Apuntes de Turismo en Venezuela

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Nelson Prato Barbosa

Apuntes sobre Turismo en Venezuela

Una Agenda para la Acci贸n Caracas, 2007


Apuntes sobre Turismo en Venezuela. Una Agenda para la Acción

© 2006/2007. Nelson Prato Barbosa. Apuntes sobre Turismo en Venezuela. Una Agenda para la Acción Ed. P & T Consultores. Caracas, Venezuela. Email: pytconsultores@yahoo.es

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© Foto de la Portada: Nelson Prato Barbosa. Comunidad Indígena Warao en el Río Morichal Largo, en el Estado Monagas.

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TABLA DE CONTENIDO

Presentación……..…………………………………………………………………Pag. 4 El Turismo en Venezuela: Un Paso Adelante ……………………………………Pag. 6 El Sector Turismo: Crecimiento Sostenido en el 2006 …………………………..Pag. 8 Bases para la Reactivación del Turismo Interno……………..………………..…..Pag. 10 El Turismo Social en Venezuela……………………………………………………Pag. 14 El Observatorio Turístico: Una Opción Metodológica para el Análisis y Monitoreo de la Coyuntura y el Mercado Turístico Nacional ……………………………….…Pag. 17 Las Empresas Comunitarias Turísticas Indígenas y Campesinas……………….Pag. 20 “Eco” Mercadeo y Turismo Sustentable: la Mezcla Correcta ……………………Pag. 23 Turismo en Áreas Rurales: Una Opción para el Desarrollo Endógeno ………….Pag. 27 Diseño de Rutas Turísticas Rurales …………………………..…………………...Pag. 31 Ecociudadanía y los Valores Ambientalistas ……………………………………..Pag. 34 Agroecoturismo y Desarrollo Sostenible ………………………………………..…Pag. 36 Sobre Turismo y la Nueva Geometría del Poder ……………………………….... Pag. 39


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Presentación

En 1993, cuando publicamos nuestro primer trabajo sobre el tema del agroecoturismo o turismo en áreas rurales, no imaginamos la multiplicación de iniciativas que en el ámbito del turismo rural que se daría en Venezuela. En aquellos años, apenas un puñado de investigadores y emprendedores, empezábamos a comprender la importancia de este tema para el futuro turístico del país. Durante la década de los noventa del siglo XX y lo que va de la primera del Siglo XXI, mucho ha transcurrido en el sector turístico tanto nacional como internacional, al tiempo que nuevos conceptos, metodologías, temas, mercados y tipos de viajeros han emergido en el ámbito turístico mundial. Estos apuntes quieren ser una contribución al estudio y comprensión del turismo en Venezuela, con especial énfasis, en el turismo en áreas rurales. Es el resultado de reflexiones teóricas e investigaciones empíricas, así como de diferentes actividades de asesoría, consultoría y asistencia técnica a organismos públicos, privados y comunitarios que hemos realizado en los últimos tres años. Muchos de los artículos que aquí se publican han servido de apoyo para los cursos de capacitación que hemos tenido oportunidad de impartir a lo largo y ancho del país. Son artículos de lectura breve y fácil comprensión, tratando de evadir todo formalismo académico, sin que ello signifique una falta de sustentación empírica y teórica de los mismos. Algunos

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de ellos ya han sido publicados en otras revistas impresas o en formato electrónico por Internet.

Al reunir en un solo libro esta selección de textos podemos apreciar, claramente, el ejercicio analítico para aportar elementos a la comprensión y conceptualización de los procesos que ha estado viviendo nuestro país en materia turística. Son reflexiones concebidas desde el punto de vista ambiental y cultural de las comunidades y de las nuevas realidades del mercado turístico, tanto nacional como internacional, que han venido y están afectando, al sector turístico rural. Nuestra aspiración es que la lectura de estos artículos puedan aportar a los lectores algunos concepciones, percepciones, instrumentos y análisis útiles para su actividad, bien sea de orden empresarial, como funcionario del estado, en la actividad de consultoría o como docente. También quiere convertirse en una especie de agenda para ayudar a profundizar, ampliar y mejorar los estudios en el campo turístico que hacen falta en el país. Los apuntes, tal como lo hemos anunciado, no pretenden ser artículos o ponencias científicas en el sentido estricto de la palabra, pues su intensión última es más bien la divulgación de estos temas y facilitar la compresión de los mismos entre los


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interesados. Aún así, no carecen de rigurosidad ni están exentos de investigación empírica. En muchos casos hemos acudido a otros estudios y publicaciones especializadas para obtener numerosos datos que aportamos en los diferentes trabajos presentados. De la misma manera, buena parte de los resultados presentados en los textos son producto y resultado de investigaciones que sobre estos temas he venido realizando en todo el país, bien sea a través de trabajos de campo, mediante la convivencia con diferentes comunidades rurales e indígenas en variados destinos del país, o mediante la realización de encuestas y estudios de mercado, etc. La idea original del libro fue organizar un conjunto de trabajos que muestran el proceso de reflexión y trabajo que ha requerido mi experiencia de capacitación y como consultor y asesor de turismo. En especial, trata de mostrar la especificad del turismo en las áreas rurales, y su valor estratégico para el desarrollo futuro del país y su posicionamiento en el mercado turístico nacional e internacional. Con el tiempo, el agroecoturismo, concebido como una manera de intervención turística de carácter sostenible sobre las áreas rurales y naturales protegidas, se ha ido consolidando como un producto y una concepción de importancia fundamental en el mercado turístico nacional. Es fundamental, también, resaltar que las bases que dan fundamento a estas reflexiones se sustentan en la convicción de que estamos atravesando por uno de los procesos histórico sociales de mayor trascendencia e importancia local y global, relacionado con el cambio en el modelo de acumulación, la transformación del sistema de poder interno, y la creación de nuevas condiciones de reproducción de la conciencia social del país.

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Podemos referirnos a éste como un proceso de cambio, como un proceso revolucionario, o simplemente como transformación societaria. En todo caso, lo que podemos prever hacia el futuro próximo es una sociedad más justa, solidaria y ambientalmente sostenible, así como mayores y mejores oportunidades para que los turistas disfruten de un ocio con calidad.


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equivalente al 5,2 % del Producto Interno Bruto (PIB).

El Turismo en Venezuela: Un paso Adelante Los años 2004 y 2005 representaron para el sector turístico nacional el quiebre de una situación de estancamiento, con una tendencia a una reactivación sostenida en los años venideros. Este proceso ha sido impulsado, sin duda, por el aumento del gasto público, el crecimiento de los precios del petróleo, y, en general, por la mejoría de la situación económica del país. La actividad turística, durante el año 2005, movilizo unos 5.8 billones de bolívares,

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Esta cifra podrá crecer hasta en un 90 % en los próximos dos años, como consecuencia de la aprobación de la nueva Ley Orgánica de Turismo sancionada por la Asamblea Nacional. De acuerdo, con el Ministerio de Turismo para finales del año 2005 se espera un incremento del turismo interno en unos 45 millones de turistas y de unos 640 mil turistas extranjeros. En el siguiente cuadro, podemos apreciar el crecimiento del gasto turístico entre el año 2003 y el 2004, según datos aportados por la encuesta de turismo del Instituto Nacional de Estadísticas.

Gasto Turístico en Venezuela 1 Trimestre 2003/2004 Concepto

Gasto en Millones de Bolívares 2003 2004 Alojamiento 12 Alimentos y 13,1 Bebidas Tours 0,5 Compras 9,7 Diversión 1,6 Otros 0,6 TOTAL 37,6

Variación (%) 19,4 17,2

60,9 30,9

3,6 17,6 10,7 9,7 78,1

558,7 81,8 564,5 1404,9 107,6

De acuerdo con la misma fuente, la tendencia al crecimiento del turismo interno y receptivo irá en aumento para los próximos años. TENDENCIA DEL TURISMO EN VENEZUELA 2003-2006 Concepto Turismo Interno Variación Turismo Receptivo Variación

AÑOS 2003 29.463.315 336.974

2004 40.667.046 72 % 491.745 69 %

2005 45.000.000 90 % 640.000 77 %

2006 50.000.000 90 % 800.000 80 %


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¿Cuáles han sido los pilares de este crecimiento del turismo en Venezuela?. Sin duda responden a las políticas trazadas por el gobierno nacional en estos últimos años que se expresan en una serie de instrumentos y políticas turísticas que se han venido aplicando progresivamente. En primer lugar, podemos citar el Plan Estratégico de Turismo 2003 – 2007, que sentó las bases para la creación de los polos de desarrollo turístico endógenos. En segundo lugar, podemos citar el Plan de Marketing “Muévete por Venezuela”, así como el Plan Nacional de Capacitación de INATUR.

Metropolitano y Nueva esparta siguen siendo las entidades que siguen haciendo el mayor aporte a INATUR.

Adicionalmente, durante este año, además de la creación del Ministerio de Turismo y la aprobación de la reforma a la Ley Orgánica de Turismo, se han desarrollado nuevas políticas y estrategias turísticas como son la Feria Internacional de Turismo de Caracas (FITCAR), la creación de VENTUR para la comercialización de productos y servicios turísticos a precios competitivos, la puesta en marcha de CONVIASA como línea aérea bandera nacional, y el afianzamiento de proyectos como los de la Isla de la Tortuga, el Proyecto Canaima y las nuevas inversiones en Chichiriviche, para ser presentados como vitrinas turísticas de inversión nacional e internacional.

Tampoco se puede dejar de lado, el adelanto de políticas de financiamiento en el que participa tanto la banca pública como privada, ahora por mandato legal, como consecuencia de la sanción de la nueva Ley Orgánica de Turismo, otorgándose créditos en condiciones especiales a nuevos y pequeños emprendedores para la creación de PYME y Cooperativas de Turismo, y la exoneración de hasta el 75 % del impuesto sobre la renta, apoyando así el crecimiento del sistema turístico nacional. De acuerdo con la información disponible, el monto por concepto de créditos turístico es de unos 21 millardos de bolívares. Por otra parte, el turismo se ha visto beneficiado con la Ley de Bingos y Casinos, que ha logrado recaudar en lo que va de año unos 9 millardos de bolívares.

Por su parte, el Instituto Nacional de Promoción y Capacitación Turística (INATUR) ha logrado superar las expectativas de recaudación para el 1 semestre de 2005, alcanzando más de 13 millardos de bolívares, que representan un incremento del 77% en relación con el mismo período para el año 2004. Cabe destacar, que Miranda, Distrito

Otro instrumento de promoción del turismo nacional ha sido la creación de los Gabinetes Móviles de Turismo, implementados por el presidente Hugo Chávez, el primero de los cuales se realizó en Caripe (estado Monagas) donde se presentaron 18 proyectos, el segundo en la población de El Cobre (Estado Táchira) donde se presentaron 60 proyectos, y en Puerto La Cruz (estado Anzoátegui) donde se presentaron igual número de proyectos.

En resumen, es posible constatar que el turismo en Venezuela esta avanzando con buen pie, dando un paso adelante en la consolidación del sector turismo como una fuente importante de ingresos del país.


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El Sector Turismo: Crecimiento Sostenido en el 2006 No hay duda sobre el crecimiento del sector turístico en Venezuela en el 2006. Solamente por concepto de turismo interno, que siempre es el más importante mercado turístico de cualquier país, se han movilizado más de 32 millones de personas por todos los destinos nacionales, durante el primer semestre de este año, según informó MINTUR. Esto ha significado un gasto de 4.5 billones de bolívares, que representa un incremento de más de 21 % en relación con el mismo trimestre del año 2005. Basta recordar que en este período están incluidas las temporadas de Carnavales y Semana Santa, fechas durante las cuales la mayor parte de los proveedores de servicios y productos turísticos se vieron desbordados por la demanda turística. El gobierno bolivariano, en este año 2006, ha destinado una inversión de 4.5 millardos de bolívares para implementar el programa de turismo popular mediante el cual se le ha dado facilidades a más de 1.500 personas a disfrutar de viajes y vacaciones dignas en todo el país. Por otra parte, con la aprobación de la Ley de Crédito para el Sector Turismo, cuya finalidad es promover y regular el porcentaje de la cartera crediticia que los bancos destinaran a esta actividad, se ha dado un impulso importante a la inversión turística nacional Para el año 2006 se fijo una tasa de 2,5 % de la cartera crediticia, lo cual significa una disponibilidad de 930 millardos de bolívares, de los cuales ya han sido otorgados el 91 %, según informó el Ministerio de Turismo. Gracias a esta política, por ejemplo, se ha logrado promover unas 14 mil habitaciones nuevas, que están en proceso de

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construcción, es decir, el equivalente a las habitaciones existentes antes de la creación de MINTUR. Durante los primeros seis meses del año 2006 se movilizaron al país ceca de 350 mil turistas extranjeros, lo cual representa un incremento de casi 6 % en relación al mismo semestre en el año 2005, con lo cual las metas establecidas para finales de año en este segmento, podrán cumplirse. Pero, al mismo tiempo, los venezolanos que viajaron al exterior alcanzaron casi las 420 mil personas, a pesar del control de cambio y de los problemas para el otorgamiento de pasaportes. Los destinos turísticos mas visitados no han variado, ya que Miranda, Distrito Capital, Nueva Esparta, Zulia, Anzoátegui y Mérida fueron los estados donde se recaudó la mayor cantidad de la tasa turística del 1 % establecido en la Ley Orgánica de Turismo, la cual generó una recaudación, durante los primeros nueve meses, de cerca de 26 millardos de bolívares, lo cual implica una variación de casi 41 % con relación al mismo período el año pasado. Con estos recursos INATUR ha llevado adelante el Plan Nacional de Capacitación que ha beneficiado a operadores, guías, taxistas, y trabajadores relacionados con el sector turismo para aumentar la calidad del servicio y los productos turísticos en todo el país. Vale la pena destacar los casos de los NUDES de Río Caribe y Vargas. La creación de la Feria Internacional de Turismo de Caracas (FITCAR) en materia de promoción turística ha sido todo un éxito. En la edición del 2006 participaron 49 países, y la asistencia de más de 19 medios especializados de turismo internacionales para un total de 800 periodistas nacionales y extranjeros, para ir convirtiendo a Venezuela en una referencia obligada en las ferias turísticas mundiales.


