Letra Viva Viernes 27-02-2009

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Año 2 Nº 138 Coro-Punto Fijo

viernes 27 de febrero de 2009

II Concurso Literario

La primera escuela

Del Cumarebo aquel... /2

Nuevas voces de la poesía /4

/6


Viejo dia Coro - Punto Fijo Viernes 27 de febrero de 2009

2 as primeras letras las aprenL dí en la riberas del río Coro, cuando ya había cumplido los nueve años de edad; los dos primeros años de la primaria, en la Escuela Nº 250, en el Sector el Cerro de Puerto Cumarebo, que era una escuela trashumante que cambiaba de local cada año, y era regentada por Doña Ángela Cecilia (Chiche) Henríquez de Caldera. Era aquel Cumarebo “pequeño, bello y limpio como el pañuelo de batista de una reina .Tranquilo y alegre. Se vivía feliz”. (1) En aquel Cumarebo de la adolescencia A los trece años ingreso en el ámbito mágico de la Escuela Federal Graduada Padre Román, de la cual era director el Maestro Manuel Vicente Cuervo (Chento) ; no aquel Chento “jovencísimo, pelado al rape, barbilampiño, rostro aniñado”, como describe Mario Jacobo, al joven que sustituye al Bachiller Ángel S Domínguez en la Dirección de la Escuela Nº 61, en 1926, sino el considerado “el más grande maestro venezolano”; el precursor de las

Presidente: Ing. Oswaldo García Vicepresidente: Ing. Aída Gómez Directora de Información: Isvelys Bracho Directora de Mercadeo: Maribel Olivares Directora de Información Adjunta: Zuly Jiménez

Coordinador: Diseño:

Guillermo de León Calles Juan Bravo

Diagramación:

Zoraida Zárraga

Colaboran en este número: Zuly Jiménez Orlando Yores Otilio Rojas Anavid Quevedo Raúl Zavala Rigoberto López Antonio Túa Maite Ramos Robert Flores DIRECCIONES Coro: Calle Falcón, diagonal a CANTV Telefax: 0158 - 268 - 2530821 Punto Fijo: Calle Comercio, C.C. Richani Telefax: 0158 - 269 - 2469268 Tanto los artículos como las columnas de opinión y análisis publicados en este diario son de la absoluta responsabilidad de sus autores. Las personas interesadas en escribir pueden consignar sus propuestas ante la Dirección de Información del periódico, en extensión no mayor de 3.000 caracteres en programa Word, a la dirección: redaccion_nuevodia@yahoo.es

matemáticas modernas al utilizar el concepto de conjunto y subconjuntos( montón y montoncitos); el creador de la Semana del Buen Lector, durante la cual, utilizando lecturas escogidas de los grandes escritores y poetas universales, estimulaba el interés de sus alumnos por las ciencias humanísticas. El sabio maestro, que utilizando la narración oral en su actividad educativa, puede considerarse precursor de la moderna técnica del Cuentacuentos, como método de enseñanza y educación; así mismo al instalar su escuela primigenia con alumnos de diferentes edades, impartiendo a todos las mismas enseñanzas, el maestro se erige como el precursor de la estimulación precoz, tan alabada en los últimos años para el desarrollo de la inteligencia. El maestro Chento siguiendo las teorías educativas de Don Simón Rodríguez, estableció lo que llamaba “Clases de Cosas”, por ejemplo, llevaba a sus alumnos al mar y allí les explicaba el origen de las mareas; aprovechando el farallón de la costa, explicaba la formación de las capas terrestres, etc. Cuando funda la Escuela Nocturna para Obreros, se convierte en precursor de la Escuela para el Trabajo, antecedente del actual INCES (2). Precisamente fue en esa Escuela Nocturna, donde realicé el cuarto grado de la primaria, con él como profesor. Era aquel Cumarebo amable y sonriente, donde un José Tomas

Riera Lugo, eminente prelado, consagró toda una vida al servicio de la feligresía católica zamorana; y asistíamos a aquellas inolvidables misas de aguinaldos, con nuestras humaredas de sueños y anhelos juveniles, intentando encontrar sus caminos… (3) Era aquel Cumarebo, tranquilo y placentero donde uno podía asistir sin sobresaltos a contemplar los juegos de béisbol, que excelentes peloteros como José Ramón (Mon ) Álvarez, Domingo Vargas, Félix Hoyer, Alejandro Hernández, Caudino Lugo, Pedro (Negro) Reyes, Ventura García, Bruno Peña, y muchos otros que la memoria no alcanza a precisar, realizaban en el pomposamente llamado Estadio del Cerro, donde por cierto, tuve la oportunidad y el asombro de ver jugar a luminarias de fama nacional como Luis Aparicio, padre, Francisco (Tarzán) Contreras, Balbino Fuenmayor, y Juan Francisco ( Gatica) Hernández. Pueblo alegre y fiestero donde se celebraba y se bailaba con conjuntos en los cuales los nombres de Tránsito Matheus, Pedro José Juliao, Victoriano Salgueiro, José Rosario Medina, y otros músicos famosos eran admirados. Era posible disfrutar de los excelentes guitarristas como Cesar Colina Villa, Rafael Blanco, Benjamin (Minche) Blanco, que además de buen profesional de la zapatería, se constituyó en muy buen interprete de las melodías y especialmente el tango, o de Justo Leonidas (Paché)

