Para entender - El Infonavit

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Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores

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Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad del autor y no representan necesariamente la ideología de la editorial.

Para entender El Infonavit / Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores Jesús Silva-Herzog F.

Segunda edición: Nostra Ediciones, 2014 D. R. © 2014, Nostra Ediciones, S. A. de C. V. Avenida Insurgentes Sur 2047 Edificio B, Col. San Ángel, 01000, México, D. F. Textos © Jesús Silva-Herzog F. ISBN: 978-607-7603-85-6 Impreso en México Prohibida su reproducción por cualquier medio mecánico o electrónico existente o por existir sin la autorización escrita del editor o titular de los derechos.

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Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores

Jesús Silva-Herzog F.

cultura política y economía

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Índice 1. Agradecimientos

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2. Palabras preliminares

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3. Los orígenes

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4. Los órganos de gobierno

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5. El marco jurídico

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6. La estructura administrativa

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7. Los primeros pasos y los que siguieron. Cinco etapas de evolución

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8. El Infonavit: organismo financiero o constructor

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9. Los ingresos del instituto

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10. Los egresos del instituto

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11. El conflicto con el movimiento obrero

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12. La autonomía del instituto: un debate siempre abierto

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13. Algunas innovaciones recientes 13.1 Garantía Infonavit 13.2 Certificados de Vivienda (Cedevis) 13.3 Cofinanciamiento (Cofinavit) 13.4 Vivienda económica

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14. Los desarrolladores inmobiliarios

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15. Plan de labores y de financiamientos 2014-2018

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16. Las últimas reformas legales

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17. El grupo de fundadores

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18. Anexos 18.1 Infonavit. Indicadores básicos (2013) 18.2 Directores generales del Infonavit 18.3 Créditos ejercidos (1972 - 2013)

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19. Glosario

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20. Bibliografía

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1. Agradecimientos

Agradezco, en primer lugar, a Nostra Ediciones por su invitación a escribir este libro. Ha sido una experiencia muy estimulante tra­ tar de entender el cambio profundo que ha sufrido el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) a lo largo de sus primeros 41 años, pues hoy es una entidad total­ mente diferente a lo que fue en sus inicios. En la actualidad se ha convertido en una gran hipotecaria, un tanto fría, que cumple con eficiencia sus objetivos esenciales: otorgar crédito y cuidar la cuenta de vivienda de los trabajadores. En apariencia se ha sepa­ rado de su función social; sin embargo, en el fondo, ha logrado mejorar el bienestar de millones de mexicanos, en un número difícil de imaginar hace apenas unos años. En segundo lugar, quiero brindar mi agradecimiento más cordial a todos los que me permitieron hacer este recorrido. A Alejandro Murat Hinojosa, el actual director general, quien me abrió las puertas de la institución con generosidad y sin reparo alguno, así como a sus altos funcionarios. Muchos otros, del sector público y privado, me ayudaron de diversas maneras. A todos ellos, mi aprecio cordial. Las páginas siguientes las dedico a todos aquellos que contribu­ yeron a poner los cimientos de una gran institución de la república. A los que siguieron, en los años más recientes, mi reconocimiento porque lo han hecho mejor.

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2. Palabras preliminares

El 1 de mayo de 1972, la Asamblea General del Infonavit, a pro­ puesta del presidente de la república, Luis Echeverría, me designó director general de la nueva institución. Tenía 37 años. Era un reto formidable. Ayudar a crear una nueva institución de la república. Empezar de cero. Todo estaba por hacer. Quienes laboramos en ese primer tramo lo hicimos con emo­ ción patriótica, entrega y honradez. Lo hicimos, utilizando una frase de mi padre, “con un profundo interés desinteresado”, cons­ cientes de la enorme responsabilidad que teníamos para poner los cimientos de una institución de bien para el bien de los mexicanos. Había que hacerlo con la dureza del concreto y la transparencia del cristal. Después de más de 40 años de servicio público y de haber ocu­ pado posiciones relevantes en la vida del país, me gusta afirmar que aquella experiencia en el Infonavit ha sido, con sus logros y descalabros, la más enriquecedora de toda mi vida profesional. Estoy seguro que este sentimiento es compartido por muchos de los que iniciamos aquellas primeras tareas. Mi reconocimiento a aquel grupo de fundadores que supo estar a la altura de una res­ ponsabilidad frente al país. Hoy en día, el Infonavit —la última gran institución de servi­ cio social creada en México— es una entidad consolidada que, a lo largo de los años, ha podido mejorar las condiciones de vida de millones de mexicanos. Decía Federico García Lorca: “yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa”. Ahora muchos mexicanos pueden decir: “yo ya soy yo, y mi casa es ya mi casa”.

