2 minute read

Bielorrusia y otros eurodramas

Next Article
Segunda semifinal

Segunda semifinal

BIELORRUSIA

y otros EURODRAMAS

Advertisement

Como viene sucediendo en los últimos años, hemos vivido eurodramas que, sobre todo, tienen que ver con la política:

Bielorrusia ha protagonizado un melodrama en dos actos muy jugoso. La cadena pública BRTC eligió internamente al grupo Galasy ZMesta (Las voces de la ciudad) con la canción Ya Nauchu Tebya (Yo te enseñaré). Y este hecho en sí constituye el primer drama: no reelegir al dúo VAL (Valeria Gribushova y Vladislav Paskevich) que iba a ir en 2020 porque ambos participaron en las protestas del pueblo bielorruso contra la sexta reelección de su presidente, Alexander Lukashenko, el cual respondió con fuerte represión gubernamental. La televisión pública explicó que la no reelección del dúo se debía a que «les faltaba consciencia».

Además, parece que los sustitutos optaron por incluir un mensaje implícito relacionado con la situación política del momento. Ello motivó una recogida de más de mil firmas por parte de la Fundación Bielorrusa de Solidaridad Cultural y del partido político sueco Liberalerna, para descalificar al país. La UER, ante tal revuelo, respondió con un comunicado que advertía que, si no cambiaban la canción o parte de la polémica letra, serían expulsados de la competición por «cuestionar el carácter apolítico del concurso». La banda propuso una segunda canción, Pesnyu Pro Zaytsa, (Canción de liebres), pero esto no evitó su descalificación definitiva. Para mayor escarnio, Bielorrusia iba a participar como miembro del jurado internacional en la final del Melodifestivalen, pero fue reemplazada por Reino Unido.

Macedonia del Norte también vivió un eurodrama algo más surrealista. El videoclip de la canción Here I Stand, de su representante Vasil (quien tiene pasaporte búlgaro por tener abuela búlgara), en una de las escenas incluía tres cuadros colgados en una pared de un museo con los colores de la bandera búlgara. Las redes sociales pusieron el grito en el cielo, tanto que llegó a las autoridades de ambos países, arguyendo que se promocionaba que Macedonia del Norte es parte de Bulgaria. Tanto la MRTV como el propio cantante salieron al paso pidiendo disculpas por ese «error accidental» y retirando la ofensiva escena del vídeo en cuestión.

Otros eurodramas menos sonados han sido las acusaciones de «cosificación» a Destiny Chukunyere en su vídeo promocional; las putinianas acusaciones de apoyo al colectivo LGTBI de la representante rusa, Manizha; y las quejas de la Iglesia ortodoxa chipriota ante el tema El Diablo, que según sus más altos sacerdotes, representa una glorificación de Satán. Por Jorge Toral

This article is from: