CAMINO, VERDAD y VIDA Un año más ponemos a vuestra disposición este folleto de oración para el tiempo de Cuaresma. Hemos escogido el título y el contenido en relación con la campaña de SED 2008. El derecho a la Vida, la salud, la alimentación adecuada, que para nosotros, los ciudadanos y ciudadanas del norte es algo tan natural y a veces se convierte en un problema por exceso (problemas por sobrepeso...) es también un DERECHO para los países del SUR, pero la realidad es que más del 80% de las personas y de los niños y niñas de esos países no tienen la posibilidad de disfrutarlo. La celebración de ste tiempo de Cuaresma nos invita a seguir los pasos de Jesús que es el camino, la verdad y la VIDA para todos. El folleto está realizado con la convicción de que la Palabra de Dios es siempre nueva y eficaz. Hemos pretendido centrarnos en el Evangelio como la mediación privilegiada para la oración y para acoger las propuestas de Dios. Por eso tiene el propósito de animar la oración personal de todos los que se plantean la vida desde Jesucristo, en actitud de búsqueda y de encuentro, en clave de solidaridad. Las líneas interpretativas de cada día nos remiten a elementos básicos de la fe de modo que cada cual se deje interpelar en sus propias circunstancias y haga posible la actualidad de la Palabra de Dios. Por eso está pensado para: quienes empezamos a preparar la Pascua cuarenta días antes quienes descubrimos en las experiencia de Jesús el camino de vida quienes vivimos la oración como un encuentro con el Tú quienes maduramos a ritmo de Evangelio quienes seguimos planteándonos la llamada y las respuestas quienes entregamos la vida en lo cotidiano y sencillo quienes pensamos en los preferidos de Dios quienes creemos que otro mundo es posible quienes descubrimos en la Palabra , la relación con Dios, la llamada, la oración, la comunidad, el compromiso solidario… elementos dinamizadores de nuestra felicidad. Junto al Evangelio ( Lectio) encontrarás: - una reflexión (meditatio), sencilla, sugerente - una oración (oratio) a modo de prosa, poema, canto… - «entra en tu interior» (contemplatio) para llegar a lo profundo en actitud contemplativa - oración conclusiva
Esperamos que nos ayude a encontrarnos con Él.
Departamento de educación y sensibilización SED
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No necesitan médico los sanos, sino los enfermos
MIERCOLES DE CENIZA 6 de febrero de 2008 Reflexión
no seáis como los hipócritas
Los hechos de nuestro mundo y las palabras de Jesús llegan a nuestro corazón para despertarnos de la rutina, para ser conscientes de lo que sucede alrededor y para ayudarnos a escuchar la voz de Dios en nuestro interior que nos pide compromisos de lucha por la justicia. Este tiempo de Cuaresma que hoy iniciamos es la mejor oportunidad para crecer personalmente en coherencia a los principios que predicamos “yy no ser como los hipócritas hipócritas”.
Lectura del día Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos, de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial... Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.... Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará... Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará». Mt 6, 1-6,16-18
El problema infantil en alimentación que padecemos en nuestro país no es la falta de comida, sino la obesidad y una alimentación inadecuada. Si miramos al mundo adulto, cada día aumenta el número de personas que pasan por el cirujano no sólo para recuperar su salud, por los excesos alimentarios, sino para perfeccionar su imagen estética. Porque la imagen externa que los demás perciben de ellos, ha pasado a ser un tema prioritario. ¿Es esa la personalidad saludable que deseamos para los pueblos en desarrollo? Ante enfermedades psicológicas y alimentarias como la anorexia ¿no están ellos con mejor salud? No cabe duda que gozamos de una situación privilegiada en otros casos de enfermedad. Y por justicia, no por compasión ni por nuestros méritos solidarios, estos medios sanitarios de los que disponemos, debemos ofrecerlos a todas las personas del mundo, independientemente de donde se encuentren. Este es un trabajo para las instituciones públicas de nuestro país, para los organismos internacionales que trabajan en ello y para cada uno de nosotros que a través de ONG´s como SED colaboramos en proyectos de salud en América y en África, que ofrecen medios sanitarios a todas las perso3
nas necesitadas. Nuestro estilo de vida, nuestro gasto en alimentación, en medicamentos, en estética, ¿está fomentando nuestra hipocresía o manifiesta nuestra coherencia?
Entra en tu interior Oración EL AYUNO QUE DIOS QUIERE El ayuno que Dios quiere es éste: que sueltes las cadenas injustas, que desates las correas del yugo, que dejes libres a los oprimidos, que acabes con todas las opresiones, que compartas tu pan con el hambriento, que hospedes a los pobres sin techo, que proporciones ropas al desnudo y que no te desentiendas de tus semejantes. Entonces brillará tu luz como la aurora y tus heridas sanarán en seguida, tu recto proceder caminará ante ti y te seguirá la gloria del Señor. Entonces invocarás al Señor y él te responderá; pedirás auxilio y te dirá: “Aquí estoy”
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Piensa hoy en tu estilo de vida, tus gastos en alimentación, en medicamentos, en estética. ¿Está siendo coherente con los valores que has asumido? ¿Con los principios que predicas? ¿O no tiene nada que ver con ello? Deja que Jesús pueda dirigirse a ti y te ayude a crecer en autenticidad.
Oración final Padre, realiza por medio de mí la obra de la verdad. Ten mis manos ocupadas en servir a todas las personas. Haz que mis pies avancen siempre por el camino de la justicia. Mueve mi corazón. Que tu Palabra sea el Maestro de la mía. Porque mi mano es tu mano, mis pies son tus pies, mi vida es tu fuerza para luchar por la justicia, social y personal. Amén.
No necesitan médico los sanos, sino los enfermos
JUEVES DE CENIZA 7 de febrero de 2008 Reflexión
la cruz de cada día
Las lecciones que nos da la vida aparecen de manera inesperada. Muy pocas veces se presentan en forma escrita o como un discurso, más a menudo sucede que algunas experiencias que vivimos nos llegan al corazón y permanecerán en el recuerdo como luces que no se apagan en nuestra vida.
Lectura del día Dijo Jesús a sus discípulos: «El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día». Y, dirigiéndose a todos, dijo: «El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?» LC 9, 22-25
Acompañar a un familiar enfermo durante su estancia en el hospital, nos permite conocer situaciones de sufrimiento que nunca imaginamos. Y si somos capaces de acercarnos y dialogar, puede hacerse visible ante nuestros ojos, la paciencia, la entereza en el dolor, la gran ternura que una persona es capaz de ofrecer en momentos concretos. Una enfermedad puede llegar a borrar la sonrisa, las buenas palabras, los saludos que ofrecemos, los gestos de interés y preocupación por los demás. Pero cuando tenemos ante nosotros una persona a la que la enfermedad ha dejado paralizada, y sólo es capaz de comunicarse, y en sus palabras no hay quejas ni reproches, sólo gratitud a los que le cuidan nos podemos preguntar: ¿De dónde saca paciencia y fuerzas esa persona para llevar la cruz de su enfermedad cada día? Si hay momentos en que la esperanza se aleja de nuestro camino, porque no vemos frutos en nuestro trabajo educativo, o los proyectos en los que trabajamos se llenan de dificultades; recordemos entonces, lo que es capaz de hacer la fuerza de Dios en el interior de las personas. Seguir caminando con la sonrisa en los labios, y los gestos de ternura que salen del cora5
zón no es el resultado de vivir en las nubes olvidando los problemas, puede ser la actitud de quien aceptando su situación, esa cruz de cada día día, aunque sea dolorosa, sigue interesado en el bien de las personas que tiene a su lado y hacia ellas dedica lo mejor que tiene, animado por la bondad de Dios.
Entra en tu interior Se consciente de las cruces y dolores de tu vida, de las preocupaciones que ocupan tu tiempo y muchas veces no te dejan actuar como eres tú. Presenta a Dios tu realidad y tus preguntas sin respuesta. Para que Él ponga la luz en tus ojos y guíe tu vida.
Pon tu palabra Pon tu palabra en medio de mi vida. Pon mi vida en tu mano, pon tu mano en la voz que ahora digo. Pon el sol en mis ojos, pon tus ojos aquí, en estas preguntas; tus caminos trázalos en los míos. Quiero irme en tu marcha, quiero darles tu música a mis pasos. Estos hombres que veo, que me miran, a los que yo les hablo, que preguntan al pasar por tus señas, son, seguro, el destino marcado de mi vida, mi mano, mi palabra. Ponme de par en par porque te encuentren.
Oración final Señor, que mi oído esté atento a tus susurros. Que el ruido cotidiano no tape tu voz. Que en mi vida brille tu luz. Que mis manos estén abiertas para dar y proteger. Que mi corazón tiemble con cada hombre y mujer que padecen. Que acierte para encontrar un lugar en tu mundo. Que mi vida no sea estéril. Que deje un recuerdo cálido en la gente que encuentre. Que sepa hablar de paz, imaginar la paz, construir la paz. Que ame, aunque a veces duela. Que distinga en el horizonte las señales de tu obra. Amén.
Valentín Arteaga
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No necesitan médico los sanos, sino los enfermos
VIERNES DE CENIZA 8 de febrero de 2008
¿por qué nosotros? Reflexión Lectura del día Es probable que al oír las palabras de Jesús, la mayoría de las personas de su tiempo no se diesen por aludidas. Hoy sucede lo mismo. Ante las palabras del Evangelio, y también ante otros llamamientos solidarios, gran parte de la gente permanece en la indiferencia, protegidos por una sordera en su conciencia que facilita su comodidad.
Se acercaron los discípulos de Juan a Jesús, preguntándole: «¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos a menudo y, en cambio, tus discípulos no ayunan?». Jesús les dijo: «¿Es que pueden guardar luto los invitados a la boda, mientras el novio está con ellos? Llegará un día en que se lleven al novio, y entonces ayunarán». Mt 9,14-15
Las excusas pueden llegar a expresarse, o quedan en el interior de cada uno con pensamientos similares a estos: “Ya tengo bastante con resolver mis problemas, ellos se lo han buscado, lo que tienen que hacer es ponerse a trabajar…” Estas ideas reflejan la misma disculpa que expresó Caín ante Dios: “¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?” Excusa que practica un tanto por ciento elevado de nuestra población.
Día del ayuno voluntario.
Pero las llamadas de Jesús que llegan al interior de las personas, encuentran siempre corazones despiertos, dispuestos a ofrecer su tiempo en beneficio de sus hermanos. Son personas que se sienten responsables de lo que les sucede a los demás y viven con la esperanza de que la vida puede traer cosas mejores. Así ocurría por aquellas aldeas de Galilea, y así sigue ocurriendo hoy en las aldeas de nuestro mundo. Si alguien se pregunta: ¿Por qué a mí? ¿Por qué a mí me dices estas palabras o me pides esto? Puede ser que su conciencia está despertando, tiene un momento de lucidez. Por favor en esos casos no conviene tomar tranquilizantes para volver a dormirse. La vida llama a tu puerta y espera de ti respuestas que sepan a esperanza.
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Oración LA TIERRA NUEVA Entra en tu interior En la tierra nueva las casas no tienen llaves ni los muros rompen el mundo. Nadie está solo. No se habla mucho del amor, pero se ama con los ojos, las manos, y las entrañas. Las lágrimas son fértiles, la tristeza se ha ido para no regresar, y se ha llevado con ella la pesada carga del odio y los rencores, la violencia y el orgullo.
Las palabras que Jesús te dirige son un estímulo en tu vida y quieren despertar lo mejor que llevas en tu interior. El ambiente en el que vives y la rutina de tu trabajo mantienen adormecidos algunos de tus sueños. Deja que este mensaje te ayude a recordarlos y a tenerlos presentes en el día de hoy.
Oración final Danos, Señor, alas para volar y pies para caminar al paso de los hombres. Entrega, para “dar la vida” desde la vida, la de cada día. Infúndenos, Señor, el deseo de darnos y entregarnos, de dejar la vida en el servicio a los débiles. Señor, haznos constructores de tu vida, propagadores de tu reino. Ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres para llevarles el tesoro de tu amor que salva.
Es extraña la puerta que abre esa tierra: es la sangre derramada de quien se da sin límite, es la paciencia infinita de quien espera en la noche, es la pasión desmedida de un Dios entregado por sus hijos; nosotros nosotros, elegidos para habitar esa tierra nueva. José M. R. Olaizola
Amén.
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No necesitan médico los sanos, sino los enfermos
SÁBADO DE CENIZA 9 de febrero de 2008
no necesitan médico los sanos
Reflexión
Lectura del día
Vendar heridas y sanar enfermedades; hermosa tarea humanitaria la que hace un buen médico y un reto constante para un seguidor de Jesús. Un trabajo que no se va a quedar sin actividad dado el alto grado de samaritanos que nuestra sociedad deja tirados a la vera del camino.
Jesús vio a un publicano llamado Leví, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Si hace dos mil años enfermedades como la lepra eran causa suficiente para aislar y marginar a una persona del resto de la sociedad, hoy siguen existiendo “plagas” que son motivo de exclusión y de desprecio. ¿Quiénes son los médicos que se atreven a curar a estos enfermos?
Leví ofreció en su honor un gran banquete en su casa, y estaban a la mesa con ellos un gran número de publicanos y otros. Los fariseos y los escribas dijeron a sus discípulos, criticándolo: «¿Cómo es que coméis y bebéis con publicanos y pecadores?»
Existen manuales muy detallados que explican el tratamiento. Manuales escritos en las grandes convenciones internacionales y en las pequeñas asambleas que se organizan constantemente, pero, ¡qué pocos médicos han sido capaces de aplicarlos!
Jesús les replicó: «No necesitan médico los sanos, sino los enfermos. No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores a que se conviertan».
A los valientes que han dado pasos de acercamiento a los excluidos y no les ha importado que les acusen: ¿Qué haces tú comiendo con drogadictos? ¿Qué se te ha perdido a ti en África en medio de tanta miseria? ¿Quién te manda pedir dinero para otras personas, con las necesidades que tienes en tu casa?... A todos ellos, les dirige Jesús estas palabras: “No te importe seguir sembrando aunque no hayas visto fruto, el fruto llegará y será duradero”.
Lc 5,27-32
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Oración CÚRAME SEÑOR
Entra en tu interior ¡Señor! Cuando me encierro en mí, no existe nada: ni tu cielo ni tus montes, ni tus vientos y tus mares; ni tu sol, ni la lluvia de estrellas. Ni existen los demás ni existes Tú, ni existo yo. Y una oscura soledad me envuelve, y no veo nada y no oigo nada.
La vida de cada día te ofrece oportunidades de encuentro con todo tipo de personas. Recuerda los rostros con los que te has encontrado últimamente y es posible que te vuelvas a encontrar. Si descubres heridas o enfermedades en ellos, ¿quién mejor que tú para comenzar a ser su médico?
Oración final Señor, que vea tu rostro en cada esquina. Que vea reír al desheredado, con risa alegre y renacida. Que vea encenderse la ilusión en los ojos apagados de quien un día olvidó soñar y creer. Que vea oportunidad y llamada donde a veces sólo hay bruma. Que vea cómo la dignidad recuperada cierra los infiernos del mundo Que en el otro vea a mi hermano, y en mi interior te vislumbre. Amén.
Cúrame, Señor, cúrame por dentro, como a los ciegos, mudos y leprosos, que te presentaban. Yo me presento. Cúrame el corazón, de donde sale, lo que otros padecen y donde llevo mudo y reprimido El amor tuyo, que les debo. Despiértame, Señor, de este coma profundo, que es amarme por encima de todo. Que yo vuelva a ver (Lc 18, 41) a verte, a verles, a ver tus cosas a ver tu vida, a ver tus hijos.... Y que empiece a hablar, como los niños, -balbuceando-, las dos palabras más redondas de la vida: ¡PADRE NUESTRO!
Ignacio Iglesias
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1ª Semana - DOMINGO 10 de febrero de 2008
Ponéos en camino el Espíritu conduce a Jesús al desierto
Reflexión Jesús se dispone a comenzar su misión. El Espíritu toma la iniciativa con un objetivo claro: conducir a JESÚS de NAZARET al DESIERTO para ser tentado. Jesús inicia un camino sin retorno. Adiós Nazaret. Se pone en camino hacia el Jordán, como el pueblo sencillo, para ser bautizado por Juan. El Espíritu rasga los cielos y el Padre habla: Este es mi Hijo amado… Jesús se encuentra ante un camino nuevo, no esperado, no programado, no imaginado, delatado por Juan, glorificado por el Padre… En el desierto, delante suyo, la sequedad, la aridez, la soledad. La vista se nubla, el corazón se achica, el espejismo engaña, la tentación no puede tardar… El hambre debilita los sentidos. Comienza la lucha: “Si eres…, haz… Si te echas… vendrán …, Te daré si si… El mismo Espíritu nos conduce también a nosotros por el mismo camino de Jesús.
Lectura del día En aquel tiempo, Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo. Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al final sintió hambre. Y el tentador se le acercó y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en panes”. Pero él le contestó diciendo: “Está escrito: No sólo de pan vive hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo lo lleva a la Ciudad Santa, lo pone en el alero del templo y le dice: “Si eres Hijo de Dios tírate abajo, porque está escrito: Encargará a los ángeles que cuiden de ti y te sostendrán en sus manos para que tu pie no tropiece con las piedras”. Jesús le dijo: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”. Después el diablo lo lleva a una montaña altísima y mostrándole todos los reinos del mundo y su esplendor le dijo: “Todo esto te daré si te postras y me adoras”. Entonces le dijo Jesús: “Vete, Satanás, porque está escrito: Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto”. Entonces lo dejó el diablo, y se acercaron los ángeles y le servían. Mt 4,1-11
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Oración. Entra en tu interior
Padre de bondad y amor que en tu proyecto dispusiste que tu Hijo Jesús fuera conducido por el Espíritu por el camino de la prueba, la dificultad y la tentación, haz que nosotros sus discípulos, seamos capaces de asumir nuestra realidad de cristianos con vigor y energía y confiados plenamente, pues sabemos de “quién nos fiamos”, en Jesús, que es “Camino, Verdad y Vida”.
Todo camino largo ofrece un tiempo especial para la interiorización y la plegaria. Miras a Jesús en su lucha… Imagínatelo con hambre y sed. Míralo frente a la tentación fácil y rápida del milagro. Contémplalo como Mesías glorioso, deslumbrando con su poder y dominio. Jesús no cede ante la tentación. Se mantiene fiel a la voluntad del Padre, Proyecto salvador. La tentación nos acompaña pero el Padre vela para que nuestras fuerzas no decaigan. Es la Roca que nos salva. ¿Cuáles son hoy tus tentaciones? “No nos dejes caer en la tentación.”
Ayúdanos a proseguir la marcha, que un día iniciamos por el sendero trazado por Champagnat, bajo la mirada amorosa de nuestra Buena Madre que lo recorrió primero. Señor, el tentador nos acecha, está cerca nuestro. No nos dejes caer en la tentación.
Oración final
Padre, que se haga tu voluntad sobre mí en ese camino sin retorno, que día a día labre la fidelidad aún en los que todo parece un desierto. Jesús, me compromete y alecciona. Confío en Ti.
Señor Jesús, que vas haciendo camino y dejando huellas en nuestra historia, que te has fijado en nosotros y nos hiciste tus socios en la misión del Padre, haz que sepamos seguir tus pasos con audacia y esperanza. Mira con amor nuestra impotencia y ante la tentación que nos acecha, fortalécenos con la fuerza d el Espíritu que mantuvo tu lucha en el desierto, para que confiados plenamente en su inspiración ajustemos nuestras vidas a la voluntad del Padre, como María. Amén.
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1ª Semana - LUNES 11 de febrero de 2008
Ponéos en camino quedaban curados Lectura del día
Reflexión
Jesús y sus discípulos, terminada la travesía, tocaron tierra en Genesaret y atracaron. Apenas desembarcados algunos lo reconocieron, y se pusieron a recorrer toda la comarca; cuando se enteraba la gente dónde estaba Jesús, le llevaban los enfermos en camillas. En la aldea o pueblo o caserío donde llegaba, colocaban a los enfermos en la plaza y le rogaban que les dejase tocar al menos el borde de su manto; y los que lo tocaban se ponían sanos.
Jesús y sus discípulos se hacen a la mar. Acortan el camino comunitariamente, comienzan a recorrer la región, se ponen en caminos por aldeas, pueblo y caseríos. En las plazas se improvisa un sanatorio. El pueblo sencillo le presenta sus dolencias: rogar y tocar, fe y confianza, seguridad y compasión… La presencia de Jesús es el cumplimiento profético: a los cojos, ciegos, paralíticos… es anunciada la Buena Nueva.
Mc 6, 53-56
Los signos del Reino son evidentes, pareciera que Dios hizo la opción por el marginado social y ahí se esconden claramente los signos inconfundibles del Reino. La Buena Nueva, sólo es buena si trae el consuelo que precisa y sólo es nueva, si actualiza lo que proclama. De nada o poco sirve que la Iglesia haga su opción preferencial por los pobres y desheredados si no encuentra en sus hijos los misioneros del Reino que bajan al llano cada mañana dando algo de sí mismos.
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Oración de la donación
Entra en tu interior Imagina a Jesús recorriendo nuestros pueblos y ciudades; para algunos era un predicador más, un milagrero fanático nuevo, un “don nadie” seguido por unos cualesquiera. Los “profesionales” del Evangelio no le daríamos piola en nuestra sociedad: ¡Qué se imagina ese! ¿Aceptaríamos que el mismo Jesús de Nazaret anduviera por caminos y plazas distintos a nuestros procesos pastorales? Si las gentes sencillas sacaban a sus enfermos a las plazas y calles para tocar a Jesús: ¡Qué fuerza de arrastre tenía ese maestro popular! ¿Pero de dónde le viene la fuerza? Por qué la gente humilde le veía como Señor? ¿Tienes algo de lo que te gustaría ser curado hoy por Jesús? ¡Pídeselo!
Querido Padre Dios, aquí nos tienes como a tus hijos, a los que un día elegiste y consagraste para Ti. Mira complacido mi caminar desde hace años en seguirte. Todavía me tienes en tu lista y no borras mi nombre, aunque imagino que no te faltó más de una vez motivo para sentenciar el fin de la ineficiencia y de poca productividad. Jesús amigo, en quien el Padre se complació pues vio en Ti que el pueblo encontraba alivio en su dolor. Tú que te dejabas tocar por la necesidad, pues donde ella estaba Tú te hacías presente, te ruego por el amor a los pobres que despiertes en mí el celo ardiente por los necesitados que cada día son más y cada día más empobrecidos.
Oración final Sí, el Padre que a los humildes enalteces, y a los pobres los predestinaste, los elegiste, los separaste y enviaste a ser tus testigos, haz que mi vida discurra por el camino del amor, la donación personal y el compromiso.
Señor JESÚS, una vez más nos acercamos a Ti. La respuesta a nuestras angustias, temores, dudas, se encuentran en tu mensaje, en tu vida y en tu persona. Que los ojos de nuestra mente y corazón y los oídos de nuestro ser puedan de nuevo ver y escuchar. Sana aquello de lo que estamos enfermos. Sólo Tú tienes palabras de Vida eterna. Amén.
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1ª Semana - MARTES 12 de febrero de 2008
Ponéos en camino venga a nosotros tu Reino
Reflexión
Lectura del día Dijo Jesús a sus discípulos: «Cuando recéis, no uséis muchas palabras, como los gentiles, que se imaginan que por hablar mucho les harán caso. No seáis como ellos, pues vuestro Padre sabe lo que os hace falta antes de que lo pidáis. Vosotros rezad así: “Padre nuestro del cielo, santificado sea tu nombre, venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo, danos hoy el pan nuestro de cada día, perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros hemos perdonado a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno”. Porque si perdonáis a los demás sus culpas, también vuestro Padre del cielo os perdonará a vosotros. Pero si no perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras culpas». Mt 6, 7-15
Cuando recéis…. no uséis muchas palabras…, no imagines que por hablar mucho… Jesús previene, el discurso, el desierto de ideas… admite que oremos, pues sabe lo que nos hace falta antes de que se lo pidamos. Es muy claro que Jesús nos enseña el camino de la Espiritualidad Marista: no es cuestión de recitación de fórmulas, no se trata de discursos bonitos. Sí de entrar en lo más íntimo del corazón, sí de abrirse al convencimiento de que Dios es Padre, que al decir “éste es mi Padre” sienta que se refiere directamente a mí, y a nosotros “nuestro Padre” y que nos hermana en fraternidad, que este “papá” sabe muy bien qué necesitamos. Lo precioso de esta oración de Jesús es el “DESCUBRIR” nada más y nada menos que EL DIOS DE JESÚS, ES PADRE, MÍO y NUESTRO. Él que unifica cielo y tierra, Él que tiene un proyecto sobre cada uno de nosotros. Por eso “hágase tu voluntad”. Que es Padre amoroso que conoce nuestras necesidades.
