Sobre “lo del Goya” un cuento
Perro (medio sumergido) 1819-1823 134 x 80 cm. Francisco de Goya
Goya, tu grabado vuelve a la lucha. La lucha de Goya continúa, Goya no ha muerto. Su grabado rompe las telarañas del museo y se lanza a los combates del presente. Pasa a nuestras manos. A las manos del arte libre de políticos y apunta ahora contra la imagen de todos esos burócratas explotadores de la audiencia. Contra los amos nacionales y extranjeros. Contra ellos que lo encerraron en los museos enmoheciéndolo. Los que deformaron las ideas de Goya. Los que nos llamarán anarquistas, puristas, maleducados, sinvergüenzas, aventureros, terroristas, bandoleros. Y es que para ellos este reencuentro de Goya con su audiencia es un ultraje, un crimen. Y es que para ellos su grabado libertador en nuestras manos es un peligro. Goya no está con ellos —los oportunistas— sino con los oportunos. Por eso su grabado pasa a nuestras manos. A las manos de la audiencia que no va a cócteles, que no paga la boleta que cobra la Fundación Gilberto Alzate Avendaño por ver la exposición (¿por qué el lucro? ¿acaso no es una institución pública?). Y unido a las luchas de la audiencia del arte no descansará hasta lograr la independencia del delfinazgo de los Alzate y los Moreno, esta vez total y definitiva… por eso es necesario que ahora, como hace dos siglos, los colombianos veamos el grabado que hizo Goya para retratar la estupidez española heredada por los criollos ilustrados que solo se liberaron de los chapetones para guardarse sus tierras y títulos, pero que juraron de inmediato lealtad ante el Rey de España (y que al menos tuvieron la engañosa suerte de morir como próceres de la Patria). Sin distingos de ninguna especie invitamos a la audiencia a que nos lancemos a recorrer los caminos de “Los desastres de la Guerra”, en lucha por la segunda y completa independencia. Interpretamos al arte cuando recuperamos el grabado de Goya. El grabado “Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer” constituye un símbolo que vale más que cien derechos de petición y mil tutelas. Por eso nuestra primera acción consistió en ponerla a circular en manos de la audiencia que lucha por la libertad del arte y quitársela de las manos de estos viles oportunistas y fantoches disfrazados de ilustrados y mecenas: Old Masters Art Brokers y Abad Land Fine Art, la Casa Museo Goya de Fuendetodos, la Diputación de Zaragoza (España), el Alcalde Mayor de Bogotá, la Secretaria de Cultura, Recreación y Deporte y Ana María Alzate, directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño. ¡Con la audiencia, con la imagen y sin poder! ¡Presente, presente, presente! —Comando Arte Libre S-11
[Viernes 12 de septiembre, 2008]
Observando las características del robo y el comunicado, un experto siquiatra forense elaboró para Noticias Uno, el posible perfil del ladrón… El doctor Luis Alberto Ramírez es uno de los mayores expertos de Colombia en siquiatría forense…Él considera que probablemente el ladrón es un artista que tiene resentimiento con las instituciones y el mercado pictórico. El siquiatra Luis Alberto Ramírez, estudió el comunicado que escribió el ladrón del grabado de Goya. Definió al personaje como una persona de alto nivel cultural. “Es alguien que indiscutiblemente conoce el tema del arte, pero que más que conocer esa esencia del arte y referirse al arte , utiliza los contenidos de la obra de Goya para procesarla como información para relacionarla a sus intereses aparentemente de corte político”. El doctor Ramírez, experto en siquiatría forense, también encontró que el misterioso ladrón no quiere un solo peso por devolver la obra. “No se ve en el texto, en el comunicado y las características la intención de lucrarse. Se ve simplemente la intención de anunciarse. Que algo quiere decirle a alguien”. El experto en definir perfiles criminales anotó que el ladrón quiere protagonismo mediante el hurto de la obra y los mensajes despectivos que dejó en contra de quienes la exponían la galería. “Le daría un status quo por lo menos momentáneamente a quien lo sustrajo. sabe que estará en la condición que boceta Goya en el cuadro que sustrajo. Es decir sus tristes presentimientos de lo que va a acontecer y seguramente acontecerá”. A lo que se refiere el médico es que muy probablemente el ladrón a quien también definió como un posible sicópata, pretende que lo capturen para que la población pueda reconocer a quien intentó liberar la obra de Goya de quienes él califica como oportunistas y fantoches disfrazados de mecenas.
[Viernes 12 de septiembre al lunes 15 septiembre, 2008]
nadie fue y muchos nos enteramos gracias al artículo que publicó Fernando Cárdenas en Arcadia. No se necesita ser un experto en la materia para entender que el gesto del robo del grabado tiene relación directa con esta protesta que también era contra el alcalde Samuel Moreno, cuya foto aparece adjunta al comunicado en un fotomontaje, que sobra y palidece ante el ingenioso robo. El gesto del Comando Arte Libre S 11 (yo lo llamo gesto porque creo que la acción tiene infinitas connotaciones como obra de arte) nos reafirma el cliché de que los artistas son mucho mejores en las acciones subversivas individuales, como vemos, este segundo intento de protesta ha mojado prensa y ha desconcertado a los medios que tuvieron que hacer la vuelta de llamar a un experto para que les explicara la cosa, que es bastante sencilla: una protesta contra las instituciones culturales oficiales de la ciudad frente a las cuales el Comando toma la posición que tomaba Goya frente a la guerra, y se identifica con el M19 queriendo que el poder de los íconos culturales esté en manos del pueblo y no de las instituciones. Me conmueve la ternura del doctor Luis Alberto Ramírez, uno de los mayores expertos de Colombia en psiquiatría forense, que fue llamado por Noticias Uno a crear un perfil del facineroso que se robó el grabado de Goya de la Gilberto Álzate Avendaño. Nuestro experto considera que el ladrón es un artista (claro), que tiene resentimiento con las instituciones (otra deducción obvia), y un alto nivel cultural (porque fue capaz de escribir un comunicado). Otra conclusión del doctor Ramírez es que el ladrón no quiere plata, quiere protagonismo y es un posible sicópata. Nuestro psiquiatra, que debe saber menos de arte que el ladrón, no cae en cuenta, como si lo hace Iris Greenberg en Esfera Pública, de que dicho comunicado es una copia palabra por palabra del comunicado del M19 cuando ocurrió el robo de la espada de Bolívar: “Bolívar, tu espada vuelve a la lucha. La lucha