6 minute read
Aibalaostia - GP de las Américas
Mela Chércoles
Milagro en Austin
Advertisement
Casi se nos para el corazón a más de uno al ver el accidente múltiple en la segunda carrera de Moto3 en Austin. La maniobra kamikaze de Öncü en plena recta, rondando los 200 por hora, provocó que la moto de Alcoba hiciera el afilador con la del turco (rueda delantera contra rueda trasera). Es llevó al catalán al suelo, en pleno pelotón, y su Honda se la tragaron Migno y Acosta, que salieron catapultados por los aires en un vuelo sin motor que dio miedo. Sin exagerar, el murciano hizo como unos 50 metros de vuelo desde el punto de partida hasta que por fin paró, rozando además en el muro lateral. A Alcoba le salvó que pisaran su moto en vez de a él, algo podría haber resultado letal como ya se ha comprobado tristemente en los últimos meses con las pérdidas de Jason Dupasquier, Hugo Millán y Dean Berta Viñales. Y Migno, por su parte entró en shock y lloró desconsolado por el sustazo vivido. Un milagro que los tres resultaran ilesos.
Alcoba volvió a nacer
Con mucho tacto hubo que preguntarle a Alcoba después de la carrera, porque aún estaba bastante nervioso. Así vio él lo sucedido cuando le pregunté si había sido el susto de su vida: “Hombre, pues sí, porque después de arrastrar el mes que llevamos, que ha sido muy duro para todos, el movimiento que me han hecho, donde me he caído y a la velocidad que lo he hecho… Mi miedo no ha sido caerme a alta velocidad, porque vamos bien protegidos, pero sí he sentido miedo por toda la gente que venía detrás. Mientras daba vueltas, he intentado mirar hacia atrás, para verlas venir o yo qué sé, porque ha sido bastante crítico. Me he cagado, las cosas como son. Con todo lo que ha pasado últimamente, me he asustado muchísimo”.
Jeremy tenía claro que la culpa era de Öncü: “En vez de pasarme tranquilamente por el rebufo, porque tiene más moto o lo que sea, me pasa y justo cuando lo hace se viene adonde estoy yo con la moto inclinada. Ya no es que me pase y me haga tijera, es que un poco más y toca con la rodilla, por decirlo así. No cabe en la cabeza de nadie lo que ha hecho”.
• Rafa Marrodán
Acosta quería volver a salir
Pasado el susto inicial, Acosta bromeaba con lo acontecido. Se lo comenté luego a un piloto de MotoGP, que no viene ahora el caso decir su nombre, y me dijo
que es una coraza del piloto para no venirse abajo. El Tiburón de Mazarrón tenía muy claro que había “faltado poco” para que sucediera algo más grave… “No sé por qué nos estamos cayendo en la recta. No lo he entendido muy bien”, empezó diciendo, para añadir: “El primer impacto ha sido con la espalda y por eso me he quedado un poco en el suelo, pero sin consecuencias. Sólo veía tierra, cielo, tierra, cielo hasta que he parado. Bueno, ha sido guapa, ¿eh?”. Le pedí de buen rollo que no dijera eso, que el susto había sido enorme. Y al preguntarle en qué se piensa durante tanto tiempo descontrolado, dice: “Sólo el cómo moverte. Creo que nos hemos movido bien para tener las menos consecuencias posibles. Creo que he volado como seis metros de altura y cincuenta de distancia. Me ha preocupado el golpe en la espalda, pero he comprobado rápido que podía mover las piernas. Yo quería volver a salir a la pista y estaba con el mono preparado en el box”.
Migno estaba hecho polvo
Al que más le impactó anímicamente lo sucedido fue a Migno, que rompió a llorar y estuvo en shock durante unos instantes. Felizmente, él tampoco se lesionó, pero se le notaba aún afectado al hablar con él: “Afortunadamente estoy bien. Sólo he pasado un poco de miedo y un poco de shock por la caída, pero afortunadamente estoy bien. Ha sido una de las caídas más duras de mi vida. Ha sido a muy alta velocidad y no podía hacer más que esperar a no hacerme daño. No podía hacer nada mientras volaba. Quien tenga que hacer algo, tiene que hacerlo ahora mismo, en esta y en otras categorías para que no pasen estas cosas, para buscar más seguridad”.
A Austin se llegó con la caravana mundialista muy sensibilizada por la muerte el sábado anterior de Dean Berta Viñales, un chaval de 15 años cuya pérdida se sumaba a las recientes de Hugo Millán (14 años) y Jason Dupasquier (20), los tres en los últimos cuatro meses. Migno pide que se mejore la seguridad, consciente de que en Austin se podía haber aumentado esa lista negra: “Hay que hacer algo a nivel técnico y también para mejorar el comportamiento de los pilotos. Algo tiene que cambiar. No soy yo quien tiene que decir qué tiene que cambiar, pero algo tiene que cambiar por la seguridad de todos”.
Sanción a Öncü
Acabada la carrera de MotoGP, el Panel de Comisarios decidió sancionar a Mir con la pérdida de una plaza por el topetazo que le dio a Miller en su maniobra de adelantamiento. El de Suzuki no lo entendió, sobre todo porque al de Ducati no le castigaron cuando se fue contra él intencionadamente en Qatar. Sin embargo, con lo que sí hubo acuerdo total fue con el anuncio de las dos carreras de castigo para Deniz Öncü por liarla en Moto3. Evidentemente, el chaval no lo hizo intencionadamente y se le veía arrepentido en el box, donde le asomaron las lágrimas en sus ojos. Le vendrá bien a él, y al resto de la parrilla, pasarse dos carreras en casa para reflexionar sobre lo sucedido en Austin y, sobre todo, para que no vuelva a sueceder.
Rossi criticó a Öncü y llamó “locos” a los de Moto3
La opinión de Rossi: “La sanción a Öncü es correcta, y es la mínima. La situación está totalmente fuera de control en Moto3. Para mí estuvo mal reiniciar una carrera de cinco vueltas, porque eso es como la ruleta rusa. Öncü hizo una maniobra muy peligrosa y salió muy bien parado. Está bien que se quede en casa dos GGPP. Las carreras de motos son demasiado peligrosas para faltarle el respeto a tus oponentes, esto es más importante que ganar una posición: ciertas maniobras son potencialmente un desastre”. Palo general a la parrilla: “Estuvo mal reiniciar una carrera de 5 vueltas, porque era demasiado peligroso. Tenían que haber intentado mover a Salac más rápidamente. Los de Moto3 ya están fuera de control de por sí y mucho más a una carrera de cinco vueltas. El problema es que están completamente locos, son demasiado agresivos, les enseñan desde pequeños a ser muy agresivos”. Y remate final: “Todo el mundo se podía haber lastimado mucho. Están locos. Hay que hacer algo. Llevamos un tiempo diciendo que no puedes cambiar tu trayectoria en línea recta. Los que lo hacen deben dejarlos en casa. Dos GGPP es castigo justo. La próxima vez ya no lo hace, o al menos se lo piensa. Si te quedas en casa en el sofá viendo la carrera por televisión, piensas en ello. Los pilotos peligrosos son siempre los mismos. Los comisarios deberían apostar por esto. Ahora dos carreras. Si lo vuelves a hacer, cinco en casa, y etcétera”.