La Gran Promesa a Santa Margarita Mª Alacoque by Noticias Cristianas

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La Gran Promesa a Santa Margarita Margarita MarĂa para salvarte

“Los abundantes frutos espirituales que ha producido la devoción al Corazón de Jesús, son bien reconocidos. Expresándose sobre todo mediante la práctica de la hora santa, de la confesión y comunión en los primeros viernes de mes, ella ha contribuido a incitar a generaciones de cristianos a orar más y a participar más frecuentemente de la Penitencia y de la Eucaristía. Se trata de caminos que es de desear se propaguen también a los fieles” (San Juan Pablo II)

¡Cuán bello es creer en la Gran Promesa! y descubrir la infinita misericordia del Corazón de Jesús. Por la gracia de un milagro una mujer ciega recuperó la vista en una visita a unas majestuosas cataratas y, ante el esplendor de tanta belleza, lo primero que exclamó fue: “¡Cuán bello es ver!” Nosotros podemos decir: ¡Cuán bello es ver el Corazón de Jesús, órgano principal de su naturaleza humana, que es signo natural de su amor infinito a sus hermanos y les ha dado la Gran Promesa! No hay práctica ni devoción piadosa que prometa al cristiano una gracia tan grande. “Tengo la promesa del Sagrado Corazón”, puede decirse el verdadero devoto de los nueve primeros viernes. “No moriré impenitente ni en desgracia de Dios”. Con esta esperanza el alma se anima para seguir sirviendo al Señor, admirar la misericordia del Corazón divino y alabar su inefable amor. El amor de Dios a los hombres es inconmensurable, infinito, incomprensible.

La Gran Promesa “Yo te prometo, en la excesiva mi-

sericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos los que comulguen nueve primeros Viernes de mes consecutivos la gracia de la perseverancia final; no morirán sin mi Gracia, ni sin recibir los sacramentos, sirviéndoles mi Corazón de asilo seguro en aquella última hora”. Es un privilegio completamente extraordinario y fuera de la economía general y ordinaria de la Iglesia. (Mi madre me enseñó a confiar en la Gran Promesa. Hice los primeros viernes cuando tenía siete años. Conservo el recordatorio. Luego los he hecho otras veces, pero aquellos primeros que mi madre me sugirió quedaron imborrables en mi alma... y me salvaron de

los innumerables peligros de mi vida desastrada hasta devolverme a la Casa del Padre.) Al hacer Jesucristo esta exorbitante PROMESA interpone su misericordia elevada a una potencia excesiva, sin medida. El gran abismo que hay entre la condición que exige y el bien que promete lo salva el amor omnipotente del Corazón de Jesús. Es como si dijera: “Mi Amor lo puede todo; puedo dar la salvación a cambio de tan pequeño sacrificio: comulgar nueve primeros viernes de mes seguidos”.

Las condiciones de la Gran Promesa son: Hemos de comulgar nueve veces, en nueve primeros viernes de mes, y estos primeros viernes han de ser seguidos. Hemos de hacer estas comuniones en gracia y con intención de alcanzar la perseverancia, y sin que vicie esta obra de piedad y religión ninguna intención perversa: o sea han de hacerse para honrar al Sagrado Corazón, y conseguir la gracia de la Gran Promesa.

¿Por qué Jesucristo ha preferido el viernes? El viernes nos trae a la memoria el gran combate y la gran victoria y el gran sacrificio del Redentor. En viernes se dejó taladrar los pies y las manos y dejó abrirse el Corazón para darnos en Él lugar de refugio. El viernes es el día en que, desde lo alto de la Cruz, hizo Jesús su testamento, y en este testamento nos legó por madre a María, y la Sangre de su Corazón por rescate. Y así en viernes se complace Jesús en abrir el tesoro de sus gracias y de sus favores más preciosos a cuantos a Él le honren con cultos especiales. Viernes es, pues, el día escogido por Jesucristo para fiesta de su Sagrado Corazón y expresa y formalmente para este día ha prometido derramar con abundancia los influjos de su Divino Corazón. (Dufau) Las comuniones de la novena han de hacerse en estado de gracia; no solo porque toda comunión sacrílega no es comunión, sino, además, porque estas comuniones se hacen para honrar al Sagrado Corazón y desagraviarle. Está muy lejos de conseguir esto quien

comulgando indignamente y en pecado mortal, le infiere nueva y grandísima ofensa. Es muy recomendable la previa confesión.