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Oración Padre nuestro que estás en el cielo y en la tierra Hoy tu nombre nos sabe a justicia a esperanza, y a gloria tu Reino.
Entra en tu interior
Padre nuestro que estás en la calle, entre el tráfico, en el campo, En el ruido, en la agitación, en el silencio, en la salud y la enfermedad. Que se cumpla, Señor, tu palabra. Lo mismo en la tierra, por aquí abajo, como por allá arriba, en el cielo. Padre nuestro que a diario te manchas las manos con aquellos que buscan su sustento, Que a nadie falte el trabajo, el pan, y aquello necesario sobre todo cuando ha habido mucho esfuerzo.
Tantas veces hemos rezado “Padre nuestro”, que poco de nuevo nos puede sorprender el mensaje de Jesús. Todo está dicho, lo sabemos de memoria, pero, y si intentas repetir de nuevo, de verdad… ¡Padre! ¿Qué te dice a ti tu experiencia de llamar a Dios “Padre”, añadiendo “nuestro”? ¿Cómo ves tú la relación, esa relación tan familiar con Dios? ¿Qué te dice esa “fraternidad universal”? Quizá lo mejor es situarse ante Dios como Charles de Foucauld: “Padre me pongo en tus manos, haz de mí lo que quieras…
Oración final Padre de amor y misericordia, Tú estás presente en cada cosa, mantenme abierto a los signos de tu presencia, a las llamadas de la Iglesia, a las necesidades de los jóvenes para que a ejemplo de María, virgen atenta, juntos escuchemos y respondamos a tu palabra. Ayúdanos a ser sensibles a tus llamadas y a responder con generosidad, discerniendo los corazones y afrontando los desafíos con audacia y esperanza. Amén.
Padre nuestro, que no guardas nunca rencor contra nadie Que te olvidas de nuestros agravios y limitaciones Y a cambio sólo nos pides que también nosotros perdonemos. No nos dejes caer, en la desilusión, el desánimo, ni en la desesperanza Pues Tú eres mi Padre, y además, Padre Nuestro. Amén.
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1ª Semana - MIÉRCOLES 13 de febrero de 2008
Ponéos en camino
la gente se apiñaba en torno a Jesús Reflexión
Lectura del día La gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; pues ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; pues ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás». Lc 11, 29-32
La figura de Jonás es signo más que elocuente del Cristo resucitado y salvador. (tres días) El pueblo sencillo busca signos mágicos y espectaculares para creer. La religiosidad popular confía más en el milagro que en su significado. Con demasiada frecuencia el Dios banquero, contable, suple al Dios-Amor-Ternura: te doy, me das; tanto por cuanto. Se nos apodera el egoísmo a la fe-esperanzada en Jesús el Cristo. Jesús es capaz de sanar mi situación enfermiza psíquica o físicamente. Ahí está el Cristo-LUZ que abre los ojos, el Jesús–Palabra que suelta la lengua, el Señor-Vida que regenera al difunto, el Cristo-Fortaleza que robustece los pies del rengo, el Dios–Medicina que sana el dolor, el Padre-Perdón que espera con los brazos abiertos.
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Oración ORACIÓN ANTE LA CRUZ
Entra en tu interior
Esta generación pide signos. Tu Cruz se levanta destilando signos de esperanza.
A esta altura de tu vida ¿Cómo ves a Jesús? ¿Un taumaturgo aventurero, un Profeta anunciador de la Buena Noticia o un milagrero prodigioso? ¿Pensaste en que podía ser la PALABRA que nos muestra e identifica al PADRE?. Ciertamente este es el mensaje de Jesús de Nazaret. ¿Es para mí la Buena Noticia o de lo contrario se convierte en un recurso verbal que alimenta mi intelecto? Corremos el peligro de ser Catequistas o Teólogos sin Dios, sin su Palabra viva y podemos quedarnos en puros sofistas dialécticos con respuesta para todo.
Jesús, ante tu Cruz guardamos silencio con el corazón en suspenso. No pedimos milagros, sólo un poco de fe. Ilusión en las gentes sin esperanza, anunciando el AMOR de un DIOS “Abba”. Ante tu Cruz nos postramos contemplando tu fidelidad y tu entrega sin reservas.
Oración final
El mal del mundo y nuestro mal, la mentira social y nuestra mentira, han querido hacerte desaparecer y lo han logrado.
Señor Jesús, tú que estás presente de corazón en cada cosa, danos una mirada limpia para descubrirte en las cosas, las personas y los acontecimientos. Danos sabiduría y sensibilidad para interpretar tus signos, escuchar tu mensaje y construir tu reino. Amén
Te han detenido, te han torturado y te han ajusticiado, hasta la muerte de cruz… Señor Jesús ante tu cruz, viendo tu rostro deformado portador de tantos rostros doloridos de nuestro hermanos los hombres y junto a Ti y a ellos, a María tu Madre y nuestra Madre recibiéndonos en herencia testamentaria, postrados te adoramos y agradecemos tu AMOR incondicional. !Bendito seas!
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1ª Semana - JUEVES 14 de febrero de 2008
Ponéos en camino paz a esta casa...
Reflexión
Lectura del día Dijo Jesús a sus discípulos: «Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre. Si a alguno de vosotros le pide su hijo pan, ¿le va a dar una piedra?; y si le pide pescado, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que le piden! En resumen: Tratad a los demás como queréis que ellos os traten; en esto consiste la Ley y los profetas».
En Jesús está claro el mensaje de su misión: Paz. Pero no una paz como acto de propiedad suyo, sino como el mensaje del discípulo. Cuando se produce el envío “les mandó por delante, de a dos” era para llevar como primera expresión del anuncio, la paz. La paz a la abundante mies. Pero los obreros son pocos; frente a este “problema”, una segura solución, orar para que el dueño de la mies envíe operarios. Esta es la llamada al cristiano, ponerse en camino pues hay una extensa tarea por hacer. El éxito viene marcado por el criterio evangélico de la atención y la prudencia, como “ovejas entre lobos”, el desprendimiento, a manos libres, a corazón abierto, sin alforja. En solidaridad y servicio, con el salario que merece todo trabajador, aunque no ha de faltar la generosidad de aquellos a quienes es enviado.
Lc 10, 1-9
Algo tiene que quedar claro desde el principio: que la paz y el Reino están cerca.
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Entra en tu interior
¡Ganas de vivir!
Esta lectura nos pone, a nosotros educadores, ante varios dilemas y principios fundamentales: 1º. Cómo hacer frente desde la Escuela y entre los jóvenes, a la problemática social de una educación integradora de valores humanos y cristianos (Buenos cristianos y honrados ciudadanos) 2º. Cómo responder a la constante demanda con tan pocos obreros. 3º. Si la educación cristiana asienta sus raíces en la palabra de Jesús: cómo lograr que nuestro compromiso, fuerte y decidido, tenga un claro anuncio del Reino y traiga paz, no la de la tranquilidad pasiva, sino la paz del corazón y de la justicia. ¿Cuál es el mensaje que anuncio desde mi vida, mis gestos y palabras… y ese anticipo del Reino? Somos los enviados de Jesús. Cuenta conmigo para hacer llegar la paz y el anuncio de un nuevo Reino.
Padre amoroso y providente, que en tu proyecto salvador quisiste que tu Hijo Jesús de Nazaret hiciese de nosotros anunciadores del Reino. Que seamos portadores de Paz, esa paz basada en la justicia y la solidaridad. Que ante la extensa mies, no disminuyamos en esfuerzos, no sólo en la entrega sino en la oración al dueño de la mies para que envíe operarios. Jesús nos envía para que vayamos delante, simplemente para anunciar que el Reino de Dios ya ha llegado, y es preciso que se implante en esta sociedad despreocupada. Te lo pedimos por Jesús, nuestro guía y maestro que supo rodearse de discípulos a los que envió de a dos en actitud precursora.
Oración final Qué hermoso ver bajar de la montaña, los pies del mensajero de la Paz. Jesús, maestro, pedagogo nuestro que en tu didáctica divina nos quisiste reunir en comunidad sin conocernos y nos enviaste de a dos, en desprendimiento, dedicación y amor a la misión para anunciar el Reino de la paz y de la justicia. Te queremos dar gracias por fiarte de nosotros, pedirte que olvides nuestra falta de pasión, nuestra desconfianza en la fuerza de tu palabra que nos envía. Que confiados en María, la Buena Madre, hagamos lo que tú nos dices. Amén.
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1ª Semana - VIERNES 15 de febrero de 2008
Ponéos en camino reconcíliate primero con tu hermano
Reflexión
Lectura del día ¿Dijo Jesús a sus discípulos: «Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No matarás», y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano «imbécil», tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama «renegado», merece la condena del fuego. Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto». Mt 5,20-26
Impresionan tus palabras, Jesús. Si cuando vayas al altar, te acuerdas que tienes algo con tu hermano… ¡Ponte en camino, ya! No es posible permanecer en el enojo cuando trabajamos en la misma misión, cuando somos enviados de a dos, junto con el otro, cuando el anuncio requiere sintonía, sonoridad fraterna. Sé dueño de tu lengua. ¿Cómo se puede llamar al otro, renegado, imbécil? Él puede haberse equivocado, hallarse en dificultad, fracasar o estar hundido, pero no podemos juzgar al otro desde el prisma de la maldad, atreverse a pensar que él actúa con maldad. En torno nuestro, es fácil la violencia y la venganza. Lo vemos socialmente: armas, agresiones, odios, calumnias, abusos, injusticia. Son muchas las fuerzas de las estructuras de pecado que nos arrastran por la pendiente de la violencia y no del perdón. Perdono pero no olvido y ahí nos quedamos con las cicatrices de la injusticia, recordándonos al hermano que en un día nefasto tuvo la debilidad de zancadillear nuestro proyecto. Es preciso un rociado de amor para impregnar de bálsamo las heridas mutuas, y hacerlo pronto, antes de ir al altar, antes de que el problema se agrave.
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Salmo 50
Entra en tu interior Nuestra sociedad se caracteriza por su egoísmo y dureza, con sus tabúes y mafias reivindicativas que hacen difícil la reconciliación. Las agresiones verbales en campañas políticas, la descalificación, la calumnia, las estadísticas arregladas y sondeos manipulados son la clara expresión de la mentira organizada. ¿Cómo combatirla? ¿Cómo ser hoy presencia de un corazón compasivo en el contexto social? Jesús no duda, su palabra es clara: “Primero, reconcíliate con tu hermano”. ¿Con quién tengo que reconciliarme hoy sin falta?
Señor, sé que sólo tú eres capaz de misericordia, por tu bondad, no me abandones ni retires la mirada a mi corazón. Nadie ama como Tú, sin condición. Padre, reconozco que ante Ti he pecado sin razón y olvidé tu mensaje de perdón Y ofendí al que me diste como hermano. Insinuante me llamabas en los otros, Mas yo, encerrándome en mi cómodo egoísmo no te miraba ni escuchaba. Rompía mi ser, rechazaba tu amor.
Oración final
Ahora triste, y desamparado, ante Ti, estoy afligido, me he quedado solo, he dejado de lado al hermano que me diste.
Señor, casi lo habíamos olvidado, el perdón no tiene condiciones, ayúdanos a perdonar de corazón, a reconocer en el otro tu imagen, tu rostro. Que cuando nos cueste, dejemos que el Espíritu guíe nuestro ser. Que antes de ir al altar, que nuestra primera ofrenda, sea el perdón, sólo porque Tú lo dices. Amén.
Vuelve a mí tus ojos, tu mirada de Padre. Jesús nos habla de que Tú eres misericordioso, Mírame con tu gracia y dame tu perdón. Abre ríos de agua viva para mí, Y que en ellos beba tu amor, tu perdón y la gracia. En Ti Señor se hace nueva La alegría en mi alma. Gracias Señor.
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1ª Semana - SÁBADO 16 de febrero de 2008
Ponéos en camino haced lo que Él os diga... Lectura del día
Reflexión
Dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: «Amarás a tu prójimo» y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen los mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto».
La marcha no se puede detener. Hay que seguir haciendo camino, creando vida… No basta con perdonar al hermano, no insultarle o menospreciarle. Hay que dejar la ofrenda ante el altar y acercarse a él si sabes que estas en deuda con él. PERDONAR. Hoy Cristo nos pide un paso más, una escalada nada fácil, una ascensión penosa y dura: “Amad a vuestros enemigos”, Rezad por los que os persiguen”. ¿Qué mérito tenéis al amar al que os ama…? Y si saludáis a vuestro hermano ¿Qué hacéis de extraordinario? ¡Cómo se nos pegan los ex alumnos bien: los brillantes, los potentes , los influyentes! Se nos hace la boca agua hablando de los grandes del mundo, mis ex alumnos. Yo, yo… ¿Pero dónde están los normalitos, los que pasaron sin pena ni gloria? ¡Cómo nos apegamos a la gloria y su poderío! El amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu ¿llega a inquietarnos por nuestros hermanos los hombres, esos de los que nada esperamos, pero que Cristo los amó como a mí? Si María saliera a nuestro encuentro, sin duda alguna dejaría oír su sencilla palabra: ”Bienaventurada por haber creído” y el “Haced, simplemente, lo que mi Hijo diga”. Pondría en aprieto nuestro: “Sed perfectos como el Padre es perfecto”.
Mt 5, 43-48
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Entra en tu interior
Vivir la vida
Sin duda alguna el perdón a los enemigos o a los que no nos resultan tan simpáticos es todo un desafío. “Amar hasta”…caer rendidos, dice la canción. Alzar los brazos hasta que Dios se apiade de mí y me envíe su Espíritu para ser capaz de amar, sin medida y de perdonar cuantas veces fuere necesario. La perfección del Padre va vinculada a ese borrar fronteras y hasta el limar asperezas, que nuestra misma humanidad lleva consigo. Darse hasta el límite, entregarse como María hasta el agotamiento de la resistencia humana, ver y tener al Hijo al pie de la Cruz, por AMOR, y amor a todos los hombres, sin límite de origen, nacionalidad, religión o procedencia. Allí estaba la Madre Dolorosa, de pie elevando a la misma humanidad a la dignidad de hermanos de Jesús e hijos del mismo Padre común. “Haced lo que El os diga”, musitan sus labios doloridos y sus ojos llorosos. “Hijos míos sólo así seréis perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto
Padre amoroso y cercano, que quieres que todos los hombres se salven y lleguen a la perfección, sin exclusión, ni rechazo y que, en tu providencia dispusiste las cosa de manera que la dignidad de cada hombre sea su sello de identidad contigo y de unidad en nuestra fraternidad y para ello quisiste que tu Palabra encarnada en Jesús de Nazaret llegara hasta nosotros y nos dejara su mensaje de AMOR HASTA el enemigo. Te pedimos, por intercesión de María, nuestra Buena Madre, que nos dejaste en herencia al pie de tu Cruz, que sea nuestra intercesora en esa fraternidad universal y en ese ajustar nuestras vidas al mensaje de Jesús. “Haced lo que El le diga”. Y con esto nos basta. Sabemos bien lo que nos conviene, pero nos falta aceptación para encarnarlo. El Sed perfectos, no puede ser realidad, sin una aceptación plena del plan de Dios sobre nosotros.
Oración final María, Madre de los pequeños, de los pobres, de los sencillos, de los pecadores, ayúdanos a crecer en mente y en corazón. Ayúdanos con tu fuerza a hacer de nuestra vida una maravilla de amor. Que cuanto más te amemos, más nos preocuparemos por nuestros hermanos. Cuanta más familia humana construyamos más cerca de ti estaremos, Madre, y más cerca de tu Hijo, hermano de todos. Amén.
Señor, que se haga en mí Tu voluntad.
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2ª Semana - DOMINGO 17 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... se transfiguró delante de ellos
Reflexión
Lectura del día
La amistad profunda con Jesús nos lleva a compartir mucho tiempo con él, en la oración, en la búsqueda del sentido de la vida, en la contemplación.
En aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos y su rostro resplandecía como el sol y sus vestidos se volvieron blancos como la luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces, tomó la palabra y dijo a Jesús: “Señor, ¡qué hermoso es estar aquí! Si quieres haré tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías”. Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y una voz desde la nube decía: Este es mi Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadle. Jesús se acercó y tocándolos les dijo: “Levantaos, no temáis”. Al alzar los ojos no vieron a nadie más que a Jesús, solo. Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: “No contéis a nadie la visión hasta que el Hijo del Hombre resucite de entre los muertos”. Mt 17,1-9
Al acercarnos a Jesús podemos descubrirlo no sólo como un modelo de vida o como el líder que el pueblo necesita; al profundizar nuestra amistad con Jesús lo descubriremos como el Hijo de Dios, el amado, el predilecto. Jesús es el cumplimiento de todas las promesas, él es el Señor. ¡Qué hermosa es esta experiencia! Nos llena de plenitud y de paz. El Señor de la Vida está con nosotros. Es fácil tener la tentación de un intimismo religioso marcado de egoísmo y de distancia frente a todas las realidades de muerte que nos rodean. Jesús, sin embargo, nos invita a levantarnos y bajar de la montaña. Nos invita a descubrir a Dios en el día a día, en lo más sensible de nuestras relaciones y confía que sabremos dar testimonio de él.
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Entra en tu interior
Oración Sólo le pido a Dios, que el dolor no me sea indiferente; que la reseca muerte no me encuentre vacío y solo, sin haber hecho lo suficiente.
Cada domingo, después de la eucaristía, nos dirigíamos con unos amigos, a la cárcel de menores. Íbamos a compartir la vida con jóvenes de nuestra edad, pero en otra situación. Poco a poco, fui descubriendo que fe y vida caminan juntas. En la eucaristía, el Señor nos transformaba por medio de su Palabra, su Cuerpo y la Comunidad. Luego, era necesario caminar hacia la cárcel. Sin miedo, con ilusión y esperanza. Era necesario encontrarnos con nuestros hermanos. Así empezó todo.
Sólo le pido a Dios, que lo injusto no me sea indiferente; que no me abofeteen la otra mejilla, después que una garra me arañó esta suerte. Sólo le pido a Dios que la guerra no me sea indiferente; es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente.
Oración final Sólo le pido a Dios, que el engaño no me sea indiferente; desahuciado está el que tiene que marchar a vivir una cultura diferente.
Amigo Jesús: Hemos subido contigo a la montaña y te hemos descubierto como el Señor de la Vida, el Hijo Amado. Ayúdanos a volver transfigurados y anunciar tu nombre y la esperanza a todos los que sufren. Queremos ser testigos vivos de tu Reino. Hermanos para todos los hombres y mujeres. Vuelve a decirnos “Levantaos, no temáis”.
Sólo le pido a Dios que el futuro no me sea indiferente; si un traidor puede más que unos cuantos que esos cuantos no lo olviden fácilmente.
León Gieco.
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2ª Semana - LUNES 18 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... dad y se os dará
Reflexión
Lectura del día
Jesús nos invita a ser generosos. Nos enseña la ley básica de la armonía universal. Nos anima a mantener el equilibrio.
Dijo Jesús a sus discípulos: Sed compasivos como vuestro Padre es compasivo; no juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados; perdonad, y seréis perdonados; dad, y se os dará: os verterán una medida generosa, colmada, remecida, rebosante. La medida que uséis, la usarán con vosotros.
Como discípulos de Jesús debemos saber ponernos en el lugar de los otros. Sentir con ellos. Sufrir con ellos. Alegrarnos con ellos. Ser compasivos como lo es Dios. Tratar a las personas con justicia, respeto y amor. Si compartimos alegría, recibiremos alegría. Si compartimos cariño, recibiremos cariño. Si compartimos perdón, recibiremos perdón. El secreto de la felicidad está en dar y dar sin medida. Al final de nuestra vida, solamente nos llevaremos lo que hayamos dado. No tengamos miedo de gastar la vida por los demás, por los más pobres.
Lc 6, 36-38
Dar con toda la generosidad que nos sea posible. Amar hasta el final, sin miedo, sin temor. La recompensa será grande. Nos sentiremos felices, porque la semilla que cayó en la tierra de nuestra vida dio muchos frutos. Seamos testigos vivos de la generosidad de Dios.
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Entra en tu interior
Oración
Como misionero laico he podido experimentar que siempre recibes más de lo que das. Toda mi vida me he esforzado por ser generoso y entregado en el servicio a los demás, de manera especial a los más pobres y abandonados. Pero debo confesar que esta entrega y compromiso no tiene comparación con todo lo que he recibido. Es verdad, se recibe el ciento por uno. ¿Tú lo has experimentado? Entonces, sigue siendo generoso y compasivo. Dios está contigo.
Gastar la vida Señor Jesucristo, nos da miedo gastar la vida. Pero la vida Tú nos la has dado para gastarla; no se la puede economizar en estéril egoísmo. Gastar la vida es trabajar por los demás, aunque no paguen, hacer un favor al que no va a devolverlo; gastar la vida es lanzarse aun al fracaso, si hace falta, sin falsas prudencias; es quemar las naves en bien del prójimo.
Oración final
Gastar la vida no se hace con gestos ampulosos, y falsa teatralidad. La vida se da sencillamente, sin publicidad, como el agua de la vertiente, como la madre da el pecho a su wawa, como el sudor humilde del sembrador.
Amigo Jesús: Tú nos invitas a tener el corazón de tu Padre Dios. Nos invitas a la generosidad, a la entrega, al servicio y al mismo tiempo nos prometes felicidad. Ayúdanos a seguir tus pasos y ser fieles a nuestra vocación. Ayúdanos a ser valientes para saber gastar la vida por los demás con alegría y entusiasmo. Amén.
El futuro es un enigma, nuestro camino se interna en la niebla; pero queremos seguir dándonos, porque Tú estás esperando en la noche con mil ojos rebosando lágrimas.
Luis Espinal.
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2ª Semana - MARTES 19 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... todos vosotros sois hermanos
Reflexión
Lectura del día
Jesús es el profeta de la Verdad. Denuncia las actitudes contrarias a los valores del Reino. No acepta la apariencia de los que cumplen las normas para ser vistos; la incoherencia de los que predican el amor y se olvidan de amar; la injusticia de los que exigen a los otros y no mueven un dedo para que las cosas cambien.
Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido». Mt 23, 1-12
Jesús denuncia la hipocresía de los que se creen dueños de Dios y de su Palabra. Denuncia la búsqueda de beneficios personales, cuando decimos que estamos ayudando a los pobres. Pero Jesús también anuncia una nueva forma de vivir: la fraternidad y el servicio. Nos recuerda que somos hermanos y que debemos tratarnos como tal. Hermanos, hijos de un mismo Padre y de una misma Madre. Jesús nos invita a vivir una relación horizontal, de respeto, de igual dignidad. Somos hermanos y estamos llamados a promover la fraternidad universal. Empecemos por casa. El momento ha llegado.
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Oración Entra en tu interior PADRE NUESTRO EN LA CALLE Vivir la fraternidad es hacer presente un mundo nuevo. Mirar al pobre y al excluido como hermanos; es sentirnos cercanos y solidarios con sus sufrimientos y luchas. Esto implica un proceso de conversión. Se trata de replantear actitudes, valores, costumbres y maneras de pensar. Dios “hace nuevas todas las cosas”, pero necesita nuestra libertad para que el vivir como hermanos sea una realidad en el lugar concreto en el que estamos. Los más necesitados muchas veces están lejos viviendo tan cerca.
Padre nuestro que estás en la tierra desvelado por nuestros desvelos, hoy tu nombre nos sabe a justicia, nos sabe a esperanza y a gloria tu reino. Padre nuestro que estás en la calle entre el tráfico, el ruido y los nervios; que se cumpla, Señor, tu palabra lo mismo en la tierra que arriba en el cielo. Padre nuestro, Padre nuestro no eres un Dios que se queda alegremente en su cielo; tú alientas a los que luchan para que llegue tu reino.