de Bolívar continúa, Bolívar no ha muerto. Su espada rompe las telarañas del museo y se lanza a los combates del presente. Pasa a nuestras manos. A las manos del pueblo en armas. Y apunta ahora contra los explotadores del pueblo. Contra los amos nacionales y extranjeros. Contra ellos que la encerraron en los museos enmoheciéndola…”. El doctor Ramírez no entiende el gesto artístico de nuestro culto sicópata, que retoma el discurso del M19, esta vez para hablar de lo opresoras que resultan las instituciones artísticas en Colombia (pero si capta, como buen Grissom que debe ser, que el facineroso no quiere plata). El Comando Arte Libre S 11 (es un grupo, no un individuo, esto se le pasó por alto a nuestro experto) probablemente se robó el grabado como protesta al nombramiento de Ana María Alzate como coordinadora de la galería que maneja un poco más de 8.000 millones de pesos anuales destinados a la literatura, las artes plásticas y audiovisuales. La protesta es un tema caliente entre artistas locales como Antonio Caro, incluso hubo un grupo en Facebook para organizar una marcha el 16 de abril en el que 310 navegantes confirmados harían una toma pacífica de la galería bajo el eslogan Nepotismo=Corrupción. Los organizadores de la marcha resultaron malos gestores culturales porque a la marcha
La serie Los desastres de la guerra está enmarcada en la guerra de Independencia (18081840) contra los ejércitos napoleónicos. La serie comienza precisamente con Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer en la que se usa una sencilla composición pictórica formada por una figura de rodillas y en actitud suplicante para mostrar la soledad e indefensión del hombre relacionada con la realidad de la guerra que presentía. Goya critica la prepotencia de los pilares de la sociedad estamental, la de los poderosos frente al pueblo en Espiro sin remedio (53), Clamores en verano (54), y Si son de otro linage (61). Por eso la elección de la primera pieza de la serie es un guiño a los artistas de la ciudad que también se sienten indefensos y solos frente a las instituciones culturales que manejan el poder, que no los han metido en la rosca y por eso se quieren rebelar frente a ella. Más allá de tomar partido, me parece que la protesta del Comando es muy inteligente, además hace sátira de los grupos armados independientes colombianos, y justo en la semana en que se habla de grupos de insurgencia infiltrados en las universidades (ojo, seguro que esos insurgentes le enseñaron al Comando como robarse el grabado y quién sabe qué fechorías más). Estas mentes criminales explotan una forma de protesta típicamente colombiana y la reubican en el mundo del arte (eso es genial porque no se muere nadie), también dinamizan el debate cultural, somnífero conocido, y de verdad nos obligan a preguntarnos qué está pasando con las instituciones artísticas colombianas. ¿Será que hay un monopolio de poder nepotista? ¿Será que tiene algo que ver la realidad política del país?
[Viernes 12 de septiembre al lunes 15 septiembre, 2008]
escena del robo de la espada de Bolívar. Su contenido, y bueno es puntualizar que no se sabe con certeza si se trata en realidad de los verdaderos captores del grabado, arremete contra las instancias burocráticas que presuntamente impedirían el acceso del “pueblo” al arte. Visiblemente molestos con el hecho de que la Fundación Gilberto Alzate Avendaño cobre la entrada a la exposición, a pesar de ser una institución pública, y agraviados por la participación de quienes consideran son falsos mecenas del arte, el grupo supone que con su gesto le estaría devolviendo la esencia misma al grabado -que no es más que una copia del original y por tanto no tiene un valor económico relevante en el mundo del arte- al permitir que éste circule virtualmente. La participación de la Old Masters Art Brokers, siguiendo este orden de ideas, no hace más que incendiar los ánimos del grupo en tanto su función en el mundo del arte es también la de incentivar su comercialización -la de ponerle un precio al arte-, en este caso de la mano de los grandes maestros. De ahí las referencias a un arte ajeno a su público que se enmohece tras las paredes de un museo.
Goya se extravía y pone a pensar EL PASADO 11 DE SEPTIEMBRE, MIENtras se conmemoraban los siete años de los ataques a las Torres Gemelas y los 35 años del asesinato del presidente Salvador Allende, el grabado Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer, perteneciente al artista español Francisco Goya, fue sustraído de las instalaciones de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño. De los 82 grabados de la serie “Los desastres de la guerra”, la muestra promovida por la empresa Old Masters Art Brokers, con la participación de la Alcaldía de Bogotá y de la directora de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño, María Alzate, se compone de 79 grabados alusivos a la Guerra de la Independencia en España. El grabado en cuestión, cuya noticia ha sido ampliamente difundida en diferentes medios de comunicación, es el primero de la serie y, como los otros, fue asegurado en cuatro mil euros.
Chanza de mal gusto o simple transgresión, lo cierto es que con el robo del grabado, que como se dijo en esencia está hecho para circular, si quienes firman la carta realmente lo tienen en su poder, probablemente se llegó al punto en el que una muestra de arte, a diferencia de muchas otras que pasan inadvertidas, lleva a cuestionar y a hacerse preguntas. En adelante, bueno sería conocer las razones que condujeron a que la exposición se hiciera en un espacio que no es el ideal y que no cuenta con un sistema de seguridad apto, así como los motivos por los que se decidió cobrarle al público para acceder a la muestra. Igualmente, ahora que las miradas se centran en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño y el presunto clientelismo que aqueja al manejo de la cultura en el Distrito, también sería positivo que los mecanismos utilizados para escoger quién dirige una actividad fuesen públicos y por todos conocidos. Todo lo cual, como es obvio, no deja de ser problemático y contradictorio, ya que se estaría aceptando que el robo es justificable si con él se consiguen otros fines. Una actitud irreverente que mal haríamos en celebrar. Bogotá, cuya imagen internacional es la gran perjudicada, requiere que la obra sea devuelta lo más pronto posible. La noticia le ha dado la vuelta al mundo y de una ciudad que se interesa por la difusión del arte se pasó a una en la que la inseguridad campea sin que las autoridades puedan impedirlo.