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Tampoco puede dejarse de lado la inversión hecha por el estado en materia de infraestructura turística de más de 84 millardos de bolívares en todo el territorio nacional, donde destacan los casos de Chichiriviche, Playa El Yaque, La Escuela Técnica Ecoturística Kanaimo, y diversas obras en Vargas, Yaracuy y el Táchira. Hasta ahora, MINTUR ha aprobado más de 34 proyectos de inversión turística con una inversión superior a los 4. 6 millardos de bolívares. Todo esto, acompañado, además, de la creación de VENETUR para la comercialización de los productos y servicios turísticos propiedad o manejados por el estado, y la puesta en marcha de la empresa aérea CONVIASA cubriendo nuevos destinos que no estaban siendo cubiertos por las empresas comerciales privadas. Hoy más que nunca el sector turismo se ha visto beneficiado de una política de inclusión turística, que por primera vez en muchos años no se había implementado en Venezuela, apoyando la consolidación de este sector de la economía nacional y contribuyendo a transformar la realidad socioeconómica del país, ayudando a garantizar que todos los venezolanos, especialmente, a las personas en situación de exclusión económica y cultural, tengan acceso y disfruten del derecho al ocio y a la recreación establecidos en la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela.

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Bases para la Reactivación del Turismo Interno y Dinamizar Nuestro Potencial para el Turismo Receptivo. Quizás, uno de los grandes errores que veníamos cometiendo, turísticamente hablando, era continuar basando nuestras campañas de promoción dirigidas al mismo tipo de turistas que veníamos recibiendo desde los años 80, y que todavía seguimos recibiendo, vale decir, fundamentalmente, el turismo caribeño de sol y playa. Nos habíamos olvidado que este es un tipo de turismo manejado con criterios masivos que contribuye, no solo en nuestro país sino en resto del mundo, a deteriorar nuestras playas y costas, al mismo tiempo que va acompañado con inversiones costosas en edificaciones hoteleras, residenciales y de vacaciones, ocupando muchas veces espacios ecosocialmente vulnerables, como lo acaecido en el triste caso del Litoral Central. Otros buenos ejemplos, son los casos de Margarita y Puerto la Cruz, y más cercanamente, el caso de Falcón en el sector del Parque Nacional Morrocoy. Es un turismo construido sobre la base de “paquetes todo incluido” de fácil captación, pero con un manifiesto desinterés por la cultura local y basado en un mercado que sólo destaca la comodidad para aquellos que quieren disfrutar del sol. Sin embargo, no podemos afirmar con certeza que este tipo de turistas en realidad hayan llegado a conocer los destinos visitados porque, de regreso a sus localidades o países de origen se llevan solo el recuerdo de una piel bronceada o tostada en nuestras playas, que en temporadas altas están, adicionalmente, atiborradas de gente.

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En estas circunstancias fue importante hacer entender a los entes promotores del turismo (organismo e instituciones estatales y empresas privadas) que además del turismo de sol y playa masivo, era importante promocionar destinos, productos y servicios turísticos donde podemos dejar el sello o nuestra marca local, y las emociones que quedan en los turistas, que también se expresan, en el paisaje y el ambiente natural (flora y fauna), en contacto con la gente y sus valores, así como mediante el conocimiento del patrimonio cultural, todos factores que inciden, con certeza, para que puedan decir si realmente se ha conocido o no un destino y han vivido una “experiencia” inolvidable. Tenemos conciencia de las ventajas comparativa que tiene Venezuela, dada su abundancia de recursos naturales, por la belleza de sus costas y playas, de lo exuberante de sus selvas y montañas, así como de las grandes extensiones de nuestros llanos. Pero era importante que estos valores pudieran ser traducidos en nuevas campañas turísticas que estuvieran dirigidas al fortalecimiento y la dinamización del sector turismo en áreas rurales y protegidas, que al mismo tiempo, impulsara la diversificación del mercado con importante participación de las comunidades locales, basada en las diferentes opciones que existen en el país, sin dejar de lado la tradicional promoción de los mercados de sol y playa, las cuales estarán allí, como recursos turísticos por siempre, en la medida que las cuidemos y protejamos. La idea básica de la nueva estrategia de promoción y mercadeo es la de desarrollar una estrategia de promoción que se oriente a tres grandes áreas que consideramos claves: el Ecoturismo, el Turismo de Aventura y el Turismo Comunitario. Es


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importante destacar que la mayor parte de la oferta vinculada con este tipo de mercado turístico proviene de grupos de empresarios emergentes, PYME de turismo, cooperativas, con mayor imaginación y atrevimiento que los empresarios tradicionales, ya afincados en el mercado. Esto puede significar un gran avance sobre el modelo promotor anterior. En este sentido podemos destacar el caso de Mérida cuyas autoridades turísticas comenzaron a mercadear a los Andes no solo como un destino bucólico y contemplativo sino como un destino activo para atraer a contingentes jóvenes y deportistas deseosos de aventura y ecoturistas ávidos de naturaleza. Igual sucede con Falcón, Monagas y Anzoátegui. Puede ser que convenga mejorarlo aun más, pero lo cierto es que ha sido un notable avance. La imagen anterior la teníamos bien conocida, y la habíamos visto en distintos proyectos promocionales durante bastante tiempo. A nuestro juicio, la nueva imagen tiene más impacto, es más atractiva, y se basa en una estructura empresarial más sólida, dando una sensación de una imagen que muestra un destino en progreso en un país, que a pesar de la crisis sociopolítica y económica que vive, sigue creyendo y apostando por el turismo como factor clave de crecimiento económico local, con miras a lograr un mayor impacto en el mercado internacional, cada vez más competitivo. Por otra parte, podemos aprovechar, desde el punto de vista del marketing, el hecho de que Venezuela se ha posicionado en la opinión pública mundial a raíz de los acontecimientos que ha protagonizado el Presidente Hugo Chávez, cuya imagen, igualmente, se ha elevado internacionalmente, convirtiéndose en referencia obligada del acontecer internacional, dentro del viejo lema que nos

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recuerda que “lo importante es que hablen a que nos ignoren”. Esta claro, que ningún destino resiste que una mala imagen. Pero, cuando se crea alguna polémica -como es nuestro caso- que llama la atención, vale la pena aprovechar esta oportunidad para promover nuestro destino y tratar de dar una visión positiva, destacando valores, productos, servicios, aciertos y atractivos. Por otra parte, existe la dificultad para entender el punto de vista o la visión de los demás y que es difícil entender la percepción que los visitantes y turistas tienen de nosotros. Es igualmente arduo y delicado entender las necesidades y las expectativas que los turistas tienen sobre los destinos, productos y servicios existentes, en la misma medida que provienen de otras culturas cercanas o lejanas, especialmente cuando se trata de visitantes de otros países. Sin embargo, de lo que se trata es precisamente de aprender a entender las miradas de los otros sobre nosotros. En ese sentido, es importante hacer inversiones en investigación, en estudios, encuestas, etc., que nos permitan identificar estas necesidades y expectativas, ya que no es suficiente imaginarnos lo que desean los turistas, por más turistas que nosotros mismos hayamos sido. Para muestra un botón. En Venezuela, las poblaciones que residen en comunidades rurales van a los ríos a hacer sancocho, mientras que los turistas van a las playas de estos mismos ríos, solo a bañarse y a tomar el sol. Durante las temporadas y fines de semana, las mujeres y vecinos que residen en los destinos se dedican básicamente a atender a los turistas en sus pequeños negocios, mientras los visitantes y turistas disfrutan de su bien merecido ocio, pero, durante la semana – cuando no están los visitanteslos habitantes residentes en los destinos se dedican entre otras cosas a la tradicional


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faena de lavar ropa a la orilla de los mismos ríos. Es el mismo recurso, pero visto o apreciado de distintas maneras, según los intereses, cultura y tradición. La idea es convertir las ventajas comparativas de nuestros destinos turísticos en estrategias competitivas basadas en campañas de promoción que faciliten impresionar a los potenciales turistas con cualidades y valores que a un forastero procedente de otra ciudad, país o cultura, les puedan llamar la atención, porque son distintos o diferentes a los que estos tienen en sus lugares de origen, y que la oferta que se hace al mercado pueda cubrir y satisfacer debidamente con calidad y satisfacción a quienes se ofrece. En ese sentido, debemos establecer tres aspectos claves: 1. Definir el tipo de producto y servicio que queremos y podemos ofrecer 2. Establecer cuál es el mercado o segmento de mercado que queremos atraer 3. Proponer reglas claras de comunicación y promoción acorde con lo anterior En el primer caso, es claro que podemos ofrecer un alojamiento, un paisaje, una actividad deportiva, un monumento histórico, una manifestación folclórica o cultural como atractivos turísticos. Pero en realidad lo que se ofrece -en el caso del turismo- es una “experiencia”, un intangible, que es lo que motiva a nuestros potenciales turistas. Un intangible que cada quien lo disfruta a su manera, y en forma individual. Es un conjunto de elementos imperceptibles, de experiencias, que pueden ser o no novedosas, pero que están soportados por establecimientos y servicios que son –este sí- tangible, con los cuales se hace posible el disfrute de nuestra oferta,

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así como el mantenimiento y conservación del destino. La campaña publicitaria que apoye la promoción tiene el objetivo de ir creando en estos potenciales turistas la impresión de que es posible disfrutar, descansar o tener una experiencia única con nuestro producto y en nuestro destino, y satisfacerlo adecuadamente con lo que solo nosotros podemos ofrecer. En todo caso, de lo que se trata con esta campaña promocional es que los potenciales turistas no se queden con el folleto o el CD en la mano, con gusto de haberlo visto en TV o en video, y con las ganas de conocerlo, sino que lo hagan, que el deseo se convierta en realidad, para lo cual es fundamental, al mismo tiempo, ofrecer las facilidades para que puedan hacerlo y ayudarles a cumplir su deseo. Si a nuestros potenciales turistas les encanta hacer surfing, velerismo, raffting, o tener cualquier tipo de aventura en selvas, montañas o llanos, debemos darles todas las facilidades para que conviertan este deseo en realidad. Es aquí donde juegan un papel fundamental los operadores, guías, agencias de viajes, y demás actores sociales que participan en la actividad turística. Ya no es un secreto que el turismo interno deja más dinero en los países que el turismo receptivo. En el caso de Venezuela es posible inferir que cerca del 60 % de los bienes y servicios turísticos que se ofrecen (alojamientos, restaurantes, operadores de turismo, agencias de viajes) son utilizados por los propios venezolanos. En encuestas recientes que hemos realizado en diferentes localidades del país, hemos podido constatar la ley del movimiento concéntrico del turismo que establece que los turistas se mueven a los destinos más cercanos a sus áreas residenciales mayoritariamente. Tal es el caso, de nuestro mayor mercado interior, Caracas, cuya población sale hacia la zona de Litoral Central, los Altos Mirandinos y


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Barlovento, en primera opción, Puerto la Cruz, Mérida y Margarita, en segundo lugar, y los Llanos y Área Centro Occidental, en tercer lugar. Es un hecho que este es un segmento turístico poco estudiado y conocido, a pesar de su importancia. No existen estadísticas ni cifras conocidas. Alguna que otra entidad gubernamental ha comenzado a publicar algunos resultados de estudios puntuales. Algunos ejemplos que conocemos, son los casos de la Alcaldía Simón Bolívar del estado Anzoátegui, la Alcaldía de Obispos en Barinas, algunas Alcaldías en la Isla de Margarita, y de los estados Miranda, Falcón y Táchira. En algunos de los estudios realizados, hemos podido constatar que ciertos destinos pequeños pueden llagar a movilizar anualmente cifras que representan los 800 millones de bolívares, sin contar los ingresos extraordinarios de las temporadas altas de carnaval y semana santa. Según los datos aportados por estos estudios, el mayor gasto turístico esta representado por el transporte terrestre (transporte público), seguido por los gastos de alojamiento y de alimentación. Sin embargo es importante acotar que el mayor volumen de los visitantes y turistas lo hace en automóviles propios, muchos de ellos tienen segundas residencias o casa vacacionales en los lugares de destino (caso Barlovento, Litoral Occidental y Litoral Oriental). Otro importante dato que se hemos podido comprobar en estos estudios es que la mayoría de los turistas gastan un promedio equivalente a su sueldo mensual cuando salen de vacaciones o en temporadas altas. De manera que si sabemos cual es el total de turistas que se han movilizado en un destino es posible inferir el gasto turístico efectuado en una temporada. Si es cierto el dato de que en Semana Santa del 2003 se

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movilizaron cerca de ocho millones de personas los gastos dejados por la actividad turística pudieron haber ascendido alrededor de los 2.000 millardos de bolívares, calculados solamente sobre la base del sueldo mínimo vigente. Esto es solo una muestra del potencial económico que tiene la actividad del turismo interno en el país y que no ha sido tomado en cuenta en toda su importancia. Un creciente número de empresas e instituciones se están haciendo presentes en el mercado del ecoturismo, el turismo de naturaleza, el turismo activo, en sus diversas modalidades ecológicas, de aventuras y comunitarias. Este proceso esta llamando la atención tanto a los operadores y profesionales del sector como al turista general, ávido en conocer nuevas y diferentes formas de viajar. Este segmento es una muestra del poder del mercado interno en el turismo, así como el potencial que tenemos para el turismo receptivo. Es una oferta que contribuye a mostrar que es posible hacer turismo todo el año, y no solo en temporadas altas, que ha sido uno de los objetivos más tradicionales del sector turismo, a precios competitivos y con calidad. En ese sentido, por ejemplo, se debería apoyar la iniciativa para preparar un primer catálogo con la agenda de los grandes eventos de deportes de aventura del país, el cual se convertirá en una herramienta de gran utilidad para la promoción de aquellos destinos en donde este segmento del turismo activo es creciente. La importancia de eventos organizados alrededor de los nuevos segmentos de mercado, apoyando la creación de una nueva imagen y ampliar la promoción del mercado interno tanto por las corporaciones y fondos mixtos locales como exposiciones, festivales, ferias o las vitrinas turísticas, o desde la iniciativa privada que conforman una nueva visión de la actividad turística del país, y que nos permite ser optimistas y vislumbrar un