Oración final
Padre nuestro que sudas a diario en la piel del que arranca el sustento; que a ninguno nos falte el trabajo, que el pan es más pan cuando ha habido esfuerzo.
Amigo Jesús: Caminamos contigo hacia la Pascua, escuchando todas tus enseñanzas y contemplando tu vida. Gracias por animarnos a vivir como hermanos y hermanas, hijos de un mismo Padre. Ayúdanos a vivir de tal forma que los demás puedan decir de nosotros “Mirad cómo se aman”. Que vivir como hermanos sea el mejor gesto del amor que te profesamos. Amén.
Padre nuestro que no guardas nunca contra nadie venganza o desprecio; que te olvidas de ofensas y agravios y pides que todos también perdonemos.
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2ª Semana - MIÉRCOLES 20 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... el que quiera ser grande que sea vuestro servidor
Reflexión Seguir a Jesús es estar dispuestos a vivir la Pascua con él. El discípulo hace el camino hacia la cruz, seguro que después de ella viene la Resurrección.
Lectura del día Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén, y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará». Entonces se le acercó la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: «¿Qué deseas?» Ella contestó: «Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda». Pero Jesús replicó: «No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?» Contestaron: «Lo somos». Él les dijo: «Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre»… No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos». Mt 20, 17-28
Así como es importante la meta, es también importante el camino. No se trata sólo de estar dispuestos a vivir la cruz al final, sino de tener un estilo de vida, una manera de ser y de pensar que nos identifique con el estilo de vida de Jesús. El discípulo orienta su vida desde el servicio. Todo lo pone en función de la construcción del reino y lo hace de una forma concreta desde la metanoia del poder. Aceptar la cruz en la vida es aceptar la fragilidad del “no poder” del servicio, de la itinerancia, del compartir, de la renuncia. Ser capaces de ver el mundo y las distintas realidades desde la perspectiva del otro. En nuestro caso, del más pobre, del excluido, del marginado. Ahí está el Señor.
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Oración Entra en tu interior
DE QUE TE SIRVE
Cuántas veces me he descubierto a mi mismo buscando prestigio y poder. ¡Qué difícil es ser auténtico! ¡Cómo cuesta ser fiel a lo que creemos! Soñamos una sociedad nueva, pero cargamos con nosotros el mundo viejo. Poco a poco nos vamos llenando de comodidades y sabemos justificarlas. Nos convertirnos en teóricos de la justicia y la solidaridad. Mientras los indígenas siguen marginados y los niños y niñas en la calle utilizados, nosotros ¿qué es lo que buscamos? ¡Es tiempo de cambio!
¡De qué te sirve ganar el mundo, de qué te sirve, si tú te pierdes! Muchos vamos por la vida buscando qué tener, casa, dinero y auto es lo que queremos hoy; título, fama, prestigio y buen nombre en la sociedad, es lo que más nos preocupa y ansiamos alcanzar. Puedes tener muchas cosas, todo el mundo a tus pies. Descubrirás con tristeza que eso no te hará feliz. Te rodeará mucha gente que desea disfrutar, pero al final del camino vacíos estarán.
Oración final Amigo Jesús: Tu proyecto de vida es un desafío permanente. Nos quieres nuevos, vivos, hermanos. Ayúdanos a ser auténticos en nuestras motivaciones y acciones. No permitas que la rutina y el pasar de los años nos quiten la ilusión y el deseo de servir y amar. Contigo renovamos el compromiso de ser servidores de todos. Acompaña nuestro camino. Amén.
Busca sentido a tu vida, no te dejes arrastrar, lo que parece importante relativo puede ser. Te encontrarás a ti mismo, a nueva vida nacerás y lo superfluo del mundo su brillo perderá. ¡De qué te sirve ganar el mundo, de qué te sirve, si tú te pierdes!
De la Cantata Ignacio de Loyola
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2ª Semana - JUEVES 21 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... que los escuchen...
Reflexión Jesús nos presenta de forma clara la injusticia entre hermanos. No se trata solamente de que unos tengan y otros no. El problema es que unos tienen en abundancia para lo superfluo e innecesario, “vestía de púrpura”, y a otros les falta los más básico y elemental: vivienda, salud, educación y alimentación.
Lectura del día Dijo Jesús a los fariseos: «Había un hombre rico que se vestía de púrpura y de lino y banqueteaba espléndidamente cada día. Y un mendigo llamado Lázaro estaba echado en su portal, cubierto de llagas, y con ganas de saciarse de lo que tiraban de la mesa del rico. Y hasta los perros se le acercaban a lamerle las llagas. Sucedió que se murió el mendigo, y los ángeles lo llevaron al seno de Abrahán. Se murió también el rico, y lo enterraron. Y, estando en el infierno, en medio de los tormentos, levantando los ojos, vio de lejos a Abrahán, y a Lázaro en su seno, y gritó: «Padre Abrahán, ten piedad de mí y manda a Lázaro que moje en agua la punta del dedo y me refresque la lengua, porque me torturan estas llamas». Pero Abrahán le contestó: «Hijo, recuerda que recibiste tus bienes en vida, y Lázaro, a su vez, males… El rico insistió: ‘Te ruego, entonces, padre, que mandes a Lázaro a casa de mi padre… Abrahán le dice: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen”…»Si no escuchan a Moisés y a los profetas, no harán caso ni aunque resucite un muerto». Lc 16, 19-31
Dios ha creado todo lo que existe para la felicidad del ser humano. Pero se ha distribuido injustamente; se le ha quitado al pobre lo que le pertenece por derecho. Jesús nos advierte que el proyecto de Dios es la justicia. Ese es el mensaje de todos los profetas y él lo confirma. Cerrar los ojos al dolor de nuestros hermanos es cerrarnos a nosotros mismos las puertas de la felicidad. Porque solamente en la solidaridad el ser humano se encuentra a sí mismo y encuentra a Dios. Si no somos capaces de amar al que sufre, no seremos capaces de experimentar el amor que Dios nos tiene.
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Oración SOLIDARIDAD
Entra en tu interior Entregar con amor hasta la vida Es la prueba mayor de la amistad Es vivir y morir con Jesucristo La solidaridad, solidaridad, solidaridad.
“Tienen a Moisés y a los profetas…” La doctrina es clara… y es exigente, pero no imposible de cumplir. Es, además, condición inexcusable para comenzar a hacer del Reino una realidad viva y vivificante. Se trata de saber vivir la fraternidad, según el proyecto original del Padre. No es posible que unos gasten millones en artificios para lograr ajustarse a cánones de belleza delirantes, mientras otros –abrumadora mayoría- mueren de hambre y pasan necesidad hasta faltarles lo esencial. Algo no es correcto…no necesitamos la visita de los muertos para ser conscientes de ello. Es fácil y cómodo pensar que las realidades de necesidad, pobreza y miseria son «una lamentable desgracia» sin más, cuando lo cierto es que tales realidades son resultado directo de un orden injusto y radicalmente egoísta. La pobreza es una lesión a la dignidad, al derecho de la persona y reclama, en consecuencia, la solidaridad y la justicia. “Pasar” de ellos es incurrir en el “malditos, por que tuve hambre y me dejasteis morir” porque no iba con vosotros.
Sentir como algo propio el sufrimiento Del hermano de aquí y del de allá Hacer propia la angustia de los pobres Es solidaridad. Llegar a ser la voz de los humildes Descubrir la injusticia y la maldad Denunciar al injusto y al malvado Es solidaridad. Mantener siempre atentos los oídos Al grito de dolor de los demás Y escuchar su pedido de socorro... Es solidaridad. Compartir los peligros en la lucha Por vivir en justicia y libertad, Arriesgando en amor hasta la vida... Es solidaridad. Entregar con amor hasta la vida Es la prueba mayor de la amistad Es vivir y morir con Jesucristo La solidaridad, solidaridad, solidaridad. Leonidas Proaño.
Oración final Amigo Jesús: Tu Palabra es como espada de doble filo. Nos inquieta, cuestiona interpela y anima. Nos ayuda a descubrir nuestra fragilidad e incoherencia. Nos provoca a darnos más y más. Ayúdanos a ser testigos de tu amor. Que podamos ver como hermano al que pasa dolor y en él a ti mismo, Cordero de Dios. Amén.
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2ª Semana - VIERNES 22 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... ¿quién decís que soy yo? Lectura del día
Reflexión
Al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: ¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. Él les preguntó: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro tomó la palabra y dijo: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. Jesús le respondió: Dichoso tú, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo. Y les mandó a los discípulos que no dijesen a nadie que él era el Mesías.
Nuestro camino como discípulos nos acerca a Jesús más y más. Esta cercanía nos lleva a definir con claridad quién es Jesús para nosotros. No es un examen de teología o Biblia. Es la pregunta fundamental. Es la pregunta que da sentido a nuestra vida como cristianos. Se trata de dar una respuesta personal. Eso es lo que quiere escuchar Jesús. No tanto lo que dice la gente o lo que enseñamos, sino lo que palpita en nuestro corazón. No importa la edad que tengamos, ni el estado de vida, ni la experiencia pastoral, ni los títulos o cargos. La pregunta es siempre actual y la respuesta también debe serlo. Se trata de centrar apasionadamente nuestra vida en Jesucristo, para que él sea siempre “el Mesías, el Hijo de Dios vivo”. Sobre esa fe se podrá construir la comunidad de los creyentes y enviados por el Señor. Sobre esa fe se podrá testimoniar una nueva forma de ser hermanos y hermanas en Jesús.
Mt 16, 13-19
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Oración TÚ ERES EL DIOS DE LOS POBRES
Entra en tu interior Tú eres el Dios de los pobres, el Dios humano y sencillo; el Dios que suda en la calle, el Dios de rostro curtido. Por eso es que te hablo yo así como habla mi pueblo. Porque eres el Dios obrero, el Cristo trabajador.
Un día me dijeron: “Profe, usted sabe mucho sobre Dios”. Esta afirmación me cuestionó profundamente y lo sigue haciendo. La experiencia del cristiano no se pude quedar en el conocimiento intelectual de Jesús. Conocer a Jesús debe significar dejarnos transformar día a día por él. Dejarnos amar y amarlo plenamente en nuestros hermanos. Ser capaces de jugarnos la vida por él. Que un día podamos decir con Pablo “Ya no soy yo el que vive, es Cristo quien vive en mí”.
Tú vas de la mano con mi gente, luchas en el campo y la ciudad. Haces fila allá en el campamento, para que te paguen tu jornal. Tú comes raspado allá en la calle con Eusebia, Pedro y Juan José. Tú estás dando vueltas por el parque y juegas pelota con Miguel.
Oración final Amigo Jesús: Tú eres el Dios que nos salva. Te haces presente en cada persona con la que nos encontramos. Nos sonríes en cada niño, cantas en cada joven, lloras en cada inmigrante, sueñas en cada mujer maltratada, luchas en cada obrero y campesino. Enséñanos a descubrirte siempre presente, enséñanos a amarte en cada hermano. Amén.
Yo te he visto en un camión de carga, cortando la caña y el maíz; Te he visto vendiendo lotería sin que te avergüence ese papel. Yo te he visto en las gasolineras chequeando las llantas de un camión. Y hasta componiendo carreteras con guantes de cuero y overol.
C. Mejía Godoy
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2ª Semana - SÁBADO 23 de febrero de 2008
SED COMPASIVOS... Padre he pecado contra el cielo y contra ti
Reflexión
Lectura del día Se acercaban a Jesús los publicanos y los pecadores a escucharle. Y los fariseos y los letrados murmuraban entre ellos: Ese acoge a los pecadores y come con ellos. Jesús les dijo esta parábola: Un hombre tenía dos hijos; el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte que me toca de la fortuna. El padre les repartió los bienes. No muchos días después, el hijo menor, juntando todo lo suyo, emigró a un país lejano, y allí derrochó su fortuna viviendo perdidamente… Recapacitando entonces se dijo: Cuántos jornaleros de mi padre tienen abundancia de pan, mientras yo aquí me muero de hambre. Me pondré en camino adonde está mi padre… Cuando todavía estaba lejos, su padre lo vio y se conmovió; y echando a correr, se le echó al cuello, y se puso a besarlo. Su hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo. Pero el padre dijo a sus criados: Sacad en seguida el mejor traje, y vestidlo ponedle un anillo en la mano y sandalias en los pies..., porque este hijo mío estaba muerto, y ha revivido; estaba perdido, y lo hemos encontrado. … El padre le dijo: Hijo, tú estás siempre conmigo, y todo lo mío es tuyo… Lc 15, 1-3.11-32
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Centremos nuestra atención en las actitudes del hijo menor. Este hijo aún no había terminado de crecer como persona. Sin embargo, toma la iniciativa, reúne lo que tenía, se aleja de su familia y marcha “a un lugar lejano”; es la huida, el escape, la búsqueda de libertad. Malgasta su dinero en una vida desordenada, buscando algo... Luego, lo de siempre, aparecen los problemas: Primero el hambre, falta de trabajo, falta de amor. Es entonces cuando cae la máscara. Tiene que encontrarse consigo mismo. Este es el momento de la reflexión, de la madurez, del arrepentimiento y de la conversión. Es el momento de tomar decisiones fundamentales para la vida: “Voy a partir, volveré a mi padre y le diré”. Es el momento más importante para una persona. Es darse cuenta, reconocer y cambiar. Parte de vuelta, vuelve a su padre, a su casa, donde recibió amor, respeto, libertad y ahora está listo para recibir el perdón que libera.
Oración
Entra en tu interior
UNA VEZ MÁS REZARÉ
«Acoge a los pecadores y come con ellos». Reconocerme pecador es aceptar mi fragilidad y debilidad. Es sentir necesidad de Dios, de su amor, de su perdón. Qué fácil es llenarse de orgullo, vanidad y autosuficiencia. Pensar que lo controlamos todo. Sentirnos dueños y señores. Es perder la transparencia del niño y tener un corazón de piedra. A este punto ya no necesitamos de Dios. Nos tenemos a nosotros mismos. No hay referente externo que nos cuestione y nos interpele. Todo empieza y acaba en nosotros mismos.
Una vez más rezaré, de rodillas me pondré puede ser que una vez más el me perdone. Yo vi sufrir a mi hermano y no le tendí la mano puede ser que una vez más el me perdone. Lo vi pobre y desahuciado y yo de brazos cruzados, puede ser que una vez más el me perdone. Le diré que luché en vano, que pequé, que soy humano puede ser que una vez más el me perdone.
Oración final
No he escuchado su Palabra ni he vivido como hermano, puede ser que una vez más el me perdone. A los pobres he dejado y en silencio me he quedado puede ser que una vez más el me perdone.
Amigo Jesús: Hoy me acerco a ti como el hijo menor de la parábola. Quiero descubrirme ante ti tal cual soy. Sin apariencias, sin prestigio o seguridad. Soy pecador y necesito de tu amor, necesito tu perdón. Gracias por recibirme con los brazos abiertos, gracias por esperar mi retorno a casa. Aquí estoy, Señor, perdóname. Amén.
Para un Dios que conoció la tentación, del amigo la traición, yo no dudo me perdone Dios mi amigo.
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Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - DOMINGO 24 de febrero de 2008
aliviar la sed Lectura del día
Reflexión
En aquel tiempo, llegó Jesús a un pueblo de Samaría llamado Sicar...; allí estaba el manantial de Jacob. Jesús, cansado del camino, estaba sentado junto al manantial. Era alrededor del mediodía. Llega una mujer de Samaría a sacar agua, y Jesús le dice: - Dame de beber». -¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana? - Si conocieras el don de Dios y quién es el que te pide de beber, le pedirías tú, y él te daría agua viva. - Señor, si no tienes cubo y el pozo es hondo, ¿de dónde sacas el agua viva? - El que bebe de esta agua vuelve a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna. - Señor, dame esa agua: así no tendré más sed, ni tendré que venir aquí a sacarla. -Sé que va a venir el Mesías, el Cristo, cuando venga él nos lo dirá todo. -Soy yo: el que habla contigo...
Tener un pozo de agua en casa o en un poblado es hoy todavía un privilegio en muchas partes del mundo y particularmente en África donde el agua es un bien tan escaso. El agua es signo de vida y vida ella misma. Es desde la profundidad de donde sacamos la vida para revivir la naturaleza. Muchas veces no nos damos cuenta de la riqueza que tenemos en ese pozo de nuestro interior. Jesús nos invita esta mañana a sacar agua, a saciar nuestra sed, a compartirla saciando la sed de los otros, como hace la mujer de Samaria que corre y comparte el tesoro que ha encontrado con la gente de su pueblo. Tenemos que aliviar la sed, la nuestra y la de los demás. El agua de Jesús está ahí en nuestro interior, en nuestro pozo, sólo hay que beberla y darla generosamente a los demás. Sólo bebiendo esa agua y dándola, el agua producirá vida.
Jn 4, 15-42
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Entra en tu interior
Oración
El niño se acercó al abuelo y le pregun-
Abre mis ojos, Señor para poder ver las necesidades de la gente que me rodea.
tó: - Abuelo, ¿dónde está Dios? El abuelo cogiéndole de la mano le llevó al brocal del pozo y le dijo: - ¿Qué ves? - Me veo a mi mismo en el agua, dijo el niño. - Ahí es donde está Dios. Dentro de ti. Le contestó el abuelo. Piensa en cómo vas hoy a descubrirlo dentro de ti, y cómo vas a reflejarlo en el rostro de los otros
Mueve mis manos para saciar el hambre y la sed de mis hermanos. Toca mi corazón para compartir con los demás las riquezas de su interior. Dame el cariño que necesito para fortalecer al enfermo.
Oración final
Ayúdame a reconocer que compartiendo mis preocupaciones y mi amor, mi pobreza y mi prosperidad, participaré en tu presencia divina.
Que el Señor te bendiga y te ayude a ver su imagen en el rostro del hermano. Que el Señor te bendiga y te de fuerzas para dar de beber a los que tienen sed de verdad. Que el Señor te bendiga y muestre su rostro radiante en tu sonrisa. Que el Señor te bendiga en el día de hoy. Amén
Amén.
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Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - LUNES 25 de febrero de 2008
pero conocerle de verdad Reflexión
Lectura del día Vino Jesús a Nazaret y dijo al pueblo en la sinagoga: “Os aseguro que ningún profeta es bien recibido en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías más que a una viuda de Sarepta en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del Profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado más que Naamán el sirio”. Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba. Lc 4, 24-30
Todos conocían a Jesús en Nazaret . Era uno de ellos y le admiraban por lo bien que hablaba. Estaban orgullosos de tener un personaje de ese calibre en el pueblo. Todos le conocían, pero no lo suficiente. Le conocían por las apariencias, como carpintero, el hijo de María y José, le veían cuando iban a la sinagoga... Como sus conciudadanos a veces pienso que eso de conocerle me da ciertos privilegios. Al fin y al cabo ¿no le conozco? ¿No estoy bautizado en su nombre? ¿No me rozo con Él cuando voy a la iglesia? Pero aquí viene la sorpresa: sus bendiciones no están reservadas para los de su pueblo, para sus vecinos... sino par los de fuera para los que no han oído hablar de Él. Esa manera de manifestarse del Maestro, de Jesús, molestaba entonces y me sigue molestando hoy. Y nos cuesta reconocerle a Él y a su verdad en el niño hambriento, en la persona con SIDA, en un drogadicto, en el anciano abandonado por la familia, en el hijo o en el alumno que nos sale respondón...
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Entra en tu interior
Oración Si no me quieres porque soy ignorante, Puedes llevarme a la escuela y aprenderé. Si no me quieres porque estoy sucio, Puedes enseñarme a lavarme y estaré limpio. Si no me quieres porque soy maleducado, Puedes enseñarme a vivir en sociedad. Pero si no me quieres por el color de mi piel, Puedes preguntar a Dios que me creó.
Anónimo 1958
Señor, hoy quiero hacer presente en mi plegaria y en mi vida A todos aquellos que - no son aceptados en sus ambientes - no son escuchados - son rechazados por sus ideas - son criticados sin razón - son ridiculizados - son condenados injustamente - manifiestan tu rostro en sus rostros heridos A todos ellos quiero hacerles un hueco en mi corazón.
Oración final Que el Señor te bendiga y abra tu mente y tu corazón al mensaje de Jesús. Que el Señor te de la valentía para cambiar tu vida de acuerdo con su mensaje. Que el Señor te bendiga y te ayude a ser el profeta de su mensaje para la gente con quien vives y trabajas. Que el Señor te bendiga en este día. Amén.
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Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - MARTES 26 de febrero de 2008
¿cuántas veces? Lectura del día
Reflexión
En aquel tiempo, acercándose Pedro a Jesús le preguntó: -Señor, si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces le tengo que perdonar? ¿Hasta siete veces? Jesús le contesta: -No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete. Y les propuso esta parábola: El reino de los cielos se parece a un rey que quiso ajustar las cuentas con sus empleados. Le presentaron uno que debía diez mil talentos. Como no tenía con qué pagar, el señor mandó que lo vendieran a él con su mujer y sus hijos y todas sus posesiones, y que pagara así. El empleado, arrojándose a sus pies, le suplicaba diciendo: -Ten paciencia conmigo, y te lo pagaré todo. El señor tuvo lástima de aquel empleado y lo dejó marchar, perdonándole la deuda. Pero, al salir, el empleado aquel encontró a uno de sus compañeros que le debía cien denarios y, agarrándolo, lo estrangulaba, diciendo: -Págame lo que me debes... Entonces el señor lo llamó y le dijo: ¡Siervo malvado! Toda aquella deuda te la perdoné porque me lo pediste. ¿No debías tú también tener compasión de tu compañero? .... Mateo 18,21-35
“No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete” Perdonar nunca ha sido fácil y para Pedro tampoco lo fue. De ahí la pregunta que hace a Jesús: “Cuántas veces tengo que perdonar”. El pensaba que perdonando unas cuantas veces, como siete más o menos, era más que suficiente. Pero Jesús le sorprende y nos sorprende diciendo, “no siete, sino setenta veces siete”, o sea siempre. Esta repuesta de Jesús a nosotros nos parecería insuficiente si la pregunta hubiera sido al revés: ¿Cuántas veces tiene que perdonarme mi hermano si le ofendo? Jugamos con las palabras. Nos gusta más y somos más generosos con la voz pasiva que con la activa. Perdonar y ser perdonado; amar y ser amado. Para entender la pregunta de Pedro y la respuesta de Jesús tengo que referirlas a mi vida.¿A quién tengo que perdonar? ¿Qué tengo que perdonar ?… Cuaresma es tiempo de perdón, de reconciliación en todas las direcciones, con Dios y con el prójimo. Y ante el raquitismo de Pedro, Jesús impone la ley del amor, absolutamente ilimitado, manifestado por la enorme desproporción de las dos deudas de la parábola.
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Oración
Entra en tu interior
Oración de San Francisco de Asís
El sabio decía que lo que quieres no has de tomarlo sino recibirlo. El perdón no puedes conquistarlo a la fuerza, tienes que aceptarlo cuando generosamente se te ofrece. Y aceptarlo con humildad. De esa manera aprenderás a perdonar y perdonar generosamente.
¡Señor, haz de mi un instrumento de TU PAZ. Que donde haya odio yo ponga AMOR. Donde haya ofensa, yo ponga PERDÓN. Donde haya duda, yo ponga FE. Donde haya error, yo ponga TU VERDAD. Donde haya tinieblas, yo ponga TU LUZ. Donde haya discordia, yo ponga UNIDAD. Donde haya desesperanza, yo ponga ESPERANZA. Donde haya tristeza, ponga yo ALEGRÍA. Concédeme Señor la gracia de no buscar ser amado, como amar. Ser comprendido como comprender. Ser consolado como consolar, porque dando es como somos perdonados y muriendo en TI es como nacemos a la VIDA ETERNA.
Oración final Que el Señor te bendiga y te enseñe a ser misericordioso como El es misericordioso. Que el Señor te bendiga y te ayude a perdonar a los demás de todo corazón. Que el Señor te bendiga y derrame en tu corazón el Espíritu del perdón. Y que el Señor te colme de bendiciones en este día. Amén.
Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - MIÉRCOLES 27 de febrero de 2008
sencillamente grande Lectura del día En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No creáis que he venido a abolir la Ley o los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de los preceptos menos importantes, y se lo enseñe así a los hombres, será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el reino de los cielos. Mateo 5, 17-19
Reflexión
No hay nada pequeño a los ojos de Dios. No hay nada diminuto a los ojos de Dios. Todo es importante. Jesús nos invita hay a no soñar con grandes sueños. Nuestra vida está llena de pequeños detalles, de muchas cosas sin importancia pero que a veces importan mucho. Todo depende del amor y la intensidad con que las hacemos. Jesús no es un destructor sino un constructor. El viene a continuar lo que ya estaba empezado. Y nos pide a nosotros que hagamos otro tanto. Qué bonita tarea nos ha dejado. Enseñar a nuestros hijos, alumnos, gente que nos rodea, que las cosas pequeñas son muy importantes a los ojos de Dios. Una palmada en la espalda, una palabra de ánimo, una sonrisa, un ceder el paso, estar atento para adelantarme a un deseo, un decir perdón cuando hemos pisado a alguien, una oración, un minuto de mi tiempo... y tantas y tantas otras que podemos añadir, tienen muchas veces un valor mucho más importante que el que nosotros nos podemos imaginar, porque son signo de atención hacia el otro, de amistad, en definitiva de amor. Enseñar y hacer las cosas ordinarias de una manera extraordinaria ha ahí el camino que nos marca Jesús en el evangelio de hoy.
Entra en tu interior
Oración
Nelson Mandela llevaba todos los días a su nieto de la mano al colegio Marista del Sagrado Corazón. Un día de invierno el pequeño perdió su chubasquero y le dijo al abuelo que se lo habían quitado. Mandela pidió permiso al profesor para hablar a la clase de su nieto y decirles que quitar las cosas no estaba bien. Fue una pequeña reprimenda a la clase entera. Pasaron los días y el chubasquero apareció. No se lo habían robado sino que lo había dejado olvidado en el gimnasio. El abuelo, Nelson Mandela, volvió de nuevo a pedir permiso al profesor para hablar a la clase. Simplemente les pidió perdón por haberles reñido por algo que no habían hecho. La grandeza de una persona se mide por la sencillez de sus acciones.
No podemos hacer todas las cosas, Y hacerlas muy bien. Es algo incompleto, Un paso adelante en nuestro caminar. Una oportunidad para Que la gracia de Dios Haga el resto. Nunca vamos a ver El resultado final. Pero esa es la diferencia Entre un constructor Y un obrero. Nosotros somos obreros No constructores, Somos ministros No Mesías. Somos profetas De un futuro que no es el nuestro, Amen
Oración final Que el Señor te bendiga y ayude a mantener sus mandamientos siempre delante de tus ojos. Que el Señor te bendiga y te guíe para caminar siempre a la luz de sus mandamientos. Que el Señor te bendiga y te ayude a cumplir siempre sus deseos de todo corazón. Que el Señor te bendiga en este día. Amén.
Monseñor Oscar Romero
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Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - JUEVES 28 de febrero de 2008
somos el dedo de Dios Lectura del día
Reflexión ¡Qué difícil nos resulta hoy hablar del demonio, de las fuerzas del mal...! Y sin embargo Jesús nos dice que todo lo que nos impide ser una persona digna está causado por esas fuerzas del mal, a las que hay que combatir. Jesús vino a combatir las fuerzas del mal. Y haciendo eso devuelve la dignidad a la persona humana: el mudo vuelve a hablar.
En aquel tiempo, Jesús estaba echando un demonio que era mudo y, apenas salió el demonio, habló el mudo. La multitud se quedó admirada, pero algunos de ellos dijeron: -«Si echa los demonios es por arte de Belzebú, el príncipe de los demonios». Otros, para ponerlo a prueba, le pedían un signo en el cielo. Él, leyendo sus pensamientos, les dijo: -«Todo reino en guerra civil va a la ruina... Si también Satanás está en guerra civil, ¿cómo mantendrá su reino? Vosotros decís que yo echo los demonios con el poder de Belzebú; y vuestros hijos, ¿por arte de quién los echan? Por eso, ellos mismos serán vuestros jueces. Pero, si yo echo los demonios con el dedo de Dios, entonces es que el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando un hombre fuerte y bien armado guarda su palacio, sus bienes están seguros. Pero, si otro más fuerte lo asalta y lo vence, le quita las armas de que se fiaba y reparte el botín. El que no está conmigo está contra mí; el que no recoge conmigo desparrama». Lucas 11, 14-23
Las raíces del mal están extendidas por doquier tomando mil formas diferentes, como injusticia, explotación infantil, odio, guerra, terrorismo, corrupción, destrucción de la madre naturaleza, envidia, hambre, pobreza, intolerancia, racismo, y mil otras mas. Hoy la lucha contra el mal tiene una dimensión colectiva: debemos combatir juntos, en equipo. El líder del equipo no puede ser otro que Jesús. Con Él seremos capaces de devolver la dignidad a la persona humana. Cuando el mal es arrinconado, el dedo de Dios esta allí, operando. ¿Puedes reconocerlo a tu alrededor? ¿Cómo coopero yo con este dedo de Dios? ¿Cuál es mi compromiso hoy en esta labor de combatir el mal con el bien?
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Oración Entra en tu interior Salmo 30 En unión con los hombres y mujeres, niños y niñas acosados por las fuerzas del mal rezamos: En ti confío Señor. Inclina tu oído hacia mi, date prisa en liberarme. En tus manos encomiendo mi espíritu. Ten piedad de mi Señor, porque estoy angustiado, la tristeza invade mis ojos. Los que me ven en la calle huyen de mí. Pero yo confío en ti Señor. Yo digo: Tú eres mi Dios.
Los rabinos enseñan que tanto el cielo como el infierno son banquetes idénticos en los que se ofrecen los manjares más exquisitos. La gente está sentada alrededor de la mesa con tenedores y cucharas de casi dos metros de largo, demasiado largos para poder comer con ellos. En el infierno, todos los convidados se mueren de hambre, mientras que en el cielo cada cual aprende a dar de comer a la persona que tiene enfrente en la mesa y todos se sacian. A lo que estás llamado hoy no es a liberarte de tu hambre, sino a satisfacer el hambre del otro y de ese modo, quedar tu satisfecho. (R Shapiro)
Oración final Que el Señor te bendiga y ayude a combatir el mal donde quiera que esté. Que el Señor te bendiga y acompañe en tus esfuerzos de establecer el Reino de Dios. Que el Señor te bendiga y de fuerzas para actuar como su enviado para combatir el mal. Que el Señor te bendiga en este día. Amén.
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Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - VIERNES 29 de febrero de 2008
como a ti mismo Reflexión
Lectura del día
¡Cómo nos cuesta cumplir la ley! Y cuando lo hacemos lo hacemos al mínimo. El martes Pedro le preguntaba a Jesús si tenía que perdonar siete veces... Y Jesús le contestó que no siete, sino setenta veces siete. Hoy un escriba le pregunta por un sólo mandamiento, por el principal. Y Jesús, como siempre, va más allá y le menciona dos. Él siempre nos sorprende, nos lleva más allá de lo que nosotros pensamos.
Un letrado se acercó a Jesús y le preguntó: -¿Qué mandamiento es el primero de todos? Respondió Jesús: -El primero es: «Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el único Señor: amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente, con todo tu ser». El segundo es éste: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo». No hay mandamiento mayor que éstos. Marcos 12, 28-34
La vida es como una bicicleta. Las dos ruedas tienen que funcionar y hacerlo coordinadamente. Si una rueda se pincha no podremos ir muy lejos. Si uno de los dos mandamientos no lo cumplimos, nuestra vida cojeará. ¿Dios, sin prójimo? ¿Prójimo, sin Dios? Si estas dos ruedas funcionan será un signo de que estamos en el Reino de Dios. El Reino de Dios es igual a amar. Amar a Dios y a los hermanos. Y amarlos como a ti mismo... como a ti mismo... como a ti mismo... ¿Cómo te amas a ti mismo? ¿Qué deseas para ti? ¿Cuáles son tus aspiraciones? ¿A qué estoy más apegado? Las respuestas a estas preguntas es lo que deseo a mi vecino, a tus hijos, alumnos, a los niños abandonados, a todos en definitiva.
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Oración Tu has sido llamado a entrar en otra cultura: la de Dios y la del Prójimo la del Amor y la del hombre destrozado, la del Creador y la de la naturaleza destruida.
Entra en tu interior En realidad amamos en círculos concéntricos. Empezamos por nosotros mismos. Si sabemos amarnos, honrarnos y respetarnos de verdad, sabremos hacer lo mismo por los demás. El primer otro es nuestra familia, luego nuestro cónyuge y nuestros hijos; luego nuestra comunidad; luego nuestro grupo étnico; luego toda la gente; luego el mundo como un todo. Pero esos amores no son iguales en pasión. Nunca amaré al hijo de un extraño como al mío; a pesar de todo, puedo saber como tratarlo con honor y respeto, gracias a que con el mío he aprendido a hacer ambas cosas. (R. Shapiro) La pregunta hoy es bien sencilla: ¿Amo al otro como me amo a mi mismo? ¿En qué se nota?
Dios te llama a ser ese puente entre Dios y el Prójimo, entre el Amor de Dios y el hombre abandonado, entre el Dios Creador y la naturaleza destruida. Ayúdame a ser sembrador del amor, el amor del Padre para todos sus hijos, hermanos nuestros. Amén.
Oración final Que el Señor te bendiga y haga crecer tu fe en su amor por nosotros. Que el Señor te bendiga y acreciente tu amor por Él. Que el Señor te bendiga y te ayude a amar a los demás como el te pide que lo hagas. Que el Señor te bendiga en el día de hoy. Amén.
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Amarás a tu prójimo como a ti mismo
3ª Semana - SÁBADO 1 de marzo de 2008
aceptarme y aceptarles Reflexión
Lectura del día
Aceptarnos como somos, sin compararnos con los demás es como Dios nos quiere.
A algunos que, teniéndose por justos, se sentían seguros de sí mismos y despreciaban a los demás, dijo Jesús esta parábola: “Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, un publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior: ¡Oh Dios!, te doy gracias, porque no soy como los demás: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo. El publicano, en cambio, se quedó atrás y no se atrevía ni a levantar los ojos al cielo; sólo se golpeaba el pecho, diciendo: ¡Oh Dios!, ten compasión de este pecador. Os digo que éste bajó a su casa justificado, y aquél no. Porque todo el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.
Si nos miramos a nosotros mismos probablemente no nos veamos ni como el fariseo ni como el recaudador de impuestos. Pero seguro tenemos que admitir que sí tenemos algo de los dos. ¡Cómo nos gusta compararnos con los demás y mencionar todos los títulos y trabajos que hacemos o que hemos hecho! En definitiva somos los mejores porque vamos a misa, pertenecemos a una ONG solidaria, cumplimos ejemplarmente nuestro trabajo, somos respetuosos con todo el mundo, hemos hecho no se qué o no se cuánto y hasta damos limosna para los pobres... La oración del recaudador de impuestos es la oración del pobre, del ser hundido en la miseria, del hombre odiado, marginado, que tiene conciencia de su pequeñez. Jesús se pone de su lado. Como se pone del nuestro cuando acudimos a Él como somos, sin compararnos con los demás.
Lc 18, 9-14
Este Dios de las sorpresas da oportunidades a todos, a los más pobres y a los más pecadores. Y a nosotros también.
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Oración
Entra en tu interior
Los que no hacen nunca nada
Yo sigo al recaudador de impuestos con mis ojos, cuando vuelve a casa, en paz, curado, justificado por Dios, perdonado, feliz.... ¿Qué hizo para conseguir todo esto? Reconocerse como era: “Ten misericordia de mi, porque soy pecador”. ¿Reconozco mis limitaciones ante Dios? ¿Me acepto a mí mismo como soy? Señor, ayúdame a reconocer mis limitaciones. Da fuerzas a los que están desesperados. Da a todos tu amor.
Ellos no mienten Sólo que se niegan a decir la verdad. Ellos no roban Sólo que se niegan a dar. Ellos no te destruyen Sólo que te ayudan a levantarles a ellos mismos. Ellos no te odian Sólo se niegan a amarte. Ellos no son buenos ni malos Y como consecuencia son peores.
Oración final Dame Señor Un pecador honesto, O incluso un santo. Y protégeme de los que no hacen nunca nada.
Que el Señor te bendiga y ayude a aceptarte como eres, sin compararte con los demás. Que el Señor te bendiga y te de fuerzas para cambiar, si es que te sientes un poco “fariseo”. Que el Señor te bendiga y ayude a aceptar a los de más tal como son. Que el te bendiga en este día. Amén.
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana - DOMINGO 2 de marzo de 2008
¿quién pecó, él o sus padres? Reflexión
Lectura del día Al pasar vió Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Sus discípulos le preguntaron: “Maestro, ¿quién tuvo la culpa de que naciera ciego, él o sus padres?”. Jesús contestó: “Ni él ni sus padres. Está ciego para que se manifiesten en él las obras de Dios... Entonces escupió en tierra, hizo barro con la saliva, se lo untó en los ojos al ciego y le dijo: “Ve a lavarte a la piscina de Siloé (que significa el Enviado)”. El ciego fue entonces a lavarse y volvió con vista. Los vecinos y los que antes solían verle pedir limosna preguntaban: “¿No es ése el que se sentaba a pedir?” Unos decían: “el mismo”. Otros, en cambio: “No es él, pero se le parece”. El respondía: “Soy yo”. Entonces le preguntaban: “¿Cómo se te han abierto los ojos?” Contestó: “Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, me lo untó en los ojos y me dijo que fuera a lavarme a Siloé; fui, me lavé y empecé a ver”… Los dirigentes judíos no creyeron que antes era ciego y que había conseguido la vista, hasta que llamaron a sus padres y les preguntaron: “¿Es éste el hijo vuestro que decís que nació ciego? ¿Cómo es que ahora ve?” Contestaron los padres: “Sabemos que es nuestro hijo y que nació ciego; cómo es que ahora ve no lo sabemos, y quién le ha abierto los ojos, tampoco. Preguntádselo a él que ya es mayor y puede explicarse”... Se enteró Jesús de que lo habían expulsado, fue a buscarlo y le preguntó: “¿Tú crees en el Hijo del Hombre?”. Contestó: “Dime quién es, Señor, para creer en él”. “Ya lo estás viendo, es el mismo que habla contigo”. Declaró él: “Creo, Señor”. Y se postró ante él…
Un trozo de evangelio largo. Se nos presenta toda la justificación en contra del ciego, Jesús no entra en ese ámbito… Ve al ciego, siente su necesidad y lo cura aunque sea sábado. Lo más fácil es perder el tiempo sobre quién es esa persona que pide, que grita… “Es un sedoso.” “A saber qué habrá hecho con su vida antes.” “Es un mendigo.” “No quiere trabajar.” “Es un haragán.” “Es un niño pobre de una familia de 10 hermanitos… es una familia sin educación, para qué tienen tantos hijos…” Y así, como en el evangelio, podríamos indagar, reflexionar, buscar culpables, razones… en el fondo para no ayudar y calmar nuestra conciencia. ¿No nos ha pasado eso muchas veces? Hoy se nos presenta en el evangelio un Jesús compasivo, que se acerca, que toma barro, que toca, que levanta, que no pide cuentas…que salva integralmente. ¿Qué puedo hacer por ti? ¿Qué debo hacer por ti, mi hermano(a) en necesidad? Esas serán las preguntas. En lugar de buscar razones y culpas pasadas que justifiquen nuestra inanición. Entonces podemos gozar con el gozo de quien “abre los ojos del ciego” o con el gozo de quien “ya puede ver”. Entonces la fe crece y empieza a hacer los milagros de cada día. “Abramos los ojos” para ver, actuar y curarnos, curando.
Jn 9, 1-41
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Oración Dios cercano. Te creíamos tan lejos, tan en las nubes, que no nos hacemos a la idea de que seas un Dios entre nosotros.
Entra en tu interior ¡Qué fácil es juzgar a los demás! Hoy día nos encontramos ante esta situación a cada paso. Nos es difícil ver a un joven con aretes, tatuado… y no pensar mal de él, además de alejarnos de él “por precaución”. En nuestra sociedad en vez de escuchar el grito de auxilio que con esos signos nos lanzan, preferimos quedarnos en la superficialidad de las cosas y juzgarlas (para justificar el que no hagamos nada). ¿Conoces tú casos de personas, niños, jóvenes en estas circunstancias? ¿Qué sueles hacer frente a ellos? ¿A qué te invita el Señor hoy?
Te creíamos distante, intocable, escondido, perdido en ese rincón último donde están los que no quieren saber nada con los hombres pecadores. Pero Tú has bajado, Tú has entrado en el mundo, que es nuestro mundo, no sólo para visitarnos, sino para ser de los nuestros, compartiendo todo con nosotros, menos nuestra condición de pecadores. Ahora ya se te puede encontrar por nuestros caminos, entre nuestros semejantes. Ahora ya late tu corazón, donde está el corazón del hombre.
Oración final Convierte nuestros corazones, abre nuestros ojos, purifica nuestra mente, para que podamos ver sin prejuicio, amar sin esperar recompensa y ayudar desde tu misma gratuidad. Que como tú, en tu evangelio de hoy, sepamos acercarnos al necesitado, sin juzgar a nadie, sin pedir cuentas de su comportamiento sin temor a mancharnos, a contaminarnos. Que con el barro de nuestra debilidad y pequeñez puedas tú, Señor Jesús, dar vista al ciego, pan al hambriento, salud al enfermo… Levántanos, abre nuestros ojos y permítenos ver y actuar como tú. Amén.
Dios con nosotros, enséñanos a reconocerte en todo el bien que se hace, en todos los llantos que suenan, en todos los ojos que buscan la paz. Dios con nosotros, Dios cercano, condúcenos a la verdadera libertad. Anónimo
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana - LUNES 3 de marzo de 2008
como no veáis signos... Lectura del día
Reflexión
Salió Jesús de Samaria para Galilea. Jesús mismo había hecho esta afirmación: «Un profeta no es estimado en su propia patria». Cuando llegó a Galilea, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que había hecho en Jerusalén durante la fiesta, pues también ellos habían ido a la fiesta. Fue Jesús otra vez a Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Había un funcionario real que tenía un hijo enfermo en Cafarnaún. Oyendo que Jesús había llegado de Judea a Galilea, fue a verle, y le pedía que bajase a curar a su hijo que estaba muriéndose. Jesús le dijo: «Como no veáis signos y prodigios, no creéis». El funcionario insiste: «Señor, baja antes de que se muera mi niño». Jesús le contesta: «Anda, tu hijo está curado». El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino. Iba ya bajando, cuando sus criados vinieron a su encuentro diciéndole que su hijo estaba curado. Él les preguntó a qué hora había empezado la mejoría. Y le contestaron: «Hoy a la una lo dejó la fiebre». El padre cayó en la cuenta de que ésa era la hora cuando Jesús le había dicho: «Tu hijo está curado». Y creyó él con toda su familia. Este segundo signo lo hizo Jesús al llegar de Judea a Galilea.
Al leer este episodio del evangelio me viene inmediatamente a mi mente la frase del anciano Simeón a María: Este niño está puesto como signo de contradicción… Ante Jesús, todos debemos tomar posición. Es evidente esta situación en el evangelio de hoy. Unos (los galileos) lo reciben bien, pero otros lo rechazan. Como sucede hoy día. Hoy se nos presenta un reto para nuestra fe. ¿Qué necesito yo para creer? “Como no veáis signos y prodigios, no creéis”. Este es el reproche de Jesús mismo a los de poca o nada fe. Una fe débil, hechicera, que necesita muchas cosas extraordinarias, milagritos para poder creer… Hoy nos pide el Señor, ponernos ante él y desde nuestra fe, hacer opción por él. Hoy quiere purificar nuestra fe, nuestras razones para creer. Y con la fe se realiza el milagro, el gran milagro de crecer toda la familia. El funcionario se despoja de su prepotencia y se acerca humildemente a Jesús. Y su poca fe y su humildad, con Jesús, hacen el milagro.
Jn 4, 43-54 55
Oración Entra en tu interior
Creo. Salto de júbilo, porque Tú sólo llenas este gratuito hueco de existencia. Tú sólo tienes la palabra que en silencio me convence. Tú sólo llegas cuando todo, todo, todo ya se ha ido. Creo.
¿En qué creo yo realmente? ¿Cómo es el Dios en quien yo creo? Hay gente muy sencilla, cuya fe es muy grande, yo diría que cuanto más sencillo es nuestro corazón más grande es nuestra fe. Como María, como Champagnat. Me viene a la mente cantidad de gente sencilla de nuestros pueblos que son capaces de seguir creyendo y amando a pesar de las contrariedades de la vida, de las catástrofes naturales, de las grandes enfermedades. Sus expresiones lo dicen todo: “Diosito lindo sabe por qué ha sucedido esto”. “Yo tengo mi fe y amor puestos siempre en Él, Él es el único”. Expresiones como estas nos hablan de fe profunda, acogida del misterio, vidas en la presencia de Dios. Razón de su fe en medio de la tormenta. Yo ¿Qué necesito para creer? ¿Cómo es mi fe? ¿En qué sustento mi fe en lo cotidiano de la vida?
Creo y me entrego, me hundo, vuelo y me quedo sin aire, sin vida, sin mí mismo dentro. Y esto es la fe. Y lo demás... silencio. Arbeloa, V. M.
Oración final Señor, hoy vuelves a aguijonear mi fe. Me vuelves a invitar a optar por ti. Me pides creer sin más. Quieres hacer de este mundo, un mundo diferente, nuevo, donde quepan todos. Pero me pides fe, fe como un granito de mostaza, fe en lugar de signos y prodigios. Fe en ti, para creer que contigo otro mundo es posible. Quiero responder que sí. pero aumenta mi fe. Amén.
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana - MARTES 4 de marzo de 2008
no tengo a nadie
Reflexión
Lectura del día No tengo a nadie ¡Qué duras suenan esas palabras en el corazón del que ama! ¡Qué reales son esas palabras en el mundo de autosuficiencia en que vivimos hoy! Hay tanta gente, tantos medios, tanta abundancia de todo y pareciera que es cuando más se escucha por todas partes, ese grito angustioso: “No tengo a nadie…” Echemos una mirada a nuestro mundo y enseguida descubriremos este mundo parecido a esos cinco soportales de la piscina junto a la puerta de las ovejas en Jerusalén: Vemos tanta gente echados, aplastados, aniquilados, amontonados como basura en el camino de la vida. Millones de voces infantiles, y adultas también, gritan la misma frase del evangelio de hoy: “No tengo a nadie…” Hoy, Jesús, en este camino hacia la Pascua nos dice qué debemos hacer: Caminar con los ojos bien abiertos, darnos cuenta de la necesidad… Hay muchos necesitados, pero empieza por uno, como Jesús. Actuar en consecuencia, ayudar a levantarse, caminar con ellos hasta que caminen seguros ellos mismos. También Jesús nos dice lo que nunca debes hacer: Pasar de largo, no escuchar los gritos, no ver las necesidades, no justificarnos con el que “son muchos”, “no se puede hacer nada con tantos”… y sobre todo no juzgar. Es hora de actuar, de hacer el bien, sin juzgar, gratuitamente, sin importar la raza, la clase social, el país, la religión, si son o no son agradecidos… Es hora de la solidaridad. Es hora de acercarnos y ayudar mientras decimos: “Levántate, toma tu camilla y echa a andar”.
Se celebraba una fiesta de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las ovejas, una piscina que llaman en hebreo Betesda. Ésta tiene cinco soportales, y allí estaban echados muchos enfermos, ciegos, cojos, paralíticos. Estaba también allí un hombre que llevaba treinta y ocho años enfermo. Jesús, al verlo echado, y sabiendo que ya llevaba mucho tiempo, le dice: «¿Quieres quedar sano?» El enfermo le contestó: «Señor, no tengo a nadie que me meta en la piscina cuando se remueve el agua; para cuando llego yo, otro se me ha adelantado». Jesús le dice: «Levántate, toma tu camilla y echa a andar». Y al momento el hombre quedó sano, tomó su camilla y echó a andar... Más tarde lo encuentra Jesús en el templo y le dice: «Mira, has quedado sano; no peques más, no sea que te ocurra algo peor». Se marchó aquel hombre y dijo a los judíos que era Jesús quien lo había sanado. Por esto los judíos acosaban a Jesús, porque hacía tales cosas en sábado. Jn 5, 1-3.5-16
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Oración No tienes manos Jesús, no tienes manos. Tienes sólo nuestras manos para construir un mundo donde habite la justicia.
