Revista psicologia medica, transtornos de la personalidad

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Psicología Médica TRANSTORNOS DE LA PERSONALIDAD Porque la salud también es mental…


Unidad Académica de Medicina Humana Universidad Autónoma de Zacatecas UDI Psicología Médica Noviembre 2014 Dra. María Engracia Castro Escobedo

TRANSTORNOS DE LA PERSONALIDAD Integrantes del equipo: José Roberto Rosales Arceo Javier Muñoz Zarate Luis Fernando Fraire Serrano Oscar Orozco Olvera José Roberto Barrios López


TIPOS DE PERSONALIDAD SEGÚN RAMÓN DE LA FUENTE

Personalidad paranoide: Las sujetos son despegados, contenidos en sí mismos, hipersensibles, vigilantes, hipercríticos e inclinados a sospechar intenciones hostiles en quienes los rodean y a sentirse amenazados o agredidos por ellos. Atribuyen a los demás impulsos agresivos que son una reflexión de la propia hostilidad. Atribuyendo la culpa a otros, protegen la imagen exaltada que tiene de sí mismos, la cual ha sido exigida como una defensa contra sentimientos de inseguridad intolerables. La tendencia desmesurada de los celos está relacionada con las tendencias paranoides en cuanto a que obedece al mecanismo psicológico de la proyección. Las personas celosas atribuyen a sus víctimas sus propios impulsos a ser infieles y se sientes en peligro de sufrir el engaño que ellas quisieran hacer. Personalidad esquizoide: Los sujetos abandonan el mundo externo y se refugian en el mundo interno de los propios sentimientos. Algunas personas introvertidas no aceptan el mundo tal como es, necesitan modelarlo según sus fantasías y lo hacen soñando despiertas. Las personas paranoides son frías, despegadas y se experimentan a sí mismas como separadas de los demás. Sufren por su separación, pero al mismo tiempo temen el contacto personal. Si la persona tiene talento, puede retornar a la objetividad con actos creativos y lograr comunicación con los demás al sentirse admirada y reconocida. Personalidad antisocial: Se refiere específicamente a individuos cuya personalidad les impulsa a comportarse en forma que es incompatible con el bienestar de los demás. Son personas carentes de sentido de la responsabilidad, egoístas e impulsivas, en cuyo comportamiento no influyen la experiencia y los castigos y por ello repiten sus actos antisociales una y otra vez. Los psicópatas no muestran defectos a un nivel verbal ni teórico (a diferencia de los psicóticos). Su contacto con la realidad es bueno y no sufren angustia, ni fobias, ni obsesiones; por el contrario, se encuentran serenos ante situaciones en las cuales personas normales estarían ansiosas o preocupadas. Su comportamiento está determinado por su necesidad de satisfacer en forma inmediata sus deseos. Tras una fachada que a menudo refleja calor y sinceridad, el psicópata oculta su egocentrismo y su carencia de sentimientos. Es incapaz de amar y de establecer vinculaciones afectivas estables y profundas; utiliza a los demás para satisfacer sus demandas. Otra característica del psicópata es su reducida capacidad para experimentar remordimientos genuinos; estos sujetos no suelen sentir culpa ni vergüenza en situaciones en que sentirlas sería natural e inevitable. No parecen tener impulsos sexuales y agresivos más poderosos que los de otras personas, aunque su expresión está en ellos menos sujeta a restricciones. Personalidad limítrofe: Es la personalidad emocionalmente lábil. Los sujetos tienden a actuar de forma inesperada y sin tomar en consideración las consecuencias; sus estados de ánimo son inestables, caprichosos. Además, se presenta un trastorno de la identidad, de la autoimagen y de las preferencias sexuales. Las relaciones interpersonales son intensas, inestables y a menudo conducen a crisis emocionales. A estos pacientes de les describe con las funciones del yo: realizan actos de autoagresión. Tienen sentido de la realidad, estructuración del pensamiento, relaciones interpersonales en apariencia adecuadas y adaptadas a la realidad. Las debilidades en el funcionamiento del yo se manifiestan con la poca tolerancia a la frustración y el control deficiente de los impulsos. Es irritable, hostil y con tendencias depresivas. Personalidad histriónica: Las personas viven en una continua actuación teatral, sin tener advertencia de su impostura. Nada de lo que dicen o hacen es auténtico. Todo está diseñado para producir un efecto. Sus afectos son exaltados y vehementes, pero carecen de consistencia.


Personalidad obsesiva: El sujeto con esta personalidad es frugal, escrupuloso y obcecado, Su adhesión al orden, la puntualidad, la limpieza y la rutina es conspicua. Son personas despegadas e inhibidas en su expresión emocional, con una tendencia acusada a la indecisión y la duda. Las tendencias sobrecompensadoras de impulsos agresivos y lascivos son frecuentes. Si son inteligentes, ven con facilidad las conexiones lógicas entre los hechos, pero no son igualmente capaces de ver sus implicaciones emocionales. Su capacidad de empatía suele ser pobre. Personalidad ansiosa: Las personas tienden a sentir angustia en situaciones que objetivamente no son amenazantes ni peligrosas. Estas situaciones les suscitan temores exagerados y les generan gran sufrimientos. Puede ocurrir que organicen su vida de modo de evitar encontrarse en el centro de las situaciones que temen y procuran permanecer al margen; inhiben la expresión de sus impulsos, de sus deseos y de sus sentimientos, viven siempre temerosas de fracasar, de ser humilladas o criticadas, y por tal motivo evitan participar, competir y, aun cuando tengan sensibilidad y talento, persiguen metas que están por debajo de sus capacidades reales. Personalidad dependiente: Se tiende a no asumir la responsabilidad ante las propias responsabilidades y a no confrontar los obstáculos con los propios poderes. Se distinguen dos modalidades: pasivo-receptoras y pasivoagresivas. En el primer caso se trata de sujetos que tienden a ser pasivos y a obtener siempre de los demás lo que necesitan. Son dependientes, improductivos y sienten agudamente el temor de ser desamparados. Su avidez por recibir se muestra tanto en su esfera intelectual como afectiva y contrasta con su incapacidad para dar. En el segundo caso, las tendencias pasivas se mezclan con tendencias agresivas que se expresan por obstruccionismo, renuncia a cumplir órdenes, ineficiencia y terquedad. La conducta de estas personas expresa su hostilidad oculta que no se atreven a descargar abiertamente. En las personas pasivas la tendencias agresivas se acentúan cuando no obtienen las gratificaciones que creen merecer. Personalidad autodestructiva: Corresponde a la personalidad masoquista. Las personas repetidamente se colocan en situaciones en las que otros abusan de ellas a pesar de tener la oportunidad de eludirlos. El elemento principal de esta personalidad es un anhelo irracional de sufrimiento y humillación. En el masoquista parece operar una tendencia autodevaluadora que ha sido relacionada con un sentimiento inconsciente de culpa. Su sufrimiento le permite acallar las demandas de su conciencia y además obtener el perdón de los demás. Es dudoso de que en realidad el masoquista desee sufrir. Más bien acepta que los demás le hagan sufrir porque no es capaz de relacionarse con ellos sobre una base diferente. El masoquista suele usar su sufrimiento como una forma de esclavizar a los demás. Personalidad sádica: La agresividad explosiva es un rasgo del temperamento con bases orgánicas. Otra cosa es la agresividad sostenida y la inclinación a agredir a otros como una forma de relacionarse con ellos. Estos sujetos viven con una poderosa necesidad de humillar, empequeñecer y dominar a los demás. En esta forma de relación son comunes la mordacidad, la propensión a usar la crítica en forma destructiva y muchos tienen la convicción de que la compasión y el respeto a los demás solo son un signo de debilidad. Ambos elementos, sadismo y masoquismo, se presentan juntos en sujetos cuya personalidad puede describirse como sadomasoquista.

BIBLIOGRAFÍA: DE LA FUENTE, Ramón. Psicología médica. Segunda edición. Fondo de Cultura Económica. México, 1992.


TRASTORNO DE ANSIEDAD Y PÁNICO La ansiedad es una emoción que aparece cuando el sujeto se siente amenazado por un peligro externo o interno y en cuya génesis participan factores biológicos, psicológicos, sociales y existenciales que hacen aconsejable un abordaje integral. La ansiedad patología puede manifestarse en los planos psíquicos y/o somáticos. La ansiedad experimentada en el plano somático es la que con mayor frecuencia impulsa al paciente a buscar una asistencia urgente en el hospital general o en la consulta de atención primaria. Habría que diferenciar entre miedo y ansiedad. El miedo es una sensación de amenaza ante una determinada situación, persona u objeto. La ansiedad es un sentimiento de amenaza experimentado ante una situación no deseada o cuando no se conoce de antemano la naturaleza de lo que va a ocurrir. En términos generales, la ansiedad normal se explica cuantitativa y cualitativamente por el estímulo que la desencadena; por el contrario, la ansiedad patológica se diferencia de la normal en los siguientes puntos: a) es anacrónica, pues lleva a revivir situaciones pasadas; b) es fantasmagórica, pues su origen no es el mundo real sino la representación imaginaria de un conflicto inconsciente, y c) es estereotipada o repetitiva por cuanto está afincada en el carácter del sujeto. La ansiedad patológica se define por ser más corporal y desproporcionada al estímulo y por persistir por encima de los límites adaptativos, ya que mantiene al sujeto en un estado de hiperactivación inadecuado que afecta al rendimiento, el funcionamiento psicosocial y la libertad personal. El trastorno por ataques de pánico se caracteriza por la aparición de ataques recurrentes e inesperados de ansiedad grave (pánico) no limitados a situaciones o circunstancias concretas. Los episodios suelen aparecer de forma brusca y tienen una duración normalmente de minutos, pero en algunos casos pueden durar horas. Su sintomatología es variable y repentina, con múltiples manifestaciones somáticas, de las que destacan especialmente los síntomas cardiorrespiratorios (taquicardia, palpitaciones, sensación de ahogo, opresión torácica), recordando muchas veces a un ataque cardíaco,


