16. EL ETHOS El ethos de saucio parece haber tenido un cambio significativo gracias a la colaboración de agentes externos en la región, especialmente Fals borda y Nina Chávez. Esta colaboración ayudo a generar un cambio del ethos de la región, pero con el tiempo, este ethos parece haberse devuelto sistemáticamente a su estado anterior; pasivo y resignado. El ethos que describe Fals Borda es como se ha dicho, pasivo y resignado. A pesar de tener raíces de una ethos guerrero y difícil de doblegar, difícil de oprimir, toda la historia de opresión española y luego de conflicto del país ha dejado esto sepultado en el piso, además la iglesia occidental y sus tradiciones españolas han sembrado una aculturación importante y muy notable en los saucitas descritos por Fals Borda. Esta condición se logro cambiar gracias a las nuevas relaciones sociales de la época, como lo fueron la construcción de la represa del Sisga, la ida y vuelta de algunos saucitas a la ciudad, la apertura política gracias al liberalismo y las ideas de Jorge Eliecer Gaitán, hasta su posterior muerte, y las nuevas expectativas que le brinda la tecnología y el racionalismo urbano al saucita (Fals, 1960, p.32). También es de destacar la catálisis social que desarrollo Fals en la región, abriendo horizontes para la gente de saucio y sacándolos de ese encierro social y psicológico en el que se encontraban, demostrándoles técnicas de agricultura, fumigación, herramientas agrícolas, tecnología, y formas de organización comunal que mejoraría sus condiciones de vida. Esto desemboco en que el saucita ya no fuera el hombre temeroso ni sumiso, “ que al paso del patrón se quitaban el sombrero y saludaban con reverencia y temor” (Fals, 1959, p.60). Ahora eran campesinos con voz y voto, capaces de conseguir sus metas por sus propios medios. Adquirió conciencia de ciudadano, conciencia de cuidado personal y de sus bienes, y participación en grupos como el de la JAC, la cooperativa, los deporte y el estudio. En cuanto a lo agrícola, fals describe el nuevo ethos como “la creación de verdaderos empresarios agrícolas, que no le temen a la innovación, al contrario se apresuran a adoptar elementos sin estar seguros de sus beneficios ” (Fals, 1959, p.61). y las mujeres también tienen un cambio en su ethos, pues por la cooperativa llego una máquina de coser y por el ministerio de agricultura una capacitadora, por lo que cambia la rutina de la casa o el campo, a actividades nuevas. Ahora el campesino quiere mejorar su vivienda y sus prendas, dejando atrás la concepción elitista de los zapatos. Claramente no es algo que se pueda generalizar, en las ciencias sociales esto de generalizar es solo un ideal, así mismo también convivio un ethos aun pasivo y resistente ante estos nuevos avances, principalmente se mostraba en las personas más veteranas y más tradicionales. Además este nuevo ethos no estaba institucionalizado en valores ni tradiciones, era más bien un impulso del campesino por mejorar su situación y por “descubrir” un nuevo mundo de posibilidades, por lo que este se torno “impaciente y desenfrenado” (Fals, 1959, p.63). Este impulso tan marcado, llevo a los campesinos a meterse en negocios y actividades de las que no tenían experiencia, invirtiendo gran capital y arriesgando demasiado. Además una persona que toda su vida ha vivido en malas
condiciones pero tranquila, al tener mucho que ganar y lo pierde, enfrenta una decepción que es mortal para su espíritu, lo que hace que no sepa enfrentar la derrota. “si el campesino no logra adaptarse a las exigencias de cada etapa de transformación sociocultural, es posible que se multipliquen sus desajustes y tensiones, porque habrá aprendido meramente a compararse con lo que pudo haber sido, empezando a recriminarse, a acomplejarse, a envidiar, y aun a experimentar las afecciones cardiacas y ulceras que atormentan, por desgracia, al hombre moderno” Parece ser que tanta efusividad en este nuevo aire del campesino, pudo haber llevado a la quiebra a la caja agraria, pues invirtieron en el negocio avícola gran capital, pero sin la experiencia no pudieron enfrentar los problemas de enfermedades avícolas y construcciones defectuosas de jaulas. Además el tractor termino destruido por un volamiento. Si es el caso que se haya acabado la cooperativa por este tipo de fracasos e inconvenientes, esta derrota para el campesino con tan poco tiempo de haberse lanzado al mundo lo pudo haber dejado en una condición de volver a su ethos anterior, y parece que así fue, pues por lo menos en las elecciones de la ultima JAC, el presidente fue elegido por tan solo 50 personas, una participación muy baja para la vereda donde “nació el movimiento comunal en Colombia”.