Vargas, músico, compositor y el mejor interprete de la música rioplatense nacido en esta tierra falconiana. Era el Cumarebo donde, bajo la frondosa experiencia educativa del maestro Chento, una pléyade de jóvenes transitaban los infimitos caminos del conocimiento humano, para darle al país lo mejor de sus esfuerzos, y allí resaltan los nombres de Mario Jacobo Penso, Marino Colina Leones, Jorge Colina L, Pablo M.Perozo Vargas, Ramón Daniel Medina, Ismael González Sirit, Rafael González Sirit, Misael Salazar Leidenz, Juan Calatayud, Juan González Pérez, Juan Agustín Perozo Vargas, Elías Thielen, Humberto Peñaloza, y muchos otros que harían esta crónica interminable. Era el Cumarebo en el cual todos los jóvenes acudían a las barberías de Transito Matheus, Santiago Velazquez o don Pablo González, para acicalarse y pavonearse ante el inmenso ejército de mujeres bellas, que eran el orgullo del pueblo. Y finalmente era el Cumarebo donde un niño de once años, con la inocencia propia de su edad, le pedía a su madre un huevo de gallina, para ir a la bodega de Juan Blanco, y apelando al resucitado método comercial del trueque, le exigía al comerciante: “Déme un templón por el huevo” por que ese templón (gofio), era su merienda que llevaría a la escuela Nº 250 del Cerro. Era “El Cumarebo bello y limpio como el pañuelo de batista de una reina…” ¡Que tiempos aquellos Don Simón! Bibliografía: Cumarebo en 50 Crónicas- Mario Jacobo Penso (2) Maestro MANUEL VICENTE CUERVO (CHENTO)- Pablo Perozo V- Patricio Naveda (Recopilación). (3.) Poliantea del Distrito Zamora- Drs.Isamael y Rafael González Sirit Patricio Naveda G.


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Claroscuro envejecido entre grietas amargadas Divino detrimento que enredas las masas que trajiste la guerra, juguete silencioso que no purga las penas de los abandonados, dolorosas cadenas de pequeños angelitos bélicos trasciendes con armas para dibujar con sangre corazones partidos, hermosa prostituta que juegas con muñecas. ¿Cómo duermes en la noche después de tu larga treta?, entender quiero a los mortales de blanco que proclaman la paz con palomas en sus manos invisibles para los humanos, me pierdo entre la inmensidad del cielo entre unos ojos bellos, me duermo entre la paz de la oscuridad que satisface el sueño de los cansados de los derrotados, claroscuro es el cielo que no puede más, una princesa a lo lejos recoge los pedazos que han hecho las grietas, grietas forzadas que ya no resisten la hambruna, la muerte, la guerra, me duermo en los brazos de un hombre que amo, sueño despierta en un mundo que no codicio, acerba es la vida de los contrariados, atormentadas las grietas que dejan las batallas, claroscuro envejecido entre grietas amargadas se dibujan desde el cielo, sólo cierro los ojos y espero el momento sólo calmo mi angustia, sólo sueño, sueño hermoso, hermoso sueño.

Besos iracundos No más allá de la tarde, vi las nubes rociarse de agua bendita,

no más allá de mi ventana vi las rosas gritar de calma, más allá de mi puerta vi tus pies temblorosos, el barro está frio, la lluvia congela tus manos febriles, mi vestido se mueve tras el viento traicionero, yo espero de espaldas tus movimientos calientes, el calor se apodera de un corazón vacío, yo extiendo mi mano esperando el olvido, te sigo en la sombra pero tu aura no miro, la luz no distingo entre grises nubes, mis ojos se pierden en un frío ardiente mis manos persiguen unos labios calientes, el camino está cercado de espinas sonrientes que cortan mi paso, mi piel se enrojece, tus labios no consigo, tus labios se van ausente, la lluvia humedece la calma que merezco de vivir tantos años en un cuerpo bizarro, lentamente voy entrando en una mina oscura, mis ojos cerrados me demuestran la alcurnia de mi valentía, tantos años besando unos labios extraviados, labios que se esconden, labios que no besan, cedo ante la penumbra de tu hostilidad, desaforo mis penas con tu crueldad, atas mis manos con años bisiestos. No más allá de mi puerta sigo sentada, esperando un beso sosegado que siga elevando mi condena a tu lado, un beso tonto, un beso más que tu guerra no da.