o las manifestaciones neurológicas (mareo, vértigo, parestesias y sensación de inestabilidad). En otras ocasiones, aunque raras, pueden aparecer síntomas gastrointestinales como diarrea y náuseas. En los cuadros agudos pueden aparecer también temblor, sudoración, sofocos, escalofríos, sensación de despersonalización o desrealización, sensación de muerte inminente y pérdida de control. Este cuadro se intensifica hasta durar entre 10 y 30 minutos, hasta un máximo de una o dos horas. Puede aparecer durante el sueño despertando al paciente, pero la presentación más frecuente suele ser al anochecer o bien desencadenado por circunstancias que se convierten de esa manera en fobógenas. Durante los períodos intercríticos, el paciente está inicialmente asintomático, pero tras unas pocas crisis, o a veces incluso desde la primera y, debido al intenso malestar que el paciente padeció durante el ataque, se desarrolla una ansiedad anticipatoria ante la posible aparición de nuevas crisis. Con el tiempo, el límite entre los periodos agudos y las situaciones intercríticas con presencia de ansiedad anticipatoria puede difuminarse, lo que dificulta el diagnostico. El trastorno de pánico es el tipo de trastorno de ansiedad que produce mayores dificultades diagnósticas, siendo frecuente que los pacientes sean tratados como cardiópatas, como enfermos neurológicos o de otra naturaleza. Agorafobia: Este término se utiliza para hacer referencia no solo al temor a los lugares abiertos, sino también a otros relacionados con ellos, como temores a las multitudes y dificultad para poder escapar inmediatamente a un lugar seguro. La agorafobia es un trastorno más prevalente del sexo femenino. El resultado final de este trastorno es el progresivo aislamiento del paciente o su dependencia a otras personas para hacer una vida normal. Aunque la gravedad de la ansiedad y la intensidad de la conducta de evitación son variables, es el más incapacitante de todos los trastornos fóbicos, haciendo que algunos individuos se queden completamente confinados en su hogar. Fobia específica: Es un trastorno fóbico limitado a un estímulo específico y, a pesar de ser el trastorno de ansiedad más prevalente, también cuenta con un carácter más leve dado que la ansiedad solo se presenta ante el estímulo fóbico específico. Suelen aparecer en la infancia o al comienzo de la vida adulta y si no son tratadas pueden persistir durante décadas. El grado de incapacidad que producen depende de lo fácil que resulte para el enfermo evitar la situación


fóbica. En muchas ocasiones no requieren tratamiento, puesto que su potencial limitante es mucho más escaso que en el caso de la agorafobia. En caso contrario, las técnicas psicoterapéuticas de exposición in vivo suelen dar un buen resultado. Se presenta más en mujeres que en varones. Fobia social: Es un trastorno en el que la ansiedad se manifiesta cuando el sujeto se encuentra expuesto a una situación social. Algunas fobias sociales se limitan a situaciones concretas como comer en público, hablar en público, encuentros con el sexo contrario, etcétera, mientras que otras son difusas y abarcan casi todas las situaciones fuera del círculo familiar. Suele tener una edad de inicio temprana (adolescencia) y se presenta con igual frecuencia en varones y mujeres. Los síntomas que se le asocian son enrojecimiento fácil, náuseas, sudoración, temblor de manos, necesidad imperiosa de micción o una sensación de incomodidad insoportable, lo que hace que el paciente acabe evitando todo tipo de relación social o la limite al máximo. DIAGNÓSTICO Dado que la ansiedad puede ser un síntoma producido por una gran infinidad de causas, la correcta identificación del motivo desencadenante, si lo hubiera, es fundamental a la hora de realizar un diagnóstico y tratamiento adecuado y evitar posibles desenlaces fatales. Se recomienda realizar, amén de una detallada historia clínica, las siguientes exploraciones complementarias: hemograma, velocidad de sedimentación globular (VSG), bioquímica (incluyendo iones), estudio de función tiroides (TSH) y electrocardiograma. Con objeto de una mayor seguridad diagnóstica también sería recomendable la utilización de entrevistas estructurales, siendo posiblemente la MINI (Mini Interview Neuropsychiatric International), la que reúne las mejores propiedades psicométricas de todas ellas. De igual modo, existen escalas específicas, como la Escala de Evaluación de Pánico y Agorafobia de Bandelow. TRATAMIENTO Un aspecto básico a tener presente es que la ansiedad puede aparecer de modo sintomático en numerosas patologías somáticas, diversos tratamientos o asociada al consumo de determinadas sustancias o a la supresión de las mismas. En estos casos, el correcto tratamiento de la enfermedad de base o la sustitución o eliminación de la sustancia responsable debe mejorar en gran medida la sintomatología ansiosa. En el Ancio habría que tener en consideración que determinadas circunstancias como una disminución de la audición, de la visión o de otras capacidades pueden actuar como precipitantes de cuadros ansiosos. En estos casos, la correcta detección y tratamiento de dichos déficits podría resolver el problema. TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO En él se incluyen básicamente a las benzodiacepinas y azapironas (buspirona), aunque también pueden utilizarse otros fármacos como los antipsicóticos dotados de acción ansiolítica, bloqueadores beta y antidepresivos. La supresión de estos fármacos siempre ha de realizarse de modo lento y progresivo para evitar sintomatología


ansiosa de rebote. En general, las benzodiacepinas constituyen una herramienta útil, segura y de fácil manejo para el tratamiento de los trastornos de ansiedad, siendo sus inconvenientes escasos y quizás más llamativos en los pacientes de mayor edad. CASOS DE FAMOSOS El grito: Es quizá el episodio de un ataque de pánico más famoso del que se tiene noticia. Tuvo lugar en enero de 1892 y le sucedió a un pintor que paseaba por el Ekeberg, una montaña a las afueras de Oslo. Él lo recogió así en su diario: “Iba caminando por un sendero, junto con dos amigos, el sol se ponía. De repente el cielo se volvió sangre y sentí la respiración de la tristeza. Un dolor desgarrador bajo a mi corazón. Me detuve, me apoyé sobre una valla, con un cansancio de muerte. Nubes sobre el fiordo de sangre goteaban sangre apestosa. Mis amigos siguieron andado mientras yo me quedaba tembloroso, con una herida abierta en mi pecho, temblando de ansiedad. Entonces oí el enorme, infinito grito pasando a través de la naturaleza”.

Esto le sucedió al pintor noruego Edvard Munch, a quien el episodio le impactó tanto que volvió a aquel momento una y otra vez, provocando que terminara pintando tres cuadros de “El grito de la naturaleza”, pintura mundialmente conocida como “El grito”. Johnny Depp: El actor de Piratas del Caribe, que en la ficción puede simular ser un valiente corsario, admitió también haber padecido además de ataques de pánico, miedo a las alturas (aerofobia) y a los payasos (coulrofobia). Scarlett Johansson: Sufrió severos ataques de pánico en el set de su última película “Avengers”. Declaró: “Usualmente me siento nerviosa antes de cada film, pero esta vez fue mucho peor. Me sentía tan alterada que cuando estábamos listos para la primera escena, casi muero de ansiedad”. CASO CLÍNICO Mariana es una profesora de secundaria de 38 años, casada con un marido amoroso, dos hijos y una vida tranquila y feliz. Esta situación de vida placentera y aceptable cambió un domingo cualquiera en el que estando en la fila de la caja del supermercado comenzó a sentirse extraña, nerviosa, empezó a sentir que su corazón latía muy fuerte y rápido, con palpitaciones, parecía que el mismo quería salir de su pecho. Además empezó a transpirar en forma muy intensa, tanto es así que sus manos quedaron empapadas en sudor, así como también su ropa. Súbitamente comenzó a temblar y Mariana tenía dificultades para respirar, era como que el aire no llegaba al fondo de sus pulmones. Su pecho comenzó a doler, también sentía mareos y náuseas. Un


hormigueo —como una “especie de electricidad”— comenzó a recorrer sus piernas y sus brazos. Un gran miedo se apoderó de Mariana, comenzó a sentir como un “sentimiento de irrealidad”, ella se dio cuenta que no podía controlarse y en un momento empezó a pensar “¿Me estaré volviendo loca?”, “¿Esto será el comienzo de una enfermedad mental?”. El dolor en el pecho lejos de aliviar comenzó a intensificarse y Mariana pensó: “Ya sé, me está dando un ataque al corazón, debe ser un infarto, la misma enfermedad que mató a mi abuelo; tengo mucho miedo de morirme acá mismo, en la cola del supermercado”. Mariana dejó las bolsas de su compra en el piso y salió corriendo a su casa, por suerte, su casa queda a media cuadra del supermercado, ahí estaba Roberto, su esposo, quien quedó muy sorprendido por ver a su mujer en ese estado de nervios y con el terror dibujado en su rostro. Los síntomas y las sensaciones feas iban en aumento y la profesora no paraba de llorar y de gritar “Mi amor me muero, me muero. Voy a morir igual que mi abuelo, creo que me está dando un infarto, por el amor de Dios llama urgente a un médico”. Sin perder tiempo su marido llamó al servicio de emergencia y en 15 minutos llegó la ambulancia, un doctor y una enfermera. Rápidamente examinaron y auscultaron a Mariana, además de que le realizaron un electrocardiograma. Para sorpresa de ambos el doctor le dijo “Usted no tiene nada, nada orgánico. Usted es una persona sana y lo que usted está sintiendo es un ataque de pánico” y simultáneamente le indicaron un comprimido de diazepam debajo de su lengua. “No se preocupe”, dijo el Doctor, “profesora usted tiene algo que es muy frecuente hoy día”, además recomendó una consulta con un especialista en psiquiatría. Mariana no hizo la consulta con el psiquiatra, “¿Para qué, si yo no estoy loca?”, sin embargo, ella empezó a tener esta crisis cada vez más seguido; las mismas comenzaron a repetirse en forma frecuente cada vez que se alejaba de su hogar. Comenzaron las clases y la docente no podía ir a su trabajo ya que tenía mucho miedo de que “estos ataques” se repitieran; es más, no podía alejarse de su casa sino era acompañada por Roberto o alguno de sus hijos, pidió licencia médica y se sentía aprisionada en su propia casa. Buscó información en Internet y entendió que tal vez la única forma de poder volver a ser la misma de siempre era consultando a un especialista. Finalmente consultó a uno de los psiquiatras que residía en su ciudad, este médico le explicó que ella padecía un trastorno por ansiedad al que se le sumaban ciertos elementos de desánimo y/o depresión. El profesional le recomendó el uso de omega 3, vitamina B1 y paroxetina (neuroprotector, antidepresivo, que repone los niveles de serotonina a la normalidad). Este tratamiento normalizó a Mariana en aproximadamente 45 días. Su médico le dijo que debería realizar un tratamiento por un periodo de un año. BIBLIOGRAFÍA: 1. 2. 3. 4. 5.

http://www.imedicinas.com/pfw_files/cma/pdffiles/Chamorro/C02706068.pdf http://www.unioviedo.net/psiquiatria/publicaciones/documentos/1999/1999_Bobes_Trastorno.pdf ORTUNO S, Felipe. Lecciones de psiquiatría. Editorial Médica Panamericana. Capítulo 18. http://jralonso.es/2012/10/17/el-grito/ http://www.primiciasya.com/primicias/Informe-Que-son-los-ataques-de-panico-y-que-famosos-losufrieron-20140516-0026.html 6. http://www.fundacioncazabajones.org/panico_mariana.php


EL ABUSO DE DROGAS Y LA ADICCIÓN ¿Qué es la adicción a las drogas? La adicción se define como una enfermedad crónica del cerebro con recaídas, caracterizada por la búsqueda y el uso compulsivo de drogas, a pesar de las consecuencias nocivas. Se considera una enfermedad del cerebro porque las drogas cambian al cerebro: modifican su estructura y cómo funciona. Estos cambios pueden durar largo tiempo y llevar a los comportamientos peligrosos que se ven en las personas que abusan de las drogas.

¿Por qué consumen drogas algunas personas? En general, las personas comienzan a consumir drogas por diferentes razones: Para sentirse bien. La mayoría de las drogas de abuso producen sensaciones intensas de placer. Esta sensación inicial de euforia va seguida por otros efectos, que difieren según el tipo de droga usada. Por ejemplo, con los estimulantes como la cocaína, el “high” o euforia es seguido por sentimientos de poder, auto-confianza y mayor energía. Por lo contrario, la euforia producida por los opiáceos como la heroína es seguida por sentimientos de relajamiento y satisfacción. Para sentirse mejor. Algunas personas que sufren de ansiedad o fobia social, trastornos relacionados al estrés o depresión, comienzan a abusar las drogas en un intento de disminuir los sentimientos de angustia. El estrés puede jugar un papel importante en determinar si alguien comienza o continúa abusando de las drogas y en las recaídas en los pacientes que están recuperándose de su adicción. Para rendir mejor. La necesidad que algunas personas sienten de mejorar su rendimiento atlético o cognitivo con sustancias químicas puede jugar un papel similar en la experimentación inicial y en el abuso continuado de la droga. Por curiosidad o “porque los demás lo hacen”. En este respecto, los adolescentes son particularmente vulnerables debido a la fuerte influencia que tiene sobre ellos la presión de sus amigos y compañeros. Es más probable, por ejemplo, que se involucren en comportamientos atrevidos o de desafío.

Si el consumo de drogas hace que las personas se sientan bien o mejor, ¿cuál es el problema? Al principio, algunas personas perciben lo que parecen ser efectos positivos con el consumo de drogas. También creen que pueden


controlar su uso. Sin embargo, las drogas pueden apoderarse rápidamente de sus vidas. Consideren como un bebedor social intoxicado puede subirse a un auto y rápidamente convertir una actividad placentera en una tragedia para él y para otros. Con el tiempo, si el consumo de drogas continúa, las actividades placenteras se vuelven menos placenteras y el abuso de drogas se hace necesario simplemente para que los usuarios se sientan “normales.” Las personas que abusan de drogas llegan a un punto en que buscan y consumen drogas a pesar de los tremendos problemas que esto les causa a ellos y a sus seres queridos. Algunas personas comienzan a sentir la necesidad de tomar dosis cada vez más fuertes y con más frecuencia, aun en las primeras etapas de su consumo de drogas.

¿Es el abuso continuo de drogas un comportamiento voluntario? Por lo general, la decisión inicial de consumir drogas es voluntaria. Sin embargo, cuando se convierte en abuso de drogas, la capacidad individual para ejercer el auto control se vuelve sumamente deficiente. Los estudios de imágenes del cerebro de los drogadictos muestran cambios físicos en áreas del cerebro esenciales para el juicio, la toma de decisiones, el aprendizaje, la memoria y el control del comportamiento. Los científicos creen que estos cambios alteran la forma cómo funciona el cerebro y pueden explicar los comportamientos compulsivos y destructivos que resultan de la adicción. ¿Por qué algunas personas se vuelven adictas a las drogas y otras no? Al igual que con cualquier otra enfermedad, la vulnerabilidad a la adicción difiere de una persona a otra. En general, mientras más factores de riesgo se tienen, mayor es la probabilidad de que el consumo de drogas se convierta en abuso y adicción. En cambio, los factores de “protección” reducen el riesgo de desarrollar una adicción.

¿Qué factores determinan que una persona se vuelva adicta? No hay un solo factor que determine que alguien se vuelva drogadicto. El riesgo total de volverse drogadicto es afectado por la constitución biológica de la persona, pudiendo verse influenciado por el sexo o la etnia de la persona o por la


etapa de desarrollo en que se encuentra y por su entorno social (por ejemplo, las condiciones en el hogar, en la escuela y en el vecindario).

¿Qué factores biológicos aumentan el riesgo de la adicción? Los científicos creen que los factores genéticos, incluyendo los cambios causados por el medio ambiente en su expresión y función, constituyen entre el 40 y el 60 por ciento de la vulnerabilidad a la adicción. Los adolescentes y las personas con trastornos mentales tienen mayor riesgo para el abuso de drogas y la adicción en comparación con la población en general. Las interacciones más tempranas de los niños con sus familias son esenciales para su desarrollo saludable y también afectan el riesgo de que lleguen a abusar de las drogas.

¿Qué factores ambientales aumentan el riesgo de la adicción?

El hogar y la familia. La influencia del ambiente en el hogar generalmente es lomás importante en la niñez. Los padres o personas mayores de la familia que abusan del alcohol o de drogas, o que tienen comportamientos criminales, pueden aumentar el riesgo de que los niños desarrollen sus propios problemas con las drogas. Los compañeros y la escuela. Los amigos y “conocidos” son los que ejercen la mayor influencia en la adolescencia. Los compañeros que abusan de las drogas pueden convencer hasta a los muchachos que no tienen factores de riesgo a que prueben las drogas por primera vez. El mal rendimiento académico o la carencia de buenas habilidades sociales pueden poner al niño en mayor riesgo para el abuso de drogas.

¿Qué otros factores aumentan el riesgo de la adicción? Consumo temprano. Aunque el consumo de drogas a cualquier edad puede llevar a la adicción, las investigaciones muestran que cuanto más temprano se comienza a consumir drogas, mayor es la probabilidad de progresar al abuso más serio. Esto puede ser un reflejo de los efectos dañinos que tienen las drogas sobre el cerebro en su fase de desarrollo; también puede resultar de una variedad de factores tempranos de vulnerabilidad, tanto biológicos como sociales, incluyendo susceptibilidad genética, enfermedad mental, relaciones familiares inestables, y la exposición al abuso físico o sexual. Aún así, el hecho es que el uso temprano es un indicador fuerte de problemas futuros, entre ellos, el abuso de sustancias y la adicción. Método de administración. El fumar una droga o inyectarla en una vena, aumenta su potencial adictivo. Las drogas que se fuman o se inyectan penetran al cerebro en segundos, produciendo una sensación inicial intensa


de placer. Sin embargo, este “high” o euforia intensa puede desaparecer en minutos, llevando al abusador a niveles más bajos, más normales. Es un contraste que se siente fuertemente y los científicos creen que esa sensación de pesadumbre lleva a las personas a repetir el abuso de drogas con la intención de capturar nuevamente el estado de placer inmenso. La adicción es una enfermedad del desarrollo que típicamente comienza en la niñez o la adolescencia.

Casos de famosos muertos por sobredosis: Seymour Hoffman engrosaría una triste lista de talentos perdidos por sobredosis. el 13 de julio del 2013, el actor de "Glee", Corey Monteith fue hallado muerto en un hotel de Vancouver, Canadá. Había consumido alcohol y heroína, lo que le causó un paro cardíaco

Heath Ledger: El cadáver del actor fue encontrado en su apartamento de Nueva York el 22 de enero de 2008. De acuerdo al informe policial, junto al cuerpo se encontró un frasco con pastillas para dormir.

