu especiialmente cuaando era la ssangre de un n amigo quee había sido ttorturado…

Y ento onces, pensó ó Bonnie, ella a fingió su prropia muertte para conseeguir que Steephan y Damon parasen de pelear. Perro no funcionó. Se odiab ban el uno all otro más qu ue nunca, y ella loss odiaba porr ello. Hella h había regressado al vamp piro que la h había creado o, y al paso d de los año os se había cconvertido een tan malva ada con él erra. Incluso all final todo lo que ella quería a hacer era d destruír a loss hermanos q que una vez había amad do. Los había a atraído a lo os dos a FFell´s Chuch para matarrlos, y este cu uarto fue do onde ella cassi tuvo éxito en hacerlo.

Elena había muertto deteniénd dola. ‐ Ahí –– dijo Matt, yy Bonnie parrpadeó y vollvió en si. Maatt estaba de pie con un na servilleta de pap pel que ahorra sostenía eescamas de lla sangre de Stefan en sus pliegues. ‐ Ahorra el pelo – d dijo.

Barrieron el suelo con sus ded dos, encontrrando polvo y trozos de hojas y fragm mentos de dentificar. En ntre el detrittus (restos de cosas) hab bía largas cosas que Bonnie no quería id hebrass de pálido p pelo dorado. De Elena o de Katherin ne, pensó Bonnie. Se les parecía mucho o. Había tam mbién hebrass más cortass de cabello negro, encreespado con una ligera onda. De Stefan. o clasificar a través de to odo y poner los pelos corrrectos en Fue lento, melindrroso trabajo otra seervilleta. Maatt hizo la mayoría del trrabajo. Mien ntras estaban n a través dee eso, estabaan todos cansados y la luz que see cernía a traavés del la apertura recttangular en eel techo era azul osscuro. Pero Meredith so onreía “tigerrishly” Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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‐ Lo teenemos – dijo. – Tyler qu uere a Stefan n de vuelta; bien, le dareemos a Stefaan de vueltaa.‐ Y Bonn nie, que solo o estaba preestando aten nción a medias a lo que eestaba hacieendo, todavíía perdid da en sus pro opios pensam mientos, se congeló.

Ella haabía estado p pensando so obre otras co osas exclusivvamente, naada que ver ccon Tyler, pero aa la mención n de su nomb bre algo hab bía parpadeaado en su meente. Algo dee lo que se había dado cuentaa en el aparccamiento y d después olvidado en el ccalor de la diiscusión.

Meredith lo habían provo ocado y ahorra todo estab ba claro de n nuevo. Como o Las paalabras de M lo hab bía sabido él!! Se pregunttó, acelerand do el pulso. ‐ Bonn nie? Cuál es el problemaa?‐ ‐ Mereedith – dijo ssuavementee – dijiste a laa policía esp pecíficamentte que estábamos en la sala dee estar cuan ndo todo succedió arriba ccon Sue?‐ ‐ No, ccreo que sim mplemente d dije que estábamos abajo o. Por qué?‐‐ ‐ Bonn nie, si tratas de sugerir q que Tyler eraa el asesino, simplementte no cuela. No es lo suficieentemente liisto para orgganizar una o oleada de crrímenes, porr una cosa, ‐ Dijo Mered dith. ‐ Pero hay algo máás. Meredith h, el año passado en la Ju unior Prom, TTyler me tocco en mi hombro desnudo. Nunca lo olvidaré. Su m mano era graande, y con m mucha carnee, y caliente,, y humed da.‐ Bonnie se estremecció con la reccapitulación. – Justo com mo la mano que me agarró ó la noche paasada.‐ Pero M Meredith esttaba sacudieendo su cabeeza, e incluso o Matt miraba sin convicción. ‐ Seguro que Elenaa está perdieendo el tiem mpo pidiéndo onos que traaigamos de vvuelta a Stefan n entonces. – – dijo él. – Yo o podía encaargarme de Tyler con un n par de ganchos de derech ha.‐ ‐Piénsalo Bonnie‐ Añadió Merredith. – Tien ne Tyler el p poder psíquicco para movver un tablerro en tus sueño os? Lo tiene??‐ de Guija o entrar e quicamente hablando, tyyler era tan birria como Carolina. Bo onnie no pod día El no lo tenía. Psíq negarllo. Pero ella no podía neegar su intuicción tampocco. No tenía sentido, perro ella todavvía sentía que Tyler había estado en la casa laa noche anteerior. ‐ Seríaa mejor que nos moviéseemos. – Dijo o Meredith. –– Está oscuro o, y tu padree se va a poner furioso.‐ Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Estuvieron en silencio de vuelta a casa. Bo onnie todavíía estaba pensando en TTyler. Una veez en su ccasa subiero on las servilleetas a escon ndidas y com menzaron a m mirar en los libros de Bonniee sobre Druiidas y magiaa celta. Desde que ella haabía descubierto que erra descen ndiente de u una antigua raza de maggos, Bonnie h había estado o interesadaa en los Druidaas. Y en uno de los libross ella enconttró un ritual para un con njuro de con nvocación. ‐ Neceesitamos com mprar velas‐‐ dijo ella. – YY agua pura (mejor consseguir algunaa embottellada)‐ le d dijo a Mered dith. – Y tiza para dibujarr un círculo een el suelo, yy algo para hacer un pequeño o fuego denttro. Puedo encontrar esttos en la cassa. No hay prrisa, el conjurro debe hace erse a mediaa noche.‐

ba mucho para media no oche. Meredith compro las cosas necesarias en eel Faltab superm mercado y lo os trajo de vvuelta. Ellos ccenaron con n la familia d de Bonnie, au unque ningun no de ellos ttenían demasiado apetitto. Sobre las once en punto Bonnie ttenía el círculo o dibujado en el suelo dee madera dee su habitación y todos los demás ingredientes een un tab burete bajo d dentro del cíírculo. En la doceava cam mpanada ellla comenzó.

Con M Matt y Mered dith mirando o, ella hizo un pequeño ffuego en un cuenco de b barro. Tres velas aardían detrás del cuenco o; ella clavó un alfiler en n la del centro, por la mitad. Entoncces ella deesdobló una servilleta cu uidadosamente removieendo las escaamas secas d de sangre en n una co opa de agua. Se volvió ro osa oxidada.. Abrió la otrra servilleta. Tres pellizcos de pelo negro fueron a parar al fuego,, chisporroteeando con u un terrible olor.

Enton nces tres gottas del agua manchada, siseando.

o sobre los ttalones tú lleegas Rápido Tres veces convoccado por mi conjuro o por mi queema Tres veces agitado Ven a mi sin demo ora

en voz alta lentamente, tres veces. Entonces se recostó en sus talones. El Leyó laas palabras e fuego siguió ardiendo llenánd dose de humo. Las llamas de la vela d danzaban.

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‐ Y aho ora qué? – d dijo Matt ‐ No lo o sé. Sólo dicce esperar a que la vela del medio see queme hasta el alfiler..‐ ‐ Y enttonces qué?‐ ‐ Creo que lo averiguaremos ccuando pasee.‐

En Florencia aman necía.

Stefan n miraba com mo la chica b bajaba las esscaleras, unaa mano descansaba ligerramente sobre el pasamano os para man ntener su equilibrio. Sus movimiento os eran lento os y mente como o en un sueñ ño, como si eestuviese flo otando. ligeram De rep pente, ella se e balanceó yy trató de aggarrarse máss firmementee al pasamanos. Stefan se apresu uró tras ella y puso su m mano bajo su codo. ‐ Estáss bien?‐ Ella levvantó la vistta hacia el co on el mismo ensoñamien nto. Era muyy hermosa. SSus caras ropas eran de última moda y ssu estilizado o y desaliñad do pelo era rrubio. Una tu urista. El sab bía que erra americanaa antes de que hablase. ‐ Si, esso creo… ‐ SSus ojos castaños estaban desenfocaados. ‐ Sabees como volvver a casa? D Donde te hosspedas?‐ ‐ En Viia dei Conti, cerca de la capilla Mediici. Estoy con n el Gonzagaa en el progrrama de Floren ncia.‐ Malditta sea! No tu urista, enton nces; una esttudiante. Y eeso significa que ella llevvaría esta historiia con ella, ccontándoles a sus compaañeros de clase sobre ell atractivo tipo italiano que haabía conocid do la noche aanterior. El q que tenía lo ojos oscuros como la no oche. El que la llevó d de vuelta a ssu exclusivo hogar en Viaa Tornabuon ni y le dio vin no, y la cena, y entoncess bajo laa luz de la luna, quizá, en n la habitación de él o fu uera en el paatio cerrado, se inclinó cerca de sus ojos yy… o por la garganta de la ch hica con sus dos enrojeccidas La mirrada de Stefaan se deslizo perforraciones herridas. El habíía visto marccas como esaa tan a menudo – como podían segu uir tenien ndo el poderr de molestarlo? Pero lo hacían; lo enfermaban yy colocaban un lento ardor en su intestino.

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‐ Cual es tu nombrre?‐ ‐ Rachael. Con unaa A. – le deleetreó. ‐ Muy bien, Rachaael. Mírame. Volverás a ttu pensión yy no recordarás nada seb bre esta nochee. No sabrás a donde fuisste o a quien n viste. Y tu n nunca me haas visto antees, tampoco.

Repíteelo.‐ ‐ Muy bien, Rachaael. Mírame. Volverás a ttu pensión yy no recordarás nada seb bre esta nochee. No sabrás a donde fuisste o a quien n viste. Y tu n nunca me haas visto antees, tampoco.

Repíteelo.‐ ‐ Bien.. Tienes dine ero para el reegreso? Aqu uí. – Stefan ssacó un puñaado de liras arrugadas – en su mayoría bille etes de 50,0 000 y 100,00 00‐ de su bolsillo y la guió ó hacia fuera.

Cuand do ella ya esttaba a salvo en un taxi, een volvió dentro y se fuee directamen nte a la habitaación de Dam mon.

Damon estaba sin hacer nada cerca de la ventana, peelando una n naranja, sin vvestir todavíía.

Levanttó la vista, m molesto, mieentras Stefan n entraba. ‐ Es co ostumbre llamar – dijo. ‐ Dond de la conocisste? – dijo Sttefan. Y ento onces, cuand do Damon lee dio una mirada en blanco o, este añadió, ‐ esa chicca, Rachael.‐‐ ‐ Era eese su nombre?‐ No creo o que me mo olestara en p preguntar. EEn el bar Gillii. O quizás en el Bar Mario. Por q qué?‐ n luchó por ccontener su rabia. – Esa no es la únicca cosa que no te molesstaste en Stefan hacer.. No te mole estaste en ussar tu influen ncia para que te olvidasee, tampoco. Quieres quee te cojaan, Damon?‐‐ Los lab bios de Dam mon se cuerearon en unaa sonrisa y reetorció una ffloritura de m monda de naranjja.‐ Nunca m me cogen, heermanito. – d dijo ‐ Entoncces que vas aa hacer cuan ndo vengan aa por ti?? Cuando algguien descub bra ‘Dios mío o, hay un mo onstruo chupasangre en n Via Tornabuoni’. Mataarlos a todoss? Esperar a que rompan la puerta d delantera y eentonces desvan necerte en la oscuridad??‐ Damon encontró ssu mirada diirectamentee, desafiantee, con aquella ligera sonrrisa e sus labios. aforrándose sobre qué no?‐ dijo o ‐ Por q Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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‐ Mald dito seas!‐ diijo Stefan. – Escúchame Damon. Esto tiene que acabar.‐ ‐ Estoyy afectado so obre tu inqu uietud por m mi seguridad..‐ ‐ No es justo, Dam mon. Agarrarr a una chica tan poco dispuesta com mo esta…‐ dispuesta hermano, estaba muy, mu uy dispuesta..‐ ‐ Oh, eella estaba d ‐ Le dijjiste lo que iibas a hacer? Le avisastee sobre las consecuenciaas de intercaambiar sangre con un vampiro? Las pesadillaas, las vision nes psíquicass? Estaba disspuesta paraa eso?‐ que siguió ad delante. – Saabes que es u un error.‐ Damon claramentte no iba a reeplicar, así q ‐ De hecho, lo sé.‐‐ Con eso, Daamon dio un na de sus rep pentinas, desconcertanttes sonrisas encendiendo y apagando intantaneamentte. oso, persuassivo. – Hermanito, el Damon lanzó lejoss la naranja. Su tono de voz era sedo o esta lleno de lo que tu u llamas ‘erro or’‐ dijo. – P Por qué no tee relajas y disfrutas del mundo lado b bueno? Es mucho mas diivertido, te lo aseguro.‐ Stefan n se sintió caalentarse con n la rabia. – Cómo puedees incluso deecir eso? – R Recordó. ‐ No aprendiste naada de Katheerine? Ella eeligió ‘el lado o bueno’‐ ‐ Katherine murió demasiado pronto‐ dijo o Damon. Esttaba sonrien ndo de nuevo, pero sus ojos eran fríos. ‐ Y aho ora en todo lo que pued des pensar ess en venganza.‐ Mirando o a su hermaano Stefan sintió un aplastante peso situaado sobre su u propio peccho. – En eso o y en tu pro opio placer‐ dijo. dad, herman nito; placer yy poder. Y tú eres un ‐ Qué más hay? El placer es la única realid or por naturraleza, tanto como yo lo soy.‐ dijo Daamon. Y añaadió – No reccuerdo cazado invitarrte a venir a Florencia co onmigo, de ttodos modoss. Desde quee no estas diisfrutando, por qu ué no simple emente te vaas?‐ El peso o en el pech ho de Stefan se apretó de repente, in nsoportablemente, pero o su mirada, cerrad da con la de Damon, no fflaqueaba. –– Sabes porq qué – dijo silenciosamen nte. Y al fin tuvo laa satisfacción de ver caeer los ojos dee Damon.

El mismo Stefan p podía escuch har las palabrras de Elena en su mentte. Se había eestado muriendo entonce es y su voz h había sido déébil, pero la escuchó clarramente. ‐ Debééis cuidar el uno del otro o. Stefan, lo prometes? P Prometis cuidar el uno d del otro?‐ y éél lo hab bía prometido, y manten ndría su palabra. No importaba como o.

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‐ Tú saabes por qué é no me marrcho.‐ le dijo o de nuevo a Damon, el ccul no le mirraba. – Pued des preten nder que no te importa. Puedes enggañar al mun ndo entero. P Pero yo veo las cosas dee otro m modo.‐ Pudo haber sido más amablee a estas altu uras y dejar aa Damon a ssolas, Pero Stefan n no estaba d de humor am mable.‐ Sabees esa chica que recogistte, Rachael??‐ Añaió. – Ell pelo eestaba bien, pero los ojos eran del co olor equivoccado. Los ojo os de Elena eeran azules.‐‐ Con esso se dio la vvuelta, tratando de dejar a Damon aaquí para pensar en ello – si Damon podía hacer algo ttan construcctivo, por sup puesto. Pero o el nunca lo o hizo a travéés de la puertaa.

de la vela y eel ‐ Ahí eestá!‐ dijo Meredith repeentinamentee, con sus ojos puestos een la llama d alfiler.. Bonnie sosttuvo el alien nto. Algo se eestaba abrieendo delantee de ella com mo un hilo plateaado, un plate eado túnel de comunicación. Ella esttaba apresurándose a lo o largo de él,, sin ten ner modo algguno de parrarse o de ch hequear su vvelocidad. Oh h, Dios, penssó, cuando alcancce el final y ggolpee…

El flash h en la cabeza de Stefan n fue insonorro, sin luz, y poderoso co on un trueno. Al mismo tiempo o el sintió un n violento y doloroso tirón. Una necesidad de sseguir algo.

Esto no era como el codazo asstuto y subliminal de Katherine paraa ir a algún ssítio.

Esto era un grito p psíquico. Una orden quee no podía seer desobedeecida.

Dentro o del flash en sintió una presencia, p pero el no po odía apenass creer quien n era.

Ha funcionad do!‐ ‐ Stefaan! Eres tú! H ‐Bonnie, que has h hecho?‐ ‐ Elenaa me dijo qu ue lo hiciera. Honestameente, Stefan,, ella lo hizo.. Tenemos un problema y necesiitamos… ‐ Y eso ffue todo. La comunicación se colapssó, derrumb bándose sobrre si misma, dismin nuyendo hassta una señaal. Se había id do, y en su rrepercusión la habitación vibraba co on el pod der.

Dejaro on a Stefan yy a su hermaano mirándo ose el uno al otro.

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Bonniee expulsó un n largo alientto que no see había dado o cuenta de q que manten nía y abrió su us ojos, aaunque no re ecordaba haaberlos cerraado. Estaba ttumbada sobre su espalda. Matt y Mered dith estaban agachados sobre ella, m mirando alarrmados. ‐ Qué pasó? Funcionó?‐ demaandó Merediith ‐ Funcionó.‐ dejó q que la ayudaaran a levanttarse. – Hicee contacto co on Stefan. H Hablé con él.

Ahora todo lo que e podemos h hacer es espeerar y ver si el esta vinieendo o no.‐ ‐ Mencionaste a Elena? – Pregguntó Matt. ‐ Sí.‐ ‐ Entonces el vend drá‐

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Capítu ulo Cinco

Luness, 8 de junio 11:15P.M.

Querid do Diario,

o dormiré mu uy bien esta noche, pero o puedo escrribirte. Todo o el día he Parecee ser que no estado o esperando o que pase algo. No trabaajas y haces un hechizo,, y entonces no pasa nada.

Pero n nada pasa. M Me quedé en n casa en luggar de ir a la escuela porque mi Mad dre pensó qu ue debía hacerlo. Estaba disgustaada porque Matt y Mereedith se quedaron la nocche del domin ngo hasta mu uy tarde, y d dice que necesito descan nsar. Pero caada vez que me acuesto veo la cara de Sue e.

El padre de Sue hizo los elogio os en el entieerro de Elen na. Me pregu unto si va a h hacerlo paraa Sue el miércoles.

Tengo o que detene er mis pensamientos sob bre cosas asíí.

mir de nuevo o. Quizá si m me pongo loss audífonos, no veré a Su ue.

Intenttaré ir a dorm

Bonniee volvió a po oner el diario o en su cajón n del buró y sacó su Walkman. Se arrrojó a travéés de los cauces cuan ndo miró fijaamente el teecho con los ojos pesado os. A través d del crujido yy la da de estática la voz de u un D.J. desap parecía en su u oreja. rociad

"Y aqu uí es una me elodía de la éépoca dorada para todoss ustedes en ntusiastas dee los fabulossos años ccincuenta. 'G Goodnight SSweetheart' en theVee JJay etiquetado por The SSpaniels… "

Bonniee flotó lejos con la músicca.

El refresco frío eraa de fresa, el favorito dee Bonnie. La rocola estab ba tocando ' Goodnight Sweettheart ' y el contador era chirriante y limpio. Peero Elena, Bo onnie, decidiió, nunca habríaa llevado reaalmente una falda de perro de lana.

"Ningú ún perro de lana", dijo eella, mientras gesticulabaa hacia él. Elena buscaba de su dulcce de cho ocolate calie ente. Su pelo o rubio se peeinado haciaa atrás en un na coleta. "¿Quién pienssa en esttas cosas? " p preguntó Bo onnie.

"Tontaa. Sólo estoyy de visita."

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"Oh." Bonnie bebiió refresco. Los sueños. Había una razón para teener miedo d de los sueños, pero no p podía pensarr en eso ahorra.

"No pu uedo quedarme mucho tiempo", dijjo Elena. "Pieenso que él ya sabe quee estoy aquí.

Vine aa decirte..." EElla frunció eel entrecejo..

Bonniee la miraba ssimpáticameente. “¿No p puedes recorrdar? " Bebiió más refreesco. Es extrañ ño.

morí demasiaado joven, B Bonnie. Habíaa tanto que se suponía q que haría o llograría. Y "Me m ahora tengo que aayudarles."

nnie.

“Graciias”, dijo Bon

"Esto no es fácil, ssabes. No ten ngo tanto po oder. Me es difícil manteener unida.

"Jugarr juntas", Bonnie estaba de acuerdo, mientras caabeceaba. EEstaba sintiéndose extrañ ñamente maareada. ¿Qué tenía este refresco?

"No teengo mucho poder, y lass cosas resultan extrañass de algún m modo. Supon ngo que Él esstá hacién ndolo. Siemp pre está peleeando conmigo. Nos mirra. Y cada veez que intenttamos comun nicarnos, vie ene."

uerdo. El cuaarto estaba fflotando.

De acu

"¿Bonnie, estás esscuchándom me? puede ussar tu miedo o contra ti. EEs la manera en la que entra.

uerdo… " De acu

"Pero no lo dejes entrar. Diless a todos. Y d dile a Stefan n…" Elena se detuvo y pu uso una man no en su boca. Algo se cayó haciaa el dulce dee chocolate ccaliente.

Era un n diente.

"Está aaquí." La vozz de Elena erra extraña, indistinta. Bo onnie miró ffijamente el diente con horrorr magnetizad do. Estaba quedando en n el medio dee la crema fu ustigada, entre las almen ndras rajadass. "Bonnie, d dile a Stefan…"

Otro d diente cayó p pesadamentte hacia abajjo, y otro. Elena sollozó, ahora teníaa ambas manoss en la boca.. Sus ojos fueeron aterrad dos, desvalid dos. "Bonniee, no te vayas…" Pero Bonniee estaba reggresando. To odo estaba ggirando alred dedor. El refresco estabaa Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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burbujjeando fueraa del vaso, p pero no era n ningún refreesco; era san ngre. Roja brrillante y espum mosa, como aalgo que tossió cuando m murió. El estó ómago de Bo onnie convu ulsionó.

“¡Dile a Stefan que e lo amo!" EEra la voz de una mujer vvieja sin dien ntes, y acabó ó en los os histéricoss. Bonnie se alegraba de entrar en laa oscuridad yy olvidarse d de todo. sollozo

eó al final dee su pluma d de fieltro, suss ojos en el rreloj, su men nte en el Bonniee mordisque calend dario. Ocho d días y medio o de escuelaa para sobrevivir. Y parecía como si ccada minuto o pudierra ser la miseria.

bía dicho sincero, mientrras retrocedía apartándo ose de ella een los Algún chico lo hab ones. "Ninguna ofensa, p pero sus amiigos siguen eesperando eel turno de m morir." Bonnie escalo entro al baño y llo oró.

Pero aahora todo lo o que ella qu uería es estaar fuera de laa escuela, fu uera de las caaras trágicass y acussando con laa mirada o aun peor, los ojos compaasivos.

El Direector había e entregado un discurso P.A. sobre "este nuevo in nfortunio" y "esta pérdid da" terrible, y Bonnie había sentido en los ojos ccomo si estu uvieran allí aggujeros aburridos. Cuando la campan nilla sonó, fue la primeraa persona qu ue salió por lla puerta.

Pero een lugar de irr a su próxim ma clase fuee de nuevo aal baño, dónd de esperó laa próxima campaanilla.

Entonces, una vezz que los vestíbulos estaban vacíos, sse dio prisa hacia el ala d del idioma njero. Pasó p por los bolettines y estan ndartes paraa los eventoss de fin de añ ño sin darless extran una m mirada. ¿Qué importaba e el SATS? ¿La graduación??, ¿las materias?, Todos podrían esttar muertos a finaless del mes.

Se en ncontró con una personaa al de pie del vestíbulo.. Su mirada sse fijo en loss pies alojados elegan ntemente en n los zapatoss de algún tip po extranjerro. Pantalones vaqueross, cuerpo lo bastan nte abrasado or para pareecer suave en ncima de loss duros múscculos. Las caaderas estrecchas. Pecho ffabuloso. Su u rostro pareecía obra de un escultor loco: boca ssensual, pómulos altos. Loss oscuros len ntes de sol. El pelo negro ligeramente despeinado. Bonnie estabaa de pie, ano onadada porr un momento.

“Oh, D Dios mío, me e olvidé de lo o guapo quee es”, pensó. Elena, perd dóname; voyy camino a abrazaarlo.

"Stefan! " dijo ellaa.

Entonces su mentte regreso a la realidad d de nuevo y laanzó alreded dor una miraada de caza.

Nadie estaba en e el vestíbulo. Ella lo agarró ó del brazo.

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¿Estáss loco al pressentarte aqu uí? ¿Estás ch hiflado? "

"Teníaa que enconttrarte. Penséé que era urrgente."

"Lo es, pero ‐ " Él parecía tan incongruentte, estaba dee pie en el veestíbulo de lla escuela secund daria. Así exxótico. Como o una cebra een una band dada de ovejjas. Empezó a empujarlo o hacia un armario d de escobas.

Él no ccedía. Era más fuerte qu ue ella. "Bonnie, dijiste q que hablaríam mos "

por Matt y M Meredith y vendremos aquí y entoncces podremo os "¡Tienes que esconderte! Iré p probablemen nte te lincheen. Hay otro o asesinato."" hablarr. Pero si alguien te ve, p

hacia el armario. Empezó a intentarr La caraa de Stefan cambió, y él le permitió empujarlo h decir aalgo, entoncces desistió.

Simpleemente dijo: "Esperaré".

Tardó sólo unos m minutos paraa encontrar aa Matt en teecnología del automóvil yy a Meredith h en la cclase de economía. Se diieron prisa h hacia al armaario de las escobas y Steefan tenía qu ue salir de la escuela tan discretaamente como fuera posiible.

“Alguien pudo hab bernos visto”, pensó Bonnie. Todo d depende de quién, y quee tan chismo oso sea.

"Tenemos que haccerlo en algu una parte seegura no en ccualquiera d de nuestras ccasas", dijo Mered dith. Caminaaron tan rápiido como pu udieron a traavés de un seegmento del estacio onamiento d de la escuelaa secundariaa.

"Bien, pero ¿dónd de? Espera un minuto, ¿q que hay sob bre la pensión…?

negro en la h hendedura del estacionaamiento. Un Bonniee estaba perrpleja. Habíaa un coche n coche italiano, rasso, estrecho,, y sexy. Tod das las ventanas fueron tteñidas ilegaalmente en oscuro o; ni siquieraa se podía veer dentro. En ntonces Bon nnie vio el em mblema en la parte de atrás.

"Oh, D Dios mío"

Stefan n le dio una m mirada distraída al Ferraari. "Es Damo on. "

uegos de ojo os se volviero on hacia el aasustados. "¿¿Damon? " d dijo Bonnie, mientras Tres ju escuch haba el chilllido de su prropia voz. Essperó que Stefan explicaara que simp plemente Damon se lo habíaa prestado.

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Pero laa ventana de el automóvil estaba bajaando y revelaba el pelo negro líquido y liso como el trabajo d de la pintura del automó óvil, gafas refflejadas, y una sonrisa m muy blanca.

"Buon n giorno", dijo Damon. "¿Alguien n necesita un n paseo?"

"Oh, D Dios mío ", dijo Bonnie d de nuevo, déébilmente. Peero no retro ocedió.

Stefan n estaba visib blemente im mpaciente. "N Nos dirigirem mos hacia la pensión. Tú ú continúa.

Estació ónate detráás del granerro para que nadie vea tu u automóvil."

dith tenía qu ue llevar a Bo onnie fuera del Ferrari. N No era que aa Bonnie le ggustara Mered Damon o que le permitiría bessarla de nueevo como cuando estabaan en la fiestta de Alaric.

Supo q que él era pe eligroso; no tan malo co omo Katherin ne había sido o, quizá, perro malo. Él había matado perversamentee, sólo por diversión. Hab bía matado aal Sr. Tanneer, maestro d de historiia, en la Casaa encantadaa en la últimaa Víspera dee Todos Santtos. Podría m matar de nuevo o en cualquie er momento o. ¿Por qué ccuando lo ob bservaba, Bo onnie se senttía como un ratón que mira fijaamente a un na serpiente negra brillante?

privacidad de el coche de Meredith, B Bonnie y Merredith interccambiaron m miradas.

En la p

"Stefan no debiste e haberlo traaído", dijo M Meredith.

"Quizáá él vino", dijo Bonnie. N No pensaba q que Damon era la clase de persona que se trajeera de nin nguna parte.

"¿Por qué esta aquí? No nos aayudara, eso o es seguro.""

Matt n no dijo nada. Ni siquieraa parecía nottar la tensión n en el automóvil. Simpllemente ten nía la miraada fija y perdida sobre el parabrisas.

El cielo o estaba nub blando.

"Matt? "

"Bonn nie, déjalo", d dijo Mereditth.

Maravvilloso, pensó Bonnie, la solución dee la depresión como un m manto oscurro sobre ella.

Matt, Damon y Ste efan y, todos juntos, tod dos a pensarr en Elena. Se estacionarron detrás del granerro viejo, al laado del coch he negro. Entraron. Steffan estaba de pie. Él se vvolteo y Bonniee se percató ó de que se h había quitado sus lentes de sol. El fríío más débill pasó por ella, sólo siintió una punzada más ligera de los vellos en su us brazos y ccuello.

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Stefan n no era com mo cualquierr otro tipo al que haya eencontrado aalguna vez. SSus ojos eran n tan veerdes; verdess como el ro oble que reto oña en la primavera. Perro ahora ten nían sombrras debajo.

n una palabraa.

Hubo un momento de torpezaa; los tres esstaban de piee y miraban a Stefan sin Nadie parecía saber qué decirr. nces Merediith fue a él yy tomó su maano. "parecees cansado",, le dijo.

Enton "Vine en cuanto p pude." Él pusso un brazo alrededor de ella en un abrazo, casi vacilante. ÉÉl nunca habría hech ho eso en tieempo atrás, pensó Bonn nie. Era muy reservado.

Ella avvanzó para re ecibir su abrrazo. La piel de Stefan esstaba fresca bajo la Cam miseta, y ellaa no ten nia escalofrío o. Cuando reetrocedió, su us ojos estab ban nadando o. ¿Qué ssentía ella ahora que Steefan Salvato ore regresaba a Fell’s Church? ¿Alivio o? ¿La triisteza por los recuerdos que trajo co on él? ¿Mied do? Todo lo que ella pod dría decir eraa que hu ubiera querido llorar.

Stefan n y Matt estaaban miránd dose. Aquí vaamos, pensó ó Bonnie. Eraa casi cómico o; la misma expressión estaba e en ambas caaras. La herid da y el cansaancio, e inteentando no d demostrarlo o.

Eso no o importa, Ellena siempree estaría enttre ellos.

Por fin n, Matt ofrecció su mano y Stefan la aagitó. Los do os caminaron n atrás, su era mirada alegree.

"¿Dón nde está Dam mon? " dijo M Meredith.

"Atizando alreded dor. Pensé qu ue nosotros podríamos quedar unoss minutos sin él."

"Queremos unas ccuantas décaadas sin él", dijo Bonnie antes de qu ue pudiera d detenerse, yy dith dijo, en "En el no pu uede confiarrse, Stefan."

Mered

"Piensso que están n equivocado os", dijo Steffan calladam mente. "Pued de ser de mu ucha ayuda ssi le inteeresa."

¿Mataar unas perso onas cada do os noches? ""dijo Meredith, arquean ndo las cejass. "No debistte haberlo traído, Ste efan".

"Pero él no lo hizo o. " La voz vino de detráss de Bonnie,, muy cerca. Bonnie saltó e hizo unaa estocaada instintivaa para Matt quien la agaarró el homb bro.

Damon sonrió bre evemente, só ólo una esqu uina de su bo oca. Se había quitado su us lentes parra os no eran verdes. Eran negros como los espacio os entre las estrellas. Caasi el sol, pero sus ojo se ve ttan guapo co omo Stefan, pensó Bonn nie ferozmen nte, mientraas encontrab ba los dedos de Maatt y se agarrró a ellos.

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"¿Así q que ella aho ora es tuya? " casualmen nte dijo Dam mon a Matt.

"No", dijo Matt, pero Bonnie n no lo soltó.

ntó Meredith h del otro lad do. De todos ellos, ella p parecía men nos "¿Steffan no te trajjo? " pregun afectaada por Damon, asustadaa, susceptible.

"No", dijo Damon,, todavía segguía mirando o a Bonnie. N No voltea co omo otras peersonas, pensó ella. Él sigue mirando cualquier cossa que quiere y no importa quién essté hablando o.

"Tú lo hiciste”, dijo o él.

"¿Yo?”” Bonnie se encogió un p poco, desconcertada qu ué quiso decir.

"Tú. Tú hiciste el h hechizo, ¿no o? "

"El… “Oh, Diablos.. Un cuadro floreció en lla mente de Bonnie, de pelo negro een un blanco o de la sservilleta. Su us ojos fuero on al pelo de Damon, máás fino y máss recto que SStefan, pero oscuro o. Obviamen nte Matt hab bía cometido o un error al ordenarlo.

La vozz de Stefan e era impacien nte. "Bonnie nos invocasste. Vinimos.. ¿Qué siguee? "

Ellos tomaron los asientos en las balas decadentes dee heno, todo os exceptuan ndo a Damo on que peermanecía d de pie. Stefan n estaba apo oyándose ad delante, con las manos een las rodillas, mirand do Bonnie.

Había una paausa percepttible antes d de que él con nsiguiera deccir "Dijiste que Elena te habló." H el nom mbre. Su caraa estaba ten nsa.

"Sí." Ella manejó u una sonrisa p para él. "Yo ttenía este su ueño, Stefan n, el sueño ees muy ño " extrañ

Le con ntó sobre el sueño, y lo q que despuéss había pasado. Tomó un n tiempo con nsiderable.

Stefan n escuchó atento y, sus o ojos verdes sse iluminabaan cada vez q que mencionó a Elena.

Cuand do habló sob bre el fin de lla fiesta de C Caroline y có ómo habían encontrado el cuerpo de Sue en n el traspatio o, su cara paalideció, pero o él no dijo n nada.

"La po olicía vino y d dijo que estaaba muerta, pero eso yaa lo sabíamos", Bonnie h había termin nado. "Tomaaron a Vickiee. Pobre Vickkie simplemeente estaba delirante. N No nos permittieron hablaar con ella, y su madre cu uelga si llam mamos. Algun nas personas incluso están diciendo que Vickie lo h hizo, que es d demente. Peero ellos no creerán quee Elena habló ó con no osotros, y tampoco nadaa de lo que n nos dijo."

"Y lo q que ella dijo era ”él,” " M Meredith inteerrumpió. "V Varios tiemp pos. Es un ho ombre; alguien con mucho poder psíq quico”.

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"Y era un hombre el que agarró mi mano en el vestíbulo", dijo Bo onnie. También hablo a Stefan n sobre su so ospecha de TTyler, pero M Meredith señ ñaló que Tyler no encajó ó el resto dee la desccripción.

uien Elena lees estaba Él no ttenía ni la inteligencia nii el poder pssíquico para ser sobre qu advirtiiendo .

"Qué h hay sobre Caaroline? " prreguntó Steffan. Ella ¿pud do ver algo?? " "Estab ba afuera en el frente", d dijo Mereditth. "Ella enco ontró la puerta y consigu uió salir mientras nosotross nos quedam mos. Oyó loss gritos, pero o estaba asu ustada para regresar a laa onrados, no la culpo." casa. YY para ser ho

"Así qu ue realmentte nadie vio lo que pasó excepto Vicckie".

"No. YY Vickie no habla." Bonnie retomó laa historia en donde la haabía dejado.

"Una vvez que com mprendimos que nadie nos creería, rrecordamos el mensaje d de Elena sobre el hechizo d de invocación n. Nos figuraamos que deebes de habeer sido tu a q quién quiso convocar, porque pensó que p podrías ayud darnos. Y… ¿¿puedes? "

o", dijo Stefan. Se levantó ó y caminó u un poco de d distancia, miientras "Puedo intentarlo volteaaba a verlos. Estaba de p pie en silenciio por un ratto, no se mo ovió. Por fin rretrocedió yy miró aa Bonnie a lo os ojos. "Bon nnie", dijo, trranquilo perro intenso, "en tus sueño os realmente ves a EElena cara a cara. Si entrras en una catalepsia ¿crees que podrías hacerlo o de nuevo?? "

ue vio en suss ojos. El verrde esmerald da ardía en ssu Bonniee estaba un poco asustaada por lo qu cara p pálida. De rep pente era co omo si pudieera ver detráás de la másccara de man ndo que él tenía. Debajo era tanto dolor, tanto anhelo, mucha in ntensidad qu ue apenas po odría mirarlo.

"Quizáá yo pueda, … pero Stefaan‐‐"

"Enton nces lo haremos. Ahora mismo. Y veeríamos en ccaso de que puedas tomarme contiggo." Esos ojos estaban m magnetizando o, no con cualquier podeer oculto, peero con la pura laa fuerza de ssu voluntad.. Bonnie quisso hacerlo p porque queríía hacer algo o para él. Pero la mem moria de ese e último sueño era demaasiada. Ella n no podría en nfrentar ese horror de nuevo o; no podía.

"Stefan, es demassiado peligro oso. Yo podríía estar abriéndome a algo y estoy aasustada. Si osa consigue entrar a mi mente, no ssé lo que podría pasar. N No puedo, Sttefan. Por esa co favor. Incluso con una tabla de Cuija, estáá invitándolo o simplemen nte a venir."

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Por un n momento pensó que éél iba a inten ntar hacerlo. Su boca se apretó en un na línea obstin nada, y sus ojos ardieron n aun más luminosos. Peero entoncess, lentamentte, el fuego sse alejó d de ellos.

urró ella.

Bonniee sentía unaa lágrima en el corazón. "Stefan, lo siento", susu

hacerlo soloss, dijo él. La máscara reggresaba, perro su sonrisaa parecía tiessa, "Tendremos que h como si lo hiriera. Entonces habló más vivvamente. "Primero tenemos que encontrar al asesin no, y qué es llo que quiere aquí. Todo os sabemos aahora que algo malo ha venido a Fell’s C Church de nuevo."

"Pero ¿por qué? " preguntó Bonnie. "¿Por qué algo m malo sólo passó y escogió aquí? ¿No heemos tenido o bastante? "

"Parecce un pedazo o de coincidencia extrañ ña ", dijo cóm micamente M Meredith. "¿¿Por qué somoss bendecidoss con esta singularidad?? "

"No ess ninguna co oincidencia",, dijo Stefan. Se levantó y alzó sus m manos insegu uro, sin sabeer cómo empezar. “H Hay algunos lugares en eesta tierra que son…difeerentes", dijo o él.

"Están n llenos de energía psíqu uica, positivaa o negativa,, buena o maala. Algunoss de ellos siempre han sido así, como el Triángulo de la Bermud das, la Llanurra de Salisbu ury, y el lugaar dóndee construyeron a Stoneh henge. Otross se han vuellto así, sobree todo donde mucha sangree se ha vertid do." Miraba a Bonnie.

uietos", susu urró ella.

Los "espíritus inqu

No hubo aqu uí una batallaa? " "Sí. ¿N

mo la iglesia en el cemen nterio se estropeó. Era "En la Guerra Civill”, dijo Matt. "Así es cóm matanza en ambos lados.. Nadie ganó ó, pero casi ttodos los quee lucharon m murieron. Lo os una m bosques están llen nos de sus tu umbas."

"Y la tierra se emp papó con san ngre. Un lugar así dibujaa lo sobrenattural. Atrae el mal a él.

Por esso Katherine se sentía attraída a Fell’s Church en primer lugaar. Yo lo senttía también, cuando vine aquí por primera vez".

"Y aho ora algo máss ha venido",, dijo Mered dith absolutaamente seriaa por primerra vez.

"Pero o ¿cómo se supone que lo combatireemos?”

"Primeero tenemoss que saber con lo que eestamos luch hando. Piensso… “Pero an ntes de que él pudierra terminar, había un crujido y la pálida luz del ssol se posó een las polvorrientas pacas de hen no. La puerta del granerro se había aabierto.

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Liisa Jane Smiith

Todos nos tensam mos defensivamente, preeparados a saltar, correrr o pelear. Laa figura tocó ó con el codo la pue erta grande, sin embargo o, era algo amenazador..

La Señ ñora Flowerss dueña de laa pensión les sonrió, suss pequeños o ojos negros cristalinos resaltaaron entre laas arrugas. LLlevaba una bandeja.

o a los chicoss, podría gusstarles algo q que beber m mientras estáán hablando o", "Penséé que, como dijo ella cómodam mente.

Todos intercambiaamos miradaas desconceertadas. ¿Cóm mo sabía que estábamos aquí? ¿Y cómo podía estar tan tranquilla sobre ello?

"Aquí les va", conttinuó la Seño ora Flowers.. "Éste es el jugo de uva,, hecho por mí y de las de Concordiaa”. Puso unaa taza de pap pel al lado dee Meredith, luego de Maatt, y de uvas d Bonniee.

"Y aqu uí están algunas galletas de jengibree fresco." Sosstuvo el platto alrededorr. Bonnie nottó que no o ofreció juggo ni galletass a Stefan o Damon.

"Usted d dos puede en venir al só ótano si les ggusta y quierren probar eel agasaje dee mi zarza", les dijo ella, con lo qu ue Bonnie juraría que estaba pestañeando.

Stefan n tomó una rrespiración p profunda y ccauta. "Uh, m miraremos, SSeñora Flow wers… "

ómo lo dejó. Nadie ha estado a allí d desde que see fue. Puedee "Y su ccuarto viejo está justo có usarlo o cuando quiera; no está cerrado."

Stefan n no tenía muchas palabras. "Bien lee agradezco. Muchas graacias. Pero ‐‐ "

"Si esttá angustiado de que le diré algo a aalguien, pued de estar tran nquilo. No tiendo a soltarm me de la bocca. Nunca, n nunca lo haríía. ¿Cómo essta ese jugo de uva? "‐ p preguntó a Bonniee de repente e.

