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Editorial
Un muro contra las mentiras
Así como hay un Banco Central de Reserva como muro de contención contra la inflación, así debería haber un muro que contenga la mentira constante que ha sido inoculada precisamente entre los más pobres, ocasionando odio a la capital del país, odio a la empresa y al sistema económico
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Culpar al centralismo y a la Constitución del descontento (es raro que ese descontento no se haya manifestado nunca durante el gobierno del fallido golpista Pedro Castillo) no tiene sentido cuando las cifras revelan que los flujos de dinero hacia las regiones, en algunos casos, aumentaron hasta 20 veces, pero no han dado resultados a un ritmo y calidad a la altura de la demanda de desarrollo Con mucho se ha hecho muy poco.
No hay resultados o si los hay están bien escondidos ¿Dónde están los responsables?Alcaldes, gobernadores regionales, gerentes de línea y expertos en gestión pública ¿dónde están? ¿Qué hicieron? ¿Las nuevas autoridades corregirán el desastre?
Complejizar las inversiones, aumentar trabas y requisitos a la medida del que financió la campaña es ahora una valla por la cual muchos proyectos han quedado a medio hacer y con deudas enormes.
Un ejemplo Un proyecto de gerberas africanas, unas flores muy cotizadas, fue impulsado y llevado a cabo por las autoridades de un lugar llamado Maranura, precisamente donde hoy ocurren las protestas de La Convención, Cusco Pese a que los agricultores, con dinero del canon, recibieron know how y tecnología moderna, y pese a que sus cosechas llegaron a competir con las de Ecuador, todo quedó en nada, como pasa con cientos de millonarios proyectos de sistemas de riego, abandonados porque los agricultores se aburrieron del campo o porque el “tomero” -el que abre la llave del agua- no apareció en plena sequía u otros factores.
Mientras en el mundo ahora se usan sistemas de riego repletos de sensores ordenando abrir o cerrar compuertas con energía solar, en Perú la última palabra la tiene la asamblea de usuarios, dejando fuera las ideas de hacer presas, medianas, chicas, grandes, o industrializar a escala el agro, claro está, con volúmenes productivos aceptables
Los 800 kilogramos de quinua que se logra en Puno, por más que se diga con orgullo que es de origen, no van a competir ni en precio ni flete con los 4 mil kilos producidos tecnológicamente en Majes o, peor, con los 5 mil deAndalucía China ha dicho que desplazará a Perú en el tema quinua muy pronto ¿Podemos ocultar esta verdad?
Culpables o inocentes, muchos funcionarios están pagando condenas por una firma indebida Si tienen miedo de aprobar un desembolso ¿Es posible la inversión en las regiones? ¿Pero qué los llevó a esta situación? la deshonestidad, la ignorancia profesional y el odio dirigencial que revoca una y otra vez a alcaldes dejando truncos sus avances
También es injusto decir que no se ha invertido nada, Perú está mucho mejor que hace 20 años, con cerca de cien mil kilómetros de carreteras, puentes, badenes, además de colegios y un nada desdeñable incremento del consumo hasta en los más remotos poblados Es menos porcentaje que el de Chile, que no tiene amazonía, oArgentina, que carece de nuestra difícil orografía. Pero mal han hecho las autoridades del sector rural en propagandizar la fiesta antes que sus logros, creando la sensación de no hacer nada, permitiendo la caricaturización de los que sí han logrado mejoras
El mundo ha crecido a 1,000 por hora, el interior del Perú no, sigue pensando en un PacoYunque inexistente, salvo el que llevan a la marcha y llora ante el tribunal de lo real
Frente a su fracaso, lo más fácil es sumarse a la protesta que dirige los reclamos contra Lima mientras el cortoplacismo vándalo estrangula al Perú, un acoso preparado y copiado de El Estado y la Revolución, de Lenin En otros lados las start-ups médicas, o empresas de terapia celular y génica en particular despiertan el interés de los inversores, a donde terminarán muchos de los profesionales peruanos, como pasó en los tiempos de Velasco, cuando se quedaron con tierra pero sin conocimiento, y los técnicos de las industrias expropiadas, por ejemplo de las azucareras, se fueron a Brasil donde su saber si fue aprovechado convirtiendo al gigante vecino, y no a Perú, en el rey de la caña y el etanol