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Este número especial de Recorder en español contiene los informes preparados por los diversos ministerios para la sesión constituyente en Tucson, Arizona (Septiembre 15-16). Arte de la portada y la pág © Morgan Weistling.

Esa es la redacción de nuestro documento jurídico. Es otra forma de decir que estamos respondiendo positivamente al llamado de Jesús a todos y cada uno de nosotros: «Así yo los envío a ustedes». Hemos adoptado el lema de «Amar. Servir. Liderar.» como una forma de enfocar nuestra misión desde la perspectiva de la Unión. Amamos a la gente. Les servimos de cualquier manera posible. Pero, sobre todo, queremos llevarles a Jesús. Así que, si bien a veces podemos lidiar con las muchas acciones administrativas necesarias, todas están diseñadas para implementar ese lema: ayudarnos a demostrar nuestro amor por Jesús y por todas las personas, servir a los demás como lo hizo Jesús y proporcionar el liderazgo de servicio de Jesús para que muchos más puedan venir a Él.

Como leerán en los siguientes informes del personal elegido que ha servido en el quinquenio pasado, el ministerio de Dios, en el nombre del Señor Jesucristo y por el empoderamiento de su Espíritu, se está facilitando y está en curso en todo nuestro territorio.

Las personas que viven y sirven en las siete conferencias y cinco estados en los que habitan nuestros miembros de las conferencias (Arizona, California, Hawaii, Nevada y Utah) han estado cumpliendo la misión de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en todo nuestro territorio. Los detalles de esas diversas actividades han estado apareciendo mensualmente en el Pacific Union Recorder. Hay aproximadamente 54.600.459 almas en nuestro territorio. Ese es un gran número de personas con quienes estamos comprometidos a guiar al reino de los cielos. Creo en la misión de nuestra denominación y me he comprometido a participar en ella personal y profesionalmente durante más de 46 años de mi vida. Me he dado cuenta a través de mis muchos años de observación que la misión de nuestra iglesia, mientras que se expresa de una manera mundial o global, se hace específica a través del despliegue de los dones espirituales. A las personas que viven en un entorno particular en un momento determinado se les han dado esos dones para su uso en el servicio del evangelio y la edificación de la iglesia de Dios. Las diversas culturas de los miembros de la Unión difieren mucho entre sí y, en muchos casos, son drásticamente diferentes de la mayoría de los

otros lugares del país o del resto del mundo. Esto ha dado forma a nuestras estrategias de misión a medida que procuramos llegar a esta población diversa para Dios, queriendo hablar de su bondad salvadora.

Nuestro enfoque en el territorio en el que vivimos con frecuencia, pero no siempre, ha tenido las particularidades de nuestro contexto en mente a medida que actuamos para cumplir el llamado que Dios nos ha dado. Mientras que las personas que viven en las grandes áreas metropolitanas de la Unión han encontrado esas almas que responden a un método de alcance o evangelización, hay otros métodos utilizados en áreas rurales. Algunos enfoques que dieron «frutos» en años pasados ya no son tan efectivos como lo fueron en el pasado.

Esto ha requerido nuevos métodos, sin abandonar el núcleo de nuestras creencias. Ellen White escribió: «Deben introducirse nuevos métodos. El pueblo de Dios debe despertar a las necesidades del tiempo en que vivimos. Dios tiene hombres a quienes llamará a su servicio— hombres que no llevarán a cabo la obra en la forma sin vida como se ha realizado en el pasado...» (El Evangelismo, p. 46).

G. Alexander Bryant, presidente de la North American Division, afirma: «La esperanza y la verdad que tenemos se basan en algo más que lo que hemos hecho en el pasado. Podemos tomar las verdades que hemos adoptado como iglesia y hacerlas aplicables a los desafíos actuales de la sociedad... Podemos ser una voz en la que la gente confía en estos tiempos inciertos y [escuchar] la certeza de que sabemos que Dios nos va a llevar adelante».

En nuestra Unión, hemos intentado idear y emplear nuevos métodos apropiados para llegar al gran número de personas en nuestro territorio. Una forma en que hemos hecho esto es al otorgar fondos a nuevos esfuerzos a través de la Fundación de Evangelismo. Estoy seguro que el informe de nuestro tesorero puede dar más detalles sobre ese proceso.

Cientos de miles de dólares han sido otorgados a iglesias y conferencias con la intención de llegar a las almas por quienes Cristo murió con el mensaje de los tres ángeles, elevando a Jesús como la respuesta a un mundo caído.

Esto me lleva de nuevo a dar gracias.

Estoy muy agradecido a Dios por dirigir su obra. Oramos diariamente para que Dios nos dirija, nos muestre cómo seguir su ejemplo para llevar su obra adelante. Estamos agradecidos a cada pastor y a cada miembro de nuestras iglesias que han estado fielmente en su lugar para edificar el reino de Dios. Agradecemos a nuestros miembros por devolver el diezmo y dar ofrendas para financiar las operaciones de la iglesia en nuestro territorio y más allá.

Como se ha anunciado ya, me retiraré este otoño después de más de 46 años de ministerio a tiempo completo a la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Si bien no puedo decir que todo ha sido «un hermoso arcoíris», ha sido un privilegio servir a Dios y a su pueblo en una capacidad oficial. Como pastor y como administrador, realmente puedo decir que «Dios es bueno todo el tiempo, y todo el tiempo, Dios es bueno».

Gracias por permitirme la oportunidad de servir en este territorio de la desde 1984. Audrey y yo hemos sido bendecidos por las amistades que hemos hecho y hemos crecido por la gracia de Dios a medida que hemos enfrentado cada desafío a través del cual Dios nos ha guiado.

Es nuestra oración sincera que Dios continúe liderando a través del nuevo equipo de liderazgo que será votado para sus cargos en esta próxima sesión constituyente.

En conclusión, me gustaría señalar un versículo apropiado de la Biblia. Al considerar la obra del Buen Pastor y escuchar su llamado «Así yo los envío a ustedes», meditemos en sus palabras: «He venido para que tengan vida y para que la tengan más abundantemente» (Juan 10:10).

Ricardo B. Graham es el presidente de la Pacific Union Conference.

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