¿Qué Hago Yo Aquí? Hay que estar consciente que este ministerio es el de enfrentar los retos cara a cara, y que la experiencia marcará la diferencia.
¿Por Qué Estoy Aquí? Porque usted es ministro y quiere marcar rutas nuevas y diferentes y no está dispuesto a sentarse al frente ni afuera como espectador, si no que está dispuesto a suplir necesidades, tocar vidas y proclamar a Cristo, usted está aquí como respuesta a un llamado directo de Dios, así como Isaías, usted a oído la voz de Dios. “Heme aquí” Señor, en toda la nación, hombres y mujeres están hallando satisfacción al servir como Capellanes voluntarios en hospitales, centros de ancianos, cárceles, departamentos de bomberos, policías y en comunidades organizadas, consejos comunales, sala de batalla. Que se ha dicho que la Capellanía es el ministerio de la presencia, no es suficiente darnos nosotros mismos a otros si nunca proclamarnos a Cristo. El ministerio se realiza de mejor forma debido al desbordamiento de una vida de intima relación con Dios. El Capellán enfrentará los retos de ser amigo, maestro, líder, asesor, ministro misionero.
Así Que Esto es lo que Hacemos Aquí Los Capellanes son personas que intervienen en el ministerio cara a cara donde quiera que se hallen las personas carentes. Amigo: De los adolescentes fugados de hogar y recluidos en un centro juvenil. Asesor: Para el preso que espera su juicio. Maestro: De grupo en asilos de ancianos. Ministro: Para la familia del agente de policía herido en el cumplimiento de sus funciones. Lideres: De un grupo en una fábrica que ayuda a sus empleados a hacerles frente a los efectos del uso de licores y drogas en el lugar de trabajo. De un grupo de dialogo en una estación de bomberos. Misionero: Para un ejecutivo en un cargo de gerencia, una persona que se interesa a las personas alojadas en un hotel y que intenta suicidarse.
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Usted es un hijo o hija de Dios con talento y que siente un llamado divino para atender necesidades de aquellos a quienes él ama. Prepárense para llegar a ser el mejor siervo posible de Cristo, Ore comprometiéndose a prepararse para ser el mejor obrero que no tiene de que avergonzarse.
Eso es lo que Estamos Haciendo Aquí
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El Ministerio Bondadoso de Cristo Como Modelo para la Capellanía Cristo fue el abogado divino para todos. Su ministerio a la mujer junto al pozo de Sicar cruzó los limites raciales, sociales y religiosos (Jn. 4:5-42). Conversó con Nicodemo, judío de alta posición (Jn. 3:1-21). Llamó como discípulos a pescadores (Mt. 4:18-22) y a cobradores de impuestos (Mt. 9:9), obreros y ricos. Enfocó su ministerio a los necesitados. Cristo se preocupó por los enfermos y proscritos (Mc. 1:40-45). Respondió a la fe de cuatro amigos mientras cuestionaba las ideas religiosas (Mc. 2:1-12). Cristo modeló la adoración y el ministerio. Muchos de los milagros de sanidad que Cristo realizó tuvieron lugar en el templo, el día de reposo. El endemoniado (Mc. 1:21-28), la suegra de Pedro (Mc. 1:29-34), un paralítico (Jn. 5:1-8), un hombre con una mano seca (Mc. 3:1-6), una mujer con una hemorragia crónica (Lc. 13:10-17), y un hombre con hidropesía (Lc. 14:1-4). Cristo realizó su ministerio fuera de las paredes de la sinagoga. Se movió más bien en el ambiente secular antes que sagrado. Con las pocas excepciones de alimentar milagrosamente a grande multitudes y el “Sermón del Monte,” la mayor parte de sus tres años los pasó ejerciendo el ministerio de manos a la obra. Cristo ministró a los necesitados y preparó a sus discípulos. El ministerio reveló su identidad como Varón de Dios.
Afirmando la Identidad del Capellán Se define al Capellán como un “ministro a cargo de una capilla; asignado oficialmente a una rama de la milicia a una institución, familia o corte; persona escogida para celebrar ejercicios religiosos; o nombrada para ayudar al obispo.” Note que el título lo da la agencia de consumo, club o institución en la cual la persona presta sus servicios, y no es una etiqueta que uno se irroga a sí mismo. Según la historia parece que esta noción tuvo su origen con Martín de Tours, en Francia y en la edad media. Se dice que este santo llevaba su manto capellar como estandarte en la batalla. De allí se derivó el nombre de Capellán. En los Estados Unidos los capellanes sirven como oficiales militares en las Fuerzas Armadas. Los capellanes también sirven en instituciones tales como establecimientos de atención a la salud, de justicia criminal y juvenil, fuerzas armadas, negocios e industrias.
La Obra del Capellán El capellán procura fomentar la salud de la persona, ayudándola a reconciliarse y librarse de los sentimientos de aislamiento de Dios y del hombre. El capellán procura ayudar, guiar y enseñar con la intención de conducir al individuo a un encuentro con el Señor viviente. Finalmente, el capellán acompaña a la persona al cruzar los valles de diversidad. Esta obra requiere comprensión del papel del
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capellán. La tarea de capellán exigirá tres dimensiones en el ministerio, siendo predominante la función pastoral. •
El papel pastoral es el de estar con los que sufren y están necesitados. En amor cristiano acompañar, estar al lado, sentir con la persona, y permitir que la gracia que ha recibido fluya de sí a la otra persona. Escuchar, comprender y aceptar.
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El papel profético consiste en presidir los servicios religiosos en una capilla o en un estudio bíblico. Lo profético es declarar, predicar y enseñar.
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El papel sacerdotal aumenta con la sabiduría, presencia y poder de Dios. Se lo busca mediante la oración para beneficio de la persona a quien se ministra.
El Capellán y la Autoridad
El capellán opera bajo autoridad puesto que sirve en un ambiente secular, y trata con personas que tienen derecho a su vida privada. Debido a este problema de autoridad, muchos cristianos hallan difícil el considerar el servir fuera de las paredes de la iglesia. Este problema de autoridad debe de resolverse antes de que uno pueda servir con libertad y eficiencia. Se debe considerar tres aspectos distintos de autoridad.
En primer lugar, la autoridad inherente emerge del llamado de Dios y la afirmación de un cuerpo de creyentes. Juan 15:1-6 relata la parábola de la vida y las ramas o pámpanos. En los versículos 14 y 15 Cristo llama “amigos” a sus seguidores obedientes y no “siervos.” Cristo les dijo: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo los elegí a vosotros, y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé” (v. 16). En Hechos 13:1-13 uno puede ver a Dios guiando a la iglesia a afirmar los llamados de Dios para algunas tareas en particular. A partir de ambos pasajes parece que la iglesia y los candidatos recibieron dirección en cuestiones del ministerio. Tal plan debe ayudar a afirmar el llamado de uno al ministerio, y a evitar entender mal la dirección del Espíritu de Dios.
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Segundo, la autoridad delegada es ese privilegio de servicio otorgado por una institución, agencia, o industria. La administración le concede libertad para ministrar a las personas que se hallan dentro de su escenario particular, pero no le da derecho de decirle a la administración cómo conducir sus asuntos ni imponer reglas divinas. El capellán ministra dentro de la casa de la persona y se espera que se comporte de manera que muestre respeto por la dignidad de otros, el bienestar de los clientes, pacientes y personal.
Tercero, la autoridad otorgada se le da a la persona quien usted trata de ministrar. Le da permiso para intervenir. Las leyes federales otorgan a toda persona el “derecho a la vida privada,” o la opción de concederle se atención. Esto es cierto, sea que la persona esté presa, en su trabajo, en su casa o en el hospital. Recuerde, Cristo no obligó a nadie a aceptar Su Palabra o don de gracia. Dios no nos coacciona sino que nos da la alternativa de escoger. Su sabiduría o nuestros propios caminos.
El capellán Opera Según una Agenda de Relaciones
Como ministro bajo la autoridad de Dios, sirviendo dentro de un medio ambiente estructurado que permite el ministerio, y el derecho de la persona a permitir la presencia del capellán, la eficacia del ministerio de uno depende de que se entable y se mantenga una relación genuina con las personas. Debido al llamado y propósito de Dios para el ministerio práctico, el capellán se percata de la exigencia de relaciones mutuas saludables y redentoras. Tres requisitos ayudan a realizar esta tarea.
Primero, el capellán reconoce “el ministerio de la presencia” como esencial para promover que la vida sea completa. Debe conocer por experiencia propia el “Gran Médico” como el Único que puede dar a la vida significado, propósito, dirección, integridad y abundancia. El capellán busca la presencia de Dios, en sí mismo, para servir como canal por el cual el poder de Dios puede fluir a otra persona en amor y aceptación.
Segundo, el uso de habilidad de escuchar, comunicación, al cultivar una relación con otra persona. Esto no ocurre si no se oye la herida, si no se siente la agonía, si no se siente la desesperanza y la alegría, que sólo se logra mediante el 5
encuentro personal. La habilidad de escuchar y de comunicarse se pueden aguzar o adquirir si la persona desea ser más eficaz en el ministerio práctico. Es mediante la comunicación que uno llega a ser un canal de bendición para otra persona.
Tercero, la actitud y la agenda del capellán afecta su ministerio. La destreza es importante, pero las mejores destrezas pueden quedar anuladas si el ministro permite que su atención se desvíe a algún otro interés en el momento inmediato de la visita. Dejar a un lado toda agenda personal y prestar al que recibe el ministerio atención sin dividirla es una necesidad para que el capellán pueda transmitir interés genuino. La persona que sufre merece y apreciará la visita de ministerio.
Un universitario que conocí tenía dificultades en sus relaciones personales. Tenía una actitud de superioridad, y solía “despedazar” verbalmente a los demás. Lo hacía con humor, pero el resultado era triste. La gente evitaba hablar con él debido a su rudeza en sus relaciones. Al tratar de conocerlo mejor, descubrí algo muy interesante. En realidad se sentía muy inferior, y cubría sus sentimientos de inferioridad con una actitud de superioridad. Esto trastornaba muchas de sus relaciones. ¿De dónde brotan estas imágenes negativas de una mismo? Este hombre se sentía acosado por las expectaciones exageradas que sus padres tenían respecto a él. Pensaba que jamás lograría complacerlos.
¿Quiénes Somos?
Cada persona se forma de acuerdo a toda una variedad de experiencias e la vida. Una influencia importante es el hogar de donde procede. Otros factores incluyen la escuela y el colegio, la iglesia, sus amistades y vida social, y las normas de la comunidad. Nadie escapa de tales influencias, y algunas de ellas pueden trastornar las relaciones humanas. Cuando se las usa de manera positiva las experiencias de la vida, incluso las negativas, pueden ser provechosas al ministrar a otros. Por consiguiente, es beneficioso darse cuenta de la persona de uno mismo. 6
Los rasgos de carácter que pueden trastornar o dañar las relaciones humanas con frecuencia se hallan por debajo de la superficie. Darse cuenta de estos rasgos es beneficioso.
Algunos Rasgos de Carácter Pueden Ser Dañinos
Un rasgo de carácter común entre los ministros es la necesidad de sentirse necesitado. De ordinario no hay nada de malo en esto. Sin embargo, si este rasgo de carácter es obsesivo, posiblemente debido a una infancia de privación, puede producir la pérdida de la eficacia en el ministerio. Por ejemplo, algunos pueden sentir una necesidad obsesiva y usarla para manipular a la gente y aprovecharse de ella. La persona que dice “sí” con demasiada frecuencia no fija límites, y ocasionalmente permite que la otra persona la “use.” Entonces lo más probable es que se enfurezca consigo mismo por no haberse fijado en la argucia, y contra el manipulador. Por otro lado si la persona está consciente de su necesidad se dará cuenta de que no tiene que saltar al instante para resolver todo problema que asoma. Quedará libre para el ministerio genuino y auténtico. Otro rasgo de carácter es la necesidad de acudir al rescate. Muchos ministros encajan en esta descripción. No es necesariamente un rasgo malo a menos que se lo deje sin reconocerlo. Hay ocasiones cuando una persona no puede rescatar una situación, por cariñosa, interesada o capaz que sea. Si lo llaman a uno para ministrar una situación de aflicción aguda debido al fallecimiento reciente de un ser querido, no hay manera de revivir al muerto. El dolor y la aflicción son reales. La efectividad y eficacia del ministerio no se puede medir subconscientemente en razón a si uno puede o no puede rescatar al otro. El resultado puede ser frustración en la presencia de circunstancias sin rescate posible.
Un último rasgo de carácter a considerarse es la necesidad de tener todas las respuestas. Una variación es la necesidad de tener las riendas en las manos, mientras que otras pueden ser el afán de hablar cuando el silencio es mejor. Cualquiera de esas prácticas limita la eficacia. La gente que está atravesando gran dolor puede preguntar: “¿Por qué me ocurre esto?” Muy rara vez es esto un ruego por una explicación intelectual o filosófica del dilema del sufriente. Lo más probable es que es un clamor desde lo más profundo del ser, en el crisol de la angustia, que clama alivio.
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Tener todas las respuestas es una carga demasiado pesada para llevar. Personalmente descarté esta carga hace muchos años, pero no sin antes llevarla con gran incomodidad. ¿Por qué reacciona uno de esta manera? En mi caso fue asunto del hogar donde me crié.
Crecí entre personas de poca educación formal, en un área rural. En la tradición de mi familia había tres categorías de personas a las que mirábamos como figuras de autoridad. El médico, el maestro de escuela y el pastor. Respetábamos sus opiniones, y aceptábamos su palabra como verdad, aun cuando el tema de que se trataba quedara fuera de su campo de preparación o pericia. Años más tarde este recuerdo evidentemente seguía en mi subconsciente. Después me dedique al ministerio, llegando así a ser una de las figuras de autoridad de mi niñez, y sentía pánico cuando me veía en alguna situación en que me sentía llamado a ser el “hombre de las respuestas.” No siempre tenía a mano alguna respuesta.
Hoy me siento cómodo dándome cuenta de que no tengo que jugar ese papel. Cuando la vida trata con rigor a la gente no hay respuestas fáciles, y a veces no hay ninguna. Una buena regla práctica es: cuando no hay respuesta, no ofrezca ninguna.
La “terapia centrada en el cliente” es una de las teorías de asesoramiento popularizada por Carl Rogers. En su médula esta teoría expresa confianza de la capacidad del cliente para resolver sus problemas con poca dirección directa de parte del terapista. Para algunos es difícil de poner en práctica esto. Uno se siente con frecuencia obligado por voces internas a hablar cuando debe guardar silencio. Al hacerlo la persona puede estar diciendo inconscientemente que no tiene confianza en que la otra persona tiene capacidad para manejar las situaciones difíciles. Nuestras palabras algunas veces pueden estorbar el ministerio, mientras que nuestra presencia habla volúmenes. Los “amigos” de Job pudieran haber sido de más ayuda si se hubieran limitado a escuchar a Job, en lugar de tratar de analizar sus infortunios.
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Se me recordó esta verdad hace años cuando sufrí una perdida dolorosa. En esos días negros los que más me ayudaron no trataron de analizar mi situación ni mi persona. Sencillamente se hicieron presentes. Recuerdo un preso en la cárcel donde yo era capellán. Una noche, poco antes de que empezara el culto, se me acercó y me dijo: “Capellán, acabo de enterarme. Lo lamento.” Me dio un abrazo. No dijo nada más. No era necesario.
Algunos Rasgos Pueden Ser Útiles
Un rasgo de carácter que el capellán debe de tener es el de autenticidad. “Sea usted mismo” es una buena práctica. Sin embargo, la sociedad presiona a la gente a ser cualquier otra persona, excepto uno mismo. La publicidad afirma que todos deben ser guapos, encantadores, saludables y brillantes. Si no, finja, cómprelo o busque un cirujano plástico. Incluso en la iglesia hay una tendencia de practicar la “adoración de héroes” al dar reconocimiento a las personas que tienen cierto éxito poco usual en el ministerio. Uno puede escuchar y aprender de otros que son capaces. Ellos tienen mucho para enseñar, y uno puede aprovechar de su experiencia. Al mismo tiempo uno debe darse cuenta de la tentación de copiar patrones de conducta, y tratar de convertirse en otra persona. El individuo necesita aceptar su singularidad, usar sus puntos fuertes, antes que tratar sin éxito de ser alguien que no es.
El rasgo de sensibilidad mejorará el ministerio. Una manera de mostrar esto es aprendiendo a escuchar. Esto suena fácil, pero con frecuencia no lo es, especialmente para los que están en el ministerio. Los ministros se han preparado para proclamar, no para escuchar. Una buena habilidad para escuchar comunica interés por otros, y provee la seguridad de que Dios piensa que son importantes. Escuchar permite que la persona oiga no solo lo que se dice, sino también lo que no se dice. En una relación de asesoramiento el individuo a veces empieza hablando de algún asunto que no tiene ninguna relación real con el problema que enfrenta. Solo más tarde la persona hablará del asunto que causa el problema. El individuo puede simular “dejar fuera” al cuidador para ver si en verdad éste es sensible y lo acepta. Si el asesor comunica aceptación sin rechazo, el asesorado se sentirá seguro como para ir a la raíz del problema. Entonces se puede progresar. 9
Los rasgos de respeto y confianza en otros son cosas que “se dan por sentado” en la relaciones pastorales. Obviamente, no se puede dar por sentado la importancia de estos rasgos. Las personas que están ministrando, ¿respetan y tiene confianza en otros? Es difícil respetar a alguna personas, especialmente a las que difieren radicalmente de uno en forma de vida y creencias espirituales. ¿Cómo se puede expresar confianza en otro cuando uno no está convencido de que se dirigen derecho al desastre debido a sus acciones? La vida de Cristo muestra que Él expresó respeto por personajes de vida cuestionable. ¿Cómo se sobrepuso Cristo a la repugnancia que otros sintieron cuando vieron a un pillo (Mateo), a un pescador que apestaba (Pedro), a una adúltera y a otros individuos de reputación dudosa? Una respuesta es que él miraba siempre más allá de lo inmediato, y veía lo que ellos podían llegar a ser, en lugar de enfocar los pecados del presente. Vaya y haga usted lo mismo.
Palabras Personales de Corazón
Tal vez usted ha tenido experiencias muy duras en su vida, y ellas influirán en su ministerio, para bien o para mal. Sin embargo, muchas veces ministramos por medio de nuestro dolor, e incluso por medio de nuestra patología que ha resultado de tiempos duros. No tenemos que quedar encadenados a nuestro pasado. Nos afectará, es cierto, pero el pasado no tiene porque dominar. Creemos en el evangelio de la gracia, tanto para otros como para nosotros mismos. Cuando podemos afirmar esto en nosotros mismos, esto transforma la forma como vemos la vida. Hace poco invitamos a un predicador a la cárcel en donde sirvo como capellán. Nos contó de su experiencia como hijo adoptivo. Nos habló de su sufrimiento al sentirse rechazado por sus padres biológicos, que al parecer lo “vendieron” por ganancia económica. Este trasfondo podía resultar en seria patología. Los presos escucharon con gran interés. Comprenden el dolor. Un 90% de los reclusos sufrieron maltratos a manos de sus padres, así que el predicador halló oídos y mentes atentas. Los presos podían identificarse con él. A pesar de este trasfondo ese predicador es, a mi parecer, una de las personas más saludables psicológicamente que conozco. ¿Por qué? Por lo menos por tres factores. Primero, reconoció su dolor. No lo negó, ni lo enmascaro con “charla santurrona.” Le hizo frente resueltamente, y lo entendió como dolor. Segundo, hoy tiene el respaldo de su fe. Está plenamente convencido de que Dios lo ama y que Él tiene un lugar para él en su mundo. Esta convicción le brinda seguridad. En
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tercer lugar, su grupo de fe le ha expresado aceptación, cariño, nutrición e interés de muchas maneras diferentes. Allí él ha hallado una familia que no lo rechaza, si no que con todo amor lo abrazó, lo bendijo y le animó. Al ministrar debemos afirmar a las personas, nadie a quien atendemos está perdido sin esperanza. Creer de otra manera es traicionar al evangelio con nuestro escepticismo. Vaya a la tarea del ministerio con la confianza de que Dios hará que algo bueno resulte de nuestro esfuerzo. Esto puede resultar incluso a pesar de nosotros mismos, de nuestra patología o de nuestros errores. Algunas veces será por algo bueno que ocurrió en nuestro pasado. Sea como sea, Dios bendecirá nuestros esfuerzos si somos fieles.
¿Qué son las Relaciones?
Las relaciones son las maneras en que dos personas separadas se conectan e interactúan. Hemos sido creados en una matriz relacional en la cual otros son tan importantes para nuestro bienestar social como lo es el alimento y el agua para nuestro bienestar físico. Incluso la teología es relacional. Dios se relaciona con el hombre por medio de Cristo, quien es el mediador entre el hombre y Dios. Unos de mis maestros, Oscar Thompson, declaró: “La palabra más importante en el idioma, aparte de los hombres propios, es relación.” Las relaciones pueden darse en varios niveles. Para que tenga lugar el ministerio hay necesidad de intimidad en las relaciones personales. Esto da un sentido de valía a ambas partes. Sin embargo, la intimidad depende de la confianza. “Confianza es apertura, y apertura es la entrada para ahondar. Por consiguiente usted profundiza según confía.” Cuando yo soy transparente, permito que el yo real reluzca; esto es apertura que permite autenticidad. ¿Está usted dispuesto a pagar el precio de una relación autentica?
¿Cuáles Son las Varias Relaciones que se Debe Considerar?
Las relaciones son cuádruples y en forma de una cruz: vertical hacia arriba es nuestra relación quo Dios, horizontal hacia fuera es nuestra relación con el prójimo, vertical hacia abajo es nuestra relación con las cosas, y horizontal hacia adentro es nuestra relación con nosotros mismos.
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1. Relación con Dios
La primera relación es la más importante. Esa es la relación con Dios. Todas las demás brotan de esta. Nuestra relación con Dios debe estar en buen orden para que podamos ser ministros eficaces. Enseñar a alguien los requisitos del discipulado sin reunirlos nosotros mismos es hipocresía. Cristo exhortó a los estudiantes y criticó a los maestros al mismo tiempo, al decirle a aquellos que hagan lo que los maestros decían, no lo que hacían. Así que, ¿Qué debemos hacer los ministros? Debemos arrepentirnos de la hipocresía, confesar nuestros pecados y tener el poder de Dios en nuestras vidas (1 Jn. 1:9). La correcta relación resultante del ministro con Dios empezará el ministerio con pie derecho.
2. Relación con la Gente
Al extender nuestra mano al prójimo estamos construyendo un puente. Construir puentes es superar barreras, tales como las del temor, dolor, orgullo y circunstancias. •
El Temor nos paraliza y bloquea el ministerio. Se lo debe superar mediante la providencia divina, el poder y amor de Dios, el conocimiento y la disciplina propia. En la providencia de Dios tenemos Su poder sobrenatural para vencer el temor al fracaso o rechazo. También tenemos la ayuda del amor que vence al temor. Oscar Thompson interpreta 1 Juan 4:18 de la siguiente manera: “En el amor no hay temor; pero el amor perfecto echa fuera el temor, porque el temor incluye castigo, y el que teme no tiene amor perfecto.” Finalmente, la providencia divina nos permite pensar con la cabeza bien sentada y eso resulta en dominio propio y disciplina. Como resultado tendremos “el deseo” de obedecer a Dios en Su obra de ministerio por nuestro intermedio.
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El Dolor es otra barrera que debemos superar. Por favor, comprenda que sufrir es otra parte del ministerio. Cristo sufrió en la cruz. Pablo sufrió en la cárcel. muchos otros sufren al negarse a sí mismos y sacrificarse. Sin embargo, el ministro sigue hacia adelante a pesar de su dolor al traer sus sufrimientos y necesidades a Cristo, nuestro Sumo Sacerdote que nos comprende. El sabe como librarnos de nuestro dolor ( Heb. 2:9-18). Cuando
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Cristo estaba en el huerto del Getsemaní le pidió a Dios que lo librara. Recibió fortaleza de un Ángel pero no para que lo librara del sendero del sufrimiento, sino para que pudiera seguir adelante con Su ministerio (Lc. 22:43).
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El Orgullo Destruye las relaciones. El orgullo es amor propio y estima propia a costa de amar y estimar a otros. Cuando el ministro se eleva a sí mismo, el lugar de a la persona a la que está administrando, la relación empieza a romperse. El amor genuino (Agape, amor sacrificial a la otra persona) es la clave. Este es el tipo de amor con que Cristo ama a los pecadores. El orgullo se puede superar solo al tener la mente de Cristo. Estimar las necesidades del otro más que las propias es tener mente de Cristo (Flp. 2:3-5).
