Es posible concebir un periodismo desde la plaza.doc

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Pontificia Universidad Católica de Valparaíso Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas Escuela de Periodismo

Ensayo Teoría del Periodismo

¿Es posible concebir un periodismo desde la plaza? Cuarta Unidad de Teoría del Periodismo: Los desafíos de la profesión: concentración de propiedad, dimensión ética, convergencia y pluralización de públicos

Nombre

: Yerko Taras Pastene

Asignatura Profesor

: Teoría del Periodismo : Rodrigo Araya

Fecha

: 21 de junio de 2012


Introducción Diversas propuestas analizan el papel que juega el periodismo en la sociedad. Por un lado, existen teorías como la libertaria y la autoritaria, que entienden en sus planteamientos la labor periodística como una herramienta de comunicación que se ubica bajo el manto de los intereses de los gobiernos. Esto quiere decir, que el periodismo se convierte un mecanismo de control utilizado desde el palacio, el cual sirve para velar por la mantención del poder de los grupos dominantes, sea en democracia, sea en otro tipo de gobierno. De esta manera, el palacio utiliza los recursos necesarios para que el periodismo únicamente comunique desde la perspectiva del poder: la concentración de propiedad de los medios de comunicación, censura y monopolización de los contenidos son algunos de estos. En consecuencia, la mayoría de los grupos de la sociedad quedan marginados o postergados de la agenda mediática, generándose una crisis de representación a nivel de la ciudadanía. Por lo tanto, otras posturas teóricas proponen que el periodismo puede introducir la mirada de tales conjuntos de la comunidad que no pertenecen al poder, es decir, una perspectiva desde la plaza. El periodismo ciudadano toma especial protagonismo en este sentido, ya que puede lograr establecerse como la alternativa que permita llegar a materializar esa forma de entender la profesión noticiosa. Como se propone en el trabajo de Guimoar Salvat y Pedro Paniagua, ¿Es esto periodismo, ciudadano?, esta concepción rama de periodística, surge por la falta del periodismo clásico a la función de responsabilidad social democratizadora, y por el acercamiento pronunciado de éste hacia las estructuras de poder. Entonces, es importante indagar en aspectos de interés que permitan concluir cómo el periodismo ciudadano puede ser la piedra angular para forjar la perspectiva desde la plaza que se propone. El primer aspecto es comprender cómo las nuevas tecnologías de la información y comunicación (TIC), con base en el Internet, han sido el catalizador medular del periodismo ciudadano en los últimos 15 años y cómo son la plataforma perfecta para que se mantengan en el tiempo la diversidad de medios alternativos que allí se han generado. En segundo lugar es interesante discutir cuál debe ser la noción que defina al periodismo ciudadano para que pueda ser entendido desde la perspectiva de la plaza, y así poder contestar a la interrogante de este ensayo: ¿es posible concebir un periodismo desde la plaza? La necesidad de una comunicación horizontal entre los miembros de la ciudadanía multicultural que se encuentran en disputas por el reconocimiento, y el rescate de la función democratizadora esencial del periodismo en la construcción del presente social son ejes clave para definir el objetivo final de esta concepción de la profesión periodística. Con este objetivo, será necesario recordar también la propuesta de Nancy Fraser con respecto al entendimiento del concepto de espacio público.