Mi romance con tu mirada Esa tarde las rosas cayeron despavoridas a un precipico infinito de encantos que revivió tu remanso de voces libertinas, engalanando la tarde, mi vestido brioso se desplo-

3 mó a sus anchas, mis cabellos brillaron de felicidad, un aliento sublime se durmió en el recoveco de unos ojos divinos, mi enajenación fue atando cada trayecto de mi rostro a mis labios, de mi labios a tu pecho, tú ausente de todo, volteaste a mirarme yo deseosa esperando tu éxtasis, invisible hacia ti, seguiste buscando lo desconocido entre tantas carnes entre la marea, entre el océano bravío, que me revolcó de la impresión al pestañar ante tus sortilegios, ahogándome en el agua me di cuenta que podía respirar, que podía arrumbar entre las olas mas fuertes, las montañas que nos separaban alardeaban incesantes por mi cobardía de no hablarte, me viré muchas veces esquivando lo que pude encontrar, fui entendiendo que si te amaba podría perderte, mi conciencia maliciosa me envolvió en su manto, mis escarmientos me cosieron el alma de una sola pena, si te amaba, si te tocaba, desaparecería lo que tanto anhelas, me fui llevando por la marea a los lejos para sentarme entre los corales y seguir observando tu mirada, enamorándome de ella, de tu mirada mansa, un romace infinito, mi romance con tu mirada.

Maglys A. Noguera


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4 E

n esta casa ubicada en la calle Páez, cuando apenas todo era una sugerencia urbana, funcionó la primera escuela, que con el nombre de Federal Unitaria, estuvo codificada con el número 3.309. En su interior, definido por unas paredes y un techo correspondientes a lo que el léxico sencillo de la gente de entonces llamaba mediagua, confluían alumnos de distintas edades, sin que se hubiera establecido ninguna delimitación para quienes cursaban el primer o el tercer grados. Intuitiva por lo vocacional y diligente por sus conocimientos, debió ser la actuación de la maestra Olga Díaz de Díaz, que para el momento recibía la distinción de preceptora, al tener que impartir distintos programas dentro de un mismo espacio, así como por mantener una disciplina inalterable en un auditorio conformado

por niños y adolescentes, que además de la condición natural de la diferencia de edades, exhibían modos de ser diferentes, producto de las diferentes culturas que comenzaban a estable-

cerse en la antigua Cerro Arriba. La Maestra Olga Díaz Aldama únicamente para 1938, debió debatirse entre libros Mantilla y Geografías de Hugo Ruán para poder cumplir con

las exigencias académicas de aquella primera escuela, en relación con la relativa ausencia de supervisiones oficiales, pero con algo supremo que la vigilaba aún más: su conciencia.

Yodo radiactivo de Víctor Hugo Bolívar

No sé de donde viene el estoicismo, solo se que es un dolor envuelto en lo espiritual, que nace con el sentimiento humano: dominio de la propia sensibilidad. Así nos hemos encontrado con una poesía, que no es solo premonitoria, o estoica, del dolor, como los versos desgarradores de Cruz María Salmerón Acosta, el poeta mártir, como lo llamó Andrés Eloy Blanco. Sino que también son intimista. Este poemario de Víctor Hugo Bolívar de pequeño formato en cuyas portadas anverso y reverso van

unidos dos libros en uno: “Urbe Propia” y “Yodo Radiactivo”; este último de señales presagiosas de dolor que van a terminar en un final feliz. Su autor se pasea con soltura y delicadeza por su vida íntima y empieza a hilvanar recuerdos y desatar su pensamiento con gemidos de dolor: “La muerte es implacable y tenaz” “Benigno –maligno – o lo que seas – llegastes como mujer solitaria – a perturbar mi existencia” “ya el espejo había enviado sus señales”- “Esos garabatos diagramados que solicitó el galeno, tambalean mis pasos” y así el poeta Bolívar sigue discurriendo entre alegrías de vida y sinsabores de muerte: “Extirpar, cortar, rastrear…A veces me pregunto si algún día podré amputar tu recuerdo”. Combinar el dolor con el amor no es fácil, lograrlo es de almas altruistas que se ven en la vida golpeadas por esos zarpazos y que logran flotar aún después de la tempestad. Nada hay más noble, nada hay más digno de contener las lágrimas arrancadas por el dolor que el ánfora cancelada del verso. Daniel Dupuy


Pinacoteca

“No se me muera tocayo, que están pintando los gallos”. A los 24 años de la siembra del cantor, lo recordamos trayendo a esta Pinacoteca a uno de nuestros valores plásticos con su nombre, sólo que éste canta con el pincel envuelto en el arco iris de los colores de su paleta. Me refiero a Alí González, artista paraguanero, de quien sé pintaba las carteleras de su escuela y liceo, pues el máximo

creador lo dotó con un talento nato para el dibujo. Las primeras técnicas de arte las obtuvo en los espacios del viejo ateneo, bajo la tutela de Wilmer Yajure, luego lo estuvo asesorando Omero Mota, eso fue al principio de su caminar por el mundo de la plástica. En su andar ha encontrado un lenguaje propio, un lenguaje que lo diferencia de los demás, el que se consigue en el caminar, el que se encuentra cuando se busca sin buscarlo, como la vida misma, como las etapas del hombre, que cumple su ciclo sólo si permanece vivo, y Alí transita este camino. He trabajado con él haciendo murales, puedo dar fe de su talento creativo de su capacidad de trabajo y de su solidaridad. Alí cuenta con una trayectoria de más de 25 años, ha participado en infinidad de colectivas a nivel local, regional y nacional, sobre todo las organizadas por la AVAP Paraguaná, la última donde estuvo representado fue en la que realizó la Universidad