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Las circunstancias surgen en nuestras vidas solo con el permiso de Dios; por consiguiente no debemos permitir que las circunstancias frustren nuestro ministerio. La parábola del suelo y los espinos nos habla de esta barrera. Las espinas son los cuidados, o espinos nos habla de esta barrera. Las espinas son los cuidados, o circunstancias, de la vida, que ahogaran el fruto (Lc. 8:14). La alegría de la vida se logra al permitir que “Dios haga por medio de nosotros lo que Él tiene en mente para cada día”. El hoy puede caer víctima del ayer y del mañana. Si vivimos en los lamentos del ayer o en las ansiedades del mañana, nuestra victoria para el hoy queda vulnerable a las circunstancias de hoy
3. Relación con las Cosas
Respecto a las cosas podemos poseerlas y administrarlas, o podemos dejan que nos posean y nos controlen. El sendero descendente que el modelo del Señor ejemplifica en filipenses 2 es nuestra senda a la victoria. En lugar de aferrarnos a las cosas que acabarán esclavizándonos debemos llegar a ser siervos obedientes de Dios al punto de olvidarnos de nuestra propia vida. Este modelo de vida sacrificial produce la gloria después de la muerte. El más grande enemigo de la gloria escatológica es la gloria que se logra en esta vida. Sin embargo, debemos luchar contra la gloria temporal negándonos a nosotros mismos, tomando nuestra cruz y siguiendo a Cristo. Cualquier consagración menos que eso nos privará del ministerio eficaz. Una relación desequilibrada con las cosas puede costarnos una relación de ministerio con la gente.
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4. Relación con uno mismo
Respecto a la cuarta relación, debo tener una estima propia saludable que se basa en mi relación con Dios. Thompson tiene razón al observar que no podemos amar a otros a menos que nos amemos primero a nosotros mismos. Cuando nuestra propia estima está fuera de equilibrio nos convertimos en personas que intimidan, impotentes o con alguna otra disfunción de la personalidad. Esta conducta disfuncional es un intento subconsciente de fomentar psicológicamente nuestra estima propia. Para evitar engañarnos nosotros mismos debemos conocer a nuestro adversario (1 Cor. 10:12) y la Palabra de Dios (Hch. 8:35). El ministro que procura restaurar a un hermano que ha errado debe ser espiritual él mismo y primero.
¿Qué se Requiere para Tener Relaciones Personales Eficaces? Todos debemos recordar que la responsabilidad por las relaciones humanas reside en nosotros; somos nosotros los que debemos amar al prójimo como a nosotros mismos (Lv. 19:18). No podemos controlar al prójimo; solo podemos controlarnos nosotros mismos. Hay un proceso que tiene lugar en una relación del ministerio. El proceso de ayudar incluye “la interacción de los métodos cognoscitivo (pensar), afectivo (sentir) y de conducta (actuación). Para ser un buen ministro debo intentar comprender cómo el estudiante percibe su problema. Esto exige paciencia y escuchar activamente. Escuchar activamente es trabajo. Para comprender al estudiante reúna todos los datos disponibles (pensamientos, sentimientos y acciones). La conducta no verbal aporta también indicios para la comprensión. Recuerde que esto es comunicación en ambos sentidos. El uso del silencio, preguntas acertadas y expresiones que reflejan lo que el otro dice y resumen la comunicación, todo esto es útil para lograr comprenderlo.
¿Cuáles son los Varios Niveles de Relaciones? Greenfield delinea ocho niveles de relaciones. Empezando con el más superficial, y avanzando al más profundo son los siguientes: evitarlo, saludo, intereses separados, intereses comunes, interacción social, interés, amistad e intimidad. Para poder asesorar a alguien es preciso llegar al nivel de amistad. En este nivel cuando la persona se abre, quedando vulnerable, corriendo riesgos, y siendo franca y sincera. Tenemos que esforzarnos para llevar la relación a nivel de amistad. No permita que los factores humanos (opiniones personales) destruyan su unidad. Tenga presente que Satanás usará todo, incluso cosas triviales, para destruir las relaciones. Aceptar al otro exigirá que el ministro evite juzgar (Rom. 14:3-15). No puede mostrar parcialidad o hacer acepción de personas (Stg. 2:1-9). Sin embargo, para ser eficaz, al establecer una relación profunda y de amistad usted debe estar
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también dispuesto a correr el riesgo de perder. La eficacia en el ministerio exige verdadera amonestación (instrucción), que de seguro será una prueba para su amor. El verdadero amor, no obstante, significa riesgo verdadero.
¿Cuáles son Algunos de los Factores de Competencia? Para ser competente el ministro debe estar lleno de bondad, tener conocimiento, y estar equipado para el ministerio (2 Tim. 2:15), porque es una gran responsabilidad. Si no se lo hacemos correctamente acabaremos avergonzándonos de nuestra obra. El amor del ministro por otro creará en él un profundo interés, por los hermanos (Hch. 20:31). A la larga el ministro debe intervenir, no al nivel de las masas, sino al nivel personal y privado (1 Tes. 2:11; Mt. 18:15-17). Somos proclives a querer curas rápidas. Sin embargo, Dios espera que seamos persistentes y pacientes (Heb. 3:13;10:24-25). Ministramos y corregimos, no para avergonzar, sino con el motivo puro de redención (1 Cor. 4:14). Nuestras metas, deben ser apropiadas: es propio ayudar al creyente a crecer y madurar en Cristo (Col. 1:28-29). Por lo mismo, debemos poder prescribir acciones que lograrán esa meta, mediante la prevención o corrección. Animar es función del Espiritu Santo. Al Espiritu Santo se le llama Paracleto, que proviene de una palabra que significa exhortar (parakaleo). Asi que, esté listo para animar cada vez que sea posible (1Tes. 5:11). También, no nos olvidemos de orar. Cumpla la Ley de Cristo llevando la carga de otro mediante la oración intercesora (Gl. 6:2; Stg. 5:14-16). Todos tenemos una hebra común. Todos somos completamente humanos. Divina y singularmente formados por Dios, fuimos creados como reflejo de Su Gloria, y a Su imagen. Dios ha puesto en cada uno de nosotros necesidades específicas: necesidad de agua, comida, relaciones, aceptación, significación, afecto, valía propia, pertenecer, amor y la necesidad de Dios. El ministerio eficaz empieza en el punto de necesidad. Para poder encontrar a las personas en este punto debemos descubrir sus necesidades. Comprender las etapas y desarrollo humano es básico para comprender esas necesidades de otros.
Nuestra Jerarquía de Necesidades Abraham Maslow sostiene “que hay cinco niveles de necesidades, y estas constituyen la motivación humana básica. Son: 1. Necesidades fisiológicas: hambre, sed y relaciones sexuales;
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2. Necesidades de seguridad: un mundo ordenado, consistente, confiable y
seguro; 3. Necesidades de amor y de pertenecer: relaciones cálidas y de aceptación; 4. Necesidades de estima propia: pericia, competencia, aptitud, confianza,
posición, reconocimiento; y 5. Necesidades de actualización propia: desarrollar al máximo nuestros
talentos, capacidades y potencial.
En esta jerarquía de necesidades, las más bajas toman procedencia sobre las más altas; la mayoría de personas concentran sus energías en el nivel más bajo de necesidad que no está siendo satisfecha.”
Nuestra Necesidad de Significancia
En la médula de nuestro bienestar emocional se halla la necesidad de sentirse significativo, importante, que uno no es digno. Nos esforzamos intensamente para suplir esta necesidad, a menudo intentando ganarnos la aprobación de otros, creyendo así mentiras sobre nuestra valía. El intento de satisfacer nuestras necesidades incluye: •
Desempeño: buscar aprobación de otros por lo que hacemos;
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Logros: triunfar, sobresalir, lograr éxitos destacados para sentirnos importantes a nuestros ojos y a los de los otros; •
Echar la culpa: actitudes negativas de crítica y juicio contra otros; cuando otros parecen inferiores nos sentimos superiores; y •
Complacer a la gente: satisfacer los deseos de los otros con el fin de que gusten de uno y que nos acepten.
Conforme crecemos y nos desarrollamos, formamos un sistema de creencias respecto a nosotros mismos. Los que mantienen un sistema malsano de creencias han distorsionado la percepción de sí mismos. Interpretan los eventos de la vida como confirmación adicional de su propia insignificancia. Esto se muestra en sentimientos de desesperanza, auto compasión y falta de conexión, retraimiento, conducta 16
compulsiva, emociones destructivas y actitudes que resultan de sentimientos heridos e ira. Muchas personas en nuestra sociedad actual se lamentan con David, según el Salmo 142:4: “¡No hay nadie que se preocupe de mí!” (VP). Con demasiada frecuencia las necesidades emocionales pesan más que las provisiones, y la gente se queda malnutrida emocionalmente.
Los que mantienen un sistema saludable de creencias tienen una opinión positiva de sí mismos. Esto se muestra en optimismo, esperanza, espíritu enérgico, vida con propósito, fijan su mirada en otros en lugar de absorberse en sí mismos, y no permiten que las circunstancias los controlen. Pueden vivir vidas significativas como personas que se dan cuenta de su significancia. La observación cuidadosa de la conducta de una persona revela si él o ella están funcionando bajo un sistema de creencias saludables o malsanas. “Nuestra conducta es consistente con lo que pensamos que es cierto respecto a nosotros mismos.”
Etapas de Nuestro Desarrollo
Nuestra, personalidad puede ser afectada por nuestro sistema de creencias. Un excelente modelo del desarrollo de la personalidad es el de la Teoría de Relaciones Interpersonales del Dr. Howard Linton. Las etapas de nuestro desarrollo son:
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Dependencia: confianza y fe en las personas;
•
Disciplina: límites, leyes y cooperación;
•
Extensión propia: relaciones, socialización, comunidad e independencia;
•
Identidad propia: aceptación de uno mismo, afirmación propia y compromiso a vivir;
•
Maduración: responsabilidad personal, intimidad y realización personal experimentada en cooperación con otros;
•
Madurez: seguridad personal, aceptación y afirmación propia más amplia; y
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Reflexión: la integridad personal es más importante que la afirmación externa.
En nuestro desarrollo nos vemos expuestos a muchas influencias poderosas, tanto positivas como negativas. Las influencias positivas, tales como la aceptación, satisfacción de las necesidades físicas y emocionales básicas, respeto y límites apropiados, sirven para promover nuestro desarrollo saludable. Las influencias negativas incluyen la falta de cuidado, respuestas inapropiadas a nuestra conducta y la mentalidad de “Haber hecho un borrón” que enfoca lo negativo en lugar de lo positivo, lo que no se hizo en lugar de lo que se logró. Estas influencia negativas pueden crear actitudes en conductas indeseables y dañinas. Estos factores influyen en nuestras etapas tempranas de desarrollo moldean lo que seremos toda nuestra vida.
Nuestro Ejemplo es Cristo en Crecimiento
Lucas 2:52 enseña que “Jesús crecía en sabiduría y e estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” En términos de desarrollo Cristo atravesó la misma progresión que nosotros. Creció física y mentalmente. Se relacionó con otras personas. Dios lo amó. Fue importante para Cristo y debería serlo para todo creyente desarrollarse completa y armoniosamente en todos estos aspectos clave: físico, mental, social y espiritual.
En el Ministerio
Aceptará las personas tal y como son y en donde están es el ejemplo de Cristo para el ministerio. Cristo tendió las necesidades de la persona total, no solo las aparentes. ¿Cómo podemos determinar las necesidades de la gente? 1. Debemos estar disponibles y con regularidad brindar nuestra presencia sin
prisa. La gente apurada no puede ayudar a los que sufren. 2. Debemos aprender a escuchar. La gente necesita expresar lo que sientes y
que se les escuche, especialmente cuando atraviesan crisis. Se puede aprender mucho de lo que dicen, de la forma en que lo dicen, y lo que dejan sin decir. 3. Debemos descubrir sus experiencias, lo que han soportado y su actitud en
ellas.
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4. Debemos comprender las necesidades que son básicas para toda persona.
Comprender las necesidades de otros es esencial para el ministerio eficaz.
Nuestra Valía en Cristo Toda persona puede apropiarse de las palabras del salmo 139:14: “Maravillosas son tus obras.” Nadie, independientemente de cómo se sienta o piense de sí mismo, queda excluido de esta verdad. Las obras de Dios son maravillosas, ¡Y nosotros somos obra de Dios! Dios me hizo como una obra maravillosa. Como “hechura” de las manos de Dios (Ef.2:10) Somos su obra maestra, una obra de arte. Somos valiosos y Dios nos acepta por completo ahora, tiempo presente: “Dios no nos acepta por lo que vamos hacer, o por lo que hayamos sido, sino por lo que somos ahora en Cristo. Diez mil años de perfección en el cielo no nos harán ni un ápice más aceptables a Dios que lo que fuimos en el momento en que confiamos en el pago que Cristo pagó por nuestros pecados.” No vivimos para nosotros mismos, sino en relación con otras personas. Continuamente estamos tratando de encontrar salud completa y aceptación en medio del destrozo y desilusión. Debemos recordar que nuestra valía no se basa en lo que somos como cosa creada, sino más bien en Quien es Dios como Creador. El ministerio significativo requiere que “mi alma lo [sepa] muy bien” (Sal.139:14). En la sesión cinco exploramos el desarrollo humano y descubrimos que somos el producto de toda una serie de fuerzas que nos moldean, haciéndonos lo que somos como criaturas singulares de Dios. Ahora queremos mirar cómo se despierta nuestra conciencia religiosa en el proceso de desarrollo. Hay algunas verdades básicas que tenemos que considerar antes de continuar avanzando. 1. El ser humano es una persona “Completa” y funciona como una unidad, y la
personalidad es la manifestación del organismo en su totalidad. 2. La persona humana vive en dos mundos El psico-espiritual que es el mundo
interior del yo y el fisio-social que es el mundo externo de experiencias sensoriales y sociales. Lucas 2:52 describe el desarrollo de Cristo, y dice que “Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.” Para lograr sentirse seguros y satisfechos los seres humanos empiezan a tratar de mantener un estado de homeostasis (balance o equilibrio) entre los dos mundos. 3. La conducta es la expresión de la persona total: cuerpo, mente y espíritu. Al
procurar satisfacer las necesidades y actualizar las metas, cada uno de nosotros adquirimos características únicas. 4. Buscamos maneras de organizar y dirigir el yo al participar en el proceso de internalizar personas y experiencias significativas en nuestra vida. Hacemos
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esto al desarrollar lo que J. A. Hadfield llama criterios. Estos son símbolos tales como el trabajo, juegos, familia, religión, varón, hembra, recreación y cosas por el estilo que son aceptables al yo. Estos criterios deben darse mutuamente lugar y espacio. Funcionamos cuando el conflicto entre ellos es mínimo, y cada uno tiene una parte apropiada del yo. Cuando alguna domina tenemos un complejo. Este criterio el yo total. Para ilustrar, tenemos un adicto al trabajo si el criterio del trabajo domina, o si lo que domina es el criterio religioso lo que tenemos es un fanático religioso.
El Desarrollo de la Personalidad y la Fe Nuestra conciencia religiosa corre paralela a las etapas del desarrollo de la personalidad. Debo a estas ideas a J. W. Fowler, quien ha usado el modelo psicosocial de Erik Erikson como fondo para ilustrar el crecimiento y desarrollo espiritual. Hay muchos sentimientos e ideas que se desarrollan durante estas etapas y que tienen profundas implicaciones espirituales para la tarea de ser padres, los programas en la iglesia, la sociedad y el crecimiento personal. Cada una de las etapas señaladas por Erikson es importante y contribuye a la integridad del individuo. Etapa 1– Confianza versus Desconfianza (Del nacimiento hasta los dos años) El infante depende totalmente de otro para su existencia. Si hay suficiente cuidado el niño desarrolla una relación de confianza con el mundo extraño en que ha nacido. Si no hay alguna persona con quien pueda lograr una relación de cariño, confiable y segura, su confianza en el mundo y en sí mismo puede destrozarse, Fowler llama a esta Etapa de la Fe No Diferenciada. Las primeras imágenes de Dios empiezan aquí. Erikson sugiere que en esta etapa nace la esperanza. Fowler la describe como “La fuerza emergente de la Fe en esta etapa es el fundamento de la confianza básica y la experiencia racional de mutualidad con el que primariamente le provee cariño y cuidado.” Etapa 2 – Autonomía versus Duda (empieza a los dos años) Esta etapa el niño empieza a expresar su voluntad. Por lo general se dice que a esta edad es la de “los terribles dos años.” El niño aprende a decir “No.” Está descubriendo su autonomía, pero todavía es dependiente y tiene las dudas correspondientes. Erikson dice que en este tiempo se despierta el libre albedrío en el niño. Etapa 3– Iniciativa versus Culpa (termina a los 6 años) Hay una gran cantidad de conciencia propia. Los niños son aventureros y tienen imaginación fluida. Si no alcanzan sus propias expectaciones, o las de quienes los cuidan, se sienten culpables. Fowler pone estas dos etapas en una sola a la que llama la Etapa de la Fe Intuitiva Proyectada. Durante estas etapas el niño
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empieza a recibir límites o disciplina. Aprende las lecciones de que hay recompensa por una conducta aceptable, y se siente culpable cuando desagrada a quienes lo cuidan. También empieza a prender lecciones de cooperación, relaciones, comunidad e interdependencia. Fowler dice que “La fuerza emergente de esta etapa es el nacimiento de la imaginación.” Etapa 4– Industriosidad versus Inferioridad (7 a 12años) El gran conflicto tiene lugar entre ser competente o incompetente. El niño puede hacer ciertas cosas, pero no puede hacerlo todo. La gran lección para aprenderse en este tiempo es a aceptarse a sí mismo, afirmarse a sí mismo, y la dedicación. Somos tentados a copiar la identidad de otro a fin de pertenecer al grupo. Empezamos a entrar al mundo de los adultos, pero nos asusta porque nos sentimos inadecuados. Fowler llaman a esta la Etapa de la Fe Mística Literal, y la describe así: “La persona empieza a asimilar historias, creencias y observaciones que son símbolos de que pertenece a su comunidad.” No es extraño hallar a personas que hacen su primer compromiso religioso serio en este período. Están buscando un sentido de seguridad en medio de la incertidumbre de sus vidas. Etapa 5– Identidad versus Confusión de Papeles (13 a 21 años) El asunto clave durante esta etapa es la fidelidad. Se puede resumir en esta frase: “Se fiel a tu propio yo.” La cuestión es: ¿Quién voy a ser? Esto incluye crecer, asumir responsabilidades, y hallar satisfacción personal al aprender cómo cooperar con otros en la jornada de la vida. Durante este tiempo descubrimos la soledad que hay cuando estamos solos, así que buscamos relaciones. Fowler la llama “La etapa sintética convencional,” en la que describe también nuestra jornada en la Fe. “La experiencia de la persona con el mundo se extiende más allá de la familia. La fe debe sintetizar valores e información. Debe proveer base para identidad y perspectiva. Es la etapa “conformista,” y se sintoniza agudamente a las expectaciones y juicios de las otras personas significantes. La capacidad emergente es la formación de un mito personal de lo que uno mismo llegará a ser en cuanto a identidad y fe, incorporando el pasado de uno y el futuro.” Etapa 6– Intimidad versus Aislamiento (21 a 35 años) Durante este tiempo esperamos mejorar, refinar, pulir y afirmar algunas de las cosas que tratamos de hacer en la etapa previa. Es tiempo de compromisos. Empezamos nuestra carrera, nos casamos, empezamos a tener hijos, formamos relaciones significativas en una comunidad, o, como se suele decir, “nos establecemos” Fowler la llama la “Etapa Reflectiva e Individuativa,” y la describe así: “Pasar a esta etapa es crucial porque en esta transición que el adolescente o adulto debe tomar en serio el peso de la responsabilidad de sus compromisos, forma de vida, creencias y actitudes. Los puntos fuertes tiene que ver con la capacidad para la reflexión crítica sobre la identidad (el yo) y la perspectiva (ideología).”
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Etapa 7 – Crecimiento versus Estancamiento (35 a 60 años) Se trata nuevamente de aprender a sentirte cómodo con quién soy y lo que hago, se caracteriza por la seguridad personal, aceptación propia y la afirmación propia más amplia. Una persona en esta etapa probablemente ya ha conocido derrotas y ha aprendido cómo sobrevivir. Fowler sugiere que en esta etapa la persona “Está lista para acercarse a lo que es diferente y amenazador para sí misma, y la perspectiva incluye nuevas profundidades de experiencias en la espiritualidad y revelación religiosa. La persona puede apreciar los símbolos, mitos y ritos por que los ha captado en la profundidad de la realidad en la cual se refieren. El peligro yace en la dirección de una pasividad paralizante, que da lugar a la complacencia o retraimiento por resistirse a creer.” Etapa 8– Integridad versus Desesperanza (De 60 años para arriba) Erikson habla de este como un tiempo de maduración y sabiduría. Es un tiempo cuando la integridad es más importante que la afirmación externa. Fowler llama a ésta “Etapa de la Fe universalizadora,” y describe a esta persona como alguien que ha “llegado a encarnar y actualizar el espíritu de una comunidad humana inclusiva y satisfecha. Las personas en esta etapa tienen una gracia especial que parece ser más lúcida, más sencilla, y sin embargo más plenamente humana que el resto de nosotros. Tales personas están listas para la comunión y compañerismo con personas en cualquier otra etapa o cualquier otra Fe.”
Tensiones del Desarrollo Al esforzarnos por lograr integridad personal completa y armonía con uno mismo, otros y Dios, sentimos el destrozo, nuestro estado incompleto e impotente que nos agobia. Esto produce tensión en nuestras vidas, los teólogos llaman a esto nuestro estado de pecado. Esta tensión interna es un fenómeno humano que resulta de varias fuentes. Una es el conflicto entre dos fuerzas en nuestro inconsciente: (1) los esfuerzos de supervivencia de la agresión y el erotismo que identificó Freud, y (2) los esfuerzos sublimes del amor, ternura, altruismo y propósito de escritos por Jung. Hallamos que estos dos espíritus luchan en nosotros. Sabemos lo que debemos hacer, y sabemos lo que queremos hacer. Esta tensión aumenta por ser miembros de la familia humana y vivir en este mundo. Hay por lo menos seis cosas humanas que se dan por sentadas y que voy a mencionar: 1. Somos criaturas finitas y limitadas. Experimentamos esto en dos aspectos que nos molestan: limitación en conocimiento y en poder. 2. Vivimos en un mundo que cambia constantemente. Cuando hacemos
planes parece que las reglas cambian. La canción “Detengan al Mundo y Déjenme Apearme” refleja este asunto.
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3. Debemos responder o actuar según la situación. Hay veces cuando
quisiéramos no haber tenido que actuar, pero para vivir tenemos que hacerlo.
Escuchar es una Herramienta para el Ministerio Escuchar a alguien es escuchar más por el significado que simplemente las palabras. Al escuchar realmente el que oye penetra detrás de las palabras para descubrir lo que el que habla está realmente tratando de decir. Escuchar es un arte. Es una destreza que exige observación, estudio y arduo trabajo. Escuchar es una herramienta vital para entablar buenas relaciones con la gente. Las buenas relaciones permiten que los otros se abran y hablen con sinceridad. Cuando se eliminan las amenazas personales que se perciben, tiene lugar al ministerio real. En el ministerio de ayudar, escuchar es la clave para llegar al mismo corazón de la persona. Un corazón transparente revelará los asuntos reales, y cómo el individuo está manejando las situaciones difíciles. Escuchar es una destreza exigente en cualquier profesión. Para los que están dedicados al ministerio de ayudar, escuchar puede llegar a ser un problema puesto que se gasta mucha energía hablando, respondiendo preguntas, y dando consejos bíblicos. Si, en verdad, el amor a Dios empieza al escuchar Su Palabra, entonces tal vez el amor a los hermanos es aprender a escucharlos. Hay muchos que están buscando un oído que los escuche. Un problema creciente es que muchos de los que están buscando que alguien los oiga son los mismos que están en el ministerio de ayudar. Con frecuencia los ministros creen que deben contribuir con algo cuando están en compañía de otros. Parecen creer que esto es el servicio que deben rendir. Lo que con frecuencia se pasa por alto es que escuchar puede ser un servicio mucho mayor que hablar. La creencia de que uno siempre debe tener una “respuesta” es contraproductiva para los que se dedican al ministerio de ayudar. El termino griego que define al ministro que ayuda, en calidad de asesor, es paracletos, que quiere decir: “uno que es llamado al lado de otro para ayudarle mediante asesoramiento” para que el ministro que ayuda pueda asesorar adecuadamente, debe primero oír la historia de la otra persona. Piense de nuevo en la sesión dos, en la cual hablamos del ministerio de la presencia. Escuchar como herramienta para el ministerio puede ser un método efectivo de la presencia. Considere las expresiones de gratitud en oportunidades ministeriales pasadas. Al reflexionar la gente con frecuencia recuerda la presencia de uno y no precisamente lo que se dijo.