Mientras la Policía intentaba dar con el paradero de la obra, una carta firmada por el “Comando Arte Libre 11-S” le fue remitida a la propia directora de la Fundación bajo el subtítulo de “Por la lucha contra la burocracia del arte”, seguida de dos fotografías en las que aparece Editorial de El Espectador del 16 de septiembre el alcalde Samuel Moreno el día de la inauguración de la exposición y en un fotomontaje en el que su mirada, de perfil, se dirige a un grabado previamente intervenido por los autores de la nota. La carta, titulada “Goya, tu grabado vuelve a la lucha”, es también un plagio del comunicado expedido por el M-19 en el momento en el que el grupo guerrillero protagonizó la mediática
[Viernes 12 de septiembre al lunes 15 septiembre, 2008]
[Viernes 12 de septiembre al lunes 15 septiembre, 2008]
“Yo más bien he huido siempre del menor riesgo, y es por eso que tal vez nunca me decidí a publicar, a correr ese peligro infinito de una aventura literaria que presentía que podía contener no sé qué simientes de una peripecia realmente siniestra.” El Arte de desaparecer —Enrique Vila Matas
“[…] —“Crímenes perfectos”… Hay un libro con ese mismo título que yo consulté cuando trataba de establecer analogías de la lógica con la investigación criminal. El libro pasaba revista a decenas de casos nunca resueltos. El más interesante, para lo que yo buscaba, era el de un médico, Howard Green, que llegó a la formulación para mi precisa del problema. Quería matar a su esposa y escribió un diario minucioso, verdaderamente científico, sobre todas las posibles ramificaciones adversas. No era difícil, concluía, él matarla de una manera en que la policía no pudiera culpar definitivamente a nadie. Proponía catorce formas diferentes, algunas realmente ingeniosas. Lo que era mucho más difícil era librarse a si mismo para siempre de cualquier sospecha. El peligro principal para el criminal, sostenía, no era la investigación que pudiera hacerse de los hechos hacia atrás —eso podía siempre solucionarse borrando o confundiendo rastros con una preparación suficiente del crimen— sino las trampas sucesivas que podían tenderle hacia delante. La verdad, escribió en términos casi matemáticos, es férreamente única: cualquier apartamiento de la verdad es siempre refutable. Él sabría en cada interrogatorio lo que había hecho y cada coartada en la que pensaba tenía inevitablemente un elemento de falsedad que con la suficiente paciencia podía ser puesto al descubierto. Ninguna de las alternativas que analiza lo convencen: hacerla matar por otro, simular un suicidio o un accidente, etc. Llega entonces a la conclusión de que debe proporcionarle a la policía otro culpable, uno que sea obvio e inmediato y que cierre la investigación. El crimen perfecto, escribe, no es el que queda sin resolver sino el que se resuelve con un culpable equivocado. —¿Y la mata finalmente? —Oh no, ella lo mata a él. Descubre una noche el diario, tienen una pelea terrible, ella se defiende con un cuchillo de cocina y logra herirlo mortalmente. Al menos esto es lo que le cuenta al tribunal. El jurado, horrorizado por la lectura del diario y las fotos de los hematomas de su cara, dictamina que le homicidio fue en defensa propia y la declara inocente. Es por ella en realidad que el crimen figura en el libro: muchos años después de muerta unos estudiante de grafología demostraron que la letra en el cuaderno del Dr. Green era una imitación casi perfecta, pero sin duda no pertenecía a él. Y descubrieron también este pequeño detalle fascinante: el hombre con el que se casó ella discretamente poco después era un copista de ilustraciones y obras antiguas de arte. Me gustaría saber quién de los dos fue en todo caso el que redactó el diario: es una imposición magistral del estilo científico. Fueron increíblemente audaces porque el diario, que se leyó durante el juicio, decía y revelaba línea por línea lo que ellos habían hecho. Mentir con la verdad, con todas la cartas sobre la mesa, como un acto de ilusionismo con las manos desnudas […]” Crímenes imperceptibles —Guillermo Martínez
¡Qué te caiga un pleito!
Comunicado a la opinión pública Esfera Pública es un sitio de internet para el arte donde es habitual el uso de la parodia, así como el fallecido humorista Jaime Garzón usaba este mismo recurso cómico, este espacio se ha construido, por más de 8 años, en un lugar donde la comunidad que lee sus contenidos se ha habituado a la crítica y al uso paródico de seudónimos, comunicados delirantes, exageraciones, imitaciones burlescas e invención de asociaciones y personajes (por ejemplo, “Asociación Colombiana de Críticos de Arte” o “Pedro Manrique Figueroa”). El uso que le han dado algunos medios de comunicación al texto paródico “Goya, tu grabado vuelve a la lucha” firmado con el seudónimo “Comando Arte Libre S-11”, y donde varios periodistas no han hecho ningún intento por explicar o informar sobre el contexto artístico de Esfera Pública, ha propiciado un equivoco: una parodia descontextualizada ha adquirido visos de verdad. Yo, Lucas Ospina Villalba (cc# 79523501 Bogotá), el autor de la parodía “Goya, tu grabado vuelve a la lucha”, lamento el uso que le han dado algunos medios a esta obra cómica y a la vez agradezco a todos aquellos que lo han puesto en duda (por ejemplo, el periódico El Tiempo de ayer lo titulaba “Comunicado sobre el grabado de Goya podría ser una ‘pega’”); a la vez, expido esta información para que los informativos que difundieron esta noticia sin contexto (en especial el Noticiero Noticias Uno), de ahora en adelante hagan lo propio e informen sobre el texto “Goya, tu grabado vuelve a la lucha” como una parodia hecha por Lucas Ospina publicada en el sitio de internet de arte Esfera Pública. Es conveniente aclarar que el texto paródico “Goya, tu grabado vuelve a la lucha” y sus imágenes fueron enviados con exclusividad al moderador de Esfera Pública desde mi correo personal y siempre me identifiqué claramente con el moderador como Lucas Ospina. El texto paródico no fue enviado a ningún otro destinatario más que a Esfera Pública pues este era el espacio artístico destinado para su publicación, y, por ejemplo, así como en el programa de radio “La Luciérnaga” se hace día a día parodia de todo tipo de personajes y situaciones sin que nadie ponga fuera de contexto sus contenidos para darles visos de verdad, en este momento considero necesario aportar a la ciudadanía y a la autoridades esta información para que la parodia retorne a su contexto habitual. La policía ya ha dado indicios de esta falta de validez de la parodia; por ejemplo, el Comandante Operativo de la Policía de Bogotá, Yesid Vasquez, declaró en Noticias Caracol: “La investigación sinceramente va por otro sentido, hay unos indicios importantes que se están trabajando con la fiscalía”. Es lógico que la policía investigue todas las pistas posibles pero es conveniente para la investigación que no pierda el tiempo investigando a artistas, caricaturistas y humoristas, mientras el autor o los autores del robo desaparecen bajo una cortina de humo de interés para el arte pero de poco vuelo para una investigación policiaca. —Lucas Ospina Villalba
[Martes 16 de septiembre…]
