El libro de San Cipriano

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EL LIBRO DE SAN CIPRIANO Copyright 2005: FELIX FRANCISCO CASTRO VICENTE (Ourense – Galiza - España)

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Publicado originalmente en: El Libro de San Cipriano (I) y (II) Revista Hibris de Bibliofilia (2005, Misèria&Cia.) Año V Número 27 mayo - junio 2005 ISSN 1577-3787, Nº. 27, 2005 , págs. 15-25 Número 28 julio – agosto 2005 ISSN 1577-3787, Nº. 28, 2005 , págs. 32-41


INTRODUCCIÓN Quizá no haya habido nunca un libro más codiciado y buscado que del que vamos ahora a hablar, ni que despertase más pasiones y deseos de poseerlo hasta el punto de que mucha gente cayera en la locura, enfermase gravemente o se arruinara económicamente sólo por intentar conseguir un ejemplar del mismo o por poner en prática los rituales que en él se contenían. Estamos hablando del Libro de San Cipriano, popularmente conocido como Ciprianillo. El Libro de San Cipriano es un Grimorio, es decir, un libro que recoge fórmulas mágicas, atribuido a San Cipriano de Antioquia, el santo mago por excelencia, y en el que una parte fundamental se ocupa del desencanto de tesoros, incluyendo también en muchas de sus ediciones una lista de Tesoros del Reino de Galicia y de partes de Portugal, con localizaciones detalladas de dónde encontrarlos. Parece que no hay testimonios de gente que se hiciera rica gracias al Ciprianillo, aunque seguramente lo que pasó fue que quienes se hicieron ricos por estos medios lo mantuvieron en silencio para evitar robos, como pasa hoy en día con los ganadores de la Lotería. Sin embargo muchos de los inicialmente felices poseedores del Libro, después no lo fueron tanto ya que agotaron capital y salud buscando los magníficos tesoros prometidos. Esto fue especialmente cierto en Galicia, en donde abundaron los casos de gente que adquiría algún ejemplar, pagando grandes sumas de dinero, que juntaban a menudo vendiendo toda su hacienda (el escritor e historiador orensano Vicente Risco relata en su trabajo “Los Tesoros Legendarios de Galicia” publicado en 1950 en la “Revista de Dialectología y Tradiciones Populares”, que en los años 20 y 30 se llegaba a pagar en Galicia 500 ptas. por un libro que adquirido en Portugal o Brasil podía valer 3 o 4 ptas.). Esta situación llevó al historiador gallego Bernardo Barreiro a publicar en 1885 en su obra “Brujos y Astrólogos de la Inquisición y el Libro de San Cipriano”, una versión muy parcial del mismo con el fin de que toda la gente lo pudiera adquirir a un precio popular y vieran además lo absurdo de su contenido, destruyendo así su fama y que la gente dejara de buscar tesoros. En Galicia circularon leyendas que situaban dicho Libro en algún departamento reservado de la Biblioteca de la Universidad (según otros de la Catedral) de Santiago, donde se encontraba encadenado para que ningún incauto lo pudiera abrir y leer su contenido (y suponemos que para que el Libro no pudiese escapar de allí). El propio Bernardo Barreiro cuenta que cuando estuvo trabajando en el Archivo de Simancas, Valladolid, iban hasta allí paisanos a pedirles una copia del famoso Libro, y que ante la respuesta de que allí no se encontraba ningún Libro de San Cipriano, la gente se mostraba recelosa y era muy difícil de convencerles de ello, aunque se les dijera incluso por los propios empleados que si hubiera allí algún Ciprianillo ellos ya serían ricos y no estarían trabajando en aquel sitio. LA FIGURA DE SAN CIPRIANO El Santo al que se le atribuye la redacción del libro es San Cipriano de Antioquia, que vivió en el S. III D.C., (no tiene nada que ver con San Cipriano, Obispo de Cartago, con el que a menudo es confundido), El relato de la vida de San Cipriano más conocida (aunque ya hay citas en el s. IX) es la recogida en las diversas obras publicadas con el título de Flos Sanctorum (entre ellas la del Padre Jesuita Pedro de Ribadeneyra editada en Madrid hacia 1599). Según estos relatos San Cipriano nació en Antioquia, entre Siria e Arabia; sus padres, idólatras y poseedores de grandes riquezas, lo destinaron por sus cualidades al culto de los falsos dioses. Fue hombre de gran cultura, viajó mucho (por Grecia, Egipto, la India y Caldea), y llegó a ser un profundo conocedor de las artes mágicas. A los treinta años se convierte al cristianismo, gracias a la predicación de Antipo, Obispo de Antioquia y por culpa de un episodio que le ocurrió: un joven llamado Aglaide se enamora de Justina y la pide en casamiento, que ella rechaza por estar consagrada a Jesucristo. Aglaide recurre a Cipriano para que Justina se rinda a sus deseos, lo que intenta con todas las artimañas posibles, sin resultado. Entonces Cipriano invoca a Lucifer para que le diga por qué son inútiles todos los sortilegios que hace a Justina, y Lucifer le responde que el Dios de los cristianos es el señor de todo lo creado, estando él también sujeto a su poder, de forma que no podía hacer nada contra quien hiciese el signo de la Cruz. Entonces San Cipriano renegó de él y se convirtió al cristianismo, abandonando la práctica de la Magia, no sin antes, según la tradición popular, recoger en un libro todos sus conocimientos


mágicos. Posteriormente Cipriano y Justina llevaron una vida de oración y predicación del cristianismo, hasta que el Juez Eutolmo los mandó al suplicio metiéndolos en tinas de pez ardiendo, de las que salieron ilesos. Ante semejante milagro, Atanasio, gran sacerdote pagano y discípulo anterior de Cipriano, creyendo que era un truco, se arrojó al tonel, y murió quemado en el acto. Cipriano y Justina fallecieron decapitados el 26 de Septiembre en los márgenes del río Gallo en la ciudad de Antioquia, y sus reliquias fueron repartidas entre Roma (Iglesia de San Juan de Letrán), en Toulouse, y en la Catedral de León. La fama de San Cipriano como mágico se extendió por toda la cristiandad y pasó posteriormente a la memoria popular, poniéndolo al mismo nivel que otros famosos magos de la Antigüedad, como Simón el Mago o Salomón, a los que también se les atribuye la autoría de numerosos libros mágicos. Para darnos cuenta de la popularidad del santo y la vigencia de su leyenda, que fue transmitida de forma popular durante siglos hasta hace muy pocos años, basta con mencionar que circularon pliegos de cordel con su vida en verso, como éste del que se reproduce a la derecha su primera página, y que fue publicado en el S. XIX por la imprenta El Abanico. A San Cipriano además se le hizo patrón de las artes mágicas, de los hechiceros y de las brujas, y su nombre estuvo vinculado a numerosas prácticas mágicas, tanto conjuros como oraciones, como atestigua la famosa Oración de San Cipriano, y que vale para protegerse de maleficios de cualquier tipo. Los estudiosos consideran asimismo la historia de San Cipriano como uno de los más directos antecedentes del desarrollo de la historia de otros magos famosos, entre ellos de la figura de Fausto, cuyos primeros relatos datan del s. XVI. En Cataluña la devoción al Santo debió ser muy popular ya que Palau cita ocho folletos de la Oración de San Cipriano, a veces acompañada de la Oración a la Santa Cruz de Caravaca, escritos en catalán y en castellano. De estas obritas reproducimos la portada de la editada en Manresa, por la Sociedad Editorial Manresana. EL LIBRO DE SAN CIPRIANO Y LOS LIBROS DE MAGIA El libro de San Cipriano se encuadra perfectamente en la categoría de los grimorios o libros de nigromancia, lo que significa que es un libro de magia ritual dedicado a la magia negra. Aunque gran parte del mismo se dedique a la magia blanca (curación de enfermos, etc.), lo cierto es que en todos ellos aparece aunque sea una mínima parte de magia negra, lo que hace que caigan directamente en dicha categoría. Los límites entre magia negra y blanca son muy difusos y sujetos a numerosas discusiones, para algunos ocultistas no existen ambas magias, sino solamente la Magia, igual que la Ciencia, que no es de por sí benefactora o dañina, sino que depende del uso que se haga de ella, para otros la Magia Negra es toda magia que se haga en beneficio del mago y que coarte la libertad de otra persona o la perjudique (según este concepto la magia amorosa también podría ser magia negra), y en este caso para conseguirlo se invoca a menudo a espíritus infernales para ponerlos al servicio del nigromante. La palabra grimorio es una palabra oscura de la que no se sabe muy bien su procedencia, para algunos es una palabra genuinamente española, de la que después derivaría la francesa grimoire, según otros es al revés, también se relaciona con la palabra gramática, grammaire, con la idea de un conjunto de reglas, en este caso mágicas. La palabra Nigromancia, de la que se cree que derivó la de Magia Negra por confusión de términos, proviene del latín y éste a su vez de las palabras griegas Necros y Mantica, es decir, adivinación invocando a los muertos (como hacía Circe en la Odisea de Homero). En la Edad Media el término pasó a designar a la magia diabólica ya que se creía que era imposible que los muertos volvieran a la vida mediante conjuros, sino que eran demonios los que acudían a la llamada en forma humana o animando cuerpos de difuntos. La Nigromancia está