Esta discusión se enmarca dentro del contexto que define a los sistemas de prensa en Chile, donde los medios tradicionales de comunicación representan únicamente la mirada del sector derechista, donde el periodismo desde el palacio acaba con la pluralización de contenidos necesaria para la formación de un espacio público integrador. Así, variedad de grupos de la ciudadanía multicultural chilena, como el mapuche y el homosexual, son negados de su legítimo derecho a ser participes de la construcción de tal espacio en nuestro país. Frente a lo anterior, se plantea como una necesidad construir un periodismo desde la plaza. El periodismo al servicio del palacio El periodismo desde sus inicios catalizado por la ilustración ha sido vinculado a una exigencia para con la sociedad. En aquellos tiempos, involucraba la tarea de transformar a los súbditos en ciudadanos, siendo un aliado poderoso para los pensadores de la Ilustración. Con el tiempo, la evolución del contexto social modifica tal objetivo, adecuándose a las necesidades del momento y en el presente éste se tiende a ubicar en mejorar la democracia y generar mejores demócratas.1 Según lo propuesto en el texto de Rodrigo Araya, Bases para un periodismo Intercultural, el consenso de variados estudiosos del periodismo y las comunicaciones, es que la clave para la consecución de tal meta está en el poder mantener a la ciudadanía informada. Pero, en algún momento de la evolución del contexto que ejerce cambios sobre periodismo, hizo que éste se alejara de su esencia de nacimiento, dejando aparte a la mayoría de los ciudadanos y así comenzar a ser una herramienta de las estructuras de poder. Tales esferas de poder, situadas en los diferentes gobiernos se dieron cuenta de que la profesión periodística podría ser utilizada para el cuestionamiento de las autoridades, una situación que no podían admitir si su objetivo era mantenerse en la cima de los gobiernos2. De esta forma, los líderes en el poder de países diferentes, con sistemas de gobierno distintos, dispusieron las condiciones necesarias para controlar a las plataformas periodísticas para que emitieran mensajes que se enmarcaran en torno a sus intereses. Al respecto, Michael Salwen presenta los conceptos del libro escrito hace más de 30 años en el que las cuatro teorías de la prensa hacen el intento de explicar las relaciones que se gestan entre los gobiernos y sus sistemas de prensa. Como premisa de su libro de análisis, el teórico destaca a raíz del conjunto de las cuatro teorías “la intrigante proposición de que el sistema de prensa de un país reflejará sus sistema de gobierno”3 El ejemplo chileno sirve para entender que la relación planteada por los teóricos puede mantener una relevancia actual. La periodista María Olivia Monckeberg, en su trabajo Los Magnates de la prensa, ilustra la forma en que los denominados medios de comunicación tradicionales, como Canal 13 1

Araya, Rodrigo. Bases Para Un Periodismo Intercultural. Pág. 2 Salwen, Michael. Las Cuatro Teorías de la Prensa: ¿Demasiadas o Insuficientes?, Pág. 100 3 Ibídem. Pág. 100 2


(televisión) y El Mercurio (prensa escrita), se han alineado en sus representaciones de la sociedad únicamente con los grupos pertenecientes al palacio, un fenómeno que toma especial fuerza durante la dictadura, para consolidarse a lo largo de los 22 años de gobiernos democráticos que la sucedieron4. En este sentido, Monckeberg complementa su análisis presentando el hecho de que las noticias que se cubren en los noticieros, son seleccionadas y desarrolladas desde la perspectiva ideológica derechista, generando un fenómeno de homogeneización, donde todos los programas de noticias en televisión hablan de la misma forma, los mismos temas. Y tal situación es enmarcable bajo la mirada del concepto autoritario que entiende que “la prensa debe estar al servicio de las políticas del Estado”5. Con esta manera de comprender a la prensa, el periodismo ha sido moldado por las esferas de poder, reduciendo de la mayor forma posible la mirada crítica que éste debe tener hacia el palacio. Más bien, en la actualidad chilena del periodismo emanado de los medios de comunicación tradicionales, pareciera que la postura es demasiado pasiva frente a problemáticas de representación de diversos grupos de la plaza, limitándose mucho la participación de gran cantidad de grupos ciudadanos, como por ejemplo la de los aiseninos durante el primer mes de conflicto, donde los enfrentamientos contra carabineros, debido a los cortes de tránsito que tuvieron que aplicar como medida de presión para ser escuchados por el Gobierno, llegaron a un punto tan álgido que no pudieron seguir siendo olvidados por los medios tradicionales. Pero, una vez agregado el conflicto a la agenda mediática, fue la lucha por obtener voz en el debate la siguiente barrera que debieron echar abajo los representantes del sector, la cual se encontraba allí porque se oponía a los intereses de los grupos de palacio. Aferrándose a tal problemática, vale la pena recordar la propuesta de “mercado de las ideas” que surge desde la teoría libertaria. El supuesto era que tal propuesta que colocaba a la prensa en condición de liberada de los controles del gobierno para informar de manera objetiva a las personas, culminaría en un escenario donde las múltiples opiniones tendrían derecho a ser escuchadas, para que así, surgiera la verdad. Pero tal concepción fue criticada, a mi parecer correctamente, desde la teoría marxista. Los conceptos libertarios son demasiado hijos del capitalismo, y como tal, el “mercado de ideas” dio cabida para su inminente monopolización, o duopolización como en el caso chileno de la prensa actual. Si bien, en algún momento hubo pluralidad de opiniones a nivel del periodismo y los medios 6 en Chile, la fortaleza de las empresas comerciales consume a aquellos medios más pequeños, especialmente debido a que la mayor parte de la torta publicitaria se la llevan los canales y diarios más grandes. Entendiendo, que la 4