Bonniee tomó un trrago apresuradamente. "Bueno", dijo, y era verrdad.

"Cuando terminen n, tiren las taazas en la baasura. Me gu ustan las cossas guardadaas y ordenadas." Lanzaaron una mirrada a la Señ ñora Flowerss, mientras aagitando su cabeza y suspirando salía del granero. ""Tan confun ndida. Una m muchacha bo onita”. Miró agudamentee a Stefaan con los ojjos como cuentas de ónix.

“Much hacho, tiene es trabajo para este tiem mpo", dijo ella, mientras todavía, agittaba su cabezaa.

"¡Bien n! " dijo Bonn nie, mientras miraba fijaamente y aso ombrada. To odos los dem más sólo mirabaan cada uno o a otro inexpresivamentte.

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Liisa Jane Smiith

“Muchacha bonitta, pero ¿cuáál? " dijo porr fin Mereditth. ¿Sue o Ellena? “Elenaa había estad do una seemana en esste mismo ggranero el últtimo inviern no, pero no sse suponía que la Señoraa Flowers pudiera saaber sobre eeso. ¿Le dijisste algo sobrre nosotros?? " Meredith preguntó a Damon.

ni una palabrra." Damon parecía diveertido. "Es un na señora vieeja. Está chaalada."

"No, n

"Es m más afilada q que cualquiera de nosotrros", dijo Maatt. "Cuando o recuerdo lo os días en qu ue vigilam mos alrededo or de su sótaano….¿pienssan que sabíía que nosottros la estábamos mirand do? "

"No séé qué pensarr", dijo Stefaan despacio. "Simplemente me alegro que parecce ser que está de nuestro lado. Y nos daa un lugar seeguro para quedarse."

"Y el ju ugo de la uva, no olvidess eso." Mattt sonrió abieertamente a Stefan. "¿Qu uieres un poco?” Le ofreció la taza resquebrajada.

uedes tomarr tu jugo de u uva y " Stefaan casi estab ba sonriendo o. Por un insstante Bonniie "Sí, pu los vio o de la misma manera qu ue eran, antes de que Elena murieraa. Amistososs, cálidos, cómod dos, como cu uando ella yy Meredith eestaban juntaas. Una punzzada pasó po or ella.

Pero EElena no estáá muerta, peensó. Ella esttá más preseente que cuaando estabaa viva. Está dirigieendo todo, nosotros solo o decimos y hacemos.

Stefan n se había se erenado de n nuevo. "Cuan ndo la Señorra Flowers entró, estabaa a punto de decir q que empezaríamos bien. Pienso quee debemos eempezar con n Vickie."

no nos verá", Meredith ccontestó al in nstante. "Su us padres esttán manteniendo lejos aa "Ella n todos.."

"Enton nces tendrem mos que dessviar a sus padres", dijo Stefan. "¿Esstas con noso otros, Damon?”

"¿Una visita a otraa muchacha bonita? no me extraña."

Bonniee se volvió aa Stefan en aalarma, pero o la tranquilizzó cuando laa guió hacia fuera del granerro y le dijo: ""Volverá bieen. Lo estaré vigilando."

Bonniee esperó.

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Liisa Jane Smiith

Capítu ulo Seis

La casa de Vickie e estaba en la esquina, y eellos se acerccaron desdee la calle tran nsversal. porr ahora el cielo estaaba lleno de pesadas nub bes purpuraas. la luz teniia una calidaad casi submaarina.

"Parecce que va a aasaltar" dijo Matt.

Damon. Ni a el ni a Stefaan les gustab ba la luz brilllante. Y ella Bonniee le hechó un vistazo a D podia sentir el pod der emanando de el, com mo un tintin neo bajo justto debajo dee la superficie omo es que n nieva en junio?" de su piel. el sonriio sin mirarlaa y dijo "¿Co

Bonniee contuvo un temblor.

Ella haabia estado m mirando el ccamino de D Damon un paar de veces een el granero o y lo había encontrado escuchando la hisstoria con un n aire de sep parada indifeerencia. A diferencia de Stefan n, su expresió ón no había cambiado een lo más levve cuando ellla menciono o a Elena –o cuando ella hablo sobre la mu uerte de Suee. ¿Qué sentíía el realmen nte por Elen na? El había llamad do una tormenta de nievve una vez yy la había abaandonado ahí para conggelarse ¿Quéé sentía el ahora? ¿Aun sse preocupaaba por cogeer al asesino??

“Ese ees el dormito orio de Vickiee” dijo Mereedith “La ven ntana saledizza de atrás”

Stefan n miro a Dam mon. “¿Cuántas personas hay en la ccasa?”

“Dos. Un hombre y una mujerr. La mujer eesta borracha”

Pobre señora Bennett, pensó Bonnie

“Necesito que ambos estén do ormidos”, dijo Stefan

onnie estabaa fascinada p por la oleadaa de poder p proveniente de Damon.

A pesaar de ella, Bo Sus haabilidades pssíquicas nunca habían sido lo suficieentemente fu uertes como o para sentirr Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Liisa Jane Smiith

su eseencia cruda aantes, pero aahora podía.. Ahora ella podía sentirrlo tan claram mente como o podía ver la luz vio oleta que se descolorabaa u oler la m madreselva fu uera de la veentana de Vickie.

ó. “Estan dorrmidos” Damon se encogió

n dio un ligerro toque al ccristal.

Stefan

No hubo respuestta, o al meno os ninguna q que Bonnie p pudiera ver. Pero Stefan y Damon see miraro on el uno al otro.

“ella eesta a la mitaad” Damon d dijo

o lo haré, ella me conocee” Dijo Stefaan. Puso las yyemas de su us dedos en la “Esta aasustada. Yo ventan na. “Vickie, e es Stefan Salvatore,” dijo. “Estoy aquí para ayud darte. Déjam me entrar.”

Su vozz era tranquiila, nada quee debería haaber oído al o otro lado deel cristal. Perro después d de un mo omento las ccortinas se reevolvieron y una cara ap pareció.

Bonniee jadeo ruidosamente.

El larggo pelo rubio o de Vickie estaba despeeinado y su p piel estaba b blanquecina. Había enorm mes anillos negros bajo ssus ojos. Sus ojos estaban fijos y vidrriosos. Sus laabios estabaan agrietaados y ásperros.

“Parecce poseída” Bonnie susu urró bajo, acobardada.

Stefan n solo dijo, “V Vickie, abre la ventana”

Mecán nicamente, ccomo una m muñeca, Vickie movió la m manivela de uno de los p paneles de la ventan na salediza, y Stefan dijo o “¿Puedo entrar?”

Los ojo os de miradaa ausenta dee Vickie barrrieron al restto del grupo o. Por un momento, Bonniee pensó que e Vickie no había reconocido a ningu uno de ellos, pero entonces ella parpad deo y dijo de espacio, “¿M Meredith… B Bonnie… Steffan? Volviero on. ¿Qué esttán haciendo o aquí?””

“Pregú úntame, Vickkie” la voz de Stefan eraa hipnótica.

“Stefan…” Hizo un na larga paussa y entoncees: “Entra.”

Ella see hizo atrás yy el puso unaa mano en eel alfeizar y salto. Matt lo o siguió y deespués Mered dith. Bonnie,, quien llevaba una minii, permaneciió fuera con Damon. Desseo haber Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Liisa Jane Smiith

llevado Jeans a la escuela ese dia, pero en ntonces no ssabia que ibaa a estar en una expedición.

“No deeberías estar aquí” Le diijo Vickie a SStefan, casi ccon calma. “El viene por mi. Te tend drá a ti tam mbién.”

dith puso un n brazo alred dedor de ellaa. Stefan solo o dijo “¿Quiéén?”

Mered

“El. Viene en mis ssueños. El m mató a Sue.” El tono norm mal de Vickiee era más esscalofriante de lo q que cualquie er historia po odría ser.

“Vickiee, venimos aa ayudarte,” dijo Merediith gentilmeente. “Todo eestará bien aahora. No dejareemos que el te lastime, lo prometo.””

Vickie se balanceo o para mirarla fijamente. Miro a Meredith de arriba abajo co omo si de pronto o se hubiera convertivo en algo increíble. Enton nces comenzzó a reírse.

Era ho orrible, una e explosión ronca de alegrría como unaa tos de entaalladura. Continuo hsta que Bo onnie quiso cubrir sus oíídos. Finalm mente, Stefan n dijo, “Vickie, basta.”

La risaa murió en algo parecido o a sollozos, y cuando Vickie levanto o su cabeza d de nuevo, su u miradaa era menoss vidriosa, peero mas trasstornada. “To odos van a m morir, Stefan n,” dijo ella, sacudiiendo su cab beza. “Nadiee puede peleear contra él y sobrevivirr.”

para poder eenfrentarlo. Necesitamo os tu ayuda” dijo Stefan.

“Necesitamos saber sobre el p “Dimee como se ve e”

“No pu uedo verlo e en mis sueño os. El es solo o una sombra sin rostro.” Susurró Vickie, con suss hombros encorvad dos.

“Pero lo viste en laa casa de Caaroline,” Steffan dijo insisstente. “Vickkie, escúcham me,” añadió ó nte. “Se que estas asustaada, pero esto es cuando la muchaccha se girabaa bruscamen importante, mas importante d de lo que pu uedes comprrender. No p podemos pellear contra eel mos contra q que nos estaamos enfren ntando, y tu eres la únicaa, la única a no seer que sepam ahora mismo que tiene la info ormación que necesitam mos. Tienes q que ayudarnos.”

La vozz de Stefam e era inflexiblee. “Tengo un na manera d de ayudarte aa recordar,” dijo. “¿Me dejaraas intentarlo?”

Los segundos avan nzaron lentaamente, ento onces Vickiee dio un largo o y burbujeaante suspiro, ó. “Haz lo qu ue quieras,” dijo ella indiferente. “No me importa. No haré su cueerpo se curvó ningun na diferenciaa.”

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Liisa Jane Smiith

“Eres una chica vaaliente. Ahorra mírame, V Vickie. Quierro que te relajes, solo mirame y relájatte. La voz de e Stefan se dejó caer com mo un murm mullo arrullad dor. Esto con ntinúo durantte unos minutos, y luego o los ojos dee Vickie se ceerraron.

n la guio hastta sentarla een la cama. EEl se sentó ju unto a ella, m mirando su “Siénttate.” Stefan rostro.

“Vickiee, te sientes calmada y rrelajada aho ora. Nada de lo que recuerdes te dañ ñara.” Dijo, ssu voz calmante. “Ah hora, necesitto que vuelvvas al sábado o en la nochee. Tu estas aarriba, en la habitaación princip pal de la casaa de Carolinee. Sue Carson está contiggo, y alguien n mas.

Necesito que veass‐“

“¡NO!”” Vickie se to orció hacia d delante y atrrás como si intentara esccapar de alggo. “¡No! No puedo o‐“

“Vickiee, cálmate. EEl no te haráá daño. No p puede verte, pero tu pueedes verlo. EEscúchame.”

Como Stefan hablo, los quejid dos de Vickiee se calmaro on, pero todaavía golpeab ba y se retorccía.

“Necesitas verlo, V Vickie. Ayúdanos a peleaar contra el. ¿Cómo lucee?”

“¡Lucee como el diaablo!”

Fue caasi un grito. Meredith see sentó al otrro lado de Vickie y tomo o su mano. Ella miro por la ventan na hacia Bon nnie, que miro atrás haccia el amplio mirado y see encogió ligeeramente.

Bonniee no tenia id dea de lo quee estaba hab blando Vickie.

“Dimee mas.” Dijo Stefan unifo ormemente.

La bocca de Vickie se torció. Laas aletas de ssu nariz llam mearon como o si estuvieraa oliendo alggo horrib ble. Cuando h habló, pronu unció cada p palabra separadamente, como si la h hicieran enferm mar.

“El viste… un viejo o impermeab ble, se agita alrededor d de sus piernaas en inviern no. El hace el golpe de viento. Su pelo es rubio, casi blanco. Se elevva por todas partes desde su cabeza.

Sus ojo os son tan azules, azuless eléctricos.”” Vickie lamiio sus labioss y trago, luciendo asqueada. “El azul es el color de la muertee.”

uenos retum mbaron y rasgaron el ciello. Damon eecho rápidam mente un vistazo hacia Los tru arriba, luego fruncció el ceño ccon los ojos eestrechos.

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Liisa Jane Smiith

“El es alto, y risueño. El me alccanza, riend do. Pero Sue grita ‘No, no o’ e intenta alejarme. Assi que la toma a ella. La ventanaa esta rota y el balcón essta justo ahí.. Sue esta llo orando ‘No, por favvor’ y luego veo‐ lo veo lanzarla…” la respiración de Vickie sse trababa, ssu voz tenia una no ota histéricaa.

“Oh, p por favor, no o‐ ¡Sue! ¡Suee! ¡Sue!”

“Vickiee, quedate cconmigo, esccucha. Solo n necesito unaa cosa. Mirame. Dime si el lleva una joya azul‐“

Pero V Vickie sacudiia su cabeza hacia delan nte y atrás, con sollozos q que se hacíaan mas histériicos cada seggundo. “¡No o! ¡No! ¡Soy la siguiente!! ¡Soy la sigu uiente!”

pente, sus ojjos saltaron abiertos cuaando ella sallió del trancee sola, ahogaando y De rep jadean ndo. Entonce es su cabezaa callo alredeedor (¿?)

Sobre la pared, un n cuadro rep piqueteaba.

ogido por el por el espejo enmarcado por bambú, luego porr botellas de perfume y Fue co lápicess de labios sobre el aparrador debajo o. Con un so onido como d de palomitass de maíz, pendieentes comen nzaron a revventarse de u un árbol de pendiente. LLa agitación se hizo fuerrte y más fuerte. Un ssombrero dee paja cayó d de un gancho o. Las fotos se regaban d debajo del espejo o. Cintas y CD Ds rociados de un estante estaban een el piso co omo juego a las cartas siendo o repartido.

Mered dith estaba aa sus pies y eentonces esttaba Matt, ccon los puños apretador.

“¡Hagaan que se de etenga! ¡Haggan que se d detenga!” grito Vickie deesordenadam mente.

Pero n no se detuvo o. Matt y Meeredith mirarron como alrededor nueevos objetoss se unian al baile.

Todo llo móvil tem mblaba. Era ccomo si el cu uarto estuvieera en un terrremoto.

“¡Bastta! ¡Basta!” cchillaba Vickkie, con sus m manos tapan ndo sus oído os.

Directamente enccima de la caasa los truenos explotaro on.

Bonniee salto violentamente cu uando vio el zigzag del rrelámpago crruzar el cielo o.

Instinttivamente ella agarro alggo para colggar. Con el reelámpago llaameo un carttel sobre la pared de Vickie qu ue se rasgo een diagonal como si fuera acuchillad do por un cu uchillo fantassma. Bonnie ahogó un grrito y se agarró más fuerrte.

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Entonces, como sii alguien hub biera chasqu ueado un intterruptor, to odo el ruido paró.

Seguiaa siendo la habitación dee Vickie. La ffranja sobre la lámpara d de cabecera influida ligeram mente. El cartel se habíaa enroscado en dos pedaazos irregulaares, cima e inferior.

Despacio, Vickie b bajó sus man nos de sus oíídos.

Matt yy Meredith m miraron alrededor

Bonniee cerró sus o ojos y murm muró algo com mo un rezo. No fue hastta que los ab brió que comprrendió que e ella había esttado colgando. Era la freescura flexib ble de una ch haqueta de cuero.. Era el brazo o de Damon.

No se había alejad do de ella. No se movió aahora. Se incclino hacia d delante ligeramente, con n os estrechos, mirando laa habitación atentamentte. los ojo

“Mira el espejo” d dijo el.

Sobre la superficie e de cristal d del espejo dee bambú doss palabras esstaban garab bateadas con el lápiz de labios d de coral calieente de Vickie.

Buenaas noches, am mor.

“Oh, D Dios” susurró ó Bonnie.

n dio vuelta aal espejo haccia Vickie. Había algo differente en eel, Bonnie peensó‐ el Stefan estabaa relajado, p pero equilibrado, como u un soldado q que obtiene la confirmacción para un na batallaa. Era como si él hubieraa aceptado u un desafío peersonal de aalguna clase..

mó algo de su u bolsillo trasero y lo dessdobló, reveelando las prrimaveras dee una planta Él tom con ho ojas largas verdes y florees diminutass de lila.

“Esto ees vervain, vvervain frescco” él dijo sillenciosamen nte, su voz in ntensa aun. “Lo recogí fuera d de Florenciaa, florece allíí ahora” el to omo la mano o de Vickie yy presionó en paquete ahí. “Q Quiero que ttomes esto yy lo guardes.. Pon un pocco en cada habitación dee la casa, y si puedees pon pedazzos en la rop pa de tus pad dres, así ello os siempre lo o tendrán ceerca. Mientraas tengass esto contiggo, el no pod drá entrar a tu mente. El puede asusstarte Vickiee, pero no puedee hacer que h hagas nada ccomo abrirlee la ventana o la puerta.. Y escucha V Vickie, porque esto es im mportante.”

ba arrugada.. Stefan tom mo sus manos e hizo que lo mirara, Vickie temblaba, ssu cara estab ndo despacio o y claramen nte hablan

“Si esttoy en lo corrrecto Vickiee, el no pued de entrar a no ser que tu u lo dejes. Assi que habla con tu us padres. Diles que es im mportante q que no hableen con ningú ún extraño dentro de la Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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casa. D De hecho, pu uede que Daamon pongaa la sugerenccia en su mente ahora m mismo.” Él echó u un vistazo a Damon, quee se encogió ligeramentee y cabeceó,, mirando co omo si su atención estuvieraa en otra parte. Con timidez, el Bonn nie quitó su mano de su u chaqueta.

beza de Vickiie estaba incclinada haciaa el vervain.

La cab

ún modo” diijo ella suaveemente, con n terrible cerrteza.

“El enttrara de algú

“No. V Vickie, escuchame. Desde ahora, vam mos a vigilarr tu casa. Vamos a estar esperándolo o”

no importa” dijo Vickie. ““No pueden detenerlo”.. Ella comenzó a reír y llo orar al mism mo “Eso n tiempo o.

n. Miro a Meeredith y Matt, quien cab beceó. “Corrrecto. Desdee “Lo inttentaremos”” dijo Stefan este m momento, nu unca estarass sola. Siemp pre habrá un no o varios de nosotros ffuera vigilán ndote.”

Vickie solamente ssacudió su ccabeza en incclinación. Meredith dio un apretón a su brazo y o de pie cuan ndo Stefan inclinó su cabeza hacia laa ventana. estuvo

Cuand do ella y Mattt unido él allí, Stefan haabló a todos ellos en vozz baja. “No q quiero dejarla indefeensa, pero no o puedo queedarme ahorra mismo. Hay algo que tengo que h hacer, y necesiito a una de las chicas co onmigo, porr otro lado, tampoco quiero dejar so olas a Bonniee y Mered dith aquí, “ sse giró hacia Matt, “ Mattt, podrías…”

Todos lo miraron, asustados.

“Buen no, es la solución mas lóggica, ¿no es asi?” Damon n pareció divvertivo. “¿Deespues de todo, q que esperass que haga uno de ellos ccontra el de todos modo os?”

“Pueden llamarme e, puedo cheecar sus pen nsamientos d desde lejos” dijo Stefan, no dando aa una pu ulgada

“Buen no,” dijo Dam mon capricho osamente, “Puedo llamaarte también n, hermanito o, si estoy en n un pro oblema. Me estoy aburriendo con essta investigaación tuya dee todos mod dos. Yo tambiéén podría qu uedarme aquí como en ttodas partess”

“Vickiee necesita se er protegidaa, no abusada.” Dijo Steffan.

nrisa de Dam mon era encaantadora. “¿Ella?” Él cab beceó hacia lla muchachaa que se sento La son en la ccama, mecié éndose sobree el vervain.

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Del peelo despeinado a los piess desnudos, Vickie no fo ormaba un bonito cuadro o. “Toma mii palabrra, hermano, puedo hacerlo mejor q que eso”. Po or un instante Bonnie pensó que eso os ojos oscuros chasq quearon de reojo hacia ella. “Siemp pre estas diciiendo cuanto o te gustaríaa confiar en mi, de ccualquier maanera” Damon añadió “A Aquí esta tu oportunidad de probarlo”

n lo miro com mo si quisierra confiar, co omo si lo ten ntaran. Tamb bién lo miro sospechoso o.

Stefan Damon no dijo nada, simplem mente rio en burla, enigm mático. Práctticamente pidiendo ser desconfiado de él,, pensó Bonnie.

Los do os hermanoss estuvieron mirándose eel uno al otrro mientras eel silencio y la tensión see extend dia entre ello os. Solo ento onces Bonnie pudo ver lla semejanzaa familiar en n sus caras, uno seerio e intensso, el otro su uave y apenaas con burla,, pero ambos inhumanamente hermo osos.

Stefan n dejo salir despacio su rrespiración, “Bien,” él dijo silenciosaamente por ffin. Bonnie, Matt yy Meredith lo miraban fiijamente, peero el no parreció notarlo o. Le habló aa Daimon como si fueran lass únicas perssonas en la h habitación. ““Quedate aq quí, fuera de la casa donde no serras visto, volveré a asum mir cuando teermine lo qu ue voy a haceer”

Las cejjas de Meredith estaban n en su cabeeza, pero no hizo comentario. Ni tam mpoco lo hizo o Matt. Bonnie trato o de reprimiir sus propio os sentimienttos de inquietud. Stefan n debe saberr lo quee hace, se dijo a si mismaa. De cualquier manera, el mejor.

n con desdén.

“No tee tomes muccho tiempo”, dijo Damon

Y asi fu ue como ello os lo dejaron n. Con Damo on a la somb bra de la oscuridad de lo os árboles dee nuez n negros en el patio traserro de Vickie, y Vickie en su habitació ón, meciéndo ose sin parar.

En el aauto, Meredith dijo, “Ah hora hacia do onde?”

“Necesito probar una teoría” dijo Stefan b brevemente.

es un vampiro?” dijo Maatt desde atrrás, donde eestaba sentado con “¿Quéé el asesino e Bonniee. Stefan le h hecho un brusco vistazo o “Si”

“Por eeso le dijiste a Vickie quee no invitara a nadie a en ntrar” añadió Meredith,, para no serr excedida en el dep partamento del razonam miento. Los V Vampiros, reecordó Bonn nie, no podíaan entrarr a lugares donde los hum manos vivian a no ser qu ue fueran invitados. “Y ees por eso que preguntaste si el hombre llevvaba una piedra azul”

“Un am muleto contra la luz del dia” Dijo Steefan, extend diendo su maano derechaa. En el terceer dedo h había un jue ego de plata de toque co on el lapislázzuli. “Sin uno o de estos, laa exposición directaa al sol nos m mataria. Si eel asesino es un vampiro o, lleva una p piedra como esta encimaa.”

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Liisa Jane Smiith

Como por instinto o, Stefan toco o brevemen nte algo bajo o su camisetaa. Después d de un momeento Bonnie comprendió ó que debía ser.

El anillo de Elena. Stefan se lo o había dado o en primer lugar, y desp pués de que ella murió éél bía tomado p para llevarlo en una cadeena alrededo or de su cueello. De modo que una lo hab parte de ella estuvviera con él siempre, había dicho.

Cuand do Bonnie miro a Matt ju unto a ella, vvio que sus o ojos estaban n cerrados.

“¿Cóm mo podemoss decir que ees un vampirro?” Mereditth pregunto..

“Solo puedo pensaar en una manera, y no es agradablee, pero es co onseguido para ser hecho o”

El coraazón de Bonnie se hundió. Si Stefan pensaba qu ue no era mu uy agradablee, estaba seguraa ella iba a e encontrarlo aaún menos aagradable.

“¿Quéé es?” dijo ella sin entusiiasmo.

“Necesito echarle un vistazo aal cuerpo de Sue”

Hubo silencio sepu ulcral.

Incluso o Meredith, que normallmente estab ba imperturbable, lo miraba horroriizado. Matt se había girado lejoss, apoyando su frente co ontra el cristtal de ventan na.

“Debees estar brom meando” dijo o Bonnie.

uisiera” “Ya qu

“Pero por Dios, Stefan, no pod demos, no n nos dejaran. es decir ¿Qu ué vamos a d decir? ‘discullpeme mienttras examino o este cuerp po en busca de agujeros’’?”

“Bonn nie, ya basta..” Dijo Mereedith.

“No pu uedo ayudarr con eso” Bonnie se reccupero. “Es u una idea horrrible. Adem más, la policíaa ya revviso su cuerp po. No había una señal so obre ella exccepto los cortes que ellaa obtuvo en la caída””

“La po olicía no sabe e que buscar” dijo Stefan. Su voz sonaba acerad da. Haber oíd do esto trajo o algo de casa a Bon nnie, algo qu ue ella tendio a olvidar. SStefan era uno de ellos. Uno de los cazado ores. Él habíía visto gente muerta an ntes. Él aún p podría haberr matado un nos.

Él beb be la sangre, ella pensó, yy se estremeeció Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Liisa Jane Smiith

“Buen no” dijo Stefaan. “¿Estan cconmigo?”

Bonniee trato de haacerse mas p pequeña en el asiento d de atrás. Las manos de M Meredith estabaan apretadass sobre el vo olante. Fue M Matt quien h habló, volvieendo a la ven ntana.

una inspección del cuerp po de siete aa diez en la ccasa de pompas fúnebrees” añadió “Hay u Mered dith, en voz baja

“Enton nces tendrem mos que esp perar hasta d después de lla inspección n. Después d de que cierreen la casaa de pompass fúnebres, ccuando podaamos estar ssolos con ellaa” dijo Stefaan.

“Esta ees la cosa más espantosa que alguna vez he ten nido que hacer” susurró Bonnie desgraaciadamente e. La capilla de entierro era oscura yy fría. Stefan había saltad do las cerrad duras sobre lla puerta extterior con un n pedazo deelgado de meetal flexible.

el cuarto de inspección estabaa densamente alfombrado, con sus paredes cub biertas de do un lugar d deprimente aun con las luces panelees de roble ssombríos. Essto habría sid encendidas. En la oscuridad pareció cerraado y sofocante y de todas formas grotesco. Luccia como si alguien pu udiera agach harse detráss de cada unaa de muchass disposicion nes de flor permaanentes.

“No qu uiero estar aaquí” gimió B Bonnie.

ntre dientes. “¿Solaamente vamos a terminaarlo, bien?” Dijo Matt en

Cuand do él rompió ó la linterna, Bonnie miró ó a todas partes por don nde señalabaa. Ella no queriaa ver el ataúd d, no queria. Ella miró fiijamente en las flores, en un corazón hecho de rosas rrosadas. Fue era, los truen nos se quejaaron como un animal durmiente.

“Dejam me hacerse este abierto o aquí” decíaa Stefan con rencor en su u voz, miro aa Bonnie.

La arqueta era blaanca, rayada con el satén n pálido rosaado. El pelo rubio de Suee brilló contra ello co omo el pelo de una princcesa durmiente en un cu uento de had das. Pero Su ue no lucia como si ella durmiera. Ella esttaba demasiado pálida, d demasiado ttodavía.

Bonniee se arrastró ó más cerca, sus ojos fijo os en la cara de Sue.

Es porr eso que estto es tan frío o aquí, ella se dijo lealmeente. Imped dir a la cera d derretirse.

Esto ayudó un pocco.

Stefan n se agachó p para tocar laa blusa con ccuello alto ro osada de Suee. Él deshizo o el botón superiior.

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Liisa Jane Smiith

“Por D Dios” Bonnie e susurró, ulttrajada

“¿Paraa que crees q que estamoss aquí?” Steffan silbó bajjo. Pero sus dedos hicierron una paussa sobre el segundo botón. nte un minuto y entoncees tomo su d decisión. “Quitate de ahí” dijo, y Bonniee miro duran cuando Stefan no se movio inmediatamen nte, le dio un n empujon. Meredith see preparo cerca de Bonnie y ellos formaron una falaange entre Sue y los mucchachos. Suss ojos encontrados entendiendo. Si ellos en reallidad quitaraan la blusa, los tipos salían.

Bonniee deshizo loss pequeños botones mieentras Mereedith sosteniia la luz. La p piel de Sue se sentía tan ceroso como se veíía, fresca con ntra sus yem mas del dedo o.

Torpemente, ella dobló la blusa atrás paraa revelar un resbalón blanco de enccaje. Entoncees do. El pelo eera tieso con el rocío. empujjo el pelo brillante de orro de Sue del cuello pálid

“No” d dijo Stefan d de manera exxtraña. “Perro hay algo m más. Mire essto” Con cuid dado, él fue alredeedor del Bon nnie para ind dicar un corte, pálido y eexangüe com mo la piel alreededor de ello, p pero visible ccomo una lín nea débil quee corria de laa clavícula al pecho. Sob bre el corazó ón.

El dedo largo de Stefan remon ntó el aire en ncima de ello y Bonnie sse puso rígid da, lista para golpeaarle la mano o lejos si él to ocaba.

“¿Quéé es esto?” p pregunto Meeredith perpleja

“Un m misterios” dijo Stefan. Su voz todavíaa sonaba imp par. “So yo vviera una señ ñal asi en un n vampiro, pensaríaa que el vampiro daba saangre a un humano. Asi es como se hace. Los Dientees humanos no pueden perforar nueestra piel, assi que nos co ortamos si queremos compaartir la sangrre. Pero Sue no era un vampiro.”

uro que no lo o era!” dijo Bonnie. Ellaa trató de recchazar la imagen que su u mente “¡Segu queriaa mostrarle, de Elena que se dobla sobre un cortte así sobre el pecho de Stefan y chupando, bebien ndo...

Se estremeció y ce erro los ojoss. “¿Necesitaas ver algo m mas?” dijo ab briéndolos.

“No, eeso es todo”

Bonniee abrocho lo os botones yy arreglo el p pelo de Sue. Entonces, M Mientras Meredith y Stefan n aliviaba la ttapa de la arrqueta se eccha atrás, ella anduvo rápidamente d del cuarto de inspeccción a la puerta exterior. Ella estuvo o de pie allí, las armas see abrigaron alrededor de ella.

Una m mano toco su u codo ligeraamente. Era Matt

“Eres mas resisten nte de lo quee pareces” d dijo Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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“Si, bu ueno…” trató ó de encogerse. Y luego de pronto eella lloraba, lloraba con ffuerza.

Mate puesto sus b brazos alrededor de ella

do estará bien’ solo ‘Lo “Lo se” el dijo. Sollo eso. No diijo ‘No lloress’ o ‘Tranquilízate’ o ‘Tod se’. Su u voz sonabaa desolada.

“Ellos pusieron lacca en su cabello” sollozo o ella. “Sue n nunca usaba laca para ell cabello, es horrib ble” De algún n modo, en eeste mismo momento, eesto parecía lo peor de todo

El simplemente la sostuvo.

o el Bonnie rrecobro el aliento. Se dio o cuenta de que ella abrrazaba a Mattt Al cabo de un rato uerte y aflojó sus brazoss. "Mojé toda tu camisetta, " dijo ellaa excusándose, sorbiend do. muy fu

“No im mporta” dijo el

Algo d de su voz la h hizo distanciarse y mirarrlo. observo el modo en que él veia eel aparcaamiento del instituto. Taan perdido, ttan ... desesperado

“Matt ¿Qué es?” ssusurro ella “Por favor”

“No esstoy seguro”” Bonnie no estaba segu ura de querer saberlo. Erra demasiado atemo orizante. Perro la abrumo o un impulso o de consolarlo, limpiar llo que perdió la mirada de sus ojo os. " Matt, yyo‐ "

“Hemo os terminado” dijo Stefaan detrás dee ellos

oz su miradaa perdida parreció intensiificarse. “A vveces pienso o Como Matt miraba hacia la vo odos hemos terminado” dijo Matt, aalejando a Bo onnie, pero él no explicó ó lo que él que to quiso decir. "Vamos."

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Capítu ulo Siete

Stefan n se acercó aa la esquinaa de la casa a regañadieentes, casi aasustado de lo que podría encontrar. Él casii esperaba q que Damon h hubiera abandonado su puesto porr ahora. Hab bía sido un idiota por recurrir a Damon en priimer lugar.

Pero ccuando llegó ó al patio trasero, había u un brillo de movimiento o entre los neegros nogalees.

Sus ojos, más agu udos que loss de un hum mano ya quee se habían aadoptado paara la caza, se dieron n cuenta de la sombra m más oscura reecortada con ntra un tronco.

‐ “Te ttomaste tu tiempo para regresar”.

‐ “Tuve que asegu urarme que los demás lleegasen a salvvo a casa. Y tuve que co omer”.

‐ “Sangre de anim mal”, dijo Dam mon con dessdén, sus ojo os fijos en una pequeñaa mancha en n la camiseeta de Stefan. “Conejo, hueles a eso o. Parece ap propiado de alguna man nera, no?”.

‐ “Dam mon, le he daado verbenaa a Bonnie y Meredith taambien”.

‐ “Unaa precaución n sabia”, dijo o Damon clarramente, y m mostró sus d dientes.

miento de irritación i su urgió en Steefan. Por qué Damon tenía que ser s Un familiar sentim on él era com mo caminar eentre minas terrestres. siempre tan difícil? Hablar co

‐ “Me voy ahora”, continuó Daamon, balan nceando unaa chaqueta ssobre su hom mbro.

‐ “Ten ngo negocios propios que cuidar”. Mostró un na sonrisa devastadora d por sobre su hombro. “No me esperes desspierto”.

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‐ “Dam mon”. Dam mon se med dio‐volvió, no n miró perro escuchab ba. “La última cosa que necesiitamos es un na chica en este pueblo o gritando ¡V Vampiro!”, d dijo Stefan. “O mostrando los signos, tampocco. Esta gen nte ha pasad do por eso an ntes, no son ignorantes””.

‐ “Mantendré eso o en mente””. Fue dich ho irónicameente, pero era e lo más cercano c a una promeesa que Stefan había loggrado de su h hermano en toda su vidaa.

Damon?" ‐ "Y, D

‐ “Aho ora qué?”

‐ “Gracias”.

Fue demasiado. Damon se lanzó hacia él, sus ojoss fríos y despectivos, lo os ojos de un ño. extrañ

o esperes nada n de mii, pequeño hermano”, dijo peligrrosamente. “Porque te ‐ “No equivo ocarás cada vez. Y no o pienses que q puedes manipularm me, tampocco. Esos trres human nos puede q que te sigan, pero yo no.. Estoy aquí por mis pro opias razoness”.

bía ido ante es que Stefaan pudiera pensar p en una u respuestta. No hab bría importado Se hab tampo oco. Damon n nunca escu uchaba nada de lo que éél decía. Dam mon ni siquiera lo llamaba por su u nombre. Era siempre eel desdeñoso o “pequeño hermano”.

e había ido a demostrar cuán poco cconfiable eraa, pensó Steffan.

Y ahorra Damon se

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Maravvilloso. Él haría h algo paarticularmen nte vicioso sólo s para mostrarle a Stefan S que era e capaz de hacerlo. No tenía ssentido. No podía manttener su cab beza en el rompecabezaas.

Estabaa cansado, solitario s y necesitaba n desesperadamente algo de consuelo. Y la cruda verdad d era que no o habría consuelo.

Elena, pensó, me mentiste.

Era la única cosa en que ellaa había insistido, la ún nica cosa qu ue ella siempre prometió.

“Pase lo que pase e Stefan, estaré contigo o. Dime que me crees””, Y él habíía respondid do, mparado en ssu hechizo, ““Oh Elena, lo o creo. Pasee lo que pasee, estaremoss juntos”. desam

Pero eella le había dejado. Quiizás no por eelección, perro qué impo ortaba eso al final?.

Ella le había dejad do y se habíaa ido lejos.

Habían n momentoss en que tod do lo que él q quería era seeguirla.

Piensaa en otra cossa, otra cosaa, se dijo a sí mismo, perro era muy taarde.

Una vez v desatadas, las imágenes de Elena E revolo oteaban a su s alrededo or, demasiado doloro osas de sopo ortar, demassiado hermosas de negar.

La prim mera vez qu ue la había b besado. El choque de du ulce vértigo cuando su b boca enconttró la suyaa. Y despué és de eso, choque tras choque, perro a niveles más profun ndos. Como o si ella hu ubiera llegad do al centro de él, un núcleo que cassi había olvid dado.

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Asustaado, sintió que sus defensas se desvanecíaan. Todos sus secreetos, toda su resisteencia, todoss los trucos que había usado u para mantener a a la gente a un palmo de distancia. Elena h había pasado o por encimaa de todo eso, exponiendo su vulnerrabilidad.

Exponiendo su alm ma.

f enconttró que eraa lo que esttaba buscan ndo. Queríía que Elena lo viera sin s Y al final, Sí. defenssas, sin murallas. Queería que ellaa lo conocieera por lo que era. Terrorífico?

T Cuand do ella hab bía descubieerto su seccreto al fin,, cuando ella e lo habíía encontrado alimen ntándose de e ese pájaro,, se había en ncogido de vergüenza. Él estaba seeguro que eella se darría media vu uelta con horror al ver laa sangre en su boca . C Con asco. P Pero cuando él miro een sus ojos e esa noche, éll vió compreensión. Perd dón. Amor.

El amo or de ella lo había sanad do.

él supo que n nunca podríían estar sep parados.

Y ahí ffue cuando é

Otros recuerdos surgieron y SStefan los reccibió celebraandolo, aunq que el dolorr lo desgarraba os. como garras. Sensaciones. Laa sensación de Elena contra su cuerrpo, flexible en sus brazo mo un ala de mariposa. La curva dee sus labios, el El rocee de su pelo en su mejilla, ligero com sabor de estos. Laa noche imposiblementee azul de suss ojos.

Pero Bonnie B había llegado a Elena. El espíritu e de Elena, E su alm ma, aún estaaba en alguna parte cercana. El debería ser capaz de co onvocarla. TTenía el poder a su alcan nce. Y él ten nía más derecho que nadie a busccarla.

Él sabíía como se h hacía. Cierraa tus ojos. Imagina a la persona quee quieres tener cerca. EEra fácil. Él podía verr a Elena, seentirla, olerlaa. Ahora llaamala. Deja que anhelo se introduzzca en el vacío. v Abre ete a ti mism mo y deja que se sientaa tu necesidad. Aún fáccil. A él no le Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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preocu upaba nadaa el peligro.. Él reunió ó todos sus anhelos, to odo su dolo or y los lan nzó buscan ndo como una oración.

Y sintió…nada.

Sólo el vacío y su p propia soled dad. Sólo sileencio.

Sus po oderes no erran los mism mos de Bonnie. No podíaa alcanzar laa única cosa que amaba,, la única cosa que le importaba.

Nuncaa se había se entido tan so olo en su vida.

‐ “¿Qu ué quieres qu ué?”, dijo Bo onnie.

‐ “Algú ún tipo de recuerdos r so obre la histo oria de Fell’’s Church. Particularme P ente sobre los l fundad dores”, dijo Stefan. Esstaban todos sentados en el auto de Meredith, que estaba estacio onado a unaa distancia d discreta atráás de la casaa de Vickie. Era el atardecer del d día siguien nte y habían n recién regrresado del fu uneral de Sue, todos menos Stefan.

‐ “Esto o tiene algo que ver con n Sue, no ess cierto?” Lo os ojos oscu uros de Mereedith, siemp pre tan intteligentes, m medían a Steefan. “Piensaas que has d descubierto eel misterio”..

‐ “Posiblemente”, admitió él. Había pasaado el día peensando. Había puesto el dolor de la nochee anterior atrrás, y una veez más estab ba en contro ol. Aunque n no podía alccanzar a Elen na, podía justificar laa fe de ellaa en él –él podía hacer lo que ella quería. Y había una didad en el trabajo, en n la concen ntración. En n mantenerr las emocio ones alejadaas. comod Añadió ó: “Tengo una idea acerrca de lo qu ue pudo hab ber pasado, p pero es una corazonadaa y no quiiero hablar h hasta estar sseguro”.

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‐ “¿Po or qué?”, demandó Bonnie. Qué co ontraste con n Meredith, pensó Stefan. Un cabello tan rojo como el ffuego y un eespíritu que le hace jueggo. Ese deelicado rostro en forma de ón y su traslúcida piel eeran engañossos, pensó. Bonnie era inteligente yy con recurssos corazó –aunq que estaba re ecién comen nzando a desscubrirlos en n ella mismaa.

do, una perssona inocente puede reesultar herid da. Miren, en ‐ “Porrque si estoyy equivocad este p punto es sólo o una idea. Pero promeeto que si en ncuentro algguna evidenccia esta noche que la respalde, le es contaré to odo”.

‐ “Pueedes hablar ccon la Sra. G Grimesby”, su ugirió Mered dith. “Es la bibliotecariaa del pueblo o, y conoce mucho sob bre los fundadores de Feell’s Church””.

‐ “O esstá Honoria””, dijo Bonnie. “O sea, eella fue una d de las fundadoras”.

Stefan n la miró. “Pensé quee Honoria Fell había deejado de co omunicarse contigo”, dijo cuidad dosamente.

n estaba sorp prendido. A A él no le gusstaba totalm mente la ideaa del diario de Elena en n la Stefan pantallla. Pero loss registros d de Honoria p podían ser eexactamentee lo que estaaba buscand do.