Entra en tu interior Pregúntate hoy, en unos minutos de silencio, ¿a quién has visto en necesidad? ¿Cuántos conozco que me pueden decir “no tengo a nadie”? ¿Qué te parece si buscas a ese “no tengo a nadie” y le das una mano en esta cuaresma? Y si te unes a otros para poder ayudar más. Y si das un poco o un mucho de tu tiempo (voluntarios) para ir a ayudar a levantarse a aquellos que no tienen a nadie. Posiblemente hoy escuches el evangelio, leas la reflexión y las preguntas que acabas de oír… y continúes haciendo lo mismo… pero no lo olvides. Busca respuestas, que las hay. No tardes. O al menos eliminemos de nuestro corazón la actitud legalista de los fariseos que no nos permite ayudar con libertad y gratuidad al necesitado.
Jesús, no tienes pies. Tienes sólo nuestros pies para poner en marcha la libertad y el amor. Jesús, no tienes labios. Tienes sólo nuestros labios para anunciar por el mundo la Buena Noticia de los pobres. Jesús, no tienes medios. Tienes sólo nuestra acción para lograr que todos los hombres sean hermanos. Jesús, nosotros somos tu evangelio. El único evangelio que la gente puede leer, si nuestras vidas son obras y palabras eficaces. Jesús, danos tu musculatura moral para desarrollar nuestros talentos y hacer bien todas las cosas. Anónimo
Oración final Señor, son muchas las necesidades y muchos los que “no tienen a nadie”... Mi corazón a veces impasible, no sabe qué hacer, a quién ayudar. Se pierde en reflexionar y esperar. Dame hoy, Señor ese corazón tierno y compasivo como el tuyo para que pueda responder con prontitud a tanta necesidad. Amén.
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana -MIÉRCOLES 5 de marzo de 2008
dar vida Reflexión Lectura del día Volvemos otra vez al tema de la fe. Ante Jesús debemos tomar postura. O creemos o no creemos, o le seguimos o le rechazamos. En el evangelio de hoy, una vez más se nos presenta el rechazo a Jesús por parte de sus enemigos. Razones de este rechazo: curar a los enfermos, llamarse Hijo de Dios, llamar a Dios, Padre… y sobre todo no respetar las leyes de aquel tiempo… pues esas leyes oprimían sobre todo al pobre y al necesitado. No cabía en la mente de los judíos de ese tiempo, el que Dios se hiciera tan cercano, tan hermano, tan solidario… como se presentaba en Jesús de Nazaret. Por eso viene el rechazo. Jesús no duda en aclarar que lo que hace no es por cuenta propia. Está convencido que está cumpliendo la voluntad del Padre: “El hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre”… Curar, sanar, levantar, enseñar, dignificar a la persona… Dar vida y vida en abundancia, son obras del Padre en Jesús. Jesús es coherente, con su vida, con su fe, con la voluntad del Padre, aunque esto le lleve a la muerte: “Los judíos tenían ganas de matarlo”.
Dijo Jesús a los judíos: «Mi Padre sigue actuando, y yo también actúo». Por eso los judíos tenían más ganas de matarlo: porque no sólo abolía el sábado, sino también llamaba a Dios Padre suyo, haciéndose igual a Dios. Jesús tomó la palabra y les dijo: «Os lo aseguro: El Hijo no puede hacer por su cuenta nada que no vea hacer al Padre…Lo mismo que el Padre resucita a los muertos y les da vida, así también el Hijo da vida a los que quiere. Porque el Padre no juzga a nadie, sino que ha confiado al Hijo el juicio de todos, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo no honra al Padre que lo envió. Os lo aseguro: Quien escucha mi palabra y cree al que me envió posee la vida eterna y no se le llamará a juicio, porque ha pasado ya de la muerte a la vida... No os sorprenda, porque viene la hora en que los que están en el sepulcro oirán su voz: los que hayan hecho el bien saldrán a una resurrección de vida; los que hayan hecho el mal, a una resurrección de juicio. Yo no puedo hacer nada por mí mismo; según le oigo, juzgo, y mi juicio es justo, porque no busco mi voluntad, sino la voluntad del que me envió». Jn 5, 17-30
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Oración
Entra en tu interior Jesús vivía de la voluntad del Padre. Esa era su obsesión; ese era su camino, esa era la medida de su actuar, de su amor y de su pasión. ¿Qué nos mueve a nosotros para actuar? ¿Qué significa buscar sinceramente la voluntad del Padre? Recuerda algo que últimamente has descubierto como voluntad del Padre y lo has puesto en práctica. ¿Cuando vives tu cristianismo, realmente estás en conflicto con alguien? ¿Por qué? Que nuestra pasión sea la de hacer la voluntad del Padre.
Y no podrán matarlo Querrán volarlo y no podrán volarlo. Querrán romperlo y no podrán romperlo. Querrán matarlo y no podrán matarlo. Querrán descuartizarlo, triturarlo, machacarlo, pisotearlo, desalmarlo. Al tercer día de los sufrimientos cuando se crea todo consumado, gritando ¡Libertad!, sobre la tierra ha de volver: ¡Y no podrán matarlo!
Oración final
Romualdo, J.
Qué duros somos, Señor, para entender que Tú caminas a nuestro lado, que nos amas, que te manifiestas a cada momento en medio de nosotros. Cómo nos cuesta, Señor, buscar y querer lo que quiere el buen Padre. Ayúdanos, Jesús, a amar como tú amas. A servir como tú sirves, a creer como tú crees. Amén.
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana -JUEVES 6 de marzo de 2008
las obras que hago dan testimonio de mí
Reflexión
Lectura del día
Taladrar la realidad. Cómo nos cuesta profundizar en los acontecimientos, ver con ojos limpios el acontecer de cada día para descubrir tanta “presencia creadora de Dios”.
Dijo Jesús a los judíos: «Si yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio no es válido. Hay otro que da testimonio de mí, y sé que es válido el testimonio que da de mí… Juan era la lámpara que ardía y brillaba, y vosotros quisisteis gozar un instante de su luz. Pero el testimonio que yo tengo es mayor que el de Juan: las obras que el Padre me ha concedido realizar; esas obras que hago dan testimonio de mí: que el Padre me ha enviado. Y el Padre que me envió, él mismo ha dado testimonio de mí. Nunca habéis escuchado su voz, ni visto su semblante, y su palabra no habita en vosotros, porque al que él envió no le creéis. Estudiáis las Escrituras pensando encontrar en ellas vida eterna; pues ellas están dando testimonio de mí, ¡y no queréis venir a mí para tener vida! No recibo gloria de los hombres; además, os conozco y sé que el amor de Dios no está en vosotros. Yo he venido en nombre de mi Padre, y no me recibisteis…» Jn 5, 31-47
Vivimos en la superficialidad y en la monotonía de las cosas y por eso no podemos ver el actuar cotidiano de Dios. Jesús nos invita a tener los ojos bien abiertos, a descubrir en sus obras la presencia de Dios, el Padre. “Las obras que yo hago dan testimonio de mí”. Ello demuestra que viene de Dios. Hoy Jesús invita a sus seguidores a ser TESTIGOS, pero sobre todo con las obras. Fe y acción juntas hacen auténticos testigos del reino. No es lo que decimos, ni los grandes discursos, ni los muchos medios que tenemos lo que hará creíble nuestro mensaje. Son las obras que responden a la voluntad de Dios las que nos hacen testigos. ¿Hasta dónde somos capaces de hacer lectura de FE de nuestra vida? ¿Tenemos los ojos limpios para ver la acción de Dios en el día a día? ¿Nos conocen por nuestros frutos? ¿Qué frutos ofrecemos? Vayamos a lo esencial de las cosas, vivamos con coherencia nuestra fe.
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Oración ¡Guía mi mirada, Señor! Cuando Tú mismo pongas a prueba mi fe, y me hagas marchar por entre la niebla más cerrada, borrada toda vereda ante mí: Por mucho que mi paso vacile, haz que mi mirada, tranquila e iluminada, sea un testimonio viviente de que te llevo conmigo, de que estoy en paz.
Entra en tu interior Nos quedamos en la superficialidad de las cosas. No somos capaces de ver tanta gracia, tanta presencia del Dios de la Vida a nuestro alrededor. ¿Qué te impide ver la profundidad de las cosas? ¿Qué haces para taladrar la realidad y descubrir en lo profundo al Dios de la Vida? Dios actúa siempre. Sus obras son manifestaciones de ello. ¿Te maravillas con frecuencia ante la acción de Dios?
Cuando Tú mismo pongas a prueba mi confianza permitiendo que el aire se vaya enrareciendo y que me embargue la sensación de que el suelo se está resquebrajando bajo mis pies; que mi mirada les recuerde a todos que no hay nadie que cuente con la fuerza suficiente para arrancarme de Ti, en quien caminamos, respiramos y somos... Y si un día Tú mismo permites que el odio me salpique, y me prepare trampas, y falsee mis intenciones y las desfigure: Que la mirada de tu Hijo vaya repartiendo serenidad y amor a través de mis ojos. Helder Cámara.
Oración final Ayúdanos, Señor, a vivir atentos, con los ojos bien abiertos a tu presencia. Haznos TESTIGOS de tu bondad siendo bondadosos, solidarios, cercanos, atentos, amables, generosos ante tanta necesidad. Así podremos darte gloria, pues nuestras buenas obras proclamarán tu gloria. Amén
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana -VIERNES 7 de marzo de 2008
intentaban matarlo
Reflexión
Lectura del día
Jesús sabe que lo quieren matar. No obstante sigue su misión, su camino, su acción que no es otra que la voluntad de su Padre. Este texto evangélico me trae a la mente tantos hombres y mujeres de nuestros pueblos latinoamericanos que han sido valientes y, en medio de la amenaza de muerte, han sido coherentes, han seguido siendo testigos de la bondad y misericordia del Padre. Cómo no recordar a Mons. Romero, en El Salvador, un obispo totalmente volcado con su pueblo, identificado con las causas de los pobres, con el pueblo entero; testigo de la vida para un pueblo sin esperanza, sin salida, reprimido, abandonado a su suerte. Romero se convierte en signo de vida, lucha por la vida, testigo de la vida. Como Jesús paga con su vida, con su sangre, el precio de la liberación de su pueblo. Mons. Gerardi en Guatemala, testigo de la memoria histórica del pueblo indígena especialmente. Asesinado horas después de haber proclamado que es posible vivir de otra manera, que debemos recordar, perdonar y luchar juntos por una Guatemala distinta y mejor. Sus palabras como las de Jesús, incomodaban, a los que no creían en el proyecto de Dios por la vida. Y tú que estás en este camino de conversión. ¿Qué te incomoda del mensaje de Jesús? ¿Qué estás dispuesto a hacer cuando llegue la adversidad? ¿Hasta dónde llega tu fe? Recuerda que la fuerza es de Él, y que la misión se nos ha dado, en Dios, quien actúa en nosotros. Déjale actuar y cree profundamente en Él.
Recorría Jesús la Galilea, pues no quería andar por Judea porque los judíos trataban de matarlo. Se acercaba la fiesta judía de las tiendas. Después que sus parientes se marcharon a la fiesta, entonces subió él también, no abiertamente, sino a escondidas. Entonces algunos que eran de Jerusalén dijeron: «¿No es éste el que intentan matar? Pues mirad cómo habla abiertamente, y no le dicen nada. ¿Será que los jefes se han convencido de que éste es el Mesías? Pero éste sabemos de dónde viene, mientras que el Mesías, cuando llegue, nadie sabrá de dónde viene». Entonces Jesús, mientras enseñaba en el templo, gritó: «A mí me conocéis, y conocéis de dónde vengo. Sin embargo, yo no vengo por mi cuenta, sino enviado por el que es veraz; a ése vosotros no lo conocéis; yo lo conozco, porque procedo de él, y él me ha enviado». Entonces intentaban agarrarlo; pero nadie le pudo echar mano, porque todavía no había llegado su hora. Jn 7, 1-2, 10.25-30
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Entra en tu interior
Oración Tu evangelio es terrible
Ser testigos, no es fácil, y en nuestro mundo menos, pues al incomodar a los poderosos, se anulan los testigos. Jesús sabe el precio que debe pagar por ser fiel al proyecto del Padre. Lo saben: Mons. Romero, Gerardi, los Beatos Hermanos maristas mártires de España y tantos mártires de nuestros días y de siempre. Yo ¿qué estoy dispuesto a hacer para dar testimonio de mi fe en Jesús? ¿Por dónde puedo empezar, o continuar?
Cristo, he oído predicar tu evangelio a un sacerdote que vivía el Evangelio. Los pequeños, los pobres, quedaron entusiasmados; los grandes, los ricos, salieron escandalizados; y yo pensé que bastaría predicar sólo un poco el Evangelio para que los que frecuentan las iglesias se alejaran de ellas y para que los que no las conocen las llenaran. Yo pensé que era una mala señal para un cristiano el ser apreciado por la “gente bien”. Haría falta -creo yo- que nos señalaran con el dedo tratándonos de locos y revolucionarios. Haría falta -creo yo- que nos armasen líos, que firmasen denuncias contra nosotros, que intentaran quitarnos de en medio.
Oración final No es fácil, Señor vivir tu evangelio con radicalidad, pero queremos hacer el intento. Para ello ven con nosotros, no nos faltes ni un momento porque somos débiles y podemos desistir. Hermanos Maristas, mártires de nuestros tiempos venid con nosotros, sostened nuestra lucha y nuestra fe. Amén.
Esta tarde, Señor, tengo miedo, tengo miedo porque sé que tu Evangelio es terrible: es fácil oírlo predicar, es todavía relativamente fácil no escandalizarse de él, pero vivirlo... vivirlo es bien difícil. Michel Quoist.
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¿Quieres quedar sano? Señor, no tengo a nadie
4ª Semana -SÁBADO 8 de marzo de 2008
éste es el Mesías Reflexión
Lectura del día Algunos de entre la gente, que habían oído los discursos de Jesús, decían: «Éste es de verdad el profeta». Otros decían: «Éste es el Mesías». Pero otros decían: «¿Es que de Galilea va a venir el Mesías? ¿No dice la Escritura que el Mesías vendrá del linaje de David, y de Belén, el pueblo de David?» Y así surgió entre la gente una discordia por su causa. Algunos querían prenderlo, pero nadie le puso la mano encima. Los guardias del templo acudieron a los sumos sacerdotes y fariseos, y éstos les dijeron: «¿Por qué no lo habéis traído?» Los guardias respondieron: «Jamás ha hablado nadie como ese hombre»… Nicodemo, el que había ido en otro tiempo a visitarlo y que era fariseo, les dijo: «¿Acaso nuestra ley permite juzgar a nadie sin escucharlo primero y averiguar lo que ha hecho?» Ellos le replicaron: «¿También tú eres galileo? Estudia y verás que de Galilea no salen profetas». Y se volvieron cada uno a su casa. Jn 7, 40-53
Hemos recorrido la semana con Jesús; constantemente se nos ha planteado: ¿Creemos o no creemos en Él? ¿Cómo es nuestra fe? La respuesta no es cuestión de teoría, es cuestión de responder con la vida. Como Jesús, alrededor nuestro, ¿hay más vida? ¿Damos esperanza al desesperado? ¿Damos pan al hambriento? ¿Enseñamos al que no sabe? ¿Curamos al enfermo? ¿Luchamos contra las fuerzas del mal que paralizan al hombre de hoy? Por nuestros frutos buenos nos conocerán como seguidores de Jesús. ¿Hemos estado atentos a los que nos gritan: “No tengo a nadie”? ¿Hemos echado una mano? Entonces puede ser que nos reconozcan como seguidores del Mesías, o como unos auténticos profetas. Pero no olvidemos que puede ser que se opongan a nuestro estilo de vida, por que les molesta nuestro modo de ser… y eso puede desencadenar en condena y hasta en muerte, como Jesús. Avivemos nuestra fe, proclamemos que Él es el profeta de los tiempos, el Mesías, el Hijo de Dios, porque como Él buscamos ante todo, hacer la voluntad del Padre. Entonces muchos de los que gritan: “No tengo a nadie”, podrán contar con una mano más. Y empezará a surgir otro mundo diferente… el Reino. 65
Canción
Entra en tu interior Una vez más el evangelio de hoy nos mete de lleno, en una decisión sobre Jesús de Nazareth. Para ti, ¿quién es Jesús de Nazareth? ¿Su vida, sus obras en qué chocan con tu vida, tu manera de vivir? ¿Cómo es tu fe en Él? ¿Hasta dónde puede llegar tu fe? ¿Te pierdes en decisiones superficiales sobre Jesús o tratas de conocerle, amarle, servirle y adorarle en las personas y acontecimientos de cada día? Es hora de seguir a Jesús radicalmente y con toda tu conciencia. ¿Qué harás para vivir esto de ahora en adelante?
Libertador de Nazaret
Libertador de Nazaret ven junto a mí, ven junto a mí. Libertador de Nazaret, ¿qué puedo hacer sin ti? Yo sé que eres camino, que eres la vida y la verdad; yo sé que el que te sigue sabe a dónde va. Quiero vivir tu vida, seguir tus huellas, tener tu luz, quiero beber tu cáliz, quiero llevar tu cruz.
Oración final Quiero encender mi fuego, alumbrar mi vida, seguirte a ti; quiero escucharte siempre, quiero luchar por ti. Busco un mensaje nuevo, te necesito, libertador, no puedo estar sin rumbo, no puedo estar sin Dios.
Hoy quiero, Señor, con la fuerza de mi poca fe, proclamar que tú eres el Mesías, el Salvador, el Dios con nosotros, el amigo. Quiero proclamar que me encanta mi fe, que Tú eres mi camino, mi única verdad, mi Vida. Y aunque el proclamar esto me compromete, quiero vivir comprometido contigo y con tantos que caminan contigo en la construcción de este mundo nuevo, tu Reino. Amén.
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5ª Semana -DOMINGO 9 de marzo de 2008
Creed a las obras la fe que da Vida
Reflexión
Lectura del día Había caído enfermo un tal Lázaro, natural de Betania, la aldea de María y su hermana Marta… le mandaron recado a Jesús: “Señor, mira que tu amigo está enfermo”. Jesús, al oírlo, dijo: “Esta enfermedad no es para muerte, sino para honra de Dios, para que ella honre al Hijo de Dios... Entonces Jesús les dijo claro: “Lázaro ha muerto. Me alegro por vosotros de no haber estado allí para que tengáis fe. Ahora vamos a su casa. Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a sus compañeros: “Vamos también nosotros a morir con él”. Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro días enterrado… Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a recibirlo, mientras María se quedaba en la casa. Marta le dijo a Jesús: “Señor, si hubieras estado aquí no habría muerto mi hermano… Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida: el que tiene fe en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que está vivo y tiene fe en mi, no morirá nunca. ¿Crees esto?”. Ella le contestó: “Sí, Señor; yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios que tenía que venir al mundo”. Dicho esto fue a llamar a su hermana María y le dijo en voz baja: “El Maestro está ahí y te llama”. Jn 11, 1-45
La fe arraigada en el Evangelio es activa. No somos meros espectadores contemplando el espectáculo de un dios que maneja y dirige la historia mientras nosotros aplaudimos o abucheamos… Porque tenemos fe en el Dios de la Vida, nos comprometemos en la lucha contra las situaciones de muerte que ahogan nuestro mundo. Porque creemos en el Dios del amor completo, dedicamos nuestros esfuerzos a crear lazos de unión y fraternidad entre los hombres. Porque Jesús el Maestro, el amigo, es el Señor de nuestras vidas, somos capaces de traspasar todo tipo de fronteras y colocarnos al lado de los que el mundo da como perdidos. Porque Jesús es la Resurrección y la vida, la esperanza que brilla en nuestros ojos jamás se oscurece. “El que tiene fe en mi, aunque muera, vivirá; y todo el que está vivo y cree en mí no morirá nunca.”
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Entra en tu interior
Oración
Echa una mirada a tu alrededor. Sé consciente de las situaciones de muerte e injusticia que rodean tu mundo. ¿Cómo las sientes? ¿Cómo puedes acercarte a esas realidades y qué palabra les puedes decir desde la fe?
Señor Jesús, Maestro y amigo; ven a mi casa como fuiste aquel día a la de Lázaro. Devuelve la esperanza y la alegría a mi familia, hazme de nuevo vibrar al ser testigo de tu absoluto dominio sobre la muerte.
Explicando lo que es el agnosticismo a un grupo de jóvenes ghaneses, uno de ellos intervino y dijo: “Hermano, diles a esas personas que no creen que vengan aquí y vean cómo vivimos. Se verán obligados a creer, porque vivimos de puro milagro”.
Tú que eres vida, cúbreme con tu vitalidad. Tú que eres amor, no permitas que desfallezca en la búsqueda de las causas más justas. Hazme tierno y compasivo. Dame el coraje de acercarme a los pobres para compartir su vida.
En África no se entiende el mundo sin Dios. Quizás Dios se muestre más evidente en las situaciones más desesperadas…
Despoja mi corazón de toda pasividad e indiferencia y enséñame el camino de una fe hecha vida y acción, palabra y compromiso.
Oración final Padre de todos los hombres, danos esa fe capaz de mover montañas y transformar el mundo. Haz de nuestras vidas algo extraordinario. Líbranos del desaliento y llénanos de esperanza. Haznos testigos y mensajeros de tu amor; que nuestra vida sea semilla de tu Reino en el mundo; que los más pobres y marginados de la tierra puedan experimentar tu amor a través del amor que nosotros les ofrecemos. Que así sea.
Permíteme, junto a ti, acercarme a las tumbas de tantos seres humanos que parecen muertos y decirles: “El que tiene fe en Jesús, aunque muera, vivirá…”
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5ª Semana -LUNES 10 de marzo de 2008
Creed a las obras la luz de la Vida
Reflexión
Lectura del día
Vivimos en un mundo donde la libertad de expresión es una diosa entronizada en lo más alto. Todos hablan y opinan, cualquiera se atreve a emitir juicios de los temas más variopintos. Y sin embargo…¡Cuánta gente perdida o desorientada! ¡Cuánta falta de criterio en las cosas más elementales!
Jesús volvió a hablar a los fariseos: «Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida». Le dijeron los fariseos: «Tú das testimonio de ti mismo, tu testimonio no es válido». Jesús les contestó: “Aunque yo doy testimonio de mí mismo, mi testimonio es válido, porque sé de dónde he venido y adónde voy; en cambio, vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; y si juzgo yo, mi juicio es legítimo, porque no estoy yo solo, sino que estoy con el que me ha enviado, el Padre; y en vuestra ley está escrito que el testimonio de dos es válido. Yo doy testimonio de mí mismo, y además da testimonio de mí el que me envió, el Padre”. Ellos le preguntaban: “¿Dónde está tu Padre?”. Jesús contestó: “Ni me conocéis a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre”. Jesús tuvo esta conversación junto al arca de las ofrendas, cuando enseñaba en el templo. Y nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
“Mi testimonio es válido –dice Jesúsporque sé de dónde he venido y a dónde voy... Vosotros juzgáis según la carne”. Hay una forma distinta de entender el mundo y la vida. El Dios del amor nos ofrece un nuevo paradigma, una luz capaz de iluminar el mundo y hacerlo más bello y fraterno. Esta es nuestra fe: un Dios nuevo se ha acercado a nuestro mundo y ha entrado en nuestra casa; ha iluminado los caminos y ha llenado nuestros corazones de compromiso y esperanza. Un Dios nuevo que nos ofrece un nuevo paradigma para comprender el mundo y nuestras propias vidas: “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no camina en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida”
Jn 8, 12-20
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Oración
Entra en tu interior
Si supiera mirarte en mis ojos ardería el deseo.