Nacional Abierta. Es excelente dibujante y buen colorista, sus temas van desde el retrato, la figura, el paisaje y los bodegones. Es letrista, muralista, trabaja con diferentes medios, pero su preferido es el óleo, en pequeño y grande formato, no es de mi conocimiento que haya realizado su primera exposición individual, y es que el arte como oficio no es tan fácil, más cuando se está en esta mágica península como lo es mi Paraguaná, que nos arropa con su cariño y no nos deja salir de sus fronteras. A veces se emplea en el Complejo Refinador, por supuesto, como pintor de primera, donde ha estado ejerciendo ese oficio en las altas torres de la refinería, o sea que a la hora de pintar un mural, para él la altura no es ningún problema. La obra presentada es un retrato de Alí, titulado “Remembranzas del Cantor” del año 2008, en una tela con un formato de 76 por 62, elaborada en óleo al pincel. Angel Ventura

Los hombres y su tiempo

Contratiempo para una anécdota “Si me hubieran hecho objeto sería objetivo, pero me hicieron sujeto” José Bergamín

Me reconforta pensar que

mejores pensadores de esta épo-

ya terminó, las ideas se renue-

según Crevel: “ningún atrevi-

ca, algunos de ellos recién falle-

ven, porque en ambos bandos

miento es fatal”. Tal condición

cidos y otros en el esplendor de

-como han decidido llamarse-

surrealista me permite visitar en

sus ideas; gurúes ahora de lo

existen elementos inconclusos.

contratiempo el plano convexo

que identificamos como futuro.

Los muestra Rigoberto Lanz en

de un amigo cóncavo. Claro

La red cuántica que enlaza las

algunos de sus textos. Deberá

hicieron y, quizá jamás culmi-

está, en una instancia armóni-

afinidades entre los terrestres,

sustituirse el relincho por un

nen.

ca escrita en el pentagrama, eso

viene dada por una esencia fí-

trabajo serio, no esos grupos de

Es por ello que la anécdota

sería como escuchar al Charlie

sica menos comedida que el

grupos con líderes miméticos,

no sirve de mucho en el esce-

Parker en su gusto trascendente

tiempo con el cual se hilvanan

que no generan sino que repro-

nario de recrear modelos para

por el jazz, una cueva acústico

las corrientes de pensamiento

ducen lo mismo de antes. Esa

esta instancia del bucle. Los

semántica por donde se mete

en el planeta. La aldea plane-

labor es terrible porque no todo

conflictos que aún faltan por

la oreja y la vida como esencia

taria va y viene sobre palabras,

el mundo es capaz de mirarse

remediar, develarán miles de

generadora de todas nuestras

hechos, circunstancias, ideales

dentro y decir: hice mal esto

resquicios relacionados con su

preguntas. Morín lo dice de ma-

no siempre claros, pero esa es la

o aquello, porque la gorra y la

pasado particular, eso ocurre

nera perfecta: “La antropología

razón de existir. Para muchos,

franela es de fácil postura, imi-

en todo el mundo, de maneras

que envía la vida a la vida pri-

estamos en medio de una cri-

tar que se es, sin serlo también,

diferentes, no es un fenómeno

vada es una antropología priva-

sis. ¿Cuál crisis?, todo sigue su

pero vivir sin ser lo que anuncia

nuevo, lo nuevo sería que real-

da de vida”. De manera que la

curso, la verdadera crisis no se

el aviso, es fatal.

mente la organización de la so-

relación entre el personaje y su

ve, estamos divididos en medio

Esa labor la requiere la base

ciedad planetaria no sea ficción

auto es definitiva, porque sólo

de una discusión estéril. Está

social que siempre es la menos

ideológica sino hacer colectivo,

él conoce la textura de su silen-

pasando lo que todos sabíamos

contaminada, el pensamiento

la libertad no nace con apelli-

cio.

iba a ocurrir hace treinta años,

formalito es menos idóneo si se

dos, se edifica con acciones. De

Mientras tanto, del otro lado

la incertidumbre emerge por-

quiere y más acartonado. Hay

modo que en cada lugar del pla-

de la orilla estamos los mortales

que siempre sentimos miedo

gente que suma, otra que resta,

neta, el cambio social necesita

que vivimos bajo el flujo sutil

de no lograr el pleno desarrollo

otros que eliminan, otros que

ser identatario de cada cultura

de su volcán totémico, de sus

de nuestros argumentos perso-

ciertamente crecen y expanden

y plenamente ético, no un repe-

códigos inmortales y ese senti-

nales.

su radio de acción en las masas,

tidor caduco.

do del barullo que todo parro-

En atención a lo anterior

a eso no puede llamársele crisis,

Sin lugar a dudas, asisti-

quiano lleva como anexo gené-

no estamos en medio de un

es una respuesta a procesos que

mos a un tiempo de reacomodo,

tico de su condición humana.

caos, estamos en medio de lo

desencadenan. Pancho margi-

agudeza y profundidad, nues-

Somos pigmeos en un fastuoso

que hicimos mal y no lo que no

nal es ahora Foncho fortaleza,

tra sensopercepción sustituirá

universo, con una gloria par-

hicimos, la equidad, la moral y

lo crucial es que los intelectua-

sin lugar a dudas la paja por el

lanchina única, repleta de epi-

la ética del cómo se hacen, es

les que no tenían piso hecho

resultado y la suma de volunta-

sodios anecdóticos que elevan

resultado del esquema mental

en la calle o el barrio asuman

des por la praxis, espero ami-

al máximo el parloteo, ese ve-

bajo el cual, cada quien funcio-

y despierten en sus castillos.