relacionada con la Goetia o Goecia que es la magia que se realiza invocando a espíritus malévolos o demoníacos, a diferencia de la Teurgia que se practica invocando a ángeles o espíritus buenos. Respecto de su contenido, se articula en gran medida alrededor del concepto del pacto con potencias suprahumanas tanto demoníacas como celestiales (influenciado por la Cábala y la religión judía), esta idea de pacto tiene una génesis culta que se difundió por Europa hacia el s. IX. Los grimorios a menudo se dividen en tres partes, la preparación del propio nigromante y de los utensilios mágicos (que implicaba muchas veces el empleo de materias primas muy difíciles de conseguir, partes de animales, metales preciosos, etc., construyéndolos en unas horas y días muy concretos) y la realización del círculo mágico para defenderse de las potestades que se invoquen (tanto en suelo como en telas), y finalmente la puesta en práctica del ritual y recetas mágicas para llevar a cabo (que a menudo tienen un contenido absurdo, lo que hizo que muchos ocultistas célebres afirmaran que dichas recetas eran alegóricas). Richard Kieckhefer en su libro “La Magia en la Edad Media”, Ed. Drakontos dice que los fines perseguidos en los grimorios son básicamente influir en las mentes y deseos de los demás (ya sean personas, animales o espíritus para que hagan o dejen de hacer algo), actuar sobre la naturaleza física de personas y animales para hacerles bien o mal, influir sobre las cosas, elementos del tiempo o contingencias inciertas del futuro, y por último crear ilusiones, descubrir secretos o ver hechos pasados, presentes o futuros. Para ello se usa un elemento visual (círculos mágicos o talismanes, etc.), uno oral, la realización de conjuraciones (en éste se ordena al espíritu que haga algo, a diferencia de la oración en que sólo se pide), y uno de acción (realización de sacrificios, ofrendas, magia simpática, etc.). Los grimorios combinan la magia astral, típicamente árabe y de origen persa y griego (que actúa por el poder de los astros celestes y depende su efectovidad de ciertos signos celestes, días, horas, posiciones planetarias, todo ello unido a fumigaciones y aspersiones), con los exorcismos (típicamente cristianos y judíos), la magia natural (lo que los antiguos consideraban la ciencia oculta, que se refire al uso de sustancias naturales), y la magia diabólica (en que intervienen de seres infernales), categorizaciones que en la

práctica no eran fáciles de hacer y que llevaron a los eruditos de la Edad Media a enzarzarse en discusiones de si un tipo de prácticas mágicas eran diabólicas o no.

Respecto de la origen de los grimorios, ésta es incierta, se sabe que en el Antiguo Egipto ya existieron libros que recopilaban conjuros. Sus más claros precedentes proceden de la magia babilónica, que influyó en la magia judía. En los últimos siglos del Imperio Romano circularon extensamente obras de magia, muchas de ellas de posible origen judío, que dejaron su impronta posteriormente en los grimorios medievales. En Europa comenzó su difusión a partir del s. XII al producirse una serie de cambios en el mundo de la cultura y de la vida intelectual europea, uno de ellos fue el florecimiento de las Cortes y de las Universidades como centros culturales al margen de las escuelas catedralicias y monasterios, lo que promovió una sed intelectual de búsqueda en fuentes ajenas a la ortodoxia o en el conocimiento clásico atesorado por el mundo islámico, que se produjo en zonas de confluencia donde ambos mundos convivían en armonía. El Islam heredó de la Antigüedad Griega junto con el saber clásico, la Astrología y la Alquimia, que se incorporan en este siglo al saber europeo, y también dentro del saber árabe se difundieron los conocimientos mágicos judíos. En el s. XIV ya aparecen mencionados algunos libros mágicos, basados en los ciclos que luego serán más famosos, como el de Salomón. En el s. XV, la llegada del Renacimiento, la caida del Imperio Bizantino con la invasión de Costantinopla por los turcos, y la expulsión de los judíos de la península ibérica, provoca la difusión general del saber clásico y de los conocimientos mágicos judíos. La época de máximo esplendor de la práctica de la magia ritual es entre 1480 y 1680, cuando se editaron muchas de las obras clásicas de magia (ej. las obras de Johannes Tritemius, H.C. Agrippa, John Dee, Pedro de Abano y de Giordiano Bruno). El empleo de este tipo de libros fue siempre en los ámbitos cultos y eclesiásticos ya que las clases populares no sabían leer, abundando en los anales históricos las referencias a condenas de frailes, monjes y clérigos por su posesión. Circulaban por villas y ciudades copiados a mano en secreto, por el evidente peligro que tenía la posesión de este tipo de libros, lo que hizo que al pasar el tiempo las diversas versiones de un mismo grimorio fuesen diferentes entre sí.


Los siglos XVII y XVIII es la época de difusión y popularización de los grimorios (sobre todo en Francia), cuando caen algunos en manos de maestros impresores y los publican al ver su rentabilidad económica, a menudo ocultando, para evitar condenas, el editor, título de la obra, o con lugares de impresión falsos. De ellos los más famosos fueron los Hermanos Beringos de Lyon, de los que sus obras se convirtieron en clásicos que aún hoy se siguen reeditando. Dada su gran acogida enseguida otras librerías comenzaron a publicar grimorios de contenidos y calidades muy variadas, muchas veces poniendo los mismos títulos, lo que provocó gran confusionismo. En la península ibérica, dada la vigencia de la Inquisición es improbable que hubiese una gran industria de edición de grimorios, y consta que algunos de los que circulaban por aquí eran importados de Francia y otros países o incluso eran traducciones de los publicados en otras tierras. Desde mediados del s. XVIII los grimorios cayeron en descrédito, no siendo hasta el s. XIX cuando resurge la afición por este tipo de literatura de la magia ceremonial y el ocultismo en general (a pesar de la llegada del racionalismo y la cultura científica) con las obras de Francis Barret, Eliphas Levy, Papus, C. W. Leadbeater, Aleister Crowley y Arthur E. Waite. En esta época se reeditan los grimorios más famosos de siglos anteriores y se publican un nuevo género de grimorios “fantásticos” (inventados), fundamentalmente por el establecimiento de la propiedad comercial e intelectual y la prohibición de copiar libros de otros editores y autores, eso hizo que se tuviese que buscar materiales inéditos en antiguas bibliotecas, que dada su poca longitud, tenían que editarse en compilaciones con los más diversos títulos (El Tesoro del Viejo de las Pirámides, La Gallina Negra, Secretos de las Artes Mágicas, El Libro Negro de la Magia, y algunas Ediciones del Libro de San Cipriano, Tesoro del Hechicero, como luego veremos).

En la península ibérica existen citas de grimorios desde tiempos muy tempranos, Menéndez Pelayo en su obra “Historia de los Heterodoxos españoles”, cita el libro De Invocatione Demonum, Liber Salomonis, quemado en Barcelona en el s. XIV, y otro libro catalán de la misma época El Libre de Poridat, en el s. XVI cita al Libro de Salomón. Julio Caro Baroja en “Vidas Mágicas e Inquisición” cita el Liber Salomonis quemado por el inquisidor Eymerich en el s. XIV, y también las obras quemadas al famoso Marqués de Villena (sin embargo hay que tener en cuenta que en aquella época cualquier libro con

grabados inentendibles por los inquisidores, ej. libros de astronomía, ya se consideraban mágicos y se quemaban sin más contemplaciones), y también se quemó por el Obispo de Barcelona una Clavicula Salomonis. En los siglos XVI y XVII abundan condenas por la posesión de la Clavícula de Salomón (en las Palmas de Gran Canaria, en Toledo, en Burgos…), y en Cuenca por la posesión del Almadel Salomonis

y el Picatrix: Liber Imaginibus Salomonis. Lo cierto es que en la península ibérica toda esta corriente literaria como ya dijimos debió ser menor dada la persecución de la Inquisición.

