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MERCADO CENTRAL leve memoria de los días Diseñado e impreso en Acapulco, Guerrero , México. PRIMERA EDICIÓN ENERO 2013 COORDINADORA FOTOS
Citlali Guerrero Karina Tejada KT Eric Miralrío EM Pedro Pardo PP Arturo Crispín AC Alejandro Salmerón AS
FOTO EN FORROS TEXTOS
Arturo Crispín Edgar Pérez Antonio Salinas
DISEÑO EDITORIAL
ome taller de diseño Publicado por el Gobierno del Estado de Guerrero 2011-2015 Palacio de Gobierno, Boulevard René Juárez Cisneros #62, Col. Ciudad de los Servicios, Chilpancingo de Los Bravo, Guerrero, México. 2013 © DERECHOS RESERVADOS Prohibida su reproducción parcial o total por cualquier medio, sin autorización escrita del titular de los derechos patrimoniales.
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E C I D ÍN entrada7
O D TO UE Q O L INA M A C
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mercado central, destinos cruzados 24 por Edgar Pérez Pineda
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CRÓNICA ROJA DE UN TOMATE A LAS CINCO DE LA MAÑANA EN EL MERCADO CENTRAL 54
S S O O I R G I U J D N O O R P DE A C Y S R E R R E O I T M U R LA 58 78
S O S L U P EL D O N A É OC 94
S R A A Í D S A A T FAN Y PARABOR S A Í S ALDO R E T E C U Q AL O C
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por Antonio Salinas
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KT
EM
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KT
KT
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PP
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entrada Hay calle de caza, donde venden todos los
se revendían en la capital de la Nueva
propuesta de remodelación del Gobierno
linajes de aves que hay en la tierra [...],
España: preciadas especies, telas,
del Estado, el Mercado Central de
hay casas como de boticario, donde
frutas, animales e incluso, esclavos, se
Acapulco tenía 650 establecimientos
se venden las medicinas hechas, así
mercadeaban en este puerto.
comerciales, siendo el más grande de
potables como ungüentos y emplastos
Con el paso de los años, las naos dejaron de
la ciudad y del estado de Guerrero. En
[...]. Cada género de mercadería se
llegar a Acapulco, y el lugar donde antaño
él se comercializa la mayor parte de
vende en su calle sin que entrometan
se instalaba el Parián, se convirtió luego en
alimentos que se consumen en la ciudad,
otra mercadería ninguna y en esto tienen
un tianguis rústico donde se vendía toda
además de ofrecer establecimientos de
mucho orden. Todo lo venden por cuenta
clase de productos de la región, ubicado
diversos giros como zapaterías, florerías,
y medida, excepto que hasta ahora no se
en la actual Plaza Álvarez, hasta que en
tlapalerías, acuarios, artesanías, fondas,
ha visto vender cosa alguna por peso [...].
1907 un terremoto de 7,9 grados en la
pescaderías y carnicerías. Uno de los
escala de Richter, sacudió a la población
espacios más tradicionales del Mercado
gran mercado de Tlatelolco de los aztecas
destruyendo por completo este primitivo
Central de Acapulco es el "tianguis
en 1555, al rey Carlos V. El mercado de
centro de abasto. Luego, el mercado se
callejero".
Tlatelolco fue el primero de Mesoamérica
trasladaría a lo que ahora son las calles de
con naves o pasillos especializados en
Mina y Velásquez de León. Este mercado
Central de Acapulco, breve memoria
cada una de las mercaderías que se
perduró como tal, hasta que el puerto
de los días, es un documento gráfico de
ofertaban. Hasta el día de hoy, el modelo
pasó de ser un apacible pueblón a una
gran valor significativo que preserva para
de mercado inventado por los aztecas
ciudad en desordenado crecimiento.
futuras generaciones parte importante
El Mercado Central de Acapulco que ahora
del patrimonio cultural intangible de los
Así describe un maravillado Hernán Cortés, el
perdura en todas las regiones de México
El libro de fotografías y crónicas: Mercado
con ligeras variantes, pero en lo esencial,
conocemos, se fundó el 20 de noviembre
acapulqueños. Es, asimismo, un libro
es el mismo: una plaza “donde hay
de 1968. En 1996, el gobierno interino
oportuno, pues será el único registro
continuo mercado y trato de comprar y
de Ángel Aguirre Rivero planteó una
fotográfico que quede del antiguo
vender”.