gos míos que el contratiempo

hículo que nos hace encontrar

na. Cada quien es responsable

La masa insomne y sin sendero

valga la pena cuando se piensa

al solitario viajero que llevamos

de hacer o no hacer, el revolu-

les necesita, aquellos que aho-

en una sociedad humana como

por dentro.

cionario será responsable del

ra son agentes de algún cambio

continuo de la vida y no como

Somos una sociedad no pro-

compromiso, en macro es un

son etno-teóricos de algo que

anécdota del yo newtoniano.

porcional a lo que piensa. En los

reto interesante, en micro pu-

no tienen como herramienta de

sesenta mientras estaba en mi

diera ser un chichero, pero es-

praxis, porque hay muchos que

Egli Dorantes

escuela, estaban escribiendo los

timo que como la era del hielo

se ufanan de cosas que jamás

dorantesegli@gmail.com

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5 Conocimiento sin palabras Mucho antes del primer latido de vida nos conoce y muestra el colosal universo de palabras y visiones que determinarán futuras historias del hombre. Tal vez nuca descifremos tanta inmensidad, aunque la vida puede ser profundamente fecunda con sólo acercarse al conocimiento del espíritu. Algunos nacen con ese saber de vida, otros tenemos que recorrer los años para lograr asir un fragmento de él, afianzar algo de su esplendor. Y unos pocos mueren sin saber que lo poseían, simplemente su esencia es saber relacionarnos con lo que nos rodea. En ocasiones se da a través de la experimentación, o en el corazón, por medio del sufrimiento, de aprendizaje de aquello que nos resulta extraordinario, como el mismo Dios. Conocer está en lo poético, sin razones es querer sin pretenderlo, sin que sea utilizado en la maldad, es necesario para amar. A veces se busca desesperadamente, como si de él dependiera el éxito, la senectud tranquila, la vida plena. Y todo ello pasa por una incesante agonía entre libros, escuelas, programas, nuevos software y reflexiones. La verdad es que siempre estuviste ahí, tranquilo, esperando a que te buscaran donde siempre has estado: En el café pardo de la abuela, en los consejos de mamá, en los ojos tristes del viejo que se fue y en la vida que falta por vivir y dice que no se te busque más, que estás sobre la hierba y en la piel. Realmente lo que primero debemos conocer es a nosotros mismos, adentrarnos en lo profundo de nuestra alma, recorrer con sumo cuidado nuestros miedos pasiones, sentimientos. Enfrentar la racionalidad con la inconsciencia, pues ser inteligentes no nos hace sabios, y estar enterado no es tener conocimiento. Autores: personal Nuevo Día


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6 Este oficial francĂŠs de nacimiento, ve la primera luz en MontĂŠlimar el dĂ­a 14 de septiembre de 1780, y alcanza el grado de General de Brigada en los ejĂŠrcitos de Venezuela y Colombia, durante nuestra guerra de independencia. Su verdadero nombre era Louis Gabiel Jean de la Croix Peru.

Luis Peru de Lacroix En su juventud, fue soldado en las tropas de NapoleĂłn Bonaparte. PrestĂł servicios en NĂĄpoles durante el reinado de Murat. El regreso de los Borbones al trono FrancĂŠs, lo obliga a emigrar a AmĂŠrica, esto ocurre en 1815. En las Antillas se une al corsario francĂŠs Luis Aury, y empieza una vida de aventuras corsarias bajo el pabellĂłn de Buenos Aires, llega a ocupar el cargo de Secretario de Estado en el Gobierno de las islas de Providencia, Santa Catalina y San AndrĂŠs, las cuales son ocupadas por su jefe Luis Aury. En 1821 pasa Barranquilla y de allĂ­ a BogotĂĄ, donde traiciona a su jefe y ofrece sus servicios al gobierno colombiano, para contrarrestar un

ataque de Luis Aury a lo que hoy es PanamĂĄ. A la muerte de Aury, se enemista con el sucesor de ĂŠste, el corsario haitiano Svero Courtois, con quien sostiene el primer pleito judicial de imprenta que se ventila en la Gran Colombia. Se incorporĂł al EjĂŠrcito Libertador y trabajĂł en la secciĂłn del Estado Mayor con el grado de Coronel. En 1825 contrae matrimonio con la colombiana Dolores Mutis. En 1828, de abril a junio, vive en el cĂ­rculo Ă­ntimo de El Libertador en Bucaramanga; de esta fecha datan las notas, recuerdos y conversaciones con BolĂ­var, la cuales fueron publicadas en ParĂ­s en 1870, bajo el titulo de Diario de Bucaramanga.