Los Grimorios más famosos e influyentes de magia negra fueron popularizados a través de las ediciones publicadas en Francia durante el s. XIX (que provenían de ediciones del s. XVIII, muchas veces italianas) y en España en el cambio del s. XIX al XX, y aquí ordenamos los más importantes y similares al Ciprianillo, por la similitud de su contenido: - El “Gran Grimorio del Papa Honorio”, escrito supuestamente por el Papa Honorio III. Existen diversas ediciones, alemanas, francesas… las más conocidas la de Paris de 1670 y la que sigue la de Roma de 1760 (las españolas están basada en ésta, entre otras la de la Imprenta La Neotipia de Barcelona hacia 1910). Tiene una parte conforme al ritual católico, de exorcismos y oraciones, y otra de invocación a los siete espíritus infernales (Surgat, Lucifer, Frimost, Astaroth, Silcharde, Bechard, e Guland), le sigue una lista de diferentes recetas mágicas con las finalidades típicas, amor, salud… y un curioso porcentaje de recetas contra lobos, etc. que revela su antigüedad. Este grimorio tiene parentesco con el “GRIMORIUM VERUM” traducido del hebreo por Plaingiere, Dominico Jesuita, en Memphis, por Alibeck, el Egipcio, 1517 (realmente de 1817). Su semejanza es evidente ya que coinciden algunos de los espíritus infernales invocados y algunas de las recetas mágicas que aparecen al final de los dos grimorios.


- Otra sería la del “Dragon Rouge”, del que circulan numerosas versiones, entre ellas la de “El Verdadero Dragón Rojo donde se trata del arte de mandar a los espíritus infernales, aéreos y terrestres, hacer que aparezcan los muertos, saber leer en los astros, poder descubrir los tesoros ocultos, los manantiales, las minas, etc. Y además La Gallina Negra edición aumentada con los secretos de la reina Cleopatra. Secretos para que una persona llegue a ser invisible cuando quiera; los secretos de Artephius, etc.“. Hay ediciones francesas, la más famosa de

Nimes de 1825, y en castellano entre otras la de la editorial Maucci de alrededor de 1910 y la supuesta de Venecia de 1905. Esta edición comparte con el Grand Grimoire y con algunos Libros de San Cipriano gran parte de sus contenidos, manera de hacer la varita rabdomántica, confección del círculo mágico, pactos con el diablo (Lucífugo Rofocale), el espejo de Salomón, el Anillo de Giges, y otros apartados que aparecen en otros grimorios, astrología, fisiognomía, etc. Comparte sellos con el Gran Grimorio del Papa Honorio. - La tercera familia sería la del Gran Grimorio, Le Grand Grimoire, del que se conocen numerosas ediciones, las más famosas las francesas de 1750 y 1845. Hay una edición española de 1820. Es el grimorio europeo por excelencia y tiene servido de modelo para muchos otros, y es al que más se parecen algunas versiones del Ciprianillo. Trata de la preparación del mago y de sus instrumentos, del círculo cabalístico, invocación y pacto con Lucifer, lista de espíritus infernales, y una lista de secretos mágicos (la mano de gloria, espejo de Salomón, etc.). Un libro editado en castellano prácticamente idéntico a éste es el titulado “Los Secretos del Infierno o sea El Emperador Lucifer y su ministro Lucifugo Rofocale. Contiene la gran Llave de los Pactos para dominar a los Espíritus, el Secreto para hablar con los Muertos, la Cábala para ganar a la Lotería y la Magia para descubrir los Tesoros Ocultos. Contiene, además, los Responsos al Revés para hacer devolver lo robado y castigar a los que nos quieren mal o nos han ocasionado algún daño o perjuicio, sacado de

un manuscrito de 1522”. La edición más conocida es la del Mago Bruno, publicada por la Imprenta La Neotipia de Barcelona, hacia 1910, reedición supuesta de una francesa de Nimes, del año 1823 o 1835. - Para acabar mencionaremos otros grimorios de los que también existen ediciones españolas, los atribuidos a San Alberto Magno, Obispo de Ratisbona y santo de finales del s. XIII, “El Gran Alberto”, que es básicamente un tratado de Magia Natural, con las virtudes de animales, plantas y piedras, libro muy popular del que hubo innumerables ediciones desde el s. XVII hasta nuestros días. En castellano ha tenido diversas ediciones, entre otras la de Alejandro Martínez, Barcelona, 1889. Otra obra que se le atribuye es “El Pequeño Alberto”, grimorio muy popular entre los brujos franceses (la edición más famosa la de los Hermanos Beringos de 1729), con sus recetas de magia blanca y negra (con apartados de fisiognomía y quiromancia, talismanes, y recetas de amor, para conseguir una mandrágora, la mano de gloria, etc.). De otra de las fuentes más prolíficas de grimorios, las Clavículas de Salomón, ha habido desde el s. XIX numerosas ediciones, y de ellas mencionaremos la versión editada por el Mago Bruno hacia 1916 titulada “Clavículas de Salomón o sea el Secreto de los Secretos traducido del hebreo por Iroe el Mago, copia de la edición hecha en Amberes, M.DCC.XXI (1721)”, ya que dada su similitud con el Grimorium Verum y a algunos Libros de San Cipriano podría considerarse un grimorio de magia negra, al incluir también pactos con espíritus demoníacos. Entre finales del s. XIX y el primer tercio del s. XX, hubo un gran número de ediciones de grimorios (incluido el Libro de San Cipriano) en España, sobre todo en Barcelona y en Madrid, al principio por editores y Libreros (Manuel Saurí y Rosendo Pons en Barcelona, y por Francisco Pueyo en Madrid, entre otros), y posteriormente por editoriales, ej. Maucci de Barcelona. Después de la Guerra


Civil, desaparecen estas publicaciones por la censura cultural y religiosa de la Dictadura, y proliferan las ediciones realizadas en países como Argentina y México (por Domingo Ferrari y editoriales como Caymi y Saturno). Con la democracia se vuelven a publicar en España estas obras (en editoriales como Edicomunicación S.A., Humanitas, Edaf, etc.) pero casi siempre, salvo honrosas excepciones, sin explicar la procedencia de las ediciones reeditadas, y con la novedad, en concreto en los Libros de San Cipriano, de publicar traducciones de ediciones portuguesas. Según los ocultistas, los verdaderos libros de magia nunca han sido publicados, dado el peligro inherente para su propietario por la fijación de esos conocimientos en soporte escrito, conocimientos que pasarían más bien oralmente de maestro a discípulo, o como mucho se recogerían comentarios de notas manuscritos del propio mago para sus recetas y experimentos. Ello no quita valor a los libros impresos de los que estamos hablando como obras de ocultismo. El formato típico de este tipo de libros siempre fue pequeño, octavo e incluso dieciseisavo, a menudo sin poner en las tapas de la encuadernación ni en el lomo ningún título ni texto para hacerlos fácilmente ocultables y discretos de forma que no delataran a sus propietarios. CARACTERÍSTICAS DEL LIBRO DE SAN CIPRIANO Respecto del Libro de San Cipriano, como ya dijimos, puede considerarse propiamente como un típico grimorio con una parte importante de magia negra y nigromancia. Su contenido es el usual de este tipo de libros y coinciden algunas versiones (no las portuguesas) a grandes rasgos con el esquema y contenidos de otros famosos grimorios del s. XVIII y XIX, como el Grimorium Verum, Grand Grimoire, y Dragon Rouge, ya que contienen la preparación del mago y de su instrumental mágico, rituales mágicos de conjuración con listas de potencias infernales, y finalmente una lista heterogénea de fórmulas mágicas para los más diveros fines. Su contenido se relaciona en menor medida con otros libros de la literatura mágica, como la Clavícula de Salomón, del que son deudores casi todos los grimorios antes mencionados. Como diferencias más relevantes con respecto a otros grimorios son el poco interés en las formas ritualizadas de la magia, dada la poca profusión en estas obras de pentáculos y círculos mágicos, la influencia católica en su confección, ya que abundan en las diferentes versiones (menos en la versión de Jonás Sufurino y en el Heptamerón de los que hablaremos después) oraciones , novenas a santos, exorcismos, etc. y por otra la gran importancia que se le da al desencanto de tesoros, con la inclusión en algunas versiones, sobre todo las portuguesas, de una lista de tesoros del Reino de Galicia y de Portugal, razón seguramente de su gran popularidad en Galicia y Norte de Portugal. Otra característica destacable es la difusión geográfica del Libro de San Cipriano, ya que la publicación de las diversas versiones abarca toda la península ibérica y países de Latinoamérica, fundamentalmente Brasil (en este país ya existían ediciones del s. XIX y posiblemente anteriores), México, y Argentina. En Europa curiosamente salvo una traducción italiana moderna de una versión de Jonás Sufurino, y el hecho de que en Dinamarca y otros países escandinavos se llame Cyprianus al libro de fórmulas mágicas del mago, parece que es totalmente desconocido ya que en los índices bibliográficos de libros de magia más conocidos (Caillet, Dorbon-Ainé, etc.) no aparece ninguna edición del mismo. De esta gran difusión deriva la cantidad de versiones diferentes que hay, y las ediciones modernas del s. XX que se pueden encontrar (superando ampliamente las cuarenta, aunque se reducen a unas cuantas versiones básicas), son muchas de ellas fruto de una reelabo-ración popular, cosa impensable en este tipo de libros, en que a menudo su autenticidad y legitimidad viene dada por la fidelidad del copista o del nuevo editor a la versión antigua. El país en que más difusión y popularidad tiene hoy en día es Brasil, donde existen más de veinte versiones diferentes, la mayor parte de ellas reelaboradas en época moderna, se puede decir incluso que actualizadas (perdiendo partes inútiles para aquellas latitudes, como p. ej. la lista de tesoros del Reino de Galicia, y de Portugal e incluyendo fórmulas mágicas y creencias de aquellas latitudes), con tiradas de miles de ejemplares, llegando algunas de las ediciones más vendidas a la veinticincoava edición hace algunos años. La razón de este gran número de libros vendidos es que allí es uno de los libros básicos, casi la Biblia, de la Umbanda, la magia “negra” brasileña, y mientras aquí este libro no pasa de ser casi siempre una rareza bibliográfica, allí es de suponer que se sigue