Honorria no había sido sólo un na mujer sab bia, había estado bien veersada en lo o supernaturral.

Una bruja.

‐ “La b biblioteca ya debe estar cerrada, creeo”, dijo Merredith.

‐ “Eso o es aún me ejor”, dijo Sttefan. “Nad die sabrá qu ué informaciión nos inteeresa. Dos de nosotrros podemo os ir ahí y entrar, y los otros dos pueden p queedarse aquí. Meredith, si vieness conmigo…””

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‐ “Mee gustaría quedarme, sino te impo orta”, dijo ella. e “Estoyy cansada”, añadió com mo explicaación, viend do su expressión. “Y de esta maneraa puedo lleggar antes a ccasa. Por qué no van n tú y Matt yy me quedo aquí con Bonnie?”.

Stefan n aún estabaa mirandola. “Ok”, dijo o lentamente. “Bien. Si S Matt estáá de acuerdo o”.

Matt sse encogió d de hombross. “Entoncess estamos liistos. Nos ttomará un p par de horass o más. Ustedes quedense q en el auto con las pu uertas cerraadas. Debeerían estar lo us sospechas, no habrían ataques p por suficieentemente sseguras así”.. Si él tenía razón en su unos ccuantos díass al menos. Bonnie y Meeeredith deb berían estar seguras. Peero él no pod día imagin narse qué haabía detrás d de la sugestiión de Mereedith. No un n simple cansancio, estaba seguro o.

‐ “A to odo esto, ¿dó ónde está Damon?” preguntó Bonnie cuando éll y Matt estaaban por irsee.

Stefan n sintió tianttes los múscculos de su estomago. “No lo sé”. Había estaado esperando que allguien pregu untara eso. No había visto a su heermano desd de la noche anterior, y no tenía iidea de lo qu ue Damon pudiera estarr haciendo.

n cualquier momento”, dijo, y cerró ó la puerta aal decir Merredith: “Eso es ‐ “Se aaparecerá en lo quee me preocupa”. Él y Matt caminaron a la biblio oteca en sileencio, manteeniéndose en las sombras, bordeando las áreeas con luz. No podían n permitirsee el lujo de ser vistos. Stefan habíía vuelto paara ayudar al pueblo de Fell’s Ch hurch, pero estaba segguro que Fell’s Church no quería esa e ayuda. Era un exttraño de nueevo, un intru uso aquí. Podían dañarlo o si lo atrapaaban.

brir, un mecanismo simp ple. Y los diarios estaban El cerrrojo de la biblioteca eraa fácil de ab dondee Bonnie hab bía dicho quee estarían.

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Stefan n forzó sus m manos a alejarse de los d diarios de Ellena. Dentro estaba el registro de llos último os días de Ele ena, en sus p propias palabras. Si com menzaba a pensar sobre eso ahora… …

Se con ncentró en e el libro con ttapas de cueero que estaaba al lado. La tinta desvanecida en las am marillentas hojas h era difícil de leeer, pero lueego de algunos minuto os sus ojos se acostu umbraron a la densa e in ntrincada esccritura con eelaborada flo oritura.

Era la historia de Honoria Felll y su cónyu uge, quieness con los Sm mallwoods y algunas otrras familiaas habían ve enido a estee lugar cuan ndo aún eraa un desierto o virgen. No N sólo habíían enfren ntado los pe eligros del aislamiento a y el hambre, sino tam mbién de la vida silvesttre nativa. Honoria ccontaba la h historia de su batalla po or sobrevivirr simple y cllaramente, ssin sentim mentalismos. Con una p picazón en laa nuca, leyó ó la entrada cuidadosam mente. Al fin nal se ech hó para atráss y cerró los ojos.

Estabaa en lo corre ecto. No haabía más du uda en su m mente. Y eso o significabaa que también estabaa en lo cierrto sobre lo o que pasab ba ahora en n Fell’s Churrch. Por un n instante, un brillan nte malestarr lo inundó, y una ira que lo hizo desear d rasgaar y romper y dañar alggo.

Sue. Linda Sue, quien q había sido amiga de Elena, había h muertto…por eso. Un ritual de sangree, una obsce ena iniciación n. Lo hizo deesear matarr.

Pero entonces laa rabia dessapareció, reemplazadaa por una fuerte f deteerminación de do y poner laas cosas en o orden. deteneer lo que esttaba pasand

Te lo p prometo, su usurró a Elen na en su pro opia mente. Lo detendrré como seaa. No imporrta qué.

Miró aalrededor paara encontraar a Matt obsservándolo.

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El diarrio de Elena estaba en laas manos dee Matt. Justo entonces los ojos de M Matt se vieron tan azul oscuro co omo los de EElena. Demaasiado oscurros, llenos de confusión y dolor y algo como amargura.

‐ “Lo eencontraste””, dijo Matt. “Y es malo””.

‐ “Sí”.

‐ “Deb be serlo”. M Matt puso el d diario de Eleena de vueltaa en su lugar. Había un sonido casi de satisfaacción en su voz. Como alguien que ha probado o un punto.

‐ “Pod dría haberte ahorrado el problema d de venir aquí”. Matt obsservó la oscura bibliotecca, moned das tintineaaban en su bolsillo. Un U observador casual podría p pensaar que estaba relajad do, pero su voz lo traicionaba. Eraa un novato en tensión.. “Sólo pien nsa en la peeor cosa im maginable y esa es siempre la verdaad”, dijo.

‐ “Maatt…” Una repentina preocupació p ón atenazó a Stefan. Había estad do demasiado preocu upado desde e que regresó a Fell’s C Church como o para mirarr apropiadam mente a Maatt.

Ahora se daba cuenta c quee había sido o imperdon nablemente estúpido. Algo estaba ón acumulad da justo bajo o la terribllemente mal. El cuerpo de Matt esttaba rígido ccon la tensió superfficie. Y Stefaan podía sen ntir la angusttia, la desesp peración en su mente.

uilamente. Se levantó yy cruzó hacia el otro mu uchacho. “¿¿Es ‐ “Mattt…qué es?””, dijo tranqu algo que yo hice?””.

‐ “Esto oy bien”.

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‐ “Estás temblando”. Era verdad. v Fin nos temblorres recorrían n a través de los tenssos múscu ulos.

‐ “Dijee que estoy bien!” Matt se alejó de d él, sus hombros enccorvados defensivamentte.

“Adem más, ¿qué podías p haberr hecho parra molestarm me? Ademáás de tomarr a mi chicaa y hacer que la mataaran?”.

Esta puñalada p eraa diferente, fue en algu una parte cerca c del corazón de Sttefan y enttró directaamente. Co omo la hoja que lo había matado hacía tanto tiiempo. Trattó de respiraar, no con nfiando en sí mismo parra hablar.

‐ “Es vverdad” Ste efan esperó un momentto y luego añ ñadió, “pero o no es todo o el problem ma, cierto??”.

Matt n no respondió. Miraba eel suelo, em mpujando alggo invisible ccon un lado de su zapatto.

Justo ccuando Stefaan estaba a punto de rendirse, hizo una pregunta.

‐ “Cóm mo es realme ente el mund do?”.

‐ “Cóm mo es…qué?””

‐ “El m mundo. Hass visto un mo ontón de mundo, Stefan. Has andaado por 4 o 5 siglos enttre nosotrros, cierto? Así que quéé tal es? Mee refiero, es básicamente el tipo de lugar que vaale la pena salvar o ess esencialmeente un mon ntón de basu ura?”.

Stefan n cerró sus o ojos. “Oh”.

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‐ “Y qu ué hay con la gente, eh h Stefan? Laa raza humaana. Somos la enfermeedad o sólo un síntom ma? Me refie ero, tomas aa alguien co omo Elena”. La voz de M Matt tembló ó brevementte, pero ccontinuó. “Elena murió ó para manttener el pueeblo a salvo para chicas como Sue. Y ahora Sue está muerta. Y to m odo está passando nuevaamente. Nu unca acaba. No podem mos ganar.. Así que, ¿q qué te dice eeso?”.

‐ "Mattt."

‐ “Lo q que realmen nte estoy prreguntando es, ¿cuál es el punto? Hay algún cchiste cósmiico que no n estoy en ntendiendo? O todo el e asunto es sólo un gran g y feno omenal erro or?

Entien ndes qué esttoy tratando de decir aquí?”.

‐ “Entiiendo Matt” Stefan se ssentó y pasó sus manos a través de ssu cabello. ““Si te callas un minuto, trataré de e respondertte”.

Matt aarrastró unaa silla y se seentó. “Genial. Lanza tu u mejor golp pe”. Sus ojos eran duross y desafiantes, pero bajo eso Steefan vio la heerida que see estaba enco onando ahí.

‐ “He vvisto muchaa maldad, Matt, más lo q que puedes imaginar”, d dijo Stefan. “Incluso la he vivido. Siempre será s una parte de mi, no n importa cuánto c pelee. A veces pienso que la raza humana com mpleta es maalvada, much ho más que mi raza. Y aa veces pien nso que amb bas razas sson malvadaas así que no o importa qu ué pase con el resto. Cu uando excavvas un poco, te das cu uenta que no n llegas a saber más de lo que tú t sabes. No N puedo deecirte si tiene sentido o si las co osas van a estar e bien”. Stefan mirró directameente a los ojos o de Mattt y habló deliberadam mente. “Perro tengo otraa pregunta p para ti”.

Matt lo miró, “y qué?”

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‐ “Sip. Y que?” Ste efan se inclin nó hacia delaante. “Así que, ¿qué vas a hacer Maatt Honeycu utt, si cadaa cosa mala que has diccho es verdad? Qué vass a hacer perrsonalmentee? Vas a dejjar de luchar y nadar con los tiburones?”.

Matt sse agarró a la parte traseera de su sillla. “¿De quéé estás hablaando?”.

e lo sabees. Damon dice eso tod do el tiemp po. Puedes unirte al lado ‐ “Pueedes hacer eso, malvado, el lado gganador. Y n nadie puedee realmente culparte, po orque si el u universo es aasí, por qu ué no puedes unirtele?”.

‐ “Y un n infierno!” e explotó Mattt. Sus ojos azules se veeían inmenso os y casi se ccaía de su silla.

“Esa ees quizás la fforma de haacerlo de Daamon! Pero o no porquee no tenga eesperanza vaa a significcar que hayy que parar de pelear. Aún si sé que no hay esperanza, e a tengo que aún tratar.. Tengo que e intentarlo, maldición!”.

nrió ligeramente. Fue una sonrisa cansada, peero ‐ “Lo ssé”. Stefan sse echó hacia atrás y son mostraba lo de accuerdo que estaba con Matt. Y en un momentto vio por laa cara de Maatt que esste entendíaa. “Lo sé po orque me sieento igual”, ccontinuó Steefan. “No haay excusa paara rendirrse sólo porq que pareciera que vamo os a perder. Debemos intentarlo p porque la ottra elecció ón es rendirse”.

‐ “No eestoy listo p para rendirm me a nada”, d dijo Matt a ttravés de suss dientes. Se veía como o si hubierra encontrad do una salidaa a su incend dio interior. “Jamás”, dijo.

más es un tiempo largo”, dijo Stefan.. “Pero paraa lo que sirvva, lo intentaaré ‐ “Sip, bueno, jam pero lo inten ntaré”. siempre. No sé si es posible, p

que alguien puede haceer”, dijo Mattt. Lentamente se levan ntó de la sillaa y ‐ “Eso es todo lo q se end derezó. La tensión se haabía ido de ssus músculo os, y sus ojoss eran tan cllaros como llos Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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record daba Stefan. “Ok”, dijo lentamente. “Si encon ntraste lo que vinimos a buscar, majjor regressemos con laas chicas”.

Hubo un cambio e en los pensaamientos dee Stefan. “M Matt, si estoyy en lo correecto acerca de lo quee está pasando, las chicaas van a estaar bien por un tiempo. Pero adelán ntate y asum me la guaardia por ellaas. Mientrass estoy aquíí hay algo que me gustaría revisar sobre un tipo llamad do Gervase o of Tilbury, qu ue vivió a co omienzos dee 1200”.

‐ “Inclluso antes de d tu tiemp po, eh?”, dijo Matt, y Stefan S le ofrreció el fanttasma de una sonrisa. Se quedaaron paradoss por un momentyo, mirrándose uno o a otro.

‐ “Bien n. Supongo o que te verré donde Vicckie”. Mattt se dirigió a a la puerta y luego dud dó.

Abrup ptamente, se e dio vuelta ccon la mano o en el pomo o. “Stefan, m me alegra que regresarass”.

Stefan n lo escuchó. “Me alegraa escuchar eeso”, fue tod do lo que dijo, pero dentro de sí sinttió una oleada de calo or que se lleevó el apuñalante dolor.

Y algo de la soledaad, también..

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Capítu ulo Ocho

Desdee donde Bon nnie y Mered dith estaban n sentadas een el auto, sólo podían vver la ventana de Vickie. Hubieraa sido mejorr estar más ccerca, pero eentonces algguien las pod dría descubrrir.

Mered dith sirvió la última tazaa de café del termo y see lo bebió. Luego bosttezó. Se sinttió culpab ble y miró a Bonnie.

para dormir de noche también?”. ‐ “Estáás teniendo problemas p

‐ “Sí. N No puedo im maginarme p por qué”, dijo Meredith.

‐ “¿Creees que los cchicos están teniendo una pequeña charla?”.

Mered dith le dio u un vistazo ráápido, obviamente sorprendida, lueego sonrió. Bonnie se d dio cuentaa que Mere edith no esperaba que ella lo cap ptara. “Eso o espero”, dijo d Mereditth.

“Podríía ayudar a M Matt”.

Bonniee asintió y se s relajó en n su asiento. El auto de Meredith nunca se había h visto tan cómod do antes.

Cuand do miró a Me eredith de nuevo, la chicca de cabello o oscuro estaba durmien ndo.

endo. Bonnie miró los rrestos de caffé de su tazaa e hizo una mueca. No se Oh, geenial. Estupe atrevió ó a relajarse e de nuevo; si ambas see quedaban dormidas seería desastro oso. Clavó ssus uñas een la palma d de su mano y se quedó m mirando la iluminada veentana de Vickie.

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Cuand do empezó aa ver borroso o y doble, su upo que algo o tenía que h hacer.

Aire frresco. Eso aayudaría. Sin preocupaarse de ser m muy silencio osa, le sacó el seguro a la puertaa del auto y tomó la maanilla. La pu uerta hizo un sonido dee apertura, p pero Meredith siguió durmiendo profundo.

ente cansada, pensó Bo onnie, saliend do. Cerró laa puerta máss gentilmentte, Debe estar realme encerrrando a Merredith adenttro. Sólo en ese momen nto se dio cu uenta que no o había sacado la llavee.

Oh bieen, despertaaría a Mered dith para vo olver a entraar. Mientraas tanto iría a chequearr a Vickie. Vickie probablementee estaría despierta aún.

El cielo estaba nublado, pero la noche erra cálida. Detrás de la ccasa de Vickkie los oscurros nogalees se percib bían débilmeente. Grillo os cantaban,, pero sus monótonos m chirridos só ólo parecíían ser parte e del gran silencio.

El arom ma de la maadreselva llenó las fosas nasales de Bonnie. Tam mborileó en la ventana de Vickie ligeramentte con la uñaa, espiando aa través de las cortinas.

ma se veía u un montón d de mantas co on una deso ordenada maata No hubo respuestta. En la cam bellos castañ ños asomand do en la partte superior. Vickie estab ba dormida ttambién. de cab

Como Bonnie se q quedó parad da ahí, el sileencio pareció ó oprimirse aa su alreded dor. Los grilllos y los árbolees apenas see notaban. Y aún así fue como si ella estuvieera ya no cantaban, y ndose a escu uchar algo qu ue ella sabía que estaba ahí. forzán

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Ninguno de sus se entidos ordinarios le dijjeron eso. P Pero su sextto sentido, eel que enviaba escalo ofríos hacia sus brazoss y hielo hacia h su columna vertebral , el que se hab bía despertado hacía poco a la presencia del Poder, ese se lo dijo. d Había….algo…cercca.

Algo…espiandola.

Se volteó lentame ente, con miiedo de haceer algún son nido. Si no h hacía ningún n ruido, quizzás lo quee fuese que h había ahí no la atrapara.. Quizás ni ssiquiera la no otara.

El silen ncio se habíía vuelto mo ortalmente aamenazante. Zumbaba en sus oído os con el ritm mo de su propia sangre. Y no podía evitar imaginarse qué podrría salir corrriendo de ese e silenciio en cualquier minuto.

medas, penssó, mirando a la oscuridad del patio o. Negro sob bre Algo con manos caalientes, húm o que ella po odía ver. Caada forma p podía ser cuaalquier cosa, y gris, negro sobre negro era lo m calieentes, húmeedas y brazzos todas las sombraas parecían moverse. Algo con manos suficieentemente fuertes para aplastarla.

El quieebre de una ramita explo otó a través de ella com mo un arma d de fuego.

Ella fijó su mirada adelante, ojjos y oídos ttensionados.. Pero habíaa sólo oscuridad y silencio.

dedos tocaro on la parte ttrasera de su u cuello.

Unos d

Bonniee giró de nuevo, casi cayyendo, casi d desmayándo ose. Estaba demasiado asustada paara gritar. Cuando vió v quien erra, la sacudida le quitó ó todos sus sentidos y sus múscullos colapssaron. Ella hubiera terrminado heccha un guiñ ñapo en el suelo si él no la hubieera agarraado y sostenido firmemeente.

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‐ “Lucees asustada””, dijo Damo on suavemen nte.

Bonniee sacudió su u cabeza. No o tenía voz ttodavía. Pensó que aún n podía desm mayarse. Peero trató d de recomponerse.

brazo, pero ttampoco la ssoltó. Y luch har iba a haccer tanto bieen como trattar Él no aapretó su ab de quebrar una pared p de lad drillos con laas manos vaacías. Se rin ndió y trató ó de calmar su respiraación.

‐ “¿Tieenes miedo de mi?” dijo o Damon. SSonrió repro obadoramen nte, como si compartierran un seccreto. “No tienes por qu ué”.

¿Cómo o Elena habíía logrado h hacer frente a esta situaación? Pero o Elena no lo o había hech ho, por su upuesto, Bonnie se dio cuenta. Eleena había sucumbido a a Damon al final. Damon había ganado a su u manera.

Él solttó uno de los brazos de Bonnie paraa trazar, muy delicadam mente, la currva de su lab bio superiior. “Supongo que debeería retirarm me”, dijo Dam mon, “y no asustarte más. ¿Es eso lo que qu uieres?”.

Como o una serpiente con un cconejo, penssó Bonnie. Así es como o se siente el conejo. Só ólo que no o creo que m me mate. D Debería morir a mi maneera, pensó. Sintió como o si sus piern nas se fueeran a derre etir en cualq quier momen nto, como si s fuera a co olapsar. Sen ntía un calorr y temblo or dentro de e ella.

na no le gusttaría, pensó,, justo cuand do los labioss de Damon tocaron los suyos. Sí, eeso A Elen era. P Pero el prob blema era qu ue no tenía la fuerza paara decirlo. La calidez ffue creciend do, por to odas las parttes de su cu uerpo, desdee las puntass de sus ded dos hasta la planta de ssus pies.

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Los labios de Damon eran fríos, f como seda, pero todo lo deemás era cáálido. Ella no odía dejarse ir y flotar en n esto. Dulzu ura pasó a trravés de ellaa… necesiitaba estar aasustada, po

‐ “¿Qu ué diablos esstá pasando??”.

La vozz quebró el ssilencio, queebró el hech hizo. Bonnie comenzó a encontrarsee a ella mism ma capaz de volver su u cabeza. M Matt estaba p parado en el borde del jaardín, sus pu uños cerrado os, sus ojo os como astillas de huelo azul. Hielo o tan frío qu uema.

‐ “Alejate de ella”,, dijo Matt.

Para ssorpresa de Bonnie, la ssujeción sob bre sus brazo os cesó. Retrocedió, accomodando su blusa, recuperand do el aliento.. Su mente ttrabajaba dee nuevo.

‐ “Estáá bien”, dijo Bonnie a Maatt, su voz casi normal. “Sólo estaba…”

‐ “Reggresa al auto y quédate aallí”.

Esperaa un minutto, pensó Bonnie. Estaaba agradeccida de que Matt hubieera llegado, la interru upción habíaa sido conveenientementte a tiempo. Pero se lee estaba passando la mano con lo de la proteccción tipo heermano mayyor.

‐ “Miraa, Matt…”

‐ “And da”, dijo, aún n mirando fijjamente a D Damon.

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Mered dith no dejaaría que le ordenasen o d esa manera. Y Elen de na tampoco,, ciertamentte.

Bonniee abrió su bo oca para deccirle a Matt que se fueraa a sentar él mismo al au uto, cuando se dio cuenta de algo o.

Era la primera vezz en meses q que ella veíaa a Matt preeocuparse reealmente po or algo. La lluz estabaa de vuelta en esos ojo os azules, esa rabia fríaa que hasta hacía retro oceder a Tyler Smallw wood. Matt estaba vivo o ahora, y lleno de energgía. Era él mismo nuevam mente.

us labios. Po or un momeento luchó ccon su orgullo. Luego llo conquistó ó y Bonniee mordió su bajó sus ojos.

‐ “Gracias por resccatarme”, m murmuró, y d dejó el jardín n.

Matt eestaba tan e enojado quee no se atrevvió a moversse más cerca de Damon n por el tem mor que esste pudiera golpearlo. Y la fría osccuridad en lo os ojos de D Damon le dijo que eso no sería u una muy bue ena idea.

o por la sangre no es só ólo Pero la voz de Damon fue suave, casi desapasionadaa. “Mi gusto pricho, ya lo sabes. Es una necesidad que estés interfiriendo. Sólo hago o lo que tengo un cap que haacer”.

Desdeeñosamente Matt dijo, “¿por qué no o te metes co on alguien de tu tamaño o, entonces??”.

omo tú?”.

Damon sontió y ell aire se volvvió más frío. “Alguien co

Matt sólo s se le quedó q miran ndo. Podía sentir aprettarse los mú úsculos de su s mandíbula.

Despu ués de un mo omento dijo, “Puedes tratar”.

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‐ “Pueedo hacer máás que tratar, Matt”. Daamon dio un n solo paso h hacia él com mo una panteera acechaante. Involu untariamentte Matt pen nsó en los feelinos de la jungla, en sus s poderossos saltos y afilados d dientes. Pen nsó cómo se había visto Tyler en el refugio Quo onset el últim mo año. C Carne roja. SSólo carne roja y sangree.

uál era el nombre de esee profesor de historia?”, decía Dam mon sedosam mente. Se veeía ‐ “¿Cu divertido ahora, disfrutandolo o. “Sr. Tanneer, no? Hicee más que tratar con él”.

‐ “Eress un asesino”.

Damon asintió, ni siquiera ofendido, com mo si se vinieeran conociendo. “Por supuesto, m me apuñaaló. No estaba planeand do drenarlo hasta dejarlo seco, pero o me molesttó y cambié de opinió ón. Ahora TÚ Ú me estás m molestando, Matt”.

Matt ttenía las rod dillas juntas para evitar echarse a ccorrer. Era más que el acecho felin no, era más que esos sobrenaturales ojos neegros encimaa de él. Hab bía algo dentro de Damon usurraba terrror al cereb bro humano o. Una ameenaza que hablaba h directamente a la que su sangree de Matt, d diciendole qu ue corriera. Pero él no correría. Su u conversaciión con Steffan estabaa borrosa en n su mente ahora, pero sabía una ccosa de ella.. Incluso si moría aquí, él no corrrería.

‐ “No o seas estú úpido”, dijo Damon, como c si hu ubiera escucchado cadaa palabra del d pensamiento de M Matt. “Nuncca te han qu uitado sangrre por la fueerza, verdad d? Duele Maatt, duele un montón””.

Elena, recordó Matt. Aquellaa primera veez cuando ella e había to omado su saangre él hab bía estado o asustado, y el miedo h había sido su uficientemente malo. P Pero él lo haabía hecho p por propiaa voluntad. ¿Cómo seríaa cuando no era voluntario?.

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No corrreré. No m miraré hacia o otro lado.

Lo dijo o en voz alta, aún mirando fijamen nte a Damon n, “si me vaas a matar, mejor deja de hablarr y hazlo. Po orque quizáss me hagas m morir, pero ees todo lo qu ue me harás hacer”.

mon. Con do os pasos cruzó la distanccia ‐ “Eress aún más estúpido que mi hermano”, dijo Dam que lo o separaba d de Matt. Lo agarró por lla polera, un na mano en cada lado de su gargantta.

“Creo que tendré que enseñarte de la missma maneraa”.

_ dia oler su propio p mied do, pero no o se moveríaa. No pod día Todo se congeló. Matt pod moverrse ahora.

Los dientes de Daamon brillab ban de blan nco en la osscuridad. Affilados como cuchillos de tallar. Matt casi p podía sentir lla mordedurra como navvaja antes dee que lo tocaara.

No mee rendiré, pe ensó, y cerró ó sus ojos.

El emp pujón lo pilló fuera de b balance. Trropezó y cayyó hacia atráás, sus ojos bien abierto os.

Damon lo había de ejado ir y lo había empu ujado.

Sin exxpresión, eso os ojos negros lo mirab ban hacia abajo, dondee él estaba sentado en la tierra.

‐ “Trattaré de pon ner esto de manera quee lo entiend das”, dijo Daamon. “No quieras juggar conmiigo Matt. So oy más peliggroso de lo q que puedes imaginar. A Ahora vete d de aquí. Es mi turno de vigilar”.

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Silenciiosamente M Matt se levantó. Se frottó la polera d donde las m manos de Dam mon lo habíían agarraado. Y se fue e, pero no co orrió y no paarpadeó bajo o la mirada d de Damon.

Gané, pensó. Esto oy vivo aún, así que ganéé.

Y habíía una especcie de respetto en esos ojos negros. Le hizo pregguntarse a M Matt acerca de ciertass cosas. Reaalmente lo hizo.

Bonniee y Mered dith estaban n sentadas en el autto cuando regresó. Ambas A lucíían preocu upadas.

uviste fuera demasiado ttiempo”, dijo o Bonnie. “¿¿Estás bien?? ‐ “Estu

Matt deseaba qu ue la gente dejara de preguntarlee eso. “Estoy bien”, dijo, d y añadió: mente”. Lue ego de penssarlo un mo omento decidió que hab bía algo más que debería “realm decir. “Disculpa si te grité alláá, Bonnie”.

‐ “Estáá bien”, dijo o Bonnie fríaamente. Lueego, más cállidamente, eella añadió, “realmente te ves meejor, sabes? Más como tú mismo”.

u arrugada p polera nuevaamente, miraando alreded dor. “Bien, enredarse con ‐ “Ah ssi?” Frotó su vampiros es un gran ejercicio de calentam miento”.

‐ “¿Qu ué estaban h haciendo usttedes? Bajar las cabezas y embestirrse uno conttra otro desde lados o opuestos de el patio?”, prreguntó Merredith.

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‐ “Algo o como eso. Él dijo que iba a vigilar a Vickie aho ora”.

‐ ¿Creees que pode emos confiarr en él?”, dijo o Meredith sobriamentee.

Matt lo consideró ó. “Como un na cuestión de hecho, creo que sí. Es raro, perro no creo que vaya a a herirla. Y si el asesino viene, creeo que se vaa a llevar un na sorpresa.. Damon vaa a buscarr pelea. Pod dríamos volvver a la biblio oteca por Steefan”.

n no estaba vvisible fueraa de la biblio oteca, pero ccuando el au uto pasó por enfrente d dos Stefan o tres veces, se materializó dee la oscuridad. Llevaba u un grueso lib bro con él.

‐ “Vio olación de domicilio d y robo de lib bros de la biblioteca”, señaló Meeredith. “M Me pregunto qué obtienes por esso en estos d días”.

‐ ¿Quiere decir que q lo encontraste? Lo descubristee? Entoncess puedes co ontarnos tod do, como prometiste””, dijo Bonnie. “Vamos aa la pensión””.

Stefan n parecía alggo sorprend dido cuando escuchó qu ue Damon había h regresado y estaba vigilan ndo donde Vickie, V pero no hizo co omentarios. Matt no lee dijo exactamente cóm mo habían n sido las cosas con Dam mon y notó q que tampoco o lo hizo Bon nnie.

‐ “Esto oy casi segurro sobre lo q que pasa en Fell’s Church h. Y tengo laa mitad del rrompecabezzas resuelto, de todass maneras.”” Stefan dijo o una vez que estuviero on todos insstalados en su habitaación en el ático á de la pensión. p “P Pero hay sólo una forma de probarrlo, y sólo una forma de resolverr la otra mittad. Necesiito ayuda, pero p no es algo a que pid da a la ligeraa”.

Estabaa mirando a Bonnie y Meeredith mien ntras lo decíía.

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Se miraron una a a la otra, lueego a él. “Este “ tipo mató m a una de d nuestras amigas”, dijo Mered dith. “Y estáá volviendo loca a la otraa. Si necesitas nuestra aayuda, la tien nes”.

‐ “Lo q que sea”, añadió Bonnie.

nie no hubieera ‐ “Es aalgo peligrosso, cierto?” eexigió Matt. No se podíía resistir: ccomo si Bonn pasado por suficie entes cosas… …

‐ “Es p peligroso, si. Pero tambiién es la peleea de ellas, ttú sabes”.

‐ “Por supuesto qu ue lo es”, dijjo Bonnie.

Mered dith estaba o obviamente tratando dee reprimir un na sonrisa. FFinalmente sse dio vueltaa y sonrió ó. “Matt estáá de vuelta” dijo ella cuaando Stefan le preguntó ó cuál era el chiste.

‐ “Te eextrañamos”” añadió Bon nnie. Matt n no podía entender por q qué le estab ban sonriend do, y lo hizo sentirse ssonrojado e incómodo. Se fue a paarar al lado d de la ventana.

peligroso, no o las voy a en ngañar” dijo o Stefan a lass chicas. “Peero es la úniica manera. El ‐ “Es p asunto o completo es un poco o complicado o, y mejor comienzo c po or el princip pio. Debem mos remon ntarnos a la ffundación de Fell's Churrch..."

Habló durante mu ucho rato esaa noche.

Martees, junio 11, 0 07:00 A.M.

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Querid do Diario: No pu ude escribir la última noche n ya qu ue llegué a casa muy tarde. Mam má se molesstó nuevamente.

Ella haabría estado o histérica si s supiera qu ue estaba yo o haciendo realmente. Saliendo con vampiros y planeaando algo qu ue puede maatarme. Quee puede mattarnos a todos.

Stefan n tiene un plan para atrrapar al tipo o que asesin nó a Sue. M Me recuerda los planes de Elena, y eso es lo que me preocupa. Siem mpre sonabaan maravillo osamente, peero la mayoría de las veces fuero on mal.

En tod do caso, lo haremos lueggo de la grad duación. Esttamos todoss en ello, exxcepto Damo on, quien estará vigilaando a Vickiee. Es extrañ ño, pero todos confiamo os en él ahorra. Incluso yyo. otra noche, n no creo que deje que hieeran a Vickiee.

A pesaar de lo que me hizo la o No he tenido máss sueños sob bre Elena. Creo que si lo o hago, me vvoy a volver loca gritand do. de nuevo. N No puedo máás con eso.

O nunca dormiré d Mejor me vo oy. Esperem mos que paraa el domingo o el misterio o esté resuelto Pero ttodo bien. M y el assesino haya ssido atrapad do. Confío en Stefan.

Sólo espero record dar mi partee.

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Capítu ulo 9

‐…Y po or tanto, señ ñoras y caballeros, ¡les eentrego la claase del ’92!

Bonniie lanzó su ggorro al airee junto con el resto. “Lo o hicimos”, pensó. “Seaa lo que sea lo que pase esta noche, Mat, Meredith M y yo y nos hemo os graduado o.” Había habido veces en había dudado o seriamente. ese últtimo año esccolar en las que ella lo h

Considerando la muerte de SSue, Bonnie había esperrado que la ceremonia d de graduación fuera decaída o lúgubre. En vez de eso, había una clase de em moción frenéética. Como o si todo eel mundo celebrara estar vivo…antes de que fueera demasiad do tarde.

Aquelllo se convirrtió en un alboroto a mieentras los paadres iban hacia h delantte y la antigua clase del d Robert E. E Lee se divvidía en tod das direccion nes, gritando o y dando guerra. g Bonn nie recupeeró su gorro o y luego miró por el objjetivo de la ccámara de su madre.

uar con norm malidad, eso es lo importtante”, se diijo. Vislumbrró a la tía dee Elena, Juditth, “Actu y a Ro obert Maxwe ell, el homb bre que el que Tía Judith se había ccasado recieentemente, de pie en n la línea de banda. Rob bert tenía co ogida a la heermana pequeña de Eleena, Margaret, de la mano. Cuando la viero on, sonriero on valientem mente, pero o ella se sin ntió incómoda cuándo fueron en su dirección n.

o decir, seño ora Maxwell… no hacíaa falta, ‐ dijo o mientras Tía T ‐ Oh, señorita Gilbert…quiero Judith le entregab ba un pequeñ ño ramilletee de rosas rosas.

Tía Judith sonrió ccon lágrimass en los ojos.

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‐ Este habría sido un día muy especial para Elena,‐ diijo ‐. Quiero que sea esp pecial para tti y Mered dith también n.

‐ Oh, TTía Judith ‐. Sin pensarlo o, Bonnie rod deó con sus brazos a la mujer ‐. Lo siento tanto o ‐, susurrró ‐. Tú sabes cuánto.

os la añoram mos ‐, dijo Tía T Judith. Lu uego, se ech hó hacia atrrás, sonrió de d nuevo y los l ‐ Todo tres se fueron. Bonnie B pasó de verlos irse con un n nudo en la l garganta a ver la lo oca mucheedumbre celebrando.

Estaba Ray Hernáández, el chico que habíaa ido con ellla a Baile de inicio, invitaando a todo o el mundo o a una fiestta en su cassa esa nochee. Estaba el aamigo de Tyyler, Dick Carter, haciendo el idio ota como eraa usual. Tyleer sonreía deescaradamente mientraas su padre h hacía una fo oto tras ottra. Matt estaba escuch hando, con u una mirada inexpresiva, a algún ojeaador de fútb bol de la U Universidad James Mason. Mereditth estaba dee pie cerca, ssujetando un ramillete de rosas rrojas y miran ndo pensativva.

Vickiee no estaba allí. Sus paadres la maantuvieron en e casa, dicciendo que no estaba en estado o de salir. Caaroline no eestaba tampoco. Ella esttaba en el apartamento o en Heron. Su madree le había diccho a la mad dre de Bonnie que tenía la gripe, pero Bonnie saabía la verdaad.

Carolin ne estaba assustada.

“Y quizás está en lo correcto”, pensó Bonnie, yendo o hacia Mereedith. “Caroline puede sser la únicca de nosotrros que pasee de la próxim ma semana””.

Mirar normal, actuar normal. Alcanzó el ggrupo de Meeredith. Merredith estab ba envolviendo la borla roja y negra de su gorro alreded dor del ram millete, retorrciéndolo en ntre elegantees, nervio osos dedos.

Bonniie dio un visttazo alreded dor. Bien. Ese era el lugaar. Y ahora era el momen nto.

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‐ Ten ccuidado con eso; lo estro opearás ‐, dijo en voz altta.

m pensativa y meelancólica de d Meredith h no camb bió. Continu uaba mirando La mirada fijameente la borla, levantándo ola.

‐ No parece justo ‐, dijo – que nosotros co ojamos esto y Elena no. Está mal.

‐ Lo séé; es horrible e ‐, dijo Bonn nie. Pero maantuvo su to ono ligero ‐. Desearía que hubiera algo que pu udiéramos h hacer, pero n no podemoss.

‐ Todo o está mal ‐, continuó Meredith, como si no hubiera esscuchado ‐. Aquí estam mos nosotrros a la luz d del sol, gradu uándonos, y allí está ellaa bajo esa…p piedra.

‐ Lo séé, lo sé ‐, dijjo Bonnie en n tono calmado. – Mereedith, todo llo que estáss consiguiendo es disggustarte. ¿P Por qué no p piensas en aalgo más? M Mira, despuéés de salir a cenar con ttus padress, ¿quieres ir a la fiestta de Raymo ond? Incluso si no estaamos invitad das, podem mos colarn nos.

‐ ¡No! – Dijo Meredith con assustada veh hemencia ‐. No quiero irr a ninguna fiesta. ¿Cóm mo uedes ser tan n superficial? puedees pensar en eso, Bonniee? ¿Cómo pu

no, tenemos que hacer aalgo… ‐ Buen

‐ Te diré lo que yo o voy a haceer. Voy a subir al cemen nterio despu ués de cenarr. Voy a pon ner e la tumbaa de Elena. Ella es la única que lo merece ‐. Los nudilloss de Meredith esto en estabaan blancos m mientras sacudía la borlaa en su mano o.

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‐ Mereedith, no se eas idiota. No puedes su ubir allí, esp pecialmente de noche. Es una locura.

Matt d diría lo mism mo.

‐ Buen no, no le esto oy preguntando a Matt. No le estoyy preguntand do a nadie. V Voy a ir sola..

‐ No puedes. Dios,, Meredith, ssiempre pen nsé que teníaas algo de ceerebro…

‐ Y yo siempre pe ensé que tú tenías algo o de sensibilidad. Pero obviamente o no quieres ni orque quierees a su antigguo novio paara ti? pensar en Elena. ¿¿O es solo po

Bonniee la abofeteó.

Fue una u bofetada buena y fuerte, f llenaa de energíaa. Meredith aspiró brusscamente, una mano en su enroje ecida mejillaa. Todo el mundo alredeedor las miraaba fijamente. ‐ Esto o es para ti,, Bonnie McCollough ‐, ‐ dijo Mereedith tras un momento o, en una voz v mortalmente calm mada ‐. No quiere hablarr contigo nunca más ‐. SSe giró sobree sí misma y se alejó.

‐ ¡Nun nca sería dem masiado pronto para mí! – le gritó Bonnie retirándose.

Los ojos o la evitaaron apresuradamente cuando Bonnie miró a a su alrededor. Pero era e incuesstionable qu ue ella y Meredith M hab bían sido ell centro de atención durante d variios minutos. Bonnie sse mordió el interior dee su mejilla p para manten ner la cara sseria y caminó hacia Matt, quien había perdido al ojeado or.

mo estuvo? ‐ ¿Cóm Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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‐ Bien..

nsas que la b bofetada fuee demasiado o? No habíamos planead do eso realm mente; yo so olo ‐ ¿Pien me deejé llevar. Qu uizás fue dem masiado obvvio.

‐ Estuvvo muy bien n, excelente ‐. Matt miraaba absorto. No con esaa mirada apaagada, apátiica y entregada de loss últimos meeses, pero in nconfundibleemente absttraída.

mal con el plan? – dijo B Bonnie. ‐ ¿Quéé es? ¿Algo m

‐ No, n no. Escucha,, Bonnie, hee estado pen nsando. Tú eeres la que d descubrió el cuerpo de Sr. Tanneer en la Casa Encantada eel pasado Haalloween, ¿vverdad?

Bonniee se sobresaaltó. Dio un involuntario temblor de aversión.

‐ Buen no, fui la primera que supo s que esstaba muerto, realmentte muerto, en e vez de so olo interpretando su e escena. ¿Porr qué demon nios quieres hablar de eso ahora?

‐ Porq que quizás tú t puedes responder r a mi pregun a nta. ¿Pudo el Sr. Tanneer clavarle un cuchilllo a Damon??

‐¿Qué?

‐ Buen no, ¿pudo?

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‐ Yo…‐‐ Bonnie parrpadeó y frunció el ceño o. Luego se eencogió de h hombres.‐ Su upongo. Clarro.

Era un na escena de d un sacrifficio Druidaa, recuerda, y el cuchilllo que usamos era reeal.

Hablam mos de usarr uno falso, pero ya quee el Sr. Tann ner iba a esttar tumbado o justo al lad do, supusiimos que esstaría bastan nte seguro. En realidad…‐ el ceño de Bonnie se s frunció aún más.‐ Creo que cu uando encon ntré el cuerp po, el cuchillo estaba en n un sitio differente al que ncipio. Pero o en ese casso, algún niñ ño pudo mo overlo. Mattt, ¿por qué lo lo pussimos al prin preguntas?

‐ Sólo algo que Daamon me dijo ‐, dijo Mattt, mirando aal vacío de n nuevo. – Me preguntabaa si era veerdad.

‐ Oh. –– Bonnie esp peró a que d dijera más, p pero no lo hizo.‐ Bueno, ‐ dijo finalm mente, ‐ si todo está aclarado, ¿pu uedes volver a la Tierraa, por favor?? ¿Sólo para mostrar qu ue estás de mi parte y que no hay posibiliidad de que vayas estta noche a la tumba de Elena con Mered dith?

Matt resopló, perro la miradaa distraída desapareció d de sus ojo os. Por un breve b instantte, puso ssu brazo alre ededor de ella y apretó.

ó Meredith mientras estaba e de pie p en la pu uerta del cementerio. c “Déjà vu”, pensó El probleema era que e no podía reecordar exacctamente a cuál de sus experienciass previas en el cemen nterio le reco ordaba esa n noche. Habíaas sido tantaas.

En cierto modo,, todo habíía empezado aquí. Había sido aq quí donde Elena E juró no descan nsar hasta que q Stefan le perteneciera. Tambiéén les hizo ju urar a Bonn nie y Meredith ayudarla…con san ngre. “Que apropiado”, p pensaba Meredith ahoraa.