Monckeberg, María Olivia. Los Magnates de la Prensa: Concentración de Medios de Comunicación. Pág. 435 5 Salwen, Michael. Las Cuatro Teorías de la Prensa: ¿Demasiadas o Insuficientes?, pág. 101 6 Monckeberg, María Olivia. Los Magnates de la Prensa: Concentración de Medios de Comunicación. Pág. 405


publicidad es su principal fuente de financiamiento, los medios que no pertenecen al duopolio de El Mercurio S.A.P. y Copesa terminan sucumbiendo ante la falta de un sustento. Ejemplos importantes de este fenómeno fueron El Metropolitano y la versión en papel de La Nación. Vuelvo al tema de las limitaciones al pluralismo, la concentración de la propiedad (y por lo tanto de los enfoques del periodismo) tiene directas consecuencias en la construcción de un presente social integrador, degradando la multiplicidad de perspectivas que pueden surgir desde la ciudadanía multicultural. Y si bien, la teoría soviética aporta a tal análisis diciendo que la prensa al estar en manos de los grupos de poder nunca criticará al gobierno, su solución implica que este últimos asuma un papel controlador mucho más fuerte sobre los medios, lo cual realmente no asegura que el periodismo pueda ubicarse como Rodrigo Araya trata de presentarlo, es decir, como un generador de espacio público inclusivo7. Más bien, lo que presentan estas teorías es una discusión de conceptos en donde siempre el periodismo finaliza en la perspectiva desde el poder, o sea desde el palacio. Entendiendo, que la función del periodismo es comunicar de una forma vertical y bajo la estructura político-social a la cual se amolda, según el gobierno que corresponda. Esta manera de entender la profesión periodística, que ha tenido como consecuencias el olvido sus principios esenciales democratizadores, más su alejamiento de su lugar de “contrapoder”8, es lo que genera el surgimiento del periodismo ciudadano, es decir, la alternativa de un posible ejercicio periodístico desde la plaza. Es importante proponer hacia donde debe apuntar su función social integradora para que efectivamente haya un cambio de la comunicación periodística hacia la horizontalidad que requiere para construir correctamente el presente social, y no únicamente en la verticalidad que propone el periodismo desde el palacio. Pero para introducirla, hay que revisar el aporte que ha significado los medios electrónicos para el auge y el mantenimiento temporal de los medios alternativos ciudadanos. El aporte de las nuevas tecnologías en el periodismo “Devolver y ampliar los espacios de libertad y democracia...ésa parece ser la consigna de los nuevos medios electrónicos que como puntas de lanza se multiplican en la red buscando un hueco para la participación ciudadana”9. Salvat y Paniagua distinguen el periodismo ciudadano tiene dentro de sus características principales que éste busca poder mantener su funcionamiento sin la necesidad de contar con intermediarios en el proceso, “especialmente sin la intervención de grupos relacionados con medios de

7

Araya, Rodrigo. Bases Para Un Periodismo Intercultural. Pág. 33 Salvat Martinrey, Guiomar y Paniagua Santamaría, Pedro, ¿Esto es periodismo, ciudadano?. Pág. 228 9 Ibídem. Pág. 230 8


comunicación establecidos”10. Según el panorama descrito por Monckeberg al respecto de la distribución de la torta publicitaria, que tuve en el año 2008, por ejemplo, a El Mercurio concentrando el 45,1% del 27,3% total de publicidad en prensa escrita11, cómo sería posible que el periodismo ciudadano se mantuviera en el tiempo, sin tropiezos y sin tener que contar con un capital extenso que requiere el tener un medio. El surgimiento de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), abrió una posibilidad para que esa lucha por la supervivencia mediática pudiera sostenerse (a nivel digital) de una manera mucho más sencilla, o por lo menos, más barata. La base de este aporte tecnológico se centra en Internet. En sus inicios, como una herramienta militar permitía las primeras experimentaciones en cuanto a su capacidad de traslado de información digital, y luego cuando se traslada al mundo de lo público con acceso casi ilimitado para las personas, entonces se descubre su real potencial. Se trata de una red tecnológica que se ubica en el llamado ciberespacio, y que logra potenciar la conexión de los individuos a nivel mundial. Por lo tanto, la información también pasa a fluir con cada vez mayor rapidez a escala global, de una manera nunca antes vista. Mark Briggs, es un escritor deportivo estadounidense que descubre las potencialidades de Internet y se ha dedicado a escribir libros y artículos para difundir sus pensamientos en relación al tema. Y en su trabajo Periodismo 2.0, Una Guía de Alfabetización Digital distingue la importancia que tiene la Web como una potenciadora de nuevos comunicadores, y no duda en distinguir que eso ocurre a nivel de la ciudadanía más que del poder, “Internet ha estremecido los cimientos económicos de los medios tradicionales, pero además –en esencia– ha abierto a la sociedad, en general, y a los periodistas, en particular, nuevas posibilidades y formas de contar historias”12. Así, cuando habla de nuevas formas de contar historias, se puede pasar a destacar la diversidad de plataformas de información que existen en la Web a las cuales se puede acceder gratuitamente para la transmisión y el compartir de la información con otros individuos, soportando todos los formatos tradicionales del periodismo como lo son la radio, la televisión y el escrito. Es decir, una oportunidad única para desarrollar comunicación horizontal a nivel de la plaza. “Las plataformas digitales se han especializado y diversificado para que los ciudadanos se sientan cómodos y dependientes de sus tecnologías. Se han infiltrado en la cotidianidad de nuestros actos y costumbres y se han convertido en compañeros de la realidad diaria”13. Es interesante señalar lo planteado por 10