remodelación, poco antes de que
Mercado Central, realizado poco antes de
un incendio acabara con los locales
que la nueva remodelación cambie por
mercadeo que comenzó con el arribo de
comerciales. Ahí se levantó un año
completo su antigua fisonomía.
las llamadas naos de China. Hace unos
después lo que ahora se conoce como el
200 años existió el gran Parián donde se
nuevo mercado Un nuevo horizonte para
permanece va de paso, salvaguardar el
comercializaban todas las mercancías
Guerrero.
patrimonio intangible y la breve memoria
Acapulco tiene una antiquísima tradición de
que llegaban de ultramar junto con los
Hasta antes del 12 de junio del 2012, cuando
En un lugar como Acapulco donde todo lo que
de los días, es detener el tiempo adentro
productos locales. De aquí salían las
otro incendio consumió varios locales
de los ojos, más allá de lo mirado y lo
exóticas mercaderías orientales que
de la Nave de Ropa, previo a una nueva
pensado, para que nunca nada pase.
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Arturo CrispĂn
Pedro Pardo
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E U Q O L O D TO A N I M CA
mercado central de acapulco
Arturo CrispĂn
mercado central de acapulco
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TODO LO QUE CAMINA
Karina Tejada | Eric MiralrĂo
TODO LO QUE CAMINA
Karina Tejada | Erick MiralrĂo
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TODO LO QUE CAMINA
Karina Tejada | Alejandro Salmer贸n
TODO LO QUE CAMINA
Arturo Crisp铆n | Alejandro Salmer贸n
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TODO LO QUE CAMINA
Karina Tejada | Alejandro Salmer贸n
TODO LO QUE CAMINA
Arturo CrispĂn | Karina Tejada
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Mercado Central, destinos cruzados NEDA
por EDGAR PÉREZ PI
l carácter complejo de un Mercado expresa lo multiforme de una forma del destino: la suerte impuesta por el trabajo y la lucha diaria por subsistir. La historia del Mercado Central del puerto de Acapulco comenzó con mucha gente venida de otros lugares a encontrar más que un modo de conseguirse la vida, hallar una identidad y una historia, principalmente de dignidad. El nudo principal de estas historias de vida hiladas por el Mercado Central, es el coraje que surge de experimentar desde la carencia hasta la miseria, de algún encuentro con los rostros fiero de las tragedias y comedias humanas. Así, el Mercado Central se convierte en un sentido de lo impostergable, de la avidez impelida por la sobrevivencia, el imperativo en bruto.
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Arturo CrispĂn
MERCADO CENTRAL DESTINOS CRUZADOS Original del pueblo de Corral Falso,
mercado es como adherirse a una
empuñar machetes en lugar de
Guerrero, luego de enviudar y quedarse
conjunción de fuerzas superiores y
cuchillos para filetear lonjas apropiadas.
con cuatro hijos pequeños y el
autónomas, hay que aguantar el peso
Luego de conseguir un ritmo regular
problema de mantenerlos, la señora
del Mercado, porque un mercado es
de vida, doña Clemencia descubrió
Clemencia Ávila, analfabeta, venida
una réplica de la fiesta brava que
otros aspectos de la vida en el mercado,
de una pobreza marginal, intentó
es la vida, lidia es el mercado, porque
pues ésta tiene combinados todos
desesperadamente ganarse la vida
cada necesidad mínima o iniciativa
los ingredientes, y muchos son de sabor
vendiendo enchiladas, lavando y
exige procesos laboriosos, vicisitudes
astringente. La señora Ávila rememora
planchando ropa ajena, pero todo
superadas por la fuerza, sea física,
que durante años aguantó las agresio-
era insuficiente. La desesperación,
de voluntad o la energía en bruto de
nes y envidias de una mujer a quien
dice la mujer, de cuando un hijo tiene
la necedad humana, lo que termina
hacía competencia, que si le ensuciaba
hambre, es “mucha”. La señora Ávila
por endurecer, siempre y de algún
la mesa o le cortaban la luz; el saldo
asegura haber probado las profundi-
modo, a la gente del mercado.