Puede que en el transcurso de estos nueve meses un alma peque mortalmente. Basta ponerse en gracia para las siguientes comuniones. Para obtener la Gran Promesa no se exigen oraciones especiales. Jesús quiere la salvación del que la haga. Corazón manso y humilde de Jesús, ¡cuán fácil pone la salvación para sus hermanos!

Promesa universal. Para todos, pobres y ricos, mujeres y hombres, ancianos y niños, pecadores y justos, todos, absolutamente todos cuantos tengan alma que salvar, infierno de que librarse y cielo que alcanzar.

Con certeza moral. Promete la gracia de la penitencia final. No morir en desgracia de su Corazón. No morir sin recibir los sacramentos. Y ser su Corazón refugio seguro en la hora de la muerte. ¿Por qué extrañar que Dios nos dé tanto? ¿No es más que se dé Él mismo en el sacrificio de la cruz y en la Eucaristía? ¡No acabamos de conocer el Corazón de Dios, Padre nuestro! (J. L. Urrutia) Con la Gran Promesa no termina el esfuerzo del Amor Misericordioso del Corazón de Jesús. El amor exige unión con el ser amado. Por esto, cuando mi hijo Rubén, considerándose pecador pero seguro del Amor Divino de su Gran Promesa, me dice que “él cerrará la puerta del Purgatorio”, yo le contesto que el Corazón de Jesús AMA TANTO QUE ESPERA IMPACIENTE la necesaria purificación del Purgatorio y su santa impaciencia se traduce en abreviar el tiempo para unirse para siempre al alma a Él consagrada.

Lo que el Corazón de Jesús no promete. No se nos promete en la Gran Promesa que ya no volveremos a pecar. Solo asegura la penitencia final. Asegura el fin, pero el camino puede estar lleno de espinas y dolores. ¿Qué son los sufrimientos de la Tierra y del Purgatorio si, por la misericordia divina, sabemos que un día nos uniremos a Dios y a la Virgen por toda la eternidad? Se nos asegura que, si por desgracia caemos en el pecado, recobraremos la gracia en el tribunal de Jesucristo. Sabemos que hay algunas “reservas” acerca de esta Gran Promesa, porque se dice que nadie tiene asegurada la salvación. Pero esta Promesa es real y hay muchos testimonios de personas que en su niñez o juventud han hecho los Nueve Primeros Viernes de mes y después, con el paso del tiempo, se han alejado del Señor-y este es el caso del autor de este folleto-, pero como el Señor es infinitamente misericordioso y no olvida sus promesas, estas personas al final de sus vidas, de manera sorprendente, han alcanzado la gracia de la conversión y del arrepentimiento, han podido recibir los sacramentos y morir en paz.

¿Por qué la obra de misericordia que el cristiano anhela practicar no empieza por la difusión de la Gran Promesa? El Corazón de Jesús es sincero. Bueno es cubrir las necesidades materiales del hombre pero mejor es ayudar al Señor en la salvación de las almas. Y si nos ha dado un medio tan fácil, ¿por qué lo callamos? Jesucristo la hizo para que se divulgase. Lo que reveló a santa Margarita en el retiro de Paray era para que lo transmitiera a toda la Iglesia por medio de los legítimos Pastores. Ocultarla por miedo a abusos e inconvenientes es temerario pues equivaldría a dar una lección de prudencia y celo al mismo Jesucristo. Nadie crea que la Gran Promesa permite al pecador seguir tranquilo en sus pecados. Al contrario, es aguijón que remuerde la conciencia día y noche y no deja al pecador hasta que se produzca la conversión. No despreciemos una práctica tan sencilla y fiémonos de la Palabra de Jesús a su sierva Santa Margarita. Confiemos más en el poder de la Gracia.

No fomenta la presunción. La Gran Promesa en su generosidad ha asustado a algunos directores de almas, "estupefactos al ver abrirse las puertas del Cielo de par a par, ante cualquiera que cumpliese con recta intención una condición tan fácil para la salvación y se escandalizaron". (Lhermitte). La Gran Promesa la han entendido bien los "pobres de espíritu” que bendicen, adoran y aman a un Dios tan bueno que quiere que todos los hombres se salven. De la mano de María, la Gran Promesa no puede fomentar una presuntuosa seguridad de la salvación. El Corazón de Jesús quiere que no tengamos miedo. Bastantes dolores sufrimos en esta vida para no confiar con certeza moral de que el Cielo nos espera. "¿Quién no ve que no hay un estímulo para el mal, sino una gracia admirable y un grande auxilio para obrar el bien? Jesús no dice que salvará a los que continúen pecando, sino que dará una gracia poderosa para no pecar, una gracia omnipotente para salir finalmente del pecado". (Bainvel)