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Y hab bía sido aquí donde Tyleer había agrredido a Elen na la noche del Baile dee Inicio. Steffan había llegado al rescate, r y esse había sid do el princip pio para ello os. Este cem menterio hab bía visto m mucho.

Inclusso había vistto al grupo entero desffilando colin na arriba haasta la iglesia en ruinas el pasado diciembre e, buscando la guarida de Katherin ne. Siete de ellos habíaan bajado a la cripta: ella mismaa, Meredith; Bonnie, Maatt y Elena, ccon Stefan, Damon y Alaaric. Pero so olo seis dee ellos habíaan salido bien. Cuando saacaron a Eleena de allí, fu ue para enteerrarla.

Este ccementerio había sido eel comienzo, y el final taambién. Y qu uizás hubieraaotro final eesa nochee.

Meredith comenzzó a andar.

“Desearía que esstuvieras aq quí ahora, Alaric”, A penssó. “Podría usar tu op ptimismo y su uría sobre lo sobrenatural…y no me molestarían n tus músculos, tampoco o. sabidu

La láp pida de Elen na estaba en el cementterio nuevo, por supueesto, donde la hierba aún estabaa cuidada y las tumbas marcadas con c coronas de flores. La L lápida eraa muy simp ple, casi lisa, con unaa breve insccripción. Meeredith se agachó a colo ocó su ramillete de rossas delantte de ella. Luego, L lentamente, añad dió la borla roja y negrra de su gorrro. En esa luz l tenue,, ambos colores se veíaan igual, com mo sangre seca. s Se arro odilló y cru uzó sus man nos tranqu uilamente. YY esperó.

ba en calmaa. Parecía estar esperando con ella, la Todo el cementerio a su alreededor estab nida por la aanticipación. Meredith eescuchaba po or algún sonido. respiraación conten

os.

Y lueggo oyó uno. Fuertes paso

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Con laa cabeza baja, se mantuvo tranquilaa, fingiendo n no haber no otado nada.

Los paasos sonaban más próximos, sin siquiera preocu uparse en seer silenciososs. ‐ Hola,, Meredith.

Meredith miró alrrededor rápidamente.

nsé que erass…no importta. ‐ Oh…TTyler, ‐ dijo. – Me has assustado. Pen

‐ ¿Sí? – los labio os de Tyler se tensaron en una inquietante sonrisa. – Bueno, sien nto desilusionarte. Pero soy yo, so olo yo y nadie más.

‐ ¿Quéé haces aquíí, Tyler? ¿Nin nguna buenaa fiesta?

‐ Podrría preguntarte lo mismo. – Los ojos de Tyler se posaron een la lápida yy la borla y su cara see oscureció. – Pero supo ongo que ya sé la respueesta. Estás aquí por ella. Elena Gilbeert, Una Lu uz en la Oscu uridad, ‐ leyó ó sarcásticam mente.

‐ Es verdad, v ‐ dijo Meredith sin alterar la voz. – “Elena” “ significa luz, yaa sabes. Y ella e ciertam mente estab ba rodeada d de oscuridad d. Casi abatiééndola, pero o ella ganó al final.

‐ Quizáás, ‐ dijo Tyler, y acarició ó su mandíb bula meditattivo, entreceerrando los o ojos. – Pero tú sabes,, Meredith, hay una cossa divertida sobre la osccuridad. Siempre hay m mas esperando entre bastidores.

‐ Como esta noch he, ‐ dijo Meeredith, miraando el cielo o. Estaba claaro y salpicaado de pálid das muy oscuro esta noche, TTyler. Pero taarde o temp prano el sol ssaldrá. estrelllas. – Está m Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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‐ Sí, peero la luna ssale primero. – Tyler rió de repente,, como si fueera una brom ma que solo o él pudierra entender. – Ey, Meredith, M ¿h has visto allguna vez la parcela de la famiilia Smallw wood? Bueno, vamos y tte la enseño o. No está lejos.

“Justaamente com mo se la mostró m a Elena”, pensó ó Meredith. Por una parte, estaba disfruttando ese du uelo verbal, pero en nin ngún momen nto perdió de vista la razzón por la que estabaa allí. Sus frríos dedos se metieron en el bolsillo de su chaqueta y en ncontraron el pequeeño ramito d de verbena.

‐ Está bien, Tyler. Creo que prefiero quedaarme aquí.

‐ ¿Estáás segura? U Un cementerrio es un lugaar peligroso para estar ssola.

“Espírritus inquietos”, pensó M Meredith. Lee miró directtamente.

‐ Lo séé.

Estaba sonriendo de nuevo, m mostrando d dientes como o lápidas.

odos modoss, puedes veerla desde aq quí si tieness buenos ojo os. Mira hacia allí, hacia el ‐ De to antigu ua cementerio. Ahora, ¿vves algún tip po de brillo rrojo en el centro?

‐ No. –– Había una pálida lumiinosidad sob bre los árboles en el estte. Meredith h mantuvo ssus ojos en eso. ‐ Aw, vvamos, Mere edith. No lo estás intenttando. Una vvez que la luna salga lo vverás mejor.

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‐ Tylerr, no puedo m malgastar m más tiempo aaquí. Me voyy.

‐ No, no te vas,, ‐ dijo. Y luego, mien ntras los deedos de ella apretaban la verben na, abarcáándola en su u puño, él añ ñadió con voz engatusaadora, – quiiero decir, no te vas hassta que no o te cuente la historia d de esa tumbaas, ¿verdad?? Es una gran historia. V Verás, la lápida está hecha h de máármol rojo, la única dee ese tipo en todo el ceementerio. Y esa bola de encima… ¿la ves?...Debe pesaar alrededorr de una ton nelada. Pero o se mueve. Gira cada vvez que un Smallwood va a moriir. Mi abuelo o no lo creíía; puso unaa raya a la derecha d abajjo.

Solía vvenir y comp probarla tod dos los mesees o así. Lueego, un día, él vino y encontró la raaya en la p parte de atrrás. La bola ggiró completamente hacia atrás. Hizo todo lo q que pudo paara girarlaa, pero no podía. Era demasiado pesada. Y esa noche,, en la cam ma, murió. Lo enterrraron pajo ella.

‐ Prob bablemente murió de un ataque al corazón del sobreeesfuerzo, ‐ dijo Meredith cáusticcamente, pe ero sus palm mas estaban h hormiguean ndo.

‐ Eres divertida, ¿vverdad? Siem mpre tan traanquila. Siem mpre tan jun nta. Cuesta m mucho hacerrte gritar, ¿verdad?

‐ Me vvoy, Tyler. Yaa he tenido ssuficiente.

La dejjó caminar u unos pocos p pasos, luego dijo:

que gritaste esa noche een la casa de Caroline, ¿aa que sí? ‐ Aunq

ó.

Meredith regresó

‐ ¿Cóm mo lo sabes??

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Tyler puso los ojo os en blanco.

‐ Dame crédito po or un poco d de inteligenccia, ¿vale? YYo sé mucho o, Meredith. Por ejemplo, sé lo q que hay en tu bolsillo.

Los deedos de Merredith se inm movilizaron.

‐ ¿Quéé quieres decir?

‐ Verb bena, Mered dith. Verbena a officinalis. Tengo un aamigo que eestá en esas cosas. – Tyler estabaa centrado ahora, su sonrisa s cadaa vez mayo or, viendo su cara com mo si fuera su prograama favorito o. Como un gato cansad do de jugar ccon un ratón n, estaba ataacando. – Y sé para qué q es, también. – Lanzzó una exaggerada mirada alrededo or y puso un n dedo en sus s labios. – Shh. Vam mpiros, ‐ susu urró. Despuéés echó atrás la cabeza yy rió a carcajjadas.

Meredith retrocedió un paso.

‐ Pienssas que eso va a ayudartte, ¿no? Perro voy a conttarte un secrreto.

edith calculaaron la distaancia entre ella y el sen ndero. Mantuvo el rosttro Los ojos de Mere na violenta agitación a esstaba comen nzando en su s interior. No sabía si lo calmado, pero un lograríía.

‐ No vas v a ir a ningún lado, nena, ‐ dijo o Tyler, y una u gran maano agarró la muñeca de Mered dith. Estaba caliente y húmeda do onde puedo sentirla po or debajo deel puño de su chaqueta. – Tú te vas a quedaar justo aquíí para tu sorrpresa. – Su cuerpo estaaba encorvado Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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ahora,, su cabeza empujando hacia adelante, y allí esstaba una exxultante mirrada lasciva en sus lab bios.

‐ Déjame ir, Tyler. ¡Me estás haciendo daaño! – El pánico recorrió ó los nervios de Merediith al sen ntir la carne de Tyler contra la suya. Pero la mano solo apretó ó más fuertte, machaacando los te endones con ntra el hueso o en su muñ ñeca.

‐ Esto es un secreto, nena, qu ue nadie máss conoce, ‐ d dijo Tyler, accercándola d de un tirón, su cálido aliento en ssu cara. – Haas venido m muy protegida contra vam mpiros. Pero o yo no soy un vampiro.

El corrazón de Meredith latía ffuertementee.

‐ ¡Déjaame!

‐ Prim mero quiero que mires allí. Puedess ver la lápida ahora, ‐ dijo, giránd dola para que pudierra mirar perro no aliviarrse. Y él ten nía razón; ellla pudo verrla, como un n monumen nto rojo con c una essfera brillan nte en lo alto. a O…no una esferra. Esa bolaa de márm mol parecíía…parecía… …

‐ Ahora mira al este. ¿Qué ves allí, Meredith? – continuó Tyyler, la voz ronca por la excitación.

Era laa luna llena.. Había salid do mientras había estad do hablando con ella, y ahora colgaba sobre las montañ ñas, perfectaamente redonda y eno ormemente hinchada, una u enormee e hinchaada bola rojaa.

Y eso esa lo que la lápida pareecía. Parecíaa una luna lleena empapaada de sangrre.

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‐ Has vvenido aquíí protegida ccontra vamp piros, Mered dith, ‐ dijo TTyler desde d detrás de ellla, aún m más roncame ente. – Pero los Smallwo oods no som mos vampiross en absolutto. Somos algo más.

Y lueggo él gruñó.

Ningu una gargantaa humana podría emitirr ese sonido o. No era una imitación de un animal; era reeal. Un crue el y gutural gruñido qu ue subía y subía, hacieendo a Meredith mirarle bruscaamente, mirrarle fijamen nte con incrredulidad. Lo o que estab ba viendo erra tan horrib ble que su u mente no p podía aceptaarlo…

Meredith gritó.

‐ Te dije que era una sorpressa. ¿Te gustaa? – dijo Tyller. Su voz eera espesa ccon saliva, y la roja leengua colgab ba sobre la h hilera de la larga hilera de dientes ccaninos. Su ccara ya no eera una caara. Sobresaalía grotescamente en un hocico, y sus ojos eraan amarillos,, con rasgad das pupilaas. Su pelo ro ojizo arenosso había creccido sobre sus mejillas yy bajado porr su nuca. Una piel. –– Puedes grittar todo lo que quieras, aaquí arriba n nadie va a esscucharte – añadió.

Todoss los músculos del cuerrpo de Mereedith estabaan rígidos, trratando de escapar de él.

Era un na reacción vvisceral, ellaa pudría no h haber ayudaado si hubiese querido. Su aliento eera tan caaliente, y olíaa asilvestrad do, como un n animal. Lass uñas de él,, que se estaaban clavando en su muñeca, eraan negras gaarras achaparradas. No ttuvo la fuerzza para volveer a gritar.

‐ Hay otras cosas además de los vampiro os a las que les gusta la sangre, ‐ dijo Tyler en su nueva voz profun nda. – Y yo quiero prob bar la tuya. Pero primerro vamos a tener algo de diversión.

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Aunque él aún esstaba a dos p pies, su cuerpo estaba jjorobado y eextrañamentte deformad do. orcejeos de Meredith reesultaron po obres cuand do él la forzzó al suelo. Era una chiica Los fo fuertee, pero él lo o era mucho o más, sus músculos m marcándose bajo b su cam misa cuando la inmovvilizó.

mpre has sido demasiado buena para mí, ¿verd dad? Bueno,, ahora vas a descubrir lo ‐ Siem que tee has estado perdiendo.

uedo respiraar”, pensó M Meredith fren néticamentee. Los brazoss de él estab ban a través de “No pu su garrganta, bloqueándole el aire. Olead das de gris cruzaban su cerebro. Si se desmayaba ahora… …

‐ Vas aa desear morir tan rápido como Sue. – El rostro de Tyler flottaba sobre eella, rojo com mo la lunaa, con esa laarga lengua ccolgando. Su u otra mano o sujetaba su us brazos sob bre su cabezza. ‐ ¿Algu una vez has oído la histo oria de Caperucita Roja??

El griss se estaba convirtiendo o en negro, moteado co on pequeñas luces. “Co omo estrellas,” pensó Meredith. ““Estoy cayen ndo en las esstrellas…”

‐ ¡Tyleer, quítale lass manos de eencima! ¡Alééjate de ella, ahora! – grritó la voz dee Matt.

El gruñido babeante de Tyleer se rompió ó en un aullido de sorrpresa. El brrazo contra la gargan nta de Mere edith disminu uyó la presió ón, y el aire sse precipitó dentro de sus pulmones.

Los paasos sonaban fuerte a su u alrededor..

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‐ He eestado esperrando mucho tiempo haacer esto, Tyyler, ‐ dijo M Matt, tirando o de la cabeeza roja‐arenosa hacíaa atrás por eel pelo. Desp pués el puño o de Matt chocó violentaamente conttra el recién crecido h hocico. La sangre chorreó de la húmeda nariz an nimal.

El sonido que Tyler emitió heeló el corazó ón de Mereedith en su pecho. p Se abalanzó sob bre Matt, girando en el aire, garrras extendidas. Matt se replegó bajo b el asalto y Mereditth, mareaada, intentó ó levantarsee del suelo o. No podíía; todos sus s músculo os temblaban inconttrolablemente. Pero algu uien más ap partó a Tyler de Matt como si Tyler n no pesara m más que un na muñeca.

‐ Com mo en los viiejos tiempo os, Tyler, ‐ dijo Stefan,, poniendo a Tyler sob bre sus piess y orientándolo.

Tyler miró fijamente durante un minuto, luego intenttó correr.

Era ráápido, esquivando con aagilidad anim mal entre laas hileras dee tumbas. Peero Stefan eera más ráápido y lo co ortó.

‐ ¿Meredith, estass herida? ¿M Meredith? – Bonnie estaba arrodillán ndose a su laado. Meredith ó con la cab beza – aún n no podía hab blar – y dejó ó que Bonniie sostuvieraa su cabeza. – asintió Sabía que debíamos haberlo parado antees, lo sabía, ‐‐ continuó Bonnie preoccupada.

Stefan n estaba trayyendo de vu uelta a Tyler a rastras.

mpre supe qu ue eras estú úpido,‐ dijo, empujando o a Tyler con ntra una láp pida, ‐ pero no ‐ Siem sabía hasta que punto lo erass. Había pen nsado que haabrías apren ndido a no saltar sobre las chicas en los cem menterios, peero no. Y haas tenido que presumir de lo que lee hiciste a Sue tambiéén. Eso no h ha sido inteligente, Tylerr.

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Meredith los miró mientrass se enfrenttaban. “Tan diferentes,,” pensó. Aunque amb bos fueran n criaturas de la oscurridad en alggún sentido. Stefan eraa pálido, su us ojos verd des centellleando con ira y amenaaza, pero haabía una dignidad, casi pureza en éél. Él era com mo un severo ángel tallado en implacablee mármol. Tyler T sólo se s veía com mo un anim mal atrapaado. Estaba en cuclillas,, respirando o fuerte, san ngre y salivaa mezcladas en su pech ho.

Esos ojos o amarillo os relucían con odio y miedo, y su us dedos crispados, com mo si quisieera arañarr algo. Un baajo sonido saalía de su garganta.

t preocupe es, no voy a a darte una paliza ahorra, ‐ dijo Sttefan. – No a menos que ‐ No te intentes escapar. Todos nosottros vamos aa subir a la iglesia a teneer una pequ ueña charla. Te orias, Tyler; b bueno, tú me vas a contar una a mí ahora. gusta contar histo

Tyler se abalanzó ó sobre él, saaltando en líínea recta desde el suelo a la garganta de Stefaan.

Pero SStefan estab ba preparado o. Meredith sospechó que ambos, SStefan y Matt, disfrutaron los sigguientes min nutos, descargando su agresividad, p pero ella no o lo hizo, porr eso apartó ó la miradaa.

Al finaal, Tyler fue e atado con una cuerdaa de nylon. Podía andaar, o arrastrrar los pies al menoss, y Stefan agarró a la paarte de atráss de su cam miseta y le guió con urgencia sendeero arriba hasta la igle esia.

uso a Tyler so obre la tumb ba abierta.

Dentrro, Stefan pu

‐ Ahorra, ‐ dijo, ‐ vvamos a hab blar. Y tú vass a cooperar, Tyler, o siino lo vas a sentir much ho, mucho o.

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Capítu ulo Diez

Mered dith se sentó ó en la pared d más alta de la arruinad da iglesia. ““Dijiste que ssería peligro oso Stefan n, pero no dijiste que dejjarías que m me estrangulaara”.

mación, especialmente después que ‐ “Lo siento. Essperaba que él diera más inform ndo Sue murrió. Pero no o debería hab ber esperado o”. admitiiera que estaaba ahí cuan

o nada! No puedes probaar nada!” dijjo Taylor. Ell quejido aniimal estaba de ‐ “No he admitido presión y cueerpo habían vuelto a la normalidad. O más bieen, vueltaa en su voz, pero su exp habian n vuelto a se er humanos, pensó Merredith. La h hinchazón, lo os hematom mas y la sanggre seca n no eran norm males.

‐ “Estaa no es una ccorte de justticia, Tyler”, dijo ella. “TTu padre no puede ayudarte ahora”.

‐ “Perro si lo fuera, tendríam mos un muy buen casso” añadió Stefan. “Su uficiente paara encerrrarte por con nspiración p para cometer homicidio, pienso”.

o si alguien no derrite las cucharas de té de su abuela paara hacer baalas de plataa”, ‐ “Eso añadió ó Matt.

Tyler m miró de uno a otro. “No o les diré nad da”.

‐ “Tyleer, tu sabes lo que eres? Un matón”,, dijo Bonniee. “Y los matores siempre hablan”.

‐ “No te importa tirar a unaa chica y am menazarla”, dijo Matt, “pero “ cuand do sus amiggos das sin alientto del susto””. apareccen, te qued Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Tyler los miró a to odos.

‐ “Bien, si no quieres hablarr, supongo tendré quee hacerlo”, dijo d Stefan. Se inclinó ó y recogió el grueso libro que haabía cogido de la bibliotteca. Un piee en el bordee de la tumb ba, descan nsó el libro en su rodilla y lo abrrió. En ese momento, pensó Merredith, que se parecíía aterradoraamente a Daamon.

‐ “Estee es un libro de Gervase of Tilbury, TTyler”, dijo SStefan. “Fuee escrito alreededor del año 1210 d d.c. Una de las cosas dee que habla ees sobre los hombres‐lobos”.

‐ “No p puedes prob bar nada! No o tienes ningguna evidenccia!”.

‐ “Callate Tyler” Stefan miró h hacia él. “N No necesito p probarlo. Pu uedo verlo, incluso ahora.

Has olvidado qué soy?”. Hubo o un silencio o, y luego Steefan continu uó.

‐ “Cuaando llegué aquí hace algunos a díass, había un misterio. Una U chica estaba muertta.

Pero q quien la mattó? Y por qu ué? Todas laas pistas quee podia ver eran contraadictories. N No era un n asesino orrdinario, no era un psiccópata suelto en las caalles. Tuve la palabra de alguien en quien cconfiaba resspecto a eso, y evidenciaa independieente tambiéén. Un asesino ordinaario no podrría usar una tabla Ouija por telekineesos. Un assesino ordinario no puede fundirr fusibles en una planta de energía a millas dee distancia. No, esto erra alguien con tremendos poderes físicos y psíquicos. De todo lo que Vickie me m dijo, son naba como un vampiro. e de agaarrar a Bonn nie Y habíía otra cosaa. Estuviste en esa casaa Tyler. Cometiste el error aquella noche, y luego errastte al abrir tu u bocota al día siguientte, diciendo cosas que no podíass haber sabid do a menos que estuvieras ahí.

Así qu ue, qué tenííamos? Un n vampiro de d temporad da, un asesiino vicioso con Poder de sobra?? O un mató ón de escuela que no pu uede organizzar un viaje a los baños sin tropezarrse

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con su us propios pies? p Cual? La evidencia apuntabaa en ambos sentidos, y y yo no pod día aclarar mi mente. er el cuerpo de Sue por mí mismo. Y ahí estab ba, el más grrande misterrio Luego me fui a ve dos. Un cortte aquí”. El dedo de Steephan marcó ó una profun nda linea por debajo de su de tod clavícu ula.

‐ “El tíípico y tradiccional corte hecho por los vampiross para compartir su sanggre. Pero Sue no eraa un vampiro o, y ella no h hizo ese cortte por sí missma. Alguien n lo hizo porr ella mientrras yacía m muriendo en n el piso”.

Mered dith cerró su us ojos, y esscuchó a Bo onnie tragar fuerte a su lado. Estiró una mano o y encontró la de Bo onnie, apretáándola, pero o continuó eescuchando. Stefan no había entrado previa. en esee tipo de dettalles en su eexplicación p

‐ “Los vampiros no o necesitan cortar a suss victimas dee esa manera, ellos usan n sus dientes”, dijo Sttefan. Su labio superiorr un poco levvantado parra mostrar sus propios d dientes. “Peero si un vampiro v dessea drenar sangre de alguien a más para beberr, puede corrtar en vez de mordeer. Si un vam mpiro desea dar a alguieen más la prrimera y únicca probada, lo haría así. Y eso me puso a pensar en la saangre. La saangre es imp portante, veean. Para los vampiros lles da vid da, Poder. Es E todo lo que necesitamos para so obrevivir, y hay momen ntos cuando la necesiidad nos llevva a la locurra. Pero es buena para otras cosass tambien. P Por ejemplo o … iniciacción.

Iniciacción y Poder. Ahora esto oy pensando o en esas doss cosas, poniendolas jun ntas con lo que he vissto de ti Taylor, cuando o estuve en n Fell’s Church antes. Pequeñas cosas c que me m pasaro on por alto. Pero recorrdé algo quee Elena me dijo sobre la historia de tu familia, y decidí í comprobarlo en el diario de Honoria Fell”.

Stefan n sacó un pe edazo de paapel de enttre las págin nas del libro o que el sosstenía. “Y ahí a estabaa, de puño yy letra de Ho onoria. Foto ocopié la pággina para po oder leerselaa a ustedes. El secretto de la pequ ueña familia Smallwoodss, si puedenm leer entree líneas”.

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Mirando hacia el p papel, leyó:

‐ “Novviembre 12. Velas hech has, hilar el lino. Estamo os cortos de harina de m maiz y sal, peero pasareemos el inviierno. Alarm ma anoche, los lobos attacaron a Jaacob Smallw wood mientrras regressaba del bosque. Tratéé la herida con cortezaa, pero es profunda p y tengo mied do.

Luego de venir a ccasa consultéé las runas. No le he diccho a nadie más que a TThomas acerrca de los resultados””.

‐ “Diciembre 20. Problemas ccon lobos en n lo de los SSmallwood n nuevamente. Escucham mos los griitos hace algunos minu utos, y Thom mas dijo quee era tiempo o. Él hizo las balas ayeer.

Cargó su rifle y caminamos haasta allá. Si eestamos a saalvo, escribirré de nuevo””.

‐ “Diciembre 21. Volvimos a lo de Sm mallwood an noche. Jaco ob muy afliggido. El lobo asesin nado. Enterrraremos a Jaacob en el peequeño cementerio a loss pies de la ccolina. Que su alma eencuentre laa paz en la m muerte”.

‐ “En lla historia oficial de Fell’s Church”, dijo Stefan, “eso ha sid do interpretaado como que Thomaas Fell y su esposa fuerron a lo de SSmallwood p para enconttrar que Jaco ob Smallwood era ataacado por un loco de nu uevo, y que el lobo lo m mató. Pero eso no es corrrecto. Lo que dice reealmente no o es que el lo obo haya maatado a Jaco ob Smallwoo od, sino que Jacob, el lob bo, fue asesinado”.

Stefan n cerró el libro. “Él erra un homb brelobo, tu tatara‐tatara‐tatara‐loquesea‐abuelo, Tyler. Se convirtió ó en eso al sser atacado por un lobo. Y pasó su virus de hom mbrelobo a su hijo, q quien nació 8 meses y m medio despu ués que él m muriera. Dee la misma m manera que tu padre lo pasó a ti””.

mpre supe que había algo en ti, Tyler”, dijo Bonnie, y Meredith abrió sus ojo os. ‐ “Siem “Nuncca pude decir qué era, peero en el fon ndo de mi m mente algo m me decía quee eras raro”.

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‐ “Solííamos hacerr chistes acerca de eso o”, dijo Merredith, su vo oz aún roncca. “Sobre tu magneetismo anim mal y tus graandes y blancos dientees. Nunca supimos s cuaan cerca de la marcaa estuvimos””.

‐ “A veeces los psíq quicos puedeen sentir esaa clase de cosas”, conced dió Stefan. ““A veces hassta la gen nte ordinariaa puede hacerlo. Debí h haberlo visto o, pero estaaba preocup pado. Aún aasí, no es excusa. Y o obviamente alguien máss –el asesino o psíquico‐ lo o vio rápidamente. No es verdad d, Taylor? U Un hombre vvistiendo unaa vieja gabardina vino a ti. Era alto, cabello rub bio y ojoss azules, e hizo h algún tiipo de acueerdo contigo o. A cambio o de algo, él é te mostraría cómo reclamar tu herencia. C Como convertirte en un hombrelobo de verdad d”.

‐ "Porrque de acu uerdo a Gerrvase de Tilbury” ‐Stefaan apoyó el libro en su s rodilla‐ “un hombre lobo que e no ha sido o mordido necesita serr iniciado. Eso significa que pued des portarr el virus de hombre lob bo toda tu vvida pero no o siquiera saberlo porque nunca se ha activado. Generaciones de Sm mallwoods h han vivido y morido, perro el virus esstaba dormido os, porque n no sabían el secreto paraa despertarllo. Pero el h hombre en la gabardina lo en ello sabía. Él sabía que q tú teniaas que mataar y probar sangre fressca. Luego de eso, en la primera luna llenaa podías cam mbiar”. Stefaan miró alrededor, y Meeredith siguió su Miradaa al o disco de la luna en el ccielo. Lucía limpia y norm mal ahora, n no más un feeo globo rojo o. blanco

‐ “Muyy claro” dijo o Meredith, y Matt dijo “No bromees”. Bonniee mojó sus d dedos y marrcó un imaaginario núm mero 1 en un na tabla invisible.

‐ “Sab bía que seríaas incapaz de d resistir seguir a una de las chiccas aquí, si pensabas que estabaa sola”, dijo Stefan. “Deebes haber pensado qu ue el cementterio era el perfecto luggar para m matar; tiene es completa privacía. Y sabía que sserías incapaaz de resistir fanfarroneear sobre lo que habíaas hecho. Esperaba quee le dijeras aa Meredith m más sobre el otro asesin no, el quee lanzó a Sue e a través dee la ventana,, el que la co ortó de maneera que tú p pudieras beb ber sangree fresca. El vvampiro, Tyler. Quien es él? Dondee se escondee?”.

La Mirrada de Tyler cambió deel odio venen noso a la burla. “Piensas que te diréé eso? Él es mi amigo o”.

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Liisa Jane Smiith

‐ “No ees tu amigo Tyler. Te esstá usando. Y es un asessino”.

más Tyler”, añ ñadió Matt. ‐ “No tte hundas m

dith. Muy prronto no serrás ‐ “Eress sólo un acccesorio. Estta noche trattaste de matar a Mered capaz de volver a tu forma hu umana aunq que lo deseees. Sé inteliggente y detéén esto ahora.

Dinos lo que sabes”.

mostró sus d dientes. “No o les diré nad da. Cómo po odrían obligaarme?”.

Tyler m

Los ottros intercam mbiaron miradas. La atmósfera a cambió, se volvió v cargad da de tensión mientras todos se volvieron hacia Taylor.

‐ “Reaalmente no entiendes, verdad?” diijo Meredith h calmadam mente. “Tyleer, ayudastee a matar a Sue. Ellaa murió por un ritual ob bsceno paraa que tú pud dieras camb biar a esa co osa que yo o vi. Estuvistte planeando matarme, a Vickie y B Bonnie también, estoy seegura. Pienssas que teendremos lásstima de ti? Crees que tte hicimos venir acá para ser amablees contigo?””.

Cayó u un silencio. La burla se b borraba de los labios de Tyler. Miró ó de una caraa a la otra.

uso el pequeeño rostro dee Bonnie eraa severo.

Todas eran implaccables. Inclu

‐ “Gerrvase de Tilb bury mencio ona una cosaa interesantte”, dijo Steffan, casi agrradablementte.

“Hay u una cura parra los homb bres lobos, además de laa tradicional bala de plaata. Escucheen: Por la a luz de la luna –leyó del libro que q descanssaba en su rodilla –Es comúnmen nte reporttado y manttenido por d dignos y serio os doctores, que si un h hombrelobo pierde uno de sus miembros, m lo o más segurro es que recupere r su cuerpo oriiginal. Gervvase continúa Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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relatando la histo oria de Raim mbaud de Au uvergne, un hombrelobo que se cu uró cuando un carpin ntero cortó una de suss patas possteriores. Por P supuestto, eso deb be haber sido espantosamente d doloroso, peero la historia dice que R Rimbaud agradeció al caarpintero “p por librarlo para siemp pre de la abo ominable y m maldita form ma” .

Stefan n levantó su u cabeza. “Ahora, esttoy pensand do que si Taylor T no nos ayuda con inform mación, lo menos m que podemos p haacer es aseggurarnos qu ue no se vaya y mate de Nuevo o. ¿Qué dice e el resto de ustedes?”.

‐ “Todo lo que ten nemos que h hacer es libraarlo de uno d de sus miem mbros”, agreggó Bonnie.

‐ “Pueedo pensar e en uno ahoraa mismo”, dijo Meredith h en tono bajjo.

Los ojos de Tyler comenzaron a salírselee de las órbiitas. Bajo laa suciedad y y la sangre, su normaalmente rojizza cara se h había vuelto pálida. “Esttán mintiend do!”.

‐ “Traee el hacha, M Matt”, dijo Sttefan. “Merredith, sacale uno de loss zapatos”.

pateó cuand do ella lo hizzo, tratando o de alcanzaar su cara. M Matt se acercó y trabó su Tyler p cabezaa con una m maniobra de m martillo. “No lo hagas p peor para ti m mismo, Tyler”.

El pie desnudo qu ue Meredith expuso era grande, tan n sudoroso ccomo las palmas de Tyleer.

Grueso pelo brotaaba de sus piies. Hizo que la piel de M Meredith see erizara.

‐ “Acabemos con e esto”, dijo ella.

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‐ “Estáán bromeando!”, Tyler aaulló, movieendose tanto o que Bonniie se acercó ó y le agarró la otra pierna. “No p pueden haceer esto!, no pueden!”.

‐ “Mantengalo qu uieto”, dijo Stefan.

S Traabajando jun ntos inmovillizaron a Tyyler, su cabeeza atrapaada en el brrazo de Mattt, sus piernaas bien sujettas por las cchicas. Aseggurándose que Tyler podía ver lo o que estab ba haciendo o, Stefan co olocó un tro onco de doss pulgadas de grosorr en el borde e de la tumb ba. Levantó el hacha y lo o soltó fuerte, quebrand do el tronco de un golpe.

‐ “Estáá suficientem mente afilad da”, dijo. “M Meredith, en nrolla sus paantalones. Luego ata con ese co ordón justo d debajo de su u tobillo, tan n fuerte com mo puedas, para hacer u un torniquette.

Sino, sse desangrarrá”.

‐ “No p pueden hace er esto!”, Tyyler gritaba. “No pueden n hacerloooo oooooo!”.

ue quieras Tyyler. Acá arrriba nadie vaa a escucharrte”, dijo Steefan. ‐ “Gritta todo lo qu

‐ “No eeres mejor q que yo!”, Tyller gritaba escupiendo saliva. “Eres un asesino tambien!”.

‐ “Sé eexactamente e lo que soy””, dijo Stefan. “Creeme Tyler, lo sé.. Están todo os listos? Bieen.

Manteengalo firme e, va a saltar cuando lo h haga”.

Los gritos de Tylerr ya no eran palabras.

Matt lo sostenía d de manera que viera las rodillas de SStefan, cuan ndo este tom mara impulso o y blandiiera el hachaa sobre el tobillo de Tyleer, controlan ndo la fuerzaa y la distanccia.

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‐ “Aho ora”, dijo Ste efan, levantaando el hach ha bien alto.

‐ “No!, no!, hablarré!, hablaré!!” gritó Tylerr.

Stefan n le miró. “D Demasiado taarde” dijo, yy descargó el hacha.

n un sonido metálico y un chisporrroteo, pero el Se esttrelló contraa el piso de piedra con sonido o fue apagad do por los ggritos de Tyleer. Le tomó ó varios minutos a Tylerr darse cuen nta que laa hoja no había tocado ssu pie. Se detuvo para rrespirar sólo o cuando se ahogó con un nudo een la gargan nta, y volvió ssus salvajes y saltones o ojos hacia Steefan.

Pequeeños gimoteo os salían de la gargantaa de Taylor yy había espu uma en sus labios. “No sé su nom mbre”, soltó ó. “Pero luce como diceen. Y tieness razón, es u un vampire, hombre! Lo o vi drenar un ciervo de cien kilos mientrass aún pateaba. Él me mintió”, añ ñadió Tyler, el quejid do de nuevo en su voz. “Me dijo que sería más fuerte que nadie, tan fu uerte como él.

Dijo que podía te ener a la chiica que quissiera, de la forma f que yo y quisiera. El asquero oso mintió ó”.

‐ “Te d dijo que podías matar y salirte con laa tuya”, dijo Stefan.

‐ “Dijo o que podía hacérselo a Caroline esa noche. Ella se lo merrecía despuéés de la form ma en que me botó. La quería hacer rogar, h , pero salió de la casa de d alguna manera. m Pod día tener a Caroline y a Vickie, dijo él. Todo lo que él queería era a Bo onnie y Mereedith”.

‐ “Pero o trataste de e matar a Meredith”.

n diferentes ahora, estúp pido. Él dijo o que estaba bien”. ‐ Eso ffue ahora. Las cosas son

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‐ “Por qué?” pregu untó Meredith a Stefan en tono bajo o.

‐ “Quizás porque has servido tu propósitto”, dijo él. “Me trajistte aquí”. Lu uego continu uó: “Bien Taylor, mué éstranos quee eres coopeerativo. Cuééntanos cóm mo podemoss atrapar a eese tipo”.

mpió con un na fea risa, y Matt apretó su braazo ‐ “Atrraparlo? Están locos!”, Tyler irrum alredeedor de su ggarganta. “H Hey, ahogam me lo que qu uieras, es veerdad. Él me dijo que eera uno de los Antigü üos, uno de los Originaales, lo que sea que siggnifique eso.. Dijo que ha estado o haciendo vvampiros deesde antes d de las pirámiides. Dijo q que había heecho un paccto con ell diablo. Pu ueden enterrrar una esttaca en su corazón c y lee haría nadaa. No pueden matarlo”, las risass se hicieron incontrolab bles.

‐ “Dón nde se esco onde, Tyler?”, preguntó Stefan. “TTodo vampirro necesita un lugar paara dormir, Donde esstá?”.

‐ “Me matría si te lo dijera. M Me comería, hombre. D Dios, si les co ontara lo que le hizo a eese ciervo o antes que m muriera…” LLas risas de TTyler se habíían convertido en algo ccomo sollozo os.

ue pueda en ncontrarte, no ‐ “Enttonces será mejor que nos ayudess a destruirlo antes qu crees?? Cuál es su p punto débil?? Cómo es vu ulnerable?”..

‐ “Dioss, ese pobre ciervo…” Tyyler lloriqueaaba.

mente. Reco ogió el hach ha. ‐ “Quéé pasó con Sue? Llorasste por ella?” dijo Steffan bruscam “Creo,, dijo, que esstás perdien ndo nuestro ttiempo”.

Levanttó el hacha.

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‐ “No! no! les hab blaré, les diree algo. Mireen, hay un tipo de madeera que puede herirlo –no herirlo. Adm mitió eso perro no me dijo o qué era! Ju uro que es laa verdad!”. matarlo –pero sí h

‐ “Eso no es suficie entemente b bueno, Tylerr”, dijo Stefaan.

‐ “Porr Dios, les dire dónde va v esta noch he. Si se ap presuran lo suficiente quizás q puedan deteneerlo”.

‐ “Quéé quieres deccir? Dónde vva esta noch he? Habla ráp pido, Tyler!””.

‐ “Va d donde Vickie e, ok? Dijo que esta noch he tendríam mos una cadaa uno. Eso lees sirve, no?? Si se apu uran pueden n alcanzarle!”.

Stefan n se había co ongelado, y M Meredith sin ntió que su ccorazón se desbocaba. V Vickie. Ellos ni siquiera habían pe ensado en un ataque a V Vickie.

mon la está ccuidando”, d dijo Matt, “V Verdad Stefan? Verdad?””. ‐ “Dam

‐ “Se supone que e sí”, dijo Stefan. “Lo dejé d ahí al atardecer. a Si S algo pasaara, me habría do…” llamad

‐ “Chicos”, susurrró Bonnie. Sus S ojos eraan enormes y sus labio os temblaban. “Creo que mejor vamos allá aahora mismo”.

La mirraron un mo omento y to odos se movvieron. El hacha h cayó al a suelo cuaando Stefan lo soltó.

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‐ “Heyy, no pueden n dejarme aasí! No pued do conducir!! Él vendrá p por mi! Vengan y desaten mis manos!” Tylerr gritaba. Ninguno le contestó.

Corrieeron todo el tramo colina abajo y se apilaron en n el automovvil de Mered dith. Meredith encendió el auto yy aceleró, essquivando a exceso de vvelocidad lass esquinas y pasandose llos signoss de pare, pe ero había un na parte de ella que no quería llegaar a la casa d de Vickie. EEsa parte quería dar laa vuelta y co onducir en laa dirección o opuesta.

Estoy calmada, so oy la única qu ue siempre eestá calmada, pensó. Pero eso era en el exterio or.

Mered dith sabía m muy bien cuáán calmada podía lucir een el exterio or, mientrass en el interiior todo sse desmoron naba.

n Birch Streeet y Mereditth apretó el ffreno.

Rodeaaron la última esquina en ‐ “Oh Dios!” gritó Bonnie desd de el asiento o trasero. “N No! no!”.

‐ “Ráp pido” dijo Ste efan. “Pued de que aún h haya una op portunidad”.. Abrió la pu uerta y estuvo fuera aaun antes qu ue el auto see detuviera. Pero en la p parte trasera, Bonnie so ollozaba.

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Capítu ulo Once

El auto o patinó dettrás de uno de los autos de la policcía que estaba aparcado o torcido en la calle. Habían luces por todas partes, luces que parrpadeaban azul a y rojo y y ambar, lucces deantes dessde la casa Bennett. parpad

do a Stefan. ‐ “Queedense aquí””, Matt dijo bruscamentte, y salió fueera, siguiend

‐ "No!!", la cabezaa de Bonnie negaba, ella quería agarrarlo y arrastrarlo dentro del autto.

Las nauseas n que e estaba sintiendo s d desde que Tayler meencionara a Vickie erran abrum madoras. Era demasiado tarde, ellaa había sabiido desde el primer insstante que era e muy taarde. Matt ssólo iba a haacer que lo m mataran tam mbién.

e, mantén laas puertas ceerradas. Iré detrás de éll”. Esa era M Meredith. ‐ “Queedate Bonnie

‐ "No! Estoy cansaada que tod dos me digan que me quede!” lloró ó Bonnie, luchando con el cinturó ón de segurridad, y finaalmente solttandolo. Esttaba aún llo orando, pero o podía ver lo suficieentemente bien b como para p salir deel auto y dirrigirse a la casa c de Vickkie. Escuchó ó a Mered dith justo de etrás de ella.

Toda la actividad d parecía concentrarse c e en el freente, gente vociferando o, una mujjer y Meredith se gritando, las voces entrecorrtadas de laas radios dee la policía.. Bonnie y dirigieeron a la parte trasera, a la ventan na de Vickiee. Qué estaaba mal con n esa imagen?

Bonniee pensaba saalvajementee mientras see aproximab ban. Lo que estaba mal era innegab ble.

La ven ntana de Vickie estaba abierta –peero no podíía estar abieerta, ese tip po de ventana nunca se abría, pe ensó Bonniee. Pero ento onces como es que las cortinas estaban flotando hacia ffuera?

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No esttaba abiertaa, estaba rotta. Los vidrrios estaban por todo el camino de grava. Hab bía fragmentos como dientes en eel marco dessnudo. La caasa de Vickiee había sido destrozada.

‐ “Ella lo invitó”, lloró Bonnie en agonizan nte furia. “Po or qué hizo eeso? Por quéé?”.

‐ “Quéédate aquí”, dijo Merediith, tratando o de humedeecerse los reesecos labioss.