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futuro mucho mejor para el turismo en Venezuela. El Turismo Social en Venezuela El turismo social podemos definirlo como una actividad que facilita los viajes de descanso y vacacionales, privilegiando a los segmentos de ingresos modestos como: trabajadores, jóvenes, tercera edad y grupos vulnerables. Hasta ahora las políticas de turismo social se han basado en subsidios del estado para viajes para sectores de bajos recursos o grupos especiales de trabajadores asalariados, así como para la construcción de infraestructura turística destinadas para el disfrute de las familias de los trabajadores durante sus vacaciones y para la recreación familiar de bajos ingresos económicos. En general, se concibe como un turismo que se realiza en el interior del país, de carácter solidario y sustentable que utiliza principalmente canales de comercialización institucional del estado o de organizaciones especializadas en el ramo, que se suman a la actividad de manera voluntaria, o por un ingreso modesto, dentro de la filosofía del turismo para todos. Las necesidades de transporte, alojamiento, alimentación y recreación suelen realizarse mediante operadores que, en general, ofrecen sitios con precios accesibles y reducidos, con un criterio de rentabilidad basado en los volúmenes, frecuencia y alta rotación. El turismo social se sostiene en ciertos valores destinados a fortalecer la solidaridad y la participación de los grupos beneficiarios, supresión de la discriminación social, tarifas y precios accesibles, apoyo al desarrollo del

encuentro cultural e inserción comunitaria, así como un enfoque educativo hacia los destinos que se visitan. Para llevar adelante un programa exitoso de turismo social es necesario que exista una organización de la oferta turística, la consolidación de la infraestructura y el equipamiento turísticos, un impulsos a la demanda turística en los segmentos privilegiados para la realización del turismo social y una promoción adecuada del producto turístico social. La demanda de los segmentos establecidos en Venezuela para el disfrute del turismo social representa, aproximadamente, el 87 % el mercado total del turismo interno, siendo que estos segmentos viajan, al menos tres veces al año (Carnavales, Semana Santa y las Fiestas Navideñas y Año Nuevo) en un 40 %. La principal motivación para viajar de este segmento de turistas es la visita a su familiares, por lo cual existe una alta fidelidad con los destinos. En segundo lugar, se movilizan para descansar y pasar sus vacaciones, incluyendo las escolares, en el mes de agosto. Otras razones que motivan sus viajes son motivos de salud y religiosos, en especial en el segmento de la tercera edad. Es importante considerar, igualmente, que el 95 % de los turistas sociales viaja por cuenta propia, en vehículos propios, en buses o en taxis, y se alojan preferiblemente en casas de amigos y familiares en un 66 %, y el resto, en hoteles hasta tres estrellas. El gasto promedio de los turistas sociales por cada viaje es aproximadamente una quincena del salario ganado, y hasta un salario completo cuando se trata de vacaciones de más larga permanencia como agosto y semana santa. Los principales mercados del turismo social se encuentran concentrados en los centros


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urbanos más importantes y capitales de estado. El Área Metropolitana de Caracas, constituye por concentrar el mayor volumen de población trabajadora es el mayor mercado del turismo social. Sin embargo, ciudades como Maracaibo, Valencia, Maracay, Barquisimeto y Puerto Ordaz se perfilan como mercados de turismo social de importancia nacional. Las principales actividades que realizan los visitantes que se acercan a los destinos por concepto de turismo social están relacionada con paseos por las poblaciones rurales, campos y pueblos típicos y de menor jerarquía urbana (tales como: los estados andinos, Lara y Sucre), visita a balnearios públicos tanto de costa (Marrocoy, Vargas, Barlovento, Puerto La Cruz) como fluviales (ríos en comunidades llaneras durante el verano), en donde se dedican a realizar actividades familiares como: hacer sancochos, jugar pelota, barajas y dominó. Esta relación cotidiana con el entorno de los familiares y amigos, hace que estos viajeros no se sientan turistas, en sentido estricto. Hasta ahora, la oferta para el turismo social se ha concentrado en modelos institucionales cerrados, especialmente vinculados con sindicados, gremios profesionales, escuelas y universidades, con tendencia a ser cada vez oferentes hacia una demanda más abierta, tales como esta ocurriendo con clubes, centros y campamentos vacacionales, etc. El financiamiento para este tipo de turismo constituye la base del éxito de los programas que se abran en beneficio de cualquiera de los sectores que conforman los segmentos del turismo social, bien a través de facilidades de pago, o mejorando la accesibilidad a las ofertas, etc. En nuestro país no existe una interrelación entre la demanda y la oferta, que en la

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mayor parte de los casos no la conoce. En los últimos años, este fenómeno ha tendido a cambiar en la medida que han ido surgiendo programas de radio y televisión, así como publicaciones especializadas, que promueven productos, servicios y destinos dirigidos a estos segmentos. Por otra parte, en la mayor parte de los casos, la oferta no se adecua a la demanda, y no conoce las expectativas de los visitantes. En general, la tendencia es que la demanda busca ofertas cercanas a su entorno inmediato o en destinos de playa cercanos, evitando grandes gastos de transporte. En este sentido, el transporte terrestre se convierte en un elemento clave y esencial para el éxito de los programas de turismo social. Por otra parte, se hace necesario establecer una estrategia de promoción e información dirigida especialmente a estos sectores sociales, que a su vez deberá hacerse a través de canales de difusión adecuados a las masas trabajadoras. El uso de la radio y prensa locales, el diseño de folletos exclusivos, la preparación de paquetes turísticos mediante comercialización directa, etc. La idea de crear una “tarjeta viajera”, por ejemplo, constituye una manera novedosa de logar el ahorro turístico para los trabajadores, dando mayores facilidades a las clases trabajadores para la ejecución de su derecho al ocio y vacaciones familiares, fuera de los circuitos de las cajas de ahorros que tradicionalmente han sido utilizadas para estos fines. En ese sentido, cualquiera sea la estrategia que se quiera utilizar, al menos deberán incluir los siguientes componentes:


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1. Valorización del turismo social, mediante seminarios y talleres, tanto al público general como al especializado 2. Financiamiento y créditos a través de cajas de ahorro, etc., o convenios interinstitucionales 3. Capacitación especializada en el campo del turismo social de operadores y prestadores de servicios locales 4. Creación de redes de difusión por canales institucionales a través de terminales de pasajeros, de radios locales o comunitarias, periódicos locales, ongs, páginas Web, etc. 5. Apoyo a organizaciones de transportistas para la adquisición de unidades para el transporte de turismo solidario.

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El Observatorio Turístico: Una Opción Metodológica para el Análisis y Monitoreo de la Coyuntura y el Mercado Turístico Nacional El uso de datos cuantitativos por parte de los administradores y planificadores turísticos para la toma de decisiones es común hoy en día, aunque no deja de tener sus dificultades a la hora de ser usados analíticamente. Estos datos resultan apropiados cuando se presta particular atención a los métodos de recolección de información, así como la manera como estos van a ser utilizados, el diseño de la estrategia para la obtención de los datos, características de la muestra y el universo estudiado, etc., ya que ello incide de manera directa en la veracidad, representatividad y validez de los mismos. Por otra parte, es fundamental construir mecanismos de credibilidad de la información, lo cual pasa, también, por la posibilidad de su difusión pública. Sin embargo, esto no ha sido obstáculo para que la información cuantitativa y estadística en el campo del turismo se utilice de una u otra forma. Bien sea a través de encuestas, censos, registros de campo o creación de datos administrativos, el objetivo es el mismo: cómo obtener una caracterización más o menos ajustada de la realidad que se quiere intervenir para tomar decisiones correctas. Las organizaciones de turismo actuales están conscientes de la necesidad de contar con métodos de investigación de la realidad turística y encontrar respuestas adecuadas a la problemática que en ella se genera. Los organismos gubernamentales, tanto a nivel nacional como local, tienen bajo su responsabilidad la producción sistemática de información estadística y cuantitativa turística del país, de acuerdo con la Ley

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Orgánica de Turismo vigente. En la actualidad, la inversión pública que se hace en el sector turístico es abrumadoramente mayor que la que se hace desde el sector privado. No obstante, ocurre todo lo contrario cuando se trata del uso y aplicación del análisis de los resultados de la recolección de información. Son los entes privados y no gubernamentales (ONG) quienes hacen mayor uso de esta información para hacer inferencias, crear hipótesis, o hacer generalizaciones, en especial por parte de potenciales inversionistas, así como investigadores, universidades y academias. Llama la atención el hecho de que ambos sectores, con objetivos distintos, valorizan y se ocupan de la información turística, con dinámicas y formas particulares de consumo científico-técnico. Esta situación conlleva a plantear la necesidad de revalorizar el componente científico y tecnológico que esta involucrado en el esfuerzo gubernamental de generación de datos científicamente útiles, así como la respuesta de legitimidad que se da tanto a los entes turísticos nacionales como internacionales que demandan este tipo de información. Los esfuerzos de estandarización, aplicación de métodos comunes, etc., conlleva el cuidado de diseñar políticas comunes entre los diferentes estados del país, así como indicadores comunes a otros países para que el intercambio de información y la comparación de resultados sean compatibles. La Organización Mundial de Turismo (OMT) ha estado haciendo esfuerzos importantes en este sentido, especialmente mediante el apoyo a la creación de las Cuentas Satélites Nacionales, de los Observatorios Turísticos, y la estandarización de métodos para sistematizar la información turística tanto estadística como cualitativa de los países.


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La aplicación y uso de datos cuantitativos de manera generalizada ha obligado progresivamente a los científicos sociales, a los funcionarios del estado y a gerentes de empresas, a mejorar y desarrollar nuevas técnicas y métodos para recolección, sistematización y ordenamiento de la información. Cada vez más, existe el interés de que estos datos sean accesibles al público, en general, y que sean relevantes, oportunos, útiles a los fines de las inversiones, creación de empresas y para desarrollo de las comunidades, etc. Aún así, la aplicación y análisis de datos estadísticos requiere de cierto entrenamiento para llevar a delante actividades y tomar decisiones sobra la base de estos datos que, al final, afectaran a muchas empresas, comunidades y entes estatales. La opinión pública parece darle mucha mayor importancia a este tipo de información dentro de un concepto de objetividad imbricado de un mayor grado de sofisticación, que a su vez tiene importantes consecuencias práctica en la gestión de los organismos públicos y privados. A partir de datos estadísticos y cuantitativos se establecen criterios para definir limitaciones, establecer oportunidades, fijar políticas, restringir o aumentar inversiones o presupuestos. El derecho a la información veraz pasa por la determinación del uso de las estadísticas públicas y el uso de bases de datos cualitativos y cuantitativos. Esto es singularmente importante y válido para el caso del turismo. La posibilidad de utilizar las tecnologías de la información computarizada en el manejo masivo de datos cuantitativos, ha potenciado de igual manera el uso y aplicación de las estadísticas en el ámbito gubernamental y privado. La utilización de programas de procesamiento de datos cuantitativos que facilitan la elaboración

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automática de informes, tablas y gráficos, mediante la aplicación de computadoras, ha popularizado el uso de los datos estadísticos de manera creciente. Lo que se pone de manifiesto dentro de este fenómeno es la necesidad creciente de usar los datos de manera que puedan ser útiles a los fines de la gestión pública, privada y comunitaria. Al final, de lo que se trata, es lograr dibujar una idea de un futuro mejor, y tener una prospectiva del comportamiento ulterior de los procesos donde se hacen las intervenciones o inversiones turísticas. En este sentido, es importante crear conciencia de la necesidad de establecer observatorios turísticos que faciliten la colección de información para que quienes respondan los cuestionarios, o ayuden a llenar los instrumentos de recolección de información, entiendan la necesidad de la información científica para la toma de decisiones, además de la necesidad de aportar recursos que incluyan este tipo de actividad de manera permanente. Aún así, la creación de instrumentos de recolección de datos pasa por el enfrentamiento de intereses da grupos y actores colectivos que definen o interpretan conceptos y términos utilizados para la elaboración de cuestionarios, instrumentos cuantitativos, etc. De diversas maneras, la precisión del lenguaje la sencillez de la comunicación y el consenso en el uso de los significados entre los usuarios y productores de datos cuantitativos constituye una de las claves para superar este obstáculo. Apoyarse en un glosario de términos será útil en este sentido. Tradicionalmente, en el campo de la investigación turística, es común la aplicación de encuestas para medir el perfil de los turistas y visitantes, para conocer el grado de satisfacción de los clientes, etc. Asimismo, ha sido bastante común, entre


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las agencias gubernamentales, la aplicación de instrumentos construidos esencialmente bajo normativas que ya han sido aceptadas y normalizadas internacionalmente. Estos datos, en general, se colectan de manera predominante durante períodos de alta temporada de afluencia turística. A partir de aquí, se elaboran proyecciones anuales e interanuales, y se estima el crecimiento y las tasas de los diferentes indicadores comúnmente usados en la planificación turística. No obstante, cuando existen coyunturas que desestabilizan la posibilidad de hacer proyecciones o establecer tendencias en el largo plazo, como es el caso de la situación actual de nuestro país, estos métodos tienden a mostrar debilidades que impiden la toma de decisiones, o disminuyen la capacidad de hacer mediciones y seguimiento a muchos de los parámetros e indicadores preestablecidos. La falta de respuesta a las demandas específicas de cluster o segmentos de mercado, de igual manera, demuestra la perdida de capacidad de estos métodos para la comprensión de muchos procesos sobre los cuales debemos intervenir de manera inmediata y en la dirección correcta. La aplicación de nuevos métodos ofrece una alternativa para adaptarse a los nuevos desafíos de la coyuntura. La utilización de los llamados “observatorios turísticos” facilita la tarea de establecer una red de colaboradores, estructurar grupos de trabajo a nivel nacional y producir datos para proyectos particulares de gestión con mayor creatividad e innovación en la recolección, procesamiento y difusión de los datos. Esta metodología desarrollada apenas en los años noventa permite, también, enfrentar el desafío de la burocratización de la información en las dependencias oficiales y evitar la uniformidad con que las estadísticas

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públicas caracterizan la administración y gestión de los recursos. La creación de un Observatorio Turístico Nacional, permitirá el desarrollo de indicadores para el proceso de toma de decisiones de manera rápida, ágil y oportuna útiles para la evaluación, formulación de estrategias de intervención, permaneciendo atento al acontecer cambiante y a valorar el proceso en pleno desarrollo. El Observatorio Turístico Nacional facilita el establecimiento de indicadores de flujos turísticos, desde el punto de vista geográfico, ocupacional, motivacional, etc., permitiendo mayor visibilidad de los fenómenos que normalmente dejamos de lado en análisis no estratégicos. La tendencia es hacia un mayor pragmatismo orientado por productos, mercados y clientela mediante los cuales enfrentar la coyuntura de manera inmediata y eficaz. La información debe ser recolectada de manera preferencial en aquellos lugares de llegada y salida de los turistas en los principales destinos y en los sitios de acceso importantes en cada estado y región, tales como: aeropuertos, terminales marítimos y terrestres, carreteras, atractivos turísticos, etc.


