LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Dirección editorial Elena Duro, Especialista en Educación de UNICEF. AUTORÍA Marcela Cerrutti y Georgina Binstock (Conicet-Centro de Estudios de Población) Colaboradores Matías Bruno y Magalí Gaudio ASISTENCIA DE INVESTIGACION Claudia Stilman FOTOS Matias Bruno Diseño y diagramación Munda diseño
© Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS 116 páginas, 21 x 29.7 cm ISBN: 978-92-806-4673-3 Impreso en Argentina Primera edición, Noviembre 2012 1500 ejemplares Se autoriza la reproducción total o parcial de los textos aquí publicados, siempre y cuando no sean alterados, se asignen los créditos correspondientes y no sean utilizados con fines comerciales.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) buenosaires@unicef.org www.unicef.org.ar
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS. Marcela Cerrutti Georgina Binstock
Centro de Estudios de Población (CENEP) y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET)
Índice de contenidos Capítulo I. Introducción Niños, niñas y adolescentes en la migración internacional ¿Quiénes son los niños, niñas y adolescentes inmigrantes en la Argentina? Inmigrantes y sistema educativo Los objetivos del estudio La investigación: aproximación metodológica Capítulo II. Los adolescentes encuestados Familia y hogar Entorno de convivencia familiar Clima educativo y situación socioeconómica de los hogares Recepción de planes sociales La participación económica de los adolescentes Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar Rendimiento educativo Dedicación al estudio La percepción subjetiva del rendimiento educativo La exigencia escolar desde la perspectiva de los estudiantes El trabajo: ¿un obstáculo para el desempeño escolar? Las aspiraciones educativas Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes Los rasgos de comportamiento: estudiantes “como los de antes” El control familiar La asistencia escolar El rendimiento académico Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación Amigos son los amigos Yo discrimino, tu discriminas... él/ella se siente discriminado/a Docentes y directivos frente a la discriminación en la escuela Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad Las actividades cotidianas y recreativas La responsabilidad ante el consumo problemático de sustancias psicotrópicas La salud sexual
7 9 12 14 14 15 17 21 22 22 24 25 27 28 31 32 33 34 35 39 40 43 46 47 51 52 57 61 67 68 72 75
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
81
82 85 87 88 90
Vivir aquí o vivir allá: las preferencias de los migrantes encuestados Evaluando el proceso migratorio: pros y contras de la vida en la Argentina Los lazos con las comunidades de origen Las cosas que se extrañan Reflexiones finales
Bibliografía 93 Anexo de Cuadros
95
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo I. Introducción
7
8
Capítulo I. Introducción
En las últimas décadas, los procesos migratorios a nivel internacional han cobrado una singular relevancia. Actualmente, en los países receptores se han generado, en relación con el rol de los migrantes, una serie de estereotipos negativos que apuntan a singularizarlos como un “problema” al que hay que darle una solución. Líderes políticos, acompañados en sus apreciaciones por los medios masivos de comunicación, transmiten la idea de que los inmigrantes vienen a quitar oportunidades de empleo a los nativos así como abusar de los servicios públicos. Estos discursos, en contextos de recesión económica mundial, han contribuido a erigir crecientes restricciones y barreras a la movilidad internacional de las personas. Sin embargo, la evidencia empírica contradice estos preconceptos, ya que muestra que, en general, los inmigrantes no solo no despojan de oportunidades a los nativos sino que, por el contrario, aportan una significativa contribución a las sociedades de acogida. Ellos tienden a constituir mano de obra complementaria de la local, echando por la borda los temores infundados sobre una competencia desleal entre trabajadores migrantes y nativos. Por otra parte, los migrantes presentan también rasgos singulares, especialmente, un afán de prosperar y, en consecuencia, de mejorar las perspectivas de movilidad social de sus familias. La Argentina se ha caracterizado históricamente por ser un país de inmigración. La llegada de extranjeros constituyó un aspecto muy significativo en la dinámica demográfica del país, así como en su vida social, económica y cultural. Si bien para finales del siglo xix y comienzos del xx fue uno de los países receptores de la masiva inmigración transatlántica, la migración de países limítrofes representó siempre un componente importante de los flujos migratorios hacia nuestro país, particularmente en décadas recientes.1 Desde una perspectiva de derechos humanos, las formas de incorporación social y económica de los inmigrantes en las sociedades de destino es una preocupación central. Desde hace unos años, la Argentina se encuentra transitando una etapa relevante en el proceso de reconocimiento de derechos hacia la población inmigrante. Como se verá más adelante, se han modificado sustancialmente los marcos normativos en la materia y se realizaron importantes esfuerzos para regularizar la situación de los extranjeros provenientes del MERCOSUR y estados asociados que residen en el país. En la actualidad, desde el accionar del propio Estado y de una parte importante de la sociedad civil, se concibe al migrante no solo como sujeto de derechos sino también como un aporte significativo para el crecimiento económico, social y cultural del país. Una parte de los contingentes migratorios que llegan a la Argentina se compone de niños, niñas y adolescentes (en adelante, N., N. y A.) sobre cuya situación se tiene un escaso conocimiento. Los estudios desarrollados en la Argentina se han abocado a aspectos vinculados a los procesos de integración social y económica del conjunto de la población migrante o, en su defecto, de la población adulta, desatendiendo las especificidades que presentan los N., N. y A. inmigrantes.2 La situación de este segmento de la población de migrantes es relevante no solamente para sí y para sus familias, sino también para los países en los que han decidido residir y en los que vivirán, en numerosos casos, por mucho tiempo. Su integración social y económica es fundamental para la sociedad en su conjunto, ya que su falta de oportunidades -en primer lugar educativas y En las últimas dos décadas, la migración regional se incrementó prácticamente en un 80%. El aumento en el número absoluto de migrantes regionales (particularmente limítrofes y del Perú) y el envejecimiento de los migrantes transatlánticos tuvieron como consecuencia que la migración regional incrementara de manera notable su peso relativo en el total de extranjeros residentes en nuestro país: en efecto, en 2010, el 81.3% de los extranjeros en la Argentina provenía de países de la región.
1
Existen algunas excepciones, como el reciente estudio realizado por la Universidad Nacional de Lanús para UNICEF titulado “Estudio sobre los derechos de niños y niñas migrantes a 5 años de la nueva Ley de Migraciones (25.871)”, así como las investigaciones que serán mencionadas en el apartado “Inmigrantes y sistema educativo en la Argentina” del presente informe.
2
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
posteriormente laborales- tenderá a socavar la cohesión social, además de constituir un pérdida significativa en términos de capital humano (UNICEF, 2009). La escasa información existente sugiere que los adolescentes inmigrantes en la Argentina enfrentan obstáculos en el acceso al sistema educativo y dificultades que llevan a su abandono, así como problemáticas específicas referidas al trato interpersonal y a su identidad cultural. En el marco de la nueva ley y de los derechos adquiridos por los inmigrantes, la presente investigación procura contribuir al conocimiento de la situación educativa y social de la primera y segunda generación de inmigrantes adolescentes en nuestro país. El tipo de información que este estudio se propone generar y difundir es fundamental para la formulación y ejecución de políticas públicas que contribuyan a la preservación de la identidad cultural, que incluyan un enfoque de derecho e integración social en el ámbito educativo y que garanticen el acceso a la educación de los/as niños/as y adolescentes inmigrantes. Como se mencionó, las problemáticas específicas de los adolescentes inmigrantes han estado prácticamente ausentes en los estudios sobre migración internacional en la Argentina; asimismo, desde otras disciplinas, los estudios de caso han sido fragmentarios y escasamente sistematizados. Una respuesta prioritaria y eficaz a los problemas que afectan el ejercicio pleno del derecho a la educación de calidad y culturalmente apropiada de las/os niñas/os y adolescentes inmigrantes solo podrá darse si primero se cuenta con un claro diagnóstico. Considerando, entonces, que, tanto desde el punto de vista de los derechos humanos como en relación con los procesos de cohesión e integración más amplios en una sociedad que pretende ser más igualitaria y democrática, resulta fundamental promover el bienestar general de N., N. y A. migrantes en la Argentina, la presente investigación se propone efectuar un diagnóstico de la situación educativa y social de esos adolescentes. Mediante el análisis de aspectos vinculados a las experiencias, percepciones y valoraciones de los adolescentes en distintas situaciones migratorias, se pretende establecer los nudos críticos que hacen a la adaptación social y educativa. Este proceso se examina distinguiendo cuatro dimensiones específicas: a) rendimiento escolar; b) procesos de adaptación/integración y de sociabilidad; c) identidad y autoestima; y d) expectativas educativas y proyecto de vida.
Niños, niñas y adolescentes en la migración internacional Con la creciente importancia de la migración internacional en la región sudamericana, el número de niños, niñas y adolescentes afectados por este fenómeno global también ha ido en aumento. Esta situación ha generado una serie de nuevas preocupaciones vinculadas a su bienestar. La problemática es compleja e incluye numerosas aristas, desde la incorporación e integración social de los niños, niñas y adolescentes inmigrantes en las sociedades de destino, hasta las consecuencias en el bienestar de los que permanecen en sus países de origen cuando sus padres emigran. La migración puede tener consecuencias tanto positivas como negativas para la niñez y adolescencia. Si bien, general, la emigración de padres y madres está motivada por el propósito de mejorar las condiciones familiares, puede también acompañarse de repercusiones indeseadas en el bienestar de los hijos, dependiendo de las condiciones institucionales, económicas y sociales en las que se da esta migración. En el examen de la situación en la que se encuentran N., N. y A. afectados por la migración internacional, es preciso identificar distintos grupos, ya que cada uno de ellos presentará aspectos específicos así como distintos niveles de vulnerabilidad. Asimismo, las derivaciones de las políticas públicas destinadas a promover su bienestar varían para cada uno de estos grupos.
9
10
Capítulo I. Introducción
Una primera situación es la de los N., N. y A. que se embarcan en un proceso migratorio junto a sus padres o adultos a cargo, es decir, la de los menores inmigrantes. Ellos/as -que serán sujetos del presente estudio- deben experimentar la separación de seres queridos, amigos y parientes, dejando atrás un ambiente conocido. Debido al cambio de país, se ven forzados a comenzar una nueva vida en un contexto social, cultural y económico que no les es familiar y que no siempre los acoge adecuadamente. En los procesos de integración de los N., N. y A. inmigrantes en la sociedad de destino, suele también incluirse a los hijos de inmigrantes, es decir la llamada “segunda generación”. El interés por este grupo aparece inicialmente en países del Norte, en donde se ha mostrado la existencia de diversas formas de adaptación e incorporación social. La preocupación por el futuro de una creciente proporción de jóvenes con disímiles reacciones y adaptaciones puso en evidencia la importancia de los contextos de recepción en las experiencias de los menores inmigrantes e hijos de inmigrantes, más allá de la heterogeneidad socioeconómica de los distintos colectivos. De este modo, se relevaron factores tales como el capital humano y financiero que traen sus padres, el contexto de recepción y los patrones culturales; asimismo, la imposibilidad -o posibilidad- que tengan esos jóvenes de reconstruir en el nuevo contexto las relaciones familiares y lazos sociales hará que la migración se constituya -o no- en una experiencia traumática (Zhou, 1997). Para esta autora, y muchos otros, las sociedades receptoras proveen una estructura de posibilidades diferentes a los distintos grupos de inmigrantes, y no necesariamente les plantean una completa negación de oportunidades. A pesar de las diferencias de enfoques, los estudios sobre los N., N. y A. inmigrantes e hijos de inmigrantes han prestado atención a temas referidos a aspectos similares, tales como los logros educativos y laborales, el bienestar emocional, el acceso a servicios de salud, la auto-identificación, los problemas de disciplina escolar, las aspiraciones a futuro. Diversos estudios de migraciones sudamericanas a España señalan que las razones que motivaron a los padres a llevar a sus hijos fueron fundamentalmente las aspiraciones educativas y el mandato de cumplir un rol parental (Micolta León, 2007); pero también se ha mostrado que, a pesar de estos esfuerzos, los hijos experimentan enormes dificultades para adaptarse al nuevo entorno; así, si bien se pone de manifiesto un alto nivel de asistencia escolar, también se evidencia un elevado rezago escolar y una menor continuidad educativa a nivel universitario (Aparicio Gómez y Tornos Cubillo, s/f). De más está decir que, en la mayoría de las sociedades receptoras, esta incorporación es diferente cuando se trata de migrantes en situación irregular. La irregularidad migratoria ha traído aparejada una serie de consecuencias negativas para el bienestar de N., N. y A., que incluyen la violación de derechos (a una nacionalidad y a un nombre) y la limitación en el acceso a los servicios de educación y salud (Liwski, 2008). Este no es el caso de la sociedad argentina, al menos en términos normativos, ya que -como se verá con mayor detalle en la sección que sigue- la Ley de Migraciones argentina, en lo que respecta a los derechos, pone en un pie de igualdad a todos los inmigrantes con independencia de su situación migratoria. Vale señalar que, con frecuencia, en la conceptualización de N., N. y A. migrantes, se excluye a otro grupo: el de quienes no han emprendido un movimiento migratorio (ya sea acompañados por adultos o solos) y se quedan en los países de origen. Estos hijos de emigrantes deben separarse de uno o de ambos progenitores, manteniendo por un tiempo (por lo común incierto) vínculos a larga distancia. Estas separaciones son, en la mayoría de los casos, muy costosas desde un punto de vista emocional. El hecho de quedarse puede requerir la redefinición de vínculos de autoridad y de afecto con las personas a cargo del cuidado de los niños y genera sentimientos de enorme incertidumbre respecto de una futura reunificación familiar. Los vínculos que se mantienen a la distancia son tanto de carácter material como inmaterial, aunque sean las remesas
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
-es decir, el envío de dinero y bienes- las que confieren un sentido a la separación y justifican las costosas ausencias. Cabe destacar aquí que, durante mucho tiempo, los estudios migratorios referidos a los N., N. y A. que permanecían en los países de origen prestaban central atención a los efectos de las remesas en su bienestar. Otro de los aspectos más estudiados, aunque con resultados no siempre coincidentes, es el de las consecuencias de la migración en la escolaridad de esos niños que quedan en sus países de origen. Posteriormente, las investigaciones sobre el tema han ido incorporando otras dimensiones, como las consecuencias de la separación de sus progenitores en su bienestar físico y emocional (Asis, 2006); en este sentido, preguntarse acerca de quiénes quedan a cargo de los N., N. y A. y qué calidad de cuidado les propician aparece como una cuestión esencial. También se ha enfatizado en la diversidad de experiencias, señalando que las consecuencias de la migración de los padres en el bienestar emocional de los niños y niñas dependen, en gran medida, de su nivel de desarrollo cognitivo: para los más pequeños, los bienes materiales derivados de la migración no compensan la pérdida, y, con frecuencia, la migración materna es percibida como abandono. En síntesis, los estudios muestran que las consecuencias de la migración paterna y materna en el bienestar de los niños y adolescentes que permanecen en los países de origen dependen de una serie de factores, entre los cuales los principales son: quién es el progenitor que emigra (el padre o la madre); quién se queda a cargo del cuidado de los niños; la edad y ciclo madurativo; la intensidad de los vínculos; la claridad sobre los planes a futuro.
El derecho a la educación de los inmigrantes en la Argentina: La Ley de Migraciones 25.871 En 2003, la Argentina modifica sustancialmente su legislación migratoria al promulgar la nueva Ley de Migraciones (Ley Nº 25.871). En ella se establece que los ciudadanos de países miembros del MERCOSUR o de Estados allegados pueden obtener residencia legal en la Argentina solo mediante la acreditación de su nacionalidad y de carencia de antecedentes. En dicha ley se establece el derecho irrestricto a la educación para la población inmigrante cualquiera sea su condición de regularidad. Así lo establecen los artículos 6 y 7: “ARTÍCULO 6° - El Estado en todas sus jurisdicciones asegurará el acceso igualitario a los inmigrantes y sus familias en las mismas condiciones de protección, amparo y derechos de los que gozan los nacionales, en particular en lo referido a servicios sociales, bienes públicos, salud, educación, justicia, trabajo, empleo y seguridad social. ARTÍCULO 7° – En ningún caso la irregularidad migratoria de un extranjero impedirá su admisión como alumno en un establecimiento educativo, ya sea este público o privado; nacional, provincial o municipal; primario, secundario, terciario o universitario. Las autoridades de los establecimientos educativos deberán brindar orientación y asesoramiento respecto de los trámites correspondientes a los efectos de subsanar la irregularidad migratoria”. Vale mencionar que, respecto del bienestar de los niños, la misma ley asegura el acceso a servicios de salud (Artículo 8º) y también establece la obligación del Estado de garantizar la reunificación familiar (Artículos 3º y 10º).
11
12
Estudio en escuelas secundarias de gestión pública y privada del área metropolitana de Buenos Aires
Por último, el Decreto Reglamentario 616/10 (6 de mayo de 2010) señala en su Artículo 7º que el Ministerio de Educación dictará las normas y dispondrá las medidas necesarias para garantizar a los extranjeros, aún en situación de irregularidad migratoria, el acceso a los distintos niveles educativos con el alcance previsto en la Ley Nº 26.206 (2006). En efecto, el Artículo 143 de la Ley 26.206 señala que el Estado Nacional, las Provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires deberán garantizar a las personas migrantes sin Documento Nacional de Identidad (DNI) el acceso y las condiciones para la permanencia y el egreso de todos los niveles del sistema educativo, mediante la presentación de documentos emanados de su país de origen, conforme a lo establecido por el artículo 7º de la nueva Ley de Migraciones (Ley N° 25.871).
¿Quiénes son los niños, niñas y adolescentes inmigrantes en la Argentina? La Argentina es, en la actualidad, el principal centro de atracción de movimientos migratorios intra-sudamericanos. Entre 1991 y 2010, el número de inmigrantes de países limítrofes y del Perú en la Argentina se incrementó casi cuatro veces, pasando de 821.297 a 1.402.568 personas. Como puede apreciarse en el Gráfico I.1, el colectivo migratorio de mayor peso es el de los paraguayos, seguidos por los bolivianos. En la última década, estos dos colectivos, junto con el peruano y el del “resto de América” -mayormente colombianos-, fueron los que mostraron los mayores crecimientos relativos. En el caso de los migrantes paraguayos, su número se incrementó cerca de un 70% en solo 10 años, y en el caso de los bolivianos algo más del 50 por ciento.
Gráfico I.1. Inmigrantes regionales (abs.) por país de origen. Argentina. Año 2010 600,000 500,000 400,000 300,000 200,000 100,000 0 Paraguay
Bolivia
Chile
Perú
Uruguay
Resto de América
Brasil
Fuente: INDEC, Censo Nacional de Población y Vivienda 2010.
Como es característico de las migraciones laborales -que es el tipo de migración más frecuente en nuestra región-, predominan las personas adultas jóvenes con una elevada presencia de mujeres. Niños, niñas y adolescentes tienen una representación bastante más reducida, lo que, en parte, se debe a que los hijos de inmigrantes son considerados nativos y, por ende, no se
13
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
encuentran contabilizados por las estadísticas oficiales. Es decir, dichas estadísticas no permiten identificar a los inmigrantes de “segunda generación”. En la Argentina, el país con el mayor número de extranjeros de América Latina, solo el 8.7% de los 1.471.399 inmigrantes regionales son menores de 14 años. Esta población totaliza 127.856 personas. La cifra de la franja etaria de 15 a 19 años es de aproximadamente 85.000 individuos, los que, junto con los menores de 15 años, suman alrededor de 212.000 personas (cerca del 15% de los inmigrantes regionales) (Gráfico I.2).
3
Gráfico I.2. Inmigrantes regionales (abs.) por grupos de edad. Argentina. Año 2010 1,082,617
175,926 127,856 85,000 0 a 14 años
15 a 19 años
20 a 64 años
65 y más
Fuente: INDEC, Censo Nacional de Población y Vivienda 2010.
Es importante hacer notar que, de acuerdo con datos del Censo Nacional de Población y Vivienda 2001, 4 entre los adolescentes migrantes de los dos colectivos más dinámicos y numerosos, es decir los paraguayos y bolivianos, la proporción de quienes se encuentran asistiendo a algún establecimiento educativo es significativamente más baja que la que se observa para el total de población de la Argentina. Entre los jóvenes de 14 a 19 años, es decir en las edades esperadas de asistencia al nivel medio, solo el 56.5% de los adolescentes de origen boliviano y el 51.9% de los de origen paraguayo se encontraban asistiendo a un establecimiento educativo. En cambio, en la población total de la Argentina la proporción era del 72,6% (Cerrutti, 2009).
Dado que el tabulado disponible del Censo 2010 de la población extranjera no permite discriminar a los de 15 a 19 años (sus grupos etarios son 0-14, 15-64 y 65 y más), se procedió a realizar una estimación demográfica tomando como su puesto la proporción que representaban en el año 2001.
3
Lamentablemente, no se cuenta con información actualizada del Censo Nacional de Población y Vivienda 2010 sobre la situación educativa de los N., N. y A. inmigrantes.
4
-
14
Capítulo I. Introducción
Inmigrantes y sistema educativo La temática de la inmigración y el sistema educativo es relativamente reciente en la Argentina. Domenech (2005), en su análisis de carácter conceptual sobre las respuestas que desarrolla el Estado argentino frente al fenómeno migratorio y la diversidad cultural, señala que, si bien la idea del pluralismo cultural ha penetrado en el ámbito de las políticas estatales y en el espacio escolar, es aún notable la persistencia de ideas de tipo “asimilacionista” que no se condicen con dichas posturas. Gran parte de los antecedentes de investigación empírica sobre inmigrantes en la escuela ha puesto el énfasis en las representaciones y prácticas sociales asociadas a la diversidad y la desigualdad. Casi sin excepción, esos estudios se basan en información etnográfica y analizan tanto expresiones docentes como interacciones -de estos con sus alumnos y de los alumnos entre síque se desarrollan dentro o fuera del aula. Y, si bien muestran situaciones heterogéneas dentro de las escuelas, en general, detectan sesgos discriminatorios hacia los estudiantes inmigrantes. Nobile (2006) examina la experiencia escolar de alumnos extranjeros en escuelas medias y concluye que en ellas la discriminación hacia los estudiantes extranjeros afecta negativamente la experiencia de dichos estudiantes. También encuentra que en el espacio educativo se construye una “jerarquía” de valores asociados a las diversas nacionalidades que posiciona de manera diferente a alumnos de distintos orígenes nacionales. Por su parte, Beheran (2009) en su investigación en escuelas primarias de la Ciudad de Buenos Aires, encuentra que, si bien esas instituciones no excluyen a los alumnos extranjeros, “sí son colocados o colocadas al margen de la posibilidad de ser beneficiarios y beneficiarias de una educación que contemple sus diferencias, promoviendo un intercambio de sus saberes, sin llegar a marcarlos con el tinte de exotismo” (p. 381). Novaro y otros (2008) alertan sobre la necesidad de considerar las articulaciones étnico-nacionales de los niños, de modo de no efectuar correlaciones unívocas entre factores culturales, sociales, económicos y educativos. Aunque constituyen aportes muy significativos, los diversos estudios sobre esta temática se han focalizado fundamentalmente en un aspecto de la relación inmigrantes y sistema educativo: las representaciones acerca del “otro” -en este caso, el extranjero culturalmente diferente y su tratamiento. El presente proyecto pretende contribuir al conocimiento incorporando al análisis otras dimensiones: la especificidad migratoria del fenómeno y la mirada de los propios protagonistas -los adolescentes inmigrantes-, teniendo en cuenta, además, el grupo y generación migratoria de pertenencia.
Los objetivos del estudio El presente estudio tiene como propósito dar a conocer la situación educativa y social de la primera y segunda generación de inmigrantes adolescentes en escuelas secundarias de nivel medio en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y en la Provincia de Buenos Aires. Específicamente, examina los modos de incorporación educativa y social de los adolescentes inmigrantes en el sistema educativo, a partir de un análisis que jerarquiza sus propias experiencias, percepciones y valoraciones. Se consideran, en forma comparativa, rasgos y conductas de estudiantes nativos, migrantes de primera generación y migrantes de segunda generación. En primer lugar, se presentan las características sociales, del entorno familiar y la participación laboral como modo de describir los contextos en los que estos adolescentes crecen y se socializan. En segundo lugar, se examinan
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
aspectos relativos al rendimiento educativo, así como a las expectativas educativas a futuro. En este sentido, se comparan indicadores de dedicación al estudio y de desempeño, así como las consecuencias que tiene en el rendimiento la participación en el mercado de trabajo. En tercer lugar, se vira la atención a la mirada que tienen directivos y maestros respecto de los alumnos de distintos orígenes. Mediante la presentación de testimonios, se destacan sus percepciones en torno al rendimiento y comportamiento de los estudiantes extranjeros en el aula vis a vis sus pares nativos. En cuarto lugar, se aborda la temática del clima escolar y los procesos de discriminación, empleando tanto datos provistos por los propios estudiantes en las encuestas como testimonios de directivos y profesores. En este caso, se presentan aspectos vinculados a la sociabilidad dentro de la institución escolar, la presencia de conflictos y violencia y las percepciones sobre discriminación, entre estudiantes de distintos orígenes. En quinto lugar, el análisis abandona el ámbito escolar para examinar patrones de uso del tiempo entre los estudiantes de distintos orígenes; concretamente, se analizan características relacionadas con la sociabilidad, el ocio y el desarrollo de distinto tipos de actividades, incluyendo aquellas que para su desempeño demandan responsabilidad por parte de los adolescentes. Por otra parte, el análisis también incluye comportamientos de riesgo para los adolescentes, como el hábito de fumar, la ingesta excesiva de alcohol y el consumo de drogas. El último capítulo, antes de presentar las conclusiones y recomendaciones, se centra de manera exclusiva en los alumnos nacidos fuera del país con el objetivo de determinar el grado de satisfacción con su vida en la Argentina. Para ello, sobre la base de datos de la encuesta, se detallan sus puntos de vista sobre los aspectos positivos de su vida en el país, así como sobre aquellos que extrañan de sus países de origen. Con los resultados que aquí se presentan, el estudio se propone contribuir a mejorar el clima de convivencia escolar y a preservar la identidad cultural de los alumnos extranjeros promoviendo, a la par, su integración social y educativa.
La investigación: aproximación metodológica El estudio se llevó a cabo combinando estrategias cuantitativas y cualitativas, sobre la base de datos primarios recolectados a través de una encuesta a estudiantes y de entrevistas en profundidad a profesores y a directivos. Por un lado, el análisis de los procesos de integración de los inmigrantes al sistema educativo se realizó a partir de estudios de caso en un total de 17 escuelas públicas (4 en la Ciudad de Buenos Aires y 13 en la Provincia de Buenos Aires) durante la segunda mitad de 2011. En estas escuelas se relevó información mediante entrevistas a directivos y docentes con el objetivo de identificar los diversos modos y mecanismos que facilitan o restringen los procesos de integración a la vida escolar y social de sus estudiantes. Asimismo, se procuró examinar la presencia discursiva de orientaciones discriminatorias o estereotipadas respecto de las características de los estudiantes extranjeros o hijos de extranjeros. Además de este componente exploratorio cualitativo, en cada escuela se administró una encuesta a los estudiantes (1,558 casos). Esta encuesta fue diseñada para cotejar las experiencias, realidades, expectativas de los adolescentes de diferentes nacionalidades y en distintas situaciones migratorias;5 en este sentido, contiene información sobre una variada gama de aspectos tales como: el origen socioeconómico, la propia experiencia migratoria, las características familiares, las experiencias escolares (tanto con compañeros como con docentes), el proceso educativo (dificultades y rendimiento), el apoyo recibido (escolar y familiar), la conformación de identidades, la autoestima, los modos de vida juveniles y las expectativas a futuro. Asimismo, para los alumEsta encuesta contiene 96 preguntas (muchas de ellas con varios ítem individuales), por lo que la base de datos resultante contiene un total de 285 variables.