Salvat Martinrey, Guiomar y Paniagua Santamaría, Pedro, ¿Esto es periodismo, ciudadano?. Pág. 237 11 Monckeberg, María Olivia. Los Magnates de la Prensa: Concentración de Medios de Comunicación. Pág. 422 12 Briggs, Mark, Periodismo 2.0 Una guía de alfabetización digital. Pág. 3 13 Salvat Martinrey, Guiomar y Paniagua Santamaría, Pedro, ¿Esto es periodismo, ciudadano?. Pág. 233


Paniagua y Salvat sobre lo internalizadas que estas plataformas se encuentran en las personas, lo que permite entender la facilidad con la que han penetrado en éstas, lo cual considero necesario para facilitar el funcionamiento y la permanencia en el tiempo de los medios de periodismo ciudadano. Lo mismo ha sucedido a nivel de herramientas tecnológicas que sirven para el reporteo periodístico. Ahora, cualquiera con un celular de cualidades simples puede contar con una cámara fotográfica, una grabadora de voz y un sistema de almacenamiento de archivos. Y si se desea acceder a tecnologías más avanzadas, como una cámara de alta definición o un notebook adaptado para la edición de videos, los precios son mucho más asequibles que hace diez años. La conclusión, es que intentar hacer un periodismo ciudadano de calidad técnica similar a la profesional, no se presenta como una meta inalcanzable y de hecho es bastante realizable desde todo punto de vista. En la sociedad actual que glorifica la imagen, contar con tales recursos para llegar al resto de los individuos de mejor manera es una ventaja para las personas que se han aventuran a hacer periodismo ciudadano. En Chile como en otros países, conviven en Internet quienes han optado por los blogs para llevarle a los demás miradas alternativas de los sucesos que acaecen a nivel local o nivel país, con ejemplos destacables como El Francotirador, Antimedios y Plataforma Urbana. Por otro lado, periodismo escrito que busca ser una alternativa a la línea tradicionalista ha tomado las redes sociales y las TIC en general para funcionar como medios online, es el caso de El Ciudadano y La Otra Voz. Tales condiciones de trabajo habrían sido cruciales para mantener a los llamados medios de trinchera que se desintegraron rápidamente su mayoría en los inicios de la década de los 90’, pero que surgieron durante la dictadura en Chile con el central objetivo de representar la voz de la ciudadanía que tenía interés por escuchar y hablar desde otras perspectivas que la emanada desde la verticalidad del palacio. Como un paréntesis, es necesario destacar que aquel periodismo ciudadano se resolvió con la mínima tecnología a la que pudo acceder y cumplió su tarea a cabalidad, lo que concluye que las TIC no son la única oportunidad para éste tipo de actividad, pero sí representan una gran alternativa para facilitar su supervivencia. El periodismo ciudadano es una realidad y las tecnologías digitales ayudarán a su mantención en el tiempo, pero a continuación cabe preguntarse cuál es la función que debe cumplir para que éste se puede realmente entender como periodismo desde la plaza. El periodismo al servicio de la plaza Para entender hacia donde tiene que apuntar el aporte del periodismo ciudadano, es preciso entender primero qué es lo que sucede actualmente a nivel de la plaza. La ciudadanía no es un conjunto de individuos homogéneos, sino que por el contrario, se compone de una diversidad de culturas que deben convivir en los mismos espacios. Tal convivencia de multiculturalidad lleva a inevitables roces donde chocan los intereses de cada grupo, y como señala a