‐ “Dejaa de decirme eso. Pued do hacerlo, M Meredith. EEstoy enojad da, eso es to odo. Lo odio o”.

Agarró ó el brazo de e Meredith yy siguió adelante.

El agujjero de la ve entana se accercaba más y más. Se aagitaban las cortinas. Haabía suficien nte espaciio entre ellos para ver ad dentro.

Al último momento, Meredith apartó a B Bonnie y miró a través de el agujerro ella mism ma.

No importaba. Lo os sentidos p psíquicos dee Bonnoe esstaban despiiertos y le habian hablado de esee lugar. Era como el craater dejado en el suelo luego de la colisión y exxplosión de un meteo oro, o como el esqueletto carbonizado de un bo osque luego o de un incendio. Poder y violencia aún se ssentían en eel aire, pero el evento p principal hab bía terminad do. Este luggar o. había sido violado

ó de la ventana, doblandose, hacien nda arcadass. Enterró sus uñas en las Meredith se alejó nos. Bonnie se inclinó y miró. palmaas de las man

El olorr fue lo que primero la golpeó. Un olor húmed do, carnoso y a cobre. Ella podía caasi saboreearlo, y sabíía como morderse accid dentalmentee la lengua. La radio tocaba algo que ella no o podía oir ssobre los grittos del frentte y los tamb bores sonaban en sus oidos. Sus ojo os, ajustandose a la o oscuridad de fuera, podíaan ver sólo een rojo. Sólo o rojo.

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El tocaadiscos hizo click y comenzó de nueevo la músicca. Con un cchoque, Bon nnie reconocció la cancción. Era “B Buenas nochees cariño”.

‐ “Monstruo”, Bon nnie exhaló.. El dolor diisparó a travvés de su estómago. Su u mano apreetó el marrco de la ven ntana, fuertee, más fuertee. “Tú, monstruo, te odio, te odio!””.

dith escuchó ó y se endereezó, girando o. Bruscameente echó su u pelo hacia atrás y respiiró Mered profun ndo, tratand do de verse como si pudiera hacerle frente a cualquier c co osa. “Te esttás cortan ndo la mano”, dijo, “dejaa ver”.

Bonniee ni siquieraa se había dado cuenta que agarrab ba el vidrio roto. Dejó que Meredith tomarra su mano, pero en veez de dejarlaa examinarlaa, se volvió y atrapó la fría mano de Mered dith en la suya. Merredith lucía terrible: ojos oscuro os, labios azul‐blancos a y temblaaba. Pero Meredith aun tratabaa de hacerrse cargo de ella, aún n tratando de manteenerse juntas.

‐ “Dalee”, dijo Bonn nie, mirando o intensamente a su amiga. “Llora M Meredith. G Grita si quierres hacerlo. Pero saccalo de tu sistema s de alguna a maneera. No tienes que serr tan serenaa y llevar todo por dentro. Tienes todo el derecho de perder el control hoy”.

n momento Meredith see quedó ahí, temblando,, pero luego o agitó su cab beza e hizo un Por un horrib ble intento de sonrisa. ““No puedo. No estoy heecha de esa manera. V Vamos, dejam me mirar tu mano”.

do, pero jussto Matt see acercó dessde la esqu uina. Se pu uso Bonniee podría haaber discutid violento de ver a las chicas paaradas ahí.

‐ “¿Qu ué están haciendo?”, com menzó. Ento onces vio la ventana.

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‐ “Ella está muertaa”, dijo Mereedith quedamente.

‐ “Lo ssé”. Matt lucía como un na mala foto de él mismo o, una sobreeexpuesta. ““Me lo dijeron allá al frente. Estáán sacando… …”, se detuvo o.

‐ “Noss equivocamos. Aún desspués que le prometimo os…” Meredith se detuvo o también. N No había nada más qu ue decir.

‐ “Perro la policíaa tendrá qu ue creernos ahora”, dijjo Bonnie, mirando a Matt luego o a Mered dith, buscando algo por qué estar aggradecidos. “Tienen quee hacerlo”.

‐ "No,"" dijo Matt. “No lo haráán Bonnie. EEstán diciend do que fue suicidio”.

‐ “Suicidio? Han visto esta habitación? Llaman a esto suicidiio?, Bonnie lloró, su voz v eleván ndose.

‐ “Oh Dios”, dijo M Meredith, daandose la vueelta.

ue quizças see sentía culp pable por haber matado a Sue”. ‐ “Ellos piensan qu

uien entró a esta casa”, dijo Bonnie fieramemntte. “Ellos tieenen que adm mitir eso”. ‐ “Algu

e Meredith sonaba suave, como si estuviera muy cansad da. “Miren la ‐ "No.." La voz de ventan na aquí. Loss vidrios estáán todos po or fuera. Algguien desde dentro lo quebró”. Y eeso es lo o otro que estaaba mal en la imagen, pensó Bonniee.

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‐ “Probablemente e lo hizo él, saliendo”, dijo d Matt. Se miraron unos a otro os en silencio, derrottados. ‐ “Dón nde está Ste efan?” pregu untó Meredith a Matt. “Está al freente donde todos pueden verle??”.

‐ “No, una vez que descubrim mos que ella estaba mueerta se devo olvió. Yo vine a ver por él.

Debe eestar por ahí en alguna parte…”.

os del frentee se habían detenido. Iggual la mujeer que gritab ba. ‐ "Sh!"", dijo Bonnie. Los grito En la rrelativa calm ma podían oir una voz déébil más alláá de los árbo oles en la parte trasera d del patio.

‐ "mientras se sup pone tú la estabas vigilan ndo!”

El tono hizo que la piel de Bonnie B se errizara. “Es él!”, dijo Matt. “Y estáá con Damo on.

Vamoss!”.

Una vez v que esttuvieron en ntre los árb boles, Bonniie pudo esccuchar la voz v de Steffan claram mente. Los d dos hermano os estaban frrente a frentte a la luz dee la luna.

nfié en ti Damon, D conffié en ti!” decía d Stefan n. Bonnie nunca lo haabía visto tan ‐ “Con enojad do, ni siquie era con Tylerr en el cemeenterio. Perro era más q que rabia. ““Y sólo dejasste que paasara”, segu uía Stefan, sin mirar a Bo onnie o a loss otros, sin d dar a Damon la oprtunidad de rep plicar. “Por qué no hiciiste algo? Si eres tan co obarde para peliar con él, deberías al menoss haberme lllamado. Perro sólo te qu uedaste ahí!””.

La exp presión de Damon D era dura, cerrad da. Sus osccuros ojos brillaban, o no n había nada relajad do en su posstura ahora. Lucía tan in nflexible com mo un panel de vidrio. A Abrió su bocca, pero SStefan lo inte errumpió.

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‐ “Es m mi culpa. Debería habeerlo sabido. Debería haberlo sabido o major. To odos lo sabíaan, me ad dvirtieron, pe ero no escucché”.

‐ "Oh, en serio?”, Damon echo o un vistazo hacia Bonniie. Un escalo ofrío la reco orrió.

‐ “Steffan, espera”, dijo Matt, ““creo que…””

bería haberm me quedado con ella yo mismo. Le prometí que estaría a ssalvo, y men ntí! ‐ “Deb Ella murió m pensan ndo que la había h traicio onado”. Bon nnie podía verlo v en su cara ahora, la culpa royendolo como c ácido.. “Si me hu ubiera quedaado aquí…Y eso hubiera sido mejo or!, llorabaa Stefan. Su S pecho oscilaba. “Preeferiría haber muerto con c ella quee quedarmee a mirar!! Qué pasó, Damon?”. Se estaba controlando c o a sí mismo o, y estaba calmado, c muy calmado; sus ojoss verdes brillaban febrilles en su pálido rostro, su voz viciosa, ponzoño osa cuando habló. “EEstabas muyy ocupado persiguiendo p o a alguna otra o chica a través de los l desinteresad do para intervenir?”. arbusttos? O muy d

Damon decía nad da. Estaba tan t pálido como c su hermano, cadaa músculo tenso t y rígid do.

Olas d de negra furia se despren ndían de él m mientras mirraba a Stefan.

‐ “O quizás q lo disfrutaste”, co ontinuó Steffan, movien ndose medio o paso haciaa delante paara quedaar justo en laa cara de Daamon. “Sí, probablemeente fue eso o, te gustó, eestar con ottro asesin no. Fue buen no, Damon? Te dejó mirrar?”.

El puñ ño de Damon n tomó impu ulse y golpeó ó a Stefan.

Ocurriió demasiad do rápido paara el ojo de d Bonnie. Stefan cayó ó hacia atráás en el suaave césped d, sus largass piernas deespatarradass. Meredith h sollozaba aalgo y Matt saltó frentee a Damon.

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Valien nte, pensó Bonnie B aturd dida, pero estúpido. e El aire estabaa cargado dee electricidaad.

Stefan n dirigió unaa mano a su boca y enco ontró sangree, negra a laa luz de la luna. Bonnie se tambaaleó hasta su u lado y agarró su brazo o. Damon veenía por él n nuevamentee. Matt cayó ó a su esp palda, pero n no totalmen nte. Se arraastró de rodillas al lado de Stefan, ssentado sob bre sus tallones.

‐ “Es suficiente chicos, basta!””, gritó Mattt.

n trataba de levantarse. Bonnie se aferró a su brazo más ffirmemente.. “No! Stefaan, Stefan no! No o!”, rogaba e ella. Meredith agarró su u otro brazo.

‐ “Dam mon, déjalo ssolo”, solo d déjalo!”, Mattt decía brusscamente.

Estamos todos lo ocos, quedándonos en el medio de esto, pen nsó Bonnie. Tratando de imped dir una pele ea entre do os vampiross rabiosos. Ellos nos van a matar sólo paara silenciiarnos. Dam mon va a hacer volar a M Matt como a una mosca.

Damon se haabía detenid do, con Mattt bloqueand do su camino o. Por un laargo momen nto Pero D la escena perman neció congelada, nadie se movió, todos t rígido os. Luego, lentamente, la posturra de Damon n se relajó.

Sus manos cayero on y se soltaaron. Soltó lentamentee la respiraciión. Bonnie se dio cuen nta que ella había estaado conteniendo su pro opia respiración, y la dejó ó escapar.

La exp presión de Damon era fría como una estatu ua de hielo. “Muy bieen, hazlo a tu manerra” dijo, y su u voz era fríaa también. ““Pero yo lleggo hasta aqu uí. Y esta veez, hermano,, si me siggues te mataaré. Promessa o no prom mesa”.

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Damon recogió su u chaqueta. Con una mirada a Bonn nie, que apen nas pareció notarla, se d dio ó. Entoncess volvió sobrre sus pasos y habló claro y preciso, cada palab bra la vuelta y marchó uál como una flecha lanzada hacia Stefan. “TTe lo advertí”, dijo, “sobre lo que soy, y sobre cu lado ganaría. g Deberías hab berme escucchado, herm manito. Qu uizás aprendas algo essta nochee”.

‐ “He aaprendido q que confiar een ti es peorr”, dijo Stefaan. “Vete dee aquí Damo on. No quieero verte n nunca más”.

Sin otrra palabra, D Damon se vo olvió y se aleejó en la oscu uridad.

Bonniee soltó el braazo de Stefaan y puso suss manos en ssu cabeza.

Stefan n se levantó, sacudiéndo ose como un gato que ha sido reteenido contraa su voluntaad.

Camin nó a una cierta distanccia de los otros, o su caara evitando la de ello os. Entoncces simpleemente se quedó ahí. La rabia parecía p hab berlo dejado o tan rápido o como hab bía llegado.

ora?, se preeguntó Bonn nie. ¿Qué po odemos deciir?. Stefan ttenía razón en ¿Qué decimos aho una cosa: c ellos le habían n advertido o sobre Daamon y él é no habíaa escuchad do.

Verdaderamente parecía hab ber creído que su herrmano podíía ser de co onfianza. Y Y a contin nuación todo os se habían n descuidado o, confiando o en Damon porque era fácil y porque necesiitaban la ayu uda. Ningun no había arggüido contra el dejar a D Damon vigilar esta nochee a Vickie.

Todos tenían la cu ulpa. Pero eera Stefan q quien se estaaba desmoronando porr la culpa. EElla sabía que eso había h detráás de la fu uria contra Damon: su propia vergüenza y remorrdimientos. Ella se pregguntó si Dam mon sabría eeso, o le preeocupaba. Y se pregun ntó

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qué haabia pasado o realmente esta noche. Ahora quee Damon se había ido, probablemen nte nunca lo sabrían.

Sin importar qué, pensó ella, eera mejor qu ue se hubierra ido.

Afueraa los sonidos comenzab ban a escuch harse: autoss arrancando o en la callee, el sonido de una sirena, puertaas cerrándosse. Ellos estaban seguro os en el bosq que por el m momento, peero no pod dían quedarse aquí.

Mered dith tenía un na mano preesionando su u frente, suss ojos cerrad dos. Bonnie miró de ellaa a Stefan n, a las lucess de la silenciosa casa d de Vickie máás allá de los árboles. U Una oleada de agotam miento pasó ó a través de d su cuerp po. Toda la adrenalina que la hab bía mantenido durantte esta tard de parecia haberse h evap porado. Ya ni siquiera se sentía enojada e por la muertte de Vickie, sólo deprim mida y enferm ma y muy, m muy cansadaa. Deseó arrrastrarse hassta su cam ma en casa, ttirar las man ntas y cubrirsse la cabeza.

‐ "Tyleer," dijo ella en voz alta. Y cuando to odos se volvvieron a miraarla, ella dijo o: “Lo dejam mos en la iiglesia aband donada. Y ees nuestra ú última esperaanza ahora. Debemos lograr que n nos ayude”.

ó en silencio, sin hablar yy sin hacer ccontacto visu ual Eso loss despertó aa todos. Steffan se volvió con niinguno mien ntras los segguía hacia la calle. Los aautos de la policía y la aambulancia se habían n ido, y cond dujeron hacia el cementerio sin incid dentes.

e sin atar”, dijo Matt pesadament p g de disgusto. “Debe ‐ “Dejamos su pie e, con un gesto de vuelta, yaa que su auto está aun ahí”. O pu uede haber ssido atrapad do, haber caminado d dra que delaataran algo.. Meredith se pensó Bonnie. No habían marcas en el piso de pied ó a lo alto de el muro y se sentó, una m mano en el p puente de su u nariz. acercó

Bonniee se apoyó ccontra el cam mpanario.

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Habían n fallado co ompletamen nte. Eso fue lo largo y y corto de esa noche. Ellos habíían perdid do y él había ganado. To odo lo que habían hecho o hoy había aacabado en derrota.

Y Steffan, ella po odía decirlo,, estaba tom mando todaa la responsabilidad en n sus propiios hombros.

Ella m miró hacia la oscuridad, iinclinó la cabeza en el aasiento delantero mienttras conducíían de vueelta a la casaa. Otro pensamiento see le ocurrió, uno que envió alarmas por todos ssus nervio os. Stefan era todo lo que tenían paara protegerrse ahora qu ue Damon see había ido. Y si el m mismo Stefan n estaba déb bil y exhausto o…

Bonniee mordió su us labios mientras Merredith estaccionaba en la cochera. Una idea se estabaa formando en su men nte. Fue difícil, incluso o aterrador,, pero otra mirada haccia Stefan n puso acero o en su resolución.

El Ferrrari aun estaba estacion nado detráss de la cocheera –aparen ntemente Daamon lo hab bía aband donado. Bon nnie se preguntó como o tenía planeeado volver,, y entoncess pensó en las alas. Suavementte aterciopeeladas, fuertes y negraas alas de cuervo c que reflejaban el on no necesittaba un auto o. arcoiriis en sus plumas. Damo

Entrarron en la cassa sólo lo sufficiente paraa que Bonniee llamara a ssus padres yy les dijera que iba a p pasar la noche en casa d de Meredith h. Fue su ideea. Pero lueego que Steffan subiera las escaleeras a su hab bitación del áático, Bonniee detuvo a M Matt en el po orche delanttero.

‐ “Mattt, puedo pe edirte un favor?”.

Él miró ó alrededor,, sus ojos azu ules bien ab biertos. “Esaa es una frase con intencción. Cada vvez que Elena decía essas palabrass en particulaar…”.

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Liisa Jane Smiith

‐ “No, no, no es nada terrible. Sólo quierro que cuidees de Mered dith, verificar que ella essté ó hacia la ottra chica, quien caminab ba de vuelta al bien aal llegar a casa y eso”. EElla gesticuló auto.

‐ “Pero o tú vienes ccon nosotross”.

Bonniee miró haciaa las escaleraas a través d de la puerta abierta. “N No. Creo qu ue me quedaaré unos m minutos. Ste efan puede lllevarme a casa. Sólo qu uiero hablar con él acercca de algo”.

Matt la miró desco oncertado. “Hablar con n él acerca dee qué?”.

‐ “Sólo o de algo. No puedo exp plicarte ahorra. Quieres, Matt?”.

‐ “Pero o … oh, bien n. Estoy muyy cansado paara que me importe. Haaz lo que qu uieras. Te veeré mañan na”. Se alejó ó, pareciend do desconcerrtado y algo enojado.

mbilla en la lámpara dell techo no exxistía, y Steffan había en ncendido unaa vela. Estaba La bom acostaado desorde enadamentee en la cam ma, una pieerna fuera y una encima, sus ojjos cerrad dos. Quizás despierto. B Bonnie respiiró profundo o. “Stefan?””.

os se abriero on. “Pensé q que te habíaas ido”.

Sus ojo

‐ “Loss demás si, yo no”. Dios, D él estaaba pálido, pensó Bonnie. Impulsivamente, se enderezó.

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Liisa Jane Smiith

‐ "Steefan, he estaado pensand do. Con la id da de Damon, eres la ún nica cosa entre nosotross y el asessino. Eso siggnifica que d debes estar fuerte, tan fuerte como o puedas esttar. Y bien, se me ocurrió o que e quizás… tu sabes … … puedas necesitar …” Su voz temblab ba.

Inconccientemente e había comenzado a juguetear con n el improvissado vendajee de su man no.

Aún saangraba lenttamente don nde se habíaa cortado con el vidrio.

Su mirrada siguió a la de ella hacia abajo o. Entoncess sus ojos see levantaron n rápidamen nte hacia su rostro, le eyendo la co onfirmación ahí. Hubo u un largo momento de siilencio. Luego él sacu udió su cabe eza.

‐ “Pero, por qué?? Stefan, no quiero pon nerme muy personal, peero francam mente no lucces muy b bien. No serrás de much ha ayuda para nadie si ccolapsas. Y … no me im mporta, si só ólo tomass un poco. M Me refiero, no voy a exttrañarla, no? Y no pued de doler mucho. Y…” Una vez máás su voz se fue apagando. Él solo lla miraba, lo o que era mu uy desconceertante. “Bieen, por qu ué no?” dem mandó ella, sintiendose u un poco deceepcionada.

‐ “Porque”, dijo él suavementte, “hice una promesa. Quizás no con tantas p palabras, peero una prromesa com mo fuera. No o tomaré sangre human na como com mida, porque eso signifiica usar aa una person na, como ganado. Y no la intercam mbiaré con nadie, porque eso signifiica amor, y…” Esta ve ez fue él quien no pudo continuar. P Pero Bonniee entendió.

nca habrá naadie más, no o?”, dijo ella.. ‐ “Nun

‐ “No, no para míí”. Stefan estaba tan caansado que su control sse desmoron naba y Bonn nie podía ver detrás d de la máscara. Y de nuevo ella vio el dolor y la necesidad d, tan inmen nso que tu uvo que miraar hacia otro o lado.

Un exxtraño escalo ofrío de preemonición y y consternacción pasó po or su corazó ón. Antes, se había preguntado o si Matt algu una vez superaría lo de Elena, y él llo había heccho al pareceer.

Pero SStefan… Ste efan, se dio cuenta, era diferente. No importaba cuánto tiempo pasara, Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Liisa Jane Smiith

no imp portaba que e hiciera, él n nunca sanarría. Sin Elena siempre sería la mitad d de sí mism mo, sólo una mitad vivva.

Ella haabía subido para darle aa Stefan un rregalo que éél no quería. Pero habíaa algo más que él queería, ella se d dio cuenta, yy sólo ella ten nía el poder de dárselo.

Sin mirarlo, su vozz ronca, ella dijo, “te gusstaría ver a EElena?”.

Silenciio mortal de esde la cam ma. Bonnie se sentó, mirando m las sombras en n la habitación agitarsse. Al final, lo miró con el rabillo deel ojo. A él le costaba rrespirar, los ojos cerrado os, el cuerpo tenso. TTratando, diagnosticó Bo onnie, de resistir la tentación.

Y estaba perdiend do. Bonnie vvio eso.

Elena siempre sería demasiad do para él.

Cuand do sus ojos e encontraron los de ella d de Nuevo, eran sombrío os, y su bocaa era una linea delgad da. Su piel ya no esttaba pálida sino coloreeada. Su cuerpo c aun temblaba de anticip pación.

‐ “Pueedes salir herrida, Bonnie”.

‐ “Lo ssé”.

ndo a fuerzaas más allá de tu contrrol. No pueedo garantizzar que pueda ‐ “Te estás abrien proteggerte de ello o”.

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‐ “Lo ssé. Cómo qu uieres hacerllo?”.

Fieram mente, él tom mó su mano. “Gracias B Bonnie”, susu urró.

Ella sin ntió la sangrre aflorar a su cara. “Está bien”, dijo ella. Cieelo Santo, él era hermosso!

Esos ojos o … en un n minuto ella iba a salttar sobre él o a derretirrse como un n charco en la cama. Con un ago onizante y p placentero ssentimiento de virtud ella retiró su mano de la de él y see volvió a la vvela.

‐ “Quéé tal si entro en trance yy trato de alccanzarla, luego, una vez que haya heecho contactto, trato d de encontrarte y te arrastro dentro?? Crees que eso resulte??”.

‐ “Pueede ser, si trrato de alcaanzarte a ti también”, dijo d él, centrrando su inttensidad en la vela. ““Puedo tocaar tu mente … cuando esstés lista, lo sentiré”.

‐ “Bien”. La velaa era blancaa, la cera brrillante y su uave. La flaama aumenttaba y decaía.

Bonniee la miró hasta h que ella comenzó ó a perdersse en ella, hasta que el e resto de la habitaación desapaareció alredeedor de ella. Sólo había la flama, ellla misma y laa flama.

Ella en ntraba en la flama.

Un brillo insoportaable la rodeaaba. Luego pasó a travéés de esa luzz hacia la osccuridad.

La cassa funerariaa estaba fríaa. Bonnie miró m alrededor, pregun ntándose có ómo llegó ahí, tratando de reuniir sus pensamientos. EEstaba sola, y por alguna razón eso le molestab ba. más que se ssuponía estaaría aquí tam mbién? Ella eesperaba a aalguien.

No había alguien m

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Paso a a paso, com mo si algo laa atrajera, Bonnie B se accercó al ataud. Ella no o quería mirrar dentro o. Tenía que e hacerlo. Había algo en n esa caja esperando porr ella.

El salo on entero esttaba teñido con esa suave luz blanca de las velaas. Era como o flotar en una isla rad diante. Pero o ella no queería mirar…

o en cámaraa lenta, ellaa llegó al ataaud, miró el blanco raso del interio or.

Movieendose como Estabaa vacío.

Bonniee lo cerró y sse inclinó, su uspirando.

Entonces captó un n movimientto con su vission perimettral y giró.

Era Eleena.

‐ “Oh Dios, me asu ustaste”, dijo o Bonnie.

ue no vinieras acá”, resp pondió Elenaa. ‐ “Pensé que te haabía dicho qu

do sobre suss hombros yy por su espalda, el pálido Esta vez su cabello estaba suelto, flotand mente a la lu uz de las velaas. oro dee una llama. Usaba un vvestido delgaado, que brillaba suavem Lucía eella misma ccomo una veela, luminosaa, radiante. Sus pies estaban desnud dos.

Bonnie luchaaba porque los concepttos no se le escaparan p por los bord des ‐ “Vinee acá a…”, B de la m mente. Este e era su sueeño, su trancce. Ella deb bía recordar. “Vine paraa dejarte verr a Stefan n”, dijo ella.

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Los ojjos de Elena bien abieertos, sus laabios partido os. Bonniee reconoció la mirada de anhelo o, de casi irrresistible an nsia. Ni quince minuto os antes la había visto en la cara de Stefan n.

‐ “Oh””, susurró Elena.

E Traggó saliva, sus ojos enssombrecidoss. “Oh Bon nnie…pero no puedo o”.

‐ “Por qué no?”

Las lággrimas brillaban en los o ojos de Elena ahora, y su us labios tem mblaban. “Q Qué pasa si las cosas comienzan aa cambiar? Q Qué pasa si él viene y…”” Puso una m mano en su boca y Bonn nie record dó el último sueño, con dientes apaareciendo dsgarradoress. Bonnie en ncontró en llos ojos de Elena un in ndescriptiblee horror.

‐ “No lo ves? No p podría soportarlo si algo o como eso ocurre”, Eleena susurró. “Si me ve de esa manera m … y no puedo controlar c las cosas aqu uí, no soy lo o suficientemente fuertte.

Bonniee, por favor, no lo dejjes pasar. Dile cuánto o lo siento. Dile…” Cerró sus ojo os, derram mando lágrim mas.

na dice…" N No importabaa. La mentee de él era m más fuerte qu ue la de ellaa, y ‐ "Steffan, no! Elen al instante que ella hizo contaacto él tomó ó posesión d de ella. Él h había intuido o la esencia de su con nversación con Elena, peero no iba a aceptar un no por resp puesta. Indeefensa, Bonn nie se sinttió a si mism ma anulada, ssentía la meente de él ceerca, cercanaa al circulo d de luz formado por los candelabros. Ella sinttió su presencia ahí, la ssintió toman ndo forma. Se volvió y lo vio, caabello oscuro, fieros ojo os verdes co omo los de u un halcón. YY entonces, sabiendo que no hab bía nada más que ella pu udiera hacerr, ella retroccedió para deejarles soloss.

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Capítu ulo Doce

Stefan n escucho un na voz que su usurraba , su uave pero do olorosamente “Oh no``.

Una vo oz que pensó nunca escucharía nuevamente , p pero una quee jamás olvid daría .

mecía dentro o Una onda de movimientos reccorrían su piel , y pudo ssentir que algo se estrem o en un instaante , su men nte casi colaapso porque de el , giro hacia laa voz, su ateención se fijo día dar abasto a todas laas emocionees de una vezz. no pod

Sus ojo os veían borrrosos y solo o podían disttinguir una o oleada de rad diante luz paarecida a mil velas. Pero no imp portaba . El p podía sentirla ahí. La misma presenccia que el haabía sentido el primer dia que había llegado aa Fell s Churrch , una clarra dorada luzz que brillo een su mosura y sin ncera pasión y vibrante vvida . concieencia . Llena de una herm

Demandando que e se moviera hacia ella y olvidara tod do lo demás , Elena , eraa realmente Elena.

Su preesencia lo do omino , llenáándolo hastaa sus huellass digitales . TTodos sus hambrientos sentidos fueron acctivados con n esa ola de luz, buscánd dola , Necesitándola.

mo si se obliggara a ella misma a haceerlo.

Ella see movió lentaamente , vaccilante .Com

n estaba atraapado en una parálisis siimilar.

Stefan

Elena.

mera vez. Su u pálido cabeello rubio flo otando alred dedor de su El la viio igual que Como la prim cara y hombros co omo un halo o. Su blanca yy perfecta piel , su esbellto y fino cueerpo , justo ahora alejado de e el , levantò ssu mano en protesta , ``SStefan `` dijo o un susurro o , y era su vo oz . Su vo oz diciendo ssu nombre . Pero habia ttanto dolor een ella que eel quizo corrrer hacia ellaa , sosten nerla y prom meterle que ttodo estaría bien.

``Stefaan ,por favorr ………..no puedo``

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El pod día ver sus ojjos ahora . D De un azul osscuro como eel Lapis Lazu uli , con unass manchitas de color dorado . Llenos de do olor y húmed das lagrimass no derramaadas. Estas d desgarraban n sus en ntrañas.

no querías ve erme??`` las voz era secaa y sucia. `` Tu n

o quería que e tu me vieraas. Oh Stefan , el puede hacer que p pase cualquier cosa y el ``Yo no nos en ncontraría y vendría hacia acá…``

Alivio y dolorosa aalegría inund daron a Stefaan . El apenaas se podía cconcentrar een sus palabrras , y no importaba. La forma en qu ue ella decía su nombre era suficientte.

Ese ``O Oh Stefan`` le decía todo o lo que le im mportaba.

Se mo ovió hacia ella lentamentte , su mano o se movió hacia arriba p para alcanzar la de ella.

EL vio la manera e en que su cabeza se movvía , vio sus labios separaarse con un fuerte suspiiro brillo interior , como unaa llama brillaando translú úcidamente een una vela . . Su piel tenia un b uedaban atrrapadas en sus pestañas como diamantes .

Gotas húmedas qu

Tambiién ella segu uía tratando de negarse , protestand do , pero no movió su mano a un lad do.

Ni incluso cuando el la soltó y la tomo , prresionando ssus frías yem mas de las manos como ssi estuvieran en lado os distintos d de un panel de vidrio.

no pudieron evadirlo . See miraron , ssin mirar a n ningún otro Y a estta distancia sus ojos ya n lado . Hasta que e ella dejo de ssusurrar ``No o Stefan ``y ssolo susurro o su nombre..

El no p podía pensar , su corazó ón parecía saalirse de su p pecho , nadaa importaba , excepto el hecho o de que ella estaba ahí ,, y ellos estaban juntos .

El no n noto los extrraños alredeedores , ni le importo qu ue alguien esstuviera miraando , despacio muy despacio , cerro o su mano alrededor de la suya , enttrelazando ssus dedos , como la manera e en que tenia que ser , subió su otra m mano hacia ssu cara , sinttiendo la texturra de ella con n sus dedos y con una so onrisa atrapaada en su gaarganta . Laggrimas soñadas, pero eran reales , Ellla era real.

Elena.

La dulzura lo invad dió , un placer tan nítido o que dolía , solo para qu uitar las lagrrimas que caían por su cara ccon su dedo pulgar.

Toda eesa ternura ffrustrada dee los últimos 6 meses , to oda la emoción que conttuvo en su corazó ón por todo ese largo tieempo , salió como una cascada , sum mergiéndolo, ahogándolos a los d dos.

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Vasto un pequeño o movimientto y el ya esttaba sosteniééndola , com mo un ángel en sus brazo os , fría yy emocionante vida y belleza.

Hacien ndo de el airre una llama intensa.

Ella sin ntió un escalofrió en su abrazo , sus ojos seguían cerrados yy sus labios sse abrieron lentam mente , No h había nada m mejor que esse beso . Estee arranco ch hispas de los nervios de Stefan n , derritiend do y disolvien ndo todo a ssu alrededorr. El sintió qu ue su auto co ontrol de desato o , aunque h había tratado o arduamentte de manteenerlo por m miedo a perderla.

or , se enervo o , los nudoss se desataro on , y las com mpuertas see abrieron . EEl Todo een su interio podía sentir sus laagrimas al so ostenerla cerrca de El ,traatando de fundirse en un na sola carnee , un cueerpo . Para q que asi nada nunca pudiera separarllos nuevameente.

Los do os trataban d de llorar sin separar el beso . Los delgados brazo os de Elena eestaban sobre su cueello ahora , ccada centímeetro de ella sse acomodaba a el como o si nunca hubiera perten necido a otro o lugar.

Podía saborear la sal de sus laagrimas en su us labios y lo o empaparon en dulzuraa.

El sabiia , vagamen nte , que no debía pensaar en nada m mas . Pero esse primer toq que eléctrico o , de toccar su tan be ella piel había llevado su razón fueraa de su mentte.

uego , el univverso podía estallar ,dessmoronarse o quemarsee y Estabaan en un torbellino de fu hacersse cenizas, p pero lo único o que le impo ortaba era p poder manteenerla a salvo o .

Pero EElena estaba Temblando o , no solo dee emoción , ttambién de intensidad q que lo hacia mareaarse y ahogarse en placeer . Temía . EEl pudo sentiirla en su meente y quiso proteger essta tambiéén . Ser un e escudo que la protegieraa y que pudiera acabar ccon cualquieer cosa que sse atrevieera a asustarla. Con algo o parecido a un gruñido alzo su cabeeza y dio unaa mirada alredeedor.

``Que pasa`` el dijo o , haciendo o escuchar su u voz como lla de un predador.

``Si alggo trata de laastimarte‐‐‐```

``Nadaa puede lastimarme` `Dijjo ella aferráándose a el ,, pero se ech ho hacia atráás para miraar su cara.

da por ti, Steefan , por lo q que te pued da hacer , y p por lo que el pueda ``Estoyy preocupad hacertte ver…..``Su u voz se queb bró .``Oh Steefan , vete antes que el venga. El te puede encontrar a travéss de mi , porr favor , por ffavor , vete```.

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Liisa Jane Smiith

``Pídem me cualquie er otra cosa yy la hago`` dijo Stefan . EEl asesino teendría que que destro ozarlo nervio o por nervio , musculo por musculo ,, célula por ccélula, para hacer que laa dejaraa.

un sueño`` D Dijo Elena desesperadam mente y nuevvas lagrimas cayeron , ``Stefaan , es solo u ``No p podemos toccarnos realm mente, no po odemos estar juntos . No o esta permitido .``

A Stefan no le imp porto , no paarecía un sueeño , se senttía real , eh incluso aunq que fuera un n sueño no la dejaríía , por nadiee, no había ffuerza en el cielo ni en eel infierno qu ue lo pudieraa …….

`` Equiivocado amigo , sorpresa!``, dijo unaa nueva voz , una que Sttefan nunca había escuch hado .

Pero laa reconoció de inmediatto como la vvoz de un aseesino . Un caazador de caazadores.

ndo giro , reccordó lo quee Vickie , la p pobre Vickie dijo , Y cuan ``El lucce como el d diablo``.

Si el D Diablo fuera aapuesto y ru ubio , el usab ba un imperm meable gasttado , como Vickie lo había descrito. Sucio y destrozzado . Lucia como una p persona corriente de cuaalquier gran ciudad d , excepto q que era tan aalto que sus ojos eran claros y penettrantes . De un azul eléctriico , como un despejado o cielo , su pelo era casi blanco, y esttaba peinado hacia atrás como si flotara en n el viento. su gran sonrisa hizo que Stefan se sin ntiera enferm mo . ``Salvaatore , debo suponer`` h haciendo algo o parecido aa una revereencia.

``Y porr supuesto laa hermosa FFallecida Elen na ,quieres u unirte a ella Stefan ?.

``Ustedes dos estáán hechos ell uno para ell otro.``

El luciaa joven , mas grande que Stefan , peero aun así joven .No lo era.

``Stefaan vete ahorra `` susurro Elena ``El no o puede lasttimarme , peero tu eres d diferente. El puedee hacer que aalgo te pase cuando salggas de el sueeño.

El brazzo de Stefan n se cerro alrrededor de eella.

o!" el hombrre del imperrmeable aplaaudió como si esto alenttara a una au udiencia "Bravo invisib ble , este se ttambaleo liggeramente yy si este hubiiera sido hum mano Stefan n habria pensado que estaba ebrio .

``Stefaan, Por Favor!!..susurro Elena .

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``Seriaa impropio d dejarte antess de que ni siquiera nos hallan preseentado aprop piadamente `` dijo el hombre rub bio, con sus manos en lo os bolsillos yy acercándosse dos pasoss mas cerca.

`` ¿No quieres sab ber quien soyy?``.

Elena giro sorpren ndida su caraa, asustada ,, desafiante,, y la acomod do en el hom mbro de n .El acomod do su mano aalrededor dee su cabello , queriendo protegerla d de este Loco o.

Stefan

``Quieero que sepas ``le dijo mirando por ssobre el cabeello de Elenaa al hombre rubio.

o me lo preguntaste en u una primera instancia`` d dijo el homb bre ``No see porque no golpeáándose la mejilla con su dedo índicee. ``Acud diste a todoss los demás ,, Y Yo soy el único que tee lo puede d decir , Eh esttado cerca por un larggo tiempo.```

``Hacee cuanto `` dijo Stefan no o sorprendid do.

``Un laargo tiempo…`` La mirad da del hombre rubio se vvolvió fija , ccomo si miraara a través d de los año os.

`Yo rassgaba gargantas bastantte blancas cu uando tus an ntepasados estaban con nstruyendo eel Coliseo.

``Yo m mate al ejerciito de Alexan nder y peleee en la Guerrra de Troya ,, soy Viejo Salvatore , so oy uno dee los originales , uno de mis primero os recuerdoss son el habeer llevado un n hacha de Broncee ``.

Stefan n asintió lenttamente.

Había escuchado d de los antigu uos , eran un na leyenda eentre los vam mpiros , pero o Stefan nunca había oído de nadie que en realidad conociera uno. Cada vvampiro era transformad do por ottro vampiro ,, con el intercambio de sus sangres , Pero en alggún lugar haace mucho tiempo o , Estaban llos originales , los que no habían sid do transform mados por naadie, Era unaa línea d de continuid dad que habíía sido deten nida , Pero n nadie nunca había sabido o como esto os se tran nsformaron en vampiross, pero sus p poderes eran n legendario os.

``Yo ayyude a derro ocar al Imperio Romano``` el rubio co ontinuo reco ordando.

``Nos llamaban báárbaros , no entendían laa Guerra Salvvatore!``

mo ella , Eurropa era excitante en ese entonces, Decidí qued darme No había nada com bes, la gentee nunca se seentía cómod da a mi alredeedor del paíss y disfrutar. Era raro sab alredeedor , Casi siempre corrían o sosteníían cruces .

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Novio su cabeza e en negación. ``Pero una mujer vvino a pedir mi ayuda , eera la mucam ma en la casaa de un baró ón , y su amaa estabaa enferma, M Muriendo , eella dijo , y quería que hiciera algo po or ella.

o con una so onrisa volviendo a su rosstro , haciéndose cada vez mas ``Y enttonces `` dijo grandee .

``Lo hiice , Era una cosita tan liinda``.

Stefan n giro su cuerpo para aleejar a Elena d del hombre rubio , y porr solo un min nuto giro su cabezaa también , El debía saberlo o lo ten nia que habeer descifrado o, todo se aclaro en su mentee, la muerte de Vickie y lla de Sue en ultima instaancia acostada en su pueerta. El habíía empezzado esta se erie de eventtos que term minaban aquí.

``Katherine ``dijo. Levantando o su cabeza yy mirando a el hombre , quien tamb bién le devolvvió la miradaa.

``Tu erres el vampiro que convvirtió a Katheerine``.

``Para salvarle la vvida ``dijo el hombre, como si Stefan n fuera un esstúpido que acababa de aprend der una leccción.

``Que tu linda preciosidad se lllevo``

Katherine se lo había Un nombre, Stefan buscaba un nombre en su mente, sabia que K dicho, Como si describiera al h hombre una vez, pudo eescuchar en su mente.

``Desp perté a la mitad de la noche y vi un h hombre, quee Gudren mi nana, habíaa traído, estabaa asustada , Su nombre eera Klaus y p por lo que haabía escuchaado de la gente del pueblo o, decían que el era Diab blo…``.

`` Klau us `` el homb bre rubio dijo o suavementte y agregan ndo , así es ccomo ella mee llamaba , ``Volviió a mi luego o de que doss muchachoss Italianos laa dejaron plaantada , ella hizo todo por ellos, llos transform mo en vamp piros, dándolles vida eterrna , pero ellos fueron deesagradecidos y la eccharon, ``Muy raro.”

``No fu ue así como paso ``dijo SStefan entree dientes.

``Fue iincluso mas extraño quee ella nunca los olvidara,, Salvatore ,A A ti especialmente, siempre hacia malas comparaaciones de Uds dos, tratee de cambiar su corduraa, pero nuncaa funcio ono. A lo mejjor debí hab berla matado o yo mismo, no se , pero o después mee acostumbrre a teneerla a mi alre ededor.

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Nuncaa fue la mas brillante , peero era obseervadora y saabia como d divertirse , lee mostré com mo disfruttaba matar yy eventualm mente su cereebro se volvió mas pequ ueño , pero ¿¿que mas daba? no era su ce erebro la razzón por la qu ue la tenia.

Katherine en n el corazón de Stefan, p pero aun Ya no había ningún vestigio dee amor por K seguíaa odiando al hombre quee la había traansformado en lo que teermino siend do.

``Yo, yyo Amigo??``` Klaus apun nto a su pech ho incrédulo .

`` Tu transformastte a Katherin ne en lo que es ahora"

``Bastaante ayudo ttu noviecita también , ahora ella estta hecha cen nizas , comid da para gusano os`` . Pero laa dulzura dettrás de mi alcance se hizzo presente .

``Una vibración de e un plano M Mayor`` no es eso lo que la mística dijo Elena?. P Porque no see siente esa vibra aq quí abajo con el resto dee nosotros.

``Si solo pudiera`` Susurro Elena , levantan ndo su cabeza y mirándo olo con odio o. `` Bueno mientrass tanto , obtu uve a tus am migos , Sue era una niña tan dulce, escuche . Dijo o lamién ndose los lab bios . ``Y Vickkie fue deleiitable , un cu uerpo lleno d de aroma. M Mas parecido o al de u unos 19 añoss que a los 1 17.