final, sospecha doña Clemen, fue
dades de la desesperanza. Y luego, un
Doña Clemen, como la conocen sus
Mujer que hace el mercado
simplemente envidia de su belleza,
día ocurrió que un pariente suyo
vecinas de puesto, no ha escapado a
la de aquellos años. Doña Clemencia
consiguió que le rentaran una mesa, es
esta consecuencia, ella asegura
Ávila ha pasado más de treinta años
decir, el espacio equivalente a un
que hubo años en que hasta parecía
levantándose a las cuatro de la mañana
metro cuadrado, en el antiguo mercado,
una doncella. Es cierta hechura al
para hacer un recorrido a pie hasta el
conocido como “del Parazal”. Ahí la
dolor, la que deja el mercado, cierto
mercado, sin vacaciones, porque no
señora Ávila comenzó una larga
endurecimiento. Bajo este régimen
hubo ni hay nadie que la ayude. Sus hijos
trayectoria como vendedora de
de trabajo es imposible no progresar,
han crecido y ella continúa vendiendo
pescado, esa mesa simbolizó la piedra
así que al paso de los años, la pescadera
pescado, al parecer, más como una
sobre la que afianzaría la vida de su
se vio dueña de sus mesas, vendiendo
manera de llenar sus días, que por el
familia y su progreso. Pero ingresar al
piezas más grandes que la obligaron a
empuje y la convicción de salir adelante.
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POR EDGAR PÉREZ
antes era otra cosa
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El señor Francisco Díaz es un hombre
de estudiar, en cambio, tiene el
colectiva lenta y disimuladamente,
de más de seis décadas, mediante su
orgullo de que el mercado le permitió
pero aquí las cosas cambiaron ya para
sonrisa connota el concilio de quien ha
dar educación profesional a sus tres
siempre, porque el mercado ya no
visto muchas cosas, es comerciante
hijos en universidades privadas.
se vive como antes. Hace unas décadas
de fruta y tiene un puesto de jugos en la
La cantidad de imágenes en la memoria
todavía era posible hacerse de
nave de alimentos preparados.
del experimentado comerciante
“carretadas de dinero”, asegura don
Su historia inicia ligada al Mercado,
parecen no hallar síntesis cuando se
Francisco Díaz, quien llegó a tener
porque representa a la segunda de tres
le pregunta qué significa el Mercado
hasta cuatro carros: “antes, en los años
generaciones cuya subsistencia
para alguien con su historia, suspira,
setenta, los camiones llegaban
depende del Mercado. Para don
es demasiado, qué podría expresar todo
repletos de turistas de todas partes,
Francisco el mercado resultó un
este sentido y ese cúmulo de
directo a saturar las fondas, venían
destino, digámoslo así: natural, porque
emociones. La idea de sacar adelante
gringos y de todo, el Mercado Central
lo atrajo dócilmente a su universo.
a la familia se convierte en ética de la
era parte del atractivo turístico de
Primero él se recuerda siendo un
vida, y cumplido el principio, ésta puede
Acapulco, hasta el presidente municipal
adolescente y correteando por las
dejarse pasar, tal como se presenta,
comía aquí; ahora mire”, don Francisco
calles de Acapulco, luego cumpliendo
“para qué más que la verdad”.