Nancy Fraser en su estudio ¿De la resdistribución al reconocimiento? Dilemas de la justicia en la era “postsocialista” la “’lucha por el reconocimiento’ se está convirtiendo rápidamente en la forma paradigmática del conflicto político a finales del siglo XX”. Tal lucha por el reconocimiento, es una situación que planteada por la teórica en el texto Repensar el ámbito público: una contribución a la crítica de la democracia realmente existente como una consecuencia del entendimiento que Habermas propone sobre la definición del espacio público, desde una visión machista, burguesa y que únicamente viene a racionalizar la dominación política de los estados. Según ésta postura, la sociedad burguesa era la encargada de transmitir el “interés común” de manera vertical a los gobiernos, pero con la designación de que los “intereses privados” (ejemplo: desigualdades de estatus) debían estar excluidas14. A su vez, Fraser ubica a la dominación cultural como la nueva forma de explotación que se ejerce desde los grupos de poder, pasando desde una injusticia socioeconómica a la injusticia cultural o simbólica15. Continúa ahondando en esta nueva forma de opresión y describe que los ejemplos principales que se desprenden son la ya nombrada dominación cultural, la falta de reconocimiento y la falta de respeto16. La propuesta que hago, entonces, es que tal injusticia se hace posible gracias a la fuerza que ejerce el grupo de poder a nivel de comunicación a través del periodismo entendido desde el palacio. Cerrando el espectro cultural que es representado en los medios de comunicación, limitándolo en su máxima capacidad al tratamiento de las temáticas desde la perspectiva de gobierno y disponiendo únicamente de una forma de comunicación vertical, donde precisamente, el resto de la multiculturalidad de la ciudadanía queda relegada, negándose su entrada a la construcción del espacio público. Fraser destaca que tales grupo “se movilizan bajo la bandera de la nacionalidad, la etnicidad, la “raza”, el género y la sexualidad” 17, categorías grupales que en Chile han vivido y viven la injusticia cultural como una realidad. Para graficar aquello, es importante el caso del pueblo mapuche, una comunidad originaria de nuestro país y que sus problemáticas han sido apartadas de la agenda mediática tradicional, o han sido cubiertas desde la perspectiva de gobierno que ha demostrado la tendencia de encasillarlas bajo el concepto del terrorismo, una figura que es enmarcable dentro de la falta de respeto18 que menciona la teórica. Para que el periodismo desde la plaza pueda surgir y contrarrestar la injusticia cultural, el concepto de espacio público entendido por Habermas debe 14

Fraser, Nancy, Repensar el ámbito público: una contribución a la crítica de la democracia realmente existente. Pág 27 15 Fraser, Nancy (2003), ¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas de la justicia en la era “postsocialista”. Pág. 130 16 Ibídem. Pág. 130 17 Ibídem. Pág. 126 18 Falta de respeto: ser difamado/a o despreciado/a de manera rutinaria por medio de estereotipos en las representaciones c lt rales p licas o e las i teraccio es coti ia as (definición tomada del texto ¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas de la justicia en la era “postsocialista”


ser repensado. La multiculturalidad debe ser transformada en interculturalidad, lo que quiere decir que más que aceptar la existencia de la multiplicidad de públicos, en realidad, hay que dar un paso más allá y admitir su inclusión en la construcción del espacio público. En la misma línea, Fraser cuando critica los postulados de Habermas, ella sostiene, “he mostrado que una concepción sostenible del ámbito público tendría que favorecer no la exclusión, sino la inclusión de intereses y temas que la ideología masculinista burguesa ha etiquetado como "privados" y que ha manejado como inadmisibles”19. Así, el periodismo ciudadano puede ser de gran ayuda para que se genere el entretejido que debe existir entre los diversos grupos de la ciudadanía multicultural, y así se establezca una comunicación horizontal que le permita a las personas de estos diversos sectores poder llevar a los demás sus inquietudes en un espacio compartido de construcción social de la realidad. Si el periodismo ciudadano, logra mantenerse al margen de las presiones que las instituciones políticas y medios de información, junto con las de los empresarios que lo ven como una buena estrategia de marketing y publicidad20, es posible concebirlo como una parte importante en el aporte para recuperar la esencia democratizadora de ésta profesión que se ha perdido debido al amoldamiento a los sistemas de gobierno y poder. Complementando la idea, Salvat y Paniagua distinguen que “el afán de este periodismo es retomar el poder sobre la información que hace tanto tiempo le ha sido arrebatado, y el medio para llevarlo a cabo es la descentralización de la información”21. El intento de Werken, un medio digital de periodismo ciudadano que busca introducir en el espacio público la perspectiva de los mapuches frente a las problemáticas en que se ven involucrados, principalmente por las violaciones a los derechos políticos y territoriales (entre otros) que vienen desde el Estado chileno, es un buen ejemplo de los beneficios que implica tener un periodismo desde la plaza para solucionar estas disputas de representación que se dan a nivel de ciudadanía. Y aún más, es un ejemplo que desde mi perspectiva, ayuda a legitimar la necesidad de éste periodismo de carácter horizontal. Conclusión Frente a la pregunta inicial que motiva este ensayo ¿es posible concebir un periodismo desde la plaza?, la respuesta que propongo es que sí, pero que debe tener como principal orden la tarea de recuperar la esencia democratizadora que tenía el periodismo en sus inicios, abriéndose a la pluralidad de contenidos mediante la construcción del presente social, para que la ciudadanía multicultural pueda acceder a un espacio público inclusivo y, por lo tanto, intercultural. 19

