Kubla khan

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Editorial La postmodernidad nos ha mostrado los límites del mundo y del individuo. Los metarrelatos, aquellos que aspiraban a dar cuenta del sentido de nuestro lugar en el universo, han fracasado. La física cuántica y la deconstrucción le han dado al ser humano, ése que nació con la modernidad y que aspiraba a explicarlo todo, un revolcón de humildad ¿Habitamos en la paradoja de ser animales racionales en un mundo irracional? ¿Se debe a eso la extraña fascinación que en nuestra mente despiertan las paradojas?

D i se ñ o de l u i g i a pa n se r a

La paradoja nos muestra, en cierto sentido y desde mucho antes de que existiera la mecánica cuántica, los límites de la razón, ese privilegiado instrumento del que tantas veces se ha jactado a lo largo de su historia el ser humano. Todos los cretenses mienten, dijo Epiménedes el cretense mucho antes del gato de Schrodinger, y no podía ni estar mintiendo ni estar diciendo la verdad. En Bartelby el escribiente, de Melville, el tal Bartelby es, como indica el título, un escribiente que, cada vez que su jefe le pide que escriba algo, responde: preferiría no hacerlo, y no lo hace. La paradoja del escribiente –el escritor- que no escribe, la literatura como animal asediado por el silencio. Preferiría no hacerlo es una revista que pretende hacer -y en la paradoja se recrea- de la literatura un divertimento. De ella venimos y hacia ella andamos, construimos un mundo al cual ir, lo construimos poco a poco, partiendo de las palabras y de la apertura de horizontes que la posmodernidad nos dio. Somos la aporía del mundo, el espíritu crítico que encuentra en la literatura su sitio más querido, el lugar privilegiado en el que se transforma –se genera- la realidad. Partimos de la negación del escribiente Bartelby para reaccionar contra el mundo lógico y nos dejamos embarcar en el río de la resignificación del nuestro. Venimos de la frontera, de la orilla, de lo extraterritorial, para decir nada y todo, para decirnos que somos el mentiroso de Creta y sólo decimos la verdad.

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INDICE

Agosto

Presentación Ficciones

Relatos

01. Raúl del Valle - El magnetófono del albañil 02. Ollin Rafael - Utopía de un hombre solo 03. Albert Mesas - Juego de niños

2011 Interlunio

Poesía

01. Natalia Litvinova 02. Mareva Mayo 03. Pep Antoni Roig

04. Giselle Aronson - Tampoco 05. Emilio Angelini - Al bar con Elpidio Malatesta 06. Esmeralda Barreyro - A ella le gustaría escupirle a los ojos, pero no lo hace

Bestiario

Microrrelato

Tubo de Ensayo Crítica

01. Tahiche Rodríguez - Chupitos gratis, Odio a mi madre, El invitado

01. Romuald Berty - Aproximaciones a lo inacabado

02. Albert Mesas - Última voluntad

02. Violeta Serrano García - Díptico incierto o tríptico incompleto

03. Javier B. - Globolización, Volgogrado

03. Albert Mesas - Entre lo inconcluso y lo eterno: la imposibilidad de lo finito

04. Karlos Linazasoro - Camino de Santiago, Síndrome Genovese

04. Ollin Rafael - Si una noche de invierno un viajero: el placer por lo inacabado 05. Raúl del Valle - Cómo hablar del sur sin que aparezca nunca el sur 06. Maria Fortuny - Los sinsabores del verdadero policía de Roberto Bolaño 07. Raúl del Valle - El sutil arte de amontonar carpetas

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El Castillo de Kubla Khan: la estética de lo inacabado La compleción o completitud es un espejismo, una quimera, un horizonte inalcanzable. El sueño del proyecto moderno –de la razón occidental-, basado en una interpretación teleológica del ser humano y de su historia, incluía la noción de punto de llegada, de estado final, de una sociedad completa donde, por decirlo en términos aristotélicos, la humanidad habría actualizado todas sus potencialidades. Ya las pesadillas distópicas nos advertían del reverso oscuro de esas sociedades ideales.

Ficciones Raúl del Valle Ollin Rafael Albert Mesas Giselle Aronson

La quiebra postmoderna disuelve definitivamente ese espejismo de la sociedad en tanto que texto

Emilio Angelini

–tejido- acabado y, fruto de esa disolución, en la lógica cultural del capitalismo avanzado se reivindica

Esmeralda Barreyro

la autonomía del fragmento, de lo deshilachado, del hilo suelto, de la obra abierta, de lo incompleto.

Kubla Khan, nieto de Gengis Khan, mandó construir un palacio que, a su muerte, quedó inconcluso. Varios siglos después, Coleridge soñó un largo poema sobre ese palacio y al despertar corrió a escribirlo. Pero recibió una visita inesperada, tuvo que abandonar la escritura cuando llevaba poco más de cincuenta versos escritos y ya no pudo recordar el resto del poema. “Descubrí, con no pequeña sorpresa y mortificación —cuenta Coleridge—, que si bien retenía de un modo vago la forma general de la visión, todo lo demás, salvo unas ocho o diez líneas sueltas, había desaparecido como las imágenes en la superficie de un río en el que se arroja una piedra, pero, ay de mí, sin la ulterior restauración de estas últimas.” (Borges, Otras inquisiciones)

Borges, décadas después, descubre en un compendio de la literatura persa del siglo XIV, Historias de Rashid ed-Din, no leído por Coleridge, que Kubla Khan había ordenado construir su palacio a partir de unos planos que había soñado y escribe un breve ensayo, El sueño de Coleridge, en el cual afirma que lo que está inconcluso es el sueño y que, quizá, dentro de doscientos años, se manifestará en la mente dormida de algún pintor o músico que soñará un cuadro o el fragmento de una sinfonía.

Así, desde Preferiría no hacerlo, sin haber soñado nada, nos dedicamos a reflexionar sobre lo incompleto en tanto que categoría estética, en tanto que puesta en cuestión de todo discurso que postule la compleción como un estado alcanzable.

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llegó la carta de mi hermana diciendo que en la con mi hermana ni nada parecido. Ella y su mari-

Ficciones

obra en la que trabajaba su marido hacían falta do son buena gente y yo les estoy muy agradecido

Raúl del Valle

peones de albañilería, cogí los bártulos y me vine por tenerme en su casa y darme de comer. al sur sin pensármelo dos veces. Allí en el pueblo

Los que me sacan de quicio son mis sobri-

ayudaba a mi tío cada vez que tenía que hacer al- nos. Dos pequeños diablos que no dejan de pegún remiendo pero, en sentido estricto, yo nunca learse nunca ante la abrumada resignación de había trabajado.

sus padres, que ya ni se molestan en regañarles;

Me pasé un año de peón, abasteciendo de dos engendros de diez y once años con las voces materiales a dos o tres albañiles. Después me su- más desagradablemente agudas que yo haya esbieron de categoría y desde entonces me dedico a cuchado. Nunca he tenido ningún problema para levantar tabiques. Han pasado ya tres años y cada dar rienda suelta a mi apetito lector en ambientes día disfruto más de mi trabajo: el gusto por el la- ruidosos, me concentro en lo que estoy leyendo y drillo bien colocado, la tranquilidad que se alcan- me abstraigo del bullicio sin mayor esfuerzo. Sin za cuando confías en tu peón y sabes que el ce- embargo, en cuanto uno de mis sobrinos alza la mento va a tener el punto de viscosidad justo para voz es como si me hubiesen volcado un bote de trabajar en condiciones, la satisfacción de partir tinta en la página, como si un viento huracanado el ladrillo a la altura deseada para rematar una es- se hubiese llevado todas las palabras.

L a mujer es una loca, de acuerdo, pero yo

El magnetófono del albañil una de las fortunas más grandes de Europa y ha-

dependo de su locura. Su marido había sido el bía muerto sin herederos- me hubiera dedicado a creador del gas mostaza y se había hecho mul- recorrer el mundo emulando a Phileas Fogg, durtimillonario con un invento que, generosamen- miendo cada noche en un hotel distinto. Pero la te utilizado en las dos guerras mundiales, había señora, vete a saber por qué, decidió establecercausado la muerte de centenares de miles de per- se aquí en el desierto de Almería, en medio de la sonas, tanto militares como civiles. La señora, nada, e iniciar esta obra interminable en la que se que al parecer siempre había tenido tendencias construyen 365 nuevas habitaciones al año – una esotéricas, asustada ante las extrañas circunstan- más los años bisiestos-. Un chollo para cualquier cias que rodearan el fallecimiento de su marido, albañil al que no le asusten las historias de espírihabía consultado con su vidente personal y esta, tus. Y por lo visto no son pocos los supersticiosos: tras consultar a su vez con el más allá, le había de las sesenta personas que formamos las diferenconfirmado que se encontraba en peligro, que las tes cuadrillas, sólo tres son de la zona. La gente de almas de todos aquellos que habían muerto bajo por aquí no quiere ni acercarse a lo que llaman la el invento de su marido clamaban venganza, que mansión embrujada. la única manera de evitar que la encontrasen era que la señora no durmiese nunca dos veces bajo el mismo techo.

Yo soy de un pequeño pueblo de Teruel que, por lo que cuentan los mayores, desde la guerra

Yo en su lugar –su marido había amasado no ha vuelto a levantar cabeza. Así que, cuando 8 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

quina de un solo golpe de paleta… Mis compañeros en la obra, cuando digo co-

La obra se inició en 1947 y lleva ya diez

sas como viscosidad, me llaman el Palabrín, pero años en marcha. El trabajo está organizado con no lo hacen de mala fe. Me ven como algo exóti- disciplina militar, todas las cuadrillas avanzan de co e inofensivo, no están acostumbrados a tratar forma sincronizada de tal modo que, cuando los con gente a la que le guste leer. A mí la afición me encofradores acaban su faena, ya estamos los alviene de niño, de una vez que nos colamos en una bañiles listos para empezar la nuestra, y lo mismo casa abandonada en las afueras del pueblo y des- para los alicatadotes, carpinteros y pintores que cubrimos una inmensa biblioteca con todos los se encargan de los acabados. La señora paga muy libros llenos de polvo. Me gustan, sobre todo, las bien y nos da fiesta todos los domingos, por lo que novelas de aventuras: Julio Verne, Emilio Salgari, la gente está contenta y el ambiente de trabajo es Alejandro Dumas…

agradable. Los otros dos albañiles de mi cuadrilla, que están en la obra desde el principio, dicen que

Podría haberme alojado en la misma obra, nunca se habían escuchado este tipo de rumores. la señora había hecho construir un edificio expre-

El rumor dice que la señora ha recibido la

samente para alojar de forma gratuita a sus traba- visita de un primo suyo que está intentando conjadores, pero cuando vine era muy joven y a toda vencerla de que todo esto es una locura, que no mi familia le pareció más adecuado que me fuera tiene ningún sentido que dilapide su fortuna en a vivir con mi hermana y mi cuñado a que me una obra a todas luces innecesaria e irracional. integrara en la vida pseudocuartelera de la casa Claro, por lo que dicen las chicas del servicio, la de los obreros. Últimamente, sin embargo, estoy señora sigue haciéndole mucho más caso a la mépensando en mudarme. No porque me lleve mal dium que vive con ella que a sus familiares lejanos www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 9


a quienes apenas ve. Pero este primo lleva ya un primo suyo de Sanlúcar a quien, a su vez, se lo mes y medio tratando de convencerla y parece ser había vendido un soldado americano de la base que a la señora están empezando a entrarle las du- de Rota. Además, mira, la cinta se puede pasar das. Después de todo, le dice el primo –siempre más rápido o más despacio. Y empezaba a acelesegún las chicas-, ¿no crees que, si te persiguiese rar y aminorar la velocidad de reproducción para un ejército de almas en pena, habrías escuchado regocijo del resto de parroquianos, incapaces de algún ruido o se habría producido algún tipo de reconocer en aquellas circunstancias sus propias incidente extraño en la casa? Porque lo cierto es que, a pesar de los temo-

voces. Al principio simplemente despertó mi cu-

res de la gente del lugar, en todos estos años de riosidad: me hacía gracia el aspecto fantasmaconstrucción no ha ocurrido nada que pareciera górico que adquirían las voces cuando se raindicar que el edificio es un objeto de predilec- lentizaba lo suficiente la velocidad de la cinta y ción para los airados espíritus de las víctimas del golosineaba mentalmente con la posibilidad de gas mostaza.

grabar mis novelas favoritas y ponérmelas por la noche para dormir arrullado por aquellas histo-