Elvis fue encontrado inconsciente y fue imposible reanimarlo. ¿En qué consiste el tratamiento para la drogadicción? Existen varios enfoques con base científica para tratar la drogadicción. El tratamiento para la drogadicción puede incluir terapia de la conducta (como terapia individual o de grupo, terapia cognitiva o manejo de contingencias), medicamentos o una combinación de ellos. El tipo específico de tratamiento o la combinación de tratamientos varía según las necesidades individuales del paciente y, con frecuencia, según el tipo o los tipos de drogas que use. La gravedad de la adicción y los intentos anteriores para dejar de consumir drogas


también pueden influir en el enfoque del tratamiento. Finalmente, los adictos suelen sufrir de otros problemas de salud (incluyendo otros trastornos mentales), ocupacionales, legales, familiares y sociales, los cuales deben tratarse de forma concurrente. El tratamiento para la drogadicción puede incluir terapia de la conducta, medicamentos o una combinación de ellos. Hay medicamentos, como la metadona, la buprenorfina y la naltrexona, que se usan para tratar a personas adictas a las sustancias opioides, mientras que para los adictos al tabaco existen preparados de nicotina (parches, chicles, pastillas y vaporizador nasal) además de los medicamentos vareniclina y bupropión. El disulfiram, el acamprosato y la naltrexona son medicamentos usados para tratar la dependencia al alcohol, la cual se presenta comúnmente junto con otras drogadicciones. De hecho, la mayoría de las personas con adicción severa son consumidores de diversas drogas y requieren tratamiento para todas las sustancias que abusan. Incluso se ha comprobado que las personas que tienen problemas con el alcoholismo y el tabaquismo pueden recibir tratamiento simultáneamente para ambos problemas.

Los medicamentos psicoactivos, como los antidepresivos, los ansiolíticos, los estabilizadores del estado de ánimo o los antipsicóticos pueden ser críticos para el éxito del tratamiento cuando los pacientes tienen trastornos mentales simultáneos, tales como depresión, trastorno de ansiedad (incluyendo el trastorno de estrés postraumático), trastorno bipolar o esquizofrenia.


Las terapias de la conducta pueden ayudar a motivar a los toxicómanos a participar en el tratamiento para las drogas, ofrecen estrategias para afrontar el deseo de consumirlas, enseñan maneras de evitar las drogas y prevenir las recaídas, y ayudan en el manejo de las recaídas en caso de que éstas ocurran. Las terapias de la conducta también pueden ayudar a mejorar las destrezas de comunicación, las relaciones interpersonales y la crianza de hijos, así como la dinámica familiar. Puesto que trabajan en distintos aspectos de la adicción, las combinaciones de terapias de la conducta y medicamentos (cuando los hay) por lo general parecen ser más eficaces que cualquier enfoque usado por sí solo.

Medicamentos usados Buprenorfina (Temgesic, Subutex) es un fármaco del grupo de los opiáceos, Útil para el tratamiento de la adicción a otros opioides como la morfina y la heroína de manera similar al tratamiento con metadona. La naltrexona o naltraxona es un medicamento antagonista no selectivo de los opioides, disponible por vía oral, muy usado en el tratamiento de la intoxicación aguda por opiáceos (como lacodeína, morfina y la heroína), por medio del bloqueo de los efectos de opioides exógenos y, muy probablemente endógenos también. También es utilizada con éxito, el primero en muchos países, en la terapia del síndrome de abstinencia al alcohol, por su efecto anti-craving. Metadona: Este psicofármaco empezó a utilizarse como sedante y como remedio contra la tos, sin mucho éxito. Actualmente se emplea en los programas de desintoxicación y mantenimiento de los farmacodependientes de opiáceos, tales como la heroína. Para el tratamiento de desintoxicación de farmacodependientes a la heroína, se suministra normalmente metadona líquida, en una dosis diaria en torno a 12 ml. de media con una pureza de su principio activo (Metadona Clorhidrato; MetasedinR) del 5 por mil. En pastillas son de 40mg o 30mg. Vareniclina Es un medicamento no nicotínico para dejar de fumar. Básicamente actúa reduciendo el efecto de la nicotina en el cerebro y reduciendo la ansiedad causada por el síndrome de abstinencia. El acamprosato: es un fármaco que está indicado en la terapia de mantenimiento de abstinencia en pacientes dependientes del alcohol. Se usa después del periodo de desintoxicación ya que como tal no constituye un tratamiento para ello sino que evita la recaída por parte del paciente en la ingesta de alcohol. Deberá ser combinada con psicoterapia ya que suele existir una relación entre la dependencia al alcohol, la depresión y el suicidio.


Se administra por vía oral en forma de comprimidos recubiertos de 333 mg. La dosis es dependiente del peso del paciente: Si el peso es superior a los 60 kg se administran 666 mg cada 8 horas (2 comprimidos por la mañana, 2 al mediodía y 2 por la noche). Si el peso es inferior a los 60 kg se administran 1332 mg en 3 tomas (2 comprimidos por la mañana, 1 al mediodía, y 1 por la noche). La duración recomendada del tratamiento es 1 año. Disulfiram es un fármaco usado para ayudar en el tratamiento del alcoholismo crónico, produciendo una reacción aguda al consumo de etanol. El disulfiram también se ha propuesto como tratamiento para la cocainomanía, ya que previene el metabolismo de la dopamina, neurotransmisor que se libera en grandes cantidades cuando se toma cocaína; el exceso de dopamina da como resultado síntomas como ansiedad, mayor tensión arterial, inquietud y otros síntomas desagradables.

BIBLIOGRAFIA: http: //salud.univision. com/es/%C3%A1lbum-de-fotos/famosos-que-murieron-por-sobredosis?p=22 http://www.drugabuse.gov/es/publicaciones/drugfacts/el-abuso-de-drogas-y-la-drogadiccion https://www.google.com.mx/imghp?hl=es-419&tab=wi&ei=XoBaVOeAOcSzogStooLACQ&ved=0CAQQqi4oAg


SUICIDIO La psicología y la psicopatología del suicidio activo, es un acto específicamente humano, personal, pero también un acto social, en tanto que tiene raíces en la sociedad y afecta siempre a los demás: a la familia y a la comunidad. La Organización Mundial de la Salud estima que cada de 1000 a 2000 personas se quitan la vida, y admite que estas cifras, que son elevadas, representa una parte de los casos. Las tasas de suicidio registrado varían de un país a otro; es paradójico que en los países donde se hacen los esfuerzos más exitosos para prolongar la vida se contemple un ascenso sorprendente de las tasas de suicidio; tanto de los intentos, como de los suicidios consumados. En varios países de Occidente el suicidio ocupa el tercero al octavo lugar como causa de muerte. Se ha calculado que por cada suicidio consumido hay de seis a ocho intentos. En estados Unidos, se calcula que cada año más de 200 000 personas intentan suicidarse y que de ellas lo logran de 20 000 a 35 000.

Las tasas más elevada de suicidio se encuentran entre los viejo. Sin en embargo, 12% de todos los suicidios ocurren en personas de entre 20 y 24 años, y es la tercera causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 24 años. El suicidio es poco frecuente en los niños menores de 10 años; entre los 10 y los 14 años, la tasa es pequeña, pero se ha triplicado en los últimos 20 años. Entre los varones de 15 a 19 años, el suicidio ha aumentado en 350 % en los últimos 24 años. Los suicidios fallidos son tres veces más frecuentes en las mujeres, pero los suicidios consumados son tres veces más comunes entre los varones.


En nuestro país las tasa de suicidio son comparativamente bajas. Del orden de 1.6 por 100 000, cifra que contrasta con la tasa de homicidio, que es muy elevada: 17 por 100 000.

Aspectos Sociales. Las estadísticas dan una idea de la extensión del fenómeno, pero nos informan de los procesos que predisponen y conducen a él. El suicidio es un fenómeno que debe examinarse no sólo desde un punto de vista personal, sino desde un punto de vista social: una acción que ocurre en oposición a las creencias y normas de comportamiento sostenidas por la sociedad. El sociólogo Durkheim propuso en 1897 lo siguiente: Una nación que se encuentra en proceso activo de cambo tiene tasas de suicidio elevadas, mientras que una nación que se mantiene estática tiene tasas de suicidio comparativamente bajas. Esto es que en las sociedades activas, donde las expectativas, la competencia y el miedo al fracaso son mayores, las tasas son más elevadas. Tal ocurre en los estados tecnológicamente avanzados y prósperos como Alemania, Francia y Suiza. Lo opuesto ocurre en países menos avanzados como Guatemala y Malta.


Aparentemente las tasas de suicidio están relacionadas con las actitudes hacia el suicidio prevalecientes en distintas sociedades y culturas. Hungría un país donde tradicionalmente el suicidio no despierta actitudes energéticas de crítica y repudio, tiene una de las tasas más elevadas de suicidio en el mundo; en tanto que Irlanda, país donde la cultura condena el suicidio, tiene una de las tasas más bajas. Es posible que la condenación del acto contribuya a que las tasas de suicidio sean menores en los países católicos. La pérdida del significado de la vida es más común entre personas que viven en sociedades industriales. La industrialización y el estilo de vida que genera favorecen la ruptura de la cohesión familiar y el quebrantamiento de los valores tradicionales. Algunos estudios sobre el suicidio entre los jóvenes, muestran una elevación de este acto entre jóvenes que desempeñan el aislamiento, la desintegración familiar y el quebramiento de la tradición.