5
15
16
Capítulo I. Introducción
nos extranjeros se incluyó un módulo al final con el objetivo de captar el grado de satisfacción con sus vidas en la Argentina y los lazos que mantienen con sus comunidades de origen. Las escuelas fueron seleccionadas en función de la matrícula de estudiantes extranjeros, y su identificación se realizó según diversos criterios. En primer lugar, se tuvo en cuenta la localización geográfica de la institución, es decir el hecho de estar ubicada en jurisdicciones o barrios con concentración de inmigrantes entre su población. Asimismo, se consultó a la dirección de la escuela en cuanto a la composición de la matrícula y se establecieron contactos con otras instituciones a partir de referencias realizadas por esos directivos y profesores. Finalmente, se corroboró y registró la composición migratoria de los estudiantes de cada curso sobre la base de la matrícula de los registros escolares. En cada escuela, a su vez, se seleccionaron algunos cursos donde se administró la encuesta. La cantidad de cursos relevados varió en cada una de ellas de acuerdo tanto con la composición de su estudiantado como con el tamaño del curso. El relevamiento se realizó durante el horario escolar pero -en la mayoría de los casos- se planificó de modo que la encuesta se administrara durante alguna hora libre. La modalidad de trabajo consistió en que un miembro del equipo presentara la investigación en cada curso. Ello incluyó una breve exposición sobre UNICEF y sus objetivos y líneas de trabajo más importantes así como sobre algunos de los objetivos principales del presente estudio. Seguidamente, se detalló en qué consistía la encuesta auto-suministrada, cómo recorrerla y marcar cada respuesta, y se describió el contenido general de las preguntas incluidas. Durante dicha exposición se enfatizó reiteradamente el carácter voluntario de la encuesta, así como el anonimato y confiabilidad de la información suministrada en general, y por la escuela en particular, lo cual estaba también claramente especificado en la portada de la encuesta. En su absoluta mayoría los estudiantes la respondieron con interés y entusiasmo; solo unos pocos estudiantes optaron por no responderla.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo II. Los adolescentes encuestados
17
18
Capítulo II. Los adolescentes encuestados
Como se indicó, la encuesta fue respondida por un total de 1,558 estudiantes,6 -877 mujeres y 681 varones, que representan, respectivamente, el 56.3 y 43.7% de la muestra-.7 El promedio de edad es 15.5 años, con pequeñas diferencias por sexo. La mayoría (80%) tiene entre 13 y 17 años, con un rango entre 11 y 21 años.8 En este estudio se distingue a los encuestados de acuerdo con dos criterios analíticos: el origen nacional y el tiempo de la migración. Los principales orígenes tratados en este informe son Argentina, Bolivia, el Paraguay y, en menor medida, el Perú. El tiempo de la migración en este contexto se refiere a si son extranjeros de primera o segunda generación (extranjeros o hijos de extranjeros). El Cuadro II.1 detalla estos rasgos de los adolescentes en orden de relevancia cuantitativa. El primer grupo, el de los nativos, representa el 53% del total. El segundo y tercer grupo tienen un peso relativo bastante similar. El de estudiantes de primera generación, es decir adolescentes que han nacido en el extranjero, constituye casi un cuarto (24.5%) de los participantes del estudio. Como muestra este cuadro, la mayoría es de origen boliviano y le siguen quienes son oriundos del Paraguay (108) y del Perú (49). Es ínfimo el número de quienes han migrado desde otros países (6). El tercer grupo, aquí denominado segunda generación, son los nacidos en la Argentina pero con alguno de sus padres inmigrante (23%). Más de la mitad son hijos de padres bolivianos, y el resto principalmente de padres paraguayos y, en menor medida, peruanos. Una minoría es hija de padres de otras nacionalidades, tales como chilena, uruguaya, y brasilera.9
Cuadro II.1. Estudiantes encuestados (abs. y %) por sexo, según condición migratoria y origen. CABA y Provincia de Buenos Aires. Origen migratorio
Total
Mujeres
Varones
N
%
N
%
N
%
Nativos
826
53,0
479
54,6
347
51,0
Segunda generación
351
22,5
198
22,6
153
22,5
Padres bolivianos
192
12,3
111
12,7
81
11,9
Padres paraguayos y peruanos
129
8,3
67
7,6
62
9,1
30
1,9
20
2,3
10
1,5
381
24,5
200
22,8
181
26,6
Bolivia
218
14,0
116
13,2
102
15,0
Paraguay y Perú
157
10,1
81
9,2
76
11,2
6
0,4
3
0,3
3
0,4
1.558
100,0
877
100,0
681
100,0
Padres otras nacionalidades Primera generación
Otros países Total estudiantes encuestados
El 71.2% asiste a escuelas públicas de la Provincia de Buenos Aires, y el 28.8% a establecimientos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
6
Si miramos separadamente la proporción de mujeres entre los estudiantes encuestados de la Ciudad de Buenos Aires en comparación con los de la provincia, resulta que es algo más alta entre los primeros (63 versus 54%).
7
8
En dichas edades extremas solo se identificaron dos alumnos.
9
También se han identificado estudiantes con padres alemanes, italianos, o mexicanos, aunque son muy escasos.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
La composición de los estudiantes según su origen migratorio es similar entre los varones y las mujeres. Solo se advierte una proporción apenas mayor de inmigrantes entre los varones (26.6%) que entre las mujeres (22.8%). El cambio de país de residencia implica una significativa alteración del contexto de vida y de socialización de las personas. Los adolescentes migrantes han cambiado de vivienda, de barrio, de amigos, de escuela. Se han alejado de parientes y de otros seres queridos y se han incorporado a un nuevo contexto con reglas y normas esperadas de comportamiento desconocidas. Estos cambios, sin duda, son experimentados de diferente manera por los individuos según su origen familiar y su lugar de residencia previo a la migración. Pero también existe una dimensión vinculada al ciclo de vida que, de algún modo, tiene un impacto en los procesos de incorporación a la sociedad de destino. Esto es, la experiencia de la migración es diferente para quienes migran cuando muy pequeños -y, por ello, transitan su proceso de socialización en la Argentina- que para quienes lo hacen en la adolescencia. En tal sentido, tanto para los niños como para los adolescentes que provienen de otro país, la experiencia escolar no solo resulta importante en tanto agente educativo sino también como agente socializador -y, en consecuencia, como factor de integración-. Es por ello que, al considerar los rangos de edad a la inmigración, se tuvo en cuenta las edades normativas de los distintos ciclos escolares. El Gráfico II.1 detalla la edad de llegada al país de los estudiantes inmigrantes, distinguiendo seguidamente la situación de los adolescentes de los tres colectivos más numerosos: Bolivia, el Paraguay y el Perú. Alrededor del 30% de los inmigrantes han llegado al país de muy niños, an-
19
20
Capítulo II. Los adolescentes encuestados
tes del inicio del ciclo primario. En cierta medida, la experiencia de este grupo se puede asemejar a la de los hijos de inmigrantes nacidos en la Argentina. Algo menos de la mitad arribó entre los 6 y 11 años, es decir durante la etapa escolar primaria; y algo más del cuarto restante inmigró luego de cumplir los 12 años, casi al finalizar el ciclo primario o ya iniciado el ciclo medio.
Gráfico II.1. Estudiantes inmigrantes encuestados (%) por edad de llegada a la Argentina, según país de nacimiento 100%
27
24
45
51
28
35
80% 60%
38
44
40% 20%
28
34 26
21
0% Total
Hasta 5 años
Bolivia
Entre 5 y 11 años
Paraguay
Perú
12 y más años
Entre los oriundos del Paraguay, se observa una pauta de inmigración algo más temprana, dado que el 34% llegó a la Argentina antes de haber cumplido los 6 años y el 28% luego de cumplir los 12 años. En cambio, entre los encuestados peruanos la migración es algo más tardía, ya que más de un tercio arribó a partir de los 12 años, mientras que solo el 21 % llegó durante la niñez (antes de los 6 años). Los estudiantes bolivianos se encuentran en una situación intermedia en lo que respecta a la edad de llegada al país.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Familia y hogar Esta sección se focaliza en el contexto familiar y las características de los hogares en que viven los estudiantes. Seis de cada diez de los adolescentes convive con ambos padres, el 28% solo con la madre, el 5% solo con el padre; y el 5% restante no convive con ninguno de sus progenitores. Al considerar las diferencias de acuerdo con la condición migratoria y el origen, se destaca una mayor proporción de estudiantes de origen boliviano (por nacimiento o por nacionalidad de sus padres) que vive con ambos de padres, circunstancia que denota una pauta de mayor estabilidad familiar (Gráfico II.2).
Gráfico II.2. Estudiantes encuestados (%) por convivencia con sus progenitores, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
46
1ra. generación- Bolivia
67
2da. generación- Paraguay y Perú
66
2da. generación- Bolivia
72
Nativos
60
0%
43
1,9 8,9
3,7 8,3
21
27
3,9 3
4,2 4,2
19
6,8 4,7
29
20%
Con ambos padres
40%
Solo con la madre
60%
Solo con el padre
80%
100%
Con ninguno
En contraposición, es más frecuente que los estudiantes nativos -aunque también los extranjeros de origen paraguayo y peruano- residan solo con la madre. Cabe señalar que las categorías que indican que el estudiante vive solo con la madre o solo con el padre priorizan el vínculo biológico, por lo que es posible que convivan con una nueva pareja de su progenitor. De hecho, alrededor del 30% de quienes conviven solo con la madre también lo hacen con la pareja. Aproximadamente uno de cada diez estudiantes migrantes (de Bolivia, del Paraguay y del Perú) no vive con ninguno de sus padres. En su mayoría, estos estudiantes conviven con tíos y/o hermanos y en menor medida con otros parientes, o con su propia pareja. La mayoría de los adolescentes que no convive con sus padres, independientemente de su origen migratorio, tampoco mantiene un contacto regular con su padre. Solo alrededor de un tercio tiene un contacto habitual con su padre, y esto es algo más frecuente entre los estudiantes nativos. Teniendo en cuenta el hecho de que el contacto personal entre padre e hijo puede dificultarse por las distancias geográficas, no solo se indagó la frecuencia de encuentros y visitas sino también los contactos telefónicos, epistolares, a través de mensajes electrónicos o de llamadas por computadora, con resultados muy similares: aproximadamente cuatro de cada diez adolescentes migrantes que no conviven con su padre reportan que no mantiene ningún tipo de contacto con él.
21
22
Capítulo II. Los adolescentes encuestados
Entorno de convivencia familiar Uno de los aspectos más importantes a considerar cuando se caracteriza a los contextos de socialización familiar de los estudiantes es el entorno de convivencia en el hogar, el que hace al bienestar general y al estado anímico con que el adolescente asiste a la escuela. Como mostráramos en un estudio anterior referido al abandono escolar en el nivel medio, la situación de convivencia en la familia es uno de los predictores más significativos de la autoestima, la conducta y el sentido de responsabilidad de los adolescentes (Binstock y Cerrutti, 2005). Si bien no es sencillo determinar estos ambientes familiares, en este estudio se incluyó una pregunta de respuesta sencilla que no presentaba grandes ambigüedades: “¿En tu casa, cómo te sentís?” Las alternativas de respuesta eran tres: “Bien, en general nos llevamos bien”; “Normal” o “Mal, hay muchos conflictos”. De este modo se interrogó por una dimensión muy frecuentemente aludida pero muy poco indagada de manera sistemática. A dicha pregunta, algo menos de la mitad respondió que, en general, en su casa se llevaban bien, y una proporción similar contestó que se llevaba “normal”, alternativa de respuesta intermedia entre llevarse bien y llevarse mal. Por su parte, el 8% restante manifestó que en sus hogares se vivía un ambiente muy conflictivo, con peleas frecuentes. Ahora bien, al considerar el sexo -además de la condición migratoria y el origen- se destaca que las mujeres son quienes señalan con mayor frecuencia llevarse mal en sus casas. Si bien esta diferencia de género se da en todas las circunstancias, son las mujeres inmigrantes de origen paraguayo y peruano las que se revelan mayor disconformidad: el 16% declaró que en sus casas hay muchos conflictos (no se muestra en Cuadros). Este hallazgo sugiere mayores inconvenientes para armonizar diferencias en las pautas sociales y culturales entre padres e hijas.
Clima educativo y situación socioeconómica de los hogares El clima educativo de los hogares de los adolescentes encuestados es bajo: alrededor del 40% de los padres ha llegado, como máximo, a completar el nivel primario, con pocas diferencias según origen migratorio. Los alcances educativos de las madres son aún más bajos, particularmente los de las migrantes, entre quienes entre el 50 y el 60% ha logrado, a lo sumo, terminar el ciclo primario. En el caso de las madres de los adolescentes nativos, casi dos tercios han iniciado, al menos, el nivel medio. Esta situación no es del todo sorprendente, ya que, en general, y salvo en el caso de los provenientes del Perú, los estudios realizados sobre migrantes limítrofes revelan sus más bajos perfiles educativos en comparación con los de la población total de la Argentina (Cerrutti, 2009). Llama la atención que la brecha educativa respecto de la población nativa sea también significativa en la población bajo estudio que es predominantemente de sectores socioeconómicos bajos o medio-bajos. En cuanto a la situación laboral familiar, el 75% indicó que su padre tenía un trabajo fijo, y el 20% que se dedicaba a hacer changas; solamente una minoría respondió que su padre estaba desocupado, jubilado o pensionado. En cambio, en el caso de las madres -y sin grandes diferencias según el origen migratorio de los estudiantes- la situación es otra: es más frecuente que no trabajen y se dediquen a las tareas hogareñas (40%); el 42% tiene un trabajo fijo y un 11% hace changas.10
Conviene aclarar que estos valores se estimaron únicamente entre quienes conocían las actividades de sus padres. Esto es, se excluyó a una proporción no desdeñable (14%) que ignoraba a qué se dedicaba su padre, lo cual es consistente con la alta frecuencia de quienes han interrumpido todo contacto.
10
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
23
24
Capítulo II. Los adolescentes encuestados
Recepción de planes sociales La mitad de los hogares de los estudiantes nativos y de los adolescentes de segunda generación (particularmente de estudiantes de padres paraguayos y peruanos) recibe algún plan social. En cambio, los adolescentes de primera generación, algunos de los cuales han llegado hace relativamente poco tiempo, señalan en menor medida la recepción de planes. Estas diferencias pueden deberse a distintos factores, pero, sin duda, uno de los importantes es que tanto los nativos como los que llevan muchos años residiendo en el país cumplen con los requisitos requeridos para poder acceder a ciertos planes.11 Entre los estudiantes migrantes, la proporción que vive en hogares que reciben algún plan social es algo menor (30%); esto, seguramente, indica un rezago por parte de los padres o tutores en regularizar su situación migratoria, lo que les permitiría acceder a dichos beneficios sociales. La enorme mayoría de los hogares que accede a planes sociales recibe la Asignación Universal por Hijo. Una proporción importante de quienes residen en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires recibe el plan Ciudadanía Porteña. Por otra parte, alrededor del 30% indicó que percibía una beca escolar. Esta proporción es algo más elevada entre los estudiantes de origen paraguayo y peruano de primera y segunda generación que en cualquiera de los otros grupos, incluyendo el de los nativos.
Gráfico II.3. Estudiantes encuestados (%) por recepción de planes sociales en sus hogares, según condición migratoria y origen. 1ra. generación- Paraguay y Perú
43
1ra. generación- Bolivia
51
2da. generación- Paraguay y Perú
59
2da. generación- Bolivia
46
Nativos
51
0%
Ninguna
37
21
33
16
16
25
31
23
26
23
20%
1a2
40%
60%
80%
100%
3 ó más
11 Para ser beneficiario de la Asignación Universal por Hijos (auh), se requiere contar con país de al menos tres años.
dni
y con una residencia en el
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
La participación económica de los adolescentes La participación de los adolescentes en actividades económicas resulta una dimensión esencial cuando se atiende a su situación educativa. Sin duda, y sin cuestionar la situación de necesidad familiar que empuja al adolescente a tener o a querer trabajar, el tiempo, la energía y la dedicación dedicados al trabajo compite con la dedicación al estudio y, por ende, con el rendimiento escolar, tornándose un factor significativamente asociado a la repetición y al abandono educativo (Binstock y Cerrutti, 2005). En estos sectores socioeconómicos, el porcentaje de quienes trabajan no es nada despreciable: el 25% lo hace a la par que estudia, con diferencias según el origen migratorio. Los adolescentes bolivianos son quienes más frecuentemente combinan el estudio con el trabajo (38%), seguidos por los de segunda generación, con independencia del origen (30%). Los nativos, en cambio, son quienes en menor proporción participan en actividades económicas mientras asisten a la escuela (20%). Al igual que para la población en su conjunto, se detectan significativas diferencias entre varones y mujeres. Como ocurre con sus pares adultos, la proporción de varones que trabajan es mayor que la de las mujeres, tendencia que se observa tanto en el conjunto de entrevistados (el 31 versus el 20%) como entre los distintos grupos migratorios (no se muestra en cuadros). La única excepción se observa entre los adolescentes de origen boliviano, tanto de primera como de segunda generación, entre quienes varones y mujeres trabajan en igual medida. En este caso, cabe señalar que se trata de un colectivo migratorio donde la producción (ya sea comercio, trabajo en talleres u horticultura) tiene un carácter familiar, lo que explica, en parte, que no se observen diferencias de género en la propensión al trabajo. La mitad de los estudiantes que trabajan lo hacen durante la semana, en tanto que la otra mitad trabaja los fines de semana. Solo una minoría indicó hacerlo de manera esporádica. En general, los adolescentes reciben pago por su trabajo, aunque entre los de origen boliviano es frecuente el trabajo sin remuneración. La absoluta mayoría lo hace de manera informal y precaria, sin ningún tipo de protección social. En cuanto a la dedicación laboral, el 48% trabaja menos de 15 horas semanales, el 30% entre 15 y 20 horas, y un 22% más de 20 horas semanales, lo que –en promedio- representa al menos cuatro horas diarias. Dos de cada tres adolescentes que trabajan por pago destinan parte del dinero a sus gastos personales (o ahorro), mientras que el tercio restante asigna por lo menos parte de sus ingresos para los gastos de su hogar. Las actividades en las que trabajan los adolescentes son variadas -aunque, como indicamos, casi todas se llevan a cabo de manera informal-: operario, obrero, ayudante o aprendiz en diversos oficios, tareas de carpintería, servicios de reparación, delivery, volantero, ventas, etc.; y, en el caso de las mujeres, trabajo doméstico.
25
26
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
27
28
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
Este capítulo se refiere a las experiencias educativas de los adolescentes encuestados. El propósito es contrastar algunos indicadores de rendimiento educativo y dedicación escolar. En este sentido, se propone establecer los grados de compromiso con la educación dentro de los sentidos de vida y proyectos a futuro de estudiantes nativos e inmigrantes en similares condiciones socioeconómicas y ambientales. Se presenta una serie de indicadores que, mirados en conjunto, son reflejo del nivel de compromiso de esos adolescentes con el proyecto educativo. A continuación se contrastan resultados sobre repetición, materias desaprobadas, horas dedicadas al estudio así como niveles de ausentismo según el origen migratorio. Hay que destacar que, si bien la mirada está puesta centralmente en los alumnos y sus diferencias según origen, las escuelas cumplen un rol relevante en generar el compromiso de los estudiantes y en impartir una educación de calidad. Y, aunque el tema no será tratado específicamente en este trabajo, debe señalarse que, en las instituciones estudiadas, existe una gran heterogeneidad en los indicadores promedios de rendimiento educativo de los alumnos encuestados, en los niveles de violencia declarados y en las condiciones edilicias y de equipamiento. Además, presentan diversa proporción de alumnos extranjeros en sus respectivas matrículas: entre los entrevistados por escuela, el rango en el porcentaje de alumnos extranjeros va desde un 5% a un 52%.12 Si a estos valores se les adiciona el que corresponde a los hijos de extranjeros, en nueve escuelas el porcentaje asciende a más del 49 por ciento. Por otra parte, se detecta una significativa disparidad en el rezago escolar de los alumnos, medido a partir del porcentaje que reportó haber repetido al menos una vez. El rango entre escuelas va desde un mínimo del 12% a un máximo del 55%. Asimismo, empleando otro indicador de una situación de potencial exclusión, como puede ser el haberse llevado al menos tres materias a examen el año anterior, se manifiestan importantes diferencias. En este caso el rango de variación va desde un mínimo del 15% a un máximo del 35 por ciento. Por último, otras características indicativas de una diferenciación considerable entre los contextos escolares son las referidas al ausentismo y a la violencia. En algunas de las escuelas, la proporción de alumnos que señala estar de acuerdo o muy de acuerdo con la afirmación “No me siento seguro en esta escuela porque hay mucha violencia” alcanza al 56%, mientras que en aquellas con climas escolares más armoniosos esa proporción es de menos de un 20%. Por otra parte, mientras que en algunas escuelas menos del 10% alcanzó las veinte faltas, en otras el ausentismo asciende a casi el 50 por ciento. Aunque el tema excede los propósitos del presente trabajo -y será abordado en una futura investigación-, es relevante destacar estas diferencias en los contextos educativos. De hecho, cuando se efectúa un análisis de correlación entre estos rasgos de las escuelas, se detectan niveles de asociación significativos positivos entre el porcentaje de alumnos que repitió y el nivel de ausentismo. Asimismo, se manifiesta una relación negativa entre la proporción de alumnos que repitió dos veces o más y la que declara que los “profesores se interesan para que los estudiantes entiendan”.
Rendimiento educativo El cumplimiento del derecho a la educación es entendido por UNICEF y por UNESCO como el logro de la meta de una Escolarización Total, Oportuna, Sostenida y Plena (ETOSP) (UNICEF, Educación para Todos, 2012). La ETOSP implica el ingreso en la edad prevista normativamente, el curso regular y fluido de los cursos y niveles en el tiempo previsto (sin repetir o abandonar), alcanzando aprendizajes de calidad y pertinencia en todo el recorrido escolar y hasta el egreso. Sin embargo, la realidad indica que, para logar esa meta, debe superarse una serie de desafíos, ya que, en la acEn seis de las escuelas, la proporción de alumnos extranjeros entre los entrevistados fue inferior al 10%, en cuatro fue entre 10% y menos del 25%, y en las siete restantes fue superior al 25 %.
12
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
tualidad, el fracaso y la exclusión son característicos de algunos sectores de la población. En el nivel secundario, los indicadores de la exclusión remiten a quienes han dejado de asistir a la escuela en el tramos de los 12 a 17 años de edad o asisten pero lo hacen en situación precaria por la acumulación de fracasos previos. Para examinar si existen diferencias en la situación de exclusión latente, potencial o silenciosa entre alumnos nativos y extranjeros, en este estudio se empleó un conjunto de indicadores. En primer lugar, se inquirió sobre la acumulación de fracasos previos durante la experiencia escolar en el nivel primario, focalizando en el número de repeticiones. Los datos muestran que alrededor de uno de cada cuatro estudiantes repitió al menos un grado, sin observarse diferencias significativas por origen migratorio. Tampoco se observan diferencias significativas entre los estudiantes migrantes según hayan cursado dichos estudios total o parcialmente en su país de origen o lo hayan hecho solo en la Argentina (no se muestra en cuadros). En cambio, a partir de haber iniciado el nivel medio, comienzan a exhibirse marcadas diferencias que apuntan a una mayor dedicación y responsabilidad y, en consecuencia, a un mejor rendimiento entre los estudiantes de primera y segunda generación -particularmente, los de origen boliviano. Comenzando por el rezago -entendido como la frecuencia con que se ha repetido algún año durante el ciclo-, el Gráfico III.1 muestra que la repetición es más frecuente entre los estudiantes nativos (34%) que entre los migrantes o hijos de migrantes (22-26%), independientemente del país de origen.13 Si bien no son datos estrictamente comparables, el porcentaje de repitentes en la Provincia de Buenos Aires en el año 2010 fue del 13.3% en el ciclo básico y del 8.6% en el ciclo orientado, es decir, cifras más bajas que en las escuelas estudiadas. Aunque en cada uno de los grupos las mujeres repiten con menor frecuencia que sus pares varones (no se muestra en cuadro), el menor rezago de los estudiantes de origen boliviano se observa tanto entre varones como entre mujeres.
Gráfico III.1. Rezago escolar: proporción de estudiantes que repitió algún año durante el ciclo secundario, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
24
1ra. generación- Bolivia
22
2da. generación- Paraguay y Perú
25
2da. generación- Bolivia
26
Nativos
34
0%
10%
20%
30%
40%
Los datos de la encuesta se refieren a las repeticiones experimentadas por los estudiantes en cualquier momento desde que comenzaron el nivel medio, en cambio las estadísticas oficiales de la provincia se basan en los registros elevados por las escuelas sobre el número de repitentes en cada año.
13
29
30
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
Cuando se considera otro indicador de rendimiento educativo como es el número de materias que el estudiante se llevó a examen, las diferencias también son significativas en favor de la primera generación de inmigrantes. Y en el indicador de más bajo rendimiento, es decir en el número relativo de quienes por lo menos se llevaron a examen tres materias a examen (Gráfico III.2), esas diferencias son también notorias.
Gráfico III.2. Estudiantes encuestados (%) que se llevan a examen materias, por número de materias, según condición migratoria y origen
1ra. generación- Paraguay y Perú
43
1ra. generación- Bolivia
51
2da. generación- Paraguay y Perú
59
2da. generación- Bolivia
46
Nativos
51
0%
Ninguna
37
21
33
16
16
25
31
23
26
23
20%
1a2
40%
60%
80%
100%
3 ó más
La mayor dedicación de los estudiantes de origen boliviano, sean ellos mismos migrantes o lo hayan sido solo sus padres, se manifiesta también en un menor nivel de ausentismo (Gráfico III.3). Ellos son, seguidos por sus pares de origen paraguayo y peruano, quienes se ausentan de clase con menor frecuencia que los estudiantes nativos, reflejando un mayor apego escolar ya sea por propia motivación o por un control más estricto por parte de sus padres o tutores.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Gráfico III.3. Estudiantes encuestados (%) que faltaron durante al año lectivo, por número de inasistencias, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
48
1ra. generación- Bolivia
60
2da. generación- Paraguay y Perú
47
24
2da. generación- Bolivia
55
23
Nativos
36
0%
Menos de 15
25
27
19
30
22
29
20%
15 a 20
40%
20
35
60%
80%
100%
Más de 20
El alto nivel de ausentismo es un tema que señala recurrentemente el cuerpo de profesores y directivos de las escuelas dado que no solo dificulta sus tareas docentes sino que también conspira contra la formación y el rendimiento del estudiante. Así lo afirma un director de una escuela en La Matanza: Sí, uno de los problemas más graves que tenemos nosotros en cuanto a la regularidad del alumno es el tema de las inasistencias…. porque las 28, las 30 faltas, en la primera parte del año, ya quedan superadas. Acá no hay un sistema de reincorporación como en los viejos tiempos. Acá la realidad es tan… te lleva por delante... vos tenés que estar permanentemente negociando con la familia, con los propios alumnos porque hay casos de chicos que tienen 18, 20 años, que plantean el tema de “puedo venir lunes, miércoles y viernes”, “tuve una changa esta semana, vengo la semana que viene”. Y de hecho, esta es una escuela pública y abierta, yo lo acepto. Mirá, hoy ingresó un pibito en 4º que hacía fácil una semana que estaba con un changa laboral, y la realidad es que la necesita.
Dedicación al estudio El tiempo extraescolar dedicado al estudio o a la realización de tareas escolares refleja también el nivel de apego y compromiso educativo por parte de los estudiantes. En este caso, son también los estudiantes de origen boliviano quienes demuestran mayor dedicación (Gráfico III.4). Contrariamente, son los estudiantes nativos, junto con los de segunda generación de paraguayos y peruanos, quienes con mayor frecuencia declaran que no estudian ni realizan tareas escolares fuera del horario de clase. Dos tercios señalan que no dedican nada de tiempo al estudio, y, en caso de hacerlo, es menos de una hora al día.