comprando con una intención utilitaria. Hay una obra muy interesante de Jesusa Pires Ferreira “Sao Cipriano, uma legenda de massas”, del año 1985 de la Editora Perspectiva (Brasil), que trata este tema en aquel país, comentando más de diez ediciones distintas (O Libro de San Cipriano, O Antigo e Verdadeiro Libro de San Cipriano, O Libro de Sao Cipriano o Feitiçeiro, Livro Vermelho e Negro de Sao Cipriano, O Poderosso Livro de Sao Cipriano, Livro de Sao Cipriano das Almas, O Antigo Livro de Sao Cipriano, o Gigante e Verdadeiro Capa de Aço, O Livro Negro de Sao Cipriano, etc.).

Esto aleja al Libro de San Cipriano de otros grimorios, que han permanecido prácticamente inalterados en los últimos dos siglos y son adquiridos fundamentalmente por curiosos y coleccionistas, y lo hace realmente un libro vivo y cambiante (aunque sean quizá más interesantes para el bibliófilo las ediciones más antiguas), que ha sabido adaptarse a los tiempos y sigue siendo un libro popular a todos los niveles, aunque la parte de búsqueda de tesoros y de pacto con potencias infernales ha pasado a un segundo plano, ganando protagonismo la de recetario mágico. Respecto de la autoría, es evidente que San Cipriano difícilmente pudo ser autor del libro que se le atribuye, ya que numerosas partes del mismo son evidentemente de siglos muy posteriores (ej. la cartomancia), además coincide en partes con grimorios aparecidos principalmente en el s. XVIII y XIX, siendo su adscripción más bien una forma de darle autoridad al libro en cuestión, igual que otros libros se atribuyen a Simón el Mago o a Salomón, por lo que sus autores fueron personas anónimas que fueron añadiendo pasajes al libro durante un largo tiempo. Como ya decía Enediel Shaiah, recopilador de una de las mejores versiones del Ciprianillo, en un comentario en el cap. VI del Libro Primero:“Como verá el lector, las partes que componen EL LIBRO MAGNO DE SAN CIPRIANO, no tienen la pretensión de estar escritas por el famoso mártir de la Iglesia, y constituyen un repertorio de procedimientos mágicos, atribuidos en su mayor parte al arrepentido hechicero que completan los diversos datos sacados en distintos autores y de muy variada procedencia. EL LIBRO DE SAN CIPRIANO auténtico que reproducimos, no pasa de ser (ni pretende tampoco otra cosa), una recopilación de fórmulas, procedimientos y tradiciones, que constituyen un conjunto no siempre armónico, acogido a una prestigiosa denominación, que le sirve de título y consagrada divisa, entre los grimorios catalogados por la bibliografía general del ocultismo.”

Sobre la fecha de su elaboración, es difícil llegar a una conclusión, en primer lugar porque las diferentes versiones son de épocas diferentes, y porque en una misma versión a menudo confluyen materiales de épocas diferentes (ej. la versión de Jonás Sufurino parece claramente del s. XIX por su carácter recopilatorio de otras obras). Autores gallegos y portugueses como Vicente Risco y Moisés Esprito Santo consideran las primeras ediciones del Libro de San Cipriano del s. XVI, según Bernardo Barreiro, que estudió los procesos de la Inquisición en Galicia en los siglos XVI y XVII la Inquisición ni el pueblo gallego conocía esta obra (lo que no quiere decir que no se pudiera conocer en otras zonas geográficas), por lo que lo considera un producto de finales del s. XVIII como muy pronto (en Galicia la primera cita literal del Ciprianillo es del año 1817, aunque ya aparecen citas de mediados del s. XVIII de libros para descubrir tesoros). Las versiones que circulan hoy en día deben ser del s. XIX o a lo sumo de la segunda mitad del s. XVIII, por su contenido y porque muchas de ellas señalan que son reediciones de otras anteriores. Esto no implica que no pudiera haber libros con el nombre de San Cipriano en épocas anteriores ya que el famoso mago Heinrich Cornelius Agrippa (1486-1535), cita en sus obras libros de Nigromancia atribuidos a Cipriano. Más allá de la fecha de su génesis y de su autoría, es innegable el interés y valor intrínseco que tiene la obra en la historia de la magia y de los grimorios en Europa, a pesar del maltrato y desprecio que ha sufrido por parte de muchos autores (Rafael Urbano, Juan Blázquez Miguel, entre otros), que lo calificaron como un “cúmulo de recetas y conjuros”, sin darle siquiera la categoría de libro, cuando esta obra tiene tanto derecho a llamarse grimorio como todos los demás publicados en Europa durante los s. XVIII, XIX y XX, y además es el grimorio más popular hoy en día en el mundo con diferencia y es casi el único que ha tenido su génesis (por lo menos en gran parte) y desarrollo en la península ibérica y que incluye una lista de lugares con tesoros para desencantarlos. Esta inclusión de las listas de tesoros en el Libro de San Cipriano es una feliz combinación entre antiguos grimorios y las famosas gacetas de tesoros, libretas con listas de tesoros que circularon por la geografía peninsular, siendo especialmente populares en Asturias y en Galicia desde fechas muy tempranas. Hay que tener en cuenta que la península ibérica, en particular su zona noroccidental, fue famosa desde la antigüedad clásica por la abundancia de oro y metales preciosos. Los tesoros referidos en estas listas se sitúan en lugares perfectamente localizables en la toponimia, lo que acredita que la gente que hizo las listas conocían perfectamente la zona


geográfica que citaban, situándolos a menudo en menudo con antiguos restos arqueológicos (castros, túmulos, dólmenes), o en lugar especiales por su conformación natural (cascadas, roquedales, etc.), y tradicionalmente se decía que los habían enterrado los Mouros (seres legendarios habitantes de los castros). Puede que al fin y al cabo tenga una base real ya que hay que tener en cuenta que tal fue la cantidad de tesoros que se encontraron en monumentos prehistóricos en Galicia que en los s. XV y XVI se creó por el gobierno del Reino de España el cargo de Comisario para Tesoros de de Galicia. Las listas que se pueden encontrar hoy impresas en diversas versiones del Ciprianillo son una de tesoros de Portugal, de la zona de Porto de D. Gazua, de 148 tesoros, y otra de 174 tesoros del Reino de Galicia, muy detalladas ya que describe tanto el lugar en que se encuentra como el haber que se halla (ej. 1.- Na encruzilhada de Lobios, a trinta e dois passos ao nascente, debaixo de um regueiro de pouca fluência, ficou um covo de pedra com uma abada de ouro”). En otras versiones la lista de 174 tesoros se reduce a 146 y no se detalla el lugar donde se encuentra el tesoro ni su contenido, sino que sólo se habla del pueblo en que está, pero la lista es la misma. La propia lista relata que fue encontrada en los cimientos del Castillo Morisco de D. Gutierre de Altamira en el año 1065, año en que D. Fernando, el Grande, entregó los dominios de Galicia a su hijo García (situando la lista en la Biblioteca Académica Peninsular Catalani, de Barcelona). En la edición publicada por la Ed. Castrelos de Vigo, Col. O Moucho, en 1973, su autor Xose Mª. Álvarez Blazque localizó topográficamente todos los tesoros contenidos en la referida lista, correspondiendo mayoritariamente a localidades de las provincias de Ourense (comarcas de Verín, A Limia, y O Ribeiro) y Pontevedra (comarcas de As Neves, Mondariz y Salceda de Caselas). BREVE ANÁLISIS DE DIVERSAS EDICIONES Una de las ediciones más antiguas que se pueden encontrar es la edición supuesta de 1810 de Bruselas, de la que hizo una reedición facsimil la Editorial Parsifal (española) el año 1989. Se titula “HEPTAMERON o Elementos Mágicos, compuesto por el Gran CIPRIANO, famoso májico, traducido al latín y de