Fraser, Nancy (1993), Repensar el ámbito público: una contribución a la crítica de la democracia realmente existente. Pág 57. 20 Salvat Martinrey, Guiomar y Paniagua Santamaría, Pedro, ¿Esto es periodismo, ciudadano?. Pág. 242 21 Ibídem. Pág. 237


En este escenario, el periodismo ciudadano juega un rol protagonista, si se mantiene bajo sus características de publicación libre e independiente 22 podrá seguir siendo la alternativa a los medios tradicionales. Y tomándose de lo planteado por Mark Briggs, refiriéndose al aporte que en esto ha significado Internet como el factor que “ha roto el paradigma de la comunicación unidireccional de ‘nosotros hablamos, ustedes escuchan’”23, se espera que el periodismo desde la plaza, abra la comunicación vertical entendida en el periodismo desde el palacio, y la transforme en una comunicación horizontal basada en el entretejido que puede proveer a través de las redes surgidas en la Web. En el contexto chileno analizado por Monckeberg, se puede decir que la fuerza que tiene el periodismo entendido desde el palacio es muy fuerte en la construcción del espacio público, donde las líneas editoriales suelen representar únicamente al pensamiento ideológico derechista. En la misma línea, haciendo una comparación de lo propuesto por Salwen en su revisión de las cuatro teorías, la prensa de nuestro país se ha amoldado a la configuración del gobierno, degradando la pluralidad en contenidos. El periodismo entendido desde la plaza, entonces, se vuelve necesario para solucionar la disputa por el reconocimiento que gran parte de la ciudadanía chilena ha perdido, entorpeciendo las posibilidades de acelerar el crecimiento como sociedad y el mejoramiento de la democraci. El Mostrador, El Ciudadano y El Werken son claros ejemplos de que la apertura a nuevas miradas ya ha comenzado en Chile.

22

Salvat Martinrey, Guiomar y Paniagua Santamaría, Pedro, ¿Esto es periodismo, ciudadano?. Pág. 237 23 Briggs, Mark, Periodismo 2.0 Una guía de alfabetización digital. Pág. 3


Bibliografía Araya, Rodrigo (2006), Bases para un Periodismo Intercultural. Síntesis para curso de Opinión Pública 2006. Briggs, Mark (2007), Periodismo 2.0 Una guía de alfabetización digital. Una iniciativa del J-Lab y el Knight Citizen News Network, Versión en español del Centro Knight para el Periodismo en las Américas, de la Universidad de Texas en Austin. Fraser, Nancy (2003), ¿De la redistribución al reconocimiento? Dilemas de la justicia en la era “postsocialista”. Págs. 126-155 Fraser, Nancy (1993), Repensar el ámbito público: una contribución a la crítica de la democracia realmente existente. Mönckeberg, María Olivia (2009), Los magnates de la prensa: concentración de los medios de comunicación en Chile, Debate. Santiago, Capítulo XI, Bajo el peso de la concentración. Salvat Martinrey, Guiomar y Paniagua Santamaría, Pedro (2007), ¿Esto es periodismo, ciudadano? en Estudios sobre el mensaje periodístico, Nº 13, 2007, págs. 227-244 Salwen, Michael (1987-1988), Las cuatro teorías de la prensa, ¿demasiadas o insuficientes?, en Cuadernos de información, Nº. 4-5


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