Ashaninka y Matshiguenga en Perú. Recopilación de una etnografía visual

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EXPOSICIÓN ASHANINKA y MATSIGENKA Recopilación de una etnografía visual 2015-2017 Cástor Saldaña Sousa y Pablo Calvo de Castro ORGANIZACIÓN Museo de Olivenza COORDINACIÓN Miguel Ángel Vallecillo Teodoro CATÁLOGO Imagen, investigación y textos: Cástor Sadaña Sousa Edición y diseño: Pablo Calvo de Castro Ilustraciones: Sara Calvo de Castro ISBN: 978-84-09-07728-1 © de la edición del catálogo: Pablo Calvo de Castro © de las imágenes y los textos: Cástor Saldaña Sousa

ASHANINKA y MATSIGENKA Recopilación de una etnografía visual

Cástor Saldaña Sousa y Pablo Calvo de Castro


Prólogo A pesar de las presiones de las sociedades desarrolladas por explotar los territorios de los últimos indígenas, aun encontramos pueblos como los ashaninka y los matsigenka que continúan su existencia, debido a un estilo de vida eficaz, una cultura bien seleccionada a lo largo del tiempo y al respeto a la naturaleza de la que dependen. Gracias a antropólogos como Cástor Saldaña Sousa podemos aprender valores de la sabiduría ancestral de estos pueblos. Los ashaninka, antes conocidos como campa, denominación hoy desechada por peyorativa, son el pueblo amazónico más numeroso del Perú, contando unos 115.000 individuos, con diferencias culturales entre distintos grupos según su entorno ecológico. Los matsigenka no llegan a los 9.000 individuos y nunca llegaron a ser dominados por los incas. Igual que los ashaninka, hacia 1650 entraron en contacto con los jesuitas. Tras su expulsión en 1789, los franciscanos influyeron a través de sus misiones por algunos años, pero es a los dominicos a quienes debemos el mayor esfuerzo etnográfico, que se materializa a través del Centro Cultural José Pío Aza, y en las obras La Vida del Pueblo Matsiguenga (1923-1978) y Entre Tribus Amazónicas- La aventura misionera del P. José Alaez (1890-1970) de José M. Soria (1998, 2ª ed.). Asimismo, digno de mención es el libro del P. Ricardo Álvarez Lobo: Sepahua- Viviendo la Esperanza, Lima, 2009. El P. Lobo vive actualmente en el Convento de San Esteban en Salamanca. La exposición etnográfica que aquí se presenta es un buen comienzo del trabajo antropológico que todos esperamos del Dr. Sousa.

Introducción Francisco Giner Abati. Catedrático de Antropología de la Universidad de Salamanca

Los pueblos ashaninka y matsigenka, presentados en esta etnografía visual, son grupos etnolingüísticos pertenecientes a la familia lingüística arawak. Habitan en los distritos de Pichari y de Villa Kintiarina, respectivamente, ubicados en la región geográfica ceja de selva del departamento de Cuzco, Perú. Con una larga historia de conflictos y agresiones sufridas durante la época del caucho a inicios del s. XX y, más recientemente, durante la violencia subversiva de Sendero Luminoso y el MRTA en la década de los 80, son pueblos que muestran un profundo sentido humano de solidaridad, amabilidad y cordialidad con los visitantes. Tras un natural y entendible recelo y reserva iniciales, los ashaninkas y matsigenka se manifiestan muy serviciales, comunicativos y receptivos con los visitantes. Son pueblos representativos de la relación armoniosa mantenida con la naturaleza mediante economías tradicionales basadas en una agricultura de subsistencia, caza, pesca, recolección de productos naturales y manufactura artesanal, especialmente entre los ashaninkas. Dicha relación con la naturaleza está seriamente afectada por la explotación descontrolada de sus recursos naturales, que contamina sus ríos y desforesta sus bosques. Como resultado se están modificando sus patrones de asentamiento, sus tradiciones culturales, su comportamiento social y su cosmovisión ligada a la naturaleza, afectándose su identidad étnico-cultural y empobreciéndose. Como se sabe, estos pueblos fueron lentamente evangelizados durante la colonia española en el complejo proceso de sincretismo religioso, profusamente investigado por el antropólogo jesuita oliventino Manuel Marzal, s.j. Cástor Saldaña Sousa. Dorctor en Antropología de la salud por la Universidad de Salamanca