éste al francés por Esterhaazy, y últimamente a la lengua castellana por Fabio Salazar y Quincoces, Ascrólogo, Alquimista y famoso naturalista. Venecia. Imprenta y librería de Francesco Succoni, Año de M.DCCXXII (1722)” . Según

el prólogo fue reimpreso en Bruselas por Vincio Bocatorti. Año 1810”. Palau menciona que se hizo numerosas reimpresiones de esta obra a finales del s. XIX, siempre en lugares supuestos y falsificando la fecha. Es una edición curiosa, de las más originales, ya que es muy diferente de las otras que luego comentaremos porque no tiene semejanzas evidentes con los otros grimorios europeos que hemos comentado (Grand Grimoire, Grimorium Verum, etc.).

Sin embargo hay que decir que la referencia a San Cipriano es casi una anécdota ya que el Santo sólo es mencionado, quizás para hacerlo más atractivo, en el título y en el prólogo de la obra. A primera vista, entre las características más notables de esta versión es la aparente antigüedad de la misma vista la tipografía, maquetación, grabados, e incluso por su lenguaje y ortografía arcaizante. Sin embargo no trae apartados esenciales en otras versiones, como un resumen de la vida del santo, la oración de San Cipriano, lista de tesoros, etc. La mitad de la obra trata de mancias, astrosomancia, quiromancia, fisiognomancia, etc. dedicándose después a la elaboración de talismanes, amuletos (algunos coinciden con los que aparecen en el Grand Grimoire y en la Gallina Negra), la confección de la varita misteriosa y su utilización para desencantar tesoros, incluyendo la realización del círculo mágico, temas que aparecen en otras versiones (como p.ej. la de Jonás Sufurino) como parte central de las mismas. Posteriormente habla de filtros y recetas, con muy pocas para el amor,sino sobre todo para curar enfermedades, y para proteger a los animales de los lobos y de las fieras, lo que puede evidenciar su antigüedad y su interés para ser útil a personas del campo y no a personas que viven en urbes y acomodadas.


Otra versión es la que se publicó como anexo al libro del historiador gallego Bernardo Barreiro, editado en 1885, con el título

“Brujos y Astrólogos de la Inquisición de Galicia y el famoso Libro de San Cipriano”, reeditada por Akal, Col. Arealonga, 1973.

Este libro trata de los procesos de la Inquisición Gallega contra brujos y astrólogos de la segunda mitad del séc. XVI y la primera del XVII. Barreiro publicó como anexo una edición mutilada del Ciprianillo, que consiguió manuscrita, con el fin de vulgarizarlo y hacerlo accesible al público en general. Esta versión que reza realizada por Beniciana Rabina, rabino hembra, hoy es inencontrable en su edición original, siendo este editor realmente Antonio Venetiana del Rabina, autor de una de las ediciones más conocidas del Grand Grimoire, la que fue publicada en francés en París en 1845, siendo esta versión del Ciprianillo una copia de ese grimorio, lo cual no es descabellado porque existe una edición en castellano del Gran Grimorio del año 1820. La primera parte de la obra la recoge más o menos íntegra, igual a la del Gran Grimorio, tratando de la preparación del mago y de la confección del círculo cabalístico (parte importante del ritual de invocación), que tendría un grabado similar al que aquí se reproduce, que procede del Grand Grimoire. La segunda parte del libro que habla del Triángulo de los Pactos y las Jerarquías infernales la despacha en dos hojas, y el resto de las partes del libro sobre recetas mágicas simplemente las suprime diciendo que son tonterías, y no menciona tampoco ninguna lista de tesoros del Reino de Galicia. Otra edición es la titulada “Libro Completo de Verdadera Magia o sea El Tesoro del Hechicero escrito en Pergaminos Antiguos Hebreos entregados por los espíritus al Monje Alemán Jonás Sufurino”. La más antigua que examinamos debe ser de finales del S. XIX, supuestamente reimpreso en la Imprenta Cabalística de Milano. Sigue relatando su contenido “Contiene: Libro de San Cipriano o sea el Tesoro del

Hechicero. La Clavícula de Salomón, Invocaciones, Pactos, Exorcismos, El Dragón Rojo y la Cabra Infernal. La Gallina Negra. Escuela de Sortilegios. El Gran Grimorio o el Pacto de la Sangre. Candela mágica para descubrir encantamientos. Recopilación de la magia caldea y egipcia. Filtros, encantamientos, hechicerías y sortilegios.” .

Esta versión se ha reeditado muchas veces en el s. XX, siendo la más prolífica de todas y la que más a menudo se encuentra en ediciones españolas. Se encuentra básicamente en dos versiones, una breve que incluye las partes que indicamos anteriormente, y otra más larga, titulada “El libro Infernal”, que incluye además “Hechizos y Sortilegios, Los Secretos de la Reina Cleopatra, Los admirables secretos de Alberto el Grande, La revelación de los misterios de la mano, Cartomancia y Cafeomancia, Sugestión, hipnotismo y magnetismo, Espiritismo”, estas dos versiones se editaron por la

Editorial Maucci de Barcelona hacia 1920. Incluso se publicó en italiano en 1950. Hay múltiples ediciones publicadas en Argentina y en México, por la editorial Domingo Ferrari, Caymi, y Saturno, y en España por Anaya, Mallfré, EDS, Teorema, y Edaf. Esta versión se dice publicada por Jonás Sufurino, monje alemán del monasteiro de Brooken, datado según el libro en el año 1001 o 1521. En estas ediciones abreviadas la parte que es el libro de San Cipriano es corta y acaba habitualmente con el hechizo realizado con unas malvas cogidas en un cementerio, otras veces con una “Explicación Necesaria” (en la que el traductor expone que


intentó ceñirse lo mejor posible al original, y que le causó extrañeza que una obra escrita en teoría por espíritus infernales sienta tanta reverencia y respeto por los espíritus celestes, lo que indica que no hay nada superior a la divinidad).

Otras ediciones que también incluyen esta versión son las tituladas “Libro de San Cipriano o Tesoro del Hechicero, seguido del Libro de Simón el Mago”, la publicó inicialmente el Dr. Moorne, escritor madrileño de obras ocultistas en los años 20, siendo el Libro de Simón el Mago un supuesto extracto de una obra mucho mayor en extensión “Clavis Secretorum Coelis et Terrae”, realizado por W. Grebc. De esta versión conocemos tres ediciones, una del año 1954 publicada por Domingo Ferrari (Buenos Aires), titulada “Clavícula del Hechicero o Gran Libro de San Cipriano: “Conocimiento o instrumentos para ejercer las artes mágicas. Ceremonial mágico y experimentos. Invocaciones, pactos y exorcismos. De los espíritus en general. Arte de evocar a los muertos. El Dragón Rojo, Cabra Invernal y la Gallina Negra. Hechizos y Sortilegios. Libro de Simón el Mago. Talismanes. Propiedades mágicas y curativas de las plantas y los animales. Diccionario de los sueños.”, (del que aquí se reproduce la portada y que examinamos en la Biblioteca da Deputación de Ourense). La otra es

la de Caymi (Buenos Aires), del año 1970, y también fue reeditada en España por Daniel’s Libros en 1988. Esta versión entra de lleno en el género de los grimorios inventados que aparecieron en el s. XIX ya que su contenido aglutina el contenido de diversas obras vista la denominación de los diferentes capítulos (La Clavícula de Salomón, La Gallina Negra, el Gran Grimorio, etc.). La parte titulada Libro de San Cipriano es muy reducida, de 30 páginas, aunque hay partes de los otros capítulos que también se incluyen en otras versiones como propias del Libro de San Cipriano, en concreto muchas de las recetas mágicas incluidas en los capítulos de Magia Caldea y Egipcia y también la lista de potencias infernales y la manera de invocarlas. Comienza con la preparación del mago (vestimenta, Instr.mentos, horas y virtudes de los planetas), apartado infrecuente en otras versiones salvo en la de Enediel Shaiah, de la que hablaremos posteriormente, pero es habitual en otros grimorios europeos (ej. algunas versiones de la Clavícula de Salomón y la Verdadera Magia Negra, y el Grimorium Verum). Incluye diversos experimentos (de vuelo, invisibilidad, amor, gracia y agrado, odio y destrucción), que coinciden con los contenidos en la obra “La Véritable Magie Noire ou le secrets des secrets; manuscrit trouve a jérusalmen, dans le Sépulcre de Salomón, contenant: Quarante-cinq talismans avec leurs graveres, ainsi que la maneire de s’en servir, et leurs merveilleises proprietés; et tous les caracteres magique connus jusqu’a ce jour; traduit de l’hébrue, de Mage Iroe-Grego. A Rome, Chez

Garcia, Libraire. 1750”.(Edición de 1815).