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Balance de la historia institucional

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3. Los orígenes

La Constitución de 1917 consagró el derecho de los trabajado­ res a una vivienda digna. El artículo 123 estableció: “los patrones estarán obligados a proporcionar a los trabajadores habitaciones cómodas e higiénicas”. Este mismo precepto quedó incorporado en la Ley Federal del Trabajo. Sin embargo, se quedó en letra muerta. Esfuerzos aislados de algunas empresas, créditos hipotecarios de la Dirección de Pensiones Civiles —antecedente del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (issste)—, algunas acciones modestas del Instituto Nacional de la Vivienda y algunos conjuntos habitacionales apoyados por el Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) y, sobre todo, por el programa financiero del Fondo de Operación y Descuento Bancario a la Vivienda (Fovi), fideicomiso del Banco de México, fueron las únicas acciones que se hicieron en materia habitacional a lo largo de muchas décadas; todos ellos, esfuerzos claramente insuficientes puesto que el déficit de vivienda se agra­ vaba de manera permanente y el derecho obrero a la vivienda aún era una simple aspiración. En mayo de 1971, el presidente Luis Echeverría estableció la Comisión Nacional Tripartita, formada, en partes iguales, por representantes del sector obrero, empresarial y del gobierno, con el objetivo de analizar y sugerir soluciones a problemas fundamen­ tales del país (inversiones para el empleo, productividad, capaci­ tación, exportaciones y vivienda popular, entre otros). Durante meses se trabajó afanosamente en las distintas mesas de trabajo. La que produjo resultados concretos fue la de vivienda. Después de largas negociaciones se delineó una fórmula para hacer realidad una vieja aspiración de la clase trabajadora. El autor de dicha fórmula, aprobada por todos los sectores, fue Ernesto Fernández Hurtado, director del Banco de México, y en ella esta­ blecía que la obligación de proporcionar vivienda a los trabajadores se cumpliría:

Derecho a la vivienda

Antecedentes y fundación del Infonavit

Mediante las aportaciones que las empresas hagan a un Fondo Nacional de la Vivienda, a fin de constituir depósitos a favor

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de sus trabajadores y establecer un sistema de financiamiento que permita otorgar a éstos crédito barato y suficiente para que adquieran en propiedad estas habitaciones. 1972: Ley Infonavit

Misión y atribuciones del Instituto

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Como consecuencia, se modificaron la Constitución y la Ley Federal del Trabajo, y se expidió la Ley del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Ley Infonavit), publi­ cada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de abril de 1972, que le daría vida al instituto. Desde entonces, quedó establecido que el objetivo esencial de esta entidad sería administrar los recursos del Fondo Nacional de Vivienda; es decir, las aportaciones de 5 por ciento del salario que pagan las empresas a sus trabajadores en una cuenta indivi­ dual, y conceder crédito barato y suficiente para la vivienda. Asimismo, el Infonavit quedó constituido como un organismo descentralizado de servicio social, con carácter eminentemente financiero y habitacional, y con facultades para operar como organismo fiscal autónomo; es decir, con capacidad para recau­ dar directamente las aportaciones patronales establecidas en la ley. Además, por su administración, fue definido como una institución tripartita, toda vez que sus órganos de administración, operación y vigilancia se integran con representantes del gobierno federal y de los sectores obrero y empresarial.

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4. Los órganos de gobierno

El origen tripartita del Infonavit se trasladó, de manera directa, a sus órganos de gobierno: la Asamblea General, el Consejo de Adminis­ tración, la Comisión de Vigilancia y la Comisión de Inconformidades y Valuación. Un director general —representante legal del insti­ tuto— y dos directores sectoriales —uno representante del sector de los trabajadores y otro del empresarial—. Desde el inicio se pre­ vió, además, establecer comisiones consultivas regionales con una composición también tripartita. La Asamblea General es la autoridad suprema del instituto y se integra en forma tripartita por 45 miembros y sus suplentes. Sus funciones principales son aprobar el presupuesto de ingresos y gastos y el programa de labores, así como, en su caso, los estados financieros y el informe de actividades de la institución. El Consejo de Administración se integra por 15 miembros desig­ nados por la Asamblea General: cinco propuestos por el gobierno federal, cinco por el sector obrero y cinco por el empresarial. El Consejo tiene como responsabilidad fundamental la marcha coti­ diana de la institución. La Comisión de Vigilancia está integrada por nueve miembros, también designados por la Asamblea General en forma tripartita. Su función esencial es asegurar el buen manejo de los recursos del organismo y actuar como auditoría interna. La Comisión de Inconformidades y Valuación se integra en forma tripartita, con un miembro de cada sector, y actúa como buen componedor ante controversias en materia habitacional entre los patrones y sus trabajadores. Además, en reformas recientes, se establecieron el Comité de Auditoría y el Comité de Transparencia y Acceso a la Información, integrados igualmente en forma tripartita con las funciones y res­ ponsabilidades señaladas en la propia ley. Las comisiones consultivas regionales, integradas también en forma tripartita, actúan como órganos de consulta a la dirección general en sus respectivas áreas geográficas, al incorporar una visión local en materia de proyectos habitacionales.