piso institucional y que, en el fotomontaje, se le devolvía en la cara a toda la administración distrital. Había allí una importante reflexión en torno al retorno de los fantasmas de la historia y a cómo en algunos momentos éstos podían contribuir a la gestión e indigestión de una causa específica y a la comprensión del presente. Era una explosión de mierda reprimida la que teníamos ahí, y en la que no sólo estaba presente la espada de Bolívar y toda la práctica simbólica del M-19, sino también las figuras de la ANAPO y la familia Moreno (ahora en el poder), ligadas entonces a los orígenes del movimiento subversivo. El texto, más allá de la risa, empujaba un componente onírico que hacía posible la llegada de aquello que no podría llegar a pasar. En resumen, pues, constituía un manifiesto real que ejercía una crítica poderosa a la pasmosa irrealidad de la administración cultural de la ciudad, y es por eso que
claudia díaz 09 17, 2008 at 8:15 am No hay “un contexto artístico”, un convenio en que sus juegos puedan apreciarse incontaminadamente, una recepción pura de sus gestos. Un almacén retórico al qué remitirse con cada uno. El fallecido fue en realidad asesinado. No “usaba este mismo recurso cómico”. Hacía. Era. Acaso el parodiante tiene que ponernos en la situación de su parodia? Reímos. El nos hace reir pero sabe por qué, y nada lo protege. Está desnudo con su risa. Ha dado un salto en el vacío. víctor albarracín 09 17, 2008 at 8:16 am Tras leer a mediodía el comunicado de Lucas Ospina en el que se atribuye la autoría del texto firmado por el Comando Arte Libre S-11 me quedé pensando, como siempre de manera difusa, alrededor de algunos aspectos de su declaración que me parecen problemáticos y que, creo, debe intentarse confrontar para sacar de allí algo distinto al desplome de una mitología transitoria que el texto constituyó y que ahora se vino abajo: En tercer lugar está la situación policial, suficientemente descrita en el comunicado de Lucas y en torno a la que no hay más que decir si no se quiere confundir el texto con el robo. En segundo lugar estaría la ficción construida por el texto, en torno a la que se inventaron héroes, hazañas y villanos, con lo que algunos llegamos a resultar alumbrados por una vela que iba para otro santo. Sin embargo, esa mitología desplegaba un espectro valioso de posibilidades de acción que repercutían en Lo Real, y que invitaban a asumir una posición en torno al espinoso asunto del robo que todos conocemos, en el marco de una institución a la que también, desgraciadamente, vemos pavonearse impunemente. De alguna manera, esta ficción le daba alas a la constitución de un proceso crítico valioso que no se hacía menos real por no corresponderse con el robo que intentaba atribuirse. Había en el manifiesto del S-11 una pulsión real que buscaba la emergencia de todos los desechos escondidos bajo el
En primer lugar, resulta inadmisible la reducción del texto por su autor a la condición de chiste, y su igualación con ciertas estrategias mediáticas de imitación con fines de esparcimiento. Comparar el manifiesto del S-11 con el fingimiento presidencial de La Luciérnaga sólo contribuye a expandir una percepción, ya generalizada en la opinión pública, de que la actividad artística contemporánea no es más que un chiste flojo sin consecuencias ni repercusiones y que, por ello, no puede construir un espacio crítico de la supuesta verdad institucional. Al escudarse en que toda la finalidad del escrito era paródica, es decir que desplegaba una imitación burlona de una fuente particular, y entendiendo que esa fuente era el comunicado del M-19 en el que se atribuían el robo de la espada de Bolívar, termina parodiándose no a los componentes burocráticos a los que el texto de Ospina alude, sino al texto del M-19 y al componente histórico al que hizo nacer mediante el robo de la espada, esto es, la posibilidad de ejercer sobre la realidad nacional una eficaz torsión de sentido y una reivindicación de la acción política a través del secuestro de un elemento simbólico. Esta historia, un poco olvidada hoy, por lo menos hasta el momento de la reiteración que hiciera Lucas, posiblemente señalaba también la confianza en la posibilidad de integrar la acción política y la práctica artística, confianza que ahora, tras la parodia, el chiste y la travesura seguirán cada cual por su camino. Estoy convencido de que la apropiación de Ospina es Real en tanto denuncia de una serie de arbitrariedades que todos vemos con frecuencia en la FGAA y las instituciones distritales de cultura. Creo también que plantea un modelo comunicativo al que se le debe buscar el modo de hacerse viable y eficaz y, por último, creo que sigue constituyendo un llamado a la acción crítica. Uno en el que el humor no se contradice con la verdad sino que la empuja. Por ello no debe aceptarse su transformación en ningún “Dejémonos de vainas”. Convertir este acto en la travesura de un niño necio sólo contribuye a dejar por el piso la dignidad de las ideas planteadas, la de la persona que las puso a circular y la del campo artístico bogotano, que terminó más cagado de lo que ya estaba por dárselas de chistoso. ¡Con la audiencia, con la imagen y sin poder! ¡Presente, presente, presente!
La vida sexual del dinero El pasado mes de agosto el periódico El Tiempo hizo lo propio con las exposiciones de arte: en más de nueve ocasiones las inauguraciones fueron la noticia destacada en las páginas sociales. Nada pudieron matrimonios, showers, despedidas, rumbas nacionales, fiestas consulares, frijoladas, premieres, lanzamiento de champañas y perfumes... las inauguraciones de arte, con un tercio del cubrimiento, son el evento rey de las sociales. En términos de pauta comercial el espacio vale al año más de 150 millones de pesos. ¿Todo este cubrimiento es por amor al arte?… “El arte se ha convertido en la vida sexual del dinero”, afirmaba un crítico. En la mayoría de eventos (cine, música, teatro) el espectáculo interrumpe la conversación, en las inauguraciones de arte la conversación es espectáculo: precede, acontece y sucede al evento, ignora el arte y sigue hablando; pero, por cortesía (acaso pudor), asume una actitud disimulada: algo de conversación, algo de arte, un par de comentarios sobre lo expuesto… expuesto a la indiferencia: las obras, como dice Borges, “no sabrán nunca que nos hemos ido”, o que no estuvimos ahí realmente. La inauguración de arte es una pasarela colectiva y rotativa, llegar temprano o tarde no importa (a menos que el trago se acabe). Es evento perfecto para una primera cita: para conocerse y ver a quién conocen. El interés desinteresado del arte sirve como disculpa para los ‘interesados’ del arte: coleccionistas, diletantes y amateurs se irradian de mecenazgo, bohemia y sana locura; productores de arte usan este coctel bursátil para cerrar afanosos negocios que cubran todo lo que no puede exhibirse con decoro: cuentas de arriendo, agua, luz, teléfono, colegios… (algunos —con simpleza— enmarcan y venden la pobreza del otro para alejarse de la propia, la alquimia del comercio: nigromancia y culpa se transmutan en ‘compromiso’ y ‘denuncia’). “¿Qué ofrece la prensa?”, es la pregunta que hace y responde el área de publicidad de un periódico como, por ejemplo, El Tiempo: “Es un medio que da imagen y prestigio. La prensa es el medio que goza de mayor credibilidad e influencia en la opinión pública”. Es tan efectivo y creíble que hay personas que ven las sociales y no entran a las galerías, asumen que ahí cobran la entrada, exigen invitación o hay que estar elegante (no son ‘hombres y mujeres entre 28 y 64 años de estratos 4, 5 y 6’: el target del periódico). Este equívoco no lo sufre casi ningún artista, ellos, como lo sabe un cotizado pintor norteamericano, son “la élite de la servidumbre”. *Profesor de la Universidad de los Andes.
