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ROMÁNTICO O TÓXICO
by Nivel Uno
Romántico o Tóxico YOUR HEART MARZO 2020
El amor no necesariamente debe ser “ciego”. No hay nada de malo en ser una persona romántica, pero en muchas ocasiones eso no nos permite ver con objetividad algunas actitudes tóxicas de nuestra pareja.
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Es por eso que para eludir la desilusión de un príncipe azul que se destiñe con los días, pon atención (y posiblemente huye) ante la aparición de al menos uno de estos seis gestos “románticos”.
1 2 Te dicen “te amo” muy temprano Realmente conocer a alguien que te expresa sus sentimientos tan rápido que ni has terminado tu plato de entrada y con tanta conanza, ciertamente puede llegar a sentirse como una bendición. Pero todo depende de cómo lo digan. Aunque los expertos concuerdan con que es normal sentirse encaprichado muy rápido si realmente le gustas, si te declara amor eterno y te empieza a llamar “su alma gemela” al minuto de conocerte, seguramente es mejor que des un paso atrás pues es un comportamiento bastante común entre abusadores, obsesionados con el control y narcisistas. ¡Y no quiere decir que estén mintiendo!, puede que realmente crean que están enamorados, pero aún no te conocen, ni tus defectos. Así que cuando seas otra cosa diferente a lo que ellos creen, pueden responder con agresividad o frialdad. Hablan mal de sus ex Es fácil pensar que alguien que revela muchas cosas en la primera cita se siente inmediatamente conectado contigo, especialmente cuando entran en detalles sobre su infancia o familia, lo que demuestra que no tienen miedo de abrirse un poco. Sin embargo, ten cuidado si la conversación pasa a relaciones pasadas. Si su ex aparece de forma natural en el contexto de una historia sobre un viaje que hicieron juntos, es una cosa, pero si se burlan de sus experiencias pasadas o destruyen verbalmente a las personas con las que han estado, tal vez no estés en el lugar correcto para comenzar una nueva relación.
3 4 5 6 Te agobia con miles de WhatsApp Al comienzo de toda relación es perfectamente natural (¡y genial!) enviarse mensajitos de texto todo el día y hablar mucho. Ciertamente es más romántico que esos tipos que tardan cuatro días para responderte con un “ok”. Pero existe un límite entre lo normal y lo extraño en la cantidad de memes, mensajes y llamadas que recibimos, y si lo superan, puede ser una mala señal. Esta no es razón para salir corriendo, lo más probable es que tu chico o chica no sea consciente de que la cantidad está siendo abrumadora. Pide un poco de espacio y respira tranquila. Eso sí, si ante tu solicitud se enoja o te hace sentir culpable es hora de ponerle n a la comunicación. Quiere pasar todo el tiempo contigo Teóricamente, “¡nunca es suciente tiempo contigo!” suena muy romántico y halagador, pero ¿en la práctica? Si tu chico quiere estar contigo cada minuto de tu vida al nal vas a querer un poco de tiempo solo para ti. Estar juntos todo el tiempo puede volverse tóxico muy rápido y más temprano que tarde vas a tener que respirar. Lo grave es cuando él te hace sentir culpable por querer pasar tiempo a solas o con otras personas, si es así, ¡huye! Celos irracionales Los celos son una respuesta normal a una amenaza real para la relación, es solo una reacción humana ante la sospecha de que la relación corre peligro. Sin embargo, los celos irracionales pueden ser una señal de que tu pareja quiere controlarte. ¿Cómo diferenciarlo? Si insiste en entrometerse en tus cosas, tu teléfono o en tus cuentas de redes sociales de una manera que te hace sentir incómoda, denitivamente es una señal de alerta. Repite demasiadas veces “nunca te haré daño” Si te dicen que “nunca te harían daño” no es intrínsecamente malo, pero a veces las personas que más dramáticamente te prometen que nunca te dejarán o herirán son precisamente quienes lo hacen. Lo mejor es prestar atención a las acciones y valores de una persona antes de aferrarte a sus palabras, advierten los expertos. Si rara vez cumple con su palabra, considérate advertida.
¿qué tipo de Y tú, eres? godín
¿Eres el que siempre protesta, el fantasma, el inútil pero el alma de las estas?