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Estructura tripartita

Decisiones ejecutivas

Decisiones administrativas

Manejo de recursos

Arbitraje

Auditoria y transparencia

Representación regional

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5. El marco jurídico

La Ley Infonavit fue publicada en el Diario Oficial de la Federación el 24 de abril de 1972. En ella se establecieron como objetivos administrar los recursos del Fondo Nacional de la Vivienda y con­ ceder créditos baratos y suficientes a los trabajadores para:

Crédito para la vivienda

1) Adquirir en propiedad habitaciones cómodas e higiénicas. 2) La construcción, reparación, ampliación o mejoramiento de sus habitaciones. 3) El pago de pasivos contraídos por los conceptos anteriores. La propia ley estableció como órganos del instituto a: la Asamblea General, el Consejo de Administración, la Comisión de Vigilancia, la Comisión de Inconformidades, las comisiones consultivas regionales, el director general y las dos direcciones sectoriales. Recientemente, como ya se mencionó, se crearon también el Comité de Auditoría y el Comité de Transparencia y Acceso a la Información. En los primeros artículos de la ley se dispuso la integración, atribuciones y facultades de cada uno de los órganos de gobierno, siempre con una integración tripartita. Asimismo, quedó establecido que los patrones de todo el país, independientemente de su tamaño, estarían obligados a hacer una aportación de 5 por ciento sobre el salario de sus trabajadores, y a hacer el depósito para su abono en la subcuenta individual de vivienda prevista en los sistemas de ahorro para el retiro, mismas que serían administradas por el instituto a través de la cuenta individual de cada trabajador —hay que recor­ dar que las Afores (Administradoras de Fondos para el Retiro) no existían en 1972. Con el correr de los años se ha fortalecido el carácter del ins­ tituto como organismo fiscal autónomo, con todas las facultades previstas en la ley. Asimismo, también se ha hecho más estrecha la coordinación con el Instituto Mexicano del Seguro Social (imss); esto es, en materia de registro, información y acciones conjuntas frente a los patrones. En 1992, con la señalada reforma a la Ley del Infonavit, se registró un avance importante para la institución al prohibir, casi

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Obligaciones patronales

Fiscalización

Reforma de 1992

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-Inflación y descapitalización

-Distribución de recursos y créditos

-Carácter financiero

-Unidades habitacionales

-Ejes de vivienda, entorno y comunidad

Acciones del eje de comunidad

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totalmente, las promociones externas (desarrollos de conjuntos habitacionales promovidos por los sectores obrero o empresarial) financiadas con recursos de la institución, al fortalecer su carácter financiero, no constructor, y al establecer el derecho del trabajador de elegir la vivienda a la que se aplicará el importe del crédito, misma que podrá o no ser parte de conjuntos habitacionales financiados con recursos del Infonavit. Para hacer frente a los problemas derivados de la inflación y evitar la descapitalización del instituto —como sucedió en sus eta­ pas iniciales—, la ley vigente permite revisar el saldo de los créditos a los trabajadores y ajustarlos con el aumento de los salarios míni­ mos. De igual manera, faculta al instituto para otorgar crédito a los trabajadores en cofinanciamiento con entidades financieras, lo que permite aumentar el monto destinado a la adquisición de una mejor vivienda. La ley vigente contempla diversos criterios para la distribución regional de los recursos y faculta al Consejo de Administración para expedir las reglas para el otorgamiento de créditos, al tomar en cuenta varios elementos que conforman la necesidad de vivienda y la capacidad de pago del trabajador. En 1992, veinte años después de su inicio, se enfatizó, como ya se dijo, el carácter eminentemente financiero del Infonavit y se intro­ dujo una prohibición fundamental: quedarían exentos de financia­ miento del instituto los miembros del Consejo de Administración y los trabajadores del mismo. En etapas anteriores, la falta de esta prohibición dio lugar a enormes abusos y corruptelas. De manera semejante, la ley actual prohíbe al instituto interve­ nir en la administración, operación o mantenimiento de conjuntos habitacionales, lo cual, por cierto, ha conducido a la ausencia de una cultura vecinal y al deterioro de algunos de esos conjuntos. En este sentido, y derivado de la creación de la Subdirección General de Sustentabilidad Social, hoy Subdirección General de Sustentabilidad y Técnica, se integraron los ejes de vivienda, entorno y comunidad. En el eje de comunidad se crearon diver­ sos programas dirigidos a revertir esta falta de cohesión social, así como a desarrollar iniciativas encaminadas a prevenir el deterioro de los conjuntos habitacionales y así garantizar un incremento en el valor patrimonial de los trabajadores. Entre algunas de estas accio­ nes destacan: 1. La creación de la cultura vecinal, para impulsar el estándar de competencia del promotor vecinal en unidades habita­