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Las Empresas Comunitarias Turísticas Indígenas y Campesinas La nueva realidad económica del país ha obligado a la concertación de ciertos acuerdos para el estímulo de las PYME y las cooperativas de turismo. Entre algunas iniciativas, se han aprobado recursos financieros especiales con tasas de interés y con porcentajes menores a las del mercado, créditos blandos con mayores plazos, con montos y condiciones atractivos, exoneraciones, compras directas del estado, etc.. Por otro lado, también parece existir una mayor conciencia pública sobre la necesidad de impulsar la actividad turística y las potencialidades que este sector tiene para el desarrollo del país. El gobierno ha expresado claramente su intención de apoyar a este sector, especialmente mediante el estímulo del segmento ecoturístico y el de aventuras, a los cuales se les percibe como bastante prometedores en el nuevo contexto del mercado turístico nacional e internacional. Hay, igualmente, una posición oficial sobre la importancia de promover el desarrollo del turismo interno, vinculado con las tradiciones locales, las actividades agrícolas y de las áreas rurales, en general. Del mismo modo, la actividad turística en las áreas rurales se ha relacionado con el tema del desarrollo de las fronteras en la medida que su ocupación productiva es una de las garantías para su resguardo. En el medio de estas políticas se encuentran las comunidades rurales campesinas e indígenas cuyas condiciones de vida han estado deterioradas, al igual que las de las mayorías de los venezolanos. Ciertamente, persisten necesidades que deben ser cubiertas antes de que las áreas rurales puedan insertarse en una nueva dinámica turística del país, tales como la

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asistencia técnica, capacitación y la formulación de estrategias de intervención competitivas. En el campo turístico - que es el que nos interesa destacar aquí - esta situación es aún más crítica, toda vez que las políticas de inversión que han sido diseñadas, siempre han sido pensadas desde el sector empresarial tradicional, por lo que muchas de las denominadas exigencias técnicas no pueden ser cumplidas ya que, en muchas áreas rurales no existen servicios públicos mínimos, agencias bancarias, etc.-, aparte de que el analfabetismo real e instrumental constituyen serios obstáculos que todavía deben ser resueltos para avanzar en una dirección productiva. En otras palabras, las posibilidades para crear PYME y Cooperativas en turismo se ven, en esas condiciones, limitadas, a menos que varíen algunos lineamientos establecidos en dichas políticas y se creen algunos reglamentos específicos para los sectores campesinos e indígenas. Sin embargo, a estas trabas –que pueden considerarse como rutinarias- hay que agregarles las que competen al propio sector turístico. En efecto, la Ley Orgánica de Turismo vigente establece que la creación y registro de empresas turísticas deben contar con una serie de requisitos que son difíciles de cumplir por estas comunidades. Esta normativa, si bien contribuye a consolidar el sector de servicios turísticos, olvidó establecer algunas excepciones para el caso de empresas establecidas o que se establezcan en la realidad rural del país – escenario donde se desarrolla, precisamente, el agroecoturismo. De esta manera, es bastante difícil la creación de empresas comunitarias o familiares turísticas campesinas o indígenas en este marco legal, a pesar de que se cuente con políticas y recursos de inversión. Una opción para ello es la


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aprobación de un reglamento de la Ley que permita darle mayores incentivos y posibilidades de gestión a estas poblaciones. La creación de “empresas comunitarias”, que pueden ser o no familiares, de propiedad colectiva, que por su naturaleza tampoco pueden ser catalogadas como microempresas, o PYME, debería contar con un espacio particular para su estímulo y desarrollo en el nuevo contexto institucional. De allí la importancia para que las empresas comunitarias y familiares también encuentren estímulo y posibilidades de apertura en el campo del turismo en las áreas rurales. En efecto, el turismo tiene el potencial para apoyar el desarrollo comunitario mientras proporcione trabajo, empleo, nuevos ingresos, oportunidades de capacitación y promoción de los destinos, etc., mediante los cuales mejore, a su vez, las condiciones de salud, la infraestructura de servicios públicos y el cuidado del ambiente se optimice ostensiblemente. El desarrollo sostenible se logra, en parte, cuando los negocios, en general, y el turismo, en particular, contribuyen activamente al crecimiento económico local en beneficio de las comunidades rurales e indígenas dónde se opera, sin que ello afecte adversamente otros aspectos de la vida de dichas localidades. Los impactos económicos positivos en las comunidades rurales e indígenas pueden mejorar su calidad de vida y ayudar a protege el ambiente y el bienestar de cada comunidad. Estos objetivos deben lograr el apoyo de los trabajadores locales y de los turistas para asegurar un apoyo continuo y la permanencia en el tiempo de la actividad turística.

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Es por ello, que conocer los impactos de la actividad turística es muy importante, sobre todo, porque entre los requisitos que esta solicitando la banca para financiar proyectos turísticos está la determinación de los impactos económicos y sociales en los destinos. En la actualidad existen muchas maneras de medir cómo los emprendimientos turísticos favorecen económicamente a las comunidades locales. Para entender el alcance de los impactos económicos directos de los negocios en las comunidades locales, ya se trate de PYME, cooperativas o EPS, se pueden utilizar las siguientes variables o indicadores que permiten la medición de estos impactos: • •

El número de empleados que viven dentro del área de influencia del lugar donde se realiza el proyecto El sueldo o ingreso mensual o cantidad de horas de trabajo a ser contratadas o dedicadas. Como práctica se recomienda que los sueldos cubran, al menos, el salario mínimo. El quantum o cantidad anual de donaciones, ayudas a proyectos económicos, sociales o culturales de las comunidades locales. Las horas anuales de trabajo voluntario en las comunidades en actividades que beneficien la calidad de vida de las comunidades.

Entre los beneficios económicos indirectos en las comunidades se pueden incluir los siguientes: •

El aumento anual total de la producción local por concepto de la actividad turística (ganadera, agrícola, pesquera, artesanal, etc.). Los servicios que se solicitaron y adquirieron a otros negocios locales (comercios, lavandería, limpieza, banca, etc.).


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A continuación ofrecemos algunas recomendaciones que deberían tomarse en cuenta a la hora de manejar adecuadamente las actividades económicas de las empresas turísticas en las comunidades rurales o indígenas: • No existe inversión turística sin ningún costo. Lo que buscamos es tratar de lograr que sean lo más bajo posible. • Hay que animar a los turistas para que adquieran productos locales, especialmente los producidos en la misma comunidad o destino turístico, orientándolos a visitar los negocios o comercios locales, tales como los de los artesanos, mercados y tiendas de recuerdos. • Las empresas pueden disponer de un área o espacio especial dónde las organizaciones locales y los artesanos pueden ofrecer información sobre sus proyectos de turismo, culturales, y otras iniciativas, además de las tradicionales tiendas para recuerdos. • Es fundamental que en los paquetes de actividades turísticas o excursiones ofrecidas, la visita a las atracciones culturales o naturales de la localidad sean incluidas. • Promover las actividades culturales locales que están abiertas al público. • Apoyar a las otras empresas locales para que reafirmen el turismo responsable, como por ejemplo, los restaurantes, paradores, etc. • Invertir los beneficios económicos en las mismas comunidades locales • Establecer un programa de beneficencia de viajeros para contribuir y reforzar las metas de turismo sostenible (donaciones, apoyo a programas especiales, etc.) • Evitar ofrecer comidas importadas o productos industrializados dañinos para el ambiente. Comprar siempre los artículos en el comercio y tiendas locales, donde sea factible hacerlo. • Solicitar a los turistas a no dar dinero a los “mendigos”. Esto sólo refuerza la idea de que "nosotros somos pobres y los turistas son ricos". Ofrézcales otra opción, y dígales a los turistas que quieren ayudar a las personas en situación de pobreza extrema, para que hagan donaciones a los proyectos u organizaciones locales que se ocupan de este tipo de actividades. • No hacer discriminación de raza, sexo, religión, o por afiliación política. • No permitir el empleo o la contratación de los servicios de menores de 14 años de edad, sin autorización de sus padres o representantes. • Usar las artes manuales y artesanías locales para decorar su establecimiento o alojamiento, tales como manteles, platos, mesas, cuadros, etc. elaborados en la misma comunidad o localidad. • Crear un proyecto para apoyar el desarrollo comunitario, conservación de la biodiversidad, y otras mejoras medioambientales, socio-culturales, y económicas. • Considerar la ayuda que los turistas pueden prestar para la capacitación de las comunidades locales • Contribuir con al menos el 5% de de sus ingresos netos anuales o su equivalente, para apoyar actividades y organizaciones sociales para actividades de conservación y protección del ambiente, tal como se establece para las empresas de producción social.


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“Eco” Mercadeo y Turismo Sustentable: La Mezcla Correcta De acuerdo con los estudios realizados por firmas consultoras norteamericanas (como la Asociación de Industria de Viaje de América (TIA) y el periódico Time de New York City) los viajeros responsables y comprometidos con el ambiente, de los llamados ecoturistas o “ecoviajeros”, como también se les denomina, poseen gran poder adquisitivo. En efecto, el mercado potencial del ecoturismo es enorme. Las investigaciones sobre el tema sugieren que casi 36% de viajeros americanos adultos (55.1 millones de personas) puede ser clasificados como turista “responsables” o ecoturistas, con expectativas para lograr viajes con experiencias auténticas que protegen y conservan el ambiente ecológico y cultural de los destinos visitados. Otros estudios indican que el número estimado de turistas que están identificados en el perfil de “ecoviajeros” es de 63 millones, con una tendencia a crecer. Estos turistas representan, conservadoramente, un mercado estimado en más de $226 mil millones en ventas anuales en los EE.UU. y representan más de $540 mil millones alrededor del mundo. Comparando estas estadísticas con el mercado de viajes de aventura norteamericano, por ejemplo, que se ha estimado que abarca cerca de 14.3 millones de viajeros, vale decir, el 6.7 % del mercado del total de viajes, se hace evidente que el ecoturismo, y con mayor precisión, el turismo sustentable y responsable, dejo de ser un simple “nicho” de mercado. Los ecoturistas y viajeros responsables son proclives a viajar con empresas que emplean prácticas de negocio sustentables,

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y este mercado representa una ganancia de 58.5 millones de dólares americanos. Adicionalmente, en las encuestas realizadas, argumentan que ellos estarían dispuestos a pagar más por contratar una empresa de turismo u operadora de viajes que se esfuerza por proteger y conservar el ambiente. La mayoría -un 61%-, de aquéllos que aceptarían un aumento por usar tales empresas, pagarían entre un 5 y un 10% más sobre el precio del mercado. Sin embargo, hay que tener cuidado a la hora de hacer la promoción para las ventas. Independientemente del tamaño y el alcance del “eco” mercadeo del turismo sustentable, se ha asumido, falsamente, que si los empresarios usan esta estrategia de marketing, los turistas con conciencia ecológica, serán atraídos más fácilmente. Sin embargo, esto no siempre es el caso. De hecho, muchas veces es la excepción y no la regla. Los principios de ecoturismo y turismo sustentable que se proyectan en los negocios y las organizaciones empresariales necesitan determinar primero la viabilidad de los proyectos que apoyan y sus metas. De esta manera, ellos necesitan desarrollar un plan comercial junto con todos los sectores y comunidades afectadas en los destinos (los llamados "stakeholders"), para entonces afianzar los recursos destinados a promover, gestionar y administrar sus planes de mercadeo apropiadamente. Los proyectos y negocios de turismo sustentable evidentemente, también necesitan determinar cómo comercializarse entre los ecoturistas. En este sentido, es importante tomar en cuenta que los productos de turismo que mayormente se venden son los de “sol y playa” o sea, productos turísticos de recreación,


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descanso y relajación. Esta ha sido una manera sumamente eficaz de llegar al mercado turístico de masas tradicional, pero no necesariamente es una estrategia eficaz por atraer el mercado del ecoturismo. Basados en la investigación existente y en los estudios realizados recientemente, es obvio que el segmento del mercado de los ecoturistas busca las conexiones significantes con la naturaleza y comunidad. Ellos se preocupan del ambiente y quieren asegurar su aporte para las generaciones futuras. Sin embargo, los mismos estudios arrojan evidencia que apoyan el hecho de que ellos no están muy ganados para alterar su estilo de vida ya establecidas. Del mismo modo, hay también evidencia que ellos priorizan el precio, el reconocimiento de la marca, y la recomendación boca-boca que hacen sus amigos, por encima de sus preocupaciones sobre el impacto ambiental. Para que las empresas y los destinos puedan atraer este mercado y establecer el potencial del ecoturismo y el turismo sustentable como herramientas útiles para apoyar la conservación ambiental y el desarrollo de la comunidad, ellos deben evaluar, en el primer lugar, lo que motiva a los turistas con conciencia ambiental para comprar productos y servicios turísticos sostenibles. Pero ¿qué motiva a los ecoturistas a comprar un paquete turístico? ¿Y cómo las empresas y destinos pueden vendérselos? Bastante simple, los “eco” productos de turismo sustentable, vale decir, el ecoturismo, el turismo de naturaleza, el agroecoturismo, el turismo de aventura y el turismo activo o al aire libre, etc., deben ofrecer la mezcla correcta de precio, calidad y conveniencia, con valores y virtudes ambientalistas para ser competitivo en el mercado.