Estoy cansado de tantas palabras, ideas, explicaciones, opiniones e interpretaciones. ¿Quién me va a decir una palabra definitiva? ¿Quién me va a aclarar tanto desaguisado en nuestro mundo? ¿De dónde me vendrá la luz? Busco el sentido de todo lo que hago. ¿Qué sentido tiene que el sol siga saliendo cada mañana? Busco algo que llene de ilusión mis días. Busco a alguien por quien merezca la pena darlo todo. Busco ser feliz hasta el delirio. ¿Dónde busco la luz que de sentido a mi vida? ¿Le sigo a Jesús o camino en tinieblas? ¿Y eso en qué se nota?
Si supiera tocarte mis manos moldearían la tierra. Si supiera besarte el amor sellaría mis labios. Si supiera soñarte mi sueño sería tu Reino. Si supiera quererte jamás tendría sed de otros cielos. Aunque no sepa, Señor, te miro, te toco, te beso y te sueño.
Oración final Señor Jesús, danos tu luz para ser capaces de caminar por los senderos de este mundo. Alumbra nuestros corazones para poder mostrar a los hombres el amor que tú nos has regalado. Dirígenos tu palabra tierna y haznos constructores del Reino. Que así sea.
Aunque no sepa, Señor, Tú lo sabes, te quiero.
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5ª Semana -MARTES 11 de marzo de 2008
Creed a las obras yo no soy de este mundo
Reflexión
Lectura del día
Una vez más, Jesús marcando las diferencias: “Yo no soy de este mundo”.
Dijo Jesús a los fariseos: «Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros». Y los judíos comentaban: «¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: «Donde yo voy no podéis venir vosotros»?» Y él continuaba: «Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba; vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados». Ellos le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les contestó: «Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él». Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: «Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada». Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él. Jn 8, 21-30
Si el mundo es el lugar donde los seres humanos compiten para ver quién llega más lejos y quién tiene más… yo no soy de este mundo. Si creéis que el sentido de la vida está en el aquí y el ahora, en la felicidad de los míos a costa de los otros, en la acumulación de bienes y riquezas… yo no so de este mundo. Si la tierra es un lugar del que puedo disponer y abusar a mi antojo sin preocuparme el futuro de las generaciones venideras… yo no soy de este mundo. Si creéis que África es el estercolero del planeta, el lugar de dónde extraer materias primas y a dónde enviar los residuos que nadie quiere; si África es para vosotros el continente “televisivo” hecho para tranquilizar vuestras conciencias a base de limosnas… yo no soy de este mundo. “Vosotros –dice Jesús- sois de aquí abajo. Yo soy de allá arriba”. Porque más allá de nuestras miradas hay un lugar donde está el amor, un Reino que puede hacerse real ya, aquí, en nuestro mundo, si tú y otros muchos como tú nos comprometemos.
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Oración
Entra en tu interior
Señor Jesús, tómame de la mano y pasea conmigo por nuestro mundo. Enséñame a amar la tierra y a todos los que la habitan.
Apagar, romper, llorar, enfadarse, Camuflar, engañar, criticar, murmurar, desesperarse y desesperar. Desanimar, calumniar,callarse y acallar. ¡BASTA YA!
¿Sabes quién soy?
Servir, animar, felicitar, elogiar, sonreír, Jugar, alegrarse y alegrar. Cantar, bromear, acompañar, Confiar, Orar, Vivir, Amar.
Me tienes en tu casa, en tu puerta, en tu armario, en tus cuadros, en tu cama. Te sientas sobre mí y estudias en mi mesa. Soy lugar de multitud de seres vivos. En mis valles, junto al río, plantáis la tienda los scouts para sembrar un mundo nuevo. Soy amigo de todos y a nadie hago daño. Si. Ya sabes quién soy. Soy el bosque.
Oración final
Si tienes hambre come de mis frutos, si tienes sed bebe de mi fuente, si estás harto de palabras ven conmigo esta noche y escucharás mil sonidos.
Danos Señor un corazón nuevo y grande, capaz de acoger a todos los hombres, mujeres y niños de nuestro mundo. Que nuestros hijos reciban de nosotros la herencia de un mundo más justo y más humano, más parecido al mundo que tú soñaste para los hombres. Que así sea.
Úsame, ándame, víveme. Pero… ¡amigo!, no me quemes. ¡No!. ¡No me mates!
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5ª Semana -MIÉRCOLES 12 de marzo de 2008
Creed a las obras la verdad os hará libres
Reflexión Lectura del día La verdad os hará libres. Y no siempre es dulce el camino de la verdad. Como el camino de la Cuaresma, nos lleva hacia la cruz desnuda que nos deja sin palabras… Silencio… Guardemos silencio. Y clavemos nuestros ojos en esa cruz desnuda que deja nuestro mundo a la intemperie. Silencio… Y clavemos nuestros ojos en la cruz del enfermo incurable en la planta de aislamiento, del anciano en el asilo, el inmigrante en el geto, del pobre en el suburbio, del que busca trabajo en el paro, del joven dormido en el éxtasis de la droga y el sinsentido, del tercer mundo condenado a la explotación y al hambre. Silencio… Guardemos silencio. Y seamos capaces de mantener nuestra mirada en la cruz de la pobreza, la debilidad y la fragilidad. Si la rechazáramos, ¿no nos estaríamos quedando sin rostro humano? Silencio… Y clavemos nuestros ojos en la cruz de Jesús, del Justo, del Bueno, del Amor. Nuestros labios besarán sus heridas y sus clavos. Porque sólo el amor libera. Sólo los besos salvan. Silencio…
Dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: «Si os mantenéis en mi palabra, seréis de verdad discípulos míos; conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres». Le replicaron: «Somos linaje de Abrahán y nunca hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: «seréis libres»?» Jesús les contestó: «Os aseguro que quien comete pecado es esclavo. El esclavo no se queda en la casa para siempre, el hijo se queda para siempre. Y si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres. Ya sé que sois linaje de Abrahán; sin embargo, tratáis de matarme, porque no dais cabida a mis palabras. Yo hablo de lo que he visto junto a mi Padre, pero vosotros hacéis lo que le habéis oído a vuestro padre». Ellos replicaron: «Nuestro padre es Abrabán». Jesús les dijo: «Si fuerais hijos de Abrahán, haríais lo que hizo Abrahán. Sin embargo, tratáis de matarme a mí, que os he hablado de la verdad que le escuché a Dios, y eso no lo hizo Abrahán. Vosotros hacéis lo que hace vuestro padre». Le replicaron: «Nosotros no somos hijos de prostitutas; tenemos un solo padre: Dios». Jesús les contestó: «Si Dios fuera vuestro padre, me amaríais, porque yo salí de Dios, y aquí estoy. Pues no he venido por mi cuenta, sino que él me envió». Mt 18, 31-42
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Entra en tu interior
Oración Desde niño me enseñaron el norte como el lugar seguro por donde Tú vendrías. Han ido pasando los años, Señor, y siempre que te has acercado a mí lo has hecho desde el sur. Tu presencia se hace real y tierna en la debilidad y el dolor de los hombres, en el sufrimiento, el abandono, la marginación y la esclavitud.
Dirige tu pensamiento a las personas que rodean tu vida. ¿En quiénes confías? ¿A cuántos, realmente, puedes decir: Te quiero? Sal de ti mismo y busca la verdad en los otros. Acabarás encontrándote de verdad. Y, al encontrarte a ti en los otros, encontrarás al Dios de todos.
Eres exactamente al revés de como tantos y tantos se empeñan en definirte. No eres poderoso, sino débil. No eres justo, sino bueno. No eres un adepto a la moral eclesial, sino al amor universal. Comienzo a pensar, Señor que eres incluso al revés de todo aquello que nuestro pobre pensamiento pueda llegar a sugerir.
Oración final Dios de la misericordia y Señor de la vida, danos la gracia de descubrir tu Verdad en nuestros corazones, en los corazones de todas las personas con las que nos encontramos diariamente. Ábrenos a la libertad en el amor, un amor capaz de transformar la vida a nuestro alrededor. Que así sea.
Porque, ¿donde está el límite de tu bondad? ¿Hasta qué extremos puede llegar tu debilidad por el hombre débil? ¿Alguna vez me harás ver mi frontera para que pueda decir: ya he llegado, Señor, aquí me tienes? Viniste a mí desde el sur. Siempre al revés, mi Buen Dios.
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5ª Semana -JUEVES 13 de marzo de 2008
Creed a las obras mi palabra es Vida Lectura del día
Reflexión
Dijo Jesús a los judíos: “Os aseguro: quien guarda mi palabra no sabrá lo que es morir para siempre”. Los judíos le dijeron: “Ahora vemos claro que estás endemoniado; Abrahán murió, los profetas también, ¿y tú dices: “Quien guarde mi palabra no conocerá lo que es morir para siempre?” ¿Eres tú más que nuestro padre Abrahán, que murió? También los profetas murieron; ¿por quién te tienes?” Jesús contestó; “Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no valdría nada. El que me glorifica es mi Padre, de quien vosotros decís: “Es nuestro Dios”, aunque no lo conocéis. Yo sí lo conozco, y si dijera: “No lo conozco” sería, como vosotros, un embustero; pero yo lo conozco y guardo su palabra. Abrahán, vuestro padre, saltaba de gozo pensando ver mi día; lo vio, y se llenó de alegría”. Los judíos le dijeron: “No tienes todavía cincuenta años, ¿y has visto a Abrahán?” Jesús les dijo: “Os aseguro que antes de que naciera Abrahán, existo yo”. Entonces agarraron piedras para tirárselas, pero Jesús se escondió y salió del templo. Jn 8, 51-59
Jesús nos revela la palabra del Padre, la palabra de vida, el amor sin reservas. Dios, lo que se dice Dios, sólo hay uno: el Dios del amor completo. Aunque a veces parece dormido, no es así. Él nunca se acuesta. A altas horas de la madrugada se da una vueltecita por los barrios periféricos de nuestras grandes ciudades. Comparte el banco de piedra con las pobres prostitutas ateridas de frío; se acerca a las chabolas donde los gitanos, al calor de una hoguera, cantan y sueñan mientras sus churumbeles se esconden entre los escombros. Y al final de la noche, debajo de un puente cualquiera, acompañado de un par de borrachos y de algún que otro joven dormido en el éxtasis de la droga, espera tiritando los primeros rayos del sol. Está en la vida. Simplemente está, vive. Pero ni cambia, ni interpreta, ni juzga la historia. Algunos hombres, cuando se percatan de su presencia, dan por fin con el único descubrimiento vital; descubren que Dios, lo que se dice Dios, sólo hay uno: el Dios del amor completo.
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Oración
Entra en tu interior
Mi Señor y mi Dios: ayúdame a ser generoso, a pronunciar palabras de vida, a amar sin medida.
Trabaja por generar vida allí donde te encuentres. No te quejes tanto de tu realidad, de tu salario, de tu familia… y ábrete a la vida de los otros. Y no quieras ser el salvador de nadie. Deja a Dios ser Dios… Déjale que gobierne tu vida y el Reino se hará tangible. Piensa en cómo puedes generar vida hoy con las personas que te vas a encontrar.
Continúa interpelando mi vida a través del rostro de tantos niños necesitados. Hoy traigo a mi oración la realidad de Kwame y Opoku. Son hermanas y viven con sus padres en un pequeño poblado de la selva Ashanti en Ghana. No tienen dinero para pagar el colegio pero estudian gracias a una beca. Sus padres comen una vez al día, al atardecer. Pero siempre están felices y sonriendo.
Oración final Tanto amaste al mundo, Señor, que entregaste tu propia vida. Permítenos, Señor, acercarnos a ti y entregarte también la nuestra. Acéptanos como hermanos tuyos y trabajadores del Reino, para que los hombres y mujeres de nuestro tiempo conozcan la verdad y encuentren la auténtica libertad. Que así sea.
Gracias, Señor, porque están presentes en mi vida. Gracias por su amor. Gracias porque puedo descubrir tu rostro en sus ojos.
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5ª Semana -VIERNES 14 de marzo de 2008
Creed a las obras siendo hombre te haces Dios Lectura del día
Reflexión
Los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: “Os he hecho muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?” Los judíos le contestaron: No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia; porque tú, siendo un hombre, te haces Dios” Jesús les replicó; “¿No está escrito en vuestra ley: “Yo os digo: Sois dioses?” Si la Escritura llama dioses a aquellos a quienes vino la palabra de Dios (y no puede fallar la Escritura), a quien el Padre consagró y envió al mundo, ¿decís vosotros que blasfema porque dice que es hijo de Dios? Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí y yo en el Padre”…. Muchos acudieron a Él y decían: “Juan no hizo ningún signo; pero todo lo que Juan dijo de éste, era verdad. Y muchos creyeron en él allí. Jn 10,31-42
El Evangelio de hoy nos dice que intentaron apedrear a Jesús porque – dicen- “tú, siendo hombre, te haces Dios”. Es como apedrear la esperanza… es como apedrear al mensajero que trae noticias de salvación. Ahí está el misterio más profundo de nuestra fe: Dios y hombre a la par. Un Dios que ama tanto al hombre que se hace hombre. Creemos en un Dios que vive en la historia de los hombres, en cada movimiento y trayectoria de este planeta nuestro al que llamamos tierra. Vagabundea por cada “ciudad del progreso”, hambreando corazones aún no convertidos en máquinas de la técnica. Anda también por los poblados de esta selva africana donde la miseria resulta tan a menudo hiriente. Por las tardes, se sienta con los ancianos en la puerta de la calle. Contempla a los niños desnudos jugando con trapos y ruedas viejas… Y tiene siempre una palabra de esperanza. Y es que Dios, lo que se dice Dios, sólo hay uno: el Dios del amor completo.
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Entra en tu interior
Oración Tiemblo, Señor, ante tanta bondad, ante tu locura de amor por el ser humano. Me sobrecoge tu compromiso radical y tu presencia imperecedera.
Mira a los más pequeños. Mira a los que todos abandonan, a los que nadie presta atención, a los que no dan créditos los bancos. Extiende un mapamundi en tu mesa y dirige tu mirada hacia el Sur. Cuenta los países de los que ni siquiera conoces la capital: ¿Son países africanos? ¡Cuántos seres humanos sin ni siquiera nombre! ¿Qué tendrán para ser los preferidos de Dios? Quizás es lo que no tienen… ¿Qué puedes hacer tú hoy? No lo dejes para mañana… no sea que te pida cuentas el Amor.
Y me siento, yo también, extrañamente en paz, fuerte, equilibrado sobre mi cuerda floja. Hoy más que ayer, mi barca está sin velas, abandonada a la bondad de tus mareas. Aún busco como un loco los amarres, pero ya no alcanzo a ellos cuando miro hacia atrás. Vence ya la fuerza de la desmesura y la pasión. Me lanzas sin calcular tu poder hacia la libertad, la adolescencia, el inconformismo, el amor y el dolor.
Oración final Señor Jesús, tú siendo Dios te haces hombre para acercarte a nuestras vidas con amor. Haz de nuestro corazón una casa acogedora donde pueda crecer tu palabra. Haznos capaces de amar sin buscar nada a cambio, de perdonar y acoger como tú lo hiciste. Ójala sepamos recibir tu gesto de amor y transmitirlo por todo el mundo. Que así sea.
Estoy sediento, Señor, ¡dame agua! Tengo sed de plenitud.
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5ª Semana - SÁBADO 15 de marzo de 2008
Creed a las obras le pondrás por nombre Jesús Lectura del día
Reflexión Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo: «José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados». Cuando José se despertó, hizo lo que le había mandado el ángel del Señor.
En las culturas africanas el nombre que se le da a un niño al nacer tiene un significado determinante. Muy a menudo tiene que ver con alguna cualidad admirada en algún antepasado, y siempre marca unas metas para el futuro del niño que acaba de nacer. Un ángel del Señor se le apareció a José en sueños y le dijo: “Y tú le pondrás por nombre Jesús porque él salvará a su pueblo de los pecados”. Ese será el nombre del recién nacido: Jesús. Un nombre que no dejará a nadie indiferente a lo largo de la historia. Un niño que salvará a su pueblo de la esclavitud y del pecado. Un Dios que se hace niño, vulnerable, débil, para colocarse al lado de los débiles de este mundo.
Mt 1, 16.18-21.24a
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Entra en tu interior
¿Cómo puedo dar gracias?
¡Alégrate, amigo/a! Hoy Dios te regala… ¡un niño! Te lo regala a ti, para que te alegre y te inquiete, te libere y te incomode. Él traerá un nuevo orden a tu vida. Te obligará a desmontarte en-te-ri-to, pieza por pieza, y a enterrar para siempre los viejos paradigmas que hasta ahora te han mantenido en pie. Tendrás que organizar tu gigantesco puzzle. A partir de hoy no existirá más ley, ni derecho, ni justicia, que la que se encierra en la hondura de sus ojos, en la ternura de sus labios, en la caricia continua de su piel desnuda. ¡Alégrate amigo/a! Si recibes a este niño, tu boca comenzará a pronunciar palabras nuevas; te sorprenderás gritando como un loco por los que no tienen voz. Tus ojos se tornarán del color de la esperanza; serás luz en las noches oscuras y abrigo para el vagabundo que duerme bajo los cartones mugrientos de la exclusión social. Alégrate, amigo/a, porque Dios te regala un niño recién nacido para una nueva vida. Acógelo sin miedo. Acúnalo en tu corazón.
Señor Jesús, dame el valor de volver a ser como un niño, porque sólo los que son como niños entrarán en el Reino de los cielos. Dame una mirada limpia como ellos, enséñame a pedir en mi necesidad como ellos. Elimina de mi interior tanta seguridad en mi mismo y hazme un poco más débil, más dependiente, más humilde. No permitas que sea tan serio… enséñame a jugar de nuevo y a bromear. Enciende una sonrisa en mi alma al abrir la ventana de mi habitación cada mañana y recibir la luz de un nuevo día. Dame un corazón agradecido para que al acostarme cada noche sepa decir con sencillez: Gracias, Padre.
Oración final Señor de la vida y Dios del amor, te pedimos hoy por todos los niños del mundo a los que no se les reconoce los más mínimos derechos. Haznos sensibles al llanto de los inocentes y dirige nuestras vidas hacia su servicio. Que así sea.
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DOMINGO DE RAMOS 16 de marzo de 2008
Os he dado ejemplo si eres hijo de Dios baja de la cruz Lectura del día
Reflexión
Jesús fue llevado ante Poncio Pilato, y el gobernador le preguntó: “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús respondió: “Tú lo dices”. Y, mientras lo acusaban los sumos sacerdotes y los ancianos, no contestaba nada…Terminada la burla, le quitaron el manto, le pusieron su ropa y lo llevaron a crucificar. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene, llamado Simón, y lo forzaron a que llevara la cruz. Cuando llegaron al lugar llamado Gólgota (que quiere decir “La Calavera”), le dieron a beber vino mezclado con hiel; él lo probó, pero no quiso beberlo. Después de crucificarlo, se repartieron su ropa, echándola a suertes, y luego se sentaron a custodiarlo. Encima de su cabeza colocaron un letrero con la acusación: “Éste es Jesús, el rey de los judíos”. Crucificaron con él a dos bandidos, uno a la derecha y otro a la izquierda. Los que pasaban lo injuriaban y decían, meneando la cabeza: “Tú que destruías el templo y lo reconstruías en tres días, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, baja de la cruz”… A media tarde, Jesús gritó: “Elí, Elí, lamá sabaktaní”. (Es decir: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”)… Jesús dió otro grito fuerte y exhaló el espíritu. Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; la tierra tembló, las rocas se rajaron… El centurión y sus hombres, que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y lo que pasaba, dijeron aterrorizados: “Realmente éste era Hijo de Dios”.
La frase que sirve como lema de este día, fuera toda la malicia e ironía que el evangelista pone en boca de quienes crucificaron a Jesús, es coherente: La cruz no es lugar para el Hijo de Dios. Sin embargo, fue en una cruz donde sus contemporáneos pusieron a Jesús, considerándolo un malhechor. La injusticia, la marginación y la exclusión no son lugar para los hijos e hijas de Dios; pero es allí donde se encuentra la gran mayoría de la humanidad… Por eso en esta semana vamos a reflexionar sobre la realidad que viven estos hermanos y hermanas nuestros, con motivo de la conmemoración litúrgica de la Pascua de Jesús. Conmemorar, lo sabemos, va más allá de un mero recuerdo, es una actualización. Estamos invitados a contemplar a los crucificados de nuestro mundo, y a que ésta sea una contemplación activa e inquieta… que nos mueva a participar en acciones concretas para ayudar a bajar efectivamente de la cruz a los que injustamente han sido puestos en ella.
Mt 27, 11-54
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Entra en tu interior
¿Cómo cantar? ¿Cómo dejarte ser sólo Tú mismo, sin reducirte, sin manipularte? ¿Cómo, creyendo en Ti, no proclamarte igual, mayor, mejor que el Cristianismo?
Deja que la Palabra de Dios resuene en tu corazón en este día… ¿Qué frase o idea hace eco con más fuerza? Recuerda rostros y nombres de personas que hayas conocido y que viven situaciones particularmente difíciles de pobreza o marginación. Y reza por ellas.
Cosechador de riesgos y de dudas, debelador de todos los poderes, Tu carne y Tu verdad en cruz desnudas, contradicción y paz, ¡eres quien eres! Jesús de Nazaret, hijo y hermano, viviente en Dios y pan en nuestra mano, camino y compañero de jornada,
Oración final Que la contemplación del misterio de tu Muerte y Resurrección, que conmemoramos cada año en la Semana Santa, nos ayude a renovar nuestro compromiso por la justicia, la solidaridad y la paz. Concédenos Señor, esperanza y valor, para trabajar junto a nuestros hermanos y hermanas por la llegada definitiva de tu Reino. Que así sea.
Libertador total de nuestras vidas que vienes, junto al mar, con la alborada, las brasas y las llagas encendidas.
Pedro Casaldáliga
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LUNES SANTO 17 de marzo de 2008
Os he dado ejemplo
los pobres los tenéis siempre con vosotros Lectura del día
Reflexión
Seis días antes de la Pascua, fue Jesús a Betania, donde vivía Lázaro, a quien había resucitado de entre los muertos. Allí le ofrecieron una cena; Marta servía, y Lázaro era uno de los que estaban con él a la mesa. María tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume. Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dice: «¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?» Esto lo dijo, no porque le importasen los pobres, sino porque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que iban echando. Jesús dijo: «Déjala, lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis». Una muchedumbre de judíos se enteró de que estaba allí y fueron no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos. Los sumos sacerdotes decidieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos, por su causa, se les iban y creían en Jesús.
«Cuanto menos poseemos, más podemos dar. Parece imposible, pero no lo es. Esa es la lógica del amor.» Madre Teresa de Calcuta. Con la globalización del comercio, también se ha globalizado la pobreza. En la ciudad en la que resido, a la par de las personas que disfrutan de un alto grado de bienestar económico, se encuentran muchas otras que viven en situación de pobreza. Muchas de ellas son inmigrantes que han venido para buscar un salario, no digno, sino que alcance para sostener las necesidades de sus familias en sus países de origen. El texto evangélico de este día no es una apología de la pobreza, Jesús no se muestra a favor de las condiciones que niegan la dignidad de las personas. Él reconoce y acoge el gesto sincero de quien hace don de sí desde el reconocimiento de su propia pequeñez. Los pobres los tenemos siempre con nosotros… pero su presencia en nuestras vidas no tendrá relevancia si, como Judas, nos perdemos en discursos que únicamente sirven para hacer manifiesta nuestra propia incoherencia. La presencia de los pobres es constante confrontación para todos los que, como cristianos, queremos seguir a ese Jesús que manifestó la preferencia de Dios por los pequeños y humildes.
Jn 12, 1-11
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Oración
Entra en tu interior
Te doy gracias, Padre fiel y lleno de ternura, porque tanto amaste al mundo que le has entregado a tu Hijo, para que fuera nuestro Señor y nuestro hermano.
Deja que la Palabra de Dios resuene en tu corazón en este día… ¿Qué frase o idea hace eco con más fuerza? ¿Cuáles son los signos de la bondad y la misericordia de Dios en tu propia vida? Acoge con sencillez y agradecimiento los sentimientos que este reconocimiento producen en ti. ¿Cuál es tu actitud ante las personas que viven en situación de pobreza y marginación? ¿Qué puedes dar a los demás desde tu propia pobreza?