Entorno geográfico de la comunidad nativa de Mazokiato. La comunidad nativa de Mazokiato se encuentra ubicada a 1330 msnm, en la región ceja de selva, perteneciente al distrito de Villa Kintiarina, provincia de la Convención, departamento del Cuzco, Perú. El clima es templado-húmedo, con ocasos cubiertos por la niebla. La geografía es algo montañosa al estar colindando con la región sierra de Perú. El arcoíris para el mundo infante, según la creencia matsigenka es un tabú y un signo de advertencia de que si te sigues bañando te vas a enfermar y si está lloviendo y sale el arcoíris deberás de acudir de inmediato a tu casa o refugiarte. Según la percepción matsigenka, cuando se aproxima alguien foráneo por primera vez a la comunidVad, la naturaleza advierte la llegada de los foráneos con la lluvia y la neblina en el ambiente. Una vez que los foráneos son aceptados por la comunidad el cielo se despeja.

Vivienda tradicional Matsigenka. Está construida con Kapiro, un tipo de caña que, partida por la mitad, conforma la estructura de la vivienda. El tejado está cubierto con Kepitoshi, una variedad de palma. A las viviendas se denominan Pangutsi. Además de servir de refugio nocturno de sus moradores, tienen otras funciones como almacén de alimentos, utensilios de cocina, arcos y flechas, cestos y para la recepción de invitados.

Entorno geográfico de la comunidad nativa de Mazokiato

Departamento del Cuzco, Perú

Vivienda tradicional matsigenka

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú


Nativo matsigenka con sus armas artesanales de caza. Los utensilios que aparecen en imagen forman un arma específica para la caza de una variedad de monos de gran tamaño denominados awaru. Años atrás portaban las flechas en sus trayectos pudiendo cazar de camino a su lugar de trabajo en el monte. Actualmente escasean los monos y si quieren cazarlos deben realizar expediciones al bosque que llegan a durar hasta tres días. La carne de los monos awaru es muy valorada cuando hay algún evento importante o celebración en la comunidad. Los hombres salen a cazar mientras las mujeres preparan el masato, una bebida fermentada a base de yuca. Si la caza es individual y el cazador no tuvo éxito, cuando alguien le pregunta si logro cazar algo, el nativo evade la respuesta diciendo que no fue a cazar y fue al bosque a otra cosa. Muestra una conducta reservada evitando mostrar su fracaso ante la comunidad. Para evitar estas circunstancias y tener más éxito en la caza de animales se utilizan amuletos, collares, pociones, ungüentos que se denominan ebenkeki.

Nativo matsigenka con sus armas artesanales de caza

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú


Nativo matsigenka cazando un tipo de aves de gran tamaño denominado shironi. Caza con una onda, herramienta de caza de influencia foránea. La onda siempre es portada por los nativos envuelta en una de sus muñecas, sustituyendo los utensilios de caza tradicionales: arco y flecha. Los nativos tienen en cuenta la hora en la que los pájaros salen a trinar como indicador de la mejor hora de caza. Uno de los rituales de caza se produce cuando un nativo logra dar caza a un shironi por primera vez con una onda. Cuando esto sucede, debe bañar con sangre el cuero de la onda para así perfeccionar el tiro. La finalidad es aumentar y multiplicar la caza en las siguientes ocasiones. Nativo matsigenka cazando aves shironi

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú.