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Los precios son un factor sumamente competitivo en la industria de viajes y turismo a la hora de negociar paquetes turísticos. Sin embargo, los precios de éstos paquetes no siempre muestran en qué se benefician directamente a las comunidades locales ni el ambiente en el destino promovido. Hay, asimismo, una amplia convicción que sugiere que los turistas no comprarán aquellos productos y servicios turísticos, y no pagaran más por viajes y productos de turismo que no estén involucrados en actividades y programas para conservar los sitios naturales, históricos, y culturales de los destinos que ellos visitan. Según, los datos aportados por las mismas investigaciones, 46 millones de viajeros compraran a empresas y operadoras específicas si ellos conocen que estos negocios donan parte de sus beneficios a la ayuda o caridad. Inclusive, a la hora de pagar, las decisiones de la compra de estos turistas, no siempre se alinean con sus valores. Por ejemplo, según un reciente estudio, 98.1% de turistas son conscientes de la importancia de la alimentación con comidas orgánicas, pero sólo 37.7% han usado o han comprado este tipo de comida. Está claro que el mercadeo necesita determinar la conexión entre crear conocimiento sobre los productos orgánicos y qué motiva a las personas para comprarlos. Ellos también evalúan la disparidad del precio entre las comidas orgánicas y las convencionales. Las comidas orgánicas cuestan, a menudo, 20% o más que las convencionales. Esta analogía también podría aplicar a los viajes y negocios de turismo. Aquéllos que ofrecen los productos de turismo "tradicionales" deben considerar el mercado al que ellos le están vendiendo en la economía local, la calidad del producto,


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los mercados extranjeros comparables, y otros factores competitivos para establecer el precio. Ellos también deben asegurar que sus ventas sean financieramente sostenibles y la oferta valor/precio sea bueno. En el caso de aquéllos que ofrecen ecoturismo y productos de turismo sustentables deben tener en cuenta todas esas variables así como sus impactos ambientales, económicos y socio-culturales en los destinos. De allí que es necesario comunicarlo en los mensajes a los turistas. En cierta manera es un costo más alto que hay que pagar, pero que aplicando la mezcla correcta se podrán dar el lujo de proporcionar a los ecoturistas y turistas sustentables una oportunidad para competir y, probablemente, crecer en el mercado internacional. Con la generalización de los vuelos transglobales, sin parada –non stop- y de los nuevos vuelos que se ofrecen a bajos precios o “Low Cost”, la mayoría de los países son ahora más accesibles a los mercados ubicados en países tan distantes de EEUU, como por ejemplo en Suramérica, Asia y Europa del Este. Este aumento en la accesibilidad ha creado un mercado más competitivo con los destinos y negocios que operan u ofrecen programas que intentan atraer los mismos mercados de viaje. Además, la mayoría de los negocios de viajes y turismo se esfuerzan por proporcionar experiencias de alta calidad a los turistas, para lo cual se diseña un rango de opciones y presupuestos, que incentive que la clientela repita (fidelidad), a menudo, la solicitud de servicios de las mimas, que es la base de la viabilidad financiera de los negocios, independientemente del tamaño de los mercados. Recientemente, en un informe de una consultora internacional se llega a decir que

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los "turistas están deseosos de convertirse a una opción de turismo verde, si el producto proviene de una compañía o un destino que ellos ya conozcan y confíen, que no requiera de mayores cambios conductuales para disfrutarlo, y que sea tan bueno -como para que ellos lo compren- en lo que se refiere a estética, estilo, higiene, etc.” En efecto, los turistas son gente de hábitos. La mayoría de ellos no cambiaría su conducta de compra, a menos que tengan una buena razón. Éste es el desafío que tienen las ofertas ecoturísticas y de productos y servicios de turismo sustentable. Para ser competitivo, los precios tienen que ser más o menos similares a los productos y servicios de turismo no sustentables, la calidad tiene que ser comparable si no mejor, y tienen que estar disponibles en el mercado a través de los intermediarios y operadores de mercadeo tradicional y no tradicional. Basados en las investigaciones existentes, es obvio que este segmento de mercado busca las conexiones significantes y vasos comunicantes entre la naturaleza y las comunidades locales de los destinos. Ellos se preocupan por la situación ecológica local y quieren apoyar con su grano de arena el logro de un espacio ambientalmente amigable para las generaciones futuras. Hay indicaciones fuertes que el ecoturismo y los productos de turismo sustentables no sólo deben ofrecer buenos precios, calidad, y competitividad, sino que también deben implicar experiencias educativas, así como inspirar y premiar a quienes proporcionan estas conexiones a los turistas con la naturaleza y la comunidad en los destinos. La autenticidad también es importante para estos viajeros. El 61% de los turistas norteamericanos ya han incursionado en el mercado reciente del ecoturismo y en las nuevas tendencias del turismo. En el


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mismo estudio sobre los viajes en Norteamérica, se indica que los turistas creen que su experiencia es buena cuando su destino conserva sus sitios naturales, históricos y culturales. Además, el 41% de estos viajeros dijeron que su experiencia durante las vacaciones es buena cuando ellos pueden ver y pueden hacer algo autentico en los destinos que visitan. Los turistas ecológicos tienden a tener una visión mundial relativamente holística. Sus preocupaciones dominantes son por la justicia social, la conservación de recursos naturales, los productos ambientalmente amistosos, la protección de la fauna y la flora, el bienestar de cuerpo, de la mente, del espíritu y del planeta. En consecuencia, tal como la investigación lo indica, el 30% de la población adulta americana toman sus decisiones adquisitivas basadas en sus valores personales, sociales y ambientales. De la misma manera, este tipo de turistas, también, son probablemente más ganados a asociar los valores personales con las de de las empresas y sus marcas. Cada país tiene algo que es único como destino, bien sea su cultura, su historia, sus bellezas naturales, su diversidad biológica o una mezcla de todos éstos. Por consiguiente, una vez que un destino ha identificado cuales son sus fortalezas y qué es lo que lo hace único, está en una posición de competir en el negocio de los viajes a nivel global y en el mercado de turismo mundial. La llave del éxito es promover formas de como el turismo impacta positivamente a las personas y al ambiente de un destino dado. Esta estrategia no sólo es auto-reflexiva sobre los valores de la región, sino también es una manera excepcional para construir una marca o reputación. Aunque hay varios tipos de investigaciones y estudios que apoyan el tamaño del mercado y el alcance del ecoturismo y del

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turismo sustentable, esto sigue siendo un desafío para las empresas de viaje responsable y para los destinos ecológicamente establecidos, en especial, para determinar cómo los nuevos tipos de negocios muestran su compromiso en mantenimiento, preservación y defensa del ambiente. Midiendo los impactos positivos con precisión y comercializándolos junto con sus políticas de turismo responsables, al tiempo que educa a sus clientes sobre la necesidad e importancia del turismo responsable, las empresas se beneficiarán enviando un mensaje fuerte sobre su empresa y/o destino a promocionar. Si hacemos las preguntas correctas a los clientes, podríamos sorprendernos, al encontrar que las decisiones de viaje con la empresa o hacia el destino que se está promoviendo con estos criterios, estuvieron influenciadas directamente por los valores que usted comercializó para atraerlos. Para que el ecoturismo y el mercado de turismo sustentable pueda crecer, y de esa manera apoyar el desarrollo de las comunidades, la conservación de la biodiversidad, y otras mejoras ambientales, socio-culturales y económicas, tendrá que atraer a un mercado turístico más amplio acostumbrado a comprar de acuerdo con los hábitos tradicionales de precio, calidad y conveniencia. Para ello, tendrá que ofrecer experiencias auténticas y significativas acompañadas de prácticas y aprendizajes ambientalistas, más aún, si están certificados o premiados. Para entrar en el mercado de los viajes responsables y del ecoturismo los empresarios del sector tendrán que promover sus propios valores relacionados con la protección del ambiente, la promoción socio-cultural y el desarrollo


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económico local en los lugares que

promueven la visita de los “eco” viajeros por este nuestro gran planeta.

El Turismo en Áreas Rurales: Una Opción para el Desarrollo Endógeno

un servicio de transporte turístico, y comenzar a cobrar a los huéspedes y visitantes. Es necesario preparase para comenzar un buen negocio turístico. Entre otras cosas es preciso cuidar el estilo de la construcción, los materiales que se usaran para la infraestructura, la publicidad y promoción del negocio, la gestión de los desechos, e incontables detalles que acompañan la actividad empresarial del turismo “responsable”.

El agroecoturismo, tal como nosotros denominamos al turismo sostenible en las áreas rurales, es sinónimo de una buena acogida, un apacible paisaje y una comida casera. Alojarse en una posada, un hato ganadero, una finca agrícola con ganado pastando, participar en las actividades de cosecha o siembra de cultivos, visitar a las comunidades aledañas, realizar paseos a caballo, observar la flora o la fauna silvestre, o simplemente caminatas al aire libre, son algunos de sus atractivos. La búsqueda de descanso en las áreas rurales es una opción cada vez más ansiada por quienes viven y trabajan en las grandes ciudades y concentraciones urbanas. Del mismo modo, quienes poseen propiedades en el medio rural, han comenzado a encontrar en el turismo una manera de diversificar sus fuentes de ingreso y actividades productivas. La demanda y las oportunidades existen, pero como cualquier empresa, el turismo exige dedicación, esfuerzo y paciencia para esperar resultados positivos. Muchas personas que desean realizar inversiones en el turismo no saben por donde comenzar. La tradicional propiedad rural agrícola o ganadera puede verse afectada por la presencia de visitantes y turistas, especialmente, en lo que se refiere a las actividades agropecuarias, la vida familiar y el modo de vida tranquilo, al que están acostumbrados. Por ello, es importante estar preparados mediante capacitación y asistencia técnica. No basta con abrir un hospedaje, un establecimiento de alimentos y comidas o

Hay que tomar en cuenta, sin embargo, que no se parte de cero. Muchos de quienes desean iniciarse en el negocio turístico ya tienen una experiencia previa en el manejo de sus empresas agropecuarias o tienen conocimiento del manejo administrativo de su actividad productiva agrícola. Aún así, existen muchas diferencias entre un negocio agrícola y uno turístico. Existe una legislación particular para el turismo, normativas e impuestos especiales, así como aspectos administrativos propios de la actividad turística. Sin embargo, en Venezuela el turismo rural es una actividad muy reciente y existe poca información disponible para quienes desean invertir en este tipo de actividad económica en las áreas rurales del país. Las empresas que existen, no siempre cumplen con toda la normativa y exigencias que el turismo rural requiere para ser una actividad económica sostenible. Actualmente se reconoce que el turismo rural constituye uno de los mercados turísticos de mayor impacto mundial. El propósito del turismo rural no es sustituir a las actividades tradicionales agrícolas, sino diversificar la producción, creando más empleos y revalorizar el patrimonio cultural, ambiental y el entorno físico. Dada la capacidad del turismo de generar


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demandas específicas en materia de alimentación, productos gastronómicos, artesanales, etc., el turismo en las áreas rurales facilita la comercialización de productos primarios y les agrega valor. Entre las ofertas de actividades típicas del turismo rural se encuentran: las posadas, la gastronomía local, establecimientos agroturísticos, la observación directa de la naturaleza, la flora y la fauna, la compra de artesanías, el folklore, la gastronomía local, etc. Durante el Seminario Internacional de Turismo Rural, realizado en Paraguay en mayo de 2003, la Organización Mundial de Turismo (OMT) dio a conocer cuáles eran los países con mayor demanda de turismo receptivo para el turismo rural, siendo Republica Dominicana el país que absorbía el 40 % del mismo, mientras que Paraguay, Panamá y Chile, tenían el 30 % de dicha demanda. Del mismo modo, la OMT ha suministrado información valiosa sobre cuáles son las principales actividades demandadas dentro del segmento del turismo rural en América Latina, las cuales puede observarse en el siguiente cuadro: ACTIVIDAD

PORCENTAJE

Cabalgatas

42 %

Caminatas

21 %

Caza

5 %

Observación de Flora y Fauna

11 %

Safaris Fotográficos

5 %

Agroturismo

11 %

Paseos en Carretas

5 %

TOTAL

100 %

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Tal como se desprende del cuadro, las cabalgatas (Vg.: paseos a caballo, turismo ecuestre, etc.) y las caminatas (trekking) representan las principales actividades que se realizan como parte de los productos de turismo rural que se ofertan en América Latina. Así mismo, es interesante, agregar, que la procedencia de turistas extranjeros que realizan este tipo de actividades esta concentrada en visitantes procedentes de EEUU y Europa (Francia, Alemania, Italia e Inglaterra), siguiendo en importancia los procedentes de la misma América Latina y Japón. Panamá y México son los países con los productos de turismo rural más caros: entre 30 y 35 US$, mientras que República Dominicana y Paraguay, son los más baratos, a un costo de 15 US$ por actividad. Por otra parte, es importante agregar que el promedio del costo por estadía en destinos de turismo rural en Latinoamérica es de unos 40 US%. Una de las bases del éxito del turismo en las áreas rurales en América Latina ha sido la creación de micro empresas o cooperativas de turismo para realizar actividades de turismo rural. En el caso de la equitación y cabalgatas, por ejemplo, que no son más que pequeños negocios formados por equinos (caballos, burros, mulas, etc.), caballerizas, y en algunos casos, acompañados de instalaciones para comer y dormir (posadas, campamentos, etc.), se evidencia la importancia de la cooperación dentro de las comunidades rurales que fungen como destinos para esta actividad turística. Muchas de ellas, al no poder disponer de todas las monturas requeridas, se ven en la necesidad de subarrendar a otros vecinos y productores las bestias requeridas. En este sentido, el negocio adquiere un carácter comunitario


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facilitando bases para el desarrollo endógeno. Otra de las actividades asociadas al turismo rural son las relacionadas con la vida del campo, el trabajo en las granjas y fincas, (siembra, cosecha, ordeño, marcaje, preparación de queso, etc.) que permite, sobre todo al segmento más juvenil, tener contacto directo con aquellas funciones productivas que permiten conocer de manera directa cuál es el origen de la alimentación del cada día en los grandes centros urbanos. Para que un microempresa o cooperativa de turismo rural, sea reconocida como empresa turística en Venezuela, debe cumplir con varios requisitos, entre los que destacan: inscripción en el RTN, ajustarse a la normativa establecida por el Ministerio de Turismo (MINTUR) para este tipo de empresa, y en el caso de cooperativas, estar registra en la Superintendencia Nacional de Cooperativas (SUNACOOP), demostrar su contribución al desarrollo comunitario por la actividad que esta emprendiendo, la utilización de guías locales y/o baquianos de la comunidad, etc.. Un buen ejemplo de empresas de turismo rural en nuestro país son las existentes en Mérida o en Río Caribe. El turismo rural ha ganado, progresivamente, un lugar de importancia en la oferta turística en diversas regiones del país, convirtiéndolo en otra alternativa de recreación y descanso para las poblaciones urbanas, y por lo tanto, puede ser considerado como una opción para el desarrollo endógeno y sostenible. Según la Organización Mundial de Turismo (OMT) el turismo es la mayor fuente de exportación, así como un importante factor en la balanza de pagos de muchos países y crea dos veces y media más empleo que cualquier otra área industrial. El sector de