Gonz lez#95
Gonz lez#96
circula en el departamento de arte, facultad de artes y humanidades, universidad de los andes
circula en el departamento de arte, facultad de artes y humanidades, universidad de los andes
lunes 22 de agosto, 2008
jueves (¿¡!?) 18 de agosto, 2008 enviado a hojagonzalez@gmail.com por Gustavo Niño Carta abierta al Ladrón de Goyas Enviado por Gustavo Niño, estudiante de el Departamento de Arte de la Universidad de los Andes desde el correo ga.nino23@uniandes.edu.co el día 17 de septiembre de 2008 a las 16:34 Estimado Ladrón de Goyas: Por medio de la presente quisiera agradecerle por los acontecimientos de los últimos días, eventos que sin su colaboración no hubieran sido posibles. Procedo a enumerar sus principales aportes puesto que enumerarlos todos sería una tarea inútil e interminable: -Antes que nada, quisiera resaltar el hecho de que por primera vez en la historia reciente, alguien hace algo de tal magnitud e impacto que al fin se escribe más de un párrafo sobre arte en el principal, casi único diario del país. Quiero también felicitarlo por ser el pionero en mantener vivo un mismo tema de arte por más de un día en prensa escrita algo sin precedentes en nuestra historia Nacional. -En segundo lugar deseo mostrarle mi aprecio por las importantísimas investigaciones que han llevado a pensar que sí hay gente que desea tener las llamadas “cabinas personalizadas” para poder ver obras de arte, haciendo así uno de los aportes más relevantes de los últimos años en campos de las humanidades como la Psicología, la Teología y la Sociología acerca del tema de la masturbación. -De igual manera me permito anotar que recibí su observación sobre las dificultades técnicas y de seguridad para poder exponer en nuestro país; aspecto que pienso debemos revisar, aunque creo que podríamos aplazar un poco lo referente a este asunto pues no creo que próximamente se lleven a cabo exposiciones, así que no considero poner este tema en el primer lugar de la agenda. -También quiero agradecer por las labores que ha venido desarrollando en cuanto a formación de públicos y fomento a la crítica. Por otra parte quisiera manifestarle que ya no me aguanto más a mi mamá, a mi papá y hermanas, a mis profesores, medios de comunicación y compañeros de Universidad hablando y especulando sobre quién cómo y para qué se robaría un grabadito. -Por último quisiera resaltar que usted ha sido el personaje más cercano a la realización del ideal de unión entre arte y vida, haciendo que las obras de arte actúen de manera casi performativa, más allá del cubo blanco que es el museo y sus (des)atornilladas paredes, pues ha tenido tal alcance de difusión he impacto entre el público colombiano que hasta mi madre se vió en la necesidad de levantarme con la llegada del periódico (valga la pena anotar, un día que no debía madrugar) para decirme que habían implicado en algo concerniente al robo de un Goya a un profesor del Departamento de Arte de la Universidad de los Andes (¡al cual sorpresivamente me mencionó con nombre propio!); hecho sintomático que demuestra la habilidad de a quien se dirige esta carta, en materia de formación y educación de públicos masivos, trabajo que no realizaba desde los programas en radio y televisión de Marta Traba. Cordialmente y esperando volver a verlo (al grabado) —Gustavo Niño
enviado a hojagonzalez@gmail.com por Andrés Pardo
“¿podría alguien por favor pensar en los niños?” La niñez, concepto relativamente nuevo en la sociedad, tiene una infinidad de usos. Se lucha y jura en su nombre, y se dice expresar un especial cuidado y atención por ella –por ejemplo los derechos de los niños-. La consigna clara que puede ejemplificar esto es: “los niños son el futuro de x país”. Este concepto es usado también para sacar provecho de situaciones, valiéndose del hecho de que los niños no son capaces de hacer cumplir sus propios derechos. El futuro es usado entonces como excusa para atacar, exponiendo la niñez a la compasión con frases como: “¿Podría alguien por favor pensar en los niños?”, que se acentúan más en casos relativos a la moral. – ¿matrimonios entre personas de un mismo sexo? ¿Aborto? ¿Eutanasia? ¿Manifestaciones de homosexuales? “¿Podría alguien por favor pensar en los niños?”.La niñez se tergiversa según los propósitos de algunos, que parecerían desconocer la complejidad del concepto. En un caso reciente, una carta de un profesor de una universidad fue descontextualizada por cierto medio de comunicación, creando así una serie de malentendidos. Algunos de estos buscan alimentar el morbo y la cizaña en foros virtuales, tal como el caso de Eltiempo.com que plantea la siguiente pregunta: ¿Incurrió en un delito el profesor al haberse atribuido robo del Goya? Las repuestas evidencian la falta de atención (y de interés) de los lectores de la publicación (impresa y digital), que debaten y concluyen con afán sobre el caso. Algunos participantes llenos de bondad usaron la figura del estudiante para sacar provecho y poder cometer su insulto: ¿pobres estudiantes, que se puede esperar que les enseñe un profesor así? Del mismo modo se ejemplifica la figura del padre preocupado que debe pagar una “millonada” para que “profesores así” les enseñen a sus hijos. Se observa entonces que la mayoría de los argumentos se basan en que el personaje es profesor de una universidad reconocida. Ahora bien, en la calidad de estudiante del docente quiero hacer un comentario. Creo que el estudiante no se debe usar con fines tajantes, como pedir una expulsión o “castigo” de una institución (por más ridícula que suene, como: “¿qué se les está enseñando a los estudiantes? ¡Que renuncie o echen al pseudo-profesor!”), o para pensar que el estudiante es un ente plano que sólo hace lo que el profesor le dice (¡pobres los estudiantes! ¿Qué estarán aprendiendo?). Este tipo de consignas sobre el estudiante y el docente refleja más la calidad del lector que la calidad del profesor, por consiguiente las preguntas que tanto se plantean: ¿Qué está enseñando el profesor? ¿Qué están aprendiendo los estudiantes? se deberían replantear con miras al lector: ¿que está leyendo? ¿Desde donde está leyendo? Tener compasión por el estudiante, tratarlo como un tonto tal como algunos buscan tratar al profesor, es usarlo para reclamar y “pedir justicia” bajo ciertos intereses. Se tergiversan los hechos, se descontextualiza un texto y se usa al estudiante como herramienta de crítica (o en este caso de insulto). A los bondadosos que tanto se preocupan por los estudiantes del profesor y que piden “que se haga justicia” les sugiero que lean mejor y que no lancen conclusiones tan apresuradas. Como estudiante creo no hay nada más grato en el proceso de aprendizaje cuando se topa con un docente que incentiva la conversación, que denota un interés por lo que enseña y cómo lo enseña. El docente que tanto se critica incentiva lo anterior; quizás sea pertinente revisar el uso categórico que se les dio a las figuras del estudiante y del profesor en todo éste debate. —Andrés Pardo