aflora una sonrisa, modelada segura-
pequeñas obligaciones en el negocio
Según se entiende del discurso de don
mente por la ascensión y descenso
familiar, al paso de los años, encargán-
Francisco, El Güero de los jugos. Hoy en
de una vida en el mercado, una sonrisa
dose y asumiendo el destino de la
el Mercado Central se percibe una
que más bien debe ser una mueca de
herencia. Don Francisco no tuvo tiempo
verdad distinta: se mueve la imaginería
sabiduría irónica. Continúa en página 42
mercado central de acapulco
R A D PARA L A R SABO CALDO 28 | 29
Arturo Crispín
PARA DAR SABOR AL CALDO
Eric Miralrío | Arturo Crispín
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PARA DAR SABOR AL CALDO
Karina Tejada | Arturo CrispĂn
PARA DAR SABOR AL CALDO
Arturo CrispĂn | Karina Tejada
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PARA DAR SABOR AL CALDO
Karina Tejada | Arturo CrispĂn
PARA DAR SABOR AL CALDO
Arturo Crisp铆n | Alejanro Salmer贸n
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PARA DAR SABOR AL CALDO
Arturo CrispĂn | Karina Tejada
MERCADO CENTRAL DESTINOS CRUZADOS
Viene de la página 24
ser uno mismo el mercado
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La octogenaria señora doña Damiana X
mal de Parkinson, situación que la tiene
actual como atrapada en la
no está segura de cuáles son sus
deprimida y sólo con ánimo de
perplejidad, en medio de amplios
apellidos ni en qué año nació, sólo de
quejarse. Habla de pastillas y de otros
espacios mentales, esforzada
que vino con sus hermanos y su madre
remedios, de un doctor que vino a
en sobreponerse al temblor involuntario
desde el municipio de Alcozuya,
verla hace mucho tiempo, como favor
de sus manos huesudas: vive
porque nunca la registraron, y porque
de un político en turno; pero todo
angustiada porque se aproxima la
ha pasado tanto tiempo y también
eso fue hace mucho tiempo. Damiana
remodelación del Mercado Central,
tantas cosas de todo género, y entre
carece de familiares que se ocupen
un proceso cargado de rapiñas de todo
todo esto, la idea fija de subsistir
de ella, ignora dónde están sus hijos,
orden, y no está segura de que le
siempre un día más, ha terminado por
cómo contactarlos, no tiene nada; a no
devuelvan su local, su puesto del
colmar su vida de perennes angustias.
ser la libre filiación con una familia
mercado, lo único que le queda en la
Doña Damiana no tiene casa, vive
indígena que trabaja en el local comer-
vida, además de estos últimos años.
postrada al pie de un estanquillo de
cial vecino, una dulcería mayorista,
Las lágrimas resbalan por sus mejillas
semillas y leguminosas secas, tan
y quienes le procuran algo de asistencia
arrugadas, una emoción impotente
abandonado como su propia historia,
y de compañía, algo de contacto
socava su poca fuerza: “yo no sé qué
porque ahora recuerda casi nada.
más humano.
voy a hacer, que por lo menos estuviera
Hace tiempo que también padece el
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La señora Damina expresa su situación
mi marido conmigo…” Se quiebra la voz.
POR EDGAR PÉREZ
el mercado, la renovación diaria del mundo Configurar el mapa de las encrucijadas de destinos, la identidad que propicia la vida de un mercado, es profundizar en una larga lista de nudos vitales, como el cargador que prometía ser buen pugilista y fracasó al primer aire de trascendencia; las pérdidas de gran capital por culpa de los vicios; lo increíble del pollero que se hizo millonario luego de que su mujer lo dejó por otro; la comerciante de buena voz para cantar, que amenizaba las tertulias de los amigos; los dos incendios que han arrasado al mercado y el orgullo de levantarse de las tragedias en sólida comunión, así como nacen y mueren los ciclos de vida del Mercado Central de Acapulco, esta conjunción de destinos humanos caracterizados por la idea de la plaza, de lo público y el intercambio, lugar donde se consigue el sustento material de la vida, pero en un orden trascendental, la composición de su cosmos, lo proverbial de la gente del Mercado.
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mercado central de acapulco
S A Í S A FANT Y S A Í R E T E U COQ 44 | 45
Arturo Crispín
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FANTASÍAS Y COQUETERÍAS
Alejandro Salmerón | Karina Tejada
FANTASÍAS Y COQUETERÍAS
Arturo Crispín | Karina Tejada
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FANTASÍAS Y COQUETERÍAS
Alejandro Salmerón | Karina Tejada
FANTASÍAS Y COQUETERÍAS
Karina Tejada | Alejandro Salmerón
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Crónica roja de un tomate a las cinco de la mañana en el Mercado Central S
por ANTONIO SALINA
La incierta estabilidad del puerto depende de quienes se adelantan al sol para comenzar el trabajo. Bien o mal, Acapulco está de pie gracias a los que se levantan temprano. Al que madruga Dios lo ayuda, reza el refrán sobre un letrero, en el local de frutas y verduras El tomate, tan antiguo como el Mercado Central. Más puntual que el sol, Tomate llega en cajas de cartón luego de un largo viaje en tráiler. Se levantan las cortinas de metal y los locales de las principales naves del Mercado Central inician la jornada. Como un barco a punto de zarpar del muelle, comienza el delirante ir y venir de un centenar de personas, mar de gente que camina vertiginosa con la certeza de que el día es breve, que no hay tiempo que perder.