31
32
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
Gráfico III.4. Estudiantes encuestados (%) por tiempo diario dedicado al estudio, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
45
1ra. generación- Bolivia
36
2da. generación- Paraguay y Perú
66
2da. generación- Bolivia
44
Nativos
66
0%
39
16
38
26
24
34
9
22
25
20%
Menos de 1 hora
40%
1 ó 2 horas
60%
9
80%
100%
3 horas o más
La percepción subjetiva del rendimiento educativo Adicionalmente a las preguntas que apuntan a obtener indicadores objetivos sobre el rendimiento de los estudiantes, la encuesta incluyó una pregunta subjetiva: “¿Cómo te calificarías como estudiante?”. La autocalificación aporta un elemento adicional que vincula la performance con la apreciación de lo que significa ser o no un buen estudiante, esto es, cómo se perciben –más allá de las notas, materias que se llevan a examen, ausencias, etc.- en tanto estudiantes y en qué medida eso varía según el origen. Las respuestas, ilustradas en el Gráfico III.5, evidencian escasas diferencias en la autocalificación del rendimiento de acuerdo con origen migratorio: la mayoría se considera buen estudiante, si bien una proporción importante también se autocalifica como un alumno de rendimiento regular.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Gráfico III.5. Rendimiento escolar. Autoevaluación de los estudiantes encuestados (%), según condición migratoria y origen
1ra. generación- Paraguay y Perú
19
1ra. generación- Bolivia
15
2da. generación- Paraguay y Perú
13
45
2da. generación- Bolivia
13
43
Nativos
12
45
32
45
37
Muy bueno
3
39
3
40
49
0%
4
4
34
20%
Bueno
40%
Regular
60%
5
80%
100%
Malo
Cabe aquí recordar que las diferencias observadas en indicadores más objetivos vinculados al rendimiento, que favorecían mayormente a los estudiantes de origen boliviano, no se ven reflejadas en una mejor autocalificación. Otra manera complementaria de interpretar estos resultados es que los estudiantes nativos -pese a que repiten de año con mayor frecuencia, se llevan un mayor número de materias a examen, faltan con mayor frecuencia y dedican menos tiempo extraescolar al estudio que sus otros compañeros- perciben que su desempeño escolar es similar al resto. Más aún, las mínimas diferencias encontradas apuntan a que los estudiantes nativos se autocalifican más frecuentemente como muy buenos o buenos estudiantes, mientras que los estudiantes de origen boliviano se autoevalúan comparativamente peor que lo que lo hace el resto de sus compañeros. Si bien con los datos de una encuesta es difícil poder interpretar estas diferencias, es probable que los niveles de exigencia que se imponen a sí mismos los inmigrantes bolivianos (y sus familias) sean superiores a los del resto de los alumnos y que, por dicho motivo, tiendan a autocalificarse como peores alumnos aun cuando, sin duda, tienen un rendimiento superior.
La exigencia escolar desde la perspectiva de los estudiantes Como vimos, los estudiantes difieren en su rendimiento, ya sea que se aprecie por la frecuencia con que repiten, por el número de materias que se llevan a examen o por el tiempo extraescolar dedicado al estudio. También si se considera el ausentismo como nivel de dedicación al estudio, aparecen marcadas diferencias en cuanto a su compromiso y apego escolar. En este contexto, resulta pertinente preguntarse en qué medida el rendimiento y dedicación se asocian con distintas apreciaciones sobre el nivel de exigencia de la escuela. Esto es, se podría conjeturar que a los estudiantes con mejor rendimiento escolar la escuela les resulta más fácil que a quienes no tienen tan buen rendimiento. O, alternativamente, es también plausible que
33
34
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
quienes dedican más tiempo extraescolar al estudio lo hacen porque perciben una mayor exigencia académica. De un modo u otro, se esperaría que, en conjunto, las percepciones sobre el nivel de exigencia escolar varíen según el origen migratorio de los estudiantes, teniendo en cuenta las diferencias ya mencionadas en su rendimiento. Contrariamente, las evaluaciones que hacen los estudiantes sobre el nivel de exigencia de su escuela son altamente similares entre todos los estudiantes, independientemente de su origen migratorio. Así, y como ilustra el Gráfico III.6, la absoluta mayoría concuerda en que su escuela tiene un nivel de exigencia intermedio, para alrededor del 15% el nivel es bajo y le resulta fácil, y para una ínfima minoría es exigente.
Gráfico III.6. Estudiantes encuestados (%) por apreciación del nivel de exigencia escolar, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
16
1ra. generación- Bolivia
19
2da. generación- Paraguay y Perú
13
2da. generación- Bolivia
14
80
6
Nativos
34
80
6
0%
Fácil
79
5
78
3
83
5
20%
Más o menos
40%
60%
80%
100%
Exigente
El trabajo: ¿un obstáculo para el desempeño escolar? Según hemos visto, el 25% de los estudiantes que formaron parte del estudio trabajan. El hecho de dedicar tiempo y energía al trabajo –más allá de las circunstancias que motiven a hacerlo– podría competir con el desarrollo adecuado de la labor escolar. Sin embargo, cuando se comparan indicadores vinculados al rendimiento y apego escolar no se observan grandes diferencias de acuerdo con la situación laboral del estudiante. Esto es, tanto los estudiantes que trabajan como quienes no lo hacen perciben los niveles de exigencia escolar, dedican igual tiempo extraescolar al estudio y a las tareas escolares y autoevalúan su rendimiento de manera similar. En el único aspecto que se advierte alguna diferencia es en el nivel de ausentismo: quienes trabajan tienen, en promedio, más faltas que quienes no trabajan, particularmente entre los nativos y los migrantes de primera generación. Entre los migrantes de segunda generación, en cambio, la asiduidad en la concurrencia es la misma, trabajen o no. En conjunto, estos resultados podrían interpretarse como que el trabajo adolescente carece de
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
consecuencias en el desempeño educativo. Esta interpretación sería engañosa si no se considerara el bajo rendimiento y apego escolar general. Vimos ya que la mayoría de los estudiantes no dedica nada del tiempo extraescolar al estudio o a tareas escolares y que tienen un alto nivel de ausentismo. Asimismo, muchos de quienes trabajan lo hacen de manera irregular, esporádica o durante los fines de semana, por lo que el hecho de trabajar no necesariamente tiene un impacto fácilmente perceptible en el desempeño educativo. Por lo tanto, en este contexto, el trabajo no empeora el ya bajo rendimiento y apego educativos, aunque sí influye en el nivel de ausentismo.
Las aspiraciones educativas Las aspiraciones educativas constituyen uno de los aspectos en los que más se diferencian los estudiantes nativos de sus pares migrantes (sean de primera o segunda generación). Estos últimos, con mucha mayor frecuencia –particularmente los migrantes de segunda generaciónaspiran a acceder y completar una carrera universitaria (Gráfico III.7). Más allá de las diferencias según el origen migratorio, es llamativa la elevada proporción de estudiantes que aspira a continuar estudiando una vez completado el ciclo medio.14
Gráfico III.7. Estudiantes encuestados (%) por aspiraciones educativas, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
16
1ra. generación- Bolivia
15
2da. generación- Paraguay y Perú
23
2da. generación- Bolivia
16
Nativos
32
0%
Secundario
19
62
14
3
69
3
25
45
25
55
24
20%
7
40%
Estudios terciarios
4
40
60%
Carrera universitaria
4
80%
100%
Otro plan
Las mujeres, por su parte, cualquiera sea su condición migratoria, tienen mayores aspiraciones que sus pares varones. Así, por ejemplo, del total de estudiantes encuestados, el 30% de los varones no aspira a mayor educación que la del ciclo medio, proporción que desciende al 20% entre las mujeres (no se muestra en cuadros). Teniendo en cuenta que los estudiantes que participaron del estudio provienen mayoritariamente Cabe señalar que el análisis se replicó para los estudiantes que cursan los últimos dos años del nivel medio (es decir que están más informados sobre las exigencias asociadas a la continuidad educativa), arrojando expectativas similares que el conjunto de los estudiantes.
14
35
36
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
de sectores humildes y pertenecen a familias en donde son, en muchos casos, el primer miembro que ha accedido al ciclo medio, cabe preguntarse en qué medida ellos mismos consideran que podrán hacer realidad sus aspiraciones. El Gráfico III.8 muestra a los estudiantes que indicaron que aspiraban a completar una carrera terciaria o universitaria según condición migratoria. Son los estudiantes paraguayos y peruanos, seguidos por los nativos, quienes tienen una actitud más optimista con respecto a sus alcances educativos a futuro. Entre el resto de los estudiantes, si bien también predomina una actitud positiva, una porción más elevada considera menos probable poder realizar sus expectativas.
Gráfico III.8. Estudiantes encuestados (%) que aspiran a completar una carrera terciaria o universitaria, por evaluación de la probabilidad de lograr dicha meta, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
66
1ra. generación- Bolivia
48
2da. generación- Paraguay y Perú
49
45
2da. generación- Bolivia
49
42
Nativos
56
0%
30
5
48
4
6
9
39
20%
Sí, seguramente
40%
Tal vez
60%
5
80%
100%
Poco probable
Las elevadas expectativas educativas de los estudiantes contrastan con las percepciones de varios profesores, que no ven a su alumnado con la motivación suficiente para hacer los esfuerzos o tener las herramientas necesarias para afrontar una educación posecundaria. El testimonio de una profesora así lo ejemplifica: Hay que contener al pibe, no importa cómo, pero hay que sostenerlo acá… y el pibe no quiere, el pibe, la mayoría, tiene otra expectativa, y trabajar, a lo mejor, con los chicos que sí realmente quieren una educación secundaria, completa, para acceder a una universidad o para acceder a un nivel terciario; eso es bueno, eso es lógico, pero también es bueno brindarle un oficio que no estén obligados a una institución con seis horas, a las cuales los chicos no están habituados; la mayoría de los que [viven] acá en el Conurbano no están habituados, no están habituados a la reglamentación, porque vienen de una escuela muy flexible, muy abierta, y... el secundario no está actualizado a esa escuela, donde la maestra es la gran mamá, y los profesores a veces no podemos cubrir esa expectativa de mamá porque venimos, damos dos horas, nos vamos a otro lugar, volvemos la semana que viene, entonces, no podemos [satisfacer] esa expectativa Y hay un vacío en eso.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Otra profesora sostiene algo similar: No quieren superarse… Pero es un tema social me parece. Me parece que eso de superarse, de ser responsable, de asumir algo, es como que les cuesta, nos está costando más... “Yo espero”, la escuela es eso, esperar, “no hago nada, yo espero”. Creo que es un mal social eso, es un mal social. “Yo no lo puedo hacer, entonces que lo haga otro”, en eso nos estamos educando. Las expectativas son bajas: “No me quiero superar porque es un sacrificio, porque me lleva más tiempo”… Lo que yo te decía de la universidad, “¡Oh! Tres años estudiando en la universidad… ¡no!”…
En resumen, el presente capítulo, referido al rendimiento escolar y a las expectativas educativas de los estudiantes, arrojó resultados interesantes sobre las diferencias entre estudiantes nativos y extranjeros. Cabe recordar que estos resultados corresponden a una población de niveles socioeconómicos bajos o, a lo sumo, medio bajos. En general, los hallazgos apuntan hacia un mayor nivel de compromiso y, consecuentemente, un mejor rendimiento educativo por parte de los inmigrantes, particularmente de origen boliviano. Directivos y docentes concuerdan en señalar la mayor dedicación al estudio de esta población. Tanto por su dedicación como por sus elevadas expectativas, pareciera que los inmigrantes de primera generación ven a la educación como un canal privilegiado de movilidad social ascendente.
37
38
Capítulo III. El sentido de la educación: rendimiento educativo y experiencia escolar
Los estudios realizados en la Argentina sobre inmigrantes en escuelas primarias y medias han señalado la existencia de variadas formas de discriminación. Uno de los aspectos a los que se alude con mayor énfasis es la tendencia de las escuelas a desestimar diferencias culturales o, más bien, a jerarquizarlas de modo tal que la cultura nativa es considerada como superior a la cultura que acercan los niños, niñas y adolescentes extranjeros, particularmente si provienen de países limítrofes. Asimismo, se indica que, si bien la escuela realiza esfuerzos por ser plural e inclusiva, predominan en los docentes y los estudiantes nativos sesgos discriminatorios hacia los migrantes. Retomando estos antecedentes y otros a nivel internacional, en el presente estudio se procuró cotejar algunas de estas concepciones en las escuelas estudiadas que, como hemos señalado, si bien presentan una marcada heterogeneidad en términos de su funcionamiento, proyecto pedagógico y niveles de convivencia interna, están todas ubicadas en zonas geográficas con predominio de hogares de nivel socioeconómico bajo o medio bajo. Además, en la matrícula de la mayoría de estas escuelas hay una significativa presencia de adolescentes inmigrantes.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes
39
40
Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes
Este capítulo explora cómo directivos y profesores perciben y valoran a los estudiantes extranjeros, procurando establecer en qué medida realizan distinciones de rasgos y conductas entre estudiantes nativos y extranjeros y, en ese caso, con qué carga valorativa. Mediante la información provista en entrevistas en profundidad, se describen inicialmente sus miradas sobre el estudiantado inmigrante en lo que hace a sus vínculos con la escuela y a su rendimiento educativo. Seguidamente, se describen sus visiones sobre la sociabilidad de los estudiantes extranjeros y sobre las relaciones que entablan con estudiantes nativos.
Los rasgos de comportamiento: estudiantes “como los de antes” El alumnado de las escuelas en las que se realizó el presente estudio tiene niveles socioeconómicos relativamente similares. Los contrastes de comportamiento que señalan directivos y docentes se refieren, entonces, a una población bastante homogénea en términos del ámbito geográfico de residencia y de su situación económica. En general, se detecta un fuerte acuerdo respecto de las características de los alumnos extranjeros en tanto estudiantes, particularmente si se trata de oriundos de Bolivia. Se distingue al estudiante boliviano, sea mujer o varón, como alguien que respeta al profesor, se comporta adecuadamente en la clase, no falta y llega a horario; en otras palabras, su actitud es caracterizada como significativamente más adecuada para el ámbito escolar que la de la población nativa. Estos rasgos, en concordancia con los puestos de manifiesto en el capítulo anterior, refuerzan la idea de una fuerte aspiración de movilidad social vía la educación. Tal distinción, ha llevado, en algunos contextos, a que algunos profesores valoren la presencia de alumnos extranjeros en el aula porque “le bajan los decibeles al grupo”. En tal sentido, algunos testimonios son elocuentes y muestran a las claras las tres características consideradas esenciales en el proceso educativo: la responsabilidad, las expectativas educativas de padres (ejercidas a través de un control familiar sobre la situación del hijo/a en la escuela) y un muy bajo nivel de ausentismo. Así lo manifiesta un director de escuela en La Matanza: Ellos vienen y, obviamente, tratan en poco tiempo de adaptarse lo más rápido que puedan, para no sufrir ciertas cuestiones en la escuela y en el barrio. O sea que tienen un nivel de adaptación espectacular. Y tienen ciertas características que ayudan a que los que trabajamos con ellos los veamos como chicos responsables; la familia se preocupa más del extranjero que la propia familia argentina. Al extranjero, a los padres les interesa mucho el tema del estudio, así que los mandan todos los días a la escuela, no faltan y cuando hay problemas laborales te vienen al principio y te explican, que si tienen que ir a un taller, porque trabajan en La Salada en algunos puestos, y otros están en el mercado, pero es menos; la prioridad de la familia boliviana es que el hijo estudie, o sea, te lo mandan.
Otros dos testimonios abonan la misma idea: [...] ellos al estudio se dedican, hacen todas las tareas y no tienen problemas de disciplina estadísticamente. Para nosotros es muy bajo [el número de]los conflictos que tenemos con las personas; por lo tanto, se puede trabajar muy bien, estamos muy conformes con la población extranjera. Ellos son muy sumisos en general,... son muy abiertos a aprender y son muy respetuosos. Entrevistadora: Casi el alumno ideal…
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Entrevistada: Exacto. Porque quieren salir adelante, quieren mejorar, porque vienen de una situación que nosotros no estamos acostumbrados. Ellos vienen de una sumisión ya, de un gobierno... que los somete y que los obliga; entonces, ellos lo trasladan acá, pero ellos lo trasladan para seguir viviendo en comunidad, pero poder crecer en esa comunidad. Y ellos siguen diferenciándose.
Frecuentemente, estas cualidades son destacadas por comparación con el comportamiento de los estudiantes argentinos, a quienes se los cataloga como menos comprometidos con su propia educación. Así lo hace explícito un directivo de una escuela en Lomas de Zamora: Los docentes lo que sí observan es que, en general, el alumno boliviano es muy aplicado, muy prolijo, muy estudioso, que por ahí el nativo no tanto, es más chanta digamos, se tira más a vago. Un profesor de geografía señala: Trabajan muchísimo más los chicos extranjeros. Pero muchísimo más. Vos agarrás una carpeta de ellos y ves que nada que ver [en comparación con los alumnos nativos]. Una psicóloga institucional en Villa Lugano también explica: A diferencia del resto de las corrientes migratorias de los otros países, los chicos bolivianos son buenísimos, tienen como una conducta de tolerancia, de hacer silencio, toleran, no pelean; entonces, como que es muy fácil, no oponen resistencia.
Resulta particularmente interesante uno de los señalamientos realizados por una docente en relación con los efectos del tiempo de residencia en la Argentina y el progresivo aggiornamento de los adolescentes inmigrantes a la cultura local. Debido a que en varios de los ambientes escolares estudiados se señala una dificultad para poder mantener el orden en clase, así como una elevada dispersión por parte de los alumnos, el que los inmigrantes con el tiempo de residencia en la Argentina comiencen a adoptar comportamientos similares a los nativos es visto negativamente por parte del cuerpo docente. Si bien se trata de un proceso natural que tiene como propósito alcanzar una mayor integración con los pares nativos y una disminución de la disonancia cultural experimentada cuando arriban a la Argentina, no es un cambio apreciado. Esto se debe a que las formas dominantes de comportamiento adolescente en estos contextos socioeconómicos suelen ser criticadas. Un testimonio lo ilustra elocuentemente: Los bolivianos son excelentes. Ya se nota en el tema de diferencia cuando son chicos ya nacidos acá o de primera generación; así, es como que ya agarraron el tema nuestro o de las costumbres de los chicos argentinos; y ahí ya ves el cambio. Pero si son chicos que vinieron este año o el año pasado, son excelentes.
Emerge así una jerarquía en lo que se refiere a comportamientos preferibles y aceptables, jerarquía que incluye como variables clave origen y tiempo de residencia en la Argentina. En este punto, cabe subrayar que la referencia es comportamental y vinculada a la disciplina en clase y a la dedicación al estudio. Como se verá un poco más adelante, al momento de evaluar el rendimiento académico, las respuestas de docentes y directivos se tornarán más divergentes. Resulta, por lo tanto, un orden de valoración de comportamientos en el que los inmigrantes bolivianos son puestos en la cúspide de la pirámide y los estudiantes nativos en la base:
41
42
Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes
El peruano también es más aplicado; o sea, por ahí el peruano está más cercano al boliviano en lo que es la aplicación, en la prolijidad, en la constancia. Por ahí el paraguayo es más parecido a nosotros, en el sentido de especular un poco, pero hay muy buenos alumnos, sostiene un directivo. Otra docente insiste: Tienen un poquito más de picardía, no son como los chicos bolivianos, tienen un poquito más de picardía los paraguayos. Por lo menos [es] lo que veo yo; por ahí, justo es una situación particular, y con los demás profesores no; pero, por lo que veo yo, sí, tienen un poquito más de picardía los chicos.
Al momento de interpretar estas diferencias entre comportamientos, es claro el vínculo que los docentes realizan entre la mejor disciplina de los alumnos extranjeros y el estricto control que los padres ejercen sobre sus hijos, en particular los padres oriundos de Bolivia. Así lo explica otro directivo en una escuela de La Matanza: Se distinguen por la conducta, [por la] predisposición para trabajar..., que son muy importantes. Los padres vienen a preguntar cómo está su hijo, si le está yendo bien. O sea, generalmente en la escuela ningún padre se acerca, es la verdad; pero ellos vienen y te preguntan si falta algo, cómo está en las materias y demás. Eso está muy bueno, y lo veo en esta escuela sola de todas las que trabajo; en esta pasa eso.
En una escuela de la Ciudad de Buenos Aires, otro director opina de manera similar: Mirá, yo lo que veo es, por ejemplo… esto es una mirada absolutamente subjetiva, es lo que yo veo desde mi experiencia. Los padres de los chicos que son bolivianos tienen una característica muy especial; vienen continuamente al colegio, vienen, están atentos, son muy respetuosos de la situación, quieren colaborar con la escolaridad de su hijo, se preocupan muchísimo. Es más, tienen una tradición... cuando egresan las chiquitas les regalan un anillo.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
El control familiar La jerarquía de comportamientos preferidos también se pone de manifiesto al evaluar el nivel de compromiso de los padres con la labor educativa de los hijos. La preocupación de los padres y las madres de origen boliviano se señala en numerosas ocasiones, en general, aunque no únicamente, contraponiéndola a la de padres nativos. Por ejemplo, se refiere que los padres peruanos tienen una menor preocupación por el rendimiento y el comportamiento de sus hijos en la escuela: Los padres de los chicos peruanos son un poco… no todos obviamente… pero son un poco más conflictivos, porque no son de venir mucho a la escuela, tienen mucha exigencia en el momento que vos les pedís por favor que se hagan cargo de los chicos. Hay muchos más chicos peruanos que trabajan que chicos de la comunidad boliviana que trabajen. O voy a decirlo así, el trabajo entorpece más la escolaridad de los chicos peruanos que la de los chicos bolivianos. Como que los padres tienen una mirada diferente entonces, al tener la familia una mirada diferente también te pone en otro lugar. Hablamos de los casos que no tienen una encerrona trágica, que no tienen otra alternativa que salir a trabajar.
43
44
Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes
Ahora bien, es preciso remarcar que, si bien la supervisión ejercida por los progenitores y la consecuente disciplina de los estudiantes son rasgos apreciados por los docentes y directivos, la severidad con la que en ocasiones los padres controlan y reprenden a sus hijos sorprende y es deplorada por los mismos docentes. Así, por ejemplo, en una escuela localizada en una villa de la Ciudad de Buenos Aires se realiza el siguiente señalamiento: En general el padre respeta muchísimo, y el problema es que hasta nos tenemos que cuidar de cómo citamos. Porque una vez me pasó que citamos a una mamá... el problema era de inasistencia, o sea, no era un problema de disciplina, y [cuando citamos a] la madre... lo primero que hizo el padre fue fajarlo al pibe. O sea, “no importa por qué me citan, primero te fajo”. Y después vino a preguntar “por qué me citaban”… O sea que, entonces, ahí uno dice… porque hay culturas que uno no conoce, ¿no? Por ahí tiene que ver... que el boliviano sea tan aplicado, con estas cuestiones... [con] esa parte tan estricta en la casa.
También en otra escuela de similares características, pero en el sur de la Ciudad de Buenos Aires, nos aclaran: En relación con los hábitos culturales, tienen como muy, muy incorporado... en las tres mayoritarias -la boliviana, la paraguaya y la peruana-, el correctivo, educar a golpes. El padre se sorprende cuando uno le dice que esto no es así, que no puede ser así; entonces plantean que bueno, que lo están educando, que no le están haciendo un mal, que le están haciendo un bien… Pero de verdad lo plantean, entienden que esto es lo bueno, que es lo que hay que hacer por los hijos… Y a veces es feroz. Bueno, todo el cuerpo directivo y yo, siempre que citamos a los padres, los citamos juntas, y tratamos de explicar; y cuando se entiende, bárbaro; y cuando no se entiende, la verdad que yo les hablo del marco legal, que no se puede pegar a los hijos, que nosotros como escuela de alguna manera cuidamos que no se vulneren sus derechos. Me impacta un poquito hablar así, pero… Porque siento que es etiquetar, pero nos pasa que en la comunidad boliviana tiene como la última palabra el papá; entonces, viene, y ya, si viene con el papá, la señora es muy así, de mirar para abajo, y el papá toma el protagonismo, educa y demás. En la comunidad paraguaya las mamás son feroces, tienen elementos para pegar en la pared, según la gravedad del caso; y esto es común, esto te lo cuentan los chicos, las chicas sobre todo, las más golpeadas son las mujeres. La semana pasada tuvimos un episodio con una familia boliviana, sumamente violento... una chica se escapó con el novio, la agarraron entre los hermanos y el padre, le cortaron todo el pelo y le pegaron con cables entre las piernas. Una familia que nunca la había golpeado; pero la hija vino embarazada; entonces, se escapó con el novio; entonces, para que aprenda y no se embarace… Y la respuesta ante esto, por supuesto, fue acudir a la defensoría.
Es importante señalar un matiz que emergió en el trabajo de campo: la alusión a casos de violencia hacia los hijos e hijas tuvo lugar en escuelas de la Ciudad de Buenos Aires localizadas en asentamientos marginales con elevados niveles de violencia en su interior y no en otros barrios o asentamientos de la Provincia de Buenos Aires. Aquí no es posible establecer si es que la propia institución escolar -por estar más atenta o contar con recursos humanos adecuados- está en condiciones de hacer un mejor registro de estas situaciones o es una diferencia real en el
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
comportamientos según los contextos locales de marginalidad que promueven, en general, conductas más violentas -a veces para evitar males mayores, como que los hijos se involucren en actividades delictivas o en el tráfico de drogas. Ahora bien, cuando se inquirió sobre la presencia y el rol de los padres nativos en los procesos educativos de sus hijos, hubo una respuesta de docentes y directivos que se repitió de una manera singular: la referencia a que los adolescentes “están muy solos”. En varias de las escuelas se señaló no solo una falta de interés de los padres por la labor educativa de sus hijos sino una ausencia de carácter literal, el no contacto, la no comunicación. Uno de los docentes lo explica claramente: Los nativos… mucha ausencia, hay mucho pibe solo, mucho pibe solo. Y de acuerdo al contexto de donde proviene el pibe, esa soledad es más o menos grave. Siempre es grave, pero en algunos casos es muy grave. Por eso es que nosotros todo el tiempo [tratamos de que] ningún pibe se nos vaya, o sea, hacemos todo lo posible por sostenerlos. Hay “profes” que se enojan y dicen “pero no somos dioses, esto es imposible”. Pero, viste, cuando vos decís, “el norte es este pibe”, cuatro horas acá adentro es cuatro horas menos afuera, cuatro horas menos de riesgo, porque este pibe está en veinticuatro horas de riesgo. Entonces, para nosotros es sumamente importante que esté acá adentro
Otra docente sostiene algo similar: Hay mucho abandono, hay muchos chicos que están solos, solos porque los padres trabajan, o solos porque el papá y la mamá no se hacen cargo, y entonces… Hay muchos chicos que están solos; y eso se nota, en el rendimiento, se nota en la responsabilidad. “No me importa, no me interesa”. Porque no hay un mayor tampoco que le importe o le interese lo que esté haciendo: Entonces, es como que ese vacío se nota…
45
46
Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes
La asistencia escolar Uno de los rasgos apreciados de la población extranjera, en particular de la boliviana, es su bajo nivel generalizado de ausentismo, rasgo que la distingue de la población nativa. En el caso de la población nativa, nos encontramos con que, si bien presentan una asistencia más irregular, el nivel de ausentismo varía según la escuela. Esta heterogeneidad hace pensar en la influencia de los contextos escolares en el apego escolar de los alumnos en general, aunque particularmente entre los nativos. Posiblemente –y es algo que habrá que examinar empíricamente- existen contextos en los que los estudiantes se sienten más a gusto o sienten más interés por asistir que en otros. En una de las escuelas en Lomas de Zamora se señala: Asistencia tenemos muy alta; y prácticamente no tenemos deserción. La deserción anual serán uno o dos, y por pase, porque se mudan a otra provincia o de pronto se mudan a Catán, o a Merlo; o, si no, como ahora, que tenemos dos chiquitos que se van para Chaco y, bueno, estamos con la otra escuela arreglando el tema del pase. Pero mayormente se quedan; y de asistencia a clase, vienen todos los días; vienen menos los profesores, faltan más los profesores que los chicos.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
En otra de las escuelas se hace una descripción similar: No hay ausentismo, vos sabés que no acá. Es más, en otras escuelas donde trabajo, que la lluvia -porque lamentablemente donde viven ellos se les complica con el tema del barro-, que los colectivos….., hay días que no hay alumnos. Acá no, siempre están. La verdad, nunca lo hemos hablado con profundidad, si es una cuestión del comedor o qué, pero vienen.
