A LA MESA DEL SENADO El Grupo Parlamentario Mixto, a iniciativa de la senadora de NUEVA CANARIAS, María José López Santana, al amparo de lo establecido en el reglamento del Senado, presenta para su debate en la Comisión de Industria, Energía y Turismo la siguiente MOCIÓN sobre la creación de una ponencia de estudio acerca de la situación laboral de las camareras de pisos del sector turístico.
En el Palacio del Senado, a 25 de octubre de 2016.
María José López Santana Senadora por Gran Canaria Nueva Canarias
Portavoz Grupo Mixto
EXPOSICIÓN DE MOTIVOS El turismo es un sector trascendental para la economía de Canarias. Así lo atestigua el “Estudio del Impacto Económico del Turismo sobre la Economía y el empleo de las Islas Canarias –IMPACTUR 2014”, según el cual, el turismo supone el 31’4 % del PIB canario y genera el 35’9% del empleo de las islas. Además es un sector en auge: si en 2007 el número de visitantes que llegó al archipiélago fue de 11’5 millones, en 2015 la cifra ascendía a 13’2 millones de turistas. En los duros años de crisis económica y social que hemos padecido, el turismo ha constituido una tabla de salvación para la economía de determinados territorios (el gasto medio diario de cada turista extranjero en Canarias es de cerca de 80 euros). Sin embargo, los ingresos turísticos no han tenido un impacto tan favorable en paliar la crisis social. Un análisis comparativo entre los datos de facturación y los de afiliación a la Seguridad Social ponen en evidencia que el éxito turístico no ha repercutido ni en la creación de empleo, ni en la mejora de las condiciones laborales del sector. Así, en Canarias, la facturación en 2007 ascendió a 10.500 millones de euros y se registraron 116.550 afiliados a la Seguridad Social, entre hostelería y agencias de viajes. En 2015, la facturación fue de más de 15.000 millones de euros y se registraron 127.436 afiliados a la Seguridad Social. Es decir, en estos ocho años se incrementó un 42% la facturación, pero el empleo sólo creció un 9%. La actividad hotelera es el elemento nuclear de la industria turística y en ella es fundamental el trabajo realizado por las camareras de pisos. Actualmente trabajan más 15.000 camareras de pisos en Canarias y alrededor de 200.000 en todo el Estado. Ellas son uno de los ejes que vertebran este sector, fundamental para el desarrollo socioeconómico del archipiélago canario, así como de otros territorios. Su trabajo es esencial para el bienestar de los turistas. Sin embargo, su actividad laboral, mal remunerada, no ha estado nunca prestigiada, ni valorada. Y tampoco ha estado correctamente protegida por el sistema. En los últimos años, al amparo de la crisis económica, las empresas turísticas han reducido drásticamente las plantillas, por lo que la cantidad de trabajo que este colectivo, predominantemente femenino, venía desempeñando se ha incrementado hasta niveles indignos e inasumibles, constituyendo auténticos casos de explotación laboral. Ahora, en el mismo horario tienen que limpiar muchas más habitaciones de las que les correspondería, a lo que tienen que sumar las zonas comunes de los hoteles, apartoteles y apartamentos. Además, la propia naturaleza de la actividad desempeñada, agravada por las nuevas condiciones laborales, está generando serias consecuencias para la salud física y psíquica de las trabajadoras. A medida que pasan los años son
generalizados los casos de hernias, artrosis severa en las articulaciones, lumbalgias, síndrome del túnel carpiano, altos índices de ansiedad y depresión. De hecho, en la mayoría de los casos empiezan la jornada laboral tomando medicación. No obstante, a pesar de los dolores y de las dificultades físicas para desarrollar su trabajo, en muy pocas ocasiones optan por solicitar la baja por enfermedad a la que tendrían derecho por el miedo a perder el puesto de trabajo y las dificultades de inserción laboral. Por otro lado, las enfermedades que padecen, derivadas directamente de la actividad laboral que desempeñan, son consideradas como comunes y no como profesionales, lo que provoca que se les aplique un régimen jurídico menos ventajoso en