BANDERA DE MEXICO por Peter Paul Ramírez Chávez No amo mi patria. Su fulgor abstracto es inasible. Pero (aunque suene mal) daría la vida por diez lugares suyos, cierta gente… José Emilio Pacheco
No representa al aire que respiro –con su smog matutino y su hedor a pasuco1–; tampoco al sol radiante, inoportuno, que me obliga a vivir desde temprano y a renegar de un sueldo deprimente… ni a la noche que cae, triste y serena, con sus malas noticias de balazos, asaltos, accidentes… Cuando observo a los míos, no advierto tres colores en su pecho, sino pieles morenas, muy hermosas, con mejillas alegres, sonrosadas, que iluminan de amor mi territorio… Sin embargo, ahí está aquel trapo viejo colgando en nuestra historia oficialista, picándole el ombligo a este país y ondeando en el vaivén de mis recuerdos: cuando iba yo de blanco a la primaria para cantar el himno y escuchar efemérides; cuando era aficionado al balompié y gritaba los goles de un equipo que perdía los partidos importantes; cuando salía a la calle el 15 de septiembre y miraba a la gente gozar sus fiestas patrias con bigotes postizos, caritas maquilladas, tequilas y sombreros, mariachis y matracas…
17