La solución –porque si convence a la señora rias. Pero el aparato debía ser caro y en un primer de que pare la obra vamos a tener todos un pro- momento ni se me pasó por la cabeza intentar blema- la he encontrado gracias a quien menos conseguir uno. No fue hasta la tarde siguiente al esperaba: mis sobrinos. De un tiempo a esta par- llegar a casa y escuchar el primer chillido de mis te, ante la imposibilidad de leer un rato en casa sobrinos cuando comprendí la posibilidad que después de cenar y lo insoportables que se me ha- me abría aquel cacharro. cen los chillidos de los dos monstruos, he adquirido la costumbre de salir a dar una vuelta y no

Estoy seguro de que cualquiera de los que

regresar hasta una hora en la que esté seguro de trabaja conmigo, de haberse enterado de lo que que mis sobrinos están en la cama. Normalmen- quería hacer, me hubiera ayudado sin pensárselo, te paseo un rato por los alrededores del pueblo y pero yo he preferido hacerlo solo y no contárselo después voy a tomar una copa al colmao de Paco, a nadie. Entrar ha sido fácil, los perros me coque acostumbra a cerrar tarde y del que me he nocen y Manolo, el guarda, a la hora a la que he hecho un habitual.

llegado hace ya rato que va borracho y no sale de

Allí es donde contemplé por primera vez el su garita, eso lo sabemos todos. Llegar hasta la aparato. Alguien dijo que había visto uno igual en habitación y colocarlo tampoco me ha supuesto una película, pero yo sólo veo películas del Oeste ninguna dificultad. Dentro de dos horas, más o y en ésas no sale ninguno así que aquello me pa- menos cuando yo esté de vuelta en casa, empezarecía casi arte de magia. El cacharro grababa las rán los primeros sonidos. Espero que no encuenvoces y luego, dándole a un botón, las reproducía tren el magnetófono y que la señora se despierte al instante como si fuese un disco. Lo había traí- y oiga las voces de mis sobrinos que bien podrían do Antonio -pa grabá las noches de cante, decía pasar por las de dos niños centroeuropeos abraél- y aseguraba que se lo había comprado a un sándose bajo el gas mostaza. 10 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

D i se ñ o de G i a n pa o l o Re n de

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una conclusión veraz. Sólo un final que, con las arlo horas, aquella torre es muda.

Ficciones

mismas palabras, en el mismo orden, suponga

Ollin Rafael

para cada narración su propio desenlace.

No vuelve en todo el día y yo aprovecho para descansar. Subo el monte seguido por un

Mientras le cuento la jornada, distrayén- perro feo, con gesto de persona, que me adedose en su cuaderno, parece fingir mi ausencia. lanta siempre. Ya en lo alto puedo ver lo herDe vez en cuando levanta la mirada, profunda moso que es el valle y confundo la casa donde en la noche, y la pierde a través de la ventana. duermo con el natural yermo dejado por un Sus maneras me hacen pensar, en este no dor- lago. Veo el sinfín del horizonte. mir de días, que tal vez no existo.

Por la tarde me tumbo en el porche sin

Tengo la impresión de hablarle durante pensar en nada más, como si la cigarra, con su horas de tantas cosas que le digo. Le cuento de canto, anulara el pensamiento. Intuyo que aquí los lugares, de sus mares y ríos, de las montañas todo se alarga en un continuo correr del tiemaltas. Le describo las maravillas del desierto y po. Mis recuerdos son engaños caligráficos. sus habitantes sin tiempo, y las estrellas que

Cuando la tarde se extiende lo veo llegar,

en el sur caen como lágrimas. Le hablo de las subiendo la cuesta, con las manos en la espalalgas microscópicas que obligan al extravío, de da, deteniéndose continuamente para reposar

E s ya de noche y algunas lámparas, como

Utopía de un hombre solo por un instante, me parecen de una profundi-

ojos, previenen mi camino. Allá a lo lejos, en el dad infinita. Al verme cansado y sucio de tanto cerro, una luz tenue me incomoda el recuerdo, camino, con un ligero ademán me invita a ental vez sean fuegos fatuos que enciende la hu- trar. No está más acompañado que yo mismo. medad nocturna. Pienso en una frase inadmisible, Hay una vela sobre la mesa que alumbra apeno tanto hoy, en que se dice que todas las llanuras nas nuestras caras. En la mesa, junto a la vela, son iguales pero los cerros son sólo uno.

hay un cuaderno de dibujo, lápices de colores y

Cansado vigilo, con los ojos entreabier- unas gafas viejas. Ciertos recuerdos despiertan tos, el camino inmediato, para no tropezar. en mí como otros sueños. Una casa antigua, un Temo la noche y su reflejo. A veces tengo la reflejo en el agua, un árbol sin hojas. impresión de que hay alguien que me observa,

Después de una breve cena de pan, miel

que mira mis pasos y los anticipa, uno a uno, y queso, le cuento que vengo de muy lejos y en una lectura silenciosa y noctámbula.

que ya no recuerdo el inicio ni el lugar del que

Me han dicho que justo ahí, en el inicio he salido. Le digo que escribo textos siempre del bosque, vive un hombre no tan viejo, de inacabados y que busco la conclusión, el final ojos negros, manos fuertes y correosas, que me incierto. Le muestro la libreta con notas sin fin. ayudará, sin duda, a la conclusión.

La obra de mi vida que intenta configurar la

Cuando abre la puerta sus ojos obscuros, oración perfecta que le dé a todas las historias 12 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

su luminoso llamado que confunde el agua con la mirada en algo del camino. Pienso en mi pael cielo. Le cuento de la noche en la que la ob- dre que, como él, tiene ese andar errado. Me scuridad fue tanta que me sentí ciego. Le narro, imagino aquí desde siempre, en el porche de una a una, casi todas mis historias, y así, en un la casa. Me imagino ser el sueño tranquilo de recitar como oración, me voy perdiendo hasta otro. Al llegar, me saluda en silencio y enciende que mis palabras son sólo un rumor.

unas velas para mostrarme lo que me parece un

Creo despertar con el frío de la mañana. secreto. Descubro que estoy solo; muevo las piernas

Me hace cruzar un corredor, lo sigo, es-

ateridas, me froto los brazos y, con la manta toy casi dormido, y abre una puerta en el fondo hasta el cuello, abro la puerta. Sobrecogido que conduce a otra estancia. Es redonda y en el miro el sol, que es apenas una línea, y el largo centro hay un espejo, el único que he visto, y horizonte. Escucho sonidos viejos, tan viejos cientos de libros regados por el suelo. Me dice como el valle y el camino que fluctuando se di- que ninguno tiene final, pero lo dudo. La mevide casi en cada vuelta. Escucho un tintineo moria me falla en este lugar. Todo lo de fuera de campanas que como un río corre y, tras un de esta noche me parece de otro sueño y pierdo momento, siento un rebaño que lo inunda todo los recuerdos como un murmullo. y que se pierde agitado por la vara de un chi-

Me cuenta que él nunca ha salido del

quillo. No veo más casas pero, a lo lejos, se aso- valle, que nada de fuera le hace falta, sólo, a ma un campanario entre el verde de los cerros; veces, la compañía de otro como yo, un ser imme recuerda un alto alminar. Aguardo a que el aginado. Me confunden sus palabras que son muecín haga su canto ciego, pero podría esper- como sus pasos, erráticas. Me dice que un día www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 13


intentó marcharse. Se levantó con el sol y echó es un incesante volver. No lo entiendo. a andar. Caminó toda la mañana y toda la tarde

Más tarde dice que me ha terminado el

deteniéndose sólo para comer un poco de lo retrato, pero no me deja verlo. No insisto. En que llevaba y beber agua fresca de una fuente. cambio me lleva hasta el jardín y me pregunta Cuando la noche estaba encima y ya no veía el sobre mi recuerdo. Al fondo veo que las nubes camino, se acostó junto a un árbol para esperar se concentran y pienso que va a llover. Recuerel cansancio. Esa noche, me dice, tuve un sueño do a la vieja junto a la iglesia que sin dejar como otra vida, recorrí lugares que no son es- de contar semillas me dice que lo que yo busco tos, vi montañas altas, un desierto maravilloso está ahí; la luz de las lámparas que me miran con hombres que parecían no tener tiempo. Vi como ojos; el temor nocturno; la sensación de estrellas en el mar, estrellas caídas como lluvia existir sólo aquí; el resplandor de la vela; el lenta, y me sumergí en el agua hasta perderme ruido de tus pasos; los golpes en la puerta; su en lo profundo, en el sitio en que el mar y el rechinar cuando te abro; la noche; el silencio; cielo ya son uno. Conocí a un ciego en lo alto la nada. de una torre. Me soñé en un laberinto. Al despertar era como si aquel árbol, el de la noche, fuese otro. Caminé arrastrando la melancolía y, cuando la noche había alejado a la tarde, me encontré en esta casa, en el lugar antiguo de mi partida. El sueño no era más que la ilusoria vida. Durante años dibujé el otro tiempo hasta que, cansado de tanto recuerdo, me dispuse a otras cosas. Hoy, aún a veces, sueño con seres que de otros sueños me visitan, les dibujo el rostro, pero siempre son el mismo. Las noches pasan en estos relatos o en silencios agudos y cada una parece más lejana a la siguiente. Ya no sé cuánto tiempo llevo aquí pero podría haber estado desde siempre, como tú. Hoy me habla por fin de lo que espero, me dice que las conclusiones son falaces; que lo único que es final es la muerte y la muerte un pasar continuo; que el camino es para andar y para soñar las noches; que no somos sino ficciones de otros cuentos; que en cada lluvia renacemos como en la lectura; que el tiempo 14 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

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comedor, Tempelthon empezaba la segunda

Ficciones

botella de whisky irlandés. Llevaba horas in-

Albert Mesas

tentando hallar la mejor manera de terminar con tantos años de rencor, pero la solución no parecía sencilla. Por la noche, después de estampar la tercera botella contra el suelo, se levantó del sofá, se guardó el paquete de tabaco, después de haber encendido un pitillo, en el bolsillo del pantalón, cogió las llaves de su camioneta, se abrigó con una chaquetilla y, con andares de borracho, se marchó diciendo, “a grandes males, grandes remedios”. Tempelthon estacionó el Chevrolet Silverado delante de la casa de Timothy O’Hara. Tras bajarse, anduvo los pocos metros que le conducían hacia la puerta principal y, una vez delante de ella, la empezó a apor-

E l cristal de la ventana se hizo añicos en

Juego de niños tenible, he llegado al límite. Vivir así es inso-

el mismo instante en que la paciencia de Peggy portable. Cuando hayas zanjado, de una vez Marshall llegaba a su fin. La luna llena brillaba por todas, tu estúpida pelea con Timothy pucon fuerza y su luz se proyectaba dentro de edes venir a recogernos a casa de mis padres. la habitación, alumbrando la piedra culpable

P.D. Tienes tres días.”

que yacía junto a los restos del vidrio. Calle

Las riñas entre Tempelthon y Timo-

abajo aún se escuchaban las voces de Timo- thy llevaban sucediéndose desde hacía más thy O’Hara, “¡chúpate esa maldito cabrón, en de cuarenta años. Apenas recordaban cómo mi cuerpo rebota y en tu culo explota, hijo de comenzó todo; sus mentes sólo alcanzaban a puta!”. Peggy, sin levantarse de la cama, le dijo dibujar una calurosa tarde de verano en la cual enfurecida a su marido, “Tempelthon, hasta los dos niños, amigos en aquel entonces, se aquí hemos llegado”.

divertían jugando a la orilla del lago… luego,

Por la mañana, Tempelthon desayunaba el terrible guantazo en toda la cara de Temcafé con magdalenas en la soledad de la coci- pelthon seguido de las burlas de Timothy:

rear al ritmo de “¡Timothy, cabronazo, tenemos que hablar, hijo de puta!”. Nada más aparecer Timothy, ambos se enzarzaron en una trifulca verbal, la cual, poco a poco, iba in crescendo. “¡Reconoce que empezaste tú, puta zorra, y terminemos de una jodida vez esta historia” chillaba Tempelthon, a lo que Timothy respondía, “jamás reconoceré nada, cerdo mamón, antes muerto”. El pequeño Emmett O’Hara, refugiado detrás de la puerta de la cocina, contemplaba a través de la rendija todo lo que sucedía. Aquella noche presenció como Tempelthon Marshall reventaba la cabeza de su padre de un disparo. Cuando la policía lo encontró fue trasladado al hospital más cercano para un exhaustivo reconocimiento.

na. A primera hora, Peggy y los niños habían “¡en mi cuerpo rebota y en tu culo explota!”.

