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Los elfos: guardianes de la Madre Tierra
Tolkien es el escritor que más exhaustivamente se ha ocupado de los elfos. En su libro, El Señor de los Anillos, hay un lamento por la tierra de los elfos, que se extrapola a la función primordial de estos elementales: cuidar a la Gran Madre. En todas las civilizaciones hay espíritus de la tierra, genius locci, duendes, gnomos, pero en la wicca común suelen llamarse elfos.
Tolkien les regaló lenguas inspiradas en el finés, y una canción, que es un lamento por la tierra: https://www.youtube.com/watch?v=76Yq6_3R2ro
Namarië (Tolkien) Ai! Laurië lantar lassi súrinen yéni únótimë ve rámar aldaron! yéni ve lintë yuldar avánier mi oromardi lissë-miruvóreva Andúnë pella, Vardo tellumar nu luini yassen tintilar i eleni ómaryo airetári-lírinen. Sí man i yulma nin enquantuva? An sí Tintallë Varda Oiolossëo ve fanyar máryat Elentári ortanë ar ilyë tier undulávë lumbulë ar sindanóriello caita mornië i falmalinnar imbë met, ar hísië untúpa Calaciryo míri oialë. Sí vanwa ná, Rómello vanwa, Valimar! Namárië! Nai hiruvalyë Valimar! Nai elyë hiruva! Namárië!
¡Ah! ¡Como el oro caen las hojas en el viento, e innumerables como las alas de los árboles son los años! los años han pasado como sorbos rápidos de dulce hidromiel en las altas salas de más allá del Oeste, bajo las bóvedas azules de Varda
2 donde las estrellas tiemblan en la voz de su canción sagrada y real. ¿Quién llenará de nuevo mi copa? Ya que la Iluminadora, Varda, la Reina de las Estrellas, desde el Monte Siempre Blanco ha elevado sus manos como nubes y todos los caminos se han ahogado en sombras y la oscuridad que ha venido de un país gris se extiende sobre las olas espumosas entre nosotros, y la niebla cubre para siempre las joyas de Calacirya. Ahora se ha perdido, ¡perdido para aquellos del Este, Valimar! ¡Adiós! ¡Quizá encuentres a Valimar! ¡Quizá tú la encuentres! ¡Adiós!
Los elfos son caprichosos y suelen estar tristes: el mal uso de los recursos ambientales por parte del Hombre ha hecho que nos alejemos de los elementales de la Tierra. En las grietas de una pequeña piedra, en los destellos de la sal en la luz del atardecer, en una raíz o una rama, se encuentran pequeños espíritus con los que nos podemos conectar para empezar a hacer magia de la tierra, pero, como toda magia tiene su precio, si no hacemos a cambio algo por el planeta, de nada servirá tener sal en el altar o llamar a los elementales hacia el norte. Es inapropiado que un brujo o una bruja esté desconectado del impacto ambiental que nuestra especie ha causado y eso se refleja en su magia. A veces pierde la salud, gana impaciencia, pereza, duerme más de lo acostumbrado: estas son las consecuencias que los elementales de la tierra nos provocan si hacemos magia a cambio de nada. Sembrar un árbol en un parque, o una pequeña planta, cuidar de un animal, colocar bebederos para aves en verano, pueden ser pequeñas acciones para conectarnos con ellos. Difundir campañas ecológicas, hacer oraciones a Gaia... No sirve tomar una piedra que nos resulte extraña o cara, y meditar sobre ella como máquinas. Sirve en cambio tomar una piedra en un camino arbolado, un parque, una plaza, y con las yemas de los dedos empezar a percibir que hay alguien pequeñito allí, y que es parte del mundo, y somos parte del mundo con él.
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Una práctica que se aconseja es hundir los pies sobre la tierra removida, y en el silencio de la naturaleza empezar a descubrir los sonidos de sus espíritus. En la tierra removida podemos echar semillas.
Hay elementales de tierra en cada lugar. La idea de la conexión con ellos es buscar qué tenemos de tierra dentro nuestro.
Ayer, cuando sacaron de raíz, para verlo, el viejo árbol enano, te vi salir mirándome desde las torturadas y sedientas raíces.
Y cuando viene el sueño a extenderme y llevarme a mi propio silencio hay un gran viento blanco que derriba mi sueño y caen de él las hojas, caen como cuchillos sobre mí desangrándome.
Pablo Neruda
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Prácticas con elementales de tierra
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Hacer un collage usando hojas, ramas, hojarasca, donde se incluya nuestra conexión con animales, árboles, y el planeta.
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Hacer una lista de aquellas cosas que afectan nuestra salud, alergias, gripes, etc., y relacionarlas, sin usar libros, con una planta con la que pueden ser tratadas, ya sea en forma de té, aromaterapia, tinturas. En esta práctica hay que usar la intuición y las plantas que tengamos cerca, porque no sirve buscar las que aconsejan los libros si no nos van a hacer efecto. Esa intuición es precisamente la que va a estar “dirigida” por los elementales.
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Al atardecer, con un puñado de sal gruesa, reflejar el sol en ella, y observar qué ocurre.
ELEMENTALES EN ESPAÑA http://www.ekiria.org/sources/library_ebooks/20110728065551408_168.pdf
MÚSICA https://www.youtube.com/watch?v=cNajUkcGr9M
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Con cada latido de la Madre Tierra nace un elfo.