Una “breve” historia de la Factoría Zeta
En el 2013, después de una complicada remodelación de una diminuta y destartalada casita de apenas 48 metros cuadrados en la colonia San Miguel Chapultepec de la Ciudad de México, el artista español Pablo Zeta (Salamanca, 1977) con la ayuda de su hermano Lucas Zeta, abrió su estudio. Esta casa, estaba en lo que en México se conoce como una “cerrada”, lo que habitualmente viene a ser un conjunto de casas en línea e iguales que comparten una entrada común y alargada a modo de calle peatonal central. Las cerradas fueron muy populares desde los años 40 y dotaron a la enorme y extensa ciudad la perdida sensación de comunidad. Todos los vecinos se conocen, están cerca, se cuidan y “cuidan” las zonas comunes.
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Aspecto antes de la remodelación, 2013.
Lo que en un principio se planeaba como un lugar de trabajo para este inquieto artista, ilustrador y grabador, gradualmente se transformó en un original y versátil estudio “pluri-ocupacional” donde se empezaron a impartir multitud de talleres y se realizaron infinidad de acciones que más tarde mencionaremos. El espacio, desde su origen, fue bautizado como “La Factoría Zeta”. Su creador definió las siguientes directrices: 1. Crear un entorno agradable y cómodo donde fomentar, compartir y difundir la libertad creativa. 2. Disponer de herramientas por zonas para dotar al lugar de la máxima autonomía posible a la hora de crear obras o lo que se precise. 2
3. Evitar gastos absurdos, reciclar y reutilizar todo cuanto esté al alcance. 4. Desarrollar siempre que sea posible actividades que se complementen.
En una sesión de dibujo al natural con Nadya.
Así, una vez que se hubo restaurado el suelo, las paredes y el techo, la primera zona de trabajo fue una humilde carpintería. Inmediatamente después se programó un taller público impartido por Higinio, un carpintero que evitaba el uso de herramientas eléctricas, donde se enseñó a los asistentes la manufactura de un taburete, una mesa y la talla de una cuchara. Todos los materiales (100% madera) eran de re-uso. Por tanto, esta primera lección sirvió para poder amueblar el lugar y empezar a trabajar en otras cosas. Ya teniendo la carpintería, mesa y taburetes, se procedió a intervenir el lugar con murales en otro taller 3
esta vez impartido por el propio artista. Estas intervenciones nunca pararon. Los murales, grafitis e intervenciones del espacio hacían que todo se modificara continuamente. Los visitantes recurrentes cada vez que entraban se sorprendían al ver las metamorfosis que ahí se producían. Taller de carpintería
Aprovechando la inauguración oficial del estudio –en el 2014-, se invitó a varios amigos músicos a tocar, y desde entonces, la música en vivo no dejó de sonar en cada nuevo evento.
Hinisse Solar in da haus
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En esos meses del inicio del 2014, Jesse, una inglesa que buscaba cocina para lanzar su marca de sándwiches, se acercó a la Factoría Zeta, y aunque no se disponía de cocina en aquel entonces, la respuesta fue sencilla: “fabricaremos una”, y así surgió el taller “Búscate la vida, conviértete en manitas”, que tuvo mucho éxito entre los asistentes y vecinos. Desde ese momento, los talleres empezaron a ir acompañados de comidas deliciosas. Jesse James
Con la carpintería en uso, se construyeron también estanterías para almacenar variados materiales que muchos de los vecinos traían y también para libros de gráfica. Así empezó la Biblioteca Gráfica de la Factoría, con más de 1.000 volúmenes. El objetivo de este espacio era sencillo: poder consultar y tener a la mano referencias para los talleres. Pero debido al escaso espacio del lugar y a que mucha gente donó libros, enciclopedias y materiales, el propio estudio empezó a compartirlos y regalarlos.
La actriz Yolanda Corrales, taller de fanzine y vista del estudio. 5
Contenido de algunos talleres habituales y dibujos animados.
En los siguientes tres años, se impartieron con frecuencia talleres de collage, fanzine, fotografía creativa, Animación (dibujos animados), dibujo al natural con modelo, serigrafía, encapsulado y moldes de resina, impresión 3D y para ir un poco más lejos, se fabricó una escalera y se invadió el hasta antes ignorado techo de la comunidad donde se creó un curioso huerto orgánico que sirvió para el relax y también para nutrir de bonitos vegetales los sándwiches de Jesse y la comida del artista. El artista a menudo menciona orgulloso que el costo de esos alimentos ahí cultivados fue cero, ya que todo crecía 6
a partir de un banco de semillas que muchos asiduos a la Factoría habían organizado: el Banco de Semillas de la Factoría Zeta. Y los maceteros venían de múltiples objetos y palés reconvertidos en cajones.
El huerto que creció en el techo
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Pรณster de actividades en abril del 2014
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Programaciรณn Septiembre 2015
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José Antonio Platas, Ariana Castellanos y Elliott Kuhn.
La Factoría Zeta no sólo se convirtió en un curioso estudio de arte sino que empezó a tener cierta popularidad entre los artistas locales: “un micro-centro cultural que se (auto)fabrica”. Muchos artistas impartieron charlas y talleres variados (desde la fotografía de Eduardo Miranda (Revista Proceso), pasando por el trabajo en cuero de Ariana Castellanos, hasta libro de artista de Víctor Mora o grabado de la mano del maestro José Antonio Platas Olvera) y fue un lugar de encuentro de gente que no se hubiera conocido nunca sin estos singulares ingredientes. Además albergó exposiciones variadas de foto, escultura y pintura de una larga lista de artistas. En sus paredes se difundió la obra de Christian Vizl, Rex Bantron, Luciano Spanó, Mario Núñez, Stinkfish, Helios Salas, Jesse James, John James, Elliott Kuhn, Óscar G. Hernández, Ariadna Lir entre una extensísima lista de artistas. En julio de 2017, Pablo Zeta regresó a Madrid. Había pasado 15 años habiendo vivido entre Viena, Zaragoza, Gijón, Mahón, Pamplona, Buenos Aires, Neuquén, Austin,TX., Ciudad de México y Los Angeles, CA.
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Pablo Zeta y un trozito de la nueva Factoría Zeta antes de mover un hierro.
El 8 de enero de 2018 comenzó la remodelación de un espacio muy diferente pero con una meta similar: la nueva Factoría Zeta, esta vez en Madrid, en Paracuellos de Jarama. Esta vez en una verdadera factoría, una enorme nave industrial junto al aeropuerto de Barajas. ¿Qué se planea hacer allí? Es más fácil hacer un listado de los espacios que se están creando: -
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Carpintería y enmarcado. Herramientas de metal. Espacio fotográfico y cuarto de revelado analógico.
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Pintura de gran formato Grabado en linóleo y metal Biblioteca gráfica Huerto orgánico
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Domo GeodĂŠsico para charlas y actividades varias Horno de pizza Zona de ensayos musicales Zona de proyecciones Fragua Resinas MĂĄs
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