Escuchar y Oír son cosas diferentes
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Escuchar y oír se consideran como si fueran lo mismo. Los que participan en el ministerio de ayudar deben hacer claras diferencias. Oír es una función en la cual los oídos perciben los sonidos y los transmiten al cerebro. El sentido físico del oído es la capacidad de captar sonidos audibles. Su enfoque recae sobre el sonido en sí mismo, no en el significado, ni tampoco en el mensaje. Escuchar es más complejo, puesto que incluye interpretar y comprender el significado de lo que se ha oído. Escuchar es una herramienta poderosa para el ministerio en el cual el que escucha presta atención concentrada a lo que está siendo comunicado. La comunicación que se ofrece consiste en mucho más que palabras. Incluye expresiones de la cara, contacto de ojo a ojo, tono y elevación de la voz, lenguaje corporal, temas, preguntas e incluso el silencio.
Escuchar a Diferentes Niveles Así como leer y escribir son dos formas de comunicación, así también el hablar y el escuchar. Ambas tienen lugar en niveles diferentes. Estas diferentes formas y niveles de comunicación son herramientas que se pueden usar para comprender profundamente a la otra persona desde la perspectiva de ese individuo con frecuencia cuando una persona habla se le escucha en uno de varios niveles diferentes. Uno puede escoger ignorar a la otra persona, sin escuchar realmente nada. En esta situación el contacto de ojo a ojo por lo general es escaso. Uno pretende cuando mediante asentimiento con la cabeza y afirmaciones verbales finge estar en realidad escuchando. En este nivel se pueden usar comentarios breves tales como ah, oh, ya veo, así es, y comprendo. Otra persona puede escoger usar el oír selectivo en el cual se oyen solo ciertas partes de la conversación. Esto se hace en lo general cuando se escucha la charla de un niño pequeño. Se oye realmente solo lo que se quiere oír. Algunas personas aprender a escuchar en forma atenta. Prestan atención directa y se concentran solo en las palabras que dicen. Este es probablemente el nivel de escuchar que se usa con mayor frecuencia. Incluso a este nivel todavía se pierde el nivel más profundo detrás de las palabras de la comunicación real. Algunas veces se usa el escuchar para lograr poder personal o controlar a otros. Estas personas escogen practicar el escuchar manipulador. Esto ocurre cuando la persona escucha a propósito planea cambiar la dirección o el tema de la conversación. Lo hacen intencionalmente por motivos egoístas, usando palabras claves que dice la otra persona. Luego usa estas palabras clave tratando de controlar la conversación. Todos los niveles de escuchar indicados arriba son superficiales y colocan detrás de una máscara al que escucha. Este da la impresión de que está escuchando, pero trágicamente nunca oye lo que el otro está escuchando lo que el otro está diciendo. Escucha en forma real quiere decir una búsqueda decidida para 24
hallar el tesoro de la verdadera persona, según se revela mediante la comunicación. A este nivel para escuchar, y lo trataremos con mayor detalle en la sesión ocho. Recuerde: la gente es vulnerable cuando tiene lugar la comunicación real. No se usan mascaras y el nivel de confianza es alto.
Escuchar Tiene Límites y Cuestiones Legales Un aspecto importante en cuanto a la comunicación que recibe e que brinda cuidado es la confidencialidad. Jamás debería regarse al descuido la información confidencial. La ética de la confidencialidad descansa en la idea de que ambos, el ministro que ayuda y el individuo ayudado, tienen una profunda relación personal. Hay presente un alto nivel de confianza y transparencia. Se espera que la información de que se ha tratado se mantenga en forma confidencial. A decir verdad, en una comunidad terapéutica no puede haber ninguna sanidad a menos que el factor de la confianza y confidencialidad esté presente en forma activa. Algunos aducen que la confidencialidad absoluta es necesaria para que haya asesoramiento eficaz. Otros afirman que en situaciones de referir a la persona a algún colega profesional es apropiado dar una cantidad limitada de información. Sin embargo, cuando se vuelve necesario romper la confidencialidad, es sabio informar al individuo de esta necesidad. También es buena práctica invitar al individuo a participar en el proceso. Puesto a que la confidencialidad no siempre es absoluta, es de vital importancia determinar cuando no se la puede mantener. Estos límites no siempre están definidos claramente. Sin embargo, se han establecido algunas normas comunes. La más común es la necesidad de proteger a otros de todo daño. Las pautas éticas establecen: “Cuando la condición del cliente indica que hay un peligro claro e inminente para otros, el miembro debe realizar cualquier acción personal razonable o informar a las autoridades responsables.” La mayoría de las organizaciones profesionales adoptan la posición de que se debe revelar la información cuando hay un peligro obvio para algún individuo o la sociedad. Otras situaciones que limitan la confidencialidad tienen que ver con cualquier tipo de actividad ilegal, posesión de contrabando, ciertos tipos de crímenes de que se sospecha, o cuando se abre una brecha en la seguridad de una institución. Se debe entender que no hay manera de asegurar absoluta confidencialidad dentro de un marco legal. Por otro lado, el ministro que ayuda tiene una obligación legal de seguir los procedimientos debidos al informar situaciones de peligro potencial, y su deber de proteger al público.
ESCUCHAR: Una Destreza de Comunicación que se Aprende
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La capacidad de comunicarse con palabras escritas o habladas es una de las distinciones de la humanidad. Aun así la persona promedio no se comunica bien. Muy rara vez en la sociedad las personas frágiles expresan lo que importa. Por lo general los sentimientos que renuentemente revelan son tiernos, sensibles, y cohibidos. Igualmente raro es que las personas escuchen atentamente para oír lo que el otro está diciendo. Como ya se indicó en la sesión anterior, algunas personas digan la mirada en el que habla, pero dejan que su mente eche a volar. Por ejemplo, el que escucha se pone a pensar en lo que va a decir seguido. La buena comunicación es clave para el éxito personal. Esto es un cierto sea al comunicarse con Dios o con otras personas. Una alarmante “ochenta por ciento de la gente que fracasa en el trabajo fracasa por una razón: no se relacionan bien con otras personas.” Por la regla general de la capacidad para comunicarse aumentará la productividad de uno. Es más; es difícil considerar cuando la comunicación no tiene importancia. “Una buena destreza en la comunicación es claramente clave para el éxito continuo en el trabajo.” Los métodos y estilos de comunicación son primordialmente respuestas aprendidas. La familia, la escuela y la cultura influyen en la manera en que uno se comunica. Tristemente pocas personas han tenido buenos modelos para la comunicación eficaz. Estos parecen ser lo que se comunican bien “naturalmente”. Lo que parece natural es por lo general resultado de haber aprendido a comunicarse eficazmente. A muchos de nosotros nos enseñaron personas bien intencionadas a quienes a su vez se les enseño maneras pobres de relacionarse con otros. Desde la primera infancia los métodos de comunicación verbal y no verbal han estado en un continuo proceso de adiestramiento. La comunicación se aprende en un ambiente que cambia. El cambio ocurrirá. Ha sido parte de la cultura humana desde la creación. Con el cambio ocurriendo continuamente es imposible que todo siga lo mismo. Si las relaciones no se fortalecen, se debilitaran. Si no intimamos, nos distanciaremos. Si no llegamos a ser más productivos, lo seremos menos. La comunicación es la clave para mejorar todas las relaciones humanas. No solo que la gente puede cambiar la manera en que se relaciona, sino que inevitablemente lo hará. Es mejor manejar los cambios con destreza, en lugar de simplemente permitir que la vida lo traiga. Sin embargo, la mayoría de personas resisten al cambio. Esto es cierto aun cuando el cambio es tan básico como las maneras de relacionarse. Cuando se aprenden nuevas destrezas para la comunicación el que aprende tal vez se pregunte: “¿Servirán estas destrezas? . . . ¿Podre aprenderlas? . . . ¿Lograre aplicarlas?” La mayoría de personas se resisten, y como criaturas vulnerables quieren protegerse.
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Las destrezas para la comunicación son vitales para las relaciones interpersonales satisfactorias. La habilidad de escuchar es una necesidad para el ministro de ayuda. Los modelos para escuchar son herramientas que le permiten aun o comprender lo que el otro está diciendo. La investigación indica que las personas de toda edad pueden aprender las destrezas para escuchar que conducen a una comunicación eficaz. Algunas de éstas se presentarán en esta sesión como modelos para escuchar.
Un Modelo para Escuchar El Departamento de Seguridad Pública de Texas ha enseñado a muchos de sus oficiales como ser escuchas eficaces. El siguiente es el modelo que enseña. Escuche. Note las expresiones faciales, el contacto ojo a ojo y el lenguaje corporal. Esto indica más profundamente el significado real detrás de las palabras. Es un esfuerzo deliberado de concentrarse en los detalles sin distraerse. Exprese empatía. Sea sensible a los sentimientos que se expresan. Esto es un intento de ponerse uno mismo en los zapatos de la otra persona. El que escucha trata de sentir lo mismo que el que habla. Es más que tratar de escuchar activamente con la intención de dar respuesta o consejo. Expresar empatía al escuchar quiere decir oír completamente y comprender profundamente a la otra persona emocional e intelectualmente se dirá más al respecto en el siguiente modelo. Haga preguntas. Esto ayuda a aclarar y comprender. Se deben usar preguntas abiertas, y específicamente relativas al contexto de la conversación. Dirigir de esta manera evita que la comunicación se salga por la tangente. Parafrasee. Esto es una repetición concisa, y en sus propias palabras, dicha al que hablo. Una paráfrasis repite, en diferentes palabras, lo que se ha oído. Repite nuevamente la conversación, y sin embargo la intención es decir las cosas con precisión. La paráfrasis se relaciona con el hecho de hacer preguntas, porque dice: “esto es lo que oí”. Haga un resumen. Esto consiste en volver a repetir en forma abreviada lo que se ha dicho. Es una repetición breve de las cosas esenciales, y lo que el que escucha ha odio. El resumen ayuda al que escucha y al que habla a que logren comprenderse.
Modelo de Escuchar Empático
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Como ya se dijo anteriormente, escuchar con empatía es la forma más elevada de escuchar. “Escuchar con empatía es colocarse dentro del marco de referencia de la otra persona.” La palabra “empatía” procede de un vocablo griego que literalmente significa “sentir dentro” Aun cuando empatía y simpatía son palabras paralelas, simpatía denota “sentir con” y puede llevar al sentimentalismo y a sentir lástima. “Empatía es un estado mucho más profundo de identificación en el cual una persona se siente estando dentro de la otra persona.” Escuchar con empatía es un proceso profundo y misterioso. Para el ministro ayudador escuchar con empatía es el proceso clave para una comprensión adecuada. “Es el sentir o pensar de una personalidad respecto a otra en la cual se logra identificación. En esta identificación puede tener lugar una comprensión real entre personas.” Este arte de escuchar es esencial para todos los ministerios de ayuda y asesoramiento. El ministro ayudador debe esforzarse deliberadamente para escuchar los sentimientos tanto como las palabras. Esto incluye leer los sentimientos que se expresan entre líneas. Se establece una conexión fluida cuando una persona percibe que el ministro está tratando de escuchar profundamente y relacionarse plenamente. A esta conexión a veces se le conoce como el principio de eslabonar. El escuchar empático es terapéutico y sanador porque le da a la persona espacio psicológico para respirar emocionalmente. El ministro ayudador puede concentrarse en la solución del problema una vez que se ha establecido el eslabón vital. La clave es “procurar primero comprender, y después que lo comprendan.” El procurar primero comprender implica un profundo cambio en la mayoría de patrones de pensamiento. Típicamente las personas tratan primero de que las comprendan. No “escuchan con el propósito de comprender. Escuchan con el propósito de replicar. Están, o bien hablando o preparándose para hablar.” Conforme los ministros ayudadores aprenden a practicar el escuchar empático, aprenden a diagnosticar antes de recetar. Puesto que las percepciones pueden variar ampliamente, el escuchar con empatía es esencial para comprender la perspectiva de la otra persona. Esto es clave para diagnosticar apropiadamente, y antes de ofrecer cualquier tipo de consejo para influir en el otro. Escuche y aprenda. Cuando se comprende profundamente a la gente se abre la puerta para las soluciones creativas.
Como Referir En su calidad de capellán voluntario es vital que usted se mantenga en contacto con su supervisor inmediato o el capellán oficial ante quien usted rinde informes. Esta es la persona a quien usted debe acudir para pedir consejo y ayuda al tomar la decisión de referir a una persona. En cualquier tipo de cargo voluntario es aconsejable pedir ayuda de esas personas en autoridad. Se notara muy bien su
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disposición y sumisión a la autoridad y eso allanara el camino para futuros capellanes en el ministerio.
10 Preguntas al Buscar un Asesor Cristiano 1. ¿Cómo mira el asesor o consejero la asesoría basada en la Biblia? 2. ¿Tiene el asesor una declaración de Fe? 3. ¿Qué clase de preparación ha recibido el asesor? 4. ¿Usa el asesor un método enfocado en la solución? 5. ¿Cómo trata el asesor con un problema de familia? 6. ¿Ayudara el asesor a salvar ese matrimonio? (u otro problema que se está
investigando) 7. ¿Para cuándo hay disponible una cita? 8. ¿Dónde está ubicado su consultorio? 9. ¿Cuáles son las alternativas en cuanto a los honorarios? 10. ¿Podre yo (el cliente) tener la opción de usar mi (su) seguro?
Recursos El primer recurso que usted debe considerar es su supervisor inmediato o capellán oficial. Lo más probable es que ellos ya conocen algunas personas o grupos a quienes referir al cliente, o en donde buscar ayuda adicional. Otros recursos pueden incluir: las oficinas de la Asociación Bautista local, las páginas blancas o amarillas, o un pastor local. Precaución: Se aconseja intensamente hacer la investigación apropiada antes de dar un nombre o un número de teléfono.
El Valor de Usar la Biblia en el Ministerio. La importancia de la Biblia para el ministerio tiene que ver directamente con el valor que Dios le ha dado a las Escrituras. La biblia es el mensaje de Dios para la vida. Dios ha indicado el eterno valor de Su Palabra (Is. 40:8). Meticulosamente Dios revelo Su Palabra a los seres humanos, y guio en su preservación, transmisión y traducción. El mismo Dios que les hablo a los antiguos tiene una aplicación relevante de su Palabra eterna para cada persona hoy. La Biblia es, por consiguiente, central e cualquier ministerio.
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La Biblia tiene valor para el ministerio de varias maneras. Primero, La Biblia provee una comprensión de cómo Dios ve a la humanidad. Todo método de aconsejamiento o asesoramiento descansa en una noción de la existencia humana como base para evaluar la conducta humana. Para guiar a las personas a una vida útil y significativa el ministro debe tener una comprensión apropiada de cómo Dios ve a la humanidad. La Biblia provee esta noción. El valor de la Biblia para el ministerio se aumenta porque revela la norma absoluta para la vida humana. Dios mismo es esta norma (Mt. 5:48). Dios puso el ejemplo (Sal. 145:17) y Cristo nos mostro como seguirlo (Heb. 4:15). Concatenar una fuerte noción de la humanidad con una norma absoluta para la conducta humana podría conducir a resultados desastrosos. Sin embargo, la Biblia atempera este mensaje con el ingrediente más atesorado e el asesoramiento: la esperanza. La Biblia promete que la corrección de Dios para el pecado humano es a la vez deseable y alcanzable (Is. 55:7; 2 Cr. 7:14) La Biblia no se alegra de la destrucción de la gente, sino que ofrece la esperanza de que los que sufren pueden encontrar salud y restauración en Dios. El valor de la Biblia para el ministerio se amplía todavía más por su propiedad para cualquier problema que surge en la vida. La Biblia misma hace este elevado reclamo (2 Tim. 3:16). Por supuesto, no trata directamente de muchos errores de la vida humana, pero se los puede tratar de todas maneras al aplicar los principios que enseñan las Escrituras. La Biblia es un recurso completo para el ministerio, porque aclara la realidad humana, confronta la condición humana, reorienta a los seres humanos hacia un Dios amante, y garantiza los resultados. Se debe usar la Palabra de Dios cuidadosamente tal como es su intención. Las siguientes secciones tratan de la pericia apropiada para usar la Biblia en el ministerio.
Comprendiendo el Asesoramiento Bíblico El uso de la Biblia al aconsejar o asesorar se basa en la teoría de que el asesoramiento ministerial es: (1) motivado por la Biblia, (2) basado en la Biblia, (3) estructurado por los objetivos y metas de la Biblia, y (4) desarrollado sistemáticamente mediante principios indicados en la Biblia. La autoridad de la Biblia para asesorar indica en 2 Timoteo 3:16. Es útil, y por lo tanto debe usársela para enseñar, reprender, corregir e instruir la justicia. Reprender y corregir son aspectos negativos de la instrucción, en tanto que enseñar e instruir son los positivos. Esta instrucción guía a los individuos a ser sabios para la salvación (2 Tim. #:15) Y a estar preparados para toda buena obra (2 Tim 3:17); debido a eso cumpliendo los dos propósitos básicos de la vida humana: andar rectamente con Dios y vivir vidas significativas (Gn. 1:28-30; 2:15-17). Las oportunidades abundan sin embargo, para desviar a la gente de las
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razones satisfactorias para la existencia. La Biblia muestra el camino correcto (Jn. 14:6; Pr. 14:12) y esto debe hallarse en la medula del ministerio de asesoramiento.
El Asesoramiento Bíblico Contiene Cinco Elementos Esenciales: (1) Una comprensión bíblica del problema del asesorado; (2) Una comprensión clara del propósito del Espíritu Santo en los pasajes bíblicos apropiados para el problema y la solución; (3) El encuentro del problema del aconsejado con la solución completa de Dios; (4) La formulación de un plan bíblico de acción; y (5) Que el asesorado se comprometa a la acción bíblica.
Comprendiendo la Noción bíblica de la Humanidad El asesoramiento o aconsejamiento bíblico requiere una clara comprensión del propósito de la Biblia, tanto como su contenido. Juan declara dos veces su propósito al escribir (Jn. 30:31; 1 Jn. 5:13), que es llevar a sus lectores a la fe en el señor Jesucristo. Este propósito satura toda la Biblia, aun cuando no se lo indica explícitamente a menudo. El ministro debe comprender lo que la Biblia dice y porque lo dice. Este propósito surge de la noción que la Biblia presenta la humanidad. Una comprensión de la noción bíblica de la humanidad es esencial para comprender sus pasajes y escoger los apropiados para asesorar. Lo que sigue es un vistazo general de la noción bíblica de la humanidad. Dios creó a los seres humanos como seres espirituales para que vivan en una relación de amor con Él. Les dio mente, voluntad, emociones y libertad para escoger sus propósitos para la vida. Los seres humanos no fueron creados para que vivan independientes con Dios. Dentro de cada persona ahí la necesidad de tener una relación con Dios. Al ejercer su libertad se espera que reflexione en su relación con Dios y determine mantenerla mediante la obediencia. Debe vivir en una dependencia activa, cooperadora, obediente a Dios, quien es la fuente de la vida, amor, verdad, fortaleza y carácter. El pecado, no obstante, la separa de Dios. El pecado socava la fe en Dios e interrumpe la relación entre Dios y los seres humanos. El resultado es que la esperanza para vivir queda dirigida mal o se la pierde, y el amor a Dios queda distorsionado o destruido. Dios, sin embargo, motivado por su amor por la humanidad proveyó restauración para su relación con los seres humanos, mediante la obra redentora de Jesucristo.
Usando la Biblia para Asesorar
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Varios principios deben guiar el asesoramiento bíblico. Primero, el asesoramiento debe basarse en la Biblia. La autoridad de la Biblia y su valor para instruir requiere que se la use para asesorar. Además, la Biblia es (1) practica, aplicable de inmediato a la vida contemporánea (Sal. 119:105); (2) comprensiva, capaz de guiar a las personas a enfrentar todas las preocupaciones de la vida (2 P. 1:3); y (3) digna de confianza en sus recomendaciones y requisitos (Sal 19:7). Segundo, el asesoramiento bíblico debe ser bíblicamente acertado. Es importante que se entienda el significado de un pasaje bíblico en su contexto. Por consiguiente, el ministro debe tener solida habilidad para interpretar la Biblia. Tercero, el asesoramiento bíblico debe ser bíblicamente apropiado. El ministro debe saber cómo hallar respuestas bíblicas a un problema dado. Esto exige que el ministro conozca cabalidad el texto y el mensaje de la Biblia. El estudio personal que el ministro hace de la palabra de Dios es esencial para usar eficazmente la Biblia en el ministerio. El asesoramiento bíblico debe reflejar el encuentro personal del ministro con los reclamos y afirmaciones del Señor en su revelación escrita. El ministro debe comprometerse a encontrarse diariamente con Dios al estudiar Su Palabra. El principio clave del estudio personal de la Biblia es interactuar directamente con el texto y el mensaje de la Biblia. Aun cuando abundan las ayudas y métodos para el estudio de la Biblia, el ministro no debe permitir que auxiliares secundarios menoscaben en el encuentro directo con el mensaje de Dios. Las siguientes sugerencias guiaran al ministro al estudio bíblico personal dinámico. •
Comprométase a un encuentro directo y continuo con Dios mediante Su Palabra Viva.
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Lea toda la Biblia regularmente (en un año por ejemplo).
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Memorice pasajes para la reflexión y el crecimiento personal.
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Aprenda los versículos distintivos de la fe cristiana (por ejemplo, el evangelio Juan 3:16, el amor a Dios: Jeremías 31:3; perdón: 1 Juan 1:9; alabanza: Isaías 25.1).
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Limite las ayudas para el estudio a referencias marginales, mapas y concordancias.
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Use la Palabra de Dios en la oración, adoración e intercesión: mencione las promesas de Dios, imite las grandes oraciones de la Biblia, o componga sus propios salmos.
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Haga hincapié en aprender el carácter consagrado en el estudio de la Biblia. Los seres humanos son llamados a seguir a Cristo (Lc. 9:23) e imitarlo (Ef. 5:1). Muchas crisis de la vida surgen directamente por ignorar los asuntos del carácter consagrado. Los que ministran deben demostrar que el carácter cristiano resulta. El ministro de Cristo debe esforzarse por imitar el carácter de Cristo o de Dios.
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Observe con cuidado los nombres y las descripciones de Dios.
¿Lo Pone Nervioso ir al Hospital a Visitar? ¡Qué Bien! Hay algunas almas afortunadas que parecen haber sido bendecidas con una claridad de propósito que los hace avanzar viento en popa en toda circunstancia, bien orientados, capaces y listos para responder a cualquier necesidad. Los hay. Sin embargo, no representan la mayoría de seres humanos llamados al ministerio del cuidado personal. La mayoría de las personas que visitan en los hospitales persistentemente luchan respecto al propósito y valor de nuestro ministerio. Un grado mínimo de ansiedad y humildad parece ser un ingrediente necesario para el ministerio exitoso consistente en los hospitales. Los cuidadores que no tienen miedo o que no se preocupan ignoran las necesidades de respetar la singularidad de cada individuo de cada individuo, y las circunstancias particulares de cada uno. Como los amigos de Job escuchan al enfermo solo para hallar el punto de arranque de sus propios discursos. Dan por sentado que la persona enferma está haciendo o creyendo algo fundamentalmente malo. También dan por sentado que Dios no tiene nada nuevo para enseñarles mediante el sufrimiento de otra persona. La ansiedad y una percepción de las propias limitaciones de uno, sin embargo, solo señalan lo que no se debe hacer. ¿Qué se debe hacer?
El Propósito del Ministerio en el Hospital El propósito del cuidado pastoral a las personas internadas en los hospitales se puede resumir en la siguiente frase: Los que ministran en los hospitales procuran ayudar a los pacientes y sus familias para que activen los recursos espirituales y religiosos para tratar con el sufrimiento que surge al experimentar enfermedad, heridas, dolor y muerte. Una dimensión importante de esta definición de propósito se halla en la palabra “ayudar.” La implicación obvia es que los cuidadores pastorales no pueden hacer que la gente tenga fe, ni sencillamente darles las respuestas a sus conflictos. Un ejemplo útil de ayuda es el esposo o la partera ayudando a una mujer a dar a luz. Hay muchas cosas que estas personas pueden hacer por lo menos se aprecian en gran medida en los momentos 33
más cruciales de un alumbramiento seguro y sin contra tiempo. La acción de dar a luz, no obstante, puede hacerla solamente la mujer encinta. Los esposos y parteros sabios, por consiguiente, se concentran en actividades de respaldo que harán la mayor diferencia.