Prosigue con “La Clavícula de Salomón o el Secreto de los Sacerdotes”, donde incluye la confección del diversos talismanes (entre ellos el famoso Anillo de Salomón, habitual en los grimorios, y otros que aparecen en la obra “el Tesoro del Viejo de las Pirámides”, Ed. 1830, en “La Veritable Magia Noire”, y también en la edición de la “Clavícula de Salomón” de S.L. McGregor Mathers), la forma de construir el Espejo Secreto de Salomón (similar a la que aparece en el Dragón Rojo, Gran Grimorio, y en otras versiones del Ciprianillo). En la siguiente parte titulada “Invocaciones, Pactos y

Exorcismos”, habla del Espíritu Supremo, de los Espíritus Superiores y Celestes, (siguiendo el Arbatel de la Magia, obra traducida al


inglés por Robert Turner en 1655), y de gnomos, sílfides, salaman-

dras y ondinas. Incluye además la jerarquía completa de los espíritus infernales (de la que reproducimos la firma y figura de los mismos), y que es similar a la que aparece en el Gran Grimorio, que se corresponde a su vez con la publicada por Johann Wierus en la “Pseudomonarchia Daemonum”, anexo de su obra “De praestigiis Daemonum” editada en el año 1563. Continúa con el Sanctum Regnum “verdadero modo de hacer los pactos con los espíritus infernales sin sufrir daño alguno” (también aparece en el Gran Grimorio) y con exorcismos, coincidiendo con el Libro de San Cipriano y Santa Justina y el Libro Primero de la versión de Enediel Shaiah. Aquí comienza la segunda parte, “El Dragón Rojo y la Cabra Infernal”, que es un compendio de diversas materias, astrología, visiones y apariciones, lista de días felices y desgraciados…, que también aparece en las versiones antes mencionadas. Prosigue con otro apartado titulado “La Gallina Negra, Escuela de Sortilegios, el Viejo de las Pirámides y el Anillo del Amor”, donde incluye el procedimiento para invocar un espíritu infernal sacrificando una gallina negra en una encrucijada (que aparece en otros muchos grimorios, entre ellos el Grand Grimoire, Grimorium Verum, y el Dragón Rojo –Ed. Venecia, 1905-, del que procede esta ilustración).

El siguiente capítulo se dedica a todo tipo de sortilegios, la mayoría de amor, también de salud y contra los malos espíritus, muchos de ellos aparecen en otras versiones del Ciprianillo, en concreto en la de Enediel Shaiah y en el Libro de San Cipriano y Santa Justina, algunos también en una versión italiana del Grand Grimoire, publicada en 1999 por Trident Books (Seattle, U.S.A.). Luego continúa con “El Gran Grimorio o el Pacto de Sangre”, que coincide en parte con los primeros capítulos del Grand Grimoire (habla de la preparación del mago y del pacto de sangre con los espíritus, de la composición de la varita mágica, etc.), y con otros apartados de magia. La tercera parte titulada “Magia Caldea y Egipcia (Filtros, encantamientos, hechicerías y sortilegios)”, coincide con otras versiones como la de Enediel Shaiah y la del Libro de San Cipriano y Santa Justina (con hechizos con sapos, de amor, con la semilla del helecho, magia de las habas, magia para hacer invisible con los huesos de la cabeza de un gato negro -que aparece también en el Grand Grimoire-, para conseguir dos diablillos con los ojos de un gato negro, con un murciélago, con malvas recogidas en un cementerio, etc.)

La obra acaba con la explicación necesaria ya citada.

Otra versión, publicada en Barcelona, es la editada por la Biblioteca de Ciencias Ocultas, Barcelona - París- Roma, según reza la publicidad, con el título “El libro de San Cipriano y

Santa Justina, milagros y oraciones de la S.S. Cruz de Caravaca”, que se debió publicar entre 1895 y 1920, con

partes en castellano y otras en catalán. El título continúa diciendo “Tratado completo para ejercitar el poder oculto – Magia de los campos – Hechizos Pactos–Responsos – Nove-nas – Oraciones – Ligamientos – Curaciones etc. etc. “. Lo curioso de este libro es incluye también

oraciones de la Santa Cruz de Caravaca, mezclando en mucha mayor proporción el contenido religio-so católico, ya que tiene numerosas novenas, oraciones a san-tos, y bendiciones, de las que no nos ocuparemos. Por otra parte, a pesar de decir que es la versión de Jonás Sufurino, difiere bastante de la que citamos anteriormente, ya que suprime unas cosas y añade otras. De esta obra existen ediciones mexicanas de la Editorial Roca del año 1985. En esta edición el tema del desencantamiento de tesoros y el pacto del demonio pasa a un segundo plano, casi no se menciona (incluso al hablar del pacto recomienda que antes de hacerlo se consulte con un confesor si es aconsejable hacerlo o no). No aparece lista de tesoros ni los habituales


apartados de cartomancia, astrología, quiromancia, construcción de amuletos y talismanes. La obra empieza con el relato de la vida de San Cipriano y Santa Justina, continúa con una serie de bendiciones (de una casa nueva, de plantas y de aguas, de un recién nacido…) y exorcismos (contra fenómenos metereológicos, duendes, brujas, etc.), incluyendo la famosa Oración de San Cipriano. Continúa con numerosas recetas mágicas típicas, muchas de ellas iguales a las contenidas en la versión de Jonás Sufurino, en el apartado de la Gallina Negra y de Magia Caldea y Egipcia. Ya casi al final de libro, como si quisiera el autor arrinconarlo en el trastero, incluye el Gran Grimorio o el Pacto de Sangre, de igual contenido a la versión de Jonás Sufurino, y también fuera de lugar las razones por las que Dios permite al Demonio que atormente a las criaturas, y la magia de la simiente del helecho, y de las habas, acabando la explicación necesaria habitual. Después añade numerosas figuras de santos con sus respectivas oraciones, incluida la historia de la Santa Cruz de Caravaca, lo que acerca este ejemplar más a la religiosidad popular católica que a la heterodoxia y a la magia negra, pudiéndose relacionar con los folletos religiosos a los que aludimos al principio de este artículo. A estas alturas es obligado hablar de la edición realizada por Enediel Shaiah, titulada “El Libro Magno de San Cipriano. Tesoro del Hechicero”, que consideramos la mejor publicada en castellano y que hoy en día se puede encontrar reeditada por la Editorial Humanitas, aunque no menciona su fuente de procedencia. Las diversas ediciones fueron realizadas en años posteriores a 1905, una por Gregorio Pueyo, de Madrid, otra supuestamente editada en Leipzig por el Centro Editorial Políglota (según Palau, de Madrid 1907), y otra por la Edit. Irradiación, también de Madrid. Enediel Shaiah, fue un hipnólogo y ocultista gallego, originario de Pontevedra, que vivió en Madrid entre finales del s. XIX y principios del XX, donde tuvo una consulta de hipnosismo. Escribió obras sobre ocultismo e hipnosis, y tradujo numerosas obras francesas, principalmente de Papus (Dr. Encausse), del que fue discípulo, y de Eliphas Levi. Dirigió la Biblioteca Teosófica de la Editorial Pueyo y fue amigo de Mario Roso de Luna. En cuanto a grimorios, publicó además del presente el Verdadero Dragón Rojo, Venecia, 1905, del que pusimos la portada al principio del artículo. La presente edición es una recopilación de tres libros diferentes de San Cipriano, que circulaban anteriormente como textos independientes, con abundancia de textos explicativos y ampliatorios, incluso sustituyendo pasajes por otros de su autoría que considera más actualizados, además de la supresión de reiteraciones de los diferentes libros. El Libro Primero tiene un marcado contenido religioso, con una parte de oraciones y exorcismos para combatir las posesiones y los males físicos, específicamente dirigido a religiosos e incluye además largos textos en latín, entre otras incluye forma de saber si las dolencias son naturales y causadas por el demonio, forma de cerrar el cuerpo para que no vuelva a entrar el demonio, forma de ayudar a las apariciones, etc. Luego continúa con materias totalmente diferentes, cartomancia, astrología, tabla de momentos fatídicos del calendario, aquí Enediel Shaiah dice que venía el procedimiento para desencantar tesoros pero que lo suprimió porque ya aparece en la tercera parte. Seguidamente habla de otros temas, sobre todo de adivinación, recetas de amor, del dinero encantado, para ayudar a enfermos, procedimiento para castigar al demonio, oración del Justo Juez que sirve para hacerle a uno invisible a los ojos de quien lo quiera detener, etc. El Libro Segundo es el que tiene un contenido más similar a la versión de Jonás Sufurino y el Libro de San Cipriano y Santa Justina, habla de secretos de magia negra y blanca, que aparecen en las otras versiones (de las habas, del hueso de la cabeza de un gato negro, de la simiente del helecho, etc.), luego trata del Ceremonial de la Magia (preparación del mago, instrumentos mágicos, vestimentas, el círculo mágico, perfumes, etc.), de las potencias celestes, de la forma que se hace el pacto y la lista de potestades infernales similar a la de Johann Wierus también. Prosigue con “Secretos de Hechicería” de los que muchos coinciden con las versiones JS y LSCSJ aunque cambiados de orden, otras coinciden con recetas del Heptamerón, las siguientes (el anillo de Giges,


