POESÍA
Fernando Blanco Pradas
Una investigación Somos iguales y no somos lo mismo. Porque tú eres tú y yo soy yo voy a tu camino y lo sigo un rato. Y cuando lo seguimos ya es el mío, el nuestro. Miro el mundo, sus cosas, los actos de las cosas que hablan; llamamos personas a las que saben mirar y se sorprenden, detrás de la sorpresa está el amor, el deseo de tener algo que decir y algo que escuchar. Oír es una facultad de todo el cuerpo, de todo el alma, que es nuestro sentido más conmovedor. El que se emociona con el tacto que tienen los demás, los que pueden herirnos y no lo hacen. ¿Lo veis? Todo menos la indiferencia. ¡No la soportéis! La mirada ha aprendido que la mejor luz es la penumbra y que la paz es solo un equilibro atento. No busca quietud, ni sosegarse, pretende conversar. La palabra es agua y se escurre, es aire y penetra, nunca está quieta porque nació para consolarnos, explicarnos el mundo y hacernos acomodo: nido en él. El universo no sé lo que es, como tampoco sé qué eres tú o qué soy yo. Las distancias las medimos en sentimientos por eso confundimos al Tiempo.
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