Actualmente, las piscifactorías son uno de los mejores ejemplos de intervención por parte de la población colonizadora del área. Persiguen un desarrollo sostenible a nivel local enfocado en paliar problemas de malnutrición infantil y sostenibilidad comunitaria con la población matsigenka. El río más próximo es el Apurimac y está a unos 25 kilómetros, al oeste de la comunidad. En ocasiones acuden al río para pescar con unas raíces machacadas denominadas cube. Tienen una sustancia que elimina el oxígeno del agua en el entorno donde cae, haciendo que los peces salgan a la superficie y facilitando su captura. En estos criaderos mantienen especies como las carpas y las doncellas que son alimentadas por una variedad de insecto carnoso de la familia de las termitas. En días festivos se suele pescar con la red como ritual de celebración en la comunidad. Usualmente el pescado se cuece al vapor envuelto en unas hojas denominadas chipata.

Piscifactorías para la cría sostenible de pescado

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú (imagen actual y siguiente)


Rutas alternas para llegar a Villa Kintiarina

Departamento del Cuzco, Perú

La comunidad acude a Villa Kintiarina para participar de las elecciones municipales de la población colona. Las rutas alternas son de difícil tránsito por su geografía accidentada y la densa vegetación con plantas espinosas. Caminar por estas rutas requiere de gran experiencia y precaución, dado el alto riesgo de caídas y accidentes. Los infantes en la etapa de Ananeki (entre 5 y 8 años) son educados para dominar el arte de caminar descalzos.


Tshinani matsigenka chumiani. Chumiani es una etapa de la infancia comprendida entre los 0 y los 4 años y tshinani es el término con el que se define el género femenino. La niña muestra la vestimenta típica matsigenka denominada cushma aunque, por la influencia moderna, no es la producida artesanalmente por la comunidad. Es una tela sintética blanca que ha sido teñida con la corteza de un árbol. Las niñas del chumiani muestra una actitud alegre ante los visitantes después de ser aceptados por la comunidad y convivir con la comunidad.

Tshinani matsigenka chumiani

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú

Niña lavando ropa. Las niñas más jóvenes imitan la conducta observada en las mayores, de la etapa de la infancia denominada ananeki (entre 5 y 8 años) o imarane (entre 9 y 15 años en mujeres y entre 10 y 16 años en varones). A través del juego, las niñas se inician en las labores que tendrán que desempeñar en la edad adulta como en las tareas domésticas. Estas labores están ligadas a los roles de género. Niña lavando

ropa

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú



Visita al cementerio el día de difuntos. El cementerio se encuentra a una hora de la comunidad caminando hacia el interior de un bosque. Las personas que fallecieron en edad adulta están separadas de las fallecidas jóvenes. Antiguamente, los difuntos eran cubiertos por una tela denominada istachi en la que se disponía el cuerpo junto a sus herramientas de trabajo y de caza, así como el resto de los elementos importantes en su vida. El cuerpo era transportado al interior del bosque y depositado en postura sentada junto a un árbol grande. Pasada una semana algunos miembros de la comunidad regresaban para revisar el cuerpo. Si no está el cuerpo, la creencia matsigenka indica que el difunto se reencarna en un animal o un árbol del bosque, como un espíritu protector de la comunidad. En la actualidad los matsigenka entierran a sus difuntos al modo del rito católico. Les llevan flores que recogen en el trayecto hasta el cementero. Prenden velas en la cabecera de la tumba. Los cigarrillos, la hoja de coca, el chamayro (una variedad de corteza de árbol) y el masato (bebida fermentada) son elementos rituales que los nativos usan como forma de acompañamiento y respeto al difunto. La hoja de coca se consume masticada formando una bola que los nativos fabrican en la boca. La bola de coca, al mezclarse con la saliva, se ablanda expulsando un jugo verde. A esta actividad de fabricar la bola de coca en la boca se le denomina chaqchar la coca. Las personas que tienen hijos recién nacidos tienen restringido el acceso al cementerio ya que los niños podrían ser capturados por los espíritus que merodean el cementerio. Se considera que los niños pequeños son vulnerables y podrían quedarse atrapados en el otro mundo, el mundo de los espíritus. La jornada en la que se tomaron las imágenes los nativos solicitaron al solicitaron al docente del colegio, como figura de autoridad, que hiciera un rezo por los difuntos, otorgándole el rol del sacerdote cristiano. Después del ritual se comparte masato, cigarro, coca, chamayro y vino. Esta actividad genera una mayor cohesión social comunitaria y lazos de amistad más estrechos. Cuando hay una movilización de un grupo amplio, delante siempre van personas con armas de fuego cuidando a todo el grupo. Las armas pertenecen al comité de autodefensa. Nativo descansando tras la visita al cementerio sobre las cáscaras y semillas de la planta de achiote. El día de los difuntos la comitiva realizó una parada en casa de una familia vecina para descansar. Los anfitriones sirvieron pescado, yuca y masado. El achiotec, que en este caso sirve de cama improvisada, tiene una trama de significados múltiples a desvelar que van desde la conexión con la naturaleza, el adorno corporal hasta la expresión de sentimientos y emociones ante situaciones y personas. Es un símbolo de diferenciación social, de poder y de autoridad. Visita al cementerio el día de difuntos