el espejo mágico de Salomón, el Secreto de la Gallina Negra, etc.) aparecen también en el Grand Grimorie y en el Dragón Rojo, las demás (magia del acebo, del bote de vidrio, de la paloma negra, de las batatas retoñadas, etc.) aparecen en ediciones portuguesas que comentamos más adelante. El Libro Tercero tiene poco que ver con la versión JF y LSCSJ antes comentadas, lo que confirma que en su día debió ser un libro autónomo, ya que trae la lista de tesoros del Reino de Galicia y la manera de desencantarlos. Comienza con varios conjuros, junto a la Letanía de los Santos (corriente en las ediciones portuguesas, con una lista larga de santos y fórmulas en latín), y una imprecación a Satanás para que se hunda en la tierra y deje libre el tesoro que se pretende recoger (el ritual tiene una intención claramente distinta ya que no se negocia ni se pacta con el diablo sino que se le echa). A continuación viene la famosa lista de 146 tesoros del Reino de Galicia, que dice que está en la Biblioteca Peninsular Catalana, de Barcelona (igual que la versión portuguesa). La lista está en castellano, tiene menos tesoros que la lista portuguesa y es menos detallada como ya dijimos, seguramente para evitar que la gente la usara para buscar los tesoros. Continúa el libro tercero con los grandes secretos del mago Artaphernes, y finalmente incluye una lista de las clases de adivinación empleadas en diversas épocas, que Enediel Shaiah sustituyó por una lista propia que consideraba más actualizada, por lo que no podemos saber cuál era la lista original. En resumen, esta es una de las versiones más completas porque reune tres libros en uno, y además es la que más se acerca a las versiones portuguesas que pasamos ahora a comentar, incluso es posible que sea una traducción y adaptación al castellano de alguna de aquéllas, ya que se han interpolado palabras en portugués en algún pasaje de la obra. La primera edición portuguesa que comentamos es la denominada “Grande Livro de S. Cipriano ou Thesouro do

Feiticeiro. A ediçao máis completa que se tem publicado até hoje, Livraria

Económica de J. Andrade & Lino de Sousa, Antiga Casa de F. Napoleao da Vitoria, Travessa de S. Domingos 9 a 13, Imprenta Lucas, Rúa do Diario de Noticias 93”, de Lisboa (la examinamos en la Biblioteca Nacional

de Lisboa). Esta obra es anterior al año 1893, y hay otra edición exacta del año 1923, y dice ser la primera compuesta de tres volúmenes y la más completa de todas. Al menos la tercera parte, compuesta por la Historia de Victor Siderol y la lista de 174 tesoros del Reino de Galicia, puede que fuera una novedad en su tiempo ya que dice que sus derechos de publicación le fueron vendidos por D. Gumersindo Ruiz Castillejo y Moreno, de Barcelona, dueño de la Bibliotheca Academica Peninsular Catalani a Domingos M. Fernández, editor de Lisboa, y éste a Federico Napoleao de Victoria, dando datos de fechas y lugares que le da visos de verosimilitud y parecen indicar que el editor de la obra no está fantaseando, como pasa a menudo. La versión de la Livraría Económica comienza con un Libro Primero que coincide punto por punto con el Primero de Enediel Shaiah, incluyendo antes la Vida de San Cipriano, prosigue con las instrucciones a los religiosos que traten molestias, para saber si son obra del diablo, oración de las horas abiertas, señales de maleficios en las criaturas, exorcismos, etc. Todo lo comentado hasta aquí se puede considerar un manual del exorcista. Hasta el capítulo sexto van los dos libros exactamente igual, aquí la presente versión incluye el „Desencanto dos Tesouros, oración e esconxuro para desencantarse dos tesouros, lugares onde existen os encantos, e soma dos haberes de Porto de D. Gazua, ríos e águas vertentes“, que es una lista de tesoros (148 en total) existentes en el Reino de Portugal en Porto de D. Gazua. Luego prosigue igual que la versión de Enediel Shaiah, con el nuevo sistema de echar las cartas, y otras recetas mágicas, cartomancia, episodios de la vida de San Cipriano, bajo el nombre nombre de „Poderes Ocultos, cartomancia, oraciones y esconjuros“ . El Segundo Libro es también equivalente al de la versión de Enediel Shaiah, comienza con el “Verdadeiro Tesouro de Mágica Preta e Branca, ou Segredos de Feitiçaria”, con las mismas fórmulas mágicas (salvo alguna más que se añaden aquí), y continúa con la historia de San Cipriano y Clotilde que no


aparece en la versión ES. Aquí esta versión no incluye como la edición ES el Ceremonial de la Magia (vestimentas e instrumentos del mago, confección del círculo mágico y ritual de invocación), lo que la aleja de la concepción de grimorio integral y lo acerca más a la idea de un recetario mágico. Luego retoma el mismo capítulo “Misterios de feitiçaria extraidos de um manuscrito de mágica preta que se julga do tempo dos mouros” incluyendo algunos apartados más que no aparecen en la versión de ES (ej. oración para expulsar el Diablo del cuerpo, y las historias de San Cipriano y Adelaide y la de Cipriano y Elvira, discusión de San Cipriano y San Gregorio sobre la Santa Fe Católica, etc.). Muchos de estos conjuros también

aparecen en el apartado de Magia Caldea y Egipcia de la versión de JF y en la del LSCSJ. Acaba este Libro con un apartado de fisionomía y otro apartado de cartomancia cruzada, y una explicación de los sueños y apariciones nocturnas con un índice alfabético de palabras para interpretarlo, que no aparecen en la versión de ES.

El tercer libro comienza con “Engrimanços de S. Cipriano ou Prodixios do Diablo“, con el relato de Vitor Siderol, un labriego francés que marcha a París, donde encuentra un Ciprianillo. Con ayuda del libro conjura al demonio y hace un pacto con él. El diablo le dice que en la zona de Salvaterra de Miño, Galicia, hay muchos tesoros, por lo que después de diversos sucesos Siderol marcha a Galicia, estableciéndose en Ababides, provincia de Ourense. Allí consigue un tesoro después de firmar un pacto por el que le daba al diablo el alma de todos los hijos que tuviera. Posteriormente se asentó en Damil y se casó con una chica de Podentes (Celanova), con la que tuvo ocho hijos, momento en el que se arrepiente del pacto hecho y se lo cuenta a su mujer, que acude al Cura de Campo de Mouro en Mondariz, para que practique un exorcismo por el que consigue que el diablo devolviera el pacto firmado por Siderol. Después de aquello Siderol vivió una vida feliz hasta que falleció a los 109 años en Sabajares (Mondariz – provincia de Pontevedra). El relato novelado, es equivalente al de otros grimorios de mediados del s. XIX (ej. el Dragon Rouge, versión de Henry Berthoud, publicado por C.B. Noblet en Paris en el año 1863, que también cuenta las aventuras de un labrador al que le venden en este caso un Dragón Rojo), y muestra que la persona que lo escribió conocía