Los médicos, erróneamente, le diagnos-

abandonado la casa no sin antes dejar una nota Desde aquel día, se han ido puteando mutua-

ticaron un shock postraumático severo; Em-

sujeta con un imán en el frigorífico: “Querido, esta situación se hace insos16 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

mente sin descanso. Por la tarde, sentado en el sillón del

D i se ñ o de G i u seppe c o l o n ese

mett no paraba de repetir una y otra vez: “… en mi cuerpo rebota y en tu culo explota…” www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 17


Ficciones

Giselle Aronson

N o recuerda dónde leyó que el siete es un

Tampoco dada afición de la mujer, le entregó el arma

D i se ñ o de l u i g i a pa n se r a

Luego, se acerca a la muñeca deshilacha- terpretar a una real asesina.

número de suerte. Para quién, se pregunta. mientas le volvía a narrar las historias cien

da, no puede dejarla allí. Vuelve a meterla,

Julia Balcarce no se lleva bien con el número veces contadas sobre las expediciones de

junto con la escopeta en el auto.

siete. Siete han sido los papeles protagónicos cacería que los amigos realizaban, antaño.

Una vez más, de regreso a su casa, tampoco escucha los aplausos.

Ni siquiera fuera del escenario logra in-

que diferentes colegas le birlaron. Siete ren- Da la última puntada con cuidado para cores acumulados, excusas alimentando su no lastimarse con la aguja. "Que no corra autocompasión de actriz fracasada.

sangre", piensa, y remata con un nudo. Carga

Termina de zurcir la muñeca de trapo todo en el coche y conduce hasta los terrenos que construyó durante toda semana, no a del ferrocarril. A esa hora los policías de la su imagen y semejanza, sino como un bur- zona están almorzando, nadie va a percatarse do émulo de las siete ladronas en cuestión. del estruendo. De cada una eligió un rasgo que traspasó a

Aprovecha el tronco de un árbol y apoya

su criatura de tela rellena. Y, sin embargo, la la muñeca. Se aleja unos metros. Recuerda muñeca se asemeja cada vez más a ella.

las instrucciones que su abuelo le daba para

Con el previsible pretexto de una fin- cargar la escopeta. Prepara los cartuchos, ingida invitación a cazar a Baradero, le pidió la troduce uno en el caño, monta el martillo, diescopeta prestada a un amigo de su difunto visa a través de la mira y dispara. Siete veces, padre. El anciano, emocionado por la here- la misma secuencia. 18 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

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Ficciones

Vi presento l'incipit del romanzo al quale mi

Emilio Angelini

Al bar con Elpidio Malatesta incontrato qualche prostituta in cerca di cli-

dedicherò dal mese di Settembre. Consapevole dei enti. Le considerava le sue sorelle meno forturischi della Scrittura, ogni giorno prenderò il caffè nate. Lei aveva potuto studiare e i clienti con cui col signor Malatesta e scambieremo quattro chiac- andare a letto se li poteva scegliere. Il mestiere, chiere....

infatti, aveva saputo esercitarlo in modo molto

Quella volta Teresa non volle farsi pagare, particolare, conosceva tutti per nome e i suoi guardò l'uomo che ancora le stava sopra e disse: amici facoltosi erano sempre gentili, quasi dei ora ho proprio fame e devo mangiare. Poi aggi- corteggiatori. Fortuna, sì, ma anche coraggio, unse: potremmo andare in qualche ristorante in spregiudicatezza e determinazione. Ma, anche, riva al mare, se per te va bene. L'uomo si rivestì, merito dell'amico Valerio... Mentre l'automobile la prese sottobraccio e scesero insieme le scale continuava la sua tranquilla passeggiata, le venne di quella villetta Liberty che guardava il golfo di in mente l'immagine della prima volta. Tutto av-

O s presento el íncipit de la novela a la cual

En el bar con Elpidio Malatesta otra prostituta en busca de clientes. Las con-

Mondello. "portami dall'altra parte della città – venne durante l'occupazione americana, aveva disse la donna- là, Palermo, sembra abbia ancora appena compiuto quindici anni ed era ancora il sapore di una volta."

vergine. Si era chiusa nell'androne di un palaz-

me dedicaré desde el mes de septiembre. Consciente sideraba sus hermanas menos afortunadas.

L'automobile scivolava nel buio della sera zo, si era cambiata d'abito e si era data un po' di

de los riesgos de la escritura, cada día tomaré el café Ella había podido estudiar y podía escoger a

quasi senza fare rumore e stava attraversando il trucco. Poi aveva fissato negli occhi quell'uomo

con el señor Malatesta e intercambiaremos cuatro los clientes con los que se acostaba. El oficio, de

parco della Favorita. L'aria di maggio era dolcis- di colore. Il dolore fu sopportato con dignità e,

palabras…

sima, dal finestrino aperto entrava un profumo mentre l'uomo le godeva dentro, si andava con-

hecho, lo había sabido ejercitar de una manera

Esta vez Teresa no quiere que le paguen, particular: conocía a todos por el nombre y sus ve al hombre que aún tiene encima y le dice: potentados amigos eran siempre gentiles, casi ahora tengo hambre y debo comer. Después como si fueran pretendientes. Fortuna, sí, mas

tiepido e gli anni '60 erano appena agli inizi. vincendo che aveva fatto la scelta migliore. In Teresa sapeva che all'uscita del parco avrebbe famiglia non avrebbero mai capito niente.

agrega: podríamos ir a algún restaurante a la también valor. No se debían tener prejuicios orilla del mar, si para ti está bien. El hombre se pero sí determinación. También era mérito del viste, la toma del brazo y bajan juntos las escal- amigo Valerio… Mientras el automóvil coneras de aquella villa Liberty que observa hacia tinuaba su tranquilo paseo, acudió a su mente el golfo de Mondello. Llévame al otro lado de la imagen de la primera vez. Todo ocurrió dula ciudad –dice la mujer- ahí, Palermo, parece rante la ocupación americana, tenía apenas 15 que tenga aún el sabor de antaño.

años y era virgen. Se había encerrado en el hall

El automóvil resbalaba en la obscuri- de un palacio, se había cambiado de ropa y se dad de la noche casi sin hacer ruido mientras había maquillado. Después se había fijado en atravesaba el parque de la Favorita. El aire de los ojos negros de aquel hombre de color. El mayo era dulcísimo, de la ventanilla abierta dolor lo soportó con dignidad y, mientras el entraba un perfume tibio; los años sesenta es- hombre disfrutaba dentro de ella, se convencía taban apenas empezando. Teresa sabía que en de que había tomado la mejor decisión. En su la salida del parque encontraría a alguna que familia no habrían entendido nada. 20 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

D i se ñ o de i d o f r i edma n

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de las butacas del fondo, palpó en su mano dere- una sombra, la sombra iba a tomar forma, forma de

Ficciones

cha el retrato. Respiró profundamente antes de caja, pero forma al fin. Cuando el autobús tomaba la

Esmeralda Barreyro

desdoblar el papel y examinar aquel no-rostro por Gran Vía y pasaba frente a la Universidad el temblor enésima vez. Cada trazo era como una línea en la menguó un poco. Se fijó entonces en la boca. Le falalta pared de un laberinto interminable que había taba color, pero al menos el dibujo estaba completo. recorrido miles de veces sin encontrar la salida. Se El autobús volvió a frenar y se llenó de estudiantes detuvo a repasar cada elemento recordando cómo universitarios a los que ella aspiraba parecerse un le había sido revelado. A veces con el comentario día. Bromeaban o se burlaban de alguien y sus risas de algún antiguo amigo de su padre, a veces con resonaban junto con el motor. las anécdotas de algún familiar. Otras con las letras de las canciones que le gustaban o con las líneas

Fue en Argentina donde terminó de dibujar

que él había subrayado en algún libro que encontró la boca. Allí su padre había vivido prácticamente después por la casa. Incluso, en algunas ocasiones, toda su vida, allí había muerto, desde allí le enviaba aunque eran las que menos, con algún recuerdo cartas kilométricas mecanografiadas en papel amavago que ella misma hacía reflotar del fondo de su rillo. Desde allí, también, le enviaba ahora su tío las memoria. Aquellos mechones negros, por ejemplo, cenizas que ella no se atrevió a traerse consigo. Fue

A ella le gustaría escupirle a los ojos, pero no lo hace Un padre, dijo, es una galería sumida en la más profunda oscuridad, en la que caminamos a ciegas buscando la puerta de salida. 2666, Roberto Bolaño

Una mañana de otoño recibió la notificación

de que las cenizas ya habían llegado.

Salió de casa con el comprobante de Correos en una mano y el retrato de su padre muerto en la otra. Lo llevaba siempre consigo, aunque más que un retrato era un esbozo, un rostro desfigurado por inacabado. Le faltaban datos para reconstruir a su padre, al que sólo había visto un par o tres de veces. Por supuesto que tenía fotos a las que recurrir y, de hecho, lo había intentado repetidamente, hasta que comprendió que en las fotos jamás encontraría lo que buscaba, puesto que allá estaba su padre, pero no la idea de su padre. Saliendo del portal de su casa se estremeció 22 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

con el recuerdo de la caja. Era una caja de madera satinada que parecía cualquier otra cosa antes que una urna funeraria. Una caja cuadrada, de tamaño mediano, brillante por el barniz, adornada con jirones de intenciones solemnes. La única vez que había viajado a Argentina, de donde venía la caja, la había visto, pero ni siquiera se acercó a tocarla; estuvo lo suficientemente lejos como para no saturar la angustia que le transmitía aquel objeto. Una angustia lustrada que iba a tener que sentir ahora, cuando sus deditos resbalaran sobre la madera; después de cruzar la ciudad; después de entrar en la sede de Correos de Vía Laietana; después de esperar a que un funcionario inepto la atendiera… en algún momento de esa mañana iba a tener que alargar sus brazos por encima de un mostrador alto y agarrar la urna y cargar con el muerto. Cuando subió al autobús y se sentó en una

que le caían por la frente. Los empezó a dibujar un un día de invierno austral en que su prima, la más día en que su madre le dijo a su hermano que tenía chica, que a pesar de su edad era la que mejor reel mismo cabello que su padre, negro y grueso, sobre cordaba al muerto, le había contado una anécdota: todo tan grueso. Ese día al colorear los mechones de una navidad, otra de las primas, que por entonces su retrato apenas comenzado, la fuerza de su pulso no tendría más de cinco años, le había dibujado un rompió el papel y tuvo que empezar de nuevo.

corazón al tío y este, al verlo, le espetó: “¿Qué es esto? ¿Un culo?”. “Él se reía solo de sus chistes, mientras

El papel que ahora sostenía en su mano era esa su víctima enrojecía de vergüenza. Pero lo cierto es segunda copia y estaba sucio de tanto trajín, hume- que era ingenioso y contagiaba a todos su risa.” Eso decido por sus manos sudorosas. Con cada frenazo le había dicho la Chuchi, un día en que afuera llovía del autobús notaba en su vientre algo que palpitaba o nevaba o sólo hacía un frío de la hostia en Villa con fuerza, como si tuviera ahí dentro encerrado el Constitución. Esa noche, antes de acostarse en una corazón, a presión; como si se lo hubiera tragado. cama que no era la suya, dibujó la sonrisa burlona Reconoció aquello como el temblor de las primeras de su padre y durmió once horas sin soñar nada. veces. El temblor de cuando acudía a una primera

En el avión de vuelta a Barcelona, evocando

cita o de cuando se reencontraba con una amiga a momentos como aquel, respiraba tranquila pensanla que no veía desde el colegio. El temblor previo a do en lo fructífero que había sido aquel viaje pósuna entrevista de trabajo o al primer día de clase. El tumo. Con el tiempo, sin embargo, ya estando en temblor que precede a una primera vez. Esta prim- Barcelona y sobre todo en los días grises, cuando el era vez: la primera que cargaría físicamente con su cielo parecía derrumbarse sobre la ciudad, la idea de padre muerto, después de años llevando encima “viaje fructífero” le parecía una soberana gilipollez. www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 23


Urquinaona, era uno de esos días y ella se debatía

No hacía tanto que aquel sueño había dejado

contra su memoria estéril, tratando de definir los de ser recurrente, pero cuando el autobús la dejó frutos de ese viaje. O no los recordaba, o no los frente a la sede de Correos, había olvidado la pared, había.

el empapelado amarillo y la habitación blanca. Entró y lo primero fue el olor a plástico y a pa-