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Pedro Pardo
CRÓNICA DE UN TOMATE A LAS CINCO DE
PP
El Mercado Central es una lluvia de
visten pantalón de mezclilla y camisetas
los colores y, casi patriotas, tomates,
olores que inunda la nariz. Bullen
de colores, dos de ellos traen una
cebollas y chiles verdes forman la
innumerables ruidos que muerden
faja negra en la cintura. Para no quedar
bandera nacional. El cotidiano e intenso
los oídos y los sabores se meten
como animal destripado en el pavi-
movimiento se transforma de un pasillo
hasta el estómago. Todas las voces se
mento, Tomate sabe que los hombres
a otro, la actividad da inicio a distintas
vuelven eco y resuenan en cada uno
necesitarán más maña que fuerza.
horas en las diferentes áreas del
de los pasillos. Huele a café con pan, a
Las cajas son llevadas en diablitos a la
mercado. Los primeros compradores
sudor humano, a mar. Pareciera que
nave mayor del mercado donde uno
comienzan a regatear desde las cinco
el viento se estaciona sobre las calles,
puede encontrar prácticamente de
de la mañana.
a la par de los carros que circundan
todo, desde ramos de flores, yerbas,
el mercado. Adentro el calor madura
ropa, comida y juguetes, hasta un
exhibido en los puestos; le gusta
cual fruta de temporada, afuera los
adivino que lee el futuro en la mano.
madrugar y sabe que los clientes que
cláxones de los autos rebotan en las
Amparados en la noche, ciertos clientes
mercancías. De todos lados brotan
arriban a comprar al mayoreo. Por la
Si uno mira hacia todos lados, el
las voces de los vendedores, dando
mañana, las amas de casa surten la
tránsito humano es una verdadera
tumbos: ¡Pásele, pásele marchanta!,
despensa, llevan arroz, frijol y azúcar;
maraña. La mayoría de los que
¡Escójale, escójale güerito!, ¡Llévele,
rábanos, lechuga, brócoli, betabel,
visitan el mercado caminan de prisa,
llévele mi reina! Nadie sabe cuándo
papas, pimientos y calabaza; pollo,
aunque chocan unos contra otros,
empieza o dónde termina la jornada
cecina de res, chorizo de puerco, jamón
cada quien sabe a dónde ir. Atraída por
en el mercado. Mientras unos llegan,
de pavo, crema o queso. Hay alimentos
el color y el brillo de Tomate su rojo
otros se van. Tomate es descargado
de todos los tamaños y de todas las
intenso resalta entre las demás
por tres hombres curtidos, recios;
texturas. En los pasillos se multiplican
verduras, una mujer se detiene, lo toma
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Tomate es uno de los primeros en ser
conocen lo bueno llegan a primera hora.
LA MAÑANA EN EL MERCADO CENTRAL
POR ANTONIO SALINAS
AC
con la mano y lo acaricia, colorado,
conductores, en más de una ocasión
“desorden vial” como el de la avenida
Tomate, sonríe cuando lo aprieta.
se han llevado de corbata a algún
Costera o de la Cuauhtémoc en horas
Tomate puja y la mujer lo avienta al aire,
pariente suyo. El sólo verlos avanzar
pico.
Tomate se asusta, y aunque ella
ágilmente entre los pasillos es una
está convencida de su galanura, lo pone
fiesta, pero Tomate también los ha visto
distinguir con nitidez aquello que
nuevamente en su lugar, luego pregunta
volcar o atropellar a los peatones.
se vende en la oscuridad de los pasillos;
por el precio y se marcha diciendo que
Sabe que a puro chiflido avisan que hay
abren grandes pupilas de pájaro,
dará una vuelta más tarde.
van o que abran paso; si esto no
pero la vista y los focos de pobres watts
funciona, dan un silbido más fuerte y
colgados en raquíticas hileras en
en los pasillos hace que todos anden a
se arrojan al mar de gente como
nada ayudan. Mejor rastrear con la nariz:
las vivas desde temprano, si alguien
suicidas. Cargan y descargan diez o
acá las dulces sandías abiertas, allá
está aún somnoliento, la apresurada
veinte veces más que el peso de
el penetrante olor a mango, a un lado
rutina del mercado a las cinco de la
su propio cuerpo, recorren con viveza
los plátanos dominicos cuelgan de
madrugada le quita el menor sueño.