Vale mencionar que, en varias ocasiones, tanto profesores como directivos hicieron alusión a otro ausentismo: el de sus propios colegas. Este fue un problema señalado repetidas veces y con el que nos encontramos durante el trabajo de campo: hallar aulas vacías o grupos en horas libres debido a la falta del docente. Y esto, lamentablemente, fue la norma y no la excepción.
El rendimiento académico Puestos a evaluar el rendimiento académico de los estudiantes extranjeros vis a vis los estudiantes nativos, los docentes y directivos brindaron distintos tipos de respuestas. Algunas se basan claramente en estereotipos o mensajes que circulan intramuros; es decir, no necesariamente todos los docentes y directivos basan sus explicaciones en observaciones más o menos rigurosas de sus estudiantes. El grado de conocimiento sobre aspectos específicos de los alumnos extranjeros depende, en gran medida, del grado de interés que hayan tenido en comprender las diferencias y en no guiarse exclusivamente por prejuicios. Señalada esta variedad de actitudes frente a los alumnos extranjeros, se ha detectado que algunas respuestas hacen alusión a rasgos culturales, como es la recurrente referencia a la timidez de los estudiantes de origen boliviano. Esta timidez se expresa en una escasa participación oral en clase, lo que para algunos docentes no guarda relación con el rendimiento académico, el cual es calificado como muy satisfactorio. Así lo expresa un directivo de una de las escuelas en La Matanza: Rendimientos académicos, hay algunos que son excelentes… como todos, hay otros que no tienen un rendimiento acorde, digamos… Una de las características que tienen muy fuerte es la timidez; son introvertidos. Si tengo que definir entre tranquilos y no tranquilos, que está mal, pero bueno, son más tranquilos que nosotros. Pero, mayormente, [en cuanto al] rendimiento que tienen, hay algunos que son excelentes, no bajan de 9, por ejemplo.
Otro director de una escuela en la Ciudad de Buenos Aires, también enfatiza el buen rendimiento y las diferencias culturales acudiendo a un ejemplo: Las chicas bolivianas, en general, la mayoría, son muy aplicadas, tienen muy buenas notas, son muy buenas alumnas. Había un chico [al] que le iba bastante mal en todas las materias, y le presentaba la evaluación al docente de matemática y se sacaba 10; entonces, una chica que se sentaba adelante de todos, boliviana, se acercaba y le decía al profesor: “Esa era mi prueba”; y el profesor le decía: “Pero tiene el nombre de él”, “Pero me la sacó”, “Pero tiene el nombre de él”. Entonces, la chica en la siguiente prueba dibujó en el medio de los cálculos pinitos, arbolitos, porque el chico le borraba con liquid su nombre y ponía encima el nombre de él. [...] el chico se la volvió a robar; entonces, la chica fue y le dijo al profesor; “Mire, esa es mi prueba, yo en el cálculo 2 puse un pinito, en el 3 puse un…”. [El profesor] lo llama al chico y le dice: “Mirá, esta es la prueba de ella, acá me
47
48
Capítulo IV. La recepción desde el ámbito escolar: la mirada de directivos y docentes
explica lo que hizo”, “No, es mía”, “No seas caradura”, le dice el docente, “es de ella, ella la hizo”, “Pero yo se la robé, ¡es mía!” (risas). No había modo de correrlo de esa lógica. Es un ejemplo que muestra bastante claro estas distintas lógicas.
Para esta otra profesora, son justamente estos rasgos culturales vinculados a su mayor tranquilidad y menor expresión los que les dan un valor agregado a estos alumnos: Es porque la población extranjera ayuda a eso. Baja los decibeles. Y no es que tengan una actitud de sumisión, como muchas veces se cree… no, no, no, porque, si uno habla con ellos y te lo plantean, lo trabajás. Sino que es… yo no sé si es respeto… es un poco de todo, pero es una actitud distinta hacia el estudio; yo creo que valoran la escuela como institución todavía, y que aquí vienen a aprender algo, a llevarse algo. La comunidad valora mucho que su hijo pueda tener estudios, muchísimo. A mí me parece que pasa por ahí eso; por eso ellos son así tranquilos… muy buenos alumnos, muy buenos, los extranjeros
Un directivo de una de las escuelas de La Matanza, si bien también hace referencia al problema de la expresión oral, aprovecha la ocasión para señalar en su respuesta el problema más generalizado del bajo rendimiento del estudiantado en general: El rendimiento académico [de los estudiantes bolivianos] es más limitado en ciertas áreas, pero no en otras. Acá, en esta escuela en particular, no se diferencian demasiado porque el argentino tiene un nivel muy bajo en la primaria. Entonces, llega un momento que se equilibra todo, porque no tenemos gran nivel [...] lo que se llama unas producciones espectaculares que se podría pensar para primer año. No, estamos todavía con la lectoescritura, con cosas básicas todavía. Tenemos que hacer un período de adaptación que nos lleva un año, más o menos, que lo hacemos en 1er año, fuerte en dos o tres áreas, que serían matemática y práctica del lenguaje; y es para equilibrar. Y no, no hay diferencia.
Y en relación con el tema de la expresión oral, continúa: Les cuesta leer en voz alta, sí, un poco por el tema de quedar expuestos, es por eso. Pero la lectura es una de las cosas que acá se motivó y se trabaja muchísimo. La lectura, y la lectura por placer. Ellos, cuando tienen hora libre y no quieren volverse o tienen que quedarse, buscan libros. La biblioteca, como verán, es abierta, y ellos tienen acceso, entran, sacan un libro y miran, o algún manual o algunas cosas… [En] Prácticas del lenguaje hay una orientación especial en esta escuela; lo que tratamos de hacer es la comunicación primero, de cualquier forma, sobre todo la verbal y la escrita, y producciones; y después, recién, hay un análisis de algo, si es que llega eso. No le damos prioridad a lo que está establecido, por decirlo de alguna manera, sino que miramos lo que a nosotros nos hace falta acá, que es establecer la comunicación oral, que es lo que más les cuesta. Pero las producciones escritas están bien, y sobre todo en 3er año, ya mejoran un montón.
La problemática del pasaje del primario al secundario, situación que no es de ninguna manera privativa de los alumnos extranjeros, se puso de relieve en más de una oportunidad, como se advierte en el siguiente testimonio. Luego de haber respondido que el mayor empeño y dedicación de los estudiantes bolivianos no se traducía en un mejor desempeño académico, tuvo lugar el siguiente diálogo.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Entrevistadora: ¿A qué se lo atribuís, a la escuela de donde vienen, al estímulo familiar?...
Entrevistado: Yo creo que tiene que ver con la formación inicial que es deficiente
Entrevistadora: ¿Son alumnos que por lo general cursaron parte de su escolaridad en Bolivia? Entrevistado: Hay muchos que sí. No todos, a lo mejor una parte; o, por ahí, vienen de alguna otra escuela primaria, también de acá, de acá al lado, por ejemplo. Y, en líneas generales, lo que nos pasa a nosotros es que hay un cierto desnivel. Lo que nos pasa a nosotros, por lo menos en primer año, es que hay un desnivel bastante importante, porque, por ahí, confluyen de varios lados distintos. Entonces, uno de los proyectos que este año pusimos en marcha y estamos contentos por el resultado -tendríamos que ver la posibilidad de ampliarlo- es el de tener una o dos personas que hacen, nosotros decimos como de rueda de auxilio, cuando los chicos tienen algún inconveniente.
En una de las entrevistas se pusieron de manifiesto los problemas que acarrea el cambio de país cuando ya se está cursando la secundaria. Uno de los colectivos que muestra una importante incidencia de migrantes recientes es el peruano, y parece que son los recién llegados quienes presentan los mayores problemas de bajo rendimiento: Hemos tenido discusiones acá dentro muy fuertes con algunos adultos que sostenían: “No, pero estos chicos no pueden”… “¿No pueden qué?”. “No, no pueden…”. Bueno, tenemos que darles lo que no tienen para que puedan; punto, se acabó. Es decir, existía también esta mirada desde el adulto. Entrevistadora: Pero, ¿por qué?, ¿porque venían con una formación deficiente…? ¿No pueden en qué sentido? Entrevistado: No, no pueden porque no hablan, porque no son chicos que saben… Entrevistadora: O sea, vienen con una formación más deficitaria… Entrevistado: Exacto. Por ejemplo, te das cuenta en el… no sé cómo se llama, cuando hacés el paso de los estudios que tuvieron en Perú… ¡las equivalencias! Siempre van dos abajo. Entonces, simbólicamente, para un chico es muy fuerte, venir de un 4º y quedarse en un 2º o en un 3º. El pibe dice: “¿Cómo? Yo estaba en 4º, ¿por qué ahora?”. Entonces, se hace un trabajo de explicarles por qué, se les muestra que las materias, que no tiene que ver con el número sino que tiene que ver con una serie de materias… Como que sacarlo a él de ese tema, que es una cuestión burocrática y no una cuestión personal. Y eso dio resultado, eso dio bastante resultado. Porque, al principio, no lo veíamos, estas cuestiones eran invisibles.
Recapitulando, a lo largo del trabajo de campo se detectó una situación que vale la pena resaltar: la alta apreciación de directivos y profesores respecto de los estudiantes extranjeros, particularmente los de origen boliviano. Esta estima se basa, en gran medida, en rasgos de conducta escolar muy valorados, como el respeto hacia los profesores, la disciplina en clase, la responsabilidad hacia la tarea, el bajo ausentismo y la prolijidad. El hecho de resaltar estos aspectos, que son contrastados con los de los alumnos nativos, no necesariamente implica una uniformidad de miradas por parte del cuerpo docente ni tampoco una ausencia de juicios o prejuicios en torno a las poblaciones de inmigrantes. Sin embargo, las apreciaciones contrastan fuertemente con la idea de un contexto de rechazo, resistencia o abierta discriminación.
49
50
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
51
52
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
El propósito de este capítulo es abordar la temática de los climas escolares en los que desarrollan la actividad educativa los niños inmigrantes o hijos de inmigrantes, focalizando en un aspecto clave: los sentimientos de discriminación. La discriminación supone una operación por la cual se separa y se degrada al otro, en este caso al inmigrante boliviano, paraguayo o peruano. Se lo juzga de modo tal que, por su calidad de extranjero, de particulares orígenes nacionales y/o étnicos, se lo considera inferior en varios sentidos, negándole cualidades, posibilidades y derechos. La discriminación puede venir acompañada de abusos, maltrato, violencia o engaños. Conscientes de que se trata de un tema sumamente complejo, consideramos oportuno incluir en la encuesta algunas preguntas tendientes a detectar sentimientos de discriminación entre los adolescentes y docentes. Asimismo, y para triangular y complementar la información, inquirimos sobre estos aspectos en las entrevistas realizadas con directivos y docentes. En primer lugar, como forma de introducir la problemática de la discriminación, se analizan aspectos vinculados con el trato entre pares, particularmente con el origen de las amistades, con los vínculos entre estudiantes y con la percepción de violencia entre alumnos de la propia escuela. Seguidamente, se describen las respuestas referidas a la autopercepción de discriminación, distinguiendo, para todos los grupos analizados, las razones por las cuales se han sentido discriminados y los sujetos que los han discriminado. En una segunda parte del capítulo, se introduce la mirada de docentes y directivos sobre la discriminación de los alumnos extranjeros.
Amigos son los amigos Con el propósito de determinar el grado de integración que podían experimentar los alumnos extranjeros o hijos de extranjeros, se analizó la composición y origen de sus amistades. En primer lugar, se preguntó si la mayoría de sus amigos provenían de la escuela o de otros contextos fuera de la escuela.15 La respuesta más frecuente para todos los grupos, con independencia de su origen, fue: “Solo algunos de mis amigos son de la escuela”, lo que indica que su red de relaciones sociales se extendía hacia otros ámbitos. Las mujeres fueron más propensas que los varones a brindar este tipo de respuesta. Dado que la respuesta “La mayoría de mis amigos son de la escuela” puede ser indicativa de ámbitos de interacción más reducidos, se la consideró más detalladamente. (Gráfico V.1). Si bien las diferencias por origen no son muy pronunciadas, los extranjeros son los más proclives a brindar este tipo de respuesta. Es más, a medida que el tiempo de residencia se extiende, el peso de dicha respuesta disminuye. En efecto, los migrantes de segunda generación se ubican en el medio de las respuestas que brindaron nativos y extranjeros.
Las alternativas de respuesta eran: “La mayoría de mi amigos son de la escuela”, “Solo algunos de mis amigos son de la escuela” y “La mayoría de mis amigos no son de la escuela”.
15
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Gráfico V.2. Estudiantes encuestados (%) por origen de sus amistades, según condición migratoria y origen
100%
3
7
44
71
2 65
10
6
84
78
80%
60% 53
40% 33
20%
22 17 6
0% Nativos
2da. generación Bolivia
Casi todos argentinos
2da. generación Paraguay y Perú
Argentinos y extranjeros por igual
1ra. generación Bolivia
1ra. generación Paraguay y Perú
Casi todos extranjeros
La proveniencia de los amigos no necesariamente refleja cómo se llevan los adolescentes entre sí dentro del aula. Para poder determinar este aspecto, se incluyó específicamente una pregunta orientada a captar estos vínculos.1 El Gráfico V.3 indica que el mayor porcentaje de quienes dicen llevarse bien con la mayoría de sus amigos se registra entre los migrantes de primera generación peruanos y paraguayos y que el menor porcentaje es el de sus pares bolivianos. Si bien estos datos muestran una marcada heterogeneidad -y, por lo tanto, no se puede detectar patrones muy evidentes-, en el caso de los adolescentes oriundos de Bolivia (primera y segunda generación) se evidencian sentimientos de menor comodidad en el aula.
En este caso las alternativas de respuesta fueron: “Me llevo bien con la mayoría”, “Me llevo bien con algunos y con otros no” y “Me llevo bien solo con unos pocos”.
1
53
54
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
Gráfico V.1. Estudiantes encuestados (%) que declaran que la mayoría de sus amigos son de la escuela, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
31
1ra. generación- Bolivia
33
2da. generación- Paraguay y Perú
25
2da. generación- Bolivia
28
Nativos
30
0%
5%
10%
15%
20%
25%
30%
35%
Esto ocurre, probablemente, por dos motivos: por un lado, porque los extranjeros que llegaron más recientemente han tenido menores posibilidades de hacerse de amigos fuera de la escuela; por otro lado -en particular en el caso de los adolescentes bolivianos-, porque, dado al más férreo control que ejercen los padres sobre la vida social de sus hijos, es posible que su red de relaciones no se extienda más allá del contexto escolar. En cuanto al origen de sus amistades, los nativos declaran con bastante mayor frecuencia que la mayoría de sus amigos son también argentinos.16 Si bien esta respuesta puede deberse, en parte, a las diferencias numéricas entre nativos y extranjeros, se pone de manifiesto una tendencia interesante: entre quienes son migrantes de segunda generación, el porcentaje que declara tener amigos exclusivamente argentinos aumenta. Otro fenómeno a resaltar es que, aunque con un bajo porcentaje, son los inmigrantes bolivianos quienes declaran en mayor proporción tener amistades casi exclusivamente extranjeras.
Dado que no se detectaron diferencias significativas por sexo, se incluye sólo información referida al total sin discriminar entre varones y mujeres.
16
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Gráfico V.2. Estudiantes encuestados (%) por origen de sus amistades, según condición migratoria y origen 100%
3
7
44
71
2 65
10
6
84
78
80%
60% 53
40% 33
20%
22 17 6
0% 2da. generación Bolivia
Nativos
Casi todos argentinos
2da. generación Paraguay y Perú
Argentinos y extranjeros por igual
1ra. generación Bolivia
1ra. generación Paraguay y Perú
Casi todos extranjeros
La proveniencia de los amigos no necesariamente refleja cómo se llevan los adolescentes entre sí dentro del aula. Para poder determinar este aspecto, se incluyó específicamente una pregunta orientada a captar estos vínculos. El Gráfico V.3 indica que el mayor porcentaje de quienes dicen llevarse bien con la mayoría de sus amigos se registra entre los migrantes de primera generación peruanos y paraguayos y que el menor porcentaje es el de sus pares bolivianos. Si bien estos datos muestran una marcada heterogeneidad −y, por lo tanto, no se puede detectar patrones muy evidentes−, en el caso de los adolescentes oriundos de Bolivia (primera y segunda generación) se evidencian sentimientos de menor comodidad en el aula.
Gráfico V.3. Estudiantes encuestados (%) que declaran llevarse bien con la mayoría de los compañeros/as de clase, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
64
1ra. generación- Bolivia
49
2da. generación- Paraguay y Perú
62
2da. generación- Bolivia
55
Nativos
58
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
55
56
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
Por último, con el objetivo de determinar el clima social imperante en la escuela, se propuso una afirmación para que los alumnos declararan su grado de acuerdo o de desacuerdo: “En esta escuela hay muchos conflictos entre los estudiantes”. Ante esta aseveración, un número muy elevado de adolescentes respondió estar muy de acuerdo o de acuerdo. El patrón de respuestas no es claro, pero lo cierto es que alrededor de seis de cada diez estudiantes está de acuerdo con esa afirmación
Gráfico V. 4. Estudiantes encuestados (%) que declaran estar “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con la afirmación “En esta escuela hay muchos conflictos entre los estudiantes”, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
55
1ra. generación- Bolivia
62
2da. generación- Paraguay y Perú
66
2da. generación- Bolivia
60
Nativos
58
50%
55%
60%
65%
70%
Estos conflictos se dirimen frecuentemente con violencia física, más prevalente entre los alumnos varones. En efecto, un tercio de los estudiantes nativos declaró haberse “agarrado alguna vez a trompadas” dentro de la escuela, proporción que es solo un poco menor entre los alumnos extranjeros. Entre las mujeres estas proporciones son algo más bajas: casi un quinto entre las mujeres nativas y un 16.5 % entre las extranjeras. Esta situación repercute en sentimientos de inseguridad dentro de la escuela, los que se evidencian en el elevado porcentaje de alumnos que señalan estar muy de acuerdo y de acuerdo con la afirmación: “No me siento seguro en esta escuela porque hay mucha violencia”. Las diferencias por origen son marcadas, lo que muestra a las claras estilos de relaciones y vínculos influidos por aspectos culturales: mientras que el 28.6 % de los nativos se siente inseguro en su escuela, entre los migrantes bolivianos el porcentaje asciende a 46.8 % y entre los hijos de bolivianos a 43.2 % (Gráfico V.5).
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Gráfico V.5. Estudiantes encuestados (%) que declaran estar “muy de acuerdo” o “de acuerdo” con la afirmación “No me siento seguro en esta escuela porque hay mucha violencia”, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
30
1ra. generación- Bolivia
47
2da. generación- Paraguay y Perú
38
2da. generación- Bolivia
43
Nativos
29
0%
10%
20%
30%
40%
50%
Yo discrimino, tu discriminas… él/ella se siente discriminado/a Los adolescentes extranjeros declararon con mucha mayor frecuencia que los nativos el haberse sentido discriminado. El rango de respuestas positivas a dicha pregunta va desde un 27.1 % entre los varones nativos a un 57.8 % entre las mujeres bolivianas. Si bien los migrantes bolivianos son los más afectados, les siguen bastante de cerca sus pares peruanos y paraguayos (Gráfico V.6). Otro patrón significativo es que las mujeres inmigrantes declaran sufrir más la discriminación que los varones, con la única excepción de la segunda generación de mujeres paraguayas y peruanas. Las percepciones de discriminación solo se matizan en la segunda generación de inmigrantes.
57
58
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
Gráfico V.6. Estudiantes encuestados (%) que declaran haberse sentido discriminados, según sexo y condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
43 49 47
1ra. generación- Bolivia
52 58 55
2da. generación- Paraguay y Perú
48 39 43
2da. generación- Bolivia
31 44 39
Nativos
27 34 31 0%
Una vez
10%
20%
Dos veces o más
30%
40%
50%
60%
70%
Total
Ahora bien, hay dos aspectos que son fundamentales para la comprensión de los procesos de discriminación: por un lado, sobre la base de qué rasgo o rasgos la persona se siente discriminada; por otro, quién o quiénes son las personas que ejercen dicha discriminación. En cuanto al primer aspecto, y como podía esperarse, los migrantes de primera generación, en su gran mayoría (entre 6 y 7 de cada 10), se han sentido discriminados en por su condición de extranjeros. Sin embargo, no son despreciables las menciones al color de la piel y a la apariencia física (Cuadro V.1).
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Cuadro V.1. Estudiantes encuestados (%) que declaran haberse sentido discriminados, por razones de discriminación, según sexo y condición migratoria y origen. Razones de discriminación
Nativos
2da. gen. Bolivia
2da. gen. Paraguay y Perú
1ra. gen. Bolivia
1ra. gen. Paraguay y Perú
Mujeres a. Por mi apariencia física b. Por ser mujer
57,9
42,9
61,5
22,4
30,0
9,8
12,2
3,8
10,4
2,5
c. Por ser homosexual
0,0
0,0
0,0
0,0
0,0
d. Por mi religión
6,7
10,2
3,8
6,0
0,0
e. Por mi forma de vestir
17,7
12,2
11,5
7,5
7,5
f. Por el color de mi piel
17,1
40,8
15,4
23,9
12,5
g. Por no tener dinero
7,9
2,0
3,8
6,0
2,5
h. Por ser inmigrante
0,6
6,1
3,8
70,1
75,0
17,1
8,2
11,5
3,0
0,0
7,9
4,1
3,8
3,0
0,0
60,6
68,0
60,0
24,5
18,2
i. Otra razón No sabe Varones a. Por mi apariencia física b. Por ser mujer
1,1
4,0
0,0
0,0
0,0
c. Por ser homosexual
0,0
4,0
6,7
0,0
0,0
5,3
0,0
6,7
3,8
0,0
e. Por mi forma de vestir
d. Por mi religión
22,3
16,0
13,3
11,3
18,2
f. Por el color de mi piel
16,0
32,0
16,7
30,2
21,2
9,6
8,0
3,3
5,7
3,0
g. Por no tener dinero h. Por ser inmigrante i. Otra razón No sabe
0,0
8,0
3,3
69,8
63,6
18,1
0,0
3,3
1,9
0,0
6,4
4,0
6,7
9,4
6,1
Los migrantes de segunda generación -aquellos que no son extranjeros pero son hijos de extranjeros- presentan algunas diferencias según origen en cuanto al tipo de motivo de discriminación aludido: varones y mujeres de origen paraguayo señalan mayormente la apariencia física, mientras que los de origen boliviano se refieren a la apariencia física, pero hacen alusión con mucho mayor frecuencia al color de la piel. También entre los nativos la apariencia física es el rasgo más mencionado como motivo de la discriminación que declaran haber sentido, aunque también señalan con mucha frecuencia el color de la piel y la forma de vestir. En cuanto al segundo aspecto, el referido a la identificación de las personas que ejercen la discriminación sobre los adolescentes, lo que se pone de manifiesto en las respuestas es una preocupante, aunque no sorprendente, situación: la categoría más nombrada por todos son los propios compañeros de escuela. Los migrantes de primera generación, y particularmente las mujeres, declaran masivamente sentirse discriminadas por sus pares (casi tres cuartas partes de las bolivianas, paraguayas y peruanas).
59
60
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
Cuadro V.2. Estudiantes encuestados (%) que declaran haberse sentido discriminados, por sujetos que sienten que los discriminan, según sexo y condición migratoria y origen Sujetos que ejercen la discriminación
Nativos
2da. gen. Bolivia
2da. gen. Paraguay y Perú
1ra. gen. Bolivia
1ra. gen. Paraguay y Perú
Mujeres a. Profesores o maestros
10,4
0,0
7,7
4,5
2,5
b. Compañeros de escuela
61,6
53,1
53,8
74,6
72,5
c. La policía
3,0
12,2
11,5
7,5
5,0
28,0
49,0
30,8
32,8
27,5
e. Patrones o jefes
2,4
2,0
0,0
0,0
0,0
f. Otros
7,9
0,0
11,5
1,5
2,5
No sabe
11,0
6,1
3,8
3,0
0,0
a. Profesores o maestros
16,0
8,0
3,3
5,7
6,1
b. Compañeros de escuela
56,4
60,0
56,7
52,8
63,6
c. La policía
19,1
16,0
13,3
5,7
6,1
d. La gente en general
29,8
44,0
26,7
50,9
24,2
9,6
4,0
3,3
1,9
0,0
f. Otros
10,6
8,0
6,7
1,9
3,0
No sabe
8,5
4,0
10,0
9,4
6,1
d. La gente en general
Varones
e. Patrones o jefes
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Entre nativos, también son los compañeros de escuela quienes son identificados como los sujetos que discriminan, lo que denota no solo una problemática de discriminación por origen nacional o étnico sino también un clima generalizado de intolerancia hacia la diferencia. Resulta muy interesante que solamente algunos casos hagan alusión a la discriminación por parte de profesores y maestros; de hecho, estas figuras son más nombradas por los nativos que por los migrantes de primera o segunda generación. En alguna medida, estos resultados concuerdan con las expresiones vertidas por docentes y directivos en las entrevistas. Como se verá en el siguiente apartado, unos pocos testimonios de los docentes podrían ser interpretados como expresiones estereotipadas en relación con su visión de los alumnos extranjeros. El hecho de que los profesores o maestros no sean señalados como los sujetos que discriminan concuerda con otras declaraciones efectuadas a lo largo de la encuesta. Por ejemplo, cuando se les solicitó a todos los encuestados que establecieran el grado de acuerdo o desacuerdo con la afirmación “Los profesores tratan peor a los estudiantes que son extranjeros”, el rango de respuestas positivas fue de un máximo del 15.6% entre migrantes bolivianos y un 7.9% entre los nativos. Si bien las respuestas positivas fueron más elevadas entre quienes declaran con mayor frecuencia sentirse discriminados, es importante señalar que es relativamente bajo el porcentaje de acuerdo con esa afirmación. Este resultado tiene una clara derivación de política: las acciones dirigidas a erradicar prácticas discriminatorias en la escuela deben orientarse, en primer lugar, a mejorar el conocimiento mutuo, derribar estereotipos y promover la convivencia entre los propios estudiantes. Como establecerán algunos directivos, estas acciones van más allá de predicar la importancia de la tolerancia y el respeto por la diferencia; deben ir acompañadas de actividades, talleres y proyectos que se desarrollen de manera conjunta para promover el conocimiento mutuo, el intercambio y la interacción, exponiendo diferencias culturales en un `plano de igualdad y de respeto.
Docentes y directivos frente a la discriminación en la escuela En las entrevistas con docentes y directivos se abordó la problemática de la discriminación en un sentido amplio, intentando obtener información sobre la complejidad del fenómeno y tratando de evitar obtener respuestas “políticamente correctas”. Antes de avanzar en el análisis de las respuestas, vale la pena resaltar que las observaciones de campo permitieron identificar situaciones de convivencia escolar muy heterogéneas. Estas diferencias se asociaban, principalmente, a dos factores: por un lado, al peso relativo de la población inmigrante (ya sea de primera o segunda generación) en el conjunto del estudiantado; por el otro, a la preocupación y a los esfuerzos realizados desde la propia institución (directivos y maestros) para mejorar el clima de convivencia escolar. En aquellas escuelas donde la población migrante constituye una minoría y en donde no se han realizado actividades específicas sobre la problemática, es donde la confrontación o conflicto entre estudiantes es más manifiesto. Durante el relevamiento de campo, hemos sido testigo de situaciones de violencia verbal por parte de estudiantes nativos, bajo la forma de cargadas o de alusiones discriminatorias hacia los alumnos extranjeros. Aunque escudadas en el tono de “chiste”, estas intervenciones no dejaban de ser agresivas o estigmatizantes. En cambio, en las escuelas en las que el número de alumnos extranjeros es mayor y los directivos han tomado una posición proactiva al respecto (mediante el desarrollo de actividades conjuntas), se da un clima de mayor tolerancia entre los estudiantes. La hostilidad de los estudiantes nativos hacia los extranjeros se ejerce en primer lugar hacia los
61
62
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
la propia xenofobia basada en criterios nacionales y étnicos generan una animosidad hacia los bolivianos. Entre los estudiantes nativos esta apreciación está difundida. Cuando se les solicitó que indicaran el grado de acuerdo con la afirmación “Los inmigrantes les sacan trabajo a los argentinos”, casi el 60% dijo estar muy de acuerdo o de acuerdo. Entre los estudiantes extranjeros dicho porcentaje fue significativamente menor (el 21% entre los bolivianos y el 25% entre los paraguayos y peruanos). Por su parte, los docentes y directivos realizan sus propias lecturas e interpretaciones al respecto. Algunos, de manera más solapada, se hacen eco de estos prejuicios, mientras que otros tratan de combatirlos. En efecto una docente adhiere en parte a las apreciaciones generalizadas sobre la competencia desleal de los trabajadores inmigrantes: [...] no sé si ellos están guardándose ese resentimiento, por la necesidad de superarse y todo eso; en sus sociedades por ahí no les brindan esas oportunidades, y nosotros somos muy abiertos, eso, y si ellos trabajan… es como que se superan, pero no sé si se superan para integrarse o se superan para discriminarnos a nosotros después… no sé si no va a ser el resultado inverso, a la larga, de esta situación, me parece a mí… Es como que “a mí me cuestionan, pero yo puedo superarme, porque yo soy mano de obra que a lo mejor acepto todo, acepto todas las situaciones;, pero acepto porque yo quiero mejorar, pero yo no sé si voy a mejorar para integrarme o a mejorar para decirles “¿Ven? ¿Ven lo que yo puedo hacer y ustedes no lo hacen?’”.