El suicidio está relacionado con aspectos socioeconómicos. Las cifras también difieren en las áreas rurales y las urbanas, siendo más bajas en las primeras. Por otra parte, su incidencia disminuye en los países en guerra. Es interesante que cuando aumentan las demandas y expectativas de los demás, como ocurre en situaciones de catástrofe, la inclinación al suicidio es menor. En los campos de concentración descendieron las tasas de suicidio. Hay diferencias entre el número de suicidios consumados y los intentos. Por ejemplo, los intentos de suicidio son relativamente más frecuentes entre las mujeres jóvenes, mientras los suicidios consumados son relativamente más comunes entre los hombres maduros y las personas de edad avanzada. También es más común entre los divorciados, los viudos y los solteros que entre los casados. La incidencia es mayor entre los profesionistas, particularmente entre los médicos, que entre los no profesionistas.


Psicología de los actos suicidas Los factores que predisponen al suicidio son también complejos. La personalidad juega un papel importante y también los trastornos y enfermedades mentales. Los datos epidemiológicos no son suficientes para comprender un fenómeno que es un acto individual en el que intervienen, en grados variables, la intención y la voluntad, y en el que la soledad y la pérdida de la esperanza so esenciales. El suicidio en algunas personas es la culminación, podríamos decir congruente, de una larga historia de inestabilidad y desorganización personal. El acto suicida puede ser una reacción impulsiva que se desencadena en una crisis. Éste suele ser el caso de muchos suicidas adolecentes. En otros casos, particularmente en los ancianos, las acciones autodestructivas son más deliberadas y se llevan a cabo discretamente, con eficacia calculada. Entre los eventos que precipitan a una persona al acto suicida, uno de los más frecuentes es la ruptura de las ligas con alguien de quien se depende en grado extremo. Otras causas frecuentes son la pérdida de un bien, como la salud, el estatus social o una posesión, sentimientos de culpa y minusvalía, sentimientos de hastío y vacuidad. Algo común en los intentos de suicidio es la ambivalencia, es decir, el sujeto desea morir, pero no quiere morir. Se puede decir que la ambivalencia es muy frecuente y la solución es retar al destino corriendo el riesgo de morir. De ahí que el intento se haga en situaciones en que es posible recibir ayuda. En el fondo, muchos intentos de suicidio son “una petición desesperada de recibir ayuda”. El individuo pretende que otros se percatan de cuán desesperada es su situación. Las fantasías de sujetos parasuicidas con frecuencia expresan una combinación de rasgos masoquistas y sádicos. Algunos sienten placer cuando piensan en el suicidio y a otros les causa un sentimiento de poder. No hay duda de que algunos suicidios son actos de suprema soberbia. Una fantasía frecuente es la del descanso a través de un sueño sin fin. La persona anhela poner fin a una angustia que le es ya intolerable. Otra fantasía es la de renacer a otra vida más amable.


El suicidio puede ser un acto racional, resultado de una meditación filosófica, y es lamentable pero no irracional que una persona que sufre una enfermedad incurable y severamente incapacitante se quite la vida.

Suicidio y patología mental La forma de patología que con más frecuencia conduce al suicidio es la depresión severa. Una persona severamente deprimida, que atenta contra su propia vida, no está haciendo uso de su libertad, porque no puede evaluar objetivamente su situación. En la depresión, el abatimiento del humor cambia la visión que el sujeto tiene de si mismo y de sus circunstancias, de su pasado y de su futuro, y puede verse en un callejón sin salida, sin estarlo realmente. Con un tratamiento adecuado la mayor parte de las personas deprimidas recuperan la salud y entonces su manera de verse a sí mismas cambia radicalmente en una dirección positiva. Otros trastornos mentales que conducen al suicidio son los estados esquizofrénicos, el alcoholismo, la dependencia de drogas como la heroína, y otros trastornos de la personalidad.

Las personas con rasgos histéricos son manipuladoras y sus intentos ficticios tienen el propósito de atraer la atención e imponer su voluntad a los demás.

Consideraciones acerca de la prevención y el manejo En principio, la expresión de ideas suicidas por cualquier persona debe ser tomada en serio. La severidad de un intento de suicidio se estima con base en la evaluación del riesgo que la persona ha tomado realmente, en los medios que usó y en las circunstancias. Una persona que hace un intento suicida pero que en realidad alienta el deseo de ser rescatada da a conocer su intención y elige medios y circunstancias que le permitan ser descubierta oportunamente y salvada.


La persona que planea cuidadosamente su suicidio para no fallar, arregla sus asuntos y anticipa los efectos que su acción va a causar en sus amigos y en su familia, tiene un riesgo elevado de quitarse la vida. El buen manejo médico – psicológico de la persona que ha hecho un intento de suicidio requiere tomar en cuenta dos aspectos: la persona y sus circunstancias. La función del médico es tratar de evaluar la intención y la severidad del acto, comprender sus determinantes y ayudar a la persona a superar se desesperanza, su soledad y su falta de deseo de vivir. Es necesario examinar los sentimientos del paciente en relación con el desenlace fallido, como la vergüenza y el temor al rechazo. Es también necesario ayudar al paciente a examinar los móviles de su acción y responder a su petición de ayuda. Siempre que sea posible es conveniente que algún familiar participe en la prevención de la reincidencia y que asuma la responsabilidad de ayudar a la persona a superar la situación critica. Solo el médico que dispone de tiempo y tiene interés y respeto por la condición humana puede ayudar a estas personas desafortunadas. El suicidio es una encrucijada a la que se llega por muy diversos caminos y nadie puede asegurar que no habrá de encontrarse en ella.

BIBLIOGRAFIA http://www.who.int/features/qa/24/es/ Psicología médica, Ramón de la fuente, 2ª edición, fondo de cultura económica, pag 483-492. http://www.inegi.org.mx/est/contenidos/Proyectos/registros/sociales/suicidios/de http://timerime.com/es/evento/1329677/mile+Durkheim/ http://www.frankclavijo.com/el-sindrome-de-culpabilidad/ http://www.revistafuturos.info/futuros_11/suicidio1.htm


PSICOFARMACOS


Antidepresivo

IMIPRAMINA

INDICACIONES Antidepresivo eficaz de primera elección para el tratamiento de la depresión endógena y no endógena, depresión de la distrofia mioclónica, depresión neurótica y como terapia combinada con un neuroléptico para la depresión dilusional. Ejerce los efectos sobre la distimia melancólica,es útil para la depresión inhibida e involutiva; mejora las ideas de culpa, autocompasivas, irritabilidad, inhibición psicomotora, dificultad de concentración, hipocondriasis y cuadros histéricos. Se utiliza como tratamiento de primera elección en pacientes pediátricos para la enuresis, en los terrores nocturnos y en los pacientes adultos para la incontinencia urinaria e incontinencia por tensión.Resulta también útil en pacientes que sufren de narcolepsia. Se utiliza con éxito en los trastornos de ansiedad como el ataque de pánico y en pacientes pediátricos con problemas del comportamiento como el déficit de atención. CONTRAINDICACIONES No se debe emplear cuando exista hipersensibilidad a los antidepresivos tricíclicos (timoanalépticos). Hipertrofia prostática, glaucoma de ángulo cerrado. Tampoco se debe emplear este medicamento durante el periodo de recuperación del infarto miocárdico, en trastornos de la conducción cardiaca, hepatopatía o nefropatía, diabetes y otros trastornos endocrinos o metabólicos severos. Usar con precaución en alcoholismo activo, asma, depresión bipolar, enfermedades cardiovasculares y la esquizofrenia. REACCIONES ADVERSAS Este medicamento no se debe administrar en el primer trimestre de embarazo, Een los niños de madres que recibieron durante los últimos meses del embarazo una terapia con IMIPRAMINA, pudo verse, después del nacimiento, taquipnea, taquicardia, cianosis, hipotonía, mioclonías, laringospasmos y retención urinaria. Los efectos colaterales más comunes son náuseas, cefalea, vértigo, visión borrosa, sudación, constipación, hipotensión postural, taquicardía, disuria, mal sabor de boca, adenitis sublingual, estomatitis, sequedad de la cavidad oral que cuando es muy severa puede producir pequeñas ulceraciones en la lengua, así como moniliasis agregada. DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN: Oral; Adultos: Depresión endógena: 25 a 50 mg tres a cuatro veces al día; ajustar la dosis de acuerdo con la respuesta y necesidades. La dosis oral inicial de 50 a 100 mg/día en dosis única o dividida, con aumentos graduales hasta 250 a 300 mg/día. En los pacientes ancianos se debe reducir a la mitad la dosificación. Niños: Depresión endógena: Mayores de 6 años, 10 mg dos a tres veces al día. Ajustar las dosis de acuerdo con las necesidades y tolerancia. Enuresis: 25 a 75 mg una vez al día, antes de acostarse; hasta un máximo de 2.5 mg/kg/día.