En similar debate se hallaba la tarde en que pel. Esperó a que le atendiera un funcionario de mecayó en la cuenta de que retrato no tenía ojos. Había diana edad con cara de hambre y sueño, y de otras estado ordenando cajones y armarios. De repente, cosas. El hombre examinó el comprobante durante de una cómoda antigua empezaron a caer fotos de un buen rato y después desapareció del mostrador. escenas que no había vivido y de lugares en los que Tardó unos minutos en volver a aparecer, trayendo había estado demasiado tarde. Entre las fotos cayeron un paquete. Al ver a su padre en manos ajenas, se le también algunas de esas cartas amarillas cuyo tacto erizó el vello. Intentó calcular la cantidad de manos era el tacto áspero del polvo acumulado. Sentada en por las que había pasado, antes de llegar a ella. el suelo, con las piernas cruzadas como cuando de niña pasaba horas leyendo en la librería del pueblo,

En casa, se descalzó y el frío del mármol en

releyó todas las cartas, una por una. Con cada pá- contacto con sus pies trepó por su espalda hasta la gina que pasaban, sus manos temblorosas buscaban nuca. Abrió el paquete en la cocina y colocó la caja alguna pista. Algo que se le hubiera pasado por alto sobre la encimera. Nada sucedió cuando sus deen la primera lectura. No recordaba nada de aquella dos tocaron la madera, que era menos suave de lo primera lectura, que hizo años atrás, cuando aquel- que había imaginado y menos brillante también. Se las palabras no albergaban la trascendencia de la quedó unos minutos quieta, frente a la caja, como si muerte. Agotada, se quedó dormida en el suelo, en ambas estuvieran jugando a aguantarse la mirada. posición fetal, sin haber encontrado nada. Soñó con La caja ganó y ella le dio la espalda para ir al comeuna pared infinitamente alta, toda cubierta con un dor a buscar el teléfono para llamar a su hermano: papel amarillento. Podían verse palabras mecano- “Ya está aquí.” “Ya voy, ¿estás bien?” grafiadas en tinta negra, pero no podía leerse nada, por más que se esforzara, aquello parecían los in-

Mientras esperaba, regresó a la cocina de-

tentos frustrados de un niño disléxico. En el sueño, cidida a retomar el pulso de miradas, pero esta vez ella sabía que detrás de aquel muro había una hab- desde la puerta. Además de aquella necesidad de itación grande y blanca, vacía, a excepción de una mantener fija la mirada en ella, la caja no le transsola caja que reposaba en el suelo, muy cerca de la mitía nada. Aburrida, se le ocurrió probar una úlpared colindante. Sabía también que aquella pared tima cosa. Se acercó a la encimera, aún descalza. empapelada era un muro infranqueable. A pesar de Con menos fuerza de la que hubiera pensado, leello, el sueño era una suerte de bucle de cabezazos vantó la tapita y con los ojos muy abiertos acercó contra el muro. Hasta que despertó, con dolor de su cara al interior de la caja. Aspiró hondamente cabeza. 24 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

por la nariz. Tampoco pasó nada.

D i se ñ o de i d o f r i edma n

El autobús corría Pau Claris abajo, cruzando Plaza


Bestiario Tahiche Rodríguez Albert Mesas Javier B. Karlos Linazasoro

D i se ñ o de l u i g i a pa n se r a

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Microrrelato

Bestiario

Tahíche Rodríguez

El invitado

L a pradera se extiende hasta donde abarca

la vista, infinita, vasta, con el lomo dorado por

el sol, vacía, solitaria, en silencio. La diminuta cabaña se levanta en mitad de esa nada dorada. Su único habitante sorbe café junto a la ventana; tiene la mirada perdida en el paisaje. De repente, a lo lejos, vislumbra una figura humana, paso ligero, se acerca; la polvareda que levantan sus pasos dibuja la estela de un encuentro. Cuando la segunda cafetera comienza a silbar los pies del desconocido están ya frente a la cabaña. Tocan

I ntuyo que algo espantoso ocurrió anoche.

Chupitos gratis retroceder y volver a casa, pero así lo hice.

Sólo recuerdo que estábamos frente a la puerta Borracho, temblando de miedo, mirando hacia

a la puerta. El solitario habitante de la pradera abre y el invitado se apresura a entrar. Sonríe a su anfitrión y dice: Gracias por abrir. Pensé que nunca conseguiría salir.

del único bar que aún no había cerrado: La atrás en cada esquina; sé que había algo malo Gorgona. Un escalofrío me recorrió el espinazo en aquel sitio. Ahora son casi las tres de la tarde, justo antes de que el portero nos permitiera he dormido más de diez horas seguidas y siento entrar; aún no sé qué fue exactamente lo que me un terror inexplicable ante la idea de darme una clavó los pies al suelo y me obligó a disculparme, ducha. Mis compañeros no han regresado aún.

H asta donde recuerdo fui siempre un niño

Odio a mi madre de mi habitación. He aprendido mucho desde

escéptico. Crecí haciendo gala de una curiosidad entonces, me han bastado pocas líneas de este natural en los párvulos, pero que en mi caso era texto para crecer y madurar, y aprender a odiarte una desconfianza encubierta: sencillamente, tanto como a mí mismo. Odiarme por no haberte nunca me creí nada. Las palabras de mi madre creído aquel día, aquella puta tarde de domingo en no fueron una excepción, mucho menos cuando la que quedé encerrado en esta página de mierda, me regaló mi primer libro y dijo que la lectura en este texto maldito donde, eso sí, he confirmado era una experiencia maravillosa, que podía mi precoz escepticismo: acá dentro no hay ningún transportarme hasta mundos fantásticos sin salir mundo maravilloso, zorra embustera. 28 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

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Microrrelato

Bestiario

Albert Mesas

A´ vido en su empeño por seguir vivo, en

Última voluntad su petición fue concedida. Lo que jamás intuyó es

un alarde de superioridad intelectual, el héroe que más sabio que él era el dios, el cual le otorgó pidió que le dejaran contar hasta el infinito. la vida eterna. De este modo se aseguraba de que Sorprendentemente, su artimaña surtió efecto y tuviese el tiempo suficiente para cumplir su deseo.

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Microrrelato

Bestiario

Javier B.

Se despertaron extraños.

Globolización Colgados donde siempre, los espejos

Arrastrados todos por la misma especie de ñic- continuaban siendo cristal y azogue; sin embargo ñic aplacado, ruido elástico, como la pertinaz todas las cabezas se habían convertido en globos. queja de un somier antiguo. Pensaron en abrir los Maldita globalización…, mascullaron al unísono. ojos, en rascarse la cabeza: fue entonces cuando ¡Malditos hijos de la gran puta!, repitieron tocaron la goma.

amargamente frente a sus reflejos hinchados por

Caminaron hacia los lavabos mientras la ira. trataban de aferrarse al sueño, a la mínima Una hoja de afeitar brillaba sobre cada uno de los esperanza de que todavía estuviesen dormidos.

Pavelius Nevsky desoyó con cierto desdén

Volgogrado

mármoles. De Dislexia(s), e.d.a. libros, 2010

cuando un cubo repleto de mierda se le

orgulloso las bienintencionadas advertencias precipitó encima. del camarada Grissinsky y continuó decidido ¡Mierda!, confirmó tal vez ya innecesariamente hacia la puerta de salida de las dependencias Pavelius Nevsky. del partido. Apenas franqueaba el marco, De Dislexia(s), e.d.a. libros, 2010

D i se ñ o de g i a n f r a n c o M as i

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Microrrelato

Bestiario

Karlos Linazasoro

A nte mi absoluta e inhumana pasividad,

Síndrome Genovese y no moví un dedo. Por cierto, y para que las

quince hombres y mujeres murieron ahogados a cosas queden meridianamente claras, me llamo apenas veinte metros de la playa. Yo estaba allí, Genovese.

T ras un duro peregrinaje de treinta y un

Camino de Santiago percatarse de que el imponente botafumeiro

días con sus noches, Anselmo, cansado pero ya se le venía encima a la endiablada velocidad inmensamente dichoso, entró en la catedral. de setenta kilómetros por hora. Tal vez algo extasiado, no tuvo tiempo de

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Interlunio Natalia Litvinova Mareva Mayo Pep Antoni Roig

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Interlunio

Natalia Litvinova

El error nos hizo en la noche

Compongo una plegaria contra

ayer prohibieron en mí la lluvia, el crecimiento lento de los árboles, los mendigos que corrían persiguiendo mi lluvia prohibida. ayer en mí prohibieron el Ayer junto a todos los cuerpos del silencio. entonces fui grito de roble o de lluvia.

la quietud y la invisible rotación de la tierra. Contra y acaso con la inmovilidad de esta hoja que no cede temblor alguno para justificar su vida.

(de Memoria de Elena, inédito)

A veces finjo ser árbol para que otras espaldas me confíen su cansancio. Si me quedo callada escucharé un corazón y me perderé en la fantasía de que podría ser el mío.

(de Memoria de Elena, inédito)

Limpio la noche con un pañuelo. Descubro vida más allá, estrellas que se fugan, silencios mayores. Cuando descubro algo, desaparece. Es maravilloso lo que queda: la soledad, limpiar y el silencio.

(de Memoria de Elena, inédito) 38 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

* en mí la naturaleza está blanda, me corre en manadas de lobos azules que lloran como pájaros, que lloran, cantan y no saben. * no nací, viví mi nacimiento. me recibieron las flores y lavaron mis restos humanos mientras decían: todos nos equivocamos. * las horas pasan y todo está en su sitio, donde las cosas desaparecen sin saberlo. * ahora que ya saqué el ombligo de la pelusa, ahora que ninguna extremidad tuya desea abusar de mí, ahora que veo sombras que hacen el amor con las paredes, comienza mi noche y sus dependencias. (de Esteparia, Ediciones del Dock) www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 39


Interlunio

Mareva Mayo

C ruza con lo oxidado la carretera que de-

Relato roto de unos ojos Fotografiando. Un insecto muerto y unos

Los trozos

E scondimos los trozos de amor de la in-

Como si toda esa hambre no hubiera

jará atrás, las cafeterías con azúcar en bolsitas y dedos buscando y un trozo de sábana sucia y los

fancia, esa de guillotinas y no quiero llegar llegado a ningún cuerpo y sobre las cosas pa-

desconocidos que no saludan, la dulzura se sirve baños de la estación de autobús a las 4am, sus ojos

jamás, nuestros ojos se apartaron como cuer- deciera su destino sin poder sufrirse dentro de

con las piernas abiertas piensa mientras se va, ha- cortando la ciudad para ver el cartel de se traspasa,

vos del soy lo que miras, del ten lo que tengo, algo. Fuera humo, mal recuerdo. Sombra que

cia donde nunca podría quedar escrito. Sea un puente lo suficientemente alto o un club de carretera lo suficientemente decadente. Porque no importa. Tampoco cómo pagará la comida o si no comerá. Lo único importante son sus ojos-espejo-delo-roto aunque no miren nada o miren las cuchillas, un aparcamiento bajo 40º de temperatura o un cuerpo desnudo de quien no ama. Son sus ojos testigo y criminal. Sus ojos he barrido mi vida. Sus ojos quema del hachís. Sus ojos ciegos y dilatados y estoy con dios y he olvidado. Arrancados de su historia. 40 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

la carta de amor en la que sólo se lee ya no puedo. Sus ojos tijeras de la vida. El vaso de cristal cascándose en el suelo. Lo que dejó la sierra de un chopo. Sus ojos asesinos. Sus ojos fragmento. Él sólo tiene un chicle en el suelo, una rata chillando en la boca de un gato negro, un no te eduqué para esto de una mujer arrugada, una flor seca en un tiesto de barro, unas tetas, un vaso de ginebra sujeto a unos dedos llenos de manchas oscuras, un taxi, una celda y cientos más de trozos que no forman su historia, porque su historia no importa sólo sus ojos.

el asfalto nos guardó los nombres que tenía- nadie quiere. Esa hambre fantasma de los vientres.

mos para hablar con dios, como coñac, como

infamia comimos todas las tripas y llegamos a Sola, sin matar, sin poder encender. Sobre mí que soy palabra que no pronun-

la noche despiertos como si hubieran muerto nuestros padres, llegamos como mendigos que cio. no quieren nada probando a bocajarro nuestro

Porque elegí la desgracia, para que me

término, en la pasión de perdernos encendi- vieras náusea y me vieras vómito, para que te mos cientos de cigarros que no compartimos, apiades y en mis escritos tu piedad muera sucia en este alejarnos de la claridad nos vimos des- de mis letras muertas.Porque elegí destruirme, nudos, hambrientos el uno del otro, como luna elegí mancharme para que no quede nada de cuando se mueren las ciudades, en nosotros amor sobre mi tumba, para desaparecer en mí otra vez hasta demacrarnos por las rosas que hacia el mí de lo muerto, de lo que se mancilla, vivieron en el abismo, como una manzana en de lo que se viola, elegí lo que no tiene futuro, el suelo, morimos muchas veces pero ninguna para no llegar o llegar cada noche que hace pudimos olvidar.