Si bien se trata de un caso aislado entre los entrevistados, esta docente presenta sentimientos ambiguos que seguramente se reflejen en su labor educativa. Por un lado, destaca la actitud de superación de los inmigrantes, pero, a su vez, teme en que esta se convierta en un sentimiento de superioridad. Veladamente, por lo tanto, se admite que puedan superarse pero bajo la condición de que no desarrollen ningún sentimiento de superioridad moral, dado que sería algo “inaceptable” para un inmigrante. Sin embargo, muchos otros docentes y directivos son conscientes de la necesidad de romper con estos prejuicios. Por ejemplo, un director de una escuela de La Matanza manifiesta que los prejuicios existen entre los estudiantes, pero que desde la institución escolar realizan un conjunto de actividades para mejorar el conocimiento mutuo y la convivencia: Se da [la discriminación entre los alumnos]. No hay que negar que se da, que existe la discriminación, existe el “vienen a ocuparnos, a invadirnos”, desde lo laboral, desde la disputa… no en la escuela, porque al argentino no le gusta mucho estudiar, convengamos; entonces, no lo ven desde ese lugar, como lugar de competencia; pero sí les da bronca que los mejores alumnos a veces sean bolivianos. Pero… se logra amistad… Nosotros tenemos una materia que es Construcción de Ciudadanía; entonces, a través de esa materia nosotros logramos… tratamos de lograr una mejor convivencia, los profesores tienen que trabajar mucho sobre valores… Mirá, antes de ayer se hizo la Tercera Feria Latinoamericana, donde muestran trabajos relativos a esas temáticas que trabajan durante el año. Se elige un día en octubre y se los muestra a la comunidad, y ahí aprovechamos y hacemos feria del plato y demás. Pero, más allá de eso, sacamos el miércoles pasado todas las mesas ahí, y ellos durante un turno intermedio mostraron sus cosas, máscaras; en plástica trabajan ciertas cosas sobre los mayas, sobre los incas; hicieron algunas muñecas de México, otras de Paraguay…
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
alumnos bolivianos y de manera menos pronunciada hacia los alumnos peruanos o paraguayos. Esta hostilidad asume distintas formas con diversos niveles de violencia tales como, la agresión verbal (mediante el empleo de términos peyorativos), la sustracción de útiles escolares sin pedir permiso, la completa ignorancia. La sustracción de útiles parece ser frecuente, y en algunos casos ni siquiera son devueltos. En efecto, cuando en la encuesta se inquirió a todos los estudiantes si alguna vez les habían robado alguna pertenencia dentro de la escuela, varones y mujeres bolivianos fueron los que dieron el porcentaje más elevado de respuestas positivas: mientras que el 34.1% de los alumnos nativos indicó que alguna vez les sustrajeron alguna pertenencia en la escuela, en el caso de los estudiantes bolivianos el porcentaje asciende al 50.5 por ciento. Algunos testimonios de los docentes ilustran estos conflictos: Es un problema acá… Creo que nosotros estamos discriminando mucho, mucho, mucho. Las escuelas y los alumnos. Son malos los adolescentes entre ellos. Quizá los adultos es como que somos más comprensivos, sabemos con quiénes nos estamos manejando, pero entre ellos… la violencia, esto del tema de que “estamos todos muy asustados”, esto viene creciendo, pero viene creciendo desde que decimos “el paragua”, “el boli”, entre ellos, en cargadas entre ellos, pero que va creciendo, va creciendo cada vez… yo lo noto, que entre ellos es muy agresivo eso.
El director de una escuela de la Ciudad de Buenos Aires con elevada presencia de inmigrantes señala: Mirá, acá adentro, lo que uno por ahí ve es que a veces se originan inconvenientes cuando se dice… digamos, se discrimina por la nacionalidad pero usándolo peyorativamente, como se usa en la mayoría de los colegios; pero eso puede generar después una pelea afuera. No vemos por ahí muy marcadas actitudes discriminatorias, salvo por esto… o sea, que, en realidad, lo usan cuando ya se van a confrontar. Por ahí algo les cayó mal, como en todos lados, y por ahí le dicen “bolita”, “paragua”, y por ahí es como que interviene la nacionalidad; y ahí es cuando empieza el conflicto. Pero, en líneas generales, la convivencia es buena. También tiene que ver el marco que ofrece la escuela, de regulación [...] lamentablemente a veces nos toca tener que poner un límite muy fuerte y muy firme. Este año fue uno de los peores en este sentido, porque nos pasó que el 29 de marzo, o sea recién habían empezado las clases, dos chicos se pelearon acá… me corrijo, una alumna y un alumno se pelearon acá, en la puerta de la dirección, en el recreo. El problema venía del barrio, no era por una cuestión de nacionalidad, era un problema familiar; pero la piba le pegó un cachetazo y el varón le pegó tres piñas en la cara a la piba. Entonces ahí no nos quedó otra, obviamente no lo podemos permitir; se convocó al consejo de convivencia y se resolvió la separación del establecimiento de ambos alumnos. Esos son límites firmes y fuertes que ellos los ven; entonces, claro, otro tipo de provocación, que a lo mejor puede ser por nacionalidad, se disminuye porque ya saben cuál es la consecuencia. Pero… los docentes también están muy atentos al primer indicio de agresión verbal, y ahí es donde se interviene para cortar. Y acá usamos mucho también que, cuando hay conflicto entre dos alumnos, primero los atendemos por separado y después los terminamos juntando como para llegar a un acuerdo; y ahí sí, por ahí puede verse si el conflicto se inició como una diferencia de nacionalidad. La discriminación ejercida hacia los alumnos bolivianos es comprendida en “clave cultural”; en otras palabras, los rasgos de conducta específicos de esta comunidad, particularmente su mayor pasividad y aversión a la violencia, promueven que los alumnos nativos dirijan su agresividad
63
64
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
hacia ellos sin que se les oponga resistencia: Encontramos que los chicos tienen como una fuerte carga de discriminación, sobre todo con los chicos bolivianos, que tiene que ver con cargarse, molestarse. ¿Por qué? Por dos cuestiones muy importantes. A diferencia del resto de las corrientes migratorias de los otros países, los chicos bolivianos son buenísimos, tienen como una conducta de tolerancia, de hacer silencio, toleran, no pelean; entonces, como que es muy fácil, no oponen resistencia. Acá conviven las comunidades peruana, paraguaya, boliviana, en gran medida, pero tienen particularidades culturales bien distintas. Bueno, los tutores nos contaban esto, que había como un etiquetamiento muy fuerte; entonces, el boliviano era el que venía a llenarse de plata y tenía unas camionetas terribles, porque se quedaba con el trabajo. Algo similar sostiene otra docente: Y acá en la escuela, ellos primero tienden a agruparse entre ellos, yo diría que casi como un síntoma de protección y de defensa frente a algún agravio, algún insulto de otros.
Una de las particularidades de la comunidad boliviana en la Argentina, la elevada aspiración de movilidad económica ascendente a través del trabajo, es re-interpretada mediante el más común de los estereotipos hacia los inmigrantes: “Ellos son los que nos vienen a sacar el trabajo”. La apreciación del inmigrante como alguien que viene a competir con los trabajadores argentinos en el mercado laboral local y a quedarse con sus puestos debido a que está dispuesto a trabajar por un sueldo inferior es posiblemente uno de los prejuicios más difundidos en todas las sociedades receptoras de inmigrantes. Si bien la evidencia empírica en la Argentina ha mostrado, en distintos momentos históricos, el carácter complementario y no competitivo de la mano de obra inmigrante, el “éxito” económico relativo de ciertos colectivos basado en el esfuerzo personal y la propia xenofobia basada en criterios nacionales y étnicos generan una animosidad hacia los bolivianos. Entre los estudiantes nativos esta apreciación está difundida. Cuando se les solicitó que indicaran el grado de acuerdo con la afirmación “Los inmigrantes les sacan trabajo a los argentinos”, casi el 60% dijo estar muy de acuerdo o de acuerdo. Entre los estudiantes extranjeros dicho porcentaje fue significativamente menor (el 21% entre los bolivianos y el 25% entre los paraguayos y peruanos). Por su parte, los docentes y directivos realizan sus propias lecturas e interpretaciones al respecto. Algunos, de manera más solapada, se hacen eco de estos prejuicios, mientras que otros tratan de combatirlos. En efecto una docente adhiere en parte a las apreciaciones generalizadas sobre la competencia desleal de los trabajadores inmigrantes: [...] no sé si ellos están guardándose ese resentimiento, por la necesidad de superarse y todo eso; en sus sociedades por ahí no les brindan esas oportunidades, y nosotros somos muy abiertos, eso, y si ellos trabajan… es como que se superan, pero no sé si se superan para integrarse o se superan para discriminarnos a nosotros después… no sé si no va a ser el resultado inverso, a la larga, de esta situación, me parece a mí… Es como que “a mí me cuestionan, pero yo puedo superarme, porque yo soy mano de obra que a lo mejor acepto todo, acepto todas las situaciones;, pero acepto porque yo quiero mejorar, pero yo no sé si voy a mejorar para integrarme o a mejorar para decirles “¿Ven? ¿Ven lo que yo puedo hacer y ustedes no lo hacen?’”.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Si bien se trata de un caso aislado entre los entrevistados, esta docente presenta sentimientos ambiguos que seguramente se reflejen en su labor educativa. Por un lado, destaca la actitud de superación de los inmigrantes, pero, a su vez, teme en que esta se convierta en un sentimiento de superioridad. Veladamente, por lo tanto, se admite que puedan superarse pero bajo la condición de que no desarrollen ningún sentimiento de superioridad moral, dado que sería algo “inaceptable” para un inmigrante. Sin embargo, muchos otros docentes y directivos son conscientes de la necesidad de romper con estos prejuicios. Por ejemplo, un director de una escuela de La Matanza manifiesta que los prejuicios existen entre los estudiantes, pero que desde la institución escolar realizan un conjunto de actividades para mejorar el conocimiento mutuo y la convivencia: Se da [la discriminación entre los alumnos]. No hay que negar que se da, que existe la discriminación, existe el “vienen a ocuparnos, a invadirnos”, desde lo laboral, desde la disputa… no en la escuela, porque al argentino no le gusta mucho estudiar, convengamos; entonces, no lo ven desde ese lugar, como lugar de competencia; pero sí les da bronca que los mejores alumnos a veces sean bolivianos. Pero… se logra amistad… Nosotros tenemos una materia que es Construcción de Ciudadanía; entonces, a través de esa materia nosotros logramos… tratamos de lograr una mejor convivencia, los profesores tienen que trabajar mucho sobre valores… Mirá, antes de ayer se hizo la Tercera Feria Latinoamericana, donde muestran trabajos relativos a esas temáticas que trabajan durante el año. Se elige un día en octubre y se los muestra a la comunidad, y ahí aprovechamos y hacemos feria del plato y demás. Pero, más allá de eso, sacamos el miércoles pasado todas las mesas ahí, y ellos durante un turno intermedio mostraron sus cosas, máscaras; en plástica trabajan ciertas cosas sobre los mayas, sobre los incas; hicieron algunas muñecas de México, otras de Paraguay… digamos, donde se va viendo la cultura de estos pueblos. Y como es “Latinoamérica”, nosotros hacemos la feria “latinoamericana”… Y comida, por supuesto, que tiene que estar siempre presente.
Algo similar señala uno de los directivos de una escuela de la Ciudad de Buenos Aires: Conflictos, grandes conflictos, no hay. En principio sí, había algunas puntas de discriminación que pudimos controlar desde algún lugar, por lo menos desde lo que se ve. Pero sí, trabajamos mucho, mucho con el tema de incorporarlos no solo ellos a lo nuestro sino lo nuestro a lo de ellos. Que fuera algo de todos, esta era la idea. Se trabajó; por ejemplo, se hizo un festival de las comunidades que dio un resultado fabuloso, porque cada chico mostró características de su propio lugar, de donde venían los padres, pero no solo sobre el mapa, la comida y el baile, sino desde el hablar. Y otro de los grandes problemas que tenemos con la comunidad boliviana [es que] los chicos son muy silentes, esto a los “profes” les costó horrores entender, horrores. Es decir, lo que tenemos que hacer es trabajar mucho con los “profes”, que entendieran que estos chicos en su marco cultural son así, no hablan; entonces, no es que no pueden, no tienen ganas, no colaboran, son tímidos… Claro, porque viste que lo primero que salta es la etiqueta, entonces “¡estos chicos…!’, no, no, estos chicos no hablan por esta cuestión. Así que trabajamos mucho ese tema. Los resultados fueron muy buenos. Yo estoy muy contento, porque acá los chicos están totalmente integrados, ya no hay grandes problemas por discriminación, ya no está el “peruano”; no, no existe el “bolita”, el “paragua”. Y, si existe, existe desde el mejor de los lugares, desde el “cabezón”, “narigón”, o sea, desde el lugar del adolescente, no desde ese otro lugar….
65
66
Capítulo V. Extranjeros en el aula: clima escolar y discriminación
Nos hemos referido, en este capítulo, a la problemática de la discriminación de los migrantes dentro del sistema escolar. A partir de los datos de la encuesta, se pudo establecer que los migrantes tienen círculos sociales más acotados al ámbito escolar, aunque señalan con mayor frecuencia que hay muchos conflictos entre los estudiantes. Asimismo, una elevada proporción se siente discriminada por su origen nacional y por su color de piel y establece que quienes discriminan son principalmente sus compañeros de clase. Los estudiantes nativos concuerdan con un prejuicio difundido respecto de los migrantes: que vienen a sacarles el trabajo a los argentinos. Entre docentes y directivos se detectan distintos niveles de preocupación sobre la problemática de la integración social de los migrantes en la escuela. En general, concuerdan en señalar que el principal problema radica en los vínculos entre los propios estudiantes; pero, a pesar de ello, es diferente el grado de compromiso y de actividades concretas que desarrolla la escuela para mitigar el conflicto y promover el respeto hacia los estudiantes extranjeros. En este sentido, existen algunas experiencias que parecen haber dado buenos frutos; dichas experiencias comparten un factor común: la promoción del conocimiento mutuo y el intercambio. Estas parecen ser rutas más fructíferas que la mera modificación de los códigos de convivencia.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
67
68
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
En este capítulo nos abocamos a caracterizar la vida cotidiana de los adolescentes, más específicamente las actividades que llevan a cabo cuando no están en la escuela, sea durante la semana o en el fin de semana. El objetivo de este análisis es establecer los diferentes patrones de esparcimiento, sociabilidad y responsabilidad entre migrantes y nativos. Asimismo, se incluyen aspectos vinculados a las conductas sexuales y reproductivas de los adolescentes. La indagación sobre los comportamientos y experiencias de los estudiantes fuera de la escuela se realizó mediante distintas miradas. En primer lugar, mediante información relevada a través de una grilla en donde cada estudiante registraba separadamente el tiempo que, en promedio, le dedicaba a distintas a actividades durante un día típico de la semana y un día típico del fin de semana. Algunas de estas actividades se referían al ocio y entretenimiento, como ver televisión o escuchar música, jugar en la computadora o salir con amigos, mientras que otras suponían responsabilidades por parte del adolescente, como participación laboral, realización de actividades domésticas y cuidado de hermanos o familiares. Asimismo, y con el propósito de ahondar aún más sobre la cotidianeidad de los adolescentes, se preguntó separadamente por la frecuencia de otras prácticas que tienen que ver con consumo cultural, recreativo, deportivo, religioso y de participación comunitaria y social. Seguidamente, se solicitó a cada uno de los estudiantes que indicaran su experiencia de uso y consumo de tabaco, alcohol y drogas. Finalmente, se efectuaron preguntas sobre iniciación sexual y cuidado anticonceptivo.
Las actividades cotidianas y recreativas Parte del día típico de los/as adolescentes consiste, obviamente, en asistir al colegio. El resto del tiempo lo usan para distinto tipo de actividades, desde tareas que suponen cierta responsabilidad, como cuidar hermanos o familiares y hacer labores domésticas o estudiar, hasta dedicarse al ocio, como mirar televisión, jugar en la computadora o encontrarse con amigos. Lógicamente, no todos los adolescentes comparten ni las mismas rutinas ni las mismas responsabilidades cotidianas, y muchas de las actividades señaladas en el respectivo cuadro pueden realizarse de manera simultánea (Cuadro VI.1). Así, alrededor de un tercio de los estudiantes dedica tres o más horas a ver televisión, un 40% dedica similar tiempo a estar o salir con amigos y casi el 31 % a jugar en la computadora.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Cuadro VI.1. Estudiantes encuestados (%) por horas diarias que dedican a distintas actividades durante un día de semana típico, según condición migratoria y origen Total
Nativos
2da. gen. Bolivia
2da. gen. Paraguay y Perú
1ra. gen. Bolivia
1ra. gen. Paraguay y Perú
Mirando TV/escuchando música Menos de una hora
28,8
25,2
35,3
27,1
40,8
24,8
Una o dos horas
37,6
39,4
31,1
41,1
33,3
42,7
Tres horas o más
33,7
35,5
33,7
31,8
25,8
32,5
Menos de una hora
57,5
66,3
43,9
66,4
35,9
45,2
Una o dos horas
28,8
24,7
34,2
24,2
37,8
38,7
Tres horas o más
13,7
9,0
21,9
9,4
26,3
16,1
Menos de una hora
44,3
46,0
42,5
50,8
37,4
38,4
Una o dos horas
30,1
29,9
33,9
25,0
32,2
29,8
Tres horas o más
25,6
24,1
23,7
24,2
30,3
31,8
Menos de una hora
60,7
61,6
60,8
60,5
54,5
63,8
Una o dos horas
13,6
12,4
12,2
16,3
14,7
17,8
Tres horas o más
25,7
26,0
27,0
23,3
30,8
18,4
Haciendo deberes o estudiando
Haciendo cosas de la casa
Cuidando hermanos o familiares
Trabajando Menos de una hora
74,0
78,9
69,5
66,7
64,5
70,8
Una o dos horas
5,8
5,1
5,3
8,7
8,5
3,9
Tres horas o más
20,2
15,9
25,1
24,6
27,0
25,3
Menos de una hora
38,6
27,5
45,8
41,3
63,8
52,3
Una o dos horas
21,5
22,4
25,3
18,3
19,5
17,6
Tres horas o más
39,8
50,1
28,9
40,5
16,7
30,1
Menos de una hora
46,4
37,5
59,3
46,9
70,3
45,8
Una o dos horas
23,1
25,2
18,5
22,7
16,5
27,1
Tres horas o más
30,6
37,3
22,2
30,5
13,2
27,1
Saliendo con amigos
Jugando/chateando en la computadora
Las rutinas cotidianas de nativos e inmigrantes son algo diferentes. Estos últimos dedican más tiempo a actividades que involucran mayores responsabilidades, mientras que los primeros dedican más horas al ocio y el entretenimiento. En efecto, los migrantes, particularmente los bolivianos de primera generación, son quienes dedican menos tiempo a ver televisión y a salir con amigos, y más tiempo a trabajar, a cuidar familiares, a realizar tareas del hogar y a estudiar o a hacer tareas escolares. Los nativos, por su parte, durante la semana, pasan más tiempo saliendo con amigos, jugando o “chateando” por computadora, y mucho menos tiempo estudiando o trabajando. Las actividades realizadas durante el fin de semana suelen ser esencialmente similares, si bien se observa un tiempo algo mayor dedicado al ocio. En este caso, se advierten las mismas diferencias entre estudiantes migrantes y nativos que las ya observadas para las actividades realizadas durante la semana (no se muestra en cuadros).
69
70
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
Consistentemente con los diversos estudios que señalan una pérdida en el hábito de la lectura en las nuevas generaciones, entre los adolescentes encuestados también se ha detectado que esta es una práctica muy poco frecuente. En este contexto, sin embargo, los adolescentes de origen boliviano indican con mayor frecuencia que los nativos que leen un libro fuera del material escolar (ya sea esporádicamente o con mayor regularidad). La lectura del diario, por su parte, es aún menos frecuente: solo entre el 15 y el 22% indica que lo lee cotidianamente; en este caso, los estudiantes paraguayos y peruanos son los más proclives a hacerlo. Vale aquí aclarar que la pregunta no especificó el formato de diario (papel o digital), ni tampoco las secciones específicas que leían. A pesar de ello, solo una minoría tiene contacto con este medio informativo. El contacto con el mundo externo a través de la radio suele ser más frecuente, sobre todo entre los migrantes de primera o segunda generación: el 43 y el 57% afirma escucharla con frecuencia, frente a un 38% de estudiantes nativos. Los migrantes también se orientan un poco más a los deportes y a la participación en actividades religiosas. Mientras que el 62% de los nativos hace deporte con frecuencia, dicha proporción varía entre un 67 y un 73% entre los migrantes. La práctica deportiva, más allá de los beneficios que acarrea para un crecimiento saludable, promueve también otro tipo de valores relacionados con el trabajo en equipo y el esfuerzo personal. En cuanto a las actividades religiosas -las que, en general, tienden a promover valores vinculados al esfuerzo y el trabajo como medios de superación personal-, también son los migrantes los más propicios a realizarlas: entre el 27 y el 33 % refirió que asiste frecuencia a una iglesia, frente a una proporción significativamente más baja entre los nativos (17%).
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Cuadro VI.2. Estudiantes encuestados (%) por tipo y frecuencia de actividades recreativas, según condición migratoria y origen Total
Nativos
2da. gen. Bolivia
2da. gen. Paraguay y Perú
1ra. gen. Bolivia
1ra. gen. Paraguay y Perú
Leer un libro no escolar Casi nunca
64,9
69,2
59,4
69,3
51,0
61,2
Esporádicamente
13,7
11,8
Con frecuencia
21,4
19,0
17,6
7,9
19,0
17,1
23,0
22,8
30,0
21,7
Casi nunca
72,3
Esporádicamente
11,2
75,2
72,3
64,8
66,2
74,8
8,7
13,6
13,3
18,8
8,4
Con frecuencia
16,5
16,0
14,1
21,9
15,0
16,8
46,7
54,0
36,0
53,5
28,6
35,7
8,8
8,0
10,1
3,9
14,6
8,4
44,5
38,0
54,0
42,6
56,8
55,8
27,5
24,6
32,1
28,7
38,3
22,5
4,2
2,6
5,3
3,9
6,8
6,6
68,4
72,8
62,6
67,4
54,9
70,9
Casi nunca
63,0
58,5
60,1
61,9
76,6
73,7
Esporádicamente
25,9
27,5
29,3
28,6
18,7
23,1
Con frecuencia
11,1
14,0
10,6
9,5
4,8
3,2
28,3
32,5
23,8
26,8
15,0
30,8
Leer el diario
Escuchar la radio Casi nunca Esporádicamente Con frecuencia Usar la computadora Casi nunca Esporádicamente Con frecuencia Ir al cine o a un recital
Hacer deporte Casi nunca Esporádicamente Con frecuencia
6,6
5,2
9,0
3,9
12,1
6,4
65,1
62,4
67,2
69,3
72,9
62,8
70,5
76,4
61,2
63,3
63,5
64,9
Asistir a iglesia o templo Casi nunca Esporádicamente Con frecuencia
6,7
5,9
11,2
3,9
7,1
7,8
22,8
17,7
27,7
32,8
29,4
27,3
Participar de una organización social o política Casi nunca
96,7
96,6
96,8
98,4
98,1
94,2
Esporádicamente
1,1
1,2
0,0
1,6
0,5
1,9
Con frecuencia
2,2
2,2
3,2
0,0
1,4
3,8
Los adolescentes nativos son bastante más propensos a salir a bailar, sobre todo a hacerlo por lo menos dos veces por mes. Así, como se ilustra en el Gráfico V.1, mientras que el 40% de los estudiantes nativos fueron a bailar al menos dos veces durante el mes anterior al relevamiento, dicha proporción se reduce a menos del 20% entre los estudiantes de origen boliviano -con la particularidad de que entre dos tercios y tres cuartos no han ido a bailar nunca durante el mes de referencia-. Los de origen paraguayo y peruano se encuentran en una situación intermedia con respecto a este tipo de salida nocturna. Estos resultados apuntan a un control más estricto por parte de los padres o responsables de los estudiantes de origen migrante, particularmente de los de origen boliviano.
71
72
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
Gráfico VI.1. Estudiantes encuestados (%) por salidas a bailar en el último mes, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
64
1ra. generación- Bolivia
73
2da. generación- Paraguay y Perú
54
2da. generación- Bolivia
65
Nativos
46
0%
Ninguna
12
5
13
12
3
5
17
15
20%
40%
Una vez
Dos veces o más
6
6
60%
80%
100%
Este control más estricto por parte de los padres bolivianos se manifiesta más fuertemente a edades más tempranas. En efecto, cuando se examina las salidas a bailar entre los estudiantes mayores de 15 años, las diferencias entre colectivos se mitigan sustancialmente, lo que sugiere que las diferencias son más pronunciadas cuando son más pequeños. Las mujeres van a bailar menos que los varones, pauta que se observa en cada uno de los grupos migratorios (no se muestra en cuadro). Si bien las diferencias no son muy pronunciadas, este distinto tratamiento de cuidado y control según el género se manifiesta particularmente en las edades más tempranas.
La responsabilidad ante el consumo problemático de sustancias psicotrópicas La adolescencia es una etapa de experimentación y rebeldía, pero también es un período de gran vulnerabilidad a la presión del grupo de pares. Esta presión puede tener signos positivos y negativos. Uno de los aspectos en los que se manifiesta la presión negativa del grupo de pares es en el consumo de tabaco, alcohol o drogas. Si bien esta es una temática compleja que merece una profunda investigación específica, el presente estudio procuró realizar una exploración sobre estas conductas. Para ello se incorporó en el cuestionario una serie de preguntas tendientes a relevar el consumo de estas sustancias con vistas a establecer prácticas diferenciales de los estudiantes según su origen migratorio.17 A pesar de que los resultados describen estrictamente a la población encuestada, ofrecen evidencia sobre diferencias en las conductas de los adolescentes de distinto origen migratorio.18 El 17
El análisis que se presenta se restringe a la población de 15 y más años.
Cabe recordar el carácter no representativo de la muestra, por lo que no corresponde generalizar los resultados obtenidos ni a los estudiantes en general, ni a los de estratos medio-bajo y bajos en particular
18
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
consumo de tabaco es menos frecuente entre los estudiantes bolivianos (8%), seguidos por los paraguayos y peruanos (15%); en cambio, entre los nativos alcanza el 20%. Resulta inquietante que, en este aspecto, los migrantes de segunda generación han ido adquiriendo los hábitos de los nativos, como puede observarse en el Gráfico VI.2. La mayoría de quienes fuman consumen hasta cinco cigarrillos diarios, pero se advierte que los estudiantes nativos fuman un número mayor. Una porción significativa de los estudiantes se inicia en el consumo de tabaco a edades muy tempranas (no se muestra en cuadros): alrededor de un cuarto comenzó a fumar a los 12 años (o incluso antes) y la mitad entre los 13 y 14 años; en conjunto, entre el 60 y 70% de los fumadores comenzó antes de cumplir los quince años. Estas pautas son similares entre los nativos y los migrantes de primera generación. Entre los migrantes de segunda generación se observa una tendencia a retrasar el consumo de tabaco, si bien la escasa cantidad de casos no permite ser concluyente al respecto.