múltiples aspectos: cálculo de prestaciones, indemnizaciones, reconocimiento de lesiones, etc. El desgaste físico y psíquico es tal que la mayoría de las camareras de pisos dejan el trabajo antes de la edad de jubilación o llegan a ella con problemas graves de salud. Las trabajadoras que se ven forzadas a un abandono prematuro de su puesto de trabajo sufren una mayor precariedad económica que tiene incidencia directa en la pensión de jubilación. Por otra parte, y cada vez con más frecuencia, las empresas hoteleras recurren a la externalización del servicio, subcontratando a agencias con trabajadoras sujetas a convenios ajenos al de hostelería, ya que estos contemplan peores condiciones laborales y salariales, a la vez que una mayor inestabilidad y precariedad en el empleo. La situación vivida por las camareras de pisos no es exclusiva de Canarias, ya que en otras comunidades autónomas está ocurriendo lo mismo. Por ello, miles de mujeres de Fuerteventura, Lanzarote, Barcelona, Benidorm, Cádiz, Madrid y Mallorca han decidido organizarse y constituir asociaciones, autodenominadas Las Kellys (Las que limpian), para defender sus derechos. A ellas hay que sumarles las reivindicaciones de las gobernantas y camareras de piso de Gran Canaria, integradas en la Asociación Autonómica de Gobernantas de Canarias, constituida desde 1989. El beneficio de unos pocos no se puede sustentar en la precariedad laboral y la explotación de otros. Es de justicia que se atienda a este colectivo, formado casi en su totalidad por mujeres, y que se aborden de manera inmediata sus necesidades y reivindicaciones. Por todo ello la Comisión de Industria, Energía y Turismo acuerda: La creación, al amparo del artículo 65 del Reglamento, en el seno de dicha Comisión de una PONENCIA DE ESTUDIO SOBRE LA SITUACIÓN LABORAL DE LAS CAMARERAS DE PISO DEL SECTOR TURÍSTICO con arreglo a los siguientes criterios:
1. La Ponencia tendrá por objeto analizar: a) las condiciones laborales, ergonómicas, físicas y psicosociales reales bajo las que trabajan las camareras de pisos de hoteles, apartoteles y apartamentos. b) la posible incidencia de la actual legislación laboral en los efectos negativos que padecen las camareras de piso, a nivel laboral, salarial, físico y psicológico. c) las enfermedades que padecen, los tratamientos médicos y de rehabilitación que reciben, la correlación entre las enfermedades que padecen y las solicitudes de baja por enfermedad, la afectación de los medicamentos que se ven obligadas a tomar en su propia salud y el impacto de las enfermedades y los tratamientos de las camareras de pisos en el gasto público. d) la necesidad de reconocer como enfermedades profesionales aquellas enfermedades contraídas en el desempeño de su trabajo. e) las condiciones de cese de actividad de las camareras de pisos, así como la necesidad de que se acojan a un régimen especial de jubilación que les permita una jubilación anticipada. f) la actividad desempeñada por la Inspección de Trabajo y Seguridad Social, con el objetivo de constatar que se está combatiendo el fraude en la subcontrataciones y en la aplicación de convenios colectivos distintos de la actividad principal. g) el alcance de las iniciativas presentadas y/o aprobadas al respecto en diferentes parlamentos autonómicos. h) las oportunas modificaciones legales, a la luz de los puntos anteriormente analizados, para dignificar el trabajo y reconocer en justicia los derechos laborales y las necesidades específicas de las camareras de pisos.
2. La Ponencia prestará especial atención a las reivindicaciones específicas de las camareras de pisos, para lo cual se habilitarán las oportunas COMPARECENCIAS de las organizaciones de representantes de las camareras de pisos del sector turístico (reservando un cupo específico para ello).
3. La Ponencia, en base al estudio, realizará las recomendaciones que considere oportunas al Gobierno español. En este sentido, las conclusiones de la ponencia podrán contener los votos particulares que deseen formular los Grupos Parlamentarios. 4. La Ponencia deberá tener ultimados sus trabajos a los seis meses de su constitución.