VIH & SIDA Nota descriptiva
Nota descriptiva N°360 Fuente: OPS/OMS Julio de 2012 DATOS & CIFRAS
El VIH es uno de los agentes infecciosos más mortíferos del mundo, que en los tres últimos decenios se ha cobrado más de 25 millones de vidas. En 2011 había aproximadamente 34,2 millones de personas infectadas por el VIH. La infección por el VIH se puede diagnosticar mediante análisis de sangre en los que se detecta la presencia o ausencia de anticuerpos y antígenos. Aunque no se ha descubierto cura alguna para la infección, los pacientes pueden mantener controlado el virus y llevar una vida sana y productiva si siguen un tratamiento eficaz con fármacos antirretrovíricos. En 2011, en los países de ingresos bajos o medios había más de 8 millones de personas infectadas por el VIH que recibían terapia antirretrovírica, pero es necesario hacer llegar el tratamiento a otros 7 millones para alcanzar la meta de proporcionar ese tratamiento a 15 millones de personas para 2015.
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El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) VIH) ataca el sistema inmunitario y debilita los sistemas de vigilancia y defensa contra las infecciones y algunos tipos de cáncer. A medida que el virus destruye las células inmunitarias e impide el normal funcionamiento de la inmunidad, la persona infectada va cayendo gradualmente en una situación de inmunodeficiencia, estado que provoca una mayor sensibilidad a muy diversas infecciones y enfermedades que las personas con un sistema inmunitario saludable pueden combatir. La fase más avanzada de la infección por el VIH es síndrome de inmunodeficiencia adquirida, o sida, que puede tardar de 10 a 15 años en manifestarse. Esta etapa se define por la aparición de ciertos cánceres, infecciones u otras manifestaciones clínicas de gravedad.
ALCANCE El VIH es uno de los agentes infecciosos más mortíferos del mundo, que en los últimos 30 años se ha cobrado más de 25 millones de vidas. En 2011 había alrededor de 34,2 millones de personas afectadas por el virus, más del 60% de las cuales vivían en el África subsahariana. SIGNOS Y SÍNTOMAS Los síntomas de la infección por el VIH difieren según la etapa de que se trate. Aunque quienes viven con el VIH tienden a alcanzar el pico de infectividad en los primeros meses, muchos ignoran que son portadores hasta que llegan a fases más avanzadas. En las primeras semanas que siguen al contagio, la persona a veces no manifiesta ningún síntoma, y otras veces presenta una afección de tipo gripal, con fiebre, cefalea, erupción o dolor de garganta. A medida que la infección va debilitando su sistema inmunitario, la persona puede presentar otros signos y síntomas, como inflamación de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre, diarrea y tos. En ausencia de tratamiento podrían aparecer enfermedades graves como tuberculosis, meningitis por criptococos o cánceres como linfomas o sarcoma de Kaposi, entre otros. TRANSMISIÓN El VIH se transmite por contacto íntimo y sin protección con determinados líquidos corporales de una persona infectada, como la sangre, la leche materna, el semen o las secreciones vaginales. No es posible contagiarse a resultas de contactos de tipo ordinario y cotidiano como puedan ser los besos, abrazos o apretones de manos o por el hecho de compartir objetos personales, alimentos o bebidas.
Ejemplos de vías de transmisión del VIH: coito anal o vaginal sin protección con una persona infectada por el VIH;
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transmisión de la madre al niño durante el embarazo, el parto o la lactancia; transfusión de productos sanguíneos infectados por el VIH; utilización de material de inyección, tatuaje o perforación cutánea (piercing) o de instrumental quirúrgico contaminado. FACTORES DE RIESGO Hay ciertos comportamientos que incrementan el riesgo de que una persona contraiga el VIH. Se trata de los siguientes:
practicar coito anal o vaginal sin protección; padecer alguna otra infección de transmisión sexual como sífilis, herpes, clamidiasis, blenorragia o vaginosis bacteriana; compartir agujas o jeringas contaminadas, soluciones de droga u otro material infeccioso para consumir drogas inyectables; recibir inyecciones o transfusiones sanguíneas sin garantías de seguridad o ser objeto de procedimientos médicos que entrañen corte o perforación con instrumental no esterilizado; pincharse accidentalmente con una aguja, lesión que afecta en particular al personal de salud. DIAGNÓSTICO Una prueba de detección del VIH revela presencia o ausencia de la infección por la presencia o ausencia en la sangre de anticuerpos contra el virus. El sistema inmunitario genera anticuerpos para luchar contra agentes patógenos externos. La mayoría de las personas pasan por un "periodo silente" de entre 3 y 12 semanas durante el cual los anticuerpos contra el virus se están fabricando y no son todavía detectables. Esta primera etapa es el momento de mayor infectividad, pero la transmisión puede producirse en todos los estadios de la infección. Conviene confirmar los resultados de una prueba de detección practicándola de nuevo a los tres meses, una vez transcurrido el tiempo suficiente para que las personas infectadas generen anticuerpos. Las personas deben estar de acuerdo en someterse a la prueba de detección del VIH, y hay que proporcionarles asesoramiento adecuado. Los resultados deben ser siempre confidenciales, y después de la prueba toda persona ha de recibir asesoramiento y atención complementaria, tratamiento o medidas de prevención, según convenga. TRATAMIENTO Es posible inhibir el VIH mediante tratamientos que combinan el uso de tres o más fármacos antirretrovíricos, que, si bien no curan la infección, inhiben la replicación del virus en el organismo de la persona y permiten que su sistema inmunitario recobre fortaleza y capacidad para luchar contra las infecciones. Gracias a la terapia antirretrovirica, los infectados por el VIH pueden llevar una vida sana y productiva.