Gráfico VI.2. Estudiantes encuestados de 15 y más años (%) por consumo diario de tabaco según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
11
1ra. generación- Bolivia
4
8
2da. generación- Paraguay y Perú
15
2da. generación- Bolivia
14
Nativos
13
0%
1
5
4
7
5%
10%
Menos de 5 cigarrillos diarios
15%
20%
25%
30%
Cinco cigarrillos diarios o más
En cuanto al consumo de alcohol, antes de presentar los resultados, cabe alertar que se indagó exclusivamente sobre el abuso y no sobre el consumo. Concretamente, se preguntó sobre la cantidad de veces que durante el mes previo a la encuesta habían consumido alcohol hasta emborracharse. Los datos muestran, nuevamente, una pauta diferencial entre estudiantes nativos e inmigrantes: el abuso de alcohol es más frecuente entre los primeros que entre los segundos, particularmente que entre los de origen boliviano: entre los migrantes de primera generación bolivianos, el 12% dice haberse emborrachado una vez en el mes de referencia, en cambio entre los estudiantes nativos la proporción más que se duplica (28%). Como muestra el Gráfico VI.3, no es tampoco despreciable la frecuencia de estudiantes que, al menos, han tomado excesivamente dos o más veces en el mes, particularmente entre los estudiantes nativos.
73
74
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
Gráfico VI.3. Estudiantes encuestados de 15 y más años (%) por frecuencia de abuso de alcohol durante el último mes, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
13
1ra. generación- Bolivia
10
2da. generación- Paraguay y Perú
14
2da. generación- Bolivia
12
14
Nativos
12
12
9
3
0%
5%
Una vez
10%
15%
20%
25%
30%
Dos veces o más
En relación con el consumo de alguna droga, se observa una pauta similar: los migrantes de primera generación bolivianos, paraguayos y peruanos son quienes con menor frecuencia indican haber consumido alguna droga durante el mes previo (entre el 2 y el 4%); en el grupo de los nativos y en el de los migrantes de segunda generación, dicha proporción asciende a un valor que va entre el 8 y el 10%. Si bien la cantidad de casos restringe la posibilidad de realizar análisis más específicos, entre quienes declararon haber consumido, una porción no despreciable lo ha hecho más de una vez, lo que sugiere que el consumo no constituye una práctica esporádica.
Gráfico VI.4. Estudiantes encuestados de 15 y más años (%) por uso de droga en el último mes, según condición migratoria y origen 1ra. generación- Paraguay y Perú
1 3
1ra. generación- Bolivia
1 1
2da. generación- Paraguay y Perú
3
2da. generación- Bolivia
7
Nativos
3
0%
Una vez
5
4
8
5%
10%
Dos veces o más
15%
20%
25%
30%
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
La salud sexual Otro aspecto importante vinculado a la sociabilidad de los adolescentes es el de sus conductas sexuales, incluyendo -si es que se han iniciado sexualmente- el uso de anticonceptivos. Existe una vasta literatura nacional e internacional que vincula las pautas de conducta sexual y reproductiva con la asistencia y rendimiento escolar. De manera sistemática, se ha mostrado una asociación entre la iniciación sexual temprana, un cuidado anticonceptivo deficiente, la ocurrencia de un embarazo y un bajo rendimiento educativo que, en última instancia, redunda en el abandono del sistema escolar. En otras palabras, los estudios empíricos han mostrado de manera concluyente que los adolescentes, particularmente las mujeres, que han tenido hijos tienen probabilidades más bajas de asistir a la escuela que sus pares que no han tenido hijos. La encuesta relevó información básica sobre conductas sexuales y reproductivas. En primer lugar, se indagó si los entrevistados habían tenido hijos o estaban esperando un hijos al momento del relevamiento. Por otra parte, se preguntó a todos si ya habían tenido relaciones sexuales y, en dicho caso, a qué edad había ocurrido su primera relación sexual. Seguidamente, a quienes respondieron afirmativamente, se les preguntó sobre el uso de preservativo. En conjunto, estos indicadores brindan un panorama general sobre las pautas de conducta y de cuidado sexual y reproductivo. Tanto entre los varones como entre las mujeres, la edad de iniciación sexual de los estudiantes encuestados varía de acuerdo con su origen migratorio: es más tardía entre los estudiantes de origen boliviano, lo cual es consistente con pautas de mayor control y autoridad por parte de sus padres. Como muestra el Gráfico VI.5, mientras que algo más de un cuarto de los varones de origen bolivianos declara haberse iniciado sexualmente antes de los 15 años, dicha proporción se duplica entre los estudiantes nativos y los de origen paraguayo y peruano. Las diferencias se mantienen cuando se compara la proporción de los sexualmente iniciados a los 16 años (entre el 33 y el 38 % entre los adolescentes de origen boliviano versus el 70% entre los nativos). Las diferencias comienzan a reducirse con el paso del tiempo, equiparándose, prácticamente, a partir de los 17 años. Un patrón similar se observa en el caso de las mujeres, aunque entre todas ellas la iniciación sexual ocurre a edades algo más tardías que entre sus pares varones. Como muestra claramente el segundo panel del Gráfico VI.5., las mujeres nativas, seguidas por las extranjeras de origen paraguayo y peruano, se inician sexualmente a edades más tempranas que las mujeres extranjeras de origen boliviano. Así, mientras que el 11% de las adolescentes de origen boliviano se ha iniciado sexualmente antes de cumplir los 15 años, dicha proporción asciende al 27% entre las nativas. El porcentaje de mujeres adolescentes sexualmente iniciadas antes de cumplir los 16 años alcanza al 25-28% entre las de origen boliviano y llega a casi la mitad entre las nativas. Como es de esperar, a medida que las adolescentes crecen, las diferencias por origen se van atenuando.
75
76
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
Gráfico VI.5. Estudiantes encuestados (porcentaje acumulado) iniciados sexualmente a edades seleccionadas, según condición migratoria y origen y sexo VARONES 1ra. generación- Paraguay y Perú
66 56 41
1ra. generación- Bolivia
49 33 18
2da. generación- Paraguay y Perú
88 77 56
2da. generación- Bolivia
66 38 27
Nativos
80 70 52 0%
17 años
20%
16 años
40%
60%
80%
100%
40%
60%
80%
100%
15 años
MUJERES
1ra. generación- Paraguay y Perú
60 39 17
1ra. generación- Bolivia
38 25 11
2da. generación- Paraguay y Perú
49 42 26
2da. generación- Bolivia
52 28 11
Nativos
62 48 28 0%
17 años
20%
16 años
15 años
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
En cuanto al uso de métodos anticonceptivos, se indagó únicamente por el preservativo, dado su singularidad de prevenir tanto embarazos no deseados como enfermedades de transmisión sexual. El Gráfico VI.6.detalla la frecuencia de uso del preservativo entre los varones (primer panel) y entre las mujeres (segundo panel) sexualmente activos según su origen migratorio. La comparación de varones y mujeres muestra que, independientemente de su origen, son ellas quienes con mayor frecuencia indican que usan preservativo en sus relaciones. Sin embargo, en ambos casos, el uso de preservativo es diferencial según el origen migratorio del estudiante: varones y mujeres de origen boliviano se destacan por ser quienes declaran usarlo con menos frecuencia o de manera menos consistente en sus relaciones sexuales. En el caso específico de los varones, son los migrantes paraguayos y peruanos, seguidos por los nativos, quienes declaran utilizar el preservativo con mayor frecuencia (entre el 60 y 75% refiere que lo usa siempre). En contraposición, entre el 50 y 60% de los estudiantes de origen boliviano manifestaron no usarlo nunca o casi nunca. En el caso de las mujeres, son también las de origen boliviano quienes menos usan preservativo en sus relaciones sexuales: alrededor del 70% declaró no usarlo nunca o casi nunca, proporción que ronda el 45% entre las nativas y las paraguayas y peruanas de segunda generación. Es importante destacar que, más allá de las diferencias por origen migratorio, el uso consistente y regular de preservativo es muy bajo, lo cual revela la importancia de promover y brindar una educación sexual y reproductiva de calidad.
77
78
Capítulo VI. Vida cotidiana, sociabilidad y responsabilidad
Gráfico VI.6. Estudiantes encuestados sexualmente iniciados. Uso de preservativo (%), según condición migratoria y origen y sexo
VARONES 1ra. generación- Paraguay y Perú
8
19
1ra. generación- Bolivia
19
2da. generación- Paraguay y Perú
21
2da. generación- Bolivia
29
Nativos
72
44
37
21
57
21
8
29
0%
63
20%
Casi nunca
50
40%
A veces
80%
60%
100%
Siempre
MUJERES 1ra. generación- Paraguay y Perú
10
1ra. generación- Bolivia
24
2da. generación- Paraguay y Perú
17
2da. generación- Bolivia
32
Nativos
16
55
0%
Casi nunca
35
50
27
33
50
35
32
35
20%
A veces
49
40%
60%
80%
100%
Siempre
Con respecto a la maternidad precoz, se observa que solamente una minoría de las estudiantes es madre o estaba embarazada al momento de la encuesta. Dicha proporción alcanza el 5% del total y al 13% de las estudiantes sexualmente iniciadas, y es un tanto más elevada entre las estudiantes de origen boliviano y entre las migrantes paraguayas y peruanas de segunda generación.1 Las madres dejan a sus hijos en guarderías escolares o al cuidado de familiares en igual proporción mientras asisten a la escuela.
1
Es importante alertar que la cantidad de casos es reducida, por lo que estos resultados deben interpretarse con cautela.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
En síntesis, a lo largo del capítulo se ha mostrado que los estudiantes inmigrantes, particularmente los de primera generación, no solo tienen rutinas cotidianas de actividades que denotan una mayor carga de responsabilidades (laborales, domésticas y educativas), sino que muestran pautas de esparcimiento algo diferentes a las de los estudiantes nativos y a las de los migrantes de segunda generación. Asimismo, los estudiantes extranjeros, particularmente los de origen boliviano, experimentan su iniciación sexual más tardíamente que los otros estudiantes. Probablemente estas diferencias se deban a variadas pautas de socialización y a un mayor control social ejercido por los adultos a cargo. Estas pautas se van modificando con el tiempo de residencia en la Argentina, lo cual se manifiesta claramente en conductas de riesgo para la salud y seguridad de los adolescentes, como son el consumo de tabaco, alcohol y drogas. Los resultados muestran una contundente asociación entre las salidas a bailar y el consumo de cigarrillos, droga, y abuso de alcohol. Así, e independientemente del origen migratorio, la frecuencia de consumo y abuso de quienes han ido a bailar al menos duplica a la de quienes no han ido (no se muestra en cuadros). Y las diferencias se hacen aún más notorias en el uso de drogas: entre quienes no salieron a bailar, el consumo es del 3% , mientras que entre quienes sí han ido a bailas la proporción asciende al 14 por ciento.
79
80
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
81
82
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
Un interrogante clave a la hora de comprender los procesos de integración social de los adolescentes migrantes en la Argentina es en qué medida se sienten satisfechos/as residiendo en el país. Sentirse satisfecho/a con la vida en la Argentina en comparación con la que tenían en su país de origen constituye un indicador clave para dar cuenta del bienestar emocional de los adolescentes encuestados. La añoranza de la cotidianeidad, cultura, amigos y relaciones afectivas que se dejan atrás al emprender un movimiento migratorio -que, en general, ha sido decidido por los adultos a cargo- puede producir mucho dolor y sentimientos de enajenación. Asimismo, cuando la acogida de la sociedad receptora tiende a estigmatizarlos o a resistirlos por su clase, su etnia o su origen nacional, dichos sentimientos de insatisfacción, sin duda, pueden profundizarse. Por otro lado, llegar a una sociedad que ofrece mayores oportunidades económicas y de movilidad social ascendentes puede ser percibido positivamente, y el acceso a bienes y servicios con los que no se contaba antes de la migración puede constituir un aspecto valorado como mejora de la calidad de vida de los migrantes. El presente capítulo se centra en los/as adolescentes extranjeros de las escuelas que formaron parte de este estudio. Se describen las apreciaciones que estos adolescentes tienen sobre la residencia en este país. En este sentido, luego de examinar el grado de satisfacción que tienen, se identifican cuáles son los aspectos más valorados en el cambio de país de residencia y cuáles aquellos que se extrañan de la vida en su país de origen.
Vivir aquí o vivir allá: las preferencias de los migrantes encuestados A los adolescentes extranjeros se les realizó una pregunta muy sencilla: “¿En cuál de estos países te sentís mejor?”, brindándoles como alternativas de respuesta: “Tu país de nacimiento”, “Argentina”, o “No sé, llegué muy pequeño”. Al comparar las respuestas según origen migratorio, se detecta que solamente los migrantes de origen peruano señalan más claramente a la Argentina como su país de preferencia (Gráfico VII.1). En el caso de los inmigrantes bolivianos y paraguayos, las preferencias por el país de origen o por la Argentina son prácticamente las mismas. Vale destacar que las mujeres muestran una mayor proclividad a señalar a la Argentina como el país de preferencia (no se muestra en cuadro), aunque solo en el caso de las mujeres peruanas la diferencia con sus pares varones es significativa: el 54% manifiesta que se siente mejor en la Argentina, frente a un 34% de los varones de ese origen. Ahora bien, es muy probable que las respuestas de los encuestados se encuentren, en alguna medida, influenciadas por el tiempo que llevan residiendo en el país.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Gráfico VII.1. Estudiantes extranjeros encuestados (%) por respuesta a la pregunta “En cuál de estos países te sentís mejor”, según país de origen 50% 45 40% 37
36 33
33
36
34
30% 29
20% 17 17
17
18
17
15 10%
10
8
0%
Total migrantes País de origen
Bolivia Argentina
Paraguay No sabe, vino de chico
Perú NC
83
84
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
Sin embargo, el sentirse mejor en el país de origen no necesariamente es indicativo del nivel de satisfacción con la vida en la Argentina: muchos inmigrantes pueden tener una preferencia por su país de origen, pero también pueden señalar que se sienten muy satisfechos con su vida en el país de destino. Y, en efecto, al ser inquiridos sobre su nivel de satisfacción con la vida en la Argentina,19 la gran mayoría respondió sentirse muy satisfecho o satisfecho (Gráfico VII.2).
Gráfico VII.2. Estudiantes extranjeros encuestados (%) por nivel de satisfacción con la vida en la Argentina, según país de origen 50% 48
47
44 40%
41
40
37 34 30% 27 20%
14 12
10%
0%
10
9
7 3
Total migrantes Muy satisfecho
2
Bolivia Satisfecho
8
7
Poco satisfecho
4
4
2
Paraguay Nada satisfecho
Perú NC
Se detectan algunas diferencias interesantes de acuerdo con el origen: tanto paraguayos como peruanos dicen sentirse “muy satisfechos” en mayor medida que los bolivianos quienes, asimismo, presentan el porcentaje más elevado de no respuesta. En cuanto a las diferencias por sexo, es de destacar que los varones fueron más proclives a no responder esta pregunta en comparación con las mujeres, lo que podría denotar un nivel más bajo de satisfacción con la vida en nuestro país. Vale mencionar que el nivel de satisfacción puede también estar relacionado con el tiempo de residencia en la Argentina. Alrededor de un cuarto de los adolescentes encuestados cursaron toda la escolaridad primaria en la Argentina, la mayoría cursó parte aquí y parte en su país de origen, mientras que cerca de un 14% cursó toda la primaria en su país antes de emigrar. En otras palabras, la experiencia más difundida fue la de haber migrado durante la escuela primaria (44%), por lo que muchos tienen recuerdos de su vida previa en su país de origen.
Concretamente se preguntó: “Teniendo en cuenta lo bueno y lo malo, ¿estás satisfecho de vivir en la Argentina?”, brindando como alternativas de respuesta: “Muy satisfecho”, “Satisfecho”, “Poco satisfecho”, “Nada satisfecho”.
19
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
El Gráfico VII.3 muestra que quienes han residido por más años son algo más proclives a señalar que se encuentran “muy satisfechos” con la vida en la Argentina. En efecto, los adolescentes de todos los colectivos que llevan seis y más años residiendo en el país, pero en particular los paraguayos y peruanos, dicen sentirse “muy satisfechos” en mayor proporción que sus pares que llegaron más recientemente.
Gráfico VII.3. Estudiantes extranjeros encuestados (%) por nivel de satisfacción con la vida en la Argentina, de acuerdo con años de residencia, según país de origen
6 años y más
Perú
41 9
18
< de 6 años
41
Paraguay
32 6 años y más
2 2
39
2
58
7
< de 6 años
43 3
48
11
6 años y más
Bolivia
59
54
32 3
10
< de 6 años
58
29 2
7
6 años y más
Total
43 5 < de 6 años
10
52
34 0%
10%
Nada satisfecho
20%
Poco satisfecho
48
30%
40%
Satisfecho
Muy satisfecho
50%
60%
70%
Evaluando el proceso migratorio: pros y contras de la vida en la Argentina Los migrantes laborales, en su gran mayoría oriundos de países limítrofes de la Argentina, emprenden el proceso migratorio en búsqueda de una calidad de vida mejor que la que tenían en sus países de origen hasta el momento de la partida. Cuando la experiencia migratoria finalmente tiene lugar, estas expectativas pueden o no verse satisfechas. En efecto, el encuentro con una nueva realidad puede ofrecer nuevas oportunidades, pero también presenta retos y situaciones no previstas.
85
86
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
Como hemos señalado, en general, los adolescentes entrevistados son familiares de adultos que tomaron la decisión migratoria. En este sentido, sus expectativas pueden diferir de las de los adultos con quienes llegaron al país (en general, alguno de sus progenitores). En esta sección describimos la evaluación que realizan los adolescentes extranjeros de distintos aspectos de la vida en la Argentina. Nuevamente consideramos que estas respuestas son clave a la hora de comprender su integración social en el país y su nivel de bienestar. Para ello se les presentó un listado de aspectos de la vida cotidiana y se preguntó cuál de ellos había mejorado desde su llegada a la Argentina. Los respondentes podían señalar todas las alternativas que consideraran pertinentes. Los resultados se presentan en el Cuadro VII.1. La alternativa que más respuestas obtuvo fue “La situación económica de mi familia”. Algo más de seis de cada diez de los adolescentes marcaron dicha respuesta (con un rango que va del 65% entre los bolivianos al 57% entre los peruanos). La segunda respuesta más frecuente fue “Mis posibilidades para continuar estudiando”. El hecho de que esta alternativa haya sido la segunda más nombrada, y que uno de cada dos adolescentes la hubiera consignado, nuevamente refuerza la importancia de la educación para estos colectivos migratorios. Esta alternativa fue seguida por otra que, una vez más, pone de manifiesto el mejoramiento de las condiciones económicas y el acceso a bienes de consumo particularmente atractivos para los adolescentes: “Poder comprar cosas (ropa, celular, CDs, etc.)”. No es nada despreciable, en comparación con la frecuencia que obtuvieron las alternativas más nombradas, el número de adolescentes que respondió que “Mis relaciones de amistad” habían mejorado desde que llegaron a la Argentina.
Cuadro VII.1. Las cosas que mejoraron desde que viven en la Argentina. Respuestas positivas (alternativas múltiples) (%) de los estudiantes extranjeros encuestados, según país de origen Cosas que mejoraron desde que vino a vivir a la Argentina (respuesta múltiple)
Total Migrantes
Bolivia
Paraguay
Perú
a. La situación económica de mi familia
61,4
64,7
60,2
57,1
b. Mi acceso a servicios de salud
28,3
26,1
35,2
26,5
c. La calidad de la educación que recibo
29,9
27,1
38,0
28,6
d. Mis posibilidades de seguir estudiando
48,0
46,3
52,8
46,9
e. Poder comprar cosas (ropa, celular, cds, etc.)
40,2
40,4
41,7
38,8
f. Los lugares para divertirme (bailantas, boliches, etc.)
20,7
16,5
32,4
14,3
g. Mis relaciones de amistad
37,5
38,1
40,7
32,7
h. La calidad de nuestra vivienda
23,9
25,7
23,1
18,4
i. Mi vida familiar
31,5
35,8
25,9
28,6
j. El barrio en el que vivo
23,6
26,1
23,1
16,3
k. Otras
2,4
3,2
0,9
2,0
l. No mejoró nada
1,8
1,8
2,8
0,0
15,0
15,6
12,0
12,2
NC
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Un dato es particularmente interesante: prácticamente nadie marcó la alternativa “No mejoró nada”. Aun considerando a todas las “no respuestas” como orientaciones negativas, el porcentaje de quienes señalan que nada ha mejorado desde el arribo al país es significativamente bajo. La percepción de una mejora en varios aspectos de la vida de los adolescentes desde que han venido a residir a la Argentina también se refuerza al examinar la contracara de esta indagación, es decir, las respuestas que brindaron a la pregunta “¿Qué cosas han empeorado desde que viniste a vivir a la Argentina?”. La respuesta más común que brindaron los adolescentes fue “No empeoró nada”. Sin embargo, un dato relevante que hay que mencionar es que la segunda respuesta más frecuentemente marcada fue “El barrio en el que vivo”. Si bien la calidad de la vivienda parece haber mejorado, dos de cada diez adolescentes considera que el barrio en el que vive es peor que aquel en que vivía antes de migrar (Cuadro VII.2).
Cuadro VII.2. Las cosas que empeoraron desde que viven en la Argentina. Respuestas positivas (alternativas múltiples) (%) de los estudiantes extranjeros encuestados, según país de origen Cosas que empeoraron desde que vino a vivir a la Argentina (respuesta múltiple) a. La situación económica de mi familia
Total Migrantes
Bolivia
8,4
Paraguay
9,2
Perú
6,5
8,2
b. Mi acceso a servicios de salud
3,1
4,1
2,8
0,0
c. La calidad de la educación que recibo
9,4
12,4
5,6
4,1
d. Mis posibilidades de seguir estudiando
2,9
3,2
2,8
2,0
e. Poder comprar cosas (ropa, celular, cds, etc.)
5,0
6,4
2,8
4,1
f. Los lugares para divertirme (bailantas, boliches, etc.)
12,1
11,9
13,0
12,2
g. Mis relaciones de amistad
8,4
7,3
9,3
10,2
h. La calidad de nuestra vivienda
6,8
6,0
6,5
12,2
i. Mi vida familiar j. El barrio en el que vivo k. Otras
9,4
10,1
8,3
10,2
22,0
24,3
18,5
20,4
0,8
1,4
0,0
0,0
l. No mejoró nada
33,6
33,0
35,2
36,7
NC
19,9
19,7
20,4
14,3
Los lazos con las comunidades de origen ¿En qué medida los adolescente migrantes mantienen contacto con sus comunidades de origen? Este contacto puede darse de formas variadas, que van desde comunicaciones telefónicas (incluyendo mensajes de texto), contactos vía e-mail, cartas o visitas. Las visitas a los lugares de origen son las alternativas más onerosas, pero, de darse, indican lazos más perdurables. Se les preguntó, por ende, si alguna vez habían viajado a su país de origen luego de haber venido a residir a la Argentina por primera vez. Casi uno de cada dos adolescentes nunca retornó a su país de origen. Quienes han podido retornar con mayor facilidad son los adolescentes de origen paraguayo, seguidos por los de origen boliviano. Naturalmente, dado el costo y la duración del viaje, los peruanos son quienes en mayor proporción nunca han regresado a su país.
87
88
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
Gráfico VII.4. Estudiantes extranjeros encuestados (%) por número de veces que viajaron a su país de origen desde que residen en la Argentina, según país de origen 70% 67 60%
50% 49
49 42
40%
30%
20%
26
24
25
16
15
13
10%
10 7 6
0%
Total migrantes
7
3
Bolivia
11 6
2
Paraguay
0
2
Perú
Ninguna Una o dos veces Tres o cuatro veces Cinco veces o más NC
Si bien, en este aspecto, no se detectan diferencias significativas entre varones y mujeres, sí se advierten algunos matices de acuerdo con el tiempo de residencia en nuestro país. En efecto, quienes llevan menos tiempo residiendo en la Argentina han tenido menos chances de volver a sus países de origen. Esta situación es particularmente evidente entre peruanos y en menor medida entre bolivianos. En cambio, el porcentaje de adolescentes paraguayos que retornaron alguna vez no varía en función del tiempo de residencia en el país.
Las cosas que se extrañan En general los migrantes llevan consigo la carga de los recuerdos. Las cosas que se extrañan de las comunidades de origen son variadas y dinámicas, ya que pueden ir transformándose con el paso de los años. Si bien estos aspectos subjetivos de la migración han sido los menos estudiados, son muy relevantes a la hora de comprender el nivel de bienestar de las personas en entornos social y culturalmente distintos a los de origen. A los adolescentes extranjeros se les realizó una pregunta sencilla y abierta (es decir, sin presentar alternativas de respuesta): “¿Cuáles son las cosas que más extrañas de tu país de origen?”. El Cuadro VII.3 describe sus respuestas. Como es dable esperar, la más frecuente fue la familia, entendida en un sentido amplio y subjetivo -no necesariamente de co-residencia ni tampoco de consanguinidad-, es decir, como aquello ligado a relaciones de parentesco y políticas, que son, por lo general, las que proveen de apoyo, solidaridad y afecto.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Cuadro VII.3. Las cosas que se extrañan del país de origen. Respuestas (alternativas múltiples) (%) de los estudiantes extranjeros encuestados, según país de origen Cosas que extraña desde que vino a vivir a la Argentina (respuesta múltiple) Todo/ casi todo
Total Migrantes
6,8
Bolivia
Paraguay
5,5
Perú
7,4
10,2
Familia
36,2
33,0
39,8
40,8
Compañeros/ amigos
12,1
10,1
13,9
16,3
El barrio
2,6
0,9
4,6
4,1
La comida
5,0
4,6
1,9
14,3
Las costumbres/ la cultura
1,8
1,8
2,8
0,0
La forma de vida (respeto/tranquilidad/seguridad/confianza/bondad)
5,0
5,0
6,5
2,0
El lugar/ la ciudad/ las calles
6,0
5,5
5,6
10,2
La naturaleza/ el campo/ el aire puro/ el agua/ los paisajes y lugares turísticos
5,5
3,7
5,6
14,3
La gente/ mi gente/ mis vecinos
1,6
1,4
0,9
4,1
Mi casa
3,9
5,5
1,9
2,0
La escuela/ las becas/ los profesores
2,6
3,7
0,9
2,0
Tener los mismos derechos/ que no te discriminen/ libertad de expresión
1,0
1,8
0,0
0,0
La diversión (bailantas/ salidas)
0,5
0,5
0,9
0,0
Otro
1,0
0,9
0,0
4,1
Nada
10,0
9,6
10,2
10,2
No recuerda/ NS/NC
27,3
29,4
29,6
12,2
89
90
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
Entre quienes respondieron, la segunda alternativa más nombrada -aunque con niveles muchos más bajos que la familia- fueron los compañeros o amigos. Seguidamente, pero con frecuencias aún menores, se nombraron un variado número de aspectos entre los cuales se destacan la comida, la forma de vida y el mayor contacto con la naturaleza. Recapitulando, este capítulo centró la atención exclusivamente en los/as adolescentes nacidos en el extranjero, es decir en los migrantes que formaron parte de este estudio, con el propósito de explorar el grado de conformidad y satisfacción con su vida en la Argentina así como los lazos que mantienen con los países de origen. Se puso en evidencia que, si bien, puestos a elegir donde residir, solo los peruanos manifiestan una clara preferencia por la Argentina, la enorme mayoría de los encuestados, con independencia de su origen, manifiesta sentirse satisfecho o muy satisfecho residiendo en este país. Claramente, la dimensión socioeconómica aparece como la más destacada, aunque es importante el número de quienes valoran vivir aquí por las mayores posibilidades de continuar estudiando que se les brindan. Aunque son notablemente más numerosos los aspectos de residir en la Argentina que, en comparación con sus países de origen, se destacan como positivos, son dos los principales precios que se pagan por la migración: vivir en barrios que se consideran peores a los que se tenía en origen y extrañar a la familia.