frío y soy lo que se va. www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 41


L'exercici, fet i fet, no serà res gaire llu- quetable com a exponent del romanticisme més

Interlunio

nyà, per exemple, al fet de comprar-se tots els atroç i pessimista, però en el fons, sigui al s.XIX o

Pep Antoni Roig

mobles d'una casa encara a mig construir i ara, a ple s.XXI, el jo poètic que s'asseu i ‹‹sent(o) planificar-ne la ubicació dins unes habitacions mormolejar entre les bardisses,/ el silenci infinit a a les quals els manobres encara no han donat aquesta veu›› no és pas tan diferent al que, avorrit, una capa de guix a les parets, és a dir, a una viv- cerca Tossa de Mar al Google Maps i creu passeenda inacabada. Però, què passa quan és la vida jar-se pels seus carrers durant uns minuts des de mateixa allò que està a mig fer, aquell got que per- casa estant o als nuvis que, feliçment casats, comcebem mig ple o, si ho preferim, mig buit?

pren els mobles de la seva futura casa encara en

Pensar en l'habilitat humana per construir construcció i que els lligarà a una hipoteca durant més enllà del que és pròpiament real em recorda trenta anys. Leopardi fa un cant al poder de nosalal poeta italià Giacomo Leopardi (1798-1837) i tres mateixos com a constructors d'allò que encara particularment al seu poema més famós, titulat no existeix però que volem creure'ns tangible, una "L'infinit". Som davant un poema en el qual se'ns exaltació de la ment com a engranatge psicodèlic presenta un jo poètic que afirma trobar-se assegut d'evasió de la realitat; "L'infinit", a la fi, no és res davant una tanca que el priva d'observar el mar ‹‹i més que l'acceptació per part del poeta de l'angoixa

La imaginació infinita “Sempre caro mi fu quest'ermo colle, E questa siepe, che da tanta parte De l'ultimo orizzonte il guardo esclude. Ma sedendo e mirando, interminato Spazio di là da quella, e sovrumani Silenzi, e profondissima quiete Io nel pensier mi fingo, ove per poco Il cor non si spaura. E come il vento Odo stormir tra queste piante, io quello Infinito silenzio a questa voce Vo comparando: e mi sovvien l'eterno, E le morte stagioni, e la presente E viva, e 'l suon di lei. Così tra questa Infinità s'annega il pensier mio: E 'l naufragar m'è dolce in questo mare.” Giacomo Leopardi

L'exercici

és el següent: asseure's davant

l'ordinador, obrir el navegador web i dirigir-se a la pàgina de Google Maps. Un cop allà, buscar qualsevol indret remot de la capa terrestre, com per 42 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

exemple Tossa de Mar, aproximar-se amb el zoom fins el carrer més proper a la platja i sel.leccionar l'opció de realitat augmentada, anomenada Street View; ens trobarem, de sobte, amb una imatge real del lloc en concret i malgrat observar les persianes blaves i el rètol lluminós amb lletres taronges del

aquesta barda que de tanta part/ de l’últim horitzó i la penúria d'un home enclaustrat a un món, a l’esguard em priva.››, i és aquest impediment del una vida, que no el deixa moure's més enllà d'on camp visual, aquest límit finit, allò que desperta els seus ulls poden veure. Sí, la felicitat mai no és en ell la ficció imaginativa. Leopardi, al llarg del completa, i Leopardi, com nosaltres, n'omple els text, enumera turons o bardisses que no veu però buits carregant-los de somnieig sense fi tot afirsí imagina, com bé diu ‹‹jo al pensament fingeixo mant que ‹‹naufragar m'és dolç en aquest mar.›› [...]››. No és casualitat, òbviament, que ens trobem No és, doncs, l'infinit allò més inacabable que exdavant un poeta del segle dinou fàcilment eti- isteix?

restaurant a primera línia de mar, no en podrem olorar l'aroma de l'arròs caldós que s'hi cuina, ni coneixerem el gust del granissat de llimona que beu la vianant amb cara pixel·lada de la part dreta de la imatge, ni, per descomptat, escoltarem el repic de les onades trencant-se damunt la sorra de la platja. Per un moment, serà com transportar-se fins a Tossa de Mar i passejar sota el sol pel Passeig Marítim, però sens dubte el nostre viatge serà Incomplet; serà l'enginy per imaginar olors, gustos, tactes o sons allò que estiri la corda del que és pròpiament finit -una fotografia inserida dins una pàgina web- fins aconseguir que cobri quasi vida. www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 43


Tubo de ensayo Romuald Berty Violeta Serrano García Albert Mesas Ollin Rafael Raúl del Valle Maria Fortuny D i se ñ o de G i u seppe c o l o n ese

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inacabado cuando una parte del bloque de mate- quitectura es reciente (2006) y proviene de un

Tubo de ensayo

rial sigue virgen, que no ha sido desflorado por proyecto de jóvenes artistas sicilianos de trans-

Romuald Berty

la mano del artista. También las razones por las formar en obra de arte los edificios que nunca se cuales una obra es inacabada pueden ser mate- han acabado de construir, como consecuencia de riales y totalmente ajenas al autor (por ejemplo las políticas urbanísticas italianas desde el final el caso de un defecto en el bloque de mármol o de la guerra, y que hasta ese momento servían de piedra, la anulación del encargo por parte de de refugio a drogadictos y vagabundos. A partir quien debía pagar el proyecto, la incapacidad físi- de allí, numerosos arquitectos italianos famosos ca o la muerte del artista).

han designado lo inacabado en arquitectura como

Pero más allá de esas distinciones prácticas, el hijo natural de la arqueología industrial de los la decisión de acabar o no una obra es un criterio años sesenta, que es una rama de la arqueología arbitrario del creador que suele justificarse por centrada en el patrimonio industrial. haber llegado a una cierta plenitud. Sin embargo

Desde un punto de vista conceptual, esta

para ciertos artistas la obra no se acaba nunca, la fascinación que transfigura el edificio inacabado obra es y a la vez es en puissance, una capacidad. en obra de arte puede acercarse a la fascinación La obra no deja de ser una posibilidad en porve- por las ruinas. Recordemos que el gusto por las

Aproximaciones a lo inacabado

“L´inachevé n´est rien.” Henri-Frédéric Amiel Extracto de Journal intime

L a afirmación de que lo inacabado no es nada

mana y la señal del tiempo largo. Me refiero aquí a la escultura y a la arquitectura. La estética de lo inacabado en escultura, designada en italiano como el non finito, se refiere a una técnica artística de esculturas que consiste en que el artista, voluntariamente o no, no

tal vez deba entenderse en el sentido de que lo acabe la escultura. Donatello fue el pionero en inacabado no es nada completo. En efecto, por esta técnica durante el Renacimiento y luego Mi-

definición lo inacabado es lo no acabado, lo in- chelangelo, en el siglo XV, fue sin duda un gran completo. Y puede ser o bien el resultado de una promotor de la estética de lo inacabado. Para Micosa por venir que todavía no está aquí o bien el chelangelo, lo non finito parecía resultar de una resultado de una cosa que ha sido y que en adelan- incapacidad para acabar la obra (por la incapaci-

te ya no está. Dicho de otra manera: lo inacabado dad de alcanzar la perfección, y por la fascinación no es todavía o bien ya no es. hacia lo inacabado), cuando en cambio Rodin lo Esta inscripción primordial de lo inacaba- utilizaba como medio de expresión. do en el paradigma del tiempo nos conduce en Parece conveniente aquí preguntarse cómo primer lugar a hablar de dos formas artísticas vin- se puede o se podría “acabar” una obra. En el caso culadas a la piedra, la materia sólida, que siempre concreto de la escultura, podemos distinguir lo ha representado el carácter efímero de la vida hu46 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

nir, un esbozo de plenitud.

ruinas ha invadido la sensibilidad europea desde

Hemos visto que para Michelangelo la obra el final del siglo XVIII y se ha impuesto de pleno no se acaba nunca porque es imposible alcanzar durante el siglo XIX con el romanticismo. la perfección. Vasri por su parte, dice que el esbo-

Si bien el edificio es inacabado, en el sentido

zo concentra, mejor que la obra acabada, algo de de no haber sido hecho todavía, debido a la paralla furia creadora. También podemos pensar que ización de su construcción; las ruinas, por su lado, la obra no se acaba nunca porque acabar la obra ya no son, han sido hechas y ahora se deshacen. sería en cierto modo acabar con ella, matarla. Del Las fábricas, puentes o estadios dejados sin acabar mismo modo que imponer una interpretación que pueblan Italia ascienden a ser algo completo de una obra como la única posible mata las posi- mientras que las ruinas descienden, se caen en la bilidades hermenéuticas que permiten a la obra deconstrucción. seguir viviendo a través de sus receptores. Decre-

En todo caso, ya sea inacabada o deslu-

tar una obra acabada sólo ofrece una estabilidad cida, tanto la obra arquitectónica como la obra arbitraria y falaz en medio del océano de variables escultórica llaman al receptor a participar con la posibles en el surgimiento de la obra.

obra. En este sentido, seguimos la teorización que

Lo inacabado en escultura puede equipara- Umberto Eco hace del papel activo del lector o rerse a lo inacabado en arquitectura, primero por el ceptor de la obra de arte considerada como abiparentesco que comparten esas dos formas artís- erta en Opera aperta (1962). La participación del ticas al aplicarse ambas a la transformación-con- receptor permite la permanente reconstrucción strucción de una materia en tres dimensiones.

de la obra abierta : “Gozar de una obra de arte

El término de non finito, inacabado, en ar- consiste en dar una interpretación, una ejecución, www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 47


en hacerla revivir en una perspectiva original.” perfecto. Para el filósofo Pascal, el hombre se en(ECO : 1962)

cuentra en una situación incómoda porque está

Mientras que lo inacabado solicita nues- entre el infinito pequeño y el infinito grande. El

carnales. La finitud esencial del hombre tiene por siempre únicas. Existen también posibilidades inúnico contrario lo infinito de sus deseos.

finitas gracias a la participación del receptor de la

La religión y la moral, teniendo como obra de arte y a su imaginación cuando interpre-

tra imaginación para adivinar lo que no está, la hombre se atormenta por estar preso entre los

propósito organizar la sociedad conteniendo y re- ta-aprecia la obra.

ruina llama a la memoria para acordarse de lo que dos infinitos: el mundo microscópico y el macro,

teniendo a las individualidades, se ha confrontado

estaba. La ruina recuerda el pasado de la arqui- el universo divino. El vértigo se acentúa debido a

desde siempre al infinito de los deseos humanos.

Por otro lado, el hombre, más allá del hybris de los deseos insaciables, es finitud pero con

tectura, habla de sus transformaciones, prefigura la paradoja matemática de que el infinito grande

En efecto, ya en la Antigüedad griega, la in- una infinidad de posibilidades, gracias a sus ca-

su porvenir. Las ruinas son el símbolo de la pre- de Dios es una esfera cuyo centro está en todos

saciabilidad o la desmesura del hombre, el hybris pacidades intelectuales inacabadas porque infini-

cariedad de lo construido, de la fragilidad de la lados y la circunferencia en ninguno. Las cosas es-

en griego, es considerada un crimen. La desmesu- tas. Y la creación artística es un lugar privilegiado

arquitectura, y a la vez de su longevidad, de su tán escondidas para el hombre. Dios es un secreto

ra designaba el hecho de desear más de lo que la de manifestación de esas facultades infinitas del

fuerza frente a la debilidad y la finitud del hom- impenetrable, principio y meta de las cosas escon-

justa medida del destino nos había atribuido. El hombre. La indeterminación del hombre, con su

bre. Chateaubriand, una de las figuras más im- didas. Por lo que Pascal incita al hombre a buscar

hybris constituye la falta fundamental en la civi- constitución física inacabada, que no está en con-

portantes del romanticismo francés, habla de las consuelo en Dios. El refugio del hombre en la fe

lización griega antigua y lleva como consecuen- formidad con un instinto cualquiera, es su fuerza.

ruinas en los siguientes términos: “todos los hom- promovido por Pascal está destinado a consolar al

cia la nemesis, la venganza de los dioses. La con- A diferencia del animal que tiene una constitución

bres tienen una secreta atracción hacia las ruinas. hombre de la consciencia de su carácter inacaba-

cepción del hybris como falta determina la moral física adecuada a un entorno preciso, a un instinto

Este sentimiento se debe a la fragilidad de nuestra do.

griega como una moral de la medida, de la mod- particular, acabado en el sentido de inamovible, el

naturaleza, a una conformidad secreta entre esos

La concepción creacionista del mundo que

monumentos destruidos y la rapidez de nuestra Pascal contrasta con la inquietud fundamental existencia.” (CHATEAUBRIAND : 1802)

del hombre que piensa sobre sí mismo lo con-

eración y de la sobriedad, obedeciendo al adagio hombre nada en el océano de la indeterminación, pan metron, que significa literalmente “de la me- de lo inacabado, y ahí yace todo su potencial. dida en todas las cosas”. El hombre tiene que per-

Aristóteles decía que el hombre tiene ma-

La ruina, como lo inacabado, establece una duce a presentar una forma de lo inacabado del

manecer consciente de su sitio en el universo, es nos porque es el más inteligente de los animales.

relación del hombre con el tiempo, con la memo- hombre. Aunque estemos en desacuerdo con la

decir a la vez de su estatus social en una sociedad Al contrario que los animales el hombre es débil

ria. El tiempo del hombre es el tiempo de su fini- filosofía cristiana de Pascal, tenemos que aceptar

jerarquizada y a la vez de su mortalidad frente a porque no tiene armas físicas naturales pero su

tud, y la visión de lo infinito, de lo inacabado, le el punto de partida del razonamiento que enfatiza

los dioses inmortales.

mano “se vuelve zarpa, garra, cuerno, o lanza, o

el carácter inquieto del hombre frente a su con-

La conminación de Pascal para con los hom- espada, o cualquier otra arma o herramienta. Pu-

Ahora bien, la finitud es de cara a la per- dición mortal, y de ahí su predisposición a dejarse

bres de mesurar su modesto sitio en el universo, ede ser todo esto porque es capaz de agarrar y de

recuerda su condición mortal.

fección de lo infinito divino la huella de la imper- seducir por la propuesta religiosa o mítica.

ya se encontraba en la moral de la Antigüedad sostener todo.”