Stefan n retrocedió un paso haccia adelante , pero Elenaa lo contuvo.

e es su territo orio y sus po oderes menttales son maas grandes que los ``Stefaan , No! Este nuestrros, El los co ontrola.``

``Preciisamente este es mi terrritorio , en realidad , Klaaus sonrió bu urlona y sarccásticamentee otra veez.

``Dond de tus peore es pesadillas se vuelven realidad, sin n ningún costto a cambio``` , dijo mirand do a Stefan .

``Te gu ustaría ver como luce tu u novia realm mente, ahoraa mismo, sin n su maquillaaje ?``.

Elena hizo un suavve sonido , ccasi como un n gemido, Stefan la sostu uvo mas fuertemente .

``A passado mucho o tiempo dessde que murrió??unos 6 m meses ?, sab bes lo que lee pasa al cuerpo o cuando esta bajo tierrra por 6 meses??, Klaus sse lamió los labios nuevamente com mo un perrro.

Ahora Stefan ente endía porquee Elena temb blaba , y hab bía movido ssu cabeza paara alejarse d de el , pero el la había aprisionad do en sus braazos.

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``Esta todo bien `` el le dijo a eella suavemeente , y a Klaaus : ``Te esttas olvidando , de que yo o tampo oco soy un humano que salta de las sombras en la busca de sangre, se d de la muertee Klaus yy no me asusta.

ociona?? La vvoz de Klauss se volvió m mas baja, into oxicante, ``N No es así?``, n no ``No , pero te emo te excita la fetidezz , la podredumbre , los fluidos de caarne descom mpuesta??. N No te deleitaa??``. ``Stefaan Por favor dejame ir`` Elena tembllaba y lo empujaba con ssus manos, ttodo el tiempo o girando su u cara para q que el no pud diera verle la cara, su vo oz estallo en lagrimas, ``Por FFavor``.

``El ún nico poder que tienes aq quí es el poder de la Ilusiión`` Stefan le dijo a Klau us , sosten niendo a Elen na hacia el yy con su mejilla apoyadaa a su cabello o , podía sen ntir los cambios en el cuerpo que sostenía , el pelo debajo dee su mejilla p parecía áspeero y la forma de Elena parecía aachicarse maas de lo debiido . En ciertto modo su p piel es pareccida al cuero o``, Klaus le aseguro , con un brillo o burlón en sus ojos .

``Stefaan no quiero o que me mires‐‐‐‐``

Con lo os ojos en Klaaus , Stefan gentilmentee corrió el to osco cabello claro y acaricio el lado d del rostro de Elena , iggnorando la ruguesa con ntra sus ded dos.

`` Pero o claro , casi la mayoría d del tiempo ssolo se desco ompone , qu ue manera de terminar , pierdees todo , piell , carne , mu usculos, órgaanos interno os –todo vueelve a la tierra..``

El cuerpo en los brazos de Steefan se estab ba disminuyeendo , pero el cerro sus ojos y la sostuvvo mas fuerttemente.

u interior.

Un odio por Klaus crecía en su

``Una ilusión , es ttodo una Ilussión ……..``

o, y desapareeció como co omo un papel que vuelaa por la aceraa , ``Stefaan`` dijo un sseco susurro El estaaba sostenie endo el aire, en un minutto se había d desvanecido o, y Stefan see encontró sosten niendo una p pila de hueso os.

Finalm mente termin no de ese modo , sobre 200 partes ffáciles de en nsamblar .

``Viene con su pro opia cajita dee puzzle …..`` En el lado mas apartad do del circulo o de luz hub bo ujido, un ataúd blanco erra abierto po or el , con la tapa hacia aarriba le dijo o ``Porque no un cru haces los Honoress , Salvatore???`` ``Pon aa Elena dond de pertenecce``.

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Liisa Jane Smiith

Stefan n se había arrrodillado , teemblando y mirando loss finos hueso os blancos en sus manoss .

Es solo o una ilusión n – Klaus estaba simplem mente contro olando el traance de Bonnie y le mostraba a Stefan n solo lo quee quería que viera .

n el interior de Stefan no o reconocía El realmente no había herido a Elena , perro la furia en eso.

Cuidad dosamente p puso los frággiles huesos en el suelo, tocándolos gentilmentee . Entoncess miro aa Klaus con d desprecio .

no es Elena ``` dijo. ``Esa n

``Claro o que si lo ess, La reconoccería donde fuera`` las m manos de Klaaus se exten ndieron declam mando .

``Reco onocería a un na mujer tan n hermosa en sus huesos….``

`` No , una gota de e sudor `` cayo por la freente de Stefaan.

de escuchar la voz de Klaaus y se conccentro, apreetó sus puño os, contrajo ssus musculo Dejo d con essfuerzo, era como empu ujar una rocaa camino a arriba el luchar contra la influencia d de Klaus. Pero el poner los delgad dos huesos sse empezó aa hacer difíciil y sintió una ligera luz dorada a su alrede edor.

``Un taapo , huesoss y una madeeja de cabello..que estúpido le decíaa , esa es jussto ella.

Una lu uz brillaba , d danzaba , co onectando lo os huesos . TTibia y dorada los rodeab ba, cubriééndolos como una rosa een el aire , lo o que se levaantaba ahí era el rastro d de una suave luz, su udor cayo po or lo ojos de Stefan y sinttió que su pulmón iba a reventar .

``Quieeto todavía … …..pero con lla sangre corriendo``.

El cabeello de Elenaa , largo y dee dorado sed doso se fijab ba sus hombros brillando o .

Los rassgos de Elen na, borrosos al principio y luego clarramente definidos formaados sobre ssu cara.

Stefan n reconstruyo cada detalle , gruesas pestañas, pequeña nariiz, labios sep parados com mo pétalo os de rosa. U Una luz blancca rodeando su figura, crreando un vestido.

``Y enttonces el quebró la taza que habría el camino a la tierra de los muertoss``

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Liisa Jane Smiith

``No``,, mareos inu undaron a Sttefan y sintió ó como un gran poder saalía como un n suspiro fueera de el.

Un susspiro salió de el pecho d de la figura, yy los ojos láp piz lazuli se aabrieron.

Elena sonrio, y sin ntió el calor d de su amor ccomo una arrco a su encu uentro.

``Stefaan``

Su cab beza la mirab ba hacia arriba, orgullosa como una reina .

n se giro hacia Klaus , quien había terminado de hablar y esttaba callado .

Stefan

``Esto``` dijo difícilm mente ``es EElena .

No esee cascaron vvació que dejjo detrás en el suelo . Essta es Elena,, y nada de lo o que puedaas hacer podrá tocarrla``.

o hacia afuerra su mano yy Elena la tom mo y se paro o a su lado, ccuando se to ocaron, el Movio sintió una sacudid da y sintió su us poderes fluyendo en eel sosteniénd dolo .

Se queedaron uno al lado del o otro , lado a lado , mirando al hombrre rubio, Steefan nunca se había sentido tan feroz y victo orioso en su vida incluso o fuerte también.

Klaus los miro porr casi unos 20 segundos y se convirtiió en una fieera. Su cara ccambio a la d de ontra de el y Elena, y uso o toda su odio. SStefan podiaa sentir olas de poder maligno en co fuerzaa para resistir al maestro o de la oscurridad , su furria trataba dee separarloss , aullando por to oda la habitación, destruyendo todo en su camin no . Las velass se apagaro on y volaban n por el aire como ssi estuvieran en un tornaado . Era com mo un sueño o que se destruía a su ndose añicoss. alredeedor , hacién

Stefan n aferro la ottra mano de Elena, el vieento despein naba su cabeello, haciénd dolo flotar alredeedor de su caara .

"Stefan!" ella estaaba gritando, tratando de hacerse esscuchar, lueggo escucho ssu voz en su u mentee.

``Stefaan escucham me ! Hay unaa sola cosa que puedes h hacer para detenerlo, neecesitas una victima Stefan—una de sus vicctimas. Solo una victimaa lo sabe`` .

era insoportaable, como ssi un pedazo o de el tiemp po y espacio se estuvieraa El niveel del ruido e rasgan ndo.

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Stefan n sintió que aarrebataban n las manos d de Elena de las suyas y ccon un grito de desesp peración, la busco nuevaamente, perro no pudo ssentir nada, había dejado de hacer esfuerrzos de luchaa contra Klau us, no la pud do retener m mas en su conciencia, la oscuridad see apodeero de el, girando hacia aabajo con el .

Bonniee había obse ervado todo.

Era exxtraño , pero o cuando se m movió para d dejar a Stefaan irse con EElena, pareciió que perdía la pressencia en su sueño. Com mo si ya no fu uera un jugaador pero en n el escenario la batalla seguíaa su curso. Podía mirar p pero no podíía hacer nada mas.

Al finaal sintió mied do, no era lo o suficientem mente fuertee para manteenerse en el sueño, y todo eexploto, dejáándola fueraa del trance, de vuelta all dormitorio de Stefan.

El estaaba tirado en n el suelo y p parecía mueerto, blanco, pero quieto o, cuando Bo onnie lo jalo,, tratando de acostarlo en la caama, su pech ho se movió y ella escuch ho un leve yy ahogado suspiro.

"Stefan? Estas bien…..?"

El miro o por la amp plia habitacio on tratando de buscar algo. ``Elena!!!!``dijo.

Y luego se callo de ejando que ssu mente se aclarara.

Su carra cambio, po or un espanttoso momen nto Bonnie p penso que llo oraría, pero el cerro sus ojos y dejo caer su u cabeza en sus manos.

"Stefan?"

e aguantar."

"La peerdí, no pude

"Lo se ." Bonnie lo o miro por un momento después arm mándose de coraje se arrrodillo frentte a el, so osteniendo ssu hombros .

``Lo sieento``le dijo o, su cabeza se alzo abru uptamente y pudo ver su us verdes ojo os secos pero totalm mente dilatad dos que se vvolvían casi n negros. Su nariz se ensan ncho, sus lab bios se retrajeeron hacia sus dientes.

"Klauss!"dijo el nom mbre como ssi lo escupieera, como un na maldición n. ¿Lo viste?```

"Si," B Bonnie dijo, rretrocediend do y tragand do, mientras su estomaggo de revolvíía. ``Esta loco``… ….``No es así Stefan ``.

"Si." D Dijo Stefan le evantándosee. "Alguien debe detenerrlo."

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"Pero como?" dessde que vio aa Klaus, Bonnie estaba ,m mas asustad da que nuncaa , mucho mas asustaada y menoss confiada.

"¿Pero o como pode emos deteneerlo , Stefan? Nunca hab bía sentido u un poder com mo ese"

"Pero acaso tu no—?" Stefan la miro rápid damente. "B Bonnie, ¿no escuchaste lo que dijo Elena al final ?"

"No. ¿¿De que hablas? No pudee escuchar n nada , había un pequeño o huracán en n ese mismo o instante."

nie…"los ojoss de Stefan eeran distantees y especulativos como o si hablara p para si mism mo.

"Bonn "Eso significa que a lo mejor eel tampoco eescucho nada, entonces no sabe y no podrá trattar de dettenernos."

"De qu ue Stefan?, D De que estass hablando?"

"De en ncontrar unaa victima. ``

Escuch ha, Bonnie, EElena me dijo que si pod demos encon ntrar una vicctima sobrevviviente de Klaus, podemos encontrar la m manera de d detenerlo."

Bonniee estaba com mpletamente sorprendid da.

“Pero …como?"

ue los vampiros y sus vicctimas, sus p presas , comparten su m mente por un n momento een "Porqu el inteercambio de sangre. Algu unas veces eel donante aprende cosaas del vampiro de ese modo. No siempre e, pero ocasionalmente,, Eso debió h haber pasado y Elena lo sabe .

"Eso eesta muy bien —excepto o por un pequeño detallee," dijo Bonn nie.

"Me p puedes decir quien en to oda la tierra, podría sobrrevivir a un aataque de Klaus?"

Ella esspero que Stefan se desaalentara, pero no lo hizo o .

``Un vampiro `` dijjo simplemeente .

``Un H Humano al que Klaus hub biera transfo ormado en vvampiro ``, Solo con el in ntercambio d de sangree, sus mente es se conectaaron.”

"Oh. O Oh. Entoncess …….si podeemos enconttrar a un vam mpiro que el halla conveertido……perro dondee ?"

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"A lo m mejor en Eurropa ."Stefan empezó a caminar porr su cuarto ccon sus ojos estrechos .

"Klauss tiene una laarga historiaa, y algunos d de sus vamp piros debe seeguir ahí, creeo que debo o ir a busccar uno ``.

Bonniee estaba com mpletamente consternada . ``Pero SStefan no no os puedes deejar . Tu No puedees!!``.

Stefan n se detuvo e en donde estaba, al otro o lado de la h habitación, q quedándosee muy quieto o.

mirarla. `` No quiero``, dijjo levementee .``Bueno teendremos que pensar en Luego giro para m olución –pod dríamos con nseguir a Tyleer otra vez. ``` otra so

ue ir, Bonniee .

Esperaare una semana, hasta eel próximo sáábado, pero puede que me tenga qu

``Tu saabes que es lo mejor. "Tu lo sabes al igual que yyo``.

Hubo un largo sile encio entre eellos.

madura.

Bonniee lucho conttra contra el calor de suss ojos, deterrminada a seer grande y m

Ella no o era un beb be, y tendría que probarllo ahora, de una vez porr todas.

Miro ffijamente a SStefan y asin ntió.

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Liisa Jane Smiith

Capítu ulo Trece

Viernees, 19 de julio, 11:45 p.m m.

Querid do Diario,

os, ¿que vam mos a hacer??

Oh Dio

Esta ha sido la sem manas más laarga de mi vvida. Hoy fuee el último día de escuela y mañana Stefan n se va. Va a ir a Europa para buscar al vampiro que fue cam mbiado por K Klaus. El dicee que no o quiere dejarnos desprotegidos. Peero lo va a haacer.

No podemos enco ontrar a Tyleer. Su carro d desapareció del cementeerio, pero el no se ha apareccido en la esscuela. Se peerdió todos los exámenees finales de esta semana. No es quee el restto de nosotros lo este haaciendo muccho mejor. D Desearía quee Robert E. LLee fuera como las escuelass que tienen los finales d después de laa graduación n. Ni siquieraa se en estos días si estoy escrib biendo en In nglés o en Sw wahili.

Odio aa Klaus. Por llo que vi, esttá tan loco ccomo Katherrine‐ y es aún más cruel.. Lo que le hizo a Vickie‐ pero o ni siquiera puedo hablaar de eso o eempezaré a llorar de nuevo. El solo estabaa jugando co on nosotros en la fiesta d de Caroline, como un gaato con un raatón. Y el hecho o de hacerlo en el cumpleaños de Meeredith, tam mbién‐ aunqu ue supongo que no pudo o haber sabido eso.

No parece saber m mucho en realidad. No h habla como u un extranjero, como Stefan lo hacía cuando llegó por p primera vez a América, yy el sabe tod do sobre cossas American nas, incluso cancio ones de los 5 50’s. Talvez eestado por aallá durante buen rato…

Bonniee paró de esscribir. Pensó ó desesperadamente. To odo este tiem mpo, ellos h han estado pensando en víctimas de vampiros de Eurropa. Pero por la forma en que Klaus hablaba, eel obviam mente habíaa estado en A América durrante un larggo tiempo. El no sonaba para nada extran njero. Y el haabía elegido atacar a las chicas en el cumpleaños de Merediith…

Bonniee se levantó, tomó el teléfono, y llam mó al número de Mered dith. Una ado ormilada voz mascu ulina contesttó.

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"Sr. Su ulez, es Bonn nie. ¿Puedo hablar con M Meredith?"

"¡Bonn nie! ¿Sabes que hora es?”

"Si." B Bonnie pensó ó rápidamen nte. “Pero ess sobre‐ sobrre un exameen que tuvim mos hoy. Porr favor, debo hablar con ella.”

Hubo una larga paausa, luego u un profundo o suspiro. “Un minuto.”

Bonniee golpeó con n sus dedos impacientem mente mienttras esperab ba. Al final hubo otro clicc de otrro teléfono ssiendo desco olgado.

"¿Bonnie?" era la voz de Mereedith. “¿Quéé sucede?”

"Nadaa. Quiero deccir‐" Bonnie estaba terriblemente co onsciente dee que la líneaa seguía abierta, porque el padre de M Meredith no había colgad do. El podía estar escuch hando. “Es sobre‐‐ ese problem ma Alemán en el que esstuvimos trabajando. Recuerdas. Esee que co podíam mos resolver para el exaamen final. SSabes cuanto os hemos esstado buscan ndo por la person na que pued da ayudarnos a resolverlo? Bueno, creo que se q quien es.”

"No," dijo Bonnie,, "No es. Es m mucho más cerca de cassa, Meredith h. Mucho máás. De hecho o, podríaas decir que está justo en tu patio co olgando de ttu árbol geneealógico.”

n silencio tan nto tiempo q que Bonnie sse preguntó si Meredith aún La líneea estuvo en contin nuaba ahí.

"¿Merredith?"

"Estoyy pensando. ¿Está solución tiene alggo que ver co on la coincid dencia?"

"No." Bonnie se re elajó y sonrió ó ligeramente. Meredith h lo había en ntendido aho ora. "Nada que veer con coinciidencias. Es más un caso o de la historria repitiénd dose. Deliberradamente repitiééndose, si en ntiendes lo q que quiero d decir.”

"Si," dijo Meredith h. Sonó como si se estuvviera recuperando de un n shock, y así era sin lugaar a dudaas. “Sabes, ccreo que pueedes estar en n lo correcto o. Peor aún eestá el asuntto de persuaadir‐a‐esta‐p persona‐paraa ayudarnoss en realidad d.”

"¿Creees que eso p pueda ser un n problema?"

"Piensso que podríía. A veces laa gente sale muy traqueteada‐por un test. A vecces como qu ue puedee perder la caabeza."

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El coraazón de Bonnie se detuvvo. Eso era aalgo que no le había ocurrido a ella. ¿Y si el no pudierra decirles? ¿Y si el fueraa muy lejos??

"Todo lo que pode emos hacer es intentar,"" dijo, hacien ndo su voz tan optimistaa como le erra posible.

"Mañaana tenemoss que intentarlo."

"De accuerdo. Te re ecogeré al anochecer. B Buenas nochees, Bonnie."

"Buenas Noches, M Meredith." A Agregó Bonn nie, "Lo sientto."

dría ser lo mejor. Así la h historia no co ontinúa repiitiéndose po or siempre.

"No, creo que pod Adiós."

Bonniee presionó e el botón de d desconectar en la diadem ma, colgando. Luego sim mplemente sse sentó durante uno os pocos min nutos, su dedo en el bottón, mirando o fijamente lla pared.

Finalm mente volvió a poner la d diadema en su caja y tom mó nuevameente su diariio. Puso un punto en el último o enunciado y agregó un no nuevo.

Mañan na iremos a ver al abuelo de Meredith.

"Soy u un idiota,” diijo Stefan en n el carro de Meredith al siguiente d día. Estaban camino a Virginiia del Oeste,, a la institucción donde eestaba internado el abuelo de Mereedith. Iba a sser un reaalmente larggo camino.

"Todos somos idio otas. Excepto o Bonnie," d dijo Matt. Inccluso en la n neblina de su u ansiedad o Meredith eestaba sacud diendo la cab beza, con loss Bonniee sintió un cálido brillo een ello. Pero ojos so obre el camiino. “Stefan,, no podías h haberte dado cuenta, assí que deja de torturartee a ti mism mo. Tú no saabías que Klaaus atacó en n la fiesta de Caroline jussto en el aniversario del ataquee a mi abuello. Y no se no os ocurrió ni a Matt ni aa mí que Klau us pudo hab ber estado en n América durante ttanto tiempo o porque nu unca lo vimos ni oímos hablar. Pensáábamos en laa gente que podría haber atacado en Europ pa. Realmentte, Bonnie eera la única q que podría haber juntado tod das las piezass, porque ella tenía todaa la informacción."

"No lo o hice; mode estamente ess una de miss más encantadoras cualidades," rep plicó Bonnie.

Matt rresopló, pero o luego dijo,, "Aún creo q que fue algo o muy inteliggente,” lo qu ue empezó eel brillo d de nuevo.

La insttitución era un lugar terrible. Bonniee trató lo meejor que pud do de ocultar su horror yy disgussto, pero sab bía que Mereedith podía ssentirlo. Loss hombros dee Meredith eestaban rígidoss con el orgu ullo a la defeensiva mienttras caminab ba por los co orredores freente a ellos.

Bonniee, que la hab bía conocido o desde hacee varios añoss, pudo ver lla humillació ón debajo deel Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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orgullo o. Los padre es de Merediith consideraaban la cond dición del ab buelo tan vergonzosa qu ue no se permitían m mencionarlo aa la gente ajjena a la fam milia. Había ssido como un na sombra sobre la familia en ntera. Y ahorra Meredith estaba mosstrándoles po or primera vvez, el secretto a extraaños. Bonnie e sintió una oleada de amor y admirración por su u amiga. Era tan típico d de Mered dith hacerlo sin armar un n escándalo,, no dejando o que nadie vea lo que lee costaba.

o estaba asqu uerosa o llen na de maniacos dementtes Pero aaún así la insstitución era terrible. No o nadaa por el estilo. Los pacientes se veían limpios y b bien cuidado os. Pero aún había algo sobre los olores de hospital essterilizado y los pasillos estaban ateestados de paacientes inmóvviles en sillass de ruedas yy con ojos en n blanco quee hacían quee Bonnie quisiera correr..

Era co omo un edificcio lleno de zombies. Bo onnie vio a u un viejito, dee cuero cabelludo rosado o visto aa través de u un delgado ccabello blancco, desplomó ó su cabeza en una mesa junto a un muñecco desnudo de plástico. Cuando Bon nnie llegó a eel desesperaadamente, eencontró ya la mano de Matt alcanzando las suyas. Siguiieron a Mereedith en ese camino, sossteniéndosee tan fuerte que dollía.

"Este ees el cuarto.."

Dentro o había otro o zombie, pero este con cabello blan nco que aún mostraba allguna mota negra ocasional co omo el de M Meredith. Su cara era unaa masa de arrrugas y líneeas, los ojos lagaño osos y borde eados de rojo o. Tenían exxpresión fija y vacía.

"Abueelito," dijo M Meredith, arrodillándose frente a su ssilla de rued das, "Abuelito, soy yo, Mered dith. He veniido a visitartte. Tengo alggo importante que preguntarte." Lo os viejos ojoss nunca parpadeabaan. "A vecess nos recono oce," dijo Meeredith calmadamente, ssin emoción algunaa. “Pero casi todo estos días no lo haace." El viejito siguió solamente mirrando.

n aflojó sus talones. “Déjjame intentaar,” dijo. Mirrando en la aarrugada cara empezó aa Stefan hablarr, suavemente, calmadamente, com mo lo había hecho con Vickie. Y sin im mportar lo que Mered dith o Stefan n hicieran, essa era toda lla respuesta que podían obtener.

Eventu ualmente Bo onnie trató, usando sus poderes psíq quicos. Podíía sentir algo o en el viejito o, una ch hispa de vidaa atrapada een la encarceelada carne. Pero ella no o podía alcan nzarlo.

"Lo sieento," dijo, ssentándose yy quitándosee el cabello d de los ojos. "No tiene caaso. No pued do hacer nada."

"Talveez podemos venir en otraa ocasión," d dijo Matt, peero Bonnie ssabía que no o era verdad.

Stefan n se iba mañana, no habría nunca ottra ocasión. YY parecía tan n buena ideaa… El brillo que la había calen ntado antes, ahora era ceenizas, y su corazón se vvolcó. Se volteó para verr a Stefan n ya empezando a salir d del cuarto. M Matt le puso una mano b bajo su codo para ayudarla a levantarse y guiaarla a la salid da. Y despuéés de pararsee durante un n minuto con su cabeza torciéndose desan nimada, Bon nnie lo dejó. Fue duro el reunir energgía suficiente para poneer Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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un piee tras otro. M Miró atrás atturdida para ver si Meredith la estab ba siguiendo o‐ Y gritó.

Mered dith estaba e en el centro del cuarto, m mirando haccia la puerta, con el desáánimo pintad do en su ccara. Pero trras ella, la figgura en la silla de ruedas había miraado finalmen nte. En una silenciiosa explosió ón de movim miento, se haabía levantado sobre ella, tenía los lagañosos y viejos ojos muy ab biertos y la b boca aún máás abierta. El abuelo de M Meredith luccía como si hubierra sido atrap pado en el accto de dejar caer los braazos, con la b boca forman ndo un silenciioso aullido. El grito de B Bonnie hizo sonar las viggas.

Todo p pasó en ese momento. SStefan regresó a la cargaa, Meredith dio la vueltaa, Matt la agarró ó. Pero la vie eja figura no saltó. Estuvvo de pie sob bre hacia tod dos ellos, mirando fijameente sobre su us cabezas, p pareciendo vver algo quee ninguno dee ellos podía ver. Los sonido os estaban p procediendo de su boca al final, soniidos que formaron una ssola vibrantee palabrra.

"¡Vam mpiro! ¡Vamp piiro!"

Los viggilantes estaaban en el cu uarto, forzan ndo a que Bo onnie y los o otros salieran n, refrenand do al viejo o. Sus gritoss se agregaro on al pandem mónium.

"¡Vam mpiro! ¡Vamp piro!" El abuelo de Mereedith voceab ba, como si eestuviese advvirtiéndole aa la ciud dad.

Bonniee sintió pániico. ¿estaba mirando a SStefan? ¿era una acusación?

"Por faavor, deben marcharse aahora. Lo sieento, pero teendrán que irse," estabaa diciendo una enferm mera. Estabaan siendo bo otados. Mereedith peleó mientras eraa forzada a ssalir al pasillo.

"¡Abueelito‐!"

Y luego: “¡Maderaa de fresno b blanco!, ¡Vam mpiro! Madeera de fresno blanco‐"

ó de golpe. M Meredith dio o un grito apagado, peleaando contraa las lágrimass.

La pueerta se cerró Bonniee tenía las uñas clavadass en el brazo o de Matt. Sttefan se voltteó hacia ellos, su verdees ojos bien abiertoss por la impresión.

"Dije, que tendrán n que irse ah hora," la ago obiada enfermera estabaa repitiendo impacientemente. Los cuatro la ignoraron n. Todos se eestaban miraando uno al otro, la atónita confusión en sus carass estaba dan ndo paso al eentendimien nto.

"Tyler dijo que sollo había un ttipo de madera que pod dría herirlo‐" comenzó M Matt.

"Madeero de fresno blanco,” d dijo Stefan.

"Debeemos averigu uar donde see está escondiendo,” dijo Stefan cam mino a casa. El estaba manejjando, desde e que Mered dith dejó caeer las llaves een la puerta del carro. "Eso es lo Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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primero. Si lo apre esuramos, podríamos ad dvertirle.”

Sus ojo os verdes esstaban brillando con unaa rara mezclaa de triunfo y lúgubre deeterminació ón, y habló con una vo oz rápida y ccortada. Tod dos estaban casi andrajo osos, pensó B Bonnie, com mo o tomando toda la nochee. Sus nervio os estaban tan desgastados que si hubieran estado cualqu uier cosa pod dría pasar. EElla tenía la ssensación, taambién, de u un cataclism mo inminentee.

Como si todo estu uviera llegando a continu uación, todo os los evento os desde la fiesta de cumpleaños de Meredith estu uvieran acum mulándose h hacia una con nclusión. Estta noche, pensó. Esta noche e todo pasará. Parecía exxtrañamentee apropiado que sería laa víspera del solsticcio.

"¿Vísp pera de que??" dijo Matt.

uiera se había dado cuen nta de que h había hablad do en voz altta.

Ni siqu

“La vísspera del sollsticio," dijo.. "Eso es lo q que es hoy. EEl día anterio or al solsticio o de verano.”

"No m me digas. Dru uidas, ¿verdaad?"

"Ellos lo celebrabaan,” confirm mó Bonnie. “EEs un día parra la magia, para hacer llos cambios de esttación. Y…” ttitubeó. “Bueeno, es como cualquier otro día festtivo, como H Halloween o el solsticcio de inviern no. Un día cu uando la líneea entre el m mundo visiblle y el invisib ble es muy delgad da. Cuando p puedes ver ffantasmas, eeso solían deecir. Cuando las cosas paasan."

hacia la carreetera princip pal que se diirigía directo o hacia Fell'ss "Cosass," dijo Stefaan, girando h Church h, "van a passar."

Ninguno de ellos sse dio cuenta cuan pronto la Sra. Flo owers estuvo o en el jardín n trasero. o hacia la peensión para b buscarla. Ellaa estaba pod dando rosalees, y el olor Manejjaron directo del verano la rode eaba.

"Calma, calma porr favor," dijo o, mirándolo os debajo del borde de su sombrero de paja. “¿Quéé es lo que quieren? ¿Freesno blanco?? Hay uno ju usto más alláá debajo de esos robles que esstán atrás. A Ahora, esperen un momeento.” Agreggó mientras todos bajab ban de nuevo o.

Stefan n cortó una rrama del árb bol con una n navaja que M Matt sacó dee su bolsillo. ¿Me pregunto cuando comenzó a lllevarla? Pen nsó Bonnie. TTambién se preguntaba mientras regressaban, que p pensaba de eellos la Sra. FFlowers, los dos chicos ccargaban en sus hombro os la fron ndosa rama d de 6 pies.

ó sin decir ni una palabraa. Aunque m mientras se accercaban a la Pero laa Sra. Flowers solo miró casa, los llamó, “Llegó un paquete para ti,, hijo."

Stefan n volteó, con n la rama aún n en su hom mbro. “¿Para mí?”

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"Teníaa escrito tu n nombre. Un paquete y u una carta. Los encontré een el porchee esta tarde.

Los pu use arriba en n tu cuarto. ""

eredith, luego o a Matt y a Stefan, encontrándose a cambio co on sus Bonniee miró a Me miradaas desconce ertadas y susspicaces. De repente el aaire se cargó ó de una antiicipación, caasi insopo ortable.

"¿Pero o de quien p puede ser? Q Quien siquierra podría sab ber que estáás aquí‐" com menzó a decir mientras subían laas escaleras al ático. Y lu uego se detu uvo, el pavorr se agitaba een sus onición zumbaba dentro o de ella com mo una persistente moscca, pero trattó costillaas. La premo de no hacerle caso o. No ahora,, pensaba, no ahora.

no había manera de evitar ver el paq quete sobre el escritorio o de Stefan. Los chicos Pero n recarggaron en la p pared la rama de fresno blanco y se acercaron a verlo, un paaquete largo o y achataado envuelto o en un papeel café, con un sobre arrriba color creema. En el frrente, una alocad da pero famiiliar caligrafíía garabateaaba. La caligrrafía del espeejo. Todos se quedaron mirand do el paquette como si fu uera un esco orpión.

"Cuidaado," dijo Meredith mientras Stefan n lo alcanzó lentamente. Bonnie sabíía lo que queríaa decir. Sentíía como si essa cosa pudiiera explotar o esparcir un gas venenoso o convertirse en algo con dientees y garras.

El sobre que Stefaan levantó erra cuadrado y resistentee, hecho de b buen papel ccon un mo la invitación de una p princesa a un n baile. Penssó Bonnie. Pero acabado fino. Com inconggruentemente, tenía mu uchas huellas sucias sobre la superficie y los borrdes estaban n mugrieentos. Bueno‐ Klaus no sse veía nadaa limpio en eel sueño.

n le echó un vistazo al freente y a la p parte de atráás y luego rassgó el papel. Sacó una Stefan sola pieza de pesaada papeleríaa. Los otros tres lo rodearon mirand do sobre su h hombro mientras lo abría. Luego Mattt exclamó.

"¡Que rayos... estáá en blanco!"

Lo estaba. En amb bos lados. Stefan lo volteeó y los exam mino ambos. Su cara esttaba tensa, cegada. Todos los demás se reelajaron, aun nque, hacien ndo ruidos d de disgusto. Una estúpid da bromaa, Meredith había tomad do el paquette, que se veeía lo suficientemente acchatado parra estar vvacío tambié én, cuando d de repente SStefan se agaarrotó, su aliiento silband do. Bonnie miró rrápidamente e y brincó. Laa mano de M Meredith se ccongeló y M Matt dijo una palabrota.

n‐ Stefan

¿Podeemos tratar d de resolver eesto como caaballeros? TTengo a la ch hica. Ven a laa vieja granjaa en el b bosque desp pués de oscu urecer y hablaremos, solo los dos. Veen solo y la d dejaré ir. Traae Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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a otra persona y e ella morirá. N No había firm ma, pero al ffinal aparecieron las palaabras: Esto ees entre tu y yo.

"¿Quéé chica?" Maatt estaba deemandando, mirando dee Bonnie a M Meredith com mo para asegurarse que aú ún estaban aahí. "Qué chiica?"

Con un n agudo movvimiento, los elegantes dedos de Meredith rasggaron el paquete y sacaro on lo que había dentro. U Una bufandaa color verdee pálido con n un patrón d de uvas y parrass. Bonnie la rrecordaba perfectamentte, y la visión n vino a ella en un santiaamén.

Regalo os de cumple eaños y conffeti, orquídeeas y chocolaate.

us ojos.

"Carolline," susurró, y cerró su

Estás ú últimas dos semanas habían sido tan extrañas, ttan diferentes de la ordiinaria vida preparatoriana, que ella casi h había olvidado que Caro oline existía. Caroline se había march hado a un de epartamento o en otra ciudad para esccapar, para estar seguraa‐ pero Mered dith se lo había dicho al principio. El puede segu uirte a Heron n, estoy segu ura.

"Solo eestaba jugan ndo con nosotros otra vez," murmuró Bonnie. "Nos dejó llegar hasta aquí, incluso ir a vver a tu abueelo, Meredith, y luego...""

"Debió ó haber sabido," Meredith coincidió ó. "Todo estee tiempo deb bió haber saabido que buscáb bamos una vvíctima. Y ah hora nos hizo o jaque mate. A menos‐" Sus oscuro os ojos se ilumin naron de rep pente con esperanza. “Bo onnie, ¿no ccrees que Caroline pudo haber dejad do caer laa bufanda la noche de laa fiesta?¿Y lu uego simplem mente el la rrecogió?”

"No." La premonicción estaba zzumbando ccada vez máss y Bonnie laa golpeó, traatando de alejarla. Ella no lo quería, no q quería saberrlo. Pero si seentía que un na cosa era ccierta: esto n no era un na charada. K Klaus tenía aa Caroline. "¿¿Qué vamoss a hacer?" d dijo quedamente.

"Se lo que no vam mos a hacer, yy eso es escucharlo,” dijjo Matt. “Traatar de resolverlo como caballeeros, si el ess una basura. Es una tram mpa.”

"Por supuesto que e es una tram mpa," dijo M Meredith imp pacientemen nte. “El espeeró hasta que descubrimos como o herirlo y ahora está tratando de separarnos. ¡Pero no fun ncionará!"

Bonniee había estado observan ndo la cara d de Stefan con creciente cconsternació ón. Porque mientras Matt y M Meredith estaban hablan ndo indignad dos, el habíaa estado quitto, doblando o la cartta y poniéndola de nuevo en su sobrre. Ahora esttaba observándola, su cara seguía aún, sin ser afectaada por todo o lo que estaaba ocurriendo a su alred dedor. Y la m mirada en su us ojos veerdes asustó ó a Bonnie.

"Creo,," dijo Stefan n cuidadosam mente, conccentrándose en cada pallabra, "que vvoy a ir a el bosque cuando an nochezca."

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Matt aasintió con laa cabeza, y ccomo el marriscal de cam mpo que era,, empezó a ttrazar un plaan.

“Ok, tu u vas y lo disstraes. Y mieentras tanto, nosotros trres‐"

"Usted des tres,” co ontinuó Stefaan tan delibeeradamentee, mirando directamentee hacia el, “se irán a casa. A dorm mir."

Hubo una pausa q que a los tensos nervios de Bonnie lee pareció eteerna. Los otrros solo veíaa fijameente a Stefan n.

Al finaal Meredith d dijo delicadaamente, “Bu ueno, será difícil atraparllo mientras estamos en cama a menos que e el sea tan amable de vvenir a visitarnos.”

Eso ro ompió la tenssión y Matt d dijo, sotland do un largo ssuspiro. “De acuerdo, Stefan, entien ndo como te sientes al reespecto‐“ Peero Stefan lo o interrumpió.

"Lo diggo realmentte en serio, M Matt. Klaus eestá en lo co orrecto; esto o es entre el y yo. Y el dijjo que fu uese solo o h heriría a Caro oline. Así que iré solo. Ess i decisión.””

"Será ttu funeral," Bonnie proffirió casi histtéricamente. “Stefan, esstás loco., No o puedes."

"Míram me."

"No tee lo permitiremos‐" "¿Creees tu,” dijo SStefan, mirán ndola, “que podrían detenerme si lo o intentaran?"

Este siilencio era agudamente incómodam mente agudo o. Mirándolo, Bonnie sinttió como si Stefan n hubiera cam mbiado de aalguna maneera frente a ssus ojos. Su cara parecíaa más afiladaa, su posstura diferen nte, como paara recordarrle de los ligeeros y duros músculo dee depredado or que esstaban bajo su ropa. Tod dos al mismo o tiempo luccían distantees, alienadoss.

Atemo orizados. Bonnie alejó all mirada.

"Seam mos razonablles con esto,,” estaba dicciendo Matt,, cambiando o las tácticas. "Solo hay que caalmarnos y h hablar todo eesto‐"

"No haay nada de q que hablar. YYo iré. Usted des no.”

"Nos d debes más que eso, Steffan,” dijo Meeredith, y Bo onnie se sinttió agradecid da por su tranqu uila voz. Ok aasí que pued des desgarraarnos miemb bro a miemb bro; bien, sin n discusioness.

Entend dimos el pun nto. Pero deespués de lo que todos h hemos pasad do juntos, m merecemos más una meticulosa discusión n antes de qu ue te alejes ccorriendo."

"Tu dijjiste que tam mbién era la lucha de lass chicas," agregó Matt. ““¿Cuándo deecidiste que no lo eera?"

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"No, n no lo es!" chiilló Bonnie. ““¿Hiciste que Elena asessinara a Kath herine?"

"¡Hicee que Katherine regresarra con Klaus! Así fue com mo todo emp pezó. E invollucré a Carolin ne; si no fue ese por mi, eella nunca haabría odiado o a Elena, nunca se habríía metido co on Tyler. Tengo una rresponsabilid dad para con n ella."

"Tu so olo quieres creer eso," Bonnie casi gritó. “¡Klaus nos odia a ttodos nosotrros! ¿Realm mente creess que te perm mitirá salir de ahí? ¿Creees que planeea dejarnos een paz al restote nosotros?”

"No," dijo Stefan, y recogió la rama que yacía contra lla pared. Tomó la navajaa de Matt dee su pro opio bolsillo yy empezó a quitar las raamitas, haciééndola una ssola y derech ha estaca blancaa.

"¡Oh, ggenial, tu vaas por un sim mple combatte!” dijo Mattt furioso. “¿¿Ves cuan esstúpido es eso? ¡Estás yendo o directamen nte a su tram mpa!” Avanzó ó un paso haacia Stefan. “Puedes no creer q que nosotro os tres pudiéramos deten nerte.”

"No, M Matt." El bajo o tono de vo oz de Mered dith, atravesó ó la habitación. “No hará ningun bien.” Stefan la miró, los múscculos alredeedor de sus o ojos endurecciéndose, peero ella solo miró h hacia tras, su u cara establle y calmadaa. “Así que estás determinado a enco ontrarte con n Klaus ccara a cara, Stefan. Bien n. Pero antess que vayas, al menos assegúrate quee tienes la oportu unidad de lu uchar." Con ccalma, empeezó a desabrrocharse el ccuello de su blusa.

unque ella h había ofrecid do la misma cosa pero dee una formaa Bonniee sintió una sacudida, au más débil. Pero esso había sido o en privado o, por el amo or de Dios, pensó. Luego o encogió loss hombros. Público o privado, ¿¿qué diferen ncia tenía? M Miró a Matt, cuya cara reeflejaba su consteernación. Luego vio que la frente dee Matt se arrrugo y comenzó a poner esa expressión testarud da y obstinada que usab ba para atem morizar a los entrenadorres de los equipo os contrarios de football. Sus azuless ojos voltearon hacia ellla y ella asintió, inclinaando la barb billa. Sin una palabra, bajjo el cierre d del ligero rom mpe vientos que traía puesto o y Matt se ssacó la playeera.

Stefan n miró de uno a otro de las tres perssonas que grravemente se desnudabaan en su cuarto o, tratando d de ocultar su u propia imp presión. Pero o el sacudió ssu cabeza, sostenía la estacaa blanca com mo un arma. “No.”

"No seeas un tonto o, Stefan," ch hasqueó Mattt. Aun en laa confusión d de este terrible momentto algo dentro de Bonnie se detu uvo a admiraar su pecho desnudo. “H Hay tres de n nosotros.

Debess ser capaz de tomar basstante si quee nos hieras a ninguno de nosotros.""

"¡Dije que no! No es por vengganza, y no ees por enfren ntar la maldaad con la maaldad! No ess por ninguna razón n. Pensé quee lo entenderían.” La mirrada de Stefan hacia Maatt era más amargga.

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"¡Entieendo que vaas a morir ah hí!” Matt grittó.