Reflexiones finales La Argentina se caracteriza por ser un país de inmigración. A diferencia de lo que ocurría un siglo atrás, hoy en día los extranjeros que residen en el país provienen fundamentalmente de otros países de la región, principalmente de Paraguay, Bolivia y Perú. En conjunto, esta población se encuentra en una situación de desventaja social y económica respecto de la población nativa. Dichas desventajas repercuten en la situación de los niños, niñas y adolescentes inmigrantes, quienes han estado por mucho tiempo invisibilizados en los estudios migratorios en el país. La presente investigación procura contribuir al conocimiento de los procesos de integración social y educativa de adolescentes inmigrantes en escuelas medias en la Provincia de Buenos Aires y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Mediante el análisis de una encuesta respondida por 1,558 estudiantes y entrevistas en profundidad con directivos y profesores de 17 escuelas, se examina en forma comparativa rasgos y conductas de estudiantes nativos y de migrantes de primera y segunda generación, jerarquizando sus propias percepciones, valoraciones y experiencias. En los estudios sobre inmigración, es común que se comparen indicadores referidos a los inmigrantes con los de la población en su conjunto. Por ello, el contraste entre la situación de los adolescentes extranjeros y la de los nativos en contextos socioeconómicos relativamente similares representa un aspecto crucial y novedoso del presente estudio. Dado que la información ha sido recolectada en las escuelas, el relevamiento tiene una fuerte impronta territorial, es decir barrial y comunitaria. La mayoría de los estudiantes encuestados ha nacido en la Argentina; y entre quienes nacieron en el extranjero (23%), predominan los oriundos de Bolivia y del Paraguay y, en menor medida, del Perú. Una elevada proporción ha transitado una parte considerable de su trayecto educativo en escuelas de nuestro país. Los estudiantes extranjeros provienen de hogares con un clima educativo más bajo que los alumnos nativos. Por otra parte, la incidencia de adolescentes que trabajan para generar un ingreso es significativamente más elevada entre los alumnos extranjeros.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Sin embargo, a pesar de estas relativas desventajas socioeconómicas iniciales, el rezago escolar es menor entre los extranjeros y los hijos de inmigrantes que entre los estudiantes nativos. El mejor rendimiento educativo también se hace evidente en el más bajo porcentaje de quienes se han llevado materias a examen el año anterior y en su menor ausentismo. Estos rasgos de los inmigrantes son más pronunciados entre los de origen boliviano, quienes son los que dedican más tiempo promedio al estudio. Es probable que estos indicadores reflejen niveles de exigencia personal y de aspiraciones educativas superiores. En efecto, los inmigrantes aspiran con mayor frecuencia continuar una carrera universitaria y son más optimistas respeto a lograr hacerlo. Los distintos estilos de vida y sociabilidad, así como el mayor control que ejercen las familias o adultos responsables, dan como resultado algunas diferencias en las rutinas y comportamientos de los adolescentes inmigrantes. Ellos y ellas tienden a dedicar más tiempo a actividades que les demandan responsabilidad como trabajar y cuidar hermanos, y destinan un menor tiempo a salir con amigos, jugar o chatear con la computadora. Por otro lado, son mucho menos propensos a fumar o a haber abusado en el consumo del alcohol durante el último mes previo a la encuesta. Directivos y docentes concuerdan en señalar la mayor dedicación al estudio de una gran parte de los alumnos extranjeros. Tanto por su dedicación como por sus elevadas expectativas, pareciera que los inmigrantes de primera generación ven a la educación como un canal privilegiado de movilidad social ascendente. Los señalamientos de los maestros, apuntan a distinguirlos por un mayor respeto hacia los profesores (y a los adultos en general), el bajo ausentismo, su comprometida dedicación, una fuerte aspiración de superación social y económica y un mayor control por parte de los adultos a cargo. Frecuentemente, estos valores son mencionados en contraste con los rasgos que caracterizan a muchos estudiantes nativos: si bien no dudan de su capacidad intelectual (“son rápidos”), los docentes se quejan y se lamentan de la falta de compromiso con su propia educación y, consecuentemente, de las escasas aspiraciones a futuro. Los profesores también señalan la relevancia del control familiar en el desempeño de los estudiantes; la frase “los adolescentes están solos” fue repetida una y otra vez por directivos y docentes a lo largo del estudio. En suma, estos indicadores reflejan una satisfactoria integración educativa por parte de los estudiantes inmigrantes de primera o segunda generación asistiendo a escuelas medias argentinas. Sin embargo, en lo que respecta a la integración social de los estudiantes inmigrantes, particularmente los de primera generación, el panorama es diferente. En relación con los vínculos entre estudiantes, un primer hallazgo a tener en cuenta es que los alumnos extranjeros tienden con mayor frecuencia a sentirse inseguros dentro de la escuela. Es muy probable que este sentimiento se derive de maltratos recibidos de los propios compañeros por su condición de extranjeros. Esta hostilidad se manifiesta en agresiones verbales (mediante el empleo de términos peyorativos), la molestia en clase (incluyendo la sustracción de útiles escolares sin permiso) y la completa ignorancia del otro. Varones y mujeres bolivianos son quienes han declarado con mayor frecuencia sentirse discriminados por su condición de extranjeros, por el color de la piel y por la apariencia física. Por otra parte, puestos a identificar quiénes son los sujetos que los discriminan, tres de cada cuatro inmigrantes señalan a los propios compañeros de escuela y, en segundo lugar, a “la gente en general”. Vale mencionar que solo una minoría dice sentirse discriminada por los profesores. Ciertas situaciones experimentadas en las escuelas parecen evidenciar que la xenofobia y la intolerancia de algunos estudiantes son producto de orientaciones valorativas y estereotipos que escuchan en sus hogares y sus barrios. Ante estas situaciones, la escuela tiene y debe actuar, pero no todas lo hacen de la misma manera. Algunas no solo reconocen las diferencias sino que las celebran y las aprovechan para formar adolescentes más tolerantes; en otros casos se pug-
91
92
Capítulo VII. Adolescencia inmigrante: satisfacciones y pesares de la vida en la Argentina
na por homogeneizar bajo una supuesta igualdad de trato y de oportunidades. Lo cierto es que como en numerosos aspectos vinculados a la calidad educativa, se detectan distintos niveles de preocupación entre docentes y directivos sobre la problemática de la integración social de los migrantes en la escuela; y, aunque concuerdan en señalar que el principal problema radica en los vínculos entre los propios estudiantes, el desarrollo concreto de acciones para mitigar el conflicto y promover el respeto hacia los estudiantes extranjeros varía de acuerdo con las escuelas. Existen algunas experiencias que parecen haber dado buenos frutos y que comparten un factor común: la promoción del conocimiento mutuo y el intercambio. Estas parecen ser rutas fructíferas que potencian la consideración de estos aspectos en los códigos de convivencia. Tal resultado tiene una clara derivación de política: más allá de la prédica, las acciones dirigidas a erradicar prácticas discriminatorias en la escuela -actividades, talleres y proyectos que se desarrollen de manera conjunta- deben orientarse sobre todo a mejorar el conocimiento mutuo, fomentar el intercambio y la interacción, derribar estereotipos y promover la aceptación de las diferencias entre los propios estudiantes exponiendo la diversidad cultural en un plano de igualdad y de respeto.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Bibliografía
Amuedo-Dorantes, C., A. Georges y S. Pozo (2008), Migration, Remittances and Children’s Schooling in Haiti, Bonn: IZA, Discussion Paper núm. 3657. Aparicio Gómez, R. y A. Tornos Cubillo (s/f), Hijos de inmigrantes que se hacen adultos: Marroquíes, dominicanos, peruanos, Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales, Documentos del Observatorio Permanente de la Inmigración, núm. 8. Asis, M. (2006), “Living with migration. Experiences of left-behind children in the Philipines”, en Asian Population Studies, vol. 2, núm. 1, pp. 45-67. Beheran, M. (2009), “Niños y niñas bolivianos en la Ciudad de Buenos Aires. Escolaridad y experiencias formativas en el ámbito familiar”, en Estudios Migratorios Latinoamericanos, vol. 22/23, núm. 67, diciembre, pp. 375-395. Binstock, G. y M. Cerrutti (2005), Carreras truncadas. El abandono escolar en el nivel medio en Argentina, Buenos Aires: UNICEF. Calero J. y S. Waisgrais (2009), “Rendimiento educativo de los alumnos inmigrantes: identificación de la incidencia de la condición de inmigrante y de los peer effects”, comunicación presentada en el XVI Encuentro de Economía Pública, Granada, febrero. Ceriani Cernadas P. y R. Fava (coords.) (2010), Estudio sobre los derechos de niños y niñas migrantes a 5 años de la nueva ley de migraciones, Buenos Aires: Universidad Nacional de Lanús, Centro de Derechos Humanos. Cerrutti, M. (2009), Diagnóstico de las poblaciones de inmigrantes en la Argentina, Buenos Aires: Dirección Nacional de Población, Secretaría del Interior, Serie de Documentos de la Dirección Nacional de Población, núm. 02. Cox, A. y M. Ureta (2003), International Migration, Remittances, and Schooling: Evidencefrom El Salvador, Cambridge: NBER, Working Paper núm. 9766. Domenech, E. (2005), “Inmigración, Estado y Educación en Argentina: ¿Hacia Nuevas Políticas de Integración?”, ponencia presentada en las 8º Jornadas Argentinas de Estudios de Población. Buenos Aires: AEPA. Disponible en: <http://www.iigg.fsoc.uba.ar/pobmigra/archivos/domenech. zip>. Healy, A. (2010), La educación inclusiva del alumnado inmigrante en España, Madrid: Middlebury College en Madrid. (Mimeo). Hondagneu-Sotelo, P. (1992), “Overcoming Patriarchal Constraints: The Reconstruction of Gender relations Among Mexican Immigrant Women and Men”, en Gender and Society, núm. 6. ----------------(1994), Gendered Transitions: Mexican Experiences of Migration, Berkeley y Los Angeles: University of California Press. Hondagneu-Sotelo, P. y E. Ávila (1997), “I’m here, but I’m there: The Meanings of Latina Transitional Motherhood”, en Gender and Society, 11, núm. 5. INSTRAW (2007), Género y remesas. Migración Colombiana del AMCO a España, Colombia: Nuevas Ediciones.
93
94
Bibliografía
Kandel, W. (2003), “The Impact of U.S. Migration on Mexican Children’s Educational Attainment”, en R. M. M. Cosio, M. Pilon y A. Quesnel, Education, Family and Population Dynamics, París: CICRED, pp. 305-328. Kandel, W. y K. Grace (2001), “The Impact of Temporary Labor Migration on Mexican Children’s Educational Aspirations and Performance”, en International Migration Review, vol. 35, núm. 4, pp. 1205-1231. Liwski, N. (2008), “Migraciones De Niñas, Niños y Adolescentes Bajo el Enfoque de Derechos”, Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos, Comisión Especial de Asuntos Migratorios. Disponible en: <http://www.iin.oea.org>. Micolta León, A. (2007), “Inmigrantes Colombianos en España. Experiencia Parental e Inmigración”, en Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales. Niñez y Juventud, vol. 5, núm.1, Colombia, pp.1-25. Modé Magalhães, C. y F. Schilling (2012), “Imigrantes da Bolíviana escolaem. São Paulo: fronteiras do direito à educação”, en Pro-Posições, vol. 23, núm.1, Campinas, pp. 43-64. Nobile, M. (2006). La discriminación de los inmigrantes en la escuela media. Un análisis de los discursos, las prácticas y los condicionantes legales. Buenos Aires: CLACSO. Novaro, Gabriela, L. Borton, M. L. Diez y A. C. Hetch (2008), “Sonidos del Silencio, Voces Silenciadas: niños indígenas y migrantes en escuelas de Buenos Aires”, en Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 13, núm. 36 (marzo-abril), México DF: Consejo Mexicano de Investigación Educativa, pp. 173-201. Portes, A. y R. Rubén (2001), Legacies. The Store of the Immigrant Second Generation, Berkeley: University of California Press and Russell Sage Foundation. Reyes, M. (2008), Migration and Filipino Children Left-Behind: A Literature Review, Quezon City: Miriam College, UNICEF. Rumbaut, R. (1991), “The agony of exile: a study of the migration and adaptation of Indochinese refugee adults and children”, en F L. Ahearn Jr. y J. L. Athey (eds.), Refugee Children: Theory, Research and Services, Baltimore: Johns Hopkins University Press ----------------(1994), “The Crucible Within: Ethnic Identity, Self-Esteem, and Segmented Assimilation Among Children of Immigrants” , en International Migration Review, 28, 4, pp. 748-794. ----------------(1999), “Passages to Adulthood: The Adaptation of Children of Immigrants in Southern California”, en Donald J. Hernández (ed)., Children of Immigrants: Health, Adjustment, and Public Assistance. Washington DC: National Academy Press, pp. 458-525. UNICEF (2009) Children in Immigrant Families in Eight Affluent Countries. Their Family, National and International Context, Florence: UNICEF. UNICEF, Educación para todos (2012), Informe Nacional. Las oportunidades educativasen la Argentina (1998-2010), Buenos Aires: UNICEF Argentina. Zhou, Min (1997), “Growing up American: The challenge confronting immigrant children and children of immigrants”, en Annual Revue of Sociology, núm. 23, pp. 63-95.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Anexo de Cuadros
95
96
Anexo de Cuadros
Cuadro A.1. Indicadores seleccionados del contexto familiar de los estudiantes encuestados, según condición migratoria y origen Contexto familiar
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Convivencia actual con progenitores Vive con ambos padres
61,2
59,9
72,4
65,9
68,1
67,4
45,9
57,7
Vive sólo con la madre
28,0
28,6
19,3
27,1
23,9
20,6
43,3
30,7
Vive sólo con el padre
5,2
6,8
4,2
3,9
4,0
3,7
1,9
2,9
No vive con los padres
5,5
4,7
4,2
3,1
4,0
8,3
8,9
8,7
1.558
826
192
129
351
218
157
381
N
Frecuencia con la que ve al padre* Casi todos los días
21,5
25,3
21,7
13,0
18,2
21,6
14,8
16,7
Una vez por semana
15,4
17,8
8,7
30,4
20,0
8,1
7,4
8,3
8,3
8,6
4,3
8,7
9,1
10,8
5,6
7,3
Pocas veces
25,2
28,2
17,4
26,1
21,8
18,9
25,9
21,9
Nunca
29,5
20,1
47,8
21,7
30,9
40,5
46,3
45,8
N
325
174
23
23
55
37
54
96
Con frecuencia
31,5
35,1
40,9
20,0
32,0
22,2
26,9
24,7
De vez en cuando
36,7
33,3
36,4
65,0
48,0
36,1
36,5
36,6
Nunca o casi nunca
31,8
31,5
22,7
15,0
20,0
41,7
36,5
38,7
N
311
168
22
20
50
36
52
93
Al menos una vez por mes
Frecuencia de contacto no personal con el padre*
Educación del padre Primaria completa y menos
40,4
41,1
35,8
46,0
40,0
42,5
35,8
39,3
Secundaria incompleta
23,8
26,0
26,5
21,0
23,6
22,9
13,8
19,5
Secundaria completa y más
35,8
33,0
37,7
33,0
36,4
34,6
50,4
41,2
1.238
655
151
100
275
179
123
308
Primaria completa y menos
45,2
36,3
57,4
52,6
55,9
61,5
47,5
54,9
Secundaria incompleta
24,5
29,5
14,2
21,6
16,4
18,2
24,5
20,8
Secundaria completa y más
30,3
34,1
28,4
25,9
27,6
20,3
28,1
24,3
1.376
735
162
116
304
192
139
337
N Educación de la madre
N
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Contexto familiar
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Situación laboral del padre Hace changas
19,9
17,7
16,7
30,5
22,3
23,7
20,7
22,3
Tiene trabajo fijo
74,3
76,2
76,3
62,9
70,6
73,4
72,4
73,3
No trabaja y busca
3,4
3,0
5,1
3,8
5,0
2,3
3,4
2,7
No trabaja ni busca
0,6
0,3
1,9
0,0
1,1
0,6
0,9
0,7
Jubilado/ pensionado
1,9
2,7
0,0
2,9
1,1
0,0
2,6
1,0
1.239
665
156
105
282
173
116
292
N
Situación laboral de la madre Hace changas
11,2
9,6
18,6
10,2
14,6
11,5
11,6
11,4
Tiene trabajo fijo
41,5
42,3
34,1
49,2
40,4
37,7
43,2
40,8
No trabaja y busca
4,4
4,4
3,0
5,1
3,8
3,7
6,8
5,0
No trabaja ni busca
39,9
38,9
43,1
33,9
39,2
46,6
38,4
42,6
3,0
4,7
1,2
1,7
1,9
0,5
0,0
0,3
1.399
742
167
118
314
191
146
343
Jubilado/pensionado N
Tamaño del hogar Hasta 4 personas
25.6
27,2
14,7
26,8
19,9
17,8
39,0
27,5
5 a 7 personas
51,4
51,2
55,3
49,6
52,7
53,3
48,7
50,8
8 o más personas
22,9
21,6
30,0
23,6
27,4
29,0
12,3
21,7
1.534
813
190
127
347
214
154
374
Se llevan bien
45,8
49,5
38,0
44,2
40,5
40,0
40,5
41,0
Normal
46,4
43,2
54,7
47,3
51,7
46,7
51,3
51,6
7,8
7,2
7,3
8,5
7,8
13,3
8,3
7,4
1.545
814
192
129
321
30
351
217
N
Clima de convivencia del hogar
Mal, hay muchos conflictos N
Recibe planes sociales Reciben planes sociales
45,9
50,6
46,3
58,6
51,4
31,9
29,3
30,9
No está seguro si reciben
24,6
23,4
23,2
25,0
23,6
28,7
28,7
28,2
No reciben planes sociales
29,5
26,1
30,5
16,4
25,0
39,4
42,0
40,9
1.544
817
190
128
348
216
157
379
N
Recibe beca escolar Sí
32,1
31,0
27,8
41,7
32,8
28,3
39,6
34,0
9,4
10,3
12,8
4,7
9,6
6,6
8,4
7,3
58,5
58,8
59,4
53,5
57,6
65,1
51,9
58,8
N
1.513
798
187
127
344
212
154
371
N Total
1.558
826
192
129
351
218
157
381
No, pero recibió en el pasado No, nunca recibió
Nota: La diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron, y a los casos a los que no aplicaba la pregunta. * Pregunta realizada sólo a quienes no conviven con el padre.
97
98
Anexo de Cuadros
Cuadro A.2. Indicadores seleccionados sobre actividad laboral de los estudiantes encuestados, según condición migratoria y origen Participación económica
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Trabajo No trabaja Trabaja N
75,1
80,3
69,9
69,3
70,8
62,1
73,9
67,7
24,9
19,7
30,1
30,7
29,2
37,9
26,1
32,3
1.516
809
186
127
342
206
153
365
Dedicación laboral Fines de semana
47,1
41,0
63,5
42,4
56,2
40,6
61,8
47,6
Durante la semana
52,9
59,0
36,5
57,6
43,8
59,4
38,2
52,4
N
331
139
52
33
89
69
34
103
Dedicación horaria semanal Menos de 15 horas
47,9
50,3
46,8
41,7
44,3
47,8
47,4
47,7
Entre 15 y 20 horas
29,6
27,3
29,8
30,6
29,5
29,0
39,5
32,7
Más de 20 horas
22,5
22,4
23,4
27,8
26,1
23,2
13,2
19,6
N
338
143
47
36
88
69
38
107
Trabajo remunerado
75,5
79,5
60,8
91,7
73,9
66,2
81,6
71,6
Trabajo no reunerado
24,5
20,5
39,2
8,3
26,1
33,8
18,4
28,4
N
347
146
51
36
92
71
38
109
Trabajo “en blanco”
3,2
3,5
10,2
0,0
5,6
0,0
2,6
0,9
Trabajo “en negro”
96,8
96,5
89,8
100,0
94,4
100,0
97,4
99,1
N
341
142
49
35
89
71
39
110
Trabajo remunerado
Trabajo registrado
Destino de los ingresos laborales* Para gastos personales
68,0
76,5
67,7
65,6
68,2
46,8
67,7
55,1
Para gastos de la casa
31,3
31,3
32,3
40,6
36,4
31,9
19,4
26,9
Ahorro
23,9
19,1
29,0
18,8
22,7
27,7
38,7
32,1
En el estudio
1,5
0,9
0,0
0,0
0,0
6,4
0,0
3,8
En los hijos
1,5
1,7
0,0
6,3
3,0
0,0
0,0
0,0
Otro
0,8
0,9
0,0
3,1
1,5
0,0
0,0
0,0
N
259
115
31
32
66
47
31
78
377
159
56
39
100
78
40
118
1.558
826
192
129
351
218
157
381
N que trabaja N Total
Nota: la diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron y a los casos a los que no aplicaba la pregunta. * La suma de las categorías puede exceder el 100%, ya que los encuestados pueden haber seleccionado más de una categoría (respuesta múltiple).
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Cuadro A.3. Indicadores educativos seleccionados de los estudiantes encuestados, según condición migratoria y origen Educación
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Repitencia durante el ciclo secundario No repitió
70,6
66,5
74,5
75,2
73,1
77,8
76,4
77,1
Repitió 1 vez
21,5
24,7
18,6
17,1
18,8
16,5
17,8
17,1
Repitió 2 veces
6,6
7,5
6,4
7,0
7,2
4,2
3,8
4,3
Repitió 3 veces o más
1,3
1,4
0,5
0,8
0,9
1,4
1,9
1,6
1.523
802
188
129
346
212
157
375
40,3
36,6
41,8
50,6
42,7
47,0
N
Cantidad de materias a examen Ninguna
43,7
39,6
1a2
32,1
31,4
30,5
35,2
31,0
33,3
36,8
34,7
3 o más
27,6
32,0
25,8
25,3
27,2
16,0
20,5
18,2
1.168
615
151
91
268
162
117
285
N
Frecuencia con que necesita ayuda Casi siempre
13,7
14,1
13,2
15,6
14,4
12,9
12,3
12,5
De vez en cuando
52,7
50,6
60,5
51,6
55,5
59,4
47,4
54,6
Casi nunca
33,6
35,4
26,3
32,8
30,2
27,6
40,3
32,9
1.542
817
190
128
348
217
154
377
Fácil
14,9
14,2
14,1
12,5
13,5
18,8
16,1
17,9
Más o menos
79,7
79,8
80,1
82,8
81,0
77,9
79,4
78,3
5,3
6,0
5,8
4,7
5,5
3,3
4,5
3,7
1.540
818
191
128
348
213
155
374
N
Exigencia de la escuela
Exigente N
Autopercepción como estudiante Muy bueno
13,4
11,7
13,1
12,8
13,6
14,7
19,1
16,8
Bueno
46,4
49,0
42,9
44,8
41,9
44,7
45,2
44,7
Regular
35,6
34,0
39,8
39,2
40,2
37,3
31,8
35,0
4,6
5,2
4,2
3,2
4,3
3,2
3,8
3,4
1.546
820
191
125
346
217
157
380
44,3
36,3
55,3
51,9
60,2
48,4
54,9
Malo N
Inasistencias en el año Menos de 15 faltas
46,5
Entre 15 20 faltas
25,8
28,9
22,9
23,6
23,2
19,4
24,8
21,4
Más de 20 faltas
29,9
34,7
21,8
29,9
24,9
20,4
26,8
23,8
1.527
812
188
127
345
211
153
370
N
Horas de estudio 1 o 2 horas
28,8
24,7
34,2
24,2
28,6
37,8
38,7
37,8
3 horas o más
13,7
9,0
21,9
9,4
16,3
26,3
16,1
21,6
1.515
802
187
128
343
209
155
370
N
(Continúa en la página siguiente)
99
100
Anexo de Cuadros
Continuación Educación
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Actitud de los padres No se preocupan o no les interesa
21,9
19,9
21,6
19,5
21,3
26,3
25,7
26,7
Preguntan y ayudan
42,1
46,0
33,7
42,2
36,9
35,2
44,1
38,5
Se preocupan pero no pueden ayudar
36,0
34,1
44,7
38,3
41,8
38,5
30,3
34,8
1.524
806
190
128
347
213
152
371
N
Relación con los compañeros de clase Se lleva bien con la mayoría
57,4
58,3
54,7
62,2
57,6
48,6
63,9
55,2
Se lleva bien con algunos y con otros no
30,0
29,0
32,1
26,8
30,0
36,1
27,1
32,4
Se lleva bien solo con unos pocos
12,6
12,8
13,2
11,0
12,4
15,3
9,0
12,5
1.539
815
190
127
347
216
155
377
Casi todos argentinos
37,5
53,2
22,2
33,1
28,5
6,3
16,7
11,1
Argentinos y extranjeros por igual
58,2
44,2
71,4
64,6
67,1
83,6
77,6
80,7
4,4
2,6
6,5
2,4
4,4
10,1
5,8
8,2
1.516
808
185
127
340
207
156
368
26,8
32,7
30,9
32,3
N
Amigos (origen migratorio)
Casi todos extranjeros N
Amigos cercanos en la escuela Casi todos son de la escuela
25,0
20,9
27,7
25,4
Sólo algunos
54,5
55,3
56,5
54,0
54,2
51,9
55,3
53,0
La mayoría NO son de la escuela
20,5
23,9
15,7
20,6
19,0
15,4
13,8
14,8
1.528
809
191
126
347
214
152
372
Terminar el secundario
25,1
31,9
15,9
23,4
19,3
14,9
16,1
15,7
Terminar curso terciario
13,0
13,3
14,8
17,2
15,3
7,4
14,2
10,1
Terminar algún profesorado
8,9
10,2
10,6
7,8
9,8
6,0
4,5
5,3
48,9
40,3
55,0
44,5
51,0
68,8
61,9
65,7
4,1
4,3
3,7
7,0
4,6
2,8
3,2
3,2
1.540
817
189
128
347
215
155
376
N
Aspiraciones educativas
Terminar alguna carrera universitaria Otro plan N
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Continuación Educación
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Cree que va a lograr dicha meta? Sí, seguramente
53,8
55,4
46,8
46,1
47,6
49,8
63,5
56,1
Tal vez
40,0
38,9
43,7
45,3
43,5
45,1
32,1
39,1
6,0
5,6
8,9
7,8
8,4
4,7
4,5
4,5
Es poco probable Otro
0,3
0,1
0,5
0,8
0,6
0,5
0,0
0,3
1.544
821
190
128
347
215
156
376
Sí, seguramente
56,6
59,9
50,0
57,9
53,1
46,6
65,6
54,7
Tal vez
38,2
35,3
42,3
38,6
40,7
48,6
29,2
40,5
5,0
4,9
6,7
3,5
5,6
4,7
5,2
4,9
N
Cree que va a lograr dicha meta?*
Es poco probable Otro
0,1
0,0
1,0
0,0
0,6
0,0
0,0
0,0
N*
753
329
104
57
177
148
96
247
1.558
826
192
129
351
218
157
381
N total
Nota: La diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron, y a los casos a los que no aplicaba la pregunta. * La diferencia se debe exclusivamente a la selección de casos que hubiesen contestado ‘Carrera universitaria’ en la pregunta anterior (no hay casos NC).