Si tenemos que hablar de inacabado para

griega que proscribe la desmesura del hombre

cristiana, creado a imagen y semejanza de Dios. calificar al hombre, es porque su término es la

que estaría tentado de olvidar la fugacidad de su

Pero es una obra imperfecta, está sometido al de- muerte. Terminar, acabar con alguien, es matarlo.

existencia.

fección humana. El hombre es, según la tradición

seo y chapotea en lo contingente. De ahí las dis- En cierto modo podemos entonces afirmar que el

Podríamos concluir estas breves aproxi-

putas teológicas, en las cuales no entraremos aquí, hombre es inacabado hasta el último instante de

maciones a lo inacabado diciendo que la obra de

para saber cómo es posible que un Dios perfecto su vida.

arte y el hombre son, en cierto modo, ambos in-

pueda ser la fuente de una obra imperfecta.

Hemos ojeado el carácter inacabado del

La reflexión sobre lo inacabado nos con- hombre mortal, pero hay que tener en cuenta

acabados. Por tanto, ambos ofrecen posibilidades infinitas, gracias a su propia finitud.

duce a pensar el hombre como una obra inacaba- también la masa de literatura teológica y mor-

Para la obra de arte, existe una infinidad de

da respecto a Dios o al universo. El hombre es alista cristiana sobre su carácter imperfecto en

posibilidades en la creación, en el deseo-placer de

inacabado en el sentido en que es mortal e im- tanto a que está sometido al infinito de los deseos

crear y en la variedad ilimitada de obras a crear,

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dónde esa línea fronteriza está contaminada o no por el paralelo discurrir del Bien y del Mal, hasta qué punto cabe esperar un instante de convergencia que anule ambos conceptos. Proponemos como única salida el cuestionamiento incansable, molesto, incómodo contra nadie más que contra el

Tubo de ensayo Violeta Serrano García

II

Díptico incierto o tríptico incompleto

I Desvencijar los segundos como quien repasa la hoja de un cuchillo oxidado por el cuello de una víctima inminente podría parecer una desgracia, un drama, un crimen perfectamente condenable. Pero siempre hay aristas. Claroscuros en las grietas que se forman en el pensamiento convergente de dos líneas inevitables: el Bien, el Mal. Digamos que la brújula se compensa en la búsqueda misma de la belleza, de la belleza comprendida de un modo indefectiblemente autónomo e invariable. Desasirse aquí, en este punto preciso, de un zig-zag entre paralelos; desasirse, pues, de la única forma posible, esto es, como acto único y personal. Habría que aprender a despojarse de la eterna duda, del fatigoso anhelo íntimo en lucha constante con el deseo aceptable para el yo y sus circunstancias. Desvincularse de la circunstancia 50 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

para dar con el instante, la forma, el golpe seco: la emoción de la belleza inasible, indescriptible, de la belleza sola y múltiple, tan variada como corazones emocionados y emocionables existieran. Sería tal vez razonable incluso llegar a dar por supuesto que lo que dijese Lautréamont no tiene por qué ser una evidente estrategia de un joven exhalando el último aliento en busca de una fama à tout prix, ni tampoco, por lo tanto, una simple mecánica de lo sádico cuyo objetivo fuese la emoción banal y segura filtrada por el asco más objetivo que imaginarse pueda. Quizás el Conde presentía verdaderamente la belleza en un útero ensangrentado por los picotazos de una gallina sin cordura. Pero dejemos tales elucubraciones: no quisiéramos caer en el pretendido morbo del que, por otra parte, ya hemos alentado a huir como de la peste. Aquí sólo se quiere plantear la posibilidad de la aceptación, del límite de ésta. Y dilucidar hasta

Hasta aquí había presupuestos: una concepción vigente del amor y sus condiciones. La ecuación varía desde un instante que se suma para convertirse en periodo de incertidumbre. Desde que se rechaza el sudor de mi cuerpo contra el del otro como garantía de infinitud. La inestabilidad como rechazo consciente deviene punto de inflexión atrayente para quien se atreva a apostar por la convergencia inasible. Tal vez sea ésta la dirección diametralmente opuesta al ennui que regala la calma de un cuerpo caliente entre las sábanas propias porque, seamos francos, el eterno paralelo aquí no sirve de nada si quien se reconoce en este instante propugna una felicidad aceptable. Cabe realzar la estrategia medianera entre Ovidio y Ares para saber del pálpito, para reconocer el latido en el borde mismo del orgasmo inconcluso. Enfrentarse a aquello que nos impide respirar jadeantes sólo si así lo deseamos porque, de nuevo, el paralelo vuelve, incluso aquí, a reanimarse para impedir la toma

propietario de su yo único e intransferible y damos la pista de la Belleza como faro en noche tormentosa y marinera. Perdone el que esto lea: no sabemos decir más.

de la convergencia. Porque para amar, para saber amar, haber estado solo es necesario y más aún, -que nos perdone el poeta-, saber que se está solo es necesario. La belleza estaría tal vez en la conciencia profunda de tal terror y en ser capaz, a partir y a pesar de ésta, incluso de precipitarse al vacío de una entrega en instantes de inminente carrefour de líneas, otrora divergentes. Sin embargo, la sombra de una duda puede ser legítima para echar por tierra tal abogacía por la incertidumbre en terrenos amatorios porque, tal vez, la paz esté realmente en ese cuerpo manso que has construido frente al tuyo. De nuevo, una disculpa: me gustaría compendiar todo el amor muerto y renacido para establecer una teoría que pudiese concretizar estas emociones y, sin embargo, no, no es posible. Por lo tanto, aquí no quedan más que divagaciones insertas en zigzageantes recorridos entre paralelos. Entonces, sólo me queda decir ya: que haya suerte, mon frère.

III

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olvido absoluto se podría hablar del fin.

Tubo de ensayo

su peregrinación. Y éste es sólo un ejemplo de

Don Quijote es considerado, hoy en día, los muchos que existen alrededor de la figura

Albert Mesas

un “mito moderno”, por lo tanto, al igual que que Cervantes edificó, porque, dentro de este Aquiles, Odiseo, Julio César o incluso el propio mundo, no quisiera pasar por alto a Pierre MeJesús de Nazaret, su vida y obra están ligadas a nard, autor del Quijote: un cuento del autor arla nuestra, puesto que su capacidad para volv- gentino Jorge Luis Borges, en donde narra el er de entre los muertos depende, en exclusiva, curioso incidente de Pierre Menard, un escritor del número de veces que sea recordado en el que, habiéndose hecho un experto en el manepresente. Mientras se siga dando cuerda a su jo de la prosa española del siglo XVII y, tras la memoria, sus historias, y las ramificaciones de lectura del Quijote primero y gran parte del reséstas, seguirán ocupando un espacio no finito, to de la obra de Cervantes después, misteriosauna ubicación tan indeterminada como incon- mente calca, sin ánimo de plagio, “los capítulos clusa con tendencia a lo infinito.

noveno y trigésimo octavo de la primera parte

Por más empeño que puso Cervantes en del Don Quijote y un fragmento del capítulo establecer un “punto y final” a las aventuras veintidós”. de su héroe, éstas no han dejado de sucederse,

Entre lo inconcluso y lo eterno: la imposibilidad de lo finito “La muerte no nos roba los seres amados. Al con- ria muera con él. Al contrario, dado que es gratrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el cias al destino trágico y al paso del tiempo que la recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y imagen del caballero de la triste figura se eleva a definitivamente”

la categoría de mito o leyenda, pudiéndose com-

François Mauriac parar así con los héroes de la Época Clásica, por

C uando Miguel de Cervantes quiso concluir

ejemplo. De éstos se cuentan distintas versiones de

El Quijote dando muerte al héroe, lo hacía, en sus hazañas y, por más enterrados que estén, gran parte, según subraya el teórico británico Ed- cada vez que son recordados, ya sea en la lectuward C. Riley en su libro Teoría de la novela en ra del mito, en la elaboración de una película Cervantes, con la convicción de que, de ese modo, o en una investigación académica, su historia se aseguraba que nadie, en un futuro, pudiese uti- se vuelve a reescribir, dejando ésta de ser una lizar la figura de sus personajes para narrar más materia finita para ser una obra inconclusa.

batallas, como ya le había sucedido con Alfonso Por ello, mediante esta capacidad de resurrecFernández de Avellaneda. ción constante que los caracteriza, su vida, la Sin embargo, esa obra que parecía finiqui- de los mitos, puede entenderse también como

tada, en realidad, estaba más viva que nunca. Si una vida inmortal, casi eterna. Sólo en el imbien es cierto que Don Quijote muere en manos probable, pero posible, caso de que caigan en el de Cervantes, este hecho no implica que su histo52 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

La grandeza de este relato reside en man-

incluso más allá de nuestras fronteras. Histo- tener el orden lógico operante intacto. Es decir, rie de l’admirable Don Quichotte de la Manche Borges no redacta un nuevo capítulo, ni tampoes el título con el cual se publicó la traducción co añade otros que, supuestamente, se le traspafrancesa del Quijote. Esto no tendría la menor pelaron a Cervantes, como ya hiciera en su moimportancia si no fuese porque el encargado mento el escritor ecuatoriano Juan Montalvo de realizarla, Filleau de Saint-Martin, se tomó en su Capítulos que se le olvidaron a Cervantes. la licencia de realizar unos pequeños y signifi- No. La maestría del argentino pasa por hacer cativos retoques en lo que se refiere al desen- que su personaje vuelva a escribir la historia del lace de la novela. De este modo, el caballero caballero sin escribirla, puesto que la continuino muere, sino que sana, abriéndosele la posi- dad de ésta proviene desde otra perspectiva: la bilidad de proseguir con su aventura. La nueva incertidumbre de lo fantástico. pieza de Filleau de Saint-Marti termina de una

Pero la sombra que proyecta el ingenioso

manera sorpresiva y un tanto forzada; justo en hidalgo no se limita únicamente a la literatura, el momento en que una bella dama francesa se sino que se expande con facilidad, abarcando dispone a relatar un cuento. Este nuevo e in- cualquier expresión artística conocida: ballet, concluso final que presenta la primera versión ópera, teatro, diseño, publicidad, pintura, esfrancesa del Quijote, años más tarde, como cultura y, cómo no, el cine. guinda del pastel, fue continuado por el escritor parisino Robert Challe.

El polifacético Orson Welles y el controvertido Terry Gilliam fueron dos de los cineas-

Así pues, ni la muerte misma parece ser tas que intentaron trasladar la novela de Cerun impedimento para que don Quijote prosiga www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 53


vantes del papel al celuloide, padeciendo en sus carnes la “maldición del Quijote”. A ambos se les convirtió en una utopía el terminar su filme, y los múltiples impedimentos, en muchas ocasiones, andan entre la comicidad y lo increíble. No obstante, pese a las adversidades, dichos proyectos, aun sin tener nada que con la que iban a ser en un principio, lograron estrenarse. Jess Franco consiguió dar vida al caballero de la triste figura de Welles aprovechando el material que éste había dejado filmado antes de su muerte. Lost in la Mancha fue el título bajo el cual se presentó el “making off ” del frustrado largometraje de Gilliam, The man who killed Don Quixote; un documental donde se evidencia la imposibilidad de hacer una película. El resultado final de ambas obras es una muestra clara de lo absurdo que resulta establecer un fin estable y duradero en una pieza que, prácticamente, se reinventa cada día. Ahora, tanto Welles, Terry, Jess Franco como Keith Fulton y Louis Pepe (directores del documental) pueden considerarse como una página más dentro del vasto libro de Don Quijote de la Mancha. Incluso yo, tras estas líneas, también.