las naves y nunca están distraídos:
un gancho y a lo lejos, la roja muralla
Habrá que imaginar el sinfín de historias,
un ojo al gato y otro al garabato. Otros
formada por un ejército de tomates.
intercambios, trueques y negociaciones
más avanzan decisivos, determi-
que tienen lugar cada día en este
nantes, rebasan rivales con maestría y
antojos, las frutas forman desfiles de
bastión mercantil del puerto.
nada interrumpe o perturba su
colores y, como agudos fotógrafos
equilibrio, cuerpos y bultos se cruzan en
de primera plana, los clientes observan
carretilleros que inundan los pasillos
su marcha y siguen sin detenerse.
rápidamente lo que van a comprar
con chiflidos y voces de: ¡golpe, golpe,
Como resultado de su vorágine, las más
y “disparan” algún dinero, no sin antes
golpe!, pese a que son mañosos
de las veces causan un tremendo
preguntar: “cuánto es lo menos”.
El intenso tráfico de la muchedumbre
Tomate le teme a los diableros y
Los ojos de los marchantes procuran
Los pasillos son un manjar de múltiples
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mercado central de acapulco
E D S O I G I D O PR A R R E LA TI
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Arturo Crispín
PRODIGIOS DE LA TIERRA
Arturo CrispĂn | Pedro Pardo
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Pedro Pardo | Alejandro Salmer贸n
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CRÓNICA DE UN TOMATE A LAS CINCO DE
Cierta estética es necesaria en los
no lo suelta de la mano. Cada locatario
pasillos. Cada local pone especial
prepara la teatral escena donde su
cuidado para que su producto resalte
changarro será el protagonista principal,
más, la iluminación es de vital
dejando a la vista los productos más
importancia para que den ganas de
atractivos. Tomate fue comprado por
comprar, como dice el dicho:
doña Lucha. Además de verduras
“de la vista nace el amor”.
también compró yerbas medicinales,
Al primer chirrido lastimoso que hacen
perejil, ortiga, verbena, cardo mariano,
las cortinas de metal al abrir, el día
chía y romero, pues padece de cálculos
comienza a clarear. Para Tomate ese
biliares, tiene piedras en la vesícula.
es un momento único, el momento para
Sabe que los yerberos no son médicos
el que se preparó desde que era una
pero ellos también leen libros para
semilla. Viaja feliz dentro de una bolsa
saber qué y cuánto recetar, como el
de nylon. Desde allí observa los pasillos
boldo compuesto para tratar los
y le parece curioso que una Santa
trastornos gastrointestinales leves, la
Muerte de tamaño natural se mire frente
insuficiencia hepática y las migrañas
a frente con una piñata en forma
provocadas por mala digestión; el árnica
de payaso. Una de las miradas es seria,
para el dolor, los golpes y los problemas
oscura; la otra es exageradamente
de la piel; el diente de león para la
alegre, coqueta. Un niño le pide un
anemia. Compuesto por frases y
chocomilk a su mamá pero la señora
ademanes, en el mercado se realiza un
está concentrada observando cómo
pequeño pero sagrado ritual entre
le pesan medio kilo de manzanas, y
quienes compran y quienes venden.
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Karina Tejada
LA MAÑANA EN EL MERCADO CENTRAL
POR ANTONIO SALINAS
Domingo, 7:00 de la mañana
AS
Apenas se abre la puerta del taxi y el
lugar donde hoy se ubica la Farmacia
hay que venir seguido al mercado y
joven de playera negra con emblema de
Moderna. Antes la acompañaba su
conocer a la gente, si no conoces a
Batman en el pecho se acerca para
hija Gloria, mamá de Mago, la nieta que
la gente, si no la tratas bien, no te
ayudarlas. Conoce bien a doña Ninfa y
ahora la cuida.
rebajan ni un peso. En el mercado
Doña Ninfa ya no es tan optimista como
encuentras de todo lo que se te ocurra,
mercado para surtir su negocio de
antaño: Las cosas no son como antes,
por eso me gusta venir dice doña Ninfa
la colonia Pancho Villa. La señora saca
por eso tengo que esperar a que haya
mientras platica con su comadre Linda.