En 1830 fue ascendido al grado de General de Brigada por el General en Jefe Rafael Urdaneta. A la muerte del Libertador, deja en BogotĂĄ a su esposa e hijos y emigra a las Antillas y Nueva York. Para 1833, se encuentra en Caracas protegido por el MarquĂŠs Del Toro y Diego Ibarra. En 1835, es expulsado de Venezuela y regresa a Francia, donde vive en un lamentable estado econĂłmico, muy cercano a la miseria. A fines del mes de enero o principios de febrero de 1837 se suicida, habiendo dejado como legado, al diario El Siglo, numerosos manuscritos que se perdieron en la capital francesa. Juan B. Medina C.

II Concurso Literario

Los Otros Vivimos con la paradoja de ser gregarios y a la par tener que soportarnos los unos a los otros‌ a unos les amarga el vallenato destemplado, el reggaeton iracundo, la changa promiscua, a otros las bolsas de plåstico que se estrellan a perpetuidad contra las mallas de ciclón, o los cercos electrificados que me pregunto si junto con toda sensación de optimismo, tambiÊn serån capaces de matar a los påjaros; no olvidemos que en medio de la manada hay (muchos) a quienes definitivamente nada les importa. Buscamos afuera a los autores de los desafueros que nos descomponen, a los que desenmascaran su abalconada indolencia y recuestan la silla a la descolorida pared de la desgana‌ Buscamos afuera a los que no pueden

escribir un pĂĄrrafo que no contenga mas de cinco palabras con “dâ€? y que nos colocan en la posiciĂłn de adaptarle una banda sonora a la desdicha. “En la posada del fracaso, donde no hay consuelo ni ascensor, el desamparo y la humedad comparten colchĂłn y cuando por la calle pasa la vida como un huracĂĄn, el hombre del traje gris saca un sucio calendario del bolsillo y grita ÂżquiĂŠn me ha robado el mes de abril?â€? J. Sabina. Mandamos al cipote a cualquier Galileo que se atreva a hacernos mirar a los lados y si lo hacemos es en la bĂşsqueda de algĂşn espejo. Recon-

centramos nuestras fuerzas en ajustar nuestra cotidianidad al giro de los planetas. Buscamos razones en las nubes del cosmos, para descifrar los números ganadores del angustiado premio de nuestra certeza. Universalizamos nuestro ombligo, nuestros apetitos, nuestros gustos Êticos, políticos y estÊticos; dogmatizamos nuestro confort por la rabia de no tenerla ya, o por la rabia de haberla obtenido y el miedo a perderla‌ las ventanas que abrimos sólo dan a un patio interior en el que ponemos a secar los håbitos y olvidamos a veces que alguien, en el piso de arriba o en el de abajo, estå haciendo ruidos, abre una ventana, respira como nosotros un mismo aire compartido y a veces intuye como nosotros, que gran parte de los homínidos se hermanan en el ritual humilde de doblar el espinazo para amarrarse los cordones y salir a la calle sintiendo que la morada la podemos hacer tan pequeùa como nuestra mezquindad o tan grande como un país. Sinópsis: Isla de Jersey, Canal de la Mancha 1945. La II Guerra Mundial ha terminado, pero el marido de Grace no vuelve. Sola en un aislado caserón victoriano, educa a sus hijos dentro de severas y amenazantes normas religiosas. Los niùos sufren una extraùa enfermedad: no pueden recibir directamente la luz del día. Plantilla actoral: Los Otros (The Others) 2001. Nicole Kidman, Fionnula Flanagan, Christopher Eccleston, Alakina Mann, James Bentley, Eric Sykes, Elaine Cassidy.

Director: Alejandro Amenabar.

Nuestro encarte cultural Letra Viva, con motivo del III aniversario de su apariciĂłn en este Ăłrgano periodĂ­stico, convoca a los creadores que aĂşn no hayan trascendido su obra a travĂŠs de publicaciones formales, a un concurso de poesĂ­a, para lo cual quedan establecidas las presentes bases: s 0ODRĂˆN PARTICIPAR LOS POETAS FAL conianos o residenciados en nuestra regiĂłn, que para la fecha de convocatoria del presente certamen, estĂŠn considerados como inĂŠditos, bien a travĂŠs de sus propios nombres o de la utilizaciĂłn de seudĂłnimos. s %L POEMARIO DEBERĂˆ SER REALIZADO EN UN MĂˆXIMO DE CUARTILLAS ESCRITAS A doble espacio. s $E CADA POEMARIO DEBERĂˆN SER EN viadas tres (3) copias, hasta el 15 de abril del presente aĂąo, suscrito por un lema o seudĂłnimo; y en sobre aparte, debidamenTE SELLADO CONSTARĂˆ LA IDENTIFICACIĂ˜N REAL del autor, con las indicaciones de numero de cĂŠdula, direcciĂłn, correo electrĂłnico, si lo hubiere, y telĂŠfonos particulares. s %L MATERIAL DEBERĂˆ SER ENVIADO A LA SIGUIENTE DIRECCIĂ˜N $IARIO .UEVO $Ă“A atenciĂłn concurso literario “Letra Vivaâ€?, CALLE #OMERCIO %DIF 2ICHANI 0UNTO Fijo. s %L PREMIO ĂžNICO CONSISTIRĂˆ EN DI PLOMA DE HONOR COMPENSACIĂ˜N EN METĂˆ lico de 4.000 bolĂ­vares. s %L JURADO CALIFICADOR CUYA INTE GRACIĂ˜N SE DARĂˆ A CONOCER OPORTUNAMEN te, queda facultado para declarar desierto este concurso, en caso de que lo considere necesario. s %L PREMIO SERĂˆ ENTREGADO EL DE mayo del presente aĂąo, en acto especial por la celebraciĂłn del 3er aniversario de Letra Viva.