Área de Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú (imágenes anteriores)

Nativo descansando tras la vuelta de la visita al cementerio sobre las cascaras y semillas de la planta de achiote

Área de Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú (imagen derecha)


Recreo de los niños de la etapa infantil chumiani (entre 0 y 4 años) con la profesora de nivel inicial. Los niños lavan sus tazas para ir a la cocina a por su desayuno, repartido por el Programa “Qally Warma” (niño vigoroso) que desde el estado trata de paliar carencias nutricionales en los niños de estas comunidades. Los infantes chumiani están en un programa no escolarizado asistidos por una profesora nativa. El programa se llama PRONOI. Actualmente están implementando los textos en lengua matsigenka con un enfoque intercultural bilingue. La Dirección de Educación Intecultural Bilingue del Ministerio de Educación (MINEDU) de Perú, ha oficializado el alfabeto de la lengua Matsigenka Montetokunirira. Anteriormente los textos se elaboraban en lengua ashaninka, grupo cultural vecino de los matsigenka.

Recreo de los niños de la etapa infantil chumiani

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú


Alumnos matsigenka de la escuela multigrado de la comunidad nativa de Mazoquiato. Son alumnos ananeki (entre 4 y 8 años) e imarane (entre 9 y 15 años en mujeres y entre 10 y 16 años en varones). Acuden a clase con vestimenta tradicional yropas escolares propias de las sociedades modernas que poco a poco sse van introduciendo en la cultura y la estética local como parte del cambio cultural y el proceso de aculturación.

Alumnos matsigenka de la escuela multigrado de Mazokiato

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú


Juego simbólico sobre la construcción de la casa familiar. Después de la escuela los niños salen a jugar reproduciendo en sus juegos lo que observan en los adultos, de nuevo muy influidos por los roles de género. Las chicas van con un machete y cortan palos y lianas para construir el cercado que delimita la casa. Mientras tanto, los hombres se encargan de cubrir el techo de la casa con arbustos. También simulan cocinar alimentos y en esta ocasión utilizaron un tubérculo llamado tsogo que ofrecieron al equipo investigador. También reproducen cestos construidos con distintas hojas. Estos juegos son prácticas para actividades que deberán desempeñar cuando sean adultos.

Juego simbólico sobre la construcción de la casa familiar

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú (imagen de la derecha y siguientes)



Nativo matsigenka perteneciente a la etapa del ciclo vital antarini (entre 16 y 60 años). Tiene 22 años. Las personas de la comunidad matsigenka no tienen información sobre el mundo fuera de su área de influencia. No tienen nociones de estado, fronteras o distribución geográfica. Con las piedras que dispone en la palma de su mano trata de simbolizar la percepción que tiene de la disposición de territorios, las distancias y las barreras geográficas que los separan.

