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El impulso de las ener
El impulso de las energías renovables en la descarbonización de las economías
José Hugo Carmona johugocar@gmail.com
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Maestro en ingeniería, con experiencia en mercados de energía, modelación de escenarios y prospectivas del sistema energético mexicano, evaluación de cadenas de valor del sector hidrocarburos y su transformación.
Según un informe del grupo de expertos de Carbon Tracker, la energía solar y eólica han incurrido en caídas considerables en sus respectivos costes en los últimos años, desbloqueando una reserva de energía que podría llegar a satisfacer 100 veces la demanda mundial y en algunos casos considerándose más barata que los combustibles fósiles. Esto se debe a que, a diferencia de los recursos utilizados en los procesos convencionales de generación de energía, la energía solar y eólica son fuentes inagotables de energía y se proyecta que desplazarán a los combustibles fósiles del sector eléctrico a mediados de la década del 2030 debido a las tasas de crecimiento actual. Por otra parte, se espera que en el 2050 desplacen por completo a los combustibles fósiles, generando energía limpia y barata para el respaldo de nuevas tecnologías, como por ejemplo vehículos eléctricos e hidrógeno verde.
La Energy Transitios Commision (ETC) es una entidad integrada por más de 45 líderes de empresas globales que se dedican a la producción de energía, industrias energéticas instituciones financieras y asociaciones en defense del medio ambiente. La ETC publicó un informe que analiza la posibilidad de lograr una economía de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para el año 2050, en dicho informe se contemplan acciones en la próxima década que son necesarias para alcanzar dicho objetivo de descarbonización. Una de las primeras conclusiones que se llega en dicho informe, es que la electrificación limpia se encontrará como eje central de esta transformación, por la tendencia de caída en los costes de las energías renovables. Además, se exalta el papel del hidrógeno lim-
pio: con la integración del sector privado y apoyándose en políticas públicas puede lograr un aumento inicial en la producción e implementación de esta tecnología, proyectando un alcance de 50 millones de toneladas para el año 2030. Para ello, inevitablemente se aproxima una transformación profunda del sistema energético mundial, a partir de generación de electricidad asequible con cero emisiones de carbono. Para el año 2050 la electricidad podría llegar a representar hasta el 70% de la demanda final de la energía, proyectando que el uso total de la electricidad aumente hasta cinco veces en las próximas décadas. Una de las maneras más eficientes y menos costosas para descarbonizar la economía es la transición hacia una electricidad limpia como fuente de energía final, unida a la rápida caída en los costes de las energías renovables y las soluciones presentadas en el almacenamiento de energía. El informe especifica que, para alcanzar dicho objetivo, es necesario que la producción de energía solar y eólica incrementen del 10% actual de la generación de electricidad a un total un 40% para el año 2030 y más de un 75% para el año 2050. Dicho esto, se visualiza que las instalaciones solares y eólicas deberán crecer entre 5 y 7 veces para el año 2030 y más de 10 veces para el año 2050. Por otra parte, el informe resalta la importancia del acompañamiento de otras tecnologías de generación con cero emisiones de carbono, integrando flexibilidad, almacenamiento y redes de distribución, como por ejemplo la hidroeléctrica y la nuclear. La implementación de estrategias nacionales para la descarbonización y un diseño apropiado del mercado de energía desbloqueará flujos financieros privados. Las inversiones en energías renovables serán alrededor de un 80% de las inversiones totales necesarias para lograr una economía neta cero. Lo cual requerirá alrededor de 80 billones de dólares de inversión a nivel mundial durante los próximos 30 años, incluyendo inversiones en generación de energía renovable como respaldo de la electrificación directa e indirecta y la infraestructura de la red eléctrica. Dichas cifras pueden considerarse de gran magnitud, pero deben considerarse manejables en un entorno macroeconómico y traer a consideración que el importe representa menos del 1,5% del PIB mundial.