101
102
Anexo de Cuadros
Cuadro A.4. Indicadores seleccionados vinculados al ambiente escolar de los estudiantes encuestados, según condición migratoria y origen Ambiente escolar
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
8,7
11,1
Grado de acuerdo de los alumnos con las siguientes afirmaciones: No me siento seguro en esta escuela porque hay mucha violencia Muy de acuerdo
9,6
8,6
13,0
7,3
10,4
13,2
De acuerdo
24,2
20,0
30,3
30,6
29,7
33,7
20,8
28,3
En desacuerdo
44,8
48,4
44,3
34,7
40,7
34,6
49,7
40,8
Muy en desacuerdo
21,4
23,0
12,4
27,4
19,3
18,5
20,8
19,7
N
1.497
800
185
124
337
205
149
360
Muy de acuerdo
45,4
43,1
41,3
48,4
43,7
51,9
52,6
51,9
La mayoría de los profesores me tratan bien De acuerdo
45,6
46,8
48,4
43,0
46,6
43,3
40,3
42,1
En desacuerdo
6,3
6,7
8,7
3,9
6,7
3,8
5,8
4,9
Muy en desacuerdo
2,8
3,5
1,6
4,7
2,9
1,0
1,3
1,1
1.519
810
184
128
341
208
154
368
N
La mayoría de los profesores se interesan para que los estudiantes entiendan Muy de acuerdo
43,4
42,5
49,2
43,3
45,2
49,5
37,7
43,8
De acuerdo
43,7
44,5
36,5
46,5
42,6
37,1
50,6
43,0
En desacuerdo
8,8
9,2
9,5
6,3
7,9
9,0
7,8
8,9
Muy en desacuerdo
4,1
3,8
4,8
3,9
4,4
4,3
3,9
4,3
1.528
815
189
127
343
210
154
370
N
Hay muchos conflictos entre los estudiantes Muy de acuerdo
20,7
21,1
21,3
25,4
22,6
20,2
16,3
18,3
De acuerdo
40,2
38,2
41,5
42,1
41,2
44,2
42,9
43,5
En desacuerdo
29,5
30,1
30,1
27,8
30,3
25,5
29,9
27,4
Muy en
9,6
10,5
7,1
4,8
5,9
10,1
10,9
10,8
1.504
806
183
126
337
208
147
361
desacuerdo N
Los profesores tratan peor a los estudiantes extranjeros Muy de acuerdo De acuerdo
4,1
3,9
6,6
2,4
4,5
5,7
2,6
4,3
5,8
4,2
4,9
7,1
5,7
10,4
6,6
9,2
En desacuerdo
35,5
33,3
39,9
34,1
37,2
37,4
41,7
38,9
Muy en desacuerdo
54,6
58,6
48,6
56,3
52,7
46,4
49,0
47,6
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Continuación
Ambiente escolar
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
8,7
9,4
El nivel académico de esta escuela es muy bajo Muy de acuerdo
9,6
8,9
8,3
13,5
11,4
9,1
De acuerdo
28,7
26,8
35,0
31,7
33,0
32,2
24,2
28,9
En desacuerdo
45,8
48,1
43,9
45,2
44,1
38,9
47,7
42,1
Muy en desacuerdo
16,0
16,2
12,8
9,5
11,4
19,7
19,5
19,6
1.497
801
180
126
333
208
149
363
33,7
20,1
28,0
N
Los estudiantes extranjeros se esfuerzan más Muy de acuerdo
22,0
18,5
24,9
21,1
24,0
De acuerdo
36,4
31,8
47,6
39,1
41,9
40,4
43,5
41,3
En desacuerdo
29,1
33,5
20,0
29,7
25,2
20,7
26,0
22,8
Muy en desacuerdo
12,5
16,2
7,6
10,2
8,8
5,3
10,4
7,9
1.511
802
185
128
341
208
154
368
N
Frecuencia con la que les sucedieron las siguientes situaciones DENTRO de la escuela: Me robaron alguna pertenencia Nunca
67,2
72,3
60,5
61,4
62,7
50,9
73,1
60,2
Una o dos veces
26,1
22,2
30,0
27,6
27,5
40,1
23,1
33,2
6,7
5,4
9,5
11,0
9,8
9,0
3,8
6,7
1.529
809
190
127
346
212
156
374
Nunca
85,7
85,3
84,1
84,1
84,0
88,6
87,7
88,1
Una o dos veces
10,5
10,4
13,8
11,1
12,5
9,5
7,8
8,9
3,8
4,3
2,1
4,8
3,5
1,9
4,5
3,0
1.526
811
189
126
344
211
154
371
Tres veces o más N
Alguien me ofreció drogas
Tres veces o más N
Alguien me amenazó con violencia Nunca
80,8
80,2
79,9
78,0
79,7
81,9
85,3
83,1
Una o dos veces
15,5
15,4
18,0
18,1
17,7
15,7
10,9
13,7
3,7
4,3
2,1
3,9
2,6
2,4
3,8
3,2
1.527
810
189
127
345
210
156
372
Tres veces o más N
(Continúa en la página siguiente)
103
104
Anexo de Cuadros
Continuación Ambiente escolar
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Me peleé a trompadas con algún compañero/a Nunca
76,7
76,0
78,4
74,2
77,2
76,9
80,1
77,8
Una o dos veces
20,2
20,4
20,0
21,1
19,6
21,7
17,9
20,6
3,0
3,6
1,6
4,7
3,2
1,4
1,9
1,6
1.531
810
190
128
347
212
156
374
Nunca
84,6
81,8
87,8
79,4
83,1
91,5
92,3
92,0
Una o dos veces
12,2
14,4
9,5
19,0
14,2
6,1
4,5
5,4
3,3
3,8
2,6
1,6
2,6
2,4
3,2
2,7
1.529
812
189
126
344
212
155
373
Tres veces o más N
Insulté a un profesor/a
Tres veces o más N
Agredí físicamente a un profesor/a Una o dos veces
1,8
2,1
1,1
2,4
1,5
1,4
0,6
1,6
Tres veces o más
0,3
0,4
0,0
0,0
0,3
0,5
0,0
0,3
1.526
809
189
126
344
211
156
373
92,8
93,0
89,9
90,5
90,1
92,9
98,1
94,9
Una o dos veces
5,4
5,2
9,0
7,1
8,2
4,3
1,9
3,2
Tres veces o más
1,8
1,8
1,1
2,4
1,7
2,8
0,0
1,9
812
188
126
343
211
156
373
N
Le robé algo a un compañero/a Nunca
N
1.528
Tuvieron que llamar a mis padres por mala conducta Nunca
80,9
78,5
83,1
75,8
78,6
89,6
86,5
88,2
Una o dos veces
15,6
17,3
14,8
18,0
17,1
9,0
12,8
10,7
3,5
4,2
2,1
6,3
4,3
1,4
0,6
1,1
1.530
811
189
128
346
211
156
373
Tres veces o más N
Frecuencia con que les sucedieron las siguientes situaciones en los ALREDEDORES de la escuela: Me robaron alguna pertenencia Nunca
77,4
82,9
63,2
81,1
70,6
67,6
78,1
71,9
Una o dos veces
19,2
14,0
30,5
16,5
25,1
28,6
19,4
24,9
Tres veces o más
3,4
3,1
6,3
2,4
4,3
3,8
2,6
3,2
1.533
812
190
127
347
213
155
374
N
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Continuación Ambiente escolar
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Alguien me ofreció drogas Nunca
82,4
81,6
79,5
79,7
79,0
87,8
86,9
87,4
Una o dos veces
11,8
12,0
15,8
10,9
14,1
8,9
9,2
9,1
5,8
6,3
4,7
9,4
6,9
3,3
3,9
3,5
Tres veces o más N
1.526
806
190
128
348
213
153
372
14,7
14,9
16,3
17,3
16,1
14,1
12,3
13,1
4,3
4,6
5,8
5,5
5,8
1,9
2,6
2,4
1.528
807
190
127
347
213
155
374
Nunca
75,8
75,2
75,3
65,6
71,6
81,2
81,9
81,0
Una o dos veces
19,3
19,9
20,5
23,4
21,3
16,0
15,5
16,3
4,9
4,9
4,2
10,9
7,2
2,8
2,6
2,7
1.531
809
190
128
348
213
155
374
Una o dos veces Tres veces o más N
Me peleé a trompadas con algún compañero/a
Tres veces o más N
Insulté a un profesor/a 90,8
88,9
90,5
90,6
90,7
93,9
96,8
95,2
Una o dos veces
Nunca
7,1
8,7
7,4
7,1
7,2
5,7
1,3
3,8
Tres veces o más
2,0
2,5
2,1
2,4
2,0
0,5
1,9
1,1
1.527
809
189
127
345
212
155
373
97,4
97,2
97,4
95,3
96,8
98,1
99,4
98,4
Una o dos veces
2,0
2,2
1,6
3,9
2,3
0,9
0,6
1,1
Tres veces o más
0,7
0,6
1,0
0,8
0,9
0,9
0,0
0,5
1.529
808
191
128
349
211
155
372
N
Agredí físicamente a un profesor/a Nunca
N
Le robé algo a un compañero/a 93,4
94,2
87,9
93,0
90,2
92,5
98,1
94,6
Una o dos veces
Nunca
4,7
3,7
10,0
4,7
7,8
5,7
1,9
4,0
Tres veces o más
1,9
2,1
2,1
2,3
2,0
1,9
0,0
1,3
N
1.532
811
190
128
348
212
155
373
N total
1.558
826
192
129
351
218
157
381
Nota: La diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron, y a los casos a los que no aplicaba la pregunta.
105
106
Anexo de Cuadros
Cuadro A.5. Indicadores seleccionados acerca de la percepción de discriminación de los estudiantes encuestados, según condición migratoria y origen Discriminación
Total
Condición migratoria
Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Percepción de discriminación Alguna vez se sintió discriminado
38,8
31,8
39,6
43,4
40,5
56,1
47,4
52,4
Nunca se sintió discriminado
61,2
68,2
60,4
56,6
59,5
43,9
52,6
47,6
1.532
812
187
129
346
214
154
374
Compañeros de escuela
66,1
66,4
58,6
59,6
59,8
69,0
70,4
70,1
La gente en general
35,2
31,9
50,0
30,8
39,4
43,4
26,8
36,4
La policía
9,8
9,9
14,3
13,5
14,4
7,1
5,6
6,4
Profesores o maestros
8,7
13,8
2,9
5,8
5,3
5,3
4,2
4,8
N
Personas por las que se sintieron discriminados*
Patrones o jefes
3,1
5,6
2,9
1,9
2,3
0,9
0,0
0,5
Otros
6,4
9,9
2,9
9,6
6,1
1,8
2,8
2,1
N
551
232
70
52
132
113
71
187
24,8
25,4
25,7
Razones por las que se sintieron discriminados* Por mi apariencia física
50,2
63,6
53,5
64,2
60,4
Por ser mujer
6,1
7,1
9,9
1,9
6,7
6,2
1,4
4,3
Por ser homosexual
0,5
0,0
1,4
3,8
2,2
0,0
0,0
0,0
Por mi religión
5,5
6,7
7,0
5,7
6,7
5,3
0,0
3,2
Por mi forma de vestir
15,5
20,9
14,1
13,2
12,7
9,7
12,7
10,7
Por el color de mi piel
22,5
18,0
39,4
17,0
28,4
28,3
16,9
24,1
6,4
9,2
4,2
3,8
3,7
6,2
2,8
4,8
Por ser inmigrante
25,7
0,4
7,0
3,8
5,2
74,3
71,8
72,7
Otra razón
10,5
18,8
5,6
7,5
7,5
2,7
0,0
2,1
N
560
239
71
53
134
113
71
187
Por no tener dinero
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Continuación Discriminación
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Grado de acuerdo con las siguientes afirmaciones En la Argentina se discrimina a los inmigrantes Muy de acuerdo
49,1
51,6
52,2
54,4
54,3
36,9
40,1
38,7
De acuerdo
37,0
34,4
38,2
32,0
34,6
46,1
43,4
44,8
En desacuerdo
9,1
8,1
5,9
8,0
7,0
12,1
15,1
13,2
Muy en desacuerdo
4,8
5,9
3,8
5,6
4,1
4,9
1,3
3,3
1.507
802
186
125
341
206
152
364
N
En la Argentina los inmigrantes tienen más dificultades para progresar que los argentinos Muy de acuerdo
23,9
23,9
27,3
24,2
25,4
21,0
24,5
22,7
De acuerdo
35,2
32,3
41,5
37,1
39,1
40,0
34,7
38,0
En desacuerdo
28,3
28,7
22,4
30,6
26,3
26,5
34,0
29,5
Muy en desacuerdo
12,5
15,1
8,7
8,1
9,3
12,5
6,8
9,9
1.483
795
183
124
335
200
147
353
N
Los argentinos se sienten superiores al resto Muy de acuerdo
37,9
34,8
47,3
32,8
41,1
42,3
39,3
41,7
De acuerdo
38,1
37,8
37,4
40,0
37,5
40,3
40,0
39,5
En desacuerdo
18,0
20,2
11,5
17,6
15,8
13,4
17,3
15,1
6,0
7,3
3,8
9,6
5,7
4,0
3,3
3,6
1.490
797
182
125
336
201
150
357
21,9
31,8
5,6
10,4
7,8
Muy en desacuerdo N
Los inmigrantes le sacan trabajo a los argentinos Muy de acuerdo
9,4
16,1
13,5
De acuerdo
25,3
29,5
21,5
26,6
23,7
17,3
16,7
17,3
En desacuerdo
37,3
29,5
43,1
45,2
43,2
49,7
48,6
49,3
Muy en desacuerdo
15,5
9,3
26,0
12,1
19,5
27,4
24,3
25,6
1.467
787
181
124
333
197
144
347
N
Los inmigrantes deben tener los mismos derechos que los argentinos Muy de acuerdo
60,7
54,2
73,1
60,3
67,4
73,1
62,7
68,6
De acuerdo
29,4
31,3
24,2
29,4
27,0
21,4
35,3
27,5
En desacuerdo
6,0
8,5
1,6
7,1
3,8
3,5
1,3
2,5
Muy en desacuerdo
3,9
6,0
1,1
3,2
1,8
2,0
0,7
1,4
1.497
799
186
126
341
201
150
357
594
258
74
56
140
120
73
196
1.558
826
192
129
351
218
157
381
N N que se sintió discriminado N Total
Nota: la diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron, y a los casos a los que no aplicaba la pregunta. * La suma de las categorías puede exceder el 100% ya que los encuestados pueden haber seleccionado más de una categoría (respuesta múltiple)
107
108
Anexo de Cuadros
Cuadro A.6. Indicadores seleccionados sobre la vida cotidiana y sociabilidad de los estudiantes encuestados, según condición migratoria y origen Vida cotidiana y sociabilidad
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Frecuencia con la que realiza las siguientes actividades: Leer el diario Nunca
47,3
50,7
49,2
42,2
46,1
37,1
45,8
40,9
Casi nunca
25,0
24,5
23,0
22,7
22,3
29,1
29,0
28,6
Una vez por mes
11,2
8,7
13,6
13,3
13,2
18,8
8,4
14,7
Una vez por semana
10,0
9,2
8,9
14,1
11,2
10,8
11,0
10,7
6,4
6,8
5,2
7,8
7,2
4,2
5,8
5,1
1.535
812
191
128
349
213
155
374
Todos/casi todos los días N Escuchar la radio Nunca
24,2
29,6
18,5
22,5
22,4
13,6
13,6
14,2
Casi nunca
22,5
24,4
17,5
31,0
22,7
15,0
22,1
18,2
8,8
8,0
10,1
3,9
7,2
14,6
8,4
11,8
Una vez por semana
Una vez por mes
10,7
8,5
18,5
13,2
15,2
11,3
11,7
11,3
Todos/casi todos los días
33,8
29,5
35,4
29,5
32,5
45,5
44,2
44,5
1.529
808
189
129
348
213
154
373
Nunca
12,6
10,7
16,0
15,5
15,4
18,4
7,9
14,0
Casi nunca
14,9
13,9
16,0
13,2
14,5
19,9
14,6
17,4
4,2
2,6
5,3
3,9
5,2
6,8
6,6
6,6
Una vez por semana
14,6
11,7
19,8
10,1
15,4
23,8
15,2
20,1
Todos/casi todos los días
53,8
61,1
42,8
57,4
49,4
31,1
55,6
41,9
1.511
804
187
129
344
206
151
363
N
Usar la computadora
Una vez por mes
N
Leer algún libro (no escolar) Nunca
40,2
45,8
34,8
42,5
38,8
26,7
31,6
29,1
Casi nunca
24,8
23,4
24,6
26,8
26,2
24,3
29,6
26,4
Una vez por mes
13,7
11,8
17,6
7,9
13,1
19,0
17,1
18,2
Una vez por semana
11,6
10,5
9,6
15,7
11,4
15,7
12,5
14,4
9,8
8,5
13,4
7,1
10,5
14,3
9,2
12,0
1.523
812
187
127
343
210
152
368
Todos/casi todos los días N
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Continuación
Vida cotidiana y sociabilidad
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Hacer deporte Casi nunca Una vez por mes
15,2
17,3
11,1
17,3
13,7
6,5
19,2
12,0
6,6
5,2
9,0
3,9
6,7
12,1
6,4
9,6
Una vez por semana
23,5
21,4
33,3
18,9
28,2
27,6
19,2
23,9
Todos/casi todos los días
41,6
41,0
33,9
50,4
39,5
45,3
43,6
44,7
1.533
813
189
127
344
214
156
376
Nunca
50,7
60,4
Casi nunca
19,8 6,7
N
Ir a una iglesia o templo
Una vez por mes Una vez por semana Todos/casi todos los días N
36,2
35,9
38,4
39,8
41,6
41,0
16,0
25,0
27,3
24,9
23,7
23,4
23,5
5,9
11,2
3,9
7,8
7,1
7,8
7,3
15,9
10,9
21,8
23,4
22,0
22,7
19,5
21,3
6,9
6,8
5,9
9,4
6,9
6,6
7,8
7,0
1.527
810
188
128
346
211
154
371
93,3
93,2
92,8
90,4
91,6
Participar de una organización social o política Nunca
95,2
93,7
95,1
Casi nunca
3,3
3,4
0,5
4,8
2,0
4,8
3,8
4,3
Una vez por mes
1,1
1,2
0,0
1,6
0,6
0,5
1,9
1,3
Una vez por semana
0,9
0,9
1,1
0,0
0,6
1,0
1,3
1,1
Todos/casi todos los días
1,3
1,4
2,1
0,0
1,2
0,5
2,6
1,3
1.525
813
186
126
342
208
156
370
N
Ir al cine o a un recital Nunca
36,7
28,4
42,0
39,7
40,1
54,1
48,7
51,5
Casi nunca
26,3
30,0
18,1
22,2
20,3
22,5
25,0
23,7
Una vez por mes
25,9
27,5
29,3
28,6
27,9
18,7
23,1
20,5
Una vez por semana
7,8
9,7
7,4
8,7
8,7
3,8
1,3
2,7
Todos/casi todos los días
3,3
4,3
3,2
0,8
2,9
1,0
1,9
1,6
1.527
812
188
126
344
209
156
371
N
(Continúa en la página siguiente)
109
110
Anexo de Cuadros
Continuación Vida cotidiana y sociabilidad
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Horas que en un un día típico de la SEMANA pasa… Mirando TV/escuchando música Ninguna Menos de una hora
4,7
3,1
5,3
3,9
4,9
10,3
5,1
8,0
24,1
22,1
30,0
23,3
27,0
30,5
19,7
25,8
Una o dos horas
37,6
39,4
31,1
41,1
33,9
33,3
42,7
37,0
Tres horas o más
33,7
35,5
33,7
31,8
34,2
25,8
32,5
29,3
1.539
815
190
129
348
213
157
376
N
Haciendo deberes o estudiando Ninguna
16,2
21,4
9,1
17,2
13,7
4,8
9,7
7,3
Menos de una hora
41,3
44,9
34,8
49,2
41,4
31,1
35,5
33,2
Una o dos horas
28,8
24,7
34,2
24,2
28,6
37,8
38,7
37,8
13,7
9,0
21,9
9,4
16,3
26,3
16,1
21,6
1.515
802
187
128
343
209
155
370
Tres horas o más N
Haciendo cosas de la casa 9,9
11,7
6,5
11,7
9,9
7,1
4,0
6,0
Menos de una hora
Ninguna
34,4
34,4
36,0
39,1
36,8
30,3
34,4
32,1
Una o dos horas
30,1
29,9
33,9
25,0
30,1
32,2
29,8
30,7
Tres horas o más
25,6
24,1
23,7
24,2
23,1
30,3
31,8
31,3
1.516
806
186
128
342
211
151
368
Ninguna
42,3
43,2
40,7
40,3
41,6
38,4
45,4
41,2
Menos de una hora
18,3
18,4
20,1
20,2
19,5
16,1
18,4
17,1
N
Cuidando hermanos o familiares
Una o dos horas
13,6
12,4
12,2
16,3
14,2
14,7
17,8
15,7
Tres horas o más
25,7
26,0
27,0
23,3
24,7
30,8
18,4
26,0
1.521
808
189
129
344
211
152
369
N
Trabajando 67,6
73,6
61,0
62,7
62,6
56,9
61,7
59,3
Menos de una hora
Ninguna
6,4
5,4
8,6
4,0
6,7
7,6
9,1
8,4
Una o dos horas
5,8
5,1
5,3
8,7
6,7
8,5
3,9
6,5
20,2
15,9
25,1
24,6
24,0
27,0
25,3
25,9
1.511
798
187
126
342
211
154
371
Tres horas o más N
(Continúa en la página siguiente)
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Continuación Vida cotidiana y sociabilidad
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Saliendo con amigos Ninguna
23,2
15,1
27,4
25,4
25,9
43,3
30,1
37,9
Menos de una hora
15,5
12,4
18,4
15,9
16,9
20,5
22,2
20,9
Una o dos horas
21,5
22,4
25,3
18,3
22,4
19,5
17,6
18,7
Tres horas o más
39,8
50,1
28,9
40,5
34,7
16,7
30,1
22,5
1.511
799
190
126
343
210
153
369
Ninguna
25,0
18,8
34,9
21,9
28,4
45,3
22,6
35,4
Menos de una hora
21,3
18,7
24,3
25,0
24,3
25,0
23,2
24,1
N
Jugando/chateando en la computadora
Una o dos horas
23,1
25,2
18,5
22,7
20,6
16,5
27,1
20,9
Tres horas o más
30,6
37,3
22,2
30,5
26,7
13,2
27,1
19,6
807
189
128
345
212
155
373
N
1.525
Horas que en un día típico de FIN DE SEMANA pasa… Mirando TV/escuchando música 8,7
6,9
9,1
8,1
8,8
12,4
11,6
12,4
Menos de una hora
Ninguna
25,3
23,3
25,7
29,0
27,7
27,8
26,5
27,3
Una o dos horas
28,9
30,9
28,9
29,0
27,4
26,3
26,5
25,9
Tres horas o más
37,1
38,9
36,4
33,9
36,0
33,5
35,5
34,3
1.508
799
187
124
339
209
155
370
Ninguna
32,5
40,6
23,7
33,6
30,1
14,3
20,0
17,3
Menos de una hora
36,1
34,8
40,9
36,1
38,1
32,4
44,5
37,2
Una o dos horas
21,3
17,2
23,1
22,1
21,4
32,9
25,8
29,9
Tres horas o más
10,1
7,4
12,4
8,2
10,4
20,5
9,7
15,6
1.500
793
186
122
336
210
155
371
N
Haciemdo deberes o estudiando
N
Haciendo cosas de la casa Ninguna
16,0
18,0
13,9
13,8
14,7
11,1
14,9
12,7
Menos de una hora
34,3
35,1
33,2
43,9
36,9
27,9
33,8
30,1
Una o dos horas
26,2
24,1
30,5
22,0
27,7
31,3
26,4
29,3
23,6
22,8
22,5
20,3
20,6
29,8
25,0
27,9
1.485
784
187
123
339
208
148
362
Tres horas o más N
(Continúa en la página siguiente)
111
112
Anexo de Cuadros
Continuación Vida cotidiana y sociabilidad
Total
Condición migratoria Nativos
Segunda generación Hijos de bolivianos
Hijos de paraguayos y peruanos
Primera generación
Total segunda generación
Bolivia
Paraguay y Perú
Total primera generación
Cuidando hermanos o familiares Ninguna
50,7
54,2
49,2
48,4
50,7
39,5
48,7
43,3
Menos de una hora
18,0
17,1
17,5
26,6
20,2
20,0
15,8
17,9
Una o dos horas
10,8
9,2
10,1
5,6
8,2
18,5
13,8
16,5
Tres horas o más N
20,5
19,5
23,3
19,4
20,8
22,0
21,7
22,3
1.488
784
189
124
341
205
152
363
69,1
75,4
65,4
66,4
66,0
56,5
60,3
58,2
6,3
5,5
7,0
5,7
6,6
8,2
7,3
8,0
Trabajando Ninguna Menos de una hora Una o dos horas
5,8
4,6
5,9
7,4
6,0
10,1
6,0
8,2
Tres horas o más
18,8
14,5
21,6
20,5
21,5
25,1
26,5
25,5
1.484
785
185
122
335
207
151
364
N
Saliendo con amigos Ninguna
22,4
15,7
28,3
24,6
26,2
37,7
28,2
33,7
Menos de una hora
13,5
10,6
16,0
10,7
13,4
20,1
20,1
19,8
Una o dos horas
18,3
18,0
19,3
19,7
19,3
20,1
14,8
17,8
45,8
55,7
36,4
45,1
41,1
22,1
36,9
28,7
1.479
784
187
122
336
204
149
359
Tres horas o más N
Jugando/chateando en la computadora Ninguna
27,3
22,0
34,8
27,6
30,8
45,9
22,9
35,7
Menos de una hora
20,4
17,5
24,1
22,0
23,1
24,4
23,5
24,2
Una o dos horas
21,0
23,3
16,0
20,3
17,5
15,6
23,5
19,2
31,3
37,2
25,1
30,1
28,7
14,1
30,1
20,9
N
Tres horas o más
1.489
787
187
123
338
205
153
364
N Total
1.558
826
192
129
351
218
157
381
Nota: La diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron.
LOS ESTUDIANTES INMIGRANTES EN LA ESCUELA SECUNDARIA. INTEGRACIÓN Y DESAFÍOS.
Cuadro A.7. Indicadores seleccionados sobre las percepciones de los adolescentes migrantes encuestados acerca de su experiencia migratoria, según país de origen Percepción de los adolescentes migrantes
País de nacimiento
Total migrantes Bolivia
Paraguay
Perú
Satisfacción de vivir en la Argentina Muy satisfecho
39,0
31,6
51,0
44,4
Satisfecho
49,7
55,6
43,0
40,0
Poco satisfecho
8,3
10,2
4,0
11,1
Nada satisfecho
3,0
2,7
2,0
4,4
336
187
100
45
N
Cosas que mejoraron en la Argentina* La situación económica de mi familia
72,2
76,6
68,4
65,1
Mis posibilidades de seguir estudiando
56,5
54,9
60,0
53,5
Poder comprar cosas (ropa, celular, cds, etc.)
47,2
47,8
47,4
44,2
Mis relaciones de amistad
44,1
45,1
46,3
37,2
Mi vida familiar
37,0
42,4
29,5
32,6
La calidad de la educación que recibo
35,2
32,1
43,2
32,6
Mi acceso a servicios de salud
33,3
31,0
40,0
30,2
La calidad de nuestra vivienda
28,1
30,4
26,3
20,9
El barrio en el que vivo
27,8
31,0
26,3
18,6
Los lugares para divertirme (bailantas, etc.)
24,4
19,6
36,8
16,3
Otras
2,8
3,8
1,1
2,3
No mejoró nada
2,2
2,2
3,2
0,0
324
184
95
43
N
Cosas que empeoraron en la Argentina* No empeoró nada
42,0
41,1
44,2
42,9
El barrio en el que vivo
27,5
30,3
23,3
23,8
Los lugares para divertirme (bailantas, etc.)
15,1
14,9
16,3
14,3
La calidad de la educación que recibo
11,8
15,4
7,0
4,8
Mi vida familiar
11,8
12,6
10,5
11,9
La situación económica de mi familia
10,5
11,4
8,1
9,5
Mis relaciones de amistad
10,5
9,1
11,6
11,9
8,5
7,4
8,1
14,3
La calidad de nuestra vivienda Poder comprar cosas (ropa, celular, cds, etc.)
6,2
8,0
3,5
4,8
Mi acceso a servicios de salud
3,9
5,1
3,5
0,0
Mis posibilidades de seguir estudiando
3,6
4,0
3,5
2,4
Otras
1,0
1,7
0,0
0,0
N
305
175
86
42
N total inmigrantes
381
218
108
49
Nota: La diferencia entre N y N total se debe a los casos que no contestaron, y a los casos a los que no aplicaba la pregunta. * La suma de las categorías puede exceder el 100% ya que los encuestados pueden haber seleccionado más de una categoría (respuesta múltiple)
113