Crónica de poeta Coro - Punto Fijo Viernes 27 de febrero de 2009

D

urante las primeras semanas en que me iniciaba con el grupo Tiquiba, me tocó participar en el encuentro Presencia Puntual de los Amigos, organizado por un conjunto de jóvenes de la comunidad de Pueblo Nuevo bajo la dirección de Isaac López. Entre las labores asumidas en esa oportunidad, tuve la tarea de entregar invitaciones en la ciudad de Coro a los agentes de la cultura, el Ateneo, Incudef, emisoras, escritores, pintores, etc. Yo apenas empezaba mis estudios en la Universidad Francisco de Miranda en el área de educación. Por ese entonces casi no conocía a nadie del mundo cultural de esta ciudad, a excepción del poeta César Seco, José Barroso, tal vez Wolfang Garvett; el hecho es que buscaba direcciones de algunos personajes para que se dieran cita en la fiesta de la amistad. Entre los poetas que recuerdo invitar estaban Rafael

J. Álvarez, Marvella Correa, Ramón Miranda, Secundino Urbina, la Sra. Olga Elena de Curiel, Humberto Clark, Nicasio Duno y Hugo Fernández Oviol, entre otros. Las circunstancias me llevaron a caminar por diversas calles de la capital coriana preguntando por las casas de los invitados. Al llegar al mercado viejo, antigua sede del Incudef, me dirijo a la oficina de César Seco, para consultarle sobre ciertas direcciones, me da algunas junto a los teléfonos de otros, entre éstas estaba la del poeta Hugo Fernández Oviol, del que César comenta que le llaman vikingo por su aspecto “rojo” y su barba particular. Por avatares del destino olvidé, o se había traspapelado, la carta de Oviol. Un poco cansado por la ruta, espero entregársela para marcharme a Pueblo Nuevo, a seguir con el trabajo allá. Regreso al centro a ubicarme entre las polvorosas calles y doy con la Libertad antes de llegar a la oficina de Eleoccidente, pregunto por Hugo Fernández a un transeúnte y no me da razón, hasta que por fin llego a la casa. Me encuentro con un lugar mágico con un alto techo sembrado de tejas, de paredes gruesas y largas como columnas, la puerta no es menos ostentosa, con su acabado barnizado posee un anillo de bronce con el que tocar para no machucarse los dedos, tan grande como si se entrase a un viejo castillo salido de un cuento de hadas, una casona coriana de hechizo extraño; una mujer abre los goznes e inmediatamente le digo que busco al vate Hugo Fernández, me lleva a él por un amplio patio de matojos y arbustos, un perro grande nos mira con cansancio y descon-

Anthony Alvarado fianza, las columnas de la casa se asoman apenas, todo está dispuesto en cada lugar de manera ordenada y limpia, cuadros de pintores de la región se entremezclan con los libros de las vitrinas y el olor a comida casera invade el pasillo. Espero mientras aparece él, sale de pronto con su gran cuerpo moviéndose con un poco de dificultad pero sonriente y de buen humor. Le digo que está invitado al aniversario del grupo Tiquiba que se celebrará en agosto, y le hago entrega de la carta, aún me faltaba contactar algunas personas, pero el poeta comienza a llamar por teléfono a los contactos que yo tenía en mi lista, y resuelve que yo se las deje para que los otros pasen a recogerlas. Al momento de marcharme me llama, -¿papa, adónde vas?, es mediodía, ¿qué vas a hacer por ahí a esta hora?-. El poeta Hugo Fernández Oviol terminó invitándome a comer junto a él en su mesa. Así comencé a conocerlo, extendiéndome su mano solidaria, su amistad; no le importaba de dónde venía aquel que necesitaba ayuda, su desprendimiento de sí mismo, de las cosas materiales, su bondad, generosidad, eran las cartas de presentación que le acompañaron siempre. Más tarde compartiríamos en la misma mesa pasapalos, alcoholes, charlas, humos y poesía, en la tertulia poética que lleva su nombre y con otros que están inevitablemente ligados al poeta como Ella De Petit, Emilis González, Omar Pirona, Jailyng Chirinos, Yarelys Achique, Fayito Petit, Abelardo Coronado, Maylen Sosa, José Barroso, Ramón Miranda, Emiro Lobo, Marvella Correa, Rafael José Alfonzo, Pedro Cuartín,

7 Wafi Salih, César Seco, Argelia Malaver y los que fueron llegando posteriormente, sumándose al compartir de la palabra y de la amena conversación sobre los poetas de la región y otros allende las fronteras geográficas, así como de la exposición de los problemas culturales de la región. Compartir con Hugo “el vikingo”, era todo aprender, conocer, disfrutar de los coloquios de tantos alrededor de esa mesa que abrigó amigos, conocidos y algunos que sólo estaban de paso por esta tierra de calores. Hugo Fernández Oviol recibía a todos sin distingos o egoísmos, en su casa la discusión formaba parte de la mesa, no se juzgaba a nadie por su condición o militancia. La casa de Hugo Fernández era un espacio para el diálogo, la palabra, la poesía, del buen trato para todos. Y por encima de esto, de los versos que las paredes cobijarán como suaves aleteos de mariposas llevadas por el resonar de una guitarra, de la custodia a los poemas que se entregarán al eco del tiempo, guardián de este gran poeta rojo que vivirá cantándole a los arenales de Coro.