Elementos de la Visitación Eficaz en el Hospital Una de las cosas más importantes que usted puede hacer para prepararse para ministrar a las personas internadas en los hospitales es familiarizarse con el ambiente del hospital. Busque cual personal puede darle la información y dirección al moverse en el hospital. La enfermera del paciente – preséntese usted mismo y hágale saber su papel respecto al paciente. Gerente de la unidad –Gerente clínico-enfermera supervisora. Esta es la enfermera o enfermero que tiene la responsabilidad de la unidad las 24 horas del día. Junto con la gerente de la unidad, cada turno tiene una persona que es responsable por los asuntos administrativos de esa unidad. La terminología varia, y algunas veces confunde, pero el término “Enfermera a cargo” por lo general se aplica a esta persona. Especialistas clínicos- hay gran variedad en cuanto a estas personas; algunos son enfermeros especializados, y algunos representas otras disciplinas relacionadas. El especialista clínico puede indicarle una amplia variedad de cuestiones médicas y psicosociales relativas a las condiciones medicas en el que se especializa. Médico de cabecera- el médico que es primordialmente responsable por el cuidado medido del paciente. En algunos casos los pacientes y los familiares se confunden respecto a quien es el médico de cabecera. Entérese de que recursos prácticos hay disponibles para el paciente. El tiempo que usted invierta familiarizándose con estos detalles le ahorraran mucho tiempo cuando más lo necesitara para el ministerio. También aumentara su eficacia al visitar. Hay dos actos adicionales que implica el término “Ayudar” y que usted debe considerar como cosas esenciales prácticas al visitar a las personas hospitalizadas. Nadie puede ayudar a otra persona sin presentarse educadamente y sin un acuerdo claramente entendido mediante el cual se brinda la ayuda. Los pacientes y sus familiares encuentran a muchas personas en el hospital. Un factor adicional que complica las cosas es que los pacientes y sus familiares no están en su mejor disposición ni tampoco listos para dar su mejor atención. Las limitaciones físicas impuestas por la enfermedad y el dolor, la preocupación respectos a los cabos sueltos dejados en casa, y unas sensación general de haber perdido el control del calendario, conspira para aumentar la dificultad que el individuo puede tener para 34
hacer una distinción entre usted y el papel que usted desempeña, y el de cualquier otro miembro del personal médico que lo entienda. Sea paciente y claro al presentarse usted mismo. Este listo para volver a presentarse sin nota claramente que la persona no se da cuenta de quién es usted. Asegúrese de que el paciente o familiar del mismo sabe que usted tiene una razón legítima para visitarlo y que su propósito es proveer respaldo. La actitud hacia el visitante puede atravesar una transformación maravillosa cuando la gente se da cuenta de que no está a punto de verse sujetos obligadamente a algo , ni que se les va a dar otro formulario para llenar y firmar, ni tampoco se les va a señalar fecha y hora para otro examen más.
Trate de Evitar lo Siguiente •
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Entra a visitar o insistir en continuar la visita a alguien que esta obviamente cansado, distraído, tratando de hablar con el personal médico respecto a su tratamiento o que necesite estar en privado. Reaccionar a la defensiva cuando lo tratan con suspicacia o ira. Tratar de restar importancia a lo que la gente siente. Hablar mientras el paciente está tratando de hablar. Explicar largamente suposición teológica respecto algún asunto. Apresurarse a asegurarle a alguien que Dios realmente lo ama, que lo perdona, que no lo está castigando o que Dios es justo a pesar de todas las apariencias o de lo que la persona siente al contrario. Acercase demasiado a la persona o tocarla en forma excesiva. Pararse o sentarse en algún lugar donde el paciente tiene que hacer esfuerzo especial para verlo; evitar el contacto con la gente.
En lugar de eso, procure hacer lo siguiente: •
De buen grado reconozca que este puede ser un mal momento, y pida permiso para volver más tarde. • Explique claramente quien es usted y lo que está haciendo allí. Para las personas que miran con sospecha a toda persona religiosa, trate de decir algo así como esto: “vaya; parece que usted ha tenido algunas experiencia muy malas con algunos religiosos”. Después, escuche. • Reconozca la realidad de la experiencia del paciente. ¡Recuerde a los salmistas! • Explore y procuré comprender primero el punto de vista de la otra persona. Si usted tiene una noción diferente sobre algún asunto que tiene que ver directamente con el sufrimiento de la persona, cuéntelo brevemente como experiencia suya, y después escuche. • Pida a la persona que le cuente más acerca de la culpa que siente, de cómo se siente que Dios los este castigando, o que Dios es injusto, etc. Recalque que muchos de los héroes de la fe se sintieron de forma similar. 35
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Observe a la persona para notar si usted está demasiado cerca o demasiado lejos. Observe las reacciones cuando usted la toca. Si tiene duda, pregunte: “¿Está bien? Si? …”
El cuidado pastoral es más eficaz cuando la persona que lo recibe comprende lo que el cuidador le ofrece y lo acepta. El ministerio se vuelve sospechoso en la mente del paciente cuando empieza a sentir que el ministro está tratando de empujarlo hacia alguna agenda oculta, o que no sabe a ciencia cierta o titubea respecto a cuál es el propósito de su presencia en esa habitación. En una serie de encuestas y grupos de enfoque hecho por este escritor, en un hospital, una de las quejas más frecuentes expresadas por los participantes fue respecto a los ministros que parecían estar llenos de ansiedad e incertidumbre en la presencia del paciente. Haga una lista que usted tiene para ofrecer, y no deje de ofrecer alguna de ellas claramente y en el momento apropiado (preferiblemente después de que ha logrado entender algo de lo que el paciente tiene en su mente). La medula de cualquier visita en el hospital debe ser el esfuerzo de escuchar a las personas a quien se visita. Cuando los cristianos escuchan bien a los que ministran le demuestra a el que sufre la atención continua y compasiva de Dios. Cuando la persona hospitalizada recibe su presencia atenta, ella le da sustancia a la realidad de la presencia de Dios confiable, compasiva y fortalecedora.
Qué Tener Presente Aun cuando las reglas generales para escuchar mejoraran grandemente el ministerio a las personas en cualquier ambiente, hay algunas cosas específicas que usted debe tener presente al visitar paciente. 1. Esté consciente de su posición, lenguaje corporal, postura y contacto ojo a ojo en relación con el paciente. Algunos pacientes notaran las señales que usted se siente incomodo, y lo tomaran a pecho. Presente al paciente una atención en calma. Párese o tome asiento donde el paciente no tenga que hacer esfuerzo para verlo. 2. No tema pedirle a las personas (cortésmente, desde luego) que apaguen la
televisión o la radio. No trate de imponer una visita en presencia de distracciones excesivas. Despídase y ofrezca volver en otra ocasión, o conténtese con estar en la periferia hasta que otros (tales como parientes, flebotomistas, enfermeras o auxiliares) hayan terminando su tareas. 3. Pregunte a la enfermera a cargo del paciente respecto a cualquier
instrucción que haya en la puerta o a la cabecera de la cama del paciente, y que exige que usted tome medidas especiales. No las ignore ni se ponga a adivinar que quieren decir.
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4. No interrogue al paciente. Algunos tratan de mantener la conversación
haciendo preguntas, y esto con frecuencia conduce al juego de las “veinte preguntas” con personas que ya están cansadas, enfermas o que tienen dificultad para pensar. Prepárese para llevar el grueso de la conversación. 5. Permita que las necesidades físicas, emocionales o prácticas del paciente dicten los límites de la conversación. No trate de resolver los problemas o decir lo que quiere decir; sepa que el ayudar a la otra persona exprese emociones importantes de por sí puede darles resolución o alivio.
Sufrimiento Nuestra declaración original de propósito también hace una distinción importante entre la experiencia de sufrimiento y el contexto físico inmediato del sufrimiento. Algunas veces el sufrimiento conduce a la enfermedad física. Al visitar a las personas en los hospitales es frecuente descubrir que han sufrido pérdidas significativas u otros eventos de mucha tensión, en el año anterior al ataque de la enfermedad. Los problemas físicos de rutina producen toda clase de trastornos emocionales y dificultades espirituales la experiencia de la hospitalización también ahonda el sufrimiento que la persona ya está experimentando debido a una situación difícil de su persona o en sus relaciones, de modo que no se puede ignorarla. Es importante reconocer que la experiencia de sufrimiento que ocupa la atención del paciente y su familia, puede estar o puede no estar directamente relacionada con el diagnostico, perspectiva médica o el tratamiento de la enfermedad. La atención cuidadosa de los temas y énfasis que el paciente o su familiares presentan puede con frecuencia guiar al cuidador a centrarse en lo que es más útil.
Rito y Ceremonias Otro elemento crucial puede aparecer cuando usted realiza un rito o ceremonia con el paciente o familiar. Por los términos “ritos” o “ceremonias” estoy sencillamente refiriéndome a las acciones respetivas de ministerio que tienen un trasfondo de tradición de nuestra fe. Si usted se ha presentado a sí mismo en forma adecuada, ha indicado su función, ha logrado un acuerdo con la persona respecto a lo que usted puede ofrecerle, y le ha ayudado a hablar de las fuentes de sufrimiento y de fe en sus vidas, estas ceremonias con mayor probabilidad estarán llenas de significado y poder. ¿Cuáles son los ritos de la Fe que producen sanidad y alivio? Los más comunes son la oración y la lectura de la Biblia. La oración que comprensivamente toma la parte del sufrimiento de la persona y la lectura bíblica que alivia el dolor y da esperanza, rara vez cae en oídos sordos. Otro rito común en la vida bautista, pero que no se lo usa mucho en el ministerio con individuos, es el de la rededicación. Muchas personas que están en 37
el hospital recibirán bien la oportunidad de renovar su consagración a Dios, y de dar una expresión concreta de tal acción. La oración, lectura de la Biblia, cantar o leer la letra de algún himno o poema favoritos de la persona, o leer junto con el paciente una oración escrita, son algunas de las formas de celebrar la renovación o rededicación. Aun cuando los bautistas procuran mantenerse lejos de la imagen del confesor de pecado, junto con la aceptación del perdón de Dios, algunas veces llega a ser el evento sanador central en la lucha de la persona contra la enfermedad. Los ministros y otros cristianos por rutina veces se apresuran demasiado a asegurarle a la gente el perdón de Dios, antes de que la persona haya tenido la oportunidad de hablar de la culpa que siente. Esta seguridad prematura rara vez es útil para ayudar a la persona a experimentar el perdón. Un método más provechoso incluye el que la persona reconozca la tensión y la culpa, dándole la oportunidad de que hable tanto como le parezca bien, y ofreciéndole explorar lo que dice la Palabra de Dios respecto a la confesión y el perdón. (Comprenda que algunas personas no querrán hablar, y no se les debe presionas a que cuenten detalles, pero que sin embargo les vendrá bien hablar del conflicto emocional y preguntas espirituales que surgen de su sentimiento de culpa.) Esta exploración sirve bien cuando uno no intenta persuadir al paciente respecto a la realidad del perdón, sino que escucha con atención la experiencia del paciente, y nota los indicios en sus respuestas. Ore reconociendo el sentimiento de culpa que invade al paciente, las promesas divinas de perdón, y pidiendo que crezca en la persona la certeza del amor de Dios. Los ejemplos anteceden representan apenas una fracción de las posibilidades de ritos pastorales. Las pacientes introducen su propia historia atesorada de adoración y comunión con Dios. La Biblia es una rica y variada fuente de ejemplos y actos de adoración, sufrimiento, dedicación, queja, sanidad y celebración que puede dar forma a un rito o ceremonia significativa. Pero, sobre todo, la situación del paciente junto con los temores y esperanzas que expresa le guiarán para saber que acciones pueden ser los más significativos para él.
Clausura La Oración puede proveer una manera significativa de poner término a la visita o de abrir la puerta a conversación más seria respecto a cuestiones de la Fe, o luchas en cuanto a ellas. Acostúmbrese a dejar tiempo para hablar de cualquier sentimiento o emoción que surja a raíz de la Oración. Asimismo, aprenda a cumplir lo que ofrece en toda la conversación pastoral. Asegúrese de regresar si prometió hacerlo .Si la persona tiene alguna necesidad que es preciso atender con mayor cuidado, hágalo posible por dar la información apropiada a la persona o personas que pueden serle de ayuda más útil (Como un pastor, capellán, el nombre de una iglesia, etc.) Si usted promete llamar alguna iglesia u obtener literatura, cúmplalo. Sobre todo, cerciórese de hacerle saber a la persona que usted la deja en
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manos de Dios, y eleve en silencio una Oración de clausura y con la Fe de que Dios estará cerca y será más real para el paciente y ahora que cuando usted entro en su habitación.
La Experiencia de la Aflicción ¡La Aflicción es como recibir un porrazo en el estómago! Le quita la respiración y le deja boqueando por aire. La aflicción es un proceso extremadamente personal. Se apropia del asiento del conductor en lugar de contentarse con tomar asiento como pasajero con toda calma. Muchos piensan que tienen en sus manos las riendas de su aflicción tan solo para descubrir que es al revés. La aflicción con frecuencia viene acompañado con enfermedad, fatiga, desaliento y desesperanza. La aflicción también puede producir un crecimiento significativo en la vida de la persona. Un buen número de experiencias en la vida pueden introducir la aflicción en la vida de una persona. Experiencias típicas que llevan a la aflicción incluyen la muerta de algún amigo o ser querido, perdida de trabajo, relaciones destrozadas, aborto espontaneo, divorcio, los hijos dejando el hogar, enfermedades serias, oportunidades perdidas o lo que Langston Hughes llama “El Sueño Diferido.” Estos son algunos pensamientos relativos a la aflicción, escrito por algunos autores destacados: “La aflicción en sí misma es medicina.”
-William Cowper
“A lo largo del camino” Anduve una milla con el placer Que hablo todo el camino, Pero no me dejo más sabio en nada Como resultado de todo lo que dijo. Caminé una milla con la aflicción Y nunca me dijo ni una palabra; Pero, ah, las cosas que aprendí de ella Cuando la aflicción camino conmigo.
-Robert Browning
“Nadie jamás me dijo que la aflicción se sentiría Tan parecida al miedo. No tengo miedo, pero la sensación Es como la de sentir miedo. El mismo cosquilleo en el estomago, La misma intranquilidad, el aburrimiento. Sigo tragando.”
-C.S. Lewis
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Etapas de la Aflicción Hay muchas variaciones de las etapas que la gente afligida atraviesa. Comprender estas etapas es útil porque ellas ayudan a normalizar la experiencia que están atravesando los afligidos. Las etapas básicas del procesamiento de la aflicción incluyen estremecimiento, impavidez, negación, expresiones de emoción y seguir adelante.
Estremecimiento La repuesta inicial de la mayoría de las personas a una pérdida significativa es la de estremecimiento. La sensación es la de “Esto no está sucediendo.” Esto es cierto tanto en las perdidas inesperada como las que fueron precedidas de amplia advertencia y tiempo para preparación. Las pérdidas significativas pueden ir acompañadas de síntomas físicos que incluyen dificultad para respirar, aumento de los latidos del corazón, mareos o enfermedad física.
Impavidez Al estremecimiento de una perdida típicamente le sigue una sensación de impavidez. Esta impavidez puede aparecer bien como crueldad u optimismo. “No importa cuán grande sea la presión. Lo que realmente importa es donde está aplicada Si está entre ti y Dios O si te empuja más cerca de su corazón.”
-Hudson Taylor
Algunas personas se alarman por lo que les parece ser una ausencia de sentimientos o sensaciones, como cuando la persona se critica a si misma porque no se echó a llorar durante el funeral. En muchos llevará tiempo para que afloren sus sentimientos en cuanto a la pérdida.
Negación Muchas personas luchan por separar la fantasía de la realidad respecto a la muerte de algún ser querido. Piensan que oyen la voz de la persona, o que sueñan que todavía sigue con vida, o levantan el auricular del teléfono y marcan el número de la persona fallecida. Es útil recordar a los afligidos que estas experiencias son normales.
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Expresiones de Emoción Cuando los afligidos empiezan a experimentar emociones, estas pueden expresarse en los momentos más inoportunos y de maneras que parecen ser inapropiados. Las lagrimas y los sentimientos de melancolía pueden aflorar de súbito, despertados con algo tan sencillo como una canción, estar en algún lugar familiar u otras cosas que les hacen recordar su perdida. La tristeza no es la única emoción que experimenta el afligido. También se puede hallar luchando con ataques de pánico o ansiedad. A la raíz de todas estas sensaciones esta la aflicción. Es común que los individuos afligidos experimenten cierto nivel de ira. Esta ira puede ir dirigida contra Dios: “¡Cómo pudiste permitir que esto sucediera!”, contra sí mismos: “Debería haberme portado más amable,” o contra el muerto: “Como pudiste dejarme solo con esto”, la ira puede aparecer en forma más directa, como por ejemplo, mostrándose mal genio en el trabajo, regañando a los hijos por nimiedades, o pateando al perro. Independientemente del objeto que usan como blanco de su ira, esto es típicamente el resultado de una profunda sensación de pérdida. Se percibe la ira como una manera segura de expresar los profundos sentimientos de tristeza que la persona está experimentando.
Seguir Avanzando A la larga la gente resuelve sus emociones y sentimientos y empieza aceptar lo que ha ocurrido, y a seguir adelante con su vida. Es durante esta etapa que la gente empieza a establecer una nueva vida para así mismo. Esto puede incluir el volver a casarse, empezar un nuevo empleo, mudarse, hacer nuevos amigos, o toda una serie de otros cambios.
Conclusión Es importante notar que las etapas de la aflicción no son rígidas. Las personas pueden entrar y salir de varias etapas, o incluso saltarse una u otra, en poco tiempo una persona en la etapa de resolución puede de súbito encontrarse experimentando profunda tristeza o ira. Esto es uno de los asuntos que preocupan a los afligidos. Dicen cosas como: “Pensé que me iba bien, pero hoy me siento tan mal como inmediatamente después de la muerte de mi esposo.” Aun cuando la intensidad de los sentimientos y sensaciones pueden ser los mismo, la duración no lo es. Inicialmente pueden haber estado con los ánimos “Por los suelos” por varios meses. Las “Recaídas” Subsecuentes pueden durar apenas una semana, días o incluso horas. El camino a la recuperación debe medirse por la duración de las dificultades, no por su intensidad.
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Un Futuro Lleno de Monstruo El Capellán la visito por primera vez el día en que le dijeron a Margarita que tenía SIDA. La madre de ella y dos hermanas estaban presente. El Capellán casi ni había acabado de presentarse a sí mismo, cuando ella le interrumpió para decirle con indiferencia: “Pues Bien, el médico acaba de decirme que he pescado el SIDA.” Asombrado, el capellán miro rápidamente a las tres mujeres que estaban de pie junto a la cama, notando que las lágrimas afloraban a sus ojos. Una hermana le tomo la mano a Margarita, musitando algo que nadie más pudo entender. La otra hermana hundió su cabeza en el hombro de la madre, conteniendo los sollozos. El Capellán noto la sorpresa llena de dolor, y pregunto a Margarita como se sentía ella. El anuncio de ella y la pregunta del capellán fueron los primeros pasos en el lento recorrido a través del estremecimiento, la vergüenza y la confusión. Se hallo sintiendo profunda lastima por la madre de Margarita mientras ella iba y venía entre el choque de la aflicción y la confusión del “¿Cómo?” sintió compasión por las hermanas que batallaban tratando de consolar a su madre y a Margarita. Pero sobre todo por la mujer que enfrentaba todo un futuro lleno de monstruos, capaz por el momento tan solo de expresar una sorpresa insensible.
¿Qué Decirle a la Persona que se Está Muriendo? Como la mayoría preguntas realmente importantes en la vida, el relato que antecede no tiene ninguna respuesta simple. Más bien clama respuesta para muchas otras preguntas de la misma manera que el diagnostico de la enfermedad de Margarita levanta muchas más preguntas de las que se pueden responder en esos terribles momentos después de que se le informa de eso por primera vez. Más importantes todavía, ¿Qué hace uno para que la respuesta a tal experiencia sea significativa? En la respuesta de capellán que se describió arriba se pueden hallar varios indicios retrocedamos un paso en el momento inmediato, y supongamos que sabemos lo que influyo en la respuesta que dio capellán.
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Comprendiendo su Respuesta A los que Están Muriéndose El primer paso para ministrar en forma significativa es que los que ministran hagan frente a sus propias emociones, sus experiencias con la muerte, lo que dan por sentado al respecto y sus creencias espirituales en torno al asunto. Si, como el teólogo Thomas Oden dijo, el ministro es la persona que tiene más para ofrecer a los que enfrentan la muerte, entonces es responsabilidad de los cuidadores pastorales ministrar de manera tal que permita a las personas experimentar el pleno poder sanador del Evangelio. Sin embargo los efectos de una experiencia final y potencialmente trágicas son poderosos y nos afectan a todos y de manera profunda. Es casi imposible separar las necesidades de uno mismo, las influencias durante la infancia y la aflicción profunda en las perdidas presentes o futuras de los seres queridos, de la experiencia a la persona a la que ministramos. Casi imposible, es decir al menos que los cuidadores pastorales hayan estados dispuestos hacer su tarea con respecto a lo que dan por sentado y sus expectaciones. Los que ministran también se beneficiaran al haberse permitido experimentado el dolor de su propia aflicción y la sanidad correctora de la Fe en sus vidas; explorar de algunas maneras en que sus reacciones pueden ayudar y estorbar a otros que atraviesan una experiencia singularmente individual. Aun cuando cualquier persona puede ser potencialmente de ayuda para alguien que atraviesa la experiencia de la muerte, o acompañar a un ser querido en los últimos momentos, lo que se coloca en la posición de trabajar regularmente con las personas que enfrentan la muerte de cerca tienen que hacer la tarea que acabamos de indicar. Arreglar las cuentas con los recursos singulares y obstáculos presentes en nuestras experiencias personales en cuanto a la muerte nos permitirá ver las similitudes cruciales y diferencias en la jornada particular de otras personas. El darnos cuenta de esto también nos ayudara apreciar el hecho de que nuestras respuestas, así como las de aquellos quienes ministramos, no se hallaron mediante consejo fácil o mediante perogrulladas. Aun cuando lo que acabamos de decir podría parecer que implica que la experiencia personal del individuo que ministra es algo que se debe examinar y luego hacer a un lado, permítaseme decir de inmediato que esa sería la manera menos eficaz para ministrar a otros. La ilustración con que empezamos esta sesión revela a un cuidador que puede responder inmediatamente, con empatía y comprensión, y sin el efecto distanciado de parecer “En calma, frio y bien plantado.” Puede haber ocasiones en que se necesita tener la cabeza bien fría. Sin embargo, en la mayoría de ocasiones los que enfrentan el estremecimiento y desorientación de un pronóstico terminal sencillamente necesitan sentir empatía genuina e inmediata. Los que han reducido su propia historia a mero análisis son incapaces de dar esta clase de respuesta.
¿Qué sabemos de la Experiencia de Morir? 43
Otra faceta del ministro a las personas que han recibido un diagnostico de enfermedad terminal es la compresión del amplio alcance de la experiencia humana. La literatura acerca del morir y de la muerte ha crecido continuamente en los últimos treinta años. Junto con la conciencia general del proceso de morir, y la aflicción que lo acompaña, también ha surgido un amplio nivel de conceptos errados respecto a lo que constituye las experiencias de “la Muerte y el Morir.” El libro On Death and Dying, de Elisabeth Kubler-Ross, apareció hace como treinta años. Contribuyo grandemente a nuestra noción respecto a morir, pero también ha sido tomado equivocadamente como una descripción de cómo son las cosas. Investigación subsecuente respecto a morir y a la aflicción revela que las personas no atraviesan invariable o completamente las etapas que señala KüblerRoss, ni tampoco en el orden en que ella las presenta. Cada uno de los capítulos que tratan de una experiencia de muerte en particular enfoca un individuo diferente. Aun cuando sus descripciones son poderosas, evocativas y en general útiles para comprender experiencias particulares de morir, no predicen confiablemente el sendero que todo individuo seguirá. Proveen incluso menos base para el concepto errado y tan a menudo sostenido de que el objeto del ministerio a los que están muriéndose es ayudarles a “salir” de la etapa en que se hallan y “pasar” a la siguiente. Finalmente, a menudo se entiende mal la etapa de aceptación que Kübler-Ross señala como final. Un enfermero investigador he hallado que las personas que están muriéndose rara vez experimentan la clase de aceptación que Kübler-Ross señala en su libro: “En lugar de eso, lo que parece ocurrir es que la persona se percata de lo inevitable. El paciente puede tal vez no estar dispuesto a irse o a hacer las paces con el hecho de que la muerte ocurrirá, pero puede adoptar la noción de que, sea cual sea la razón, el tiempo ha llegado.” Como se acaba de ver en lo que ha dicho, las percepciones rígidas de la experiencia de morir corren el riesgo de hacer que los cuidadores pastores interpreten erróneamente o pasen por alto aspectos importantes de las experiencias de los individuos. Una comprensión más amplia que le ayude a organizar sus observaciones y a la vez le conceda espacio para las diferencias individuales y por lo general más útil para el ministerio y para la persona a quien se ministra.
Fases Generales de la Experiencia de Morir
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1. Fase de Crisis Aguda-Cuando la persona recibe por primera vez un diagnostico de desahucio, eso incluye el percatarse de súbito que su existencia está amenazada. Esta experiencia tiende a crecer hasta que alcanza su clímax, al cual la gente responde haciéndole frente en mayor o menor grado, y con una mezcla de conducta saludable y dañina. Las reacciones emocionales pueden variar desde el pánico, la impotencia, ansiedad y una sensación de abandono, hasta la insensibilidad, parálisis y sentirse incapaz de conectarse personalmente con lo que está ocurriendo.