Antidepresivo

AMITRIPTILINA

INDICACIONES Tratamiento de la depresión (incluyendo pacientes con esquizofrenia o psicosis depresiva): Administración Ortal; Adultos y adolescentes entre 13 y 65 años: iniciar el tratamiento con dosis de 25 a 75 mg/día en una sóla dosis a la hora de acostarse. Esta dosis inicial puede aumentarse en incrementos de 25 mg/dia semanales hasta 200 mg/día. La máxima dosis a administrar, en pacientes hospitalizados es de 300 mg/día. Adultos > 65 años: Inicialmente una dosis de 10 a 25 mg a la hora de acostarse, aumentando paulatinamente la misma hasta 150 mg/dia Niños: las dosis iniciales son de 1 mg/kg/dia en tres administraciones hasta un máximo de 1.5 mg/kg/día CONTRAINDICACIONES La amitriptilina está contraindicada para su uso concomitante con inhibidores de la monoaminaoxidasa y no se deberá utilizar por lo menos en las dos semanas siguientes a interrumpir el tratamiento con un IMAO con objeto de que la monoaminooxidasa recupere sus niveles normales. La amitriptilina puede transformar la depresión en manía en algunos pacientes predispuestos (por ejemplo en pacientes con desórdenes bipolares). Si un paciente muestra síntomas maníacos se deberá discontinuar la amitriptilina e iniciar un tratamiento adecuado. La amitriptilina produce sedación y por lo tanto los conductores y pacientes que tengan a su cargo maquinaria deberán ser adecuadamente advertidos. El alcohol puede potenciar los efectos sedantes de la amitriptilina. Los antidepresivos tricíclicos deben usarse con precaución en pacientes con enfermedades cardiovasculares (insuficiencia cardíaca, infarto de miocardio) y no se deberán administrar en pacientes que muestren alargamiento del QT o problemas de conducción (arritmias cardíacas, bloqueo A-V, etc,). Tampoco se deben administrar antidepresivos tricíclicos a pacientes en fase de recuperación de un infarto reciente ya que pueden ocasionar la muerte súbita. EFECTOS ADVERSOS La modorra o somnolencia es el efecto adverso más frecuente observado durante el tratamiento con los antidepresivos tricíclicos en general y con amitriptilina en particular. Aunque la sedación puede ser un efecto beneficioso por la noche, puede producir graves trastornos durante el día. Los mareos están relacionados con la hipotensión ortóstatica y pueden minimizarse advirtiendo al paciente que no realice cambios bruscos de posición. En algunos pacientes, sobre todo de la tercera edad, la amitriptilina puede ocasionar confusión. Los efectos secundarios más frecuentes son taquicardia ventricular, palpitaciones, hipertensión e hipotensión ortóstica. La imipramina y otros antidepresivos tricíclicos prolongan el intervalo QT y PR, por lo que es posible que la amitriptilina tenga un comportamiento similar


Antidepresivo

FLUOXETINA

INDICACIONES La fluoxetina es un fármaco antidepresivo que pertenece a la familia de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina. Tratamiento de la depresión (formulación para dosis diarias) ADMINISTRACIÓN Oral Adultos, incluídos ancianos: inicialmente 20 mg/día. Más del 80% de los pacients no necesitan dosis mayores para conseguir los máximos beneficios del tratamiento. Estas dosis pueden aumentarse en 10 o 20 mg/día cada mes hasta llegar al máximo usual de 80 mg/día. En ocasiones muy raras, se pueden necesitar hasta 100 mg/dia. Cuando las dosis son iguales o superiores a 40 mg/kg, el fabricante recomienda dividir la dosis en dos administraciones, una por la mañana y la segunda al mediodía. Adolescentes y niños > de 7 años: inicialmente 5-10 mg/día, subiendo lentamente las dosis. Los estudios clínicos han puesto de manifiesto unas dosis medias eficaces de 0.7 mg/kg/día. Se considera que las dosis máximas en esta población no deben ser superiores a 1 mg/kg/día, sin pasar de los 60-80 mg/dia en los adolescentes y de 40 mg/día en los niños de > de 12 años. Si las dosis diarias son > 40 mg, se recomienda dividirlas en dos administraciones, por la mañana y al mediodía. Tratamiento de la depresión (formulación para una dosis semanal) Administración oral: Adultos: 90 mg una vez a la semana. Los efectos terapeúticos de esta formulación son idénticos a los de un tratamiento de 20 mg/día, así como los efectos secundarios con excepción de la diarrea que es ligeramente mayor en el caso de la formulación semanal. Sin embargo, son mejores la adherencia y el cumplimiento del tratamiento por parte del paciente Adolescentes y niños: la seguridad y eficacia de esta formulación no han sido establecidas CONTRAINDICACIONES La fluoxetina se debe utilizar con precaución en pacientes con epilepsia o desórdenes convulsivos. Aunque se han comunicado convulsiones con la fluoxetina sólo en raras ocasiones, pueden ocurrir en caso de sobredosis. Como ocurre con todos los fármacos antidepresivos, la fluoxetina puede transformar un estado depresivo en una manía o hipomanía en los sujetos predispuestos. Si un paciente desarrolla síntomas maníacos, debe discontinuarse la fluoxetina y administrar un tratamiento adecuado para la manía.


REACCIONES ADVERSAS Ansiedad, nerviosismo, insomio, somnolencia, sedación, fatiga, mareos, temblores, mareos y cefaleas. Las cefaleas son la reacción adversa sobre el SNC más frecuentemente observada. Algunos de estos efectos adversos pueden ir reduciendose con el tratamiento debido a que están asociados a un estado depresivo pero, en ocasiones, si son muy graves, pueden obligar a discontinuar el tratamiento. Como todos los fármacos antidepresivos, la fluoxetina puede transformar una depresión en manía en los pacientes predispuestos.

Antidepresivo

SERTRALINA

INDICACIONES indicada para el tratamiento de síntomas de la depresión, incluyendo depresión acompañada por síntomas de ansiedad, en pacientes con o sin historias de manía. Después de una respuesta satisfactoria, la continuación con terapia de sertralina es efectiva en prevenir las recaídas de un episodio inicial de depresión o recurrencia de episodios depresivos posteriores. CONTRAINDICACIONES La sertralina está contraindicada en pacientes con una hipersensibilidad conocida a la sertralina. Está contraindicado el uso concomitante en pacientes que toman inhibidores de la monoamino oxidasa (IMAO) Está contraindicado el uso concomitante en pacientes que toman pimozida El concentrado oral de sertralina está contraindicado con el uso de disulfiram debido al contenido de alcohol que tiene el concentrado oral. REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS Trastornos del sistema nervioso: Mareo, somnolencia y temblores. Trastornos psiquiátricos:Insomnio. Trastornos de los senos y del sistema reproductivo: Disfunción sexual (principalmente demora en la eyaculación de los hombres). trastornos del sistema linfático y de la sangre: Leucopenia y trombocitopenia. Trastornos cardiacos: Palpitaciones y taquicardia.


Antipsicótico

PERFENAZINA INDICACIONES Está indicado en el tratamiento de la esquizofrenia, manía aguda (trastornos bipolares), trastornos de comportamiento, casos severos de náuseas y vómitos como reacción secundaria al tratamiento con narcóticos, quimioterapia, radiación, y postoperatorios. También está indicado para pacientes con desórdenes mentales, hipo severo, tensión psicomotora, manifestaciones de estrés, ansiedad ligada a desordenes orgánicos como; colitis, dermatitis, artritis, sensibilidad, tiene propiedades ansiolíticas, antipsicóticas, antieméticas, acciona los niveles del Sistema Nervioso Central (SNC) particularmente el hipotálamo. CONTRAINDICACIONES No se debe administrar en coadministración con agentes depresivos del Sistema Nervioso Central (SNC) en dosis elevadas, pacientes comatosos o aturdidos, con discrasias sanguíneas, depresión de la médula ósea, reacciones hipertermia, fallas hepáticas y renales, puede afectar las habilidades mentales y físicas. No debe administrarse a pacientes en tratamiento con epinefrina (vasoactividad adrenérgica), convulsiones, pacientes que consuman alcohol, ni mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, enfermedades respiratorias secundarias y/o infección pulmonar, desórdenes crónicos pulmonares, aumento el riesgo de discinesia tardía, Perfenazina causa sensibilización en pacientes con efectos antipscóticos, historia de Síndrome Neurológico Maligno (SNM). DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN Oral. Adultos: Psicosis Aguda: Oral. 8 a 32 mg/día, fraccionados en dos a tres tomas. La posología debe individualizarse y ajustarse de acuerdo a la respuesta obtenida. No exceder de 64 mg/día. Después de haberse obtenido la respuesta terapéutica óptima, la dosis puede disminuirse gradualmente hasta alcanzar una dosis eficaz mínima de mantenimiento. En Trastornos Emocionales y Ansiedad:Oral. 5 a 10 mg/día repartidos en tres tomas. Niños de 5 años: Oral. 2 a 5 mg/día; fraccionados en dos a tres tomas. Niños de 5 a 12 años: Oral. 5 a 10 mg/día fraccionados en dos a tres tomas. Niños mayores de 12 años; véase dosis de adultos. REACCIONES ADVERSAS Frecuentes: visión borrosa, hipotensión ortostática, congestión nasal, palpitaciones, retinopatía pigmentaria, náuseas, estreñimiento, retención urinaria, xerostomía, ginecomastia y disminución de la libido. Poco frecuente: parkinsonismo, disquinesia, acatisia. Raros: discrasias sanguíneas, ictericia, reacciones dermatológicas. Las reacciones extrapiramidales más comunes con las fenotiazinas piperazínicas pueden generalmente controlarse con el uso concomitante de agentes antiparkinsonianos y/o reduciendo la posología.