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El marco jurídico

cionales, cuyo objetivo es apoyar a la comunidad para que identifiquen sus problemas, priorizarlos y generar solucio­ nes, así como crear valores entre ellos, como respeto, nego­ ciación, trabajo en equipo, tolerancia, etcétera. 2. La creación del Producto de Hipoteca con Servicios cuyo objetivo es cobrar de forma voluntaria al acreditado, las cuotas de mantenimiento o predial, para ayudar a mantener en buen estado las áreas comunes y ofrecer mejores servi­ cios públicos. Por otra parte, la ley plantea una mayor coordinación, super­ visión y vigilancia por parte de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (shcp) y la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (cnbv). Desde su publicación original, la Ley del Infonavit ha sido reformada y adicionada más de 12 ocasiones, algunas con cambios menores. Sin embargo, cabe destacar las realizadas el 24 de febrero de 1992, el 6 de enero de 1997 y el 1 de junio de 2005. Con las reformas y adiciones de 1992 se fortaleció el carácter eminentemente financiero de la institución y se adecuaron sus res­ ponsabilidades al entorno por el que atravesaba la economía nacio­ nal, marcada en aquellos años por fuertes presiones inflacionarias que ponían en riesgo el propio patrimonio de la institución. En 1997 se hizo más claro el carácter de órgano fiscal autónomo y se le otorgaron mayores facultades para cumplir de mejor manera con sus responsabilidades. Finalmente, con las reformas y adiciones de 2005 se buscó mejorar el prestigio de la institución, al dar mayor transparencia y rendición de cuentas a los trabajadores, patrones y a la sociedad en general. A partir de 2006 continuaron las adiciones a la reforma, entre las que destacan la instrumentación del seguro de protección de pagos y el club de recompensas que mejora la recaudación ins­ titucional en 2006 y el inicio de las hipotecas verdes en 2007, con el cual se entregaban montos adicionales para instalaciones y accesorios ahorradores de agua, luz y gas. En 2008, la Asamblea General aprobó tres líneas estratégicas: mejores viviendas, mejores entornos urbanos y mejores comunidades. En 2009 se crea la figura de los Cedevis (Certificados de Vivienda) a cuyos rendimientos tienen la posibilidad de acceder tanto las per­ sonas físicas como morales. En 2010, se implementa el programa Infonavit para todos. En esta misma dinámica de trabajo, 2011 es un año muy productivo; se crea la fundación Hogares para apo­ yar y promover soluciones de vivienda, se inicia la devolución del

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-Supervisión

Otras reformas

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saldo de la subcuenta de vivienda 97 a pensionados y se pone en marcha el programa Renueva tu hogar, cuyo nombre se modificó por Mejora tu casa en 2013; en este último año también se lanzó el producto Segundo crédito. Por supuesto, el marco institucional abordado en este capítulo se complementa con un número considerable de reglas de operación, reglamentos, manuales de procedimiento, disposiciones, etcétera, que sería exhaustivo enumerar. Es un entramado complejo, como compleja es la responsabilidad del instituto.