2. Fase Crónica de Vivir y Morir – La persona que esta muriéndose y sus familiares luchan por hacerle frente a la enfermedad, sus problemas y sus reacciones emocionales a ella y la muerte inminente. Junto con el conflicto de vivir en forma significativa frente a un futuro alterado drásticamente y relaciones que cambian, la persona que esta muriéndose y sus familiares también se preocupan por asunto prácticos relativos a hospitalización, decisiones en cuanto a tratamiento , asuntos financieros y el cambio en los papeles.
3. Fase Terminal- Se piensa que esta fase empieza cuando la persona que esta muriéndose empieza a retraerse en sí misma y a responder a las señales corporales para conservar su energía. Los familiares pueden tener dificultades para entender la conducta de su ser querido y comprenderla durante este periodo.
Cada una de las fases indicadas en la experiencia de una persona que vive frente a la muerte que se acerca, presente profundos retos para el mismo individuo y sus seres queridos. El muriente típicamente lucha por arreglar cuentas con la amenaza de dejarse abrumar por el temor del dolor, el sufrimiento , la mutilación , decisiones en cuanto a tratamiento , causas y significativo de su muerte , aflicción por las relaciones que se termina , el temor de que lo abandonen sus amigos , seres queridos y personal médico , pérdida de capacidad mental y del sentido de dignidad personal en medio de todo lo que le está sucediendo. Los familiares se ven frente a las demandas de proveerse continua y mutuamente respaldo emocional y práctico, negociar los papeles cambiantes y deberes que resultan de la ausencia de su ser querido en las actividades diarias, satisfacer las necesidades del que esta muriéndose, establecer una relación funcional con el personal médico que lo atiende, tratar con las exigencias del mundo externos, y decir adiós a sur querido de manera significativa.
Ayudando a las Familias a Comunicarse con sus Seres Queridos
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•
Trate comprender a la persona en el contexto de la familia de ella. Pregunte respecto a las relaciones y los papeles en la familia. Pídales que digan algo respectos a los otros parientes.
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Trata de establecer una relación personal con cada familiar siempre que sea posible.
•
Recuerde incluir a los niños.
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Anime a toda la familia a participar en la atención y tratamiento de las personas que esta muriéndose.
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Reconozca los puntos fuertes y debilidades de cada individuo, y los de la familia como un todo. Anime a las familias e individuos a usar sus puntos fuertes.
•
Interprete las respuestas del paciente que se está muriendo y ayude a los familiares a entender su comportamiento a la luz del proceso de morirse.
•
Anime a los familiares a que expresen las emociones según deseen. Responda con aceptación y comprendiendo que su comportamiento es normal.
•
Ayude a los familiares a comprender que es normal sentir emociones mezcladas y deseos contradictorios.
•
Anime todo lo que sea posible que continúen con las ceremonias y tradiciones familiares.
•
Si la familia está abierta a recibirlo, haga habitual el orar con la familia como un todo, no solo con el paciente o familiares individuales.
•
Anime a los familiares a descansar y a cuidarse ellos mismos.
•
Anime a los familiares a que le hagan saber a la persona que se está muriendo como la recordaran.
Ayudando a Otros a Llegar a una Buena Muerte
Como personas de fe los cristianos pueden afirmar dos cosas en cuanto a la muerte. Una es que ninguna muerte es buena. Cristo lloro abundantemente por la muerte de su amigo lázaro, así como por la perspectiva de su propio sufrimiento y muerte. La otra cosa que podemos afirmar respecto a la muerte es que ella no es la pablara final. Aun cuando la muerte es una de las señales poderosas restantes de la presencia del pecado y del mal en el mundo, ella ya ha perdido du aguijón debido a que Cristo estuvo dispuesto a morir por nosotros. Así que bien podernos llorar por nuestra propia muerte, o la muerte de otra persona, pero no tenemos que llorar como los que no tienen esperanza.
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Estas dos nociones proveen dos importantes herramientas para el ministerio de los cuidadores pastorales. Tenemos libertad para llorar con los que lloran y permitirles la comprensión y aceptación que necesitan para explorar completamente su aflicción, en presencia de alguien que puede oír su dolor sin reaccionar en contra del mismo. También nos permiten ayudar al nutriente a avanzar a lo que deba hacer para tener una “buena muerte.” Esto quiere decir que el ministro estará alerta para notar cuando la persona necesita repasar su vida a la luz de compromiso con Dios, Celebrar las ocasiones en que corrió bien, confesar y pedir perdón por aquello en que fallo, decir adiós a sus seres vidas a fin de poder morir con dignidad.
Hay algunas pautas practicas que pueden ayudarle a establecer un ministro eficaz para los que están enfrentando una enfermedad terminal. Estas pautas se pueden resumir en las siguientes afirmaciones:
1.
Establezca Consistencia y regularidad en su ministerio. Una manera eficaz de presentar la fidelidad de Dios es mediante su presencia fiel. Es también la mejor manera de alimentar la esperanza.
2. Escuche a la persona, aprenda de ella, y avance según el ritmo de ella.
Practique la humildad servidora que acepta el hecho de que la persona que esta muriéndose sabe más de su propia experiencia que lo que usted saben. No presione a la para que acepten hechos, interpretaciones o emociones con los que claramente no quiere lidiar al momento. Se hace más daño cuando se hace algo “por su propio bien” que cuando se permite a las personas avanzar a su propio paso. 3. Anime a la persona a fijar metas espirituales específicas y alcanzables,
relacionadas directamente con sus preocupaciones y luchas. Léale porciones bíblicas y provéale de otros recursos que reconozcan tanto la lucha como la esperanza. 4. Aprenda cómo responder a las preocupaciones prácticas. 5. Ministre a los familiares; no permita que se deje fuera a los niños; anime al
paciente y a la familia hablar de su vida familiar y relaciones.
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6. Este alerta para ver y animar la expresión de emociones. La depresión y la
desesperanza ocurren cuando no se da salida a la emoción. 7. Anime y afirme la buena comunicación entre el paciente y sus familiares con
el personal médico. Informe a los médicos y enfermeras cualquier dato que podría ayudarles a comprender al paciente y las necesidades de la familia en sus circunstancias individuales.
Lamento Complicado Los ministros tienen que comprender que algunas experiencias de aflicción y de muerte resultan en sufrimiento emocional y psicológico. Esto puede prolongar o intensificar las reacciones normales a la aflicción y puede estorbar la restauración. Los siguientes factores pueden contribuir a complicar la aflicción: •
Muerte repentina inesperada.
•
Muerte después de una enfermedad muy prolongada.
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Perdida de un hijo.
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Muerte que se percibe como prevenible.
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Historial de ira y ambivalencia respecto a la persona que se está muriendo, antes de que se reciba el diagnostico. •
Una relación marcadamente dependiente con la persona que se está muriendo, anteriormente al diagnostico. •
Historial de problemas emocionales y mentales.
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Historial de tensiones y crisis serias.
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Falta de respaldo social.
¿Qué Hacer Con Sus Creencias? “Si las personas piensan, como el padre de Melanie Herd pensaba en su angustia, que no hay Dios, decirle que hay un Dios y que su amor puede ser un poder sanador rara vez logra algo en un momento de crisis… Lo que usted hace es quedarse junto a la persona en su aflicción o que esta muriéndose, independientemente de las diferencias entre sus creencias. No venda barato el valor de sus creencias, pero no juzgue ni se crea más santo que su amigo.
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Sencillamente quédese a su lado. Tal vez llegue el día, si esa persona se abre, cuando usted podrá lentamente empezar a sembrar las semillas de la creencia aquí y allá, aun cuando no sea de otra manera que mediante su respaldo gentil y continuo.
Cuando la Muerte Llega a una Familia Las noticias de la muerte de un familiar pueden llegar de repente en una llamada por teléfono, como culminación de una enfermedad prolongada. De cualquier manera la muerte de un familiar crea toda una avalancha de emociones y ajustes en la vida. Esperanzas, sueños, planes futuros y prácticas actuales quedan cambiados dramáticamente por la muerte de un pariente. El costo financiero y emocional que se experimenta puede ser abrumador. Inmediatamente después de la muerte hay toda una multitud de cosas que tienen que hacerse, incluyendo el planeamiento del funeral, atender asuntos financieros, y resolver las cuestiones de la herencia. Mientras tanto continúan los asuntos diarios que son parte de la vida de uno. En medio de todos estos detalles que son necesarios considerar. Las familias tienen que hallar tiempo para afligirse y experimentar la emoción que les ha caído encima intempestivamente. Amigos cariñosos y amables proveen respaldo increíble durante los tiempo de aflicción. Ministrar a los afligidos es una manera poderosa de expresar el amor de Dios.
Síntomas Asociados con la Aflicción Al ministrar a las personas afligidas por la muerte de una familiar es importante comprender los asuntos con los que estarán luchando. Hay muchos síntomas físicos y emocionales que una persona puede experimentar después de la muerte de un ser querido. Los individuos afligidos tienen que vérselas con profunda tristeza, desesperanza, remordimientos, amargura, ira y otras emociones difíciles. El doliente incluso puede considerar el suicidio (Cuando la persona corre peligro de hacerse daño ayúdele de inmediato a buscar ayuda profesional). Los síntomas físicos pueden incluir úlceras, alta tensión arterial, insomnio, o dormir demasiado, dificultades para comer, fatiga y una susceptibilidad aumentada a toda una serie de enfermedades.
Las Cuatro Tareas Al Afligirse 1. Aceptar la realidad de la pérdida. 2. Experimentar el dolor de la aflicción.
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3. Ajustarse a un medio ambiente en el cual no está el fallecido. 4. Encontrar energía emocional e invertirla en otra relación personal.
Pautas para Ministrar a las Familias Afligidas
Tenga presente que las familias afligidas por el duelo con mayor frecuencia reciben ayuda de su presencia que de las palabras que dice. No se sienta obligado a tener que decir algo para que se sientan mejor .Intentar decir palabras de consuelo puede ser contraproducente, y acabar siendo destructivas o dando un mensaje negativo; como cuando una persona le decía a un niño cuyo padre acababa de morir: “No llores; tienes que ser fuerte por tu mama” Recuerde: “Nuestra tarea no es explicar. Nuestra tarea es estar allí.” No subestime el poder de su presencia para ayudar a que las familias afligidas sientan consuelo. Su identificación con su dolor tendrá más significado que cualquier intento de tratar de explicar y reducir su aflicción. Hay un viejo refrán que dice: “El principio de la sabiduría es llamar al pan.” No tenga temor de reconocer la perdida que una familia ha experimentado. En lugar de decir: “Lamento lo que ocurrió”, diga algo así como: “me aflige mucho la de muerte de Juan. Sé que usted lo va echar mucho de menos.” Los afligidos reconocerán que usted no tiene temor de hablar abiertamente de la perdida que ellos han sufrido. Mire a la persona ojo a ojo al expresar sus condolencias, y si es posible, tóquelas.
Sea proactivo al ministrar a la familia afligida. La mayoría de las personas titubean en cuanto a pedir ayuda específica, pero la recibirán de buen grado cuando se les brinda. En lugar de decir: “¿Le gustaría que le traiga una comida?” Diga: “Voy a traerle una comida. ¿Sería mejor el miércoles o el jueves? Tome la iniciativa para llamarlos regularmente por teléfono, en lugar de decir.”Llámame si necesita algo. “Pregunte cosas especificas al llamarlos por teléfono, en lugar de la pregunta general “¿Cómo le va?”
Sea práctico al brindar ayuda. Los afligidos apreciarán cualquier cosa que les alivie la tensión y les ayude a sobrellevar la tremenda carga que tienen encima. Esto puede incluir cortar el césped del patio, ayudar a limpiar la casa, cuidar a los
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niños para que los adultos puedan tener momentos a solas, o atender algunos de los quehaceres urgentes pero tediosos.
No tenga miedo de hablar sobre el fallecido. Es más, la mayoría de las familias apreciará que se recuerde a su ser querido. Uno de los más grandes temores que tienen las familias es que se olvide al fallecido. Las familias aprecian especialmente relatos y comentarios positivos sobre el fallecido. También miran con buenos ojos las oportunidades de hablar sobre el fallecido con alguien que les brinda un oído que escucha. Si usted no conocía al fallecido promueva la conversación haciendo preguntas tales como:” ¿Cómo era Juan? O “¿Qué es lo que más echa de menos en cuanto a Juan?”
No dé por sentado que la familia “Ya se ha repuesto”, después de varios meses. Muchas personas han sugerido que el segundo año después de una muerte es más difícil que el primero. Para ese entonces ya ha cesado una gran parte del respaldo emocional que recibió la familia. Asegúrese de recordarlos con una tarjeta, una llamada por teléfono, o una visita en días importantes incluyendo días festivos, aniversarios y cumpleaños. No tenga temor a traer a colación al fallecido; usted puede estar seguro que el recuerdo de la persona fallecida todavía está fresco en la memoria de los familiares. El procesamiento de la aflicción típicamente dura por lo menos dos años, y algunas de las cicatrices continúan toda la vida.
Actividades Familiares Útiles 1. Realice un servicio memorial familiar, en el cual usted habla de los
recuerdos especiales respecto al fallecido. “Elogiar a la persona que uno ha perdido hace que se aprecie el recuerdo” -William Shakespeare
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Escríbale a la persona fallecida una carta de despedida.
3. Haga algo o dedique algo en memoria del fallecido. (Siembre un árbol
en su honor). 4. Entregue a una institución de beneficencia un donativo en memoria del
fallecido. 5. Únase a un grupo de respaldo de aflicción.
Conclusión
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La clave para administrar a las familias afligidas es consistencia. Su tarea no es arreglar nada, si no compartir su dolor. Muchas personas evaden a los afligidos porque “no saben que decir.” Como resultado las familias afligidas por el duelo pueden acabar sintiéndose aisladas y abandonadas. Extienda su mano a estas familias afligidas y usted y ellas se beneficiaran. Como dice el dicho popular: “¡Sencillamente, hágalo!”
Libertad Los capellanes están en una posición única para proclamar el mensaje apasionado de Jesucristo que cambia vidas, pero también deben darse perfecta cuenta del potencial para la pseudoevangelización y la manipulación inintencional. La salvación es una decisión personal, es cuestión de la voluntad, pero las decisiones humanas están repletas de ministerio. Cualquier teología que toma enserio la libertad humana debe reconocer el ministerio de la salvación. Las explicaciones razónales buscan las causas, pero si la decisión es “causada” por alguna persona o circunstancia a parte del mismo individuo, entonces la decisión no es libre y no es auténtica, si no manipulada. Las decisiones que resultan de la manipulación o coacción circunstancial no cambian vidas. Por consiguiente no se puede explicar por entero la decisión genuina. Siempre hay ministerio.
Pseudo-Evangelización Hay muchos factores que pueden conducir a las personas a tomar decisiones superficiales y falsas. La voluntad humana recibe la influencia de conceptos y emociones. Ambos factores están presentes en abundancia en el contexto en que ministran los capellanes. Las crisis médicas pueden despertar tanto temores como dudas. Las sugerencias que ofrecen esperanza en una crisis se pueden aceptar por el afán de sobrevivir sin rendirse a la voluntad de Dios. El paciente puede “sentirse mejor” después de orar, y el capellán puede sentirse satisfecho, pero si la decisión o fue genuina tendrá el efecto de aislar a la persona en contra del verdadero evangelio, en lugar de traer a la persona a Cristo. Tenga cuidado respecto a las emociones cargadas en alto grado.
Proclamación Auténtica ¿Cómo podemos evitar la pseudo evangelización? En el ministerio del capellán nada sustituye el liderazgo del espíritu santo. Hay algunos que nunca oirán el evangelio a menos que lo oigan de labios de un capellán. Cuando el espíritu santo nos dice que testifiquemos, tenemos que hacerlo. Es útil tener un plan apara abordar el tema de las cosas espirituales. Usted puede empezar preguntando: “Juan: ¿Cómo se siente respecto a su relación con Dios?” algunos les restara importancia al asunto contestado: “Bien.” Usted debe discernir si realmente no quiere hablar del asunto, o sencillamente están
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titubeando. “Me parece que percibo algo de vacilación en su voz,” es una respuesta posible y gentil. Siempre estoy listo para hablar de Cristo. Otras personas se abrirán y empezaran a hablar de sus temores y dudas. Escuche. Ore. Si ellos se lo permiten tenga preparado un tratado, una biblia marcada o una presentación del evangelio que haya memorizado. El testimonio se debe dar de una manera gentil y con paciencia. Usted debe mostrar que esto es de vital importancia para usted, y no sencillamente otra tarea en su lista de cosas que tiene que hacer hoy. Su voz, su cuerpo y tono de voz comunicarán esta urgencia. Su propio testimonio es otro instrumento importante al testificar. El capellán debe evitar la tentación de pasar todo el tiempo hablando de si mismo antes que del señor Jesucristo. Un testimonio dicho apropiadamente es un instrumento poderoso para proclamar el evangelio. Debe ser conciso, personal e incluir un sentido de “como llegue a saber a ciencia cierta que tengo vida eterna.” El testimonio debe reflejar lo que Dios está haciendo en su vida ahora, y no solo hace diez o veinte años. Un bosquejo sencillo, y sin embargo afectivo, puede incluir: 1. 2. 3. 4.
Mi vida antes de recibir a Cristo. Como me di cuenta de que necesitaba a Cristo. Como llegue a ser Cristiano. Como me ayudaba Cristo en mi vida diaria.
La Oración como Testimonio El evangelio también se puede presentar elocuente en una operación sencilla. Filipenses 4 le da al creyente el derecho de llevar una petición ante el trono del Dios viviente. No es oración de Fe en el sentido de saber de antemano la respuesta que el señor dará. Sin embargo, debemos tener la fe de que el oye con pasión nuestras oraciones y que dirá que “si” a cualquier cosa que no estorbe los propósitos más grandes de la obra de su reino. Esta es una oración de muestra: Señor: te agradecemos por tu misericordia y nos acercamos a ti hoy con una petición desde lo más hondo del corazón. María será operada hoy. Te pedimos que les concedas sabiduría y gran habilidad a los médicos, enfermeras y el resto del personal médico. Ayúdales a ver todo lo que tienen que ver para ayudar a María. Dales la fuerza necesaria y bendícelos con tu dirección. Incluso más allá de la capacidad de los seres humanos pedimos que sanes a María. Permíteles que sienta fuertemente tu presencia. Bendice a su familia y dales paz y fortaleza. Gracias por Jesucristo, nuestro amante salvador que murió en la cruz por nosotros, que resucito y
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que nos ofrece el don de la vida eterna si sencillamente creemos en el, confesamos nuestra necesidad y limitamos a nuestras vidas. Oramos en nombre de Cristo, Amen. La oración del capellán puede incluir la medula del mensaje de salvación en una manera sencilla, y sin confrontación.
Teodicea: El “Por Que” Al Testificar Uno de los asuntos que mayor presentaran al capellán será como responder a la pregunta: “¿Por qué a mí?” el capellán debe ejercer mucho cuidado cuando le hacen esta pregunta. Responder a la etapa errada de la aflicción es un serio error. El capellán tal vez necesite sencillamente decir: “No sé el ‘¿Por qué?’, pero si se que estoy aquí y listo para conversar con usted.” No responder nada es reusar seguir el pasaje bíblico que ordena: “Estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” Hay alguna clase de aflicción que se puede atrofiar permanentemente debido a las preguntas teológicas que no reciben contestación. No podemos procesar nuestra aflicción si creemos que Dios nos odia. El capellán con frecuencia se halla frente a personas atrapadas en un torbellino de emoción y confusión. ¿Qué podemos hacer?
Respuestas en el Proceso de la Aflicción 1. Etapa del estremecimiento o choque – afirmación sencilla. No intente dar explicaciones teológicas complicadas a la persona presa del pánico o de una aflicción aplastante. No solo que es inútil debido a que sus procesos racionales no están funcionando, sino que puede dar la apariencia de ser cruel y frio. Ofrezca su presencia. Hable en forma sencilla. Sea humilde. A una madre que ha perdido un hijo: “¡Por que Dios me hace esto!” usted puede responder: “No lo sé, pero si se que él la ama y también ama a su hijo.” Escuche. Llore. Tenga paciencia. En tales momentos el evangelio puede hablar más elocuente mediante la compasión en el silencio. 2. Etapa de ira – Invitación de estudio. Los capellanes encuentran gran cantidad
de ira. La familia se enfurece contra los hospitales y su personal. Los presos se enfurecen contra la sociedad y el sistema legal. En el contexto de la ira la biblia advierte a que se responda con calma: “La blanda respuesta quita la ira; mas la palabra áspera hace subir el furor.” Nunca se permita ponerse a la defensiva. Sea manso como paloma y prudente como serpiente. Cuando se hacen preguntas teológicas en esta etapa lo más probable es que se vean las respuestas como excusas o reto en lugar de cómo ministerio. La mejor respuesta a la etapa de la ira es vivir el evangelio. Muestre la verdad en sus obras de compasión Si la persona persiste en preguntar, recomiéndeles algún material
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escrito. La persona quiere desatarse en insultos no se dará tiempo para tomar asiento y leer un libro o panfleto. Esto sirve como un proceso de cernir que le ayuda a saber si usted está lidiando con preguntas del alma o con la ira de la aflicción. Puede ser un reto para usted: “¡Se supone que usted conoce a Dios! ¡Dígame porque me ha hecho el esto a mí!” usted podría decir “ha habido ocasiones en que yo estaba con ira contra Dios, pero estoy convencido de que Dios nos ama, y que hay razones reales por las que estos ocurren, Si usted lo desea, puedo conseguirle algo de información. 3. Etapa de aceptación – respuestas y esperanza. Si las preguntas o ruegos de la
persona no están enmarcadas en ira o pánico, usted debe estar listo para darles una palabra de gracia las siguientes son algunos ejemplos de respuestas en diferentes tipos de situaciones.
Respuestas ¿Por qué a mí? El capellán debe ejercer cuidado al tratar con esa pregunta. Hay muchas razones posibles para el sufrimiento y aplicar alguna respuesta específica a la situación de la persona puede equivaler a juzgarla. No obstante, la biblia dice claramente que hay razones para el sufrimiento. Los que sufren por enfermedad o accidentes. Dios permite que la naturaleza nos cause dolor. Dios no nos “envía” adversidad. Vivimos en un mundo caído, peligroso, lleno de enfermedades y accidentes. El señor nos protege de muchos males que tal vez nunca sepamos que nos amenazaban, pero hay ocasiones en que permite que el dolor nos llegue. El no nos protegerá de todo dolor. Esto no quiere decir que no nos ame. Los que sufren debido a otros. Dios permite que los que nos rodean tomen decisiones. Algunas veces resultamos lastimados por las decisiones de otro. Nuestras decisiones afectan a otros, y las de ellos nos afectan a nosotros. Sin embargo, Dios es justo. Dios ejercerá la venganza, el juicio y el castigo sobre las acciones dañinas de pecado. Dios ofrece perdón para los que se arrepienten. Los que sufren daño pro sus propias decisiones. Dios nos permite tomar decisiones erradas algunas veces esto no hace daño. El señor ofrece perdonarnos en nuestras equivocaciones y rebeliones. Los que sufren debido a su posición por Cristo. El cristiano es llamado a “Tomar su cruz y seguir a Cristo.” Algunas veces el mundo rebelde nos castiga porque seguimos a Cristo. Cristo dice que debemos alegrarnos por el hecho de que estamos en compañía de los profetas cuando sufrimos por Él. Los creyentes que sufren por las circunstancias. Algunas veces dios permite enfermedad o accidentes en la vida del creyente como testimonio para los no creyentes. A veces el único que puede verdaderamente testificar a alguien que sufre de una enfermedad incurable es un creyente que padece de una enfermedad incurable.
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Para todos, tenga precaución. Dar respuestas es un verdadero ministerio, pero puede convertirse rápidamente en discusión o concurso de habilidades. El capellán debe guardarse contra el orgullo en el ministerio. La respuesta apropiada es la que edifica al que la hace. Es más, dar respuestas no es la única manera en el que el capellán testifica.
Conclusión Los capellanes testifican de maneras y en contextos desafiantes. Se debe de atender con todo cuidado las situaciones emocionales. Las respuestas no son imposibles, y pueden abrir el camino para el procesamiento saludable de la aflicción. La oración es un instrumento poderoso para proclamar el evangelio. El testimonio oral también es un gran acto de amor. Pero lo más importante es que el espíritu santo debe dirigir. Hay tiempo para callar y tiempo para hablar. Hay tiempo para decir: “No lo sé,” y tiempo para decir: “Permítame decirle lo que yo he aprendido.” Hay tiempo para testificar verbalmente y tiempo para hacerlo con obras. Hay tiempo para amar. Para el capellán, el tiempo no tiene contraparte. El voluntario que provee cuidado pastoral funciona en un ambiente institucional que es “territorio ajeno.” Para servir con eficacia uno debe comprender y sujetarse al protocolo administrativo. Esta sesión le dará al cuidador dirección respecto a la “jerarquía de mando” en los escenarios del ministerio especiales.