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viajes generó alrededor del mundo cerca de 100 millones de empleos, principalmente en familias con pequeñas o medianas empresas. El turismo a nivel mundial, igualmente, genera ingresos en divisas que sobrepasan las exportaciones de los derivados del petróleo, motores de autos, telecomunicaciones, textiles y buena parte de otros servicios. El turismo internacional y el interno producen más del 10 por ciento del Producto Interno Bruto Mundial y es considerablemente mejor distribuido en muchas naciones pequeñas y países en desarrollo. En las áreas rurales más pobres, el turismo puede favorecer la creación de negocios y empleos, ayudando a igualar las oportunidades económicas de los habitantes de estas regiones, así como proveer un incentivo para quienes permanecen viviendo en dichos espacios rurales, evitando que migren a las ciudades superpobladas o convirtiéndose en un incentivo para que muchos de los que habían migrado, regresen a sus localidades de origen, tal como esta ocurriendo en muchas localidades de nuestro país. A diferencia de aquellos países que cuentan con importantes atractivos culturales e históricos como España, México, Grecia, Francia o Inglaterra; en Venezuela, sus principales atractivos son la naturaleza y sus áreas rurales y protegidas con su espectacular biodiversidad. Una de las bases de esta fortaleza descansa en el sistema de parques nacionales y en nuestro modelo histórico de ocupación del territorio. El manejo de fincas agrícolas o ganaderas dentro de los conceptos del turismo sostenible, puede traducirse en mayores beneficios económicos para el propietario de ésta, quien recibe ingresos adicionales


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por el derecho de entrada, por la apreciación de su propiedad, por el uso y disfrute de sus instalaciones, etc. Como consecuencia de esta ampliación en el uso de las fincas, los operadores y agencias de turismo pueden aumentar su mercado turístico rural en el país. El agroecoturismo es una alternativa para dar a conocer y fomentar la producción agropecuaria sostenible, rectificar la imagen que existe como actividad depredadora del ambiente y conocer de cerca el origen de muchos productos de consumo diario, tales como elaboración de dulces, la producción de hortalizas, verduras, frutas, queso, mantequilla, leche, trabajo del cuero, etc., visitas que pueden ir acompañadas con información escrita sobre las comunidades, su cultura y los principales atractivos de los destinos. En conclusión, las ventajas del turismo rural sostenible podemos resumirlas en los siguientes aspectos: • • •

• • •

Amplia el horizonte de los atractivos turísticos del país. Generar empleo y nuevas fuentes de ingreso Brinda beneficios económicos adicionales a la finca por derecho de entrada para participar en faenas y actividades agrícolas y/o ganaderas, paseos a caballo, observación de fauna y flora, actividades de aventura, etc. Diversifica la actividad económica de las fincas agrícolas o unidades productivas ganaderas. Mejora la calidad de vida de los habitantes de las comunidades locales Desarrolla la autoestima en la cultura y las tradiciones rurales del país

• •

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Multiplica el efecto de la protección y los impactos positivos ambientales En fin, crea las bases para el desarrollo endógeno sostenible.


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regiones y actores que participan en el sector turístico que generan nuevas ofertas que enriquecen aquellas que han sido planeadas originalmente. ¿Qué es una Ruta Turística? Una Ruta Turística es un itinerario que permite reconocer y disfrutar de forma organizada atractivos, productos y servicios turísticos relacionados con actividades agropecuarias, industriales, culturales, históricas, deportivas, etc., así como valorizar expresiones de la identidad nacional, regional o local. Diseño de Rutas Turísticas Rurales Se reproducen a continuación algunos conceptos clave sobre Rutas Turísticas Rurales que ayuden posteriormente a planear o evaluar el desarrollo alcanzado por un proyecto para la creación e implementación de Rutas Turísticas en Áreas Rurales. Es importante notar que la construcción de las rutas es un proceso dinámico, consecuentemente, el estado de su situación se modifica permanentemente, generalmente para hacer mejoras en términos positivos, ya que se produce un efecto de demostración entre las diferentes

¿Cómo se organizan las Rutas Turísticas Rurales? Las Rutas Turísticas Rurales se organizan en torno a un producto, destino o atractivo clave o en algunos casos a una combinación de ellos, que caracterizan la ruta y le otorgan identidad. El trayecto debe ofrecer a quienes la recorren una serie de experiencias y actividades relacionadas con los elementos distintivos de la misma: tales como artesanía, comida, producción agroindustrial, actividades rurales, recreación histórica, entretenimientos y actividades al aire libre, disfrute de la naturaleza y actividades propias de la cultura regional o local.

¿Para qué organizar las Rutas Turísticas Rurales? • Para consolidar la actividad turística regional y local • Para valorizar la cultura y el patrimonio del país y diversificar la oferta turística. • Para estimular el desarrollo de competitividad y mejora de la calidad de los productos y servicios ofertados • Para dinamizar las economías regionales y locales • Para promover la cultura nacional a través de las expresiones regionales y locales. o productores agropecuarios que en sus ¿Quiénes integran y participan en las establecimientos reciben turistas y les Rutas Turísticas Rurales? brindan servicios de alojamiento y Las Rutas Turísticas Rurales se integran con las organizaciones turísticas rurales de alimentación; con los prestadores de las comunidades locales, con los posaderos servicios turísticos, guías u operadores


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locales; con los artesanos y creadores de cultura popular; y con los restaurantes regionales que privilegian en sus men煤s los

platos tradicionales basados en la producci贸n local y las agricultura de la zona.

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¿Qué factores caracterizan una Ruta Turística Rural? • Una producción básica que distingue a la región de la ruta. • Un itinerario desarrollado sobre la base de la Red Vial. Es igualmente importante considerar vías alternas para el uso de actividades en bicicleta, a caballo o a pie. • En los establecimientos agropecuarios (fincas, hatos, haciendas) adheridos a la ruta ha de producirse el producto agrícola principal que da origen al nombre de la misma, o que exista la posibilidad de obtenerlo preparado en el mismo establecimiento cumpliendo con las normativas sanitarias y conservacionistas vigentes. Los casos de las rutas del café o el cacao, son buenos ejemplos de ello. • La existencia de un número mínimo de atractivos y oferta de productos y servicios adicionales en cada ruta, que justifique su apertura o promoción. • Será bueno considerar la posibilidad de establecer una cierta reglamentación que norme el funcionamiento de los participantes y actividades turísticas. • Una organización turística local que lidere y brinde información sobre la ruta • Un sistema de señalización de la ruta • La oferta turística deberá estar basado en los atractivos, productos y servicios que caracteriza la ruta. Modalidades de las Rutas Turísticas Rurales Las rutas pueden organizarse sobre diversos fundamentos, entre ellos destacamos los siguientes: • Rutas por producto. Se trata de rutas organizadas sobre la base de un determinado producto turístico: playa, selva, llano, actividad, escenario, historia, etc. • Rutas por destino o atractivo. Se trata de una organización cuyo sustento más importante es el destino o atractivo principal de la localidad: playa, río, hecho histórico, paisaje construido o natural, producción, etc. y que se constituye el hilo conductor de la organización de la ruta. • Rutas gastronómicas. Cuando la riqueza gastronómica de una comunidad, localidad o región es muy significativa, aunque podrían integrarse a las demás rutas, el componente cultural es tan importante que merece distinguirse. Se trata de incluir aquellos emprendimientos turísticos sustentados en la tradición culinaria de las comunidades tradicionales y también de las corrientes de inmigrantes que tienen una gran importancia en nuestro país, como es el caso de la Colonia Tovar. Promoción Una estrategia clave para la promoción de las rutas turísticas rurales es la creación de un logotipo destinado a ser utilizado en la identificación corporativa de las Rutas Turísticas Rurales. Estas pueden ser contratadas a diseñadores gráficos profesionales, o mediante concurso para que participen activamente las mismas

comunidades. Una combinación de ambos procedimientos tiene la particularidad de combinar creatividad, originalidad con calidad.


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Los Resultados Rutas en funcionamiento En el diseño de las rutas turísticas, la mayor parte de las veces existen ya atractivos, productos y servicios que están activos en los diferentes destinos de que se trate. Estos deben ser evaluados para ser integrados de manera coherente dentro del plan de la ruta.

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Proyectos en desarrollo Por otra parte, existen muchas propuestas que aun no se han implementado – especialmente en lo que se refiere a la organización de las comunidades- pero que poseen un potencial importante para ser incorporados en el diseño de la ruta, si no de manera inmediata, se le considera para su adscripción posterior. Para ello es fundamental contar con una descripción de los atractivos, productos y servicios con que cuentan y su potencialidad para ser agregadas a la ruta.

Conclusión Es importante destacar el carácter de proyecto turístico que combina lo agropecuario y cultural, a la vez. Si sólo se enfoca el aspecto turístico, un proyecto de esta naturaleza adolecerá de la necesaria estrategia de desarrollo sostenible y correrá el riesgo de no integrar a quienes deben tener un papel protagónico: los productores y campesinos de cada localidad o región. Si sólo se atiende a lo agropecuario se descuidará el mercado turístico, condenando al fracaso al proyecto, y si no se considera el carácter cultural tendremos un proyecto carente de autenticidad. Es preciso apuntar a una armónica e integradora colaboración entre los diversos organismos del gobierno involucrados, así como entre las instituciones privadas, comunitarias, de las Gobernaciones y de las Alcaldías, para el éxito en la puesta en marcha del proyecto de ruta. Finalmente, es necesario tener una visión y conceptualización que apunte a proponer un proyecto con base local y regional. El país cuenta con los recursos básicos, con una experiencia previa en condiciones de ser aportada, y sin duda, con el interés de numerosos actores importantes en las diversas localidades y regiones que quieren participar y ser tomados en cuenta. Es necesario contar, también, con la decisión política de los organismos nacionales, locales y regionales turísticos en la búsqueda de los consensos necesarios para diseñar y ejecutar la propuesta.


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Ecociudadanía y los Valores Ambientalistas Es un lugar común aceptar que, hasta hace poco, no había existido una clara política de promoción del valor de la ciudadanía para la participación social por parte de los órganos del poder público del estado venezolano. Sin embargo, en la actualidad, existe un mandato constitucional que debe ser cumplido para orientar sobre nuevas bases sostenibles el desarrollo del país. El término de ecociudadanía es realmente nuevo en el acervo conceptual de las ciencias sociales. La introducción del valor ecológico en la concepción política de ciudadanía esta determinado, de alguna manera, por las nuevas tendencias y cambios ocurridos en el proceso sociohistórico contemporáneo de nuestra sociedad. La inclusión de la dimensión ambiental como fundamento de la ciudadanía supone, asimismo, su incorporación en todos los actos y funciones del poder público. En esa misma dirección, la solidaridad -intrínseca a la participación democrática y solidaria de los ciudadanos- se encuentra directamente relacionada con los esfuerzos por erradicar aquellos mecanismos sociales de exclusión o discriminación que perjudican o interfieren el desenvolvimiento armonioso entre la sociedad, la cultura y la naturaleza. En este sentido, la ecociudadanía supone una ampliación de los derechos civiles y sociales y en consecuencia, quienes cumplen responsabilidades desde cualquier ámbito del estado (local, estadal o nacional) o de las comunidades locales (económico, social o cultural) deben, de una u otra manera, crear facilidades y desarrollar formas de actuación que promocionen el mejoramiento de la calidad ambiental de sus representados, el espíritu de solidaridad

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de sus miembros y la formación de una conciencia ambiental integral de los habitantes. De acuerdo con ese mandato, es evidente que la existencia actual de una conciencia creciente por la fragilidad y vulnerabilidad del ambiente en el que vivimos, exige una clara postura frente a dicha situación, que va más allá de la simple legalidad del estado, y se convierte en un deber ser de la sociedad en su conjunto, en donde destacan valores como sostenibilidad, democracia, participación, cooperación, solidaridad, así como los de conservación del acervo cultural y ecológico de las comunidades. En efecto, la ecociudadanía supone el ejercicio de una soberanía del pueblo centrada en la participación de los ciudadanos en la defensa, conservación y recuperación del ambiente en el que vive, que un moderno Estado debe respetar e incentivar. Entre alguno de los instrumentos que pueden ser utilizados por el Estado en beneficio de la construcción de una ecociudadanía, se encuentran, además de la dotación de recursos para su promoción, el establecimiento de contribuciones, impuestos, distinciones, premios, etc. que incentiven actitudes de los habitantes en esta dirección. La promoción y creación de incentivos para que la gente participe de manera activa en los programas de defensa, protección y recuperación del ambiente en correspondencia directa con la defensa de una ciudadanía sostenible, conduce a la creación de nuevos modelos de gestión comunitarias y colectivas que faciliten alcanzar estos objetivos. Estas propuestas suponen, al menos, tres dimensiones en la gestión de la ecociudadanía:  Una dimensión política  Una dimensión de concienciación


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Una dimensión participativa

La dimensión política tiene que ver con la promoción por parte del estado de los derechos humanos, de los cuales uno tiene que ver con el ambiente. Esta posición facilita crear una relación directa entre los derechos políticos que tiene los ciudadanos comunes con los derechos ambientales. De esta forma, la ecociudadanía es un modo de actuación y una actitud política frente las estructuras de poder político. Esta posición implica, de alguna manera, la militancia y un activismo en defensa del ambiente, la naturaleza y la cultura de las comunidades. La concienciación se relaciona con la capacidad de entender el grado de integración que existe entre el cambio global del ambiente y la política económica de los estados en el marco de una acumulación mundial en el que se encuentran involucrados el Estado y las comunidades locales. El cambio global del ambiente constituye una de las preocupaciones más importantes de la ecociudadanía, que ya no se encuentra determinada por los límites políticos de las fronteras nacionales, y en consecuencia, adquiere características transnacionales. De esta manera, la relación con la dimensión política de la ecociudadanía implica que la militancia vaya más allá de los límites preestablecidos por el estado nacional, y se sitúa en un espacio-tiempo globalizado,

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mediante formas solidarias y de cooperación internacional alternativos. La dimensión participativa, finalmente, esta doblemente relacionada con las anteriores, en la medida que la posibilidad de convertirse en ecociudadanos esta directamente vinculada con la actitud activa frente a los problemas del ambiente, ahora pensados, local y globalmente, de manera simultánea. La idea es que solo es posible convertirnos en ecociudadanos en la medida en que las decisiones ambientales, tanto del Estado como de las comunidades, sean discutidas libremente y consultadas democráticamente. Es decir, que los valores colectivos deben ser asumidos, al mismo tiempo, con un importante contenido ambiental, donde la gestión de la ecología y de las culturas locales dependerá de que la participación individual se realice en un contexto de pluralidad, solidaridad, igualdad, y equidad comunitaria, para decidir sus propias condiciones de existencia y calidad de vida. Corresponde a la Defensoría del Pueblo, y al Poder Moral, como nuevas estructuras del estado, dar estrictito cumplimiento de toda la normativa vigente que facilite o incentive la ecociudadanía como valor privativo de la nueva Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela sin mengua de otros derechos humanos precedentes. AgroEcoTurismo y Desarrollo Sostenible El turismo con criterio sostenible hace referencia a un tipo de actividad que evita la destrucción del patrimonio natural y cultural. Este criterio es particularmente importante en el caso de las actividades turísticas que se realizan en las áreas rurales.