Nativo matsigenka antarini (entre 16 y 60 años)

Mazokiato, departamento del Cuzco, Perú


Lideresa indígena ashaninka de la comunidad de Gran Sinungary ubicada en el gran bosque del distrito de Pichari, departamento del Cuzco. Una de sus funciones principales es preservar los conocimientos ancestrales de su pueblo. Es parte de las comunidades aborígenes contactadas de la selva del VRAEM (Valle de los ríos Apurimac, Ene y Mantaro). Los miembros de las poblaciones ashaninka conectadas con las que hemos trabajado en ocasiones abandonan sus asentamientos y se internan en el bosque en busca de otras poblaciones no contactadas de su mismo grupo. Durante sus estancias mantienen la preservación de sus costumbres a partir de la transmisión de información oral de su historia, su cosmogonía, así como cuestiones vinculadas con la caza y la recolección en el bosque. Tiene 95 años aproximadamente. Como curandera y maestra en el ritual de la ayahuasca mantiene el liderazgo de las mujeres en su comunidad. Forma parte del grupo de treinta y dos esposas del gran curaca ashaninka Amadeo, uno de los líderes más influyentes de la comunidad ashaninka. Como lideresa de gran carisma, fue de las primeras mujeres de su comunidad en adornar su cuerpo con pendientes y collares. La pintura en el rostro simboliza varias cosas: guerra, soltería, viudedad, etapas del ciclo vital, festividad, conexión con la naturaleza y ritual para una buena caza. A mayor cantidad de collares mayor jerarquía en la comunidad y estatus en la toma de decisiones. También trabaja en el empoderamiento de las mujeres de su comunidad a través de la fabricación y venta de artesanías tradicionales ashaninka elaboradas con materiales obtenidos directamente de su entorno.

Lideresa indígena ashaninka. Comunidad nativa de Gran Sinungary

Gran bosque del distrito de Pichari, departamento del Cuzco, Perú


Comunidad de Kimkibiri baja. Niña con cushma tradicional pintada con semillas naturales de achiotec. Los colores y formas que aparecen en el rostro de la niña simbolizan la etapa de la infancia en la que se encuentra y su virginidad en la sexualidad. La pintura del vestido o cushma simboliza un determinado nivel educativo. Ellos mismos elaboran las figuras junto con sus padres y cada galón representa un mayor nivel de conocimiento. Las figuras del vestido representan que la niña está en tercer grado de primaria aproximadamente. Respecto a los estándares educativos de Perú tiene un nivel menor del que corresponde a su edad. La educación en el pueblo ashaninka es uno de los principales problemas. Utilizan un sistema bilingüe intercultural en el que encuentran grandes dificultades de adaptación al sistema educativo occidental.

Niña con cushma tradicional pintada con semillas naturales de achiotec

Comunidad de Kimkibiri baja, distrito de Pichari, departamento del Cuzco, Perú


Catalina es la lideresa de la comunidad de Kimkibiri baja. Cuida de las aguas termales de Kitamaronkani. En este lugar tradicional, según la creencia ashaninka, aquella persona que se baña preserva la tranquilidad, se conecta con la naturaleza y alcanza eterna juventud. Catalina ha impulsado la educación y la participación de las mujeres en la comunidad. Anteriormente las niñas no estudiaban y a los 12 años se les asignaba un marido, pero ella ha logrado suprimir esta práctica. En la imagen aparece junto a una canasta confeccionada con estachi donde se carga la yuca colgándola con una cinta sobre la cabeza. Sobre el suelo se encuentra otro tipo de estachi usado como alfombra de piso; solo lo utilizan las autoridades en su vivienda tradicional. Como parte del adorno corporal, en la vestimenta utiliza partes del mono como los dientes, el cráneo o las garras. Estos complementos otorgan a su portador rango y estatus en la comunidad. Las pinturas del rostro de Catalina simbolizan que está viuda y además que no convive con un nuevo compañero.

Lideresa indígena ashaninka de la comunidad nativa de Kimkibiri baja

Distrito de Pichari, departamento del Cuzco, Perú.