el bastón de otate para equilibrar el
un poco de luz. Diosito sabe, antes
peso mientras la nieta la empuja de la
salía desde las cinco de la mañana de
mado por el sol, hombres fornidos en
espalda con cuidado. El joven sostiene
mi casa. Muchas veces me tocó
mangas de camisa descargan silencio-
con el pie derecho la puerta del copiloto
escuchar el chirriar de las primeras
samente los camiones. Van y vienen,
y toma una de sus manos: Ay mi’jo
cortinas, los choferes de los tráileres
vienen y van cargando cajas, rejas de
disculpa, pero cada día mis piernas
llegaban torcidos de la espalda a
naranjas, melones y zanahorias,
están más duras. El taxista sabe dónde
descargar mercancía. Cuando yo me
mientras sudan copiosamente por el
estacionar el tsuru sedán azul y blanco
iba, apenas llegaban las mujeres
calor. De un lugar a otro llevan frutas
que, entre la parvada de vochos
para llevar la compra. Las cosas ya no
y verduras evitando que se magullen.
estacionados, se ve diferente. Doña
son como antes… Para que le den
Sobre las cajas pueden leerse los letre-
Ninfa lleva treinta años frecuentando el
más barato a una necesita tratar a los
ros escritos a mano, con escritura
mercado, desde que estaba en Parián,
vendedores, y no cualquiera sabe
azarosa, que dicen: plátano Tabasco
en Eduardo Mendoza y Mina, frente al
regatear, esa es una habilidad, para eso
$7 el kilo, limón verde sin semilla […]
a su nieta, llegan todos los días al
Con el rostro ajado por los años y reque-
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mercado central de acapulco
S O R U CONJ S E R O Y RUM
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Eric Miralrío
Eric MiralrĂo
CONJUROS Y RUMORES
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CRÓNICA DE UN TOMATE A LAS CINCO DE
Viene de la página 77
[…] Domingo, 7:00 de la mañana KT
[…] $8 el kilo, uvas y fresas $20 el kilo. En el mercado todo es más barato y
como si aún estuviera vivo. Los domingos es cuando hay más
traba a mi paso. Letrero 1: pescadería La Trucha, letrero 2: Miscelánea
más fresco, por eso vengo acá, aunque
movimiento en este lugar, cuenta don
Papagayo, Letrero 3: Fonda Lupita,
me quede lejos, insiste doña Ninfa.
Mario, quien tiene muchas cosas que
donde por cierto, comíamos una rica
A veces se encuentra “gente ajena” al
platicar porque ha visto pasar el tiempo
pancita, ahora comprendo por qué me
mercado: sus pobladores los reconocen
como visitante asiduo del mercado.
gustan mucho los caldos. De niño
porque caminan lentos y maravillados,
Vengo aquí desde muy niño, de lunes a
parece que no hay otra cosa que hacer
sus rostros se distinguen inmedia-
viernes caminaba entre los pasillos para
más que leer los letreros o tomar alguna
tamente, avanzan poco a poco y se
llegar a la escuela José María Morelos
fruta que uno supone está malpuesta.
detienen haciendo altos consecutivos
y Pavón, la que está en la calle 16 de
En varias ocasiones me regañaron por
cuando algo llama su atención, no
septiembre, casi esquina con Avenida
hacerlo. Muchas veces me perdí en el
buscan nada en particular. En otros
Constituyentes. Allí estudié la primaria
mercado, no sé si lo hacía para
puestos encuentran mariscos o
entre 1974 y 1980. Seguro hay
escuchar mi nombre en el megáfono del
pescados que nunca han visto, en
acapulqueños que no han ido a
módulo preventivo o para ver desde
algunos más, especias, yerbas secas;
La Quebrada o a La Roqueta, pero dudo
arriba y detrás de las ventanas cuando
luego se topan con las pescaderías,
que haya un acapulqueño que no
me buscaban. En una ocasión le dije a
las pollerías y las carnicerías; atrás del
haya venido al Mercado Central. Creo
mi madre: cuando me pierda, fíjate si
mercado descubren la ropa y los
que aquí es donde aprendí a leer, de
hay una bola de gente y búscame entre
puestos de chucherías. Todo les parece
la mano de mi madre, ya que mientras
ellos, seguro ahí voy a estar. Así supe
nuevo y asombroso, y en calidad de
caminábamos por los pasillos iba
que desde pequeño a mí me gustaba el
hallazgo se les ve tocar algún pescado
leyendo todos los letreros que encon-
chisme, concluye riendo don Mario.