enviado a hojagonzalez@gmail.com por Laura Peña
enviado a hojagonzalez@gmail.com por Fredy Sánchez
El muestreo no se declaró desierto la semana pasada, éste se despidió hace mucho… Pero era obvio, ello obedeció a una falta de interés de parte de sus mismos responsables que, ante fuertes criticas de la mayoría de estudiantes de arte, no esperaron lo suficiente para saber que realizar con el fin de llevar a cabo un muestreo real y evitar los posibles problemas que se le había adjudicado1. La salida fácil fue dejar a los estudiantes el problema con el fin de que ellos propusieran la curaduría, no obstante era previsible que ello no iba a suceder, no sólo porque la solución al problema no fue real, sino porque ésta cambiaba radicalmente el fin del muestreo (ya sería otra cosa)… Desde que se envío un mail requiriendo propuestas se supo que:
[“¿Y ahora que se puede esperar de los estudiantes? Si un profesor de Los Andes hace lo que hace y solo es una pega”]
enviado a hojagonzalez@gmail.com por Diana Urazan
Mi nombre es Diana Urazán, estoy en séptimo semestre y junto con Rafael Díaz envié una propuesta curatorial a la convocatoria del Muestreo que quisimos llamar la “Rosca”. Junto con las otras tres fue rechazada, porque, según la clase de curaduría, no tenía la consistencia “para convertirse en una exposición para el final de semestre”. Yo personalmente me siento indignada, porque pienso que Rafael y yo si nos tomamos la molestia de pensar el tema, de escribirlo, de escoger a los artistas y después las obras, pero ellos no se tomaron el tiempo para escoger las propuestas. Lo que más me indigna, es que me toque escribir esto a ciegas porque no sé aún por qué la rechazaron. A la hora de explicar la razón, ni siquiera tuvieron la decencia de referirse a los proyectos curatoriales de manera específica, mucho menos a los estudiantes. Yo digo que se refiere a la primera, que dice “Donde una buena crítica dirigida a la institución se desploma con una selección caprichosa de obras que no tenían una relación temática entre ellas o la motivación inicial para la selección”. A ver, que puede ser más caprichoso que la rosca, nuestra motivación inicial era trascender la crítica, enfrentarla a la realidad, aceptar que estamos implicados a nuestro contexto, al gusto, y aprovecharnos de ello, y por lo tanto no íbamos a criticar la rosca ni hablar de ella sino curar a partir de ella, para así MOSTRAR los trabajos de algunos estudiantes de arte de la Universidad de los Andes. No le queríamos dar más vueltas al asunto. Nosotros sabíamos que no teníamos experiencia para hablar de una temática específica, y por eso decidimos acudir a nuestra intuición, porque el tema aún no esta muy dicho, esta en el ambiente, y por eso simplemente queríamos ir al grano, queríamos curar, queríamos darle sentido a lo que nos gusta curando, no escribiendo ni dando explicaciones. A mi personalmente no me interesaba aplicar la misma de los muestreos anteriores donde proponían temáticas osadas, como lo privado y lo público, y a la primera reacción inesperada del público hacerme pipi en los pantalones, quitar una obra y después poner en riesgo el espacio de los estudiantes para mostrar sus trabajos, lavarse las manos haciendo una convocatoria curatorial (más difícil de proponer y más fácil de rechazar) reservándose el derecho de no hacer el muestreo, demorarse más de lo previsto para dar los resultados (“el muestreo ha muerto”), y una semana más para dar sus explicaciones en menos de tres párrafos. Pareciera como si no tuvieran realmente muchas ganas de hacerlo, de verdad, ni se tomaron la molestia de escribirnos un correo donde nos explicaran el por qué no funcionaba la propuesta. Sí, les quitaba mucho tiempo, pero más que un agradecimiento por haber respondido a la convocatoria creo que nos merecemos una explicación. Y no una explicación que además de incompleta que esté opacada por el ladrón de Goyas (con el mismo brillo con el que la liberación de Ingrid Betancourt opacó los otros sucesos del país en las noticias nacionales). Así que después de todo, seguimos en las mismas, los estudiantes siguen sin voz, y nos siguen cerrando los espacios para desarrollarnos en un plano que va más allá de lo académico, y esto es muy grave, también es grave que en la diapoteca se vean acumulados todos los Gonzáles que la gente no se ha querido llevar para leer y que esto que estoy escribiendo, como respuesta, como diálogo, va a formar parte de aquella pila desechada por nuestra indiferencia. En ocasiones pienso que esto es lo que nos merecemos, una universidad que nos encierra dentro de los parámetros de la academia, que se queda en la opinadera, que no va más allá para ver el por qué de las cosas, el por qué de esos trabajos tan sosos en las exposiciones, cuando en clase vemos que hay gente que tiene tanto potencial, y nos limitamos a publicar rezos sosos y empalagosos a marta traba y a escribir textos aduladores aplaudiendo las proezas de otros, en vez de inventarse sus propias proezas. Igual el área de proyectos está conciente de estas otras reacciones producidas por sus acciones pero sé que aún guarda la esperanza de que pase algo. Ojalá suceda pronto. —Diana Urazan Si desea estar con Gónzalez, envíe su colaboración al correo electrónico: hojagonzalez@gmail.com González publica lo que se quiera hacer público. La única regla es usar un nombre, un apellido y aceptar las limitaciones de una hoja de papel. Esta hoja circula al comienzo de cada semana del período académico de clases.