El Papel del Capellán de Planta El capellán de planta es la “sombrilla de autoridad” bajo la cual sirve el voluntario. El capellán comprende el protocolo dentro de la institución, y puede mejorar la eficacia de cualquier ministerio que haga el voluntario. El capellán es responsable ante la administración de la institución por todo lo que ocurra dentro del programa del ministerio de capellanía. Por lo tanto, es de extrema importancia que el voluntario se someta a la autoridad del capellán en todo aspecto del ministerio que desempeña. El capellán puede ver “el cuadro completo,” del cual el voluntario es una parte. No espere comprender toda la decisión que tome el capellán respecto a los eventos del ministerio. El ambiente singular del ministerio requiere coordinación cuidadosa como muchos otros departamentos y respeto mutuo por lo que cada departamento está tratando de hacer. La institución es una cultura en sí mismo y el voluntario debe darse cuenta de que hay dinámicas obrando aunque no las logre comprender. Nunca de nada por sentado al realizar ministerio en un escenario institucional. Ninguna pregunta es tonta o irrelevante. Preguntar indica un deseo de cumplir el protocolo normal. Hacer una pregunta puede ahorrarle muchos dolores de cabeza tanto al voluntario como al capellán. Cosas que al voluntario le parecen
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“inocentes” pueden constituir una serie infracción en el escenario del ministerio. Esto puede llevar a un papel restringido en el ministerio, o posiblemente a que no se le permita seguir sirviendo como proveedor voluntario del ministerio.
Importancia de la Preparación del Voluntario Algunas instituciones se reservan el derecho de despedir al voluntario sin recurso alguno. A menudo se le ofrece al voluntario un contrato o acuerdo por escrito que especifique a un invitado de la institución. Como tal, la invitación para estar presente en el escenario del ministerio se puede retirar en cualquier momento. Esto no es reducir la importancia de los voluntarios en el ministerio sino reconocer que no todo mundo tiene el talento para proveer ministerio en un escenario en particular. También provee un medio de exigir cuentas por la conducta que es inapropiada en este escenario. Esta posibilidad acentúa la necesidad de preparación continua como esencial para que haya un equipo fuerte de voluntarios para el ministerio. La preparación continua reduce al mínimo la probabilidad de infracciones serias, fomenta el espíritu de equipo, y comunica el alto respeto con que la institución ve al voluntario (al empleado se le provee preparación continua; el voluntario también debe tenerla). En la medida en que el capellán dirige la preparación continua se fortalece su posición como autoridad bajo la cual el voluntario trabaja. Parte de la preparación que el capellán de planta provee para el voluntario debe ser una descripción de trabajo. Esto señala específica y claramente los aspectos del ministerio, las expectaciones en cuanto a rendimiento, y el límite de tiempo del contrato asignado al voluntario. Hay que revisar periódicamente la descripción de trabajo pensando en oportunidades adicionales de ministerio, y las necesidades de ajustes en los límites de tiempo según el contrato. Esto provee un medio para que el capellán de la planta exprese aprecio al voluntario y ofrezca dirección para fortalecer su habilidad para el ministerio. Una descripción sencilla de trabajo puede ser como esta:
Ejemplo de Sumisión Humilde La sumisión a la autoridad es de vital importancia para el voluntario en la mayoría de escenarios, especialmente en las instituciones correccionales. Una de las necesidades más ampliamente extendidas entre los presos es aprender la importancia de sujetarse a la autoridad. Si el preso observa que el voluntario
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resiste o desafía a la autoridad, eso valida la misma actitud en el preso. Posiblemente el ministerio más importante que los voluntarios pueden ofrecer en un ambiente correccional es proveer un ejemplo de sumisión apropiada, dispuesta y humilde a la autoridad. Si algún oficial de la institución instruye que algo se haga de manera diferente a lo que se ha hecho antes, acate la solicitud. Después hable con el capellán de planta sobre la situación para que el pueda resolver el problema. Algunas veces puede haber empleados de la institución que no comprenden ni aprecian el ministerio del voluntario. Se preocupan de otros asuntos que considera de mayor prioridad que las actividades del capellán. Una actitud de sumisión positiva de parte del voluntario puede hacer mucho para diluir las percepciones negativas de algunos empleados. Recuerde que como proveedor de ministerio el capellán debe representar a Cristo no solo ante los presos, sino también ante los empleados.
Cuando no Hay Capellán de Planta En algunos escenarios tal vez no haya un capellán de planta. El ministerio que provee el voluntario es de suficiente importancia para que un miembro del escalafón de la institución lo supervise. Trabaje con todo cuidado y estrechamente con ese supervisor para asegurarse de los parámetros específicos para el ministerio. Sea flexible. Sea humilde. Este dispuesto a administrar dentro de los límites que se le imponen. Cada vez más personas laicas están sintiendo el llamado de Dios a servir como Capellanes. A muchos se les está pidiendo que sirvan donde están trabajando en su oficio o profesión. Otros pueden estar procurando cumplir su llamado de Dios para administrar fuera del ambiente pastoral típico (en un ambiente secular). Esta sesión enfocara en las preocupaciones e particular cuando el capellán voluntario es un compañero de trabajo con otros empleados. Guillermo se sintió llamado al ministerio del evangelio hace años. Mientras estaba en el seminario consiguió trabajo en una fábrica grande donde se le conocía como ministro. Se le trataba con respeto como a cualquier otro empleado con quien había trabajado por los pasados diecinueve años. Hace pocos años el sindicato le pidió que sirviera como capellán voluntario. Su patrono aprueba el ministerio de capellanía. Al cumplir su papel como capellán de inmediato sus compañeros lo aceptaron como asesor, y lo buscaban en tiempos de funerales, enfermedades y muerte. Ha celebrado 58
bodas y participado en otros eventos religiosos tales como dirigir la oración en eventos especiales y realizar estudios bíblicos durante la hora del almuerzo (lunch). Por supuesto, esta alta visibilidad lo coloca en una “casa de cristal”; por consiguiente, su oración constante tiene que ver con su conducta.
Preocupaciones Especiales del Capellán Voluntario Tiempo En los lugares en donde el capellán voluntario es un empleado como los demás, el patrono espera que el capellán voluntario ministre su tiempo libre tal como durante la hora de almuerzo (lunch), recesos y después de horas de trabajo en una crisis el patrono puede relevarlo de sus obligaciones de trabajo, o puede que no. Tal decisión debe venir con la probación del patrono, bien sea como parte de la descripción de trabajo, o a petición relativa a una crisis en particular.
Ministerio El papel del capellán voluntario en un negocio o industria quiere decir que el patrono permite al ministerio en su establecimiento. La eficacia del ministerio de capellanía voluntaria a sus iguales depende de las relaciones. Guardar en forma confidencial la información que le presenta algún compañero es de suprema importancia para mantener al ministerio. El compañero de trabajo que sirve como capellán voluntario nunca debe servir como mensajero llevando información entre el empleado y el patrono. Las relaciones entre el capellán voluntario y compañero de trabajo añaden nuevas dimensiones. Tienen el potencial de alcanzar nuevas alturas. El aprecio crece cuando los compañeros o iguales observan a su colega empleado desempeñando el mismo trabajo como ellos. Cuando el mismo empleado da voluntariamente su tiempo para visitar los hospitales, dar un consejo cuando se le pide, o ayudar en una crisis, la relación entre el capellán voluntario y sus compañeros alcanza un nivel que ningún capellán pagado puede lograr. La conducta personal es una preocupación genuina en la relación entre el capellán voluntario y sus compañeros de trabajo. Al capellán voluntario lo impulsa un genuino amor por las personas que restringe sus impulsos en lugar de trabajo para añadir credibilidad a su testimonio cristiano.
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La pureza es otra preocupación del concepto capellán voluntario/igual. La introducción de un capellán pagado debilita el eslabón en la relación por dos razones. Primero, al capellán de profesión se le ve como profesional que responde a las necesidades de las personas. Segundo, se le ve como un extraño que no puede comprender ni sentir el apuro del empleado.
Pautas para la Función de Capellán Voluntario/Igual 1. Lo más importante es una autentica relación con Cristo. Sentir una
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necesidad constante de una fuente de sabiduría y poder fuera de uno mismo es imprescindible para poder poner en práctica la fe de uno mismo en todo aspecto de la vida. Vivir como Cristo en una manera que no juzga. Cristo no aprobó la actitud ni acciones de muchos. Se relaciono con ellos como personas que necesitaban perdón y dirección, no juicio. Una disposición para dejar a un lado el yo. La persona que aspira a servir en una relación de capellán voluntario/igual debe esperar pasar tiempo ministrando a otros. Una personalidad agradable. Una motivación de amor elimina el servicio que se brinda a regañadientes. La autenticidad se evidencia al dar voluntariamente de si mismo por amor a los que están en necesidad Disponibilidad tanto para la administración como para los empleados. El capellán nunca debe tomar partido ni servir como árbitro. Debe ministrar a uno y a otro por igual, para promover la sanidad en los que sufren dolor o se regocijan con otros.
Papel del Capellán Voluntario/Igual Ventajas: 1. Usted está dentro, es una parte de la fuerza laboral. 2. Cuenta con la aprobación de su patrono; por lo tanto, tiene su endoso y
está disponible. 3. Su papel se ve como servicio y ministerio a las personas de toda religión o sin ninguna. 4. Otros empleados le buscaran de buen grado. 5. Por lo general, cuenta con el acceso abierto al patrono y a la administración.
Desventajas: 1. Usted no puede “evangelizar” a menos que alguien lo busque. 2. Responsabilidades que consumen el tiempo más allá de las horas laborales.
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3. El constante de esfuerzo por autenticidad como cristiano mientras trabaja y
en el ministerio es como “vivir en una casa de cristal.”
Escenarios Singulares para el Capellán Voluntario/Igual Los grupos de imposición de la ley y de bomberos por lo general son comunidades cerradas. El trauma frecuente, la alta tensión producen un lazo emocional que el extraño por lo general no experimenta en su vida diaria. Son llamados a servir cuando surgen los problemas, situaciones de supervivencia, al sufrir adversidades, conflictos y alegrías y todo esto fomenta un aprecio y un lazo entre sus iguales. Esto no significa que ningún extraño pueda realizar un ministerio eficaz en tales grupos. La eficacia quedara determinada por la personalidad, y la relación de confianza e interés entre el capellán como extraño y la aceptación del grupo. Aun la promoción de un capellán voluntario/igual a capellán a tiempo completo puede crear tensión cuando es preciso hacer cambios en la estructura organizacional. Esta tensión no se debe tomar como algo personal sino verla como un problema de identidad. Tensiones en el Escenario del Capellán Voluntario en un Escenario entre Iguales 1. El capellán que es un compañero de trabajo tiene que vivir con la tensión de
ser primero un empleado y capellán después. El privilegio de este último nunca debe interferir con el desempeño del primero. 2. Expectaciones religiosas y culturales que separan lo sagrado de lo secular. Muchas personas llamadas por Dios a ministrar se sienten fuera de lugar a menos que estén dentro de una iglesia, institución o agencia denominacional. Muchos luchan contra un sentido de fracaso en cuanto a cumplir el propósito de dios cuando al parecer se ven enclaustrados en un escenario secular. La oportunidad para glorificar al señor no está limitada al culto de adoración, sino que también la puede desempeñar cualquier persona sometida a la voluntad divina, mediante la gracia de Dios, al tocar vidas en el lugar de trabajo.
¿Qué Digo? Considere esto: Se le pide que asesore a una pareja que no está casada pero que están viviendo juntos, a un alcohólico o drogadicto, a uno que maltrata a su cónyuge, o a un homosexual que acaba de enterarse de que está infectado con el virus del SIDA. Una multitud de situaciones que por lo general giran alrededor de asuntos medulares pueden surgir cuando las creencias personales están en conflicto con la necesidad de ministrar a la persona que sufre. Debido a una crianza desafortunada o malas situaciones en el pasado la gente puede hallarse en
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patrones de relaciones de maltrato es responsabilidad ética del capellán dejar sus sentimientos personales al rescoldo mientras brinda consejo al cliente con respecto a la situación personal de éste. Su tarea es ofrecer compasión, estimulo y una presencia de esperanza, y recalcarla convicción de que uno puede cambiar la conducta. El capellán tiene la oportunidad singular, a menudo diferente de la de otros profesionales que tal vez intervenga en la situación, de modelar la conducta. Al ofrecer esperanza y señalar la importancia adicional de la dimensión espiritual y de la fe para cambiar el futuro, sin condonar la conducta destructiva, el capellán puede ministrar a los que no tienen ninguna esperanza, o la que tienen muy escasa. El papel del capellán es ser sensible brindar ayuda y respaldo, pero también existe la responsabilidad de confrontar la conducta autodestructiva y ofrecer soluciones. Entonces se pueden abrir avenidas para la reconciliación y el cambio. Si el capellán percibe que no puede distanciarse a sí mismo de la situación, o haya que esta involucrándose más allá de un nivel profesional, puede ser beneficioso consultar con algún colega para conseguir una perspectiva adecuada. Al retroceder unos pasos y volver a evaluar el problema, investigar soluciones posibles, y pedir consejo u opiniones de otras personas calificadas, puede hacer que el ministerio vuelva al carril apropiado. Si el capellán encuentra que no puede distanciarse lo suficiente como para ser objetivo, tendrá que tomar la decisión de pasar el caso a otro individuo calificado
¿Qué Hago? El propósito del capellán es proveer o facilitar: proveer ministerios para los que pueden proveerlo, y facilitar el ministerio religioso para todos los demás. A veces a los capellanes se les pide que oficien en bodas, puntos de adoración, funerales y otras ceremonias donde habrá presentes personas de otras religiones, posible y probablemente no cristianas. La facilitación incluye atender lo que sea necesario para permitir que las personas practiquen con libertad sus preferencias religiosas, y mostrar el mayor respeto para tales creencias. El capellán debe usar la oportunidad, sin embargo, para mostrar genuino amor, interés y cariño. Debe también dar a entender en palabras y acciones su motivación para el ministerio. En muchos casos las líneas denominacionales se nublan. Al capellán Bautista del Sur tal vez le llamen “padre” o “pastor,” y se espera que ministre de maneras que no son bautistas. Siempre se debe mostrar respeto a las demás religiones, a la vez que se demuestra el amor de Cristo de manera significativa y practica. Aun cuando el respeto es de suprema importancia al ministrar a personas de otras religiones, la responsabilidad primordial del capellán es funcionar como representante de Jesucristo. La tolerancia y el respeto deben ir balanceados con el deseo de usar toda oportunidad para presentar el evangelio. El capellán debe familiarizarse con otras religiones y saber las cosas básicas de sus creencias,
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observancias y ceremonias. Este conocimiento le proveerá de un punto de contacto al ministrar a una persona de otra religión. A los capellanes a veces se les pide que hablen entre grupos que no son bautistas o que no son cristianos. Si se le pide que eleve una invocación publica ante un público predominantemente Judío, ¿Debe elevar la oración y concluir diciendo: “en el nombre Cristo” tal vez la mejor opción sería concluir la oración con un sencillo “Amén;” pero la oración de todas maneras puede presentar las creencias del capellán en Dios y el poder de su bendición con palabras que no ofenderán ni alienaran a los que escuchan. Los Bautistas del Sur tiene su propio “argot”: “pasar al frente,” “testificar,” “santificación,” y “entregarle el corazón a Cristo.” Esto puede intimidar a las personas que no tienen el mismo trasfondo en el cristianismo evangélico o, más específicamente, e la fe bautista. Mantenga la conversación sencilla y fácil de entender. De a la persona a quien esta ministrando la oportunidad de hacer preguntas. Observe las expresiones faciales con atención para determinar si la persona comprende lo que usted está diciendo. Puede ser difícil para esa persona admitir que no comprende nada, pero el lenguaje corporal y la conversación normal le dará una noción de lo que esta comprendiendo. En un nivel más practico y tangible el capellán debe ayudar a la persona a conseguir los servicios de un representante de su propia comunidad de fe. Al ofrecer facilitar la movilización de recursos asociados con la preferencia religiosa o denominacional de la persona se puede mostrar genuino interés y preocupación. Un archivo de los nombres y números de teléfonos de las personas a quienes llamar en tales casos será invaluable para el capellán que se ve ante el paso de proveer ministerio para personas de otra Fe o persuasión.
¿Quién Manda? A veces es difícil mantenerse en la línea entre la empatía y la autoridad. La autoridad e iniciativa pastoral son importantes en cualquier tipo de ministerio de capellanía. En tanto que a los capellanes militares se les distingue fácilmente por los galones que llevan en sus uniformes, no es fácil distinguir a otros tipos de capellanes. Bill perdue su calidad de capellán militar, dice: “Debo hacerme acuerdo yo mismo quien son en realidad. Soy un ministro Bautista del Sur, debidamente ordenado, y empleado para realizar el ministerio en un ambiente militar. Como tal, soy nada más que un servidor. El capellán debe guiar con el distintivo que lleva a la izquierda de su cuello, y usar el de la derecha sólo cuando sea absolutamente necesario.la autoridad del distintivo a la derecha (galón de rango) descansa en la constitución y el juramento del altar que todo el mundo ha hecho. La autoridad del distintivo a la izquierda (la cruz) se la debe dar cada persona que la encuentra.” Debe haber algo en la vida del capellán que hace que la persona quiera escuchar al capellán y buscar su asesoramiento.
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El capellán debe “asumir el mando” solo cuando hay una situación en que alguien pudiera hacerse daño o lastimar a otros. La gente reacciona de manera diferente en los momentos de crisis. Algunos son demostrativos, mientras que otros actúan con calma y sumisos. En cualquier caso el capellán debe escuchar y recordar que cada persona requiere espacio para tomar decisiones y procesar su aflicción e ira. Linda Ericson, capellana del Sistema Baylor de Atención a la Salud, dice: “ La iniciativa pastoral es una ventaja que tienen los capellanes y otros cuidadores pastorales, y que no tienen otros profesionales en el campo medico. Otros profesionales esperan que la gente acuda a ellos. Acogiéndose a la larga tradición de que los pastores procuran brindar cuidado y atención a las personas los capellanes visitan a la gente que no siempre los ha buscado. No creo que la autoridad e iniciativa pastoral se deban usar para quitarle más control a personas a quienes se les ha quitado ya mucho como pacientes. Más bien, podemos devolverles el control al darles la dignidad y el respeto de escuchar sus historias. Ella sugiere que se escuche con empatía, y que se equilibre eso al proveer enfoque y dirección. La autoridad es una idea que se percibe. Brad Riza, capellán militar que ahora trabaja como terapista familiar, sugiere que el capellán evite hablar desde detrás de un escritorio. Trate de sentarse al mismo nivel de la persona. Evite usar palabras que la persona tal vez no entienda. Una regla básica es usar términos sencillos. En momentos de crisis la persona puede depender del capellán para que tome por las decisiones personales. Para evitar verse en tal posición, ofrezca varias alternativas. Escuche las preocupaciones que la persona puede tener en cuanto a las alternativas sugeridas, pero deje con ella la decisión final. Hay muy pocas ocasiones cuando se deben tomar decisiones en una fracción de segundo. Dele a la persona el espacio que necesita para tomar decisiones, mientras que a la vez le ofrece el respaldo y los recursos que necesita. El ministerio del capellán puede verse disminuido y socavado si otros perciben que es “amigote” de la administración o de los que están en autoridad. Esto es así especialmente en los escenarios del capellán debe tener la confianza y seguridad de que lo que le cuenta al capellán en forma confidencial no va a llegar a conocimiento del jefe o de otro superior. Un desliz de juicio de parte del capellán puede destruir su credibilidad, y su ministerio. Como cualquier tipo de ministerio pastoral, guardar en confidencia lo confidencial es de suprema importante. Evite dar la impresión de favorecer a algún grupo sobre otro.
¿Cómo Debo Vestirme? 64
Esta pregunta probablemente es la más fácil de responder para los capellanes militares, pero la mayoría de capellanes enfrentan el dilema de escoger la ropa que mejor represente su posición. El vestido y el arreglo personal no debe ir en detrimento del enfoque del ministerio, ni atraerla atención a sí mismos. La regla general es vestir de acuerdo al ministerio que va a hacer. Se debe escoger ropa a un nivel más alto, pero nunca inferior, a la que visten aquellos a quienes va a ministrar. Melissa Shaw, capellana en el Sistema Baylor de Atención a la Salud, sugiere vestir de acuerdo a las actividades del día. Si el día está lleno de reuniones con ejecutivos del alto nivel, ella viste más de acuerdo con lo que se espera en el mundo de las corporaciones. Durante las temporadas festivas se puede añadir accesorios que representan la temporada. Para los hombres el traje también es importante. A cuando vestir pantalones “jeans” sería inapropiado para una boda, tal vez no lo sea al visitar a los obreros en un taller de mecánica. Los capellanes siempre deben vestir profesionalmente. Aun cuando es tentador vestirse más informalmente en algunos escenarios, es importante tomar muy en serio el cargo de capellán, y evitar vestirse de manera de llamar la atención al vestido y no al ministerio. Aun cuando el vestido no garantiza el ministerio, la ropa inadecuada por cierto que será detrimento para el objetivo deseado.
Equilibrio El título de este capítulo ilustra la tensión que sentimos al ministrar en un escenario ecuménico. ¿Cómo podemos equilibrar la aceptación de las personas que tienen diversas nociones religiosas sin comprometer nuestras convicciones? Cinco palabras que pueden proveer una buena perspectiva incluyen: 1. Aceptación: quiere decir una disposición para abrirse para interaccionar con
cualquier persona. Incluye respeto, calor y genuinidad de parte del que inicia el encuentro. 2. Persona: indica como vernos al individuo. Es un “tu” y no un “ello.” Son criaturas de Dios, y pertenecen a la familia humana. Deben recibir de nosotros la misma relación de calidad que esperamos de ellos. 3. Diversidad: sugiere que mientras todos nos parecemos en mucho, también somos muy diferentes. Estas diferencias no deben imposibilitar una relación. Puede ser una experiencia de aprendizaje para todos los interesados. La fe religiosa personal es una experiencia de aprendizaje para tos los interesados. La fe religiosa personal es una experiencia multifacética que incluye nuestra historia, cultura, familia, experiencias, raza, clase, relaciones y otros factores. La manera es que se experimenta y expresa caria con cada individuo. Podemos tender a “absolutizar” esta experiencia como la única autentica para
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notros y los demás. Percatarse de esto es necesario para ministrar en un escenario religioso diverso. 4. Compromiso: puede sugerir una posición de ganar o perder. Aquí estoy para dar guerra. Esto puede hacernos entablar una relación con una actitud defensiva, y puede dificultar una relación significativa, abierta y sincera. Oír el puto de vista de otras personas puede a menudo fortalecer nuestra fe. Cristo busco a los necesitados. Podía tratarse de un leproso rechazado o una cananea (Mc. 1:40-42; Lc. 17:11-15; Mt. 15:21-28), María a quien se le malentendió (Lc. 10:38-42), el ciego al que devolvió la vista y después fue excomulgado (Jn. 9:35-38), o Malco que necesitaba que le curen una oreja cercenada ( Lc. 22:49-51). Cristo siempre estuvo listo para ayudar. Le hallamos en el lugar de adoración (Mt. 8:14-17; Mc. 17:29-34), y los caminos y senderos (Mt. 4:23-25; Lc.17:12-14). Cristo mostró gracia y fue amable. A los niños les encantaba estar con Él (Mc. 9:36-37; 10:13-14), se sintió cómodo asistiendo a una fiesta de bodas (Jn. 2:1-11), o a un funeral (Mt. 8:1-13, 9:35; 15:21-28). Cristo fue tolerante con respecto a las ideas de otras personas y nunca las denigró. Cuando los discípulos quisieron destruir una población Cristo los reprendió (Lc. 7:11-17; Jn. 11:38-44). En otra ocasión les insto a que fueran “prudentes como serpientes, y sencillos como palomas” (Lc. 9:52-56). Insto a sus seguidores a tener cuidado al responder a los que estaban en desacuerdo con ellos (Mt. 10:16), o que no hacían las cosas como ellos las hacían (Mt. 9:10-17). Cristo no hizo distinción de clase de raza (Mt. 8:1-13, 9:35; 15:21-28). Sano a todos: al rico, al pobre, al proscrito, al desposeído, al malentendido, al solo. El siervo del centurión romano y la hija de Jairo son dos ejemplos. (Mc. 9:38-40). Cristo aprendió su oficio en la carpintería de José, y creció en un gueto de Nazaret; sin embargo se sentía igualmente cómodo con Nicodemo o los rabinos en el templo (Mt. 8:1-13). Aceptó a la gente como personas. Comía con ellos, visitaba sus hogares, incluso el del publicano Zaqueo (Jn.3:2; Lc.2:46-47). Cristo fue un buen escuchador, observaba el lenguaje corporal y les hacía preguntas incisivas a las personas, pero sin entrometerse indebidamente. La mujer junto al pozo (Lc. 19:1-9), y el noble que trajo a Cristo para que sanara a su hijo (Jn. 4:7-10) son buenos ejemplos de cómo Cristo ayudo a la gente a ver sus problemas. Cristo ayudó a la gente a expresar su fe. La confesión de Simón Pedro (Jn. 4:46-53), la mujer que sufría de hemorragia crónica (Mt. 16:13-15), el ciego (Mt. 9:20-22), el paralitico (Mt. 9:27-34), y los dos ciegos de Jericó (Mt. 9:27-34) son buenas ilustraciones.