Madre nativa ashaninka con su bebé sobre un cargador adornado con huesos de animales impresos con iconografías de la naturaleza y fauna. La madre porta en su mano una escoba natural elaborada con la raíz del árbol de la caoba. Los cargadores de bebés se usan hasta la edad de dos años. Cuando el cargador de bebé está pintado de color anaranjado con achiotec simboliza que el niño ya ha cumplido dos años y deja de usarlo iniciando la siguiente etapa del ciclo vital. Madre e hijo pintan juntos el cargador como un recuerdo de los dos primeros años de la vida del niño. Los hombres de esta comunidad se dedican a la agricultura de café, cacao y cultivo de la hoja de coca. Las madres nativas permanecen en los asentamientos para cuidar el bosque impidiendo el paso a forasteros a partir de las seis de la tarde y prohibiendo la tala de árboles. Los nativos, en estas funciones, están protegidos por el Programa de SERNANP (Servicio Nacional, de Áreas Naturales Protegidas por el Estado) y el Programa Bosque (dentro de las estrategias del Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático).

Madre nativa ashaninka con su bebé sobre un cargador adornado con huesos de animales impresos con iconografías de la naturaleza y fauna

Comunidad de Marontoari, distrito de Pichari, departamento del Cuzco, Perú


Jefe Ashaninka de la comunidad nativa de Marontoari, una de las comunidades de nueva creación del VRAEM (Valle de los ríos Apurimac, Ene y Mantaro). Un ejemplo del cambio cultural que se está produciendo entre los ashaninka es que en la actualidad los designados para ostentar la jefatura del grupo son los más jóvenes y preparados en el plano educativo. Esta formación es adquirida fuera de la comunidad y los sujetos regresan para asumir una posición de liderazgo en la que deben conjugar la preservación de la naturaleza y de su identidad cultural con los conocimientos y las relaciones con la administración peruana. La corona que presenta el jefe está elaborada con bambú, pluma de papagayo y lana natural. Simboliza la mayor jerarquía de su comunidad. El calzado que lleva se denomina ojota. Estas sandalias están echas a base de cuero de neumático y son traídas de la región sierra andina. El jefe obsequió al investigador con su lanza, símbolo de alianza futura en proyectos y conocimientos. Jefe Ashaninka de la comunidad nativa de Marontoari, una de las comunidades de nueva creación del VRAEM (Valle de los ríos Apurimac, Ene y Mantaro)

Distrito de Pichari, departamento del Cuzco, Perú.


Uno de los mayores problemas de estas comunidades es la inseguridad derivada de la influencia de grupos de narcotraficantes en la zona. En la imagen se muestra una actividad organizada por autoridades del ejercito peruano con base militar en Pichari y el VRAEM, para vincular a los miembros de la comunidad con algunas nociones de seguridad. Se organizan juegos con niĂąos para incentivar la asistencia de las familias y favorecer el desarrollo social. Pero las actividades lĂşdicas forman parte de estrategias de aculturaciĂłn. Preside el gran jefe ashaninka de la comunidad nativa Gran Sinungary, la cual gobierna sobre todas las comunidades nativas del distrito de Pichari

Gran jefe ashaninka de la comunidad nativa Gran Sinungary

Comunidad nativa Gran Sinungary, distrito de Pichari, departamento del Cuzco, PerĂş.


Líder de la comunidad ashaninka y el psicólogo-antropólogo Cástor Saldaña Sousa en el último día del trabajo de campo en las comunidades ashaninka del distrito de Pichari

Gran jefe de las comunidades nativas Ashaninkas del distrito de Pichari en la comunidad nativa Gran Sinungary. Firma del convenio entre las comunidades nativas Ashaninkas del distrito de Pichari y la Universidad de Ayacucho Federico Froebel. Último día del trabajo de campo en las comunidades ashaninkas del distrito de Pichari. La visita terminó con la firma de un convenio con la Universidad de Ayacucho Federico Froebel como símbolo de alianza, donde esperan trabajos futuros sobre el desarrollo de las comunidades nativas de acuerdo a su cosmovisión local en el ámbito de la educación, la artesanía, el medio ambiente y la medicina. Terminamos comiendo yuca con un pescado llamado chipata asada con la bebida Ashaninka masato. El Jefe se despidió del investigador obsequiándole unas hojas frescas de tabaco que ellos usan en sus ceremonias rituales para contactar con el mundo sobrenatural, realizar consultas y curaciones médicas.



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