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ese n o l o c seppe u i G de o ñ se i D

D i se ñ o de G i u seppe c o l o n ese

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Tubo de ensayo OllinRafael

Si una noche de invierno un viajero: El placer por lo inacabado “Estás a punto de empezar a leer la nueva novela de Italo Calvino: Si una noche de invierno un viajero. Relájate. Concéntrate. Aleja de ti cualquier otra idea. Deja que el mundo que te rodea se esfume en lo indistinto.”

E n 1979, el autor italiano Italo Calvino es-

cribió una de las obras cumbre de la literatura italiana de postguerra: Si una noche de invierno un viajero. La obra es, por una parte, una reflexión profundísima sobre la novela y, por otra, un análisis sobre la lectura interrumpida en la que Calvino convierte a un lector -“yo”- y a una lectora –Ludmilla- en los personajes principales. El autor es consciente de que nos llevará por donde él desee, conoce su función como creador, y nosotros lo somos de su manipulación, fingimos el sometimiento. Nos dejamos engañar en una especie de renuncia estética y en el saber, tal vez inconsciente, de que en el fondo somos coautores 56 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

de la obra. El libro esta dividido en diez íncipits de novelas, todas muy diferentes entre sí y sin embargo anudadas a través de la lectura del personaje principal, yo. Son diez novelas de las que no podremos saber el final pues cada vez se interrumpe la lectura y nos conduce a una nueva. Un trauma que se repite hasta el final, “en una red de líneas que se entrelazan, en una red de líneas que se intersecan sobre la alfombra de hojas iluminadas por la luna en torno a una fosa vacía”. Y lo mejor es que no importa porque esta novela no trata de resolver las historias, trata de hacer una reflexión sobre la lectura. Lo incompleto, de esta manera, adquiere un valor secundario, para el autor, de hecho, prácticamente sólo estético aunque no sea así para nosotros. Para nosotros significa la apertura de significados hasta un punto extremo. El carácter incompleto de la obra, el hecho definitivo de la in-

compleción de ésta, nos obliga a abrir la posibilidad de la conclusión, a la participación manifiesta y consciente en el acto creativo de la construcción de la obra. Lo cierto es que, ya desde el principio, el hecho de que el autor se dirija a un a un “tú” que es un “yo lector” supone una exhortación para la actitud activa por parte de este. Un lector atento podría exponer que en tanto que el autor da una obra por terminada, la obra está terminada, pero hay que obviar la distinción banal entre lo pretendido y lo casual. Qué más da si el autor pretendía acabar la obra o si la obra quedó inacabada. Nosotros, los lectores, los observadores, somos ajenos a esta voluntad, pues la obra de arte sólo adquiere su conclusión en el juego pendular entre el emisor y el receptor y se vuelve a abrir en la siguiente lectura, observación o interpretación; en el siguiente lector. La obra de arte está abierta siempre a pesar de -o gracias ala emancipación de su creador. Las conclusiones multiplican el número de los mundos, en un juego de espejos borgesiano.

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se encontraba con un mundo desconocido que

Tubo de ensayo

ayudaba a completar gran parte de los huecos

Raúl del Valle

que en la imaginación de la protagonista la primera parte había generado. Tenía que ser porque, cuando llevaban la mitad del guión rodado, Elías Querejeta, productor de la cinta, decidió que, a esas alturas, ya había material para montar una película. El resultado es un film enigmático y lírico, donde se sugiere mucho más que se explica, con amplias zonas de indeterminación que el espectador se ve obligado a rellenar de una u otra forma. Así, El Sur escenifica en sí misma la tan cacareada muerte del autor ¿A quién debemos considerar autor de la obra? ¿Al coguionista y director que pensó en una película bimembre que al final fue parcialmente decapitada? ¿Al productor

Cómo hablar del sur sin que aparezca nunca el sur

E l año 2000, el circuito europeo de salas de

su devenir profesional un claro síntoma de los

exhibición en versión original eligió como me- males que aquejan a la sociedad contemporánea:

que decidió el momento en el que el rodaje se daba por concluido? ¿Al espectador que completa los espacios en blanco de la narración?

i ma g e n del d i r ect o r v i ct o r e r i ce

jor película de la década de los noventa El sol aclamado por la crítica como uno de los más del membrillo, de Víctor Erice, largometraje en grandes cineastas europeos, en más de treinta el que asistimos al intento por parte de Antonio años de carrera cinematográfica sólo ha conseLópez, pintor hiperrealista, de retratar el árbol guido rodar tres largometrajes: El espíritu de la del membrillo que crece en el patio de su estu- colmena, El sol del membrillo y El sur. El guión de El sur se dividía en dos partes

dio.

La película, de una elegancia visual exquisi- netamente diferenciadas. En la primera parte se ta, supone una reflexión en torno a lo que los nos explica la historia de la fascinación de una teóricos de la literatura han llamado la aporía o niña, crecida en un pueblo del norte de España, falacia del realismo mimético. Al final, el pintor por la figura de su padre, un zahorí procedente se ve obligado a abandonar el proyecto porque del sur que nunca habla de su pasado. La fascise da cuenta de que, en tanto que organismo en nación se ve acrecentada por el descubrimiento, crecimiento, el árbol es inaprehensible para su a través de unas cartas, de la existencia de una pincel pues, cada día, se ve obligado a borrar lo mujer de la que el padre había estado enamohecho el día anterior si quiere seguir siendo fiel rado en su juventud meridional. a lo que ven sus ojos.

La segunda parte tenía que ser el viaje de la

La figura de Víctor Erice es paradójica y niña, ya adolescente, a ese sur mítico en el que 58 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

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y aplaudo la labor de Anagrama.

Tubo de ensayo

su relación con un alumno de Santa Teresa del

Ante la imposibilidad de resumir un libro en que se enamora, Castillo, falsificador nefasto de

Maria Fortuny

el que todo pasa, diré solamente que el protagoni- las pinturas de Larry Rivers, la historia de Horasta es un “peregrino maricón”, Amalfitano, viudo cio Guerra y de un sevillano en Rusia que salvó con una hija de 17 años, Rosa, que siempre lo el pellejo porque en el momento de la muerte acompaña. El libro está dividido en cinco partes: confundieron su expresión de dolor “¡coño!” con la primera de ellas, titulada La caída del muro de la palabra que en alemán quiere decir “arte”. En Berlín, narra la aventura de Amalfitano, exiliado Santa Teresa, Amalfitano sigue recibiendo cartas chileno que se gana la vida ejerciendo como pro- de Padilla mientras su vida fluye entre callejones fesor de literatura en la Universidad de Barcelona. estrechos de la ciudad, en barrios de putas en los Su amistad con Joan Padilla, alumno suyo obse- que es conducido por un niño de no más de diez sionado en hacer una película sobre Leopardi con años a un lugar peculiar en el que se hace un eslos más grandes escritores del país como protago- pectáculo de streptease comunicativo. Conoce a nistas, lo lleva a la ruina. El escándalo que deviene La Llorona que acabara muriendo del SIDA y al después de que mantengan relaciones sexuales, mago Alexander. Todo esto narrado en pequeños obliga al profesor a abandonar la ciudad. Sus ami- retales sueltos, inconexos, la mayoría de los cuales gos Anna y Antoni Carrera son los encargados de no engarza con nada de lo dicho hasta entonces.

Los sinsabores del verdadero policía de Roberto Bolaño

E mpezar a leer a un escritor como Roberto

documentación relativa a esta novela acredita que

Bolaño con una novela como Los sinsabores del verdadero policía es algo extraño. Bolaño circula a mi alrededor como un mito, sus personajes y sus historias aparecen envueltos en una neblina de misterio que me llevan a reconocer nombres como el de Archimboldi y algunos títulos provocadores como Putas asesinas y otros tan poéticos como Estrella distante. Sé que es el creador de unos detectives un tanto salvajes y tiene una novela cuyo título es una cifra. Sé que murió en Barcelona, sé que nació en Chile y sé que voy a leer una novela que él mismo calificó de ‘endemoniada’.

la redacción empezó en la década de los ochenta

En enero de 2011, la editorial Anagrama

Después de leer el prólogo de Masoliver

y se mantuvo hasta la muerte del escritor en 2003. El autor habla de la obra en estos términos: "Desde hace años trabajo en una (novela) que se titula Los Sinsabores del Verdadero Policía y que es MI NOVELA. El protagonista es un viudo, 50 años, profesor universitario, (con una) hija de 17, que se va a vivir a Santa Teresa, ciudad cercana a la frontera con los USA. Ochocientas mil páginas, un enredo demencial que no hay quien lo entienda".

publica la recopilación de los materiales encon- Ródenas, estoy convencida de que voy a leer “una trados en el ordenador y en la mesa de trabajo de novela inacabada, pero no una novela incompleRoberto Bolaño, todos bajo la etiqueta de Los sin- ta, porque lo importante para su autor no ha sido sabores del verdadero policía, con la colaboración completarla sino desarrollarla.” Me creo que Bolade Carolina López, la viuda del autor. Toda la ño dejara todo el material listo para su ordenación 60 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

comunicarle la decisión de la universidad. A par-

La tercera parte está dedicada en su totali-

tir de este momento Amalfitano comienza a envi- dad a la vida de Rosa Amalfitano y así se titula. De ar solicitudes a todas las universidades en las que ella se cuenta cómo vivió en Santa Teresa; cómo había trabajado tiempo atrás, siendo la mayoría fue su educación marcada por la grave ausencia de ellas rechazadas. Finalmente, Horacio Guerra, de su madre que solía leerle poesía francesa antes catedrático de literatura y antiguo amigo suyo de acostarse y lloraba; cómo escribió cartas a Jordi acepta su solicitud y Amalfitano es requerido para Carrera que este no entendía porque sólo soñaba un puesto en la Universidad de Santa Teresa, en con grandes partidos de baloncesto; cómo fue a México. El profesor y su hija se despiden de los visitar la casa-museo del torero Celestino Arraya; amigos de la ciudad con quienes mantendrán con- cómo descubrió la homosexualidad de su padre y tacto epistolar durante toda la novela. Amalfitano lloró, soñó con su madre muerta y lloró más. le escribirá a Padilla y Rosa al hijo de los Carrera,

Se rompe el hilo narrativo con la parte dedi-

que se ha enamorado de ella. Llegan a México y se cada a J.M.G Arcimboldi, escritor francés traduestablecen en un pequeño piso. La primera carta cido por Amalfitano y a cuya novela, La rosa ilde Padilla llega en poco tiempo, le cuenta que ha imitada, debe el nombre de su hija. Resúmenes de empezado a escribir una novela, que llevará por sus novelas, de sus amistades, de sus enemistades título El dios de los homosexuales.

y de sus aficiones forman una parte prescindible

La segunda parte del libro es Amalfitano y que entorpece la lectura Padilla y en ella se narran las aventuras del pro-

La última parte es seguramente la más in-

fesor y su alumno antes del escándalo. También teresante. Titulada Asesinos de Sonora explica la www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 61


historia de Pancho Monje, hijo del linaje de las ga con la aparición de Elisa en la vida de Padilla:

novela que habría escrito el Dr. Victor Frankenstein cansa y del que todo surge; para dar forma, para

Expósito, todas ellas mujeres violadas, quien evita en sus cartas cuenta como en el hospital intentó

si hubiese hurgado en el cementerio de carpetas de crear vida, para crear una novela monstruosa lle-

el asesinato de la mujer de Gabriel Salazar matan- asfixiar a un hombre, no lo consiguió y entabló

Roberto Bolaño: basándose en los tres principios na de incoherencias y de informaciones inútiles,

do a los atacantes. Es detenido por Pedro Negrete, una sincera amistad con su hermana, también

aristotélicos, habría buscado un planteamiento, pero también de fragmentos maravillosos, de una

policía, hermano gemelo de Pablo, rector de la enferma de SIDA que le cuida y le persigue. Pa-

un nudo y un desenlace que habría engarzado prosa magistral y de historias portentosas dignas

universidad de Santa Teresa que pide un exhaus- dilla llegará a decir de ella que es la muerte: es la

con el hilo que teje la novela (la relación entre de uno de los mejores escritores del siglo XX.