— No iba a recibir suficientes propuestas — Que la calidad de muchas no iba a ser la adecuada ya que la misma solución promovía la pereza — Que el Muestreo había muerto (naturalmente?, sin responsabilidad de nadie y por cosas de la naturaleza?). — Que a los estudiantes de curaduría éste semestre se le había propuesto otra cosa (soborno?..., estoy sonriendo, no es para tomarlo tan en serio) o …. No sé que paso ahí…. El semestre pasado se cuestionaron varias cosas de él, no obstante se recalco su suma importancia y se hizo énfasis en que precisamente el desconcierto que había producido reposaba en el deseo, de la mayoría de estudiantes, de que éste fuese una “cuidadosa muestra”. Por eso ahora los que sufren la muerte del muestreo no son los profesores, ni las directivas, entre otros… Somos todos y cada uno de los estudiantes de arte que perdemos un espacio de exposición, de discusión y reflexión… —Laura Peña
Lucas Ospina es el nombre del momento hasta mi abuela con alzheimer lo puede retener en su cabeza por momentos. El tema real a tratar es este personaje reconocido en páginas web que ya no son solo de arte, ahora ocupa páginas del periódico que no son sociales; y todo por tan magno acontecimiento que ya todos conocemos, y lo llamo magno por todo lo que nos ha traído. (no quiero repetir cuestiones que mi compañero Gustavo Niño menciono en la pasada edición de González(que por cierto me hizo reír!, bien Chino!)) Siento que debo enumerar: 1. El interés masivo por el arte. 2. La lastima y preocupación de la gente (y uno que otro familiar) por nosotros los antiguos, nuevos y próximos estudiantes de Arte de Los Andes. 3. El incentivo de la creatividad literaria, maravillosas historias han resultado: lo que hizo Lucas es el ejemplo claro de por que en los Andes se puede hacer trampa, eso es lo que se enseña por eso no sacaron al hijo de Uribe, es una Universidad de paracos que tienen plata, y por eso no lo van a meter a la cárcel, pero si fuera de la nacho o la distrital ya estaría preso, después no digan que los Andes no tiene encapuchados. Está como para una novela a la hora del almuerzo. 4. Fijar los ojos en la Alzate Avendaño que no es tan maravillosa como la pintan. 5. Y finalmente un comentario muy sincero para Lucas, te están recordando a tu madre mucho, y no de la mejor manera (ninguno conoce a Viky que es magnífica) . Esto es un comentario más Pero me puedo dar el lujo de decir que estoy en González (claro está si es que salgo). Ahora a la pregunta del encabezado debo decir que nos espera una sociedad llena de prejuicios miedo, y tal vez un poco de odio para el arte que no es de sala o comedor. Pero eso si Lucas estuvo todo muy SATUPLE. —Fredy Sánchez
enviado a hojagonzalez@gmail.com por Cesar López Remember A Day por Richard W. Wright (q.e.p.d.) Remember a day before today A day when you were young. Free to play alone with time Evening never come. Sing a song that can’t be sung Without the morning’s kiss Queen - you shall be it if you wish Look for your king Why can’t we play today Why can’t we stay that way Climb your favorite apple tree Try to catch the sun Hide from your little brother’s gun Dream yourself away Why can’t we reach the sun Why can’t we blow the years away Blow away Blow away Remember Remember Contigo se desvaneció toda esperanza de verlos juntos de nuevo, pero seguro estas dando un gran toque en el cielo. Gracias por esa música y esos momentos que nos diste. Adiós Rick, y saluda a Syd de nuestra parte, nunca serán olvidados.
esta semana MUESTRA INTERNACIONAL DE CINE DOCUMENTAL 22 de octubre al 26 de octubre en la Universidad de los Andes Auditorio C Edificio Mario Laserna. 5 .pm. http://www.muestradoc.com/
“Lucas Ospina, el profesor de la Universidad de lo Andes quien se atribuye el comunicado que reivindicaba el robo del grabado de Goya diciendo que era una parodia, asegura que el panfleto solo estaba en el Blog Esfera Pública. La afirmación del profesor es tan falsa como el comunicado. Por ejemplo Noticias Uno lo conoció porque fue enviado al correo de John Castles, directivo de la Fundación Alzate Avendaño con quien Lucas Ospina y otros miembros de la comunidad artística sostienen una agria y vieja polémica. Y de parodia pocón, pocón”
[…] El Alcalde Samuel Moreno dijo en el discurso que hizo durante la inauguración de la exposición “Los Desastres de la Guerra”: “Le damos la bienvenida a esta exposición a una ciudad de siete millones de habitantes. Hoy ratificamos que Bogotá es capital del arte y la cultura, y hago una invitación para que los bogotanos gocemos de la muestra durante 2 meses; para que la gente disfrute y vea el trabajo de uno de los grandes del arte y de la humanidad, como fue el maestro Goya” 3. A ¿Si la exposición era tan importante no consideraron ustedes que valía la pena que el Distrito sufragara el costo de la entrada para que sector más amplio de la ciudadanía pudiera visitar la exposición? 3. B. ¿Piensa usted que el cobro contribuyó a filtrar la entrada a la exposición y con esto el flujo de público se hizo más controlable y adecuado para las limitaciones de seguridad y tránsito con que cuentan los espacios y corredores de la Fundación Gilberto Alzate Avendaño? […] En la noche del robo, el 11 de septiembre de 2008, en la Fundación Gilberto Alzate Avendaño tenía lugar un concierto de música turca del grupo Bereket a las 8 de la noche, la entrada era gratuita. 4. A. ¿Esa noche reforzó usted las medidas de seguridad o dejó que los mismos tres vigilantes con que cuenta la institución repartieran sus actividades entre la labor de cuidar las obras y atender al público asistente al concierto?