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El turismo en áreas rurales y naturales ha venido experimentando en los últimos años un crecimiento apreciable de acuerdo con los indicadores de la OMT y otras organizaciones de turismo a nivel mundial. Una de las principales causas de este auge es el cambio en las motivaciones de la demanda de los turistas, así como por la importancia que la conciencia ambientalista ha venido teniendo entre la comunidad mundial. El agroecoturismo es una actividad relativamente nueva, tanto en el ámbito rural como en el sector turístico nacional. Existen diversas versiones de actividades de turismo en el espacio rural. En su mayoría, la tendencia que viene ocurriendo es a cambiar las actividades tradicionales agropecuarias por actividades basadas en la creación de servicios alojamiento turístico o de alimentación. Esto ha creado un potencial en nuestro país para crear nuevas bases para el desarrollo endógeno de las áreas rurales, en la medida que las actividades tradicionales de las zonas rurales se han visto complementadas, con la consecuente ampliación de la economía de las poblaciones locales y la creación de nuevas expectativas de mejora de sus condiciones de vida entre los habitantes de las zonas rurales.

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Conocido con diferentes nombres, según el país de que se trate, agroturismo, agriturismo, o turismo rural, el agroecoturismo es una actividad recreativa practicada en fincas agrícolas, haciendas ganaderas o en plantaciones de especies frutales/ornamentales, áreas de pesca, que se combina con la observación de aves, insectos, reptiles o mamíferos silvestres, así como con el disfrute de lagos, bosques, volcanes, humedales o reservas naturales, o para la práctica de deportes al aire libre y de alto riesgo. Un buen ejemplo de tal situación lo demuestra lo que viene ocurriendo en otros países como España, Argentina, Perú, Costa Rica, entre otros, después varios años de impulsar y financiar el desarrollo del turismo en las áreas rurales. En estas experiencias se ha hecho gran énfasis en la remodelación y acondicionamiento de antiguas estructuras rurales para convertirlas en pequeños establecimientos hoteleros y gastronómicos bajo el concepto de que los turistas andan en busca de nuevas experiencias, como opción para el turismo tradicional de sol y playa. Igualmente, incorporar a los visitantes en las actividades propias de las fincas agrícolas o ganadera, etc.


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Evidentemente, que esta nueva situación creo la necesidad de contar con instalaciones turísticas para el visitante y la oferta de otros servicios en dichos destinos. En Venezuela ha habido también una política para fortalecer esta misma tendencia, aunque con algunas particularidades que deben ser consideradas.

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En rasgos generales, estas experiencias, si bien han tenido éxito, todavía existe el peligro al abandono de las actividades rurales tradicionales por parte de quienes se han visto beneficiados con esta política, con la consiguiente eventualidad de que valla en detrimento del desarrollo rural. También, existe el peligro de que estas iniciativas en las mejoras e inversiones en instalaciones para alojamiento o alimentación deterioren la producción de alimentos y perjudiquen la economía local dando origen nuevamente al traslado de los grupos familiares a las grandes urbes en busca de otras oportunidades. Otra de las formas de turismo sostenible que ha tenido un mayor auge en las áreas rurales es el ecoturismo, definido por la Sociedad Internacional de Ecoturismo como “turismo responsable en las áreas naturales el cual minimiza los impactos sobre el ambiente y ayuda económicamente a las comunidades locales”. El ecoturismo viene siendo reconocido por varias organizaciones mundiales como la OMT y el PNUD como un importante aliado en la conservación de la biodiversidad y promotor de un desarrollo socialmente harmónico.


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Sin embargo, este no debe ser confundido con agroecoturismo, que se realiza no en áreas naturales, sino en áreas rurales intervenidas por las actividades humanas, bien sean de carácter económico, social o cultural. Aun así, es fácil constatar que este tipo de turismo, por su novedad y por la falta de previsión de muchos operadores, se está enfrentando a problemas que son necesarios superar de manera oportuna, y así evitar los conocidos impactos negativos ambientales del turismo. Frente a la copia de modelos foráneos o extra-regionales por parte de autoridades e instituciones de turismo es importante analizar los verdaderos resultados de tales modelos, pero hay que tener en cuenta las diferencias que existen entre las regiones donde se ponen en práctica tales modelos y las características de sus comunidades, donde se comenten grandes errores y se hacen inversiones que a la postre no son rentables, funcionales o apropiadas para ellos.

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En el caso del turismo como herramienta de desarrollo sostenible en el espacio rural hay que considerar posibles opciones, como la creación de facilidades para dar capacitación y asistencia técnica indispensables, que tome en cuenta las diferencias existentes entre las circunstancias y características de cada localidad, tanto en aquellas donde tales políticas se han aplicado como en aquellas donde todavía no hayan llegado. Una de las potencialidades para el impulso de la actividad turística en las áreas rurales está directamente relacionada con las posibilidades que ofrece el agroecoturismo, en términos del aumento de ingresos, la revitalización de las culturas tradicionales e indígenas, y el rescate y preservación de la sociodiversidad. La presencia de un amplio espectro de diversidad cultural que se conjuga con una variedad de ecoregiones, actividades agrícolas y comunidades rurales e indígenas, constituye un patrimonio invalorable que puede aprovecharse como una de las bases para la promoción y mercadeo del turismo agroecológico.


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La comunidad, entendida como espacio de intersección de prácticas y saberes compartidos por colectivos y personas socialmente identificables, juega un papel primordial en el desarrollo sostenible del turismo. O lo que es lo mismo, “Sin participación comunitaria no hay turismo sostenible posible” NPB. Entre algunos de los problemas que pueden citarse como más importantes, están los relacionados con la falta de comprensión de la unicidad del producto turístico rural, y sus diferencias con el turismo masivo tradicional, provocando perdida de esfuerzo, rentabilidad y un escaso desarrollo de las ventajas cooperativas para alcanzar productos y servicios de calidad, y que tienen un menor impacto al ambiente. Por otra parte, los principales destinos agroecoturísticos del país, si bien es cierto tienen gran potencial para el turismo receptivo, sin embargo, movilizan hasta ahora básicamente es al turismo interno. El componente ambiental y comunitario son factores claves e importantes para la gestión y preservación ambiental, y al mismo tiempo ofrecen oportunidades de desarrollo económico sostenibles a las comunidades. En estas circunstancias, el apoyo externo para poder convertir estos factores en elementos en factores multiplicadores es clave, y en especial, si se trata de ofrecer asistencia técnica y capacitación a los principales actores sociales vinculados con la actividad turística local que se lleva a cabo en las diferentes ecoregiones del país.

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Para que el turismo en el espacio rural sea viable, hay que hacer inversiones y crear condiciones para complementar las actividades tradicionales del campo y del espacio rural con las del sector turismo, para lo cual es necesario tener la seguridad de contar con personal con experticia y capacitado que estén en condiciones de apoyar tales inversiones y de hacerlas rentables. Pero, en la actualidad, lo más importante es que el turismo sostenible en las áreas rurales responda al proceso de sustitución de las bases económicas actuales de la sociedad venezolana por unas nuevas de carácter socialistas, apoyados en el desarrollo endógeno y en la participación de las comunidades.


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SOBRE TURISMO Y LA NUEVA GEOMETRÍA DEL PODER

Antecedentes Cuando el subcomandante Marcos, el principal dirigente del Movimiento Zapatista mexicano, a mediados del año 2005, escribió su artículo “La (imposible) ¿geometría? del poder en México”, nunca pensó que este concepto se convertiría, al poco tiempo, en uno de los principios de los motores de la revolución socialista venezolana. En dicho artículo, Marcos argumentaba lo siguiente: “Para tratar de entender esa geometría hay que tomar en cuenta, según nuestra opinión, que el capitalismo en la globalización neoliberal está realizando una auténtica guerra mundial, en todas partes y en todas las formas. Esta guerra no sólo destruye, entre otras cosas, las relaciones sociales. También trata de reordenarlas según la lógica del vencedor. Entre los escombros producidos por esta guerra de reconquista, yacen las bases materiales, económicas, del EstadoNación tradicional. Pero no sólo eso, también se encuentran destruidos, o con daños severos, los aparatos y las formas de dominación tradicionales (las relaciones dominante-dominado, dominantedominante, y dominado-dominado). Por lo tanto, la destrucción también alcanza a la clase política tradicional, a su constitución, a sus relaciones internas, a sus relaciones con el resto de la sociedad (no sólo con los dominados) y a sus relaciones con las clases políticas de otras naciones (las llamadas relaciones internacionales). De esta manera, la guerra neoliberal ha desfigurado la política tradicional y la hace marchar al ritmo de un espot publicitario, y la destrucción provocada por la bomba neoliberal en la política mexicana ha sido tan efectiva que, también según nuestro modesto punto de vista, allá arriba (en la cúpula del poder) no hay nada qué hacer.”

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Los anuncios hechos por el Presidente de la Republica relacionados con la estrategia de poner en marcha los “cinco motores” para la construcción de la nueva sociedad socialista en Venezuela, han generado importantes polémicas e interés sobre cómo serán y cuáles son las consecuencias del cambio en las estructuras políticas del país. En efecto, el presidente Hugo Chávez convocó el poder constituyente para iniciar la segunda etapa del proceso revolucionario venezolano, para construir su modelo de socialismo propio y supeditarse al poder popular, al poder del pueblo soberano. En este marco, tiene preeminencia la iniciativa del desarrollo del poder comunal, el cual se irá desarrollando a nivel nacional, hasta conformarse y ser parte de la confederación de concejos comunales. “…progresivamente, nosotros, el poder constituido debemos ir transfiriéndoles poder político, social, económico y administrativo, para que marchemos rumbo al Estado Social, Comunal”, dijo el presidente Hugo Chávez, durante su discurso en la Asamblea Nacional, en el marco de su juramentación para el período presidencial 2007-2013. Por otra parte, adelantó, algunas ideas sobre el cambio que se proyecta hacia lo que serán las nuevas “ciudades y territorios federales”. En este sentido, el llamado fue para todos los poderes: estadales, municipales y demás instancias del poder estatal. Uno de estos motores de la construcción socialista es el que denominó “la nueva geometría del poder”, definida como “la nueva manera de distribuir el poder político, social, militar sobre el espacio. Innovemos, busquemos una fórmula que se adecue a nuestra realidad”.


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La idea, dijo Chávez, consiste en “crear un sistema de ciudades y territorios federales. Es posible que se haga en una ciudad que ya exista en una determinada región…. (Según las condiciones que dice la Constitución)”. “… no hay que pensar en los antiguos territorios federales, porque no se trata de ir atrás… la idea tiene una lógica…que es marchar hacia el modelo socialista…de forma tal, que en ese territorio federal, (de indeterminado número de kilómetros) centraríamos todo el esfuerzo político económico y social e ir transitando el camino hacia una sociedad comunal, (Poder Comunal), sujeto a la Ley y Reglamentos de la Constitución. Se trata del camino a lo nuevo”. La llamada geometría del poder establece lineamientos sobre cómo podrán ser concebidas las estructuras de poder interno, en especial, el cambio de los municipios y los estados actuales. Además, es importante recordar, que estos cambios deben responder a lo establecido en el artículo 16 del Capítulo II de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela referente a la División Política, en donde se establece que la división político-territorial será regulada por Ley Orgánica correspondiente. En dicha ley se establece que se podrá disponer la creación de nuevos territorios federales en determinadas áreas de los estados. El presidente Chávez hizo observaciones y puntualizó algunas inconveniencias que se mantienen en el actual sistema de gobierno regionales y locales. Al respecto se preguntó “¿Cómo se levanta una región si las autoridades locales, regionales y militares, no pueden, …se trata de poder o no …en el país hay grandes espacios deshabitados, en donde no hay ley (de eso trata la Geometría de Poder)”. Más adelante, indicó que “Debemos revisar, para potenciar ciudades y concejos