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LA MAÑANA EN EL MERCADO CENTRAL
POR ANTONIO SALINAS
KT
Cada quien habla como le va en la feria,
el pásele güerita del carnicero, le erizan
quienes cuidan el hogar con un salario
susurra Lola mientras compra un kilo de
la piel es lo más cercano a un halago
mínimo, en ello radica la bondad de los
papas para hacer más llevadero el gasto
que Lola llega a tener en estos días; a
pasillos, la tranquilidad de los letreros
semanal; ella sabe que con las papas
juzgar por su paso lento, parece que
con la leyenda 2×1. Es entonces cuando
puede preparar sopa, puré o hacerlas
los cumplidos no le desagradan, que la
el mercado se transforma no sólo en
fritas; son rendidoras, llenadoras y
visita al mercado la anima. Quizá sea
el sitio de las compras sino en el lugar
sanas. Lola cuida niños en una guardería
esa la razón por la que Lola hace
donde ocurren los milagros al
de la colonia Progreso, y a pesar del
temprano el gasto y no por lo que
multiplicar el pan y las tortillas en la
cansancio, dos o tres veces por semana
siempre repite a sus hijos: “Para que
mesa, y cumplir con el diario
visita el mercado para comprar la
rinda el día”. Además de papas, Lola
mandamiento que dice “donde come
despensa y no tener la preocupación de
compra zanahorias, media pechuga, un
uno, comen dos”, es verdad pero un
pedir fiado en la tienda de la esquina,
cuarto de carne molida y cuatro
poco menos. La esperanza despierta a
evitando incrementar con más pesos la
manzanas, el monedero le permite
diario, la ilusión se asoma entre las
larga lista de su deuda pendiente.
comprar sólo cuatro manzanas.
bolsas de mandado de alguna Lola que
Lola arriba al mercado a las siete de la
Los marchantes conocen a muchas Lolas:
camina justo ahora entre la música de
mañana. Camina pensativa, ausente.
mujeres que llegan a comprar los
piropos y chiflidos que inunda como las
Le preocupan los dos niños que tiene en
alimentos para la semana con el esmero
aguas de la bahía los agitados pasillos
casa, su desgastante trabajo y el padre
y la prudencia que el flaco monedero
del Mercado Central de Acapulco.
ausente. Sin embargo, el chiflido del
les permite. A esa hora parece que el
cargador que le grita piropos ardientes y
mercado es el sitio de reunión de
mercado central de acapulco
L E D S O S L PU O N A É OC
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Arturo Crispín
PULSOS DEL OCÉANO
Arturo Crispín | Karina Tejada
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Karina Tejada | Alejandro Salmerón
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Eric Miralrío | Karina Tejada
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Eric Miralrío | Karina Tejada
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Eric Miralrío | Karina Tejada
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Eric Miralrío | Karina Tejada
PULSOS DEL OCÉANO
Karina Tejada | Alejandro Salmerón
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PULSOS DEL OCÉANO
Karina Tejada | Arturo Crispín
Ángel Heladio Aguirre Rivero Gobernador Constitucional del Estado de Guerrero
Alejandra Frausto Guerrero Directora General del Instituto Guerrerense de la Cultura
Manuel Zepeda Mata Director de Recintos Culturales y Promoción y Difusión Cultural
Citlali Guerrero Morales Directora de Enseñanza, Investigación y Patrimonio Cultural
Jeanette Rojas Dib Directora de Galerías y Arte
Juan Martínez Lázaro Director de Administración
Mercado Central de Acapulco Memoria de los días Se terminó de imprimir en enero del 2013 En los talleres de la Imprenta Santa Cruz, Durango # 56, Col. Progreso, Acapulco de Juárez, Guerrero, México. La edición consta de 1,000 ejemplares más sobrantes para reposición. Cuidado de la edición: Citlali Guerrero.