Mi madre. Mi madre, Francisca, practicó con heroísmo los nueve Primeros Viernes… De joven trabajaba en una fábrica textil en turno de noche. Era vigilia del primer viernes de mes. Había cenado algo mientras vigilaba los telares. Dieron las doce. Ya no podía tomar nada, ni agua siquiera para poder comulgar por la mañana. Le invadió una gran sed a lo largo de toda la noche. Tenía cerca un botijo de agua. Aguantó y al terminar el turno corrió a la Santa Misa. Delante del templo había una fuente pública. “Oh, pensó, ¡cómo beberé cuando salga!" Comulgó, estuvo un buen rato haciendo acción de gracias y al salir miró la fuente. YA NO TENIA SED. Así con gran sencillez me lo contó. Ya Jesús había dicho que Él era el agua viva; quien de Él bebiera no tendría más sed. Desde el año 2000 mi madre descansa en el Amor Eterno. La Gran Promesa se cumplió en ella. ¡Oh la fe de los humildes que para amar a Dios y al prójimo no necesitan de grandes libros! Todo lo aprenden del Corazón de Jesús.

Además de la Gran Promesa, el Corazón de Jesús comunicó a Santa Margarita María las siguientes promesas: 1- Les daré todas las gracias necesarias en su estado. 2- Daré paz a sus familias. 3- Les consolaré en todas sus penas. 4- Seré su refugio seguro durante la vida sobre todo a la hora de la muerte. 5- Bendeciré las acciones que emprendan. 6- Los pecadores hallarán en mi Corazón el océano infinito de la misericordia. 7- Las almas tibias se harán fervorosas. 8- Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a la más alta perfección. 9- Bendeciré los lugares donde la imagen de mi Corazón sea expuesta y venerada. 10- Daré a los sacerdotes el don de conmover los corazones más endurecidos. 11- Las personas que propaguen esta devoción tendrán escrito su nombre en mi Corazón y no será borrado jamás.

Recuerdo entrañable CRISTIANO: recuerda y medita a menudo las amorosas Promesas del Sagrado Corazón de Jesús y... obra en consecuencia. 1º- 1er Viernes de Mes, día ___ de __________ de ___ 2º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 3º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 4º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 5º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 6º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 7º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 8º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ 9º- 1er Viernes de Mes, día ___ de _________ de ___ Escribe aquí tu propia oración ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________ ___________________________________________

Los Papas recomiendan “Vemos que Dios se excede en una Misericordia siempre más grande, es el perdón mismo. No sólo perdona deudas incalculables, como al siervo que le suplica y que luego se mostrará mezquino con su compañero, sino que nos hace pasar directamente de la vergüenza más vergonzante a la dignidad más alta sin pasos intermedios”. (Papa Francisco, Misa Crismal 2016)

“Las pruebas de su bondad y misericordia que tan claramente se manifiestan en la vida de esta sierva de Dios, deben mover a todos los que fueron regenerados con la sangre de Cristo a amar a este Corazón Sacratísimo, para obtener de Él, en los aciagos tiempos que corren, las gracias que prometió conceder a los que honraren dignamente a este bendito Corazón. (Benedicto XV, Bula de Canonización de Sta. Margarita María)

“El Señor nos mira siempre con misericordia; no lo olvidemos, nos mira siempre con misericordia, nos espera con misericordia. No tengamos miedo de acercarnos a Él. Tiene un corazón misericordioso. Si le mostramos nuestras heridas interiores, nuestros pecados, Él siempre nos perdona. ¡Es todo misericordia! Vayamos a Jesús”. (Papa Francisco, Junio 2013)

Oración …que podría rezarse después de haber comulgado en cada uno de los nueve primeros viernes de mes.

Jesús mío, que en Tu infinita y dulce misericordia prometiste la gracia de la perseverancia final a los que comulguen en honra de Tu Sagrado Corazón nueve primeros Viernes de mes seguidos, acuérdate de esta promesa, y a mí, siervo tuyo, que acabo de recibirte sacramentalmente con este fin e intención, concédeme que muera detestando todos mis pecados, esperando en tu inmensa misericordia y amando la bondad de Tu amable Corazón. Amén.

Corazón de Jesús, Casa de Dios y Puerta del Cielo, ten piedad de nosotros. Corazón de Jesús, rico con todos los que te invocan, ten piedad de nosotros. 0

Corazón de Jesús, esperanza de los que mueren en Tí, ten piedad de nosotros.