OPPV / Nota descriptiva OPS/OMS / 4 Más de 8 millones de personas infectadas por el VIH en países de ingresos bajos y medianos estaban recibiendo tratamiento antirretrovírico a finales de 2011. De ellos, 562 000 eran niños. Eso significa que se ha multiplicado por 20 el número de personas sometidas a ART en los países en desarrollo entre 2003 y 2011, y además se ha registrado un aumento del 20% en solo un año (de 6,6 millones en 2010 a más de 8 millones en 2011). A finales de 2011, el 54% de las personas elegibles para ello estaban recibiendo tratamiento antirretrovírico. La cobertura alcanza sus mayores niveles en América Latina (70%) y el Caribe (67%), seguidas por el África subsahariana (56%), Asia (44%), Europa oriental y Asia central (23%), y es menor en Oriente Medio y el Norte de África (13%). En 2011, el 57% de los aproximadamente 1,5 millones de embarazadas infectadas por el VIH en países de ingresos bajos o medios recibieron antirretrovíricos eficaces para evitar la transmisión a sus hijos, frente al 48% de 2010. PREVENCIÓN Una persona puede reducir el riesgo de infección por el VIH limitando su exposición a los factores de riesgo. Los principales métodos para prevenir el contagio son: 1. Uso de preservativos El uso correcto y sistemático de preservativo masculino y femenino en el curso de la penetración vaginal o anal puede proteger de la propagación de enfermedades de transmisión sexual, entre ellas la infección por el VIH. Los datos demuestran que los preservativos masculinos de látex tienen un efecto protector contra la transmisión del VIH u otras infecciones de transmisión sexual (ITS) que llega como mínimo a un 85%. 2. Pruebas de detección y asesoramiento en relación con el VIH y las ITS Se aconseja vivamente a toda persona expuesta a cualquiera de los factores de riesgo que se someta a pruebas de detección del VIH y otras ITS, para así conocer su estado y llegado el caso acceder a los oportunos servicios de prevención y tratamiento sin demora. 3. Profilaxis anterior a la exposición por relaciones sexuales para la persona VIH-negativa Los ensayos realizados entre parejas serodiscordantes han demostrado que el consumo de antirretrovíricos por la pareja VIH-negativa puede ser una medida eficaz para prevenir el contagio por la persona seropositiva. Es lo que se conoce como profilaxis preexposición. La OMS recomienda que los países apliquen proyectos piloto sobre la profilaxis preexposición para las parejas serodiscordantes y los hombres y mujeres transexuales que tengan relaciones sexuales con hombres. 4. Profilaxis posterior a la exposición al VIH Este método para prevenir la infección entraña el uso inmediato de fármacos antirretrovíricos, dentro de las 72 horas siguientes a la exposición accidental al VIH. A menudo se recomienda la
OPPV / Nota descriptiva OPS/OMS / 5 profilaxis postexposición para el personal sanitario que se ha pinchado con una aguja en el lugar de trabajo. Esta profilaxis incluye también asesoramiento, primeros auxilios, pruebas de detección del VIH y, dependiendo del nivel de riesgo, la administración de terapia antirretrovírica durante 28 días junto con atención complementaria. 5. Circuncisión masculina La circuncisión masculina, cuando corre a cargo de personal sanitario cualificado, reduce en aproximadamente un 60% el riesgo de que un hombre resulte infectado por el VIH al mantener relaciones sexuales heterosexuales. Se trata de una intervención fundamental en situaciones de epidemia generalizada con alta prevalencia del VIH e índices bajos de circuncisión masculina. 6. Eliminación de la transmisión del VIH de la madre al niño La transmisión del VIH de una madre seropositiva a su hijo(a) durante el embarazo, el parto o la lactancia se denomina transmisión vertical o maternoinfantil. En ausencia de cualquier tipo de intervención, las tasas de transmisión van del 15% al 45%. Es posible prevenir totalmente esta clase de transmisión administrando tanto a la madre como al niño un tratamiento o una profilaxis con antirretrovíricos en todas las etapas en que pudiera producirse la infección. 7. Tratamiento con antirretrovíricos Un nuevo ensayo ha confirmado que, cuando una persona VIH-positiva sigue un régimen terapéutico eficaz con antirretrovíricos, se puede reducir en un 96% el riesgo de que transmita el virus a su pareja sexual no infectada. En el caso de las parejas en que una de las personas es VIH-positiva y la otra VIH-negativa, la OMS recomienda el tratamiento antirretrovírico para la primera con independencia de su estado inmunitario. 8. Reducción de daños en los consumidores de drogas inyectables Las personas que se inyectan drogas pueden protegerse de la infección por el VIH utilizando material estéril, en particular la aguja y la jeringuilla, en cada inyección. Un conjunto completo de medidas de prevención y tratamiento de la infección, en particular la terapia de sustitución con opiáceos para consumidores de drogas, incluye el tratamiento de la drogodependencia, asesoramiento y pruebas de detección del VIH, tratamiento contra el VIH y atención a los infectados, acceso a preservativos y tratamiento de las ITS, la tuberculosis y la hepatitis vírica.