El manifiesta su amor para con los pobres y los enfermos, para con los pequeños y los pecadores. El no permaneció indiferente ante el sufrimiento humano; a través de su vida y su palabra reconozco la prueba de tu amor; como una madre siente ternura por sus hijos, así tú sientes ternura por mí. Dame entrañas de misericordia ante toda miseria humana, inspira en mí el gesto y la palabra oportuna frente al hermano solo y desamparado, ayúdame a mostrarme disponible ante quien se siente explotado y deprimido.
Oración final Que sepamos descubrir tu rostro en el rostro de quienes están alrededor nuestro, especialmente los más pequeños y marginados. Ayúdanos a imitarte en tu cercanía y tu solicitud para con ellos, y de esta manera construyamos juntos el Reino del Padre Dios que viniste a inaugurar. Que así sea.
Ayúdame a discernir los signos de los tiempos y crecer en la fidelidad al Evangelio; que me preocupe cada día de compartir en la caridad las angustias y las tristezas, las alegrías y las esperanzas de todas las personas. Que pueda hacerme cercano a todas ellas para que así avancemos juntos por el camino de la salvación. Plegaria Eucarística V
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MARTES SANTO 18 de marzo de 2008
Os he dado ejemplo daré mi vida por ti
Reflexión
Lectura del día
Muchas veces, como a Pedro, la emoción nos hace decir palabras fáciles, pero… ¡qué difícil es ser coherentes! Doy por seguro que quienes tenemos este folleto en nuestras manos buscamos sinceramente vivir nuestro cristianismo de forma profunda y comprometida… El apóstol Pedro también seguía, con buena fe, al Maestro Jesús… Pero esta búsqueda no nos exime de nuestras propias incoherencias e infidelidades. La invitación sigue siendo a acoger con sencillez el Plan de Dios, que tiene un ”momento” para cada persona; estar atentos ante el misterio que encierra cada día y cada acontecimiento para descubrir los signos de la presencia de Dios en la historia. Y, sobre todo, estar dispuestos a vivir por aquello que creemos. Jesús gastó su vida entera por dar a conocer el Proyecto de su Padre, Dios, para toda la humanidad. Hoy es un buen día para preguntarnos ¿por qué estaría yo dispuesto a dar mi vida?
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se conmovió profundamente y declaró: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar». Los discípulos comenzaron a mirarse unos a otros, preguntándose a quién podría referirse... Y, mojándolo, se lo dio a Judas Iscariote, hijo de Simón. Cuando Judas recibió aquel trozo de pan mojado, Satanás entró en él. Jesús le dijo: «Lo que vas a hacer, hazlo cuanto antes»... Judas, después de recibir el trozo de pan mojado, salió inmediatamente. Era de noche. Al salir Judas, dijo Jesús: «Ahora va a manifestarse la gloria del Hijo del hombre, y Dios será glorificado en él. Y si Dios va a ser glorificado en el Hijo del hombre, también Dios lo glorificará a él. Y lo va a ser muy pronto. Hijos míos, ya no estaré con vosotros por mucho tiempo. Me buscaréis, pero os digo ahora lo mismo que ya dije a los judíos: “A donde yo voy, no podéis venir”». Simón Pedro le preguntó: «Señor, ¿adónde vas?» Jesús le respondió: «Adonde yo voy tú no puedes seguirme ahora; algún día lo harás». Pedro insistió: «Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Estoy dispuesto a dar mi vida por ti». Jesús le dijo: «¡De modo que estás dispuesto a dar tu vida por mí! Te aseguro, Pedro, que antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces». Jn. 13, 21-33. 36-38
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Entra en tu interior
Salmo
Deja que la Palabra de Dios resuene en tu corazón en este día… ¿Qué frase o idea hace eco con más fuerza? ¿Cómo estás gastando tu vida por Jesús y su Reino? Los mártires han sido personas que han dado su vida por Jesús. ¿Qué te suscita el recuerdo de sus vidas? Ora a partir de estos sentimientos.
Señor, dame la valentía de arriesgar la vida por ti, el gozo desbordante de gastarme en tu servicio. Dame, Señor, alas para volar y pies para caminar al paso de los hombres. Entrega, Señor, entrega para “dar la vida” desde la vida, la de cada día.
Oración final
Infúndenos, Señor, el deseo de darnos y entregarnos, de dejar la vida en el servicio a los más débiles.
Que sepamos, Buen Padre Dios, descubrir el auténtico gozo que hay en el seguirte, en el amarte y en el servirte; y que toda nuestra vida sea un canto de esperanza y de fidelidad que cantemos junto a nuestros hermanos y hermanas en el camino de vida y amor que tu Hijo, Jesús, nos enseñó con su Evangelio. Que así sea.
Señor, haznos constructores de tu vida, propagadores de tu reino, ayúdanos a poner la tienda en medio de los hombres para llevarles el tesoro de tu amor que salva. Haznos, Señor, dóciles a tu Espíritu para ser conducidos a dar la vida desde la cruz, desde la vida que brota cuando el grano muere en el surco.
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MIÉRCOLES SANTO 19 de marzo de 2008
Os he dado ejemplo mi momento está cerca Lectura del día
Reflexión
Uno de los Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sacerdotes y les propuso: «¿Qué estáis dispuestos a darme, si os lo entrego?» Ellos se ajustaron con él en treinta monedas. Y desde entonces andaba buscando ocasión propicia para entregarlo. El primer día de los ázimos se acercaron los discípulos a Jesús y le preguntaron: «¿Dónde quieres que te preparemos la cena de Pascua?» Él contestó: «Id a la ciudad, a casa de Fulano, y decidle: «El Maestro dice: Mi momento está cerca; deseo celebrar la Pascua en tu casa con mis discípulos»». Los discípulos cumplieron las instrucciones de Jesús y prepararon la Pascua. Al atardecer se puso a la mesa con los Doce. Mientras comían dijo: «Os aseguro que uno de vosotros me va a entregar». Ellos, consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro: «¿Soy yo acaso, Señor?» Él respondió: «El que ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entregar. El Hijo del hombre se va, como está escrito de él; pero, ¡ay del que va a entregar al Hijo del hombre!; más le valdría no haber nacido». Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: «¿Soy yo acaso, Maestro?» Él respondió: «Tú lo has dicho». Mt 26, 14-25
Determinados acontecimientos pueden significar para nosotros momentos fuertes donde tenemos que enfrentarnos a decisiones fundamentales en nuestra vida. Son momentos donde nuestra existencia toda se ve confrontada por la realidad que vivimos y los valores fundamentales que la orientan. El texto de hoy nos presenta a Jesús en uno de los momentos límite de su vida, el más fuerte de todos, pues terminará en su muerte. Él conoce la traición de parte de uno de sus más cercanos discípulos. No hay espacio para el fingimiento, hay que encarar la situación: “¿Soy yo acaso?... Tú lo has dicho”… A pesar de la tensión y el dramatismo, es también momento de salvación: Es la Pascua. La fiesta de la acción de Dios que ha liberado al pueblo de la esclavitud. La Semana Santa nos sitúa cada año ante esta realidad. No puede haber proceso liberador sin tensión, sin lucha y sin división. Si la injusticia existe en nuestro mundo es porque hay personas que actúan de manera injusta. ¿De qué lado estoy?
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Entra en tu interior
La casa de mi amigo
Deja que la Palabra de Dios resuene en tu corazón en este día… ¿Qué frase o idea hace eco con más fuerza? Piensa en algún momento fuerte que te haya tocado vivir. ¿Cómo lo viviste? ¿Qué aprendiste? ¿Cómo se manifestó Dios en ese momento de tu vida? Haz oración poniendo frente a Dios las tensiones y las luchas que los pobres experimentan cada día. ¿Cómo te solidarizas con ellos?
Si yo fuera limpio de corazón descubriría… Que todos somos obra de Dios, llevamos algo de bueno en el corazón. Que todos valemos la pena, y nos queda algo de la imagen de Dios. Que a todos hay que darles otra oportunidad. Que todos somos dignos de amor, justicia, libertad, perdón. Que todos somos dignos de compasión, respeto y de muchos derechos. Que todas las criaturas son mis hermanas. Que la creación es obra maravillosa de Dios.
Oración final Concédenos, Señor, enfrentar con serenidad las dificultades que encontramos cada día y que seamos firmes y decididos en nuestra oposición a la injusticia que oprime y niega la dignidad de las personas. Que en esta constante tensión siempre te tengamos presente y experimentemos tu consuelo. Que así sea.
Que no hay razón para levantar barreras, cerrar fronteras. Que no hay razón para ninguna clase de discriminación. Que no hay razón para el fanatismo y para no dialogar con alguien. Que no hay razón para maldecir, juzgar y condenar a nadie. Que no hay razón para matar, ni para el racismo. Que hay razón para seguir viviendo, para vivir en comunidad. Que hay razón para prestar un oído a lo que dicen los demás. Que hay razón para servir, amar, sufrir. Que hay razón para muchas cosas más
Jesús María Bezunartea
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Os he dado ejemplo
JUEVES SANTO 20 de marzo de 2008
lo que yo he hecho hacedlo vosotros también Lectura del día
Reflexión
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándolos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?» Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo». Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza»... Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis «el Maestro» y «el Señor», y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis». Jn 13, 1-15
Un gesto nos introduce en el Triduo Pascual: un signo que resume el estilo de la vida de Jesús, y de todos aquellos que “tenemos que ver” con Él. No podía haber una mejor forma de resumir su vida y su enseñanza que a través del lavatorio de los pies, que el evangelista Juan coloca en lugar del signo de la Eucaristía. Y el gesto incluye a todos, incluso a Judas, a pesar de su traición. La pregunta de Jesús es sumamente provocativa: “¿Comprendéis lo que he hecho?” Con ella, La comunidad cristiana que reflexiona este signo nos invita a penetrar en su contenido. El signo me sugiere cómo es la “manera de hacer” de los cristianos: Amor, servicio, sencillez, no violencia, perdón, cercanía, delicadeza… Me invita a hacer como Él: a compartir con las demás personas aquello que he recibido.
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Oración
Entra en tu interior
VENID A MÍ TODOS LOS EXCLUIDOS los que estáis agotados y arruinados, los que ya no contáis ni valéis nada, los últimos, que no sois queridos, que sólo recibís golpes y olvidos, venid, que quiero cobijaros a la sombra de mis alas.
Deja que la Palabra de Dios resuene en tu corazón en este día… ¿Qué frase o idea hace eco con más fuerza? ¿Qué te sugieren a ti los gestos del Lavatorio de los Pies y de la Eucaristía? Haz oración con las palabras que te sugiere la reflexión o con otras que tú mismo encuentres. Jesús lavó los pies de sus discípulos, incluyendo a Judas. ¿A quién lavarías tú los pies el día de hoy y por qué? Reza por estas personas.
Venid a mí esclavos y humillados, vendidos a cualquier precio y deseo, niños sin refugio, inmigrantes a la deriva, enfermos y ancianos apartados, venid, que yo soy la libertad y os colmaré del consuelo y la fuerza de mi Espíritu.
Oración final Jesús, Señor y Maestro, comulgar tu Cuerpo y tu Sangre es hacernos uno contigo en el servicio a los hermanos y hermanas. Que la celebración en torno a tu altar nos comprometa a realizar continuamente gestos de servicio y de amor por nuestros hermanos y hermanas más necesitados. Que así sea.
Venid a mí hambrientos de pan y de justicia, hambrientos de dignidad y de respeto, hambrientos de vida y felicidad, venid, que yo seré vuestro alimento. Venid a mí todos los rechazados, perseguidos, olvidados, excluidos, marginados, gente sin voz, sin nombre, sin prestigio, venid para entrar en mi Costado.
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VIERNES SANTO 21 de marzo de 2008
Os he dado ejemplo mirarán al que atravesaron
Reflexión
Lectura del día
Recuerdo que, hace unos años, con ocasión de la proyección de una película sobre la Pasión de Cristo, algunas personas me comentaban que la crudeza de muchas imágenes les había hecho cerrar los ojos.
Lectura de la Pasión: Jn 18,1-19, 42 Destacamos algunos párrafos: ... “¿Eres tú el rey de los judíos?” Jesús le contestó: “¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?” Pilato replicó: “¿Acaso soy yo judío? ... “Mi reino no es de este mundo... Pilato le dijo: “Conque, ¿tú eres rey?” Jesús le contestó: “Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo: para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi voz”. Pilato le dijo: “Y ¿qué es la verdad?” ... Tomaron a Jesús, y él, cargando con la cruz, salió al sitio llamado “de la Calavera” (que en hebreo se dice Gólgota), donde lo crucificaron; y con él a otros dos, uno a cada lado, y en medio, Jesús... Junto a la cruz de Jesús estaba su madre, la hermana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: “Mujer, ahí tienes a tu hijo”. Luego, dijo al discípulo: “Ahí tienes a tu madre”. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa. Después de esto, sabiendo Jesús que todo había llegado a su término, para que se cumpliera la Escritura dijo: “Tengo sed”. ... Jesús, cuando tomó el vinagre, dijo: “Está cumplido”. E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.
El dolor no es algo bonito para ser contemplado, y es natural sentir el deseo de cerrar los ojos, de racionalizar, de objetar… para no contemplar el dolor. Pero hoy se nos invita a mirar al crucificado, a reconocer en Él un signo de salvación. Como Jesús, muchos otros Cristos (Mt 25) son víctimas de la injusticia que mata. La realidad de muchas personas es cruelmente dolorosa: son marginados, rechazados, objeto de burlas… son los crucificados de nuestro mundo. ¿Somos capaces de volver la mirada hacia ellos y ellas, y reconocer a Dios que se hace presente y cercano en su dolor?
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Canción Ahí estás, colgado de un madero, ahí estás y nos dices: No temáis. Ahí estás, sufriendo tu agonía. ¿Por qué estás ahí?
Entra en tu interior Deja que la Palabra de Dios resuene en tu corazón en este día… ¿Qué frase o idea hace eco con más fuerza? Contempla en silencio la cruz. Déjate asombrar por el Misterio de la Vida que se entrega para que la humanidad entera tenga Vida. ¿Dónde descubres hoy a Cristo crucificado? ¿Dónde? ¿Cómo muere?
Cristo, Cristo, hoy nos das tu vida, nos das tu amor. Hoy siento cómo gimes, hoy siento cómo lloras. Hoy siento cómo deja de latir tu corazón. Hoy mueres con el preso y sangras con el niño solo y sin amor. Hoy mueres con el pobre, sangras con el enfermo que sufre en el dolor. Caes con el oprimido y con el drogadicto. Tú mueres hoy, Señor.
Oración final En esta tarde Cristo del Calvario vine a rogarte por mi carne enferma; pero, al verte, mis ojos van y vienen de tu cuerpo a mi cuerpo con vergüenza.
Hoy mueres en la calle, perdido en cualquier banco. Y lloras en las plazas donde se venden los cuerpos. Mueres por mi egoísmo, mueres por mi apatía. Lloras la indiferencia que consume nuestra vida. Cristo, hoy tú mueres por amor.
Kairoi, Disco: Señor de los Pobres
¿Cómo cuando ¿Cómo cuando
quejarme de mis pies cansados, veo los tuyos destrozados? mostrarte mis manos vacías, las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo cuando ¿Cómo cuando
explicarte a ti mi soledad, en la cruz alzado y sólo estás? explicarte que no tengo amor, tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada, huyeron de mí todas mis dolencias. El ímpetu de ruego que traía se me ahoga en la boca pedigüeña. Y sólo pido no pedirte nada, estar aquí, junto a tu imagen muerta, ir aprendiendo que el dolor es sólo la llave santa de tu santa puerta. AMEN.
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SÁBADO SANTO 22 de marzo de 2008
Os he dado ejemplo
recordad lo que os dijo estando aún en Galilea Reflexión
Desierto Te invitamos a hacer hoy la oración desde el silencio, desde la soledad, desde el fracaso, desde el desierto...
Cuando nos sentimos conmovidos por algún suceso en nuestras vidas, cuando se presenta ante nosotros un momento central en nuestras existencias, es bueno tomar un tiempo de reflexionar, para hacer un “retiro personal” que ayude a poner en orden los sentimientos y las ideas para poder tomar buenas decisiones. Éste es el sentido que la Iglesia da al Sábado Santo. Ante el acontecimiento que hemos conmemorado el día de ayer, es preciso dejar un tiempo para que la experiencia “repose” en nuestro interior. Si a esto añadimos el ejercicio de “hacer memoria” de Jesús y su mensaje descubriremos el sentido profundo de los acontecimientos que vivimos y podremos ser verdaderos testigos de esperanza, portadores de la Buena Noticia de Dios que es Fuente de Vida plena para todos sus hijos e hijas. La muerte, la injusticia, el mal… no tienen la última palabra. Ésta es la terca esperanza que renovamos cada año en la Pascua. Otro mundo es posible, y, como bautizados, es decir, muertos y resucitados con Jesús, somos mensajeros y testigos de ello.
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Oración Súplica a María, Seguidora de Jesús
Entra en tu interior
Seguir a Jesús como tú, María, es revestirse de Él, ir adquiriendo cada vez más un asombroso parecido con Él, es reproducirlo. En el admirable itinerario de tu fe nos enseñaste cómo esperar, cómo perseverar –aún en medio de la incomprensión–, cómo seguir caminando, aún en la noche. Sí, María, inicio y madre de nuestra fe, fundadora de nuestra comunidad de creyentes, en ti descubrimos qué es fidelidad –fe convertida en perseverante espera– de ti aprendemos cómo seguir a Jesús –aún que de Él nos separe la distancia geográfica o cronológica–, tú nos enseñas cómo hacer de Jesús el amor y la pasión dominante de una vida. Tú misma nos configuras con Él, te haces en nosotros madre suya, describes en nosotros sus rasgos. En nosotros lo haces niño de Belén y Crucificado de Jerusalén, artesano del taller y profeta del Reino, silencioso contemplativo y apasionado activo. María del seguimiento, mira a la Iglesia y sus comunidades. De ella fuiste fundadora. Intercede por ella, para que sea más diligente en el camino de Jesús, para que no evite los peligros que el seguimiento implica, para que no desacelere el ritmo de su marcha, para que pierda los temores que la paralizan y hacen más lento su camino…
¿Considero a María madre de mi fe, mi madre espiritual? Mi relación con ella, ¿es de mera devoción o de relación misteriosa interpersonal, como de un hijo espiritual con su madre? ¿Siento que es posible en mi vida este tipo de relación?
Oración final Hagamos presente en nuestra oración la agonía del mundo, para que unido a la de Cristo, sea redimida. · Por los enfermos, para que no se sientan solos y no pierdan la paciencia. · Por los que están desesperanzados o deprimidos, para que encuentren razones para la esperanza. · Por los que están encarcelados, para que se les mire y trate con respeto. · Por los que sufren torturas, para que sean liberados. · Por los desempleados, para que encuentren trabajo. · Por los drogadictos, para que puedan recuperarse. ·Por los inmigrantes, para que sean bien acogidos. · Por los que sufren el hambre y todo tipo de exclusiones, para que puedan sentarse a la mesa de la creación.
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DOMINGO DE PASCUA 23 de marzo de 2008
¿Tenéis algo que comer? venid y ved
Reflexión Lectura del día
Hoy es un día de gran gozo, porque Cristo ha resucitado, y con su resurrección anticipa la de todos los hombres en Él. ¡Aleluya! Así nos lo cuenta Mateo (en un relato más dinámico que el de Marcos) poniendo en paralelo los signos portentosos que acompañaron la muerte de Jesús con los signos portentosos que expresan su resurrección. Las mujeres son los testigos de ambos sucesos. Y muerte y vida quedan así enlazadas… pero dinámicamente. Los movimientos son claros: venid e id, mirad y anunciad… La resurrección entra por los sentidos (ojos, oídos), pero luego se hace pies, boca, manos,… Después, al final, la llamada a Galilea, a volver a los lugares de encuentro con Jesús. No podemos dejar de preguntarnos… ¿Cuándo, Señor, te vimos enfermo, desnudo, en la calle…? Quizá nuestra Galilea sea “Id a los pobres”, allí me veréis. Recuerdo cómo un Hermano misionero me contaba que “no había descansado” hasta que había hecho realidad el sueño de llegar a un país del Tercer Mundo. “Esa noche dormí como nunca. Y sentí a Dios más cerca que nunca”. Porque había llegado a su Galilea. ¡Aleluya!
En la mañana del sábado, al alborear el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. Y de pronto tembló fuertemente la tierra, pues un ángel del Señor, bajando del cielo y acercándose, corrió la piedra y se sentó encima. Su aspecto era de relámpago y su vestido blanco como la nieve; los centinelas temblaron de miedo y quedaron como muertos. El ángel habló a las mujeres. “Vosotras, no temáis; ya sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como había dicho. Venid a ver el sitio donde yacía e id aprisa a decir a sus discípulos: “Ha resucitado de entre los muertos y va por delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis”. Mirad, os lo he anunciado”. Ellas se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: “Alegraos”. Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: “No tengáis miedo: Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán”. Mt 28, 1-10
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Oración
Entra en tu interior
CREO
El “id y venid”, “mirad y anunciad” de este día de fiesta es también una invitación personal. Porque no puedes ser testigo de la resurrección y callarte, no puedes descubrir que Cristo está vivo y quedarte parado… ¿Sabes ya dónde está tu Galilea? (Cada uno tenemos la nuestra, dice Eloy Leclerq). A veces la propia Galilea es un lugar, y otras veces tiene nombre y apellidos, rostro, cara de enfermo, sufriente, necesitado… Allí encontrarás al resucitado, y entonces, entonces sí, “tu alegría no tendrá fin”. ¿Puedes dar algún paso hoy?
Creo verdaderamente en la causa del hombre. Creo en otra Humanidad, más fraterna. El mundo necesita respirar armoniosamente humano. Los hombres todos hemos de llegar a reconocernos unos a otros como hombres, como hermanos. Creo en el imposible y necesario Hombre Nuevo. No creo en la segregación racial o clasista. (Porque una es la imagen de Dios en el Hombre). No creo en ninguna esclavitud. (Porque todos tenemos el derecho y el deber de vivir en la Libertad de Hijos con que Cristo nos ha liberado). (…)
Oración final Ven conmigo, Resucitado, y muéstrame tu rostro. Abre mis ojos a tu presencia, mis manos a tu sensibilidad, mi boca a tu anuncio, y acompaña mi camino cotidiano, para que te encuentre en los acontecimientos, en la naturaleza, en las personas. Que sepa ir y venir con los ojos despiertos y te encuentre en tantos rostros sufrientes, necesitados, cercanos en los que vives resucitado para siempre, Señor Jesús. Aleluya.
No creo en la consumidora sociedad de consumo. (Porque sólo son bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justicia). No creo en el llamado orden del «status quo». (Porque el Reino de Dios y de los Hombres es un nuevo Cielo y una Tierra nueva). (…) No creo en el Hombre Viejo. (Porque creo en el Hombre Nuevo). ¡Creo en el Hombre Nuevo que es Jesucristo Resucitado, Primogénito de todo Hombre Nuevo!. ¡Amen, Aleluya!
Pedro Casaldáliga
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LUNES DE PASCUA 24 de marzo de 2008
¿Tenéis algo que comer? le abrazaron...
Reflexión Repetimos parte del Evangelio de ayer, porque el centro de estos pasajes es el encuentro, los encuentros de cada persona con el Resucitado. Y qué importante es este inicio del texto, después más apologético, que responde a la acusación que los cristianos padecían, (intensamente en los años en que se escribió el evangelio), de que ellos, habían escondido el cuerpo de Jesús, y que la Resurrección había sido sólo un invento. Mateo replica que es un falso rumor, desde su propia convicción, pero también desde sus experiencias de encuentro personal con Cristo. Porque en el encuentro está la clave. Un encuentro que los relatos postpascuales describen como físico (le abrazaron, metieron su dedo en las llagas, comieron juntos) para expresar la viveza y autenticidad del mismo. Y es que hasta que no llegamos al abrazo… Abrazar a un amigo, a alguien necesitado, a un pobre, tiene más fuerza y sentido que muchos discursos. Recuerdo cómo en un campo de trabajo en África, nos extrañaba que con frecuencia algún hombre adulto se acercase, te diese la mano y caminase así, de la mano, a tu lado… Al principio no lo entendíamos. Pero, en el fondo, qué fuerte y valiosa es cada una de estas expresiones físicas de amistad, cercanía, cariño,… que en cada cultura se manifiestan de un modo. Pues ojalá nuestra fe se abra también al encuentro personal, cercano, cariñoso con el Señor resucitado en cada hombre, especialmente en los más carenciados. Y que le abracemos.