Galicia por los datos que da sobre los lugares que recorre Siderol en su viaje. Continúa con la famosa lista de 174 tesoros del Reino de Galicia, que ya comentamos anteriormentes, y finalmente acaba con un apartado sobre Espíritus diabólicos, Poderes Ocultos del odio y del amor, un capítulo de quiromancia y la “Historia da Feiticeira de Évora ou Historia de Sempre Noiva”. La mayoría de las ediciones portuguesas y brasileñas publicadas en el s. XX siguen con mayor o menor fidelidad el contenido de la obra antes comentada, unas veces contenidos superfluos y otras añadiendo historias y textos diversos. Entre ellas citar la edición de Possidonio Tavares, publicada por los Hermanos Garnier, Río de Janeiro – París, impresa en París en el año 1900, con el título “O Verdadeiro Livro de S. Cipriano. Ediçao, a máis completa e augmentada, com um oráculo de 108 segredos”, que añade a esta versión 108 recetas mágicas. Otras posteriores, como la titulada “O Verdadeiro Livro de S. Cipriano ou o Thesouro da feiticeira” Ed. Muito aumentada. Lisboa, Empresa Literaria Universal, de 1919, y “O verdadeiro Livro de Sao Cipriano ou tesouro da feiticeira”, Lisboa, Livraria Barateira, 1930, son idénticas a la ya comentada, y entre las más recientes la de la Moderna Editorial Lavores de 1998 y la de Editorial Livros da Vida, Col. Runas, Lisboa, 2001. Otras ediciones, como la de Ediçoes Afrodite, Lisboa, 1971, y su traducción al gallego publicada por Ed. Castrelos, col. O Moucho en 1973 y al castellano publicada por Akal en 1978, reproducen únicamente el tercer libro, y otras como la de Famaliçao del año 1923, se aleja claramente de esta versión ya que no incluye los tesoros del Reino de Galicia ni muchos apartados de la versión de la Livraría Económica y añade un apartado de “Instrumentos e accesorios usados na feitiçaría” y “Virtudes preciosas de plantas, pedras, animais e reptís”, apartado de magia natural que es semejante al contenido en el Libro de Simón el Mago y en el Gran Alberto.


La penúltima versión que vamos a comentar es la que tiene por título “Verdadeiro Livro de S. Cipriano ou Thesouro

particular do Feiticeiro”, tirado d’um manuscripto feito polo mesmo Santo que ensina a

desencantar todos os encantos feitos pelos mouros n’este reino de Portugal e tambén indicando o logar onde se econtram. Contendo todas as rezas para desfazer os encantos e tendo as necesarias explicaçoes aonde existem os haveres encantados, etc. Novísima ediçao augmentada com a cartomancia do arte de deitaras cartas como fazem as feiticeiras. A’ venda no Porto, na Livraria Portuguesa de Joa-

quim Maria da Costa – 55, Largo dos Loyos, 56 – Porto”. Imp. Tipographía de Arthur J. de Sousa & Irmao, L. de S. Domingos 74. (Biblioteca Nacional de Lisboa). La obra parece ser aproximadamente del año 1886. Esta edición es mucho más breve que la de la Livraria Económica, tiene algunas partes en común y otras no hemos visto en ninguna otra edición. No tiene la lista de tesoros del Reino de Galiza ni la historia de Victor Siderol (lógico por ser anterior a la publicación de la otra versión), ni recetas mágicas, sino que se concentra prácticamente de manera exclusiva en el desencanto de los tesoros con una lista de tesoros del Reino de Portugal, en la portada reproduce el famoso triángulo para el desencanto de tesoros. Comienza con dos palabras al lector para esclarecimiento de la obra que va a leer, y seguidamente pasa al desencanto de tesoros, con una declaración, y un conjuro que es similar a la segunda conjuración de la versión de la Livraria Económica y al segundo Conjuro de la versión de ES, y tiene paralelismos con la famosa Oración de San Cipriano para librarse de todo tipo de hechizos. El libro prosigue con el “Tombo ou lugar onde se acham encantados os thesouros”, con una lista de 139 tesoros localizados parte de ellos en Porto de D. Gazua, coincidente con los de otras versiones salvo por la supresión de 10 tesoros. Continúa con apartados habituales en el primer libro de otras obras (motivos por los que Dios permite que atormente a las criaturas, cartomancia, historia de San Cipriano y Santa Justina, oración para asistir a los enfermos, etc.). Aquí incluye apartados que no aparecen en ninguna otra versión historia “Do Diabo e as súas diaburas”, sobre una anciana que burló la muerte y a la que el diablo va a buscarla todos los años, y “O desencanto da moura”, que es una fórmula mágica en verso para desencantar tesoros, que parece provenir de la tradición oral y ser de una gran antigüedad. Acaba la obra con dos fórmulas habituales, la magia para que una mujer diga todo lo que haya hecho o tenga intención de hacer y con el arte de leer los posos del café Para acabar este análisis, como ya hemos dicho, en Brasil se han publicado muchas versiones, ya desde el s. XIX y posiblemente antes (el Padre Antonio Lourenço Fontes cita en sus obras un ejemplar probable del s. XVIII), pero no nos ocuparemos de ellas porque las que hemos podido ver son modernas, reelaboradas, y se alejan bastante de las ediciones más antiguas. Sólo hablaremos a modo de ejemplo de la que se considera más completa, “Antigo Livro de San Cipriano. O Gigante e Verdadeiro Capa de Aço. N.A. Molina”. Existe una edición portuguesa de la misma, la 5ª. Edición publicada en el año 1993 y distribuida por DINALIVRO, la edición brasileña que ya debe llevar más de treinta ediciones. Es una obra muy extensa, supera las 500 páginas , incorporando textos de muy diversa procedencia, muy sincrética, porque tan pronto habla de santos católicos, como de espiritismo o magia negra. No trata del tema de los tesoros, tan importante en otras ediciones, ya que no incluye ni listas de éstos ni la manera de desencantarlos. La obra comienza con un aviso al comprador del libro para que no lo enseñe ni se lo preste a nadie, prosigue con episodios de la Vida de San Cipriano y con partes comunes a otros libros (exorcismos, Poderes Ocultos, “Enguerimanzos de S. Cipriano ou Prodigios do Diabo”, sin incluir la lista de Tesoros del Reino de Galicia, “Misterios de Feitiçaría”, etc.), intercalando entre estas partes otras diferentes con historias medievales, astrología, quiromancia, cartomancia, presagios, oniromancia, etc. A partir de aquí se aparta definitivamente de las otras versiones, habla de rituales


de magia negra (algunas específicas de Brasil, de las Clavículas de Salomón…), recetas mágicas, hipnotismo, viajes astrales, bolas de cristal, mandamientos de la Comunidad Judaica según San Cipriano, la magia negra hoy en día, Calendario Perpetuo con los santos del día, acabando la obra con más de noventa oraciones a Santos para los fines más diversos. En resumen, he intentado en la medida de lo posible, que no es fácil dada la cantidad de ediciones existentes del Libro de San Cipriano, arrojar un poco de luz sobre ese libro oscuro y misterioso para mostrar su verdadero valor y ponerlo en el lugar que se merece, que no es otro que el de estar en plano de igualdad con el resto de grimorios (Grand Grimoire, Dragon Rouge, Grimorium Verum, etc.) más famosos publicados en Europa en los s. XVIII y XIX. Es una pena el absoluto desconocimiento por los especialistas y la ausencia (incluso se puede decir, destierro u ostracismo) que existe de los libros de magia publicados en la península ibérica en las obras e índices bibliográficos especializados, con lo que con este artículo he pretendido aportar un granito de arena a un mejor conocimiento a esta literatura en la península ibérica. Finalmente agradecer a la Revista Hibris la oportunidad que me ha brindado de publicar en primicia este artículo sobre el Libro de San Cipriano o Ciprianillo, tema en el que llevo varios años trabajando y labor de la que espero que de como fruto la publicación de un libro en un futuro no muy lejano. Por último decir, que aunque el tema del Ciprianillo en este artículo se ha tratado desde el punto de vista sobre todo de la bibliografía esotérica (tema no muy investigado en nuestro país a pesar de que es realmente apasionante y del que existen en otros países verdaderos especialistas), también está muy relacionado con otras materias como la etnografía, creencias y tradiciones populares, agradeciendo de antemano que cualquier persona que haya visto o tenido en sus manos un Ciprianillo antiguo, gaceta de tesoros o algún libro de magia curioso, o sepa algún relato sobre tesoros ocultos o buscadores de tesoros, o para cualquier comentario, se ponga en contacto conmigo para poder seguir rescatando del polvo del olvido los auténticos tesoros, que son las historias y los libros antiguos. Copyright 2005: FELIX FRANCISCO CASTRO VICENTE (Ourense – Galiza-España)

librosdodemo@gmail.com


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