Antipsicotico

HALOPERIDOL

INDICACIONES Como agente neuroléptico: Alucinaciones en: Esquizofrenia aguda y crónica, Paranoia, Confusión aguda, alcoholismo (psicosis de Korsakoff), Alucinaciones hipocondriacas. Alteraciones de la personalidad: Paranoide, esquizoide, conducta antisocial, fronterizo y otras personalidades. Como un agente antiagitación psicomotora: Manias, demencia, retardo mental, alcoholismo. Alteraciones de la personalidad: personalidad compulsiva, paranoide histriónica y otras. Agitación, agresividad e impulso errante en ancianos. Alteraciones de conducta y carácter en niños Movimientos coreicos. CONTRAINDICACIONES Embarazo, depresión del S.N.C. por alcohol o por otros fármacos depresores, enfermedad de Parkinson, lesión de los ganglios basales e hipersensibilidad al haloperidol. REACCIONES ADVERSAS Síntomas extrapiramidales: Como todos los neurolépticos se puede presentar: temblor, rigidez, hipersalivación, bradicinesia, acatisia, distonía aguda. Discinesia tardía: Puede aparecer en pacientes que se encuentren bajo tratamiento largo plazo, o después de suspender el mismo el síndrome se caracteriza por movimientos rítmicos involuntarios de la lengua, cara, boca o mandíbula. Síndrome neuroléptico maligno: El HALOPERIDOL se ha asociado con síndrome neuroléptico maligno (SNM), una rara respuesta idosincrática que se caracteriza por hipertermia, rigidez muscular generalizada, inestabilidad autonómica, conciencia alterada. Otros efectos sobre el SNC: Se han reportado ocasionalmente otros efectos incluyendo: depresión, sedación, agitación, mareo, insomnio, cefalea, confusión, vértigo, convulsiones tipo gran mal y exacerbación aparente de síntomas psicóticos


Síntomas gastrointestinales: Se han reportado náusea, vómito y pérdida del apetito así como cambios de peso. Efectos endocrinos: Los efectos hormonales de los fármacos neurolépticos antipsicóticos incluyen hiperprolactinemia, que puede causar galactorrea, ginecomastia, oligo o amenorrea. Efectos cardiovasculares: Se han reportado taquicardia e hipotensión ocasionales, prolongación del intervalo QT y arritmias ventriculares. DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN I.V. o I.M. Las dosis sugeridas son sólo promedios y siempre se debe tratar de ajustar la dosis a la respuesta del paciente Adultos: Como agente neuroléptico: Episodios agudos de esquizofrenia, delirium tremens, paranoia, confusión aguda, psicosis de Korsadoff y paranoia aguda: 5-10 mg I.V o I.M. cada hora hasta lograr el control del síntoma. Como un agente antiagitación psicomotora: Fase aguda: Manía, demencia, alcoholismo, trastornos e la personalidad, alteraciones de conducta y carácter, movimientos coreicos: 5-10 mg I.V. o I.M Como antiemético: Vómito central inducido: 5 mg I.V. o I.M. Profilaxis de vómito postoperatorio: 2.5-5 mg I.V. o I.M. En pacientes ancianos deberá utilizarse la mitad de la dosis indicada para adultos y ajustarse de acuerdo con los resultados. En niños: 0.1 mg/3 kg de peso corporal, vía oral, 3 veces al día, se puede ajustar de ser necesario.


Corrector

BIPERIDENO

INDICACIONES Está indicado como agente antiparkinsoniano. También está indicado en la prevención y corrección de los síntomas extrapiramidales inducidos por neurolépticos (parkinsonismo medicamentoso), en especial: haloperidol, tioridacina, trifluoperacina, perfenacina, etc. Controla las discinesias tempranas, la acatisia y los estados de tipo parkinsonoide. Indicado en la enfermedad de Parkinson, especialmente cuando se manifiesta con rigidez y temblor. CONTRAINDICACIONES Está contraindicado en glaucoma de ángulo agudo no tratado, estenosis mecánicas del tracto gastrointestinal y megacolon. El adenoma de próstata y los trastornos cardiacos que puedan llevar a taquicardias graves constituyen contraindicaciones relativas para el uso de biperideno. DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN Vía oral El tratamiento por vía oral se debe iniciar aumentando la dosis de forma gradual, en función del efecto terapéutico, sin sobrepasar los 16 mg/día en adultos, o los 6 mg/día en niños. Generalmente, la dosis promedio de 2 mg de biperideno para el adulto es de 3 a 4 tabletas al día (6 a 8 mg/día) y en niños de 3 a 15 años, de ½ a 1 tableta, una o dos veces al día (1 a 4 mg/día) según el efecto terapéutico deseado. La experiencia de uso con BIPERIDENO en niños se limita a su empleo transitorio para corregir las distonías provocadas por medicamentos, principalmente los neurolépticos. REACCIONES ADVERSAS Cansancio, mareos, obnubilación, agitación, confusión, trastornos de memoria, gástricos, de la acomodación de la micción, sequedad bucal, hipohidrosis, estreñimiento. En intoxicaciones vitales el antídoto es fisostigmina.


Ansiolitico

DIAZEPAM

INDICACIONES En solución inyectable es utilizado como medicación preoperatoria en pacientes con ansiedad y estado de estrés. En psiquiatría es utilizado en el tratamiento de pacientes con estados de excitación asociada con ansiedad aguda y pánico, así como el delirium tremens. También está indicado en el tratamiento agudo del estado epiléptico u otros estados convulsivos. Medicación psicótropa (ataráxico, relajante muscular, anticonvulsivo). Uso psiquiátrico y en medicina interna (neurosis, estados de ansiedad, -tensión emocional, histeria, reacciones obsesivas, fobias, estados depresivos acompañados de tensión e insomnio; en los trastornos emocionales o que acompañan a las enfermedades orgánicas como la úlcera gastrointes-tinal, hipertensión arterial, dermatosis pruriginosa, colitis o enfermedades funcionales del sistema digestivo, cardiovascular y genital). CONTRAINDICACIONES Está contraindicado en pacientes con antecedentes de hipersensibilidad a las benzodiacepinas, miastenia grave, hipercapnia crónica severa, alteraciones cerebrales crónicas, insuficiencia cardiaca o respiratoria, primer trimestre de embarazo, durante la lactancia, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o insuficiencia pulmonar. DOSIS Y VIA DE ADMINISTRACION Premedicación: 10-20 mg I.M. (Niños 0.1-0.2 mg/kg) una hora antes de la inducción de la anestesia. Inducción de la anestesia: 0.2-0.5 mg/kg I.V. Sedación basal antes de procedimiento, exámenes e intervenciones: 10-30 mg I.V. (niños 0.1-0.2 mg/kg). Estado epileptico: 0.15-0.25 mg/kg I.V., repetir después de10-15 minutos. Dosis máxima: 3 mg/kg en 24 horas. Estados de excitación: (Estados agudos de ansiedad y pánico, delirium tremens). Inicialmente 0.1-0.2 mg/kg I.V., pudiendo repetir a las 8 horas hasta que los síntomas cedan a cambiar la vía oral. REACCIONES ADVERSAS Es bien tolerado. Posee un amplio margen de seguridad, lo que se ha confirmado por medio de estudios toxicológicos y farmacocinéticas, pero puede llegar a presentar somnolencia, fatiga, resequedad de boca, debilidad muscular y reacciones alérgicas. Otras que son menos frecuentes: amnesia anterógrada, confusión, constipación, depresión, diplopía, hipersalivación, disartria, dolor de cabeza, hipotensión, aumento o disminución de la libido, náusea, temor, incontinencia o retención urinaria, vértigo y visión borrosa. Muy raramente, elevación de las transaminasas y fosfatasa alcalina, así como reacciones paroxísticas como excitación aguda, ansiedad, trastornos del sueño y alucinaciones.


Ansiolitico

CLONAZEPAM

INDICACIONES Efectivo antiepi-léptico. Es el agente de elección para el tratamiento de la epilepsia infantil como en las crisis mioclónicas y las crisis de ausencia. En las encefalopatías epilépticas crónicas del niño: llámese síndrome de West o síndrome de Lennox-Gastaut, así como en la epilepsia crónica parcial; las crisis focales y las crisis completas del adulto. Se indica también para el tratamiento del desorden o trastorno de -pánico, con o sin agorafobia. Alternativa en los trastornos obsesivo-compulsivos resistente a la farmacoterapia clásica. CONTRAINDICACIONES Está contraindicada en caso de hipersensibilidad al clonazepam, miastenia grave, insuficiencia renal y hepática grave, glaucoma de ángulo cerrado, glaucoma de ángulo abierto no tratado. Evitar la ingestión simultánea de alcohol, de -depresores del sistema nervioso central y de antiácidos. El uso concomitante de ácido valproico puede inducir crisis de ausencia. Suspender su administración ante cambios hematológicos o de función hepática. DOSIS Y VIA DE ADMINISTRACION Su vía de administración es oral, en los niños de 10 años de edad o menos de 30 kg de peso corporal. Inicial, 0.01 a 0.03 mg/kg/día -repartidos en dos o tres tomas. La dosis máxima no debe exceder de 0.05 mg/kg día. Aumentando gradualmente la dosis en incrementos de 0.25 a 0.5 mg/día cada tres a siete días hasta el control de la crisis o la aparición de las reacciones adversas. Niños entre 10 y 16 años: La dosis inicial es de 1.0-1.5 mg/día administrados en 2-3 dosis divididas, la -dosis puede aumentarse en 0.25-0.5 mg cada tercer día hasta que se alcance la dosis individual necesaria (de 3-6 mg/día). Las gotas nunca deben administrarse directamente a la boca. Deberán mezclarse con agua, té o jugo de frutas. REACCIONES ADVERSAS Ocasiona somnolencia y depresión de los reflejos osteotendinosos, inconvenientes que impiden el manejo de vehículos o maquinaria. No se administre si se ha ingerido alcohol. En personas hipersensibles se puede presentar dependencia después de tratamientos prolongados. A dosis elevadas pueden presentarse: Somnolencia, incoordinación muscular, ataxia, disartria, fatiga y letargo que tienden a desaparecer o bien son -indicación para reducir la dosis. Exacerbación de las crisis epilépticas si se suspende súbitamente su administración. Estreñimiento, gastritis, náuseas, sed excesiva, leucope-nia, trombocitopenia, hipocalcemia, depresión respiratoria, tromboflebitis, arritmias cardiacas, retención urinaria, aumento de la salivación, rinorrea. En niños pequeños se puede observar sialorrea e hipersecreción bronquial.