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Introducción En casi todo escenario de ministerio está presente siempre la oportunidad de ministrar al personal administrativo y a los empleados. Aun cuando el cuidado y respaldo pastoral rara vez esta fuera de lugar, durante las situaciones de crisis y trauma estas acciones de cuidado espiritual son cruciales para el bienestar y buen funcionamiento del personal. Algunos lugares de trabajo, tales como los hospitales y cárceles, provocan un nivel constante y alto de tensión emocional. Los empleados en estos lugares tienden a pensar que deberían ser capaces de soportar cualquier cantidad de estrés emocional que les venga encima. El proveer cuidado pastoral para este personal en momentos de crisis puede ser un recordatorio de que ellos también son humanos.
Surge una Crisis Una noche de diciembre la tripulación de un helicóptero de transporte medico llevo a un paciente enfermo en condición crítica al centro de trauma del hospital más cercano. En el vuelo de regreso de súbito se perdió el contacto por radio. Los esfuerzos frenéticos de los despachadores de radio en ambos hospitales no lograron recibir ninguna señal de la tripulación de la nave. De inmediato se empezaron las operaciones de búsqueda y rescate. A la luz de la madrugada siguiente se encontró al helicóptero, que se había estrellado contra la montaña. Las horribles noticias llegaron pronto al personal del departamento de emergencia en ambos hospitales. Toda la tripulación: piloto, médico de emergencia, enfermera y paramédico, habían muerto.
Crisis y Trauma: ¿Qué Es? La mayoría de nosotros instintivamente reconoceríamos como una crisis el escenario que antecede. Se puede definir una crisis como cualquier evento o circunstancias que perturba significativamente el equilibrio de nuestras vidas. La crisis resulta en confusión, inestabilidad y trastorno significativo en un sistema. A menudo hallamos que los métodos que usamos para hacerle frente son inadecuados, dejándonos con la sensación de malestar, temor y ansiedad.
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En el mundo medico trauma se refiere a “una lesión en el tejido vivo causada por una fuente externa. Puede ser resultado de un accidente, cirugía, acto de violencia o desastre natural.” Trauma también se puede definir como “un evento psicológico traumático que por lo general está fuera del campo de la experiencia humana regular “. Aun cuando el personal del departamento de emergencia de ambos hospitales con regularidad trata con eventos llenos de estrés, el estrellamiento del helicóptero medico y las muertes resultantes de sus colegas y amigos fue claramente algo inesperado, nada usual y estremecedor. El Dr. Andrew Slaby concibe el trauma y la crisis en una perspectiva más amplia. Anota que “una crisis traumática es… el punto crucial en el curso de cualquier cosa que la vida ofrece”. Usando esta definición trauma incluiría por cierto eventos tales como una guerra, enfermedad grave y accidentes terribles, pero también circunstancias más sutiles tales como una promoción que no fue concedida, o la deterioración lenta de un matrimonio. Incluso eventos que al parecer son buenos, tales como heredar una elevada suma de dinero, pueden provocar una crisis traumática
Víctimas: ¿Quiénes Son? En el desastre del helicóptero que se describió arriba, la tripulación que murió son las principales víctimas de esta tragedia. A veces se dice también que sus familiares más inmediatos son las victimas primarias; puesto que sus vidas quedan irrevocablemente afectadas. Sin embargo, este evento toco las vidas de muchos otros individuos. A toda persona que tuvo algún contacto con esta tragedia, directa o indirectamente, se le puede considerar potencialmente como víctima secundaria. Por ejemplo, los despachadores de radio que fueron los primeros en notar la pérdida de contacto por radio e hicieron todo intento para volver a ponerse en contacto con la tripulación se le pudiera considerar como victimas secundarias. El personal de la sala de emergencia, que apenas treinta minutos antes había estado hablando con la tripulación sobre información médica y bromeando en un esfuerzo por aliviar la tensión, también son víctimas potenciales. Igual los paramédicos que atendieron al herido en la escena del primer accidente, y los equipos de búsqueda y rescate que descubrieron el helicóptero estrellado. En cualquier crisis el papel del cuidador pastoral incluye el identificar a las victimas primarias y secundarias. En tanto que las victimas primarias reciben gran ayuda y respaldo, las victimas secundarias, tales como los miembros del personal del hospital también necesitan atención. El capellán hará bien en mostrarse particularmente sensible con respecto a miembros del personal que pueden quedar soslayados. Es posible que el personal de limpieza y técnicos no hayan tenido contacto directo con los heridos, pero con frecuencia son parte de la escena traumática total y la tragedia los afecta como a cualquier otra persona.
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Reacciones a la Crisis y el Trauma Las víctimas de la crisis y trauma pueden experimentar toda una amplia gama de reacciones. Se las puede agrupar en cinco categorías: reacciones físicas, reacciones cognoscitivas, reacciones emocionales, reacciones de conducta y reacciones espirituales. •
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Las reacciones físicas incluyen nausea, temblores, sudor, falta de coordinación, escalofríos y diarrea. El personal administrativo en una crisis traumática puede también experimentar aumento de los latidos del corazón, dolores musculares, perturbación del sueño y boca seca. La fatiga también es una reacción física común al estrés extremo. La capacidad para pensar también queda afectada cuando una crisis traumática puede también experimentar aumento de los latidos del corazón, dolores musculares, perturbación del sueño y boca seca. La fatiga también es una reacción física común al estrés extremo. La vida emocional del personal de empleados que experimenta una crisis traumática también queda afectada. Puede surgir ansiedad, temor y culpa por haber quedado con vida. A menudo ocurren también sentimientos de depresión, perdida y abandono. Algunas veces los individuos pueden querer esconderse o decir que quisieran morirse. Por lo general la ira es un rasgo de reacción emocional al estrés severo. Finalmente, algunas personas sencillamente no sienten nada; quedan como anestesiadas como reacción a la crisis. También pueden ocurrir cambios en la conducta. Los individuos involucrados en algún evento de crisis pueden responder aumentando o disminuyendo su actividad. Algunos miembros del personal administrativo pueden evitar la interacción con otros, o hacer algún cambio en sus patrones de comunicación. Pueden comer más de lo normal, o menos, y también pueden usar excesivamente el humor o el silencio intentando aliviar algo del estrés de la crisis. El trauma y la crisis también pueden resultar en una crisis de fe para los individuos afectados. Preguntas sobre la fe y sus sentimientos hacia Dios surgen en los que tienen un fuerte sentimientos hacia Dios surgen en los que tienen un fuerte transfondo religioso y experiencias significativas de fe. Esto también es cierto en aquellos cuyas conexiones con la iglesia o con los asuntos espirituales han ocupado muy poco de su tiempo o atención. A menudo la gente se siento como si Dios los hubiera abandonado, y preguntan cómo pudo haber ocurrido un evento tan terrible en sus vidas, o en la vida de alguien a quien conocían. “¿Dónde está Dios?” es una pregunta familiar. Trata de determinar la razón para el evento provoca otras preguntas relacionadas a la fe. La gente puede preguntarse si Dios hizo que el evento ocurriera, y si fue así, “¿Por qué?” con frecuencia los individuos luchan con la idea de si Dios
sencillamente “dejo” que algo terrible ocurriera, y empieza a tener dudas respecto al poder de Dios. Algunas veces los sentimientos de desesperanza hacen que el individuo cuestione el valor de tener esperanza en Dios. La culpa es también una reacción espiritual a los eventos traumáticos. Algunos individuos creen que están recibiendo castigo por algo malo que han hecho. Otros tal vez se sienten culpables por haber sobrevivido. La gente puede sentir ira contra Dios; algunas veces esta ira también les provoca culpa, si la teología de la persona no le permite expresar sentimientos negativos contra Dios. La participación, incluso como víctima secundaria, en un evento traumático puede hacer que uno empiece a reevaluar el significado o eficacia de su fe por entero. En tales ocasiones de crisis de fe uno puede caer en las profundidades de la desesperanza. También puede ser el catalizador para una fe renovada y más profunda. Algunas veces la reflexión espiritual que resulta de una tragedia puede hacernos anclar nuestra confianza en cosas que son de valor más duradero y más significativo.
Ministrando Frente a la Crisis Proveer cuidado pastoral para los empleados en una crisis traumática es un labor desafiante pero que da satisfacción. La oportunidad existe para proveer consuelo y atención a un gran número de personas. Con frecuencia la situación de crisis provee ventanas de oportunidad para el ministerio y para fortalecer relaciones que no existían antes. Las siguientes son diez claves para ministrar al personal y empleados en situaciones de crisis. 1. Muéstrese disponible- cuando ocurre una crisis es vital que el capellán se
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tome el tiempo necesario para estar físicamente presente junto a los empleados. Haga planes para pasar con ellos más tiempo que lo normal. Circule e intente hablar aunque sea brevemente con cada persona que es potencialmente una víctima de la situación. Este presente emocionalmente- preste atención a los sentimientos que los empleados expresan; exprese (con discreción) lo que usted esta sintiendo. Escuche bien- este es el momento para cerrar la boca y escuchar los sentimientos, pensamientos y experiencias. Ayude al personal a ventilar sus emociones, dándoles tiempo y espacio. Reconozca las emociones- para muchas personas el respaldo surge cuando ven validadas sus emociones, sean lo que sean. Recuerde que las emociones y sentimientos son nada más emociones y sentimientos, y que no tienen cerebro. Alístese para una amplia variedad de expresiones emocionales- las víctimas de una crisis pueden llorar violentamente, sumirse en el silencio, gritar y
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lanzar alaridos con ira, o enfermarse físicamente. No hay nada de malo en la forma en que uno siente las emociones. Unas regla básica es que en tanto y en cuanto las personas no le hagan daño a otros, ni se hagan daño a sí mismas, ni destruyan propiedad, la expresión de sus emociones y sentimientos es una parte saludable del procesamiento de la aflicción. Ofrezca orar- la oración es un poderoso recurso espiritual en los momentos de crisis. Orar con los empleados es una manera de agrupar sus preocupaciones y llevarlas a Aquel que pueda proveer estabilidad en medio del caos. La oración también es una ceremonia comunitaria poderosa que puede proveer una avenida para que la corporación entera exprese su aflicción, temor y conmoción. Reconozca las preocupaciones espirituales que pueden surgir- algunos empleados pueden sentirse inclinados a expresar verbal y directamente sus preguntas espirituales; otros las dejaran entender usando el humor o comentarios descomedidos. Mantenga su antena lista para recibir y respondes a estas preocupaciones. Recuerde que usted no tiene que responder a todas las preguntas de la fe – algunas preguntas, tales como: “¿Por qué permitió Dios que esto ocurriera?” son primordialmente expresiones de confusión y aflicción y no peticiones de profundo dialogo teológico. Reconocer el dolor detrás de la pregunta y los limites frustrantes de nuestra humanidad es a menudo lo mas consolador y pastoral que el capellán puede hacer. Ofrezca ayuda concreta- la confusión y el caos reina cuando ocurre una crisis. Algunas veces el capellán puede brindar ayuda atendiendo algunos de los detalles mundanos tales como hacer café, hacer llamadas telefónicas, y ayudar a los empleados a atender a otras personas presentes. Busque alguien con quien hablar de lo que usted siente- ministrar en momentos de crisis puede ser traumático para el mismo capellán. A menudo se sentirá abrumado por el solo volumen de la aflicción.
Introducción Después de que la crisis ha pasado, el personal de empleados administrativos puede requerir más apoyo del que puede proveer el capellán mediante las visitas y contactos personales. Por lo general el trauma en el lugar de trabajo afecta a más de una persona; con frecuencia estas personas trabajan juntas y experimentan como grupo los efectos del trauma. En el caso del estrellamiento del helicóptero de transporte que se describió en la sesión previa, el personal del departamento de emergencia de los dos hospitales fue afectado. En las horas que siguieron el hallazgo del helicóptero estrellado, el personal del departamento de emergencia del hospital que recibió al herido experimento aflicción aguda. A fin de proveer apoyo para estos empleados y ayudarles a continuar funcionando en las horas que les restaban en su turno, se realizo una sesión para reducción de la tensión de un incidente crítico. 71
Pocos días después del accidente la enfermera supervisora se reunió con el administrador de la Sala de Emergencia , el capellán y la trabajadora social para dialogar respecto a sus preocupaciones en cuanto al desempeño del personal. Había notado que los empleados estaban más irritables y menos eficientes. También había notado un aumento en el ausentismo. Un resultado de la reunión fue la decisión de hacer arreglos para un Dialogo sobre el Estrés del incidente critico, para toda persona que fue afectada, de alguna manera, por la pérdida de la tripulación del helicóptero.
Estrés de Incidente Crítico: Reducción y Dialogo En 1983 el Dr. Jeffrey T. Mitchell propuso un método de intervención en crisis mediante grupos pequeños que se ha llegado a conocer como la atención del Estrés del Incidente Crítico. El objetivo de Mitchell fue proveer para el personal de los servicios de emergencia una manera formal de procesar sus emociones y recibir respaldo después de situaciones de emergencia de extremo estrés. Desde 1983 el modelo propuesto por Mitchell se ha ampliado y usado en toda una variedad de escenarios de lugares de trabajo y con una variedad de empleados y personal administrativo. Reunirse con el personal, en grupos pequeños, de seis a ocho persona, ayuda a reducir el aislamiento al proveer una oportunidad para que las personas se den cuenta de que no son las únicas que están experimentado reacciones al estrés, emociones intensas o que piensas continuamente en la crisis traumática. Una sesión de reducción del estrés de un incidente crítico es una sesión informal que se celebra con los miembros del personal administrativo que han estado involucrados en el evento de crisis. Esta sesión se celebra tan pronto como sea posible reunir al personal, preferiblemente durante el mismo turno en que ocurrió el incidente. “Este es el lugar para dialogar sobre las reacciones, observar el incidente de manera objetiva, hablar sobre lo que les preocupa, y elogiarse unos a otros por un trabajo bien hecho.” A cada miembro del personal se le da la oportunidad de examinar el evento, ponerse en contacto con otros, y darse cuenta de que la situación afecto igualmente a otros. Reducir las intensas corrientes emocionales creadas por el evento traumático puede ayudar a prevenir crisis futuras en el personal. A menudo se llama a capellán para que participe en este proceso de calmar las emociones. Se da por sentado que el capellán está acostumbrado a la expresión de emociones intensas y que tiene destreza para brindar apoyo, consuelo y atención al personal.
¿Cuándo Es Necesaria una Sesión de Dialogo sobre un Incidente Critico?
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La necesidad de una sesión de Dialogo sobre un incidente crítico surge cuando el personal afectado exhibe señales de malestar. Usando el término “efecto secundarios” el Dr. Andrew Slaby incluye la siguiente lista de señales de malestar: “Ansiedad persistente durante el día. Pesadillas y noches intranquilas, que añaden leña a la ansiedad del día. La capacidad para hacer frente al estrés se pierde en el pantano de la fatiga y preocupación exagerada. Talante desagradable, que produce alienación social. Sed de venganza. Obsesión por el trauma. Creencias negativas: en cuanto a buscar ayuda, hacia uno mismo, hacia la vida general. Otros síntomas comunes que aparecen entre los primeros días y los primeros meses después de un incidente traumático son el temor, ansiedad, dificultad para tomar decisiones o pensar creativamente, y aumento del olvido. A menudo se nota una respuesta más elevada al ruido. Los individuos pueden experimentar sensación de perder el control, perder la seguridad, e impotencia. La tristeza puede ser persistente. Aumenta la incomodidad física; muchos individuos sufren dolores de cabeza, dolores musculares, malestar estomacal y fatiga. Las personas que experimentan varios de estos síntomas con mayor probabilidad también experimentaran reducción en su desempeño en el trabajo. Es la incapacidad de funcionar adecuadamente en el lugar de trabajo lo que por lo general es señal de que se necesitan estrategias adicionales de intervención en la crisis.
Diálogo sobre el Estrés de un Incidente Crítico El dialogo sobre el Estrés de un incidente Crítico difiere de una sesión de reducción de tensión en carias maneras importantes. Esta intervención tiene lugar por lo general dos o tres días después de la crisis. La conduce un equipo de expertos, y es una reunión de grupo estructurada que enfoca las reacciones y experiencias presentes. El proceso de diálogo está diseñado para proveer respaldo de iguales y estímulo. Se estimula que se ventilen las emociones y sentimientos. El personal que tal vez haya experimentado la crisis de diferente manera tiene la oportunidad de comunicarla a los demás, y adquirir un cuadro más completo del incidente. El proceso de diálogo ocurre en las sietes fases que describen brevemente a continuación. 1. Fase Inicial: Se presenta al equipo de diálogo y se establecen las reglas
básicas para el proceso. Algunas reglas básicas útiles son: es muy importante que se guarde como confidencial lo confidencial, los empleados pueden hablar mucho o poco según lo deseen, y el diálogo no es un análisis crítico del incidente ni de ningún individuo, sino un tiempo para hablar unos con otros en cuanto a emociones, sentimientos y experiencias. Es importante dejar que los participantes sepan los objetivos del diálogo, entre los cuales uno principal es
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el deseo de lograr que el personal vuelva a su rutina diaria lo más pronto posible. 2. Fase de Hechos: En esta parte del diálogo se reúnen los hechos que rodearon
al incidente traumático. Esta es la única fase se pide que cada persona contribuya con lo que sabe respecto a lo ocurrido. “Cada participante dice quien es, cuál fue su papel durante el incidente y en sus propias palabras, describe lo que ocurrió, incluyendo lo que vio, oyó y olio.” Recordar esta información sensorial es importante porque estas experiencias pueden desatar recuerdos de las crisis en otras ocasiones. Este tiempo le permite a todo el mundo adquirir un cuadro más completo del evento. 3. Fase del Pensamiento: A los participantes se les pide que hablen sobre lo
primero que pensaron cuando ocurrió la crisis. Esta fase empieza a permitir que los empleados hablen de cómo “tomaron” personalmente la situación. A menudo las personas reconocerán que pensaron: “¿Por qué a mí? O “¡Ojala no hubiera venido a trabajar hoy!”. 4. Fase de Reacción: Esta parte del proceso permite a los empleados hablar de
sus emociones durante y después de la crisis Los que dirigen el diálogo por lo general les piden a los participantes que identifiquen la peor parte del incidente y como reaccionaron. Se espera que los participantes se sentirán con suficiente seguridad como para hablar de sus emociones, puesto que esta oportunidad de ventilar emociones es una de las maneras claves para evitar el estrés del futuro. La gente con frecuencia informa que se sintió impotente, inadecuada, triste o furiosa. 5. Fase de Síntomas: Se anima a los participantes a hablar sobre cualquier
reacción al estrés que pueden estar atravesando. A menudo es útil permitir que los empleados observen una lista de reacciones comunes emocionales, cognitivas, de conducta, físicas y espirituales a los incidentes críticos. Estos recordatorios pueden ayudar a los empleados a ver sus reacciones como normales, y no bochornosas. En esta fase los que dirigen el diálogo procuran determinar si alguno de los participantes necesita ayuda adicional para lidiar con el efecto emocional secundario de la crisis. 6. Fase de enseñanza: En esta porción de la reunión se habla sobre técnicas
básicas de manejo del estrés. También se da atención a la habilidad para comunicarse porque durante los momentos de estrés la comunicación se vuelve más difícil. También se exploran maneras en que los miembros del grupo pueden apoyarse unos a otros.
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7. Fase de Reentrada: Esta parte final del proceso de diálogo tiene el propósito
para facilitar el retorno del personal a las actividades normales de la vida y el trabajo. Se atiende cualquier pregunta persistente que pueda haber, y se da tiempo para que se hagan preguntas. Una buena pregunta para concluir el diálogo es: “Conociendo el resultado de este evento, ¿Qué acción piensa usted que es la mejor para realizar?” En el caso de la crisis del helicóptero muchos empleados del departamento de emergencia informaron que lo mejor que pensaron que habían hecho era darse tiempo, en esa noche tan atareada, para hablar personalmente con la tripulación de transporte.
Los resultados del diálogo puede variar, pero uno de los resultados clave es la oportunidad para proveer un sentido de clausura de la crisis. Se espera que el diálogo también reduzca la tensión entre empleados y que cuide a los individuos a empezar a pensar más claramente. También es posible recuperar algo de estabilidad emocional, y para los que necesitan más ayuda se les puede proveer de mayor información respecto a otros recursos de ayuda. Estas sesiones de diálogo han demostrado ser útiles para prevenir reacciones demoradas y el desorden de estrés post-traumático (PTSD, por sus siglas en ingles). EL PTSD se reconoce como un diagnóstico psicológico que se caracteriza por tres categorías de síntomas: “ A) volver a revivir repetidamente el evento traumático; b) evadir las cosas que le recuerdan el evento al individuo y una sensación general de adormecimiento; y c) aumento de la excitación sexual.” Sin una oportunidad de expresar los sentimientos y reacciones de uno ante la crisis y recibir respaldo prontamente es posible que tenga lugar una reacción más crónica de PTSD. El proceso de diálogos sobre el Estrés de un incidente crítico apunta al método de intervención de crisis que puede guiar al capellán al ministrar a los empleados afectados, sea individualmente o en grupos. Siempre es importante que el cuidador ayude a los empleados a comprender la realidad de una crisis. Las percepciones pueden quedar trastornadas cuando hay elevado estrés y ansiedad. El repasar los hechos de la crisis y ayudar al individuo a recordar lo que sabe del evento pueden ayudar a que se calme y se sienta más seguro. También es crucial mostrar empatía por las reacciones emocionales de los empleados. Escuchar y atender a todas las emociones y sentimientos que provoca un incidente crítico puede ser lo más importante que el capellán puede hacer para ayudar a una persona. Ofrecer apoyo es el siguiente paso al ministrar a las víctimas de una crisis. El respaldo puede incluir ayudar a los empleados a darse cuenta de que sus reacciones son respuesta normales a una crisis, continuar escuchando las emociones y pensamientos, y ayudar a la persona a identificar y hacer uso de los recursos que podría tener a su disposición. Es posible que el capellán pueda 75
ayudar a los empleados a hacer uso de sus propias conexiones con las congregaciones locales y pastores como un recurso primario para recuperarse del estrés del incidente crítico. Un paso final es proveer estimulo conforme el empleado procura continuar con su vida diaria. Ofrecer orar, sugerir porciones bíblicas y otros recursos espirituales puede ser una fuente importante de respaldo y estímulo. La comprensión del estrés del incidente crítico puede ser provechosa para el cuidador pastoral tanto como para otros. El capellán con frecuencia se halla en posición de sugerir a los supervisores y ministradores que se necesita algún tipo de intervención de crisis para el grupo. Puesto que el capellán a menudo se halla en la escena cuando la crisis ocurre, o poco después, Entonces puede iniciar el proceso de reducción de la tensión. Muchas veces el capellán, que también puede ser una víctima secundaria de un evento traumático, tiene que participar en el dialogo para facilitar su propio enfrentamiento con la tragedia.
Preparación y Recursos adicionales Los departamentos de bomberos, policía, hospitales e incluso algunos distritos escolares usan equipos de estrés de incidentes críticos. Con regularidad se realizan sesiones locales de adiestramiento para profesionales y voluntarios que quisieran ser parte del equipo de estrés de incidentes críticos. La cruz roja a menudo auspicia estas sesiones, así como algunos hospitales, y departamentos de bomberos y policía. El recurso primario sobre el estrés en Incidentes críticos es el libro de Mitchell Emergency Services Stress. Publicado por Prentice Hall y disponible en casi toda librería. También se publican en revistas muchos artículos sobre la atención del estrés en incidentes críticos. Al final de este capítulo se mencionarán varios de ellos.
Diálogo Capellán Frank: Hola, Bob ¿Cómo le fue el fin de semana? Bob: Frank: Bob:
Frank: Bob: Frank:
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A decir verdad, Capellán Frank, las cosas no marcharon tan bien que digamos. ¿De veras? ¿Qué ocurrió? Usted conoce a Susana, que trabaja en la oficina de personal. Su hija se ahogó en el lago. Eso es terrible. ¿Cómo le va a ella? No estoy seguro. No vendrá por un par de días, mientras hacen los arreglos para el funeral y todas esas cosas. Por cierto que entiendo eso. Voy a llamarla esta mañana para ver si hay algo que yo pueda hacer. Y usted, ¿Cómo le va?