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comunales…deben trascender lo local, no debemos ponerle limites a los concejos comunales e impulsarlos y fortalecerlos… hay que modificar la ley de los concejos comunales… que cumplió una función”. Por su parte, a juicio del diputado y abogado constitucionalista, Carlos Escarrá, "--- la figura del alcalde, de los municipios, no es una figura propia que esté en la génesis de la nacionalidad. En segundo lugar, es una figura utilizada por un imperio (español), el alcalde en su origen concentraba poderes judiciales, administrativos, militares, de todo tipo; en esa evolución se han preparado municipios que no tienen capacidad real de auto sostenerse, de abastecerse, que a su vez tienes grandes espacios geográficos que ni siquiera pueden irradiar el poder del Estado, con base a eso es que se habla de una nueva territorialidad". Aproximación al Tema Creo que debemos partir del hecho de que existe una resistencia al cambio, tanto del régimen local (ya sea a nivel municipal o estadal) como de la división territorial del Estado Nacional preexistente, sustentado en bases de funcionamiento neoliberal y capitalista. En todo caso, esta resistencia no es más que una expresión de cómo los factores institucionales e ideológicos desempeñan un papel básico en la lógica de ordenamiento y distribución del poder territorial. De allí, que sea importante considerar dos cuestiones previas: una relacionada con el proceso de burocratización de las instituciones turísticas locales y aquellas referidas a las relaciones que existen entre la administración de las instituciones locales y el uso turístico del territorio. Como ya sabemos, la organización local del territorio mediante la institución municipal es un producto del Estado Liberal, que


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hemos heredado desde la época colonial. Baste recordar que en 1573, Felipe II Rey de España dicta las Ordenanzas de Descubrimiento, Nueva Población y Pacificación de las Indias Occidentales, que luego son incorporadas a las Leyes de Indias cuya primera edición data de 1681.Y, es indudable, que gran parte de los problemas actuales a los que debemos enfrentar –en particular, el reordenamiento del poder- residen en que esas instituciones fueron diseñadas para un tipo de poder y administración, hoy caducos, frente a la propuesta socialista. Es importante no olvidar, tampoco, que en un principio, se impuso el modelo autonómico municipal -que a la larga se fue convirtiendo en un obstáculo para las clases dominante en el poder-, por lo que fue necesario establecer mecanismos institucionales para la total subordinación y dependencia hacia la administración central, que a la larga se convirtió en un buen instrumento de control territorial del estado liberal y capitalista. En las sociedades de clase, la división espacial constituye un elemento significativo en la diferenciación de las clases. Podemos decir que las clases tienden a estar concentradas regionalmente, la división entre los barrios de las ciudades son un ejemplo, también lo son las divisiones urbano/rural, centro/periferia y norte/sur. La constitución social del espacio va más allá de las sociedades de clase. Casi todos los colectivos tienen un local de operación, espacialmente diferenciado del de otros. El espacio social entonces es un espacio cualificado, cuya constitución topológica se basa en la lógica de la exclusión. La noción más importante en este sentido es la de territorio, como campo de la organización espacial de las clases sociales. Las formas del poder funcionan a través de la organización del espacio de la existencia social y quedan manifiestas en su estructura, de modo que entre poder y

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espacialidad existe una relación de ajuste permanente. Además, tampoco puede perderse de vista, que las clases dominantes y los grupos de poder local - dependientes de aquellos-, aprovechando la división funcional entre gestión administrativa y acción política, favorecieron el poder de aquéllas, proceso que fue incrementándose hasta convertir a la institución municipal en un aparato burocrático ligado a la administración central. A lo largo de este proceso se fue gestando la formación de una sólida burocracia adicta al modelo liberal y capitalista, aun incrustada en el poder local. De allí, que desde el punto de vista estratégico, no parezca conveniente expresar de manera explícita los aspectos operativos y conceptuales relacionados con el turismo como sector que utiliza de manera privilegiada el espacio territorial, para la creación de productos y generación de servicios recreativos en destinos privilegiados, y que requieren en la misma medida que se cree un instrumento legal de corte popular que debe ejecutarse y ser acatado por todas las instancias, organismos, instituciones turísticas, etc., de acuerdo con los linimientos que finalmente se establezcan. Otra de las cuestiones que nos puede servir para la discusión y que es una clave de esa persistencia o resistencia a crear una nueva geometría del poder, al cambio territorial y municipal (recordemos los hechos ocurridos entre el período de Guzmán Blanco y de Gómez) es que la estabilidad para la explotación de un determinado territorio de una administración es una condición básica para su funcionamiento. Cuanto más estable sea la estructura territorial de una administración y del sistema de poder que le viene asociado, más sólida es ésta. De allí que, un posible cambio en los usos territoriales estadal o


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municipal, pueda, a la larga, convertirse en un elemento de combustión social que debemos evaluar claramente. Ello es, en parte, debido a que ciertas instituciones, entre las que la municipalidad desempeña un papel importante, ayudan a configurar y conformar una determinada conciencia o identidad territorial. En este sentido, la institución municipal desempeña dos funciones espaciales: primero, a través de su gestión y control de un determinado territorio, adscribe y crea un sentimiento de pertenencia territorial a la comunidad que administra; y, después, enmarca a esa comunidad en un territorio más amplio, con lo que ayuda a conformar un sentimiento de pertenencia a una determinada región (por ejemplo la zulianidad, los llaneros, los orientales, etc.) Estas funciones municipales hacen que la administración local sea una de las piezas básicas de cualquier cambio para una nueva geometría del poder y uno de los objetivos para su cambio hacia el modelo de acumulación socialista. Lo que me interesa llamar la atención, es que al final, no se trata solo de un cambio de modelo de producción, sino que trae aparejada cambios en la estructura de poder, que, evidentemente, están sostenida en el territorio: la propiedad parcelaria, la actividad productiva, el uso del espacio turístico, etc. La ruptura, tanto política como territorial, para establecer un nuevo modelo o paradigma socialista basado en el principio de la soberanía popular, y en el de que sólo existe un único territorio que expresa al estado nacional, tiene que plantearse también que debe existir una administración idéntica en todos los lugares del Estado, principios que se reflejarán en el equilibrio de la ocupación del territorio y en los nuevos papeles que la institución municipal desempeñará en la nueva geometría del poder, un papel diferente al

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que venia desempeñando históricamente, hasta ahora. Como lo dice el geógrafo brasileño Milton Dos santos: “Se puede pensar el futuro como una nueva federación de lugares, que radicalice la democracia y preserve las identidades locales. Una constelación de identidades así entrelazadas funcionaría como una barrera a la velocidad y al desvarío de la globalización” Por su parte, el modelo federal localista, defendido por las clases trabajadoras, parte de unos presupuestos fuertemente antiestatales, de igualdad social y autonomía, y considera el nivel local como el idóneo para organizar la futura sociedad socialista (concebido como desarrollo endógeno). Todos estos planteamientos políticos y administrativos, contribuyen a debilitar el papel territorial de la institución municipal en la configuración del estado socialista, así como para estructurar su territorio, quienes preconizan el socialismo deberán apoyarse en ella, de la misma manera, para consolidar el nuevo esquema del uso turístico tanto territorial como regional. Qué es la geometría del poder? La noción de geometría siempre ha estado asociada al concepto de espacio convencional tridimensional. Con las formas y las medidas. En las nuevas ciencias sociales el uso metodológico de la geometría social facilita otras maneras de recrear las representaciones sociales y ayudan a romper modelos del pensamiento inculcados anteriormente y al examen de nociones preconcebidas vinculados con el uso del espacio (territorio), de las jerarquías (el poder) y para la creación de nuevos mapas (turísticos). La ventaja de este acercamiento es que él permite reflejar la red de relaciones solidarias que son las bases para la nueva sociedad socialista. Son redes complejas, donde claramente, tales relaciones pueden formar cadenas o


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circuitos que unen a los distintos sectores sociales que pretende afrontar muchos de los problemas desde sus localidades. De lo que se trata es que la nueva geometría del poder en nuestro caso para el sector turismo debe ser deliberadamente organizado, de manera que enfatice las relaciones mutuas entre las diferentes entidades y actores que interactúan en un espacio dado (hospedaje, por ejemplo) y entre aquéllos que interactúan en secciones diferentes (Vg: ecoturismo, hotelera, guías, transporte, etc.) y los varios tipos de relación que pueden existir entre dichas entidades. Por consiguiente, la idea es que cada una de ellas contribuya a la constitución de una red comunal. Se trata, también, de cambios políticos dominados por la idea de crisis: crisis de los actores dominantes en el escenario político del capitalismo –partidos políticos, movimiento obrero –; crisis de la democracia liberal, crisis del estado-nación que ha quedado rebasado por las nuevas propuestas socialistas de desarrollo endógeno. Estas crisis comportan una “resituación” del turismo como política cuya viabilidad, pasa por configurar una estructura política innovadora, una red basada en una nueva geometría de poder variable que articule «soberanías» múltiples (locales, regionales, nacional y supraestatales –caso del ALBA) sin encerrarlas en un estricto marco dominado por la denominada competencia que subyace en el fondo de la concepción capitalista. En fin, no podemos olvidar que el espacio y el tiempo, son dimensiones fundamentales de la vida humana. Cada vez más, el poder funciona en redes y la gente tiene su vivencia y construye sus valores, sus trincheras de resistencia y propone alternativas desde las sociedades locales, desde el poder comunal. El gran problema

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que se plantea es cómo, desde la comunidad se puede controlar lo global, cómo desde las vivencias y la relación con el mundo local, que es donde la gente vive, pueden oponerse a la globalización, a la destrucción del medio ambiente, en fin a luchar contra el capitalismo. El impacto en el sector turismo La evolución de las competencias urbanísticas, turísticas y territoriales del municipio, en los últimos años, demuestra la escasa importancia que éste ha tenido en la ordenación del espacio urbano y de la actividad turística, debido a su subordinación legal, a su incapacidad para gestionar el proceso de crecimiento local y a la fiscalización constante que ha sufrido por parte de la administración central. Todos estos factores pueden ayudar a comprender tanto la importancia del hecho institucional en la configuración de un determinado tipo de organización turístico territorial, como la influencia de dicho territorio en la estabilidad de esa estructura institucional. Podemos señalar brevemente cuáles son los principales problemas que han sido identificados en la gestión de las estructuras de poder local:  El crecimiento excesivo de gasto social  Las deficiencias en la cobertura de asistencia de los servicios públicos  Rechazo de la participación activa de los ciudadanos  Derrumbe en el significado de participación en la sociedad  Aceptación de dependencia socioeconómica  Falta de participación de comunidades locales en los procesos democráticos


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 Los ciudadanos se desentienden de las actividades de la comunidad  Sobre énfasis en los derechos individuales  La indiferencia social El territorio es un elemento ideológico cohesionador de cualquier estructura política y de poder y eso es algo que tanto la burguesía como la burocracia han aprendido muy bien, pues cualquier cambio en la organización territorial va a afectar y alterar la constitución del Estado Burgués, y deberá dar paso al modelo socialista del Siglo XXI. De lo que se trata es de repensar que el territorio no es solo un locus en el mapa. Así como tampoco, un pueblo, una comunidad, no son un mercado, sino una interacción de gente, de cultura, de trabajo, de memoria, de política y fe –articulados en unidades de poder local. De allí que el turismo, por ser una actividad basada justamente en el uso del territorio y en la promoción de destinos que ocupan un lugar determinado en el mapa de una región o localidad, cumple –junto con otros sectores de la economía- un papel clave en el proceso de conformación de la nueva geometría del poder. No podemos olvidar, en este sentido, que la identidad cultural de las comunidades tiene siempre un componente geográfico, una cosa no existe sin la otra. El uso sostenible de los recursos locales y la preservación de las tradiciones locales son lados de una misma moneda en el turismo. Ahora bien, ¿cómo afectará la nueva geometría del poder al sector turismo? Lo primero que podemos constatar es que habrá un cambio en las competencias que las Leyes Orgánicas de Poder Municipal y de Turismo otorgan a estas estructuras políticas.

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¿Cómo serán transferidas a las nuevas?. Un primer aspecto que se nos viene a la mente, es que los Fondos Mixtos - en los cuáles hay representación de las Alcaldías y de los Estados-, deberán ser modificados, para dar paso a una representación de los consejos comunales, de la misma forma que se verán reducidos en número, de ocurrir la modificación territorial de los municipios y estados actuales. Otra idea, es que las competencias en materia turística y los Fondos Mixtos serán constituidos por áreas o destinos turísticos, ubicados en las ciudades y territorios federales que se creen, en vez de por municipios o estados, de manera que los recursos obtenidos por INATUR no sean tan desiguales como es el caso actual. En este caso el Fondo de Nivelación para el Desarrollo de la Actividad Turística (FONIDAT), previsto en la Ley, deberá ser repensado y ajustado a la nueva realidad. Del igual modo, las corporaciones estatales serian modificadas para dar paso a corporaciones turísticas federales donde haya participación de los concejos comunales, que a su vez, comenzaran a manejar los recursos turísticos de manera directa. En la nueva Ley de Turismo que será dictada mediante la Ley Habilitante (primer motor de la revolución), el papel de INATUR y de MINTUR, en este escenario, serán de coordinadores y rectores de las políticas turísticas, siendo una de las más importantes la que se refiere al turismo social y popular. El concepto de mercadeo también deberá ser adecuado a la nueva realidad política del país, destacando nuevos valores del socialismo, la participación, etc. Del mismo modo, se deberá discutir el papel y tipo de participación que tendrán las empresas privadas turísticas y la manera de inserción del capital extranjero. La otra pregunta es, si estos cambios ayudaran a aumentar el volumen de las llegadas turísticas a


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Venezuela, o por el contrario, serán afectados los logros alcanzados para recuperar los mercados externos hechos hasta ahora. ¿Cuál es, pues, la especificidad del turismo en este proceso? La especificidad es que el turismo se constituye en una de las bases materiales, en la infraestructura tecnológica y el medio organizativo que permite el desarrollo de una serie de nuevas formas de relación social, que aunque no tienen su origen directo en el turismo, ya que son fruto de una serie de cambios históricos, no podrán desarrollarse sin el turismo. Se trata de una organización en redes turísticas o circuitos turísticos, una especie de corporación cuya estructura social está construida en torno al tejido social de los Consejos Comunales o Comunas estructuradas alrededor de la actividad turística. Pero el turismo, en ese sentido, no puede ser concebido simplemente como un sector económico; debe ser un medio de organización que constituya una forma organizativa clave, equivalente a lo que es el corazón de un nuevo paradigma social que contribuye en realidad a la gestación de la base material de la economía socialista bajo nuevas formas de relación, de trabajo y de actuación. Lo que hará el turismo en la nueva geometría del poder es procesar y transformar nuestras necesidades de ocio real, constituyendo una red social solidaria para construir la nueva sociedad en la que ya hemos comenzado a vivir.

NPB/npb.- 2007

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