El quejoso
Si hay una constante de este personaje son sus quejas. “Pero es que a fulanito de tal no le dicen nada y a mí sí”, “no hay derecho, es el colmo” o “esta empresa no hace nada bien”, son algunas de sus frases comunes. Lo peor de este personaje es su mala vibra y actitud negativa. Para ellos cualquier cambio o noticia es siempre para peor, cuestiona todo y lo hace siempre en público, y aprovecha cualquier momento para quejarse ya sea en medio de una reunión, en el almuerzo o hasta mientras se sirve agua o café.
Consejo: Cuando comience la cantaleta recuerda una canción Hit me baby one more time de Britney Spears. ¡Siempre funciona! Y si eres tú el quejoso, ya sabes: cambia el “no” por el “sí”.
El impertinente Habla sin pensar, dice lo que no debe, cómo no debe, en el momento más inoportuno y ante las personas inadecuadas.
Consejo: Si te sientes identicada, practica el mindfulness (sí, puedes hacerlo ahí mismo en tu ocina) para aprender a pensar dos veces antes de hablar. O si lo reconoces en un colega lo mejor que puedes hacer es acercarte a ellos cuando necesitas un promotor/defensor a la hora de presentar un proyecto, o más bien de lejitos si lo que necesitas es paz y tranquilidad.
El gritón
Es el que necesita brillar a todas horas. Seguro que hay alguien que resalta más por el volumen que por lo que dice. Aunque puede ser un gran animador de estas, lo cierto es que en una jornada laboral, agota.
Consejo: Si eres tú, aprende a dosicar tu energía. Si estás pensando en algún compañero, ten paciencia pues seguramente es un buen tipo y solo intenta inyectarle buena vibra al ambiente.
El sobreviviente
Se trata del típico colega que no reúne las competencias necesarias para haber conseguido el puesto pero, por alguna extraña razón, se mantiene en él. Es alguien desesperante y encantador a la vez. Nadie sabe cómo consiguió el trabajo pero, una vez dentro, ha pasado a formar parte esencial de la ocina y ¿quién se atreve a decirle algo al pobre?
Consejo: No te lleves mal con alguien que no es mal compañero y por algún motivo ha logrado sobrevivir a nuevos jefes, crisis y reajustes. ¡Pero tampoco sigas en sus pasos! Y si eres tú... ya sabes my friend: “check yourself, before you wreck yourself”.
El lamebotas
Es ecaz, cumple con su trabajo y aparentemente se lleva bien con todo el mundo, aunque especialmente con los jefes. Esa es la parte que más te molesta. Mientras todo va bien es un compañero ideal, pero cuando las cosas se complican siempre tomará partido por los de arriba. No defenderá jamás a un compañero, esquivará los golpes y será aliado de injusticias y atropellos sin dudarlo, todo con tal de quedar bien.
Consejo: Si cuadra con tu perl ten en cuenta que todos se dan cuenta de lo que haces (sí, hasta tus jefes) y al nal puedes terminar pagando un precio muy alto por ello.
El que se complica
Este personaje es particularmente bueno en lo suyo, es un total perfeccionista, y puedes conar en él cien por ciento a la hora de trabajar juntos. ¿El problema? Cuando tenga que tomar alguna decisión o una iniciativa propia, tiene un don natural para elegir siempre la peor opción. En pocas palabras: se ahoga en un vaso de agua, y el territorio desconocido denitivamente no es lo suyo.
Consejo: No te dejes arrastrar por su momento de agobio. Y si la que está en total agonía eres tú... Confía un poco más en ti, lo sabes hacer mejor de lo que te parece.
La “no me pagan para hacer eso”
Encaja en la denición de se cree mejor de lo que es. Cumple con sus obligaciones, aunque se limita a hacer lo estrictamente necesario. Rara vez da un paso más allá, ni se ofrece a echar una mano al de al lado.
Consejo: Si no te entregas, no llegarás muy lejos. Y si te juntas demasiado con los que no se entregan, tampoco.
El mensajero
Se trata de un mando intermedio que sólo es eso, intermedio. Tiene a un jefe de carácter fuerte y se limita a hacer de mensajero de sus órdenes. Su estatus de semi dios es evidente ante el equipo de trabajo, pero la verdad es que ni le importa, seguramente le pagan bien y no aspira llegar a mucho más.
Consejo: ¿Acaso qué puedes hacer? Relájate y sigue trabajando duro, al n y al cabo al Olimpo no se llega sin esfuerzo.