“Gracias a Dios y a la Virgen apareció el cuadrito”
se lo dio a “un joven con gafas” que le dijo: “Dame mi abrigo y el Goya”. El ladrón apareció al día siguiente; arregló una cita con periodistas del periódico El Mundo, devolvió el premio y declaró: “Al llegar a casa de madrugada dejé el Goya encima de la estanteria. Cuando abrí los ojos por la mañana […] me di cuenta de que no había sido un sueño. Pensé en lo mal que se debía de sentir Albert Solé […] decidí que el asunto ya tenía que llegar a su fin”. El anónimo ladrón dijo ser crítico de cine desempleado y justificó su gesto: “me gustaría llamar la atención sobre el sectarismo y el nepotismo que imperan en el cine […] es un mundo cerrado, de amiguismo, donde es imposible conseguir un trabajo si no tienes enchufe”. Ambos ladrones desaparecieron, son fantasmas de Goya, espanto de los que viven a costa de la cultura. —Lucas Ospina
Los fantasmas de Goya El grabado “Tristes presentimientos de lo que ha de acontecer” de la serie “Los Desastres de la guerra” de Francisco de Goya, hurtado en Bogotá el pasado 11 de septiembre de 2008 de la fundación del político Gilberto Alzate Avendaño, fue encontrado 39 días después por la policía en el Hotel Torre Central, cerca a una zona de tolerancia, bajo la ropa de cama de la habitación 203, registrada a nombre de Milton García Méndez. El hombre salió a desayunar antes de llegar los investigadores. “Era alto, traía una gorra de color azul y tenía puestas unas gafas oscuras que no dejaban ver su cara. Sí la Policía llega unos 20 minutos antes, lo encuentran en la habitación. Él dijo que era turista, venía de Villavicencio y tenía 29 años de edad”, manifestó Helena Tucunubá, ama de llaves del hospedaje. Rodolfo Palomino, General de la Policía, atribuyó el hallazgo a lo divino: “Gracias a Dios y a la Virgen apareció el cuadrito”. No se reportó captura y ningún falso positivo. La milagrosa aparición restauró el grabado al conjunto de copias que existe en el mundo (¿o será la aparición una resta y no una suma?). En la habitación había un morral, dos mudas de ropa y un libro titulado “Buscando la paz interior”. En Madrid una de las estatuillas de los Premios Goya de cine fue robada; a las cinco de la mañana del 3 de febrero de 2009 fue sustraída del ropero de la fiesta de la película “Los crímenes de Oxford”. El afectado fue el director Jordi Solé, ganador en la categoría documental por “Bucarest. La memoria perdida”, un repaso a la lucha política de su padre, un Ministro de Cultura ahora enfermo de alzheimer. “Por favor, que es mío, tiene que estar por ahí”, insistió Solé a la mujer que atendía, ella dijo que
Saturno devorando uno de sus hijos 1820-1823 146 x 83 cm. Francisco de Goya
Contribuir a la confusión […] Nadie está diciendo que la gente sea idiota. Pero de pronto lo es. Y se ha acostumbrado a serlo (menosprecia todo lo que se le escapa) a punta de colegios que apenas le enseñan a leer, de patrones que le arrebatan el tiempo que se necesita para ponerse en los zapatos del otro, de gobernantes que tienen claro lo poco que piensan sobre lo poco que saben. La gente se ofendió cuando Marcel Duchamp le pintó bigotes a la Monalisa. No le pareció nada gracioso que Borat preguntara por qué los perros no votaban si las mujeres ya podían hacerlo. Envió cartas enfurecidas a The Independent por haber dado la noticia, el día de los inocentes, de que unos arqueólogos muy serios habían encontrado la aldea de Astérix. Corrió aterrada por las calles tras comérsele el cuento, al programa de radio de Orson Welles, de que los marcianos habían invadido la Tierra. En un mundo literal, en el que pocos entienden por qué los demás no son iguales que ellos, cualquier hombre informado es un aguafiestas. La risa es una ofensa que jamás se perdona. El escritor norteamericano Paul Auster confiesa que le gusta “dejar alguna duda en la mente del lector respecto a si la historia que se cuenta es verdadera o no”, porque sabe bien que su oficio es el de “contribuir a la confusión”. Creo, de verdad, que ese es el punto. Confundir, enredar, perturbar: de eso se trata. La claridad, esa trampa de los curas, de los políticos, de los dueños de todo, conduce a la exclusión que conduce a los robos. Yo voto por la gente que critica. Yo voto por la gente con humor. Ricardo Silva Romero http://www.soho.com.co/wf_InfoArticulo.aspx?IdArt=7801
http://www.youtube.com/watch?v=qXNB_dPdIaU
manu:
“El misterio del Goya robado” En España, en marzo de 2001, la editorial Edebé propuso un concurso: la redacción de una novela interactiva a través de internet: se propuso inventar y escribir un final para la novela “El misterio del Goya robado”. El proyecto llevó por nombre “Literactiva”. “El misterio del Goya robado” es una novela policiaca con múltiples alternativas de lectura, sorpresas, caminos, juegos verbales y juegos visuales. Un detective trabaja para una compañía de seguros y su encargo consiste en investigar el robo de un pequeño cuadro de Goya sustraído misteriosamente del Museo del Rincón durante una exposición de joyas ocultas. Pronto, las circunstancias harán que centre sus pesquisas en seis sospechosos (María De Lechuga, Sebastián Pedregaba, Vicente Marrón, León Ponteverde, Quinta Pauaspla y Anachapuas Claras). El autor de la novela, Sierra i Fabra, planteó dos finales distintos a partir de dos personajes y la editorial propuso que los lectores escribieran otros finales con el resto de los actores involucrados. El concurso se dirigió a alumnos de tercer ciclo de primaria y de secundaria obligatoria, entre la edad de 10 a 16 años. La modalidad de participación podía ser en grupos de clase guiados por un profesor tutor, o individual a título personal. La extensión de los finales redactados no debía superar la extensión de 75 líneas y en su forma debía ser coherente con el tono de la novela.
Autor: Jordi Sierra y Fabra; editorial: EDB; colección: Amadeo Bola Detective. El libro trata de un robo en el Museo del Rincón, de un cuadro de Goya. Y Amadeo Bola con su amigo Runfían Armadillo buscan pistas y encuentran a seis sospechosos que son: María de Lechuga, Sebastián Pedregaba, Pintas Pauasplá, Vicenté Marrón, León Poteverde y Anachapuas Claras. Y yo había leido dos finales y hay uno en el que no es ninguno de estos. La parte que más me gustó el del final dos, la que menos, pues ninguna. El personaje que más me gustó, pues Amadeo Bola porque hacía muchas aventuras. Bueno, la parte que más me gustó, además de ser el final dos, también fue cuando Amadeo hablaba con el jefe porque terminaban gritando y haciendo de reir. La parte que menos me gustó ninguna, el personaje que menos me gusto, ninguno, a veces […], pero ninguno. No cambiaría nada del libro. […] niña: ¿Por qué contaste el libro?, no me enteré… […] niño: Manu… […] niño: Cuéntalo […] niña: No me enteré de los finales que… […] niño: El personaje que más te gustó, la parte que… […] profesor: ¡Hay que pedir la palabra! […] niño: ¿Por qué? […] profesor: Para hablar…
El Dandy siendo torturado 1797-9 Francisco de Goya
Policia y gato salvaje 1797-9 Francisco de Goya
Estudiante y rana 1797-9 Francisco de Goya
Mujer y serpiente 1797-9 Francisco de Goya
Dandy y mico 1797-9 Francisco de Goya