"¡El esstá en lo cierrto!” Bonnie presionó su us nudillos co ontra su labios. La prem monición estabaa atravesand do sus defen nsas. No quería dejarla p pasar, pero n no tenía la fu uerza para resistir más. Con u un escalofrío o sintió que lla atravesó yy escuchó las palabras en su mente. n momento, solo un mom mento, penssó que el la p podía escuch har. Luego su cara se Por un endureció de nuevvo y el habló ó fríamente.

"No ess tu problem ma. Déjame p preocuparme por ello."

"Pero no hay form ma de ganar‐‐“ comenzó M Matt.

no fue lo que Bonnie dijo!" Stefan reeplicó secam mente. "¡Eso n

"¡Si, lo o es! ¿De qué diablos esttás hablando o?” Matt gritó. Era difíciil sacar a Maatt de sus casillas, pero una vez que lo h hacía no era fácil retroceeder. "Stefan n, he tenido suficiente‐"

onnie nunca le había "¡Y yo también" Sttefan contesstó en un ruggido. En un ttono que Bo hado antes. "¡Estoy canssado de todo os ustedes, ccansado de ssus discusiones y su escuch debilid dad‐ y tus prremonicionees también” Este es mi p problema.”

"Penséé que éramo os un equipo o‐" chilló Maatt.

omos un equ uipo. ¡Ustedes son solo u un manojo d de estúpidoss humanos! Incluso con "No so todo lo o que les ha pasado, en lo más profundo solo quieren vivir sus seguras vidas en su seguraas casas hastta que vayan n a sus segurras tumbas”” No soy paraa nada como o ustedes ¡y no quiiero serlo! H He estado tod do este tiem mpo con usteedes porque tenía que h hacerlo, pero o este es el final."

Miró aa cada uno d de ellos y hab bló deliberadamente, en nfatizando ccada palabra. "No necesiito a ninguno de uste edes. No los q quiero conm migo, y no qu uiero que mee sigan. Usteedes solo arruinarán mi estrrategia. Cuallquiera que me siga, lo m mataré.” Y co on una últim ma rabiosa miradaa, giró sobre e sus taloness y salió.

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Capítu ulo Catorce

‐Él dio o la vuelta a las cosas‐, dijo Matt, mirando fijameente la puerrta vacía a través de la qué Stefan n había desaparecido.

‐No, él no puede, dijo Mereditth.‐ Su voz eera triste y siilenciosa, peero había un tipo de risa desvallida también n. ‐¿No ves lo o que está h haciendo, Maatt? ‐ dijo cu uando él se vvolvió a ella. ‐ Gritán ndonos, inten ntar hacerno os odiarlo y mantenerno os, lejos. Ha estado tan rrastrero com mo podía para que no os quedásem mos enfadados con él y lee permitiéraamos hacer eesto solo.‐ Ella evantó sus ceejas.‐A quien n trate de seeguirme, lo m matare‐ miro laa puerta y le Bonniee se rió tonttamente de rrepente, ferozmente, a pesar de ellaa. ‐pienso qu ue lo cogió prestaado de Damo on. 'Sigan su u camino, no o necesito a n ninguno de u ustedes!‐Soiis un montón de hum manos estúp pidos', ‐ agreegó Matt. ‐Pero todavía no e entiendo. Teenías una preemonición, B Bonnie, y Steefan normalmente la toma een cuenta. SSi no hay ninguna manerra para luchaar y ganar, ¿¿por qué ir al encuentro?? ‐

‐Bonnie no dijo qu ue no había manera de luchar y ganaar. Ella dijo q que no habíaa ninguna onnie? ‐Meredith la miraaba. manerra de luchar y sobrevivirr. ¿Cierto, Bo

El ataq que de risitas se desvaneeció. Ella se asusto, Bonnie intentó eexaminar la premonición, pero eella no conocce más que llas palabras que había surgido en su u mente.

Nadie puede luchaar contra él y vivir.

‐Quierres decir que e Stefan pien nsa...‐ , atron nadora indiggnación fue ardiendo en n los ojos de Matt. ‐¿Pien nsa que va ir y detener K Klaus aunquee lo mate? ‐¿Al iggual que el saacrificio de u un cordero? –

dith sobriam mente. ‐Y quizás así pued da estar con ella.‐ ‐Más ccomo Elena‐‐, dijo Mered

‐Huh‐u uh. ‐ Bonnie agitó su cab beza. Ella no o podía saber más sobre la profecía, pero ella sabía. ‐No creo, esstoy segura. Elena es esp pecial. Ella lo o es porque murió demaasiado joven n; dejó sin terminar ttanto en su propia vida, y bueno, ella es un caso o especial. P Pero Stefan h ha sido un vampiro d durante quinientos años,, y desde lueego no sería morir joven n. No hay na garantía q que él terminaría con Elena. Él pued de ir a otro lu ugar o simpllemente ningun morir. Y él lo sabe e. Yo estoy seegura que éll sabe eso. P Pienso que está manteniiendo simpleemente su promesa, parra detener a Klaus no im mportan lo qu ue coste.‐ ‐Intentarlo, por lo menos‐, dijo Matt suavvemente, y p parecía como o si lo estuviera citando.. ‐ uando sabe que va a perrder.‐ Él buscaba de repente a las m muchachas. ‐V Voy detrás d de Aun cu Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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él.‐

‐Claro‐, dijo Meredith pacienttemente.

Matt d dudó. ‐Uh‐ supongo quee no podría cconvenceross de que se q quedasen aq quí?‐ ‐¿Desp pués de todaa la charla in nspiradora so obre el trabaajo en equip po? Ni una oportunidad.‐ ‐Me lo o temía. Ento onces… ‐Enton nces‐, dijo Bo onnie, ‐Vámonos de aqu uí.‐ Recoggieron todas las armas qu ué pudieron n. La navaja d de Matt quee Stefan teníaa dejado caeer, la daga de marfil d de la cómoda de Stefan, un cuchillo de entalladu ura de la coccina.

Fuera,, no había se eñal de la Señora Flowerrs. El cielo esstaba pálido púrpura, so ombreando aa albariccoque en el oeste. El creepúsculo de la víspera deel solsticio, p pensó Bonniie, y los pelo os en los brazos trataaron de levantarse.

os Francher ‐, dijo Matt. ‐ ‐Klaus dijo la granjja vieja en el bosque, esso debe significar la de lo Dondee Katherine aabandono a Stefan.‐

‐Eso tiene sentido o. Si usa el tú únel de Katherine probab blemente paara ir y venirr bajo el río‐,, Meredith.‐ A menos que llos Viejos seean tan podeerosos puedaan atravesarr agua dijo M corriente sin perju udicarse.‐ Eso ess cierto, reco ordó Bonnie,, las cosas m malas no pod dían cruzar eel agua corriente, y lo peor d de todo, lo dificil que eraa ‐Pero no saabemos nada sobre los o originales‐, d dijo ella.

‐No, y eso significaa que tenem mos que teneer cuidado, d dijo Matt. ‐ cconozco los bosques bastan nte bien, y sé é el camino que Stefan p probablemeente usará. P Pienso que debemos tomarr uno diferen nte.‐

‐¿Así SStefan no no os verá y noss matará? ‐ ‐Así Klaus no nos vverá, o no a todos nosottros. Así quizzá tendremo os una oporttunidad de o u otro teneemos que sacar a Carolin ne de la ecuaación; Klaus salvar a Caroline. De un modo hacer cualqu uier cosa quee puedee amenazar ccon hacerle daño a ella yy puede hacer a Stefan h quieraa. Y es siemp pre mejor plaanificar el fu uturo, para o obtener una ventaja sobre el enemiigo. Klaus dijjo que se reu unieran allí aal anochecer; bien, estaremos allí an ntes del anochecer y quizáá podamos so orprenderlo o.‐ Bonniee se impresionó profund damente por la estrateggia. No es de extrañar qu ue sea un quarteerback, ella, estaba penssando. Yo so olo me habríía apresurado, gritando.

Matt eescogió un camino casi invisible entrre los árbolees de roble. LLa maleza erra especiialmente lujuriante en eesta época del año, con m musgos, céspedes, planttas floreciientes, y helechos. Bonn nie tenía quee confiar quee Matt sabíaa a donde ibaa, porque ella Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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ciertam mente no te enia ni idea. En el cielo, los pájaros eestaban dand do un último o estallido dee canció ón antes de b buscar una p percha duran nte la nochee.

Se pusso más oscuro. Cuando p pasaban porr telarañas yy polillas, la ccara de Bonn nie temblabaa.

Despu ués de tropezzar a través de un camp po cubierto d de setas venenosas para alimentar aa los animales lento os, ella agrad decía haber lllevado sus p pantalones vvaqueros.

Por fin n Matt las de etuvo. ‐Nos eestamos aceercando‐, dijo en voz bajja. Hay una cclase de fanfarronada abajjo, podemoss llegar allí y Klaus no po odrá vernos. Sean cuidad dosas y avanceen en silencio.‐

A Bonnie nunca le e habían causado tanto p problema su us pies. Aforttunadamentte las hojas d del suelo estaban mojjadas y no hacían ruido. Después dee unos minuttos Matt calmó a su estóm mago y gesticculó para con ntinuar. Bon nnie guardó lla narración furiosamente, a ella no le molestaron los cie empiés y gussanos de la ttierra que su us dedos exccavaron al reesbalar, no tenía ssentimientos sobre las telarañas en la cara. Esto o era de vidaa o muerte, yy ella era compeetente. Ninggún llorón, ningún bebé, pero si com mpetente.

‐Aquí‐‐, Matt susurrró, con voz escasamentte audible. B Bonnie sintió ó que su estó ómago se ibaa y miró.

Estabaan mirando ffijamente haacia abajo en n la granja Francher ‐o lo o que quedaa de él. Desd de hace ttiempo estab ba en ruinas y devuelta aal bosque. A Ahora era sólo una fundaación constrruida con pie edras cubierrtas con cizañ ñas florecien ntes y zarzass espinosas, y con una chimenea tan altaa como un m monumento.

e‐, Meredith respiró en la oreja de B Bonnie. ‐Allí esstá. Caroline

Carolin ne era una ffigura oscuraa sentada co ontra la chim menea. Su vestido verde pálido se presen ntaba en la rrecolección o oscura, pero o su pelo casstaño rojizo aapenas pareecía negro.

Algo b blanco brilló por su cara,, y después d de un momeento Bonnie comprendió ó que era un na mordaaza. Una cintta o una ven nda. Sus brazzos tenían un na postura eextraña detrás de ella, laas piernaas se estirabaan al frentee, Bonnie sup puso que tam mbién estab ban atadas.

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Pobre Caroline, pe ensó ella, miientras perd donaba todass las pequeñ ñas cosas succias, y egoístas que habíaa hecho algu una vez, y qu ue eran una cantidad bastante consiiderable hassta ese momento. Perro Bonnie no o podría imaaginar nada más cruel qu ue ser raptada por un vampiro psicótico, que ya mattó a dos de ssus compañeeras de clasee, sacado aq quí a los bosques, y limitó, y entonces salió para essperar, con ssu vida que depende de otro vampiro que teenía la razón bastante bu uena para od diarlo. Después de todo o, desde un inicio Carolin ne había querido a Sttefan y odiad do e intentado humillar a Elena por conseguirlo o. Stefan Salvatore era la última person na que debíaa sentirse am mable hacia C Caroline Forrbes.

‐Mira!! ‐ dijo Matt.. ‐¿Es él? ¿Klaus? ‐

Bonniee también lo o había visto o, era una on nda de movim miento en el lado opuessto de la chimenea.

Miró ssu impermeaable color caanela ligero q que llegaba hasta alredeedor de sus piernas. Él hecho o un vistazo aa Caroline y ella se encogió, mientraas intentaba apoyarse leejos.

Su risaa se escuchaba tan claramente en ell aire silencio oso que Bon nnie retroced dió.

‐Es él‐, susurró, mientras dejaba caer el trrasero a los h helechos de la granza. ‐P Pero ¿dóndee está Sttefan? casi oscurece.‐

‐Quizáá fue intelige ente y decidiió no venir‐, dijo Matt.

dith. Ella estaaba mirando o a través dee los helecho os ‐No teendríamos taanta suerte‐,, dijo Mered al sur.

Echo u un vistazo a Bonnie.

Stefan n estaba de p pie al borde del claro, deespués de haaberse mateerializado allí como si fuera d de aire. Klau us también lee había visto o venir, penssó Bonnie. Él estaba de p pie silenciiosamente, ssin hacer esffuerzo por esconder la laanza de mad dera blanca que llevaba..

Había algo en su p posición y la manera en que examinaaba la escen na que Bonnie recordó que en n el siglo XV había sido u un aristócratta, un miembro de la no obleza. Guard do silencio, Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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mientras esperabaa que Klaus iniciara, neggándose a seer precipitado.

do Klaus miró ó al sur, Bon nnie supuso que le sorprrendía que Stefan hubiera salido Cuand furtivaamente hacia él. Pero en ntonces se riió y extendió ó sus brazos.

oincidencia; simplementte estaba pensando en ti! ‐ ‐Salvattore! que co

Lentam mente, Stefaan miró a Klaaus, vio las ccolas de su im mpermeablee andrajoso, de arriba abajo hasta la cim ma de su cabeeza. Stefan ccontesto: que la muchaacha se vayaa.‐ ‐Lo peediste. Estoy aquí. Deja q

mente sorpreendido, Klau us apretó suss manos al p pecho. ‐¿qué dije? ‐ Miraba genuinam blemos Entonces agitó su cabeza, mieentras se reíaa entre dientes. ‐Pienso que no. Hab primero.

Stefan n cabeceó, co omo si Klauss hubiera confirmado alggo amargo q que él había estado esperaando. Él tom mó la lanza de e su hombro o y lo sostuvvo delante dee él, mientraas manejabaa diestra y fácilmente la longitud pesada de madera.. ‐Estoy escu uchando‐, dijjo él.

quilo como p parece‐, Mattt murmuró de entre loss helechos, ccon una notaa ‐No essta tan tranq de resspeto en su vvoz. ‐No estaa tan ansioso o de morir como pensé‐‐, agregó Maatt. ‐Está ssiendo cuidaadoso.‐

Klaus ggesticuló hacia Caroline, las puntas de sus dedo os cepillaban n su pelo castaño rojizo. ‐¿Por q qué no viene es aquí paraa que no tengamos que ggritar? ‐ , Bo onnie notó que no amenaazó con herir a su prisionera.

o oírte claramente‐ , con ntestó simpllemente Stefan. ‐Puedo

‐Bueno‐, Matt susurró. ‐Ése ess él: Stefan! ‐ Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Bonniee, sin embarrgo, estaba eestudiando aa Caroline. La muchachaa cautiva estaba esforzándose, ech hando su cab beza de un laado a otro co omo si fueraa frenética o o por dolor.

Pero B Bonnie consiiguió sentirse extraña po or los movim mientos de C Caroline, sob bre todo esoss tirones violentos d de la cabeza, como si qu uisiera alcanzzar el cielo. Mirar al cielo… Bonnie ónde la oscu uridad había caído y unaa luna mengu uando brilló encima de llos levanttó la vista, dó árbolees. Eso era…. por eso pod día ver que eel pelo de Caaroline era ccastaño rojizzo: la luz de la luna, p pensó. Enton nces, con susto, sus ojoss bajaron ráp pidamente h hacia el árbo ol en direcció ón de Steefan, cuyas ramas susurrraban ligeram mente en la ausencia dee cualquier vviento. ‐ ¿Mattt? ‐ susurró, alarmada.

Stefan n se enfocó e en Klaus, cad da sentido, ccada músculo, cada uno de sus átom mos, afiló con n poder y volteó haccia el Viejo. Pero en ese árbol directtamente sob bre él…

Todos los pensamientos de esstrategia, dee preguntarlee a Matt quéé hacer, huyeron de la mentee de Bonnie. Ella, salió del lugar en q que se ocultaaba y gritó.

‐¡Stefaan! ¡Sobre ti ! ¡Es una traampa! ‐

Stefan n brincó al lado, aseado como un gatto, así como o algo que see zambulló adelante del lugar een el estaba un momentto antes. La luna encend dió la escenaa perfectameente, Bonniee vio loss desnudos d dientes blancos de Tylerr .

Vio la llamarada b blanca de loss ojos de Klau us cuando él giró hacia eella. Aturdid da hubo un momeento en que lo miró fijam mente, y enttonces un relámpago cru ujió.

El cielo o estaba vaccío.

más tarde Bo onnie comprendería la extrañeza ‐ el temor‐de eesto. En un m momento Sólo m notó q que el cielo e estaba claro y la estrella barrió como o una saeta azul dentad da que ahorquilló golpean ndo la palmaa de la mano o puntiagudaa de Klaus. LLuego aterraada vio de or: Klaus atraajo ese relám mpago, mien ntras lo reco ogía de algún n cerca la negrura a su alrededo modo,, y lo tiraba hacia ella.

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Stefan n estaba gritaando, dicién ndole que escapara, ¡esccapa! Bonniee lo oyó mientras mirabaa fijameente, paralizaada, y enton nces algo la aagarró y la tiiró hacia un lado. La saeta chasqu ueaba encim ma de su cab beza, vio un aagrietamiento producido por el látiggo gigante y le gusto el olor a ozo ono que rein naba. Encorvvo la cara, aterrizó en el musgo y rod dó hasta que era Mattt. tomarr la mano de Meredith y agradecerlee por salvarlaa, sólo para encontrar q

‐¡Quéd date aquí! ¡O Ok, aquí! ‐ lee gritó, y cam minó alejand dose.

o si catapultaran a Bonn nie, ella estaba corriendo o atrás de él Estabaan muy asustados. Como antes de que supie era lo que estaba hacien ndo.

Entonces el mundo se convirtió en un cao os.

Klaus había girado o hacia Stefaan quien teníía a Tyler peegado a él. Tyyler, en su fo orma de lob bo, estabaa haciendo ssonidos terribles cuando o Stefan lo tiró a la tierraa.

dith estaba ccorriendo haacia Carolinee, se acercó p por atrás de la chimeneaa para que Mered Klaus no la descub briera. Bonnie localizo a Caroline y vvio la llamaraada de la daga color platta de Steefan y como Meredith co ortó los cord dones alredeedor de las m muñecas de C Caroline.

Carolin ne estaba lib berada solo a la mitad, aasí que Mereedith estaba a hurtadillaas, detrás de la chimenea para traabajar en suss pies.

mo cornameentas, Bonnie miró alred dedor. Klaus se acercabaa a Stefan co on Se esccucharon com una raama alta que e debió habeer ocultado een el piso co on anteriorid dad. Él mirab ba a Stefan, hacién ndole una lanza servible. Pero Klaus y Stefan sim mplemente n no los estabaan apuñaalando a ellos; estaban u usando las raamitas como o báculos. Bo oquiabierta, Bonnie pensó en Rob bin el encapuchado. Peq queño Juan yy Robin. Ése era lo que p parecía: Klau us era mucho o más alto y más pe esado que el deshuesado o de Stefan.

Entonces Bonnie vvio algo máss y clamó pallabrotas. Detrás de Stefaan, Tyler se había ó levanttado de nuevvo y estaba aagachándose, así como cuando en eel cementeriio arremetió hacia la garganta d de Stefan. Sttefan estabaa regresando o hacia él. Y Bonnie no p podría Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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adverttirlo a tiemp po.

dado de Matt. Estaba ceerca, mientraas ignoraba garras y colmillos, él Pero sse había olvid estabaa sobre Tylerr, tomándolo o como un liinebacker dee primera claase antes dee que él pudierra brincar. Tyler salió volando hacia otra dirección, con Mattt encima dee él.

Bonniee estaba ago obiada. Lo que pasaba, eera demasiado. Meredith estaba serrrando a travéss de los cordones del tob billo de Caro oline; Matt estaba aporreeando a Tyleer, que en cierto modo tendrría que habeer conseguid do inhabilitarrlo en el cam mpo de fútbo ol; Stefan o especializaado para ello o. estabaa girando esaa lanza de ceeniza blancaa como si hubiera estado Klaus eestaba riénd dose deliranttemente, paarecía alegree por el ejerccicio, cuando o transaron los sop plos con velo ocidad morttal y exactitu ud.

Pero aahora Matt p parecía estarr en problem mas. Tyler esstaba agarrándolo y gruñ ñía, intentando acercaarse a su garrganta. Ferozzmente, Bon nnie echaba una mirada alrededor para b buscar un arm ma, olvidand do completaamente el cu uchillo de entalladura qu ue traía en su u bolsillo o. Sus ojos sse posaron een una rama de roble secca. Ella la reccogió y corriió hacia dóndee Tyler y Mattt estaban co ombatiendo o.

Sin em mbargo, una vez allí, vaciiló. No se atrevió a usar el palo por miedo de peegarle a Mattt con él. Él y Tyler e estaban rodaando uno encima del otrro, era un bo orrón de movimiento.

de Tyler, mieentras sosten nía la cabezaa de Tyler , Entonces Matt esttaba de nuevvo encima d nie vio su op portunidad yy apuntó el p palo. Pero Tyyler la vio. Co on un estabaa claro. Bonn estallido de fuerzaa sobrenaturral, él recogiió sus piernaas y envió a M Matt voland do lejos de él.

La cab beza de Mattt golpeo con ntra un árboll con un estrruendo legítimo que Bon nnie nunca olvidaría. Era el so onido embottado de un m melón podrid do estallando. Resbaló ffrente al árbol y estaba inmóvil.

Bonniee estaba abrriendo la bocca aturdida. Ella podía h haber ido haccia Matt, pero Tyler estabaa allí delante e de ella, resspirando saliva dura, con n sangre reco orriendo deb bajo de su barbillla. Parecía m más aun com mo un animal que lo que había visto en el cemen nterio. Como o si en u un sueño, Bo onnie levanto o su palo, peero podía seentir la agitacción en sus m manos. Mattt seguíaa inmóvil ‐ ¿rrespiraba? B Bonnie podíaa oír el sollozzo en su propia respiración cuando Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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enfren ntó Tyler. Estto era ridícu ulo; éste era un muchach ho de su pro opia escuela.. Un muchaacho con el q que ella hab bía bailado co on el año paasado en el B Baile de galaa Menor. ¿Cómo o pudo inten ntar enfrentarla y lastim mar a Matt?, ¿cómo pudo o intentar heerirlos a todos?? ¿Cómo pod dría estar haaciendo esto o?

onar con él, p para pedirle… ‐Tyler,, por favor ‐ ‐ ella empezzó, mientrass quería razo

‐¿Todo o esta muy ssolo en los b bosques, muchachita? ‐ d dijo él con su u voz espesaa y gutural y al último o minuto lanzó un gruñid do. En ese m momento Bonnie supo que eso no erra el muchaacho con el q que había id do a la escueela. Éste era un animal. O Oh, Dios, estto esta feo, pensó. Las sogas rojas colgaro on fuera de su boca. Y eesos ojos amarillos como o cuchilladass ‐ en ello os vio la crue eldad del tib burón, y el co ocodrilo, y laa avispa que pone sus hu uevos en una oruga para que se e alimente dee su cuerpo.. Toda la crueldad de la naturaleza aanimal estab ba en eso os dos ojos aamarillos.

‐Alguieen te lo debe haber advertido, ‐ dijo o Tyler, mien ntras dejaba caer su man ndíbula paraa reírse a la maneraa que un perro lo hace. ‐Porque si saales sola al bosque, podrrías encontrarte con algo muy malo‐

‐¡Pron nto! ‐ una voz se dirigió h hacia él, y co on un sentim miento religio oso de gratittud, Bonnie vio a M Meredith al llado de ella. Meredith, ssostenía la d daga de Stefaan, qué brilló ó líquidaamente en laa luz de la lu una.

‐Plata,, Tyler‐, dijo Meredith , m mientras lo blandía. ‐¿M Me pregunto qué hace laa plata a los hombres lobo? ¿Q Quieres ver? ‐ Meredith tenía elegan ncia de todo, su finura disipó al observvador fresco o. Ésta era la esencia de Meredith: u una guerrera, y aunque eestaba sonrieendo, estaba enfadada.

Bonnie gritó alegremente, con prisa de poder seentirse a travvés de ella. D De repente sse ‐Sí! ‐ B podía mover. Ella y Meredith, juntas, eran n fuertes. Meredith estaaba acercánd dose furtivaamente a Tyler de un lad do, Bonnie sujetó su palo o listo por el otro. Un an nhelo que ella nunca había sentid do antes tiro o a través dee ella, el anh helo de pegar a Tyler en su cabeza venía. Podía sentir la fuerza para hacerlo surgiendo en su brazo.

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Y Tyler, con su instinto animall, podría darrse cuenta, p podía darse ccuenta que eellas lo rodeaban y podían n atacar en ccualquier lad do. Él retroccedió, se enccogió, y volviió a intentarr alejarsse. Ellas tam mbién se voltearon. Por u un minuto fu ueron tres peersonas orbiitando como o un min nisistema so olar: Tyler qu ue estaba en n medio volteeaba alrededor; Bonnie y Meredith lo rodeaban, buscando una oporrtunidad parra atacar.

Uno, d dos, tres. Alggún signo táccito encendiió a Mereditth a Bonnie. Simplementte, cuando Tyler b brincó hacia Meredith, m mientras inteentaba golpeearlo con el cuchillo, Bonnie lo golpeó ó. Recordand do el consejo de un n novio distantte que intentó enseñarlee a jugar béisbol, ella no o se imaginaba pegándole a Tylerr en algún lad do de la cabeza. Ella pusso todo el peeso de su peequeño cuerpo detráss del golpe, yy contacto caasi produjo un efecto deesagradable que soltaro on sus dientees . Traqu ueteó sus brrazos agóniccamente y esstrelló el palo. Tyler resu ultó como si disparase a un pájjaro en el cie elo.

‐¡Lo hiice! Sí. ¡Bien n! Sí! ‐ Bonnie gritó, mien ntras aventaaba lejos el p palo. El triun nfo hizo erupciión en ella con un grito o original. ‐Lo hicimos! ‐ Ella agarró el cuerpo pesado por atráás de la m melena y lo rretiró fuera de Meredith h dónde se h había quedado. ‐Nosotraas ‐

Entonces ella rompió las palab bras que hellaron en su ggarganta. ‐M Meredith! ‐ eella lloró. ‐Está todo bien‐, Meredith ab brió la boca, su voz firmee pero con d dolor. Débil, Bonnie do rociada ccon agua helada. Tyler había arañado su pierna yy pensó, fría como ssi hubiera sid había llegado al hu ueso. heridas grandes en el mu uslo de los p pantalones vvaqueros de Meredith y en Boquiaabierta vio h la blan nca piel que mostró claramente a traavés de la teela hecha araapos. Y el ho orror absoluto de Bon nnie, ella tam mbién podíaa ver dentro de la piel, podría ver la carne y el m músculo rasgad dos y sangre roja saliend do de ella.

‐Mereedith ‐ ‐ ella llloró frenéticcamente. Teenían que lleevar a Mered dith a un docctor.

Tenían n que detene erse ahora; ttodos debían entender eso. Tenían un lesionado aquí; necesiitaban conse eguir una am mbulancia, llaamar al 911. ‐Meredith‐‐, dijo al abriir la boca, caasi llorand do.

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‐Átalo con algo.‐ LLa cara de M Meredith estaaba blanca. SShock. Entraando en shocck.

Y tantaa sangre; tan nta sangre eexpuesta. Oh h, Dios, penssó Bonnie, por favor, ayú údenme. Ellaa buscab ba algo con que atarlo, p pero no hab bía nada.

A su laado algo cayó en la tierraa. Una largo o cordón de n nylón como el encordel con los bordes raídos, com mo para atarr a Tyler. Bonnie buscab ba.

des usarlo? preguntabaa inciertamente Carolinee, entre dientes. ‐¿pued

ba un vestido o verde, su p pelo castaño o rojizo se exxtraviaba y p pegó a su carra por el sud dor Llevab y la sangre. Así como habló, o osciló, y se arrrodilló al lad do de Mered dith. nnie. ‐¿Estás herida? ‐preguntó Bon

Carolin ne agitó su ccabeza, pero o entonces se dobló hacia adelante, atormentad da con la náusea, y Bonnie vvio las marcas en su garganta. Pero no había tieempo para preocuparse por Caaroline ahoraa. Meredith era más imp portante.

Bonniee ató el cord dón sobre lass heridas de Meredith, ssu mente fun ncionaba deesesperada por lass cosas que había aprendido de su h hermana Maary. Mary eraa una enferm mera. Mary le dijo qu ue el torniqu uete no podíía ser demassiado firme o o podía ganggrenar. Pero o tenía que deteneer la sangre que salía. O Oh, Meredith h.

oz era casi un n cuchicheo. ‐ ‐Bonnie ayuda a Stefan‐, Mereedith estabaa abriendo laa boca, su vo hacia atrás, ccon respiraciión agitada, y sus pequeeños ojos Él lo necesita… ‐ Ella caminó h ban algo en el cielo. buscab

Mojad do. Todo estaaba mojado. Las manos de Bonnie, su ropa, la tierra. Mojad do con la sangree de Mereditth. Y Matt to odavía estab ba bajo el árb bol, inconsciiente. Ella no o podía dejarlo os, sobre tod do no con Tyyler allí. Él podría despertarse.

Deslum mbrada, voltteó hacia Caaroline quien n estaba estrremeciéndosse por las nááuseas, el sudor la adornabaa su cara com mo si fueran cuentas. Inú útil, pensó B Bonnie. Pero o no tenía Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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ningun na otra opció ón.

había usado o ‐Caroline, escúchaame‐, dijo ella. Recogió eel pedazo más grande del palo que h contraa Tyler y lo p puso en las m manos de Caroline. ‐Te q quedas con M Matt y Mereedith. Suelta ese torniquete , m mas o menoss cada veintee minutos. Y si Tyler emp pieza a desp pertar, si él se mo puedas ccon esto. ¿Entiendes? Caaroline‐, ‐‐aggregó‐‐, ‐éstta recobrra, le pegas ttan duro com es la ggran oportun nidad que tieenes para deemostrar que sirves paraa algo. Que n no eres inútiil. ¿Bien?? ‐Vio los ojo os verdes furrtivos y repittió, ‐¿bien? ‐‐

hacer? ‐ ‐Pero ¿qué vas a h

Bonniee miraba hacia el claro.

‐No, B Bonnie.‐ La m mano de Caro oline la asió,, y Bonnie no otó con algu una parte dee su mente laas uñas rrotas, la sogaa quemaba een las muñecas. ‐Quédate aquí es seeguro. No vaayas con ello os.

No puedes hacer n nada ‐

Bonniee la hizo a un lado y cam mino hacia ell claro antess de que perd diera su reso olución. En ssu corazó ón, supo que e Caroline teenía razón. N No había nad da que pudieera hacer. Peero en su mentee recordaba lo que Mattt había dicho o antes de qu ue salieran. Por lo meno os lo intentaremos. Ten nía que inten ntarlo.

próximos y h horribles poccos minutos todo lo quee podría haceer era mirar..

Todavvía, en esos p

Hasta ahora, Stefaan y Klaus haabían sido grrandes contrrincantes co on tal violenccia y exactitu ud que haabían estado o como en un baile bonito y letal. Haabía sido mu uy parejo el encuentro.

Stefan n se manteníía firme.

efan llevaba abajo su lan nza de madeera blanca, Klaus la suya a las rodillass, Ahoraa vio que Ste forzán ndolo a ir haccia atrás, máás lejos y a retroceder m más, como un na vista de u un bailarín de limbo tanto como pudiera ir. B Bonnie podíía ver la caraa de Klaus, hablo con vozz ligeramen nte hueca, mirando fijjamente a Sttefan con lo que parecíaa asombro y miedo.

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Entonces todo cam mbió.

Al mismo fondo de su descensso, cuando K Klaus había d doblado atráás hasta don nde pudo, cuando parecía qu ue él debía eestar a punto o de derrum mbarse o rom mperse, algo pasó.

Klaus ssonrió.

onces empezzó a empujarlo hacia atrrás.

Y ento

Bonniee vio los músculos de Stefan endureecerse, vio su us brazos ríggidos, mientras intentab ba resistirse. Pero Klaaus, mientraas sonreía ab bierta y locam mente todavvía, miraba eel extenso da, lentamen nte. Despaciio. panorama, sólo agguardaba. See desarrollo como una teerrible jugad Inexorrablemente. Su sonrisa sse ponía cad da vez más ancha hasta p parecía como si se dividieera su cara. C Como el gato de Cheshirre.

Un gatto, pensó Bo onnie.

El gato o y el ratón.

ñó fatigado, los dientes eestaban fijoss, mientras intentaba maantenerse Ahora Stefan gruñ lejos d de Klaus. Perro Klaus y su u palo seguíaan acorralándolo, Stefan n impelente rretrocedía, lo forzab ba hacia la tie erra.

Sonrieendo todo el tiempo.

Hasta que Stefan no pudo retroceder máss, su propio palo le apretó la gargan nta con el peso de Klaus sobre su lanza. Klaus lo miraba h hacia abajo yy dijo. ‐Estoyy cansado dee jugar muchaachito‐, se enderezó y tiró hacia abaajo su propio o palo. ‐Ahorra es tiempo o de agonizar.‐

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Le quitó la lanza a Stefan tan ffácilmente ccomo si estuviera toman ndo algo de u un niño. Lo recogió con un golpecito en su u muñeca y lo rompió en ncima de su rodilla, mientras mostraba lo fuerte e que era, taan fuerte com mo siempre había sido. Cruelmentee había estad do jugand do con Stefaan.

ó por encimaa del hombro o una de las mitades dell palo de maadera blanco o, hacia el Arrojó claro. Con el otro pinchó a Steefan. No usaba la fina pu unta pero si el lado astilllado, roto en n una do ocena los pu untos diminu utos. Lo picó ó con una fueerza que parrecía casi cassual, Stefan gritó. Lo hizo de nuevo y de nuevo, mienttras sacaba u un grito a cada piquete. enciosamentte.

Bonniee clamó, sile

Nuncaa había oído a Stefan grittar con anteerioridad. No o necesitó saaber qué tipo o de dolor lo o debía haber causaado. No neceesitó saber q que la madera blanca po odría ser sólo o madera mortal para Klaus,, pero cualquier maderaa era mortal para Stefan. Stefan estaaba, si no muriendo ahora, ffaltaba poco o. Klaus, con la mano levvantada, iba a terminarlo o con un golpe más hondo. La carra de Klaus sse inclinó a laa luna en un na mueca dee placer obscceno, mostrando que essto era lo que le gustabaa, dónde con nseguía emo ociones. Mattar.

Bonniie no podía m moverse, ni siquiera pod día llorar. El mundo flotaaba alrededo or de ella. Sii todo h hubiera sido un error, ella no era cap paz; después de todo erra una niña. No quería veer el rem mate final, pe ero no podíaa mirar haciaa otro lado. TTodo esto no o podía estar pasando, pero aasí era. Ocurría.

Klaus levanto la esstaca astillad da y con unaa sonrisa de puro éxtasiss empezaba a bajarla.

Un tro ozo de lanza que venía del claro lo go olpeó en meedio de la esspalda, aterrrizando y temblaando como una flecha ggigante, com mo la mitad d de una flechaa gigante. Lo os brazos de Klaus sse abrieron, mientras deejaba caer laa estaca; quee conmocion nó la extáticca sonrisa dee su cara. Él estaba de pie, los b brazos se exttendieron, por un segundo, y entoncces volteó, eel palo d de madera bllanco en su eespalda tam mbaleándosee ligeramentee.

os de Bonnie e también see deslumbraaron por las o olas de punttos grises po or ver, pero Los ojo oyó un na expresión n clara, fría, arrogante y llena de con nvicción abso oluta. Simplemente Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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cuatro o palabras, p pero ellas lo cambiaron ttodo.

"Aléjate de mi herrmano."

Capítu ulo Quince

B sobrre los antigu uos predado ores, del Gaato Klaus gritó, un grrito que le recordó a Bonnie muts. La sangre saltó de d su boca junto j al gritto, Dientees de Sable y los gigantescos mam volviendo aquel ro ostro atractivo en una m máscara reto orcida de furia.

m de él escarbaban n en la parrte posterio or, tratando de alcanzaar la blancaa y Las manos cenicieenta estaca y sacarla. P Pero estaba enterrada muy profundo. El lanzaamiento hab bía sido uno de los bu uenos.

‐ “Dam mon”, susurrró Bonnie.

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Este eestaba de pie e al borde d del claro, enmarcado po or los árbolees de roble. Mientras eella mirabaa, dio un passo adelante hacia Klaus,, y luego otro; graciles p pasos acechaantes llenos de propósitos de mue erte.

Y estaaba enojado o. Bonnie habría h corrid do de la miirada en su cara si suss músculos no hubierran estado ccongelados. Nunca habíía visto tantaa amenaza.

‐ “Alejjate…de….m mi…hermano””, dijo, casi respirandolo o, con sus ojjos que nunca dejaban de mirar a Klaus mien ntras avanzaaba.

uevo, pero sus manos detuvieron su frenéticco forcejeo.. “Idiota! No N Klaus gritó de nu mos que peliaar! Te lo dijee en la casa! Podemos iggnorarnos un no a otro!”. tenem

La vozz de Damon n no fue máás alta que antes. a “Alejate de mi hermano”. Bonnie pod día sentirllo dentro de e él, un marr de Poder como un c Tsunami. Él ccontinuó, tan suavemen nte que Bo onnie debió esforzarse p para escuchaarlo. “Antess que arrantee tu corazón n”.

Bonniee se podía m mover después de todo. Dio un paso o atrás.

‐ “Te lo dije1”, gritó Klaus eno ojado. Damo on no recon noció las palaabras de nin nguna manera. n la gargantaa de Klaus, een su pecho, en el corazón Todo ssu ser pareccía estar concentrado en latientte que iba a arrancar.

Klaus recogió la lanza que no estaba rota y corrió.

hombre rubio parecía qu uedarle bastante fuerza aún.

A pesaar de toda laa sangre, al h

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La carrrera fue repentina, vio olenta y casi ineludible. Bonnie lo vio lanzar la lanza haccia Damon y cerró su us ojos involuntariamentte, y luego llos abrió un instante deespués cuando escuch hó la ráfaga de alas.

Klaus había hundido la lanza justo en el punto dond de Damon había h estado o, y un cuerrvo negro se alzó mie entras una p pluma solitarria flotaba h hacia abajo. Mientras B Bonnie mirab ba, la carrrera de Klauss lo llevó den ntro de la osscuridad y deesapareció.

Un sileencio de muerte cayó en n los bosquees.

La parrálisis de Bo onnie se rom mpió lentamente: primeero dio un paso p y luego o corrió donde yacía Stefan. Él no había abierto su us ojos mieentras ella se aproxim maba, pareccía u lado. Y en ntonces sintió una especie de horrible calma que inconcciente. Se aarrodilló a su fluia h hacia ella, co omo alguien que ha estaado nadando o en aguas h heladas y al ffinal siente llos innegaables signoss de la hipotermia. Si ella no hub biera pasado o por tantoss golpes a esa e altura,, hubiera hu uido gritando o o vuelto histérica. Pero a esa altu ura, esto eraa simplemen nte el últim mo paso, el último trozo o de irrealidaad. En un m mundo que no podía ser,, pero que era.

Nuncaa había visto o a alguien taan herido an ntes. Ni siqu uiera Mr. Tanner, y este había muerrto de suss heridas. Ni N siquiera Mary M podríaa ayudar aho ora. Ni siqu uiera si hubiieran tenido o a Stefan n en una cam milla fuera dee la sala de o operaciones hubiera sido suficiente.

e terrible caalma miró hacia arriba para ver un n aleteo de borrosas alas En esee estado de brillan ndo a la luz de la luna. Damon se situó junto a ella, y ellaa le habló muy m racional y calmadamente.

‐ “¿Ayudaría si le d damos sangrre?”.

Él no p parecía escu ucharla. Suss ojos eran ttodo negruraa, todo pupilas. Esa vio olencia apen nas conten nida, ese se entido de en nergía ferozz, se había ido. i Él se arrodilló a y tocó t la oscu ura cabezaa.

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‐ “Steffan?”.

ojos.

Bonniee cerró sus o

o sé qué haceer.

Damon está asusttado, pensó. Damon esttá asustado, Damon! –y Oh Dios, no Hay naada que haccer –y todo h ha terminado y estamoss perdidos y Damon estáá asustado p por Stefan n. Él no se vva a hacer caargo de las ccosas y no tiene una solución y algu uien tiene que solucio onar esto. YY Oh Dios, p por favor ayudame porq que estoy muy asustadaa y Stefan esstá muriendo y Mered dith y Matt eestán herido os y Klaus va a volver.

Ella ab brió sus ojoss para mirarr a Damon. Este estaba blanco, su rostro lucía terriblemen nte joven en ese mom mento, con esos dilatado os ojos negro os.

‐ “Klau us va a volve er”, dijo Bonnie silenciossamente. Yaa no estaba aasustada de él.

Eran un u cazador de cientos de años y una u chica humana de diecisiete, d sentados en el borde del mundo.. Eran sólo 2 personas, Damon y Bonnie, quien nes debían h hacer lo mejjor odían. que po

D Esstaba sosteniendo la mano m de Stefan, lucieendo nada de ‐ “Lo sé”, dijo Damon. onzado por ello, y se veía v muy lóggico y sensible. Bonniee podía sentirlo enviando avergo Poder hacia Stefan n, también p podía sentir que no era ssuficiente.

udaría?”. ‐ “La sangre lo ayu

‐ “No m mucho. Algo o, quizás”.

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‐ “Cualquier cosa q que ayude d debemos tratar”.

Stefan n susurró, “N No”.