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6. La estructura administrativa

Como todas las entidades vivas, la estructura administrativa del Infonavit ha sufrido diversos cambios a lo largo de los años. En su etapa inicial, además de la dirección general y las dos direcciones sectoriales, el instituto contaba con tres subdirecciones: técnica, financiera y jurídica, y una coordinación regional. Cada una de las subdirecciones contaba con varios departamentos, como se señala a continuación:

Subdirecciones originales

- Subdirección técnica: desarrollo urbano y vivienda; bienes raíces, avalúos y reserva territorial; investigación y documen­ tación técnica; construcción, promoción social y promoción industrial. - Subdirección financiera: contraloría, tesorería general, actuaría; evaluación financiera, estudios económicos y sociales, cómputo electrónico, aportaciones, crédito y administración. - Subdirección jurídica: contratos, procesos legales y orienta­ ción y servicios jurídicos. Asimismo, se establecieron delegaciones regionales que se con­ vertirían al paso del tiempo en delegaciones estatales. A lo largo de sus más de cuatro décadas de existencia y a través de sucesivas administraciones, algunas muy breves, se provocaron modificaciones importantes en la forma de manejar la institución, reflejo claro de los cambios en sus objetivos esenciales y también de nuevas necesidades institucionales. A partir de 2009, la estructura administrativa del instituto cambió a una segmentación por unida­ des de solución para permitir mayor funcionalidad. En la figura 1 se presenta la estructura administrativa, aprobada en enero de 2009, que sustituyó a la de abril de 2008. A la dirección general y a las dos direcciones sectoriales, se suman las siguientes subdirecciones generales con sus respectivos departamentos: administración de personal; canales de servicio; planeación y finanzas; recaudación fiscal; crédito; administración de cartera; tecnologías; sustentabilidad y técnica; secretaría general y de asuntos jurídicos; y la subdirección general de delegaciones.

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Subdirecciones actuales

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Diferencias entre ambas estructuras

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Además, según la dirección general se encuentran una coordina­ ción general de asesoría y otra más de comunicación y apoyo. Dentro del organigrama, pero de manera independiente, labora la Coordinación de Auditoría Interna. La simple comparación de la estructura original y la actual refleja con toda claridad el profundo cambio que ha tenido la ins­ titución a lo largo de su vida. Es digno de señalarse cómo en la estructura actual desaparecen todos los ámbitos relacionados con la construcción de vivienda y cómo el énfasis se coloca en los dos objetivos centrales de la insti­ tución: otorgar crédito y proteger la cuenta individual de vivienda de los trabajadores. Cabe resaltar que en los escritos de la institución se habla menos de trabajadores y más de derechohabientes. Es un cambio sutil, pero importante, en el que el derecho del trabajador a la vivienda se con­ vierte, en alguna medida, en posible acreditado de los beneficios de la institución. Asimismo, en los cambios más recientes, destaca el retorno a las cuestiones sociales, proporcionando elementos de promoción para mejorar la convivencia vecinal y la adaptación a un nuevo entorno habitacional, presentes en la etapa inicial, pero relegadas en años posteriores.

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La estructura administrativa

Figura 1. Organigrama del Infonavit 2013

Sebastián Bernabé Fernández Cortina

Alejandro Murat Hinojosa

Abelardo Carrillo Zavala

Dirección Sectorial Empresarial

Dirección General

Dirección Sectorial de los Trabajadores

Rafael Riva Palacio Pontones Sindicato

Donato Augusto Casas Escamilla

Gustavo Reséndiz Serrano

Vicente Mendoza Téllez Girón

Fernando Diarte Martínez

Subdirección General de Administración de Personas

Dirección General de Canales de Servicio

Subdirección General de Planeación y Finanzas

Subdirección General de Recaudación Fiscal

Jorge Gallardo Casas

Juan Cristóbal Gil Ramírez

Luis Gonzaga Sarabia Ramírez

Carlos Zedillo Velasco

Subdirección General de Crédito

Subdirección General de Administración de Cartera

Subdirección General de Tecnologías

Subdirección General de Sustentabilidad y Técnica

Octavio Tinajero Zenil

Alejandro Lozano Botello

Alberto Islas Torres

Alberto Manuel Walker López

Subdirección General Jurídica

Secretaría General

Contraloría Interna

Subdirección General de Delegaciones

Alfonso Martínez Córdoba

Luis Rodolfo Argüelles Rabell

Coordinación General de Comunicación y Apoyo

Coordinación General de Asesores

32 Delegaciones regionales

Fuente: Infonavit

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7. Los primeros pasos y los que siguieron. Cinco etapas de evolución