tivo informe policial a su hermano sobre el nuevo muerte que no llega y también el fin de una novela

Amalfitano y Padilla) el hilo en el cual todo des-

profesor de filosofía, Amalfitano. Se da una nueva que no acaba. biografía del protagonista; ahora, contradiciendo

La verdad es que en una primera lectura

lo expuesto en la primera parte del libro, este es quedo atrapada en la maravilla del relato, de los requerido directamente por Isabel Aguilar, anti- cuentos, de unos personajes dibujados sólo a megua amiga que lo amó en silencio en su juventud dias, pero completos; me dejo llevar por unas hisy le ofrece ahora un puesto en el departamento de torias rocambolescas que me fascinan y me atraen filosofía -ya no de literatura- de la Universidad, y tengo la sensación de haber leído una gran obra. ella que ha estado en una exposición de Larry Y lo es. Pero vuelvo a ella después y entonces no Rivers con un texano, ella que no tuvo nunca su- me creo que Bolaño haya ordenado así el texto; erte con los hombres. Sigue la aventura epistolar no me creo que Bolaño tolerara que su personcon Joan Padilla, de Barcelona, que tiene el SIDA aje fuese dos; no me creo este título que sólo es y ha empezado a leer a Arcimboldi. Se cuentan atribuible a la última parte del libro y deduzco que extrañas muertes de muchachas jóvenes, en capí- esta novela no es una novela inacabada, ni tampotulos poco desarrollados. El final de la historia lle- co una novela incompleta. Imagino que esta es la

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i ma g e n del esc r i t o r r o be r t o b o la ñ o

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el resto de mundos que conforman el multiverso. Bolaño, su novela, sería ésta última y no, como

Tubo de ensayo Raúl del Valle

La visión de la realidad que se desprende de hasta ahora se había venido afirmando, 2666. esta teoría científica proporciona a la literatura La novela, publicada este mismo año a partir de una herramienta fértil desde el punto de vista una combinación de archivos digitales hallados narrativo: el sondeo cuántico de una determi- en el disco duro de su ordenador y mecanoscritos nada situación hipotética -¿el jardín de senderos hallados en sus carpetas, nos ofrece la posibilidad que se bifurcan?-. Pongamos, por ejemplo, que de reencontrarnos con personajes y fragmentos Roberto Bolaño, autor chileno de juventud mex- narrativos que ya conocemos porque aparecían icana afincado en Cataluña, fallece de una insu- en Los detectives salvajes, en algunos de los cuenficiencia hepática el 15 de julio de 2003 en Bar- tos de Bolaño y, sobre todo, en 2666. De hecho, celona, el verano en el que el infierno se instaló son tantos los puntos de contacto entre Los sinen esta orilla del Mediterráneo. Ahora hagamos sabores… y esta última novela que uno se prela prospección cuántica: ¿existe alguna posibili- gunta si no serán dos versiones inacabadas de dad de que esa misma semana salga ardiendo el una misma obra. Estrella de mar, camping de Castelldefells en el

El inacabamiento es una categoría que ad-

que Bolaño había trabajado de vigilante noctur- mite grados. Así, mientras que, como dijimos

E n El ascensor, de Robert Coover –relato

El sutil arte de amontonar carpetas tratase, el relato ejecuta lo que se podría llamar

emblemático de la postmodernidad literaria- una exploración cuántica del acontecimiento de asistimos a diferentes variaciones en torno a una coger Martin el ascensor, mostrándonos un abmínima célula narrativa: Martin coge el ascen- anico de las diferentes situaciones a las que ese sor para subir al piso catorce en el que trabaja. acontecimiento hubiera podido dar lugar. El cuento lo componen quince fragmentos sin

La mecánica cuántica nos dice que es el

mayor relación entre sí que el protagonista y el propio acto de medir el que configura el objeto espacio. Se puede rastrear algún indicio de trama medido –la mirada es un instrumento de me–el súbito romance en un ascensor que se desplo- dida-, que un instante antes de la medida todos ma; el camino hacia la humillación a través de la los resultados concebibles, incluso los más reatribución de flatulencias ajenas-, establecer una motos e improbables, coexisten en una madeja secuencia de fragmentos que, dejando fuera el de posibilidades, que obtener un resultado no es resto, dotaría a la narración de algún tipo de lógi- más que fijar una de esas posibilidades. En una ca, la convertiría en lo que desde siempre hemos de sus variantes más exóticas, la interpretación entendido que es un relato. Sin embargo, el cuen- de los múltiples mundos, la cuántica afirma que to es más que una narración oculta que el lector en realidad todos los posibles resultados alcandebiera hallar a base de desbrozar los fragmentos zan presencia ontológica, dando lugar cada uno sobrantes como si de una gincana semiótica se de ellos a un universo paralelo e inaccesible desde 64 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

no? Al parecer sí, porque es precisamente lo que antes, en 2666, la cohesión y coherencia interna ocurrió en este universo que habitamos.

de la obra permiten suponer que el autor esta-

Cuando murió se hallaba inmerso en la re- ba cerca de darla por terminada; en Los sinsabdacción de 2666, novela que se publicó un año ores… la impresión es más bien la de hallarse después de su muerte en el estado en el que él la ante un boceto, una primera tentativa posterihabía dejado. La obra está inacabada en el sen- ormente abandonada por su autor, el apéndice tido de que Bolaño aún estaba trabajando en ella, ideal para una edición crítica de 2666, un valioso y el lector incluso puede jugar a intentar adivinar documento para los enfermos de literatura. Ighasta dónde había

llegado el autor en su úl- nacio Echevarría, en un artículo publicado en El

tima corrección. Porque, una vez leída la obra, la cultural, sostiene que el material publicado bajo impresión es que, si acaso, le quedaban por pu- el título de Los sinsabores del verdadero policía lir cuestiones de estilo pero, como dice Ignacio constituye algo así como una vía muerta en el Echevarría en su Nota a la primera edición, “el camino que conduce de Los detectives salvajes a edificio entero de la novela, y no sólo sus cimien- 2666 y que, si bien en la obra pueden encontrarse tos, ya estaba levantado; sus contornos, sus di- alguna de las mejores páginas nunca escritas por mensiones, su contenido general no hubieran Bolaño, Los sinsabores… no es una novela. sido, en ningún caso, muy distintos de los que tiene finalmente”.

La manipulación genética tiene sus cosas, eso lo sabe cualquier aficionado a la ciencia ficción.

Ahora resulta, a tenor de lo dicho por Si fabricas X clones, un número indeterminado de Masoliver Ródenas en el prólogo a Los sinsabores ellos serán copias imperfectas del modelo que se del verdadero policía, que la obra más personal de pretendía clonar, con pequeñas y en ocasiones inwww.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011 65


deseables variaciones con respecto al prototipo. de literatura; mientras que el que aparece en la

sus clones.

En Alien: resurrection, cuarta entrega de la serie, quinta parte lo es de filosofía –igual que su tocayo

No deja de resultar sospechoso que una

la teniente Ripley es clonada para extraerle el al- de 2666-. En la primera parte a Amalfitano lo ex-

novela necesite del prólogo de uno de los críti-

ien que lleva en su interior en vistas a reproducir pulsan de la universidad porque se descubren

cos literarios más prestigiosos de este país para

en cautividad la especie alienígena. Quizá el mo- sus amoríos con un alumno y recala en Santa Te-

defender su condición genérica. Quizá el valor

mento más memorable del film sea la escena en resa después de haber enviado más de cincuenta

de Los sinsabores… haya que buscarlo más en

la que Ripley, que lleva un número 8 tatuado en currículos a otras tantas universidades sin recibir

su condición de obra inacabada que en su ad-

la muñeca, entra en un laboratorio donde están más respuesta que la de la Universidad de Santa

scripción a un género concreto –la novela en este

conservados en formol los clones defectuosos, Teresa. En la quinta, en cambio, se cuenta que,

caso-, más en lo que tiene de camino que en lo

antes de finalizar su primer año de docencia en

que tiene de meta, con sus imperfecciones y sus

No es raro ver a los personajes de Bolaño Barcelona, recibe una oferta de la Universidad de

excesos, un poco como en los esclavos inacaba-

pulular de novela en cuento y viceversa, a veces Santa Teresa –donde imparte clases una antigua

dos de Michelangelo, donde puede apreciarse de

con el mismo nombre -Arturo Belano, Ulises alumna suya- para incorporarse al departamento

forma más explícita que en sus obras terminadas,

Lima, Oscar y Rosa Amalfitano, Auxilio Lacou- de filosofía y Amalfitano decide aceptarla.

el trazo que deja el cincel al percutir en el már-

sus hermanos errados.

ture…-; otras con el nombre cambiado –el Ruiz

Igual resulta que Bolaño, en un juego post-

mol.

Tagle de Estrella distante se llama Ramírez Hof- moderno a lo Robert Coover, nos presenta dos

Claro, en realidad todo obedece a una

man en La literatura nazi en América; el Pancho de las probabilidades de un mismo personaje ha-

maniobra editorial que quizá económicamente

Monje de Los sinsabores… se llama Olegario Cura ciendo coincidir en una misma novela dos clones

sea legítima y uno no puede evitar preguntarse si

en 2666-. En ocasiones es el mismo personaje, en casi idénticos entre sí. O igual resulta que, más

publicarán algún día el historial médico de Rob-

otras es una versión diferente de ese mismo per- que ante una novela, nos hallamos ante un ejem-

erto Bolaño como un claro ejemplo de narración

sonaje, con variaciones biográficas más o menos plo del sutil arte de amontonar carpetas.

autoficcional en tercera persona.

relevantes. Así, por ejemplo, en 2666, a Amalfit-

Se podrá apelar a la poética de lo incom-

ano, profesor de filosofía en la UAB, su mujer le pleto que rige gran parte de la obra del autor abandona dejándole solo con su hija de pocos chileno, a la condición hirviente de una obra sin años para ir a visitar al poeta del manicomio de concluir. Podrán decir que la coherencia interMondragón –trasunto de Leopoldo María Pan- na de las novelas es un fenómeno opcional que ero-; en Los sinsabores…, en cambio, la esposa no tiene por qué ser constitutivo del género –el de Amalfitano, que aquí es profesor de literatura mismo Quijote está plagado de incoherencias-, en la UB, fallece de una enfermedad dejándole que al presentarnos dos versiones no del todo viudo.

coincidentes de un mismo personaje el autor

En lo que sí supone una novedad esta úl- está insertando el propio proceso creativo en la tima novela es en la introducción de dos de esas obra evidenciando así el carácter provisional de versiones de un mismo personaje en la misma la relación entre los significantes y los signifiobra, los dos Amalfitanos que conviven en sus cados. Podrán buscar, incluso, las huellas de El páginas, que comparten itinerario biográfico ascensor, de Coover, como hipotexto de Los sinpero con destacadas variaciones: el de la primera sabores…, o postular que Bolaño pretendía hacer parte de la novela es, como se dijo antes, profesor un homenaje a la teniente Ripley paseando entre 66 www.preferiríanohacerlo.tk Agosto 2011

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Por suerte lo hacen Masturbarse es hacer el amor con la persona a la que más quiere uno, decía Woody Allen. ¿Es el laberinto sólo una paja mental o la metáfora que articula la construcción del mundo en el que vivimos? ¿Qué hacer si resulta que en realidad no hay salida, que la esencia del laberinto está en esa promesa implícita de un centro que no existe, de un afuera que no es tal? Seguramente dejar de buscar la salida, escribir poemas en las paredes, dibujar ventanas, buscar un rincón en el que se esté a gusto y sentarse un rato. Como si Asterión, en uno de sus incontables paseos por el interior del laberinto, encontrara a un semejante y ya no tuviese que jugar a imaginarse un compañero de juegos, con la estúpida alegría de los tocayos que se reconocen como tales, así nos hemos sentido desde Preferiría no hacerlo al descubrir a Preferiría no hacerlo, programa de radio argentino donde Carlos y Diego Skliar –tío y sobrino ahogándose juntos-, poetas los dos, tejen trincheras de palabras en las que aguantar lo peor de la tormenta. Los Skliar ponen música, hablan de literatura, se ríen el uno del otro, leen sus Poemas pésimos, pérfidos, pútridos, prácticos, provisorios pero personalmente propios… Desde el humor y la autoironía, en una conversación apenas audible, apelando a la lúcida y descreída sonrisa del resistente al que se le han caído todas las banderas y que, sin embargo, mantiene el asta, ya sin tela, levantada ni que sea para descargarla sobre la cabeza del primer banquero o político o cualquier otro tipo de criminal que cruce por delante.

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