Bob:
Frank: Bob:
Frank:
Bob:
Frank:
Bob:
Bien, yo creo. Solo que no puedo dejar de pensar en mi pequeña Sara. Apenas la semana pasada nosotros mismos estábamos en ese mismo lago en donde la hija de Susana se ahogó. Estoy seguro que usted debe sentir una ansiedad parecida respecto a Sara. Así es. Me desperté a media noche con esa sensación terrible de que ella se había ahogado. No sé si alguna vez volveré a atreverme llevarla al lago Usted debe tener cuidado para no imponer sobre Sara sus ansiedades. Ella es una preciosa niña, fuerte, y que le encanta el agua. En verdad que es trágico lo que le ocurrió a la hija de Susana, pero eso no quiere decir que lo mismo le va a ocurrir necesariamente a Sara. Probablemente usted tiene razón, Frank, pero me aterra pensar lo que podría ocurrirle a Sara. No tengo la menor gana de pasar por lo que Susana está pasando ahorita. Pienso que comprendo cómo se siente. En realidad sería muy duro para mí perder a uno de mis hijos en una tragedia como esa. En efecto. Sara es nuestra única hija. No he podido contarle a Kathy lo asustado que estoy. No quiero asustarla a ella también
Dialogo, Continuación. . . Frank: Pues bien, eso es parte de la razón por la que estoy aquí. Quiero estar disponible para cualquier persona que quiera hablar cuando atraviesa tiempos duros. Bob:
Vaya, por cierto que me alegro que usted este por aquí. Recuerdo cuando tuvimos gran accidente el año pasado y mucha gente quedo gravemente herida. Todo el mundo hablaba de cuanto les ayudó usted.
Frank: Me alegro de haber podido servirles de algo. Escuche: Se que usted comparte en aflicción de Susana debido a la pérdida de su hija, y eso le añade otra carga encima al pensar en lo que podría ocurrirle a Sara. Trate de recordar que sencillamente porque algo terrible le sucede a una niña pequeña no quiere decir necesariamente lo mismo le va a ocurrir a la suya. Es cierto que usted quiere hacer todo lo posible por protegerla de todo daño innecesario, pero no la sofoque con su protección. Sé que usted es un buen papa. Usted y Kathy saldrán adelante. Bob: Pues, lo intentaré. Sara es lo que más quiero en este mundo. No sé lo que haría si llegara a perderla. 77
Frank: Sencillamente trate de recordar que Dios lo ama a usted y ama a Sara. No tenemos todas las respuestas de por qué ocurren estas cosas terribles, pero incluso cuando suceden Dios está con nosotros. El puede sostenernos en los tiempos difíciles y hacer que seamos más fuertes después de atravesarlos. Bob: Gracias, Capellán Frank. Tengo que irme. ¿Podemos hablar más tarde? Frank: Por supuesto. Usted sabe el número de mi extensión telefónica. Sencillamente llámeme. Estaré orando por usted y por Susana.
¿Trabajo Penoso o Refrigerio? Todos los días me arrastraba por la rutina tediosa de la lectura bíblica diaria y la oración. Como creyente nuevo me impulsaba la preocupación: “Si no cumplo con estas obligaciones me ira mal todo el día.” Por años me perdí el refrigerio que Dio quería darme al pasar tanto tiempo con El. Incluso en el ministerio cristiano oraba a menudo, pero sin separar un tiempo regular para estar con Dios. Hubo muchas consagraciones y fracasos antes de que empezara a disfrutar de lo que Dios tenía en mente para nuestros momentos de compañerismo diario. Secarse: “perder vitalidad, fuerza o frescura.” “El que en mi no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secara.”
Juan 15:6a
El Manantial de la Fortaleza Personal George Mueller dijo de su propia vida: “Lo primero que el hijo de Dios tiene que hacer, mañana tras mañana, es obtener alimento para el hombre interior. Así como el hombre exterior no es apto para trabajar por ningún tiempo largo excepto cuanto toma alimento… así debe ser con el hombre interior.” Mueller halló, como lo han hallado todos los creyentes, que debía tener su vida enraizada y nutrida para las demandas de ese día por el tiempo que pasaba con Dios todos los días. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, Que da su fruto en su tiempo. Y su hoja no cae; Y todo lo que hace, prosperara. Salmo 1:3
Cuatro Propósitos para el Tiempo Diario de Quietud
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1. Conocer a Dios; no solo saber algo acerca de Él. “Dios le ama. El quiere que
usted aprenda a oír Su voz y a conocer Su voluntad. La clave para conocer la voz de Dios no es una formula, sino una relación con Dios intima de amor.” “Si usted tiene problemas para oír cuando Dios habla, sus problemas están en el mismo meollo de su experiencia cristiana.”
2. Recibir dirección para las decisiones diarias. La vida es un laberinto de
alternativas, presiones e incógnitas. Solo con la influencia y dirección de Dios podemos saber lo que debemos hacer. “El Espíritu Santo puede revelarle (iluminarle) cual verdad de la Biblia es una palabra de Dios para usted en una circunstancia en particular.”
3. Presentar ante el Señor necesidades y problemas. Estas cosas “En nuestras
vidas deben hacer que nos demos cuenta de que dependemos de Dios. Él quiere suplir nuestras necesidades y renovar nuestra fuerza.” Isaías 58:11 dice: “Jehová te pastoreara siempre, y en las sequias saciara tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.”
4. “Capacitarle para que lleve fruto espiritual. Dios no quiere que trabajemos
para Él. Él quiere trabajar por nuestro intermedio.” Solo él puede dar poder a nuestros esfuerzos para hacerlos eficaces.
Tres Piedras Angulares de un Tiempo de Quietud Sólido 1.
Una Hora Definida Piense en su día, en su propio reloj interno, y en su propio horario diario. ¿Cuál
es la mejor hora para que usted empiece a pasar 15 minutos con Dios? ¿Es temprano en la mañana, antes de irse a la cama, mientras se dirige a su trabajo, a la hora del almuerzo (lunch), cuando? Anote la mejor hora para que usted pase 15 minutos con Dios todos los días. ___________________________ AM/PM
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2.
Un Lugar Definido Algunos usan un escritorio o una mesa y tienen allí su Biblia, un cuaderno para
notas y una taza de café. Una mujer se va a su automóvil, en el lote de estacionamiento, durante su receso en su empleo. Algunos caminan, o se van alguna banca en un parque Anote cual es el mejor lugar para que usted pase 15 minutos con Dios cada día. Lugar: _________________________
3.
Un Plan Definido Sin un plan básico usted caerá en generalizaciones aburridoras. Pautas flexibles
para la oración actúan como las orillas en un río. Encauzan el flujo de su tiempo con el Señor. Si pierde algún día, sencillamente empiece el día siguiente en su hora regular para la oración. Perderse una vez no lo va a matar, pero saltara pasando un día le hará morirse de hambre espiritual. Su vida y servicio nunca serán más fuertes que su vida de oración.
Escuche a Dios Antes de hablarle a Dios Escuchar a Dios es la parte la soslayada de la oración. Pase la mitad de su tiempo escuchando: 1. Tranquilice su corazón y mente. Quédese quieto. 2. Dígale a Dios lo que más arde en su corazón. ¿sobre qué necesita usted que Su
Palabra le hable? 3. Empiece a leer el pasaje bíblico para el día. No lea más de un capitulo, tal vez
un solo versículo, o dos.
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4. No se limite a leer. ¡Escuche! ¿Qué versículos parecen llegarle al corazón
conforme el Espíritu le guía a comprenderlos 5. Subraye. Anote la fecha y la verdad que le habla. “haga dos preguntas: ¿Qué
dice el pasaje? ¿Qué voy hacer al respecto?” Juan 14:26 y 16:13b dice: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviara en mi nombre, el os enseñara todas las cosas, y os recordara todo lo que yo os he dicho. . . . el os guiara a toda la verdad” 6. Busque un versículo para dirección, estimulo o guía para llevarlo consigo. 7. Empiece a hablar con Dios de las cosas que esos versículos le están diciendo.
El escuchar le pone a usted en modo de relación con Dios. ¡De súbito usted se halla conversando con Él!
Ahora Hable. . . Usando el Plan AGSCPC
Alabanza: Medite en la grandeza, el amor y el poder de Dios Piense en Sus nombres (Roca, Libertador, Pastor). Asómbrese y dígaselo. Léale en voz alta los versículos tales como el Sal 103:1-5
Gracias:
Agradézcale por lo que él ha hecho, esta haciendo y hará, pero también por las adversidades que están moldeando su fe y haciéndola crecer (1 Tes. 5:16-18)
Señorío:
Haga de Cristo el Señor de cada día y sobre todo lo que usted tiene, enfrenta, siente, quiere y es: toda relación, problema y esfuerzo. Dígale que usted lo está poniendo a Él a cargo, y que depende de Su dirección, fortaleza y tiempo. Dele libertad para quitar, dejar cambiar cualquier cosa en su vida. Dígaselo en serio. (Mt 11:28-30)
Confesión: Admita y aléjese de todo pecado y fracaso. Pida, confíe y agradézcale por limpiarlo interiormente. Acepte el perdón que Él ya ha provisto para usted. Su pecado, por grande que sea, y por mas veces que lo haya repetido, nuca será mayor que el perdón divino. No se deje enredar tratando de decir o sentir las cosas precisas para merecer perdón. Busque ayuda leyendo 1 Juan 1:8-9, y la experiencia de David en cuanto a su culpa,
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quebrantamiento y sanidad interior como se lee en el Salmo 51.
Pedir:
Pide a Dios “empoderamiento” interior (Gl 5:22-23). Pídale que obre en los factores externos de su vida tales como las personas, circunstancias, responsabilidades y problemas (Mt. 7:7-8). Muchas personas le piden a Dios respecto a diferentes cosas cada día de la semana.
Domingo: iglesia, pastores y adoración. Lunes: Cónyuge e hijos. Martes: amigos perdidos espiritualmente. Miércoles: Amistades. Jueves: Comunidad. Viernes: Su ministerio. Sábado: Misioneros.
Confiar:
Tómese unos momentos para decirle a Dios que usted confía en Él respecto a las cosas que usted ha estado oyendo de Él y conversando con El. Confíe más en lo que usted siente, ve o comprende. Después escoja confiar en Dios en cada giro o vuelta del día. Busque un versículo que le hable directamente, y permita que se convierta en una promesa confiable en su vida. “Cuando usted pueda pegar una promesa de la Palabra de Dios a alguna presión que enfrentando, y afirmar esa promesa diciéndosela de nuevo a Dios a pesar de lo que usted sienta, la biblia cobra vida en usted.”
Planes para Leer la Biblia Sistemáticamente Plan 1 Seleccione un libro práctico de la Biblia, y lea algo así como diez versículos cada día. Pruebe Filipenses, Santiago o Efesios. 82
Plan 2 Lea un Salmo cada día. Allí hay toda emoción, lucha y alegría de la vida. Expresara como usted se siente.
Plan 3 Pase treinta días en uno de los grandes capítulos de la Biblia, buscando una nueva noción para cada día del mes. Estos capítulos incluyen Filipenses 4, Mateo 5-7 y Romanos 12. Usted se asombrara al notar cuan a menudo usted lee el pasaje señalado para ese día y halla en el precisamente lo que necesitaba de Dios en esos momentos.
Propónganse de Corazón He decidido que una reunión diaria con el Señor es necesaria para mi vida. Me propongo de corazón pasar tiempo con El todos los días para escucharle, hablar con Él y conocer Su poder y consejo. Esto no es un contrato ni un voto, sino la intención de mi corazón. Firma: ____________________________________ Fecha: ____________________________________
La mayoría de personas descubren que aprenden como observar un tiempo de quietud al observarlo. Pase las primeras semanas de su tiempo con Dios recorriendo este material. Aprópiese de él. Hágalo suyo. Altérelo, cámbielo, avance más allá: ahonde sus raíces en Dios.
Introducción a los Estilos de Conducta Un viejo refrán dice: “Si dos personas son exactamente iguales, una sale sobrando”. Afortunadamente Dios no nos diseño iguales; es más, nos hizo muy diferentes. Cada uno de nosotros nace con estilos únicos que tienen puntos fuertes, debilidades y limitaciones. Su propósito fue crear un modelo que nos exigiría que dependamos de Él y unos de otros para que haya equilibrio. Desafortunadamente tendemos a permitir que nuestras diferencias se pongan en competencia unas con otras, en lugar de complementarse. Demasiado a menudo el conflicto es el
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resultado que lleva a diferencias irreconciliables en las relaciones, papeles y trabajos.
Trasfondo de la investigación de Conducta El esfuerzo por comprender las diferencias y definir la conducta ha estado teniendo lugar desde antes de Cristo. Hipócrates, en el año 400ª A.C fue el primero en usar cuatro términos específicos para describir las diferencias en estilo de conducta: Sanguíneo Melancólico Colérico Flemático Estos términos han sido popularizados recientemente por el Dr. Tim Lahaye y Florence Littauer. En este siglo han aparecido otras obras empíricas de los cuatro modelos de conducta. La que hemos seleccionado para este estudio se llama DISC, y apareció por primera vez en un libro titulado The Emotions Of Normal People del Dr. William Marston, en 1928. La letra D indica dominación, la I indica influencia, la S es la inicial en ingles para estabilidad y la C indica cauteloso.
Que Hace DISC El modelo de DISC mide las “necesidades” o por que las personas responden como lo hacen. También da nociones de los puntos fuertes que se pueden traducir en papeles y funciones de trabajo. Finalmente el modelo también provee estrategias sobre cómo llevarse bien con otros al crear medios ambientes motivadores y positivos.
Por qué se Selecciono DISC Debido a que DISC se basa en agrupar “rasgos” en cuatro categorías, es posible hacer un perfil de cualquier figura histórica, siempre y cuando uno tenga una descripción acertada y confiable de los puntos fuertes y debilidades de la persona. En opinión de los autores de este estudio de la Biblia es un recurso vital que acertadamente registra la conducta de las personas en sus relaciones con su
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Dios Creador. Ken Voges ha investigado la Biblia y desarrollado estas comparaciones. Hizo las referencias cruzadas DISC de estilos de conducta con perfiles bíblicos positivos y, más importante aún, anoto como Dios motivo a individuos específicos para que le sirvieran. Es el instrumento de Voges, y sus hojas de trabajo, lo que se incluye en este estudio.
Que Significa Esto para Usted Al descubrir uno su perfil DISC cualquier persona puede asociar su conducta con un modelo bíblico productivo. Uno puede también comprender como determinar su papel en el ministerio, desarrollar relaciones con otras personas, y diseñar una estrategia para motivar a los diferentes individuos que forma parte de su equipo. De esto es lo que trata esta sección.
Una Palabra Final Por favor, comprenda que ninguno de estos instrumentos de personalidad le señalarán a usted en particular y exactamente. Las muchas descripciones que se hallan en las evaluaciones de personalidad se basan en grupos numerosos de personas. Al reflexionar en sus patrones de conducta y sus resultados, recuerde que ningún patrón es mejor o peor. Su patrón o conducta es una parte del plan de Dios para todos nosotros. Así que, eche un vistazo a sus puntos fuertes y debilidades, y regocíjese por ser una persona, así como yo. El voluntario que ministra nunca hace su obra en el vacío. No tiene por qué ser un llanero solitario. Si trata de hacer su trabajo sin la afirmación y respaldo de otros se verá frente a una mayor posibilidad de agotamiento nervioso. La ayuda que ofrece a otros no será tan rica como pudiera ser. Hay relaciones y recursos disponibles, y debe desarrollarlos. Estas cosas le harán mejor ministro, y le harán mucho más útil.
Una Extensión de la Iglesia Local La iglesia local debe involucrarse desde el mismo momento en que la persona considera ofrecerse como capellán voluntario. El voluntario debe contarle a su pastor su deseo de servir como voluntario en el ministerio de la capellanía. La iglesia tal vez quiera darle su endoso formal o elegirlo para tal cargo. El capellán debe asumir la responsabilidad de mantener a la iglesia local informada sobre el ministerio. Puede presentar informes en la sesión de negocios de la iglesia, o en las reuniones del comité de desarrollo de misiones. Debe considerarse como una extensión del ministerio pastoral, y comunicar esto al
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pastor con todo cuidado. Nunca se le debe ver como en competencia con la iglesia local, y debe comunicar esto a otros. Si presenta informes a un supervisor, también debe presentarlos a la iglesia según sea apropiado. Muestras de los informes se pueden obtener del Departamento de Ministerios para la Iglesia de la BGCT, o de la Comisión de Capellanes de la CBS en la junta de Misiones Norteamericanas. Es posible que la asignación a algún trabajo en particular exija que prepare un formulario especial para informes. El capellán de planta, su supervisor y entidades con las que se relaciona pueden trabajar juntos para producir el formulario apropiado. La iglesia local debe ofrecerle a los capellanes voluntarios el más amplio respaldo en oración y estímulo. El capellán puede presentar peticiones específicas de oración y motivos de alabanza al coordinador del ministerio de oración o a otra persona apropiada. Tal vez se pueden incluir en la hoja de peticiones de oración de los miércoles, dejarse en la capilla de oración o incluirse en la carta circular de la iglesia. También se debe informar de las respuestas a peticiones específicas de oración. Sin embargo, jamás se debe traicionar lo que se le ha dicho en forma confidencial, ni siquiera a titulo de oración. Además, el capellán voluntario debe verse como un recurso para la iglesia local. Siempre debe estar listo para hablar con entusiasmo de su ministerio. Al hablar en las clases de Escuela Dominical, en los grupos de Mujeres en Misiones, etc., otros se sentirán motivados para buscar activamente sus lugares de servicio. Dios puede usarlo para estimular un despertamiento de servicio y alcance en toda la iglesia. Mientras más se defina ministerialmente el ministerio del capellán voluntario, mas debe darse cuenta de que sirve bajo la autoridad de la iglesia local. Esto es particularmente cierto respecto a las preguntas concernientes a la administración de ordenanzas. Los bautistas han sostenido por largo tiempo que éstas se administran solo bajo la autoridad de la iglesia local. Si una situación en particular requiere la administración del bautismo o de la Cena del Señor, el capellán debe buscar el asesoramiento de su pastor. Si trabaja en un asilo de ancianos, cárcel o algún otro lugar donde los clientes están confinados, debe investigar la posibilidad de extenderles membrecía en su iglesia local. Estas relaciones son gratificantes tanto para el cliente como la iglesia local. A los que proceden de diferente tradición y comprensión se les debe referir a otro capellán, pastor, etc., de su propia tradición, respecto a las preguntas en cuanto a la membrecía en la iglesia. El capellán siempre se ve a sí mismo como una extensión de la iglesia local y quiere ayudar a otros en su relación con su respectiva iglesia. Considera esto como un encargo sagrado.
Un Representante de la Denominación
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Aun cuando el capellán voluntario no es un empleado de la Convención Bautista General de Texas (BGCT) ni de la Junta de Misiones Norteamericanas, en muchos casos se le vera públicamente como un representante de la dominación. En algunos cargos se le conocerá como “el capellán bautista.” Para darle mayor visibilidad, autoridad y respecto hay disponible el endoso formal de la Junta de Misiones Norteamericana. Dirija toda pregunta a: Chaplains Commission North American Mission Board 4200 North Point parkway Alpharetta, GA 30202. Los beneficios del endoso denominacional incluyen: 1. Ayuda para asistir a las conferencias de capellanes y consejeros pastorales
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en los seminarios y en los Centros de Conferencia de Glorieta y Ridgecrest; Inclusión de su nombre en la lista de correos de la carta circular para capellanes; Participación en conferencias de ministerios especializados; Inclusión en la lista de los Anuarios de la Convención Bautista del Sur y de la BGCT; Oportunidad para recibir información y respaldo de otros en el mismo campo.
La buena comunicación es valiosa para el capellán, para las entidades denominacionales y otros que ministran en cargos similares. El capellán debe familiarizarse con los recursos y personal disponible en su asociación bautista local. En algunas asociaciones más grandes hay una persona encargada de relacionarse directamente con los capellanes. En muchas asociaciones se pueden formar grupos de respaldos, etc. Aun cuando el capellán se relaciona con la BGCT primordialmente mediante el Departamento de Ministerios para la Iglesia, otros departamentos también pueden ser muy valiosos. En la División de Evangelización se puede conseguir preparación y tratados. La Junta Coordinadora de Bienestar Humano puede proveer una lista de instituciones bautistas relativas a asuntos de niños, de familias, de envejecientes, etc., El Departamento de Mayordomía de la Iglesia ofrece materiales y preparación para ayudar a las familias con cuestiones de presupuesto, etc. Mediante la División de Escuela Dominical/Discipulado se pueden conseguir materiales y adiestramiento para ayudar a los que tienen dificultades de aprendizaje, limitación visual y otras dificultades.
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Debido a que la comunicación es importante, y por cuanto el capellán voluntario valora el hecho de ser competente, presentará a tiempo y en forma precisa los informes necesarios. Esto le ayudará a expresar sus necesidades, medir sus objetivos, compartir sus alegrías y frustraciones, y cumplir sus responsabilidades. Se dará cuenta de que son parte de su más amplia mayordomía a la denominación, a sus colegas, y a todos los que se interesan en su ministerio. También pueden ser un recurso valioso para los que vendrán después de él.
Ministro para la Comunidad El capellán es un ministro para la comunidad. Por lo general ministra fuera de las paredes de un templo. Está más cerca de las personas en sus preocupaciones diarias de la vida. Relaciones y privilegios que son difíciles, si acaso no imposibles, para otros ministros, brotan naturalmente para él. En cuanto a la necesidad humana, él se halla en la misma línea del frente. En muchos casos el capellán servirá como trabajador social residente para la institución en que sirve. No podrá satisfacer toda su necesidad, ni tendrá toda respuesta. El desarrollo de una red de recursos es esencial. ¿Dónde puede el capellán desarrollar la red de recursos que necesita? Primero puede desarrollar una red mediante las relaciones que crea a propósito. Segundo, puede desarrollar recursos de referencia mediante una lista de agencias y servicios de la comunidad. Esta lista debe prepararla antes de que surja la necesidad; de otra manera el capellán puede verse continuamente bajo tensión. El capellán eficaz no puede ser un llanero solitario. Su eficacia aumentará mediante una red de trabajo. Debe hacerlo a propósito. Entrevista y relaciones en la comunidad son los mejores medios para este fin. En muchas ciudades se producen manuales, para ayudar a los que necesitan hacer referencias. Por ejemplo, el Community Council of Greater Dallas produce un Directory of Health, Welfare and Recreation Services, que provee una lista completa de agencias, direcciones, números de teléfonos, etc., Ofrece información general y un número de teléfono de referencia. Es un instrumento invaluable para todos los que trabajan en las profesiones de auxilio. Obras similares se pueden hallar en muchas ciudades y regiones en todo el estado. El capellán puede buscar estas publicaciones en su propia región o cuidad. Los ministros de la iglesia local le pueden proveer gran ayuda al capellán voluntario. Los pastores siempre conocen a buenos consejeros en su región. Los que dirigen el ministerio de benevolencia en su iglesia saben de bancos de alimentos, organizaciones que ayudan con el pago de servicios públicos, servicios de viaje para los indigentes, etc. Además con frecuencia la iglesia local está dispuesta a proveer personas que darán de su tiempo para magnificar el ministerio del capellán.
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No hay que dejar a un lado los capellanes profesionales, que trabajan a tiempo completo (y con paga). Estos hombres y mujeres tienen gran experiencia y pericia. Son grandes recursos por sí mismos, y saben donde hallar ayuda en la mayoría de aspectos. La mayoría aprecian tremendamente al capellán voluntario y están muy bien dispuestos para brindar ayuda.
La Más Grande Relación y Recursos La mayor relación y recurso de todo ministro es una relación personal con Dios. Si ésta es saludable, el ministro tiene una comprensión cabal de la gracia, y que la puede extender a otros. La necesidad más grande de la gente es ser hechos libres por la gracia de Dios. Si la fe del capellán es fuerte, puede seguir avanzando cuando las cosas se ponen difíciles. Si comprende el poder del Espíritu Santo sabe que es mucho más adecuado de lo que jamás soñó con poder serlo. Nada de esto disminuye la importancia de lo que se ha dicho anteriormente. Más bien, ofrece un auténtico recurso y relación de modo que todas estas otras cosas pueden tener un significado real. El capellán voluntario se ofrece a sí mismo en el ministerio debido a su amor por Dios y a su deseo de ayudar a otros. Para lograr este objetivo y cumplir su llamamiento, debe trabajar diligentemente para mantener fresca y vibrante su relación con Dios. Sin ese recurso su deseo de ayudar a las personas se volverá mecánico y de obligación. La mayoría de ministros atestiguarán que esta es su mayor lucha y más grande recompensa.
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