La obsidiana y sus aplicaciones cambiaron el mundo, convirtiéndose en metáfora de una especie de Prometeo mexicano; tomamos ese concepto de transformación hacia una sociedad que toma las riendas de su destino en la mística de la innovación.
Hoy es un faro de inspiración. En el espejo dorado de las obsidianas prehispánicas reflejamos nuestro rostro y descubrimos una identidad olvidada, empero omnipresente en la historia y más vigente que nunca.