El nacimiento del Infonavit se estableció el 1 de mayo de 1972, en coincidencia con la celebración del día del trabajo. Así sucedió. Unos días antes, el presidente Echeverría y el secretario de Hacienda, Hugo B. Margain, me comunicaron su decisión de pro­ ponerme ante la Asamblea General como director general de la nueva institución. Era un reto enorme, que acepté con entusiasmo y agradecimiento. Apenas hubo tiempo para preparar el discurso inaugural. La Asamblea General constitutiva se reunió en la fecha señalada en un edificio que el Presidente había alquilado y amueblado unos días antes en Reforma 231. El discurso fue bueno, pero demasiado largo. En aquella ocasión, señalé —como posteriormente lo dije en mi libro A la distancia… recuerdos y testimonios—, entre otras cosas, que el instituto, a pesar de ser el instrumento más poderoso […], no puede constituir la solución del problema de la vivienda en México […], que no se trata de ninguna panacea pero que su labor tendrá enormes beneficios para el país, sobre todo porque será un generador de empleos: “No debe olvidarse que uno de los medios más eficaces para redistribuir el ingreso es elevar los coeficientes de ocupación”. En aquel discurso hice un llamado a los jóvenes pro­ fesionistas mexicanos para incorporarse a las labores del instituto “sin mayor requisito que su capacidad técnica y su deseo de servir al país por encima de intereses particulares”. Asimismo, compro­ metí la acción del instituto para estimular los recursos humanos y técnicos de las diversas localidades del país. Resalté el carácter solidario de la institución, su función esencial de servicio social y su enorme capacidad para avanzar en la atención al problema de la vivienda en el país. El anuncio mismo de la creación del Infonavit dio lugar a muchas especulaciones, entre las que destacan las que subrayaban el enorme potencial de sus recursos financieros, procedentes, prin­ cipalmente, de 5 por ciento de la nómina de todos los trabajadores mexicanos que aportarían sus patrones.

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Objetivos y condiciones iniciales

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Recursos humanos

Sin más instrumentos que la ley, y sin recursos, se empezó a trabajar el 2 de mayo de 1972. Todo estaba por hacer. No había papel ni lápices. Hacienda nos facilitó los primeros implementos. Poco a poco se formó el equipo. En unos meses se conformó un grupo de trabajo multidisciplinario —abogados, economistas, arquitectos, ingenieros, sociólogos, urbanistas, actuarios—, en el que prevalecía la gente joven. La edad promedio era de menos de 30 años y para un buen número era su primera experiencia laboral. Las condiciones de trabajo eran inmejorables. Las establecimos a imagen y semejanza de las del Banco de México, las mejores en el país —con buenos salarios, prestación de servicios médicos, servicio de comedor, etcétera—. Años más tarde, eso no fue suficiente para impedir problemas obrero-patronales, impulsados por agitadores incrustados en el sindicato de la institución. Afortunadamente ese problema se superó hace tiempo y hoy existe un clima cordial y de amplia colaboración con los trabajadores del instituto. Como dijo con complacencia Rafael Riva Palacio, el secretario general fundador del sindicato, en una entrevista realizada el 24 de abril de 2009: “hoy, la administración, administra el instituto y el sindicato se ocupa del sindicato”. Había que construir todo el andamiaje institucional —reglamen­ tos, instructivos, formatos, manuales, reglas de operación, normas, etcétera— antes de dar los primeros pasos. Todo estaba por hacer. El nombre mismo de la institución era demasiado largo. Había que buscarle algo más sencillo. Después de varias propuestas, se esco­ gió el de Infonavit, con acento en la vivienda. Algo semejante sucedió con el logotipo que también ha perdurado a lo largo de los años. Fue necesario llevar a cabo un intenso programa de difusión en todo el país para dar a conocer las características principales de la nueva institución. Además, el instituto nació con una expectativa exagerada y equivocada. En todos los tonos y por todas las voces se anunció que el instituto haría 100 000 casas en su primer año. Lo dijo el presidente de la república y el secretario de hacienda y la prensa lo recogió y difundió con gran amplitud. La cifra se obtuvo de dividir 5 000 millones de pesos que el instituto recibiría el primer año y un costo promedio de la vivienda de 50 000 pesos. Ninguna de las dos cifras era correcta. El gobierno federal había ofrecido un capital semilla de 2 000 millones de pesos, que junto con las aportaciones estimadas de 5 por ciento de los trabajadores sumaban 5 000 millo­ nes de pesos. La shcp sólo aportó 200 millones. El costo promedio de una vivienda para entonces era superior a 50 000 pesos. Además

Las condiciones laborales

Construcción de la identidad institucional

Capital semilla

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