Eutimizante

VALPROATO DE MAGNESIO

INDICACIONES Se utiliza como tratamiento de las ausencias simples y complejas, en la epilepsia mioclónica, especialmente en niños cuya sintomatología es resistente a otros antiepilépticos. Puede emplearse solo o combinado con otros antiepilépticos, en las epilepsias de tipo gran mal y crisis parciales. En el tratamiento de las crisis generalizadas convulsivas y no convulsivas, en la epilepsia de Janz. En crisis tónico-clónicas (petit mal y gran mal) crisis unilaterales, disfunción cerebral mínima. para el tratamiento profiláctico de migraña en el adulto. CONTRAINDICACIONES No deberá administrarse en pacientes con enfermedad o disfunción hepática, así como tampoco durante el primer trimestre del embarazo. DOSIS Y VIA DE ADMINISTRACION La dosis recomendada tanto en niños como en adultos es de 15 mg/kg/día aumentando semanalmente 10 mg/kg/día hasta controlar las convulsiones o cuando aparezcan efectos secundarios que impidan mayores aumentos. la dosis máxima recomendada es de 60 mg/kg/día. la dosis recomendada en la profilaxis de la migraña es de 600 a1,200 mg/día repartidos estos últimos en dos tomas en 24 horas. REACCIONES ADVERSOS En vista de que se han reportado algunos casos de hcpatotoxlcidad, se sugiere realizar pruebas de función hepática antes del tratamiento y dos meses después de que este se establezca. La dosis del medicamento deberá reducirse inmediatamente en presencia de disfunción hepática significativa, ya sea sospechada o aparente. En algunos casos, la disfunción hepática ha progresado a pesar de descontinuarse el medicamento, por lo que el valproato de magnesio no ha sido la causa. Las reacciones secundarias más comúnmente observadas, sobre todo al inicio del tratamiento, son náuseas, vómito o indigestión; estos efectos son leves y transitorios. Se han observado también diarrea, cólico abdominal y en ocasiones constipación. Algunas veces anorexia, pérdida de peso o aumento de peso, pérdida de cabello trombocitopenia, defectos en la agregación plaquetaria, sedación ocasional.


Eutimizante

LITIO

INDICACIONES El litio se utiliza para tratar y prevenir los episodios de manía (ánimo frenético, anormalmente emocionado) en las personas con trastorno bipolar (trastorno maníaco-depresivo; una enfermedad quLe provoca episodios de depresión, episodios de manía y otros estados de ánimo anormales). El litio se encuentra en una clase de medicamentos llamados agentes antimaníacos. Funciona al reducir la actividad anormal en el cerebro. CONTRAINDICACIONES Los que toman litio deberán someterse con regularidad a análisis de concentración en sangre (litemias) y deben controlar la tiroides y la función renal para detectar anomalías, ya que interfiere con la regulación de los niveles de sodio y agua en el cuerpo y puede causar deshidratación. La deshidratación, que se agrava por el calor, puede resultar en un aumento de los niveles de litio. La deshidratación se debe a la inhibición por parte del litio de la acción de la hormona antidiurética, la cual normalmente permite que el riñón reabsorba agua de la orina. Esto provoca una incapacidad para concentrar la orina, dando lugar a la consiguiente pérdida de agua corporal y la aparición de sed. Las sales de litio tienen un estrecho margen entre la dosis terapéutica y la tóxica, por lo que no se debe prescribir a menos que se garantice el seguimiento de las concentraciones en sangre.. Las dosis se ajustan para alcanzar concentraciones en sangre de 0,4 a 1,2 mmol Li + / l (límite inferior del intervalo para la terapia de mantenimiento y en pacientes de edad avanzada, y límite superior para pacientes pediátricos) en muestras tomadas 12 horas después de la dosis anterior. Se considera sobredosis, generalmente, con concentraciones de más de 1,5 mmol Li + / l. Estos niveles pueden ser fatales, y los efectos tóxicos incluyen temblor, ataxia, disartria, nistagmo, deterioro renal, confusión y convulsiones. Si estos signos potencialmente peligrosos ocurren, debe interrumpirse el tratamiento, medirse de nuevo las concentraciones plasmáticas de litio y tomar medidas para revertir la toxicidad del litio. En el uso prolongado, las concentraciones terapéuticas de litio se cree que pueden causar cambios histológicos y funcionales en el riñón. La importancia de estos cambios no está clara, pero es motivo suficiente de preocupación para desalentar el uso prolongado de litio a menos que se indique claramente. Si se presentan problemas con los riñones, los médicos pueden cambiar la medicación de un paciente bipolar de litio a otro medicamento estabilizador del estado de ánimo, tal como ácido valproico, (también conocido como valproato o valproato sódico; o con su nombre comercial, Depakine). EFECTOS ADVERSOS Hipotiroidismo, bocio, poliuria y polidipsia, somnolencia, cansancio, debilidad muscular, hiperirritabilidad muscular, temblor, cefalea, confusión, palabra gangosa, dificultad para concentrarse, rigidez en "rueda dentada", hiperreflexia, hipertonía, alteraciones de la onda T en el ECG, anorexia, nauseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, distensión abdominal, estreñimiento, leucocitosis.


Anticonvulsivante

CARBAMAZEPINA

INDICACIONES

Está indicada como anti-epiléptico. La evidencia que apoya la eficacia del medicamento como antiepiléptico se obtuvo de estudios controlados con fármaco activo en los que participaron pacientes con los siguientes tipos de epilepsia: Epilepsia parcial con sintomatología compleja (psi-co-motora y del lóbulo temporal). Los pacientes con este tipo de epilepsia parecen mostrar una mayor mejoría que los pacientes con otros tipos de epilepsia. Epilepsia tónico-clónica generalizadas (gran mal). Patrones de epilepsia mixta que incluyen las ante-riores, u otras epilepsias parciales o generalizadas. Las ausencias (pequeño mal) parece que no se pueden controlar con carbamazepina. Neuralgia trigeminal: CARBAMAZEPINA está indicada para el tratamiento del dolor asociado con la neuralgia trigeminal verdadera. También se han reportado resultados benéficos en la neuralgia glosofaríngea. Este fármaco no es un analgésico simple, y no se debe usar para aliviar dolores o molestias triviales. CONTRAINDICACIONES No se debe usar en pacientes con antecedentes de depresión de la médula ósea, hipersen-si-bi-lidad al fármaco, miastenia gravis, porfiria aguda intermitente, o sensibilidad conocida a cualquiera de los com-puestos tricíclicos como amitriptilina, desipramina, imipramina, protriptilina, nortriptilina, etc. De igual mane-ra y por razones teóricas no se recomienda su uso con inhibidores de la monoaminooxidasa (MAO). Antes de administrar carbamazepina se debe interrumpir la ad-mi--nistración de los inhibidores de la MAO durante un mínimo de 14 días, o más, si la situación clínica lo permite. REACCIONES SECUNDARIAS Y ADVERSAS El médico debe estar consciente de que la interrupción abrupta de todo fármaco antiepiléptico en un paciente epiléptico sensible puede provocar epilepsias o incluso un estado epiléptico, con riesgos que ponen en peligro la vida. Las reacciones adversas más severas se han observado en el sistema hematopoyético, la piel y el sistema cardiovascular.

Las reacciones adversas observadas con más frecuencia, en particular durante las fases iniciales de la terapia son: vértigo, somnolencia, inestabilidad, náusea y vó-mito. Para minimizar la posibilidad de estas reacciones se debe iniciar la terapia con la dosis más baja recomendada. DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN Suspensión: Debe agitarse antes de tomarse y puede ser administrada durante, después o entre las comidas, con el siguiente esquema:


DOSIS Y VÍA DE ADMINISTRACIÓN Suspensión: Debe agitarse antes de tomarse y puede ser administrada durante, después o entre las comidas, con el siguiente esquema: Una cucharada es igual a 5 ml, lo que equivale a 100 mg. Para niños menores de 4 años, la dosis inicial es de 20 a 60 mg/día, con incrementos similares cada dos días. En mayores de cuatro años, la dosis inicial debe ser de 100 mg/día, con incrementos semanales de 100 mg. La dosis de mantenimiento en ambos casos es de 10 a 20 mg/kg en dosis divididas. Niños menores de 1 año: 100 a 200 mg/día (1-2 cucharadas). Niños de 1 a 5 años: 200 a 400 mg/día (2-4 cucharadas, divididas en dos tomas). Niños de 6 a 10 años: 400 a 600 mg/día (4-6 cucharadas, divididas en dos tomas). Niños de 11 a 15 años: 600 a 1,000 mg/día (6 a 10 cucharadas, divididas en 2-3 tomas). Adultos: Dosis de 100 a 200 mg diarios, aumentando la dosis hasta 400 mg dos o tres veces al día, incluso dosis de 1,600 a 2,000 mg son apropiados. La suspensión en adultos está indicada en aquellos pacientes que no pueden tragar las tabletas. En la neuralgia del trigémino: Inicialmente, dosis de 200 a 400 mg, hasta alcanzar la dosis analgésica de hasta 800 mg diarios. BIBLIOGRAFIA http://www.vademecum.es/principios-activos-biperideno-n04aa02 http://www.facmed.unam.mx/bmnd/gi_2k8/prods/PRODS/Biperideno.htm http://www.facmed.unam.mx/bmnd/gi_2k8/prods/PRODS/Diazepam.htm http://www.facmed.unam.mx/bmnd/gi_2k8/prods/PRODS/Clonazepam%20Oral http://mx.prvademecum.com/producto.php?producto=1837 http://www.facmed.unam.mx/bmnd/gi_2k8/prods/PRODS/Imipramina.htm http://www.iqb.es/cbasicas/farma/farma04/a048.htm http://www.iqb.es/cbasicas/farma/farma04/f036.htm http://www.vademecum.es/principios-activos-fluoxetina-n06ab03


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