TORRE DE BABEL En forma reiterada se realiza la consulta acerca de por qué se celebra el Día de Punto Fijo cada 27 de Febrero. La respuesta está dada, porque en esa ocasión de 1970 se estableció la Junta Administradora del

nuevo Distrito Carirubana, cuya creación fue consecuencia de la aprobación de la reforma de la Ley de División Político Territorial de nuestra región, por parte de la Asamblea Legislativa de entonces, que creara al

Distrito Carirubana, capital Punto Fijo. La aclaración es válida en forma corriente, ya que, a diferencia de otras ciudades, a Punto Fijo no se le celebra el día de su fundación, porque no hay los elementos documentales que respalden este hecho, que de acuerdo con la apropiada versión de su fundador, Rafael González Estaba ocurrió en el año 1924, con motivo de la instalación de la primera operadora petrolera, la Venezuela Gulf Company. González Estaba

también sostenía que su misión fue cumplida por la acción de varios de sus compañeros de la época y que ya existía en el llamado Cerro Arriba la casa de Pedro Yagua, que todavía se conserva en una de las calles más antiguas de la ciudad, la Páez. Desde aquí felicitamos a todos quienes conviven en Punto Fijo, conformada desde siempre por gente venida de la misma Paraguaná, de otras regiones del país y de migraciones provenientes de diferentes partes del mundo.

En aquellos tiempos en que hubo alianzas políticas determinadas por el denominado Pacto de Punto Fijo, hubo un encuentro en Charaima entre el dirigente urredista Rafael Primera y el dirigente de la Federación de Trabajadores Petroleros, Raúl Estrella Henríquez. Ambos ya no están, pero quedan los recuerdos de quienes, por cada una de sus acciones, aportaron en su momento un relevante grano de arena a las luchas de carácter social.


Imaginerías

Coro - Punto Fijo Viernes 27 de febrero de 2009

8 H

ace apenas una semana que la vida le volvió a sonreír, como será por muchos años, a Ramona González de Arévalo. En su casa de la calle Comercio está resguardada por cuanto recuerdo proviene de Rafael González y Leocadia Pulgar, quienes después de haber sido los creadores del nombre de Punto Fijo, también le reiteraban, desde muy temprana edad, que ella había sido la primera niña que nació en el aquel entonces semidesierto. ¿Y qué recuerda oír de ese tiempo? Poco a poco fueron naciendo otras niñas y con ellas jugaba con lo que podía, pero le digo la verdad, casi no había nada ni nadie. ¿Y el primer varón que nació en lo que ahora es una ciudad grandota? No fue ninguno de mis hermanos. El primer niño se llamó Guillermo Zavala. Monchita, como cariñosamente le decimos a Ramona de Arévalo, tiene en su haber un mundo documen-

tal, mira hacia los lados y describe cómo era la casa en sus comienzos y estira la mirada hacia lo que en los momentos es un congestionamiento de ruidos y gritería y confirma luego que todo era monte y silbido del viento. En sus manos se revela una fotografía que corresponde al primer matrimonio que se celebró en la Iglesia Nuestra Señora de Coromoto, y en donde ellos -Cheche y Monchita- están prestos a la bendición nupcial. Un desparramamiento de cornetas desplaza la quietud de sus primeros años y hay que esperar a que la compasión de la serenidad nos regale unos minutos. ¿Qué emociones se concentran en una mujer paraguanera que ocupa el lugar privilegiado de haber sido la primera niña que vio la luz en Punto Fijo? En realidad es un honor para mí, mis hermanos y mis hijos. Imagínese usted que por mis venas corre el mar, porque soy de la península, como mi madre, y porque mi padre era margariteño. ¿Qué le agradaría que ocurriera el Día de Punto Fijo, como lo es hoy? Que se conserve siempre el recuerdo de su principal fundador, a través del mantenimiento permanente de su plaza, de sus bustos, de sus retratos y que se sepa siempre que fuimos una familia llena de valores y dedicada al fomento y a la práctica del deporte. Monchita González de Arévalo casi está lista para entrar a su iglesia y pasar por su plaza después que se oficie la misa de las 6:00. Con bastante di-

namismo cruza el pequeño espacio que separa a la Nuestra Señora de Coromoto de su casa que “cuando en mis tiempos -sostiene- no tenía rejas, porque lo único distinto a nosotros que entraba por su puerta, siempre abierta, era la brisa”. No encontramos qué regalarle en nuestro

día a la que fue su primer amanecer humano, hasta que al fin nos convencemos de que por medio de ella, al desearle felicidades, también se la estamos deseando a nuestra Ciudad del Viento. Guillermo de León Calles


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