EL AGUA TAMBIÉN TIENE SU FESTIVAL Para los habitantes de los barrios altos de la localidad de Usme, el balde y la totuma siguen siendo un rito cada mañana, a la hora del baño. Ahí, 20 mil personas recogen agua a punta de mangueras y la almacenan en canecas de plástico a la entrada de las casas. La recogen, cuando pueden. Cuando las mangueras no se revientan, cuando las piedras no taponan las rudimentarias redes o simplemente cuando el líquido no llega cargado de barro. Ahí, a los pies de una de las ramificaciones de la cordillera oriental, el agua es un tesoro que hasta tiene su festival. Para los habitantes de los barrios altos de la localidad de Usme, el balde y la totuma siguen siendo un rito cada mañana, a la hora del baño. Ahí, 20 mil personas recogen agua a punta de mangueras y la almacenan en canecas de plástico a la entrada de las casas. La recogen, cuando pueden. Cuando las mangueras no se revientan, cuando las piedras no taponan las rudimentarias redes o simplemente cuando el líquido no llega cargado de barro. Ahí, a los pies de una de las ramificaciones de la cordillera oriental, el agua es un tesoro que hasta tiene su festival. Este fin de semana, los siete barrios altos de Yomasa celebraron la quinta versión del Festival del Agua. En una tarima colocada en la vía principal del barrio Villa Diana, los adolescentes bailaron Hip Hop, los colegios llevaron sus coros, el Instituto Distrital de Cultura y Turismo presentó un grupo de danza contemporánea, los rockeros pusieron a la gente a poguear y todos comieron fritanga, lechona y tamales en honor a un líquido preciado y añorado en el sector. Hasta hace algunos años, los habitantes de Yomasa tenían que bañarse en la quebrada y llevar el agua a la casa en baldes y ollas. Ahora, la comunidad unida en una cooperativa llamada Coopbaus, logró la construcción de unos tanques de almacenamiento que se nutren de la quebrada y que tienen ramificaciones para cada una de las viviendas. Pero el verdadero cambio para los habitantes llegará en febrero, cuando se termine la planta de tratamiento, construida gracias a Coopbaus y al apoyo de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá y de la Junta Administradora Local. El día que me pueda bañar debajo de una regadera o lavarme las manos con el agua que salga de una llave, seré feliz, dijo Primitivo Numpaque, un hombre de 67 años que vive desde hace 17 en el barrio Juan José Rondón y que se gozó el Festival desde temprano. Esta fiesta está muy buena. Ayuda a integrar a la gente y a que todos tomen conciencia de la importancia del agua y de cuidar la quebrada, agregó Numpaque mientras se comía un par de papas chorreadas y veía a sus vecinos hacer aeróbicos.
El Festival, que se realiza desde hace cinco años, es la única fiesta que comparten los barrios altos de Usme. El Festival del Agua unió a la gente, dijo Alberto Hernández, gerente de Coopbaus. La idea es que los vecinos aprendan a conservar los recursos hídricos mientras se divierten, comen rico y se toman una cervecita, agregó. La fiesta terminó ayer cuando se asomaba la noche. Los vecinos bailaron en la calle, celebraron la coronación de la nueva reina y brindaron porque en un año, cuando se encuentren en el próximo festival, el agua potable saldrá de las regaderas y de los grifos de los baños. FOTO/Camilo George EL TIEMPO. 1-El Instituto Distrital de Cultura y Turismo aportó su cuota al Festival con un grupo de danza contemporánea. 2 -El Festival del Agua se ha convertido en una disculpa para la integración de los vecinos de Yomasa, en Usme. Publicación eltiempo.com Sección Bogotá Fecha de publicación 19 de noviembre de 2001 Autor MARTA BELTRAN Redactora de EL TIEMPO
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-680129