Bonniee estaba sorrprendida. Ella pensabaa que estabaa inconcientte. Pero suss ojos estaban abiertos ahora, ab biertos, alerttas y ardiend do verdes. EEra lo único vvivo en Stefaan.

‐ “No seas estúpido”, dijo Daamon, su vo oz endurecid da. Apretab ba la mano de Stefan tan dillos estabaan blancos. “Estás malherido”. fuertee que sus nud

dad estaba een la voz de Stefan y en su ‐ “No rromperé mi promesa”. Esa inamovvible tenacid pálido o rostro. Y ccuando Dam mon abrió su u boca de nu uevo, indudaablemente p para decir que Stefan n debería ro omper su pro omesa le gu ustara o no o Damon ro ompería su cuello, Steffan agregó ó, “especialm mente cuand do no va a hacer ningún bien”.

Sólo laa verdad serviría. Y Stefan estaba diiciendo la veerdad.

miraba a su h hermano, qu uien lo mirab ba a él, toda esa fiera y ffuriosa atencción puesta en Aún m Stefan n como se había enfocado en Klaus más temprrano. Como si eso ayud dara de alguna manerra. Su última y mayor lu ucha de volu untades, pen nsó Bonnie. “Y debes sacar a Bonniee y a los d demás fuera de aquí”.

‐ “No tte dejaremo os”, intervino o Bonnie. Essa era la verd dad, ella pod día decir eso o.

‐ “Deb ben hacerlo!”, dijo Stefaan sin desviaar la mirada de los ojos de su hermaano. “Damo on, sabes que tengo rrazón. Klauss estará aqu uí en cualquiier mnuto. No malgastees tu vida. N No malgastes la de ellos”.

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‐ “No me importta nada sus vidas”, buffó Damon. La verdad también, pensó p Bonnie, or la cual Damon se preocupaba, y no curiosamente sin ofenderse. Había sólo una vida po o. era la de él mismo

‐ “Si, te t preocupaan!”, Stefan contraatacó ó. Se colgó ó de la man no de Damo on con fierezza, como si fuera un concurso y p pudiera obligar a Damon a concedeerle algo. “EElena tuvo una últimaa voluntad, esta es la mía. Tú tieenes Poder,, Damon. Quiero que lo uses paara yudarlles”.

‐ “Steffan…” susurrró Bonnie deesesperada.

‐ “Prom metemelo”, dijo Stefan a Damon, y un espasmo o de dolor reetorció su rostro.

Por in ncontables segundos s Damon simplemente lo miró haciaa abajo. Lu uego dijo, “Lo “ promeeto”, rápido y fuerte co omo el golpe de una daaga. Dejó ir la mano de d Stefan y se levanttó, volviendo ose hacia Bo onnie: “vamo os”.

podemos de ejarlo…” ‐ “No p

No había nad da joven en lla cara de Damon ahoraa. Nada vuln nerable. “Tú ú y ‐ “Sí podemos”. N migos human nos se van dee aquí, perm manentemen nte. Yo volveeré”. tus am

u cabeza. Ella E sabía vaagamente, que q Damon no estaba traicionando t o a Bonniee sacudió su Stefan n, que estab ba poniendo los ideales de Stefan por p sobre laa vida de Steefan, pero era e demassiado incomprensible paara ella. Ellaa no lo enten ndía y no lo quería. Tod do lo que sab bía era qu ue no podían n dejar a Stefan yaciendo o ahí.

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‐ “Tú tte vienes ahora”, dijo Damon, acerrcándose a eella, el anillo o de acero de vuelta en su voz. Bonnie B se preparó p paraa pelear, y entonces e alggo pasó quee dejó todo su debate en nada. Hubo un crujido c como un giganttesco látigo y un resplaandor como o luz de día,, y Bonniee fue enceguecida. Cuaando al fin p pudo ver, sus ojos volaro on a las flam mas que salíían de un nuevo aguje ero negro en n la base de un arbol.

nnie se diriggieron hacia él después, ya que era la única otra co osa Los ojjos de Bon movieendose en el claro. Él aagitaba la blanca estacaa sangrienta que había rretirado de su propiaa espalda, co omo un trofeeo.

Un paararrayos, pe ensó Bonniee ilógicamen nte, y hubo o otro choqu ue. Lanzado hacia abaajo desdes un cielo vaacío, en una gran bifurcación azul‐b blana que ilu uminó todo ccomo el sol de medio odía. Bonnie observabaa mientras un arbol traas otro fue golpeado, cada c uno más m cerca que el otro. Flamas lam mían como haambrientos duendes rojjos entre las hojas.

Dos árrboles al lad do de Bonnie explotaron, con explo osiónes tan fuertes que ella los sinttió en vezz de oirlas, un dolor penetrante en e sus tímpanos. Dam mon, cuyos ojos o eran más m sensib bles, levantó una mano p para protegeerlos.

Entonces gritó “Kllaus!” y saltó ó hacia el ho ombre rubio o. No estabaa acechando o ahora, era un ataquee mortal. Laa explosión d de velocidad d asesina de los gatos cazadores o ell lobo.

El rayo o lo atrapó e en medio.

u destello azul de gasses Bonniee gritó mientras lo veíía, saltando en sus piees. Hubo un supervvalientes y un u olor a qu uemado, y entonces e Daamon estabaa caído, yacciendo inmó óvil con su u cara contraa el suelo. Bonnie podíía ver virutaas de humo levantandosse de él, com mo lo hab bían hecho de los árboless.

Horrorizada y sin h habla, miró hacia Klaus.

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Iba arrrogante a través del clarro, sujetando su sangrieenta vara como en un club de golf. Se inclinó ó sobre Dam mon mientraas pasaba, y y sonrió. Bo onnie quiso gritar de nu uevo, pero no tenía eel aliento. P Parecía no qu uedar nada d de aire para respirar.

‐ “Te aarreglaré cu uentas más ttarde”, dijo Klaus al inco onciente Daamon. Entonces su rosttro se volvvió hacia Bonnie.

hora mismo””. ‐ “Tú”,, dijo, “arregglaré cuentas contigo ah

Un insstante después, Bonniee se dio cueenta que él miraba hacia Stefan y no hacia ella.

Esos ojos o azul eléctrico estaaban fijos en e el rostro de Stefan. Se movieeron hacia el sangriento cuerpo o de Stefan.

‐ “Aho ora voy a com merte, Salvatore”.

Bonniee estaba solaa. La única d de pie. Y ella tenía mied do. Pero sab bía lo que deebía hacer.

Dejó q que sus rodillas colapsarran de nuevo o, cayendo aal suelo al lad do de Stefan n.

t peensó Bonniee. Tú arro odillada al lado de tu u caballero y Y así es como termina, ntándote al e enemigo. enfren

Miró h hacia Klaus yy se movió d de manera d de proteger aa Stefan. Paareció notarla por primeera vez, y frunció el ce eño como si hubiera enccontrado unaa araña en ssu ensalada.

os naranja‐ro ojos parpadeearon por el rostro de Sttefan.

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‐ "No.""

e como em mpezó el finaal. De esa manera, m tan n simple, con una palab bra, y tú vass a Y así es morir en una noche de veran no. Una nocche de veran no en que laa luna y las eestrellas están ndo y llamas como las qu ue los Druidaas usaban paara convocar a los muerrtos. brillan

‐ “Bon nnie, vete” dijo Stefan do olorosamentte. “Vete mientras pued das”.

‐ “No””, dijo Bonnie e. Lo siento o Elena, penssó. No pued do salvarlo. Esto es todo o lo que puedo hacer..

del camino”, dijo Klaus aa través de ssus dientes. ‐ “Sal d

‐ "No." Ella podía esperar y dejar d que Sttefan muriera de esa manera, m en vez v de con los l en su garganta. No parecía haber mucha difeerencia, pero o era lo mejjor dientees de Klaus e que po odía ofrecerr.

‐ "Bon nnie..." susurrró Stefan.

o sabes quien soy, niña? He caminad do con el Deemonio. Si te mueves, te dejaré mo orir ‐ “¿No rápidaamente.”

La vozz de Bonnie sse había rendido. Ella negó con la cabeza.

Klaus eechó atrás su propia cab beza y rió. U Un poco de ssangre goteó ó, también.

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‐ “Muyy bien”, dijo él. “Será a tu manera. Ambos se irrán juntos”.

dos Nochee de verano,, pensó Bonnie. Visperaa del solsticiio. Cuando la línea entre los mund es tan delgada.

buenas noches, dulzura”. ‐ “Di b

N exceptto un llamado No haabía tiempo para tranzaar, no habíaa tiempo paara nada. Nada desesp perado.

‐ "Elen na!" gritó Bo onnie. "Elenaa! Elena!"

Klaus retrocedió.

Por un n instante, p pareció como o si el solo n nombre tuviera el poderr de alarmarrlo. O como o si esperaara que algo o respondieraa al ruego dee Bonnie. See detuvo, esscuchando.

Bonniee acudió a sus poderess, poniendo o todo de su u parte, lan nzando su necesidad y su llamad do hacia el vvacío.

Y sintió…nada.

Nada perturbó la noche de vverano, exceepto el crepiitante sonid do de las llam mas. Klaus se volvió hacia Bonniie y Stefan, yy sonrió.

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Entonces Bonnie vvio la niebla arrastrándo ose por el suelo.

No –no podía ser niebla. Deb bía ser humo o del fuego. Pero no se comportabaa como hum mo.

Se arreemolinaba, ccreciendo en n el aire com mo un pequeeño remolino o de endiabllado polvo. Se recogió en la form ma del tamañ ño de un hom mbre.

entre los árb boles. Variaas de ellas, ccada una sep parada y distinta. Bonnie, La niebla flotaba e quien miraba sile enciosa, pod día ver a trravés de cad da parche, podía ver las llamas, los l árbolees, los ladrilllos de la chimenea. Klaus K ya no o sonreía, yaa no se mo ovía, y miraba tambiéén.

Bonniee se volvió h hacia Stefan,, incapaz de siquiera haccer la pregun nta.

‐ “Espííritus inquiettos” susurró ó, abriendo ssus ojos verd des. “El solstticio”.

Y ento onces Bonnie e entendió.

Estabaan llegando.. Desde el otro lado del d río, dond de yacía el viejo v cemen nterio. De los l árbolees, donde in nnumerabless tumbas im mprovisadas habían sido o cavadas para p lanzar los l cuerpo os antes que se descom mpusieran. Los espíritu us inquietos,, los soldado os que habíían luchad do aquí y haabían muertto durante la l Guerra Ciivil. Unos huéspedes h s supernatural les respon ndiendo al llamado de ayuda.

Ahora se estaban formando a su alrededo or. Eran cien ntos de elloss.

ora. Las líneas de la niebla se llenaban ahora ccon una paleeta Bonniee podía ver rostros aho de fluiidos colores. Ella vio un n destello dee azul, un raayo de gris. Eran tropass de la Unión n y de los Confederad dos, juntos. Bonnie atissbó una pisttola en una correa, el deestello de una Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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espada ornamenttada. Una tupida barb ba negra, un na blanca. Una figura pequeña, del d tamañ ño de un niñ ño, con agujeeros oscuross en vez de o ojos y un tam mbor colgan ndo en el nivvel del mu uslo.

‐ "Oh, mi Dios," su usurró, "Oh, Dios." No eera un juram mento, era m más como un na oración. N No porque no estuviera asustada de ellos, porque lo estaba. e Era como si cada una de las pesadillas que haabía tenido sobre s el cem menterio see hicieran reealidad. Como su prim mer sueño sobre Elen na, cuando ciertas c cosas reptaron fuera f de loss hoyos neggros, sólo que estas n no estaban rreptando, sino volando, flotando haasta alcanzarr una forma humana.

Todo lo que Bonn nie había seentido alguna vez sobre el Viejo cementerio –d de que estaba vivo y y lleno de ojjos acechanttes, que había algún tip po de Poder esperando o detrás de su quietu ud –probabaa que era verdad. La tieerra de Fell’ss Church abaandonaba su us sangrienttas memo orias.

Los espíritus de aq quellos que habían muerto aquí cam minaban de n nuevo.

Y Bon nnie podía sentir s su iraa. La asustaba, pero otra emoció ón crecía dentro de ella, hacién ndola conten ner su alientto y apretar más fuerte la mano de Stefan. Porq que el ejército místico tenía un líder.

onde Klaus sse encontrab ba.

Una figura flotabaa en frente de las otrass, más cercaa al lugar do No ten nía forma o definición aaún, pero briillaba y centtelleaba con la dorada lu uz de una veela encendida. Enton nces, ante los ojos de Bo onnie, pareciió tomar sub bstancia del aire, brillando más y y más a cadaa minuto co on una luz so obrenatural. Era más brillante b quee el círculo de fuego.. Era tan briillante que K Klaus se alejó de ella y B Bonnie parpaadeó, pero ccuando bajo o la intenssidad vio a Stefan miraando a esa luz directam mente, sin miedo, m con los ojos bien abiertos. Y sonrie endo, tan feelizmente co omo si estuvviera conten nto de que ffuera la últim ma que vería. cosa q

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Klaus soltó la estaaca. Había d dado la espalda a Bonniee y Stefan para enfrentaar al ser de lluz que see aproximab ba con un angel a vengaador. Cabelllo dorado ondeando o b bajo un vien nto invisib ble, Elena le miró.

‐ “Ella viene”, susu urró Bonnie..

‐ “Tú sse lo pediste e”, murmuró ó Stefan. Su u voz se con nvertía en un aliento difficultoso, peero aún so onreía. Sus o ojos estaban n serenos.

‐ “Alejjate de elloss”, dijo Elenaa, su voz lleggando simultáneamentee a los oidoss y a la men nte de Bon nnie. Era co omo el repiq queteo de deecenas de caampanas, disstante y cerccano al mism mo tiempo o. “Todo haa terminado Klaus”.

Pero Klaus K se recuperó rapid damente. Bo onnie vio su us hombros hincharse con c su alientto, notando por prim mera vez el agujero en la espalda donde d la estaca lo habíía traspasad do. e sangre secaa, y sangre ffresca fluía aahora que Klaus movía sus brazos.

Había manchas de

‐ “¿Creeen que les tengo mied do” escupió. Giró, riend do a las pálidas formas. “¿Creen que me asusta alguno de ustedes?? Ustedes están muerto os! Son polvo o en el vientto! No pueden me!”. tocarm

do”, dijo Elen na con su tim mbre de voz de viento. ‐ “Estáás equivocad

‐ “Soy uno de los Antigüos! U Un original! SSaben acaso o qué significca eso?”. Kllaus se giró de nuevo o, mirándolo os a todos, sus s no‐naturrales ojos azzules parecian captar algo del refleejo rojo del d fuego. “Nunca he muerto. Todos T usted des han mu uerto, usted des galeria de espantajos! Pero n no yo. La mu uerte no pueede tocarmee. Soy invencible!”.

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La últtima palabrra salió en un golpe tan fuertee que dio eco contraa los árbolees.

Invenccible…invenccible… inven ncible. Bon nnie lo escu uchó junto al a sonido haambriento del d fuego.. Elena espe eró hasta qu ue el último o eco murierra. Entoncees dijo, muy simplementte, “No mucho”. m Se e volvió a mirar m a las formas míssticas alredeedor de ellaa. “Él quieere derram mar más san ngre aquí”.

Una nueva n voz haabló, una vo oz hueca qu ue corrió com mo una riacchuelo de aggua fría por la espinaa dorsal del Bonnie. “Haa habido dem masiadas mu uertes, yo diigo”. Era un n soldado dee la Union con una doble hilera dee botones en n su chaquetta.

‐ “Más que suficie ente”, dijo otra o voz, co omo el eco de d un tambor. Un Con nfederado que sosten nía una bayo oneta.

‐ “Es h hora que algu uien lo detenga” –un ho ombre viejo en ropa de ccasa.

podemos de ejarlo seguir””, el chico deel tambor co on los agujerros por ojos.. ‐ “No p

‐ “No más derram mamiento de d sangre!” Muchas voces v sonaro on al uníson no. “No más m natos!”. asesin

El llam mado pasó de d uno a ottro, hasta que el sonido o era más fuerte f que el e crepitar del d fuego.. “No más saangre!”.

‐ “No p pueden tocaarme! No pu ueden tocarm me!”.

‐ “Vam mos a agarrarlo chicos!”..

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‐ “No p pueden mattarme! Soy in nmortal!”.

El torn nado lo barrrió hacia la o oscuridad m más allá de laa vista de Bo onnie. Lo siguió un rasttro de fan ntasmas com mo la cola de un cometa,, disparando o hacia el cielo nocturno.

ónde lo estáán llevando??” Bonnie no o quiso decirlo en voz alta, a sólo lo dijo antes de ‐ “¿Dó pensarlo. Pero Ele ena lo escucchó.

‐ “Don nde no hagaa más daño o”, dijo Elena, y la mirada en su caara detuvo cualquier c ottra pregunta de Bonn nie.

Hubo un chirrido un sonido ccomo un balido desde el otro lado d del claro. Bo onnie se volvvió y vio aa Tyler, en su u terrible forma parte‐humano/partte animal, de pie. No hu ubo necesidad del Club de Carolline. Miraba a Elena y a las pocass figuras fan ntasmas quee quedaban y farfullaba: “No loss dejen llevarme! No los dejen llevarrme también n!”.

Antes que Elena pudiese p hab blar, él habíaa dado la vu uelta. Él consideró el fuego, f que era e más alto que su p propia cabezza, por un instante, lueggo se hundió ó en el, hund diendose en la arboleeda. A travé és de las llam mas Bonnio lo vio tirarse al suelo, aapagando las llamas de su cuero,, luego levantarse y correr de nueevo. Entoncces el fuego o se elevó y y ella no pudo seguirr viendo nada.

e había re ecordado alggo: Merediith y Matt. Meredith yacía y con su u cabeza en el Pero ella regazo o de Caroline, mirando o. Matt estaba aún de espaldass. Herido, pero no tan malheerido como SStefan.

‐ “Elen na”, dijo Bon nnie, captan ndo la atención de la brillante figuraa, y luego simplemente lo miró.

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El brillo se acercó ó. Stefan no o parpadeó. Miró al co orazón de la luz y sonrió ó. “Él ha sido detenido, gracias a ti”.

‐ “Fuee Bonnie quiien nos llam mó. Y ella no podría haberlo hecho o en mejor lugar l ni mejjor momeento sin ti y llos otros”.

mesa”. ‐ “Tratté de mantener mi prom

‐ “Lo ssé Stefan”.

A Bonnie no le gustó el sonido o de eso parra nada. Son naba demassiado como u una despedida –una permanente e. Sus prop pias palabras flotaron hacia h ella: él debe ir a a otro lugarr o simpleemente irse. Y ella no quería que Stefan se fuese f a ningguna parte. Seguramen nte alguien que lucía ttan parecido o a un angel… …

‐ Elenaa”, dijo, “¿pu uedes hacerr algo? Puedees ayudarle??” Su voz tem mblaba.

‐ “Pueedo hacer allgo”, dijo Eleena. “Pero no sé si es el tipo de ayuda a que él é quiere”. Se volvió hacia Stefaan. “Stefan,, puedo currar lo que hizo h Klaus. Esta noche tengo mucho Poder. Pero no pu uedo curar lo o que Katheerine hizo”.

El entu umecido cerrebro de Bon nnie luchó co on eso por u un momento o. Lo que Kaatherine hizo o – pero Stefan S se re ecuperó messes atrás dee la tortura de Katherin ne en la crip pta. Entoncces entend dió. Lo que Katherine había hecho ffue hacer a SStefan un vaampiro.

‐ “Ha pasado dem masiado tiem mpo”, decíaa Stefan a Elena.

E “Si lo o curas, serré una pila de polvo””.

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‐ “Sí”. Elena no so onreía, sólo llo miraba fijamente. “¿Q Quieres mi aayuda Stefan n?”.

‐ “Paraa seguir viviendo en estte mundo en las sombras…”, la vozz de Stefan eera un suspiiro ahora,, sus ojos ve erdes distan ntes. Bonniee quería rem mecerlo. Vivve, pensó ella, pero no se atrevió ó a decirlo por miedo a hacerlo decidir d hacer justamentte lo contrario. Entoncces pensó en algo máss.

‐ “Paraa intentarlo””, dijo ella, yy ambos la m miraron. Ellaa devolvió laa mirada, su u barbilla haccia delantte, y vio el comienzo de una sonrisaa en los brillaantes labios de Elena. EElena se volvvió a Stefaan, y esa peq queña muecca de sonrisaa pasó a él.

‐ “Sí”, dijo él tranq quilamente, y entonces aa Elena, “quiero tu ayud da”.

Ella see agachó y le e besó.

Bonniee vio el brillo fluir de ella a Stefan, como un río o de luz cen ntelleante ro odeandolo. Lo inundó ó de la mism ma manera q que la niebla oscura habíía rodeado aa Klaus, com mo una cascada de diamantes, hassta que todo o su cuerpo b brillaba como el de Elena.

Por un n instante Bonnie imagiinó que pod dría ver la saangre dentro o de él fund dirse, fluyendo en cad da vena, cad da capilar, cu urando todo o lo que tocaaba. Luego el brillo deccayó a un au ura dorado, pareciénd dose más a la piel de Stefan. Su polera estaaba aún desstrozada, peero debajo o de eso la carne estaba suave y firme. Bon nnie, sintien ndo sus prop pios ojos bien abiertos ante la m maravilla, apeenas pudo reesistirse a to ocar.

Se sen ntía como cu ualquier piel.. Las horriblles heridas h habían desap parecido.

Ella rió ó fuerte con gran entusiasmo, luego o dijo, “Elanaa, está Mereedith también”.

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El brilllo que era Ellena se movía ahora a trravés del claaro. Mereditth miró hacia arriba desde las pieernas de Caroline.

‐ “Holaa Elena”, dijo o, casi norm malmente, exxcepto que ssu voz era muy débil. _ Elena se agachó yy la besó. La brillantez flluyó de nuevo, abarcando a Mered dith. Y cuando se perrdió, Meredith se puso d de pie por si misma.

Luego fue hacia Damon.

Él aún estaba caíd do donde lo había arrojaado Klaus. LLos fantasmaas habían paasado sobre él, sin siq quiera notarllo. El brillo de Elena lo o rodeó, una mano resplandeciente se estiró paara tocar ssus cabellos. Entonces sse agachó y besó la oscu ura cabeza en el suelo.

do la luz brillante se dessvaneció, Damon se sentó y sacudió ó su cabeza. Vio a Elenaa y Cuand se mo ovió con cuidado, conteeniendose, y y se levantó ó. No dijo nada, sólo miró m mientrras Elena se volvía haacia Stefan.

ueta se destaacaba contra el fuego. Bonnie apenas había no otado cómo o el respland dor Su silu rojizo había crecid do tanto quee casi eclipsaaba el dorad do de Elena. Pero ahoraa lo vio y sinttió un sen ntimiento de e alarma.

último regalo para usted des”, dijo Eleena, y comen nzó a llover. ‐ “Mi ú

na tormenta de truen nos y relám mpagos, sino o una lluviaa continua que empapó No un totalm mente a Bonnie y apagó el fuego. EEra fresca y ffría, y parecció lavar todo el horror de Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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las últtimas horas. Bonnie miró m hacia arriba, a cerraando sus ojos, deseand do alargar sus s brazoss y abrazarlo o. Cuando amainó, miró ó nuevamentte a Elena.

Elena miraba a Ste efan, y no había sonrisa en sus labio os ahora. Ell dolor sin paalabras estaba de nueevo en su ro ostro.

medianoche””, dijo ella. “Y debo irme”. ‐ “ES m

nte, por el sonido, que ese “irme” no significaba sólo por el Bonniee supo instaantaneamen momeento. “Irse”” significabaa por siempre. Elena se s iba donde ningún trrance o sueño podían n alcanzarla..

Y Stefaan también lo sabía.

‐ “Sólo o unos minutos más”, dijjo él, tratando de alcanzzarla.

‐ “Lo ssiento…”

‐ “Elen na, espera, n necesito decirte…”

‐ “No puedo!”. Por primerra vez la seerenidad deel brillante rostro estaaba destruid da, mostrando no sólo una suavee tristeza sin no lágrimas d de dolor. “SStefan, no p puedo esperaar.

Lo sien nto tanto”. Fue como sii ella fuera aarrastrada haacia atrás, reetrocediendo o hacia alguna dimen nsión que Bo onnie no pod día ver. Quiizás el mism mo lugar al que Honoria fue cuando su tarea había termin nado, pensó ó Bonnie. A eestar en pazz.

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Pero los ojos de Elena E no paarecián estarr en paz. See aferraron a Stefan, y ella alargó su mano hacia él, sin n esperanza.. No se tocaaron. Dondee quiera quee Elena era arrastrada eera demassiado lejos. _ ‐ "Elen na por favor!”. Era la vo oz con que SStefan la hab bía llamado een su habitaación. Como o si su corazón se estu uviera rompiiendo.

‐ "Steefan," Elena llamó de nu uevo, pero su voz llegab ba de una gran distanciaa. El brillo caasi se hab bía ido. Enttonces, mien ntras Bonniee miraba a ttravés de sus lágrimas, p parpadeó y se apagó ó. Dejando el e claro silen ncioso nuevvamente. To odos se hab bían ido, los fantasmas de Fell’s Church que e habían caaminado po or una noche para evvitar que más m sangre se derram mara. El brilllante espirittu que los haabía guiado se había dessvanecido sin dejar rastrro, y aun la luna y las estrellas esttaban cubierrtas de nubees.

Bonniee supo que la humedad en el rostro de Stefan n no era debido o a la lluvia q que aún caíaa.

Él estaaba parado, su pecho aggitado, mirando hacia ell último lugaar donde el brillo de Elena se hab bía visto. Y todo el anhelo y el do olor que Bon nnie había visto v en su rostro tiempo antes, era nada co omparado co on lo que ella veía ahoraa.

usurró ella. Entonces grritó hacia el cielo, sin prreocuparse h hacia quien se ‐ “No es justo”, su dirigíaa. “No es jussto”.

n respiraba m más y más rrapidamentee. Ahora levvantó el rosttro también, no con rab bia Stefan sino con c un insop portable dolor. Sus ojos buscab ban entre laas nubes como si fueraa a encontrar algún trrazo de luz d dorada, algún rastro de b brillo ahí. Él no pudo.

Bonniee vio los esp pasmos pasaar a través d de él, como la agonía dee Klaus con lla estaca. YY el grito q que salió de él fue la cossa más terrib ble que ella jamás escuch hó: “Elena!!”.

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Capítu ulo Dieciséiss

do recordar eexactamentee como pasaaron los sigu uientes segun ndos. Escuch hó Bonniee nunca pud el grito o de Stefan que parecía casi hacer temblar la tieerra debajo de ella. Vio aa Damon dirigirsse hacia el. YY luego vio eel resplandor. Un resplan ndor como eel relámpago o de Klaus, solo que no blanquiazul. Este era dorado. Y tan brillan nte que Bonnie sintió qu ue el sol hab bía explottado frente aa sus ojos. To odo lo que p pudo ver durrante varios segundos fu ue colores girand do. Y luego vvio algo en laa mitad del cclaro, cerca d de la chimen nea. Algo blaanco, con forma como e fantasma, solo que se veía de una form ma más sólida. Algo pequ ueño y o que sus ojo os le decían amonttonado que tenía que seer cualquier cosa pero parecía ser lo que erra. Porque se e veía como o una delgada y desnudaa chica temblando en el ssuelo del bosque. Una chicaa con el cabeello dorado. Se parecía aa Elena.

brillante Elena iluminada por velas d del mundo eespiritual y n no la pálida ee inhumana No la b bella cchica que había sido Elen na la vampirra. Esta era u una Elena cu uya piel color crema estabaa manchada en rosa y m mostraba la carne de gallina bajo la llluvia que la ssalpicaba.

Una Ellena que luccía desconcertada mienttras lentameente levantab ba la cabezaa y observaba alredeedor de ella, como si tod das las familiares cosas een el claro lee fueran extrrañas.

Es unaa ilusión. Eraa eso o le dieeron algunoss minutos paara despedirrse. Bonnie sseguía repitiééndoselo, pe ero no podíaa hacer que sse lo creyeraa.

"¿Bonnie?" dijo un na voz inseggura. Una voz que no eraa en absoluto o como el m murmullo del viento o. La voz de u una asustadaa joven.

Las rodillas de Bon nnie cediero on. Un descabellado senttimiento esttaba creciendo dentro de uiera atreverrse a examin narlo aún. So olo observab ba a Elena. ella. Trató de alejaarlo, sin siqu

nte al princip pio, luego maas y más firm memente, Elena tocó el pasto frente a ellla. Titubean más y más rápido.. Levantó un na hoja con d dedos que parecían torp pes, la bajo, palmeó el ó de nuevo. A Agarró un m manojo enterro de hojas m mojadas, las sostuvo, lass suelo. La arrebató Volteó hacia Bonnie, y las hojas se essparcieron d de nuevo. Po or un momen nto, solo se olió. V arrodillaron y se m miraron fijam mente una a la otra a unos cuantos p pies de distaancia. Luego,, vacilan ntemente, B Bonnie estiró ó su mano. N No podía respirar. El sentimiento creecía y crecía...

La mano de Elena se levantó een cambio. YY la estiró haacia la de Bonnie. Sus deedos se tocaro on. Dedos re eales. En el m mundo real. Donde ambaas estaban. Bonnie exclaamó casi como un grito y se e arrojó a Eleena. En cuesstión de un m minuto estab ba ya tocánd dola por todas Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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lados een un frenessí de salvaje e incrédulo placer. Y Eleena era sólid da. Estaba m mojada a causa de la lluvia y estab ba titiritando o y las mano os e Bonnie n no la traspassaban. Pedazzos de hojass húmed das y migas de tierra esttaban Adherridas al cabeello de Elena.

Elena gritó ahogad damente en respuesta. ””¡Puedo tocarte! ¡Estoy aquí!" Agarrró las hojas o tocar el suelo!" de nueevo. "¡Puedo

"¡Pued do verte tocándolo!" Podrían haber seguido así indefinidam mente, pero Meredith lass interru umpió. Estab ba parada a unos pocos pasos de elllas, mirando o con sus osccuros ojos enorm mes, y su caraa blanca. Se carraspeó laa garganta.

“¡Meredith!" Elena se volteó h hacia ella y eextendió las manos llenaas de hojas. Abrió los brazoss. Meredith, que había p podido arregglárselas cuaando el cuerp po de Elena fue encontrado en el río, cuando Elena apareció en su ventana con veertida en vampiro, cuando Elena se h había materializado en el claro como o un ángel, aahora solo see quedó ahí paradaa, temblando. Parecía apunto de deesmayarse.

"¡Meredith, ella es sólida! ¡Pu uedes tocarlaa! ¿Ves?" Bo onnie palmeó ó a Elena dee nuevo alegreemente.

Mered dith no se movió. Susurrró. “Es impossible...”

niendo histérrica. Sabía que era ella, yy "¡Es veerdad! ¿ves?? ¡Es verdad!" Bonnie see estaba pon no le importaba. SSi alguien ten nía derecho de ponerse histérica, erra ella. “Es vverdad, es verdad d,” canturreó. “Meredith, ven a ver..”

Mered dith, que hab bía estado viendo a Elen na todo este tiempo, hizo otro sonid do de ahogo..

Luego,

sound. Luego, con n un solo mo ovimiento, see arrojó a Eleena. La tocó ó, encontrand do que su mano se encontró ó con la resisstencia de la carne. Miró ó la cara de EElena, Y lueggo se puso a llorar incontrolabllemente. Llo oró y lloró, su u cabeza en el hombro d desnudo de Elena. Bonn nie jubilossa las palmeó a ambas.

"¿No ccreen que de eberían ponerle algo?” d dijo una voz,, y Bonnie leevantó al vistta para ver aa Carolin ne quitándo ose el vestido o. Caroline lo o hizo con m mucha tranqu uilidad, qued dándose solo o Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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en su sslip de poliéster beige co omo si hiciera esa clase de cosas tod do el tiempo o. No es mi imagin nación, Bonn nie pensó dee nuevo, perro sin maliciaa. Claramentte había veces cuando laa falta d de imaginación era una vventaja.

Mered dith y Bonnie e pusieron eel vestido sob bre la cabeza de Elena. SSe veía pequ ueña en el, mojad da y de ciertaa forma innaatural, como o si no estuviiera acostum mbrada ya a usar ropa.

Pero lee ofrecia cie erta protección ante los eelementos, d de cualquierr forma.

Luego Elena susurrró, "Stefan."

ba parado ah hí, con Damo on y Matt, un poco aparrtado de las cchicas. El solo Se voltteó. El estab la estaaba viendo. C Como si no ssolo contuviera su alientto, sino su vida, esperan ndo. Elena see paró yy dio un torp pe paso haciaa el, y luego otro y otro. Delgada y ccon una nuevva fragilidad d dentro o de su vestiido prestado o, vaciló mientras se movía hacia el. Como la sireenita aprend diendo a usaar sus piernaas. Bonnie pensó.

La dejó ó andar casi todo el cam mino hasta ahí, solo obseervando, hassta que tropezó hacia ella.

Terminaron apresurándose y cayeron al suelo, con los brazos trab bados alredeedor del otro o, cada u uno abrazando al otro taan fuerte com mo les era p posible. Ningguno de elloss dijo una palabrra. Bonnie observaba deesenfadadam mente, sintieendo un poco o de esa aleggría embriagadora, derramarse en n lágrimas. Su garganta le dolía, pero o esas no eraan lágrimas dulcess, tampoco e eran lágrimas saladas dee dolor, y aún n sonreía.

papada, pero o nunca hab bía sido tan ffeliz en su vida. Sentía Estabaa asquerosa,, estaba emp como si quisiera b bailar y cantaar y hacer to oda clase de locuras.

Un tiempo despué és Elena miró arriba de SStefan hacia todos ellos,, su cara estaaba casi tan nte como cuaando había fflotado en el claro como o un ángel. B Brillando com mo una brillan estrellla. Nadie la llamará de n nuevo “Princesa de Hielo o” otra vez, B Bonnie penssaba.

"Mis aamigos," dijo o Elena. Fue todo lo que dijo, pero fu ue suficientee, eso y el raaro sollozo que see le escapó m mientras estiraba la man no hacia ello os. Estuvieron todos alreededor de ellla en un segundo, ro odeándola, todos tratand do de abrazaarla al mismo tiempo. In ncluso Carolin ne.

"Elenaa," Caroline d dijo, "Lo sien nto..."

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Liisa Jane Smiith

"Todo está olvidad do ahora," d dijo Elena, y la abrazó tan librementee como a cualquier otro o.

Luego tomó una robusta mano morena y la sostuvo b brevemente junto a su m mejilla. “Mattt” dijo, y el le sonrió,, sus ojos azules inundad dos Pero no con tristezaa al verla en los brazos de Stefan n, pensó Bon nnie. La cara de Matt aho ora solo exp presaba puraa felicidad. U Una sombra cayó ssobre el pequeño grupo,, viniendo dee entre elloss y Elena mirró la luz de laa luna, y estiiró su mano de nuevo o.

"Damo on," dijo.

La clarra luz y el brillante amorr en su cara eera irresistib ble. O debía ser irresistib ble, pensabaa Bonniee. Pero Dam mon dio un paaso hacia ad delante sin sonreír, tan insoldables ccomo siemprre.

Nada d de la luz de estrellas qevver. No se reeflejó nada d de la luz de las estrellas q que brillaba desde Elena tras e ellos. Stefan lo veía sin m miedo, como o había mirad do el doloro oso resplandor del briillo dorado d de Elena. Lueego, sin nunca alejar la vvista, estiró ttambién su mano.

os caras sin miedo, abiertas, la ofertta muda de Damon se quedó vviendo haciaa ellos, las do sus maanos. La oferta de conexxión, calidez, humanidad d. Nada se m mostraba en su propia cara, yy estaba com mpletamentee inmóvil

"Vamo os, Damon," dijo Matt su uavemente. Bonnie lo m miró rápidam mente, y vio q que los ojos azuless estaban traatando ahoraa mientras m miraban a la cara del cazzador de las sombras.

Damon habló sin m moverse. “N No soy como tu.”

nsar," dijo Matt. “Mira,” agregó, con n "No erres tan diferrente de nosotros como quieres pen una raara nota de d desafío en su u voz, “Se qu ue asesinaste al Sr. Tann ner en defen nsa propia, porque tu me lo d dijiste. Y se que no viniste aquí, a Felll's Church porque el hecchizo de Bonniee te arrastró ó hasta aquí,, porque yo ccoloqué el cabello y yo n no me equivvoco nunca.

Eres m más como no osotros de lo o que admitees, Damon. LLa única cosaa que no sé es porque n no fuiste casa de Vickkie para ayud darla.”

La memoria se rem montó en Bo onnie. Se veíía a si mismaa parada fueera de la casaa de Vickie, Damon parado jun nto a ella. Laa voz de Steffan: Vickie, invítame a pasar. Pero nadie había invitad do a Damon.

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Liisa Jane Smiith

"¿Pero o entonces ccomo Klaus sse metió...?"" comenzó a decir, siguieendo sus pro opios pensamientos.

"Ese eera el trabajo o de Tyler, esstoy seguro,," dijo Damo on secamentte. “Es lo quee Tyler hizo por Klaaus a cambio por aprend der como reeclamar su herencia. Y el debió habeer invitado a Klaus aantes de que e si quiera eempezáramo os a hacer gu uardia en la ccasa‐ probab blemente antes de que Stefaan y yo viniééramos a Fell's Church. K Klaus estaba bien preparrado. Esa nochee el estaba en n la casa y laa chica estab ba muerta an ntes de que supiera quee estaba pasando."

"¿Por qué no le llaamaste a Steefan?" dijo M Matt. No hab bía ninguna aacusación en n su voz. Solo era un na simple pre egunta.

que no habíaa nada que p podría el hab ber hecho! SSabía con lo q que te estab bas "¡Porq enfren ntando en cu uanto lo vi. U Un Antiguo. Stefan solo podría habeer logrado qu ue lo mataraan y la ch hica de cualq quier forma, ya estaba m más allá de cu ualquier cuid dado.”

Bonniee escuchó ell hilo de frialdad en su voz, y cuando o Damon se volvió a Steffan y a Elenaa, su cara se había endurecido. FFue como si hubiera tom mado alguna decisión.

"Ves, n no soy como o tu,” dijo.

mporta.” Stefan todavía no había rettirado su maano. Tampocco Elena.

"No im

"Y algu unas veces los chicos bu uenos ganan," dijo Matt tranquilameente, alentad doramente.

"Damo on‐" Bonnie empezó a d decir. Lentam mente, casi reticente, el se volvió hacia ella. Ella estabaa pensando ssobre ese m momento cuaando se habíían arrodillado sobre Steefan y el se veía taan joven. Cuando solo habían sido D Damon y Bon nnie en el fin n del mundo o. Ella pensó,, Traduccido por el eq quipo de Pow werForo.com.ar

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Liisa Jane Smiith

por so olo un instan nte, que vio eestrellas en eesos ojos neegros. Y pudo o sentir en eel algo‐ una agitad da mezcla de e sentimiento os como anh helo y confusión y miedo o e ira, todo o mezclado.

Pero lu uego todo estaba de nuevo en calm ma y sus escu udos estaban n de vuelta yy los sentidos psíquicos de Bonn nie no le decían nada. Y eesos ojos neegros eran simplemente opacos. Se volteó ó hacia la parreja que estaaba en el suelo. Luego se quitó su ch haqueta y diio un paso tras Elena. Cubrió sus hombro os sin siquierra tocarla.

"Es un na noche friaa," dijo. Sus o ojos se fijaro on en los de Stefan durante un mom mento mientras le colocaaba la chaqueta negra allrededor de ella. A contiinuación se vvolvió para uridad entree los robles. En un instan nte Bonnie eescuchó el baatir de alas. caminar en la oscu

n y Elena sin más palabraas unieron d de nuevo suss manos, y laa dorada cab beza de Elena Stefan cayó ssobre el hom mbro de Stefaan. Sobre su u cabello, loss ojos verdess de Stefan eestaban fijoss al lugaar de la noch he donde había desapareecido su herrmano.

"¡Quieeres que todos estemos juntos de nu uevo!" Bonn nie le gritó a Caroline, y jjaló a la escand dalizada chicca hacia la pista. Merediith, olvidand do su dignidaad, se le unió ó también. YY por un n largo tiemp po el claro so olo estaba p para disfrutarlo.

21 de Junio, 7:30 aa.m.

Solsticcio de Verano

Querid do Diario,

Oh, ess demasiado para explicaar y no lo creeerías de cualquier man nera. Me iré a la cama.

Bonniee

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Liisa Jane Smiith

GRACIAS A TODA AS/OS LO OS QUE PA ARTICIPA ARON EN ESTA TRADUCCION N!

PRÓ ÓXIMAMENTE:

CRÓNIC CAS VAM MPÍRICAS 5: THE REETURN O OF NIGHTFFALL BEETSY TAYLLOR 8: NII MUERTA A NI BIEN NVENIDA

Y MUCHOS MÁ ÁS!

ACÉR RQUENSEE AL FORO O, REGÍSTTRENSE Y Y PARTICIIPEN, AUNQUE SEEA COMENTANDO O NUESTR RO TRABA AJO!

WW WW.POW WERFORO O.COM.AR R

HA ASTA LLUEGO O Y GRACIASS POR LEERN NOS!!!!

Admin de www w.PowerrForo.co om.ar

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