Lectura del día Las mujeres se marcharon a toda prisa del sepulcro; impresionadas y llenas de alegría, corrieron a anunciarlo a los discípulos. De pronto, Jesús les salió al encuentro y les dijo: «Alegraos». Ellas se acercaron, se postraron ante él y le abrazaron los pies. Jesús les dijo: «No tengáis miedo: Id a comunicar a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán». Mientras las mujeres iban de camino, algunos de la guardia fueron a la ciudad y comunicaron a los sumos sacerdotes todo lo ocurrido. Ellos, reunidos con los ancianos, llegaron a un acuerdo y dieron a los soldados una fuerte suma, encargándoles: «Decid que sus discípulos fueron de noche y robaron el cuerpo mientras vosotros dormíais. Y si esto llega a oídos del gobernador, nosotros nos lo ganaremos y os sacaremos de apuros». Ellos tomaron el dinero y obraron conforme a las instrucciones. Y esta historia se ha ido difundiendo entre los judíos hasta hoy. Mt 28, 8-15.
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Reflexión Entra en tu interior
SER POBRE
Ojalá que, como en aquella campaña televisiva, seamos capaces de “regalar abrazos” y llevar nuestra fe a lo físico, lo explícito, lo personal… ¿Serás hoy capaz de abrazar al Resucitado en alguien cercano a ti? ¿Puedes convertirte en un hombre o mujer de la cercanía, el abrazo, el cariño a todos (y sin odiar a nadie como acaba expresando Phil Bosman)? Un buen pensador, el jesuita José Antonio García, ha hablado repetidas veces de “evangelizar los sentidos”, de que Dios llegue a nuestros sentidos hasta el extremo de que los olores, sonidos, tacto de los pobres despierten en nosotros respuestas de evangelio, reacciones de acogida y amor… Piensa, entonces, a quién puedes abrazar hoy.
Ser pobre. No sabes qué significa. Ser pobre, como millones de personas, en los países pobres. No sabes qué significa. Derriba tu casa y constrúyete una barraca con vigas de deshechos, hojalata y cartón. No preveas una habitación para dormir, ni mucho menos un bar privado. Sustituye las sillas y sillones por bancos y cajas, despréndete de coche, televisión, radio. Elimina la electricidad, el teléfono, el gas y el agua corriente. Suprime la instalación estereofónica, el frigorífico y el congelador. Tira los vestidos lujosos. Si enfermas, que no exista médico, ni farmacéutico, ni hospital. Si ser pobre es todo esto, ¿podrás querer a los que poseyendo riquezas en abundancia rehúsan compartirlas?
Oración final Tócame, Señor Jesús y llena mis manos de tu misericordia para que yo pueda repartirla a mi alrededor con un corazón generoso. Sonríeme, Señor Jesús, e ilumina mi rostro con tu alegría para que yo sea creador de gozo y de fiesta en quienes me rodean. Abrázame, Señor Jesús y llena mi corazón de tu amor y tu ternura para que yo abrace con cariño a los hombres, sobre todo a los más necesitados. Amén.
Phil Bosman.- La alegría de vivir
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¿Tenéis algo que comer?
MARTES DE PASCUA 25 de marzo de 2008
es Él... Reflexión
Lectura del día
Jon Sobrino insiste, cuando explica la Resurrección, en una clave hermenéutica certera al expresar que “el resucitado es el crucificado” (y, por ello, los crucificados y ajusticiados son los primeros en la dinámica de resurrección). A diferencia de los relatos sinópticos, aquí aparece María sola, sin otras mujeres, preocupada por encontrar el cadáver del Maestro. Y el encuentro con él va a ser también único, personal… pero sólo se produce cuando Él la llama por su nombre. Así se subraya la identidad del Señor, a quien María tarda en reconocer (como quizá nos pase a nosotros, cuando nos cuesta reconocerle en los de al lado, los pobres, los sin techo,…) Y también se insiste en la personalización del encuentro, el de cada uno con nombres y apellidos. A mí me pasó algo parecido, salvando las distancias, cuando a fui al hospital a visitar a un conocido, enfermo de cáncer, a quien hacía muchísimo que no veía. Cuesta creerlo, pero al entrar en la habitación no lo reconocí, por lo delgado, avejentado y “apagado” que estaba… y casi salgo creyendo haberme equivocado de cuarto. Pero me quedé mirándolo, empecé a recordar sus rasgos, y cuando me habló y dijo mi nombre, mi corazón dio un vuelco al reconocer verdaderamente a la persona querida que me llamaba… Ojalá en los enfermos, los débiles, los cansados de la vida, reconozcamos la voz familiar del resucitado. Y podamos decir con amistad y cariño: ¡eres tú!
Fuera, junto al sepulcro, estaba María, llorando. Mientras lloraba, se asomó al sepulcro y vio dos ángeles vestidos de blanco, sentados, uno a la cabecera y otro a los pies, donde había estado el cuerpo de Jesús. Ellos le preguntaban: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les contesta: «Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto». Dicho esto, da media vuelta y ve a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Jesús le dice: «Mujer, ¿por qué lloras?, ¿a quién buscas?» Ella, tomándolo por el hortelano, le contesta: «Señor, si tú te lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo recogeré». Jesús le dice: «¡María!» Ella se vuelve y le dice: «¡Rabboni!», que significa «¡Maestro!» Jesús le dice: «Suéltame, que todavía no he subido al Padre. Anda, ve a mis hermanos y diles: «Subo al Padre mío y Padre vuestro, al Dios mío y Dios vuestro»». María Magdalena fue y anunció a los discípulos: «He visto al Señor y ha dicho esto». Jn 20, 11-18
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Oración DEBO MIRARTE, SEÑOR. He aquí el otro ante mí, Señor, debo mirarte prescindiendo de mi simpatía o de mi antipatía, prescindiendo de mis ideas y de sus ideas, de mi conducta y de su conducta. Debo permitirle que exista ante mí, tal como es en su ser profundo y no obligarle a estar al ataque, a la defensiva, representando una comedia. Debo respetarle, distinto a mí, y no acapararle, ganarle a mis ideas,. arrastrarle tras de mí. Debo ser pobre ante él para no aplastarle, humillarle, obligarle a ser agradecido. Porque es único, Señor, y por eso tan rico, con una riqueza que yo no poseo y soy yo el pobre que está ante su puerta, desnudo, despojado, para descubrir en lo profundo de su corazón, tu rostro, oh Cristo resucitado, que me invita y me sonríe.
Michael Quoist. - Cita con Jesucristo
Entra en tu interior Reconocer y recordar son dos palabras mágicas. Una habla de conocimiento experiencial, la otra tiene la misma raíz que corazón. Y también son dos formas de ir por la vida, con los ojos abiertos y una mirada que no “pase” sobre las personas, sino que las acoja y reconozca. Como el maestro del cuento que preguntó cuándo se sabe que es de día y, tras varias respuestas infructuosas de sus discípulos, les dijo: cuando al mirar a una persona a tu lado descubres en él a tu hermano o tu hermana, entonces es verdaderamente de día… Hoy, nuestra práctica puede ser bien sencilla: nombrar personas que “re-cordamos” en nuestro corazón y reconocer como hermanos a quienes vemos cada día, quizá con indiferencia… Porque ¡ES ÉL!
Oración final Al caminar por la vida, no siempre te reconocemos, Señor. Pero tú estás ahí: en los sucesos de nuestra historia, que te evocan; en las personas de nuestra familia, que reflejan tu amor; en los ancianos, que son espejo de tu sabiduría y experiencia; en los niños, que expresan tu misma inocencia e ilusión; en los más pobres, que manifiestan tu humanidad honda y sin ataduras; en todo y en todos, enséñanos a reconocerte y recordarte, Señor. Amén.
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MIÉRCOLES DE PASCUA 26 de marzo de 2008
¿Tenéis algo que comer? sin nombre
Reflexión
Lectura del día Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Él les dijo: «¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?»... «Lo de Jesús el Nazareno... cómo lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto... Entonces Jesús les dijo: «¡Qué necios y torpes sois para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?»... Ya cerca de la aldea donde iban, él hizo ademán de seguir adelante; pero ellos le apremiaron, diciendo: «Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída». Y entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció. Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón». Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Lc 24 13-15 101
La catequesis de Emaús, como explica Bruno Chenu, escenifica en los dos discípulos casi todas las facetas y fases del discipulado. Este relato específico de Lucas, escrito en tiempo de la Iglesia, recuerda que ya no valen las miradas triunfalistas al Mesías, sino que se impone la figura de Jesús caminante y vivo en cuatro lugares destacados: la propia historia, la Palabra compartida, el Pan partido… y los peregrinos “sin nombre”. Sólo uno de los caminantes tiene nombre (Cleofás) y la identidad del segundo ha sido motivo de muchas especulaciones. Pero, además, también Jesús se presenta a ellos como caminante desconocido, sin nombre, sin papeles. Y es a “ese” al que ellos invitan a su casa, a cenar con ellos. Y es precisamente “ese”, el “sin nombre” que se cruza en el camino, quien les descoloca, interpela, transforma. Al pensar en esto, siempre recuerdo algunos gestos que, desde niño, he visto en mi madre... Antes era frecuente que personas indigentes pasasen por las casas para pedir. Y, sin altas reflexiones sobre mendicidad o asistencia, yo he visto a mi madre compartir con ellos los alimentos que estábamos comiendo la familia, o quitarse una prenda que llevaba para entregársela a una madre que venía aterida de frío… Cuando alguien le decía a mi madre que no se fiase, que eran desconocidos, que no sabíamos “ni su nombre” ella sonreía y decía: qué falta hace saber cómo se llaman, si tienen hambre, o tienen frío...
Oración CRISTO DISFRAZADO Aunque vas disfrazado, sé quién eres. Eres Tú mismo, son tus mismos ojos los que miran detrás de los disfraces variados de tu rostro. Yo te veo vestido de mendigo, andando todo roto, pidiendo una limosna por la calle y sucio alguna vez y hasta roñoso. Y la gente te da de medio lado, te mira con estorbo; no sabe que eres Tú, que vas catando el corazón del prójimo. A veces vas enfermo, cegato, manco, cojo o con úlceras feas en la carne, o roído de cáncer en el rostro. Y eres Tú mismo, el Cristo que padece con la cruz sobre el hombro, tantas veces cayendo y levantando, salpicando de lodo. Sí, Tú eres: Cristo anciano, Cristo joven. Cristo niño, viviendo con nosotros, Peregrino marchando por el mundo, pisando de la senda los abrojos. Esos que estoy mirando y que me miran son ¡oh Señor! tus ojos. Ese con quien tropiezo, si es persona, es el Cristo, es mi hermano, es mi prójimo.
Entra en tu interior Hay una dinámica que se propone en algún curso formativo de Cáritas en la que se invita a los participantes a escribir el nombre y apellidos de algún indigente, algún inmigrante, algún ”sin techo” que conozcan personalmente. Y no siempre es fácil rellenar las casillas y poner rostro concreto y nombre real a esas personas con las que, con frecuencia, nos cruzamos en la vida cotidiana… ¿Te atreverías hoy a hacerlo tú? Los “sin papeles” y “sin nombre” están ahí, en nuestras calles, muy cerca de nosotros. ¿Los miramos? ¿Nos dejamos interpelar por ellos? Porque es ahí donde más fácilmente encontraremos al Resucitado.
Oración final Peregrino sin nombre, Señor Jesús, que caminas a nuestro lado, dinos tus Palabras de vida, repártenos el pan, y siéntate a nuestro lado para que te reconozcamos vivo y actuante en la historia, en la celebración, en la comunidad, en cada persona sin nombre o sin papeles que se cruza con nosotros. Amén.
Manuel Lantigua - Flores de mi hueso
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JUEVES DE PASCUA 27 de marzo de 2008
¿Tenéis algo que comer? mientras estaba con nosotros
Reflexión
Lectura del día
Tras recordar Emaús, el evangelio presenta otro encuentro con el Resucitado, lleno de los signos de la vida que los evangelistas repiten para expresar su presencia: alejamiento del miedo, llegada de la paz, encuentro personal y “físico”, cumplimiento de las profecías… Y, como siempre, en los relatos “de cierre” del evangelio (tanto las últimas apariciones de Jesús como los episodios de la ascensión) el encuentro va seguido del envío a una misión, que en este caso se expresa con dos palabras bien escogidas: conversión y perdón. Subrayamos la expresión “mientras estaba con vosotros”, porque esta presencia no tiene ruptura sino que es un continuum. Y hoy seguimos invitados a la misma experiencia: encuentro- misión, acogida- respuesta. Hace años trabajé con chicos y chicas con discapacidad intelectual, (síndrome de down, parálisis cerebral,…) Y no deja de emocionarme que cinco o seis años después, cuando vuelvo, me reciben con el mismo cariño y cercanía, se acuerdan de mi nombre, y se lanzan a abrazarme. Para ellos, no ha habido ruptura y su memoria, frágil en otros campos, es riquísima y poderosa para el afecto y la amistad. No sé si la mía lo es tanto. Intuyo que por ahí va la misión a la que me envía el evangelio: no romper lazos sino a crearlos, superar acciones puntuales e implicarme de un modo continuado, fiel. Porque Él siempre está con nosotros…
Contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice: «Paz a vosotros». Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo: «¿Por qué os alarmáis?, ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo». Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo: «¿Tenéis ahí algo de comer?» Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo: «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse». Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto». Lc 24, 35-48 103
Oración HERMANOS Y HERMANAS Toda mujer es mi hermana y todo hombre mi hermano. Los más hermanos son los pobres. Todos los seres humanos estamos entrelazados y formamos un solo cuerpo. Señor, estos principios cambiarían mi vida si me los tomara en serio y cambiarían el mundo si unos cientos de miles de personas se los tomaran en serio. Me gustaría llevarlos a la práctica como tú. Tú sí que fuiste hermano, el más compasivo y amoroso de los hermanos. Te dejaste la piel por todas las personas, especialmente por los pobres. Acudían a ti muchas gentes, y no tenías tiempo ni para comer. Te vaciaste por completo. Fue una vida de entrega total y absoluta.
Entra en tu interior Las experiencias de encuentro son, en muchos momentos, una luz para nuestro camino… Evoca hoy algún encuentro significativo de tu vida: con un amigo, con un pariente al que hace mucho que no veías, con una persona con la que te has reconciliado… ¡Qué fuerza de vida tienen los encuentros! Jesús fue especialista en “encuentros” toda su vida. Y, resucitado, “sigue estando con nosotros” en las personas en las que nos encontramos, en cada “hermano”...¿Con quién podrías encontrarte hoy? ¿Puedes cultivar y profundizar en algún encuentro personal? Porque ahí te encontrarás, también, con Él.
Oración final
Me das envidia, Señor. Eres el hombre más solidario que ha existido. Eres… el modelo de hombre y de mujer, la solidaridad en persona, la cima humana. Quiero ser hermano, y proseguir tu causa. Quiero amar mucho, hacer mucho, por ese Reino de Dios que viniste a traer al mundo. Patxi Loidi, - Mar adentro
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Sal a mi encuentro, Señor, cuando yo no te reconozco, sal a mi encuentro, Señor, cuando dudo ante las personas, sal a mi encuentro, Señor, cuando olvido llamarte “hermano”, sal a mi encuentro, Señor, cuando mi corazón no sabe perdonar. Sal a mi encuentro, Señor, y enséñame a vivir abierto a ti en cada persona. Amén.
VIERNES DE PASCUA 28 de marzo de 2008
¿Tenéis algo que comer? estaban juntos...
Reflexión En el epílogo del evangelio de Juan, aparece este episodio y su escenografía sugerente: los personajes aparecen con sus nombres y actuación: el gesto de Pedro, la intervención de Juan, las dudas colectivas… Porque era cada uno, pero también porque “estaban juntos”. En el “evangelio de los signos” Juan ha repetido la importancia de la luz, el agua, la pesca milagrosa… serán la palabra y la presencia los instrumentos más poderosos. Y, con ellos, la comunidad y el “estar juntos” son también un signo nuevo y decisivo. El resucitado se acerca ahora al grupo, le interpela, y le encomienda una misión común (echad las redes…) La pesca será la tarea de la Iglesia, destinada a todos (por eso la red no se rompe y el número de peces expresa universalidad), y se realiza a veces en situaciones difíciles, pero siempre con la referencia a la orilla (donde encontrarse con Jesús y recibir su alimento). Y es misión, propuesta a la comunidad. Algo así ha pasado con otras comunidades, como aquella de los cuatro Maristas asesinados en Bugobe. Me gustó la reflexión de un Hermano que señalaba cómo, en aquel caso, los cuatro Hermanos que se quedaron junto a los refugiados hasta dar la vida, no siempre eran fáciles de identificar para quienes no les conocían previamente… se mezclaban los nombres y las caras, y casi no importaba, porque era una comunidad entera la que había optado por permanecer, y amar hasta el final. Y es que quizá hace falta “estar juntos” para ser signo, para afrontar la misión, ser gestos creíbles del resucitado junto a quienes nos necesitan hoy… como entonces.
Lectura del día …Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: «Me voy a pescar». Ellos contestan: «Vamos también nosotros contigo». Salieron y se embarcaron; y aquella noche no pescaron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: «No». Él les dice: «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis». La echaron, y no tenían fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: «Es el Señor». Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua… Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: «Traed de los peces que acabáis de pescar». Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes… Jesús les dice: «Vamos, almorzad». Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos. Jn 21, 1-14
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Oración CREEMOS EN JESÚS RESUCITADO. Creemos en Jesús resucitado, que no volvió a la luz para morir de nuevo, sino rompió para siempre, con la fuerza del Padre, la espada ensangrentada de la muerte.
Entra en tu interior Hoy es un día para releer nuestra referencia comunitaria en el camino que venimos haciendo esta Cuaresma y esta Pascua. Porque nos interpela el “estaban juntos” del Evangelio, y que la experiencia y la misión pascual sean también, necesariamente, comunitarias. Si piensas en tu tarea, en tu misión, en tus compromisos… ¿Son tuyos o de una comunidad cristiana? Si piensas en tu oración, tu compartir, tu búsqueda de Dios… ¿La haces solo o tiene espacios para compartirla con otros?
Ni el sepulcro vacío, ni las viejas profecías, ni la penosa fe de los discípulos, ni siquiera los bellos relatos de la Pascua nos han hecho creer que Jesús estaba vivo. Lo hemos visto nosotros. Los cambios decisivos del mundo y de la historia, la belleza.... no se dejan coger por las palabras. Sentimos su presencia como un fuego, como un inmenso sol que recorre nuestra sangre, como una lluvia interna, como un nuevo perfume contagioso.
Oración final Señor Jesucristo, que te mostraste a María, a Tomás, a los discípulos de Emaús,… y que te hiciste también presente en la comunidad, en quienes se reúnen en tu nombre, anímanos a “estar juntos”, a “caminar juntos”, a “creer juntos” y a construir comunidades de vida y de misión, en torno a Ti, Señor de la Vida. Amén.
Y creemos. Y amamos. Y luchamos. Y vivimos felices. Y empezamos a inventarnos el futuro. Creemos en Jesús resucitado.
V. M. Arbeloa - Cantos de Fiesta y Lucha
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SÁBADO DE PASCUA 29 de marzo de 2008
¿Tenéis algo que comer? incredulidad
Reflexión Si en días anteriores hemos saboreado los finales de los evangelios de Mateo, Lucas y Juan, hoy tenemos uno de los últimos párrafos de Marcos. Marcos, tan parco en relatos de apariciones, sintetiza los encuentros de Jesús después de la resurrección y enseguida vincula estas experiencias al envío misional. Así se da un paso importante, casi un salto: de la incredulidad a la tarea evangelizadora, de la ceguera de sus discípulos al encargo de que ellos vayan a abrir los ojos a otros. Quizá nosotros también necesitemos un salto, pero partiendo de la realidad. Quizá el haber experimentado la ceguera se convierta en condición para poder dar luz. Quizá sólo desde nuestra propia debilidad seamos capaces de entender y acercarnos a los débiles, necesitados, heridos de la vida… Una experiencia sencilla pero repetida, es la de un amigo mío que siempre decía que no le gustaban los hospitales y nunca iba a visitar a los enfermos de la familia… hasta que él mismo cayó enfermo. Entonces sintió lo que es la limitación, el dolor, el miedo y también lo gratificante que es una visita o un gesto de cariño. Por eso, desde que salió del hospital, no deja de preocuparse por los enfermos, de visitarles… aunque no le gusten los hospitales. Pues quizá por ahí pueda venir nuestro proceso de la ceguera a la luz. No buscando la enfermedad o la debilidad, pero sí aceptando nuestras áreas ciegas y, con ellas, dando pasos hacia los que necesitan, sufren, no ven. Una misión, como la de Jesús, de hombres vivos (con sombras y luces) para la vida. Y vida sin final.
Lectura del día Jesús, resucitado al amanecer del primer día de la semana, se apareció primero a María Magdalena, de la que había echado siete demonios. Ella fue a anunciárselo a sus compañeros, que estaban de duelo y llorando. Ellos, al oírle decir que estaba vivo y que lo había visto, no la creyeron. Después se apareció en figura de otro a dos de ellos que iban caminando a una finca. También ellos fueron a anunciarlo a los demás, pero no los creyeron. Por último, se apareció Jesús a los once, cuando estaban a la mesa, y les echó en cara su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a los que lo habían visto resucitado. Y les dijo: «Id al mundo entero y proclamad el Evangelio a toda la creación». Mc 16, 9-15
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Oración Mírame, Señor Mírame , Señor al borde de la calle mientras corre la vida. Estás pasando sin cesar en la piel mulata de la gente pero no te veo.
Entra en tu interior La “incredulidad” y “dureza de corazón” que Jesús echa en cara a sus discípulos pueden ser también experiencia de cada uno de nosotros. A nuestro corazón le cuesta creer en la presencia de Cristo hoy, porque nuestra experiencia suele ser débil, insegura, apenas una intuición. Sin embargo, percibimos su rastro (nuestros sentidos lo atisban) en las personas. Hoy la invitación es a la valentía. Esa valentía que, como escribió Dona Levine es “vivir a fondo” es crecer y desarrollarse, “es mirar hacia el futuro con esperanza” y confiar. Por eso, dedícate en este día un tiempo y mira hacia adelante: ¿a qué tienes miedo? ¿en qué aspectos de la vida, tu vida, has de crecer y confiar más? Porqué Él es vida, ¡la Vida!
Eres la última consistencia de cada espalda que se dobla pero no te abrazo. Es nuestro y tuyo el olor de la pobreza pero no te huelo. Eres una gota de ternura en cada paladar enamorado pero no te saboreo. Alientas el giro de las ruedas y el grito de la dignidad, pero no te oigo. ¡Ten piedad de mí, inevitable mendigo de Absoluto! Sustenta mi vigilia hasta el instante exacto en que se disuelva la superficie de las cosas y te reveles a mis sentidos que tú afinas en la espera.
Oración final Cristo vivo, Señor de la luz, cura nuestra ceguera con el bálsamo de tu palabra y tu presencia. Cristo joven, Señor de la confianza, viva las ascuas de nuestra fe tocando nuestro corazón con el fuego de tu amor. Cristo resucitado, Señor de la Vida, renuévanos por dentro con tu presencia interpelante en los más pobres. Que contigo, optemos por la vida en abundancia, la vida plena, la vida sin fin. Amén.
Benjamín González Buelta
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Texto: Tomás Briongos Rica - España Oscar Martín Vicario - España Aureliano García Manzanal - Ghana Raimundo Puente Calleja - Zambia Ricardo y Silvia Miño -Bolivia Rodrigo Cuesta Guerra - Guatemala César Henriquez Leiva - Ginebra Ángel Medina Bermúdez - Paraguay Inocencio Martínez Calvo - Paraguay Correctora: Beatriz de la Banda Velázquez Coordinación Editorial: Antonio Tejedor Mingo Portada: Pablo Silva Fernández Edita: SED Central Dep. Legal: M-19330-2005 Conferencia Marista Española